procesos semióticos de la poesía

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PROCESOS SEMIOTICOS EN LA POESíA: EL SOL EN RUBEN DARíO Y EN VERLAJNE 1 La discusión de la esencia de la poesía en términos de interpreta- ción de signos constituye un nuevo enfoque hacia la comprensión de lo que es la poesía. En este nuevo intento, la atención se concentra en los componentes lingúisticos, en lugar de seguir las escuelas tradi- cionaies del gusto y Ja preceptiva. Lo que se trata de encontrar es la esencia dcl lenguaje poético por medios más o menos experimentales. Por este motivo, los nuevos análisis de la poesía son más objetivos y tratan de llegar a crear una ciencia de la poesía. La verdad es que, al abrir una nueva perspectiva, surgen nuevas dificultades para la in- terpretaeión. Lo que se ha llamado el hecho poético aparece cada vez como un fenómeno complejo, en el que intervienen muchos factores, Suprimir alguno es quitar algo a la esencia de la poesía. Es, pues, perfectamente razonable el que se haya intentado la interpretación de la creación poética desde ángulos tan diferentes como el diacrónico o descriptivo y el sincrónico, basado en los elementos estéticos y sociales. El resultado de estas interpretaciones es la creación de una tipología connotativa de los objetos poéticos. Las conclusiones previas muestran que la poesía está mas allá de las categorizaciones espacio-temporales. El concepto de poesía no es coextensivo con el de literatura. Rebasa lo literario, puesto que se da poesía en la pintura, en la música, en los ritos religiosos y hasta se ha podido encontrar poesía en las convul- siones sociales 2 De todos estos análisis se ha llegado a deducir que el problema de la poesía se concreta en la relación que existe entre el plano de la expresión y el plano del contenido. En esta relación, de- El presente estudio ha sido llevado a cabo merced a un donativo de Ja Universidad de Saskatchewan. Fondo Especial para la Investigación en Huma- nidades. El autor agradece la lectura de los manuscritos y las anotaciones he- chas por los distinguidos colegas el doctor Mario Federiei, de la Universidad de California, San José, y el profesor Curt Wittlin, de la Universidad de Sas- katehewan. 2 A. J. GREIMAs: Essais de Sémiotique Poétique. Paris, 1972.

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PROCESOSSEMIOTICOS EN LA POESíA:EL SOL EN RUBEN DARíO Y EN VERLAJNE1

La discusiónde la esenciade la poesíaen términos de interpreta-ción de signos constituyeun nuevoenfoque hacia la comprensióndelo que es la poesía.En este nuevo intento, la atención se concentraen los componenteslingúisticos, en lugar de seguir las escuelastradi-cionaiesdel gustoy Ja preceptiva.Lo que se trata de encontrares laesenciadcl lenguaje poético por mediosmás o menosexperimentales.Por este motivo, los nuevos análisis de la poesíason más objetivos ytratan de llegar a crear una ciencia de la poesía.La verdad es que,al abrir una nuevaperspectiva,surgennuevasdificultades para la in-terpretaeión.Lo que se ha llamado el hechopoético aparececadavezcomo un fenómenocomplejo, en el que intervienenmuchosfactores,Suprimir alguno es quitar algo a la esenciade la poesía.Es, pues,perfectamenterazonableel que se hayaintentadola interpretaciónde lacreación poética desdeángulos tan diferentescomo el diacrónico odescriptivoy el sincrónico,basadoen los elementosestéticosy sociales.El resultadode estas interpretacioneses la creaciónde una tipologíaconnotativade los objetos poéticos.Las conclusionespreviasmuestranque la poesíaestá mas allá de las categorizacionesespacio-temporales.El conceptode poesíano es coextensivocon el de literatura. Rebasalo literario, puestoque se da poesíaen la pintura, en la música,en losritos religiosos y hastase ha podido encontrar poesíaen las convul-siones sociales2 De todos estos análisis se ha llegado a deducir queel problemade la poesíase concretaen la relación que existe entre elplano de la expresióny el plano del contenido.En estarelación, de-

El presenteestudio ha sido llevado a cabo merced a un donativo de JaUniversidad de Saskatchewan.Fondo Especialpara la Investigaciónen Huma-nidades.El autor agradecela lectura de los manuscritosy las anotacioneshe-chas por los distinguidos colegasel doctor Mario Federiei,de la Universidadde California, San José,y el profesor Curt Wittlin, de la Universidad de Sas-katehewan.

2 A. J. GREIMAs: Essais de SémiotiquePoétique.Paris, 1972.

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finida en términos semióticos,es donde vamos a situar el punto devista de esteestudio~.

En efecto, el estudio de las relacionesque mediaíí entre los ele-mentosde la expresión y los términos del contenido es lo que cons-tituye la semióticaen general.La semióticapoéticareduceestecampoa los materialesque ofrecela poesía.El puntode partida es el reco-nocimiento del hecho fundamentaly evidentede que entre la expre-sión y eí contenidopoético hay una unión tan íntima que se puededecir que sin expresiónno hay contenido poético. Tomando desdeelpunto de vistadel contenidose puedeafirmar que todaactividadmen-tal tiene,en algunaforma, algo dc poético.Históricamente,los críticoshan encontradoque ej índice de apreciaciónse ha movido sensiblemen-te del campo de ja expresiónhacia el campo del contenido. La lla-

mada poesía clásica considerabade manera primordial el elementoexpresivo en el sentido de que el arreglo por estrofas, con medida yritmo, eraparte considerabledel hecho poético. Desdeel romanticis-mo, la atenciónse ha movido hacia la zonade los contenidospoéticos.La forma se ha hechomás libre paradar más facilidad al contenido.El tropiezo en que han dado estasteoríasestáen que, al analizarelhecho poético, por fuerza hay que hacer cortes de dimensionesva-nabíesque en ningún caso son conmensurablescon el hechopoéticototal ~,

¡‘ata evitar estosescollos pareceque el mejor método consisteendirigir el estudiodirectamentehacia los signospoéticosen sí mismos.El paso adelanteque hay que dar estáen aceptarque la poesíaestáconstituidapor sernospoéticos.La labor creativadel poetaconsisteenfabricar sernospoéticos y en unirlos en semantemascon una sintaxispropia, homólogaa la tipología poética. El poeta desquiciael mundode la percepción:sacudela complacenciade la rutina del habla con-vencionalpara motivar una nueva dimensión del lenguajey. al final,

esperaser entendido.Sin este último elemento, el quehacerpoéticoquedaincompleto. El lector de la poesíaes también parte del hechopoético. Entre el poetay el lector de poesíadebehaber una especiede pacto tácito. El lector debesituarseal nivel de los somas poéticos,

Tomo la palabrasemióticacon las denotacionesy connotacionesque ex-plica ALLEN ¶VVALKER READ en ~On Account of the Word Sernantics», Word.IV, 2, ¡948, pág. 85.

