QUASIMODO SALVATORE - Antología

60
Antología de poemas de Salvatore Cuasimodo Traducción: Teódulo López Meléndez Y de Repente la Noche (Ed è subito Sera); Invierno antiguo (Antico Inverno); Refugio de Pájaros Nocturnos (Rifugio di Uccelli Notturnui); Oboe Sumergido; Otoño (Autunno); En la Antigua Luz de las Mareas (Nell'Antica Luce delle Maree); Apólion (Apólion); Garza Muerta (Airone Morto); A tu Lumbre Náufrago (Al tuo Lume Naufrago); A Menudo una Ribera (Sovente una Riviera); Isla de Ulises (Isola di Ulisse); En el Sentido de Muerte (Nel Senso di Morte); Ríe la Urraca, Negra Sobre Los Naranjos (Ride la Gazza, Nera

Transcript of QUASIMODO SALVATORE - Antología

Antología de poemas de Salvatore Cuasimodo

Traducción: Teódulo López Meléndez

Y de Repente la Noche (Ed è subito Sera); Invierno antiguo (Antico Inverno); Refugio de Pájaros Nocturnos (Rifugio di

Uccelli Notturnui); Oboe Sumergido; Otoño (Autunno); En la Antigua Luz de las Mareas

(Nell'Antica Luce delle Maree); Apólion (Apólion); Garza Muerta (Airone Morto); A tu Lumbre Náufrago (Al tuo Lume Naufrago); A

Menudo una Ribera (Sovente una Riviera); Isla de Ulises (Isola di Ulisse); En el Sentido de Muerte (Nel Senso di Morte); Ríe la Urraca, Negra Sobre Los Naranjos

(Ride la Gazza, Nera sugli Aranci); Camino de Agrigentum (Strada di Agrigentum); La

Dulce Colina (La Dolce Collina); Ya vuela la flor Magra (Giá vola il Fiore Magro); Escrito Quizás sobre una Tumba (Scritto Forse su

una Tomba); Día Tras día (Giorno dopo Giorno); Carta (Lettera); Color de Lluvia y de Hierro (Colore di Pioggia e di Ferro); Epitafio

para Bice Donetti); Las Guitarras Nuertas (Le Morte Chitarre); El Falso y Verdadero

Verde (Il Falso e Vero Verde); Qué Larga Noche (Che Lunga Notte); Un Arco Abierto

(Un Arco Aperto); Ancla del Infierno (Ancora dell'Inferno); Dar y Tener (Dare e Avere); No

he Perdido Nada (Non ho Perduto Nulla); Basta un Día para Equilibrar el Mundo

(Basta un Giorno a Equilibrare il Mondo); Tengo Flores y de Noche Invito a los

Álamos (Ho Fiori e di Notte Invito i Pioppi).

De Aguas y tierras (1920-1929)

Y de repente la noche  Cada uno está solo sobre el corazón de la tierra traspasado por un rayo de sol: y de repente la noche.   Da Acque e terre (1920-1929). Ed è Subito Sera. Ognuno sta solo sul cuor della terra / trafitto da un raggio di sole: / ed è subito sera.

Invierno antiguo  Deseo de tus manos claras

en la penumbra de la llama: sabían a roble y a rosas; a muerte. Invierno antiguo.   Buscaban el mijo los pájaros y de repente eran de nieve; tal las palabras. Un poco de sol, una aureola de ángel, y después la niebla; y los árboles, y nosotros hechos de aire en la mañana.

Antico Inverno. Desiderio delle tue mani chiare / nella penombra della fiamma: / sapevano di rovere e di rose; / di morte. Antico inverno. // Cercavano il miglio gli ucceli / ed erano subito di neve; / cosí le parole. / Un po’ di sole, una raggera d’angelo, / e poi la nebbia; e gli alberi, / e noi fatti d’aria al mattino. 

Refugio de pájaros nocturnos  En lo alto está un pino torcido; está atento y escucha al abismo con el tronco doblado cual ballesta.  

Refugio de pájaros nocturnos, en la hora más alta resuena desde un veloz batir de alas.   Tiene pues un nido mi corazón suspendido en la oscuridad, una voz; está también, a la escucha, la noche.

Rifugio di uccelli notturni. In alto c’è un pino distorto; / sta intento ed ascolta l’abisso / col fusto piegato a balestra. / Rifugio d’uccelli notturni, / nell’ora piú alta risuona / d’un battere d’ali veloce. / Ha pure un suo nido il mio cuore / sospeso nel buio,una voce; / sta pure in ascolto, la notte.  

