Reporte 81 Dialogo Intercultural
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CESOP
rE ppo r t ter e p o r t t e
DILOGO INTERCULTURAL:PROBLEMTICA DE LOS PUEBLOS INDGENAS
1 Presentacin Rafael Arstegui Ruiz
3 Dilogo intercultural, consulta y participacin de los pueblos indgenas en Mxico Anavel Monterrubio Redonda
10 El origen del dato demogrfico. El caso de la poblacin indgena en Mxico Rafael Lpez Vega
28 Hacia un dilogo intercultural en torno a los derechos de los pueblos indgenas tanto a su territorio como a sus recursos naturales Gabriel Fernndez Espejel
37 Las diferencias en la percepcin de riesgo en torno al cuidado personal de la salud entre grupos de edad y grupos culturales en el Valle de Mxico Franciso J. Sales Heredia
41 La complejidad urbana y las peculiaridades demogrficas de los pueblos originarios en el Distrito Federal Felipe de Alba Murrieta
Reporte CESOP
Nmero 81 Noviembre de 2014
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Rafael Arstegui RuizDirector General
Francisco J. Sales HerediaDirector de Estudios Sociales
J. Guadalupe Crdenas SnchezDirector de Opinin Pblica
Julio Csar Moguel ViverosDirector de Estudios de Desarrollo Regional
Lucero Ramrez LenCoordinadora de Vinculacin y Difusin
Efrn Arellano TrejoSubdirector de Opinin Pblica
Ernesto Cavero PrezSubdirector de Anlisis y Procesamiento de Datos
Eduardo A. Chvez CastroCoordinador Tcnico
Reporte CESOP, nm. 81, noviembre de 2014. Publicacin mensual del Centro de Estudios Sociales y de Opinin Pblica de la Cmara de Diputados, Av. Congreso de la Unin 66, Edificio I, primer piso, Col. El Parque, Mxico, D.F., C.P. 15960. Tel. 5036 0000 ext. 55237. Correo electrnico: [email protected] Editor responsable Francisco J. Sales Heredia Los artculos contenidos en esta publicacin y las opiniones vertidas no reflejan la postura de la Cmara de Diputados.
Reportes CESOP
56. Elecciones 2012 (Tomo II)57. Algunos temas de la agenda en la LXII Legislatura58. Glosa del Sexto Informe de Gobierno (Polticas interior, econmica, social y exterior)59. Temas selectos para el presupuesto de 201360. Reforma pblica de la administracin pblica federal Vols. I y II
201361. Notas acerca de la Cruzada contra el Hambre62. rganos reguladores63. Notas acerca del Pacto por Mxico64. Algunas caractersticas del sistema educativo Vol. I65. Particularidades comparadas y opinin pblica acerca del Sistema Educativo Vol. II66. Reforma energtica67. Notas acerca de la reforma fiscal68. Notas acerca del Primer Informe de Gobierno69. Notas acerca del presupuesto federal 201470. Consideraciones y prospectiva sobre temas de la agenda nacional71. Consideraciones y prospectiva sobre temas de la agenda nacional
201472. Consideraciones en torno a la reforma energtica73. Apuntes sobre la reforma poltica74. Derechos indgenas y armonizacin legislativa75. Componentes del ndice de Desarrollo Humano76. Consideraciones en torno a la reforma energtica77. Algunos temas en materia social78. Reformas estructurales y Glosa del Segundo Informe de Gobierno (polticas econmica e interior)79. Reformas estructurales y Glosa del Segundo Informe de Gobierno (polticas interior y social)80. Consideraciones acerca del presupuesto de egresos de 2015
201029. Rumbo al centenario de la Revolucin30. Reforma poltica31. Reforma fiscal32. Reforma del Congreso33. rganos electorales locales34. Elecciones locales 2010 en el centro-norte35. Elecciones locales 2010 en el centro-sur36. Migracin Mxico-Estados Unidos37. Los indicadores de buen gobierno en Mxico y el trabajo legislativo38. Panormica sobre la transparencia y el acceso a la informacin en Mxico39. Revisin de las polticas pblicas del Cuarto Informe de Gobierno40. Apuntes para el anlisis presupuestal 2011
201141. Telecomunicaciones42. Seguridad social en Mxico43. Avances en la implementacin de la reforma penal44. Anlisis de resultados del Censo 201045. Reforma poltica46. Cambio climtico47. Crisis econmica internacional los posibles efectos en Mxico48. Glosa del Quinto Informe de Gobierno (Polticas interior y econmica)49. Glosa del Quinto Informe de Gobierno (Polticas social y exterior)50. Una perspectiva de opinin pblica
201251. Residuos slidos urbanos en Mxico52. Mujeres y elecciones53. Jvenes: optimismo moderado54. Algunas notas sobre la opinin pblica55. Elecciones 2012 (Tomo I)
Todos los documentos pueden consultarse en la pgina de internet: www.diputados.gob.mx
Comit del CESOPMesa Directiva
Dip. Sebastin Alfonso de la Rosa PelezPresidente
Dip. Ana Isabel Allende Cano Dip. Mara Teresa Jimnez Esquivel
Dip. Carol Antonio AltamiranoSecretarios
Centro de Estudios Sociales y de Opinin Pblica
Mario Aguirre MaznFelipe de Alba MurrietaGabriel Fernndez Espejel Jos de Jess Gonzlez Rodrguez Benjamn Herrejn FragaRafael Lpez VegaSalvador Moreno PrezYuriria Orozco MartnezEdgardo J. Valencia FontesInvestigadores Roberto Aschentrupp Toledo Arn Baca NakakawaLuis ngel BellotaNatalia Hernndez GuerreroKaren Nallely Tenorio ColnApoyo en investigacin
Jos Olalde Montes de OcaAsistente editorial
Claudia Ayala SnchezCorreccin de estilo
Alejandro Lpez MorcilloEditor
Francisco J. Sales HerediaDirector del Reporte CESOP
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* Doctor en Educacin por el ICE de la UAEM. Di-rector General del CESOP. Lneas de investigacin: edu-cacin, medio ambiente e interculturalidad.
Presentacin
Rafael Arstegui Ruiz*
El ltimo Reporte del ao se centra en uno de los problemas de ms larga data en nues-tro pas: la falta de desarrollo de los pueblos indgenas. El Reporte CESOP presenta una parte del proyecto de dilogo intercultural que lleva a cabo para contribuir a entender y aportar en la solucin de la problemtica.
El primero de los artculos presentados, es-crito por Anavel Monterrubio, se enfoca en la discusin acerca de la interfaz entre derechos, principalmente los derechos socioeconmicos y el derecho al reconocimiento; ambos grupos de derechos con evidentes carencias en el caso de los pueblos indgenas. Una forma de acer-carse a este problema es por medio del dilogo intercultural. El planteamiento se centra en el derecho a la consulta a los pueblos y lo que sta involucra. Para lograr una adecuada consulta, los prerrequisitos abundan en la comprensin por parte de los consultados de la problem-tica especfica. Este hecho requiere una com-prensin de quien consulta de cmo transmitir la informacin, de tal manera que permita un
ejercicio democrtico pleno. Es claro que las posiciones pueden ser encontradas y necesitan un dilogo permanente donde puedan aclarar-se los lmites de la discusin.
El segundo de los artculos, de la autora de Rafael Lpez, analiza los problemas tcni-cos existentes en los datos estadsticos acerca de las preguntas ms simples: quines son los indgenas y cuntos son. A pesar de que apa-rentemente esto parecera resuelto hace tiempo, existen muchos problemas para saber quines son indgenas, especialmente si aceptamos la idea de que un ciudadano puede autodenomi-narse como tal sin hablar una lengua indgena ni tener vnculos comunitarios ni territoriales.
