PRECIO, COSTOS, ABUNDANCIA Y ESCASEZ: ¿HAY...

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24 DE OCTUBRE DE 2012 L a Figura 4 muestra la pro- ducción de cobre de Chile entre 2000 y 2011 en miles de toneladas de cobre y la inver- sión, en dólares 2011. La inversión en este periodo fue de 44 mil millones de dóla- res, la que tuvo como resultado mantener la producción de co- bre del país, hasta ahora. La inversión de reposición fu- tura, para mantener la produc- ción, es muy cuantiosa. Por ejemplo, es muy superior al 50% del total de la inversión de Co- delco en la próxima década, y constituye casi la totalidad de la inversión de Minera Escondida en los próximos años. Ello debido al deterioro de las leyes mineras, la mayor profun- didad de los rajos, la mayor du- reza del mineral, la necesidad de transportar más material a una mayor distancia y de mejo- rar las tecnologías para amorti- guar el efecto del incremento de costos. Estas cifras revelan que el fu- turo depara una industria cuprí- fera mucho más grande que la pensada hasta ahora, lo que sig- nifica que el país requerirá más profesionales, técnicos, y traba- jadores especializados sólo para la inversión. Esta conclusión se extiende a todas las grandes minas del mundo, excepto a las nuevas. Y como vimos anteriormente, el peso de las grandes minas en la producción mundial aumentó desde un 22% en 1990 a cerca de 50% en 2010. Puede anticiparse que esta tendencia no va a cambiar en el futuro, y que más bien puede acentuarse. Por ello el compo- nente de costo de capital de re- posición del costo unitario de producir cobre irá en aumento. Lo último augura una even- tual elevación sistémica del pre- cio en el largo plazo, lo que hará al cobre cada vez menos com- petitivo respecto a su principal sustituto, el aluminio. Este es 1.220 veces más abun- dante que el cobre en la corteza terrestre, por lo que no sufrirá del requerimiento de un exceso de inversión de reposición para aumentar su tonelaje de pro- ducción. El aluminio tiene, sin embar- go, varias propiedades intrínse- cas más pobres que el cobre, y requiere 4,5 veces más energía que éste por cada tonelada pro- ducida. Chile sigue siendo líder en co- bre pues produce cuatro veces más que su seguidor más cerca- no, y continuará como tal debi- do a los proyectos que vienen. CHILE, LÍDER INDISCUTIDO EN COBRE, INCLUSO SIN HABER CRECIDO DESDE 2004 E l precio constituye el incen- tivo que tienen las empre- sas mineras para invertir en la minería del cobre. Cuando el precio futuro se percibe bajo desaparece dicho incentivo ya que los retornos serían pobres, y los recursos financieros se desvían a industrias más renta- bles. Por ello es que la inversión sigue el ciclo económico, cuan- do el precio es alto hay inver- sión, cuando el precio es bajo la inversión es mínima. Cuando hay un ciclo econó- mico global bajo, la demanda por cobre sigue creciendo, aun- que a un ritmo más lento que en los ciclos altos, pero la falta de inversión en expansiones y en minas nuevas crea estrechez para aumentar la producción cuando llega el auge económi- co. Entre 1997 y 2002, cuando la economía mundial experi- mentó la crisis asiática y sus se- cuelas, y el precio del cobre se mantenía bajo un dólar por li- bra, la demanda creció un 3% anual. Al llegar el auge genera- do por China, la industria del cobre no había invertido signifi- cativamente desde hacía 5 años, si bien la producción ha- bía aumentado debido a pro- yectos de nuevas minas que ve- nían efectuándose desde la se- gunda mitad de los 90. A corto andar, a fines de 2004, las minas estaban produciendo al máxi- mo y el precio se fue a las nu- bes. Entre 2002 y 2011 la oferta aumentó más lentamente (1,9% anual) que la demanda (3,1%). Cuando el precio subió, en 2006, muchas empresas mine- ras no creyeron que ello era du- radero, y la decisión de invertir tardó hasta 2007, pero un año después vino la crisis financiera y muchos proyectos de inver- sión que se habían gatillado se retrasaron. Antes de la crisis eu- ropea iniciada en 2011, Chile había anunciado proyectos de inversión en cobre y oro por más de 100 mil millones de dó- lares hasta 2020, pero con el ini- cio de dicha crisis, se constata que hay más proyectos que di- nero para realizarlos. LOS COSTOS SIGUEN AL PRECIO A través de los ciclos econó- micos caracterizados por las va- riaciones de precio ilustradas en la Figura 1 se aprecia que los costos siguen al precio. Con auge económico mun- dial, por ejemplo, hay mayor precio de los commodities, y mayor inversión de las empre- sas y consumo general de la po- blación, aumentan