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CONTRA EL NEOLIBERALISMO POR UNA NUEVA MAYORÍA Año 4 | Número 60 | Del 26 de abril al 9 de mayo de 2017 | Precio: $15

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CONTRA EL NEOLIBERALISMO

POR UNA NUEVAMAYORÍA

A ñ o 4 | N ú m e r o 6 0 | D e l 2 6 d e a b r i l a l 9 d e m a y o d e 2 0 1 7 | P re c i o : $ 1 5

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Según Clarín, el ministro de Finanzas Luis Caputo dejó claro ante los ban-queros de Wall Street los

objetivos del gobierno para este año. “La prioridad es ganar las elecciones y convalidar en octubre las propuestas del gobierno. Des-pués vamos a encarar las asigna-turas pendientes”. Paso seguido despejó cualquier duda al afirmar que “por eso no se puede encarar ahora el problema fiscal. Si ataca-mos el déficit, habrá más piquetes y la vida será imposible en Argen-tina”, señaló.

Queda clara la hoja de ruta en dos tiempos del gobierno: pri-mero, ganar las elecciones para después profundizar el ajuste. Por

lo demás, el propio presidente aclaró que “no hay un plan B” para la economía.

Estas declaraciones confirman el carácter bisagra de este año y vuelven a dejar en claro la natura-leza funcional de los dirigentes po-líticos y gremiales que mantienen expectativas en el diálogo con el gobierno, los mismos que promue-ven una “oposición responsable”.

Al mismo tiempo, refuerzan la urgencia de una derrota electoral del gobierno en las urnas y, en consecuencia, ponen en tensión al conjunto de las fuerzas políticas del campo popular. En la necesi-dad de construir una nueva mayo-ría social contra el neoliberalismo se sintetiza el desafío que tenemos

por delante, en 2017, y, sobre todo, de cara a 2019.

Nuestra vocación es aportar a una construcción frentista amplia pero cohesionada por un pro-grama político claro, que puede ser construido a partir de los re-clamos expresados en las calles en todos estos meses; orientada por la denuncia firme de la política del gobierno así como de los sec-tores funcionales de la oposición; dispuesta a renovar las prácticas políticas más allá de los marcos de las estructuras partidarias tradicio-nales; que incluya pero trascienda al kirchnerismo, al servicio de una nueva experiencia política que se proponga superar las limitaciones de la década pasada.

EDITORIAL

Por una nueva mayoría social

Colectivo Editorial: Federico Araya, Ulises Bosia, María Paula García, Manuel Martínez, Cecilia Pato, Sebastián Tafuro, Pablo Wahren. Corrección: Micaela Difalcis Diseño y diagramación: Ignacio Fernández Casas

Manuel Mendizábal. Cambio es una publicación de PATRIA GRANDE. Se realiza bajo licencia de Uso Creativo Compartido. Está permitida la copia y utilización de la obra siempre y cuando se mencione la fuente y

no se utilice con fines comerciales. Las notas firmadas no reflejan necesariamente la opinión del colectivo editorial.

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Patria Grande patriagrandearg Patria Grande www.patriagrande.org.ar@PatriaGrandeArg Fotografía | página 2: M.A.F.I.A.

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3Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 4 Número 60 Del 26 de abril al 9 de mayo de 2017

Se avecina un nuevo 1° de mayo, cuya simbología, como aquella conquista histórica que supo con-

densar en un día todo un reperto-rio de luchas de los más humildes, los postergados, de la clase tra-bajadora, adquiere hoy un signi-ficado especial. Y lo es como un jalón necesario que configure un plan de lucha que dé continuidad al torbellino de movilizaciones multitudinarias e inéditas durante el mes de marzo y al tan poster-gado paro nacional del 6 de abril.

La calle habló, lo hizo al des-plegar un cuestionamiento or-ganizado, en el que no sólo se escuchó el reclamo por el em-peoramiento de las condiciones de vida o por un machismo que se resiste a abandonar sus pri-vilegios, sino que expresó algo más. Fue el deseo de arrinconar las políticas antipopulares del poder, de evitar se produzca lo que ellos llaman la “normaliza-ción” de la Argentina, es decir, que el sistema político vuelva a aceptar como inevitable una nueva etapa neoliberal como la que está en marcha.

La lucha de los y las docentes es un caso testigo de hasta dónde el gobierno pretenderá llevar la caída del salario de los argenti-nos. Pero, además, una muestra de un avance decidido y sofisti-cado sobre los derechos laborales. Buscan la deslegitimación de la organización sindical, de las leyes laborales y dejar a muchas pro-vincias a merced de sus propios recursos. Quieren instalar la per-cepción de la educación pública ya no como responsabilidad del gobierno nacional para garantizar el acceso irrestricto a la educación y la integración ciudadana, sino como un ámbito residual. La insta-lación de la Escuela Pública Itine-rante hace parte de la resistencia del gremio de maestros y maes-tras más importante del país, y la suerte de esta lucha será una señal del éxito o fracaso de las preten-siones de disciplinar la protesta.

En las movilizaciones recien-tes se expresaron reclamos de amplios sectores que rebasan a los sujetos comprendidos en el mundo del trabajo formal. Las movilizaciones de las y los traba-

jadores de la economía popular, que consiguieron primero la apro-bación de la Ley de Emergencia y luego salieron a pelear por su efectiva implementación, es un claro ejemplo. Un actor como la CTEP fue motor de la articulación con otros movimientos sociales, y logró instalarse como parte del movimiento obrero. Por otro lado, la impresionante movilización de mujeres a Plaza de Mayo y el paro del 8 de marzo, que lanzó la co-lectiva Ni Una Menos con la par-ticipación de amplios actores, ha logrado permear algunas estructu-ras sindicales y sociales, poniendo en debate las desiguales bases de sustentación de la sociedad sala-rial y la violencia sobre el cuerpo de las mujeres.

Un desafío y un compromiso

Las señales de la realidad nos ponen ante un desafío y un com-promiso. Los tiempos más fructí-feros para el movimiento obrero y popular han sido aquellos en los que la lucha se ha combinado con programas y reagrupamientos que supieron pronunciarse claramente en confrontación con las políticas antipopulares, que brindaron una perspectiva de transformación y de emancipación. Ejemplos como

los programas de Huerta Grande, La Falda o la CGT de los Argenti-nos constituyen importantes pun-tos de referencia.

Estamos frente al desafío de forjar nuevas alianzas en el campo popular y reflexionar cómo se lle-van adelante, de disputar al in-terior del movimiento obrero y popular un programa y una prác-tica de clara confrontación a las políticas neoliberales, de politizar y empoderar a una nueva mayoría social, de profundizar y extender la organización sindical frente a la avanzada sin mediaciones del poder económico. Y esto no es tarea sencilla cuando estamos frente a una cúpula sindical que algunos compañeros han dado en llamar “posvandorista”, en el sentido de que ya ni siquiera pega para negociar sino que ahora su letargo y pasividad son una mues-tra de su intención de simple-mente negociar.

