Prosperando nuestra alma para prosperar económicamente

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Teologia

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La necesidad de la prosperidad del alma con relación al tema económico (1 Tim 6:6-11, Prov 1:19, Deut 8:11-20). Gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; Teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en codicias necias y dañosas. Por ello se hunden a los hombres en destrucción y perdición. Raíz de todos los males es el amor al dinero. Huir de estas cosas, y seguir la justicia, piedad, fe, amor, paciencia, mansedumbre. La codicia quita la vida de sus poseedores. Cuidarnos de no olvidarnos de Jehová nuestro Dios y que se enorgullezca nuestro corazón. No olvidarnos que El nos sacó de tierra de servidumbre. De lo contrario podremos ser destruidos y perecer. Integralidad de la Prosperidad de Dios (3Jn 2) Dios desea que seamos prosperados en todas las cosas y tengamos salud. Todas las cosas son todas las cosas, no es exclusiva de lo económico.

Relación con Dios. 2. Matrimonio y familia. 3. Fruto del Espíritu, servicio, dones. 4.

Habilidades y capacidades, carácter. 5. Trabajo, negocios. No podemos esperar prosperidad económica sin prosperar en todo lo demás. Así como prospera nuestra alma: la condición (la prosperidad no es automática a la salvación o a ser parte de una iglesia).

CONEXIÓN ENTRE LA VIDA ESPIRITUAL Y EL DINERO. INTRODUCCIÓN. En la Biblia encontramos ejemplos de cómo el amor al dinero, la preocupación por el dinero y una mala perspectiva del dinero se pueden constituir en un techo en nuestra vida y desarrollo espiritual. También nos da muchos ejemplos de la relación entre lo espiritual y como ello se manifiesta en el área del dinero y las riquezas materiales. EL JOVEN RICO (Mat 19:16-20). Como no quiso desprenderse de sus riquezas (sembrarlas) que lo tenían atado en su corazón, no pudo seguir a Cristo y convertirse en un discípulo de Él, a pesar de que conocía la Palabra y sabía que sembrando es como cosechamos más abundantemente. El amor al dinero lo cegó. LA PARÁBOLA DEL SEMBRADOR (Mar 4:18-19). Nos enseña que algunos que reciben la Palabra con gozo y comienzan a caminar en ella, cuando llegan los afanes, las preocupaciones, las riquezas de este mundo, dejan de lado la Palabra, siendo más importante las cosas materiales y económicas que la Palabra de Dios. Por ello no maduran en Cristo, y por ende, aunque logren algo de riqueza, no son prosperados. EL AFAN Y LA ANSIEDAD POR LAS COSAS MATERIALES (Mat 6:25-34). Esas cosas nos impiden desarrollar confianza y fe en Dios basados en nuestra identidad de hijos suyos. Y esas cosas, tarde o temprano, nos separarán de Dios, de Su Palabra, de la comunión con El y de la Iglesia, y por ende, de una vida cristiana victoriosa y próspera. Por eso, en este pasaje, esos afanes son asignados a los incrédulos. ABRAHAM Y LOT. (2 Ped 2:6) (Gen 13:10-18). Lot, cuando se fue hacia Sodoma y Gomorra, lo hizo atraído por la fertilidad de las tierras que había en esa dirección, que representaba la posibilidad de incrementar significativamente su riqueza. Esa decisión la tomó afectando a su tío Abraham, por quién había obtenido todas las riquezas que tenía. Como resultado de su codicia, a la larga, perdió todo lo que tenía, una esposa, y tuvo una familia disfuncional, así como se perdió de la prosperidad integral de Dios. No alcanzó un mayor nivel espiritual porque confió en las riquezas más que en Dios.

