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territorios

urante muchos años, el contacto más cer-cano a nivel local con el LARP (Live Action Rol Playing, juego de rol en vivo) era mirar videos en Youtube y soñar con jugar una

de esas partidas ambientadas en pueblos y castillos originales de la Edad Media. Y, sin embargo, este año las estrellas se alinearon: la inmensa popularidad de la serie Juego de Tronos se sumó a un inesperado boom del recreacionismo medieval en Buenos Aires –con eventos temáticos casi todos los fines de semana, algunos incluso organizados por el Gobierno de la Ciudad– y de pronto eso que parecía un sueño nerd se convirtió en algo posible. De pronto, una mañana de sábado, hay sesenta personas dispuestas a participar en una partida titulada Juego de Tronos: la justicia del Rey y convertirse en un Baratheon, un Stark o una Targaryen. Entre ellos, y aunque cueste creerlo, no todos son

geeks.Y entre ellos, estoy yo.Tratando de explicar qué es lo que voy a

A Algunos fAnáticos de gAme of thrones les gustA discutir sobre la serie y los libros. otros prefieren vivir sus propiAs AventurAs en el universo creado por

GeorGe r. r. Martin. Bienvenidos Al mundo de los juegos de rol en vivo.

Viaje a la tierra de los Nerds

texto Sandra Martínez Fotos JUan CarLOS CaSaS

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de pronto, una mañana

de sábado, hay sesenta personas

dispuestas a participar en una partida de rol en

vivo y convertirse en un baratheon,

un stark o una targaryen.

hacer este sábado, llego a una fórmula mate-mática.

Fanfiction + Cosplay + Improvisación teatral = Juego de rol en vivo.

Rápido glosario para neófitos. Fanfiction es cualquier relato escrito por un fan basán-dose en personajes, situaciones o lugares de una obra literaria, serie televisiva, película, videojuego. Un romance con Legolas en la Tierra Media, la continuación de la saga Harry Potter, una aventura no contada de Buffy, la Cazavampiros. Al ingresar en el mundo del fanfic soprende la cantidad de horas que estos escritores amateurs dedican en apropiarse de mundos ajenos, a veces con un guiño com-placiente del autor, otras contra su voluntad.

Cosplay, por otra parte, es la creación y uso de trajes y disfraces que representan a algún personaje de la cultura pop.

El juego de rol en vivo, enton-ces, propone crear una aventura basada en algún universo ficticio. Bajo la guía de los Directores de Juego, los jugadores encarnan

personajes que interactúan y resuelven en tiempo real conflictos planteados y cumplen objetivos que los llevarán a ganar la partida.

Concilio del Sur es la organización pionera en esto del rol en vivo en Buenos Aires. Ellos escribieron el manual de juego, organizaron el evento –incluyendo decoración y vestuario de muchos de los jugadores– y guían la parti-da como Directores de Juego. La historia de hoy se basa en el mundo de Juego de Tronos, pero está ambientada sesenta años antes de los hechos de los libros y de la serie, para ase-gurar la libertad a la hora de crear situaciones. Ninguno de los personajes televisivos esta-rá presente, pero uno puede convertirse en alguno de sus ancestros o en un vasallo de alguna de sus familias. En mi caso, seré Lady Joyce, una Lannister por matrimonio, lo cual

me evita tener que usar una peluca rubia. Al llegar al colegio San José del por-teñísimo barrio de Balvanera, tengo

que reconocer que funciona perfecto como marco. Es uno de los edificios más antiguos de la ciudad, construido en 1886.

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En ese gran patio de baldosas en damero en el que se formaron los niños Hipólito Yrigoyen y Ricardo Balbín, entre otros, hoy se levanta un mercado con puestos que ofrecen panes, espadas y otras armas de herrería artesanal, licores caseros y hasta cotas de anillas, mien-tras un sacerdote del Dios Ahogado predica a los gritos y bautiza nuevos fieles. Las sombrías escaleras de piedra y las arcadas cubiertas de hiedra desde las que se despliegan estandartes gigantes con la heráldica de los Siete Reinos aportan todo el sabor medieval necesario.

de costurera a princesaEste sábado de diciembre hace calor. No es fácil estar cubierto de pieles, cuero y metal, pero todos lo soportan con bastante estoicis-mo, porque los trajes son parte fundamental de esta actividad, no solo como parte de la ambientación sino para meterse en el perso-naje. Mientras nos cambiamos, veo a niñas tímidas convertirse en mujeres exóticas, a chi-cos que apenas terminaron el secundario, en nobles herederos.

