Proyecto Liberal Revolucion
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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO
FACULTAD DE FILOSOFA Y LETRAS
DIVISIN DE ESTUDIOS DE POSTGRADO
La Revolucin Social del proyecto liberal puro, 1854-1872
TESIS
Que para obtener el grado de
Maestro en Historia
Presenta:
Pablo Muoz Bravo.
Asesor: Dr. Miguel E. Soto Estrada.
Mxico, Distrito Federal Agosto 2012.
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2
INDICE
Agradecimientos, 4
Introduccin, ... 6
1. Mxico ante la encrucijada del Estado Nacional. Formacin de facciones
polticas y proyectos nacionales en Mxico, 1848 a 1853, ..21
1.1. El camino de la conciliacin. El proyecto de nacin del partido
moderado.... 28
1.2. El camino acostumbrado. El proyecto de nacin del partido
conservador 45
1.3.Largo y sinuoso camino. De Nueva Orlens a la ciudad de Mxico. La
incorporacin de los liberales puros exiliados en Estados Unidos a la Revolucin
de Ayutla 79
2. El proyecto de los puros. Su sentido revolucionario y social 98
2.1. Trayectoria de las polticas sociales de la faccin liberal pura. Conciencia
social liberal 99
2.2. Las ideas polticas y sociales. Anlisis del proyecto de Constitucin de 1856
y de las Leyes de Reforma de 1859 continuidad o ruptura?............................115
3. De la Teora a la Praxis146
3.1. Entre la especulacin y el beneficio social. Tres liberales mexicanos frente
al proceso de desamortizacin eclesistica, 1856-1857... 146
3.2. Continuidad de las polticas sociales, 1861-1872.. 173
4. Resultados de la Revolucin social... 183
4.1. El Porfiriato continuidad o ruptura del proyecto social de los
puros?.................................................................................................... 188
4.2. Cambios permanentes... 199
Conclusiones Generales.. 217
Apndice 1: Operaciones de Juan Jos Baz.. 220
Apndice 2: Operaciones de Ignacio Ramrez.. 223
Apndice 3: Cuadros con desamortizaciones a precios populares en los
alrededores de la Ciudad de Mxico durante el ao 1856 226
Fuentes y Bibliografa.. 231
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3
El lector de este libro no necesita simpatizar con los
revolucionarios, ni menos an con los revolucionarios
primitivos. Solamente se le encarece que reconozca su
existencia, y que reconozca que ha habido por lo
menos algunas revoluciones que cambiaron
profundamente la sociedad, aunque ello no
desembocase por fuerza en lo que se haban propuesto
los revolucionarios, ni fuese la transformacin tan
radical, tan compleja , ni tan acabada como ellos lo
haban querido. Ms reconocer que se han dado en l a
sociedad mutaciones profundas y fundamentales no
depende de que se tenga la conviccin de que la utopa
es realizable.
Eric J. Hobsbawm, Rebeldes primitivos.
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4
AGRADECIMIENTOS
La presente investigacin tuvo el apoyo para su realizacin de una beca por parte de la
Coordinacin de Estudios de Postgrado de la Universidad Nacional Autnoma de
Mxico, que tuvo vigencia de agosto de 2009 a junio de 2011, institucin con la que
desde hace mucho tiempo estoy en deuda, pues a ella debo toda mi formacin desde la
poca del bachillerato.
En primer lugar este trabajo est dedicado a las personas que ms cerca han
estado de m durante la mayor parte de mi vida. Esos seres son mi familia: Viliulfo
Muoz mi padre, Mara de la luz Bravo mi madre (el ser humano ms maravilloso que
he tenido la dicha de conocer) y a mis hermanos Erika Muoz, Joel Muoz y familia.
Ellos en conjunto me han hecho la mayor parte de lo que soy, a veces sin darme cuenta,
pues es increble tomar conciencia de cmo efectivamente la familia es nuestro primer
universo social. Con ellos uno aprende a negociar, a debatir y a tolerar distintas posturas
y posiciones frente a lo que cada quien sostiene.
En segundo lugar me gustara dedicar este esfuerzo a los compaeros y amigos
que me escucharon y apoyaron durante este proceso an sin saberlo: a Daniel Altbach
por ser una persona dispuesta a dialogar con cualquiera y un buen amigo, a Nancy
Marisol Rodrguez por insistirme en que debo tomarme las cosas menos en serio de lo
que son (espero algn da lograrlo); a Oscar Zrate Miramontes por haberme ayudado
con la correccin de estilo; a Pedro Celis Villalba, pues ambos nos ahorramos varias
sesiones en el psiclogo, ya que al escucharnos expiamos nuestras pulsiones de muerte
tras este proceso de titulacin. Por ltimo a Vctor Hugo Pacheco, entraable amigo, que
tuvo la amabilidad de orientarme y asistirme con mis dudas sobre la Escuela Marxista
Britnica y por su gran conocimiento del Materialismo Histrico y sobre todo por
ensearme que no soy el nico necio e ingenuo, ni tampoco el ltimo estudiante de
Historia con alma de filsofo poltico, politlogo y latinoamericanista.
En tercer lugar quiero hacer patente el agradecimiento que tengo hacia los
profesores que amablemente ayudaron a mejorar con su revisin esta tesis. Al Doctor
Miguel Soto agradezco haber aceptado de nueva cuenta ser mi asesor, y haber
solucionado mis dudas cuando las tuve. A los Doctores que formaron parte de mi
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5
snodo: Cristina Gmez, Silvestre Villegas y Mara Dolores Lorenzo, por sealarme los
defectos y virtudes de mi trabajo, por haberlo ledo detenidamente y por sugerirme las
soluciones al problema. Gracias por todo.
A la Doctora Antonia Pi Suer le agradezco encarecidamente que en primer lugar
al igual que los dems lectores me haya corregido hasta las comas, asimismo que me
haya soportado, porque estoy consciente de que a veces puedo ser un poco imprudente,
tambin el haberme enseado a escribir un poco menos peor, y por compartir con sus
alumnos su vastsimo conocimiento sobre el periodo de la Reforma y el Segundo
Imperio. Pero ms que nada por escucharme y haber respetado mi forma de pensar, a
pesar de que no estaba de acuerdo conmigo en todo momento. Tambin dedico este
trabajo y agradezco a la Doctora Mara Eugenia Vzquez Semadeni, entraable
profesora y amiga que tuve la fortuna de conocer en la maestra, por preocuparse por
este proceso y por ser como es, simplemente increble. Por ltimo esto tambin va para
el Doctor Ignacio Sosa por preguntarme por la tesis cada que poda y por haberme dado
la primera oportunidad de entrar al mbito laboral de la Historia. Gracias a todos.
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INTRODUCCIN
El 19 de julio de 1872, todo Mxico, pero en especial la capital de la Repblica despert
con una noticia inesperada: la muerte del presidente Benito Jurez a causa de una angina
de pecho que no pudo resistir. El estado de nimo del primer mandatario estuvo minado
desde aos antes, tras la constante inestabilidad emanada de los aos de guerra y sobre
todo por la muerte de Margarita Maza de Jurez, su esposa, en 1871.
En las ceremonias fnebres que se realizaron en el panten de San Fernando ese
mismo da, en honor al personaje recin fenecido, se dio cita la crema y nata de la
clase poltica mexicana para despedir al Benemrito de las Amricas. Segn las
crnicas, los oradores lo elogiaron como al Mesas y como el Redentor, e
innumerables eptetos, tales como: defensor de la constitucin, hroe de la democracia
americana, lder de la Reforma, salvador de la Independencia, entre otros.1
Imagen que contrast sobremanera con la difundida por la prensa a lo largo de
buena parte de las presidencias de Jurez, pero en especial desde 1867, el inicio de su
primera reeleccin. Un ejemplo de ello fue el que propin en la prensa Ignacio Ramrez
en el ao 1871, en el contexto de la segunda reeleccin del presidente y unos meses
antes de su muerte:
Lo fuimos a buscar [a Jurez] al confn de la nacin, donde se haba ocultado
en cuclillas, palpitante bajo los pliegues de una bandera extranjera, mientras los buenos
mexicanos medan sus armas contra los invasores Qu cosa puede saber Jurez que no
sepan mil, diez mil, cien mil en la nacin? Los insensatos que recomiendan a Jurez
como un hombre necesario o no tienen el instinto de que, procediendo de este modo, se
degradan a s mismos. Es estimarse en muy poco, no digamos ya como republicano,
sino como hombre, el creerse incapaz de hacer lo que ha hecho Jurez.2
Despus de su muerte, ataques de tal magnitud no volvieron a hacer acto de
presencia en general hasta la polmica que levantara Francisco Bulnes en 1904 y 1905,
a raz de sus libros sobre el ex presidente oaxaqueo. Pero qu era lo que haba
1 Charles A. Weeks, El mito de Jurez en Mxico, Mxico, Editorial Jus, 1977, p. 32.
2 Ignacio Ramrez citado en Ralph Roeder, Jurez y su Mxico, Mxico, FCE, 2 edicin, 1984, p. 1055.
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sucedido con el presidente mexicano que tras la resistencia exitosa de la Repblica ante
la Invasin francesa era tenido como el smbolo de esas gestas? Por qu al final de su
vida termin siendo odiado por la mayora de la clase poltica de entonces? Igual de
contrastante result, por lo menos para el autor de estas lneas, la declaracin vertida por
el ex presidente Sebastin Lerdo de Tejada en sus Memorias en el ao 1885, poco
despus del regreso de Porfirio Daz a la presidencia, en sustitucin de Manuel
Gonzlez, referente no al presidente Jurez, sino al proceso de Reforma de nuestro pas.
Pues dejo escrito lo siguiente:
Yo profetizo para Mxico [] la ms grande y poderosa de las revoluciones.
No revolucin de partidos, estril y gastada, sino revolucin social. Nadie podr
evitarla.3
Declaracin que ha sido tomada por algunos historiadores como el vaticinio de la
nica revolucin social de nuestra historia, la revolucin de 19104. Esta afirmacin de
Sebastin Lerdo deja en claro algunas cosas que considero importantes. Por un lado,
muestra desde mi perspectiva que a pesar de ser uno de los ms cercanos colaboradores
del ex presidente Jurez desde 1863, Lerdo no fue consciente cabalmente de lo que se
haba logrado con el triunfo liberal en Mxico; y por otro lado, al parecer no comparta el
mismo proyecto de nacin que Jurez, pese a que ambos militaron en el bando liberal,
pues parece sugerir que concibi a la guerra de Reforma e Intervencin francesa
nicamente como una revolucin de partidos, estril y gastada.