Durante este tiempo han sur-gido otros actores, que no han du-dado en ubicarse claramente en confrontación con el gobierno. Es el caso de la Corriente Federal de los Trabajadores, que no aceptó ser parte de la conducción de la CGT y que enarbola un programa político de cara al futuro del país. Se trata de un programa que ne-

cesita ser discutido y amplificado, para incorporar, por ejemplo, as-pectos vinculados a la lucha del movimiento de mujeres, pero que constituye una base muy impor-tante para proyectar un futuro de país que represente los intereses de las mayorías. Otras secciona-les o gremios enrolados en la CGT también intentan abrirse camino y han acompañado las movilizacio-nes más recientes. Por otro lado, las CTA vienen construyendo un proceso de unidad, lo cual es aus-picioso, y han sabido impulsar momentos de lucha importantes, como la Marcha Federal y la mo-vilización del 30 de marzo.

Este 1° de mayo nos tiene que encontrar en unidad y en la calle. Sobre todo cuando la escalada re-presiva que impulsa el gobierno es más frecuente. El mensaje tiene que traspasar lo corporativo y contribuir al contenido político del amplio frente social, pero también electoral, que debería organizarse para ponerle freno a la política depredadora del ma-crismo y sus aliados.

Desde PATRIA GRANDE nos hemos pronunciado al respecto, auspiciando un frente cuya ampli-tud pueda incluir nuevas miradas, nuevos discursos y propuestas que no se agoten en el pasado sino que apunten al futuro sobre qué proyecto de país se sitúa en el horizonte. Nuestra intención es contribuir a esta unidad apos-tando a alternativas superadoras que no conviertan la coyuntura en un atolladero. Sabemos que el resultado de las elecciones en la provincia de Buenos Aires será decisivo para el repliegue de las aspiraciones de Cambiemos o para relanzar sus pretensiones hegemónicas, por eso vemos en la figura de Cristina Kirchner la mejor posibilidad para poten-ciar un escenario favorable a los intereses populares. Más allá de cómo termine configurándose el escenario y de las decisiones que se vayan tomando, nuestra contri-bución va en este sentido.

Los enemigos que tenemos son muy poderosos y están al frente del poder político a través de los CEOs que ocupan los diferentes ministerios. Enfrentarlos en uni-dad es una apuesta, un desafío y una invención que se nutre de una rica y larga tradición de lucha de nuestro pueblo.

ESCENA NACIONAL

Por Marina Moretti

El 1º de Mayo y los desafíos de 2017

El 1º de mayo es una jornada especial en todo mundo y, por ende, en nuestro país. Mezcla

de fiesta por los derechos conquistados y de lucha por todo lo que falta, cada año presenta

sus particularidades. En esta oportunidad, la resistencia a las políticas antipopulares del

macrismo marca el norte en un 2017 bisagra.

“Los tiempos más fructíferos para el movimiento

obrero y popular han sido aquellos

en los que la lucha se ha combinado con programas y reagrupamientos

que supieron pronunciarse

claramente en confrontación

con las políticas antipopulares,

que brindaron una perspectiva de

transformación y de emancipación.

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Cambio: En primer lugar, queríamos preguntarte cómo caracterizan ustedes la actitud del

gobierno respecto del conflicto docente y, en relación con las acciones sindicales, qué pers-pectivas ven de acá en adelante.

Hugo Yasky: El gobierno tomó como caso testigo el conflicto con los docentes por muchos motivos. El más evidente es que trata de mostrar una postura inflexible y que la potencial derrota de los do-centes sea un disciplinamiento en relación con las demás paritarias. Por otro lado, también para darle oxígeno al resto de los dirigen-tes sindicales que, como el caso de UPCN, se jugaron a firmarle un cheque en blanco al gobierno al aceptar una cifra de inflación que claramente ya está superada, inclusive según los propios miem-bros del gabinete económico. También creo que este conflicto y esta dureza se explica porque tie-nen que enviar un mensaje hacia fuera, a los hipotéticos inverso-res externos que, aunque nunca vengan a invertir más que en la bicicleta financiera, exigen dureza con el movimiento sindical en ge-neral, y en particular con los que estamos señalados dentro del sin-dicalismo como los que tenemos la actitud más confrontativa; los que estamos menos predispuestos a dejarnos seducir con el canto de sirena del gatopardismo. Creo que hay un mensaje hacia dentro y uno hacia afuera.

C: Respecto del proceso de uni-ficación con la CTA Autónoma, conducida por Pablo Micheli, ¿creés que tiene vigencia en la

actual coyuntura el proyecto fundacional de la CTA? ¿Cómo ves hoy, luego de todos estos años de recorrido, la propuesta de un sindicalismo alternativo?

HY: Hoy, justamente, estuvimos reunidos con Pablo Micheli y co-mentábamos que la CTA tiene una nueva oportunidad histó-rica porque hoy está cubriendo un vacío político que existe en el movimiento sindical. El vacío político que mostró la ausencia de respuesta por parte de la CGT durante más de un año a las po-líticas de ajuste, el vacío político que se evidenció después de que la CGT decidió desairar la expec-tativa que había generado la con-vocatoria del 29 de abril cuando nos juntamos todas las centrales en lo que parecía el primer acto de confluencia para ganar la calle y salir a derrotar el ajuste. El go-bierno vetó la ley antidespidos y la CGT se llamó a silencio y fue parte de convocatorias a supuestas instancias de diálogo que para lo único que sirvieron fue para que el gobierno pudiera ganar tiempo y seguir aplicando la política de ajuste. Eso, concretamente, ex-plica la masividad de las convo-catorias que protagonizamos las dos CTA, todas las marchas han sido multitudinarias y han tenido un alto voltaje político. Nos han puesto en el terreno de la disputa a tal punto que los propios escri-bas de la derecha en las editoria-les de Clarín y La Nación alertaron sobre el hecho de que hoy las dos CTA potenciaron su capacidad de convocatoria y que estamos en condiciones de disputar la calle frente a la CGT. Creo que esto es una realidad objetiva.

Tenemos una nueva oportu-nidad como la tuvimos en los no-venta cuando la CTA advirtió la necesidad de que el movimiento

sindical, o lo que quedaba en ese momento del movimiento sindi-cal por la desindustrialización y la pérdida de fuentes de trabajo, levantara la voz de denuncia con-tra la política neoliberal, contra los dirigentes sindicales que deja-ban indefensos a cientos de miles de trabajadores. En ese momento, la CTA reivindicó la lucha por los derechos humanos como una con-quista del movimiento sindical, cosa que en la CGT era mala pala-bra. De eso no se podía hablar, no se podía tocar el tema, había una especie de conciencia culposa de algunos dirigentes sindicales. E, in-cluso, en la declaración de Burzaco planteamos el repudio al bloqueo y la solidaridad con los trabajadores cubanos, que fue recibida en Cuba como la primera expresión en ese sentido del movimiento sindical de América Latina. Eso potenció el protagonismo político de la CTA, que era desproporcionadamente mayor que la masa real de sindi-catos que representaba, y es lo que explica que haya sido una referen-cia de las luchas de resistencia al neoliberalismo.