De Oboe sumergido (1930-1932)  Oboe sumergido  Avara pena, tarda tu don en esta mi hora de suspirados abandonos.   Un oboe gélido resilabea alegría de hojas perennes, no mías, y se desmemoria;

  en mi anochece: el agua tramonta sobre mis manos herbosas.   Alas oscilan en débil cielo, lábiles: el corazón trasmigra y yo soy, yermo,   y los días un escombro.

Da Oboe sommerso (1930-1932) Oboe sommerso. Avara pena, tarda il tuo dono / in questa mia ora / di sospirati abbandoni. // Un òboe gelido risillaba / gioia di foglie perenni, / non mie, e smemora; // in me si fa sera: // l’acqua tramonta / sulle mie mani erbose. // Ali oscillano in fioco cielo, / labili: il cuore trasmigra / ed io son gerbido, / e i giorni una maceria.  

Otoño  Otoño manso, yo me poseo e inclino a tus aguas por beber el cielo, fuga suave de árboles y abismos.  

Aspera pena de nacer me encuentra a tí unido; y en tí me desgarro y resano   pobre cosa caída que la tierra recoge.   Autunno. Autunno mansueto, io mi posseggo / e piego alle tue acque a bermi il cielo, / fuga soave d’alberi e d’abissi. // Aspra pena del nascere / mi trova a te congiunto; / e in te mi schianto e risano: / povera cosa caduta / che la terra raccoglie.  

En la antigua luz de las mareas  Ciudad de isla sumergida en mi corazón, desciendo en la antigua luz de las mareas, cerca de sepulcros a la orilla de aguas que una alegría desata de árboles soñados.   Me llamo: se espeja un sonido en amoroso eco,

y el secreto se endulza, el estremecerse en amplios desprendimientos de aire.   Un cansancio de precoces renacimientos se abandona en mí, la habitual pena de ser mío en una hora más allá del tiempo.   Y tus muertos siento en los celosos latidos de venas vegetales hacerse menos hondos:   un respirar absorto de narices.   Nell'antica luce delle maree. Cittá d’isola / sommersa nel mio cuore, / ecco discendo nell’antica luce / delle maree, presso sepolcri / in riva d’acque / che una letizia scioglie / d’alberi sognati. // Mi chiamo: si specchia / un eco in amorosa eco, / e il segreto n’è dolce, il trasalire / in ampie frane d’aria. // Una stanchezza s’abbandona / in me di precoci rinascite, / la consueta pena d’esser mio / in un’ora di là dal tempo. / E i tuoi morti sento / nei gelosi battiti / di vene

vegetali / fatti men fondi: / un respirare assorto di narici. 

De Erato y Apòllion (1932-1936)   Apolión  Los montes en oscuro sueño supinos yacen abatidos.   La hora nace de la muerte plena, Apòllion; soy aún lerdo de miembros y el corazón pesa desmemoriado.   Te alargo mis manos de llagas olvidadas, amado destructor.   Apollion. I monti a cupo sonno / supini giacciono affranti. / L’ora nasce / della morte piena, Apòllion; / io sono tardo ancora di membra / e il cuore grava smemorato. / Le mie mani ti porgo / dalle piaghe scordate, / amato distruttore.

Garza muerta  En el pantano caliente, clavada en el limo, querida por los insectos, me duele una garza muerta.   Yo me devoro en luz y sonido; derrotado, en ecos escuálidos, de tiempo en tiempo gime un soplo olvidado.   Piedad, no sea yo, sin voces y figura, en la memoria un día.   Airone. Nella palude calda confitto al limo, / caro agli insetti, in me dolora / un airone morto. // Io mi divoro in luce e suono; / battuto in echi squallidi / da tempo a tempo geme un soffio / dimenticato. / Pietá, ch’io non sia / senza voci e figure / nella memoria un giorno. 

A tu lumbre naufrago 

Nazco a tu lumbre náufrago, tarde de aguas límpidas.   De serenas hojas arde el aire consolado.   Erradicado de entre los vivos, corazón provisorio, soy límite vano.   Tu dádiva tremenda de palabras, Señor, descuento asiduamente.   Despiértame de entre los muertos: cada uno ha agarrado su tierra y su mujer.   Tú me has mirado adentro en la oscuridad de las vísceras: nadie tiene mi desesperanza en el corazón.   Soy un hombre solo, un sólo infierno.   Al tuo lume naufrago. Nasco al tuo lume

naufrago, / sera d’acque limpide. // Di serene foglie / arde l’aria consolata. // Sradicato dai vivi, / cuore provvisorio, / sono limite vano. // Il tuo dono tremendo / di parole, Signore, / sconto assiduamente. // Destami dai morti: / ognuno ha preso la sua terra / e la sua donna. // Tu m’hai guardato dentro // nell’oscurità delle viscere: // nessuno ha la mia disperazione / nel suo cuore. // Sono un uomo solo, / un solo inferno. 