El objetivo de esta investigacin es precisamente responder esas preguntas
planteadas al inicio y al mismo tiempo, cuestionar esta interpretacin del ex presidente
Sebastin Lerdo, que de alguna manera contiene a la versin tradicional sobre esta
disputa poltica en la historia de Mxico. Por ello se trata de un anlisis histrico del
significado de la contienda civil e internacional para la posterior historia mexicana, y por
lo tanto una reinterpretacin del periodo en cuestin.
En este sentido considero que el periodo 1854-1872 debe de ser examinado o
visto no solamente como una lucha entre liberales contra conservadores o imperialistas
3 Citado en Enrique Krauze, Porfirio Daz. Mstico de la autoridad, Mxico, FCE, 1987, (Biografa del
poder, 1), p.53. 4 Krauze lo cree as en Ibidem, p.54.
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por resolver el dilema entre la adopcin de una Repblica o Monarqua como forma de
gobierno, o una lucha para solucionar la separacin de Iglesia-Estado, o la
modernizacin econmica del pas, sino entender todos estos cambios como parte de una
confrontacin ms profunda an entre ambos bandos. Mi propuesta es que el sentido de
la guerra civil e internacional del momento se puede entender por la promocin de una
revolucin social en un bando (liberales puros y exiliados) y una contrarrevolucin
(conservadores y algunos moderados) en el otro.
La revolucin de Ayutla es el movimiento inicial que desemboca en la Guerra de
Reforma y la Segunda Intervencin francesa, por su carcter germinal ste proceso ha
generado ros de tinta para describirla. A continuacin hablar un poco sobre cmo ha
sido abordada por la historiografa en materia ideolgica. La llamada rebelin del sur
en contra de la ltima dictadura de Santa Anna, ha sido catalogada por su origen y fin
poltico. Por tanto algunos autores la describen como un movimiento concebido y
guiado en esencia por los moderados, pues no contena en sus bases el ataque a las
corporaciones privilegiadas como la Iglesia y el Ejrcito, ni estuvo dirigido contra un
sistema, sino contra una persona: Antonio Lpez de Santa Anna.
Dentro de esta interpretacin encontramos a historiadores como Anselmo de la
Portilla5, Francisco Bulnes
6, Edmundo OGorman7, Brian Hamnett8, Silvestre Villegas9
y Erika Pani10
, quienes parecen coincidir en el carcter incierto, acomodaticio y
pragmtico de los personajes protagnicos de la gesta en su actuar y en el resultado de
la contienda, pues parecen poner en duda salvo Hamnett- el origen radical, social y
polticamente hablando, de la misma.
Por otro lado han existido autores que han descrito a la Revolucin de Ayutla
como un movimiento revolucionario y radical en su origen. Dentro de esa versin
5 Anselmo de la Portilla, Historia de la Revolucin de Mxico contra la dictadura del General Santa
Anna, 1853-1855, Mxico, Biblioteca de Mxico- Fundacin Miguel Alemn- FCE, 1993, p. 53. 6 Francisco Bulnes, Jurez y las revoluciones de Ayutla y de Reforma, Mxico, H.T. Milenario-Jus, 1967,
p. 93. 7 Edmundo OGorman, Precedentes y sentido de la Revolucin de Ayutla, en Secuencia, no. 16, 1990, p.
108 y 143 8 Hamnett, Brian, Jurez: El Benemrito de las Amricas, Mxico, Nueva colofn, 2006, pp. 71-73.
9 Villegas Revueltas, Silvestre, El liberalismo moderado en Mxico, 1852-1864, Mxico, UNAM, 1997,
p. 57. 10
Pani, Erika, Para Mexicanizar el segundo Imperio. El imaginario poltico de los imperialistas, Mxico,
Colmex-Instituto Mora, 2001, p. 126 y 356.
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9
encontramos a autores como: Pedro Pruneda11
, Francisco de Paula Arrangoiz12
, Manuel
Rivera Cambas13
, Enrique Olavarra y Ferrari14
, Justo Sierra15
, Andrs Molina
Enrquez16
, y Ralph Roeder.17
Historiadores que con sus matices, parecen coincidir en
que ese episodio histrico estuvo guiado por los radicales y tuvo como objetivo la
implementacin del programa del partido progresista, consistente en abolir los fueros
de las corporaciones, el establecimiento de la guardia nacional, la reforma del clero,
tolerancia religiosa e hipoteca de los bienes religiosos para construir ferrocarriles.
Sin embargo dentro de esta corriente hermenutica se deriva otra variante de esta
interpretacin, pues algunos de aquellos historiadores, tales como Ralph Roeder,
Andrs Molina Enrquez y Justo Sierra, destacan que la radicalidad del movimiento,
no slo ocurri en el plano poltico y econmico, con la creacin del Estado-nacin o la
separacin Iglesia-Estado, como tradicionalmente se le ha tratado, sino dentro del
mbito social. Por ello Justo Sierra en su momento dijo lo siguiente:
La segunda Revolucin fue la Reforma, fue la necesidad profunda de hacer
establecer una constitucin poltica, es decir, un rgimen de libertad, basndolo sobre
una transformacin social, sobre la supresin de las clases privilegiadas, sobre la
distribucin de la riqueza pblica.18
Conclusin que haba sacado aos antes cuando escribi Jurez: su obra y su
tiempo en donde mencion que la Revolucin de Ayutla fue obra del jacobinismo
nacional fue su obra magna, fue su obra buena y su fin fue radicalmente
transformador.19
11
Pedro Pruneda, Historia de la guerra de Mjico desde 1861 a 1867, Madrid, Elizalde y Compaa
editores, 1867, p. 66. 12
Francisco de Paula Arrangoiz, Mxico desde 1808 hasta 1867, Mxico, Porra, 1968, pp. 425-430. 13
Manuel Rivera Cambas, Historia de la Intervencin Europea y Norte-Americana en Mxico y del
Imperio de Maximiliano de Hapsburgo, Mxico, Tipografa de Aguilar e hijos, 3 tomos, tomo 1, 1888,
pp.167-171. 14
Enrique Olavarra y Ferrari, Mxico Independiente en Mxico a travs de los siglos, Mxico, Editorial Cumbre, 1977, , tomo IV, pp. 825-826. 15
Justo Sierra, Evolucin poltica del pueblo mexicano, Mxico, 2 edicin, UNAM, 1957 (Obras completas, vol. XII), pp. 251-252 y Jurez: su obra y su tiempo, Mxico, Porra, 3 edicin, 1974, p.73-
74. 16
Andrs Molina Enrquez, La Reforma y Jurez. Estudio Histrico-Sociolgico, Mxico, Tipografa de la viuda de Fco. Daz de Len, 1906, p. 59. 17
Ralph Roeder, Jurez y su Mxico, Mxico, FCE, 2 edicin, 1972, pp. 181-183. 18
Justo Sierra, Evolucin poltica.., pp.252-253. 19
Justo Sierra, Jurez: su obra, pp.73-74.
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10
Andrs Molina Enrquez habra dicho algo similar en 1906, primer centenario
del natalicio de Benito Jurez, en una obra laureada en el concurso que organizara el
rgimen porfiriano, por dicha celebracin. En ese trabajo el licenciado Molina Enrquez
mencion que el instinto nacional daba a la Revolucin de Ayutla, las proporciones de
una renovacin social.20 Por ltimo Ralph Roeder dijo que los puros quisieron
transformar un triunfo militar en una revolucin social21; declaracin interesantsima,
pero en la que no profundiz lamentablemente el historiador estadounidense. Estas tres
son las interpretaciones ms cercanas que localizamos respecto a la propuesta que voy a
exponer en adelante, aunque se diferencia de las anteriores, en que intentar demostrar,
que lo que hicieron los puros con la Reforma, no fue eso, sino una revolucin social.
Una necesidad se asoma en este anlisis, y es la definicin de un concepto
fundamental para el trabajo y que utilizar a lo largo del mismo. ste es el trmino
revolucin social, que atribuyo a los protagonistas de este estudio: el grupo de Nueva
Orlens (Ponciano Arriaga, Melchor Ocampo, Benito Jurez, Jos Mara Mata, entre
otros). Es una prioridad aclararlo, debido que parece que estos liberales, por el hecho de
ser de tal corriente poltica e ideolgica, no podran aspirar a realizar un movimiento de
esas caractersticas.
Todo ello surge de la costumbre que a mi parecer hemos adoptado, de relacionar
nicamente a los socialistas, comunistas y anarquistas, o a todo intento tendiente a
aniquilar el capitalismo, con estos movimientos. Empero, esto histricamente no se
sostiene pues, el deseo de hacer una revolucin social no provino unvocamente del
socialismo, comunismo, ni anarquismo, sino de ciertos episodios histricos que con el
paso del tiempo fueron catalogados como liberales. En consecuencia, nuestro
concepto consolidado referente a la revolucin social es producto de hechos histricos y
de una interpretacin poltica de los mismos, hecha por varios tericos del socialismo
cientfico, como Carlos Marx y que se ha conservado y traducido a varias generaciones,
exitosamente. A continuacin intentar explicar brevemente este proceso.
20
Andrs Molina Enrquez, La Reforma y Jurez, p.59. 21
Ralph Roeder, Jurez y su Mxico, pp.181-183.
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11
El concepto Revolucin es definido en el Diccionario de Poltica dirigido por
Norberto Bobbio como:
La tentativa acompaada del uso de la violencia de derribar a las autoridades
polticas existentes y de sustituirlas con el fin de efectuar profundos cambios en las
relaciones polticas, en el ordenamiento jurdico- constitucional y en la esfera
socioeconmica.22
Definicin que se ha visto consolidada por las caractersticas aportadas por
distintos movimientos y tericos, tales como la revolucin francesa y la revolucin
definida por el marxismo:
Justamente en el curso de la revolucin francesa se verifica un cambio
decisivo en el significado del concepto de revolucin [] de la mera restauracin de
un orden turbado por las autoridades se pasa a la confianza en la posibilidad de la
creacin de un orden de nuevos instrumentos de libertad, y en fin es la razn que se
yergue contra la tradicin como legisladora de una constitucin que asegure no slo
la libertad, sino que otorgue la felicidad al pueblo. La ruptura con el pasado no
podra ser ms completa.23
Continua Pasquino diciendo que:
Ser finalmente Marx quien dar una forma completa y una finalidad an
ms majestuosa a la revolucin. Ella aparecer no slo como el instrumento esencial
para la conquista de la libertad; identificada con el fin de la explotacin del hombre
por el hombre- y por lo tanto con la posibilidad de derrotar a la pobreza-, sino como
instrumento para la consecucin de la igualdad identificada en la justicia social y
para la explicacin de todas las cualidades del hombre.24
Por lo tanto Marx termin redondeando este concepto de revolucin como el
ms acabado, convirtindolo en sinnimo de revolucin social y excluyendo al mismo
tiempo a cualquier otro tipo de manifestacin que no fuera socialista o comunista,
catalogando despectivamente a los dems movimientos como revoluciones burguesas,
dado que no buscaban acabar con la explotacin del hombre por el hombre y
22
Gianfranco Pasquino, Revolucin en Norberto Bobbio y Nicola Mateucci (dirs.), Diccionario de poltica, Mxico, 3 edicin, 1985, Siglo XXI editores, 2 vols., vol. 2, p. 1458. 23
Ibidem, p.1461. 24
Idem.