De la misma forma, el aislamiento en el que han vivido los pueblos y la desatencin perma-nente hacia ellos hace difcil saber sus tasas de natalidad y mortalidad, complicando el conteo. En el artculo se discute la parte inicial de un proyecto de anlisis demogrfico de los pueblos, con miras a estudiar sus patrones de migracin y el ejercicio de su derecho a residir en cualquier parte del territorio manteniendo su cultura.
Por otro lado, Gabriel Fernndez hace re-ferencia a un problema aejo que cada vez co-
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bra ms importancia: la propiedad de tierras comunales y ejidales por parte de los pueblos indgenas. La dificultad en este tema reside en las viejas demandas de territorios expro-piados por las leyes de Reforma y el vnculo cultural al medio ambiente de grandes exten-siones reclamadas por los pueblos indgenas. Ante los crecientes reclamos, los dife rentes gobiernos han actuado de forma dismbola y con interpretaciones distintas hacia lo que la ley manda, requiriendo una forma de dilo-go constante que permita la solucin a estos problemas.
En su artculo, Francisco Sales propone indagar acerca de las diferencias sobre la con-cepcin de la eficacia de distintos acercamien-tos a la salud, tanto medicina alternativa como medicina alpata, partiendo de la hiptesis de que la comprensin amplia de la salud por parte de los diversos grupos culturales puede incidir en el estado de salud y por tanto reque-rir intervenciones de poltica pblica diferen-
ciada. El autor considera que no basta atender problemas de salud, sino que se requiere una comprensin general de la percepcin del in-dividuo acerca de su salud para poder atender sus problemas. Tambin sugiere que las bre-chas de salud entre los grupos indgenas y el resto de la poblacin pasa en mucho por la in-comprensin del sistema y de los propios ciu-dadanos sobre cmo entender la salud dentro de un espectro cultural.
Finalmente, Felipe de Alba destaca una anomala cultural en el Distrito Federal, pre-sentando datos que muestran que si bien exis-ten pueblos originarios establecidos y cultu-ralmente integrados, la poblacin indgena hablante no necesariamente habita en ellos, abriendo una discusin extra a la problemtica indgena. Los pueblos originarios son, adems, la frontera con las tierras an sin construir en el DF, recibiendo una presin constante para el cambio de uso de suelo y de modificacin a sus procesos culturales.
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Introduccin
La problemtica de los pueblos indgenas en Mxico involucra la concatenacin de dos dimensiones que relacionan su derecho al de-sarrollo: la dimensin socioeconmica y la so-ciocultural, las cuales, en el sistema intertnico (relacin Estado-pueblos indgenas) compren-den la exigencia de dos tipos de polticas: las de redistribucin y las de reconocimiento.
Las polticas de redistribucin se relacionan directamente con el ejercicio de derechos en-caminados al desarrollo humano, bienestar y calidad de vida (derechos universales): dere-cho al empleo, a la vivienda, a la educacin, a la salud, etctera; mientras que las polticas de reconocimiento incluyen el derecho a la autono-ma, a la diversidad cultural, a la libre deter-minacin, a la pluriculturalidad, a la participa-cin, etctera.
Para el ejercicio pleno de las dos vertientes de derechos cada vez se reconoce ms que son complementarias, pues las polticas de redis-tribucin slo pueden ser posibles si existe un verdadero reconocimiento de las identidades.
Sin embargo, aunque las dos dimensiones de derechos estn establecidas en la Constitu-cin mexicana, lo que se observa es que, en la prctica, las acciones gubernamentales buscan encontrar soluciones slo en el mbito redis-tributivo, mientras que las reivindicaciones principales de los movimientos indgenas (y las ONG que los apoyan) estn concentradas en los segundos.1
Ambas dimensiones presentan limitacio-nes serias para el desarrollo de estos pueblos, pues, por un lado, el examen de las polticas pblicas diseadas para la atencin de los pue-blos indgenas, en comparacin con sus condi-ciones objetivas de vida y desarrollo, muestran una innegable contradiccin: el insistente pro-
1 Hctor Daz Polanco, Descontento indgena, justicia y autonoma, Revista Agenda para el Desarrollo. Derechos y polticas sociales, vol. 12, Cmara de Diputa-dos/Porra, 2007, pp. 129-141.
Dilogo intercultural, consulta y participacin de los pueblos indgenas en Mxico
Anavel Monterrubio Redonda*
* Doctora en sociologa. Colabor como investiga-dora en el CESOP en la Direccin de Estudios Sociales. Lneas de investigacin: planeacin y desarrollo urbano, pobreza, asuntos indgenas. Correo electrnico: [email protected]
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psito gubernamental de la accin pblica in-tegral para atender los diferentes factores que condicionan la vida de estos pueblos, frente a la dura realidad marcada por una situacin de marginacin, rezago, desigualdad y pobreza que deteriora la vida, los recursos y las culturas de esta poblacin.2
Por otro lado, existe una relacin conflictiva con el Estado, en contra de la exclusin de los es-pacios institucionales y polticos en las instancias ejecutivas, legislativas y judiciales, y en la admi-nistracin, direccin y ejecucin de las polticas del Estado destinadas a los pueblos indios.
La solucin de esta problemtica en-marcada en la coexistencia de una sociedad plural implica la generacin de estrategias para la consecucin de un dilogo intercultu-ral que permita mecanismos democrticos para la toma de decisiones, contexto en el cual to-man relevancia dos de los derechos colectivos permanentemente reivindicados por los movi-mientos indgenas: el derecho a la consulta y el derecho a la participacin.
En este contexto, el presente documento constituye una propuesta de investigacin que establece como objeto de estudio la relacin entre la construccin del dilogo intercultural y el ejercicio de los derechos a la consulta y par-ticipacin de los pueblos indgenas en Mxico.
Autonoma y pluriculturalidad
El reconocimiento constitucional de Mxico como una nacin pluricultural refiere el reco-
2 Jos del Val, Una nueva poltica social para los pueblos indgenas, Mxico Social, nm. 24, Mxico, CEI-DAS, 2012, pp. 17-19, en [http://issuu.com/mexico_so-cial/docs/ms_julio2012/3?mode=window].
nocimiento de los derechos colectivos de los pueblos y comunidades indgenas expresados, especialmente, en el derecho a conformar una unidad social, econmica y cultural en un te-rritorio determinado con autoridades propias de acuerdo con sus usos y costumbres. Lo cual se ejercer segn seala la misma Constitu-cin en un marco de autonoma que asegu-re la unidad nacional.3 De modo que las bases que sostienen la construccin de un Estado plu-ricultual son los derechos autonmicos referidos al derecho al autogobierno, el derecho a los de-rechos y el derecho al territorio.
Sin embargo, en la prctica, el reconoci-miento formal de este pluralismo se percibe por parte de los movimientos indgenas como un intento por lograr su incorporacin subordinada en el sistema nacional, en lugar de un reconocimiento genuino de la diversi-dad cultural, que implica una amplia revisin de las normas y procedimientos legales a par-tir del dilogo entre ellos y las instituciones de gobierno.
Asimismo, aunque en la esfera pblica existe un consenso en el que se acepta la ne-cesidad de respetar la diferencia y el plura-lismo cultural y que ste debe traducirse en polticas sociales, econmicas y culturales en favor de la diversidad y la integracin, siguen existiendo recelos para lograr los arreglos autonmicos, cuyos principales ar-gumentos son la desintegracin del tejido nacional y la violacin de derechos o garan-tas individuales, lo cual ubica en el centro del debate de la diversidad y la integracin cultural las diferentes posturas acerca de los
3 Artculo 2, prrafo tres, Constitucin Poltica de los Estados Unidos Mexicanos. Texto vigente.
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lmites del pluralismo y cmo debe conci-liarse con la universalidad.4
Al respecto, un objetivo de la investigacin es sistematizar las diferentes posturas sobre la discu-sin acerca del tema de la diversidad cultural y las bases del dilogo intercultural.
