Recopilación de cuentos matemáticos
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Recopilación de cuentos
matemáticos.
Normal Superior Farallones de Cali.
Cali Valle del 2011.
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Recopilación de cuentos matemáticos.
Realizado por:
Saily Daniela Chate
Yoonaidee Mosquera
Dayany Stefanny Sierra
Estudiantes a portantes:
II – 3.
Asignatura:
Construcción del pensamiento matemático.
Normal Superior Farallones de Cali.
Cali Valle del 2011.
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INTRODUCCION.
La mayoría de los niños, presentan desagrado en el aprendizaje de las
matemáticas, pero se considera que esta molestia se despliega o genera desde
las prácticas pedagógicas tradicionales; donde el docente no busca o no se
interesa en indagar alternativas metodológicas que promuevan en los
estudiantes, el interés, agrado y amor por esta asignatura.
El siguiente trabajo (recopilación de cuentos matemáticos), Da muestra de
que si existen otras opciones de impartir conocimientos en esta área,
aprovechando y utilizando el principio que se da en los lineamientos
curriculares de primera infancia, el cual, afirma que el niño es lúdico por
naturaleza, por ende, el maestro deberá orientar constantemente su
enseñanza, bajo esta indicación tan relevante.
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TABLA DE CONTENIDO.
Presentación…………………………………………………………………………. Pag 1 – 2.
Introducción…………………………………………………………………………… pag 3.
Justificación…………………………………………………………………………… pag 6.
Objetivos………………………………………………………………………………… pag 7.
Los tres cerditos…………………………………………………………………… pag 8 – 12.
Los ratones, la zorra y el huevo ………………………………………… pag 13 – 17.
El peral y el jardinero…………………………………………………………… pag 18 – 22.
La lechera………………………………………………………………………………… pag 23 -28.
Witzy y las formas ………………………………………………………………… pag 29 – 41.
Cuento y sucesión…………………………………………………………………… pag 42.
Un cuadrado que quiso ser circulo ……………………………………… pag 43 – 58.
El abuelo, el nieto y el burro………………………………………………… pag 59 – 61.
Ricitos de oro ………………………………………………………………………… pag 62 – 67.
El pulpo “simón” y los peces de colores ……………………………… pag 68.
El vitral del alcalde………………………………………………………………… pag 69 – 70.
Hansel y Gretel………………………………………………………………………… pag 71 – 77.
La urraca malvada …………………………………………………………………… pag 78 – 79.
Quiero bailar con las estrellas……………………………………………… pag 80 – 81.
1, 2, 3, 4, 5 amigos…………………………………………………………………… pag 82.
La niña matemática……………………………………………………………………pag 83 -87.
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La importancia del cero………………………………………………………… pag 88 – 91.
¿Cuántos teléfonos? ……………………………………………………………… pag 92.
El cuento del hijo del profesor …………………………………………… pag 93.
La historia de isósceles el triangulo ………………………………… pag 94 – 97.
El niño y la mariposa de mil colores …………………………………….Pag 98 – 99.
Al contrario……………………………………………………………………………….pag 100 – 103.
Boda matemática…………………………………………………………………….. Pag 104 – 105.
Cinco pollitos……………………………………………………………………………. Pag 106 – 108.
Cuento de la familia perro ……………………………………………………. Pag 109.
El postre de manzanas …………………………………………………………… pag 110.
El payaso pilu y las formas ……………………………………………………. Pag 112 – 114.
El tigre sin color…………………………………………………………………………pag 115 – 117.
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JUSTIFICACION.
En casa y la escuela, los cuentos forman parte esencial de la cultura y el
proceso educativo de cada niño, pues es un recurso transversal, capaz de
trabajar cuanta asignatura apetezca.
Por tal, es necesario que desde la primera infancia, se transforme la praxis
pedagógica del docente en cuanto a la forma de asumir el proceso de
enseñanza de las matemáticas; y es en esta etapa temprana de la
escolarización, donde el niño debe sentir que el proceso de aprendizaje es
motivante, ya que cada día descubre más cosas, porque estas le sirven no solo
para llevar un buen rendimiento académico, sino para resolver problemas
transcendentales de su vida.
Lo que se quiere expresar con esto, es que el maestro enfatice más sus
estrategias de enseñanza matemática, de manera transversal y lúdica
(utilizando en este caso, los cuentos para emplearlo).
La literatura enfocada a la matemática, generan un aprendizaje significativo,
ya que permite al niño la activación de sus conocimientos previos,
relacionándolos así mismo, con sus propias experiencias, aclarando sus
propósitos e identificando la estructura del problema visto. Donde el texto
otorgara, sentido a las respectivas enseñanzas.
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OBJETIVOS.
Concientizar al docente en cuanto a su que hacer pedagógico.
Reconocer la importancia de emplear el cuento como recurso motivante.
Reconocer que mientras más dominio y aprendizaje se tenga del
lenguaje, mayores son los recursos del estudiante para la matemática.
Lograr que el niño enfrente de manera significativa su aprendizaje de las
matemáticas (que sea capaz de crear entender, formular ideas, por si
mismo).
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Recopilación de cuentos matemáticos.
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La lechera.
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WITZY Y LAS FORMAS.
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WITZY SE DIVIERTE CON LOS JUGUETES.
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Pipo está comiendo una rica merienda.
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Parches tiene un regalo de cumpleaños ¿Qué forma tiene la
caja?
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¿Qué forma tiene el sombrero?
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Lula está mirando una nube esponjosa
¿Qué forma tiene la nube?
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¿Qué forma tiene el sol?
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¿Qué forma a pintado witzy en el barco?
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¿Qué forma tiene la luna?
Autor: Susy Sapafford.
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UN CUADRADO QUE QUISO SER CIRCULO.
En una ciudad llamada maletín vivían las figuras geométricas y eran de
diferentes formas y tamaños
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Aquí vivía el cuadrado c que no le gusta ser como lo habían creado.
Porque no podía moverse como el vecino que era el círculo
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Que se movía de un lado a otro y al cuadrado se le hacía muy difícil,
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Los niños jugaban con el círculo, porque podía girar pero al cuadrado nadie lo
tocaba ni lo volteaban a mirar.
Los círculos eran partes de una bicicleta
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De una carita muy feliz
De una trompeta
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De un pastel
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De la letra
De una pelota
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De un jarrón
Hasta el sol y la tierra eran circulares.
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No había sol, ni luna, ni tierra cuadrada.
Pensaba que con una pequeña fuerza, el círculo podía rodar.
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El cuadrado no se movía tan fácil,
Tenía que haber alguien con mucha fuerza para moverlo.
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Se dio cuenta que no era el único,
También estaba el triangulo.
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El rectángulo
El rombo y otras más a todas les costaba moverse de un lado a otro.
El cuadrado no estaba conforme, y un día tuvo una gran idea,
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Se quitó un triángulo de cada esquina y Se convirtió en otra figura,
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Todavía no podía desplazarse como él quería.
Se quitó un triángulo ahora más pequeño y se volvió un polígono de 16 lados
OCTÁGONO
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Y así continuó recortando triángulos...
Hizo muchísimos cortes en las esquinitas y se pareció bastante al círculo.
Al fin, con un pequeño empujón pudo rodar y estar con todas las figuras
geométricas,
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En los juegos de los niños y ser redondo como el sol.
Autor: DR. Orlando Planchart
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EL ABUELO, EL NIETO Y EL BURRO
Un abuelo y su nieto salieron de viaje con un burro. El nieto había pasado las
vacaciones con su abuelo y ahora volvía a casa de sus padres para empezar
nuevamente el colegio. A ratos, el abuelo o el nieto se subían al burro y así
iban haciendo el viaje más cómodo.
El primer día de viaje llegaron a un pueblo. En ese momento el abuelo iba
sentado sobre el burro y el nieto iba caminando al lado al pasar por la calle
principal del pueblo algunas personas se enfadaron cuando vieron el viejo
sobre al burro y al niño. Caminando decían:
Parece mentira ¡que viejo tan egoísta! Va montado en el burro y el pobre niño a
pie.
Al salir del pueblo, el abuelo se bajo del burro.
Llegaron a otro pueblo, como iban caminando los dos
junto al burro. Llegaron al otro pueblo, como iban
caminando los dos junto al burro, un grupo de
muchachos se rieron de ellos diciendo:
--- ¡que par de tontos! Tienen un burro y
en lugar de montarse van los dos
caminando.
Salieron del pueblo, el abuelo subió el niño
al burro y continuaron el viaje.
al llegar a otra aldea, la gente exclamo
escandalizada:
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--- ¡que niño mas maleducado! ¡Que poco
respeto! Va montado en el burro y el
pobre viejo va caminando a su lado.
En las afueras de la aldea el abuelo
y el nieto se subieron los dos al burro,
pasaron junto a un grupo de campesinos
y estos les gritaron:
--- ¡sin vergüenzas! ¿Es que a caso no tienen corazón? ¡Van a reventar al pobre
animal!
