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  • 7/25/2019 Prlogo DESAGREGADO_CCHM

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    Texto de uso acadmico sin fines de lucro en los cursos del Dr. David Velasco Yez, sj DECSITESO

    La Nobleza de Estado. Prlogo

    estr ucturas social es y estr ucturas mentales

    Ejercicio de desagregar cada prrafo en breves

    afirmaciones clave de lectura

    1 Finalidad de la sociologa, exploracin de las

    estructuras objetivas y las estructuras cognitivas:

    Conforme a la idea que uno se hace de ordinario, la sociologa se da como fin poner al da las

    estructuras ms profundamente escondidas de los diferentes mundos sociales que constituyen el

    universo social, y tambin los mecanismos que tienden a asegurar su reproduccin o su

    transformacin. Pero, ms cercano en ello a una psicologa, sin duda muy diferente de la imagenms difundida de esta ciencia, tal exploracin de las estructuras objetivas es tambin, en el mismo

    movimiento, una exploracin de las estructuras cognitivas que los agentes comprometen en suconocimiento prctico de los mundos sociales as estructurados:

    2 Tesis sobre la correspondencia entre las estructuras

    objetivas y las estructuras cognitivas:

    existe una correspondencia entre las estructuras sociales y las estructuras mentales, entre las

    divisiones objetivas del mundo socialparticularmente en dominantes y dominados dentro de los

    diferentes campos- y los principios de visin y de divisin que los agentes les aplican.

    3 Dos tradiciones en ciencias sociales que privilegian, o

    la exploracin de las estructuras objetivas, o el anlisis

    de las estructuras cognitivas:

    Aunque los dos pasos, que se pueden caracterizar como estructuralista y

    constructivista, sean en buena lgica inseparables, las exigencias de la investigacin

    llevan a privilegiar ya sea la exploracin de las estructuras objetivas (como aqu en latercera parte de la obra {El campo de las grandes escuelas y sus transformaciones}), ya

    sea, por el contrario, el anlisis de las estructuras cognitivas que los agentes invisten en

    las acciones y las representaciones por las cuales ellos construyen la realidad social ynegocian las condiciones mismas en las cuales se efectan sus intercambios

    comunicativos (como aqu en la primera parte1{Las formas escolares de clasificacin}).

    1En un trabajo antiguo que anunciaba algunas de las investigaciones constructivistas ms tpicas que los amantes declasificaciones escolares oponen en ocasiones a La rep roducci n (pienso por ejemplo en A. Cicourel et al.,

    Language Use and School Performance , New York, Academic Press, 1974), se mostraba como profesores y

    estudiantes acordaban tcitamente para aceptar una situacin de comunicacin que, cuando se mide el estrictorendimiento tcnico, parece totalmente disfuncional, actuando los primeros como si fueran comprendidos yqueriendo en todo caso evitar toda evaluacin de la comprehensin, comportndose los otros como si

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    Pierre Bourdieu: Prlogo a La nobleza de Estado

    Texto para uso acadmico del Dr. David Velasco Yez, sj ITESO Pgina 2 de 9

    4 La fuerza explicativa y su verdad descriptiva:

    Pero el anlisis de las estructuras y de los mecanismos no toma toda su fuerza

    explicativa y su verdad descriptiva sino porque incluye las adquisiciones del anlisis delos esquemas de percepcin, de apreciacin y de accin que los agentes, alumnos

    tambin aunque profesores, ponen en prctica en sus juicios y sus prcticas:

    5 La institucin escolar como mquina cognitiva que

    redistribuye continuamente a los alumnos:

    si la institucin escolar hace pensar en una inmensa mquina cognitiva que

    redistribuye continuamente los alumnos sometidos a su examen conforme a su posicinanterior en las distribuciones, su accin clasificatoria no es en realidad ms que la

    resultante de miles de acciones y de efectos producidos por agentes que actan como

    mquinas cognitivas a la vez independientes y objetivamente orquestadas.