De esta manera, el descontento de los in-dgenas tiene una raz poltica: los pueblos de-mandan autonoma mientras que los grupos que controlan el poder se niegan a reconocerla o lo hacen con condiciones que terminan por anularla en la prctica.
La forma autonmica que demandan como pueblos y comunidades indgenas cubre las li-bertades y derechos que, mencionan diferentes autores,5 implica que estas comunidades:
Sean reconocidas como pueblos o gru-pos con identidades propias (sustento del reconocimiento de derechos colectivos). En este caso, los derechos individuales y los colectivos se refuerzan mutuamente.
Que tengan autoridades propias, elegi-das libremente por las mismas colecti-vidades, cuyas caractersticas, faculta-des e instancias administrativas estn claramente normadas en el marco ju-rdico comn.
4 Hctor Daz Polanco, Descontento indgena op. cit. y Eduardo Nivn, Sobre las polticas de inter-culturalidad, la gestin, en Luca lvarez, Cristina Snchez Mejorada y Carlos San Juan (coords.), La ges-tin incluyente en las grandes ciudades, Mxico y Demo-cracia, UNAM/UAM, 2011, pp. 321-340.
5 Para ms informacin se puede consultar a Hc-tor Daz Polanco, Descontento indgena..., op. cit. y a Willem Assies, Gemma van der Haar y Andr J. Hoekema, Los pueblos indgenas y la reforma del Es-tado en Amrica Latina, Papeles de Poblacin, vol. 8, nm. 31, Mxico, Universidad Autnoma del Estado de Mxico, 2002, pp. 95-115.
Dispongan de un mbito territorial propio (no slo en el sentido de los re-cursos o en cuanto hbitat) en el que puedan desarrollarse las estructuras polticas, sociales, econmicas y legales indgenas.
Adquieran las facultades y competen-cias para preservar sus complejos so-cioculturales (lenguas, organizacin, creencias, usos y costumbres).
Puedan participar plenamente en las instancias u rganos de debate y deci-sin nacional y local: en los congresos locales, en el Congreso de la Unin y en todas las instancias creadas para la participacin ciudadana sin que la con-dicin tnica sea un impedimento.
Estn en posibilidad de manejar los recursos propios (y acceder a los fondos nacionales en ejercicio de un federalismo cooperativo y solidario) necesarios para que las autoridades indgenas realicen las tareas de go-bierno y justicia que el propio orden legal les determina.
As, los cimientos de la autonoma estn basados en los conceptos bsicos de territorio, gobierno y jurisdiccin, en un sistema poltico democratizado.
Los Acuerdos de San Andrs consideraron este contenido mnimo y las reformas constitu-cionales representan entonces la base de este arreglo constructivo para la instauracin del rgimen autonmico; pero, al no cumplirse en su totalidad, las tensiones estructurales en tor-no de la exclusin social y poltica continan siendo las principales reivindicaciones polticas de estos pueblos.
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Con lo anterior se deduce que el ncleo de los conflictos tnicos nacionales se manifiesta en la exigencia de polticas de redistribucin y de reconocimiento y en la necesidad de solu-ciones estables y duraderas mediante un pacto autonmico en un entorno democrtico que deje conformes a ambas partes.6
Sin embargo, no se puede perder de vis-ta que se trata de realidades dismiles, en las que confluyen dos espacios que se manifiestan interdependientes a la vez que muy diferencia-dos entre s: por un lado, estn las lgicas in-herentes a los procesos organizativos indgenas y, por otro, la lgica poltica de los estados; es decir, son sistemas intertnicos cuyas fuerzas operantes aparecen definidas por la comple-mentariedad y el conflicto: uno no existe sin el otro y la estabilidad del sistema depende de su capacidad para sostener un equilibrio (pre-cario), todo el tiempo sujeto al desarrollo de nuevas tensiones estructurales. Cmo lograr el equilibrio? Cmo evitar el endurecimiento de posturas o caer en fundamentalismos?
Al respecto, cada vez es ms reconocido que el equilibrio que demanda la coexistencia de culturas diferenciadas (pluralismo o multi-culturalismo) slo puede lograrse a travs de la responsabilidad mutua y del establecimiento de un dilogo intercultural, cuyos componen-tes principales coinciden diferentes auto-res son la comunicacin y la participacin:
El dilogo intercultural implica participar acti-
vamente en el debate acerca de los modos de
las polticas sociales, de desarrollo, de demo-
cracia, de justicia e infundirlas con propuestas
6 Miguel Alberto Bartolom, Procesos intercultura-les. Antropologa poltica del pluralismo cultural en Amrica Latina, Mxico, Siglo XXI, 2008.
y valores articulados por los movimientos de
los pueblos indgenas.7
El concepto de interculturalidad se refiere a la
interaccin de una forma horizontal y sinr-
gica entre grupos y personas que pertenecen
a culturas distintas, basada en el respeto y la
igualdad, que presupone una comunicacin
comprensiva y un proceso de enriquecimiento
mutuo entre distintas culturas que conviven en
un mismo espacio.8
Interculturalidad es la puesta en relacin de
miembros de diferentes culturas, as como los
mecanismos sociales necesarios para lograr una
comunicacin eficiente, sin que ninguno de los
participantes se vea obligado necesariamente a re-
nunciar a su singularidad cultural para lograrlo.9
Desafos para el dilogo intercultural en un rgimen autonmico
No obstante, aunque se reconoce la impor-tancia del dilogo intercultural, el desafo se
7 Willem Assies et al., Los pueblos indgenas y la reforma del Estado..., op. cit.
8 Sylvia Schmelkes, Interculturalidad, democra-cia y formacin valoral en Mxico, Revista Electrni-ca de Investigacin Educativa, vol. 11, nm. 2, 2009, en [http://redie.uabc.mx/vol11no2/contenido-schmelkes2.html]. Sal Alejandro Garca y Mindahi Crescencio Bastida Muoz, Un paradigma educativo intercultu-ral para impulsar la paz y el desarrollo local de las comu-nidades originarias, Revista Ra-Ximhai, vol. 8, nm. 3, Programa de Desarrollo Sustentable de la Universidad Intercultural del Estado de Mxico (UIEM), Mxico, 2012, en [http://www.uaim.edu.mx/webraximhai/Ej-25articulosPDF/Art01.pdf].
9 Miguel Alberto Bartolom, Procesos intercultura-les..., op. cit., p. 124.
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halla en establecer las bases mnimas y las es-trategias para lograrlo, en cmo descubrir las conexiones y las distancias, las dinmicas y las permanencias de las relaciones intertnicas y sus cruces interculturales.
Acerca de las bases para establecer el di-logo, algunos autores coinciden en que la pla-taforma mnima para el dilogo intercultural en un rgimen autonmico la constituyen la democracia y el respeto de derechos funda-mentales que definen el ncleo de la dignidad humana: el derecho a la vida y la proteccin contra la esclavitud y la tortura.
Para otros, consiste en la promocin de la responsabilidad mutua entre las esferas pbli-cas y la transformacin reflexiva de las culturas locales, regionales, nacionales y globales, para lograr una relacin igualitaria.