El anciano y el niño se cargaron al burro
sobre sus hombres. De este modo llegaron
al siguiente pueblo. La gente acudió de todas
partes y con grandes risotadas los pueblerinos
se burlaron diciendo:
--- ¡que par de tontos! Nunca hemos visto gente tan tonta, tiene un burro y en
lugar de montarse, lo llevan a cuestas.
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Al salir del pueblo, el abuelo después de pensar un
buen rato le dijo a su nieto:
----ya vez que hay que tener opinión propia y no hacer
mucho caso de lo que diga la gente.
Fin.
Autor: Francisco J. Briz Hidalgo
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Una tarde, se fue Ricitos de Oro al bosque
y se puso a recoger flores. Cerca de allí,
había una cabaña muy linda, y como Ricitos
de Oro era una niña muy curiosa, se acerco
paso a paso hasta la puerta de la casita. Y
empujó.
La puerta estaba abierta. Y vio una mesa.
Encima de la mesa había
tres tazones con leche y
miel. Uno, grande; otro,
mediano; y otro,
pequeñito. Ricitos de Oro
tenía hambre, y probó la
leche del tazón mayor.
¡Uf! ¡Está muy caliente!
Luego, probó del tazón
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mediano. ¡Uf! ¡Está muy
caliente! Después, probó
del tazón pequeñito, y le
supo tan rica que se la
tomó toda, toda.
Había también en la casita
tres sillas azules: una silla
era grande, otra silla era
mediana, y otra silla era
pequeñita. Ricitos de Oro
fue a sentarse en la silla
grande, pero esta era muy
alta. Luego, fue a sentarse
en la silla mediana. Pero era
muy ancha. Entonces, se
sentó en la silla pequeña,
pero se dejó caer con tanta
fuerza, que la rompió.
Entró en un cuarto que tenía tres camas.
Una, era grande; otra, era mediana; y
otra, pequeñita.
La niña se acostó en la cama grande, pero
la encontró muy dura. Luego, se acostó en
la cama mediana, pero también le pereció
dura.
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Después, se acostó, en la cama
pequeña. Y ésta la encontró tan de su
gusto, que Ricitos de Oro se quedó
dormida.
Estando dormida Ricitos de Oro,
llegaron los dueños de la casita, que
era una familia de Osos, y venían de
dar su diario paseo por el bosque
mientras se enfriaba la leche.
Uno de los Osos era muy
grande, y usaba sombrero,
porque era el padre. Otro, era
mediano y usaba cofia, porque
era la madre. El otro, era un
Osito pequeño y usaba gorrito:
un gorrito pequeñín.
El Oso grande, gritó muy
fuerte: -¡Alguien ha probado mi
leche! El Oso mediano, gruñó un
poco menos fuerte: -¡Alguien ha
probado mi leche! El Osito
pequeño dijo llorando con voz
suave: se han tomado toda mi
leche!
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Los tres Osos se miraron unos a
otros y no sabían que pensar.
Pero el Osito pequeño lloraba
tanto, que su papa quiso distraerle.
Para conseguirlo, le dijo que no
hiciera caso, porque ahora iban a
sentarse en las tres sillitas de
color azul que tenían, una para cada
uno.
Se levantaron de la mesa, y fueron
a la salita donde estaban las sillas.
¿Qué ocurrió entonces?.
El Oso grande grito muy fuerte: -
¡Alguien ha tocado mi silla! El Oso
mediano gruñó un poco menos
fuerte.. -¡Alguien ha tocado mi
silla! El Osito pequeño dijo llorando
con voz suave: se han sentado en
mi silla y la han roto!
Siguieron buscando por la casa, y
entraron en el cuarto de dormir.
El Oso grande dijo: -¡Alguien se
ha acostado en mi cama! El Oso
mediano dijo: -¡Alguien se ha
acostado en mi cama!
Al mirar la cama pequeñita, vieron
en ella a Ricitos de Oro, y el
Osito pequeño dijo:
-¡Alguien está durmiendo en mi
cama!
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Se despertó entonces la niña, y al
ver a los tres Osos tan
enfadados, se asustó tanto, que
dio un brinco y salió de la cama.
Como estaba abierta una
ventana de la casita, salto`
por ella Ricitos de Oro, y
corrió sin parar por el bosque
hasta que encontró el camino
de su casa.
F I N.
Autor: Robert Southey.
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EL PULPO “SIMÓN” Y LOS PECES DE COLORES
Los padres de Juanito, de 8 años de edad, compraron una pecera para adornar
el salón de su casa. El papá de Juanito compró un pulpo con muchas patas; la
mamá de Juanito compró peces de colores. Como en su casa sólo había una
pecera tuvieron que meter al pulpo y a los peces todos juntos en la pecera.
Pero surgió un problema: el pulpo Simón, que así se llamaba, atrapaba a los
peces con sus tentáculos.
Un día Juanito se dio cuenta de lo que estaba sucediendo. y decidió hablar con
el pulpo simón para que se hiciera amigo de los peces y no los volviera a
atrapar, el pulpo simón se hizo amigo de los peces, de las plantas y así todos
jugaban felices, contentos y en paz para siempre y así contentos se
despidieron como se despide un pez de otro pez chao pez.
Autores del cuento: Mª del Carmen Marcos Bajo. Paula Pacotaipe Mendoza. Valverde Aguilera García. Fernando de Pablos Cabrera
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EL VITRAL DEL ALCALDE
Sebastián es un artesano que hace vitrales.
Un día, el alcalde de la ciudad lo fue a visitar.
---Sebastián, necesito un vitral para colocar
en la alcaldía.---quiero que tenga muchos
colores.
Sebastián reunió a sus dos ayudantes:
Marcela y Silvia, y les dijo:
---solo tenemos pintura para vidrio de los tres colores primarios: rojo,
amarillo y azul. ¿Cómo conseguimos otros colores?
Ninguna de sus ayudantes tenía la respuesta.
Preocupado, Sebastián caminado de un lado para el
otro del taller. En ese momento, su gato travieso
salto sobre la mesa en donde estaban las vasijas
con la pintura especial para pintar vidrio .Tumbó las
vasijas.
Sebastián enfurecido lo saco corriendo del taller. Cuando fueron a limpiar el
reguero se dieron cuenta de que al mezclarse las pinturas resultaron otros
colores.
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---Marcela, en una vasija, vierte 4 copitas de pintura amarilla. A esta añádela
2 veces 3 copitas de pintura azul.
---Silvia, en una vasija, echa 3 copitas de pintura roja y mézclala 3 veces con 2
copitas de pintura azul.
Después de realizar las mezclas, cortaron varios pedazos de vidrio en forma
triangular.
Sebastián formo 3 filas con 5 triángulos cada uno. Estos los pinto de azul.
Marcela organizo 4 filas de 6 triángulos cada una y los pinto de amarillo.
Después pinto 3 filas de 9 triángulos cada una con el color que ella obtuvo.
Finalmente Silvia organizo 3 filas de 9 triángulos cada una. Esos triángulos los
pinto de rojo. Del color de pintura en su vasija, pinto 6 filas de 7 triángulos
cada una.
Cuando estuvieron todas las piezas triangulares listas, Sebastián hizo el
vitral.
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HANSEL Y GRETEL (LA CASITA DE CHOCOLATE).
Junto a un bosque muy grande vivía un pobre leñador con su
mujer y dos hijos; el niño se llamaba Hansel, y la niña, Gretel.
Apenas tenían qué comer, y en una época de carestía que
sufrió el país, llegó un momento en que el hombre ni siquiera
podía ganarse el pan de cada día. Estaba el leñador una noche
en la cama, cavilando y revolviéndose, sin que las
preocupaciones le dejaran pegar el ojo; finalmente, dijo, suspirando, a su
mujer: - ¿Qué va a ser de nosotros? ¿Cómo alimentar a los pobres pequeños,
puesto que nada nos queda? - Se me ocurre una cosa -respondió ella-. Mañana,
de madrugada, nos llevaremos a los niños a lo más espeso del bosque. Les
encenderemos un fuego, les daremos un pedacito de pan y luego los dejaremos
solos para ir a nuestro trabajo. Como no sabrán encontrar el camino de vuelta,
nos libraremos de ellos. - ¡Por Dios, mujer! -replicó el hombre-. Eso no lo hago
yo. ¡Cómo voy a cargar sobre mí el abandonar a mis hijos en el bosque! No
tardarían en ser destrozados por las fieras. - ¡No seas necio! -exclamó ella-.