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12
convirtiendo en consecuencia, a la revolucin socialista como la nica verdadera. Esta
fue la lectura ideolgica que Marx dio a las revoluciones britnicas y sobre todo
francesas de 1789, 1830 y 1848, que en origen, no fueron comunistas, sino producto de
doctrinas que despus se conoceran como liberales y jacobinas. Dicha lectura tuvo
como fin polarizar a los bandos extremos en la Europa de su tiempo, buscando detonar
los movimientos obreros en todo el viejo continente.
Con lo anterior no quiero decir que Marx inventara de la nada el carcter de
lucha de clases de las revueltas en Europa, pues esas sentencias fueron sacadas de la
realidad, sino que es preciso sealar que el filsofo alemn marc la pauta en el carcter
de las revoluciones a partir de mediados de los aos cincuenta del siglo XIX, y con el
tiempo busc apropiarse del carcter radicalmente transformador de las rebeliones y
encauzarlas nicamente con la ideologa socialista. Por ello segn George Rude al
definir lo ocurrido en la revolucin francesa de 1848, Marx dijo lo siguiente:
[El movimiento] Se trato, ms precisamente, de una lucha entre el
proletariado y la burguesa y agreg, con palabras casi idnticas a las de
Tocqueville, que de entonces en adelante la revolucin (y no slo en Francia)
significara el derrocamiento de la revolucin burguesa, mientras que antes de
febrero haba significado el derrocamiento de la forma de gobierno.25
Esa idea se volvera algo recurrente en Marx y parte primordial para entender su
Filosofa de la Historia, pues sera el fin de la misma. En La Ideologa Alemana asent
lo siguiente:
Resumiendo, obtenemos de la concepcin de la historia que dejamos
expuesta, los siguientes resultados: [] 3 Que todas las anteriores revoluciones
dejaron intacto el modo de actividad y slo trataban de lograr otra distribucin de
esta actividad, una nueva distribucin del trabajo entre otras personas, al paso que la
revolucin comunista est dirigida contra el modo anterior de actividad [] y
suprime la dominacin de las clases al acabar con las clases mismas.26
25
La lucha de clases en Francia, citado en George Rude, La Multitud en la Historia. Los disturbios
populares en Francia e Inglaterra, 1730-1848, Madrid, 3 edicin, Siglo XXI, 1976, (Historia de los
movimientos sociales, p.180. Cursivas mas. 26
Karl Marx, La Ideologa Alemana, Montevideo, Ediciones Pueblos Unidos, 2 edicin, 1968, p. 81.
Traduccin de Wenceslao Roces.
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13
En otro de sus escritos dira que:
A grandes rasgos, podemos designar como otras tantas pocas de progreso,
en la formacin econmica de la sociedad, el modo de produccin asitico, el
antiguo, el feudal y el moderno burgus. Las revoluciones burguesas de produccin
son la ltima forma antagnica del proceso social de produccin [] pero las fuerzas
productivas que se desarrollan en el seno de la sociedad burguesa brindan, al mismo
tiempo, las condiciones materiales para la solucin de este antagonismo. Con esta
formacin social se cierra, por tanto la prehistoria de la sociedad. humana.27
El xito de esta interpretacin del carcter de las revoluciones socialistas como
nicas verdaderas se vera reflejado en autores marxistas como Joseph Fontana:
La Historia definida por etapas que son las pocas de la explotacin del
hombre por el hombre, de la lucha de clases, conduce ahora a explicar un presente de
miseria y sujecin. El capitalismo, el sistema mercantil, no es ya el punto de llegada
de toda la evolucin humana, sino una fase ms que debe ser destruida como las
anteriores para conducir a la plenitud, que ser una sociedad sin clases sin
explotacin-.28
Por supuesto tambin en los miembros ms sobresalientes de la Escuela
Marxista Britnica, estudiosos como George Rude, Eric J. Hobsbawm y E.P.
Thompson, quienes al momento de estudiar a las multitudes europeas y los movimientos
revolucionarios pre modernos y modernos, llegaron a dar ciertas caractersticas para
definir ms claramente que es una Revolucin social para los seguidores del
materialismo histrico.
Por ejemplo E.P. Thompson dio a entender en su Formacin de la Clase Obrera
en Inglaterra que las causales de los movimientos populares y la revolucin social eran
varias. Entre ellas, la formacin de sociedades de lectura o clubes polticos, junto con
crisis econmicas reflejadas en un mal ao de cosechas o la escasez de trabajo, debido a
la sustitucin de hombres por mquinas; otro elemento importante sera la
concientizacin de los problemas de la clase trabajadora, por los mismos obreros, a
27
Karl Marx, Prlogo a la Contribucin a la Crtica de la economa poltica en Obras Escogidas en tres
tomos, Mosc, Edtorial Progreso, Vol.1, pp.518-519. 28
Joseph Fontana, Historia: anlisis del pasado y proyecto social, Barcelona, Crtica, 1999, p.150.
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14
travs del conocimiento de propuestas libertarias modernas como el socialismo utpico,
que seran enseadas en las escuelas de artesanos o clubs polticos:
Donde las sociedades de correspondencia mantenan una precaria existencia
en muchas ciudades, los clubs Hampden de la posguerra o las organizaciones
polticas echaban races en las pequeas poblaciones industriales. Y cuando toda esa
agitacin popular se asocia al espectacular ritmo de cambio de la industria del
algodn, es natural suponer una relacin causal directa. La fbrica de algodoneros
aparece no ya como el agente de la Revolucin industrial, sino tambin de la social.29
Otro elemento primordial aparte de los dems, es que los protagonista en estos
movimientos polticos y sociales, no son los grandes personajes, sino la muchedumbre.
En consecuencia, esas masas ejercen presin en las autoridades y de ellas obtienen
medidas favorables a la multitud. Lo anterior ocurre en varios de los episodios narrados
por estos historiadores. Por ejemplo en las revueltas en Francia e Inglaterra estudiadas
por George Rude a fines del siglo XVIII y primera mitad del XIX, aparecen de nuevo
estos patrones, pese a ser matizadas por el autor en sus mviles y fines; puesto que hay
protestas originadas por el hambre, por la introduccin de mano de obra ms barata,
por los telares de vapor u otras mquinas. Empero existen otras movilizaciones con
fines ms profundos y con contenidos de poltica moderna. Esta categora la concedi
Rude a las revoluciones francesas de 1789, 1830, 1848 y en Inglaterra al movimiento
Cartista.
Estos movimientos se distinguieron de los dems, por la destruccin de
propiedades, maquinarias o haciendas de las personas que se crea, eran las causantes de
las crisis econmicas, por el uso de la violencia, aunque de forma selectiva y racional, y
por la movilizacin y asociacin de los trabajadores para conseguir medidas favorables
en los parlamentos y por que la vanguardia de los movimientos estaba inmersa en
ideologas polticas modernas como el socialismo.30
29
E. P. Thompson, Explotacin [La Formacin de la Clase obrera en Inglaterra] en Obra esencial, Barcelona, Crtica, 2002, edicin de Dorothy Thompson, pp.21-22. Segn Thompson varios
movimientos artesanos y obreros estuvieron influidos por las ideologas de origen bblico, cartista, y
owenita. Ver en Ibidem, pp.68-69 y los captulos Tejedores y Conciencia de clase. 30
Al respecto Rude dijo: Dos factores fueron los que determinaron quiz ms que cualquier otro factor posible que las multitudes de la revolucin francesa de 1848 no fuesen idnticas a las de 1789. Uno de
ellos fue el comienzo de la industria moderna; el otro, la difusin de las ideas socialistas o casi socialistas
entre la poblacin obrera e industrial. Rude, La multitud en la Histotoria , p. 171.
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15
Eric J. Hobsbawm retom en algunos de sus trabajos, otras caractersticas de las
revoluciones sociales. Puesto que mencion que los revolucionarios modernos, se
distinguen de los rebeldes primitivos entre otras cosas, por creer que es posible la
creacin de un mundo nuevo y un nuevo tipo de sociedad y por estar familiarizados con
el concepto de la toma del poder, es decir, pelean por apropiarse del liderazgo poltico
y por dirigir el Estado.31
A su vez Hobsbawm consider que la historia de los movimientos sociales
modernos transcurre del jacobinismo al socialismo y el comunismo modernos, y que
va desde las primeras asociaciones profesionales de obreros al sindicalismo
modernos.32 En consecuencia, en su obra desarrolla una distincin entre reformistas y
revolucionarios:
Los reformistas aceptan el marco general de una institucin o de una
realidad social, pero creen que es susceptible de mejora o cuando han encontrado
en l los abusos, de reforma; los revolucionarios insisten en la necesidad de
transformarlo fundamentalmente o de sustituirlo. Los reformistas se proponen
mejorar o modificar la monarqua o reformar la Cmara de los Lores; los
revolucionarios estn convencidos de que no se puede hacer nada til con ninguna
de ambas instituciones como no sea abolirlas. []33
Lo anterior tiene como fin apuntalar las diferencias de los fenmenos sociales a
estudiarse, se hace esta distincin porque es trascendental cuando se pretende realizar un
ejercicio de anlisis como este:
La importancia de esta distincin radica en que los movimientos
reformistas obrarn de modo distinto de los revolucionarios, y distintas sern su
organizacin, su estrategia, su tctica, etc. Por ello interesa, cuando se estudia un
movimiento social, saber a cul de ambas categoras pertenece.34
31
Eric J. Hobsbawm, Rebeldes primitivos, Barcelona, Crtica, 2010, (Biblioteca de Bolsillo), pp.17-19. 32
Ibidem, p.20. Ntese que inicia su recuento de movimientos sociales modernos en el jacobinismo, un
movimiento que por cierto no fue socialista, ni comunista, ni proto anarquista, sino ms enmarcado en la
tradicin revolucionaria francesa. Esto es parte de la lectura politizada que seal un poco arriba con Marx
y que como vimos tambin apareci en Rude. 33
Ibidem, p.23. 34
Ibidem, p.24.