Para otros ms, de lo que se trata es de lo-grar el equilibrio entre lo universal y lo particu-lar, ente lo comunitario y lo individual, entre los que piensan que las polticas interculturales son un asunto tcnico y aquellos que piensan que su clave es producir aunque sea en una escala reducida verdaderos espacios de igualdad.10
Otro objetivo de la investigacin es sistemati-zar las diferentes vertientes desde las cuales se es-tablece la importancia del dilogo intercultural en un nuevo orden democrtico; es decir, dentro de la discusin de la reforma del Estado.
Se trata entonces de generar dilogos in-terculturales cuyo principio bsico sea la cons-titucin de una plataforma para una sociedad igualitaria y justa que enfrente las dos dimen-siones de la desigualdad: la socioeconmica y la sociocultural.
10 Eduardo Nivn, Sobre las polticas de intercul-turalidad..., op. cit,. p. 338.
Es decir, la finalidad de un enfoque inter-cultural es contribuir a superar la exclusin y la marginacin social con el fin de construir una sociedad plural basada en los principios de democracia, equidad y ciudadana, respec-to a los derechos humanos individuales y co-lectivos.
Consulta, participacin y dilogo
Empero, las posturas dismiles de los actores involucrados no nicamente tienen que ver con la posicin que ocupan dentro del sistema intertnico, sino tambin con la reconfigura-cin del orden econmico y jurdico global y local y con las necesidades de (re)legiti-macin del Estado mediante los procesos de democratizacin y la bsqueda de un nuevo pacto social.
En esta bsqueda, la apertura democrti-ca circunscribe el debate y la toma de decisio-nes en formas de participacin de los pueblos y comunidades indgenas que vayan ms all de avalar o colaborar en la instrumentacin de polticas para su desarrollo.
En este punto cobra relevancia el ejercicio de dos de los derechos colectivos en los que los movimientos indgenas actuales han concen-trado sus esfuerzos para la construccin de un rgimen autonmico: el derecho a la consulta y al consentimiento previo, libre e informado, y el derecho a la participacin.
El derecho a la consulta est relacionado con la libre determinacin, en la medida que tiene como premisa el derecho y la capacidad indivi-dual y comunitaria (de los pueblos y comuni-dades de indgenas) para decidir con libertad, previa y debidamente informados, sobre asun-
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tos de carcter privado o pblico y de inters comunitario, social y comunal, para conseguir su desarrollo econmico, humano, poltico, so-cial y cultural, en razn de lo cual es una pre-rrogativa enmarcada en la relacin de derechos que constituyen su derecho al desarrollo.
En lo que corresponde el derecho a la par-ticipacin, desde un mbito pluricultural, sig-nifica por una parte, lograr el equilibrio entre la participacin indgena en el Estado y sus instituciones y, por la otra, el respeto para la autonoma de las instituciones indgenas.11
Ambas dimensiones en el contexto de la reforma del Estado refieren requerimientos de ajuste estructural y apertura democrtica para la reformulacin del modelo de desarrollo basado en la interculturalidad.
Objetivo general y especficos
Con esta base, el objetivo general de la investi-gacin es examinar las condiciones jurdicas y prcticas para establecer un dilogo intercul-tural en torno del ejercicio de los derechos a la consulta y a la participacin de los pueblos indgenas en Mxico.
Objetivos especficos
Sistematizar las diferentes posturas so-bre la discusin del tema de la diver-sidad cultural y las bases del dilogo intercultural.
Identificar los parmetros mnimos que desde el marco jurdico interna-
11 Willem Assies et al., Los pueblos indgenas y la reforma del Estado..., op. cit.
cional se establecen para hacer efec-tivos tanto el derecho a la consulta como a la participacin de los pueblos indgenas.
Examinar los avances en la legislacin nacional y local que permitan visuali-zar los alcances y limitaciones jurdicas para el ejercicio de estos derechos.
Sistematizar la problemtica que pre-sentan los pueblos indgenas con re-lacin al derecho a la consulta y a la participacin.
Examinar los elementos que definen el conflicto intertnico y sus diferentes manifestaciones.
Analizar las consideraciones que, des-de estos pueblos, son necesarias para el ejercicio de los dos derechos, para la construccin de una sociedad y una cultura poltica ms incluyente.
Hiptesis
Existen diferentes nociones de desarrollo que remiten a conceptos y formas diferenciadas de lo que se concibe como el derecho a la consulta y a la participacin que, en la construccin de un dilogo intercultural, conviene que sean ana-lizadas.
En tal sentido establecer un marco de refe-rencia que permita generar las condiciones para el dilogo implica comprender las relaciones inte-rtnicas considerando tres categoras fundamen-tales: el contexto (temporal, espacial, econmico), el proceso (democrtico o no) y el conflicto en el que se desarrollan. Esto define las reivindica-ciones, las posturas, los mbitos declarativos y operativos de las polticas de interculturalidad,
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las formas y mecanismos de participacin, y los marcos interpretativos para el dilogo.
Metodologa
Se utilizar el mtodo cuantitativo a travs de la inclusin en la encuesta general de la investiga-cin, de preguntas relacionadas con la definicin del objeto, los responsables y las caractersticas y principios que configuran el derecho a la consulta, y de los temas, frmulas y canales de participacin.
El mtodo cualitativo se utilizar a travs de la tcnica de entrevistas semies tructuradas
a representantes de comunidades indgenas y a miembros de los movimientos indgenas.
Resultados esperados
Con relacin a la investigacin en la que se inserta este trabajo se espera como resultado principal la construccin de repertorios inter-pretativos de los pueblos y comunidades ind-genas sobre las temticas y frmulas para un dilogo int ercultural en materia de consulta y participacin para el ejercicio de su derecho al desarrollo.
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Introduccin
La intervencin estatal para beneficiar a la po-blacin requiere polticas pblicas con mayor conocimiento de la aritmtica demogrfica de a quines va dirigida, entre los elementos que le dan soporte y que a la vez le permiten disear estrategias e instrumentar acciones especficas. Mxico se reconoce (en sus ins-trumentos jurdicos fundacionales) como una nacin pluricultural y en ese tenor sin dejar atrs la generalidad de las lneas de poltica que articulan el quehacer estatal, el gobierno ha hecho frente a las mltiples necesidades que tal caracterstica de la nacin le impone. Ms an, en los nuevos instrumentos de planeacin del desarrollo se ha indicado la necesidad de ac-tuar bajo un marco intercultural y de dilogo entre (y con) las poblaciones indgenas.
Si bien es cierto que se identifican in-tenciones, estrategias y acciones especficas
donde la multiculturalidad se reconoce en distintos campos de la vida social y cotidiana, como el de la salud, la educacin, la alimen-tacin y el de la participacin en proyectos de alcance nacional, as como de apertura hacia la interculturalidad, tambin lo es que al mismo tiempo hay una afirmacin general de que el Es-tado carece de canales para comprender y hacer viable un proyecto o mltiples proyectos de in-terculturalidad para dar cabida al cumplimiento de los derechos humanos enunciados en nuestra Constitucin poltica y los derivados de acuerdos, convenios y recomendaciones internacionales que ataen particularmente a las poblaciones in-dgenas en cuanto sujetos de derecho pblico.
Es as como el esfuerzo por visibilizar a las poblaciones indgenas viene desde estas mis-mas poblaciones y entre muchas otras necesi-dades incluye disponer de informacin estra-tgica. Entre sta existen avances importantes sobre la medicin de sus niveles de pobreza y marginacin, y se recaban consistentemente desde hace un cuarto de siglo datos demogr-ficos bsicos. En cuanto a stos a continuacin se presenta una descripcin con relacin a su estructura demogrfica.