C: ¿Qué pensás de las compa-raciones que se hacen sobre la situación del campo popular en el presente y en la década del noventa?

HY: Creo que hoy existe una situa-ción que no admite parangón por-que el movimiento sindical está más fuerte. Hay 13 años de avance de las experiencias de lucha luego del esta-llido social, una incorporación ma-siva de jóvenes que explican hechos como el acto frente al Ministerio de Producción en el que le exigen fecha de paro a la CGT. Eso surge de los mismos compañeros trabaja-dores convocados por la CGT, no es que hubo una disputa entre un sec-tor que quería convocar al paro y

otro que no. Ahí los que no éramos parte del núcleo duro de la CGT estábamos lejos y lo real es que la presión y la demanda surgió de los propios miembros de la CGT que expresaban un deseo del conjunto. Son indicadores claros de que hoy, en términos de la conciencia y la fuerza del movimiento sindical que se expresa en la base, estamos más fuertes. Se nota esa distancia que hay entre la cúpula dirigencial y la base porque están viendo dos paí-ses distintos. Para la cúpula, todavía los tiempos tienen que ver con un nuevo gobierno, con una sociedad que tiene expectativas; y, en la base, la mirada es otra, están reclamando profundizar las medidas de lucha, se están preguntando qué pasa que no somos capaces de salir a con-frontar con estos tipos, están pre-guntándose hasta cuándo vamos a seguir tolerando que nos despidan, que nos suspendan, que nos ponga techos salariales. No estábamos así cuando la CTA se constituyó, esa es una diferencia. Y otra diferencia es que este es el gobierno de la clase dominante, no es un gobierno sur-gido de una veta del justicialismo o de una veta del radicalismo en el que la clase dominante cooptó tres o cuatro ministerios. Este es el gobierno orgánico de los grupos de poder de la Argentina y el obje-tivo que tienen es bajar los costos salariales, remover las conquistas del movimiento sindical, llevarse puesto el sindicalismo. Y en eso no tienen contradicciones. En otras cosas puede ser que no coincidan, pero en eso no: hay que quebrar el espinazo del sindicalismo y, en todo caso, hay que dejar sobrevivir a los que estén dispuestos a sacar ban-dera blanca y entregarlo todo.

C: ¿Cuál debería ser la política hacia el conjunto del movi-miento obrero entonces?

SINDICAL

“Si no hubiera resistencia social en este escenario de profundización del ajuste, que empieza a mostrar, además, una vertiente hacia el uso de las fuerzas represivas, la construcción de una alternativa política o sería absolutamente inviable o la derrota del macrismo nos llevaría a una expresión que sería la alternancia dentro del mismo modelo.

“La CTA tiene una nueva oportunidad histórica”

Entrevista a Hugo Yasky, titular de la CTA de los Trabajadores

Hugo Yasky es un dirigente gremial con una larga tradición. Fue fundador de la CTA y protagonista de la Carpa Blanca,

en la actualidad fue uno de los oradores principales de la Marcha Federal y

encabeza el proceso de reunificación de las CTA. Conversamos acerca de la

lucha docente, de la situación política y de las alternativas a construir.

Por Sebastián Tafuro y Ulises Bosia

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5Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 4 Número 60 Del 26 de abril al 9 de mayo de 2017

HY: Yo creo que, evidentemente, esta situación potencia la presen-cia de la CTA, potencia nuestro discurso de confrontación porque el lenguaje de la CGT es ambiguo y, frente a eso, está más presente que nunca la necesidad de un profundo cambio del movimiento sindical. Hoy, quizás, la única di-ferencia es que, personalmente, lo que yo pienso es que la CTA va a aportar más a ese cambio den-tro de la CGT, traccionando desde afuera, desde la calle, sin tener que aceptar los tiempos ni los lapsus de adormecimiento de la CGT y, también, creo que dentro de la CGT ese movimiento existe. Hay muchos gremios allí cuyas conducciones y bases coinciden con nuestra mirada y la idea es que haya vasos comunicantes más allá de las centrales a las que per-tenezcamos cada uno.

C: ¿Qué opinión te merecen experiencias como la Corriente Federal de Trabajadores en rela-ción con esto que mencionás de los vasos comunicantes?

HY: Creo que la Corriente Fe-deral nuclea a un grupo de diri-gentes sindicales con los que, en términos de la caracterización de lo que estamos enfrentando, tenemos absoluta coincidencia. Nos estamos reuniendo con ellos y estamos compartiendo acciones que todos los días nos ponen en el mismo plano de lucha en las calles. La diferencia que tenemos es que ellos plantean acumular dentro de la CGT, y de un lado y del otro estamos conscientes

que esa definición no nos puede impedir desarrollar al máximo las posibilidades de potenciar nuestras fuerzas en acciones co-munes. Después, creo que es muy importante el proceso que se está dando en las regionales de la CGT y ahí hay una convergencia que se da de manera natural entre los compañeros de la CTA y de la CGT. En muchos lugares casi que se ha constituído un solo polo en el sector sindical.

C: Pensando más en el plano político, ¿cómo ves la vincu-lación entre eso que pasa en la calle, lo que pasó en marzo por ejemplo, y la construcción de una alternativa política que pueda derrotar al macrismo?

HY: Es un proceso que, eviden-temente, no admite que lo pon-gamos en una cuadrícula y con tiempos segmentados. No es que primero vamos a resistir y, si nos va bien en la resistencia, se cons-truirá una alternativa política. Yo creo que si no hubiera resistencia social en este escenario de pro-fundización del ajuste, que em-pieza a mostrar, además, una vertiente hacia el uso de las fuer-zas represivas, la construcción de una alternativa política o sería ab-solutamente inviable o la derrota del macrismo nos llevaría a una expresión que sería la alternan-cia dentro del mismo modelo. Y creo que esto explica que, en la medida en que hay un mes como marzo de grandes protestas so-ciales, el oficialismo pierde inicia-tiva, queda paralizado y quienes

pretenden la alternancia dentro del mismo modelo directamente optan por salir de la escena y permanecer debajo de la cama hasta que pase el ruido. Es lo que vimos, por ejemplo, con Sergio Massa. Entonces, para nosotros la posibilidad de una alternativa po-lítica que apuntale una construc-ción popular capaz de cuestionar a fondo el modelo neoliberal, la lógica del empobrecimiento y del ajuste, el endeudamiento externo, la política del mercado, es ines-cindible de la movilización y de la lucha social.

C: ¿Cuál creés que debería ser el papel del movimiento sindi-cal en la construcción de esa alternativa?