los salarios y los precios de los insumos. Con crisis económica ocurre lo contrario. Por ejemplo, en 2008 el pre- cio promedio mensual del co- bre cayó hasta el percentil 85 de costos de operación de la in- dustria, y bajo el percentil 70 de los costos totales. Los menores costos tardaron unos meses en llegar a los pro- ductores de cobre, por lo que la curva de costos de 2009 estuvo bajo la de 2008, pero esta ten- dencia se revirtió pronto debi- do a que el precio se recuperó casi totalmente. EL PRECIO SIGUE A LOS COSTOS Entre 1970 y 2003 el precio real del cobre siguió una ten- dencia a la baja (Figura 2) y lo mismo ocurrió con otros com- modities tales como el hierro, el aluminio, el níquel y el zinc. ¿Por qué? Rápidamente se des- carta que haya habido menor demanda, es decir que la curva de demanda se haya movido hacia abajo. La otra posibilidad es que haya sido la curva de oferta (costos) la que experi- mentó una baja, como se mues- tra en la Figura 3, lo que habría requerido un aumento de la producción Q, lo que ocurrió en el período. En la Figura 1 se puede ob- servar la tendencia a la baja de los costos de operación desde 1980 a 2003. Ello también ocu- rrió entre 1970 y 1980. ¿Por qué? Hubo tres factores según John Tilton (2004, Vol. I, Foro Economía de Minerales). El primero, se comenzó a explo- tar nuevos yacimientos con ba- jos costos; el segundo, el dólar de los Estados Unidos se va- lorizó, reduciendo los costos en monedas distintas del dólar; el tercero, se introdujeron nuevas tecnologías, más baratas y efi- cientes. Estas reducciones su- peraron en magnitud la tenden- cia natural de los yacimientos a ser más caros de explotar con el tiempo, y a los costos derivados de las crecientes exigencias ambientales de este periodo. Es difícil pensar que esta ten- dencia se repetirá en los próxi- mos años, como veremos. EL PRECIO COMO INDICADOR DE ESCASEZ El precio es un indicador in- comparable de abundancia o escasez de los productos en el mercado, pero no en el suelo. El precio del hierro, el cuarto ele- mento más abundante de la corteza terrestre, con un 6,2% de su masa y 911 veces más abundante que el cobre en és- ta, tuvo un aumento de precio bastante superior al del cobre desde el inicio del auge de los commodities en 2004. Ello enfatiza que “el valor de los metales en la tierra es cero si no pueden ser extraídos a un costo económicamente atracti- vo o si no hay disposición o ca- pacidad para explotarlos”. La tendencia a la baja del pre- cio real del cobre a partir de 1970 indicó mayor abundancia de este metal, justo lo contrario de lo que había proyectado el Club de Roma en 1972. El valor de una cantidad de- terminada de mineral en un ya- cimiento en explotación o en venta para ser explotado, es igual al valor presente de las utilidades futuras después de impuestos que generaría su ex- tracción completa. Las utilida- des futuras dependen del pre- cio y de los costos. “Por ello las reservas dependen del costo de extraerlas y del precio de venta. Crecen cuando aumenta el precio o cuando se reducen los costos, o ambos. Pero tam- bién crecen con nuevos descu- brimientos tras realizar sonda- jes. Estos últimos dependen de la disposición del dueño del ya- cimiento a invertir en explora- ción”. La Tabla 1 muestra cuanto co- bre hay en el mundo y en dónde está. El cobre en la corteza te- rrestre, estimado por John Til- ton en su libro publicado en 2003 “¿On Borrowed Time?”, alcanzaba para 100 millones de años de consumo a la tasa de uso de 2011, sin considerar reci- claje. Las reservas de cobre conoci- das en 2008 y en 2012, alcanza- ban para 30 y 33 años de uso, respectivamente, sin conside- rar reciclaje. El cobre en uso y en botaderos municipales y otros, excluyendo los botade- ros de mineral de baja ley de las minas existentes, eran similares en magnitud, del orden de 300 millones de toneladas cada uno en 2008. PRECIO, COSTOS, ABUNDANCIA Y ESCASEZ: ¿HAY RELACIÓN ENTRE PRECIO Y COSTOS? LA INVERSIÓN SIGUE EL CICLO ECONÓMICO. LA EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL NEGOCIO MINERO ES UNA MUESTRA DE ELLO. EL PRECIO ES EL PRINCIPAL INCENTIVO PARA INVERTIR EN MINERÍA TODO INDICA QUE LA DEMANDA POR EL COBRE SEGUIRÁ FUERTE ANTES DE LA CRISIS EUROPEA INICIADA EN 2011, CHILE HABÍA ANUNCIADO PROYECTOS DE INVERSIÓN EN COBRE Y ORO POR MÁS DE 100 MIL MILLONES DE DÓLARES HASTA 2020. SÁBADO / CLASE 4 DE 10

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24 DE OCTUBRE DE 2012

L a Figura 4 muestra la pro-ducción de cobre de Chileentre 2000 y 2011 en miles

de toneladas de cobre y la inver-sión, en dólares 2011.