El origen del dato demogrfico. El caso de la poblacin indgena en Mxico
Rafael Lpez Vega*
* Maestro en Estudios de la Poblacin por el CO-LEF. Investigador en el rea de Estudios Sociales del CESOP. Lneas de investigacin: poltica ambiental, de-sarrollo sustentable, hogares y migracin internacional. Correo electrnico: [email protected]
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Derechos humanos y poblaciones indgenas
La preocupacin por los derechos humanos de las poblaciones indgenas se hace presente en las convenciones, foros, reuniones y reco-mendaciones internacionales de finales del siglo XX, y stos forman parte de los cambios que en materia de derechos se suscitaron en el ltimo tercio de dicho siglo, situacin con la que se abre un cambio sustantivo en la legis-lacin sobre las poblaciones indgenas y que va de la mano con una eclosin del tema de la unidad territorial y de las nacionalidades a escala global.
En el siglo XXI, de cara a la erosin de de-rechos sociales, polticos y econmicos, asisti-mos a la exigencia para las organizaciones in-ternacionales y los Estados nacionales de que stos sean cumplidos, de que existan medios, instrumentos, estrategias para el ejercicio de los mismos, lo que hace de esta tarea uno de los mayores retos sociales y estatales en lo que va de la centuria actual. Ello se constituye en uno de los ejes para entender el avance en esta materia en los escasos 15 aos transcurridos de este nuevo siglo.
En Mxico el estudio de sus poblaciones indgenas encuentra un punto de inflexin en la dcada de 1990, cuando las poblaciones hablantes de lengua indgena de diversas re-giones del pas, pero predominantemente las del sur-sureste, impactan en la lgica guber-namental de atencin a stas, dejando en claro que el desarrollo institucional de atencin a la sazn estaba rebasado o que simplemente la gestin estatal estaba agotada haca ya mucho tiempo, a la vez que se territorializa a escala nacional e internacional el problema de los de-
rechos humanos, la desigualdad y la exclusin de los pueblos y comunidades indgenas en Mxico.
Se abri con ello un proceso sociopoltico de demanda de derechos y de su cumplimien-to para beneficio de las poblaciones indgenas que lleva ya ms de 20 aos y en el que actualmente actores de la sociedad civil, de los pueblos y comunidades indgenas, de los pode-res Ejecutivo federal, Legislativo y Judicial han remarcado la necesidad de que sean escuchadas, atendidas, cumplidas las demandas y los com-promisos acordados en la dcada de 1990.1
En este periodo tambin se sucit un es-fuerzo estatal para conocer mejor la geografa de las poblaciones indgenas, su nmero, las lenguas habladas, sus caractersticas demogr-ficas, sociales y econmicas, la atencin y acce-so a servicios de educacin y salud. Esfuerzo nacional que tiene como espejo las acciones de diversos organismos internacionales en la ma-teria.
En relacin con la informacin estadstico-demogrfica existen recomendaciones desde el Foro Permanente para las Cuestiones In-dgenas de las Naciones Unidas que insisten en la desagregacin y la visibilizacin de los pueblos indgenas en los sistemas de informa-cin. Tema que tambin ha sido incluido en el Programa de Accin de Durban y sistemtica-mente en los informes de los comits de dere-chos humanos y de los relatores de los diversos pases de Amrica Latina.
1 Vase CESOP, Derechos indgenas y armonizacin legislativa. Declaratoria, relatoras e intervenciones en el Foro Nacional Indgena, 26 de febrero de 2014, ciu-dad de Mxico. En particular, la participacin de Jaime Martnez Veloz, actual Comisionado para el Dilogo con los Pueblos Indgenas de Mxico.
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12 J R E P O R T E C E S O P J
De la Declaracin de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indgenas (107a. sesin plenaria, del 13 de septiembre de 2007) sobresale que:
Artculo 15
1. Los pueblos indgenas tienen derecho a que
la dignidad y diversidad de sus culturas, tradi-
ciones, historias y aspiraciones queden debida-
mente reflejadas en la educacin y la informa-
cin pblica.
Artculo 16
1. Los pueblos indgenas tienen derecho a es-
tablecer sus propios medios de informacin en
sus propios idiomas y a acceder a todos los de-
ms medios de informacin no indgenas sin
discriminacin.
2. Los Estados adoptarn medidas eficaces
para asegurar que los medios de informacin
pblicos reflejen debidamente la diversidad
cultural indgena [].
De estos elementos adoptados internacio-nalmente resalta una adversa constante genera-lizada: vulnerabilidad, discriminacin, pobreza, exclusin. Constante que en las recomendacio-nes para la ronda de los Censos de Poblacin y Vivienda de 2010, en el caso latinoamericano, se hace extensiva en algunos pases a la poblacin afrodescendiente.
Hay un esfuerzo en materia de censos para hacer posible la visibilizacin de las poblacio-nes indgenas en diversos pases. En Amri-ca Latina esta experiencia alcanz en el ao 2000 a 10 pases en los que se pregunt por la lengua. En la ronda de los Censos de Po-blacin y Vivienda de 2010 se sumaron a esta experiencia Brasil y Chile, mientras que Per y Nicaragua dejaron de indagar sobre este tema.
Asimismo, con relacin a la autoidentificacin indgena, en ambas rondas censales coincidie-ron 16 pases, y slo Per y Uruguay incluye-ron por primera vez, en 2010, preguntas sobre autoidentificacin indgena (vase Cuadro 1).2
La informacin recabada mediante los ejercicios censales ofrece insumos para la construccin de indicadores sociales y demo-grficos con relacin a estos grupos. La iden-tificacin de los pueblos indgenas es un tema recurrente en diversos foros a nivel nacional e internacional, en los que es posible advertir un cambio en el nivel discursivo y estadstico. En el primero se hace presente la necesidad de contar con medios estatales y de la sociedad ci-vil para hacer cumplir los derechos humanos; el segundo expresa la necesidad de mayor pre-cisin en la identificacin numrica y las carac-tersticas sociodemogrficas de las poblaciones indgenas.3
En Mxico, la autoridad nacional en es-tadsticas oficiales (INEGI) ha instrumentado en los procesos usuales de recabado, censos y encuestas, nuevos reactivos que tienen como objetivo contar con mayores elementos para
2 Destaca tambin el esfuerzo de Cuba por contar con informacin exclusiva sobre afrodescendientes, y el de varios pases de la regin donde se ha preguntado por la afrodescendencia y la lengua, as como por la au-toidentificacin indgena, entre ellos Brasil, Colombia y Costa Rica. Vase Del Popolo, op. cit., diapositiva 10.
3 Este impulso estadstico se corresponde con nue-vas necesidades internacionales, estatales y sociales de informacin; en cualquiera de los casos no est exenta su medicin de conflictos conceptuales o del uso que tienen los resultados. Vase Ral Prada, La epistemologa del dato, en Revista Mexicana de Sociologa, UNAM, Mxi-co, 1988; KAS (2012), Ronda de Censos 2011/2012 en Amrica Latina: visibilizacin o invisibilizacin de los pueblos indgenas?, Foro internacional, 2012, en [http://www.kas.de/ppi/es/publications/31431/].
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13J N M E R O 8 1 N O V I E M B R E D E 2 0 1 4 J
mejorar el conocimiento de las poblaciones in-dgenas. El XII Censo de Poblacin y Vivienda, 2000, y el cuestionario ampliado que se aplic en una muestra del 10% de las viviendas hi-cieron pblicos sus resultados para este mejor conocimiento, bsicamente permitiendo iden-tificar a los individuos hablantes de lengua in-dgena y a quienes se autoadscriben como ind-genas con independencia de la lengua hablada; reactivos que se aplicaron con algunas modifi-caciones nuevamente en el Censo de Poblacin y Vivienda de 2010.
