Practica 4
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DEPARTAMENTO ACADÉMICO DE CIENCIAS AMBIENTALES
ECOLOGÍA APLICADA
ECOLOGÍA DEL PAISAJE EN LAS ÁREAS ALEDAÑAS A
LA LAGUNA EL SAUCE - TARAPOTO
APELLIDOS Y NOMBRES: FERNÁNDEZ ESCOBAR, ANGIE TATYANA
CICLO : V
CÓDIGO : 0020130457
JULIO 2015
UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA
DE LA SELVA
I. INTRODUCCIÓN
La ecología del paisaje es una disciplina que, a pesar de no ser muy
conocida por la generalidad, ha cobrado mucho peso en los últimos años.
Simplificando su definición, podríamos decir que se trata del estudio de las
variaciones de los paisajes en unas determinadas escalas, no sólo espaciales,
sino también temporales. Para ello, combina desde la biología a la geografía,
incluso las ciencias sociales dado el impacto que tiene la acción del hombre en el
hábitat, habiéndose convertido en un elemento clave a la hora de definir
una estrategia de conservación del patrimonio natural y cultural.
Para ello, analiza las interacciones entre los aspectos temporales y
espaciales del paisaje y sus componentes de flora, fauna y culturales. El paisaje
se compone de una estructura o mosaico. La manera más sencilla de entenderlo
es imaginar que viéramos el paisaje desde un avión: este mosaico está formado
por unas manchas o parches (las colinas, por ejemplo), una matriz (las zonas
llanas) y unos corredores (los ríos, las extensiones vegetales...). Además de la
estructura o mosaico, el paisaje se compone de la función, esto es, el movimiento
o flujo de agua, materias, fauna o personas a través de la estructura; y del cambio
o transformación del modelo a lo largo del tiempo.
I.1 OBJETIVOS
- Observar y describir la fragmentación del paisaje.
- Describir la estructura del paisaje.
- Describir los procesos integrados al paisaje.
II. REVISIÓN DE LITERATURA
II.1 ECOLOGÍA DEL PAISAJE
La ecología del paisaje nace en estrecha vinculación con la geografía
y vive un desarrollo espectacular a partir de la segunda mitad del siglo XX. En la
actualidad, es una perspectiva científica transdisciplinaria, consolidada y
reconocida, que intenta comprender y ayudar a resolver algunos de los principales
retos ambientales contemporáneos en la conservación del patrimonio natural y
cultural. En estas páginas, se repasa de forma sintética los conceptos y los
métodos, eminentemente cuantitativos, utilizados por la ecología del paisaje para
analizar la situación y la evolución de los paisajes.
II.2 HISTORIA Y EVOLUCIÓN DE LA ECOLOGÍA
El nacimiento de la ecología del paisaje (landscape ecology) mantiene
una clara vinculación con la geografía, pues esta perspectiva científica fue definida
e instaurada por un geógrafo. En concreto, a finales de la década de 1930, el geó-
grafo Carl Troll utilizó por primera vez la expresión landscape ecology, que definió
como el estudio de toda la complejidad de relaciones causa-efecto que existen
entre las comunidades de seres vivos y sus condiciones ambientales en una
sección específica de paisaje (Troll, 1939).
Una definición que venía a complementar la de paisaje (Landschaft-
Landscape) utilizada en el siglo XIX por Alexander von Humboldt (pionero, entre
otras materias, de la geografía física y la geobotánica), como “El conjunto de
características de una región de la Tierra” (Naveh y Lieberman, 1994). Carl Troll
toma como referente al filósofo y político sudafricano Jan Cristiaan Smuts, que, en
su obra Holism and Evolution (1926), interpreta el cosmos como una realidad
formada por conjuntos dispuestos de manera jerárquica. Cada uno de estos
conjuntos es un sistema en sí mismo que está conectado de forma
interdependiente con los otros, empezando por los átomos y acabando en el
mismo cosmos.
Esta visión de la organización de la realidad es la que Smuts acaba
definiendo como una visión holística, una perspectiva según la cual el universo
tiene tendencia a construir unidades que acaban formando un todo de creciente
complejidad. Posteriormente, la teoría general de sistemas desarrollada por L. von
Bertalanffy incide en el mismo sentido, al considerar un sistema como una
estructura constituida por componentes que exhiben unas relaciones discernibles
con otro sistema y que operan juntos como un todo complejo (Bertalanffy, 1968).