¿Quieres, pues, que nos muramos de hambre los cuatro? ¡Ya puedes ponerte a
aserrar las tablas de los ataúdes! -. Y no cesó de importunarle hasta que el
hombre accedió-. Pero me dan mucha lástima -decía. Los dos hermanitos, a
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quienes el hambre mantenía siempre desvelados, oyeron lo que su madrastra
aconsejaba a su padre. Gretel, entre amargas lágrimas, dijo a Hansel: - ¡Ahora
sí que estamos perdidos! - No llores, Gretel -la consoló el niño-, y no te aflijas,
que yo me las arreglaré para salir del paso. Y cuando los viejos estuvieron
dormidos, levantóse, púsose la chaquetita y salió a la calle por la puerta
trasera. Brillaba una luna esplendorosa y los blancos guijarros que estaban en
el suelo delante de la casa, relucían como plata pura. Hansel los fue recogiendo
hasta que no le cupieron más en los bolsillos. De vuelta a su cuarto, dijo a
Gretel: - Nada temas, hermanita, y duerme tranquila: Dios no nos abandonará -
y se acostó de nuevo. A las primeras luces del día, antes aún de que saliera el
sol, la mujer fue a llamar a los niños: - ¡Vamos, holgazanes, levantaos! Hemos
de ir al bosque por leña-. Y dando a cada uno un pedacito de pan, les advirtió-:
Ahí tenéis esto para mediodía, pero no os lo comáis antes, pues no os daré
más. Gretel se puso el pan debajo del delantal, porque Hansel llevaba los
bolsillos llenos de piedras, y emprendieron los cuatro el camino del bosque. Al
cabo de un ratito de andar, Hansel se detenía de cuando en cuando, para
volverse a mirar hacia la casa. Dijo el padre: - Hansel, no te quedes rezagado
mirando atrás, ¡atención y piernas vivas! - Es que miro el gatito blanco, que
desde el tejado me está diciendo adiós -respondió el niño. Y replicó la mujer: -
Tonto, no es el gato, sino el sol de la mañana, que se refleja en la chimenea.
Pero lo que estaba haciendo Hansel no era mirar el gato, sino ir echando
blancas piedrecitas, que sacaba del bolsillo, a lo largo del camino. Cuando
estuvieron en medio del bosque, dijo el padre: - Recoged ahora leña, pequeños,
os encenderé un fuego para que no tengáis frío. Hansel y Gretel reunieron un
buen montón de leña menuda. Prepararon una hoguera, y cuando ya ardió con
viva llama, dijo la mujer: - Poneos ahora al lado del fuego, chiquillos, y
descansad, mientras nosotros nos vamos por el bosque a cortar leña. Cuando
hayamos terminado, vendremos a recogeros. Los dos hermanitos se sentaron
junto al fuego, y al mediodía, cada uno se comió su pedacito de pan. Y como
oían el ruido de los hachazos, creían que su padre estaba cerca. Pero, en
realidad, no era el hacha, sino una rama que él había atado a un árbol seco, y
que el viento hacía chocar contra el tronco. Al cabo de mucho rato de estar
allí sentados, el cansancio les cerró los ojos, y se quedaron profundamente
dormidos. Despertaron, cuando ya era noche cerrada. Gretel se echó a llorar,
diciendo: - ¿Cómo saldremos del bosque? Pero Hansel la consoló: - Espera un
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poquitín a que brille la luna, que ya encontraremos el camino. Y cuando la luna
estuvo alta en el cielo, el niño, cogiendo de la mano a su hermanita, guiose por
las guijas, que, brillando como plata batida, le indicaron la ruta. Anduvieron
toda la noche, y llegaron a la casa al despuntar el alba. Llamaron a la puerta y
les abrió la madrastra, que, al verlos, exclamó: - ¡Diablo de niños! ¿Qué es eso
de quedarse tantas horas en el bosque? ¡Creíamos que no queríais volver! El
padre, en cambio, se alegró de que hubieran vuelto, pues le remordía la
conciencia por haberlos abandonado. Algún tiempo después hubo otra época de
miseria en el país, y los niños oyeron una noche cómo la madrastra, estando en
la cama, decía a su marido: - Otra vez se ha terminado todo; sólo nos queda
media hogaza de pan, y sanseacabó. Tenemos que deshacernos de los niños.
Los llevaremos más adentro del bosque para que no puedan encontrar el
camino; de otro modo, no hay salvación para nosotros. Al padre le dolía mucho
abandonar a los niños, y pensaba: «Mejor harías partiendo con tus hijos el
último bocado». Pero la mujer no quiso escuchar sus razones, y lo llenó de
reproches e improperios. Quien cede la primera vez, también ha de ceder la
segunda; y, así, el hombre no tuvo valor para negarse. Pero los niños estaban
aún despiertos y oyeron la conversación. Cuando los viejos se hubieron
dormido, levantóse Hansel con intención de salir a proveerse de guijarros,
como la vez anterior; pero no pudo hacerlo, pues la mujer había cerrado la
puerta. Dijo, no obstante, a su hermanita, para consolarla: - No llores, Gretel,
y duerme tranquila, que Dios Nuestro Señor nos ayudará. A la madrugada
siguiente se presentó la mujer a sacarlos de la cama y les dio su pedacito de
pan, más pequeño aún que la vez anterior. Camino del bosque, Hansel iba
desmigajando el pan en el bolsillo y, deteniéndose de trecho en trecho, dejaba
caer miguitas en el suelo. - Hansel, ¿por qué te paras a mirar atrás? -
preguntóle el padre-. ¡Vamos, no te entretengas! - Estoy mirando mi palomita,
que desde el tejado me dice adiós. - ¡Bobo! -intervino la mujer-, no es tu
palomita, sino el sol de la mañana, que brilla en la chimenea. Pero Hansel fue
sembrando de migas todo el camino. La madrastra condujo a los niños aún más
adentro del bosque, a un lugar en el que nunca había estado. Encendieron una
gran hoguera, y la mujer les dijo: - Quedaos aquí, pequeños, y si os cansáis,
echad una siestecita. Nosotros vamos por leña; al atardecer, cuando hayamos
terminado, volveremos a recogemos. A mediodía, Gretel partió su pan con
Hansel, ya que él había esparcido el suyo por el camino. Luego se quedaron
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dormidos, sin que nadie se presentara a buscar a los pobrecillos; se
despertaron cuando era ya de noche oscura. Hansel consoló a Gretel
diciéndole: - Espera un poco, hermanita, a que salga la luna; entonces veremos
las migas de pan que yo he esparcido, y que nos mostrarán el camino de vuelta.
Cuando salió la luna, se dispusieron a regresar; pero no encontraron ni una sola
miga; se las habían comido los mil pajarillos que volaban por el bosque. Dijo
Hansel a Gretel: - Ya daremos con el camino -pero no lo encontraron.
Anduvieron toda la noche y todo el día siguiente, desde la madrugada hasta el
atardecer, sin lograr salir del bosque; sufrían además de hambre, pues no
habían comido más que unos pocos frutos silvestres, recogidos del suelo. Y
como se sentían tan cansados que las piernas se negaban ya a sostenerlos,
echáronse al pie de un árbol y se quedaron dormidos.
Y amaneció el día tercero desde que salieron de casa. Reanudaron la marcha,
pero cada vez se extraviaban más en el bosque. Si alguien no acudía pronto en
su ayuda, estaban condenados a morir de hambre. Pero he aquí que hacia
mediodía vieron un hermoso pajarillo, blanco como la nieve, posado en la rama
de un árbol; y cantaba tan dulcemente, que se detuvieron a escucharlo. Cuando
hubo terminado, abrió sus alas y emprendió el vuelo, y ellos lo siguieron, hasta
llegar a una casita, en cuyo tejado se posó; y al acercarse vieron que la casita
estaba hecha de pan y cubierta de bizcocho, y las ventanas eran de puro
azúcar. - ¡Mira qué bien! -exclamó Hansel-, aquí podremos sacar el vientre de
mal año. Yo comeré un pedacito del tejado; tú, Gretel, puedes probar la
ventana, verás cuán dulce es. Se encaramó el niño al tejado y rompió un trocito
para probar a qué sabía, mientras su hermanita mordisqueaba en los cristales.
Entonces oyeron una voz suave que procedía del interior: « ¿Será acaso la
ratita la que roe mi casita?» Pero los niños respondieron: «Es el viento, es el
viento que sopla violento». Y siguieron comiendo sin desconcertarse. Hansel,
que encontraba el tejado sabrosísimo, desgajó un buen pedazo, y Gretel sacó
todo un cristal redondo y se sentó en el suelo, comiendo a dos carrillos.
Abrióse entonces la puerta bruscamente, y salió una mujer viejísima, que se
apoyaba en una muleta. Los niños se asustaron de tal modo, que soltaron lo que
tenían en las manos; pero la vieja, meneando la cabeza, les dijo: - Hola,
pequeñines, ¿quién os ha traído? Entrad y quedaos conmigo, no os haré ningún
daño. Y, cogiéndolos de la mano, los introdujo en la casita, donde había servida
una apetitosa comida: leche con bollos azucarados, manzanas y nueces.