Las recomendaciones internacionales para recabar informacin sobre la poblacin indgena
Hoy da la pregunta con la cual inicia esta sec-cin encuentra respuesta desde el mbito estatal a travs de la institucin que recaba la informacin estadstica, o bien, desde el quehacer de los orga-nismos creados ad hoc para atender a quienes en nuestro Mxico hablan alguna lengua indgena o se autoadscriben como indgenas en funcin de los resultados del ejercicio censal ms reciente. Es
Cuadro 1. Lengua y autoadscripcin indgena en las rondas censales 2000 y 2010 en los pases de Amrica Latina
Lengua indgena Autoidentificacin indgena
Slo 2000 2000 y 2010 Slo 2010 2000 y 2010 Slo 2010
Per Brasil Argentina
Nicaragua Chile Bolivia
Brasil
Chile
Bolivia Colombia
Guatemala Costa Rica
Mxico Cuba
Paraguay Ecuador
Colombia El Salvador
Ecuador Guatemala
Venezuela Honduras
Costa Rica Mxico
Nicaragua
Panam
Paraguay
Venezuela
Per
Uruguay
Fuente: Elaboracin propia con base en Fabiana del Popolo, Pueblos indgenas y afrodescendientes en los censos de poblacin y vivienda de la dcada 2010, en Celade, Seminario: Los censos de 2010 en Amrica Latina: balance y principales lecciones aprendidas, 2013. [http://www.cepal.org/cgi-bin/getProd.asp?xml=/celade/noticias/paginas/4/51424/P51424.xml&xsl=/celade/tpl/p18f.xsl&base=/celade/tpl/top-bottom_2010.xslt].
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14 J R E P O R T E C E S O P J
decir, el conocimiento y medicin de las poblacio-nes indgenas depende del diseo conceptual, de una definicin que orienta el qu se pregunta en un instrumento de recoleccin universal; datos estadsticos en relacin con un rasgo so-ciolingstico y una decisin personal, todos ellos asumidos como indicadores primarios del concepto y su referente emprico.
Algunas instituciones gubernamentales e investigadores acadmicos, a partir de los re-sultados de los Censos de Poblacin y Vivienda 2000 y 2010, aaden a quienes viven en hoga-res donde el jefe o la cnyuge de ste hablan lengua indgena y tienen la edad cumplida a la fecha censal por abajo del rango de captacin de los reactivos censales (3 o ms aos, 5 o ms aos, segn el evento). Esto en sentido estricto es una decisin que depende de los intereses de la investigacin y que supone que los peque-os con independencia de la lengua que se les ensee en el hogar son indgenas, dado que usualmente el jefe o la cnyuge son el padre o la madre (filiacin por consanguineidad).
El Cuadro 2 sita el cmo se ha pregunta-do a la poblacin en los Censos de Poblacin y Vivienda en Mxico sobre la lengua hablada y la autoadscripcin indgena, aunque ha preva-lecido el criterio lingstico y se ha incorpora-do en los dos ltimos censos este ltimo rasgo.Eventos censales previos dieron preferencia a la lengua castellana e inscribieron reactivos de orden fenotpico (raza) y socio-cultural, es el caso del vestido y el calzado, los bienes usados y el lugar especfico para dormir.
La adopcin de los criterios recientes (con-dicin, lengua, comprensin y autoadscrip-cin) guarda cierta correspondencia con las re-comendaciones internacionales para las rondas censales, y con la experiencia latinoamericana,
pero la decisin del qu y cmo preguntar ha correspondido al organismo que disea, capta, produce, actualiza, organiza, procesa, integra, compila, publica, divulga y conserva la infor-macin de inters nacional.4
En lneas generales, el Cuadro 3 presenta las recomendaciones internacionales para las rondas de los censos 2000 y 2010 con relacin a la captacin de la poblacin indgena, y algu-nos de los elementos del diseo conceptual de los eventos censales en Mxico.
Si bien se advierte cierta correspondencia entre los elementos conceptuales de las re-comendaciones internacionales y los marcos conceptuales de los eventos censales, resalta el reconocimiento constitucional de la composi-cin multicultural del pas con incidencia en la poltica pblica, empezando con la necesa-ria interrelacin con las poblaciones indgenas para lograr el recabado del dato estadstico.
Las poblaciones indgenas en Mxico: un primer acercamiento a sus rasgos demogrficos
Acerca de la aritmtica de los hablantes de lengua indgena, de quienes se autoadscriben como indgenas y de quienes comprenden len-gua indgena se tiene:
Censo 2010: hablantes de 3 o ms aos y lengua hablada.
Censo 2000: hablantes de 5 o ms aos y lengua hablada.
4 Vase Cmara de Diputados, Ley del Sistema Nacional de Informacin Estadstica y Geogrfica, Dia-rio Oficial de la Federacin, ltima reforma 14 de julio de 2014, artculos 59 y 78.
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15J N M E R O 8 1 N O V I E M B R E D E 2 0 1 4 J
Censo 1990: hablantes de 5 o ms aos y lengua hablada.
Muestra censal 2010: hablantes de 3 o ms aos y lengua hablada, autoadscrip-cin indgena, comprensin de lengua indgena.
Muestra censal 2000: hablantes de 5 o ms aos y lengua hablada, y pertenen-cia tnica.
Estos criterios producen entre 1990 y 2010 una numeralia en la que descienden los hablan-tes de alguna lengua indgena, ascienden los que se autoadscriben como indgenas, sean o no ha-blantes de lengua indgena, situacin que abre las posibilidades de la investigacin hacia: Qu
lenguas pierden nmero de hablantes? Cmo vara en el tiempo y territorialmente la estructu-ra y composicin demogrfica de los hablantes?5 La Tabla 1 presenta los volmenes de pobla-cin, nmero de hogares y algunas caractersti-cas sociodemogrficas segn condicin de habla de lengua indgena de la poblacin residente en el pas para los aos 1990, 2000 y 2010. Asimis-mo, para cada ao censal se presenta informa-
5 En las revistas especializadas y en las publicacio-nes de la autoridad estadstica oficial existen investiga-ciones con relacin al volumen y estructura demogrfica de la poblacin indgena; no obstante, stas son de na-turaleza puntual (aos 1990, 1995, 2000, 2005 o 2010) y en general dejan fuera de su descripcin el comporta-miento de indicadores demogrficos bsicos por edad y sexo, como el caso de la relacin hombres-mujeres.
Cuadro 2. La poblacin indgena en los censos de poblacin de Mxico
* En caso de que se hablara lengua indgena y castellano se dio la indicacin que se prefiriera el registro del castellano.Fuente: Elaboracin propia con base en INEGI, cuestionarios censales 1895-2010.
Ao Tipo de censo Tipo de cdula Modalidad de levantamiento
Tema indgena
1895 De hecho y derecho Familiar
Auto
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dron
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nto Idioma habitual*
1900 De hecho y derecho Familiar Idioma nativo o lengua hablada*
1910 De hecho No disponible No disponible
1921 De hecho Colectiva (100 habitantes)
Se pregunt por el castellano y por el idioma o dialecto
1930 De derecho Colectiva (100 habitantes)
Entr
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Comida, calzado, vestido y lugar donde duerme
1940 De derecho Colectiva (80 habitantes)
1950 De derecho Colectiva (45 habitantes) Comida y calzado
1960 De derecho Colectiva (50 habitantes) Se pregunt por el castellano y por lengua o idioma indgena; y comida y calzado
1970 De derecho Colectiva (14 habitantes) Condicin de habla de lengua indgena, lengua,
condicin de habla de espaol 1980 De derecho Colectiva (10 habitantes)
1990 De derecho Colectiva (10 habitantes) Criterio de edad: condicin de habla de lengua indgena, lengua, condicin de habla de espaol
2000 De derecho
Colectiva (6 habitantes) Criterio de edad: condicin de habla de dialecto o lengua indgena, lengua, condicin de habla de espaol. Muestras: 2000: pertenencia tnica 2010: comprensin de lengua indgena y autoadscripcin tnica
2010 De derecho Colectiva (6 habitantes)
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16 J R E P O R T E C E S O P J
cin de la ms reciente conciliacin demogrfica para los mismos aos a la fecha censal.