Aunque existe la posibilidad de estudiar de forma independiente las distintas
unidades y sistemas, en determinadas situaciones, es necesario tomar en
consideración las interrelaciones existentes entre ellas para poder comprender o
analizar correctamente los procesos en el marco de una realidad de extrema
complejidad. Esta jerarquización sistémica enlaza a la vez con la teoría
desarrollada por James Lovelock (1979), donde el concepto de Gaia se
correspondería con el último nivel jerárquico del paisaje. Así pues, conectaría con
los principios de la “Landscape ecology” como el último nivel organizativo del
paisaje, y no en el sentido de organismo vivo que se atribuye a menudo a la visión
desarrollada por Lovelock (Zonneveld, 1994).
El mismo Carl Troll empezó a profundizar en esta visión integral del
paisaje a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial (Troll, 1950), de tal manera
que, a lo largo de la década de 1960, esta nueva disciplina empieza a tomar
cuerpo en el conjunto de la Europa central, un proceso que no finalizará hasta
prácticamente el año 1980 (Forman, 1995). En este largo camino de
consolidación, son especialmente destacables las aportaciones realizadas por la
geografía y una ecología de carácter holístico, a lo que debe añadirse todo un
conjunto de contribuciones procedentes de disciplinas tan diversas como la
arquitectura del paisaje, la sociología, la economía o la historia, entre muchas
otras, así como las prácticas concretas de gestión y planificación del territorio (ver
figura 1). A partir de este momento, empiezan a aparecer revistas, libros y
congresos con el objetivo de potenciar a la joven landscape ecology (Wiens y
otros, 1993), como sería el primer simposio internacional sobre ecología del
paisaje celebrado en el año 1968 (Tüxen, 1968). La década de los ochenta supone
el despegue definitivo de la landscape ecology y también el desplazamiento del
núcleo central de trabajo desde Europa hacia Estados Unidos (Farina, 2006). Esta
etapa destaca tanto por aportar nuevos conceptos a la disciplina, como por los
avances que se producen en la investigación entorno a la fragmentación de
hábitats y a la conservación de la biodiversidad, los corredores biológicos y la
conectividad, y el desarrollo de métodos cuantitativos y estadísticos, entre otros
temas de interés preferente (Forman, 1995). A nivel organizativo, la década de los
ochenta también comportó mejoras destacables, como la fundación de la
International Association of Landscape Ecology (IALE) (www.landscape-
ecology.org), que ha servido de catalizadora para la consolidación de la landscape
ecology.
Esta misma asociación empezó a publicar, a partir del año 1987, la
revista Landscape Ecology, que es en la actualidad un punto de referencia de
primer orden para todos los interesados en esta materia (Naveh y Lieberman,
1994). Para el año 2007, está prevista la celebración del 25 Congreso Mundial de
Ecología del Paisaje en la ciudad holandesa de Wageningen, organizado bajo el
explícito título de “25 years Landscape Ecology: Scientific Principles in Practice”.
En la actualidad, se puede afirmar que la landscape ecology es, a grandes rasgos,
un enfoque científico de carácter transdisciplinario pero con una aportación
especialmente trascendental de la geografía y la ecología.
Esta confluencia se ha concretado en la adopción de algunos
principios y conceptos propios de la ecología para el estudio del paisaje a partir de
un análisis eminentemente geográfico que destaca la variabilidad espacial, escalar
y temporal que requiere este tipo de estudios. En definitiva, podemos definir la
landscape ecology como una visión holística de la realidad que intenta integrar al
máximo su extremada y dinámica complejidad. Una visión de síntesis
fundamentada especialmente en la incorporación, por una parte, de la
interpretación de la heterogeneidad horizontal, un enfoque propio de la geografía
que centra su atención en la distribución de los paisajes a lo largo del territorio.
Y, por otra parte, el análisis de la heterogeneidad vertical, una
perspectiva propia de la ecología, que hace hincapié en la interrelación entre los
distintos elementos bióticos y abióticos en una porción determinada de paisaje.
Figura
N°1. La
compleja
diversidad de
disciplinas que ayudan a configurar la ecología del paisaje y su vocación holística. Cabe
destacar el papel primordial de la geografía y la ecología. Fuente: elaboración propia.
II.3 LA MATRIZ DEL PAISAJE, LAS PARCELAS, LAS ORILLAS
Y LOS CORREDORES
Como lo definen Forman y Godron (1986), un paisaje es “un área de
tierra heterogénea compuesta por un grupo de ecosistemas que se repiten a todo
lo largo y ancho en formas similares.” Los ecosistemas que componen un cierto
paisaje, pueden variar en su estructura, función y composición de especies.