AMADO ALONSO: Materia y forma en poesía. Madrid, 1955; KFNNETH BUR-

KE: Tía’ Philosophyof Literary Form. NuevaYork, 1941; OLsON ELDER: Aris-totíes Poetiesand English Litr-rature, lJniv. of Toronto, 1965, y KARL SHAPIRO:Prose Keys to Modern Poetry. NuevaYork, 1962.

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o sea, debepoderllegar a la lecturade conjuntosque le permitanapre-cíar el contenidopoético. A estemodo de leer llamaremosfenoleclura,en contraposicióna la genolecturadel poeta.La genolecturadebecon-ducir a una fenolectura en términos al menos homólogos.La simpleanalogíaentrela genolecturay la fenolecturadaríaun nivel mínimo deinterpretacíon.A la semióticapoéticacorrespondela tarea de encon-trar las correlacionesque establecela poesíaentre la expresiónen ge-nolectura y el contenido en fenolectura.El investigadorespecializadoen estecampodebeencontrarprimero el procesode creaciónde signospoéticos,para luego poder situar estos signos en los distintosnivelesde la expresióny del contenido. El análisis del procesosemiótico enpoesíatendráque seguir el procesoque va desdenombrar o sugerirel objeto, hastarelacionarlocon el resto del mundo, transformarloenuna síntesissimbiótica y situarlo dentro de la esferapoéticacomo uncentro de irradicación.El analistade los elementossemióticosen poe-sía debeempezarpor agrupar los elementosen el plano de la expre-sión dentro de unidadesque le permitan demarcarla frontera de lareferenciapoética5.Es convenienteempezarpor la selecciónde loselementos sémicosde contenido más fácilmente identificable. Los te-mas visibles son los más indicados.

Parael objeto particular de estainvestigaciónhe escogidoel temasolar en los poemasde Rubén Darío6 y de Paul Verlaine~. Dentro

ROMAN JAKOB5ON y CLAUDE LÉvI-SrRAuss: «Les Chats de Charles Baude-¡aire», LHomnmc-, 1, 1962, 5-21.

Las citas de los poemasde Rubén Darío están tomadasen Obras poéticas

completas,Bnenos Aires, 1953. El. titulo de las poesiasha sido destacadoenbastardilla. FIemos abreviadolos titulos de algunascoleccionesde poesíascomoP. nc 1., Poemasde jnvenía¿L E. Y P., Epístolasy poemas,La información sobrela vida, la obra y la crítica relacionadacon Rubén Darío ha sido tom:.da delas fuentes siguientes: ARTURO ToRíuss-Ríosrco:Rubén Darío, Casticismo yamericanismo,Cambridge, Mass,, 1931; ROcINO BLANcO FOMnONA: El rnoder-nismo y los poetas modernistas.Madrid, 1929; BERNAROrNO PANTOREA: La viday el verbo de RubénDarío, Madrid, 1967; M. GÓMEz EsI’INOzA: RubénDaríopoeta universal, Paraninfo, 1973; CARLOS MARIíN: América en Rubén Darío.Aproximacionesal conceptode literatura hispanoamericana,Madrid, 1972; Ro-BERTO IBANEZ: Páginas desconocidasde Rubén Darío, Montevideo, 1970; EMI-

1,10 RODRiCUEZ DEMoRízí: Papeles de Rubén Darío, Santo Domingo, 1970;VICENIE MARRERO: Nuestro Rubén, Madrid, ¡970; ARTURO MAaAsso RocA:RubénDario y su creación poética,BuenosAires, ¡954; A. RAMA: RubénDarioy cl modernismo.Circunstanciassocio-económicasde un arte americano, Cara-cas, 1970; FRANCIsCO SÁNcHííZ-CASTAÑIZR: «Andalucía en los versos de RubénDarío», Analesde Literatura h’ispanoa,nericana,2-3, ¡973-1974, págs. 743-791.

L. A. Fí¡ma: «RubénDarlo debt to Verlaine in Reino Interior», RomanceNotes, 14-1, págs.92-95.

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de las posibilidadesque ofrece el análisis sémico de la obra de estosdos poetasestá el empezarcon elementostemáticos tan interesantescomo el mar, el bosque,el ruiseñor. En estoselementosse puedeencon-trar la expresióndel mundo de la agitación espiritual, del espectáculo

de la vida y de la presenciade la poesía.Pero,entre todosestosele-mentosno hay ninguno tan visible como el sol, consideradocomo ex-presióndel semaluz. Con el análisis de esteproceso semiótico se ex-plicará la creacióndel lenguajeluminoso de la poesía.

1. r,~ SELECCION DEL (X)MPONENTE SEMJOTWO

a) Fil lenguajepoético al nivel de la percepción

En el poemaYo soy aquél escribió Darío una estrofa en la Cualdice que su intento fue «hacer del alma una estrella y una fuentesonora»,

con el horror de la literaturay loco de crepúsculo y de aurora.

Ve en el crepúsculoazul la pautaque inspira el éxtasis; la bruma delos amanecereses el tono menor del sonido de la flauta; la Aurora,en cambio,es «hija del Sol», y representala lira, o sea, la visión poé-tica total. En el fondo, todos los elementos de este pasaje poéticoguardanuna homologíaconvencional.La estrella es a la vez fuentesonorade ritmos; los crepúsculosy las aurorasson momentosde luzsubliminaren que el alma ve sin deslumbramiento.La percepcióndelsol no es enteramentedirecta. Hay una cierta «locura»por los cre-pusculos y las auroras en el alma del poeta. Al mismo tiempo, esaluz tenuetiene algo de musical,porque está en la flauta y en la lira.Pero esto no quiere decir que Darío no perciba el sol directamentecuandoquiere. En 1/esperal dice:

Costaque el sol del trópico calcina.

Aquí sí queno hay literatura, sino sonoridadde la expresióndirecta.El poetasecoloca cuandoquiereal nivel de la percepción.En El por-venir habíaescrito cuandotodavíaera joven:

8 EDMUND REIss: Elcmentsof Literary Analysis, NuevaYork, 1967; 1. A. R¡-

cHAnO: Pracrical Criticism, Nueva York, 1929; N. RUWET: «L’analyse struc-turale de la poésie»,Linguisties, 2, ¡963, págs. 38-59, y M. BAQUERO GOvANES:Temas,formas y tonos literarios, Madrid, ¡972,

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Terno que me ofusque la miradasi estoycara al sol.

Si comparamoslas tres expresiones,notaremosquelas tresestána dis-tinto nivel. La última tiene el tono del lenguajeconversacional;la se-gundaacentúael elementomusicalde la expresión;la primeraesla quemás representa lo poético luminoso porqueya el poetase sientedueñode los símboloso semaspoéticos.