A menudo una ribera   A menudo una ribera irradia de astros solennes, colmenas de azufre sobre mi cabeza bambolean.   Tiempo de abejas: y la miel está en mi garganta fresca de sonido todavía. Un cuervo, al mediodía, gira sobre areniscas grises.   Aires dilectos: quietud de sol

enseña muerte, y noche palabras de arena,   de patria perdida.   Sovente una riviera . Sovente una riviera / raggia d’astri solenni, / bugni di zolfo sul mio capo / dondolano. // Tempo d’api: e il miele / è nella mia gola / fresca di suono ancora. / Un corvo, di meriggio gira / su arenarie bige. / Arie dilette: quiete di sole / insegna morte, e notte / parole di sabbia, / di patria perduta. 

Islas de Ulises  Detenida está la antigua voz. Oigo resonancias efímeras, olvido de noche llena en el agua estrellada.   Del fuego celeste nace la isla de Ulises. Lentos ríos llevan árboles y cielos en el estruendo de orillas lunares.  

Las abejas, amada, nos aportan el oro: tiempo de las mutaciones, secreto.   Isola di Ulisse. Ferma è l’antica voce. / Odo risonanze effimere, / oblio di piena notte / nell’acqua stellata. // Dal fuoco celeste / nasce l’isola di Ulisse. / Fiume lenti portano alberi e cieli / nel rombo di rive lunari. / Le api, amata, ci recano l’oro: / tempo delle mutazioni, segreto.

En el sentido de muerte  Cerúleos árboles donde el más dulce sonido emigra y nace gusto por las lluvias nuevas.   En una frasca, dócil la luz oscila al casarse con el aire;   en el sentido de muerte, heme aquí, asustado de amor.   Nel senso di morte. Ceruli alberi / dove più dolce sueno migra / e nasce gusto alle

piogge nuove. // Ad una fronda, docile / la luce oscilla / alle nozze con l’aria; // nel senso di morte, / eccomi, spaventato d’amore. 

De Nuevas poesías (1936-1942)

Rie la urraca, negra sobre los naranjos  Tal vez es un signo verdadero de la vida: en torno a mí muchachos con ligeros movimientos de cabeza danzan en un juego

de cadencias y de voces a lo largo del prado

de la iglesia. Piedad del ocaso, sombras, reencendidas sobre la hierba tan verde, bellísimas al fuego de la luna. Memoria os concede breve sueño; ahora, despertaos. He aquí que cruje el pozo con la primera marea. Esta es la hora: no más mía, abrazados, remotos simulacros. Y tú, viento del sur, fuerte de azahares, empuja la luna adonde desnudos duermen muchachos, fuerza al potro sobre los

campos húmedos de pisadas de yeguas, abre el mar, levanta las nubes de los árboles: ya la garza se adelanta hacia el agua y husmea lenta el barro entre las espinas, ríe la urraca, negra sobre los naranjos.   Da Nuove poesie (1936-1942). Ride la gazza, nera sugli aranci. Forse è un segno vero della vita: / intorno a me fanciulli con leggeri / moti del capo danzano in un gioco / di cadenze e di voci lungo il prato / della chiesa. Pietà della sera, ombre / riaccese sopra l’erba cosí verde, / bellisime nel fuoco della luna! / Memoria vi concede breve sonno; / ora, destatevi. Ecco, scroscia il pozzo / per la prima marea. Questa è l’ora: / non più mia, arsi, remoti simulacri. / E tu vento del sud forte di zàgare, / spingi la luna dove nudi dormono / fanciulli, forza il puledro sui campi /umidi d’orme di cavalle, apri / il mare, alza le nuvole dagli alberi: / giá l’airone s’avanza verso l’acqua / e fiuta lento il fango tra le spine, / ride la gazza, nera sugli aranci.  

