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Breve reseña acerca de JOAQUIN LENCINA “ANSINA” Recopilación de documentos Por José Enrique Díaz Setiembre 2012 1

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Breve reseña acerca de

JOAQUIN LENCINA

“ANSINA”

Recopilación de documentos Por José Enrique Díaz Setiembre 2012

A modo de aclarar desde nuestra visión y lo que hemos leído acerca de la vida del compañero de Artigas en el exilio y aún antes, pongo a consideración algunos de esos documentos y lecturas. En la esperanza que se tomen los mismos y entiendan que es una ardua y polémica tarea y me sumo a la discusión acerca de su existencia o no.

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Decía Nicolás de Avellaneda: “los pueblos que olvidad sus tradiciones pierden conciencia de sus destinos; y los que se apoyan sobre sus tumbas gloriosas son los que mejor preparan su porvenir”.

Hoy os convoco a resaltar en el recuerdo, aquellos tiempos duros, difíciles pero que aún en las derrotas heroicas supieron llenarnos de un glorioso futuro.,Resaltemos esa, para muchos desconocida figura de ANSINA, Ansina que es tradición auténtica de fidelidad, lealtad y amistad, pero en aquella figura que hoy se nos hace inconmensurable, está el reconocimiento tácito a los anónimos negros que participaron en las gestas emancipadoras, en la reconquista ante las invasiones inglesas, e la campaña artiguista, en el éxodo, en la cruzada libertadora y más allá aún en la conquista del futuro de la nación oriental, y hay nombres a destacar pero no por ello debemos olvidar la importante participación de los anónimos: Andrés Aguiar, Dionisio Oribe, Joaquín Artigas, Capitán Videla…

En el libro Artigas en la Poesía Americana los autores Hamerly Dupuy y Hamerly Peverini, rescatan datos por demás desconocidos de nuestro Ansina, habiendo un factor preponderante, no podemos separar a Artigas de Ansina, según dichos autores Ansina es el payador artiguista y a través de sus versos podemos conocer datos no sólo de alguna batalla, de algún desencuentro sino también el pensamiento artiguista.Joaquín Lencina, verdadero nombre de Ansina, nació el 20 de febrero de 1760, hijo de esclavos, aguatero en su niñez, se va al campo donde aprende a tocar la guitarra y a cultivar ese género tan nuestro como la payada.

Vuelve a Montevideo y se embarca en un ballenero, que no era tal, pero frente a las costas del Brasil logra escapar donde nuevamente es vendido como esclavo, y aquí nace la admiración y el respeto por ese hombre que era José Artigas que lo compra para darle Libertad. Y es a través de sus versos que podemos recordar ese pensamiento preclaro de las Instrucciones del año XIII vigentes aún hoy haciendo de Artigas un adelantado a su época.

En el año 1982 se promulga la Ley Nº 15.290 el “Día de la Lealtad Artiguista en Homenaje a Ansina”.

Justiciero homenaje para que tomen ejemplo de su vida modelo, de entrañables sentimientos que deben ser guía, camino firme y recto de sus quehacer de hombres lealtad, fidelidad, amistad, espíritu de sacrificio, dignidad en la humildad y por encima de todo un Culto artiguista natural, sin aspavientos como e cumplimiento diario y espontáneo del mas puro ritual y de la mejor forma de perfeccionar su espíritu.Decía el historiador Asunçao presentando el proyecto de Ley:

Por que el 5 de setiembre y no otro día; Este día es el que marcó uno de los hitos más altos en la historia de la banda oriental, fue el día del fin, el día del alejamiento de Artigas, en ese cruce de frontera al cual ya jamás regresará pero permanecerá su pensamiento su ideal como creador de nuestra nacionalidad, pero Artigas no cruza solo, dice la historia que un grupo de unos 200 negros llegan al Paraguay pero el dictador Francia permitió que sólo dos acompañaran al General hasta Asunción y el resto internado en Camba Cuá Laurety (llamado agujero de los negros).Desde aquel 5 de setiembre de 1820 en principio Montevideo Martínez y Joaquín Lencina y con el tiempo solo Lencina hasta la muerte del Prócer en 1850, aquel negro combatiente alguna vez por que no, pero ya convertido en e fiel y leal amigo de don José, su compañero en e exilio hasta que llegado los días últimos de su vida y aún más allá en la espera que vida llegara al fin a reencontrarse con aquel que le dio su libertad.Después de Cambay el Protector de los Pueblos Libres ha quedado encerrado por un lado por los portugueses, por el otro Ramírez y por el otro esa inhóspita laguna de Iberá en Santafé, y más allá el Paraguay, cuenta Andrés Latorre… *Artigas pudo dentrar a Santa Fé respetao

