Pueblos 40 - Diciembre2009

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Os presentamos el sumario del número 40 de Pueblos. En esta ocasión nos acercamos a cuatro países de Centromérica para analizar algunas certezas y otros tantos interrogantes. En la sección "Comunicación" os ofrecemos un análisis sobre “la construcción mediática de la prostitución” y un artículo sobre el tratamiento informativo de cuestiones relativas al Islam. En la entrevista, conversamos con el africanista Ferrán Iniesta Vernet. En la entrevista conversamos con el africanista Ferrán Iniesta Vernet. Nuestro “Dossier” se dedica en este caso al análisis de 5 casos de explotación por parte de empresas transnacionales y sus resistencias, mientras la sección “Miradas” centra su atención en la Justicia Universal. En “Cooperación” presentamos “la otra cara del microcrédito y una visión sobre el fenómeno del hambre. Cierran esta edición las críticas de literatura, música y cine habituales.

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    Revista de Informacin y Debate Diciembre de 2009 N 40www.revistapueblos.org

    Dossier: Empresas Transnacionales y Resistencias>La nacionalizacin de loshidrocarburos en Bolivia - Colombia: multinacionales y conflictos - Petrleo y pobreza en elDelta del Nger - BDS: un instrumento para la lucha no violenta en los Territorios OcupadosPalestinos - Sahara Occidental: tica o negocios?

    Centroamrica: Certezas e interrogantes> Guatemala: la ilusin de la paz - Un nuevoGobierno en El Salvador: cambio o continuidad? - Nicaragua: viento en popa, al gareteo a punto de encallar? - Honduras: un pueblo alzado

    Miradas: Justicia Universal > La molesta Justicia Universal - Controlar a lastransnacionales: de los acuerdos voluntarios a la Corte Mundial - La verdad como centrode la accin: iniciativas de justicia y dilogo para frica Central - Entrevista a Esteban Beltrn,autor de Derechos Torcidos

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    PueblosN 40 (II poca)

    Diciembre de 2009Periodicidad trimestral

    Fundada en 1995Segunda poca 2002

    Editada porPueblos

    C/Gran Va, 40 5 oficina 228013 Madrid

    CoordinadorLuis Nieto Pereira

    ResponsableAloia lvarez Fens

    Consejo EditorialAsociacin Paz con Dignidad Centro de

    Iniciativas para la Cooperacin bat (CIC-bat) Centro de Asesora y Estudios Sociales

    (CAES) Entrepueblos Instituto dePromocin de Estudios Sociales - Navarra

    (IPES-Navarra) Mugarik Gabe - Euskadi ngeles Dez Jaume Botey Carlos Gmez

    Gil Adolfo Rodrguez Gil Carlos Taibo OCSI (Organizacin de Cooperacin

    y Solidaridad Internacional)

    Consejo de RedaccinLuis Nieto Pereira, Aloia lvarez Fens, Andrea Gago

    Menor, Beln Cuadrado, Miguel ngel Morales,Isabel Duque, Beatriz Tostado

    ([email protected])

    Diseo: Amani KonanMaquetacin: Manuel Ponce

    FotografaM Jos Comendeiro

    IlustracinPaula Cabildo

    Colaboracin grficaIvn Tejerizo Manglano y Lenguadegato, Surizar,

    Francois Le Minh, Rosaamarilla, Cromacom, Urbanode la Cruz Benito, Obbino, Rhys Tom, Eremi, Andries3,Roco Carneros, Blanca Rodrguez, Insurgencia Grfica

    Entidades colaboradorasJusticia i Pau de Catalua, Instituto Galego de

    Anlise e Documentacin Internacional

    AgradecimientosVicent Boix, Giorgio Trucchi, Jorge Lago, MireiaGallardo, Mila Almarza y todas aquellas entidadesy personas que han hecho posible la elaboracin

    de este nmero.

    ImpresinImgraf Impresores, S.L.

    Depsito legalM.47.658-1999

    ISSN1577-4376

    Administ racinTel./Fax: 91 523 38 24

    www.revistapueblos.org / [email protected]

    PublicidadEsta publicacin slo incluir publicidad de entidades pblicas

    y privadas cuyo contenido no est en contradiccin con la lneaeditorial de PUEBLOS. La publicidad no superar el 5% del

    espacio fsico de la revista.

    Derechos (copyleft)Cualquier parte de esta publicacin puede ser reproducida de

    cualquier forma siempre que se cite la fuente y el autor.

    Ha trabajado, en empresas como Axel Springer, Global Disea, Travelview, Egraf,Editing, maquetando todo tipo de publicaciones, libros, revistas y encargadode diseos publicitarios, carteles, retoques fotogrficos y creacin de la imagen cor-

    porativa de diferentes empresas.

    AECID Ajuntament dArt Ajuntament dEivissa Ayuntamiento de ColladoVillalba Ayuntamiento de Crdoba Ayuntamiento de Granada Ayuntamiento

    de Rivas-Vaciamadrid Ayuntamiento de Valladolid Ayuntamientu de Xixn BilbokoUdala/Ayuntamiento de Bilbao Diputacin de Crdoba Diputacin

    de Cdiz Eusko Jaularitza/Gobierno Vasco Fondo Andaluz de Municipios para laSolidaridad Internacional Gobierno de Cantabria Gobiernu del Principu dAsturies

    Govern de les Illes Balears Junta de Comunidades de Castilla la Mancha Junta de Extremadura

    Portada

    Ivn Tejerizo Manglano

    La asociacin Lenguadegato, ubicada en Toledo, es un espacio cultural de recien-te creacin donde se imparten talleres de arte (foto, pintura, dibujo, etc), curso dedj, reciclaje, charlas coloquios, cineforum y todo aquello que ayude a conocer einteractuar gente con distintas inquietudes. Es un espacio cuyo objetivo es crearmovimiento sin que nada se estanque, proponer sin que nada se imponga y apren-der a cambio de ideas.

    Lenguadegato

    Pueblos se realiza con el apoyo de las siguientes institucio nes:

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    Informacin y debate PUEBLOS Diciembre 2009 3

    Sumario

    Editorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4

    Opinin:El poso de la conciencia (Paloma Lafuente) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

    Centroamrica: Certezas e interrogantesGuatemala: la ilusin de la paz (Andrs Cabanas) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6Un nuevo Gobierno en El Salvador: cambio o continuidad? (Edgardo Mira) . . . . . . . . .9Nicaragua: viento en popa, al garete o a punto de encallar? (Mara Lpez Vigil) . . . . .12Honduras: un pueblo alzado (Francisco Ros) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

    ComunicacinLa construccin meditica de la prostitucin (Mara Eugenia Gutirrez Jimnezy Beln Zurbano Berenguer) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18El Islam como producto etiquetado en la fbrica meditica de noticias(Beatriz Cabrera) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

    EntrevistaFerrn IniestaVernet, profesor en la Universitat de Barcelona e impulsordel Centre dEstudis Africans (CEA): Se pueden aprovechar cosaspuntuales que ofrece el sistema moderno, pero no los pilares desustentacin del edificio (Urbano de la Cruz Benito y Andrea Gago Menor) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24

    Dossier: Empresas Transnacionales y Resistencias(Artculos de Pablo Villegas, Alejandro Pulido, Aloia lvarez Fens, Shir Hever y Javier Garca Lachica)

    Miradas: Justicia UniversalLa molesta Justicia Universal (Joan Josep Nuet i Pujols) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43Controlar a las transnacionales: de los acuerdos voluntariosa la Corte Mundial (Juan Hernndez Zubizarreta y Pedro Ramiro) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46La verdad como centro de la accin: iniciativas de justicia y dilogopara frica Central (Jordi Palou-Loverdos) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49Entrevista a Esteban Beltrn, autor deDerechos Torcidos: Los principios,como los Derechos Humanos, parecen ser un artculo de lujo para pocasde prosperidad (Aloia lvarez Fens). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52

    CooperacinLa otra cara del microcrdito: los grupos de ahorro (Blanca Rodrguez). . . . . . . . . . . . . . . . . 54Los laberintos del hambre (Manuel Snchez) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56

    CulturaLibros: Leer a... Celso Emilio Ferreiro (Clara Alonso) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60Reseas deDesinformacin. Cmo los medios ocultan del mundo,de Pascual Serrano (Carlos Martnez) y deMorir en Madrid, de Louis Delapre(Ramn Pedregal Casanova) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61Nuevas Publicaciones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62Msica: La carne, la sangre y el alma de Irlanda (Fernando Blanco) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63Cine: Armas contra la guerra. Sobre Voces Inocentes, de Luis Mandoki(Jaime Machicado Valiente) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65

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    4 2009 Diciembre PUEBLOS Informacin y debate

    Editorial

    Editorial

    Una pelcula de piratas

    Han sido portada de los princi-

    pales peridicos de este pas

    durante 47 das, han abierto te-lediarios y se han convertido en pastode la indignacin popular entre caasy tapas, pero no nos los han presenta-do. S, nos han proporcionado algunosrasgos para que sea la propia ciudada-na espaola, televisivamente entrena-da en habilidades jurdicas, detectives-cas, mdicas y hasta forenses, la quetrace los perfiles psicolgicos de los fi-libusteros del siglo XXI. La encarna-cin del mal: seres salvajes, armadoshasta los dientes, alucinados por sus-tancias psicotrpicas, insensibles anteel dolor ajeno. Y negros. As plantea-do, efectivamente, son de temer.

    Del otro lado, algo ms al Norte, elbien. En este caso no hace falta imagi-narlo, porque tiene rostros. Familiasvascas y gallegas sumidas en la angus-tia y la incertidumbre, mientras los re-

    presentantes de la alta poltica se pre-ocupan, sobre todo, de que el vecinono aproveche para hundirles el propio

    barco. Entre notas de presunta objeti-vidad periodstica, se abren claros pa-ra interpretaciones como la de Miguelngel Ballesteros, general de Brigaday director del Instituto Espaol de Es-tudios Estratgicos, quien explica a loslectores de El Pas lo siguiente: Du-rante el secuestro del Alakrana hemosobservado el desarrollo de un conflic-to asimtrico, en el que los piratas nohan dudado en obtener ventaja en lanegociacin utilizando el sufrimientode los secuestrados y sus familiarescon el objetivo de influir en la opinin

    pblica para debilitar la posicin delGobierno. Visto as, evidentemente,merecen nuestro desprecio moral.

    Tenemos ya al villano, a la vctimay al hroe; y una buena dosis de emo-

    cin. Pertrechados entonces, de nues-tro miedo y nuestro desprecio alotro, da tras da, esperamos el dia-rio de a bordo con tensin cinemato-grfica, deseando un clsico finalhollywoodiense en el que el bien ven-za sobre el mal. Y por fin, todo termi-na. En los crditos, nos dicen que enlo que va de ao, en las costas de So-malia se han reportado 135 asaltos a

    barcos con distinta nacionalidad, 49 delos cuales terminaron en secuestro.Desde luego, la costa somal se haconvertido en un peligro para la flota

    pesquera internacional, as que se es-pera que apoyemos cualquier medidaque se tome. Ante todo, est la seguri-dad de nuestra flota.