En relacin con los hablantes de lengua indgena, en la tabla previa se aprecia que su cambio porcentual 1990 a 2000 y 2000 a 2010 se mantiene estable y considerablemente por debajo de la poblacin enumerada, igual acon-tece con sus tasas de crecimiento medio anual; sin embargo, si se le compara con el cambio porcentual y tasas de crecimiento de la pobla-cin conciliada en cada ao censal, la diferen-cia resultante es mucho menor. 6 En direccin
6 La referencia a la poblacin conciliada se deriva del hecho de que su volumen adems de asegurar con-cordancia con el pasado demogrfico del pas, prob en
opuesta se hallan las estimaciones 2000 y 2010 de la poblacin que se autoadscribe como ind-gena, sta se triplica en el periodo intercensal al pasar de 5.3 a 15.7 millones de personas.
En el campo de las recomendaciones interna-cionales se ha puesto mayor atencin a la necesi-dad de recabar informacin para que se visibili-cen las poblaciones indgenas, afrodescendientes y otros grupos poblacionales que comparten esa necesidad de ser visibilizados; por supuesto, en-tre muchas otras necesidades para dejar atrs la exclusin y la marginacin econmica y poltica.
el establecimiento de su poblacin base un procedimien-to de imputacin acorde con los resultados del operativo censal.
Cuadro 3. Recomendaciones internacionales y marco conceptual en los censos de Mxico en relacin con la captacin de la poblacin indgena, 2000 y 2010
Fuente: ONU. Principios y recomendaciones para los censos de poblacin y vivienda, 2000 y 2010, series M No. 67, Rev 1, 1998 y Rev. 2, 2010; I. Marco Conceptual 2000 y 2010, Censos de Poblacin y Vivienda , Aguascalientes, Ags.
Recomendaciones internacionales Marcos conceptuales en los censos de Mxico
2000 2010 2000 2010
1. En relacin con el idioma se deber abarcar a todas las personas, recabar informacin sobre cada idioma y los criterios seguidos para asignar lengua a los nios que todava no saben hablar:
a. Lengua materna b. Idioma habitual c. Capacidad de habla uno o ms idiomas
El marco conceptual contiene: 1. El reconocimiento de Mxico como pas pluri-
cultural y multitnico. En 2010 se cita ya el artculo 2 que fue reformado en 2001.
2. Una definicin de etnia que integra elementos de auto perpetuacin, valores culturales compartidos, rasgos biolgicos, comunicacin e interaccin, e identificacin propia y de otros como etnias.
3. En 2010 de acuerdo con la ONU se indica que es deseable incorporar en las fuentes de informacin criterios adicionales a la autoidentificacin, que remitan a las dimensiones de origen comn, de territorialidad y a la dimensin lingstico-cultural, inherentes a la definicin de pueblo indgena.
4. En 2000 se reconoce la existencia de diversos grupos de poblacin (indgenas, menonitas, gitanos y afro-descendientes) indicando, por motivos de vulnerabilidad social, que los indgenas son de inters censal. Para 2010 el eje discursivo versa exclusivamente sobre los indgenas.
5. En 2010 problematiza la designacin de pueblos o grupos indgenas indicando lo que implica a nivel operativo la categora pueblo, y mantiene la falta de acuerdo social sobre la cifra oficial de 56 grupos o pueblos indgenas.
2. Respecto al grupo nacional y/o tnico:
a. Identificacin por nacionalidad tnica, raza, color, idioma, costumbres de vestido y alimentacin, tribu o combinacin de stas
b. Las definiciones y criterios de identificacin dependen de las necesidades de los pases. No se recomienda ningn criterio de aplicacin universal
2. Respecto al grupo nacional y/o tnico: a. La etnicidad puede medirse utilizando
diversos conceptos, como el de ascendencia u origen tnico, identidad tnica, orgenes culturales, nacionalidad, raza, color, condicin de minora, tribu, idioma, religin o combinacin de stos
b. que la informacin sobre etnicidad se adquiera mediante un procedimiento de autodeclaracin y tambin que el declarante tenga la opcin de indicar mltiples afiliaciones tnicas
c. Las definiciones y criterios de identificacin dependen de las necesidades de los pases. no es posible recomendar ningn criterio ni clasificacin internacionalmente pertinente.
3. Pueblos indgenas a. Auto identificacin b. Definicin de poblacin indgena de
cada pas
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El conjunto de grficas 1a a 1d muestra la estructura demogrfica de la poblacin in-dgena y de quienes se autoadscriben como indgenas en el pas.7 Llama la atencin la disminucin del porcentaje de hablantes de lengua indgena (HLI) menores de edad en el ltimo evento censal (1a y 1b), situacin que ya se haba advertido en el 2000, y la ma-yor participacin porcentual de quien(es) se autoadscribe(n) como indgena(s) (AI) desde la niez y hasta la juventud; autodefinicin que revitaliza la estructura demogrfica y que obliga a investigar la especificidad de los con-textos de asentamiento y socioeconmicos en los que transcurre su vida cotidiana.
En 1c y 1d se presenta la relacin hom-bres-mujeres para 2000 y 2010 de estos dos grupos de poblaciones; se incluye a quienes se autoadscriben indgenas sin hablar lengua in-dgena. De estas relaciones llama la atencin la concavidad que se forma en las edades de la adolescencia y la juventud en ambos aos cen-sales. Es usual que la curva prefigure la ausen-cia de varones en edades laborales por efecto de la mortalidad y la migracin internacional, y en esa medida ambos componentes de este conjunto muestran consistencia con el mismo indicador para la poblacin total del pas.
Desde el mbito del derecho, de los dere-chos humanos, la disponibilidad del dato esta-dstico sobre autoadscripcin, aparte de ser re-lativamente nuevo, tambin es atractivo, pues
7 Un dato de particular inters en cuanto a la de-claracin de la edad de los HLI medido a travs del n-dice de Myers, es que ste muestra una mejora en cada evento censal en relacin con el evento precedente. En cada evento censal para los HLI de cada sexo, la pobla-cin por preferencia digital a reclasificar es menor a 5 por ciento.
se incrusta en una creciente necesidad global, nacional y local de reconocer y dar lugar a las diferencias tnicas. Como acontece con otras geografas de las diferencias, esta nueva infor-macin en tanto instrumento propio de discur-so y quehacer de las poblaciones, forma parte de la reflexin de los derechos colectivos, de los derechos polticos, de nuevos campos de racionalidad de los que disponen estas pobla-ciones para configurarlos en medios-herra-mientas que mejoran los procesos cognitivos y sociopolticos de autoorganizacin para el ejercicio de los derechos, entre ellos el de la diferencia, la cual est presente lo mismo en el dato cuantitativo que en el proyecto de no ser excluidos, marginados, en el proyecto de estar, relacionarse, de contar, de dialogar con el poder soberano constituido. Ser otro implica desbordar el ser slo un insumo ms de cara a la multiplicidad de datos de los que disponen los estados para la poltica pblica.