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por el Gral. López, pero quedó cruzao y dentro al Paraguay *. Perseguido después de Cambay llega el 20 de agosto de 1820 frente a Itapuá con 200 libertos envía por un chasque 4000 patacones a los prisioneros en Río y escribe a Rodríguez de Francia pidiéndole un bosque donde vivir. Llegamos al 5 de setiembre, algunos de aquellos negros quedaron en los yerbatales de la Candelaria, otros los que fueron a Camba Cuá cerca de Asunción, ara ellos Francia ordenó elegir las mejores tierras de los alrededores de Asunción y proceder a su aparcelamiento dice Stefanich …se destinó un terreno llano apto para a agricultura…Ramírez pidió la extradición de Artigas, Francia contestó con la prisión del emisario.

Para entender más la figura que el pueblo oriental ha homenajeado recordando para siempre en la majestuosidad del bronce y que por mucho tiempo se confundió con la de otro negro orienta Manuel Antonio Ledesma, enigma muy bien estudiado por Ricardo Sghirla en una investigación profunda y que gracias a ella se llegó a clarificar junto a miembros de la Comunidad Afrouruguaya, la Asociación de Descendientes de Artigas, historiadores como Jorge Pelfort y Nelson Caula entre otros, que los restos que durante muchos años estuvieron en el Panteón Nacional en el Cementerio Central en Montevideo pertenecían a Manuel Antonio Ledesma y hoy se encuentran en el Obelisco de Las Piedras; en contraposición los restos de Ansina yacen para siempre en tierras paraguayas, donde durante 34 años lo supo cobijar. Evidentemente que Ansina y Ledesma eran amigos, pues Ledesma era un asiduo visitante a la quinta, tuvo la virtud de albergar sus últimos años en su casa de Guarambaré.-

Una cuarteta hecha por Ansina:Ramírez invicto en Buenos Aires,

Cedió a la porteña seducciónRompiendo los ideales federales

Cuan cerca está la lealtad de la traición.

Fascímil de la hoja de registro del Panteón NacionalTercer renglón dice Manuel Antonio Ledesma

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El 4 de junio de 1986 el representante por Montevideo Eduardo Jaurena se expresa así en la Exposición de Motivos para Ley trasladando los restos de MANUEL ANTONIO LEDESMA del Panteón Nacional al Obelisco de Las Piedras:

La idea central de este proyecto ha sido sugerida por un selecto núcleo de personas, entre ellas una ilustre maestra (medalla de oro) que durante varios años enseñara en la escuela del Solar de Artigas, en Paraguay. No obstante, para fundamentar el proyecto el autor ha debido recorrer los azarosos caminos de nuestra historia.El año 1820 es el de la derrota artiguista. Durante cuatro años Artigas se ha batido en lucha desigual contras las intrigas de la traición encubierta y contra los enemigos declarados. Contra el Directorio Bonaerense y contra el Imperio Portugués. Sus fuerzas han sido derrotadas por los portugueses en Tacuarembó. El Tratado del Pilar ha modificado las bases de la Liga Federal que él presidía. López y Ramírez, que habían crecido política y militarmente a su sombra, se entienden con los porteños, y vuelven sus armas contra él. Inútil continuar la lucha. ¡Artigas está vencido! En las vastedad geográfica que un día lo proclamara “Protector de los Pueblos Libres” no hay ahora lugar para el héroe que aun derrotado infunde miedo a sus enemigos.Artigas se interna en las Misiones, se acerca al Paraná, por el Paso de Itapúa.Lo acompañan algunos centenares de soldados que se niegan a abandonarlo. Artigas va a pedir permiso para ingresar al Paraguay. No quiere cruzar la frontera para salvar la vida como mero fenómeno biológico (que al fin la había expuesto en mil combates) sino para protegerla como virtualidad moral, como potencialidad creadora para un futuro lejano e impreciso en pro de una esperanza que él no puede abandonar. El no desconoce la naturaleza de la tiranía paraguaya, pero ¿no es Paraguay al fin una Provincia en la Federación con que él soñaba? ¿Va sólo a pedir asilo? Artigas le había dicho no hacía tanto al Cabildo de Santa Fé: “Mi decisión por la libertad de los pueblos será siempre superior a todos los contrastes”. Seguramente va también a pedir ayuda, pero al decir del doctor Carlos María Ramírez: “Aquella región tiene difíciles comunicaciones con el mundo y Rodríguez de Francia completó la obra de la naturaleza cerrando las costas paraguayas”…“Nadie podía penetrar allí sino venciendo enormes dificultades”… “Todos vivían encorvados, silenciosos, miserables, resignados, respetando el yugo”. Agrega Ramírez: “Había entre aquellos dos hombres (Francia y Artigas) otras muchas incompatibilidades morales. Tenía el uno algo de Felipe II, y esotro algo de los Comuneros de Castilla. Aquel sólo concebía la libertad en la acción vivaz y turbulenta de las masas populares. A los ojos de Francia debía parecer Artigas monstruoso engendro del caos, y a los ojos de Artigas debía parecer Francia tétrica estatua de sepulcro”.Pero Paraguay era la única opción. No había otra. Tras un encarcelamiento provisorio, los asilados fueron diseminados en la geografía paraguaya de modo de impedirles toda intercomunicación.Para Artigas se reservó (infame condena) la selvática soledad de Curuguaty a casi noventa leguas de Asunción, en plena selva paraguaya. ¡Si sería grande Artigas que aun vencido necesitaron una selva entera para aprisionarlo!Pero no estaría solo en el ostracismo (más que asilo, cautiverio), que habría de durar veinticinco años, con un paréntesis de varios meses, en 1840, en que hubo de abandonar el arado con que labraba su pequeño predio para ir a un calabozo.Según decreto de Francia del 12 de mayo de 1821, Artigas va a Curuguaty “con los criados que trajo”.¿Quiénes son esos criados?

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Según lo explica el historiador don Isidoro De María en su biografía de Artigas, página 34, uno de ellos es “un moreno llamado Montevideo, a quien quería el General por el nombre y por ser uno de los buenos soldados que lo habían acompañado en sus campañas. Este acostumbraba a ir a saludarlo los domingos y compartía en esos días con su inseparable “Ansina” el cuidado de hacer más agradable la vida del su viejo General”.Pero, ¿quien era “Ansina”? ¿Cuál el verdadero nombre de quien supo ser ejemplo de abnegación junto a Artigas; primero, en los campos de batalla; luego, durante los veinticinco años del cautiverio selvático en Curuguaty, más luego en los cinco últimos años de la vida del héroe en Ibiray?¿Cómo se llama el hombre que después de inmolarse en vida para ser fiel al héroe, objeto de su conmovedora adhesión, fue capaz de ocultar su identidad verdadera tras un sobrenombre, mantenerse en la penumbra de la historia viviendo junto a una figura gloriosa?¿Quién es “Ansina”?Los testimonios más conocidos sobre “Ansina” hablan a su respecto como de un anciano de la misma edad o un poco mayor que Artigas.José María Artigas, hijo del héroe, luego de visitar a su padre cuando éste, al cabo de veinticinco años de hermética reclusión es trasladado a los aledaños de Asunción, en Ibiray, escribió en “El Constitucional” de que era Director don Isidoro De María: “La desgracia, a pesar de todo, tiene sus amigos leales e invariables, y cuántas veces el hombre de más humilde condición ofrece a los demás, pruebas de esa amistad sincera, que no rompen ni los tiempos ni los infortunios: así Artigas conserva a su lado a un anciano Lencina, que lo acompaña desde la inmigración y con quien comparte el pan de la hospitalidad como un hermano”.Por la misma época, Artigas fue visitado por el militar brasileño Henrique Beaurepaire Rohan quien formula el siguiente comentario: “Con él vivía un viejo “paulista”, su amigo tan fiel en los días de prosperidad, como en las vicisitudes de una vida atribulada por los reveses”. Eliminando lo del origen “paulista” que ningún otro indicio confirma, queda el testimonio en cuanto al acompañante de Artigas.El coronel Ramón de Cáceres, en su “Memoria Póstuma” (Pág. 599 de la Revista Histórica, Año III, 2da.época) escribe: “Esa misma noche hicimos un descubrimiento raro”… (…). “Como a a media noche del anterior acontecimiento y después que le volvieron a armar su rancho al General Artigas éste llamó a su asistente a quien llamaba Tío Lencinas y le contestó que iba a buscar los avíos y Artigas le dijo que no había necesidad porque había fuego en el fogón; Tío Lencinas le replicó que no podía ser porque había llovido bastante para apagar el fuego: Artigas insistía que había fuego, y efectivamente Tío Lencinas alcanzó un tizón que tenía color como el de la Lucerna”.Doña Amelia Lerena, esposa del doctor Estanislao Vega, que acompañara a éste cuando por encargo del gobierno uruguayo concurrió al Paraguay (1854-55) para repatriar los restos de Artigas, estampa en sus “Memorias”: “Un fiel asistente negro, testigo de su época de grandeza, estuvo hasta sus últimos momentos junto a Artigas, ayudándolo con su dedicación y su cariño rayano en la idolatría, a soportar el destierro lejos de la patria, a la cual recordaban juntos”.Con error, durante años, se creyó que “Ansina” era Manuel Antonio Ledesma, soldado artiguista que entró con él a exilio paraguayo. Incuso la ciudad de Montevideo erigió un monumento a Ledesma, considerando que éste era “Ansina”.En un concluyente estudio, el historiador, doctor Felipe Ferreiro (pág. 731 a 752 de la Revista de Instituto Histórico y Geográfico T.5 N.2 año 1926) expresa: “1º. Que Manuel Antonio Ledesma fue uno de los soldados que acompañaron a Artigas al Paraguay.2º. Que no está probado ni es creíble que se le nombrara entre sus camaradas por el apodo de Ansina. 3º. Que Manuel Antonio Ledesma no fue asistente de Artigas durante los treinta años de su expatriación”.