    6 La gnesis social de las estructuras cognitivas:

    E, inversamente, el anlisis de los actos de construccin que los agentes operan tanto en

    sus representaciones como en sus prcticas no toma todo su sentido ms que si se

    impone recuperar tambin la gnesis social de las estructuras cognitivas que ellos

    comprometen en estas.

    7 El proyecto de la escuela es aprender las formas

    sociales a priori de la experiencia subjetiva:

    Haciendo esto, y aunque ella se da tambin por proyecto el aprehender las formas

    sociales a prioride la experiencia subjetiva, ella separa de todas las especies de anlisis

    de esencia que los etnometodlogos vuelven a poner al gusto de da bajo aparienciasms o menos renovadas:

    8 La determinacin de la posicin ocupada en el

    espacio social:

    sin duda los agentes construyen la realidad social, sin duda entran en luchas y

    transacciones enfocadas a imponer su visin, pero lo hacen siempre con puntos de vista,intereses y principios de visin determinados por la posicin que ocupan en el mundo

    mismo que ellos buscan transformar o conservar.

    comprendieran y eludiendo la cuestin misma de la inteligibilidad del discurso magistral (cf. P. Bourdieu, J. -C.Passeron et M. de Saint Martin, Rapport pdagogique et communica tion , Paris, Mouton, 1965).

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    9 Principio generador y unificador de las elecciones:

    Las estructuras fundamentales de los sistemas de preferencias socialmente constituidos

    que son el principio generador y unificador de las elecciones en materia de institucin

    escolar, de disciplina, pero tambin de deporte, de cultura o de opiniones polticas,pueden ser reintegradas por una relacin inteligible a divisiones objetivas del espacio

    social como aquellas que, en el caso de los alumnos de las grandes escuelas, seestablecen, en materia de capital econmico o cultural, entre los dos polos del campo delpoder.

    10 La antropologa no se reduce a una fenomenologa o

    a una semiologa:

    La antropologa no es una fsica social, pero no se reduce a una fenomenologa o una

    semiologa. La estadstica permite llevar al da procesos tales como los que conducen a

    la eliminacin diferencial de alumnos de diferentes orgenes y que presentan talregularidad en la complejidad que estaramos tentados a tomar, para describirlos,

    metforas mecanicistas.

    11 Lo que est en juego en el mundo social:

    De hecho, lo que est en juego en el mundo social, no son partculas de materia inertes e

    intercambiables, sino agentes discernibles y dotados de discernimiento que realizan lasinnumerables operaciones de ordenamiento a travs de las cuales se reproduce y se

    transforma continuamente el orden social.

    12 Lo que es y no es el discernimiento de los agentes:

    Pero no son, menos todava, consciencias actuando con pleno conocimiento de causa. Eldiscernimiento que est al principio a la vez de los actos clasificatorios y de sus

    productos, es decir de prcticas, de discursos o de obras diferentes, luego discernibles y

    clasificables, no es el acto intelectual de una consciencia que plantea explcitamente sus

    fines en una eleccin deliberada entre posibles constituidos como tales por un proyecto,sino la operacin prctica del habitus, es decir de esquemas generadores de

    clasificaciones y de prcticas clasificables que funcionan en la prctica sin acceder a la

    representacin explcita, y que son el producto de la incorporacin, bajo forma de

    disposiciones, de una posicin diferencial en el espacio social definida precisamente,como lo quiere Strawson, por la exterioridad recproca de posiciones.

    13 La relacin entre el habitus y el campo:

    Debido a que el habitus est ligado genticamente (y tambin estructuralmente) a una

    posicin, tiende siempre a expresar, a travs de esquemas que son su forma incorporada,a la vez el espacio de posiciones diferentes y opuestas (por ejemplo: alto/bajo) que son

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    constitutivas del espacio social y una toma de posicin prctica sobre este espacio (algocomo yo estoy arriba o abajo y me tengo que atener).