Camino de Agrigentum  Allá persiste un viento que recuerdo encendido en las crines de los caballos oblicuos que corren a lo largo de las llanuras, viento que mancha y roe la arenisca y el corazón de los telamones lúgubres, supinos sobre la hierba. Alma antigua, gris de rencores, tornas a aquel viento, olfateas el delicado musgo que reviste a los gigantes arrojados del cielo. ¡ Cuán sola al espacio que te queda ! Y más te afliges si oyes aún el sonido que se aleja amplio hacia el mar donde Venus ya serpentea matutino: el birimbao tristemente vibra en la garganta del carretero que reasciende el cerro nítido de luna, lento entre el murmurio de olivos sarracenos.

Strada di Agrigentum. Lá dura un vento che ricordo acceso / nelle criniere dei cavalli obliqui / in corsa lungo le pianure, vento / che macchia e rode l’arenaria e il cuore / dei telamoni lugubri, riversi / sopra l’erba. Anima

antica, grigia / di rancori,torni a quel vento, annusi / il delicato muschio que riveste / i giganti sospinti giú dal cielo. / Come sola allo spazio che ti resta! / E piú t’accori s’odi ancora il suono / che s’allontana largo verso il mare / dove Espero già striscia mattutino: / il marranzano tristemente vibra / nella gola al carraio che risale / il colle nitido di luna, lento / tra il murmure d’ulivi saraceni.  

La dulce colina   Lejanos pájaros abiertos al atardecer tiemblan sobre el río. Y la lluvia insiste y el silbido de los álamos iluminados por el viento. Como toda cosa remota retornas a la mente. El verde leve de tu vestido está aquí entre las plantas abrasadas por los rayos donde se levanta la dulce colina de Ardenno y se oye el azor sobre los abanicos de sorgo.   Tal vez en aquel vuelo de espirales cerradas se confiaba mi deludido regreso, la aspereza, la vencida piedad cristiana,

y esta pena desnuda de dolor. Tienes una flor de coral en los cabellos. Pero tu rostro es una sombra que no cambia; (tal la muerte). Desde las oscuras casas de tu aldea escucho el Adda y la lluvia, o quizás un rechinar de pasos humanos, entre las tiernas cañas de las orillas.

La dolce collina. Lontani uccelli aperti nella sera / tremano sul fiume. E la pioggia insiste / e il sibilo dei pioppi illuminati / dal vento. Come ogni cosa remota / ritorni nella mente. Il verde lieve / della tua veste è qui fra le piante / arse dai fulmini dove s’innalza / la dolce colina d’Ardenno e s’ode / il nibbio sui ventagli di saggina. // Forse in quel volo a spirali serrate / s’affidava il mio deluso ritorno, / l’asprezza, la vinta pietá cristiana, / e questa pena nuda di dolore. / Hai un fiore di corallo sui capelli. / Ma il tuo viso è un’ombra che non muta; / (cosí fa morte). Dalle scure case / del tuo borgo ascolto l’Adda e la pioggia, / o forse un fremere di passi umani, / fra le tenere canne delle rive.

Ya vuela la magra flor

  No sabré nada de mi vida, oscura monótona sangre.   No sabré a quien amaba, a quien amo, ahora que aquí limitado, reducido a mis miembros, en el corrompido viento de marzo enumero los males de los días descifrados.   Ya vuela la magra flor desde las ramas. Y yo espero la paciencia de su vuelo irrevocable.   Già vola il fiore magro. Non sapró nulla della mia vita, / oscuro monotono sangue. // Non sapró chi amavo, chi amo, / ora che qui stretto, ridotto alle mie membra, / nel guasto vento di marzo / enumero i mali dei giorni decifrati. / Già vola el fiore magro / dei rami. Ed io attendo / la pazienza del suo volo irrevocabile. 

De Día tras día (1947)

Escrito quizas sobre una tumba 

Aquí, lejanos de todos, el sol da en tus cabellos y los reenciende en miel, y a nosotros los vivos, desde su arbusto, nos recuerda ya la última cigarra del verano,

y la sirena que ulula profunda la alarma sobre la llanura lombarda. Oh, voces abrasadas por el aire. ¿Que quereis?Todavía sube aburrimiento de la tierra.

Da Giorno dopo giorno (1947) Scritto forse su una tomba. Qui lontani da tutti, il sole batte / su i tuoi capelli e vi riaccende il miele, / e a noi vivi ricorda dal suo arbusto / già l’ultima cicala dell’estate, / e la sirena che ulula profonda / l’allarme sulla pianura lombarda. / O voci arse dall’aria, che volete? / Ancora sale la noia de la terra. 