    Si esta pelcula la hubiese filmadoun pescador somal o keniano, las co-sas seran muy distintas. Quizs nohabra ni villano, ni vctima, ni hroe,y si los hubiese, habran intercambia-do sus papeles. Si esta pelcula la hu-

    biese filmado un pescador somal okeniano, probablemente el villano ca-

    pitaneara un barco de bandera euro-pea; el hroe sera ese ser armado,drogado, peligroso, y negro, y la vc-tima dejara pronto de serlo, porquegracias a los piratas en su mar volve-ra a haber peces. Dice un proverbiochino, bien aprendido en esta amableUnin Europea: Regala un pescadoa un hombre y le dars alimento paraun da, ensale a pescar y lo alimen-tars para el resto de su vida. Si esta

    pelcula la hubiese filmado un pesca-dor somal o keniano, ste sera sueplogo: No nos robes nuestros pe-ces, djanos pescar en paz.

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    mo el del pasado 28 de junio en Hondurases un ejemplo de la instrumentalizacin po-ltica de los medios por parte del Gobiernogolpista apoyado por las familias de los te-rratenientes que concentran su propiedad.Aunque Amrica Latina no es el nico con-

    tinente donde se manipulan o censuran losmedios con el color poltico que impera encada caso, en Europa la concentracin me-ditica est representada por el primer mi-nistro italiano Silvio Berlusconi. La llama-da dictadura meditica que ejerce medianteel dominio de canales de televisin, edito-riales o distribuidoras de cine, desembocaen el abuso de contenidos sexistas y en unaimagen de las mujeres como objetos de con-sumo muy en la lnea ideolgicocircense desu propietario.

    Sin embargo, no sera justo meter en unmismo saco a todos los medios de comu-nicacin, ni a los profesionales que con pre-

    cisin y rigurosidad mejoran este oficio,quienes son y deben ser responsables de susdiscursos y opiniones, puesto que estoscontribuyen a definir imgenes que influ-yen en la manera de interpretar el mundodel que los lee, escucha o ve. La labor deimplicacin tanto de los medios de comu-nicacin como de los publicitarios en cues-tiones sociales tan complejas y difciles detratar como, por ejemplo, la violencia degnero, demuestra la maravillosa oportu-nidad de contribuir a un cambio de actitu-des de la sociedad y ampliar el campo derepresentacin de las mujeres, con imge-nes positivas y reales, enterrando las acti-

    tudes frvolas y sensacionalistas de los con-tenidos informativos. En este sentido, latelevisin, como otro agente social ms,juega un papel muy importante en la medi-da en que construye patrones educativos yreferentes en la vida de los nios, nias yadolescentes, a travs de la transmisin ydifusin de valores que influyen decisiva-mente en su crecimiento. Una vez ms, par-te de lo que se asimila pasa a formar partede ese poso psicolgico en la conciencia.Misin cumplida.

    Informacin y debate PUEBLOS Diciembre 2009 5

    Opinin

    El poso de la conciencia

    Opinin

    Desde que una persona se levanta has-ta que se acuesta est expuesta a unsin fin de impactos, mensajes, alar-

    mas, noticias o, para simplificarlo: palabrase imgenes. La radio habla, la tele hace rui-do y el peridico responde con ms o menos

    acierto a un trozo de realidad seleccionada.Pero tambin hablan los carteles publicita-rios y las marquesinas de las paradas de au-tobuses, incluso los mismos autobuses que,al igual que el metro, se renuevan cada pe-riodo a golpe de presupuesto publicitario.Los medios de comunicacin informan,muestran, presentan, valoran y analizan, sies que uno est dispuesto a dedicar un tiem-po suficiente y anhela descubrir la verdade-ra realidad que anda detrs.

    De la misma forma que cumplen ese ex-traordinario papel social al que no podemosquitar mrito (pues nunca antes se haba te-nido acceso a tanta informacin ni esta se

    haba extendido tan velozmente a travs delas novedosas redes sociales en Internet), seconstituyen como poderosos magnatestransmisores y controladores del pensa-miento y las ideologas, principales difuso-res e impulsores de alarmas sociales, cuan-do no adoctrinadores del bien y el mal. Tantosi navegan por las apacibles aguas de las de-mocracias o en las agitadas tormentas me-diticas de las sociedades totalitarias, ll-mense ultra populistas de un lado u otro, unode sus principales objetivos como empresasinformativas es el de influir sobre los ciuda-danos; al igual que los medios tambin soninfluenciados por la cultura, poltica y gustos

    del pas al que pertenecen.El riesgo es que puedan convertirse enun sistema de adoctrinamiento, similar alejercido en muchos momentos histricoscuando se asisti a la utilizacin de los massmediapara las hazaas del poder, y a la in-timidacin y el miedo, como recurso de lafuerza. En eso consiste precisamente, entransmitir cierta sensacin de intranquilidady angustia en la poblacin y ocupar por elloel espacio informativo que se niega a otrosacontecimientos menos rentables para lospoderes mediticos. La crisis econmica yrecesin a escala mundial, el virus que pue-de aislar a un pas de las dimensiones po-

    blacionales de Mxico de toda la comuni-dad internacional o la inseguridad terroris-ta, son slo algunos ejemplos de la focali-zacin y alarma de los medios sobre unaparte de la realidad que preocupa a los l-deres de opinin del Norte, normalmente

    enmarcados como medios de referencia.Mientras, millones de trabajadores y traba-jadoras que llegan a su casa rendidos de lu-char contra la crisis econmica por un suel-do nada estimulante, tienen que lidiar conuna pandemia informativa que les alerta ur-gentemente de que pueden caer enfermos ycontagiados por otros, si no toman precau-ciones.

    Pero no hay tiempo para profundizar, nicomparar fuentes, ni siquiera para terminarde leer el cuerpo de la noticia que aportaotros datos esclarecedores evitando la alar-ma inicial. No siempre se tiene la oportuni-dad de acceder a otros medios alternativos

    que cuestionen los enfoques mayoritarios eimparcialidad de los grandes y descubrirotras realidades invisibles o formas de en-tender y contar el mundo con mucho menospresupuesto. Paralelamente se ha desviadonuestra atencin de otras noticias que, porsu lejana parecen no existir, como es el ca-so, por ejemplo, del conflicto olvidado delCongo que tan slo en el periodo de 1998-2002, caus la muerte de 4,5 millones de se-res humanos. Objetivo cumplido: lo quequeda en nuestra mente como un poso en laconciencia ha sido el virus.

    El escritor y periodista Walter Lipp-mann, citado por numerosos intelectuales

    como Noam Chomsky, lo llam la "fabri-cacin del consentimiento" o el dominio delpensamiento en las sociedades democrti-cas; y es que, ante la impotencia del Estadode doblegar por la fuerza al pueblo, la solu-cin pasa por el control meditico. La enor-me dosis de informacin inyectada en lasconciencias de los ciudadanos, mezcladashbilmente con la opinin (cada da ms ho-mognea), generan un caos informativo noapto para la reflexin y el cuestionamiento,estando ms cerca de entretener que de in-formar, de distorsionar ms que analizar,anestesiando el poco tiempo del que se dis-pone para pensar. Un golpe de Estado co-

    Paloma Lafuente*

    *Paloma Lafuente es periodista y colaboradorade Pueblos.

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    6 2009 Diciembre PUEBLOS Informacin y debate

    Centroamrica

    Certezas e interrogantes

    Asimismo, se deterioran las condi-ciones para la participacin poltica y

    social. La persecucin a miembros deorganizaciones populares tiende a limi-tar las movilizaciones en defensa de los

    bienes de las comunidades, en protestapor la impunidad, la situacin econ-mica o la injusticia social. La violenciacontra las mujeres lanza un nada confu-so mensaje de retorno al hogar, en mo-mentos de fortalecimiento del movi-miento de mujeres y feminista2, y deimpulso de una nueva tica fundamen-

    Guatemala: la ilusin de la pazAndrs Cabanas*

    L

    a comparacin con respecto a1996, ao de la firma de los

    Acuerdos de Paz, es insatisfacto-ria. Si mencionamos un aspecto espec-fico, la violencia, advertimos que el es-tratgico fortalecimiento de la seguridaddemocrtica se resiente ante el avancede, al menos, las siguientes dinmicas: Concepcin de la seguridad como

    negocio (aproximadamente 50 mi-llones de municiones vendidas

    Diciembre de 2009, dcimo tercer aode la paz y vigsimo cuarto de

    gobiernos democrticos. El balanceresulta pobre: violencia, feminicidio,

    inseguridad, incertidumbreeconmica y social, incremento de lamiseria, remilitarizacin, represin.Siete de cada diez mujeres y hombres

    sobreviven en condiciones de pobrezay pobreza extrema (distincin queapenas remarca la lnea divisoria

    entre lo inadmisible y lo inaceptable)1.El 49 por ciento de la poblacinpadece desnutricin crnica. Se

    mueven anualmente 50 millones demuniciones y circulan tres millones

    de armas ilegales. Son asesinadas 18personas diariamente, 40 nias y

    nios al mes, ms de 600 mujerescada ao, estas ltimas en contexto

    de tortura (al menos el 35 por cientode los casos) y violacin (al menos el

    45 por ciento). Los dirigentes socialessufren amenazas, persecucin,

    encarcelamiento. De verdadcorresponden estas cifras a una

    realidad democrtica y unaconvivencia pacfica?

    anualmente; al menos mil quinien-tos millones de quetzales, 130 mi-

    llones de euros, facturados por la C-mara de Seguridad). Privatizacin y corporativizacin

    de la seguridad, es decir, su utiliza-cin por grupos de poder econmi-co para la defensa de sus intereses.

    Criminalizacin de la actividadeconmica: incremento del peso deactividades como narcotrfico,contrabando, lavado de dinero, tra-ta de personas, evasin de impues-tos, y vinculacin economa legal-economa criminal.

    Reactivacin del poder del Ejrcito.

    1 En algunos departamentos la pobreza alcanzaa 80 de cada 100 personas: Quich, 81 porciento; Alta Verapaz, 78 por ciento; Solol, 77por ciento.

    2 Incluso la denominada violencia comn resultafuncional a esta lgica desmovilizadora.

    Surizar(www.f

    lickr.com)

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    Informacin y debate PUEBLOS Diciembre 2009 7

    Centroamrica

    nicipios del pas, el Gobierno limita elalcance de la modernizacin fiscal, im-

    pulsa la produccin de agrocombusti-bles o la generacin de energa a partirde grandes hidroelctricas y carbnmineral, extiende el contrato de las pe-troleras, desoye los resultados de lasconsultas comunitarias y la opinin de

    pobladores de San Juan Sacatepquez,opuestos a la instalacin de una ce-mentera, y de San Miguel Ixtahuacn,a la minera.

    La Solidaridad (con mayscula, alser lema del actual Gobierno) cami-na a la par de la defensa de interesesconsolidados pero sectoriales: corpo-raciones tradicionales, productores deagrocombustibles, empresas mineras,

    bases de part idos tradicionales, hi-droelctricas, constructores de dis-crecional y a veces muy efmera in-fraestructura, financiadores del

    partido, sectores sociales aliados an-te el temor de una involucin ultra-derechista, transnacionales y comu-nidad internacional, sobre todovinculada a la Internacional Socialis-

    ta y a algunos gobiernos progresistasdel continente americano, sectoresdel Ejrcito y el narcotrfico, secto-res evanglicos como paradigma jus-tificador o cohesionador5.