Mi vestido, por suerte, es ligero, no voy a sufrir más calor del que pasaría con la ropa que traje puesta. Eso se lo puedo agradecer a Mae, que fue la que diseñó y cosió muchos de los

trajes de las damas y caballeros que hoy están jugando. Mae llegó hace cuatros años desde Chile para estudiar y casi sin querer terminó

involucrada con el mundillo porteño de la recreación medieval. Las ganas de tener sus propios trajes de época la llevaron a aprender sobre costura y a sumergirse en el mundo de las SCA (Society for Creative Anachronism) en busca de moldes y patrones históricos que combina con ilustraciones para sus creacio-nes de inspiración fantástica. Es que el furor por lo medieval disparó la investigación de los aficionados sobre los usos y costumbres de la época. Se rescatan antiguas recetas para ofrecerlas en banquetes temáticos, se recu-peran pasos de baile, técnicas de esgrima, y, por supuesto, se observan y se reproducen los dictados de la moda.

Puede que Mae haya pasado los últimos meses como costurera oficial del evento, pero en la partida está lejos de tan humilde rango. Esta tarde una cabellera rubio plati-no reemplaza la suya, morocho azabache, y con un vestido rojo fuego y un collar que despliega alas de dragón, se ha convertido en la princesa Shaera, hija del rey Aegon. Es abuela de Daenerys y se nota el parentesco. Como tiene mucha influencia directa sobre el rey, todos los personajes la buscan y Lady

el furor por lo medieval disparó la investigación sobre los usos y

costumbres de la época. se rescatan

recetas, pasos de baile, técnicas de esgrima

y se reproducen los dictados de la

moda.

Joyce no será la excepción. Tengo una rela-ción de confianza con ella y con su madre, la reina, y conozco algunos de sus secretos, quiero aprovecharlo para cumplir mis objeti-vos. Intento lograr su apoyo para la Liga de los Puertos, un tratado comercial entre las casas Lannister, Tyrell y Tully, al que se oponen los Arryn, Martell y Baratheon, que vieron sus propios negocios perjudicados. Es uno de los conflictos centrales de esta aventura. Diplomáticamente pero con firmeza, Shaera me responde que no piensa comprometer-se políticamente apoyándonos en público. ¿Dónde están las manipulables princesas Disney cuando se las necesita?

sobre taberneros y bardosSe llama Hugo Kisil, pero todos los conocen como Kaban, que en realidad es el nombre de su emprendimiento familiar. Grandote y con un tupido bigote horseshoe, no necesita más que una camisa rústica para convertirse en un tabernero perfecto para esta jornada. Sus sándwiches de carnes ahumadas artesa-nalmente son uno de los grandes atractivos

de los eventos medievales y fantásticos, pero su excelencia no solo es una opinión genera-lizada entre los fans de las ferias temáticas. Con orgullo, cuenta que este año fue invitado a participar en una degustación organizada en El Baqueano, uno de los mejores restau-rantes de Buenos Aires, donde se lució con sus productos preparados siguiendo antiguas técnicas europeas, totalmente naturales, que consisten mayormente en una larga y amoro-sa cocción y un posterior ahumado al calor de las maderas cuidadosamente seleccionadas.

Aunque su fama la consiguió con los sánd-wiches provistos de una abundante cantidad de fetas de carne, aderezadas con mostaza casera, esta tarde sorprendió con un nuevo hit: unas costillas asadas que los caballeros comen con la mano cruzando el patio, o apoyados en alguna columna. Un pequeño detalle pintoresco que suma mucho al rea-lismo de la ambientación. Casi sucumbo a la tentación, pero finalmente decido que no es propio de una señora de alta alcurnia pasearse comiendo una costilla como un salvaje, y me inclino por un sándwich, que como en una

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de las largas mesas de la taberna después de dejar reservados dos paquetes de salchichitas ahumadas que me voy a llevar a casa cuando termine el juego.

Lord Tyrell se aproxima para charlar sobre uno de los temas que debemos resolver. El arre-glo matrimonial pactado entre su familia y mi sobrino Tywald, el heredero de los Lannister, está generando algunas complicaciones. La discución tiene un tono cortés, hasta que el Bardo Errante y el juglar Einar McCarthy, que estuvieron alegrando la tarde con algunas coplas musicales, se nos acercan cantando.