    14 La tendencia a perpetuar una identidad que es

    diferencia

    Su tendencia a perpetuarse segn su determinacin interna, su conatus, afirmando su

    autonoma con respecto a la situacin (en lugar de someterse a la determinacin externa

    del ambiente, como la materia), es una tendencia a perpetuar una identidad que esdiferencia.

    15 Estrategias de reproduccin de todo el sistema de

    diferencias

    Est tambin al principio de estrategias de reproduccin que tienden a mantener las

    separaciones, las distancias, las relaciones de orden, concurriendo as en prctica (y node manera consciente y deliberada) a reproducir todo el sistema de diferencias

    constitutivas del orden social.

    16 Necesidad de realizar una doble ruptura:

    La doble lectura que apela la realidad social implica pues una doble ruptura con los

    acercamientos unilaterales cuya insuficiencia no se hace jams sentir tanto como cuandose trata de analizar poderes que, como los del sistema de enseanza, no se ejercen sino

    con la complicidad activa de aquellos que los imponen o los sufren.

    17 Para la comprensin de la violencia simblica

    No se puede comprender la violencia simblica de lo que se ha designado

    precipitadamente como aparatos ideolgicos de Estado sino a condicin de analizar endetalle la relacin entre las caractersticas objetivas de las organizaciones que la ejercen

    y las disposiciones socialmente constituidas de los agentes sobre los cuales se ejerce.

    18 Acuerdo inmediato entre las estructuras objetivas y

    categoras de percepcin y accin: el milagro de laeficacia simblica:

    El milagro de la eficacia simblica se abuele si se ve que esta verdadera accin mgicade influencia o, la palabra no es demasiado fuerte, de posesin , no triunfa sino en tanto

    aquel que la sufre contribuye a su eficacia; que ella no lo obliga sino en la medida en

    que l est predispuesto por un aprendizaje previo a reconocerla. No ocurreverdaderamente as ms que cuando las categoras de percepcin y de accin que pone

    en prctica en los actos individuales a travs de los cuales se cumple la voluntad y el

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    poder de la institucin, ya sea que se trate de apreciaciones de un profesor a propsitode un ejercicio o de las preferencias de un alumno por un establecimiento escolar o una

    disciplina, estn en acuerdo inmediato con las estructuras objetivas de la organizacin

    porque son el producto de la incorporacin de estas estructuras.

    19 La condicin verdadera del verdadero rigor: la

    crtica reflexiva de las tcnicas y de los procedimientos

    {NdP} No lo repetir, porque todo el trabajo presentado posteriormente est ah paraafirmarlo, mi rechazo absoluto a los rechazos sectarios de tal o cual mtodo de

    investigacin, la encuesta por cuestionario y la estadstica para unos, que no juran ms

    que por el anlisis de discurso o la observacin directa, los enfoques llamadoscualitativos para los otros, que no quieren conocer nada fuera de un uso muy particular

    y altamente codificado de la estadstica. Las tcnicas ms elementales de la sociologa

    de la ciencia bastaran para establecer que las denuncias de ciertos etnometodlogos

    lanzan contra los socilogos , pura y simplemente identificados con una manera, sin

    duda dominante en el establishment norteamericano, de concebir la ciencia social, debensu eficacia movilizadora al hecho de que ellas permiten a muchos socilogos convertir

    en rechazo electivo ciertas carencias de su formacin; y que el menosprecio de losmetodlogos para todo lo que aleja, por poco que sea, de los cnones estrechos que ellos

    erigen en medida absoluta del rigor, sirven solamente para ocultar la trivialidad

    rutinizada de una prctica sin imaginacin y casi siempre desprovista de lo queconstituye sin duda la condicin verdadera del verdadero rigor: la crtica reflexiva de las

    tcnicas y de los procedimientos.

    20 Las cuatro voluntades o posesiones de la

    institucin:Se encontrar a todo lo largo de este libro esos posesos que hace las cuatro voluntadesde la institucin, porque ellos son la institucin hecha hombre, y que, dominados o

    dominantes, no pueden sufrir o ejercer plenamente su necesidad ms que porque ellos lahan incorporado, porque hacen cuerpo con ella, porque le dan cuerpo.