La inversión en este periodofue de 44 mil millones de dóla-res, la que tuvo como resultadomantener la producción de co-bre del país, hasta ahora.

La inversión de reposición fu-tura, para mantener la produc-ción, es muy cuantiosa. Porejemplo, es muy superior al 50%del total de la inversión de Co-

delco en la próxima década, yconstituye casi la totalidad de lainversión de Minera Escondidaen los próximos años.

Ello debido al deterioro de lasleyes mineras, la mayor profun-didad de los rajos, la mayor du-reza del mineral, la necesidadde transportar más material auna mayor distancia y de mejo-rar las tecnologías para amorti-guar el efecto del incrementode costos.

Estas cifras revelan que el fu-turo depara una industria cuprí-

fera mucho más grande que lapensada hasta ahora, lo que sig-nifica que el país requerirá másprofesionales, técnicos, y traba-jadores especializados sólo parala inversión.

Esta conclusión se extiende atodas las grandes minas delmundo, excepto a las nuevas. Ycomo vimos anteriormente, elpeso de las grandes minas en laproducción mundial aumentódesde un 22% en 1990 a cercade 50% en 2010.

Puede anticiparse que esta

tendencia no va a cambiar en elfuturo, y que más bien puedeacentuarse. Por ello el compo-nente de costo de capital de re-posición del costo unitario deproducir cobre irá en aumento.

Lo último augura una even-tual elevación sistémica del pre-cio en el largo plazo, lo que haráal cobre cada vez menos com-petitivo respecto a su principalsustituto, el aluminio.

Este es 1.220 veces más abun-dante que el cobre en la cortezaterrestre, por lo que no sufrirá

del requerimiento de un excesode inversión de reposición paraaumentar su tonelaje de pro-ducción.

El aluminio tiene, sin embar-go, varias propiedades intrínse-cas más pobres que el cobre, yrequiere 4,5 veces más energíaque éste por cada tonelada pro-ducida.

Chile sigue siendo líder en co-bre pues produce cuatro vecesmás que su seguidor más cerca-no, y continuará como tal debi-do a los proyectos que vienen.

CHILE, LÍDERINDISCUTIDO ENCOBRE, INCLUSO SINHABER CRECIDODESDE 2004

E l precio constituye el incen-tivo que tienen las empre-sas mineras para invertir en

la minería del cobre. Cuando elprecio futuro se percibe bajodesaparece dicho incentivo yaque los retornos serían pobres,y los recursos financieros sedesvían a industrias más renta-bles. Por ello es que la inversiónsigue el ciclo económico, cuan-do el precio es alto hay inver-sión, cuando el precio es bajo lainversión es mínima.

Cuando hay un ciclo econó-mico global bajo, la demandapor cobre sigue creciendo, aun-que a un ritmo más lento que enlos ciclos altos, pero la falta deinversión en expansiones y enminas nuevas crea estrechezpara aumentar la produccióncuando llega el auge económi-co. Entre 1997 y 2002, cuandola economía mundial experi-mentó la crisis asiática y sus se-cuelas, y el precio del cobre semantenía bajo un dólar por li-bra, la demanda creció un 3%anual. Al llegar el auge genera-do por China, la industria delcobre no había invertido signifi-cativamente desde hacía 5años, si bien la producción ha-bía aumentado debido a pro-yectos de nuevas minas que ve-nían efectuándose desde la se-gunda mitad de los 90. A cortoandar, a fines de 2004, las minasestaban produciendo al máxi-mo y el precio se fue a las nu-bes. Entre 2002 y 2011 la ofertaaumentó más lentamente (1,9%anual) que la demanda (3,1%).

Cuando el precio subió, en2006, muchas empresas mine-ras no creyeron que ello era du-radero, y la decisión de invertirtardó hasta 2007, pero un añodespués vino la crisis financieray muchos proyectos de inver-sión que se habían gatillado seretrasaron. Antes de la crisis eu-ropea iniciada en 2011, Chilehabía anunciado proyectos deinversión en cobre y oro pormás de 100 mil millones de dó-lares hasta 2020, pero con el ini-cio de dicha crisis, se constataque hay más proyectos que di-nero para realizarlos.

LOS COSTOSSIGUEN AL PRECIO

A través de los ciclos econó-micos caracterizados por las va-riaciones de precio ilustradasen la Figura 1 se aprecia que loscostos siguen al precio.

Con auge económico mun-dial, por ejemplo, hay mayorprecio de los commodities, ymayor inversión de las empre-sas y consumo general de la po-blación, aumentan los salarios ylos precios de los insumos.

Con crisis económica ocurrelo contrario.