En relacin con la lengua indgena habla-da, sta se halla en el origen de la gran diver-sidad cultural que hay en el pas. Actualmente, el Instituto Nacional de Lenguas Indgenas (Inali) en su catlogo de lenguas clasifica a stas en 11 familias, 68 agrupaciones, 364 variantes y 477 autodenominaciones lings-ticas. Los resultados del ms reciente evento censal revelan que 6 de cada 10 hablantes de lengua indgena hablan: nhuatl (23%), maya (11.5%), mixteco (7.2%), tzeltal (6.9), zapote-co (6.7) y tzotzil (6.2%). Asimismo, estudios previos plantean la presencia de hablantes de algunas familias lingsticas de Centroam-rica, que se empezaron a registrar con los es-casos esfuerzos de levantar encuestas o video-grabaciones en los asentamientos de asilados del Soconusco chiapaneco a Campeche, en la
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dcada de 1980, y posteriormente como efecto de la naturalizacin, y de la gran migracin que por ms de tres dcadas ha experimentado esa regin del continente, entre cuyo destino ha estado de manera permanente el territorio de la frontera sur de nuestro pas.8
Una exploracin a mayor detalle de la es-tructura y composicin demogrfica revela que entre los primeros cinco grupos de hablantes de lengua indgena hay diferencias importan-tes. La informacin del Censo de 1990 deja ver que hay al menos dos patrones de estruc-turas demogrficas que perduran por las dos dcadas subsiguientes:9 una que comparten nahuas y mixtecos, y otra en la que se corres-ponden mayas, zapotecos y otomes (vanse grficas 2a, 2b y 2c ).
El conjunto de ojivas que se presentan en la Grfica 2d reafirma la consistencia de estos patrones al mismo tiempo que hace factible pensar en la magnitud de indicadores como el de dependencia demogrfica, el nivel y ca-lendario de la fecundidad entre las distintas
8 Vase E. G. Freyermuth y N. Godfrey, Refugiados guatemaltecos en Mxico. La vida en un continuo estado de emergencia, SEP-CIESAS, DF-Chiapas, 1993, pp. 22-26; y L. V. Ruiz (2012), El eterno retorno de los refugia-dos guatemaltecos, Ojarasca (suplemento mensual de La Jornada), nm. 187, en [http://www.jornada.unam.mx/2012/11/10/oja-retorno.html].
9 En 2000, el nmero de hablantes de lengua tzot-zil fue apenas mayor al de hablantes de otom con 4 mil, al situarse ambos grupos en cerca de 300 mil personas; para 2010, adems de los hablantes de tzotzil, los de tzeltal tambin superaron en nmero a los hablantes de otom. No obstante, para fines de continuidad en la comparacin he mantenido a los hablantes de oto-m como quinto grupo en comparacin, pero dado que el nmero de hablantes de tzotzil y tzeltal en 2010 es considerablemente mayor respecto a 2010, convendra explorar su estructura y composicin demogrfica como caso especial de estudio.
poblaciones indgenas, la morbimortalidad da-das las diferentes estructuras por edad y sexo, entre otros puntos que precisan ser estudiados a detalle.
Por ahora, conviene valorar que aunque se cuenta con informacin consistente de ms de dos dcadas sobre las poblaciones indgenas, este tiempo es en estricto sentido poco para vi-sualizar y prefigurar lo mejor posible la inten-sidad, tendencias y territorialidad de este tipo de fenmenos.10
Comentarios relativos a las tareas en curso del anlisis de la dinmica demogrfica de las poblaciones indgenas
Los elementos descriptivos presentes en este primer documento relativo a las poblaciones indgenas destacan varios aspectos a considerar en el uso del dato demogrfico. Por ahora cen-tremos esta reflexin en dos de ellos: primero, el diseo conceptual inscrito en los reactivos censales, que adems de seguir las recomen-daciones internacionales, recoge parcialmente la experiencia social en relacin con las nece-sidades de informacin de las poblaciones in-dgenas, cuyo rasgo definitorio es de carcter cultural y no slo fenotpico, lingstico o de
10 En demografa, teoremas como los de la ergodi-cidad tienen entre sus fundamentos la observacin de largo plazo; es decir, al menos observar una poblacin asumiendo tericamente el agotamiento o el transcurso del tiempo vivido de una generacin. Vase E. J. Cohen, Ergodic theorems in demography, Bulletin (New Series) of the American Mathematical Society, vol. 1, nm. 2, marzo, 1979, en [http://www.rockefeller.edu/labheads/cohenje/PDFs/073ErgodicTheoremsDemographyBullAmMathSoc1979.pdf].
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autoadscripcin. Con fines de mayor certi-dumbre, del dato recabado puede indicarse que el diseo conceptual es de carcter opera-tivo, y ste ha modelado la corriente principal de investigacin acadmica y de los organis-mos tcnicos estatales de proveer insumos o de ejecutar la poltica pblica en la materia. La autoadscripcin aporta nuevos elementos para identificar las interacciones entre hablantes y no hablantes de lengua indgena.11 No obstan-te, el uso de los datos que se derivan de una definicin operativa de poblacin indgena de-bera considerarse como un paso intermedio, una aproximacin al sujeto del que se quiere dar cuenta: las poblaciones indgenas, pero no como el sujeto mismo.
Segundo, el saber social compartido y el reconocimiento fundacional sobre la pluricul-turalidad que configura la nacin mantiene abierta desde finales del siglo XX una falencia del Estado mexicano en el diseo, formacin y mantenimiento de instituciones y estrategias para garantizar el cumplimiento de los dere-chos humanos bsicos y las libertades funda-mentales enunciados en la Declaracin Uni-versal de los Derechos Humanos y los que nos son propios, en tanto nacin pluricultural. En este sentido, la puntualizacin del Estado en relacin con la necesidad de actuar bajo un marco intercultural y de dilogo entre (y con) las poblaciones indgenas tiene implicaciones importantes, pues podra constituirse como soporte de prcticas jurdicas, econmicas, po-
11 Por lo dems, se asume que el diseo operativo tiene un referente verdadero, y no se reflexiona acerca de que el referente podra ser una necesidad estadstica til al operativo; algo similar a lo que pasa con la catego-ra tnica poblacin hispana en los censos y encuestas estadounidenses.
lticas, culturales y sociales que ataen a estas poblaciones, elementos que podran nutrir una agenda de investigacin de largo plazo en te-mas econmicos, ambientales, de poltica so-cial y de salud, polticos y culturales; o como en el caso de los elementos descriptivos de este trabajo en materia demogrfica. Entre estos ltimos:
Residencia en zonas de origen; Volumen y estructura demogrfica; Patrones de migracin interna e inter-
nacional; Orgenes y destinos migratorios; Patrones de morbimortalidad (general
e infantil), y Tendencias, niveles y calendario de la
fecundidad.
A modo de ejemplo de estos temas demo-grficos, el Mapa 1 (2000 y 2010)12 y la Tabla 2 (1990 a 2010) ilustran el comportamiento del saldo neto migratorio interestatal y la con-centracin de los destinos en esta migracin re-ciente. En el caso de los destinos, destaca que en los tres eventos censales son alrededor de 40 los municipios constituidos como principa-les destinos migratorios; no obstante, en 2010 est claro que el nmero de entidades de des-tino se ampli de 12 (en los eventos censales previos) a 16, a la vez que se reduce el volumen y la participacin relativa de migrantes HLI en estos municipios en el total de migrantes re-cientes hablantes de lengua indgena.
12 El anlisis de dispersin de los saldos netos mi-gratorios interestatales a escala municipal muestra el gran nmero de municipios cercanos al equilibrio mi-gratorio y el reducido nmero de municipios con saldos positivos y negativos.
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Mapa 1. Comparativo de saldos netos migratorios interestatales 2000 y 2010
Fuente: Elaboracin propia con base en el INEGI. Censo de Poblacin y Vivienda 2010 (mapa digital de escritorio).
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