Veamoscl procesopor el cual llegó el poetaa obteneresteresul-tado, o sea, cómo creóel lenguajede la poesía.

b) La eliminación de la redundancia

En uno de los primerospoemasque traenlas antologíasde la poe-sía rubendarianaencontramosestosversos:

Vistetristesol?

Tan tristecomoélsufro muchoyo-

Lo que más llama la atenciónes la reducción a un solo elemento.Laidentificacióndel yo poético con el sol triste de los atardeceres.De laextensagamade los contenidosde la luz solar, el poeta,todavíaniño,haceuna reducciónsingular.Se trata del sol como expresiónde tris-teza cósmica. Paraver las redundanciasque ha eliminado,bastacitarotra estrofa juvenil en la que repite el mismo diálogo entre un túexterior y el yo interior. En Rimas dice:

En la cálida tarde se hundíael sol en su ocasocon la faz rubicunda en un nimbode polvo dorado.

- ¿Quémiras? Un astro.¿Mearnas? — Te adoro.

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Aquí apareceel calor, el nimbo rubicundo, el polvo doradoy la pala-bra de adoraciónamorosa,Si de aquípasamosa los elementossémicosde La lira alerta, volveremosa encontrarla reducción de las redun-danciasen la mismaclave de tristeza:

El sol poniente que quemala última ilusióno la bruma de un poemaque es fin de paston.

Aquí el signo solar que habíaentrevisto de niño se desdoblaen unasignificación múltiple que mira de un lado hacia lo material y del otrohacia los fenómenosdel espíritu.El sol ponientees triste porque«que-ma» las ilusiones del poeta. Así, el poemapor el que se desvive elpoetano es,al final, otra cosaque el fin del amor.

e) El hallazgo de la estructura sérnica

Este procesoiniciado en la percepciónsensorial,continuadopor lareducción de las redundanciasy culminado en la síntesis simbólicarepresentaen sus elementosbásicos el proceso sémico dc la poesía.En él aparecenesbozadassumariamentelas estructurassémicascon-tenidasen el tema solar. Pero conviene anotar ademásque entre lazonaperiférica de la percepcióno del lenguajeconversacíonaly el nú-cleo sémico de la poesía,se interfiere una zonaque perteneceal do-minio de la abstracciónteórica9. Varios ejemplosde estetipo de abs-tracción encontramosen la poesíaLa luz, en la que el poetahabladel«Pies que se muerey arde»,de los «átomosen movimiento»y de la«faja lucienteque desapareceveloz», Estepoematermina diciendo que«mientrasel sol oscila» y «tiendepálidosvelos», «tiñe de fuego coli-nas» y «el horizonte de luz» (P. de J.). En esteúltimo pasajese veclaramenteel paso desde la zona de la abstracciónteórica hastaelsemapoético».Es entoncescuandoel poeta«se levantabañadode luzcelestial». En este último nivel, el sol es «el pensamientode oro»(Salmode la pluma); el artees «el sol desconocido¡ que aún no brillafulgentey encendido(E. y Ph la musa«alza su tirso de rosas ¡ bajoel sol de la eternaarmonía»(Pórtico). El sol saldrá «en un triunfode liras (Salutación del optimista) y el poetabañará «el alma en luzlibre» (Dilucidaciones).El sol es «el padre teogónico»,«triunfanteen

DAVID DAlales: Critical Approaches to Literature, Norton, 1956.

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el trágico / vencimiento de las sombras»(Canto a la Argentina); losjardnesde ideasson «jardinesde sol» (A SantiagoRusiñol). En todosestos versos se define el senw sol con términos poéticos.La descom-posicióndel componentesemántico se veril ica en un procesoascen-dente. Las sucesivasreferenciasal sol transparentanla intención delpoeta de acercarsea una atmósferaenteramenteluminosa. Por eMarazón podríamosdecir que el poetatrata de encontrarla esenciade lapoesíaen la luz. RubénDarío quiso hacerde la poesíaun instrumentode irradiación luminosa.La fererenciaal sol se determinacon relacióna la luz que ilumina la mente.El lenguajesolar de la poesíade Daríoanunciaun semacasi único que es la luz.

d) La cobertura léxica

En su famosadefinición de la poesía. el marquésde Santillanaindica la necesidadde presentarlas ideas poéticastajo «fermosaco-bertura»10 En el análisis que estamoshaciendo,esa «fermosacober-tura» está constituida por las palabraspor las cualesse expresa elsernade la luz. A los ejemplos anterioresse puedenagregarotros to-madosde la mitología:

Del firmamento,la región vacíacruza Febo entre mil reflejos suaves

(Naturaleza.>

Bajo los orosque vierte el hijo de Lliperión

(Palimpsesto)

Foibos, triunfante en el trágicovencimientode las so¡nb,-as

(Cantoa la Argentina)

El mismo sema de la luz reapareceen las metonimiassiguientes:«El tirso de alabastrodela etérearegión» (Salmode la vida,); «El con-duetor del carro ¡ de la mágica ciencia» (Helios); «el diamante queprefiere la Argentina»(Canto a la Argentina). En otros poemasencon-

‘~ Y AMOR DE LOS Ríos: Obras de don llEgo Lópezde Mendoza, marquesde Sa,ítillana, Madrid, 1952; J. B. TRENO: Marqués de Santillana Prose andVerse, Oxford, 1940.

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tramos metáforasque tienen como término de referenciael fuego:«Cuandoel sol en el ocasoapenasarde» (Ella» o el rostro de unapersonaamada:«El sol asomó¡ la faz puray soberana»(Desengaño);o el imperio de un monarca: «Del gran sol en el cálido reino»; o unamante: «~Amérieahermosa!El sol te besa.- .» (El porvenir); o hacereEcrenciaal dominio de lo sagradoy milagroso: «Bendito el calorsagrado¡ que hace reventar las yemas»(Primaveral).

e) Categorización semiótica

Evidentemente,hay unidad de referenciaen todasestasdenomina-ciones, puestoque todasrepresentandistintasconnotacionesde la luzsolar. Pero esta unidad es en cierto modo horizontal. Si se estudianlos contextos referencialesse nota al punto que el semasolar puedeser jerarquizadodentro de una seriecategorialque va desdeel objetomaterial,o el sol-astro,pasapor el conceptode tipo cultural y social,el sol-emblema,y llega hastalos conceptosde índole filosófica y teo-lógica. Veamosalgunos ejemplos:

El astro eterno luce; glorificala vozde lo inmortal su excelsallama.