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NEHEMÍAS Y LOS HABITANTES DE JERUSALÉN. (Neh 5:1-13). La reconstrucción del muro de Jerusalén en tiempos de Nehemías iba viento en popa a pesar de las amenazas de los enemigos, el tiempo que habían estado los muros sin reconstruirse, que Nehemías era una persona que había asumido el liderazgo sin ser un habitante de Jerusalén, que los que hacían la obra de reconstrucción abandonaron todos sus quehaceres cotidianos, y con ello la fuente de sus ingresos, etc. Todos esos problemas fueron superados. Uno a uno, pero lo que estuvo a punto de traer al suelo el esfuerzo de la reconstrucción fue la codicia de unos pocos que trataron de sacar provecho económico de la situación en su propio beneficio. EL ARREPENTIMIENTO Y LAS COSAS MATERIALES (Luc 3:7-14). Cuando Juan el Bautista se encontraba predicando para preparar el camino del Señor, unos que lo oyeron, que estuvieron de acuerdo con la necesidad del arrepentimiento le preguntaron qué era lo que debían hacer para arrepentirse. Todas las respuestas de Juan tuvieron que ver con su actitud hacia el dinero. A todos les dice que si tienen dos túnicas, le den una al que no tiene ninguna, y si tienen que comer, le den a los que no tienen que comer. A unos cobradores de impuestos les dice que no cobren más dinero del que deben cobrar. A unos soldados, les dice que se contenten con su salario y que no hagan extorsión a otros. Como podemos observar, claramente las tres respuestas tienen que ver con un cambio de actitud hacia el dinero, las riquezas y las cosas materiales. ZAQUEO (Luc 19:1-10). Igualmente, cuando Jesús entra a cenar en la casa de Zaqueo, este expresa que si hubiera defraudado a alguien le devolverá cuatro veces lo que les defraudó, y que la mitad de sus posesiones las repartirá entre los pobres. A raíz de ese cambio de actitud, Jesús manifiesta que la salvación había llegado a esa casa. Es decir, que la salvación, produjo un cambio de actitud en Zaqueo respecto al dinero, las riquezas y las cosas materiales. LOS ULTIMOS TIEMPOS (Apo 13:16-18). En los últimos tiempos, las personas que perderán su salvación (eran parte de la iglesia de ese tiempo) serán aquellas que se dejen poner la marca de la bestia, renegando de su fe, porque sin ella no podrán comprar ni vender. Esto es un claro y dramático ejemplo de la influencia de la actitud hacia el dinero, los bienes y las riquezas en la vida espiritual de la personas, ya que determinará su destino eterno en el lago de fuego, separados eternamente de Dios. EL ESPÍRITU DE "MAMMÓN" (el subordinado del diablo para el área económica). En Mat 6.24 cuando Jesús dice que no podemos servir a dos señores porque amaremos a uno y menospreciaremos al otro, y que por ende, no podemos servir a Dios y a las riquezas, la palabra que se traduce “riquezas” es “mamonas”, un erivado de la palabra “Mammón”, que era el dios caldeo que personificaba la avaricia, la confianza en las riquezas y la riqueza. Ese dios caldeo era a quien los paganos invocaban para que supliera sus necesidades operando bajo el principio del temor de perder lo que se tenía, o de no tener. En ese sentido, es claramente un anti-Dios, un anti-Cristo, el espíritu que operará en los últimos tiempos para que las personas nieguen su fe en Cristo para recibir la marca de la bestia para poder comprar y vender por el temor a perder lo que tienen o a no tener. De tal manera que si este espíritu no es la personificación misma del diablo, si podemos estar seguros que es un subordinado de muy altísimo rango en el reino de las tinieblas. DOS REINOS, DOS PRINCIPIOS PARA EL MANEJO DE NUESTRAS FINANZAS Y POSESIONES. De lo anterior podemos deducir que hay dos lugares a donde podemos ir en busca de confianza para nuestra provisión, uno de ellos falso, y el otro verdadero, auténtico, el único. Uno es Dios, que es nuestro Pastor y ha prometido que nada nos faltará (Sal 23) o bien, “Mammón” (el falso). Cada uno de ellos opera bajos un principio diferente. El principio en el Reino de los cielos (Dios) es dar y cosechar (principio del intercambio) (Luc 18:28-30). El principio del reino de las tinieblas,