    21 La doble tarea de la ciencia:

    En presencia de estas diferentes formas de posesin, la tarea de la ciencia es doble, y de

    apariencia contradictoria: contra la tendencia primera a considerarlas como evidentesporque estn en el orden de las cosas, ella debe recordar el carcter arbitrario,

    injustificable, y, si se quiere, patolgico, de todas las pasiones cuyas manifestacionesella observa; lo que impone en ocasiones que, para romper la adhesin dxica a las

    evidencias, ella recurra a una retrica del distanciamiento, a menudo confundido con el

    simple humor crtico de la polmica ordinaria2.

    2Entre las estrategias que emplea la resistencia al anlisis cientfico, una de las ms infalibles consiste en destruir,en su intencin misma, la empresa de objetivacin reduciendo al estado de crtica, en el s entido de todos losdas, hasta de stira o de murmuracin, la descripcin distanciada que, debido a que supone la suspensin de la

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    22 La ciencia revoca la alternativa simplista:

    Pero ella debe tambin dar razn de las pasiones, fundadas en la illusio, la inversin en

    el juego, que se engendran en la relacin entre un habitus y el campo al cual l estajustado; dar a esas pasiones su razn de ser, su necesidad, y arrancarles as al absurdo

    culpable al cual estn llamadas cuando se les trata como elecciones de una libertaddimisionaria que se aliena en la sumisin voluntaria a la fascinacin del poder. Ellarevoca as la alternativa simplista de la visin centralista que sita en los aparatos

    ideolgicos, investidos de un poder soberano de coercin simblica, el principio de

    todas las conductas y de todas las representaciones alienadas, y de la visin que sepuede llamar espontane sta, y que, simple inversin de la precedente, inscribe en cada

    uno de los dominados el principio de una sumisin sin necesidad, en ocasiones descrita

    en el lenguaje de la servidumbre voluntaria, a las exi gencias, a las coincidencias o a

    las seducciones del poder (el poder viene de abajo).

    23 Sobre el efecto incorporado de la dominacinSi es bueno recordar que los dominados contribuyen siempre a su propia dominacin,hay que recordar inmediatamente que las disposiciones que los inclinan a esta

    complicidad son tambin el efecto, incorporado, de la dominacin. Al mismo ttulo,

    dicho sea de paso, que aquellos que hacen que, segn la palabra de Marx, losdominantes son dominados por su dominacin.

    24 Sobre la relacin entre violencia simblica y

    libertad

    La violencia simblica es esta forma particular de exigencia que no puede ejercerse sino

    con la complicidad activa lo cual no quiere decir consciente y voluntaria- de aquellosque la sufren y que no estn determinados ms que en la medida en que se priven de la

    posibilidad de una libertad fundada en la toma de consciencia3.

    creencia (o, mejor, la adhesin dxica caracterstica de la actitud ordinaria), est llamada a aparecer comodesencantada y cercana, en ocasiones, a la burla. Reduccin tanto ms fcil, y ms probable, cuando que elesfuerzo por comunicar el sentimiento de la necesidad de las prcticas o de las instituciones objetivadas tienetodas las posibilidades de ser mal comprendida cuando no es pura y simplemente percibida, por un error inverso

    al precedente, como una tentativa de legitimacin tpicamente funcionalista. El problema se plantea con unaagudeza particular a la ciencia cuando ella trata de universos sociales como el campo universitario o el campointelectual, que se caracterizan por la pretensin del monopolio de su propia objetivacin y donde los agentesmultiplican las objetivaciones parciales de sus adversarios y las cuasi-objetivaciones de sus propias propiedades, y

    destacan en la elaboracin de la casi-verdad que constituye sin duda la defensa ms dudosa contra la revelacinde la verdad.