(El porvenir)

Los dos niveles a que mira el poeta son el de la luz material y elde la luz inmortal. Los dos niveles estánentrelazadospor la «excelsallama» del sol. Con este pensamientocomo antecedentespodemosinterpretar los versos del Poemade otoño:

Nuestro cráneo guarda el vibrarde tierra y sol.

No me parece que estosversosquierandecir que el cerebroguarde laluz como la guardanlas plantas.La vibración que guarda el cerebroes «el ruido divino» de que habla el poetaen Helios, o sea,es la ins-piración artística.

Podemossituar en tres categoríaslos semas solares: 1) el nivelfísico perceptiblesensorialmente;2) el nivel metafísico inteligible porel discurso; 3) el nivel estético sensiblepor medio del lenguajede laemoción.Con estabasela lectura de los versos del Poemade otoñoadquiereun nuevo sentido:

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Gozadel sol, de la paganaluz de susfuegos,gozaddel sol, porque mañanaestaréisciegos.

En este«gozaddel sol» no se tratadel carpediern hedonista,comoentiendeArturo Marasso~, sino que se sugiereun abrir la sensibilidadhacia la fruición de la claridad solar como medio para descifrar elsignificado superior de los objetos, La «luz de los fuegos solares»es la luz de la «eternaarmonía»,es el «ruido divino» del ritmo delarte, y es la vibración universaldel amor. En estalínea de sentidosorganizadospor categoríascreadaspor el poeta se deben interpretarlas referenciasal sol que tanto abundanen la poesíade Darío. En elCanto a la Argentina invoca al sol para que «ilumine el advenimien-to / del crecientepensamiento».Estosversosno tendríansentidosi nose pusierande basede la componentesemánticalas anteriorescatego-rías.En RubénDarío, la luz solar tiene unacargasemánticaquecom-prende múltiples sentidos.La iluminación del mundopor la luz solarcorre paralelacon la iluminación de la inteligencia por la inspiración;con el entusiasmode los juegos olímpicos; con el honor de las leyesy con la conservaciónde la paz como armoníaen el orden. El sol esel «ritmo» quehacecantar«el bosquesonoro»con el grito de alegría:

¡Alegría, alegría] El sol, rey rubio,cruza el azul con su diademade oro,y va en el aire el ritmo y el efluvioca/ita el bosquesonoro.

(Laetitia)

2. LAS TRANSFORMACIONES SEMIOTSCAS

Lo que haceel poetacon los signosque logra construir es lo másimportanteen el quehacerpoético.Por medio del componentesemióti-co las palabrasque empleael poetaadquierennuevaluz. La referenciaaparecerevestidade múltiplesapariencias.La habilidad del poetacon-siste en emplear esa «aparienciapoética» para construir con ella elmundo de la poesía.Como es lógico, tiene que partir de la termino-logia tomadadel mundo de la percepción.De allí en adelantedebe

MAuAsso, op. ch.

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partir la construccióndel mundo que llamaban los -antiguos precep-tistas, «el mundo del fingimiento» y que hoy se lo llama el mundode los signos trasladadosen el teclado semiótico. Ese trasladar los

signos en la escalapolifónica de la poesía es el punto que tenemosque aclararahora. Las palabrasque empleael poeta,en cierto modorecorren escalascromáticasen las que entranelementoseróticos,mí-ticos, folklóricos, históricos y metafísicos.

a) Erotización del sol

El sol que «calcina la costa;> es, al mismo tiempo, el signo delamor. Desdemuy tempranoempezó Darío a emplearel sol como tér-mino amatorio:

Si el sol, Herminia, te contemplara,en su rauda carrera se detuviera.

<‘Serenata)

Esta erotizacióndel sol se hacemás trascendentalcuandodice que elsol «besaa América» (El porvenir). La mujer es «la hermanadelígneo astro» (Pensamientode otoño). El amor mismo «está llenode sol» (Divagación). Venus. la diosa del amor, y el sol «hacennacermil rosas»(Marina).

b) Mitificación tkl sol

La mitificación del sol no es un producto de la imaginación deDarío. Sigueen estepunto la llamada«tradición oecidentab~,que reco-nocecomo suyoslos mitos creadosen Orientey transmitidospor inter-medio de la tradición literaria griega12 Es casiun lugar común llamaral sol Febo,o Apolo, o el hijo de Hiperión. Mencionar el sol valién-dose de otros denominativoses casi salirse de la tradición occitntalo, al menos,no seguir cl llamado «lenguajepoético».No se puede,de ningún modo, decir que Darío es un «poetamítico>~. El no creónínqúnmito. tas referenciasmíticasque se puedeii hallar en su poesía

‘1. For’a~oy: «Le langage poétique», Diogéne, 5, 1955, págs. 72-113; NoR-TIIROP FREY: Anatomy of Critieism, Atheneum, 1965, págs. 131-239; MAX 1.Flrujutno: Myths ami Their Mcaníng, Boston, ¡962; Groaor \VHALUIY: PoeticProcess,An Essayon ¡‘oc/íes, Cleveland,1967; 1. A. RIcÍIARDS: Op. cii., pági-nas 214-223.

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Rl«KILSOS SE’N1 I(YIJ(~OS EN lA POESIA 469

se quedanen la superficie.Nunca la mitología alcanzaa entrar en lamedulade la poesíarubendariana.La mejor pruebaque se puededares niostrar cómo continuamenteel mito y la realidad se mezclan entresí. se entrecruzany embarazande tal modo, que mito y realidad noalcanzana definirse independientemente.De la parte del mito, encon-tramoslas denominacionesmitológicas;de la partede la realidad, los«reflejos suaves»,«la región vacía», como en estos versos del poemaNaturaleza:

Del firmamento,la región vacíacruza Febo, entre mil reflejos suaves.

Pero también se dan pasajesconstruidoscon elementosmás estric-tamentemíticos, como estosversosdel poemaPalimpsesto,en queapa-rece }-líperíón con sus famososbueyes:

Cuandolos torosde lascampañas,ha/o losorosque vierte el hijo de ¡-liperionpasanmugiendo...

La denominaciónmítica que más le gustaa Darío es «Helios».Asítitula un poemaen que llama al sol «padredel arte», como Cervanteshabíallamadoal sol «padrede la Poesía»~ El aparatomitico de estepoema lo constituyen los «caballosde oro», el «argentino trueno».«las águilas»y el «triunfo sobreel miedo». Helios es quien «pueblade amorla conciencia»,«riegatodaslas artes»y hace «volar la psiquecierta de la verdaddel sueño».