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Después los llevó a dos camitas con ropas blancas, y Hansel y Gretel se
acostaron en ellas, creyéndose en el cielo. La vieja aparentaba ser muy buena
y amable, pero, en realidad, era una bruja malvada que acechaba a los niños
para cazarlos, y había construido la casita de pan con el único objeto de
atraerlos. Cuando uno caía en su poder, lo mataba, lo guisaba y se los comía;
esto era para ella un gran banquete. Las brujas tienen los ojos rojizos y son
muy cortas de vista; pero, en cambio, su olfato es muy fino, como el de los
animales, por lo que desde muy lejos ventean la presencia de las personas.
Cuando sintió que se acercaban Hansel y Gretel, dijo para sus adentros, con
una risotada maligna: « ¡Míos son; éstos no se me escapan!». Levantóse muy de
mañana, antes de que los niños se despertasen, y, al verlos descansar tan
plácidamente, con aquellas mejillitas tan sonrosadas y coloreadas, murmuró
entre dientes: « ¡Serán un buen bocado!». Y, agarrando a Hansel con su mano
seca, llevólo a un pequeño establo y lo encerró detrás de una reja. Gritó y
protestó el niño con todas sus fuerzas, pero todo fue inútil. Dirigióse
entonces a la cama de Gretel y despertó a la pequeña, sacudiéndola rudamente
y gritándole: - Levántate, holgazana, ve a buscar agua y guisa algo bueno para
tu hermano; lo tengo en el establo y quiero que engorde. Cuando esté bien
cebado, me lo comeré. Gretel se echó a llorar amargamente, pero en vano;
hubo de cumplir los mandatos de la bruja. Desde entonces a Hansel le
sirvieron comidas exquisitas, mientras Gretel no recibía sino cáscaras de
cangrejo. Todas las mañanas bajaba la vieja al establo y decía: - Hansel, saca
el dedo, que quiero saber si estás gordo. Pero Hansel, en vez del dedo, sacaba
un huesecito, y la vieja, que tenía la vista muy mala, pensaba que era realmente
el dedo del niño, y todo era extrañarse de que no engordara. Cuando, al cabo
de cuatro semanas, vio que Hansel continuaba tan flaco, perdió la paciencia y
no quiso aguardar más tiempo: - Anda, Gretel -dijo a la niña-, a buscar agua,
¡ligera! Esté gordo o flaco tu hermano, mañana me lo comeré. ¡Qué desconsuelo
el de la hermanita, cuando venía con el agua, y cómo le corrían las lágrimas por
las mejillas! « ¡Dios mío, ayúdanos! -rogaba-. ¡Ojalá nos hubiesen devorado las
fieras del bosque; por lo menos habríamos muerto juntos!». - ¡Basta de
lloriqueos! -gritó la vieja-; de nada han de servirte. Por la madrugada, Gretel
hubo de salir a llenar de agua el caldero y encender fuego. - Primero
coceremos pan -dijo la bruja-. Ya he calentado el horno y preparado la masa -.
Y de un empujón llevó a la pobre niña hasta el horno, de cuya boca salían
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grandes llamas. Entra a ver si está bastante caliente para meter el pan -
mandó la vieja. Su intención era cerrar la puerta del horno cuando la niña
estuviese en su interior, asarla y comérsela también. Pero Gretel le adivinó el
pensamiento y dijo: - No sé cómo hay que hacerlo; ¿cómo lo haré para entrar?
- ¡Habráse visto criatura más tonta! -replicó la bruja-. Bastante grande es la
abertura; yo misma podría pasar por ella -y, para demostrárselo, se adelantó y
metió la cabeza en la boca del horno. Entonces Gretel, de un empujón, la
precipitó en el interior y, cerrando la puerta de hierro, corrió el cerrojo. ¡Allí
era de oír la de chillidos que daba la bruja! ¡Qué gritos más pavorosos! Pero la
niña echó a correr, y la malvada hechicera hubo de morir quemada
miserablemente. Corrió Gretel al establo donde estaba encerrado Hansel y le
abrió la puerta, exclamando: ¡Hansel, estamos salvados; ya está muerta la
bruja! Saltó el niño afuera, como un pájaro al que se le abre la jaula. ¡Qué
alegría sintieron los dos, y cómo se arrojaron al cuello uno del otro, y qué de
abrazos y besos! Y como ya nada tenían que temer, recorrieron la casa de la
bruja, y en todos los rincones encontraron cajas llenas de perlas y piedras
preciosas. - ¡Más valen éstas que los guijarros! -exclamó Hansel, llenándose de
ellas los bolsillos. Y dijo Gretel: - También yo quiero llevar algo a casa -y, a su
vez, se llenó el delantal de pedrería. - Vámonos ahora -dijo el niño-; debemos
salir de este bosque embrujado -. A unas dos horas de andar llegaron a un
gran río. - No podremos pasarlo -observó Hansel-, no veo ni puente ni pasarela.
- Ni tampoco hay barquita alguna -añadió Gretel-; pero allí nada un pato
blanco, y si se lo pido nos ayudará a pasar el río -. Y gritó: «Patito, buen patito
mío Hansel y Gretel han llegado al río. No hay ningún puente por donde pasar;
¿sobre tu blanca espalda nos quieres llevar?». Acercóse el patito, y el niño se
subió en él, invitando a su hermana a hacer lo mismo. - No -replicó Gretel-,
sería muy pesado para el patito; vale más que nos lleve uno tras otro. Así lo
hizo el buen pato, y cuando ya estuvieron en la orilla opuesta y hubieron
caminado otro trecho, el bosque les fue siendo cada vez más familiar, hasta
que, al fin, descubrieron a lo lejos la casa de su padre. Echaron entonces a
correr, entraron como una tromba y se colgaron del cuello de su padre. El
pobre hombre no había tenido una sola hora de reposo desde el día en que
abandonara a sus hijos en el bosque; y en cuanto a la madrastra, había muerto.
Volcó Gretel su delantal, y todas las perlas y piedras preciosas saltaron por el
suelo, mientras Hansel vaciaba también a puñados sus bolsillos. Se acabaron
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las penas, y en adelante vivieron los tres felices. Y colorín colorado, este
cuento se ha acabado.
Fin.
Autor: Hermanos Grimm –
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LA URRACA MALVADA.
Erase una vez un bosque en el que vivían muy felices unos animalitos un poco
especiales. Todos tenían forma de cuadrado y eran de color blanco.
No muy lejos de allí vivía su peor enemigo: una malvada urraca negra a la que le
encantaba comer animalitos de color blanco. Todos los días la urraca se
paseaba por el bosque para comerse a uno de ellos.
Los cuadraditos blancos atemorizados por los ataques de la urraca decidieron
buscar una solución cambiando su forma y color, de tal manera que, para que la
urraca no los reconociera, se subieron uno encima de otro y cambiaron su
vestido blanco por uno rojo.
Su plan tuvo éxito durante unos días, hasta que la urraca, hambrienta y
acostumbrada al color rojo, los atacó de nuevo. Volvieron, entonces, a pensar
en camuflarse de tal manera que a cada animalito rojo se les subió encima uno
blanco, cambiando así su forma y color por un vestido verde claro. ¡Qué
contentos estuvieron durante unos días! Pero, de nuevo el plan fracasó y la
urraca volvió a comérselos una vez que se habituó a distinguirlos entre el
verde follaje.
Cansados de la situación, decidieron volver a poner en marcha el plan de
cambio, ya que por lo menos durante unos días podían respirar tranquilos.
Ahora, los verdes se añadieron uno blanco más y cambiaron su vestido por
uno rosa.
De nuevo, al poco tiempo, la urraca volvió a atacarlos, y a los animalitos rosas
se les unió uno más, blanco también, cambiando de esta manera su forma y
color por un vestido amarillo; a pesar de esto, la urraca, que era muy lista,
descubrió cual era el disfraz de los cuadraditos y sin pensarlo dos veces
decidió atacarlos nuevamente, pero esta vez la mala suerte la acompañaba, ya
que, cada vez que lo intentaba, el reflejo del sol en el vestido amarillo la
cegaba, impidiéndola ver y localizar a nuestros amigos quienes por fin
astutamente salvaron la vida, y colorín colorado este cuento se ha acabado.
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Autores: alumnado de la Escuela de Magisterio de la especialidad de Educación Infantil, curso 99/00.
80
QUIERO BAILAR CON LAS ESTRELLAS.
¡Atentos todos! Reuníos entorno a la mesa que el cuento va a empezar.
Escuchad con atención, no me vaya yo a enfadar.
En un bosque muy lejano, vivían muy felices y contentos diez leones, dos
panteras, tres elefantes, una cigüeña... y una vieja lechuza. Además de todos
ellos, se encontraba en esta selva un chiquito muy pequeño, que cuidaban las
panteras.
Allí tenían de todo, compartían su comida y bebían agua del río. Y nunca
estaban tristes, porque siempre alguien cantaba.
Un día todos reunidos escucharon a la lechuza hablar, asombrados se
quedaron cuando le oyeron cantar:
Todas las noches veo las estrellas -decía- Todas las noches las veo brillar, bailan felices por el universo, bajan a verme con su traje de gala y siempre conmigo quieren bailar. Pero yo ya no puedo bailar, porque estoy muy vieja y del cansancio me puedo asfixiar...