    3 Yo reno aqu por otras vas los anlisis de Gilles Deleuze sobre la libertad como aumento de consciencia (G.Deleuze, Le pl i, Leibniz et le Baroque , Paris, d. de Minuit, 1988, p.99-102). Paradjicamente, hay quienes para

    estigmatizar como deterministas anlisis que, tratando de acrecentar el espacio abierto a la consciencia y a laexplicitacin, ofrecen a aquellos que son el objeto (aqu, por ejemplo, los profesores) la posibilidad de unaliberacin.

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    25 La complicidad ontolgica o experiencia dxica del

    mundo natal

    Esta exigencia tcitamente consentida se ejerce necesariamente todas las veces que las

    estructuras objetivas encuentran estructuras mentales que les son acordes. Es sobre la

    base de la complicidad originaria entre las estructuras cognitivas y las estructurasobjetivas de las cuales ellas son producto que se instaura la sumisin absoluta e

    inmediata que es aquella de la experiencia dxica del mundo natal, mundo sin sorpresa

    donde todo puede ser percibido como evidente porque las tendencias inmanentes delorden establecido vienen continuamente al encuentro de expectativas espontneamente

    dispuestas a anticiparlas.

    26 Anlisis vlidos tambin para los agentes del campo

    universitario

    El anlisis vale tambin, lo veremos, para los agentes comprometidos en el campouniversitario, entre los cuales se reclutan casi ine vitablemente aquellos que, escribiendo

    sobre el poder, hasta sobre la servidumbre voluntaria, se piensan espontneamente

    como excepciones a sus propios anlisis. Es en la medida y solamente en la medida- enque sus estructuras mentales son objetivamente acordes a las estructuras sociales del

    microcosmos donde sus intereses especficos se engendran y se invierten en y por este

    acuerdo mismo- que ellos contribuyen sin tener consciencia a ejercer la dominacin

    simblica que se ejerce sobre ellos, es decir sobre su inconsciente: debido a la relacinde homologa que les une a las estructuras del espacio social, las jerarquas que

    organizan el espacio escolar, como las jerarquas entre las disciplinas, las secciones, los

    establecimientos, particularmente cuando stas operan en el estado incorporado bajo la

    forma de principios de jerarquizacin (formalmente neutros) de productores y deproductos escolares, son la mediacin activa a travs de la cual las jerarquas inscritas

    en la objetividad de las estructuras sociales devienen actuantes. Tanto largo tiempocomo los principios que orientan las prcticas son dejados en el estado inconsciente, las

    interacciones de la existencia ordinaria son, segn la palabra de Marx, relaciones entrelos hombres mediatizadas por las cosas: entre aquel que juzga y aquel que es juzgadose interponen, bajo la forma del inconsciente del sujeto del juicio, la estructura de la

    distribucin del capital econmico y del capital cultural y los principios de percepcin y

    de apreciacin que son su forma transformada.

    27 La sociologa de la educacin como fundamento deuna antropologa general del poder y de la legitimidad

    As, la sociologa de la educacin es un captulo, y no de los menores, de la sociologadel conocimiento y tambin de la sociologa del poder. Lejos de ser esta suerte de

    ciencia aplicada, luego inferior, y buena solamente para los pedagogos, que estbamos

    acostumbrados a ver, ella se sita en el fundamento de una antropologa general delpoder y de la legitimidad:

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    28 Sociologa de los mecanismos de reproduccin que

    favorecen el desconocimiento de las estructuras

    objetivas y el reconocimiento de su legitimidad:

    ella [la sociologa de la educacin] conduce en efecto al principio de los mecanismosresponsables de la reproduccin de las estructuras sociales y de la reproduccin de lasestructuras mentales que, por estarles gentica y estructuralmente vinculadas, favorecen

    el desconocimiento de la verdad de esas estructuras objetivas y, por ello, el

    reconocimiento de su legitimidad.

    29 La escuela como apuesta central de las luchas por el

    monopolio de las posiciones dominantes:

    Debido a que, como se ha establecido en otras partes4, la estructura del espacio social tal

    como se observa en las sociedades diferenciadas es el producto de dos principios dediferenciacin fundamentales, el capital econmico y el capital cultural, la institucin

    escolar que juega un rol determinante en la reproduccin de la distribucin del capitalcultural, y, por ello, en la reproduccin de la estructura del espacio social, se ha

    convertido en una apuesta central de las luchas por el monopolio de las posiciones

    dominantes.