En la cosmogoníaamericana,el sol constituía uno de los mitosprincipales,por medio del cual explicaban la marcha del cielo y lafertilidad de la tierra. Rubén Darío desconocióesa hermosísimamito-logía. Solamentemenciona«el sol incásico»en el Canto a la Argentina.En el poemaen que narra el origen del poderde Tutecotzimí las refe-rencias al sol están tomadasde las categoríasde la percepción: elsol se levantadel «florestal sonoro»; el sol hace brillar el carcaj; y«las flechas oscurecíanel sol». Esa carenciade mitos cosmogónicosamericanosera partede las razonespor las cualesRodóno considerabaa Darío como el poetade AméricaI4

‘ MICUEL OL CERVANTES SAAvEDRA: El IngeniosoHidalgo don Quijote de laMancha, 11, pág. 45.

14 JosÉENRIQUE RoLX5: «RubénDarío»,en Obras completasde J. E. R., Ma-drid, 1967. págs. 169-192.

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c) 1-leroización de los signossolares

Los mitos solaresfueron los que inspiraronlos signosheroicosrela-cionadoscon el sol ‘~ El sintagmamás conocido es el «sol de la vic-toria». Darío lo empleaen el poema¡la Unión Centroamericana.Otrosintagmaheroicoes «el sol de la gloria». Rubén Darío haceaparecerla gloria del Cid como el sol quehacever «el almade acerode Tizona»(Cosasdel Cid). En el poemaLa marcha triunfal no hay dudaningunade que es al sol de la gloria heroica al que «saludancon voces debronce las trompetasde guerraque tocanla marchatriunfal». La glo-ria heroicade los guerreroses análogaa la gloria, «sol sin poniente»(Trébol), de los poetas. Por eso dice Rubén Darío a Charles deSoussens:

Que la Ainérica escuchetu noble melodíay a Suiza, BuenosAires puedaenviar algún díatu cabezalunática coronadade sol.

Los héroes de la libertad, como Garibaldi y Mitre, son «almas dediamante¡ hechasde libertad y nutridasde sol» (Garibaldi y Mitre).América tiene su símbolo de gloria solar en el águila y la gloría delmundo hispanoamericanotiene su símbolo en ci cóndor. Las dosavessimbólicas «miran al sol» porque representana pueblosque aspirana la gloria heroica.

d) Poelización del serna solar

Todo el proceso semióticoque estamosanalizandoconstituyeen símismo la poetizacióndel serna solar. Pero en esteaparte quiero des-tacarel contenidoestrictamentepoético y lírico de los elementosestu-diadoshastaaquí. Considero como signo esencialmentepoético el quehacereferenciaal mundode la imaginación y de la emoción.Es rigo-sosamentepoética la expresiónen la que la liberación de la mentellega a su maxímogrado16 fl~ poetadice sus sentimientossin sujetarsea limitación alguna. Expandeo depura los signos que crea a gusto.Se sientedueñode los recursosde la expansióny domina el contenido

‘~ PronoSALINAS: La poesíade Ruté,:Darío, Buenos Aires, 1948; ENRIQUEANOERSON IMBLRT Rubén Darío, poeta. Madrid, 1960; Dos,osussA, SWANN:«Introducción»a la Antologia poéticade RubénDarío, NuevaYork, 1969.

‘~ HARI< LINEWII-IAL: Aspectsof I-’oeíry Modeen Perspectives,Boston, 1963.

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que encierraen ellos. Elimina las redundanciasque quiere. Haceesta-llar el universo enteroen una gota de rocío. O ve una visión divinaen un fenómenode la naturaleza,como en estosversos de Darío enlos que se describela salida del sol:

Lo aurora triunjalsu peplo de oroy el cesto de rosas que riega en la tierray el mar

(Lieder)

Abandonandoel territorio de lo perceptible,cl poeta se aventuraa la visión de lo que presientemás allá de lo visible. Junta los datosde la experienciacon los textossagradosde otros tiemposy logra sín-tesis representativasde la cosmovísion:

El verbo es luz y Dios es luz brillante...Tu luz hiere mi frentecomo las cumbí-es el rosadoOriente...

(Epístolas y poemas)

En estepunto es cuandoel poetasc siente«dueñode soles y señorde mundos»(El porvenir). El sentidodel arte como superaciónparecevenir de la contemplaciónde la luz solar.La poesíaes:

La isla en que detienesu esquifeel argonautay la sirena va a ver el sol

(Coloquio de los Centauros)

Como resultado,la poesía,«casi desnudaen la gloria del día», «alzasu tirso de rosas» «bajo el sol de la eternaarmonía».Por esa pleni-tud vital y luminosa,el poetaquiere hacer del alma «una fuente so-nora» (Cantosde vida y esperanza).Transformala visión del mundo.Ya no es un espectáculonaturalista, sino un cosmos sonoro. En élse oyen los corosapolíneosde un «triunfo de liras» (Salutacióndel op-timista). Los versos corren «llenos de sal marina/y calientesde sol»(A Remyde Gourmont).La poesíaes calor y luz, o sea, RubénDaríose sitúa en el mundo que podríamosllamar de la poesíasolar

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e) Musicalizacióndel sol

Sorprendeen el poemaHelios la expresión «ruido divino». Ex-

trañaideade un «sol sonoro»que recorre el firmamentoazul. Este solmusical es el padrede la eternaArmonía.Cervanteslo llamaba«inven-tor de la Música»17 ParaRubén Darío el «trotar de los caballosdeoro» es lo que «activa»la músicadel verso. Porotra parte,la cuadrigasolar «despiertael instrumento sacro». Los versos son «ruidos divi-nos». Esta visión del sol corno «ruido divino» y «manantialde ver-sos sonoros» es una de las más bellas intuicionespoéticas de Darío.El mismo se dio cuentade que esta intuición no podía sermantenida,sobretodo ante los hombres«que no sabennada»,porque estánsu-mergidosen el «sueño».Por ese motivo, despuésde cantar«el ruidodivino» del «ritmo universal»se callóparasiempre.Solamenteen Pro-grama matinal volvió a mencionarcasi tímidamenteal «sol sonoro».Sonmuy pocoslos hombresque tienen el privilegio de sentir «la sono-ridad de la luz», Pero es un hecho que la luz es armonía, o sea, esmúsica.

f) Signospoéticostomadosdel folklore

Dentro de la semióticapoéticadel tema solar,Rubén flario intro-duce elementosfolklóricos, no muchos,por cierto, que parecendesti-nadosa dargracia al contenidopoético.Estoselementosestánsacadosdel abundantísimominero del folklore español.Es el «sol y salero»de las andaluzas:

Soly saleroque teníaesta Maríafoco de mis ilusiones

(Maria)

Y es «el sol dorado de manzanilla»en el que se expresael gozode vivir de las gitanas cuandocantan la seguidilla:

Que bajo el sol dorado de manzanillaqueestaazuladaconchadel cielo baña,polífona y triunfante, la seguidillaes la flor del sonoro Pindo de España

(Elogio de la seguidilla)

CERVANTES: Loe, cit.