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16
La Revolucin de Ayutla, Guerra de Reforma y Segunda Intervencin Francesa
en Mxico tienen caractersticas que la pueden acercar al trmino de movimiento
reformista, pero tambin al de una revolucin social si seguimos lo dicho por
Hobsbawm:
Los movimientos revolucionarios modernos tienen unas cuantas ideas
bastante definidas acerca de cmo ha de sustituirse la vieja sociedad por la nueva
[] Los viejos dirigentes deben ser arrancados de sus posiciones. El pueblo (o la
clase o grupo revolucionario) debe apoderarse de l y entonces llevar a cabo una
serie de medidas la redistribucin de la tierra, la nacionalizacin de los medios de
produccin o lo que sea- [] Los revolucionarios hacen cosas como por ejemplo
organizar una manifestacin de masas, levantar barricadas, avanzar sobre las casas
consistoriales, izar la bandera tricolor[] Proclamar la Repblica una e
indivisible, nombrar un gobierno provisional y lanzar una convocatoria para una
asamblea constituyente. (Este es en trminos generales el molde que tantos de ellos
aprendieron de la Revolucin francesa. No es por supuesto el nico procedimiento
posible)35
.
Visto lo dicho acerca del concepto revolucin social en una de las escuelas ms
importantes del marxismo, pareciera que la propuesta que hago no es funcional, porque
los protagonistas de mi estudio no son la multitud, sino un grupo revolucionario los
exiliados de Nueva Orlens36- y porque no son socialistas, ni buscan instaurar el
comunismo en Mxico. Sin embargo no hay que pasar por alto, que si bien es cierto lo
anterior, he tratado de mostrar que no solamente los movimientos socialistas son
revoluciones sociales, que incluso el marxismo reconoce como antecedentes de esta clase
de movimientos a las Revoluciones francesas de 1789, 1830 y 1848. Al mismo tiempo
pareciera que mi propuesta es un poco anacrnica y tradicional, por no ser totalmente
una historia cultural de la poltica, o una historia desde abajo. Empero el estudio se
35
Ibidem, p.86. Cursivas mas. Ntese en la cita como Hobsbawm vuelve a utilizar a la Revolucin
francesa como un movimiento revolucionario moderno- concepto cercano o sinnimo de la revolucin
social en el marxismo- y cmo fue consciente y supo distinguir al igual que Marx, Rude y Thompson, dos
lecturas de las revoluciones anteriores a los movimientos socialistas. Una histrica, que reconoce en la
Revolucin francesa un movimiento radicalmente transformador de la sociedad europea de su momento,
en el que se puede ver al mismo tiempo como otra alternativa posible de realizar una revolucin social; y
otra ideologizada, consistente en iniciar la tradicin de los movimientos obreros en Europa en episodios como el liberalismo radical y el jacobinismo. 36
Si bien no se conoce una cantidad precisa de gente movilizada por el bando liberal en los aos que van
de 1857 a 1867, es indudable que no fue poca, y que existi depredacin de propiedades, violencia y una
postura poltica de apoyo, aunque fuese incipiente, en buena parte de la poblacin hacia los ejrcitos
amateurs de los constitucionalistas y republicanos, tal y como sugiere la historia desde abajo, aunque repito, ellos no son los protagonistas de mi estudio.
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justifica por lo que Rude recomienda como herramienta para tener un mejor acercamiento
y comprensin de los movimientos sociales:
Esto solamente demuestra una vez ms la necesidad de estudiar la conducta
de las multitudes, as como tambin las de los dirigentes, dentro de su contexto social
e histrico [] El primer grupo de dirigentes est constituido por aquellos que ms
bien podran ser llamados hroes de la multitud, por hombres en cuyo nombre ella
se levanta o se rebela, a cuyos llamados responde y cuyos discursos y manifiestos e
ideas sirven como respaldo o justificacin ideolgica de sus actividades. Estos
hombres fueron Chatam, WIlkes y Lord George Gordon en Londres [];
Robespierre, Danton, Marat y Hebert en la Revolucin francesa; Ledru Rollin, Luis
Napolen y Luouis Blanc en la Revolucin de Pars en 1848.37
Por lo tanto es vlido estudiar a los grandes personajes en su contexto social e
histrico, tal y como pretendo hacerlo con ellos y con su proyecto nacional, pues es
indudable que todo movimiento poltico cuenta con una dirigencia y para comprender
de mejor forma lo que sucedi, hay que estudiar tambin a los lderes de la revolucin.
Mi hiptesis es que la revolucin social promovida en nuestro pas, fue un
movimiento que busc educar a la multitud, moralizarla, hacerla partcipe de los
beneficios polticos (representacin y participacin poltica) y sociales y dotarla de
propiedades individuales, con el fin de consolidar las instituciones liberales que se
pensaban fundar y el de buscar la transformacin radical de la sociedad mexicana de
entonces, a travs de ideologas como el liberalismo econmico, el jacobinismo y el
socialismo utpico, con el objetivo de fundar entonces, un Estado moderno, laico y
social demcrata, protector de los desvalidos y menesterosos. Propuesta que fue radical
en todos los aspectos, porque se present como opcin a mediados del siglo XIX al
mismo tiempo en Europa y en nuestro pas, y por las condiciones econmicas, polticas y
sociales en que estaba Mxico. Esta lectura del sentido del gobierno era bastante opuesta
a la que daban del mismo los conservadores, de ah la confrontacin sin cuartel entre
ambos partidos a partir de 1858.
La propuesta de investigacin que presento estar basada metodolgicamente en
estudios de historia poltica de varias pocas, al igual que algunos de filosofa y teora
37
George Rude, La multitud en la Historia, p.255.
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poltica. En una forma renovada de la antigua historia de las ideas, la metodologa de
los lenguajes polticos o poltico-conceptual, que se diferencia de la anterior por tomar
en cuenta el carcter plenamente histrico de las formaciones discursivas38; es decir,
esta metodologa historiza los conceptos, ligando el discurso a los contextos histricos
en que aqullos son dichos o el de los sujetos que los enuncian. Mi estudio tocar en
parte un anlisis de lo que Pierre Rosanvallon define como lo poltico, entendido
como lo que constituye a la polis ms all del campo de la competencia partidaria: el
poder, la ley, el Estado, la nacin, la justicia, la ciudadana, la igualdad.39
Consider, por tanto, que para cumplir con el propsito de reinterpretar este
periodo de la historia de nuestro pas, era necesario realizar varias tareas, que enumerar
en el contenido de la tesis a continuacin: en el primer captulo regreso un poco en el
tiempo, dado que comienzo y doy un anlisis breve del periodo 1848-1853 -en donde a
mi consideracin surgieron la reorganizacin de los grupos polticos mexicanos, como
producto de la derrota en la guerra con Estados Unidos-, asimismo examino el proyecto
de nacin del partido liberal moderado y del partido conservador, con el fin de explicar
el modelo que se propuso seguir cada faccin para construir el Estado y la nacin y
cmo imaginaban dicha sociedad; todo lo anterior a travs de un anlisis del discurso de
los miembros de cada faccin, pero tambin de su actividad poltica. Tambin hago un
recuento de la formacin de los liberales puros exiliados en Nueva Orlens durante la
ltima dictadura santanista y de su incorporacin a la Revolucin de Ayutla, quienes en
su conjunto, son los protagonistas de esta tesis: Melchor Ocampo, Benito Jurez,
Ponciano Arriaga, Jos Mara Mata, entre otros.
El captulo segundo se ocupa del proyecto de revolucin social promovido en
nuestro pas por este grupo de Nueva Orlens. En l se observar el significado de la
poltica para estos personajes, el papel del Estado, su concepto de pueblo, de nacin y
de ciudadana; as como tambin las fuentes en que abrevaron para elaborar su proyecto
de nacin, que estuvo inmerso en propuestas polticas, econmicas y sociales de
38
Elas J. Palti ha sido difusor de esta metodologa en Hispanoamrica, misma que abreva de la llamada
Escuela de Cambridge, representada entre otros en Inglaterra por Quentin Skinner y J.G.A. Pocock. Para conocer un poco esta propuesta metodolgica consultar: Elas J. Palti, De la Historia de Ideas ala Historia de los lenguajes polticos. Las escuelas recientes de anlisis conceptual. El Panorama
Latinoamericano en Anales, Goteborg, Universidad de Goteborg-Instituto Iberoamericano, no. 7-8, pp.63-81 y del mismo autor, El tiempo de la poltica. El siglo XIX reconsiderado, Buenos Aires, Siglo
XXI, 2007. 39
Pierre Rosanvallon, Por una historia conceptual de lo poltico, Buenos Aires, FCE, 2003, p. 20.
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vanguardia en su poca, tales como el jacobinismo, el liberalismo econmico y el
socialismo utpico.
En el captulo tercero se podr apreciar que no slo las ideas elevadas o
humanitarias fueron los motores de la lucha liberal, sino tambin la bsqueda de
intereses personales conjugados con el deseo de ayudar a los dems sectores sociales.
Esto ltimo lo har a travs del recuento de las acciones de algunos polticos
promotores de la ley Lerdo y de su papel en la desamortizacin de la ciudad de
Mxico, reflejado en un muestreo de varias operaciones de compraventa registradas en
el archivo notarial de la capital de Mxico, durante los aos 1856 y 1857. Con ello se
persigue mostrar como pasaron del discurso a la prctica, en aras de consolidar la
transformacin de su realidad y la concrecin de su proyecto poltico.
En el ltimo captulo muestro los legados que a mi consideracin representaron
para la historia posterior de nuestro pas, todos los cambios efectuados por la revolucin
social de los puros, presentes en la creacin del Estado nacin moderno, en el avance de
la cultura poltica, pero sobre todo en la posible reparticin efectiva de la gran propiedad
territorial de entonces y su subdivisin entre los sectores populares de ese momento. Es
decir, retomo el lado social de la Reforma mexicana, que ha sido anulado en general por
la historiografa, pues como mostrar en su momento, existe una corriente que piensa
que la Reforma slo sirvi en este rubro, para generar el latifundismo y la explotacin
campesina.