    Intereses corporativos y particu-lares determinan las decisiones pol-ticas y las legitiman con medidascompensadoras y amortiguadoras, tannecesarias en el corto plazo comoinocuas para el futuro. Frei Betto, co-ordinador durante 687 das de Movi-lizacin Social en el Programa Ham-

    bre Cero en el primer Gobierno de

    Lula da Silva en Brasil, afirma que apartir de pol ticas sociales se puedeconstruir un proyecto de poder (go-

    bierno) pero no se puede construir unproyecto de nacin. Frei Betto aban-don el programa cuando considerque haba perdido fuerza emancipa-dora y haba abandonado reformasestructurales complementarias y ne-cesarias, como la reforma agraria,discusin pendiente en Guatemala.

    mico y lo poltico. Es un estado dbildesde el punto de vista de la sociedad;fuerte como Estado empresario, Esta-do militar, Estado corporativizado oEstado criminal.

    Espejismo socialdemcrataLa desilusin de la paz se completa enel actual Gobierno, el cuarto tras la fir-ma de los Acuerdos. La caracterizacinde este Ejecutivo, formal e internacio-nalmente considerado socialdemcra-ta, puede hacerse a partir de sus medi-das econmicas, concretadas en el

    programa de Cohesin Social, la pa-

    tada en la radicalidad poltica de lo pri-vado, y la coherencia entre lo ntimo, lo

    privado y lo pblico.Se perpeta la cultura de la imposi-

    cin y la confrontacin, proveniente deuna sociedad en la que la opresin y ex-

    plotacin de pueblos indgenas, mujeresy poblacin mestiza pobre es base de la

    acumulacin.Paulatinamente,

    pierden fuerza eldiscurso y la cul-tura de la paz:frente a la colecti-vidad, la humani-dad, la solidari-dad, el dilogo, seimpone una vi-sin individual,competitiva, im-

    positiva, de gana-pierde y slvesequien pueda, osea, quien acumu-la riqueza y privi-legios histricos.

    El esquema

    de poder conti-na intacto: noha habido cam-

    bios de fondo3

    en cuanto a sudemocratizacin(medio) ni a laredistribucin(resultado). Porel contrario, sefortalece el mo-delo econmico

    de raz primaria agroexportadora; elEjrcito gana fuerza como institucin

    generadora de paz social; la pre-sencia de empresas transnacionales yel narcotrfico, con influencia directasobre la institucionalidad y los meca-nismos de toma de decisin, generaun nuevo reordenamiento (anti)de-mocrtico. En este marco, el Estadose aleja de una visin articuladora, fa-vorecedora de consensos en lo econ-

    Se perpeta la cultura de la

    imposicin y la confrontacin, proveniente

    de una sociedad en la que la opresin

    y explotacin de pueblos indgenas,

    mujeres y poblacin mestiza pobre es

    base de la acumulacin

    5 En la lnea del pragmatismo individualista re-signado definido por Andrs Prez Baltodano.

    3 Sin cambios de fondo, se produce la readapta-cin de sectores de poder a nuevos ejes deacumulacin (agrocombustibles), al predominiodel capital financiero e incluso a la economavinculada al narcotrfico.

    4 Para el socilogo cubano y subdirector de Ca-sa de las Amricas, la pobreza describe un es-tado de carencia, mientras el desamparo es larelacin social que impide el que ese estado decarencia se supere.

    sin y la sea de identidad del Go-bierno, segn afirma el presidente.

    Lo positivo de este programa, fun-damentado en la transferencia condi-cionada de recursos, reside en la exis-tencia, por vez primera en los ltimosgobiernos, de voluntad poltica orien-tada hacia la poblacin pobre (o des-amparada, siguiendo la categorizacinde Aurelio Alonso)4. Lo negativo resi-de, sobre todo, en la contradiccin in-salvable entre polticas sociales favo-

    rables a poblacin pobre y polticaseconmicas definidas por interesescorporativos. Y, por consiguiente, en elhecho de que el programa del actualGobierno no contempla cambios eco-nmicos estructurales.

    As, mientras se entregan mensual-mente por familia 300 quetzales (25euros) en menos de la mitad de los mu-

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    8 2009 Diciembre PUEBLOS Informacin y debate

    Centroamrica

    Certezas e interrogantesCrisis de gobiernoo crisis de modeloTras 36 aos de guerra civil y muchosms de explotacin, opresin y violen-cia de Estado, la arquitectura de la paz

    precisa consenso y apertura para rede-finir hacia la equidad el modelo polti-co y econmico y para romper con di-nmicas seculares de imposicin yconcentracin del poder. Precisa igual-dad en vez de bsqueda de maximiza-cin del beneficio.

    Por el contrario, se profundiza eldebilitamiento de la institucionalidady la poltica concebidas en funcin del

    bien comn, se apuesta por el predo-minio de la violencia y el fortaleci-miento del Estado corporativo, subor-dinado a lgicas y actores de poder,tanto nacionales como transnacionales,tanto legales como criminales.

    Se profundiza el deterioro, si al-guna vez existi, de un proyecto deGuatemala concebido como espaciocomn, incluyente, participativo. Endefinitiva, el deterioro, no coyunturalni transitorio, del proyecto de convi-vencia surgido en el marco de losAcuerdos de Paz que adicionalmentese percibe como tendencia regional:respuesta involucionista en esta eta-

    pa de crisis/reconfiguracin del mo-delo econmico, grandes moviliza-ciones sociales comunitarias y

    predominio geopolt ico de fuerzasprogresistas en el continente ameri-cano. Este neoautoritarismo o rear-me ideolgico de la derecha, comoafirma el periodista uruguayo RalZibechi, desconoce la democraciaformal y en Guatemala apunta a la

    marginacin definitiva de los Acuer-dos de Paz e incluso de la institucio-nalidad democrtica derivada de laConstitucin de 1985.

    El espritu de la pazEl balance debe hacer referencia alactual ciclo de luchas sociales, en elque se fortalecen nuevas demandas(defensa del territorio, nacionaliza-cin del sector elctrico, derechos se-xuales y reproductivos) no incluidasen los Acuerdos, y adquieren prota-gonismo actores fortalecidos en las

    dinmicas identitarias y la articula-cin intersectorial (ste es, en mi opi-nin, uno de los grandes logros del

    proceso de paz: la construccin demovimientos sociales a partir del re-conocimiento de la pluralidad de lossujetos transformadores). Adems, seempieza a abrir un nuevo ciclo de lu-cha por transformaciones estructura-les: la refundacin desde la raz denuestro modelo de organizacin yconvivencia.

    En esta fase es imperativo partir dereflexiones autocrticas. Entre ellas, elreconocimiento de que los cambios so-ciales no van a producirse por s mis-

    mos, que los grupos de poder no van aceder voluntariamente sus privilegios,que el Estado no va a modificarse sinoes a partir de la organizacin y la pre-sin de la sociedad. En este sentido, elreconocimiento de que los procesos dedilogo y la apuesta institucional efec-tuadas por el movimiento revolucio-nario inmediatamente despus de la fir-ma de la paz es insuficiente, si no vaacompaado de movilizacin y orga-nizacin estratgica.

    En segundo lugar, el reconoci-miento de que una organizacin, des-

    unida y aislada de otras, con visin he-gemnica de actores y/o sectores

    (sobre pueblos indgenas, sobre muje-res) o con invisibilizacin de deman-das (comunitarias, de diversidad se-xual, etreas), no podr impulsar lastransformaciones necesarias.

    A partir de aqu se trata de pro-pugnar un nuevo pacto poltico quese reapropie del espritu transforma-dor que dio origen a los Acuerdos dePaz, asumiendo las demandas in-cumplidas, planteando otras a la luzdel contexto actual, desarrollandouna metodologa de cumplimientodonde lo fundamental no sea la vo-luntad del Gobierno ni el dilogo novinculante, con el objetivo de alcan-zar un nuevo marco de convivenciafundamentado en el respeto, el di-logo, la inclusin, la vigencia de losderechos universales de todas y to-dos, y los derechos especficos y co-lectivos de pueblos indgenas, muje-res, jvenes, minoras sexuales. Unmarco novedoso, sustancialmentedistinto del hegemnico dominante

    pero tambin de los modelos tradi-cionales transformadores.

    En este punto, la paz es concebidacomo proceso ms que como agenday documento: como cultura, como es-

    pritu, como estrategia, como apuestasocial ms que institucional, comomovilizacin masiva (hoy considera-da amenaza), como fin y como medio.La paz, sobre todo, como propuestareferencial y generacional para Gua-temala, el minsculo pedazo de tie-rra que por ahora nos toca transfor-mar, como escribi Mario Payerasen Latitud de la flor y el granizo6.Minsculo pero enorme, al igual que

    los desafos y la esperanza que gene-ra. Una construccin conjunta, colec-tiva, plural y permanente: la paz futu-ra como ilusin recuperada.

    *Andrs Cabanas es periodista y colaboradorhabitual de Pueblos.

    Se trata de propugnar un nuevo pacto

    poltico que se reapropie del espritu

    transformador que dio origen a los

    Acuerdos de Paz, asumiendo las

    demandas incumplidas, planteando otras

    a la luz del contexto actual...

    Intereses corporativos y particulares

    determinan las decisiones polticas y las

    legitiman con medidas compensadoras

    y amortiguadoras, tan necesarias en

    el corto plazo como inocuas para el futuro

    6 Renovar, con la lucidez que otorgan el trabajoy la lucha. nicamente entonces Guatemala elminsculo espacio que por ahora nos tocatransformar en la Tierra- ser un fragmento delmundo sin azacuanes extintos, donde en cam-bio gobernemos los procesos de la flor y el ci-clo del granizo.

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    Informacin y debate PUEBLOS Diciembre 2009 9

    Centroamrica

    Sin duda alguna, esta crisis es re-sultado del modelo econmico

    pensado e impuesto en el mundodesde el neoliberalismo, que cuestiona afondo todo el andamiaje que se teji entorno a ste, como el camino para llevaral capitalismo a la fase terminal de des-arrollo de la humanidad. Incluso, para al-gunos tericos de izquierda, estamosfrente a una crisis del sistema, lo que nosindica que para salir de ella hay que re-

    visar toda la estructura poltica y econ-mica del mundo, empezando por incor-porar una perspectiva de sostenibilidad ala actividad econmica, que rompa conla idea de que los recursos naturales soninfinitos, de que todo puede resolverse

    por los avances tecnolgicos y de que to-do puede verse como mercanca. No hayduda de que esta crisis est cuestionandola manera de producir y de consumir,

    principalmente de los pases ricos, losprincipales consumidores del mundo. Pa-ra El Salvador, esta crisis es especial-mente significativa dada la alta depen-

    La situacin poltica actual deEl Salvador debe verse a la luz de la

    instalacin del nuevo Gobiernoencabezado por Mauricio Funes, a

    partir del primero de junio delpresente ao, resultado de la victoria

    electoral del Frente FarabundoMart para la Liberacin Nacional(FMLN). Este nuevo Gobierno hainiciado su gestin en un contexto

    sumamente complejo y difcil, dada

    la situacin internacional, que sesigue caracterizando por el estadode crisis econmica generalizada y

    global, con epicentro en los EstadosUnidos y con impactos severos sobre

    la economa del pas. Esta crisis esespecialmente grave pues, adems

    de financiera, es una crisis que haalcanzado al sector real de la

    economa, es energtica y,principalmente, es ambiental; lo

    cual la hace especialmente grave, sila comparamos con la crisis de los

    aos treinta del siglo pasado.

    dencia de Estados Unidos en lo polticoy en lo econmico, y sus impactos hansido inmediatos. En ese marco, es til re-visar algunas variables econmicas quenos ayudarn a tener un panorama del es-tado actual de la economa en el pasadoreciente, y particularmente en los ltimosmeses del presente ao.