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g) La filosofía del serna solar

Rubén Darío no fue un poetafilosófico. El mismo se reconocecomopoeta«sensitivo».Pero, a pesarde estaconfesión,en muchospoemassale a flote una cierta filosofía epicúrea. No se necesitaser filósofopara expresarun sentir filosófico. La filosofía de RubénDarío es muydel siglo xix y muy latina. Se la encuentraen versoscomo Lo fatal, enlos que expresa«el dolor de la vida consciente».Es posible analizarestosversos en términos de Schopenhauer.Pero también se puedeveren ellos el pensamientode Miguel Angel ~.

Dejandoa un ladoestasconsideracionesde un tipo queno es el quetratamos,es posibleanalizarfilosóficamentealgunospasajesen los queel sernasolar se proyecta a profundidadestrascendentes.En el Colo-quio de los Centaurosencontramosestaspalabrasen bocade Polo:

El biforme ixionida comprendede la altura,por la maternagracia, la lumbre que fulgura,la nube que se anima de luz y que decorael pavimentoen donderige su carro Auroray la bandade iris que tiene siete rayoscual ¿a lira en susbrazos,sietecuerdas...

El misterio de la luz es lo que comprendeeste centauro.Ese mis-terio tal vez consisteen el nacerel sol con el día, o en el regresodelsol en la primavera,o en la luz nocturnade las estrellasy de las auro-ras boreales.Ese «misteriode la luz» lo revela la tierra en la que sedesplieganlos siete coloresde la «bandadel iris». La tierra es la re-veladorade «la lumbre que fulgura» en las nubesy en el arco de lalira. El misterio de las cosases un problemarelacionadocon la luz ycon la interpretaciónen términos humanos de los fenómenosnatura-les, como es el casode asemejarlas aurorasborealesal «polo coro-nado de cándidoscabellos».Esamezcla de terrenalidady de humani-dad es lo que pareceexplicar Darío en estepoema.Por eso afirma unpoco niás adelante,al descubrirel nacimientode Venus:

Cuandodel sacroabuelo la sangre luminosacon la marina espumaformara nievey rosa,hechade nieve y rosa nació Anadiomena

~~AMAnO ALONSO: Op. cit.; R. BENÍTEz: «Schopenhaueren Lo Fatal», Re-vista Iberoamericana de Literatura, 80, págs. 507-512,

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El mismo tiempo,esa mismamezcla de terrenalidad,humanidadydivinidad es lo queconstituyela esenciade la poesía.Folo y Guirón,los dos centaurosque representanel mito poético,muestranla esenciaoculta de la poesíacomo luz solar, rumor de selva y cuerpo de mujer.Orneosintetizaestosconceptoscuandoexclama«Yo comprendoel se-creto de la bestia».El poematerminacuandoApolo se acercaal me-ridiano; el Océanorepite los «truenosprolongados»:ha nacidoVenusy los centaurosse alejan.La fábula de este poematal vez se explicasolamenteen términosde la filosofía sacadadel sernasol-luz-vida.

Esta misma interpretacióndel misterio de la vida en términos deluz y de amorse encuentraen el poemaEl reino intetior. En esosver-sos dice:

Mi alma frágil se asomaa la ventanaoscurade la torre terrible en que ha treinta añossueña.La vida le sonríe rosaday halagueña:Y exclama: ¡Oh fragante día! ¡Oh sublime día!Se diría que el mundoestá en flor; se diríaque el corazón sagradode la tierra se muevecon un ritmo de dicha; luz brota, gracia mueve..,

En estetracto poético,la luz «brota»y la gracia «llueve» delantedel alma prisioneraen el tiempo. Los dos verbos«brotar»y «llover»muestianal poeta sensitivo que ve la luz brotar como una fuente yla gracia llover desdelos cielos. Pero no hay que olvidar que el alma«ha salido» a la ventana.Eso que estádiciendo, que el mundo «estáen flor», que el día «es fragante»puedetener otro sentido. Es la vi-sión interior, cl contemplarlas cosasdesdeun punto de vista trascen-dente. En cl Poemade Otoño encontramosuna explicación de estavisión. El poetadice que «el cráneoguardael vibrar del sol» y

En nosotros la vida vierte

fuerza y calor.Vamosal reino de la muertepor el camino del amor

El alma del poeta es un cofre en el que la naturalezaguardasustesoros de luz, dc vida, de calor y de amor. Osea,el serna solar seextiendehastacasi comprenderla totalidad de la vida humana.

En síntesis,Rubén Darío creó lo que se podría llamar la poesíadel semasolar. En una sola estrofa sintetizó las transformacionesque

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efectuócon el semasolar.Esa estrofaconstituyeel núcleocentral delCanto a la Argentina:

;Oh sol! Padre teogónico,sol simbólicoque irradiasen el pabellón ¡Sol salomónicoy helénico, lumbre de Arcadia,inítico, incásico y mágico!

Foibos, triun¡ante en el trágicovencimientode las sombras;Tabúy Totemdel abismo.

¡OIt sol! que inspii-cts y asombras,ilumina el advenimientodel crecientepensamiento..-

Estavisión comprendela culturahebrea,griega, incásicay, en cier-to sentido,argentina.Pareceanunciarel nacimientoen Américade unacultura que conjugatodosestoselementos.«Las generacionessolares»de América parecenanunciarel advenimientode esacultura.

3. ]SOTOPJASSFMIOTWAS: VERLAJNE

La lecturatotal de la obrapoéticade RubénDarío y de Paul Ver-lame confirma la hipótesissostenidaen estainvestigación.Hemos es-cogido como lectura isotópica la obra de Paul Verlaine porque estepoeta francéstiene muchos puntosde contacto con Rubén Darío enel dominio de los elementossemióticos1t Creo que estos elementosestán fuera del campode las técnicasestilísticasy no se puedencon-siderarcomo puntos de influencia o de imitación. El caso es que elterna sotar presentaen Verlaine y en Darío puntosnodalescomunesseñaladospor la confluenciade tiempo, lugar, filosofía, estéticay es-tructuraspoéticas.

Como en Darío, en Verlaine nos encontramoscon «solestristes».

En Verlaine se trata de la «solemnidaddolientede los ocasos»(L’an-

“ En varias partes de sus escritos reconoceRubén Darío la influencia deP. Verlaine y la admiraciónque tenía por él. En el Responsoa Verlaine em-piezacon este apelativo: «Padrey maestro».Nota: Cito en español los versosde Paul Verlaine traducidos directamentede OeuvresCornplétes,París, 1930.