Cuando se están evaluando, protegiendo y diseñando paisajes saludables para su
buen funcionamiento es importante ver tanto el sistema completo como las partes
que comprende, tanto en sus estructuras como en sus funciones.
II.3.1 LA MATRIZ
La matriz de un paisaje es el tejido que conecta la tierra con el fondo,
dentro del cual encajan todos los elementos del paisaje, incluyendo parcelas,
orillas, y corredores. La matriz es la porción del paisaje más conectada,
compuesta del tipo de vegetación más contigua y predominante. La matríz es el
elemento dominante, englobante y que contiene las manchas o parches (también
llamadas parcelas) y los corredores o elementos lineales. El conjunto de las
manchas constituye un mosaico y el conjunto de los corredores una red.
2.3.2. PARCELAS O PARCHES
Son áreas de tierra relativamente homogéneas internamente con
respecto a la estructura y a la edad vegetativa. Las parcelas son diferentes a la
matriz que las rodea. Algunos ejemplos de parcelas son los claros de los paisajes
forestados, las tierras pantanosas, las áreas de pastizales y los lugares rocosos.
En un paisaje más complejo, donde aparentemente no existe una matriz que
conecte, los lugares más forestados se pueden considerar como parcelas
individuales, separadas generalmente por las barreras constituidas por áreas
urbanizadas.
2.3.3. LOS CORREDORES
Son elementos del paisaje que conectan parcelas similares a través
de matrices disimilares o agregados de parcelas. Los corredores son
generalmente longitudinales, adoptando la forma de franjas angostas, alargadas
de forma irregular, cuya vegetación cumple un papel de protección o de
comunicación, uniendo o separando elementos en una matriz geográfica. Las
áreas o parcelas conectadas por ellos son frecuentemente llamadas nodos.
2.3.4 LAS ORILLAS O BORDES
Son fronteras comunes entre los elementos de diferente composición
y la estructura de un paisaje. Las orillas de los paisajes pueden actuar como
límites entre parcelas distintas o como hábitats importantes en sí mismos Una
orilla puede actuar como un límite para resistir invasores (químicos o biológicos).
Las construcciones extensas que fragmentan la matriz crean una gran cantidad de
hábitats de orilla, que pueden tener este efecto sobre ciertas especies, aislándolas
de su hábitat mayor y de su población.
Figura N°2. Estructuras y funciones del paisaje
2.3.5 CONSECUENCIA DE LOS BORDES
Murcia (1995) señala que hay tres tipos de efecto del borde sobre los
fragmentos:
- Efecto abiótico
Involucra los cambios en las condiciones medioambientales que
resulta desde la proximidad a una matriz estructuralmente distinta Los cambios
microclimáticos son los efectos más evidentes de la fragmentación de bosques.
Las características microclimáticas contratantes producen un gradiente ambiental
desde el borde hacia el interior del fragmento. Generalmente la luminosidad, la
evapotranspiración, la temperatura, la velocidad del viento disminuyen, mientras la
humedad del suelo aumenta hacia el interior del fragmento. Este efecto borde
puede en algunos casos penetrar varias decenas de metros hacia el interior del
fragmento y su importancia relativa dependerá del tamaño del fragmento. Por
ejemplo, en un fragmento pequeño el efecto borde es comparativamente más
importante que en un fragmento más grande, pudiendo en este caso llegar a
abarcar la totalidad del fragmento.
- Efectos biológicos directos
Los cuales involucran cambios en la abundancia y distribución de
especies, causadas directamente por el cambio en las condiciones físicas
cercanas al borde y determinado por la tolerancia fisiológica de las especies que
se encuentren en dicho sector.
- Efectos biológicos indirectos
Los cuales involucran cambios en la interacción de las especies, tal
como el aumento en la predación, parasitismo, competencia, herbivoría,
polinización y dispersión de semillas.
2.3.6 EFECTO DE BORDE
Williams (1991) indica que la extensión de los bordes ha aumentado
sustancialmente, pudiéndose definir al borde como las zonas de contacto entre
dos comunidades estructuralmente diferentes, las que pueden ser un bosque y un
campo de trigo, un bosque y una plantación, etc. El límite del bosque (o borde), se