El niño quedó tan asombrado que aquella noche él quiso volar. Quería bailar
con las estrellas y poderles contar lo bien que se lo pasaban en su selva
tropical. El niño pensaba:
Me presentaré amablemente y les diré: ¿puedo jugar con vosotras?
Y así, cuando llegó la noche, se escapó de su cueva y subió a lo alto del
monte. Allí estaba la lechuza, junto con las cigüeñas, esperando a que las
estrellas bajaran a visitarles.
¿Qué haces aquí? -le preguntó la cigüeña-
Quiero bailar con las estrellas -respondió el niño-
Pero para eso tienes que saber volar. Y tú no sabes volar.
Claro que sé -respondió el niño- Ahora moveré mis brazos y volaré como tú.
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Tú eres pesado como una roca y por eso no puedes volar. Si fueras ligero como una pluma, entonces sí que podrías volar -le comentó la lechuza-
. Nosotros, los pájaros somos menos pesados que tú, y por eso podemos volar.
El niño se quedó un poco triste: Y entonces, ¿si no soy tan ligero como una pluma, no puedo volar?
Exacto -respondió la cigüeña-
Me gustaría ser ligero como un pájaro y así poder bailar con las estrellas.
En aquel momento llegaron las panteras, preocupadas por su hijo. El niño
lloraba sin descanso, y sus padres le intentaron consolar con caricias.
Tranquilo -le decía su madre- no estés triste por no poder volar, piensa que no eres el único. El elefante o el león son más pesados que tú y tampoco pueden volar.
Aquella noche el niño lloró tanto que cayó dormido en la cama, y en su sueño
con las estrellas bailaba. Estaba feliz y contento y volaba sin descanso, ligero
como una pluma sonreía sin parar. Y nunca más sintió pena por no poder volar,
porque sabía que en sus sueños, tan ligero se sentía, que con las estrellas
bailaba... y todo le daba igual.
Autores: Rocío Balmaseda Crespo, Mª Sierra Venegas Villalobos, Beatriz Cerro Piqueras, Isabel Ortega Galiana, Javier Rincón Calero.
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1, 2, 3, 4,5 AMIGOS.
Erase una vez cinco amiguitos que habían sido invitados a la gran fiesta de los
números.
Los invitados eran el número 1, el número 2, el número 3, el número 4 y el
número 5.
Todos estaban muy contentos por ir a disfrutar del festejo, el número 2 (dos)
se fue corriendo a la fiesta, porque le gustaba bailar y comer.
El número 3 (tres) caminaba lentamente como un ciempiés, diciendo: ¡Yo soy
importante, sin mí la fiesta no empieza!
De pronto, sin que nadie se diera cuenta, el número 1 (uno) en puntitas de pies
se fue muy calladito.
Luego, salió el número 4 (cuatro) gateando como un gato.
Y el número 5 (cinco) dando un brinco de alegría dijo !Ahora vamos todos a
bailar!
Y así todos los amigos 1, 2, 3, 4,5 bailaron y bailaron y nunca se cansaron.
Fin.
http://www.encuentos.com/autores-de-cuentos-2/1-2-3-4-5-amigos/
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LA NIÑA MATEMATICA.
Esta no es una niña, que mata- maticas, sino que su mamá, le puso así, porque
le encanta estar , en numerando todo, contando todo lo que ve, lo que no ve o
se imagina, pues cuando no puede dormir, cuenta
ovejas,1,2,3,4,5,6,7,8,9,etc.Es muy fantasiosa y lo que le cuentan ,lo que
escucha, todo lo vuelve un conteo.
Cuando mate-matica no sabía contar, como todos los niños decía: uno, dochs,
tles venticatorce , ventiveinte etc, entonces la mamá se ingenió un juego así:
Llevaba las manos atrás ,(
Con antelación había puesto objetos en la cintura de manera que mate no
sabía) y la mamá le mostró las manos vacías y le preguntó que veía?, ella le
contestó, nada, ya mate había aprendido el cero.
Y así sucesivamente hizo con los demás números hasta el 10;-Mate aprendió
del 1 al 10.
http://www.youtube.com/embed/7B7TDvlnTDk
Luego siguieron las vocales.
Como mate no desperdiciaba ocasión de aprender, la mamá aprovechaba para
enseñarle, las cosas elementales de la casa ejemplo: Un sancocho; Le decía
,vamos a contar y aprender nombres 1-carne,2-platanos,3-hiervas,4-aliños,5-
tomate,6cebolla,7-ajos,8-yuca,9-jugo,10-arroz,11-ensalada,12-ají, 13 choclo en
total cuantas cosas utilizamos en el almuerzo?13.
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Qué manera tan agradable de aprender los números, los nombres de las cosas
y de una vez a cocinar.
Al recoger la ropa luego de lavarla, volvían a enseñar y a aprender.
1-par de medias= ¿Cuántas unidades? 2 pares? 3 pares? 4 pares? Etc y
cuantas prendas de papá? Cuantas de mamá? Cuantas del hermanito? cuantas
tuyas?.
¡¡Que maravilloso mundo por descubrir y aprender tenía mate en la casa!!
En la cocina: Los cubiertos 6-cucharas, 6-tenedores,6-cuchillos 6-, vasos de
cristal ,de tinto ,¡¡los platos!! Grandes, medianos, pequeños, hondos, planos, de
colores; Las ollas, grandes, medianas, pequeñas y muchas formas.
Las formas: Como la mamá de mate estudia ciclo complementario aprovecha
para practicar con mate y le dice ¿sabes que los objetos tienen formas?
¿Formas? ¿Cómo así?
Mira, cuadrado, porque tiene 4 lados como las ventanas y mate se enloquece
de felicidad buscando otras formas, las paredes, donde nos sentamos en el
comedor, los cuadros .Si alargamos un poquito el cuadrado nos queda un
rectángulo, adivina como qué? ¡¡La cama, la mesita de centro de la sala, los
muebles, unos cuadrados y otros rectángulos.
Círculo: Es redondo,¡¡como la boca de los vasos, de las botellas, de las tapas de
las ollas!!
El sanitario¡¡no, dice mamá, ése es ovalado porque tiene forma de huevo como
la mesa del comedor ,el espejo del baño¡¡Mate delira de emoción con esa
aventura tan maravillosa sin salir de casa ,corre de un lado para el otro, los
cajones del closet, cuadrados, la lavadora, cuadrada, el rollo del papel
higiénico, del papel aluminio, ,de las toallas desechables de cocina cilíndricos
,!!Gritando eufórica¡¡ corre de un lado para otro , descubriendo y
aprendiendo
85
.
¡¡Ah!! Pero saben cuál es el lugar preferido y delicioso para enseñar y
aprender?
¡!EL PARQUE DE ATRACCIONES¡¡¡
Era como entrar a un cuento de hadas ¡juegos de todas las formas¡ ¡mira mamá
1,2,3,4,5,6,7,8,9,10,muchos juegos¡ muchos colores amarillo, naranja, rojos
,verdes, morados , azules , largos, cortos, grandes ,pequeños, rápidos ,lentos,
altos ,bajitos, para niños, para adultos, trenes vagones, tazas que giran,
ovaladas ,redondas, la barca de marco polo, de aquí para allá y de allá para
acá, la rueda, un círculo que gira de arriba abajo y de abajo arriba.
LO DELICIOSO, RIQUÍSIMO, SABROSO.
Los dulces barriletes cilíndricos, gomitas cuadradas, redondas en forma de
corazón, de animales, bombones también de colores grandes ,pequeños,
pirulitos en forma cónica, circulares y gigantes como los del chavo, las bananas
de menta que refrescan rectangulares cuadradas, de canela redondas y
picantes, con sabores a frutas, en fin…..
La casa es un lugar mágico espectacular, para aprender muchísimas cosas,
cantar, contar, conocer formas geométricas, colores, sabores, consejos para
tener una buena relación con los demás, en la casa, en el barrio, con los
86
vecinos, en el colegio, en la calle pero ante todo la invaluable camaradería,
comprensión y disposición de mi mejor maestra ¡!mi mamá¡¡
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Autor: Flor Lilly Reina Meneses.
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LA IMPORTANCIA DEL CERO.
Cuentan de un cero que pensaba que no valía nada; pero un día decidió salir en
busca de amigos que le dieran valor.
Fue donde el uno y con un tono de voz muy triste le dijo:
Se fueron por el camino y se encontraron con otro amigo y este les dijo:
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El cero se sintió tan importante que se le ocurrió la idea de que ambos podrían
casarse y tener muchos ceritos.
Se reprodujeron y formaron el cien (100)
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Te das cuenta… eres el pobre que le das sentido a la vida de un rico, pues el
necesita de ti para llegar a un millón, a un billón y a un trillón.
