¿Quien Eres?Eres tu pensamiento positivo i parte

El Pensamiento Positivo Mejorando Tu vida

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¿Quién eres? Eres Tu Pensamiento

Positivo Creativo 1ª Parte


El pensamiento positivo creativo es el Sumo Hacedor, es quien puede contestar la pregunta de ¿Quién eres? Y hala, ya estamos otra vez, dando vueltas a la noria. Pero si no te tomas en serio este punto, es posible que acabe pasando ante tus narices, sin verla, la revelación más importante. Que tú no eres tu cuerpo ni tu mente, y que la fuerza creadora, el pensamiento positivo creativo, te convierte en un ser mágico.


Desde tiempos inmemoriales los humanos hemos buscado la identidad del Yo. Aunque partiendo de una obvia falsedad: Si eran tiempos inmemoriales (sin memoria), no nos acordaríamos. Las tonterías fluyen en mí por las rendijas. Soy así, ¿Comprendes? Yo soy así. O Yo creo que soy así. O algo más allá de mi conciencia cree, o crea la creencia, de que mi Yo es así… Bien, bien, vamos bien. Esto promete.


Partamos de la base de que ese Yo al que otorgamos el poder del pensamiento, puede no ser más que una ilusión. Pero sea o no cierto, lo incuestionable es que esos pensamientos existen. Como se canalicen, como se tome conciencia de ellos, no será más que el efecto de los mismos. Podemos decir que el cómo lo hacemos, como lo pensamos, son los síntomas, no el hecho en sí. A la herramienta con la que interpretamos el pensamiento positivo creativo la hemos venido a llamar el Yo.


Pero si ese Yo es la conciencia, entendida como actividad espiritual, no física o mecánica, esta función consciente desaparece cada día. Cada noche al dormir esa importante entidad, el Yo, se ausenta. Esa grandiosa, tangible y verídica realidad es variable e intermitente. Va y viene. Y mientras tanto, ¿Dónde está?, ¿No era de verdad, inmutable?, ¿Pueden penalizarla por absentismo existencial? Éramos pocos y parió la abuela.


También puedes entender el Yo como el organismo, el cuerpo material. En este caso, sostendríamos que es constante, que no se oculta periódicamente. Pero volvemos a lo mismo, porque es el cerebro quien realiza la función específica del pensamiento positivo creativo. Y aunque la actividad mental es continua, solamente una parte es consciente. Si la conciencia de Yo radica en el cerebro, este se desconecta al entrar en frecuencias Theta y Delta (sueño moderado y sueño profundo) cada 15 o 20 horas.


El pensamiento positivo creativo es energía. Nuestro cerebro puede ser monitoreado con el electroencefalograma. Y este describe la actividad cerebral como frecuencias de onda. Al producirse el pensamiento genera impulsos eléctricos (en realidad bioquímico eléctricos) y consecuentemente, al haber electricidad, se forman campos magnéticos. Incluso desde una perspectiva material, comprobable científicamente, el pensamiento es energía en forma de frecuencias de onda que se expanden más allá de nuestro cuerpo físico.


La mayor parte del pensamiento humano, canalizado en creencias, sean filosóficas, religiosas o científicas, se ha centrado en la exteriorización de esa energía. En la interpretación por medio del cerebro, del espíritu o del alma. No en la propia energía en sí misma: En el pensamiento positivo creativo. O sea, han restringido su investigación a las consecuencias, no a su origen. Han obviado el que y el porqué. Y si desconoces la causa, difícilmente podrás comprender el poder que habita en ti.


De ahí proviene la abrumadora carga de preguntas que se hace el ser humano. De donde venimos, cual es nuestro fin, o porque albergamos tal cantidad de caca en los intestinos. Y a mí que no me vengan con lo de los nutrientes no digeridos. No basta, para tanta caca no. No y no. Me niego a aceptarlo. Y no me digas que alguna vez no te has preguntado: “¿Cómo, todo eso es mío? Nada, nada, yo no firmo, ¡Por Diosss, que cosa!” Pero no nos desviemos. A lo que íbamos.


Evidentemente, el Yo no puede ser ni el cuerpo ni la mente. El organismo solo es un agente por el que actúa el pensamiento. Exactamente igual que la mente. Y cuando la conciencia se desvanece, al soñar por ejemplo, cuando ya no nos reconocemos como nosotros mismos, como la persona con identidad y peculiaridades, seguimos existiendo. Incluso cuando se diluye el Yo que hemos forjado, el pensamiento positivo creativo sigue creando vida. Algo más allá del Yo continúa generando pensamientos.


Y el pensamiento positivo creativo es el más significativo y principal atributo que poseemos. Todo lo demás proviene de él. Pero al no entender que es un don que trasciende al Yo, al cuerpo, a la mente y a todo cuanto crea el propio pensamiento, no somos capaces de utilizar íntegramente su potencial. Quedamos atorados, vagando mentalmente en pensamientos estériles, sin un fin establecido, perdiendo la oportunidad de utilizar su extraordinario poder.


Como aprender a utilizar esta gracia, esta ofrenda que nos ha sido concedida, será el motivo de la siguiente entrega. Si te es difícil cambiar tu concepción del mundo, tus más arraigadas creencias, no te preocupes, recuerda a Groucho Marx: “Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros”. Pues eso, a masticar bien con la boca cerrada, que sino el pensamiento positivo creativo nos saldrá por las orejas, y a ser buenos.


Xavier Arriarán

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