HY: Los trabajadores tenemos una gran responsabilidad de poder lo-grar que haya una relación vincu-lante entre esas luchas y lo que se construye como herramienta polí-tica. Ya tenemos experiencias de otros momentos históricos en los que, a la hora de construir las he-rramientas políticas, nos tocaban el hombro y nos decían “mucha-chos, córranse que ustedes están demasiado transpirados, están de-masiado llenos de barro, ahora te-nemos que estar los que tenemos la cabeza fresca y estamos recién du-chaditos”. Creo que ese es todo un debate que estamos empezando a dar con los compañeros de los dife-rentes espacios y en donde empieza a madurar la idea de que los traba-jadores ni podemos ser furgón de cola de cualquier agrupamiento por derecha del movimiento na-

cional y popular, ni podemos ser espectadores del reordenamiento de la política en la Argentina. Te-nemos que estar en condiciones de incidir, lo cual no remite a la idea de que el movimiento sindical tiene que poner el 33% o tiene que poner cinco diputados, porque vos podés hacer eso con un partido que después vota todo lo que votó el Frente Renovador. Eso es peor que nada, para eso preferimos no tener ningún diputado. La idea es otra, la idea es que desde el movimiento de la clase trabajadora, desde el movi-miento sindical, se pueda generar un sujeto social en condiciones de plantear el contenido de una cons-trucción política, con independen-cia de que eso después se pueda traducir o no en mayor o menor presencia.

C: ¿Y eso lo ves factible pen-sando en el corto plazo, en 2017? ¿O lo ves como un aporte más estratégico?

HY: No, yo primero lo veo ab-solutamente necesario. Ahí in-tervendrán otros factores. La experiencia es que, en general, nadie le abre las puertas de par en par al movimiento obrero. Hay puertas que las tenemos que abrir. Y lo estamos discutiendo. No podemos aceptar pasivamente que la vía de salida a la crisis que está generando, y que va a pro-fundizar hasta niveles dramáticos la política del gobierno de Macri, se resuelva con absoluta prescin-dencia de los que vamos a poner el cuerpo y la iniciativa en la dis-puta en la calle.

“No podemos aceptar pasivamente que la vía de salida a la crisis que está generando, y que va a profundizar hasta niveles dramáticos la política del gobierno de Macri, se resuelva con absoluta prescindencia de los que vamos a poner el cuerpo y la iniciativa en la disputa en la calle.

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“La vida es como montar en bicicleta. Para mantener el equili-bro, hay que seguir pedaleando”,

Albert Einstein.

Para poder explicar el fun-cionamiento, arranque-mos con una suposición válida para un mediano

o gran empresario argentino o extranjero. Tengo U$S 100 mil y tengo que invertirlos. En Argen-tina puedo cambiar esa plata a pesos y comprar LEBACS (una deuda o letra que emite el Banco Central a corto plazo) a 35 días, obteniendo una rentabilidad de entre el 20% y el 25% anual y pu-diendo renovarlas al finalizar el plazo. Al cabo de un año, vuelvo a cambiar por dólares el monto obtenido y lo saco del país (o lo guardo bajo el colchón). De esa manera, pude ganar sin ningún tipo de esfuerzo, en solo un año, un mínimo de U$S25 mil. A esta operación se la denomina carry trade y consiste en tomar dinero prestado a una baja tasa de interés en un país e invertir estos fondos a una tasa más elevada en otro país –en la moneda local.

A la suposición que realiza-mos (que fue en el último año una realidad efectiva en nuestro país), podemos agregarle otros condimentos. Si en vez de tener un capital de U$S 100 mil, tengo la posibilidad de sacar un crédito en dólares en Estados Unidos, tengo que restarle apenas unos puntos porcentuales a esas tasas de ganancias (porque el crédito en dólares se encuentra en nive-les muy bajos). Y si tengo miedo de que una devaluación arruine la cuenta, puedo comprar dólar futuro (una especie de seguro a futuro que garantiza un precio de-terminado para la compra de dó-lares) para asegurarme el mismo precio al que compraría hoy esos dólares. De esa manera, reduzco un poco la tasa de ganancia pero elimino totalmente los riesgos y los requerimientos de capital. No hay ninguna inversión productiva en la economía real que pueda competir con este retorno para la inversión en dólares.

Si buscás resultados distintos, no hagas siempre lo mismo

La posibilidad de realizar esta bi-cicleta financiera es fruto de las de-cisiones de política económica que tomó el actual gobierno. En primer lugar, la eliminación de los contro-les de cambio una semana después de haber asumido (el famoso “fin del cepo”) es la llave principal para poder consagrar una rentabilidad “normal” para la Argentina (dada la tasa de inflación anual) pero que se vuelve extraordinaria cuando esa ganancia se puede convertir en dólares. Supuestamente, esta deci-sión tenía como objetivo principal generar un “clima de confianza” y estimular la llegada de inversiones productivas a nuestro país.

En segundo lugar, la estabilidad cambiaria. Desde que el gobierno devaluó la moneda después de la eliminación de los controles de cam-bio, el valor del dólar se mantuvo estable entre los $14 y los $16. Esto se debe al ingreso masivo de dóla-res por endeudamiento (y también ahora por el blanqueo) y a una po-lítica decidida del gobierno de no devaluar, por lo menos previo a las elecciones por temor a un brote inflacionario. Esto a pesar de que

voceros de grandes grupos exporta-dores, como Gustavo Grobocopatel, vienen pidiendo una actualización del tipo de cambio.

Por último, las altas tasas de in-terés impuestas por el Banco Cen-tral se vinculan con la explicación que brindan los funcionarios del go-bierno frente a la inflación. Al expli-car la inflación como un fenómeno monetario, la única solución posible es reducir la cantidad de pesos en circulación (lo contrario a “darle a la maquinita”). El instrumento que posee la entidad comandada por Federico Sturzenegger para llevar esta política adelante es el aumento de las tasas de referencia (la tasa de interés) porque, de esa manera, me-diante las LEBAC por ejemplo, se sacan pesos del mercado.

Esta combinación de políticas es la que genera la posibilidad de la bicicleta financiera al poder pasar de dólares a pesos y viceversa, po-nerlos en títulos a corto plazo y saber que el precio del dólar va a mantenerse estable.

El que quiere verde, que le cueste

Resulta difícil estimar la pér-dida que está teniendo el país por este mecanismo pero, sin dudas,

estamos hablando de un valor muy alto. Solo los pagos que debe reali-zar mensualmente el Banco Central en concepto de intereses equivalen a $14.700 millones. El stock total de LEBAC asciende a $611.000 mi-llones y se vio multiplicado por 2,5 entre noviembre de 2015 y no-viembre de 2016. Más de la mitad se encuentra en poder de personas físicas, fondos de inversión y em-presas y el restante, en bancos.

La existencia de esta bicicleta financiera tiene una consecuencia fundamental que es el desincentivo que otorga a las inversiones pro-ductivas (compra de maquinaria, ampliación o creación de fábricas o empresas, etc.). La ganancia en dólares que otorga el carry trade es inigualable para cualquier otra inversión, por lo que la anunciada “lluvia de dólares” parece concen-trarse en regar estas operaciones a corto plazo y especulativas.