Y el cero le dijo al uno: oye… como se están añadiendo tantos ceros podemos
representarlos así: fíjate; cuando nos unimos formamos el diez (10). Como se
añadió un cero entonces el exponente uno o sea
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¡Mira si somos importantes! Actualmente las computadoras necesitan de
nosotros para poder funcionar, pues ellas operan con el sistema binario de uno
y cero.
Nunca subestimes las capacidades que posees. Todos tenemos nuestro
valor.
Autor: Ana Awilda Silva.
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¿CUANTOS TELEFONOS?
Zac estaba ante la mesa de construcción y ya había construido muchos
teléfonos. Me acerqué para ver cómo le iban las cosas y le pregunté cuántos
teléfonos había construido. Zac los contó. Los apilaba mientras los contaba y
llegó a un total de 6. Le sugerí que tal vez podría hacer un teléfono para cada
niño en el kinder. “¿Cuántos tendrías que hacer?” Zac se puso a contar a todos
los niños del kinder y llegó a 14. Le pregunté si se hubiera contado a sí mismo,
y me dijo que no. Entonces le dije: “Si ya has contado hasta 14, ¿qué sigue a
14?” Zac lo pensó por un ratito y luego contestó: “15.” Le hice la siguiente
pregunta: “Si ya has hecho 6, ¿cuántos más necesitarás?” Se encogió de
hombros. Le dije: “Si ha has hecho 6, sigamos contando. ¿Qué sigue?” Zac
contó 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15 y yo levantaba los dedos para cada número.
“¿Cuántos dedos tengo levantados?” Zac los contó silenciosamente, moviendo
los labios, y halló la respuesta de 9. Zac localizó 9 cajas más y se puso a
convertirlas en teléfonos. Tardó algún tiempo en este proceso. Una vez que
había terminado, le sugerí que tal vez necesitaría escribir los nombres de los
niños en los teléfonos para que cada uno supiera cuál teléfono era el suyo.
Esto le parecía una buena idea a Zac. Hice tarjas para indicar los nombres de
los niños en la matrícula y le di a Zac la primera etiqueta de nombre que
necesitaría para copiar el nombre de cada niño. Dejé la lista de nombres en la
mesa y la miré para decir a Zac cuál era la siguiente etiqueta de nombre que
necesitaría recoger para copiar el nombre. Cuando volví, Zac estaba usando la
lista para copiar el nombre de cada niño. Esto parecía una idea mucho mejor,
pues le expliqué a Zac que donde había una tarja, se debía copiar ese nombre.
Zac decidió colocar un objeto bajo el nombre que escribía para saber hasta
dónde había llegado. Completó esto exitosamente, y llegó el momento de
repartirles los teléfonos a todos. Zac fue dándoles los teléfonos a algunos
niños, pero cuando no le dieron las gracias, se quedó parado con los brazos
cruzados y esperó a que contestaran. Catherine (la maestra) le dijo: “Tal vez
si les dices: „Hice este teléfono para ti‟, te darán las gracias.” Zac intentó
hacer esto la próxima vez que le di un teléfono a un niño. Para su sorpresa,
este le dijo gracias, y Zac no pudo esperar para contármelo.
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EL CUENTO DEL HIJO DEL PROFESOR.
Ese año en el colegio del barrio había un nuevo profesor de matemáticas, y
también unos cuantos niños nuevos. Y uno de estos niños nuevos era de lo más
bruto que había visto nadie. Daba igual lo rápido o despacio que le explicasen
las cosas de números, siempre terminaba diciendo alguna barbaridad: que si 2
y 2 son cinco, que 7 por 3 eran 27,
Así que lo que antes era una de las clases más aburridas, se terminó
convirtiendo en una de las más divertidas. Animados por el nuevo profesor, los
niños descubrían las burradas que decía el chico nuevo, y con un ejemplo y sin
números, debían corregirle. Todos competían por ser los primeros en
encontrar los fallos y pensar la forma más original de explicarlos, y para ello
utilizaban cualquier cosa, ya fueran golosinas, colores, naranjas o aviones de
papel.
Al niño bruto parecía no molestarle nada de aquello, pero el pequeño Luisito
estaba seguro de que tendría que llevar la tristeza por dentro, así que un día
decidió seguir al niño bruto a su casa después del colegio y ver cuándo se ponía
a llorar...
A la salida del cole, el niño caminó durante unos minutos, y al llegar a un
pequeño parque, se quedó esperando un rato hasta que apareció... ¡el profesor
nuevo! . Se acercó, le dio un beso, y se fueron caminando de la mano. En la
distancia, Luisito podía oír que hablaban de matemáticas... ¡y el niño bruto se
lo sabía todo, y mucho mejor que ninguno en la clase!
Luisito se sintió tan engañado que se dio una buena carrera hasta alcanzarlos,
y se plantó delante de ellos muy enfadado. El niño bruto se puso muy nervioso,
pero el maestro, comprendiendo lo que pasaba, explicó a Luisito que lo del niño
bruto sólo era un truco para que todos los niños aprendieran más y mejor las
matemáticas, y que lo hicieran de forma divertida. Su hijo estaba encantado
de hacer de niño bruto, porque para hacerlo bien se lo tenía que aprender todo
primero, y así las clases eran como un juego.
Por supuesto, al día siguiente el profesor explicó la historia al resto de los
alumnos, pero éstos estaban tan encantados con su clase de matemáticas, que
lo único que le dijeron fue bueno profe lo entendemos y se colocaron a reír.
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LLAA HHIISSTTOORRIIAA DDEE IISSOOCCEELLEESS EELL TTRRIIAANNGGUULLOO..
Erase una vez un niño llamado Isósceles. Se mudó a un pueblo llamado Poco
más. Estaba emocionado pues asistiría a una nueva escuela, este cursaba el
quinto grado.
En su primer día de clases su maestra, llamada Geometría, presentó a todos
sus compañeros de clase, por sus nombres, entre ellos se encontraba un niño
llamado Cuadrado, otro Rectángulo, también Trapecio, Rombo y
Paralelogramo. Isósceles miró a todos lados, y se percató que sus
compañeros eran muy diferentes a él.
SALÓN DE CLASES
La maestra asignó que escribieran sobre su familia y que construyeran su
árbol familiar. Isósceles fue a su casa y le narró a su mamá lo sucedido. “Hijo
mío, te contaré la historia de nuestra familia y construirás tu árbol familiar”.
“Mi padre,( tu abuelo), se llamaba Rectángulo, era un hombre de carácter
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fuerte y muy recto en sus ideas.
Mis hermanos, muy diferentes y opuestos en sus pensamientos. Tenían por
nombres Obtusángulo y Acutángulo, este último era un niño hermoso por sus
facciones perfectas.
Tu padre, Escaleno, proviene de una familia muy pequeña. Su padre se llamaba
Equilátero, fue un gran hombre, con valores incalculables y muy justos con el
prójimo.
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“Mamá” , preguntó Isósceles,” “Porqué yo no me parezco a mis compañeros de
clase. Ellos son más corpulentos y más fuertes que yo”.
" Isósceles, no todos pertenecemos a la misma familia, ni llevamos el mismo
apellido”. ” Posiblemente ellos pertenecen a la familia de los Cuadriláteros” .
Sí, mamá, “También me he dado cuenta, que nosotros nos parecemos pero no
somos iguales, mi abuelo y mi papá son diferentes a mí. “ Hijo, contestó su
madre, nosotros pertenecemos a una misma familia llamada Triángulos,
aunque nos parecemos en nuestra apariencia, no somos iguales”.
“Nadie en el mundo es exactamente igual a otra persona”.
Isósceles pensó en la forma más rápida de construir su árbol familiar y
diseño el siguiente diagrama.
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De esta manera Isósceles construyó su árbol familiar y lo presentó a su
maestra, la Sra. Geometría. Ella quedó muy complacida con su trabajo. La
maestra les explicó que no todas las familias son iguales, ni su número de
componentes tampoco.
Sus compañeros de clase comprendieron porque, Isósceles era diferente a
ellos. Isósceles tuvo muchos amigos y comprendió que debemos amar al
prójimo sin establecer diferencias.
FIN
Autor: Nilsa M. Rodríguez
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EL NIÑO Y LA MARIPOSA DE MIL COLORES
Erase una vez un niño muy curioso y amante a los animales, vivía con su abuela
en lo alto de la montaña, en una ocasión se encontró con un pequeño gorrión a
lo alto de un árbol, llamo tanto su atención que decidió subir y le dijo vente
conmigo te daré comida y te protegeré de cualquier intruso que quiera
atraparte, dijo el gorrión si ya estoy harto de vivir de rama en rama iremos
juntos, fue allí donde el niño encontró su primer amigo.
El niño entusiasmado siguió su camino por el bosque con su pequeño amigo el
gorrión. ¡Por que te has fijado en mi en un pequeño e insignificante pajarillo!
exclamo el gorrión atravieso el bosque todos los días para llegar al lugar
lejano donde estudio y quisiera que me hagas compañía, respondió el niño, el
gorrión acepto ser su amigo y todos los días lo acompañaba en su largo camino.
