Religiones y Bioetica

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CAPÍTULO TERCERO RELIGIONES Y BIOÉTICA I. SECULARIZACIÓN DE LA BIOÉTICA D. Callahan, al que ya hemos aludido varias veces, ha escrito que “el cambio más llamativo de las dos décadas pasadas ha sido la secularización de la Bioética”1. Como ya indicamos en el capítulo dedicado a la historia de la Bioética, una temática que anteriormente estaba dominada por la medicina2 y la tradición religiosa, aparece ahora dominada por conceptos filosóficos y legales. La consecuencia ha sido que el discurso público sobre estos temas suele enfatizar temas seculares: los derechos humanos, la autonomía, la justicia, al mismo tiempo que predomina la negación sistemática de la existencia de un bien trascendental individual. En este punto es significativa la confesión del mismo Callahan, que en los años 70 abandona sus fuertes convicciones religiosas católicas: “De la misma forma que encontré que no necesitaba la religión para mi vida personal, ¿por qué lo necesita la biomedicina para la vida moral colectiva?”. Sin embargo, enseguida añade que “ni se puede decir que la ética biomédica es demostrablemente más robusta y satisfactoria como resultado de su abandono de la religión”3. Debe recordarse que hubo pensadores del siglo XIX que afirmaban que, aunque la religión no fuese verdadera, sin embargo, era socialmente útil como fuente de disciplina y estabilidad política. Callahan se interroga sobre la validez de este planteamiento para la Bioética actual. En todo caso, considera que, cualquiera sea el status de las religiones, éstas “han proporcionado una forma de mirar al mundo y comprender la propia vida que tiene una fecundidad y unicidad no alcanzada por la filosofía, la ley o el derecho político” y que “hemos perdido también algo de gran valor: la fe, la visión, las intuiciones y la experiencia de pueblos y

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Postura de la Religion con respecto al debato de la Bioetica.

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CAPTULO TERCERORELIGIONES Y BIOTICAI. SECULARIZACIN DE LA BIOTICAD. Callahan, al que ya hemos aludido varias veces, ha escrito que el cambio ms llamativo de las dos dcadas pasadas ha sido la secularizacin de la Biotica1. Como ya indicamos en el captulo dedicado a la historia de la Biotica, una temtica que anteriormente estaba dominada por la medicina! y la tradicin reli"iosa, aparece ahora dominada por conceptos #ilos#icos y le"ales. $a consecuencia ha sido que el discurso p%blico sobre estos temas suele en#atizar temas seculares& los derechos humanos, la autonoma, la 'usticia, al mismo tiempo que predomina la ne"acin sistemtica de la e(istencia de un bien trascendental individual.)n este punto es si"ni#icativa la con#esin del mismo Callahan, que en los a*os +, abandona sus #uertes convicciones reli"iosas catlicas& -e la misma #orma que encontr que no necesitaba la reli"in para mi vida personal, .por qu lo necesita la biomedicina para la vida moral colectiva/. 0in embar"o, ense"uida a*ade que ni se puede decir que la tica biomdica es demostrablemente ms robusta y satis#actoria como resultado de su abandono de la reli"in1. -ebe recordarse que hubo pensadores del si"lo 232 que a#irmaban que, aunque la reli"in no #uese verdadera, sin embar"o, era socialmente %til como #uente de disciplina y estabilidad poltica. Callahan se interro"a sobre la validez de este planteamiento para la Biotica actual. )n todo caso, considera que, cualquiera sea el status de las reli"iones, stas han proporcionado una #orma de mirar al mundo y comprender la propia vida que tiene una #ecundidad y unicidad no alcanzada por la #iloso#a, la ley o el derecho poltico y que hemos perdido tambin al"o de "ran valor& la #e, la visin, las intuiciones y la e(periencia de pueblos y tradiciones enteras que, no menos que las de los no4creyentes, luchaban para dar sentido a las cosas5. 6nte todo, debe reconocerse la "ran relevancia de la tradicin reli"iosa en la que todava era tica Mdica. 