    Un repaso a la economaEs un hecho que en el ao 2008 la eco-

    noma no creci como estaba previsto,alcanzando un 2,6 por ciento segn lascifras oficiales. Para 2009 las previsio-nes son ms preocupantes, ya que seconsidera que la economa tendr uncrecimiento negativo entre 1 y 1,5

    por ciento, de acuerdo a las previsionesdel nuevo Gobierno. En cuanto al co-mercio exterior, se observa que las ex-

    portaciones salvadoreas acumuladasentre enero y julio de 2009 sumaron2.288,0 millones de dlares, lo que sig-nifica una contraccin del 17 por cien-to respecto al mismo mes del ao ante-

    Un nuevo Gobierno en El Salvador:cambio o continuidad?

    Edgardo Mira*

    Fran

    coisLeMinh(www.f

    lickr.com)

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    10 2009 Diciembre PUEBLOS Informacin y debate

    Centroamrica

    Certezas e interrogantesrior. Por su parte, las importaciones to-tales para el mismo periodo fueron de4.198,2 millones de dlares, cifra quesignific una reduccin anual del 28,7

    por ciento. Por consiguiente, se consta-ta que la balanza comercial registr undficit de 1.910,2 millones de dlares yse redujo en un 39 por ciento respectoal mismo perodo de 2008. La tenden-cia descendente, segn fuentes oficialesdel Gobierno, es un efecto de la crisis fi-nanciera internacional y de la reduccinen la actividad econmica domstica.

    En cuanto a las remesas familiaresque envan al pas los salvadoreos re-sidentes en el extranjero, principal-mente en Estados Unidos, y que sirvencomo sostn fundamental para la eco-noma familiar, y por consiguiente pa-ra la actividad econmica del pas, fue-ron de 2.025,8 millones de dlares en

    julio de 2009, lo que represent un des-censo del 10,8 por ciento en relacin almismo perodo del ao anterior. Lacantidad mensual recibida fue de 286,1millones de dlares. En cuanto a los

    precios, a finales de 2008, segn elBCR, experimentaron un incrementodel 5,5 por ciento anual, siendo los ali-mentos, bienes y servicios diversos,restaurantes y recreacin los que ex-

    perimentaron un mayor incremento. Seregistra tambin que en enero del pre-sente ao, la canasta bsica alcanz uncosto de 176,47 dlares, muy superior,

    por ejemplo, al salario mnimo de lamaquila que apenas es de 167,10 dla-res mensuales. Esta perspectiva alcis-ta es posible que contine dado el re-

    punte de los precios del petrleo, queya estn repercutiendo en los precios

    de la gasolina y el diesel, lo cual gene-ra un efecto cascada en los precios delos dems productos y servicios.

    Un aspecto especialmente preocu-pante es la situacin financiera del pas,los ingresos fiscales han cado sustan-cialmente, de tal manera que se esperaque al finalizar el ao sean 400 millonesde dlares menos de lo esperado. Esta si-tuacin es congruente con los niveles de

    produccin y comercializacin de losbienes y servicios, incluyendo los im-puestos derivados de las exportaciones eimportaciones, lo que est repercutiendo

    en la capacidad del Gobierno para atenersus proyecciones de este ao, tanto en in-versiones en el rea social como en lasoperaciones del Estado.

    El plan anticrisisEn este contexto, el pasado primero de

    junio tom posesin el nuevo Gobiernoencabezado por Mauricio Funes. En tor-no a l se han tejido diferentes perspec-tivas, la mayora de las cuales apuntahacia la esperanza del cambio, enten-diendo ste como una gestin cuyo ejer-cicio en lo econmico, poltico y socialestar centrado en los sectores de la po-

    blacin histricamente marginados yvulnerables. Pero hay otros sectores queexpresan dudas sobre la capacidad y vo-luntad poltica del nuevo Gobierno dehacer una gestin poltica de verdadcongruente con los sectores popularesen detrimento de los intereses de lasgrandes empresas transnacionales y na-cionales. Lo cierto es que el discurso detoma de posesin del nuevo presidenteestuvo centrado en la presentacin deldenominado plan anticrisis, y frente a

    ese discurso se presentan algunas ob-servaciones que se deben tomar encuenta para el futuro: La propuesta fundamental consiste

    en salvaguardar el nivel de empleoactual y generar ms fuentes de em-

    pleo, para lo cual se plantea imple-mentar un programa de ampliaciny mejoramiento de servicios pbli-cos e infraestructura bsica (caminosrurales, agua, electricidad, escuelas,unidades de salud, obras de mitiga-cin) y un programa de construcciny mejoramiento de viviendas de In-ters Social.

    Se contemplan una serie de medidasencaminadas a aliviar la presin eco-nmica sobre las familias, como sonlos paquetes escolares, eliminacinde cuotas "voluntarias", etc, pero nose plantean acciones concretas parasoportar la situacin de crisis ali-mentaria de la familia salvadorea.

    Por otro lado, el discurso no hizo nin-guna alusin al neoliberalismo y elmodelo de acumulacin implemen-tado en los ltimos 20 aos, comofundamento de la actual crisis global,y desde luego no se plantea nada so-

    bre los responsables polticos del Es-tado actual.

    No se abordan temas sensibles y quepueden apuntalar una propuesta ver-daderamente anticrisis como son eltema ambiental y el de la soberanaalimentaria, pese a que algunas or-ganizaciones sociales lo hicieron sa-

    ber con anterioridad.Desde entonces, la gestin presi-

    dencial ha estado marcada por los es-fuerzos de implementacin del plan an-

    ticrisis y una propuesta dbil respecto aotros problemas sensibles para la socie-dad salvadorea, que definitivamente

    podran contribuir a hacer una caracte-rizacin ms precisa sobre el actual Go-

    bierno. Sin embargo, lo que se apreciaes un Gobierno con una actuacin con-tradictoria, que mantiene un discursocongruente con el cambio a fin de man-tener la esperanza de la poblacin sal-vadorea de que nos encontramos fren-te a una gestin pblica diferente, peroque, por otro lado, establece posturas yacciones concretas que ms bien son de

    Un aspecto especialmente preocupante

    es la situacin financiera del pas,

    los ingresos fiscales han cado

    sustancialmente, de tal manera que se

    espera que al finalizar el ao sean 400

    millones de dlares menos de lo esperado

    No se observa un cuestionamiento

    de fondo y transformador respecto

    al modelo econmico basado en el

    neoliberalismo, no se conoce an el plan

    de Gobierno para los prximos cinco aos

    y se siguen impulsando planes o

    programas gestados por el anterior

    Gobierno, como los megaproyectos

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    Informacin y debate PUEBLOS Diciembre 2009 11

    Centroamrica

    continuidad con respecto alanterior Gobierno dere-chista de ARENA(AlianzaRepublicana Nacionalista).

    En relacin a lo ante-rior, no se observa un cues-tionamiento de fondo ytransformador respecto almodelo econmico basadoen el neoliberalismo, no seconoce an el plan de Go-

    bierno para los prximoscinco aos y se siguen im-

    pulsando planes o progra-mas gestados por el anteriorGobierno, como los mega-

    proyectos (la carretera lon-gitudinal del norte y las represas), quehan sido motivo de confrontacin, y losiguen siendo, para el movimiento social,hasta el punto de que pueden significaruna prdida de credibilidad respecto alnuevo Gobierno. En fin, encontramosuna serie de proyectos que han sido fac-tores importantes de lucha, de resisten-cia de la gente, que este Gobierno ha de-cidido continuar y que seguramente

    provocarn acciones de rechazo.De igual manera, se mantiene unrespeto irrestricto al Tratado de LibreComercio firmado con Estados Unidosy se ha decidido continuar con las ne-gociaciones del Acuerdo de Asociacincon la Unin Europea, sin hacer nada

    para revisar lo pactado por el anteriorGobierno, que, estamos seguros, esten lnea con la apertura comercial y delas inversiones a favor de las grandesempresas transnacionales. Estas accio-nes de continuidad son en esencia fa-vorables al gran capital, que ha asumi-

    do un rol de apoyo al nuevo Gobierno,expresndole por diferentes medios suconfianza y su decisin de acompa-arlo en aquellas medidas econmicasy polticas a favor del pas; entendin-dose con esto, por supuesto, aquellasque no afecten a sus intereses.

    ARENA y el FMLNLo anterior significa que el capital seha dado cuenta de que el Gobierno

    puede estar a su servicio como lo estu-vieron los gobiernos anteriores y, enese sentido, han emprendido una serie

    de acciones para cooptarlo, distan-cindose de ARENA, que les sirvi du-rante ms de 20 aos. Es decir, estemomento poltico se caracteriza por el

    proceso de agotamiento del partidoARENA, que funcion desde el Go-

    bierno y en el Gobierno como eficien-te instrumento oligrquico; pero al

    perder las elecciones presidenciales elpasado marzo, se precipit a la luchaintestina. Las contradicciones son tan

    profundas que asistimos a una ruptura

    de su bancada legislativa y de las di-recciones departamentales, que modi-fica la aritmtica legislativa y afecta atodo el cuerpo del partido, acelerandola prdida de su cohesin poltica, afi-nidad ideolgica y, finalmente, identi-dad partidaria. De acuerdo con variosanalistas y observando los ltimosacontecimientos en ARENA, es pro-

    bable que estemos frente a un procesoacelerado de debilitamiento de ese par-tido y la apertura de un nuevo momen-to para la construccin de nuevas fuer-zas polticas de derecha.

    Con respecto alFMLN, est claro que ha

    perdido el Gobierno yMauricio Funes se encargade demostrar a los intere-sados que su Gobierno nodepende de ese partido yque l no es militante ni sesupedita partidariamente.Para generar mayor credi-

    bilidad en esa lnea fustigaa la menor oportunidad alos ministros que l consi-dera leales al partido. Estasituacin ha provocadofuertes contradicciones enel interior del partido, en-

    tre aquellos que argumentan que esteGobierno sigue siendo del partido y losque consideran que el partido no debeasumir los costos polticos de una ges-tin presidencial, que ni les toma encuenta y que, adems, no est respon-diendo a las propuestas de cambio pro-metidas durante la campaa electoral

    Con respecto al movimiento social,ste se encuentra frente a la necesidad de

    construir su propia agenda y estrategiasde lucha que le permitan ser protagonis-ta poltico en la actual coyuntura, apro-vechando los espacios de dilogo y trans-formndolos en espacios de negociacina fin de que esta gestin presidencial res-

    ponda a los intereses de las mayoras yque al mismo tiempo abra la oportunidad

    para cambios ms profundos a favor dela poblacin salvadorea.