Día tras día  Día tras día: palabras malditas y la sangre y el oro. Os reconozco, mis símiles, oh monstruos de la tierra. Bajo vuestro mordisco ha caído la piedad

y la cruz gentil nos ha dejado. Y no puedo regresar ya a mi elíseo. Alzaremos tumbas a la orilla del mar, en los campos desgarrados, pero no uno de los sarcófagos que señalan a los héroes. Con nosotros la muerte ha jugado muchas veces: se oía en el aire un batir monótono de hojas,

como en el matorral si con el viento de siroco la foja palustre sube a la nube.   Giorno dopo giorno. Giorno dopo giorno: parole maledette e il sangue / e l’oro. Ti riconozco, miei simili, mostri / della terra. Al vostro morso è caduta la pietà, / e la croce gentile ci ha lasciati. / E piú non posso tornare nel mio eliso. / Alzeremo tombe in riva al mare, sui campi dilaniati, / ma non uno del sarcofaghi che segnano gli eroi. / Con noi la morte ha piú volte giocato: / s’udiva nell’aria un battere monotono di foglie, / come nella brughiera se al vento di scirocco / la folaga palustre sale sulla nube.

Carta  Este silencio detenido en las calles, este viento indolente, que ahora resbala bajo, entre las hojas muertas, o remonta a los colores de las banderas extranjeras... tal vez el ansia de decirte una palabra antes que se cierre otra vez el cielo sobre otro día, tal vez la inercia, nuestro más vil mal...La vida no está en este tremendo, oscuro, latir del corazón, no es piedad, no es más que un juego de la sangre donde la muerte está en flor. Oh!, mi dulce gacela, te recuerdo aquel geranio encendido en un muro acribillado por la metralla. Oh,¿ ni siquiera la muerte ahora consuela más a los vivos, la muerte por amor ?   Lettera. Questo silenzio fremo nelle strade, questo vento indolente, che ora scivola / basso tra le foglie morte o risale / ai colori delle insegne straniere... / forse l’ansia di dirti una parola / prima che si richiuda ancora il cielo / sopra un altro giorno, forse l’inerzia, / il nostro male piú vile...La vita /

non è in questo tremendo, cupo, battere / del cuore, non è pietà, non è più / che un gioco del sangue dove la morte / è in fiore. O mia dolce gazzella, / io ti ricordo quel geranio acceso / su un muro crivellato de mitraglia. / O neppure la morte ora consola / piú i vivi, la morte per amore? 

De La vida no es sueño (1946-1948)

Color de lluvia y de hierro  Decías: muerte silencio soledad; como amor, vida. Palabras de nuestras provisorias imágenes. El viento se ha levantado liviano cada mañana y el tiempo, color de lluvia y de hierro ha pasado sobre las piedras, sobre nuestro cerrado zumbido de malditos. Todavía está lejana la verdad. Y, dime, hombre quebrado en la cruz, y tú, el de las manos hinchadas de sangre, ¿ cómo responderé a aquellos que preguntan ? Ahora, ahora, antes que otro silencio entre en los ojos, antes que otro viento

suba y otro rencor aflore.   Da La vita non è sogno (1946-1948) Colore di pioggia e di ferro. Dicevi: morte silenzio solitudine; / come amore, vita. Parole / delle nostre provvisorie immagini. / El il vento s’è elevato leggero ogni mattina / e il tempo colore di pioggia e di ferro / è passato sulle pietre, / sul nostro chiuso ronzio di maledetti. / Ancora la verità è lontana / E dimmi, uomo spaccato sulla croce, / e tu dalle mani grosse di sangue, / come risponderò a quelli che domandano? / Ora, ora: prima che altro silenzio / entre negli occhi, prima che altro vento / salga e altra ruggine fiorisca. 

Epitafio para Bice Donetti  Con los ojos a la lluvia y a los elfos de la noche, está allá, en el campo quince, en Musocco, la mujer emiliana que amé en el tiempo triste de la juventud. Hace poco fue jugada por la muerte mientras miraba quieta el viento del otoño sacudir las ramas de los plátanos y las

hojas desde la casa gris de periferia. Su rostro está todavía vivo de sorpresa, como en la infancia, fulminado por el traga-fuego alto sobre el carro. Oh, tú que pasas, empujado por otros muertos, detente un minuto a saludar a aquella que no se dolió jamás del hombre que aquí está, odiado, con sus versos, uno como tantos, obrero de sueños.   Epitaffio per Bice Donnetti. Con gli occhi alla pioggia e agli elfi della notte, / è là, nel campo quindici a Musocco, / la donna emiliana da me amata / nel tempo triste della giovinezza. / Da poco fu giocata dalla morte / mentre guardava quieta il vento dall’autunno / scrollare i rami dei platani e le foglie / dalla grigia casa di periferia. / Il suo volto è ancora vivo di sorpresa, / come fu certo nella infanzia, fulminato / per il mangiatore di fuoco alto sul carro. / O tu che passi, spinto da altri morti, / davanti alla fossa undici sessanta, / fermati un minuto a salutare / quella che non si dolse mai

dell’uomo / che qui rimane, odiato, coi suoi versi, / uno come tanti, operaio di sogni.   