La otra consecuencia para la eco-nomía argentina tiene que ver con la salida de dólares que estas opera-ciones implican. Mientras se man-tengan los retornos en dólares que detallamos anteriormente, van a se-guir creciendo la fuga de capitales y el déficit en la cuenta financiera. Hoy en día, el gobierno logra compensar estas salidas de dólares a través de la masiva y continua toma de deuda.

Sin embargo, como indica el úl-timo informe del Observatorio de Coyuntura Económica y Políticas Públicas (OCEPP), esta situación profundiza la dependencia y la po-sibilidad de una crisis de divisas en la economía argentina. A partir de la construcción de un Indicador de Vulnerabilidad Externa, el citado in-forme muestra cómo las políticas del gobierno llevaron a un incremento en la vulnerabilidad comercial y fi-nanciera de la economía argentina.

Esto es lo que sucede cuando la economía de un país se piensa en función de garantizar posibilidades de negocios para grandes grupos económicos (locales pero sobre todo extranjeros) en vez de pensar en las necesidades de la gente. La desesperación por mostrar una “llu-via de dólares” ingresando a nuestro país lleva a que la propia economía se desangre para financiar el nego-cio fabuloso y sin riesgos que im-plica la bicicleta financiera.

COMPRAMOS LEBAC A 35 DÍAS,RENOVANDOLAS CUANDO TERMINA

EL PERÍODO DURANTE 1 AÑOTASA PROMEDIO 30,55%

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$155.500CAMBIAMOS A

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US$ 13.333GANANCIA ENDÓLARES EN

1 AÑO DE 33,33%

MARZO2016

MARZO2017

ARRANCAMOS CON

US$ 10.000

RESULTADO:

$210.000

ECONOMÍA POLÍTICA

Pedaleando las inversionesArgentina ofrece una de las tasas más atractivas de retorno de inversión en dólares, como dijo el ministro de Finanzas Luis Caputo en Nueva York. Sin embargo, se multiplican las voces de alerta ante el comportamiento especulativo de dichos capitales. Cómo se origina y funciona la bicicleta financiera y qué consecuencias trae.

Por Tomás Reneboldi

“La existencia de esta bicicleta financiera tiene una consecuencia fundamental que es el desincentivo que otorga a las inversiones productivas.

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7Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 4 Número 60 Del 26 de abril al 9 de mayo de 2017

Si bien la cuestión excede ampliamente la violencia de género, el gobierno nacional supo aprovechar

muy bien la ola de indignación desa-tada en todo el país a partir del femi-cidio de Micaela García. A menos de dos semanas del hecho, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich volvió a asistir al Congreso para defender la reforma de la Ley 24.660 que prevé eliminar la libertad condicional para distintos tipos de delitos y que ya cuenta con media sanción (Cámara de Diputados). Allí, ante decenas de organizaciones sociales especializa-das en la materia, afirmó que “los presos consiguen las salidas transi-torias y no vuelven nunca más”.

Como parte de las organizacio-nes presentes, periodistas del co-lectivo Ni Una Menos leyeron un documento titulado “No en nuestro nombre”, rechazando las políticas punitivistas, reclamando mayor pre-vención, aumento de presupuesto y el fin del desmantelamiento de pro-gramas para las mujeres. También intervino como oradora la antropó-loga feminista Rita Segato, especia-lista en estudios sobre la violencia machista, argumentando contra la idea que promueve el proyecto.

La avanzada en pos del endure-cimiento de penas reavivó el debate sobre la Justicia, tema que viene es-tando en el centro de las críticas y de los reclamos por parte del movi-miento feminista.

Contra la demagogia punitivista

Las políticas de mayor represión y mano dura no son ninguna nove-dad. Para la derecha, son las únicas respuestas posibles. También en el caso de la violencia de género in-tentan plantearlas como soluciones mágicas. Lejos de ello, todas y cada una de las movilizaciones al grito de Ni Una Menos plantearon lo contra-rio: no sólo jamás se exigieron más penas y menos libertades, sino que además se explicó que las respues-tas del sistema penal no sirven para frenar la violencia porque llegan tarde, cuando las mujeres ya fueron golpeadas, violadas y/o asesinadas. Por eso demagogia, porque inten-tan avanzar en lo punitivo al mismo tiempo que recortan y desmantelan todos los programas y políticas esen-

ciales para trabajar en el antes, como la implementación de la ley de Edu-cación Sexual Integral (entre otras), y en el durante, como los refugios o el patrocinio jurídico gratuito.

Por otra parte, las violaciones no son casos aislados o excepcionales. Rita Segato expresó claramente que este tipo de crímenes son crímenes por medios sexuales pero cuyo ob-jetivo no es sexual sino alecciona-dor y disciplinador. El violador es el síntoma de un mal que es social, la manifestación de lo que anida en la conciencia social, de modo que querer detener ese tipo de violencia con la cárcel es como querer elimi-nar un síntoma sin atacar la enfer-medad. No ha funcionado, además, en ningún país del mundo. Por ello, lo principal es trabajar en la socie-dad a partir del diseño de políticas públicas con perspectiva de género. Claro que debemos discutir qué hacer frente a la existencia de los violadores. Pero, mientras avanza-mos, sería bueno tener claro que la solución no pasa por recluirlos en el sistema carcelario actual que, en realidad, funciona como verdadera escuela de violación.

Tampoco el garantismo misógino

Es fundamental rechazar el oportunismo punitivista en nombre de la vida de las mujeres y también su uso para arremeter contra el garantismo. Sin embargo, el docu-mento del colectivo Ni Una Menos no elude el necesario debate alre-dedor de esta corriente al interior del derecho penal que, más allá de

bregar por el respeto de las garan-tías constitucionales, es igualmente machista. Lo sufren las mujeres cotidianamente en muchas oportu-nidades cuando se encuentran con jueces, fiscales, abogados y policías que carecen de perspectiva de gé-nero y no entienden la violencia de género como una relación desigual de poder. Ello hace que los casos de violencia machista se aborden como conflictos entre iguales, o poniendo a las mujeres en el lugar de sospe-chosas de inventar y manipular, mi-nimizando o no teniendo en cuenta los testimonios y denuncias. Como afirma la abogada con orientación en Derecho Penal, experta en segu-ridad y políticas de género Ileana Arduino, muchos de quienes de-nuncian con virulencia la violencia institucional, las injusticias sociales o raciales, se muestran indulgentes y comprensivos con los denunciados cuando se trata de la dominación machista.