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Doña Elisa A. Menéndez, que dirigiera durante varios años la escuela del Solar de Artigas (historiadora, además), en su biografía sobre Artigas aporta un importante testimonio de que el verdadero nombre de “Ansina” era Joaquín Lencina, recogido del anciano centenario don León Benítez, nieto del Mariscal don Caros Antonio López. Escribió en su opúsculo “Ansina”! “Era don león un antiguo vecino de Ibiray, cuya niñez pasó a la sombra de Don Carlos Antonio López, su abuelo”.“Un poco tarde, dada su avanzada edad, nos enteramos de su existencia en la vecindad del solar de Artigas. Enseguida resolvimos hacerle una visita, a fin de recoger los recuerdos e impresiones que conservara del viejo patriarca de Ibiray. Contaba entonces 102 años de edad. Dos años más tarde dejaba de existir. Sus ojos habían perdido su luz; pero su rostro conservaba una alegre expresión y rastros de o que había sido una hermosa cabeza varonil. Un humilde rancho de pisos enladrillados y rojiza techumbre, le sirve de morada.Don León es la estampa del pasado. Ultimo reducto vivo de recuerdos artiguistas. No sin emoción lo contemplamos, estrechando sus manos trémulas. Del largo y animado diálogo que mantuvimos, sólo transcribimos lo siguiente:

- Yo tenía, nos dice, unos ocho o nueve años cuando el General Artigas moraba en una chacra de mi abuelo.

- ¿Vivía solo?, le pregunta la maestra.- No. Estaba con él su secretario Lencina.- ¿Lencina o Ansina?, insiste la maestra.- No. Lencina, afirma categóricamente”.

Resulta claro que Manuel Antonio Ledesma merece el homenaje que le corresponde por ser soldado de Artigas, pero no por los méritos y la gloria de quien lo asiste durante más de treinta años, que van desde el momento final en que el Prócer se desploma, físicamente extinguido en tierra paraguaya. Es casi seguro que el verdadero nombre de Ansina sea Joaquín Lencina, aunque acaso nunca se llegue a tener absoluta certeza histórica. Tal el resultado de la modestia de quien sirviendo con conmovedora abnegación a la inmensa figura del Prócer, fue capaz de ocultarse tras un sobrenombre, prefiriendo quedar en la periferia de la historia.