Por ello, rebasando los lmites temporales del estudio, tambin realizo una
comparacin entre el proyecto de Porfirio Daz y Benito Jurez, con el fin de mostrar
que fueron distintos en el aspecto poltico y social. Pues mientras Daz fue un liberal ms
preocupado por el desarrollo material y un escptico de la intervencin del Estado en
materia poltica y social, as como de la participacin de las mayoras de los beneficios
polticos y sociales, Jurez fue un liberal convencido del papel del Estado como
protector de los desvalidos y de la participacin de los sectores populares en los
beneficios enumerados, matiz que nos recuerda que en algn momento el liberalismo fue
una teora poltica libertaria, al igual que el socialismo. Por ello me ha parecido
necesario volver a valorarla en su contexto, como intento hacerlo en esta investigacin.
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20
Las fuentes ms importantes con las que cuento para intentar sostener mi
propuesta y que quiero resaltar un poco, provienen del Archivo de Notaras de la Ciudad
de Mxico, del Archivo General de la Nacin y del Archivo Histrico del Distrito
Federal. En ellas muestro como hubo una preocupacin real por la cuestin social en la
agenda de una parte de los liberales puros, manifiesta en los protocolos notariales, fuente
que tiene buena cantidad de informacin sobre los vendedores y adquirientes de
propiedades, es una pequea radiografa social de la poblacin de la capital mexicana,
es importante consultarlos debido a que en ellos en buena medida qued registrada la
circulacin de la propiedad entre sectores que formaran la clase media desde entonces;
los padrones con su cantidad de informacin son una fuente que puede ilustrar el
beneficio y adquisicin de propiedades de los sectores populares con las polticas del
gobierno liberal, por ello son retomados aqu.
Otra fuente importante es el fondo de Fomento y Obras Pblicas del Archivo
General de la Nacin, pues se muestra como otro camino para evaluar la poltica social y
no slo administrativa de los gobiernos decimonnicos, por ello lo inclu. Tambin
utilic en buena medida, las excelentes compilaciones de documentos sobre el periodo
de Jorge L. Tamayo, Genaro Garca, Luis G. Labastida, que contienen informacin
inagotable y sumamente til.
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CAPTULO 1
MXICO ANTE LA ENCRUCIJADA DEL ESTADO NACIONAL.
FORMACIN DE FACCIONES POLTICAS Y PROYECTOS NACIONALES
EN MXICO, 1848-1853.
El ao 1848 fue para la joven nacin mexicana el ms aciago del que se hubiera tenido
memoria hasta entonces, pues tan solo veintisiete aos despus de haber obtenido su
independencia poltica del imperio espaol- con un territorio envidiable y un futuro
prometedor, visto as por sus propios libertadores-, durante el primer trimestre de aquel
ao, tras la derrota frente a su vecino del norte en la guerra de intervencin
norteamericana recin concluida, perda ms de la mitad de su territorio por medio del
tratado de Guadalupe Hidalgo.
Como es de suponerse, la derrota dej un ambiente fatalista, una clase poltica y
un pas en agona que an tena un cmulo de dificultades que resolver para su propia
reconstruccin, en la que, por cierto, pocos crean. Sin embargo, de este periodo
catrtico fue que tomaron un segundo aire todos los polticos mexicanos y buscaron
durante los seis aos que siguieron la formulacin de sus facciones y proyectos polticos
de una manera ms o menos congruente, como veremos despus.
Durante esos seis aos posteriores a la derrota en la guerra de intervencin
norteamericana ocurrieron muchas cosas de importancia, unas expresadas en
continuidades desde la independencia pero que se agudizaron tras el conflicto
internacional. Tal fue el caso de la crisis de la Hacienda y de los recursos necesarios para
poner en marcha las administraciones, en este caso, la primera despus de la guerra, la
del general Jos Joaqun de Herrera. En cuyos gastos de la cobertura de la deuda externa
se fue la mayora de la indemnizacin por los territorios cedidos a los Estados Unidos.
Otra herencia de la guerra en la administracin de Herrera, fueron las rebeliones
indgenas: antes, durante y despus de la invasin extranjera, una de ellas sucedi en la
sierra gorda de Quertaro, Guanajuato y San Luis Potos, acaudillada entre otros por
Toms Meja; y la guerra de castas en Yucatn, que signific al mismo tiempo una
ruptura dentro del Mxico independiente y en especfico en el rubro de las revueltas
indgenas, pues sta sobrevivi desde 1847 hasta 1901.
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22
Este movimiento ocasion la separacin de la pennsula yucateca del resto del
pas, debido a que los blancos de la zona pidieron auxilio a cualquier gobierno que fuera
capaz de librarlos del ataque de los indios mayas, que estaban arrasando con todos los
descendientes de los espaoles debido a los abusos cometidos por largo tiempo en contra
de ellos, reflejados en las contribuciones o impuestos que se les cargaban, por el cobro
excesivo de las obvenciones parroquiales con las que se les endeudaba y por las deudas
que heredaban al nacer. Por ello fue que Justo Sierra OReilly y otros personajes
yucatecos ofrecieron durante la guerra, la anexin de la pennsula a la Unin Americana,
a Inglaterra, Francia y Espaa, sin obtener xito. Al parecer los criollos yucatecos se
tuvieron que conformar con pertenecer a Mxico, tiempo despus. Estas fueron dos de
las herencias recibidas por Jos Joaqun de Herrera tras el conflicto internacional.40
Al ser un presidente de la faccin moderada del partido liberal y tener sobre la
frente la mcula de haber firmado los tratados de Guadalupe-Hidalgo, desde el punto de
vista de sus contrincantes, su administracin result vilipendiada tanto por los liberales
puros, como por los conservadores. ste ltimo partido surgi a finales del ao 1848, al
mismo tiempo que su rgano publicitario y sus redactores, quienes fueron fundadores y
voceros del grupo. Me refiero al peridico El Universal, en cuyas pginas escribieron
Hilario Elguero, Rafael de Rafael y el gran idelogo de dicha faccin, don Lucas
Alamn, entre otros.
El siguiente episodio de importancia fue la eleccin del Ayuntamiento de la
ciudad de Mxico, en el ao 1849, institucin que hasta ese momento estaba ocupada
por los liberales moderados. En la campaa para dicha contienda electoral, los sectores
antagnicos, puros y conservadores, hicieron una unin sumamente peculiar, pues
sumaron fuerzas para sacar a los moderados del Ayuntamiento, movimiento poltico que
fue catalogado por algunos historiadores jacobinos como monstruosa fusin e
incomprensible fusin41, y que tuvo una ruptura previsible en julio de 1849, cuando se
40
Para la guerra de Castas vase: Victoria Reifler Bricket, El Cristo Indgena, el Rey nativo. El sustrato
histrico de la mitologa del ritual de los mayas, Mxico, FCE, 1989, pp.171-234. 41
Enrique Olavarra y Ferrari, Mxico Independiente en Vicente Riva Palacio et al, Mxico a travs de los siglos, Mxico, Editorial Cumbre, 16 edicin, 1980, tomo IV, p.724. Por su parte Edwin Alcntara
Machuca, en su tesis Paradojas polticas y combates del conservadurismo. Polmicas polticas de Lucas Alamn y los conservadores en torno a las elecciones de 1849, Mxico, UNAM-Facultad de Filosofa y Letras, Tesis de Maestra en Historia, 2010, analiza todo el procedimiento de la eleccin y fusin de puros
y conservadores por el ayuntamiento de la ciudad de Mxico, concluyendo que los intereses en comn
entre los polticos de ambas facciones terminaron pesando ms que sus convicciones polticas y por ello
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23
cop con una mayora conservadora liderada por Lucas Alamn, presidente del
ayuntamiento.
Por otra parte, en el norte de Mxico los habitantes de los estados del septentrin
de la Repblica sufran constantemente el ataque de los indios bravos de Mxico y de los
Estados Unidos, a quienes las autoridades mexicanas no podan perseguir cuando se
internaban en el ahora territorio norteamericano. Debido a su forma de vida, bsicamente
nmada, es que estos indios hicieron del abigeato su modo de subsistencia, pues por
medio del robo de ganado obtenan otros productos para su sostenimiento, as como
armas y aguardiente, volvindose una pesadilla para los colonos del norte de nuestro
pas y tambin del sur de Estados Unidos. Esa situacin servira de pretexto a los
polticos norteamericanos para entrometerse en la soberana del vecino del sur,
alegando la incapacidad mexicana de resguardar la frontera y la seguridad de los
ciudadanos americanos en nuestro territorio.
Debido al grado de desolacin de la guerra de intervencin norteamericana, los
polticos mexicanos, como hemos dicho, volvieron a reformular sus ideas polticas. Un
ejemplo de ello fue el de los conservadores, en especfico Lucas Alamn, quien tras la
derrota militar se convirti en el redactor principal de El Universal, en fundador del
partido Conservador y se lanz a ganar el ayuntamiento de la capital de la Repblica en
julio de 1849. Otro ejemplo de la misma actitud renovada, tras un periodo de profunda
reflexin de la bsqueda de las causas de la derrota frente a los Estados Unidos, fue la
emprendida por algunos puros como Melchor Ocampo, a la sazn gobernador de
Michoacn. Charles Hale apunt acertadamente que existi una crisis en el pensamiento
mexicano, en la cual tanto monarquistas, moderados y puros se cuestionaron las causas
de la derrota, como ya hice referencia, y de la que ambos bandos extremos sacaron una
ecuacin acertada, pero contrapuesta.42
Los monarquistas quiz preguntaron cules fueron los causantes de la derrota de
Mxico? Y su respuesta fue el sistema federal y la democracia; por su parte los puros
cuestionaron lo mismo, y su respuesta fue el ejrcito y la Iglesia. Sorprendentemente
no tuvieron empacho en realizar esta fusin. Tesis que el autor de estas lneas no comparte, por lo que
argumentar a lo largo de mi trabajo. 42
Vase, Charles Hale, La guerra con Estados Unidos y la crisis del pensamiento mexicano en Secuencia, no.16, ene-abril de 1990, pp.43-66.
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ambos bandos tuvieron razn y por tanto, los futuros conservadores concluyeron que
para salvar a Mxico de su desaparicin era necesario acabar con la ultra democracia
promovida por los puros y el sistema federal; asimismo los puros concluyeron que para
sacar a flote al pas, se tena que acabar con el ejrcito y subordinar la Iglesia al
Estado. Aqu vemos entonces que se va delineando la guerra civil que vendr en los
siguientes diez aos, y que constantemente buscaron unos y otros, a excepcin de los
moderados, quienes a pesar de no promover el choque, mantuvieron su proyecto hasta
que las circunstancias los rebasaron en 1858.