    En conclusin, se podra afirmarque el futuro inmediato de El Salvadordepender de la capacidad de las distin-tas fuerzas polticas y sociales a favor

    del cambio para construir las bases pa-ra un nuevo pas que establezca los pi-lares de un nuevo modelo poltico, eco-nmico y social con un enfoque desostenibilidad, o asistiremos a un perio-do caracterizado por un Gobierno quegan las elecciones construyendo unaesperanza de cambio en la poblacin ytermina haciendo lo mismo que los an-teriores, favoreciendo los intereses delgran capital nacional y extranjero.

    *Edgardo Mira es miembro del Consejo deDirectores de CEICOM (Centro de Investigacin

    sobre Inversin y Comercio): www.ceicom.org.

    Con respecto al FMLN, est claro que ha

    perdido el Gobierno y Mauricio Funes se

    encarga de demostrar a los interesados

    que su Gobierno no depende de ese

    partido y que l no es militante ni se

    supedita partidariamente

    Rosaamarilla(www.f

    lickr.com)

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    12 2009 Diciembre PUEBLOS Informacin y debate

    Centroamrica

    Certezas e interrogantes

    En lo poltico, apost a la continui-dad en el Gobierno. Con el con-trol de las instituciones (conse-

    guido gracias a una maraa de maniobrasen el pacto con el corrupto ex presidenteArnoldo Alemn), y con los recursos ve-nezolanos para organizar redes de clien-telismo partidario, sera posible lograr lareeleccin indefinida de Ortega. Aunquela singladura no ha sido variada, los es-

    collos aparecen por todos lados.

    La voluntad de los capitanesLa crisis econmica internacional conti-na afectando severamente la economanicaragense. Se han reducido las inver-siones, las remesas, las exportaciones, lasinversiones, el consumo interno. Se hadesplomado la recaudacin de impues-tos. Ya no se escuchan pronsticos opti-mistas. Aestos problemas se suma la su-

    bejecucin del presupuesto por elcongelamiento de desembolsos interna-cionales y tambin por la ineficiencia es-

    tatal. Ala crisis que viene de afuera se hasumado el fraude electoral en las eleccio-nes municipales de noviembre de 2008,organizado desde dentro, y que desem-

    boc en el congelamiento de la ayudapresupuestaria de los pases europeos.

    Despus de recortar por dos veces elpresupuesto de 2009 (60 millones de d-lares en abril y 40 millones en junio), eltercer recorte (30 millones) lleg en oc-

    tubre. El dficit fiscal ha seguido contra-diciendo los balances acordados con elFondo Monetario. Adiferencia de lo ocu-rrido en los dos primeros aos de Go-

    bierno, en este tercer ao el equilibrio ma-croeconmico (presentado por el equipoeconmico de Ortega como un indiscuti-

    ble logro) est hoy en riesgo y el Gobier-no ha estado ocho meses sin lograr laaprobacin del FMI.

    El dficit fiscal podra aliviarse silos capitanes del barco decidieran un parde giros en el timn. Incorporar la ayu-da venezolana al presupuesto superara

    el dficit, pero el Gobierno nunca ha te-nido voluntad de hacerlo. Prefiere dar-le a los millonarios recursos que le en-va Chvez destinos sobre los queninguna institucin pblica recibe in-formacin ni tiene control. Cada vezhay ms indicios de que contribuyen acimentar el capital de esa voraz trinidadque es la familia-partido-Estado.

    Otro giro sera admitir, de alguna

    forma, ante la comunidad internacionalel fraude en las elecciones municipalesde 2008, dando garantas de que no serepetir algo similar en las eleccionesgenerales de 2011. Esto tambin alivia-ra el dficit fiscal, porque alentara a los

    pases cooperantes a continuar apoyan-do el presupuesto nacional. Tampocoaqu la brjula indica alguna voluntadde rectificacin.

    Un barco zarandeadoMientras los capitanes del barco no danseales de cambio de rumbo, el procelo-

    Nicaragua: viento en popa, al gareteo a punto de encallar?

    Mara Lpez Vigil*

    Desde un comienzo, la singladura delbarco del FSLN (Frente Sandinistapara la Liberacin Nacional) en su

    segunda oportunidad en el Gobiernofue trazada en dos coordenadas. Enla econmica, el Gobierno de Daniel

    Ortega apost a garantizar losequilibrios macroeconmicos segnlos parmetros del FMI. Contando

    con el aval y los recursos de lasinstituciones multilaterales sera

    posible mantener ese expediente,demostrando a todos que el FSLN era

    ms hbil que los gobiernosprecedentes administrando el modelo

    neoliberal, combinando losequilibrios macroeconmicos con

    algunos programas sociales deerradicacin de la pobreza. C

    roma

    com(www.f

    lickr.com)

  • 5/25/2018 Pueblos 40 - Diciembre2009

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    Informacin y debate PUEBLOS Diciembre 2009 13

    Centroamrica

    so mar econmico zarandea fuerte la na-ve nacional. Qu hacer? En un brusco ydesesperado bandazo, el Gobierno halanzado una nueva ley tributaria para ta-

    par el agujero fiscal con una mayor re-caudacin de impuestos.

    En 2007, recin llegado al Gobiernoel FSLN, cuando prcticamente todos lossectores nacionales le daban un chequeen blanco a Daniel Ortega para que de-mostrara su experiencia de estadista en susegunda oportunidad, ya sin guerra, ycuando la crisis econmica internacionalno se avizoraba, hubiera sido el momen-to de hacer reformas al inequitativo siste-ma tributario nicaragense. Una reformaintegral fue promesa electoral de Orte-ga. La reforma fue tambin un continuoreclamo de distintos sectores nacionalesde izquierda. Lo exigan argumentandocon la necesidad urgente de aumentar elgasto social y se montaban en el anun-ciado cambio de sistema o segundaetapa de la revolucin que el Gobierno

    proclamaba. La redistribucin de las ri-quezas por la va de los impuestos es unarevolucin pendiente en Nicaragua.

    Pero el esquema tributario no se tocen 2007. En ese ao los capitanes confia-

    ban en el dinero de Venezuela y en la quecrean incondicional cooperacin euro-

    pea. Adems, no queran perturbar laalianza que priorizaban: con los grandesempresarios. Tampoco hubo reforma en2008 para no aadir tensiones al ao delas elecciones municipales. Todava a fi-nales de junio de 2009, y en una de suscordiales reuniones con el COSEP, Da-niel Ortega prometi a los representantesdel gran capital nacional que no hara nin-gn cambio al sistema de impuestos en

    los prximos dos aos, hasta el final desu mandato. Ilusos, incompetentes? Talvez slo falt imaginacin. Nadie en losgobiernos centroamericanos imaginabalas dimensiones de la tormenta econmi-ca que iba a sacudir a la regin.

    Sin una reforma tributaria que distri-buya ms equitativamente los recursosnacionales y que disminuya el carcter re-gresivo de nuestro sistema de impuestos,

    Nicaragua no superar nunca los nivelesde pobreza que hacen tan difcil la vida ala mayora de su gente. Sin una verdade-ra reforma tributaria Nicaragua no cum-

    plir en 2015 los Objetivos de Desarrollodel Milenio. Pero los ajustes tributariosimpuestos por el Gobierno llegan en el

    peor momento. La nueva ley fiscal ha si-do descalificada por expertos y econo-mistas porque afectar la liquidez y la ren-tabilidad de las empresas, golpearseveramente a las micro y pequeas em-

    presas y profundizar la recesin ya exis-tente. Yporque su lgica es meramenterecaudatoria.

    El experto en derecho fiscal, JulioFrancisco Bez, se dio a la tarea de hur-gar en las inconsistencias de la propues-ta gubernamental. Seala asombrado quela propuesta ni siquiera menciona el m-

    bito municipal. Reclama el diseo de unpadrn de contribuyentes del que carece

    reelegirse. Las encuestas vienen mos-trando un rechazo mayoritario de la po-

    blacin a su continuidad en el Gobierno.Pero la reforma que se lo permitira no ladecidirn las encuestas, sino los diputa-dos. Aunque en la Asamblea Nacional elFSLN no tiene mayora, el Parlamento si-gue estando controlado por los interesesdel ominoso pacto Ortega-Alemn. Sinembargo, hasta el momento, los seis-sie-te-ocho votos de diputados alemanistasque le faltan a Ortega para conseguir los56 que necesita para ser nuevamente can-didato y reelegirse, no aparecen.

    Nadie duda de que Alemn est deci-dido a facilitrselos, no abierta, sino en-cubiertamente, con alguno de esos arre-glos-sorpresa a los que nos haacostumbrado la clase poltica nacional.Pero pasa el tiempo y no encuentra elcundo ni el cmo. Alemn suea con re-editar la competencia de 1996: ser candi-dato presidencial frente a Ortega. Ortegacomparte ese mismo sueo. Si el tiemponos acercara a ese escenario ms parece-r una pesadilla.

    Qu ven desde la cabinaLa oposicin reitera a diario que es un im-

    perativo unirse para derrotar a Ortega, pe-ro permanece fragmentada y en inacaba-

    bles disputas sin ningn otro contenidoque no sea el cambalache de nombres yapellidos de unos o de otros, en alza hoyy maana a la baja. Alemn sigue de-mostrando su capacidad de flotacin yganando espacios. Aunque es socio me-nor en el pacto con Ortega, se proyectanuevamente como lder de un liberalismoslo basado en el antisandinismo.

    Los liberales que se han distanciado

    de Alemn permanecen divididos y enpermanentes pugnas de protagonismo. Elliderazgo de Eduardo Montealegre noatrae a todos los liberales no alemanistas.Tampoco convence nacionalmente: re-

    presenta cabalmente a una derecha hist-ricamente insensible en lo social y sin vi-sin de pas. Su obsequiosa visita aRoberto Micheletti en Honduras, ademsde ser un error innecesario, dio la medidade su perfil poltico.

    Y en el sandinismo opuesto a Orte-ga? Hay malestar y quizs paciencia. Enel sandinismo que an participa en el

    A diferencia de lo ocurrido en los dos

    primeros aos de Gobierno, en este tercer

    ao el equilibrio macroeconmico est hoy

    en riesgo y el Gobierno ha estado ocho

    meses sin lograr la aprobacin del FMI

    Nicaragua. Advierte de que la reforma noviene acompaada de un diagnsticocompleto sobre el sistema tributario. Y

    pone el acento en el tratamiento atercio-pelado que tiene la propuesta hacia lasexoneraciones, comentando que la razn

    para usar esos guantes de seda es queno existe voluntad poltica para tocar sa-crosantos intereses econmicos. Vin-culados a la familia en el poder y a fun-

    cionarios del partido en el Gobierno?

    Escollos en el mar del pactoSi el barco gubernamental est empezan-do a hacer agua en la proa por la crisis enlos equilibrios macroeconmicos, tam-

    bin les est resultando muy difcil a loscapitanes mantener el rumbo en la popa:dar continuidad indefinida al Gobierno deDaniel Ortega.