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goisse);la «melancolíadel poniente»(Soíeiiscoachanis),en que se mez-clan «recuerdosy crepúsculos»(Crépusculeda soir mystique).En elpoeta de París se adivina una cierta ironía contra la luz solar. EnPaysagehabla de «un sol chato que embadurnala llanura con susrayos». En Darío no se da nuncaestaespeciede ironía. Lo que paraVerlaine era ironía dolorosa,para Darío era melancolíatrágica.El solque «embadurnala llanura» en Verlaine es el «enfermoque caminaal cénit» en Darío.

Verlaine insiste en los amaneceresy en los atardecerescomo mo-mentosde inspiración.«El sol matinal calienta dulcemente»(La bornechanson). Esta «dulce claridad» acaricia cl sueño de felicidad de lajoven que se mece en los rectíerdosamorososmientras el sol la des-pierta. Esa misma luz matinal que «alumbrabael jardincito» (Poémessaturniennes)se convierteen la libertadorade las pesadillas:

Quitameel sueñoy esa pesadilla tristea toda luz y a pleno sol

(SonetoXII)

Verlaine hablade «un baño de sol» como de una experienciamís-tica. El sol de mediodíaes el «cómplice» de la alegríadel poeta. Elsol espléndidoes «amableal hombre y proclama a Dios» (ladis etNagrt&e). Estesol es casi un compañerodcl hombreen el trabajo.

Trabaja, viejo sol, por el pan y por el vinoporque alimentarásal hombre con el fruto de la tierra

(Sagesse)

Pero es el sol del atardecerel que más conmuevea Verlaine.

Una blancura débilderrarna sobre los camposla melancolíade los ocasos

(SotejIs couehants)

La luz del atardecertienerevelacionesmísticas,La claridad del cre-púsculo vespertino

se enrojecey tiembla en el horizonte ardientecomo la esperanza

(Crépuscutedu soir mystique)

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Es innegableque el poetase complaceen esosocasossanguinolen-tos en los que «un sol ya menosardientebrilla en tín cielo! ya muchomenos denso». «El horizonte ensangrentado»del Angélus du mañaes el escenariotambiénde «la hora manchada»de Luxare. La pues-ta del sol es el momentode los grandescontrastes.Y la voz del poeta«subede la tierra cuandoel sol deelina».La noche,en contraposición,es el tiempo de la reparación:

Queuna luna muertadé luz suficientepara expiar los soles pasadosPara expiar los soles pasados

(Don Juanpipé)

En conclusión,Verlaine siguió emocionalmenteel cielo cósmico dela luz e hizo de estaexperienciamateriapoética. Sintió la presenciasolar como el centro de la emociónpoética:

¡la tierra, el mar, el cielo todavía purosy jóvenesque el sol bañaba en luz de oropoderosa...

(Prologue)

El sol es el que haceal bosqueun escenariode inspiración lírica. EnNevermorehabla de un «bosqueal que arrojabasusdardosmonóto-nos el sol». La primaveraes hermosaporquetiene un «bello sol queacaricia»(Sub urbe). Allí ve el poeta«los viejosmuros bajo los rayosdel sol joven» (SagesseXX). La alondra«estállena de sol y de liber-tad». Hay «montonesde piedrasescandalosasy blancas!donde se en-fureceel sol como en un paísconquistado>~(SagesseXVI). DesdeParísve «las colinas sobrelas cualeshanacidoun nuevosol» (Paris).

Dentro de esteuniversosolar,Españaes la tierra «heroicabajo elsol y loca bajo la luna» (A Charles Maurice). En España,como enParís, «el sol siemprearroja su polvo de oro en algún hueco» (Sages-se). Los poetasson «cálidosy risueños»porque «amanalegrementeyfrancamente»(Chansonpour Elle). El sol, en efecto,hace de marco alas aventurasamorosas.El sol es el amantejoven que acogenlas jó-venes. O es el trabajadordel cielo que hace el pan y el vino. O esel símbolo místico de Cristo. Finalmente,el sol forma parte del apa-rato folklórico:

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El castillo muy blancoadornadoal flancocon el sol poniente

(Sagesse)

El procesosemiótico del semasolar como elementopoético no esigual en Paul Verlaine y en Rubén Darío. La diferenciaradica en laexperienciavital del sol. En Darío estaexperienciacomprendíael soldel trópico americano,entrelas selvasy los mares.En Verlaine, erael sol templadode las primaverasde Paris. Estasdiferenciasrevelanpor quédeterminadoselementosemocionana uno y a otro poeta.Hastasepuededecir que el saborde la poesíatienealgo que ver con la luz.En Verlaine,estállena de ironía agridulce:

Despótico, aburrido, inodoro, el estío,comoun rey perezosoque preside un suplicio,se estira por el blanco cielo cómplicey bosteza...

(Allégorie)

Rubén Darío, en cambio, quierever «un triunfo de liras» (Saluta-ción del optimista)en la playa donde«la sirena va a ver el sol» (Co-loquio de los Centauros),porqueel sol es «el conductorde la mágicaciencia»y su «luz radiantey vivida enciendeel corazón»(Helios»

Las homologacionesquepuedenestablecerseentreVerlainey Darío,dentro de la isotopíasolar,parecenconduciral hallazgode un estruc-turalizadorsémico,constituidopor la luz. En ella estála potencianorestringiday la determinaciónco-ocurrentede la poesía.O sea, es laluz la que inspira al poetay le muestralos objetosde inspiración.

Parauna mayor comprensiónde estascaracterísticasestructurales,hay que recurrir al mecanismoestilístico de la poesía.Habría que re-conoceren estosdos poetasun cierto «reguladorecológico»de la va-riante psicológica. Una sensibilidadpermeadapor distintas influenciasse consoliday unifica por razonesde naturalezadinámica. Dentro delconjunto de expresionesy contenidosde la poesía.el tópico solar entracomo predominante.Quedasolamentepor investigarlo que cadapoetacreacomo aporteal lenguajey al contenidode la poesía.

Es evidente que en la poesíade Rubén Darío entran como apor-tacionesdel sentido del semasolar las experienciasque él vivió enCentroamérica,en Chile, en Argentina, en España,en París y en Ma-

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llorca. Por estemotivo, el icono sol tiene múltiples derivaciones20, Lamaneracomo el poetaintegra todos los elementosde su experienciavital en la forma poéticaque crea es lo que tiene más importanciapara el critico. De aquí la necesidadde explorar las circunstanciasdelugar y de tiempo antesde analizarlos contenidosestéticosde la poe-srn. Al mismo tiempo, no cabe duda de que es importantedeterminarlas diferenciasdimensionalesde los distintos niveles semióticos.Esteúltimo paso es el que hemos tratado de dar al analizarel contenidosemiótico de la poesíade Rubén Darío y al tratar de encontrarlasisotopíasque son evidentesen las obraspoéticasde Darío y Verlaine.No es posible, en estaetapa de la investigación,hallar el modelo ac-tancial correspondientea cada uno de estos dos poetas. Pero es po-sible encontrarlas recurrenciasjerárquicasy categóricas.