La siguiente administracin moderada fue la de Mariano Arista, quien inici sus
gestiones el primero de enero de 1851, pese a la inconformidad por su eleccin de parte
de todas las facciones polticas, debido a su paso por todas ellas anteriormente. Fue
precisamente durante su mandato que se volvieron a discutir varias cuestiones en torno a
la reforma, tales como la tolerancia de cultos, la separacin Iglesia-Estado, la libertad de
imprenta. Un ejemplo de estas tensiones fue la provocada por el gobernador de
Michoacn y el obispo de la dicesis, a raz de la reforma promovida por aqul, quien en
palabras de Charles Hale fue quiz el principal vocero de la reforma durante el tiempo
que sigui a la derrota43 [frente a Estados Unidos]. Ocampo mand como iniciativa a
las Cmaras de su estado, la propuesta de regular el cobro de las obvenciones
parroquiales, la separacin Iglesia-Estado en su entidad y el proyecto de una reforma
agraria, que encontr eco entre algunos miembros de la Iglesia, destacadamente
Clemente de Jess Mungua, el obispo de Michoacn.
Ocampo personific uno de los ejemplos en que la faccin pura del partido
liberal se repona y reformulaba sus postulados tras la guerra, pues estaba convencido
junto con otros liberales de la necesidad de una reforma radical de la Iglesia como un
primer paso para salvaguardar a la nacin de una ulterior desgracia44. En esta actitud no
distaban los dems grupos polticos, pues adems de ellos, trabajaban en promover sus
intereses, tanto conservadores, como santanistas. Esto dio como resultado el alzamiento
en Jalisco por parte del coronel de la Guardia Nacional, Jos Mara Blancarte, en contra
del gobernador Jess Lpez Portillo, por pugnas entre ambos personajes y por la
negativa de varios jalicienses al establecimiento de una polica en la entidad, lo que llev
43
Ibidem, p.52. 44
Ibid. p.53.
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al plan de Jalisco de 26 de julio de 1852, que pas de ser un caso de poltica local al
plano nacional, al ser modificado, con el plan del Hospicio de 13 de septiembre de ese
ao. El plan fue utilizado como pretexto por los santanistas como Blancarte y Juan
Surez y Navarro, para invitar al general jalapeo en el artculo 8 de ese plan a regresar
al pas, para defender el federalismo y buscar el restablecimiento del orden y la paz.45
El presidente Arista termin renunciando al puesto el 5 de enero de 1853, debido
a la crisis del plan del Hospicio manifestado en el alzamiento de Blancarte en contra del
gobernador de Jalisco, Lpez Portillo y por el cambio de bando de Jos Lpez Uraga,
encargado por el presidente de contener a Blancarte, pero sobre todo por la negativa del
Congreso de otorgarle facultades extraordinarias para sortear la situacin. En
consecuencia, conforme a la Constitucin federal de 1824 que era con la que gobern
Arista, su sucesor legtimo fue Juan Bautista Ceballos, presidente de la Suprema Corte
de Justicia, que defeccion poco tiempo despus.46
Con ello se aceler la carrera para conseguir el favor de Santa Anna, como el
hombre necesario que todas las facciones volvieron a buscar. Lucas Alamn fue el
primero en hacer llegar al jalapeo a travs de Antonio de Haro y Tamarz, una carta en
que le haca saber el programa poltico del partido conservador y le solicitaba su ayuda
para llevarlo a cabo. A su vez, Miguel Lerdo de Tejada, como representante de una
faccin de los puros, le mostraba desde su perspectiva algunas de las soluciones a la
situacin del pas, entre ellos el esbozo de su futura ley de desamortizacin,
extendindole la mano para que colaborara con l.
Empero don Antonio, al regresar a su patria, estuvo dispuesto a colaborar con el
partido conservador mexicano y llev a cabo varias de las propuestas de Alamn, a pesar
de que al final convirti su rgimen en una dictadura militar.47
Uno de los postulados
45
Carmen Vzquez Mantecn, Santa Anna y la encrucijada del Estado. La dictadura: 1853-1855,
Mxico, FCE, 1986, pp. 28-29. El plan de Jalisco y el del Hospicio aparecen en Olavarra y Ferrari,
Op.cit., pp.782-783 y 785-786. 46
Para observar ms detenidamente el proceso de transicin del poder entre Arista y Ceballos, consultar:
Silvestre Villegas, El Golpe de Estado en el imaginario juarista en Josefina Zoraida Vzquez (coord.), Jurez: Historia y mito, Mxico, El Colegio de Mxico, 2010, pp. 215-240, en especial pp. 216-222. 47
Carmen Vzquez seala que Santa Anna s cumpli con varios postulados de Alamn y estuvo dispuesto
a colaborar en parte con ellos; por su parte, Moiss Gonzlez Navarro en Anatoma del poder en Mxico,
1848-1853, Mxico, El Colegio de Mxico, 2 edicin, 1983, sostiene que Santa Anna no favoreci a
ningn partido sino a l mismo. Yo tomo partido por la postura de Vzquez Mantecn, pues si bien es
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que sigui fue la formacin de un Consejo de Estado, el 26 de abril de 1853, que estuvo
plagado de conservadores, como su presidente Clemente de Jess Mungua, Manuel
Diez de Bonilla, Luis Gonzaga Cuevas, Agustn de Iturbide hijo, el general Martn
Carrera, religiosos como Silvestre Dond, Juan Bautista Ormachea, Francisco Javier
Miranda y Cayetano Orozco, junto con algunos liberales moderados como Juan Mgica
y Osorio y Manuel Baranda. Aunque es verdad que el Consejo no funcion del todo por
la negativa de Santa Anna a limitar su poder.48
Como veremos adelante, tambin organiz la bsqueda de un prncipe extranjero
en Europa, para venir a ocupar el trono de Mxico, tal vez a regaadientes, pero
siguiendo los postulados del partido conservador. Al mismo tiempo durante su rgimen
busc granjearse a empresarios y miembros de la oligarqua que eran sus amigos, tales
como los Escandn, colmando de beneficios a los militares, rehabilitando la Orden de
Guadalupe, destinando buena parte del presupuesto a esta corporacin [Ejrcito]. En
cuanto a la Iglesia, permiti la instauracin de nueva cuenta de la Compaa de Jess en
Mxico, con lo que nuevamente cumpla en parte con el programa conservador. Poco
tiempo despus de su llegada a nuestro pas, a partir de junio de 1853 el general jalapeo
comenz a desterrar y exiliar a varios polticos liberales que lo haban denunciado por su
actuacin en la guerra con Estados Unidos, entre ellos a Guillermo Prieto, Manuel
Payno, Ignacio Ramrez, Ponciano Arriaga, Melchor Ocampo y Benito Jurez.
Otro punto negativo desde el punto de vista de sus contemporneos fue, adems
de la persecucin poltica y a la libertad de imprenta, el reclutamiento de mercenarios
extranjeros en el ejrcito mexicano y la venta de la Mesilla a los Estados Unidos,
concertada en 1853 por el ministro de relaciones Manuel Dez de Bonilla y James
Gadsden, representante de Estados Unidos en Mxico y que termin por convertir al
rgimen de Su Alteza Serensima, en uno que atentaba contra la soberana de Mxico-
visto as por sus rivales polticos-.49
cierto que, tras la muerte de Alamn e incluso antes, comenz el jalapeo a hacer su voluntad, s busc
aplicar algunos puntos de la carta de Alamn como mostrar enseguida. 48
Vzquez Mantecn, Op. Cit.,p. 63 n. 49
Para profundizar en la ltima dictadura de Santa Anna ver los trabajos ya citados de Olavarra, los
captulos XXVII-XXIX; el libro de Vzquez Mantecn; el captulo 8 del libro de Gonzlez Navarro El Len viejo, pp. 389-447 y Anselmo de la Portilla, Historia de la revolucin de Mxico en contra de la Dictadura del general Santa Anna, 1853-1855, Mxico, Fundacin Miguel Alemn-FCE, 1993, (edicin
facsimilar de 1856).
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En todo este caldo de cultivo fue que en marzo de 1854, un grupo de militares y
miembros de la guardia civil, como Florencio Villarreal, secundado por el veterano
insurgente Juan lvarez, y el coronel de la Guardia Nacional Ignacio Comonfort, entre
otros, proclamaran en Ayutla el plan que derribara en agosto de 1855 la ltima
dictadura de Santa Anna en nuestra historia. Con ello se abri de nueva cuenta -tras la
derrota de Su Alteza Serensima- la posibilidad del desarrollo y aplicacin de un
proyecto poltico por parte de las facciones polticas: moderados, conservadores y puros,
agotando las posibilidades de evasin del enfrentamiento en la guerra civil, como se
verific a lo largo del gobierno de Comonfort y en especfico el 11 de enero de 1858,
inicio de la guerra de Reforma.
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1.1. El camino de la conciliacin. El proyecto de nacin del partido
moderado.50
El 1 de noviembre de 1855 Melchor Ocampo ley, probablemente en su hacienda
Pomoca, el diario El Siglo Diez y Nueve, pocos das despus de haber sido aceptada su
renuncia ante el gabinete de Juan lvarez, y se enter por tanto, de la siguiente nota
impresa en la publicacin:
Nos han asegurado que el seor Comonfort manifest abierta y francamente,
que si el gobierno no emprenda las reformas que reclama la situacin del pas y no
segua una marcha en consonancia con las primitivas tendencias de la revolucin,
estaba decidido a presentar la renuncia formal e irrevocable de su cartera [de Guerra]
Informacin que al parecer caus indignacin en el ex ministro del Exterior del
general lvarez, pues debido a la exigencia por parte de ste de reformas que desde su
parecer reclamaba la situacin, tuvo acaloradas discusiones con el ministro de Guerra
Comonfort, que ahora amagaba renunciar al gabinete por la misma causa. En
consecuencia, el 14 de noviembre de ese ao Ocampo envi una carta a los redactores
del diario capitalino La Revolucin, cuya orientacin ideolgica era radical, con el fin
de dar a conocer su versin acerca de las discusiones al interior del gabinete de lvarez
y refutar a Comonfort. Para ello envi el documento adjunto que se conocera
posteriormente como el folleto Mis quince das como Ministro, y que hara su
aparicin cada semana en esa publicacin, a partir del 18 de noviembre. 51
En dicho impreso Ocampo, en un momento de pasiones polticas desatadas,
emprenda un ejercicio de reflexin poltica y filosfica del liberalismo mexicano, al
50
El trmino Partido es entendido por m como una asociacin o agrupacin de personas en torno a un
objetivo poltico comn ilustrado en un proyecto nacional, mismo que se compone de elementos de inters
ideolgico y econmico , como se observar adelante. Las facciones son divisiones dentro de los partidos
polticos, pequeas agrupaciones dentro de los mismos, que se distinguen por los mtodos para alcanzar
dicho objetivo final del proyecto, o por una preocupacin ms marcada por algunos de los puntos de su
agenda, pudiendo ser la cuestin social, por ejemplo, o la modernizacin de la economa, o la
secularizacin de la sociedad, entre otras. As tendremos moderados ms inclinados a la Reforma y con
una preocupacin por la cuestin social u otros con ms afinidad a los conservadores; conservadores-
liberales, y tradicionalistas; y liberales puros sociales y otros ms pragmticos con la cuestin social. Por
tanto no podemos entender estas categoras desde la ptica de los partidos polticos y facciones del siglo
XX y XXI, sino como lo eran en el siglo XIX. 51
Jorge L. Tamayo, Benito Jurez: documentos, discursos y correspondencia, Mxico, Secretara del
Patrimonio Nacional, 2 edicin, 1972, vol. 2, p.33.