ha reconocido empíricamente como el lugar donde comienzan los árboles, sin
embargo para los ecólogos la percepción del borde ha dependido del concepto
mismo de comunidad vegetal. El aumento mundial de la extensión de los bordes
es motivo de preocupación por parte de los investigadores y ecólogos del mundo
entero, sin embargo, los resultados de muchos estudios relacionados con los
efectos que pueden tener los bordes sobre la ecología han sido todavía incapaces
de dibujar patrones claramente generales y aplicables en todo el mundo (Murcia,
C. 1994).
II.4 LA PÉRDIDA DEL HÁBITAT Y SU FRAGMENTACIÓN
La pérdida de hábitat es la razón más importante de la extinción de
especies en los últimos tiempos, al disminuir el hábitat, se ve afectada su
distribución del hábitat restante por una falta de continuidad. Esto puede ser para
áreas agrícolas, construcciones, represas, caminos, tendidos eléctricos, etc. Lo
que produce finalmente la fragmentación del hábitat original, que ahora existe
como parches fragmentados.
Lo que significa que una población que vive en un hábitat original se
ve reducido a un tamaño total más pequeño, esto quiere decir que son divididos
en poblaciones múltiples. Más allá del reconocimiento de la deforestación como
proceso indicativo del deterioro de los bosques, desde hace algunos años se ha
venido reconociendo el hecho de que incluso la división en "parches" de las áreas
forestales son también, no sólo un indicador general del estado del ecosistema,
sino también una forma de conocer los límites de deterioro a los que puede
someterse un área arbolada para que mantenga relaciones con las zonas aún
compactas. Si se produce una fragmentación adicional también se disminuye el
tamaño medio de los parches del hábitat y los aísla.
Otro efecto de la fragmentación es el aumento del efecto borde. Al
disminuir los parches del hábitat, aumenta la vulnerabilidad de las especies a las
condiciones ambientales adversas, que son frecuentes en los bordes de los
parches de lo hábitat, pero no en su interior La fragmentación se puede definir
entonces como la transformación de un bosque continuo en muchas unidades más
pequeñas y aisladas entre sí, cuya extensión agregada de superficie resulta ser
mucho menor que la del bosque original (BUSTAMANTE E., GREZ P., 1995).
Existen varias causas que determinan la fragmentación del hábitat, y
entre las más importantes tenemos:
a) Introducción de especies: la introducción de especies provoca
muchas de las extinciones de especies registradas, especialmente en las islas. En
esos ecosistemas aislados, un nuevo depredador competidor, o agente patógeno,
puede poner en peligro rápidamente a especies que no pueden desarrollarse
conjuntamente con los intrusos.
b) Explotación excesiva de especies de arbóreas y animales,
numerosos bosques, peces y recursos de vida silvestre han sido explotados en
exceso, en algunos casos hasta que se han extinguido.
c) Contaminación de suelo, el agua y la atmósfera.
II.5 EJEMPLOS DE HÁBITAT FRAGMENTADOS A NIVEL
MUNDO
La superficie de los ecosistemas relativamente no perturbados se
redujo extraordinariamente en las últimas décadas a medida que aumentaba la
población y el consumo de los recursos. Como ejemplo se puede mencionar que
el 98% de los bosques tropicales secos de la costa del Pacífico centroamericana
han desaparecido. Tailandia perdió el 32% de sus manglares entre 1961 y 1985, y
prácticamente ninguna parte del resto está exenta de perturbaciones. En los
ecosistemas de agua dulce, las represas han destruido grandes sectores del
hábitat de los ríos y arroyos.
En los ecosistemas marítimos, el desarrollo costero ha eliminado
comunidades de los arrecifes y comunidades próximas a las costas. En los
bosques tropicales, una de las principales causas de deterioro de los mismos es la
expansión de la agricultura marginal, aunque en determinadas regiones la
producción comercial de madera puede causar un problema todavía mayor.
Desde hace unos 20 años algunos biólogos conservacionistas han
visto en la teoría biogeográfica de las islas, el medio para comprender y predecir el
fenómeno de la extinción, ya que los refugios de hábitats naturales rodeados por
un mar de ambientes humanos alterados se comportan como islas para las
especies. Si tenemos en cuenta las densidades conocidas de ciertas especies de
mamíferos y aves, tenemos por ejemplo que, en el caso del puerco del monte
(Tayassu pecari), cuya densidad es de 2 individuos por km. cuadrado, para
mantener una población viable a corto plazo se necesitarían 25 km. cuadrados o
2,500 ha; en el caso del Águila Arpía cuya densidad es de 0.008 individuos por
Km. cuadrado, se necesitarían 625,000 ha.
II.6 LAGUNA EL SAUCE – TARAPOTO
La Laguna Azul o Laguna de Sauce es un atractivo turístico que se
ofrece al turista como una buena opción para pasar momentos de relax y
tranquilidad.