7uede aludirse a la aportacin de J. Flethe!, que suele citarse como mani#estacin primera del inters por la 8tica mdica en la pos"uerra9& )l autor era telo"oepiscopaliano, si bien su obra no era teol"ica& ms bien y de#endiendo la tica de la situacin, subrayaba su #e en la ciencia y la importancia de la autonoma en la tica. )s una obra si"ni#icativa por mostrar la brecha que ya se estaba abriendo entre reli"in y tica, quetuvo un "ran impacto en ambientes mdicos, cuya e(periencia clnica asuma con di#icultadlas normas morales y rechazaba las normas "enerales. $os ttulos de los captulos del libro de Flethe! son bien si"ni#icativos, ya que trata del derecho a conocer la verdad, a controlar la paternidad y la maternidad, a vencer la esterilidad, a impedir la paternidad y la maternidad y a morir. )s pues una obra que aplica a la Biomedicina los derechos dimanantes de la libertad humana.Como dice "e!he#:, antes de que la tica mdica deviniese un campo distinto de investi"acin, los cristianos y otros con convicciones reli"iosas estaban comprometidos con las cuestiones morales planteadas por la atencin mdica, tratando de responderlas de #orma apropiada a la #orma como ellos hablaban de -ios. )stas tradiciones eran una re#erencia muy importante para los mdicos que intentaban conciliar su pro#esin con sus convicciones reli"iosas. LeR$# %alte!&+ a#irma, i"ualmente, que los pensadores reli"iosos 'u"aron un papel importante en el renacimiento de la tica mdica en 1;:94+,. 06 Hlibertad, autonoma, derechos, privacidadGH proviene de un con'unto de tradiciones polticas, le"ales, #ilos#icas, morales e incluso reli"iosas. Como dice St$'t, no e(iste nin"%n len"ua'e universal y neutro, al mar"en de tradiciones concretas, nin"%n esperanto, al que deba traducirse el len"ua'e teol"ico5,.G'&ta.&$n subraya que, aunque los anlisis de los problemas ticos ten"an lu"ar en los niveles tericos ms altos, acontecen siempre dentro de al"unas tradiciones narrativas& es decir, dentro de comunidades, cali#icadas por G'&ta.&$n, como #ormativamente narrativas. $os es#uerzos para una poltica de consenso se construyen sobre esas tradiciones compartidas. 6qu se sit%an las tradiciones reli"iosas, que poseen a"endas especiales, que son crticas respecto de las visiones y prcticas comunes, sea interpelando a la realidad u o#reciendo visiones utpicas que pueden suscitar determinadas aspiraciones humanas. $as ticas reli"iosas, por su calidad pro#tica, tienen, como a"enda propia, la introduccin de valores particulares en la corriente com%nC intentan modi#icar la "eo"ra#a del terreno com%n& es decir, recon#i"urar la narrativa dominante.7or ello, es me'or construir el discurso p%blico, no como si se tratase de un mbito aislado, en donde hay que entrar tradition)free, al mar"en de tradiciones concretas, sino como un compromiso con el dialo"o civil entre las tradiciones e(istentes. )n este conte(to, el len"ua'e secular, p%blicamente accesible, sirve para e(hortar a las personas de las distintas tradiciones a adoptar una actitud de dialo"o y apertura, de crtica mutua, de b%squeda de consenso, para lle"ar a polticas que lleven a lo me'or, en el mayor consensoque se pueda lo"rar. 7or este camino, e(iste la e(pectativa de que las distintas tradiciones lle"uen a acuerdos p%blicos, ms que particulares, al diri"irse a la sociedad civil51.)n los debates p%blicos las personas reli"iosas estn sin duda in#luidas por los valores basados en su propia reli"in. 7ero deben buscar, para vivir en una comunidad con otras personas, caminos que sean consistentes con su #orma de ser reli"iosa, as como con su re#le(in terica o reli"iosa sobre el modelo de vida buena. )so es precisamente lo que hace 7ablo, en Cor 9, 11 y :, ;41,, tomando libremente de la cultura circundante a#irmaciones sobre la moralidad& no senta que #uese necesario subrayar lo que era %nicamente cristiano y su preocupacin principal era discernir lo ticamente apropiado parapersonas con una identidad reli"iosa especial. 6unque el cristianismo planteaba cuestiones pro#undas sobre el poder mundano, la autoridad y los valores, ello no si"ni#icanecesariamente que todas las e(pectativas morales, que no #uesen espec#icamente cristianas, se de'asen de lado o se considerasen irrelevantes para una #orma de vida creyente.7or eso, ,ee-&5! su"iere, como 0a'e!3a&, que el compromiso reli"ioso por la tica estriba en su #uncin de #ormar comunidades que interaccionen con la cultura "eneral de #orma provocativa. -e la misma #orma que la narrativa bblica sur"i en un ambiente social, en el que el cristianismo tena una #uncin crtica51, actualmente la comunidad cristiana aporta su compromiso social mediante la incorporacin social del testimonio bblico. 