    30 Contra el mito de la escuela liberadora, describir

    los usos sociales de la institucin escolar:

    Habra que resignarse a perder el mito de la Escuela liberadora, garante del triunfo dela achievement (realizacin) sobre la ascription (atribucin), de lo que uno ha

    conquistado sobre lo que uno ha recibido, de las obras sobre el nacimiento, del mrito ydel regalo sobre la herencia y el nepotismo, para percibir la institucin escolar en la

    verdad de sus usos sociales, es decir como uno de los fundamentos de la dominacin yde la legitimacin de la dominacin. Ruptura tanto ms difcil de cumplir, y de imponer,cuanto que aquellos a quienes ella incumbe, es decir a los productores culturales, son las

    primeras vctimas y tambin los primeros beneficiarios- de la ilusin legitimadora.

    Basta con ver el apresuramiento ansioso con el que todos aquellos que tienen inters en

    la inconsciencia acogen empresas de restauracin de la Cultura que no tienen otra virtudque adormecer la herida infligida al narcisismo de los privilegiados del capital cultural

    por la revelacin de los fundamentos banalmente sociales de sus dilecciones distintivas.

    31 Papel del capital cultural incorporado

    Pero el sufrimiento que la revelacin cientfica, a pesar de todo lo que puede tener delliberador, suscita en ocasiones, encuentra tambin su principio en el hecho de que el

    4 Cf. P. Bourdieu, La di st incti on . Cri tiqu e sociale du jugement, Paris, d. de Minuit, 1979, y Lespace social et lagense des , Actes de la recherche en sc ien ces soca iles , 52-53, juin 1984, p3-14.

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    capital cultural tiene como propiedad especfica existir en el estado incorporado, bajoforma de esquemas de percepcin y de accin, de principios de visin y de divisin, de

    estructuras mentales.

    32 El resultado de este anlisis es un atentado difcil de

    justificarComo lo muestra la violencia de las reacciones que provocan las grandes revoluciones

    simblicas, religiosas, polticas o artsticas, cuyo anlisis cientfico representa unavariante, pero particularmente radical, la objetivacin de los esquemas implcitos del

    pensamiento y de la accin constituye sin duda un atentado difcil de justificar contra

    las estructuras mismas de la consciencia, y una violencia contra los fundamentos de laexperiencia encantada del mundo que Husserl llamaba la actitud natural

    5.

    33 La defensa que hacen los detentores de capital

    cultural

    Nada se asemeja ms a las guerras de religin que las querellas escolares o los debates

    acerca de cosas de cultura. Si es sin duda ms fcil reformar la seguridad social que laortografa o los programas de historia literaria, es porque, defendiendo el aspecto mismo

    ms arbitrario de un arbitrario cultural, los detentores de capital cultural y sin duda,

    ms que todos, los pequeos portadores, que son un poco como los pobres inocentes

    de la cultura- defienden no solamente sus activos, sino tambin algo como su integridadmental.

    34 Tarea de las ciencias sociales: la desnaturalizacin ydesfatalizacin para romper la eficacia simblica de la

    dominacin

    Es contra este fanatismo, enraizado en una ceguera fetichista, que trabajaespontneamente la ciencia social cuando, obedeciendo en ello como en otras partes, a

    su vocacin de desnaturalizacin y desfatalizacin, ella revela los fundamentos

    histricos y las determinantes sociales de principios de jerarquizacin y de evaluacin

    que deben su eficacia simblica, particularmente manifiesta en el efecto de destinoejercido por los veredictos escolares, al hecho de que estos se viven y se imponen como

    absolutos, universales y eternos.

    5 Yo pienso aqu particularmente en el anlisis de estructuras de la percepcin profesoral y en las reaccionesdolorosas e indignadas que ella ha suscitado (cf. cap. 2, La Nobleza de Estado).