No había andado mucho cuando vio entre los arbustos un ganso le pregunto el
niño ¿qué haces en el bosque estas perdido necesitas ayuda? Si respondió el
ganso todos los días te veo pasar por el mismo camino y quisiera ser tu amigo
quisiera que me ayudaras a encontrar un lugar cerca de ti porque mis dos
hermanos que estaban cerca a mí se han desaparecido no se que se han hecho,
mis alas están desgastadas y no puedo subir a algún árbol para protegerme,
tengo que quedarme abajo en el camino y temo de algún intruso, el niño por su
gran amor a los animales decidió convertirse en su mejor amigo.
Amaneciendo en un hermoso día el niño en su rutina para llegar ala escuela se
encontró en el encamino un animal muy grande bajaba de la montaña
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imponente y orgulloso por su grandeza, le llamo tanto atención que decidió
preguntarle quien eres soy el oso de anteojos quisiera ser tu amigo le dijo el
niño pero el oso con un gesto arrogante voltio y siguió su camino.
El niño un poco triste siguió su camino con sus otros dos amigos el gorrión y el
ganso, no te pongas triste le contesto el gorrión nos tienes a nosotros y a arco
iris una mariposa de mil colores que siempre asoma a tu ventana pero que
igual que el oso no demuestras el interés por ella, esto hizo que arco iris no te
expresara su afecto y el interés de ser tu amiga el ganso contesto si arco iris
es nuestra amiga y quisiéramos que también fuera la tuya el niño dijo a veces
nonos damos cuenta que con nuestros gestos o acciones podemos alejar a
alguien que nos quiera demostrar su afecto desde ahora somos amigos y para
siempre.
Autor: Sonia Olave Martínez.
100
AL CONTRARIO
Una mañana, cuando Martin se despertó, al contrario estaba de pie sobre el
techo de su cuarto, mirándolo fijamente.
-¡No puedes pararte en el techo!
-dijo Martin--. ¡Baja!
PERO OCURRIO AL CONTRARIO, Y SE QUEDO DONDE ESTABA.
-¡Papa!--grito Martin--. ¡Hay un contrario en mi techo!
-¿Donde?--pregunto el papa de Martin, al tiempo que asomaba la cabeza por la
puerta.
-¡Ahí!--dijo Martin, señalando hacia arriba.
PERO HABIA PASADO AL CONTRARIO,Y YA NO ESTABA AHI.
-Vamos, Martin -dijo su papa--.
Tú nunca inventas historias para quedarte en la cama.
Martin bajo al primer piso a desayunar. Su mama le sirvió una taza llena de
cereales.
-puedes ponerle la leche tu mismo--dijo ella.
Martin siempre se servía la leche él solo. Era una de las cosas que mejor sabia
hacer.
Tomo la caja con las dos manos y vertió con cuidado la leche sobre el cereal.
PERO ENTONCES PASO AL CONTRARIO...
101
...en vez de salir hacia abajo, la leche salió HACIA ARRIBA y salpico el techo
por todas partes.
Luego cayó y goteo por todo el mantel.
Al contrario sonrió, burlón, desde el rincón.
-¡Ay, Martin!--dijo la mama--. ¡Mira lo que has hecho!
-¡No fui yo!--grito Martin y señalo hacia el rincón--. ¡Fue Al Contrario, allá
atrás! pero había pasado al contrario y ya no estaba ahí.
-¡vamos, Martin!--dijo su mama--.
¡tú nunca eres tan torpe!.
Martin llego al colegio y se alisto para la primera clase. La profesora les pidió
que hicieran un dibujo de su animal favorito. El decidió pintar un elefante.
Saco sus acuarelas, papel y pincel, y empezó a dibujar.
Pero entonces paso Al Contrario.
En vez de caer en el papel, la pintura fue a parar en la cabeza de Martin.
Después en el piso.
DESPUES EN LAS PAREDES.
DESPUES EN SU PROFESORA.
La pintura cayó en todas partes, menos en la hoja, que permaneció en blanco y
tan limpia como siempre.
Al Contrario dejo escapar una risita tonta desde debajo de la mesa de la
profesora, justo al lado de sus piernas.
102
-¡Ay, Martin!--dijo la profesora--.
¡Tú nunca haces tanto desorden!
-¡No fui yo!--grito Martin y señalo hacia la mesa de la profesora--. ¡Fue Al
Contrario. allá abajo!
PERO HABIA PASADO AL CONTRARIO, Y YA NO ESTABA AHI.
Martin se detuvo a pensar un momento. Entonces se le ocurrió una idea.
Lentamente, señalo hacia el espacio vacío delante de él.
-Quiero decir--, que NO HAY un contrario parado justo delante de mi dedo.
PERO ENTONCES PASO AL CONTRARIO.
De repente, Al Contrario ESTABA de pie justo frente a él.
Parpadeo sorprendido, y se veía un poco preocupado.
-Quiero decir--dijo Martin--, que el trabajo que hice hoy estaba sucio y
desordenado.
PERO ENTONCES PASO AL CONTRARIO.
Al Contrario mostro los dientes, pero ya era demasiado tarde .Ahora, el
dibujo de Martin estaba tan ordenado y perfecto como puedas imaginar.
-Y --dijo Martin sonriendo--quiero decir que he disfrutado MUCHO la
compañía de Al Contario hoy, ¡y espero que no se vaya nunca, nunca, NUNCA!
PERO ENTONCES PASO AL CONTRARIO.
Con un chillido......y un silbido, Al Contrario desapareció en una nube de humo
amarillo verde.
Y eso fue todo. Rápidamente la profesora de Martin y el resto de la clase se
convencieron a sí mismos de que nunca habían visto a Al Contrario y de que
nada de eso había sucedido.
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Pero Martin sabía lo que había ocurrido, y ahora tú también lo sabes. Y si
alguna vez te encuentras con un Contrario, sabrás como lidiar con él.
A la mañana siguiente, cuando Martin se despertó, Al Contrario estaba de pie
sobre el techo de su cuarto, mirándolo fijamente.
-Muy bien--dijo Martin--.
¡Espero que esta historia no se acabe nunca, pero NUNCA...
¡FIN!
Autores: TOM MACRAE Y ELENA ODRIOZOLA.
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BODA MATEMATICA.
Asomaba el sol por el eje X cuando los numéricos habitantes de la ciudad de
Tales se preparaban para asistir a la boda entre un ábaco convergente y la
variable independiente y finita Fi-Fi. Era el padre de Fi-Fi un ilustre
parámetro jefe del partido de los incrementos y su madre había sido mantisa
en las tablas logarítmicas, pero tuvo que dejarlo debido a una hipótesis
repentina que degeneró una tesis y estuvo a punto de anularla. Iban los novios
en una magnifica fracción tirada por dos posibles hiperboloides; detrás iba el
complejo formado por logaritmos e incógnitas auxiliares entre el bullicio,
algunos de los puntos irregulares se entretenían lanzando tangentes a las
curvas de los concurrentes.
Entraban los contrayentes en el templo, que era una magnifica sala
troncocónica adornada por conos oscilantes e iluminada con parábolas.
Oficiaba la ceremonia un severo segmento rectilíneo ayudado por dos
infinitésimos.
Todo hubiera transcurrido con normalidad a no ser por un positivo y un
negativo que dadas las circunstancias fueron difíciles de despejar. Terminada
la ceremonia, entro el juez con la regla de Ruffini bajo el brazo y como
primera precaución mandó encerrar al novio entre corchetes. Luego, cogiendo
a Fi-Fi por el punto de inflexión, se la llevó a la sombra de un vector, donde se
dedicó a la dulce tarea de derivarla ante el creciente asombro de los
elementos de los parámetros. Mientras tanto, Fi-fi, con los senos despejados,
las paralelas tendiendo al infinito y bajadas las medias proporcionales, veían
105
con horror cómo el juez sacaba su factor común, que iba tomando valores
proporcionales crecientes y se lo iba permutando con repetición.
Alarmados los concurrentes por la anormal transformación cogieron al juez
entre paréntesis y lo elevaron a la enésima potencia, lanzándolo por la
pendiente del eje X al finito. Allí quedó Fi.fi que se hallaba al borde de la
ecuación con los miembros diferenciados y la matriz cuadrada. El novio, por su
parte, fue un ser despejado que anduvo errante de raíz en raíz y de radical
en radical hasta que abrumado por la congoja ingresó bajo la rígida regla de
Kramer en el convento de Euler.
Autor: David Gutiérrez Rubio
106
Cinco pollitos.
Un día, Lolita fue a visitar la granja de su tía. Allí vivía la familia del gallo
“Quiquiriquí”, la gallina “Cocó” y sus cinco pollitos llamados “Uno”, “Dos”,
“Tres”, “Cuatro” y “Cinco”.