Poner el foco en la Justicia

Un reclamo multitudinario, po-tente, agudo y heterogéneo como el puesto en marcha en Argentina a partir del primer 3 de junio y su grito de Ni Una Menos colocó a los poderes de turno a la de-fensiva. Más aún cuando no sólo ninguna de las propuestas se ha implementado sino que, además, las estadísticas sobre denuncias por violencia de género no hacen más que aumentar. Disolver la lucha contra la violencia de género dentro de la discusión sobre la in-

seguridad y proponer el endure-cimiento de penas es la respuesta que este gobierno le propone a la sociedad y una maniobra frente al ascenso del movimiento de muje-res y su creciente lugar de referen-cia. Es por ello que el movimiento feminista tiene que intervenir en la disputa sobre de qué manera la sociedad va a comprender el ori-gen, la reproducción y los posibles caminos para enfrentar la violen-cia de género. Empezando por no permitir que se corra el eje central de lo que está en discusión. ¿Quie-ren discutir sobre la Justicia? Pues entonces que se discuta, y que se discuta en serio.

Discutamos en primer lugar qué tipo de violaciones vamos a condenar. Porque si condenamos las sufridas por Ángeles Rawson, Lucía Pérez o Micaela García, entre otras, también deberíamos indig-narnos por Higui, que quiso ser violada por una patota sólo por ser lesbiana. Y, sin embargo, está presa por haberse defendido. Si quere-mos discutir sobre la Justicia, bien podemos sacar lecciones de cómo el derecho penal es, en la mayoría de los casos, una herramienta dis-ciplinadora contra los derechos de las mujeres. Y si no, pregúntenle a Belén, presa durante casi tres años por sufrir un aborto espontáneo.

Si discutimos en serio y no per-mitimos falsos debates para correr el eje, nos daremos cuenta de que el problema de fondo no es una Justicia garantista, sino machista y misógina, que es necesario trans-formarla radicalmente.

Más allá del falso debate entre la mano dura y el garantismoEl femicidio de Micaela García fue tomado por los medios como la oportunidad para volver a colocar el tema de la inseguridad y las “puertas giratorias” del sistema penal, campaña a la que también se sumó el gobierno nacional. ¿Cómo abordar desde el feminismo un falso debate planteado en términos de punitivismo versus garantismo?

Por María Paula García

“Por eso demagogia, porque intentan avanzar en lo punitivo al mismo tiempo que recortan y desmantelan todos los programas y políticas esenciales para trabajar en el antes, como la implementación de la ley de Educación Sexual Integral (entre otras), y en el durante, como los refugios o el patrocinio jurídico gratuito

FEMINISMO POPULAR

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8

Desde los últimos tiempos de Chávez, y especial-mente desde su partida física y la asunción de

Maduro como presidente, se han profundizado estos ataques e in-tentos de desgaste.

El último mes ha presen-ciado una escalada de la presión ejercida sobre la Revolución apuntando a dos vías: la desesta-bilización con miras al golpe y la imposición de elecciones adelan-tadas en un panorama negativo para el oficialismo. Un mismo objetivo: la salida prematura del gobierno encabezado por Nico-lás Maduro como pie para acabar con 18 años de transformaciones sociales y construcción de poder popular.

No se trata de algo espontá-neo, lo que sucede en Venezuela es parte de una estrategia de desgaste, una guerra de nuevo tipo digitada e impulsada desde el centro del Imperio, ya imple-mentada en otros lugares, como Medio Oriente. Lo que se está de-sarrollando ha sido llamado “gue-rra de cuarta generación”. Sigue el manual de las “revoluciones de color” que se dieron en las ex repúblicas soviéticas; se trata de una agresión constante, con picos de actividad, que se despliega a nivel económico, comunicacional, diplomático, psicológico. Solo eventualmente hace uso de la carta militar. Busca atacar y hacerse con el control de la propia rutina de sus habitantes.

El ministerio de las colonias

La presión diplomática encon-tró su mejor conductor a través de la OEA. Esta organización ha asu-mido con ímpetu su rol de ser el

martillo de la política exterior esta-dounidense. El secretario general de la OEA, Luis Almagro, junto a un grupo de países, asumió la tarea de aislar y sancionar a Venezuela.

Esta situación da cuenta del cambio de color político en la re-gión. El sesgo político se vuelve evidente. No merecen mayor atención la ola de asesinatos de militantes y referentes sociales en Colombia; ni las protestas que lle-varon al incendio del Congreso en Paraguay; mucho menos la débil situación institucional del ilegí-timo gobierno de Michel Temer en Brasil. No, el problema, la en-fermedad a desarraigar del conti-nente, es Venezuela y su/nuestra Revolución Bolivariana.

El proyecto de una integra-ción fundada en la soberanía de los pueblos de Latinoamérica se ha visto duramente golpeado en años recientes. Los gobiernos actuales de Brasil y Argentina se han sumado con entusiasmo al coro de países que carecen de una política exterior autónoma de los designios de Washington.

La canciller Malcorra ha hecho de “la cuestión venezo-lana” una de sus prioridades para la agenda exterior argentina, sa-crificando toda perspectiva a largo plazo de soberanía política. Recién la victoria de Alianza PAÍS en el hermano Ecuador dio aire, y la compleja situación vivida por los gobiernos en la región da se-ñales de que la arremetida de las derechas regionales no carece de fracturas.

Mejor no hablar de ciertas cosas

Como si volviéramos al esce-nario de 2002 o de las guarim-bas de 2014, la derecha nacional e internacional encuentra en los medios de comunicación y redes sociales su arma de preferencia. Esto toma un giro cínico y per-verso en la disputa mediática

por la propiedad de la muertes ocurridas en estas semanas. Lo que se busca es reforzar aún más el convencimiento de sus pro-pias bases sociales y conmover a las audiencias extranjeras con imágenes de “la brutalidad del régimen”.

Sirven de ejemplo los asesi-natos de Brayan Principal (de 14 años) y Paola Ramírez (23), sucedidos el 11 y el 19 de abril, respectivamente. Ambas muertes fueron secuestradas para uso de la oposición. No importa si la propia comunidad a la que perte-necía Brayan, la Ciudad Socialista Alí Primera, se haya pronunciado señalando que el adolescente fue asesinado por balazos disparados por quienes estaban asediando la urbanización. En cambio, Paola se hallaba en las inmediaciones de una de las protestas. Posible-mente estuviese participando. Una bala disparada desde una moto le impactó en el cráneo. Inmediatamente se acusó a “los colectivos chavistas” y a franco-tiradores de la Guardia Nacional. No importó si los informes de balística y las investigaciones que siguieron dieran con el responsa-ble: un empresario y militante del partido de derecha Vente Vene-zuela, dirigido por María Corina Machado. Nada de eso importa, la verdad de los hechos ya fue igualmente abatida, el shock ya fue logrado.

La derecha compensa sus fa-llos políticos apoyándose en el eco que los medios de comuni-cación producen en el exterior. Mientras en el centro de la ciu-dad no se oyen los disturbios, les basta con golpear en alguna arteria clave de la capital. Con captar la atención de la lente y del corresponsal oportuno consi-guen lo que quieren: una postal de inestabilidad y caos.