Ese rubio prometidoNo ha cumplido su promesaSe lo ve muy, muy seguidoCon mujeres sin nobleza

Pongo cara de póker y antes de que mi inter-locutor tenga oportunidad de ahondar en las implicaciones de los versitos maliciosos, me burlo de la calidad del entretenimiento en la corte. No llegamos a ningún acuerdo y lo dejo para encontrar a mi sobrino en busca de algunas explicaciones, mientras los primeros sonidos del choque del acero anuncian que comenzó la exhibición de esgrima.

ser o parecerEl evento no es de acceso exclusivo para los jugadores. El público “civil” se mezcla entre nosotros, curioseando las conversaciones,

tratando con esos retazos de reconstruir la trama que se está tejiendo. También dis-frutan las exhibiciones. Dentro de una

liza armada con vallas, caballeros en yelmo y armadura completa se baten a duelo con espa-das reales, representando a las casas de la tierra de Westeros. El público vitorea a sus favori-tos hasta que se corona un vencedor. Poco después, la exhibición del grupo del Club Universitario de Arquería con arco tradicio-nal genera nuevos entusiastas, que aprovechan para averiguar dónde pueden comenzar a prac-ticar esta actividad. Los más chicos se engan-chan con el circo medieval, un número cómico que incluye caballeros montados y hasta un dragón. Mientras tanto, avanzan las intrigas. Sir Serip Richardson, vasallo de los Lannister, me anuncia que hay rumores de que alguien quiere asesinarme. Mi vanidad se regocija. Si a uno lo quieren eliminar en la corte, es porque se convirtió en un personaje importante.

El sol ya está bajando y baña el lugar con una benigna luz crepuscular. Llega la hora de las últimas escenas, que definirán la partida. Los nobles de la Liga de los Puertos y sus opo-sitores se reúnen con el rey. Hay gritos, quejas,

ponerse en la piel de alguien

con habilidades y conocimientos

diferentes a los propios es

la parte más divertida del juego.

quizás un poco esquizofrénico, pero

también liberador.

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gente que se retira ofendida, parlamentos poli-tiqueros. En el medio de la discusión, un hom-bre entra con el cadáver de su prometida en los brazos, asesinada en misteriosas circusntancias. Lord Edwyle Stark, Justicia del Rey, se retira para encontrar al culpable.

Edwyle es uno de mis personajes favoritos, es violento, bastante paranoico, uno de los hombres más poderosos del reino, analfabeto. Matías, el jugador, está por recibirse de dise-ñador automotriz. Le gusta la actuación, así que se le da bien eso de ponerse en la piel de alguien que tiene habilidades y conocimien-tos totalmente diferentes a los propios; que es, posiblemente, la parte más divertida del rol en vivo. “¿No es un poco esquizofrénico eso?”, me pregunta un amigo curioso. Puede ser, pero también es liberador. Aunque otras veces la per-sonalidad puede más, como le pasa a Florencia: “Yo me complico mucho la vida. Y en el rol me pasa lo mismo, doy mil vueltas: voy y vengo sin parar, me meto en mil asuntos y al final no logro resolver mi objetivo principal”, se resigna.

traición de palacioEl anuncio de un nuevo asesinato irrumpe en el salón del trono, esta vez se trata del sobrino de los señores Martell. Las muertes se resuelven en realidad tras bambalinas entre el asesino, el muerto y uno de los Directores de Juego, que decide si el asesinato es posible y si aporta algo a la dinámica de la partida.

Tras el interrogatorio y liberación de un sospechoso, Lord Martell se retira furioso y el resto se dispone a resolver el último objetivo del juego, el conflicto político de la liga comercial. Estoy discutiendo con el rey sobre tasas impositivas (yo, que todavía me muero de vergüenza cuando mi papá pide una rebaja, mientras soy Lady Joyce encuentro perfectamente aceptable regatear los impuestos con el Rey) cuando mi sobrino anuncia que los Lannister abandonan la Liga de los Puertos. Miro a Robert, mi hermano en el juego, esperando que lo desdiga, pero responde con impotencia que ninguno de nosotros tiene autoridad suficiente como para contradecir en público al heredero de la casa. Todos los planes que armamos pacientemente se derrumban. Resulta que las palabras del bardo eran ciertas, y “el rubio prometido” tiene una amante plebeya de la que no piensa desprenderse. Y decidió que la mejor forma de escapar del matrimonio arreglado era ofendiendo a nuestros socios Tyrell. Su estrategia funciona. La partida

termina, no tenemos ni un objetivo cum-plido y los Lannister quedamos en una posición políticamente complicada para la próxima aventura.

Me despido hasta la próxima de Sir Serip, que en realidad se llama Christian, es pedia-tra deportólogo y vino al juego junto a su esposa Mayra, instrumentadora quirúrgica, ama de casa y temporalmente dama de la casa Darkshape al servicio de los Martell. Los dos son jugadores de rol de mesa de larga data, pero esta fue su primera experiencia en vivo

y están fascinados. Se van planificando nue-vos detalles para sus personajes y prometen convencer a otros amigos para que se sumen como nuevos aliados.

Antes de salir, ya en ropa civil, me cruzo con Alexander, que interpretó a Tywald, el sobrino traidor. Me pregunta, riéndose: “¿Estás enojada?”. Yo también me río. No, no estoy enojada, le digo.

Mientras yo le contesto, Lady Joyce medita cuál será la mejor forma de des-pellejarlo en la siguiente partida. *

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