    La Constitucin nicaragense proh-be la reeleccin consecutiva y permiteuna nica reeleccin alterna a quien yafue presidente. Daniel Ortega no puede

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    14 2009 Diciembre PUEBLOS Informacin y debate

    Centroamrica

    Certezas e interrogantes

    *Mara Lpez Vigil es jefa de Redaccin de larevista Envo, de la Universidad Centroamericana(UCA) de Managua, Nicaragua: www.envio.org.ni.

    sta es una versin, recortada por la propiaautora, de un artculo ms extenso publicado en el

    n 332 de Envo, noviembre de 2009.

    FSLN hay descontento por la falta de de-mocracia interna. Estn completamentecentralizados el control, la autoridad y losmecanismos organizativos. En partidosque son muy verticales como es el Fren-te los sntomas de malestar los ves hastaque estallan, dicen quienes conocen loque sucede en las escotillas del barco.

    Por qu no estallan las contradic-ciones, que ya se adivinan? De mo-mento, puede ms el miedo a represa-lias polticas y el temor a perder elempleo, aunque otros conocedores delo que sucede en las escotillas del barcohablan de la posibilidad de que se estcocinando una gran fractura que pa-sara por aislar a Daniel Ortega en laselecciones nacionales de 2011.

    Vientos no favorablesPara afianzar el rumbo poltico del bar-co el Gobierno tiene grandes ventajasen la desunin de la oposicin. Pero lacrisis econmica tambalea la nave. Losrecursos venezolanos destinados a los

    proyectos sociales, clientelistas o no,asistencialistas o no, no cubren tantasnecesidades. Los dos programas insig-nia que desde el comienzo Ortega yMurillo pusieron como banderas en elmstil, Usura Cero y Hambre Cero,experimentan limitaciones porque sealimentaban de los cada vez ms recor-tados recursos presupuestarios.

    Tambin cabe preguntarse si los re-cursos venezolanos experimentan li-mitaciones porque la voraz acumula-cin de capital de la familia-partido haentrado en competencia con los obje-tivos clientelistas. Ciertamente, el Go-

    bierno tiene todava expresiones de

    conciencia y sensibilidad social que ca-lan en mucha gente. En el sistema desalud se nota ya bastante la falta de re-cursos, pero an es gratuita la atencin.El programa mdico oftalmolgicoOperacin Milagro se mantiene conmucho xito. Lo mantiene la solidari-dad de Cuba. Y el programa de alfabe-tizacin Yo s puedo, tambin apo-yado por Cuba, logr reducir elanalfabetismo en el pas a menos del 4

    por ciento. Este logro merece una ova-cin, pero tambin implica nuevos des-afos para el Gobierno, que deberan

    expresarse en un incremento del pre-supuesto para la educacin que, encambio, ha sido reducido este ao conlos recortes presupuestarios y es el msreducido de toda Centroamrica.

    Para no encallarAnte el malestar y las incertidumbres que

    provoca la crisis econmica, el Gobiernono responde ni con tolerancia ni con in-clusin, sino intensificando el control po-ltico. En esta actitud autoritaria y exclu-yente est tal vez el mayor escollo, el queest llamado a crecer exponencialmente

    con el tiempo.Por un lado, el FSLN est ya dise-

    ando con sus militantes la estrategiaelectoral para 2011, insistiendo en la ree-leccin de Ortega. Y sigue repartiendocarnets de militantes del FSLN en las ins-tituciones estatales y en los barrios, con-fiando en que por diversos mecanismos

    Toda red social con pensamiento pro-pio y crtico, con recursos, con cierto li-derazgo y con autonoma es un objetivo

    potencial de esta forma de represin or-ganizada desde el Gobierno. El Centro Ni-caragense de Derechos Humanos (CE-

    NIDH) califica a estos grupos comopartidarios y paraestatales utilizando m-todos paramilitares. Ylos ha denunciadoante la Comisin Interamericana de De-rechos Humanos: Destacamos la orga-nizacin creciente de los mencionadosgrupos violentos, que obedecen a un lder,y que ahora se conforman como verdade-

    ras tropas, disponiendo, adems, de buses,motocicletas y radiocomunicadores. Estoatestigua un reforzamiento y una radica-lizacin de esta nueva forma de reprimir,y podra abrir la va a la reaparicin de gru-

    pos armados ilegales que Nicaragua ha-ba logrado dejar en el pasado. Si la op-cin de la represin se agudiza y esa vase impone e incrementa para neutralizarel descontento, el barco gubernamental

    podra encallar.Es cercano este escenario? Es lgi-

    co pensar que no lo ser hasta que el des-contento se traduzca en organizacin, la

    pasividad en movilizacin, hasta que sur-ja un movimiento cvico nacional con unliderazgo creble, honesto y capaz de ar-ticular una estrategia nacional, una pro-

    puesta de pas, un proyecto que vaya msall de la escueta y simple consigna detodos contra Ortega.

    La rosa de los vientosEl futuro de Nicaragua es profundamen-te incierto. Podemos hundirnos si noechamos por la borda el lastre de una cul-tura poltica que pesa cada vez ms ne-gativamente. Podemos quedar varados encualquier orilla si no atendemos a la his-toria, escrita en un cuaderno de bitcoraque nos ensea otras rutas. Ypodemosanclar en puertos ms seguros. Lo que enmedio de la tormenta seguimos creyendoes que la rosa de los vientos indica que pa-ra cambiar el rumbo hay que contar conel Sandinismo.

    Ante el malestar y las incertidumbres que

    provoca la crisis econmica, el Gobierno no

    responde ni con tolerancia ni con inclusin,sino intensificando el control poltico

    de coaccin o de prebendas econmicasesos carnets se transmuten en votos. Pe-ro esto no garantiza nada. Las eleccionesmunicipales de noviembre de 2008 fue-ron precedidas de una intensa etapa declientelismo y presiones y el FSLN tuvoque hacer un burdo fraude electoral paraganar en 40 alcaldas, las ms impor-

    tantes del pas.Por eso, el control poltico tambin in-cluye la represin. Una represin controla-da que provoque intimidacin. Al carecerde aparatos represivos institucionales, elGobierno requiere de fuerzas de choque or-ganizadas con lo que tiene a mano. Ylo quetiene a mano son empleados estatales in-condicionales y grupos juveniles fcilmentefanatizables y capaces de armarse de pie-dras y garrotes para amedrentar o atacar aquienes piensan diferente y lo expresan p-

    blicamente. Entre esos jvenes, se incluyenpandilleros de los barrios marginales

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    Informacin y debate PUEBLOS Diciembre 2009 15

    Centroamrica

    Es evidente que frente al mpetu delas fuerzas del progreso en la re-gin, el imperialismo norteameri-

    cano est aumentando sus esfuerzos pa-ra evitar los triunfos de la izquierda en

    procesos democrticos y, cuando esto noes suficiente, se apresta para volver a uti-lizar los mtodos del intervencionismomilitar, directo o a travs de sus lacayos.La reactivacin de la cuarta flota, la in-minente invasin de Colombia para serusada como centro de operaciones mili-tares, las amenazas de las fuerzas arma-

    La crisis poltica actual en Honduras se gener por la respuesta violenta de laoligarqua a la movilizacin creciente que desde hace 15 aos experimentan

    sectores populares opuestos a la imposicin del modelo neoliberal. Esta luchahace parte del reclamo por transformaciones sociales estructurales de los

    pueblos latinoamericanos, potenciadas por la crisis del sistema capitalista anivel mundial y el agotamiento definitivo del modelo neoliberal.

    das en distintos pases para hacerse con elpoder (Bolivia, Guatemala, Paraguay), yel hostigamiento contra Venezuela y Cu-

    ba son muestras del renovado inters delGobierno norteamericano por retomar elcontrol total de Latinoamrica.

    El Golpe de Estado en Honduras seenmarca dentro de este conflicto, en elque se juegan intereses geopolticos conincidencia directa en las condiciones devida de los pueblos, pues el sistema eco-nmico que intentan preservar por lafuerza es el que ocasion la gran crisis so-

    cial y econmica, aument la polariza-cin de la riqueza y la concentracin del

    poder poltico, la ruina de los aparatosproductivos nacionales y la destruccindel medio ambiente, entre otros.

    Las particularidadesde HondurasHonduras acompaa la realidad latino-americana pero guarda caractersticas

    propias que lo diferencian, aun dentrode la comunidad de pases centroame-ricanos, tanto por su devenir histrico,

    Honduras: un pueblo alzadoFrancisco Ros*

    www.f

    lickr.com

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    16 2009 Diciembre PUEBLOS Informacin y debate

    Centroamrica

    Certezas e interrogantessu funcin dentro del sistema interna-cional de produccin y su estratgicaubicacin geogrfica. Dos factores im-

    portantes en el desarrollo del conflictosocial hondureo son la debilidad rela-tiva de su oligarqua criolla y la consti-tucin de un movimiento popular din-mico sin la existencia de instituciones

    polticas de izquierda fuertes.En el primer caso, es significativo ver

    que mientras el resto de los pases cen-troamericanos lograron establecer clasesdominantes alrededor de la produccindel caf, en Honduras la clase dominan-te permaneci girando alrededor de la im-

    portacin y como agente funcionarial delos enclaves minero y bananero. Esta si-tuacin determin la debilidad de la oli-garqua nacional y su sumisin a los in-tereses imperiales.

    El segundo factor es curioso, puesa diferencia de sus pares en la zona,Honduras no lleg a tener un partido

    poltico de izquierda fuerte. Sin em-bargo, s desarroll un movimiento po-pular diverso y con capacidad de en-frentar a sus enemigos de clase. As, esinteresante ver que las tasas de sindi-calizacin, asociacin en gremios, or-ganizaciones campesinas o estudianti-les, eran altas en el mismo momento enque en Centroamrica se fortalecan lasinstituciones polticas revolucionarias.

    Lo anterior no niega la existencia deiniciativas de transformacin radical enel pas, pero s establece una diferenciacualitativa en cuanto a la relacin entremovimiento popular y el partido revolu-cionario, pues la agenda de la lucha so-cial estuvo determinada por ambas fuer-zas, en lugar de estar solamente dirigida

    por el partido.Una prueba de la importancia de laorganizacin popular en Honduras es lahuelga de 1954, que enfrent a obrerosagrcolas del norte pas con la transna-cional bananera y que se convirti en unhito latinoamericano de resistencia con-tra la opresin capitalista. En esa lucha selograron importantes reivindicaciones so-ciales como la jornada laboral de 8 horas,el Seguro Social y el voto de la mujer.

    Tambin puede mencionarse el pro-ceso desarrollista de los aos 70, que im-

    pulsado por un Gobierno militar, cedi

    ante la enorme presin popular y realizpolticas progresistas, como una impor-tante reforma agraria y la creacin de em-

    presas estatales. Para muchos, ste fue elhecho que previno la agudizacin delconflicto social en Honduras y contuvo laampliacin de la lucha armada en los 80.

    Un momento de transicinEl comienzo de los aos 90 marc unaetapa histrica de decaimiento para elmovimiento popular y los partidos pol-ticos de izquierda. El derrumbe del cam-

    po socialista y la prdida electoral en Ni-caragua, desmoralizaron a los sectoresorganizados del pueblo, que descredosde la posibilidad de transformaciones pro-fundas, no pudieron oponerse contun-

    viliz al pueblo con renovada fuerza ynuevas caractersticas.