Ha escrito el doctor Idelfonso Pereda Valdés:“Ansina es un símbolo, tal vez un mito. Bajo ese nombre se oculta la humildad más generosa, la abnegación y el sacrificio, las virtudes cardinales de la raza de color. La historia debe tener su rincón para los que vivieron en la sombra, para las figuras secundarias oscurecidas por las estelares, pero a veces tan grandes en la humildad y e sacrificio. Cuando se recuerda este paradigma de las virtudes cardinales, este oscuro habitante de las regiones de la Historia, este abnegado y último soldado que le llamaban “Ansina”, y como dijo el poeta Fernán Silva Valdés, de “Ansina” en su poema “Artigas”: “Cebando mate se metió en la Historia”.

Pero no fue sólo cebando mate, concluye Pereda Valdés, también peleando junto a su Jefe inmortal. Como “Ansina” lo recogió la tradición y con ese nombre debemos trasmitirlo a la posteridad.En el proyecto que hemos articulado queremos rendir tributo a “Ansina”, pero también a la raza negra a que pertenecía y que dio a la epopeya artiguista una generosa y grande contribución. El Tío Peña, un negro es el primero en acompañar a Artigas a su paso por Colonia, luego de alejarse de la Compañía de Blandengues para entregarse a la empresa de liberar a la Banda Oriental del dominio español. El Batallón Nº 6 de pardos y morenos sobresalió por su valor y lealtad. Muchos negros forman entre los soldados que acompañan a Artigas en su marcha final hacia el

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Paraguay y no pocos de ellos son autorizados a cruzar la frontera para perderse definitivamente en la interminable noche paraguaya.Artigas en su apogeo no se olvidó de los negros. En el Reglamento Provisorio de 1815 de la Provincia Oriental para el Fomento de la Campaña y seguridad de sus hacendados, en su artículo 8º., Artigas plasma su generoso espíritu de justicia social: “Que los más infelices serán los más privilegiados” en el reparto de tierras. Y agrega el artículo: “En consecuencia los negros libres, los zambos de esta clase, los indios y los criollos pobres, todos podrían ser agraciados en suertes de estancias, si con su trabajo y hombría de bien propenden a su felicidad y a la de la Providencia.

Este es el texto completo de la Exposición de Motivos presentado a la Cámara de representantes acerca del proyecto de Ley:

“ANSINA”. (Se dispone que sus restos sean trasladados del Panteón Nacional, donde se encuentran, al Mausoleo de Artigas)

Articulo 1º.- Dispónese que los restos de “Ansina” sean trasladados de Panteón Nacional donde se encuentran al Mausoleo de Artigas en la Plaza Independencia, en una urna cuya única inscripción dirá: Ansina.

Artículo 2º.- El traslado de los restos de “Ansina” será acompañado por una columna cívica encabezada por las autoridades nacionales y el cuerpo diplomático acreditado en el país, los dirigentes políticos, los estudiantes, autoridades de la enseñanza, fuerzas sociales, y el pueblo en general.

Artículo 3º .- Con anterioridad a lo dispuesto en el artículo 1º.- se procederá a reproducir en las paredes laterales del Mausoleo el texto completo de las Instrucciones de Abril de 1813.

Artículo 4º.- Para llevar a la práctica las disposiciones precedentemente establecidas se integrará una comisión de cinco miembros, cuatro designados por el Poder Ejecutivo y uno por el Consejo Central Universitario. Esta Comisión actuará en la órbita del Ministerio de Educación y Cultura.

Artículo 5º.- Modifícanse las disposiciones de decreto-ley que dispuso la construcción de mausoleo en cuanto se opongan a las de esta ley.

Artículo 6º.- Comuníquese, etc.

(Diario de la Cámara de Representantes del miércoles 4 de junio de 1986Págs. 275/6/7)

A modo de agradecimiento

A todos aquellos que me han compartido tardes y noches de discusión sobre la figura de ANSINA a lo larga de nuestra militancia en la Comunidad Afrodescendiente.-A aquellos que desde muy temprano me imbuyeron el espíritu de ratón de biblioteca, viviendo la historia de la patria vieja y la diaria, rescatando referentes de nuestra comunidad que sirvan de ejemplo para las nuevas generaciones.Y a mí Club de Leones Montevideo Ansina que confía en mí como un referente de la Comunidad Afrouruguaya y me ha solicitado esta publicación para tratar de esclarecer la polémica figura de quien con orgullo llevamos su nombre y trabajo que como destino tiene a los alumnos de las Escuelas Ansina.-

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José Enrique Díaz

5/10/2012

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