Entre Rubén Darío y Paul Verlaine es posible hallar líneas deunión o clasemasde naturalezasemiótica,basandoel análisis en reglasde presencia-ausencia,cerrado-abierto,separado-junto,ironía-analogíay mito-realidad. Por la primera regla, hallamos que en ambosse en-cuentrael sol como presenciaactuantede la poesía.Por la segunda,vemosqueVerlainees un poetaabiertoa los cielos cósmicosde la na-turalezay a los procesoséticos de la mente;RubénDarío. por suparte,es un poetaabiertoal ambienteinterno con intensostonos sensitivos.Por la tercera,Darío no separael tema solar del semapoético. Hacede ambosun solo haz semiótico. En cambio, Verlaine no separaelsemasolar del sema místico. Lo sagradoy lo solar se juntan en lapoesíade Verlaine. Segúnla cuartaregla, Verlainese sitúa en el ladode la ironía, en tanto que flario se coloca en las construccionesana-lógicas que edifican un mundo interior a semejanzadel mundo exte-rior. En fin, por la quinta regla hallamos que el sema solar rubenda-riano se enriquececon los mitos de la antigUedadclásica,a la vez queel semasolarverlenianose sitúaen el dominio delas experienciasafec-tivas, relacionadascon los ciclos de la naturaleza.Paraambos poetas,la presenciasolar abre nuevasdimensionesde expresióny de conte-nido. El poetarecorreun periplo que da la vuelta en tomo de la rea-lidad para medir sus distintos gradosde iluminación y de interioriza-ción. La poesíaes una singladuraentre el mito y la realidad. El viajea la poesíase da entreestosdospuertos.

~ W. KL WÍMsArr: The Verbal feo,,, Studies in the Meaning 01 Poetry,

Noonday, 1960.

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CONSIDERACIONESFINALES

En esteanálisisno sc puededejar de un lado lo que constituyelosuniversalesde la cultura, El proceso de la creaciónpoéticase ajustaen mucho a los principios de la creaciónde la cultura. Los poetasselanzana la creaciónde conjuntossemióticoscon elementossacadosdela realidad.Porotra parte, esteproceso es semejantetambiéna la crea-ción de medios de comunicaciónpor medio del lenguaje.Ambos pro-cesosexperimentanconvergenciasen las expresiones,tales como: orosolar, luz de oro, circundadode oro; y divergenciasen el contenido,como sol heroico, sol que ttabaja, sol triste, lodos los poetas sehacenconscientesde sus limitaciones,Pero al final llegan todosa unameta comúnque es la expresiónde la emocióndobladacon identifica-

cionescósmicas:sol de la a!egria, sol y salero (Dario), expiar los solespasados(Verlaine). Creenciasartísticas, ideologías estéticas,habilida-des verbales,invencionesrítmicas,son terrenoscomunesen la poesía.Pero el dominio de los recursossemióticosy el sentido de los semaspoéticos es algo que no sale del dominio personal.Entre los semaspoéticosy los símbolos oníricos hay un paralelismoprofundo. El ana-lista de la poesíapodrádescubrirun cierto continuumentrelos poetasde una época,o de una región, si caía su miradahastalos más pro-fundos niveles semióticosen los queya no cuentael vocabularioni lasimágenesretóricas.Ese continuum que pone en series de desarrollolos signospoéticosconstituye la visión cósrníc~ de cadá pueblo y decadaépoca.

Esto nos conducea afirmar que dentro de Ja experienciadel fenó-meno luz, ya seadentrodel mundofísico, ya como experienciamental,es muchomáslo quees comúna todos los hombresquelo que los se-para.Desdelos mitos griegos,quepersonificaronen distintosdioses losfenómenosluminosos,hastalos modernospoetasque hablan de «áto-mos en ínovímiento», se puedetrazaruna línea continua de conver-genciasy divergenciassemióticas,sobretodo cuandose trata de trans-cripcionesverbalesde experienciasde visión. Los místicos son los téc-nicos de la visión interior, como los físicos son los técnicosde la vi-sión exterior. Ambosempleanel verbo «ver» con distintasconnotacio-nes, Los místicos y los físicos «ven» lo que no estáa la vista de losdemásmortales,Hoy día se tiene la impresión de que son más miste-riosos los técnicosde la física que los poetas¡nísticos. Pero se tratacíe nl ra c.l-A~e ~lemíY e.rím

Avanzandoun poco más, cuando se llega a las experienciassu-premasde la vida, el nacery el morir, encontramosque los poetasde

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la luz interpretanestasexperienciascomo fenómenossolares,amane-cesesy ocasos.La supremaexperienciamental, la iluminación de lamentepor las ideas,parecetambién incluida dentro de la terminologíadel sernade la íuz. Los poetas,si no son los inventores,al menossonlos reveladoresde las más grandesexperienciasluminosas.El lenguajedel día y de la nocheha servido para declararmuchosfenómenosdeiluminación. San Juande la Cruz hablabade «nocheoscura»21 Verlai-nc se refiere también a la nochede dondesale la luz:

Esta es la noche;la dura noChedel ti-abajode la que saldrá lentamente,lentamente,la obra poética,lo mismoque saleel sol

(Ep. III)

RubénDarío veía los pinos «sombríos,sin oro de sol», al lado delos «pinos antiguosqíie agitara el viento ¡ de las epopeyas,amadosdel sol».

En conclusión,el análisis del proceso semiótico de la poesíaenRubénDaríoy en Paul Verlaineconduceal reconocimientode una no-menclaturasolar que expresa la experienciade la luz en sentido es-tético. El andamiajeverbal de la poesíalleva dentro una estructuraapofánticaque revela la visión interior del poeta.La poesíano es in-formación ni es comunicaciónsolamente.Es creación,como su nom-bre indica. El signo poético es el resultadode un procesode búsqueday de intuición. Las palabrassirven como de señalespara abrir el pai-saje interior. Lo soñadoy lo sentido se unen y se complementanenla arquitecturapoéticapara construir un mundo nuevo‘-a. El procesosemiótico de la poesíaes un movimiento de acercamientoal reino delo que es puramentesignificativo. El lenguajepoético es un código dereferenciasa la realidad interiorizadaque,en muchos casos,no es lamismarealidadmaterial. El sol de la poesíano es el mismo que el delas playasde verano.Tal vez la poesíasea solamenteun contemplarextático la totalidad dc la experienciaexpresadaen símbolos.Descifrarel código poético es la máxima aspiración del que aspira a hacerelanálisis semióticode lasobraspoéticas.

Luís PÉREZ BOTEROUniv, of Saskatehewan(Canadá)

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