De El falso y verdadero verde (1949-1955)

Las guitarras muertas  Mi tierra está sobre los ríos ceñida al mar, ningún otro lugar tiene voz tan lenta donde mis pies vagan entre juncos pesados de caracoles. Cierto, es otoño: en el viento a jirones las guitarras muertas levantan las cuerdas sobre la boca negra y una mano agita los dedos de fuego. En el espejo de la luna se peinan muchachas de pechos de naranjas. ¿Quien llora? ¿Quien azota los caballos en el aire rojo? Nos detendremos en esta orilla a lo largo de las cadenas de hierba y tú, amor, no me lleves delante de aquel espejo infinito: allí adentro se miran muchachos que cantan y árboles altísimos y aguas.

¿Quien llora? Yo no, créeme: en los ríos corren exasperados chasquidos de una fusta, los caballos oscuros los relámpagos de azufre. Yo no, mi raza tiene cuchillos que arden y lunas y heridas que queman.   Da Il falso e vero verde (1949-1955) Le morte chitarre. La mia terra è sui fiumi stretta al mare, / non altro luogo ha voce cosí lenta / dove i miei piedi vagano / tra giunchi pesante di lumache. / Certo è autunno: nel vento a brani / le morte chitarre sollevano le corde / su la bocca nera e una mano agita le dita / di fuoco.// Nello specchio della luna / si pettinano fanciulle col petto d’arance. / Chi piange ? Chi frusta i cavalli nell’aria / rossa ? Ci fermeremo a questa riva / lungo le catene d’erba e tu amore / non portarmi davanti a quello specchio / infinito: vi si guardano dentro ragazzi / che cantano e alberi altissimi e acque. / Chi piange? Io no, credimi: sui fiumi / corrono esasperati schiocchi d’una frusta, / i cavalli cupi i lampi di zolfo. / Io no, la mia

razza ha coltelli / che ardono e lune e ferite che bruciano.   

El falso y verdadero verde  Tú no me esperas ya con el corazón vil del reloj. No importa si abres o fijas el esqualor: quedan horas erizadas, desnudas, con batido de hojas, improvisas sobre los vidrios de tu ventana, alta sobre dos calles de nubes. Me queda la lentitud de una sonrisa, el cielo oscuro de un vestido, el terciopelo color óxido envuelto en los cabellos y suelto sobre los hombros y aquel tu rostro hundido en un agua apenas ondulada.   Golpe de hojas toscas de amarillo, pájaros de hollín. Otras hojas ahora cuartean las ramas y ya se sueltan enrolladas: el falso y verdadero verde de abril, aquel guiño desatado del seguro florecer. Y tú ¿no floreces, no agregas días ni sueños que emerjan desde nuestro más allá, no tienes ya tus ojos

infantiles, no tienes ya manos tiernas para buscar mi rostro que se escapa ? Queda el pudor de escribir versos a diario o de lanzar un grito al vacío o en el corazón increíble que lucha todavía con un tiempo derrumbado.   Il falso e vero verde. Tu non m’aspetti piú col cuore vile / dell’orologio. Non importa se apri / o fissi lo squallore: restano ore / irte, brulle, con battito di foglie / improvvise sui vetri della tua / finestra, alta su due strade di nuvole. / Mi resta la lentezza d’un sorriso, / il cielo buio d’una veste, il velluto / colore ruggine avvolto ai capelli / e sciolto sulle spalle e quel tuo volto / affondato in un’acqua appena mossa. / Colpi de foglie ruvide di giallo, / uccelli di fuliggine. Altre foglie / ora screpolano i rami e già scattano / aggrovigliate: il falso e vero verde / dell’aprile, quel ghigno scatenato / del certo fiorire. E tu non fiorisci / non metti giorni né sogni che salgano / dal nostro al di là, non hai piú mani tenere / per cercare il mio viso che mi sfugge? / Resta il pudore di scrivere versi / di diario o di gettare un urlo al vuoto /

o nel cuore incredibile che lotta / ancora con il suo tempo scosceso.   