    La reconstruccindel movimiento popular1994 fue un ao muy importante para lahistoria de los sectores populares. Eseao se realiz la Peregrinacin por la Vi-da, la Libertad y la Justicia, moviliza-cin organizada por el Consejo Cvicode Organizaciones Populares e Indge-nas de Honduras (COPINH) en el queconvergieron masivamente en Teguci-galpa pueblos indgenas en defensa desus derechos. Este evento seal las nue-vas caractersticas del movimiento po-

    pular. A partir de ese momento, el suje-to poltico de la transformacin seampli para superar la concepcin dealianza obrero-campesina, y poco a po-co incorpor a otros sectores tambinoprimidos por el sistema: indgenas, ne-gros, mujeres, comunidad LGTB, am-

    bientalistas, pobladores y otros.El nuevo movimiento popular que

    se fue construyendo se distribua mejoren el territorio nacional, dedicaba msespacio a luchar por los problemas pro-

    pios de su comunidad y era ms amplioy democrtico. Sin embargo, durantemucho tiempo estuvo descoordinado ysin un programa poltico que orientara laaccin conjunta.

    Ya hacia finales de la dcada de los90 los sectores populares estaban en fran-ca recuperacin. En esos aos se crearony consolidaron federaciones de organiza-ciones populares que perfilaban unaagenda ms ambiciosa. Se oponan a lacontinuacin del modelo neoliberal y su-maban demandas polticas a las exigen-

    cias econmicas.

    Pasar a la ofensivaEl nuevo siglo fue saludado con la crea-cin del Bloque Popular, asamblea de or-ganizaciones sindicales, campesinas, es-tudiantiles, polticas y de otra naturaleza,con presencia en varias regiones del pa-s. El Bloque intensific la lucha por de-fender las conquistas sociales y oponerseal avance del modelo neoliberal. El hechode tener su sede principal en Tegucigal-

    pa, le permiti presionar de cerca a loscentros de poder poltico y le facilit la

    Mel inici un Gobierno que no se sala

    del plan estratgico de la clase dominante

    y las transnacionales, pero al poco tiempo

    se vio confrontado con ellos ante la

    intransigencia de permitir pequeos

    cambios para fortalecer el aparatoproductivo nacional

    dentemente al paquete de medidas eco-nmicas que aseguraban la dominacinde los pases pobres por el imperialismo.

    En poco tiempo de implantacin delmodelo neoliberal se privatizaron lossectores estatales ms rentables, se re-galaron los recursos naturales, se ente-rr la reforma agraria y se dislocaron

    muchas de las fuerzas del movimientopopular, que se vio sensiblemente debi-litado tanto en trminos numricos (des-aparicin de algunas organizaciones po-

    pulares y disminucin de la militancia),como cualitativos (abandono de con-ciencia revolucionaria, abandono del es-tudio cientfico de la sociedad).

    Sin embargo, la voracidad inevitabledel capitalismo hizo imposible que des-de las elites nacionales e internacionalesse planeara un proyecto de dominacinms estable y llevadero. La grave crisissocial provocada en tan corto tiempo mo-

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    Informacin y debate PUEBLOS Diciembre 2009 17

    Centroamrica

    *Francisco Ros es militantede la Resistencia hondurea

    cobertura meditica que incentiv o diofuerzas a las organizaciones hermanas entoda Honduras.

    A la llegada de 2003, prcticamentetodas las regiones del pas contaban conuna asamblea de organizaciones popula-res al estilo del Bloque. El 26 de agostode ese ao se dio la marcha de laDigni-dad Nacional, momento fundacional dela Coordinadora Nacional de Resisten-cia Popular, que se convirti en la som-

    brilla de organizaciones populares msgrande del pas.

    La Coordinadora resumi las de-mandas ms importantes del pueblo. A

    partir de 2003 las movilizaciones na-cionales crecieron y llegaron a poner en

    precario la continuidad del Gobierno deRicardo Maduro (20022006), plante-ndole un panorama difcil a las elitesgobernantes. A lo largo de este procesola oligarqua hondurea fue asumiendoun papel ms represivo conforme crecael movimiento popular, que en unos aoshabra de rebasar las reivindicacioneseconmicas para pasar a los plantea-mientos polticos.

    MelManuel Zelaya asumi como presidenteen medio de una grave crisis social, eldescrdito de los partidos polticos tradi-cionales, un movimiento popular forta-lecido, un contexto internacional quemarcaba el avance contundente de las iz-quierdas y una crisis econmica mundialque asomaba en el horizonte. Mel iniciun Gobierno que no se sala del plan es-tratgico de la clase dominante y lastransnacionales, pero al poco tiempo sevio confrontado con ellos ante la intran-

    sigencia de permitir pequeos cambiospara fortalecer el aparato productivo na-cional y el frenar la privatizacin de losltimos recursos que todava le queda-

    ban al Estado.Entonces, las polticas guberna-

    mentales se fueron radicalizando. Elpresidente, guiado por su sensibilidadhumana y apoyado por algunos miem-

    bros de su gabinete que en el pasado for-maron parte de organizaciones de iz-quierda, tom partido por el pueblo.Impuls medidas ms progresistas, co-mo una fuerte alza al salario mnimo, in-

    centivos a la produccin agrcola, for-talecimiento de las empresas en poderdel Estado y una poltica internacionalindependiente que incluy la adhesinde Honduras al ALBA.

    Mientras Mel se acercaba al pueblo,se alejaba de la oligarqua. El movi-miento popular, que al principio lo ha-

    ba enfrentado, fue introduciendo algu-nas de sus demandas en la agenda deGobierno, hasta el punto de trabajarconjuntamente en el proyecto ms im-

    portante: la instalacin de una AsambleaNacional Constituyente.

    Golpe oligrquicoy contragolpe popularRomper con el orden constitucional fueuna decisin dura para la oligarqua, ha-cerlo signific desnudar la naturaleza to-talitaria del poder en el capitalismo. Elgolpe de Estado se dio justamente para

    prevenir la posibilidad de una verdaderaparticipacin popular a travs de unaConstituyente que creara condiciones pa-ra cambios estructurales en la sociedad,como haba quedado claro en el primerEncuentro para la Refundacin de Hon-duras, organizado por el COPINH pocosdas antes del golpe para iniciar el debate

    de los sectores populares hacia la redefi-nicin del pas.

    Las elites confiaron en una operacinde cambio de poderes rpida y poco do-lorosa que fuera aceptada por la pobla-cin, usando para ello los medios de co-municacin, y por la comunidadinternacional, con la ayuda de los EstadosUnidos. Pero cometieron el grave errorde subvalorar la creciente movilizacin

    popular consolidada en aos de lucha ylas grandes simpatas de Mel en la pobla-cin pobre. La Resistencia hondurea ha-

    bra de convertirse en el factor ms im-portante en la lucha contra la dictadura.

    La resistenciay sus perspectivasLa Resistencia se cre alrededor de la es-tructura de las organizaciones popularesque ciertamente fueron rebasadas por elentusiasmo del pueblo. Ala diversidad defuerzas que integraban la Coordinadora

    Nacional de Resistencia Popular, se su-maron grupos organizados y personas in-dependientes en una gran cantidad de ba-rrios, comunidades rurales y gremios, queantes no estaban activos. Asimismo, lanueva agenda de los sectores explotadosy marginados supera cualitativamente laque se tena antes del golpe. La necesidadde alcanzar el poder poltico y controlarel Estado ha quedado mucho ms clara.Los amigos y enemigos de la transfor-macin social han quedado tambin aldescubierto.

    Derrumbar la dictadura ser una tareadifcil. El bloque oligrquico que compo-nen las transnacionales, los grandes em-

    presarios, los medios de comunicacin, elejrcito y la iglesia, cuenta con el respal-do del imperialismo que planific y sos-tuvo el golpe de Estado como elemento

    de su plan de dominacin regional.El reto que enfrenta la Resistencia esel de constituirse en un poder paralelo ca-

    paz de articular una propuesta polticaunificada que plantee un proyecto de nue-va sociedad post-capitalista. Se cuenta pa-ra ello con la experiencia de aos de lu-cha, la solidaridad de los pueblos delmundo y la razn. El pueblo hondureoest alzado. Este captulo en la historia la-tinoamericana todava se escribe.

    El bloque oligrquico que componen las

    transnacionales, los grandes empresarios,

    los medios de comunicacin, el ejrcito

    y la iglesia, cuenta con el respaldo

    del imperialismo que planific y sostuvo

    el golpe de Estado

    El golpe de Estado se dio justamente para

    prevenir la posibilidad de una verdadera

    participacin popular a travs de una

    Constituyente que creara condiciones

    para cambios estructurales en la sociedad

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    18 2009 Diciembre PUEBLOS Informacin y debate

    Comunicacin

    La construccin mediticade la prostitucin

    Mara Eugenia Gutirrez Jimnez y Beln Zurbano Berenguer*

    El pasado 22 de septiembre elCongreso de los Diputados rechazla mocin presentada por Esquerra

    Republicana de Catalua (ERC),Izquierda Unida (IU) e Iniciativa

    Per Catalunya Verts (ICV), queinstaba al Gobierno a regular laprostitucin. En la proposicin,

    rechazada por abrumadoramayora de la Cmara Baja, los

    grupos parlamentarios promotorespedan al Ejecutivo que, en un

    plazo de seis meses, aprobase unplan integral sobre la prostitucin

    en el que se incluyese estaactividad dentro del rgimen

    general de la Seguridad Social, yafuera como trabajo autnomo o

    dentro de la categora de empleodel hogar.

    Comunicacin

    Esta mocin surga como conse-cuencia de la visualizacin delviejo problema de la prostitu-

    cin en el casco antiguo de Barcelona.Todo comenz con la publicacin en eldiario El Pas de unas imgenes don-de se poda observar a prostitutas yclientes manteniendo relaciones se-xuales en los porches del Mercado dela Boquera. Con la publicacin de es-tas fotografas la polmica estaba ser-vida. De hecho, tres das despus el 4de septiembre El Paspublicaba uneditorial bajo el ttulo Una realidad in-

    cmoda1

    , ya que fueron muchos los quepusieron en duda la supuesta labor de de-nuncia social ejercida por el medio al dara conocer la incontestable realidad dela prostitucin a travs de imgenes sen-sacionalistas. Denuncia o primicia ba-sada en la apelacin al morbo?

    Independientemente de los finespretendidos por el medio, estas im-

    genes y la posterior mocin lideradapor ERC han tenido eco en los me-dios nacionales. Pero, de qu formase ha comunicado esta realidad? Porun lado, se le ha dado voz a las aso-ciaciones de vecinos del barrio delRaval, a la patronal del comercio ca-taln y a los colectivos representantesde las prostitutas, que se muestran afavor de la legalizacin de la prosti-tucin como nica va para acabar,

    por un lado, con su prctica en la ca-lle y, por otro lado, con la desprotec-cin que sufren las trabajadoras del

    1 Una realidad incmoda [en lnea]. Disponibleen: http://www.elpais.com/articulo/opinion/realidad/incomoda/elpepiopi/20090904elpepiopi_1/Tes [ref. 30 de octubre de 2009].