Los pollitos se llamaban así porque tenían una, dos, tres, cuatro, o cinco plumas
de colores en sus colas.
El papá gallo no sabía contar, por eso, cuando pasó volando una mariposa le
preguntó:
-Mariposa, mariposita,
La más re bonita
De mayo y abril,
¿Cuántos pollos hay aquí?
Y la mariposa, mientras se iba posando en la cabeza de los pollitos, contaba:
uno, dos, tres, cuatro, cinco.
Un día los pollitos se fueron a pasear al campo.
El pollito “Uno”, encontró un caracol y, muy contento, se puso a cantar:
-La, la, la, la, la... (Pero siempre cantaba “las” cinco veces):
La (1), la (2), la (3), la (4), la (5).
El pollito “Dos” cazó dos moscas y, de lo contento que estaba, se puso a saltar,
pero siempre daba cinco saltos: 1, 2, 3, 4, 5.
El pollito “Tres”, jugaba con tres mariposas. Jugaba dando muchas vueltas,
pero siempre daba cinco vueltas seguidas: 1, 2, 3, 4, 5.
El pollito “Cuatro”, persiguiendo a cuatro lagartijas, se perdió.
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Muy asustado, piaba y piaba, y llamaba a sus hermanos, pero siempre piaba
cinco veces:
-Pío (1), pío (2), pío (3), pío (4), pío (5).
El polito “Cinco”, encontró cinco gusanos y, como era el más gordito, se lo
comió todo, todito, y a sus hermanos no les dio ni un trocito.
De lo contento que estaba, se puso a bailar, y bailó cinco veces: 1, 2, 3, 4,
5.
Los pollitos, cuando volvieron a la granja, contaron a Lolita lo que les había
sucedido. La niña elevó una mano, y mientras señalaba sus dedos, cantaba:
-Cinco pollitos tiene mi tía:
Uno le canta, otro le salta,
Otro le juega, otro le pía
Y otro le baila con alegría.
LOLITA
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1 2 3 4 5 UNO DOS TRES CUATRO CINCO
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CUENTO DE LA FAMILIA PERRO.
Había una familia en congongony, ellos siempre salían para el campo en busca
de alimentos, hasta que un gran día dijo Sultán: Vamos todos en busca de
comida, salieron uno tras otro caminando iban. Hasta que de pronto se han
encontrado en el camino la comida, laica la madre y cachorrito, su hijo supo
buscar el camino donde había muchísima comida y cuando encontraron el
camino se dieron cuenta de que no estaban ninguno de los pequeños. Ellos se
miraron y se sorprendieron, pero laica empezó a cantar una canción que todos
conocían, se cantaba así: Apuren mis perros congongony, apuren todo por mi y
no lo van a creer, todos los perros se reunieron, ellos estaban muy asustados
porque por un momento habían perdido el contexto con la madre, desde allí la
madre decidió nunca más sacarlos al campo, ellos eran tres perros pequeños y
dos perros grandes. ¿Cuánto hay en total?
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EELL PPOOSSTTRREE DDEE MMAANNZZAANNAASS..
Estela, la madre de Lesly y Warren organizó una fiesta para celebrar el
cumpleaños de Warren
Estaba todo listo para la fiesta, pero le faltaban las manzanas para el postre.
Así que Estela les dijo a los niños que fueran a la tienda a comprar harina,
manzanas y varios artículos
La tienda estaba muy limpia y organizada. Tenía muchas frutas, cereales, pan y
agua. La señora Gusty, que es la dueña, los recibió muy atenta y les ayudó con
la compra
Los chicos encontraron la mayoría de las cosas que mamá les había pedido,
pero cuando llegaron a las frutas quedaban solo dos manzanas y mamá había
pedido cinco
Warren le pidió ayuda a Doña Gusty y ésta inmediatamente le dijo que sí. Fue
al almacén y trajó las tres manzanas que faltaban.
Lesly y Warren contaron las manzanas y ahora sí habían cinco deliciosas
manzanas para llevarle a mamá. Doña Gusty sumó en la caja registradora todos
los artículos. Los niños le pagaron y ayudaron a guardar los productos.
Lesly y Warren después de pasar un buen rato en la tienda, regresaron a la
casa a contarle a mamá lo sucedido con las manzanas. ¡Qué mucho disfrutaron
los niños su visita al colmado!
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Estela con las cinco manzanas preparó el postre. Y todos en la fiesta
disfrutaron del cumpleaños de Warren y del pastel de manzanas.
¡Qué mucho se divirtieron!
FIN
Autor: Nadia Vidal Pagan
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EL PAYASO PILU Y LAS FORMAS.
El payaso pilu tiene deseos de jugar,
Sentado en la alfombra se pone a soñar,
El caballito de madera se mueve muy lento,
Y los otros juguetes le cuentan un cuento.
Pilu de tanto jugar se está cansando,
Y al poco tiempo ya está durmiendo…
Que es un gran maquinista está soñando,
Y con gran maestría su tren va conduciendo.
Pilu llega pronto a su destino,
Que resulta ser una extraña estación,
Pilu se pregunta,” ¿Qué país será?”
Si pone cuidado pronto lo sabrá.
Encuentra una servilleta, un tablero,
Y un cuadro en el que hay un sombrero.
Pilu observa todo muy desconcertado,
Aquí todo tiene forma de cuadrado.
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Pilu encuentra luego una moneda,
Tres círculos rojos para dardos tirar,
Y un plato de china de bello diseño,
“¡aquí todo tiene forma circular!”
También ve pilu un triangulo de tela
Que mueve en el mar a un barquito de vela.
Incluso ese sándwich es triangular,
Pilu tiene hambre y va a merendar.
Las dos cartas son rectangulares,
También el marco de la ventana,
Es forma muy interesante,
Y pronto aprendida por los escolares.
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“qué maravilla” dice pilu muy encantado,
“en este mundo de formas donde he llegado”.
Sigue soñando con los ojos cerrados,
Y en sus sueños las formas vuelan a su lado.
El sonar el reloj a pilu despierta,
Y él se pregunta si ha estado soñando,
Pero el reloj también tiene forma de círculo,
Como las figuras que ha estado estudiando.
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EL TIGRE SIN COLOR
Había una vez un tigre sin color. Todos sus tonos eran grises, blancos y
negros, Tanto, que parecía salido de una de esas películas antiguas. Su falta de
color le había hecho tan famoso, que los mejores pintores del mundo entero
habían visitado su zoológico tratando de colorearlo, pero ninguno había
conseguido nada: todos los colores y pigmentos resbalaban sobre su piel.
Las personas aburridas de los colores que tenía el tigre, decidieron cada uno
intentar pintarlo;
-yo lo pinto de verde dijo el carpintero -será divertido y más famoso de lo
que es ahora… intentándolo pintar... la pintura resbalaba de su pelaje.
–yo lo pinto de azul... dijo el policía- que después agrego
diciendo…será azul como nuestro uniforme, será nuestra mascota… inclinando
la cabeza el tigre dejo que el policía le rociara por su cuerpo con un balde de
tempera azul de las más caras, pero la tempera desapareció como por arte de
magia.
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-yo lo pintare de rosa… dijo el peluquero quien al oírla el tigre,
abrió sus grandes ojos al oírle decir.... si hay pantera rosa porque no ha de
haber un TIGRE ROSA...Justifico el peluquero, el tigre no teniendo otra
opción se dejo rociar de un gran balde de pintura rosa…para sorpresa de
todos no cogió ni un poquito de tono rosa, todos tristes y desilusionados
quedaron.
Entonces apareció Chiflus, el pintor chiflado. Era un tipo extraño que andaba
por todas partes pintando alegremente con su pincel. Mejor dicho, hacía como
si pintara, porque nunca mojaba su pincel, y tampoco utilizaba lienzos o
papeles; sólo pintaba en el aire, y de ahí decían que estaba chiflado. Por eso
les hizo tanta gracia a todos que Chiflus dijera que quería pintar al tigre gris.
Al entrar en la jaula del tigre, el chiflado pintor comenzó a susurrarle a la
oreja, al tiempo que movía su seco pincel arriba y abajo sobre el animal. Y
sorprendiendo a todos, la piel del tigre comenzó a tomar los colores y tonos
más vivos que un tigre pueda tener. Estuvo Chiflus mucho tiempo susurrando al
gran animal y retocando todo su pelaje, que resultó bellísimo.
Todos quisieron saber cuál era el secreto de aquel genial pintor. Chiflus
explicó cómo su pincel sólo servía para pintar la vida real, que por eso no
necesitaba usar colores, y que había podido pintar el tigre con una única frase
que susurró a su oído continuamente: "en sólo unos días volverás a ser libre, ya
lo verás".
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Y viendo la tristeza que causaba al tigre su encierro, y la alegría por su
libertad, los responsables del zoo finalmente lo llevaron a la selva y lo
liberaron, donde nunca más perdió su color.
Autor: Pedro pablo sacristán.
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