Que larga noche  Qué larga noche y luna rosada y verde a tu grito entre azahares, si tocas a una puerta como un rey de Dios punzante de rocío: “Abre, amor, abre”. El viento, en cuerdas, desde los Iblei desde los conos de las Madonie arranca himnos y lamentos sobre tímpanos de grutas antiguas como el ágave y el ojo del bandolero. Y la Osa todavía no te deja y sacude los siete fuegos de alarma encendidos en las colinas,

y no te deja el ruido de los carros rojos de sarracenos y cruzados, tal vez la soledad, también el diálogo con los animales estrellados, el caballo y el perro la rana las alucinadas guitarras de cigarras en la noche.

Che lunga notte. Che lunga notte e luna rosa e verde / al tuo grido tra zagare, se batti / ad una porta come un re di Dio /

pungente di rugiade: / “Apri, amore, apri”. / Il vento, a corde, dagli Iblei dai coni / delle Madonie strappa inni e lamenti / su timpani di grotte antiche come / l’agave e l’occhio del brigante. E l’Orsa / ancora non ti lascia e scrolla i sette / fiochi d’allarme accesi alle colline, / e non ti lascia il rumore dei carri / rossi di saraceni e di crociati, / forse la solitudine, anche el dialogo / con gli animali stellati, il cavallo / e il cane la rana le allucinate / chitarre di cicale nella sera. 

De La tierra incomparable (1955-1958)

Un arco abierto  El ocaso se fragmenta en la tierra con trueno de humo y el pequeño buho marca el tú, dice sólo el silencio. Las islas altas, oscuras aplastan el mar, en la playa la noche entra en las conchas. Y tú mides el futuro, el principio que no queda, divides con lenta fractura la suma de un tiempo ya ausente. Como la espuma se ciñe a las rocas, pierdes el sentido del escurrir

impasible de la destrucción. No sabe la muerte mientras muere del canto cerrado del buho, intenta en torno su caza de amor, continúa un arco abierto, revela su soledad. Alguien vendrá.   Da La terra impareggiabile (1955-1958) Un arco aperto. La sera si frantuma nella terra / con tuono di fumo e l’assiolo / batte il tu, dice solo / il silenzio. Le isole alte, scure / schiacciano il mare, sulla spiaggia / la notte entra nelle conchiglie. / E tu misuri il futuro, il principio / che non rimane, dividi con lenta / frattura la somma di un tempo già assente. / Come la schiuma s’avvinghia / ai sassi, perdi il senso dello scorrere / impassibile della distruzione. / Non sa la morte mentre muore / il canto chiuso del chiú, tenta intorno / la sua caccia d’amore, continua / un arco aperto, rivela la sua / solitudine. Qualcuno verrá.  

Ancla del infierno  No nos digais una noche gritando

en los megáfonos, una noche de azahares, de nacimientos, de amores apenas comenzados, que el hidrógeno en nombre del Derecho quema la tierra. Los animales los bosques se funden en el Arca de la destrucción, el fuego es un muérdago sobre los craneos de los caballos, en los ojos humanos. Después a nosotros los muertos vosotros muertos nos direis nuevas tablas de la ley. En el antiguo lenguaje otros signos, perfiles de puñales. Balbuceará alguno sobre las escorias, inventará todo otra vez o nada en la suerte uniforme, el murmullo de las corrientes, el crepitar de la luz. No direis la esperanza vosotros muertos a nuestra muerte en los embudos de barro hirviente, aquí en el infierno.   Ancora dell'inferno. Non ci direte una notte gridando / dai megafoni, una notte / di zagare, di nascite, d’amori / appena cominciati, che l’idrogeno / in nome del

diritto brucia / la terra. Gli animali i boschi fondono / nell’Arca della distruzione, il fuoco / è un vischio, sui crani dei cavalli, / negli occhi umani. Poi a noi morti / voi morti direte nuove tavole / della legge. Nell’antico linguaggio / altri segni, profili di pugnali. / Balbetterá qualcuno sulle scorie, / inventerá tutto ancora / o nulla nella sorte uniforme, / il mormorio delle correnti, il crepitare / della luce. Non la speranza / direte voi morti alla nostra morte / negli imbuti di fanghiglia bollente, / qui nell’inferno.  