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29
parecer poco recurrente entre sus contemporneos pues l mismo reconoca que hasta
antes del debate con Comonfort no se haba detenido a reflexionar las diferencias entre
liberales moderados y puros, y que fue a travs de esta discusin que l tom
conciencia de ser un liberal puro y el ministro de Guerra un moderado. Lo interesante y
constructivo del folleto es que, a pesar de toda la subjetividad que puede contener por la
circunstancia en que fue escrito, aporta una definicin del liberalismo moderado que,
aunque ha sido criticada de simplista e incompleta, contiene desde mi punto de vista,
ciertos rasgos verdaderos en los miembros de ese credo poltico. La definicin de
Ocampo es la siguiente:
Qu son en todo esto los moderados? Parece que debieran ser el eslabn que
uniese a los puros con los conservadores, y este es su lugar ideolgico, pero en la
prctica no son ms que conservadores ms despiertos, porque para ellos nunca es
tiempo de hacer reformas, considerndolas siempre como inoportunas o inmaturas; o si
por rara fortuna las intentan, slo es a medias e imperfectamente []52
A semejanza de Ocampo, las preguntas que nos conciernen en lo adelante son:
qu fue el liberalismo moderado? Qu concepcin de la poltica, de las instituciones y
del pueblo tenan los miembros de esa faccin? Cmo pensaban sacar adelante al pas?
Qu tipo de sociedad aspiraban a implantar? Todas estas preguntas tratar de
responderlas en este apartado.
El republicanismo moderado
El liberalismo moderado tuvo, como todas las posturas polticas del siglo XIX, una
visin del mundo, del orden poltico, de la historia y por tanto una interpretacin de los
acontecimientos pasados; en otras palabras, una filosofa de la historia que cumpla al
mismo tiempo con una utilidad pragmtica, pues los moderados compartieron junto con
los puros y algunos conservadores la creencia en el progreso y la evolucin de la
humanidad pero con una concepcin diferente del ritmo y profundidad de los cambios
en la sociedad, entre otras cosas.
52
Melchor Ocampo, Mis quince das de Ministro en Ibidem, vol. 2, p. 38.
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30
El sentido de la historia de esta faccin poltica qued de manifiesto en varios
escritos de publicistas, polticos e historiadores de nuestro pas, uno de ellos el
historiador espaol Anselmo de la Portilla, autor de la Historia de la Revolucin de
Mxico en contra de la dictadura de Santa Anna y de Mxico en 1856 y 1857: Gobierno
del General Comonfort. En esta ltima obra reflexiona y da a conocer sus conclusiones
respecto a la marcha de la historia en nuestro pas y en el mundo:
Las revoluciones de Mxico, como todas las del mundo en el siglo actual,
tienen por causa la exageracin de los principios polticos [libertad y orden] [] en la
conciliacin de estos dos principios estriba, sin embargo, toda la perfeccin de los
sistemas de gobierno []53
Ah mismo tambin esboza lo que a su parecer era el fin de toda poltica:
conciliar el orden y la libertad como principios rectores de la sociedad, tener una
libertad con orden y un orden con libertad, que pasa del plano individual al colectivo y
que ha sido postulado por la Providencia:
La Providencia no ha hecho a la humanidad ni del todo independiente ni del
todo esclava; para cada hombre ha trazado un crculo fatal del que no puede salir, es
cierto, pero en sus vastos lmites, el hombre es libre y poderoso: lo mismo son los
pueblos.54
De la Portilla comparta estos juicios y visin de la poltica con importantes
polticos moderados como el ex presidente Comonfort, segn se aprecia en el folleto
Poltica del General Comonfort durante su gobierno en Mxico que escribi desde su
exilio en Nueva York al inicio de la guerra de Reforma:
Yo crea entonces, como siempre he credo, que el motivo de todas las
reacciones conservadoras ha sido la exageracin del principio revolucionario, as
como el motivo de todas las reacciones revolucionarias ha sido la exageracin del
principio conservador []55
53
Anselmo de la Portilla, Mxico en 1856 y 1857. Gobierno del General Comonfort, Nueva York, S.H.
Hallet, 1858, pp.1-2. 54
Idem. 55
Anselmo de la Portilla, Mxico en 1856 y 1857., pp.367-396, p.372.
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En aos anteriores ya haba coincidido en esa visin con el gobernador moderado
de Guanajuato, Manuel Doblado, a juzgar por una carta que a ste envi Comonfort en
noviembre de 1855:
[] He visto el discurso de U., de que me acompaa ejemplares; l es
valiente y enrgico y sus principios son los mos en lo substancial puesto que tengo
la conviccin de que una libertad prudente y moderada es lo nico que puede
sistemar la marcha de la Repblica, vctima hasta hoy de las exageraciones y abusos
[]56
La misma visin era compartida por el yerno y futuro ministro de Fomento de
Comonfort, Manuel Siliceo, quien vea en el presidente poblano al hombre indicado
para conducir la revolucin moderada tras la renuncia de Juan lvarez, tentativa que
mostr a su vez a Manuel Doblado:
Creo que con Comonfort y conmigo tienes una doble garanta de que el
gobierno no se desviar de la justicia, del orden y de las sanas ideas de libertad bien
entendida y progreso gradual y posible [] Con la llegada de Comonfort el partido
moderado ha triunfado absolutamente57
Pero contrario a lo que puede pensarse por lo que he esbozado hasta ahora, los
moderados no se contentaban con reflexionar a travs de libros y cartas entre ellos, sino
que buscaron la toma del poder y emprendieron la construccin de la nacin basados en
su proyecto poltico. Su llegada a la presidencia fue por medio del derrocamiento de la
ltima dictadura santanista de 1853, con el triunfo de la revolucin de Ayutla de marzo
de 1854 y completado en agosto de 1855.
En el plan poltico de autor desconocido pero firmado por Florencio Villareal,
entre otros,y sobre todo en el plan reformado en Acapulco por Ignacio Comonfort, se
puede ver claramente el proyecto poltico de los moderados . En este ltimo documento
se deca que las instituciones republicanas eran las nicas que convenan al pas, con
exclusin absoluta de cualquier otro sistema de gobierno. En l quedaba de manifiesto
56
Comonfort a Doblado, Mxico, 19 de noviembre de 1855, en Genaro Garca ed., Los gobiernos de
lvarez y Comonfort segn el archivo del General Doblado, Mxico, Librera de la viuda de Ch. Bouret,
1910 (Documentos inditos o muy raros para la Historia de Mxico, vol. XXXI) Cursivas mas. 57
Manuel Siliceo a Doblado, Mxico, diciembre de 1855, pp.99-101, p. 100 y Siliceo a Doblado,
[Mxico], s.f., pp.135-136, p. 136, en Ibidem.
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que el inters primordial era derribar al dictador Santa Anna, pero tambin emprender la
reconstruccin del pas, convocando para ello la eleccin de un presidente interino, tal y
como lo sealaba el artculo 2 adems de la instauracin de un Consejo que le ayudara
en su periodo provisional de gobierno. Asimismo se solicitaba en el artculo 5 del plan,
que a los quince das de haber entrado en funciones el presidente interino convocara a
un Congreso Constituyente que cree una nueva Constitucin bajo el modelo de una
Repblica representativa popular, y que la administracin centralista o federalista fuera
decidida por la nacin.58
El artculo 6 es primordial, pues ser uno de los distintivos del proyecto
moderado dado que se ve en l claramente que esta faccin originalmente no tena la
intencin de confrontar a ninguna corporacin, llmese Iglesia o ejrcito:
Debiendo ser el ejrcito el defensor de la independencia y el apoyo del orden,
el gobierno interino cuidar de conservarlo y atenderlo, cual demanda su noble
instituto.59
Es decir, lo que vino a cambiar el rumbo que tom la revolucin de Ayutla
como veremos en otro captulo, fue la llegada de los exiliados de Nueva Orlens, entre
ellos Benito Jurez y otros puros como Miguel Lerdo de Tejada. En el articulado del
plan por lo tanto no se menciona a la Iglesia como uno de los objetivos de ataque de los
moderados, y en cuanto al ejrcito, antes que removerlo lo que desean es conservarlo,
reformarlo, y atraerlo, como un instrumento de la poltica moderada y controlado por el
Estado que buscaban imponer los civiles. Esta es una variante interesante dado que,
mientras los conservadores queran que gobernara una oligarqua aristocrtica, militar y
clerical -esto lo veremos en el siguiente apartado-, los miembros militares de ese partido
deseaban que sus componentes llevaran la batuta de la poltica, en lugar de los civiles;
58
Cfr. Antonia Pi Suer considera que al declarar Comonfort en el Plan reformado en Acapulco que las
instituciones liberales eran las nicas que convenan al pas con exclusin absoluta de cualquier otras, junto con el hecho de que Juan lvarez encabezar la rebelin dio al plan un carcter radical y federalista. Antonia Pi Suer, Ignacio Comonfort el hombre de la situacin? En William Fowller (coord.), Gobernantes mexicanos, Mxico, FCE, 2008, 2 vols., vol.1, pp. 233-263, pp. 235-236. 59
Plan de Ayutla reformado en Acapulco, citado en Enrique Olavarra y Ferrari, Mxico Independiente en Vicente Riva Palacio et al, Mxico a travs de los siglos, Mxico, editorial Cumbre, 1973, 5 Tomos, Tomo IV, p.834. Silvestre Villegas Revueltas considera lo mismo, que la ley Jurez era
contraria al espritu del plan de Ayutla y Acapulco, El Liberalismo moderado en Mxico, Mxico, UNAM-Instituto de Investigaciones Histricas, 1997 (Serie Historia Moderna y Contempornea, 26), p.