Por ejemplo, en 2008 el pre-cio promedio mensual del co-bre cayó hasta el percentil 85de costos de operación de la in-dustria, y bajo el percentil 70 delos costos totales.

Los menores costos tardaronunos meses en llegar a los pro-ductores de cobre, por lo que lacurva de costos de 2009 estuvobajo la de 2008, pero esta ten-dencia se revirtió pronto debi-do a que el precio se recuperócasi totalmente.

EL PRECIO SIGUEA LOS COSTOS

Entre 1970 y 2003 el precioreal del cobre siguió una ten-dencia a la baja (Figura 2) y lomismo ocurrió con otros com-modities tales como el hierro, elaluminio, el níquel y el zinc.¿Por qué? Rápidamente se des-carta que haya habido menordemanda, es decir que la curvade demanda se haya movidohacia abajo. La otra posibilidades que haya sido la curva deoferta (costos) la que experi-mentó una baja, como se mues-tra en la Figura 3, lo que habríarequerido un aumento de laproducción Q, lo que ocurrió enel período.

En la Figura 1 se puede ob-

servar la tendencia a la baja delos costos de operación desde1980 a 2003. Ello también ocu-rrió entre 1970 y 1980.

¿Por qué? Hubo tres factores según John Tilton (2004, Vol. I, Foro Economía de Minerales). El primero, se comenzó a explo-tar nuevos yacimientos con ba-jos costos; el segundo, el dólar de los Estados Unidos se va-lorizó, reduciendo los costos en monedas distintas del dólar; el tercero, se introdujeron nuevas tecnologías, más baratas y efi-cientes. Estas reducciones su-peraron en magnitud la tenden-cia natural de los yacimientos a ser más caros de explotar con el tiempo, y a los costos derivados de las crecientes exigencias ambientales de este periodo.

Es difícil pensar que esta ten-dencia se repetirá en los próxi-mos años, como veremos.

EL PRECIO COMOINDICADOR DE ESCASEZ

El precio es un indicador in-comparable de abundancia oescasez de los productos en elmercado, pero no en el suelo. Elprecio del hierro, el cuarto ele-mento más abundante de lacorteza terrestre, con un 6,2%de su masa y 911 veces másabundante que el cobre en és-ta, tuvo un aumento de preciobastante superior al del cobredesde el inicio del auge de loscommodities en 2004.

Ello enfatiza que “el valor delos metales en la tierra es cero sino pueden ser extraídos a uncosto económicamente atracti-vo o si no hay disposición o ca-pacidad para explotarlos”.

La tendencia a la baja del pre-cio real del cobre a partir de1970 indicó mayor abundanciade este metal, justo lo contrariode lo que había proyectado elClub de Roma en 1972.

El valor de una cantidad de-terminada de mineral en un ya-cimiento en explotación o enventa para ser explotado, esigual al valor presente de lasutilidades futuras después deimpuestos que generaría su ex-tracción completa. Las utilida-des futuras dependen del pre-cio y de los costos. “Por ello lasreservas dependen del costode extraerlas y del precio deventa. Crecen cuando aumentael precio o cuando se reducenlos costos, o ambos. Pero tam-bién crecen con nuevos descu-brimientos tras realizar sonda-jes. Estos últimos dependen dela disposición del dueño del ya-cimiento a invertir en explora-ción”.

La Tabla 1muestra cuanto co-bre hay en el mundo y en dóndeestá. El cobre en la corteza te-rrestre, estimado por John Til-ton en su libro publicado en2003 “¿On Borrowed Time?”,alcanzaba para 100 millones deaños de consumo a la tasa deuso de 2011, sin considerar reci-claje.

Las reservas de cobre conoci-das en 2008 y en 2012, alcanza-ban para 30 y 33 años de uso,respectivamente, sin conside-rar reciclaje. El cobre en uso yen botaderos municipales yotros, excluyendo los botade-ros de mineral de baja ley de lasminas existentes, eran similaresen magnitud, del orden de 300millones de toneladas cada unoen 2008.

PRECIO, COSTOS, ABUNDANCIA Y ESCASEZ:

¿HAY RELACIÓN ENTRE PRECIO Y COSTOS?LA INVERSIÓN SIGUE EL CICLO ECONÓMICO. LA EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL NEGOCIO MINERO ES UNA MUESTRA DE ELLO.

EL PRECIO ES ELPRINCIPAL INCENTIVOPARA INVERTIR ENMINERÍA

TODO INDICA QUE LADEMANDA POR EL COBRESEGUIRÁ FUERTE

ANTES DE LA CRISISEUROPEA INICIADAEN 2011, CHILE HABÍAANUNCIADOPROYECTOS DEINVERSIÓN EN COBREY ORO POR MÁS DE100 MIL MILLONES DEDÓLARES HASTA2020.

SÁBADO / CLASE 4 DE 10