De Dar y tener (1959-1965)

Dar y tener   Nada me das, no das nada tú que me escuchas. La sangre de las guerras se ha secado, el desprecio es un deseo puro y no provoca ni el gesto de un pensamiento humano, fuera de la hora de la piedad. Dar y tener. En mi voz hay al menos un signo de geometría viva,

en la tuya, una concha muerta con lamentos fúnebres.   Da Dare e avere (1959-1965) Dare e avere. Nulla mi dai, non dai nulla / tu che mi ascolti. Il sangue / delle guerre s’è asciugato, / il disprezzo è un desiderio puro / e non provoca un gesto / da un pensiero umano, / fuori dall’ora della pietà. / Dare e avere. Nella mia voce / c’è almeno un segno / di geometria viva, / nella tua, una conchiglia / morta con lamenti funebri.

    No he perdido nada  Aquí estoy todavía, el sol gira a mis espaldas como un halcón y la tierra repite mi voz en la tuya. Recomienza el tiempo visible en el ojo que redescubre la luz. No he perdido nada. perder es andar más allá de un diagrama del cielo en movimientos de sueños, un río lleno de hojas.  

Non ho perduto nulla. Sono ancora qui, il sole gira / alle spalle come un falco e la terra / ripete la mia voce nella tua. / E ricomincia il tempo visibile / nell’occhio che riscopre la luce. / Non ho perduto nulla. / Perdere è andare di là / da una diagramma del cielo / lungo movimenti di sogni, un fiume / pieno di foglie. 

Basta un día para equilibrar el mundo  La inteligencia la muerte el sueño niegan la esperanza. En esta noche en Brasov, en Los Cárpatos, entre árboles no míos, busco en el tiempo una mujer de amor. El bochorno quiebra las hojas de los álamos y yo me digo palabras que no conozco, derramo tierras de memoria. Un jazz oscuro, canciones italianas pasan volcadas sobre el color de los iris. En el crujido de las fuentes se ha perdido tu voz: basta un día para equilibrar el mundo.   Basta un giorno a equilibrare il mondo.

L’intelligenza la morte il sogno / negano la speranza. In questa notte /a Brasov nei Carpazi, fra alberi / non miei cerco nel tempo / una donna d’amore. L’afa spacca / le foglie dei pioppi ed io / mi dico parole che non conosco, / rovescio terre di memoria. / Un jazz buio, canzoni italiane / passano capovolte sul colore degli iris. / Nello scroscio delle fontane / s’è perduta la tua voce: / basta un giorno a equilibrare il mondo.   

Tengo flores y de noche invito a los alamos  Mi sombra está sobre otro muro de hospital. Tengo flores y de noche invito a los álamos y a los plátanos del parque, árboles de hojas caídas, no amarillas, casi blancas. Las monjas irlandesas no hablan nunca de muerte, parecen movidas por el viento, no se maravillan de ser jóvenes y gentiles: un voto que se libera en las ásperas plegarias. Me parece que soy un emigrante que vela encerrado en sus cobijas,

tranquilo, por tierra. Tal vez muero siempre. Pero escucho gustosamente las palabras de la vida que jamás he entendido, me detengo en largas hipótesis. Ciertamente no podré eludir; seré fiel a la vida y a la muerte en cuerpo y espíritu en cada dirección prevista, visible. A intervalos algo me supera, ligero, un tiempo paciente, la absurda diferencia que corre entre la muerte y la quimera del latir del corazón. (Hospital di Sesto S.Giovanni, noviembre de 1965).   Ho fiori e di notte invito i pioppi. La mia ombra è su un altro muro / d’ospedale. Ho fiori e di notte / invito i pioppi e i platani del parco, / alberi di foglie cadute, non gialle, / quasi bianche. Le monache irlandesi / non parlano mai di morte, sembrano / mosse dal vento, non si meravigliano / di essere giovani e gentili: un voto / che si libera nelle preghiere aspre. / Mi sembra di essere un emigrante / che veglia chiuso nelle sue

coperte, / tranquillo, per terra. Forse muoio sempre. / Ma ascolto volentieri le parolle della vita / che non ho mai inteso, mi fermo / su lunghe ipotesi. Certo non potró sfuggire; / sarò fedele a la vita e a la morte / nel corpo e nello spirito / in ogni direzione prevista, visibile. / A intervalli qualcosa mi supera / leggero, un tempo paziente, / l’assurda differenza che corre / tra la morte e l’illusione / del battere del cuore. (Ospedale di sesto S.Giovanni, novembre 1965).