En esta laguna se pueden practicar deportes acuáticos como pesca
deportiva, natación, sky acuático, lithnings y otros.
A orillas de este lago se encuentra el típico y pintoresco pueblo del
Sauce, en cuyos alrededores se puede realizar paseos a caballo y visitar otros
atractivos o simplemente disfrutar observando lo verde de la selva peruana.
Figura N°3. Laguna “El Sauce” - Tarapoto
III. MATERIALES Y MÉTODOS
III.1LUGAR DE UBICACIÓN
La presente práctica se realizó en la ciudad de Tarapoto, en la Laguna
“El Sauce”, con coordenadas:
18L: 0282825
UTM: 8652324
La Laguna Azul o Laguna de Sauce, se ubica en el distrito de Sauce, a
52 kilómetros de Tarapoto, en el margen izquierdo de la carretera Tarapoto -
Juanjui, cruzando el rio Huallaga a la altura de Puerto López.
III.2MATERIALES
- Cámara digital
III.3METODOLOGÍA
Previa explicación del docente en clases teóricas se procedió a la
observación de los diferentes paisajes que mostraba la zona de estudio
identificando los hábitats perdidos y los diversos tipos de parches.
IV. RESULTADOS
A continuación se muestra los diferentes paisajes observados en La
Laguna “El Sauce” y sus alrededores.
Figura N°4. Río Huallaga de camino a la ciudad de Juanjui
Figura N°5. Parches generados por la agricultura de la zona
Figura N°6. Deforestación en la zona ha generado teselas en los bosques de la zona
Figura N°7. A lo lejos se puede observar pequeñas teselas de la fragmentación de los
bosques, producto de las actividades económicas de la zona
Figura N°10. Laguna “El Sauce” o Laguna “Azul”
V. DISCUSIÓN
Según TRICART J, 1982; la dinámica del paisaje de la conjunción de
todos los factores que determinan el ecosistema (geológicos, climáticos y
antrópicos), siendo su diagnóstico un objetivo difícil de alcanzar en toda su
complejidad. Como observamos en la Laguna el Sauce, el paisaje local sufrió
cambios originados por la actividad económica humana dando lugar a
transformaciones del paisaje local, esta acción antropogénica no es la única
medida para realizar un diagnóstico completo de la zona en estudio, también se
necesita de una evaluación climática, geológica y para complementar más aún el
diagnóstico, una evaluación edáfica.
La combinación de los resultados cuantitativos, aportados por los
índices métricos de la ecología del paisaje, con variables de carácter
socioeconómico y/o cultural e información cualitativa, puede ser de gran interés y
utilidad. Este tipo de interpretación puede aportar una aproximación más completa
y compleja a la relación entre dinámica ecológica y actividad antrópica en la
incesante evolución de los paisajes. (TURNER et.al, 2001). Concordando con el
autor, la falta de información cultural de la zona, actividades económicas e
información social hacen más débil el diagnóstico de la relación entre la actividad
antrópica y como afecta este a los paisajes de la zona.
VI. CONCLUSIONES
- Se observó la fragmentación de los bosques de la zona de estudio
(Laguna “El Sauce”) encontrando múltiples teselas a lo largo del recorrido,
provocado por las actividades económicas de los pobladores.
- El paisaje de la zona está formado por múltiples colinas, cursos de
agua, así como una gran diversidad de flora observada en el camino.
VII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
DE LA LLATA M. 2003. Ecología y medio ambiente. 1 ed. México D.F, México,
Editorial progreso S.A. 148 p.
SANCHEZ F., et al. 2005. Ecología. 1 ed. Jalisco, México, Umbral editorial S.A.
342 p.
TADEO J. 2005. Ecología aplicada. Diseño y Análisis estadístico. Editorial
Fundación Universidad De Bogota. Bogotá - Colombia.
Sánchez; L., et al. 2001. Guía conceptual y metodológica para el diagnóstico
integrado del sistema territorial. Instituto de Geografía-Universidad
Nacional Autónoma de México y Secretaría de Desarrollo Social
(SEDESOL). México D.F., México, UNAM. 205p.
TRICART J. 1982. La ecogeografía y la ordenación del medio natural. Barcelona,
España. 672 p.
Turner, M. 2001. Landscape Ecology in the Theory and Practice. Trad. María
Juárez. New York, Estados Unidos, Springer Verlag. 491 p.
FORMAN, R.T.T., 2004. Mosaico territorial para la región metropolitana de
Barcelona. Barcelona, España, Ed.Gustavo Guili, S.A. 150 p.