91.
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es decir, daban un lugar primordial a la lite del ejrcito permanente como corporacin
en su concepto de nacin.
Los puros, en varios momentos buscaron, por una parte subordinar y separar la
Iglesia del Estado -lo mostrar en otro apartado- y sustituir en su totalidad al ejrcito por
la guardia nacional, es decir eliminar la corporacin. De esa poltica dio en parte noticia
el propio Comonfort:
El caso es que lleg a existir el proyecto formal de destruir el ejrcito, y que
este proyecto se hubiera llevado a cabo de no haberlo impedido yo, siendo ministro de
la guerra.60
Este sentimiento antimilitar presente en varios liberales puros como se ver
despus- contrast generalmente con los moderados. Comonfort por su parte, al ser
ministro de Guerra en el gabinete de Juan lvarez, como he hecho referencia se opuso a
la desaparicin del ejrcito y propuso en su lugar reformarlo, por lo que emprendi las
siguientes labores:
Prohibi la leva, puso fin a las gratificaciones o sobre sueldos concedidos a
las clases del ejrcito, redujo el nmero de batallones (que, sin tropa, tenan Estado
Mayor y oficialidad completa), puso en receso a la milicia activa, concentr a sus
jefes y oficiales en depsito; dispuso inspeccionar las cajas del ejrcito, sin saber la
magnitud del gasto militar de Santa Anna y anul todos los empleos otorgados entre
1853-1855 [] Comonfort elimin muchos cuerpos del ejrcito y a no pocos
militares inconformes. No slo se retir a jefes asociados con Santa Anna, sino
muchos subalternos.61
Portilla seala que tambin orden:
El 22 de abril [1856] al estado mayor del ejrcito para que se establezcan
academias diarias, se haga todos los das el ejercicio por los cuerpos, y se procure por
todos los medios posibles la instruccin y moralidad del soldado. Y en fin, con fecha
29 espide [sic] un decreto por el cual se arregla provisionalmente el ejrcito de la
60
Anselmo de la Portilla, Mxico en 1856 y 1857., p. 379. Cursivas mas. 61
Conrado Hernndez Lpez, Las fuerzas armadas durante la guerra de Reforma (1856-1867), en Signos Histricos, no. 19, enero-junio, 2008, pp.36-67, pp. 44-47.
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Repblica, mientras no se verifica el arreglo definitivo que con ms espacio y
meditacin deba hacerse.62
Como observamos en las citas, el poltico poblano intent reformar al ejrcito y
quedarse con la mejor parte de la corporacin, depurando a la institucin de militares
santanistas y procurando su educacin y moralidad, algo que al parecer gente de todos
los partidos ya haba intentado en las dcadas anteriores con poco xito, pues no se
tenan mecanismos ni programas para suplir las bajas de la milicia:
Al fracasar las disposiciones para suplir a las bajas, se recurri a la leva. La
Memoria de 1857 reconoce que fue necesario reclutar vagos, viciosos y criminales
[]63
En cuanto a la prctica de la leva, fue recurrente su anulacin, medida que no
se lograba sostener por mucho tiempo debido a que no se poda borrar de un plumazo
todo y empezar de cero, es decir, la clase poltica se top constantemente con la realidad
en sus proyectos y por ello se montaron sobre las estructuras preexistentes. Lo
importante de esto es el matiz moderado de la poltica con respecto al ejrcito, que he
ilustrado con Comonfort y que fue seguida por los moderados. sta consisti en que eran
los civiles quienes concedan a la institucin militar un lugar de relevancia, como
herramienta para incorporar reformas e instituciones de forma paulatina y como garante
de las mismas; de ello dio cuenta Comonfort:
[] no slo tom empeo en que desapareciera aquella discordancia entre
el ejrcito y la causa liberal, no slo quise unirlos con una estrecha alianza, sino que
procur que fueran, una misma cosa [] Yo quise dar lustre, crdito, y popularidad al
ejrcito, procurando que fuese la esperanza de la nacin y el apoyo de sus
libertades.64
Como seala Jos Mara Vigil, las concepciones de moderados y puros sobre la
institucin castrense eran contrastantes y opuestas:
62
Anselmo de la Portilla, Mxico en 1856 y 1857...., p. 23. 63
Conrado Hernndez, Op. Cit, p.47. 64
Citado en Antonia Pi-Suer Llorens, Ignacio Comonfort el hombre de la situacin?, p. 243.
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Las opiniones que acerca del ejrcito profesaban el presidente Comonfort y
el partido radical eran completamente opuestas; pues mientras el primero procuraba
atrarselo para convertirlo en instrumento de la poltica que formaba su programa de
gobierno, el segundo lo vea como enemigo natural de la democracia y de la Reforma;
como obstculo peligroso que deba allanarse a toda costa, identificndole en su odio
con la clase clerical.65
Igual de contrastantes fueron sus opiniones sobre la otra gran institucin del
Mxico independiente, la Iglesia. Comonfort y los liberales moderados no queran
provocar a la misma, por ello es que no hicieron mencin de ella en el plan reformado
en Acapulco y buscaron defenderla durante su gobierno y en el Congreso Constituyente,
en parte porque crean en ella como vnculo de los mexicanos y por su poder de
movilizacin entre el pueblo, demostrada a finales de 1855 y principios de 1856 en
Puebla. Es cierto que en 1856 y 1857 se decretaron legislaciones decididas por parte
de Comonfort y miembros de sus gabinetes, tales como el sostenimiento de la ley que
buscaba la igualdad ante la ley o ley Jurez, la ley de desamortizacin o ley Lerdo, la
ley de obvenciones parroquiales o ley Iglesias y la ley Lafragua o de libertad de
imprenta, junto con el ordenamiento del juramento a la Constitucin de 1857 dirigido a
los funcionarios pblicos, que llevaron a un enfrentamiento con la Iglesia. Empero, estas
medidas no fueron suficientes para los liberales puros.
Lo cierto es que Comonfort defendi y adopt esas leyes porque crey que la
opinin pblica, que l consideraba el conjunto de rganos pacficos, por donde los
pueblos expresaban su voluntad,66 se lo exiga. El termmetro de las reformas e
innovaciones que emprendieron los moderados siempre estuvo inmerso en el
consentimiento de la nacin, que ellos sintieron interpretar correctamente, al igual que
las dems facciones polticas en su momento, y no quisieron llevarlas ms all, en parte
por el respeto que sentan hacia los gobernados, pues ante las exigencias de
conservadores y puros para tomar partido Comonfort respondi que:
65
Jos Mara Vigil, La Reforma en Vicente, Riva Palacio et al, Mxico a travs de los siglos, Mxico, editorial Cumbre, 1973, 5 tomos, tomo V, p. 134 66
Antonia Pi-Suer Llorens, Op. Cit., p. 238.
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Yo no poda entrar en ninguno de ellos [los dos caminos], supuesto que ni el
hombre puede obrar contra su conciencia, ni el gobernante contra los derechos, los
intereses y la opinin de los gobernados67
Con base en esa informacin se puede entender que el gobierno de Comonfort y
otros polticos moderados que lo acompaaron, como Luis de la Rosa, Jos Mara
Lafragua, Ezequiel Montes, Manuel Payno, Manuel Siliceo y Jos Mara Yaez,
preservaran esa poltica que no estuvo contemplada en un inicio en su programa -ley
Jurez y Lerdo, por ejemplo- y se fueran convenciendo de su necesidad: la defendieron
de sus opositores, degradaron a militares levantiscos en la Angelpolis y decretaron la
intervencin de bienes en la Dicesis de Puebla, para lograr al mismo tiempo una
conciliacin entre los hombres de todos los partidos. Y por ello tambin queda claro por
qu no se atrevi el gobierno moderado a ir ms lejos, que era a donde la deseaban
conducir algunos polticos puros, como veremos en su momento.68
Un ejemplo que puede ilustrar lo que vengo diciendo es la acalorada discusin a
la que llev a buena parte de la sociedad mexicana el artculo 15 del proyecto
constitucional, referente a la admisin de la tolerancia de cultos, a la que el gobierno de
Comonfort se impuso con vehemencia -segn Portilla-, debido a las mismas causas
esbozadas anteriormente y por el episodio reciente en Puebla:
El gobierno envi a tres ministros entre julio y agosto de 1856 a combatir el
proyecto de constitucin, y en especial el artculo 15 de tolerancia de cultos, el cual
calific a travs del ministro de relaciones Luis de la Rosa de innovacin peligrosa por
grandes razones de Estado y por serios motivos polticos [] Lafragua y Montes
opinaron lo mismo, ste ltimo agreg aquella reforma conmovera a la sociedad hasta
en sus cimientos, y sera contraria a la voluntad de la mayora absoluta de la nacin y
defendi al clero contra discursos violentos emitidos en la sesin []69
En cuanto a la postura personal del presidente poblano, Portilla dijo que:
67
Anselmo de la Portilla, Mxico en 1856 y 1857., p.359. 68
Loc. Cit.. 69
Anselmo de la Portilla, Op. Cit., p.77. De hecho el gobierno de Comonfort en una de sus continuas
indecisiones para con la Reforma solicit el 9 de septiembre de 1856 la restauracin de la Constitucin de
1824, seguramente porque dicha Carta Magna conciliaba el federalismo y la proteccin y exclusividad de
la religin catlica. Acto por el que sus crticos acusaron al presidente de debilidad, indolencia y de miedo a la Reforma. Pi Suer, Ignacio Comonfort, p. 250.
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Bien se conoci entonces que el presidente tena profundo inters en que no se
aprobara el artculo quince.70
Este fue uno de los captulos del enfrentamiento entre el gobierno y el Congreso
Constitutuyente, pero una victoria para moderados y conservadores, quienes
consideraban a la religin catlica como el nico lazo de unin entre los mexicanos.
Durante todo el proceso constituyente el gobierno moderado consider que se estaba
haciendo una Constitucin que no responda a los anhelos de la sociedad mexicana, y
por ello descalific a los diputados del Congreso. De esto dio cuenta Manuel Siliceo a
Doblado