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el diablo, la carne y/o el mundo es el principio de comprar y vender. SINTOMAS DE LA INFLUENCIA DE "MAMMÓN". La Palabra de Dios claramente nos exhorta a tratar de entender las maquinaciones del diablo (1 Ped 5:8-9, 2 cor 2:11, Prov 16:25), obviamente para que no caigamos en sus trampas y suframos alguna derrota, cuando estamos destinados a ser más que vencedores por medio de Cristo (Rom 8:37). Además el reconocer sus maquinaciones nos permite derribar toda fortaleza, argumento y altivez que se levante en contra del conocimiento de Dios, y en este caso específico, en contra de la confianza absoluta en El como la única fuente verdadera y confiable de nuestra provisión. Algunos de esos síntomas, que trascienden el área financiera invadiendo algunas otras áreas, son: * La preocupación y ansiedad ante las circunstancias de la vida (Mat 6:25-34). * El temor al futuro. * La mala administración de los talentos que Dios nos ha dado (Mat 25:14-30). * Ejemplos: tiempo, familia, pensamientos, emociones, habilidades, dones, etc. * La mentalidad de no puedo, no tengo, no soy, no sé, no valgo, no lo voy a lograr. * La compulsividad (afán, temor, angustia) respecto a un tema o situación. * Descontento con nuestra vida (1 Tim 6:6-10). LOS RESULTADOS DE LA INFLUENCIA DE “MAMMÓN” EN EL AREA ECONÓMICA. Son de dos tipos: * Pecados económicos. * Patrones económicos carnales. PECADOS ECONÓMICOS. * No diezmar ni ofrendar con generosidad y alegría (Malaq 3:8-9). * No honrar padre y madre con nuestras finanzas (Mar 7:9-13). * Codicia (Prov 1:19, 2 Ped 2:14-15). * Avaricia (Efe 5:3, Luc 12:15). * Envidia (Prov 14:30, Prov 24:1-2). * Tacañería (Prov 23:6, Prov 25:14). * Soborno (Prov 15:27, Prov 17:23). * Corrupción (Prov 15:27, Prov 17:23). * Robo (Prov 24:1-2, Isa 10:1-2). * Hurto (Efe 4:28). * Estafa. (Prov 20:23, 20:10, 11:1). * Extorsión (Prov 28:16, Luc 3:14). * Especulación (Prov 11:24). * Pesos y medidas falsas (Prov 11:1, Prov 16:11). PATRONES ECONÓMICOS CARNALES. * Afán (Mat 6:25-34). * Endeudamiento (Rom 13:8, Prov 22:7). * Avalar deudas de otros (Prov 17.18). * Evasión de impuestos (Mat 22:17-22). * Regateo (Prov 20:14): en el fondo equivalente a medidas y pesos falsos * Acaparamiento (Prov 11:26).

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* Malversación (Mar 7:9-13). * Desorden y mala administración financiera (1 Cor 14:33, Gen 1:1-3). * Compras por impulso (2 Ped 1:5-9, 2 Tim 2:7) -> mala mayordomía. * “Nunca tengo suficiente” (1 Tim 6:6-10) -> inconformidad. * Descontento con nivel de vida (1 Tim 6:6-10) -> falta de agradecimiento a Dios. * Énfasis exagerado en el dinero y sobre estimación de su poder (Mat 6:24). * Afán de hacerse rico rápidamente (1 Tim 6:9). * No proveer para los de su propia casa (1 Tim 5:8). * Indiferencia a las necesidades de los pobres (Sant 2:14-17). * Indiferencia a las necesidades de los familiares (Gal 6:9, 1 Tim 5:6). * No honrar a los líderes espirituales con lo material (Gal 6:6).