    PaulaCabildo

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    Informacin y debate PUEBLOS Diciembre 2009 19

    Comunicacin

    sexo. Frente a la voz unnime de es-tos colectivos, hallamos el discursomoralizante secundado por la mayo-ra de la clase poltica que sigue ne-gando el halo de alegalidad en el quehabita la prostitucin en Espaa. Aho-ra bien, el hecho de que los medioshayan difundido ambas posturas, de-

    be interpretarse como un ejemplo depluralidad informativa?

    Bajo el ya superado mito de la ob-jetividad, los medios de comunica-cin han hecho gala de su imparciali-dad dedicndose a transcribir lasdeclaraciones tanto de los colectivoscomo de la clase poltica, sin llegar aahondar en los fines que intentan jus-tificar las mismas. As, hemos podidoleer en todos los medios nacionaleslas declaraciones de la portavoz delgrupo socialista en la Comisin deIgualdad del Congreso de los Diputa-dos, Carmen Montn, quien afirmabaque legalizar esta actividad permiti-ra un espacio [de actuacin] ms am-

    plio para las mafias, para proseguirafirmando: No estamos a favor de

    regular la explotacin y la vulnera-cin de derechos humanos.2 sta estambin la posicin defendida por lasfeministas que conciben la prostitu-cin como una forma ms de domi-nacin patriarcal.

    Sin embargo, los medios no ofre-cen la informacin necesaria para queel lector pueda llegar a entender las im-

    plicaciones morales que tiene estar afavor o en contra de la regulariza-cin o las condiciones sociales que hanhecho de la prostitucin una realidadinvisible. Acaso no es la no regula-

    cin la que propicia la indefensin delas trabajadoras del sexo, es decir, lavulneracin de sus derechos por los

    proxenetas? No se beneficia el pro-xeneta de este vaco legal? Parece serque no interesa establecer un debate

    pblico que ayude al lector a com-

    Asepsia versus pluralidadDe este modo, los medios de comuni-cacin acaban funcionando como ca-talizadores del pensamiento dominan-te. Yes que la reproduccin asptica delo dicho por personalidades pblicasno puede entenderse como un ejemplodepluralidad informativa, ya que laactual prctica del periodismo slocontribuira a la configuracin de unaopinin pblica crtica, si las declara-ciones apareciesen insertadas en uncontexto que las dotase de sentido. Deah que hablemos de desinformacin,en lugar de informacin. Esto fue loque sucedi cuando los medios inten-taron interpretar los hechos aconteci-dos en el Raval. Para justificar el su-

    puesto aumento de la prostitucin,relacionan esta realidad con el au-mento de la inmigracin irregular. Ar-gumento que podra ponerse en cues-tionamiento con slo observar losdatos delBalance de la Lucha contrala Inmigracin Ilegal en 2008, publi-cado por el Ministerio de Interior, don-de aparecen datos tan reveladores co-mo stos: se consigui reducir en un25,6 por ciento la llegada de inmigran-tes ilegales a Espaa. Por tanto, la vi-sualizacin de la prostitucin en Bar-celona, no tendr que ver con el fin

    pretendido por la ordenanza cvica de2006: el re-establecimiento del orden

    pblico?No obstante, los medios siguen re-

    produciendo declaraciones que justifi-can esta idea aun cuando contribuyan afalsear la realidad. La afirmacin deCarmen Montn es un ejemplo ilustra-tivo: Ms del 90 por ciento de las mu-

    jeres que ejercen la prostitucin en Es-paa son inmig rantes en si tuacinirregular. En el caso hipottico de queesta realidad sea cierta, el medio no

    puede eludir su responsabilidad en eltratamiento de la informacin con res-

    pecto a un colectivo vulnerable co-mo es el que conforman estas personasque, adems de estar en situacin dedesigualdad para defender sus derechosy libertades, sufren una triple discrimi-nacin: son mujeres, prostitutas e in-migrantes en situacin irregular. Es de-cir, que el compromiso de los medios

    prender el problema en su compleji-dad. Yes que como apunta el ministrodel Interior, Alfredo Prez Rubalcaba,este oficio tiene un elemento de de-gradacin inevitable. Y, por tanto,debera ser prohibido3.

    Mientras la clase poltica siguejustificando su posicin de no hacernada, los medios se limitan a hacer

    periodismo de declaraciones: a hablarde lo que otros hablan, pero no de loque realmente ocurre4. El problemano es si vamos a regularizar la prosti-tucin como un empleo, porque lamayora de las mujeres no estn ah

    porque quieren, sino que son explota-das, son esclavas, son mujeres vcti-mas, afirmaba la ministra de Igual-dad, Bibiana Ado Almagro5. Por quse presupone que todas estn obliga-das a ejercer la prostitucin? Porque

    pensar lo contrar io, es inmoral?Lo cierto es que esta concepcin de lamujer prostituta como vctima, no s-lo la convierte en objeto de ayuda enlugar de en sujeto de derecho, sinoque acaba haciendo invisibles a aque-llas mujeres que elijan librementeejercer la prostitucin.

    Esta concepcin de la mujer prostituta

    como vctima, no slo la convierte en

    objeto de ayuda en lugar de en sujeto

    de derecho, sino que acaba haciendo

    invisibles a aquellas mujeres que elijan

    libremente ejercer la prostitucin

    2 El Congreso rechaza la propuesta de ERC pa-ra regular la prostitucin [en lnea]. Disponibleen: http://www.lavanguardia.es/politica/noticias/20090922/53789801860/el-congreso-rechaza-la-propuesta-de-erc-para-regular-la-prostitucion.html. [ref. de 30 de septiembre de 2009].

    3 Rubalcaba: La prostitucin, por su degrada-cin, debera prohibirse [en lnea]. Disponibleen: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Rubalcaba/prostitucion/degradacion/deberia/prohibirse/elpepusoc/20090917elpepusoc_1/Tes.[ref. de 03 de octubre de 2009].

    4 Serrano, Pascual (2009): Desinformacin. C-mo los medios ocultan el mundo, Barcelona:Pennsula.

    5 Ado espera que quiten los anuncios de con-tactos por ser una vergenza [en lnea]. Dis-ponible en: htt p://www.elmundo.es/elmundo/2009/09/16/espana/1253101680.html. [ref.de 30 de septiembre de 2009].

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    Comunicacin

    Comunicacin

    para con la sociedad no debera redu-cirse al tratamiento simplista y mani-queo que acaba reduciendo el atisbo dedebate sobre la legalizacin de la pros-titucin a estar a favor o en contra.

    De nuevo, por tanto, hemos de ape-lar a la confusin que provoca en ellector esa falta de profundizacin y decontexto en la informacin de carctersocial. De hecho, parece no convenirestablecer un debate donde se llegue avislumbrar cmo una realidad la de la

    prostitucin casi silenciada se ha con-vertido en algo susceptible de ser mer-cantilizado: sexo y dinero. De ah quelos medios no tengan ningn reparo enseguir publicando entre sus pginasanuncios publicitarios de sexo y cam-

    paas de sensibilizacin que convier-ten a las putas en vctimas y al clien-te en maltratador y/o proxeneta:Comprar sexo es comprar violencia.Tampoco parece convenir hacer de lainformacin el lugar comn donde elhombre y la mujer puedan replantearsus roles, es decir, repensarlos para noseguir asumiendo la desigualdad comoalgo natural o dado desde siempreen sus relaciones. Por ello, cabe pre-

    guntarse si la exposicin anodina de larealidad no hace a los medios cmpli-ces o participantes de la pasividad e in-diferencia con la que la clase polticaha respondido ante la realidad exis-tente por s misma, se legalice o no dela prostitucin.

    Y es que la realidad es un todocomplejo e inabarcable de la que slonos llega una parte y, adems, selec-cionada a travs de los medios de co-municacin. Ellos son los constructo-res tanto de la realidad como delsentido con el que se interpreta, as co-

    mo los encargados de hacerla llegar ala sociedad. De ah la necesidad de querecuperen la funcin de servicio pbli-co que se le presupone a los medios decomunicacin en un sistema democr-tico, para que no sigan vulnerando elderecho de los ciudadanos a acceder auna informacin veraz, que no su-

    perficial y sensacionalista, resultado dela diligencia profesional del periodista.

    Por tanto, si nuestro conocimientosobre la cotidianeidad se ve mediado

    por la prctica de un periodismo de de-claraciones que no busca ms que laasepsia, por qu no dudar de lo quenos han contado sobre la prostitucin?

    Para intentar hallar alguna res-puesta a la anterior pregunta, le propo-

    nemos al lector el siguiente juego. In-tente cambiar cerveza por sexo,anuncios de cerveza por anunciosde sexo y lucha por vergenza.Le suena algo esta realidad? He aqula construccin simplista de una reali-dad convertida en problema.

    La emisora de radio que escucho per-tenece al Estado, [...] Entre sueos meentero de que desde el final de la gue-rra ha habido en Europa dos millonesde muertos en las carreteras, en Fran-cia todos los aos se contabiliza un

    *Mara Eugenia Gutirrez Jimnez esprofesora de la Universidad de Sevilla, y Beln

    Zurbano Berenguer, estudiante de 5 cursode Periodismo.

    40 millones de excusa

    Los anuncios que hacen publicidad sobreservicios sexuales son una vergenza, afirmla ministra ms joven de la democracia espao-la, quien ostenta la cartera de Igualdad; y que, sinembargo, ha dejado claro que sern los propiosmedios de comunicacin inmersos en la es-tructura empresarial de los conglomerados me-diticos que han revertido fines en beneficios losque se plantearn renunciar a la publicidad rela-cionada con el comercio sexual; eso s, cuandosus circunstancias se lo permitan.

    40 millones de euros anuales son los be-neficios de la publicidad de la prostitucin de losmedios impresos en Espaa, segn el peridi-co digital El Plural; de los cuales 10 millones co-rresponderan al grupo Vocento (editor del dia-

    rio conservadorABC), 5 a El Pas y otros tantosa El Mundo, principales cabeceras nacionales.Y parecen constituir una ms que considerablecircunstancia adversa a la hora de tomar medi-das. sta es la gran hipocresa de los medios:todos ganan.

    De los grandes peridicos de tirada nacio-nal, slo Pblico se ha opuesto radicalmente ala promocin tan lucrativa de la prostitucinno regulada.

    El compromiso de los medios para con

    la sociedad no debera reducirse al

    tratamiento simplista y maniqueo que

    acaba reduciendo el atisbo de debate

    sobre la legalizacin de la prostitucin

    a estar a favor o en contra

    Si nuestro conocimiento sobre

    la cotidianeidad se ve mediado por

    la prctica de un periodismo de

    declaraciones que no busca ms que

    la asepsia, por qu no dudar de lo que

    nos han contado sobre la prostitucin?

    promedio de diez mil muertos y tres-cientos mil heridos, todo un ejrcito degente sin piernas, sin manos, sin ore-

    jas, sin ojos. El diputado Bertrand Ber-trand, indignado por el terrible balan-ce haba hecho algo estupendo, haba

    presentado en el Parlamento un pro-yecto para que se prohibiera la publi-cidad de la cerveza. En la cmara dediputados se produjo un tormentosodebate [...] porque con la prohibicinde los anuncios de cerveza perderanmucho dinero. Despus se oye la vozde Bertrand Bertrand: habla de la lu-cha contra la muerte, de la lucha porla vida. [...] Pero ya du