Pese a todo esto, la oposición aún no consigue masividad, uni-

dad y legitimidad suficiente para sus objetivos. No lograron gene-rar el escenario que buscaban: una marcha masiva que llegara al centro de la ciudad. Esta promesa repetida e incumplida varias veces genera desgaste y resig-nación en su base social. En esa mezcla de desesperación y odio se encuentra la motivación de las guarimbas y su violencia.

Los ataques a edificios pú-blicos, urbanizaciones del Plan Vivienda o el más reciente ata-que contra el Hospital Maternal “Hugo Chávez” ejemplifican el rencor que mueve a los grupos de choque. El problema es el cha-vismo como fenómeno de pro-tagonismo popular e igualación social. Los jóvenes enardecidos de clases medias y altas del Este de Caracas no requieren de los servicios de las clínicas que in-cendian, ni necesitan las casas que el gobierno ha construido. Estas materializan los logros del chavismo y son su objetivo.

Aunque podemos pensar que este sector aún no tiene la corre-lación de fuerzas para sacar a Maduro de la presidencia, tam-poco podemos decir que están fa-llando rotundamente. Continúan avanzando en la generación de un escenario de desgaste, aplicando las recetas del Imperio en este nuevo tipo de guerra. Siguen las convocatorias a las protestas y no

NUESTRA AMÉRICA

Venezuela, la madre de las batallas

“La oposición aún no consigue masividad, unidad y legitimidad suficiente para sus objetivos. No lograron generar el escenario que buscaban: una marcha masiva que llegara al centro de la ciudad. Esta promesa repetida e incumplida varias veces genera desgaste y resignación en su base social.

En las últimas semanas, se ha vivido un nuevo ataque de la derecha nacional e internacional, el intento de aplicación de la carta

democrática en la OEA, el asedio mediático, las acusaciones de dictadura y “autogolpe”, la vuelta de las guarimbas. Desde Caracas,

un testimonio de la disputa más importante de América Latina.

Por Julián Aguirre y Florencia Catelani, integrantes de la Brigada “Eva Perón”

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9Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 4 Número 60 Del 26 de abril al 9 de mayo de 2017

queda claro hasta cuándo podrán sostenerlas, ni qué estrategias tomará el gobierno para intentar buscar una salida. Una posibili-dad es el llamado a elecciones.

El asedioEl gobierno ha intentado ela-

borar respuestas institucionales a los retos que le presenta la co-yuntura. La economía ha mostrado señales de estabilización pese a no recuperarse por completo de la caída excepcional del petróleo. Es-tabilidad no significa normalidad.

Esto viene de la mano de un rico proceso de discusión y deba-tes dentro del chavismo respecto de la orientación general, a me-diano y largo plazo de la Revo-lución. Es un debate acerca de la perspectiva estratégica que invo-lucra a cuadros políticos y admi-nistrativos del Estado, como a las organizaciones sociales y bases populares. Existen críticas res-pecto de cierta hegemonía de una orientación reformista, y una ne-cesidad de reforzar la perspectiva revolucionaria, de profundización del poder popular y democracia protagónica. Lo que se ha llamado “chavismo salvaje” ha estado muy atravesado por un duelo aún no sanado por la partida del Coman-dante, y una desilusión respecto de los dirigentes del proceso. Hay sin dudas un gran desafío en la cons-trucción de liderazgos que expre-

sen valores éticos revolucionarios y una orientación que re-enamore nuevamente a este pueblo dis-puesto a darlo todo por el legado que sembró Chávez.

Pese a las críticas y dificulta-des, lo que queda en claro para el chavismo, en sus distintas expre-siones, es la necesidad de defender este proceso, lo cual implica en este momento de ataque imperialista defender el lugar de Maduro como presidente. Ningún debate respecto de los problemas propios puede hacer perder de vista el verdadero enemigo, verdadero responsable del asedio que vive la sociedad ve-nezolana: el Imperio y sus expre-siones en la derecha nacional.

Otro factor necesario a tener en cuenta, que ha permitido de-bilitar los intentos desestabiliza-dores de la oposición, es que las Fuerzas Armadas han mostrado ser uno de los pilares sobre los que se apoya la Revolución Boli-variana. Su composición social, el legado ideológico y personal del Comandante Chávez y su partici-pación en el control y dirección de resortes clave de la economía y la administración pública hace de la FANB un componente íntegro del chavismo. Ningún gobierno podrá seguir sin su participación y en tanto la oposición se obstine en negar al chavismo, no logrará rom-per la cohesión del ejército. A ello se le suma otro factor del legado

de Chávez: la Milicia Nacional Bo-livariana, el pueblo en armas como reserva política y militar del poder popular.

El 19 en las callesSi algo define al proceso polí-

tico vivido en Venezuela en los úl-timos 18 años es la calle y su vida. Tanto la arremetida de la derecha como las respuestas del chavismo se dirimen en la disputa y apro-piación del espacio público. Cada barrio, con sus colores y sonidos, sus eventos y murales, expresa la polarización y politización del país. Y ambos lados encuentran en la movilización de masas la opor-tunidad para demostrar su fuerza. Si hay un día de estas últimas jor-nadas que da testimonio de ello, ese fue el 19 de abril, la “madre de todas las marchas”. La MUD y el chavismo jugaron su gran apuesta.

Pese a los golpes sostenidos, el 19 confirmó que hay un pueblo que no confunde la vereda sobre la cual pararse. Aun si las respuestas del gobierno no se hallan a la al-tura de las expectativas; aunque ni Maduro ni ningún referente popu-lar logre llenar el vacío dejado por Chávez y su rol como pedagogo, comunicador, estratega y líder moral de la Revolución; si bien el desabastecimiento y la guerra económica golpea el día a día del bolsillo y el estómago, existe no obstante un convencimiento, un

piso firme de conciencia acerca de los logros y retos que enfrenta el proceso bolivariano. Cimentado en el protagonismo popular y la reivindicación de un pueblo ne-gado por siempre.

El chavismo ha salido a las calles como no se veía desde tiempos de Chávez. Masividad y alegría como defensa de un proyecto. La alegría, el color, la música expresan que el chavismo más allá de su rostro institucio-nal es un sentir popular mestizo, obrero, femenino, juvenil, al igual que reparación histórica, es iden-tidad y calle, rancho y barrio.

La pregunta que queda abierta aún es si este puede ser un mo-mento bisagra para el país, para la Revolución Bolivariana y el socialismo del siglo XXI. Si acaso existe una posibilidad de renovar los aires, rectificar la orientación del proceso en un sentido de pro-fundización; o si la derecha lo-grará avanzar con su estrategia de desgaste hasta obtener por algún medio el poder político, teniendo en cuenta que en ese caso tam-poco les será fácil la gobernabili-dad. De lo que no quedan dudas es que el escenario es de disputa, y lo que hoy está en juego en Venezuela es definitorio para el destino de las luchas de nuestros pueblos en el continente, y del so-cialismo como horizonte en este mundo convulsionado.