7or eso, la relevancia de la reli"in en la Biotica no estriba primariamente en nin"una contribucin distinta, o espec#ica, al proceso de ar"umentacin moral, ni en mantener comportamientos reli"iosos de#endibles slo por #e, revelacin o autoridad eclesial& ms bien depende de la #ormacin de comunidades socialmente radicales que reten a los valores y modelos dominantes de relacin social, no retirndose de la sociedad ms amplia, o hablando desde #uera, sino participando en ello de #orma retadora e incluso subversiva55.-e ah, la importancia de los ses"os crticos que puede aportar la teolo"a& >na mentalidad 'udeocristiana puede tener sensibilidades o intereses ante ciertos temas bblicos, como el bien de la creacin, la providencia de -ios, la responsabilidad humana, la #initud y la pecaminosidad humanas. 3"ualmente deben citarse el amor al pr'imo, la opcin pre#erencial por los pobres y vulnerables, la misericordia con los otros Hcomo -ios es misericordiosoH y el arrepentimiento por nuestros pecados. )n trminos no reli"iosos, estostemas son& servicio Hy no solo autonomaH, solidaridad e inte"racin en la comunidadC la di"nidad de todo ser humano y la especial entre"a a los vulnerablesC la sensibilidad hacia nuestra #initud y el reconocimiento de los lmites en todo lo que hacemos. )ste ses"o cultural es lo primero que debe aportar el telo"o, aunque ten"a pocos, o nin"unos, crditosen las decisiones y anlisis bioticos9. La& !el)*)$ne& ante la& &)t'a)$ne&:l)()te7or otra parte, hay e(periencias en la vida que muestran nuestro sometimiento a poderes destructivos y arbitrarios, como son especialmente la en#ermedad y la muerte. .Pu tienen que decir en estas situaciones los conceptos de Biotica/ 0on momentos en que muchas personas buscan respuestas que puedan ser creativas, redentoras... .0e puede encontrar un sentido en tales situaciones, inabordables desde los principios de Biotica/ )n las apro(imaciones de la Biotica al tema de la muerte, se tiende a dar planteamientos individuales, al mar"en de los vnculos sociales y temporales de las personas. .Basta con ponderar los procedimientos para conse"uir el consentimiento in#ormado, sin re#le(ionar sobre el sentido que tienen esas e(periencias lmite humanas/$as reli"iones o#recen, por su parte, una interpretacin de la realidad que responde a lo que ,a5 %e4e! llam necesidades meta#sicas de la mente humana59, que busca orden, coherencia y sentido para nuestras vidas, para comprender las ultimas pre"untas sobre nuestra condicin humana. 7ara Ca(84ell, las clsicas pre"untas de Biotica sobre $uin decide o $u deemos hacer, deberan complementarse, desde la perspectiva reli"iosa, con las pre"untas #undamentales sobre el propsito y destino de la condicin humana5:.Como ya hemos indicado, se critica a los ar"umentos reli"iosos por no ser adecuados para una sociedad plural y por su naturaleza arracional. 0in embar"o, se apro(iman a temas que #orman parte ineludible de la vida y de la condicin humana y que son contemplados por la Biotica. 7or e'emplo, el tema del su#rimiento, central en la pra(is mdica, ha sido muy contemplado por las tradiciones reli"iosas y no se debera prescindir de esa riqueza. Qay al"o com%n en las reli"iones& el su#rimiento no es un #in, sino una realidad que debe interpretarse desde un conte(to ms amplio sobre el si"ni#icado de la vida y de la condicinhumana. 7ara las tradiciones orientales es un estado de vida dentro del (arma, mientras quepara las tradiciones cristianas ha tenido un si"ni#icado punitivo, peda""ico o redentor, aunque estas e(plicaciones nunca acaban de ser completas, como lo muestra por e'emplo el *iro de +o. Ca(84ell a#irma que, dado que la e(plicacin del su#rimiento depende de apro(imaciones #ilos#icas o reli"iosas, la Biotica no puede prescindir de estas %ltimas cuestiones.6l mismo tiempo y como han subrayado muchos autores, nuestra cultura est tabuizando y escamoteando el problema de la muerte. 0e la elude, olvidando lo que deca el -r.