“La pregunta que queda abierta aún es si este puede ser un momento bisagra para el país, para la Revolución Bolivariana y el socialismo del siglo XXI. Si acaso existe una posibilidad de renovar los aires, rectificar la orientación del proceso en un sentido de profundización; o si la derecha logrará avanzar con su estrategia de desgaste hasta obtener por algún medio el poder político, teniendo en cuenta que en ese caso tampoco les será fácil la gobernabilidad.

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10 CULTURA

Como si las instituciones fueran una mera fantasía y los programas de televi-sión los únicos dueños de

la verdad, el pasado 12 de abril el mi-nistro de Cultura Pablo Avelluto le pidió la renuncia a Alejandro Cace-tta, presidente del INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovi-suales). El motivo: un penoso “in-forme periodístico” evidentemente “armado”, en el que no podían verse las caras de quienes hablaban y que Eduardo Feinmann y Alejandro Fan-tino pusieron al aire en el programa “Animales Sueltos” de América TV. Selo ello bastó para que Avelluto jus-tificara el día después el pedido de renuncia a Cacetta por “sospechas de corrupción”. No hubo ni audito-ría, ni investigación previa; para el ministro solamente el “informe” de Feinmann y Fantino era prueba sufi-ciente, ignorando y pasando por en-cima al triunvirato que gobierna un Instituto que es un ente autárquico.

De la mano de este avasalla-miento institucional comenzó una campaña mediática de desprestigio contra el cine nacional y la política de fomento del Instituto de Cine. ¿Por qué? Porque el INCAA se finan-cia mediante medidas proteccionis-

tas y eso, en un gobierno neoliberal, está mal visto. El cine nacional se financia a partir de la propia acti-vidad cinematográfica: es la Ley de Cine 17.741 de 1968 la que establece en su artículo 24 que el fondo de fo-mento cinematográfico se integrará con un impuesto equivalente al 10% del precio básico de toda entrada en el territorio nacional. En 1994, me-diante la Ley 24.377, se sumó a ese fondo de fomento un impuesto del 25% a las radiodifusoras de televi-sión que comercialicen en el país. Finalmente, este porcentaje fue rati-ficado en la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, cono-cida como la Ley de Medios, de 2009 en la que se define el destino de los fondos recaudados por parte de la Administración Federal de Ingresos Públicos: 25% del total recaudado para el INCAA, 10% para el Instituto Nacional del Teatro, 20% para Radio y Televisión Argentina Sociedad del Estado creada por la dicha ley, 28% para la Autoridad Federal de Servi-cios de Comunicación Audiovisual (incluyendo los fondos para el fun-cionamiento del Consejo Federal de Comunicación Audiovisual), 5% para funcionamiento de la Defensoría del Público de Servicios de Comu-nicación Audiovisual, 10% para pro-yectos especiales de comunicación audiovisual y apoyo a servicios de comunicación audiovisual, comuni-tarios, de frontera y de los Pueblos Originarios, con especial atención a la colaboración en los proyectos de digitalización, y 2% para el Instituto Nacional de Música.

Cuando Mauricio Macri asu-mió en diciembre de 2015, firmó el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 267/15 que, por un lado, crea la nueva agencia de comuni-caciones, el ENACOM, dejando sin efecto el AFSCA; y, por otro lado, re-define a las empresas de telecomu-nicaciones como TICs (Tecnologías de la Información y la Comunica-ción), las cuales aún no tributan por comercializar en el país. Sin em-bargo, el ENACOM no quiso modi-ficar el pago de gravámenes hasta que se redactara una nueva ley.

Una nueva ley redactada por los grandes medios

La voluntad política del go-bierno quedó en evidencia. Pre-tende trasladar el dinero del sector público al sector privado (Grupo Clarín con Cablevisión, entre otros), eliminar las leyes proteccionistas para la industria nacional y que el libre mercado se encargue de con-seguir el dinero para el fondo de fomento, ya no del cine, sino de un amplio sector de la cultura (INCAA, Instituto de Teatro, de Música, De-fensoría del Público, etc.).

Ya desde la firma misma del de-creto 267/15 se está redactando la nueva ley, aunque la presentación del anteproyecto se postergó en dos oportunidades. Las empresas que proveen plataformas de contenidos Over-The-Top (como Netflix o Televi-sión On Demand) todavía no están reguladas de manera tributaria para comercializar en nuestro país. Y la

nueva ley de Convergencia de Me-dios de Comunicación está tratando este tema. Mientras que el ENA-COM no convocó a ninguna asocia-ción del sector audiovisual para la redacción del anteproyecto, sí están siendo consultados los asesores de Cablevisión, Direct TV y Torneos, entre otras empresas ahora denomi-nadas TICs. Estas empresas serían las principales beneficiarias si el Es-tado decide no intervenir regulando el espectro de internet para comer-cializar películas y series en el país. La única entidad del cine consultada por el ENACOM en noviembre de 2016 fue la Asociación Cinematográ-fica de Estados Unidos (MPAA), y fue para la formulación de políticas que contemplaran un nuevo marco jurídico y reglamentario para los medios en el país. Cabe destacar que lo que la MPAA recomendó acerca del mercado digital es “que la polí-tica pública en Argentina favorezca las transacciones de libre mercado y evite la intervención innecesaria del gobierno”.

Es más que obvia la intención del gobierno de redactar una ley con los propios beneficiarios de la misma, que son los grandes medios de comunicación del país. De aquí la necesidad de hacer una campaña mediática de desprestigio hacia el cine nacional, hacia quienes traba-jan en el sector y tratar de “ganar” el sentido común de la gente legiti-mándolos, porque es el apoyo que necesitarán para presentar la ley en el Congreso post elecciones e inten-tar aprobarla.

La avanzada del gobierno sobre el INCAA

Tributo, divino tesoro

Por Mercedes Oliveira, prosecretaria de EDA (Asociación Argentina de Editores Audiovisuales), graduada de la carrera de Montaje Cinematográfico de la ENERC “La voluntad política

del gobierno quedó en evidencia. Pretende trasladar el dinero del sector público al sector privado (Grupo Clarín con Cablevisión, entre otros), eliminar las leyes proteccionistas para la industria nacional y que el libre mercado se encargue de conseguir el dinero para el fondo de fomento, ya no del cine, sino de un amplio sector de la cultura.

El conflicto desatado por la intervención del INCAA del gobierno provocó la protesta de artistas, productores, cineastas y estudiantes de cine en defensa del cine nacional y contra el vaciamiento del organismo. Detrás de esta prepotente avanzada se encuentra una política tendiente a beneficiar grandes empresas privadas.

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11Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 4 Número 60 Del 26 de abril al 9 de mayo de 2017

Hugo Spinellli es Di-rector del Instituto de Salud Colectiva de la Universidad Nacional

de Lanús y dirigió el Doctorado en Salud Colectiva, la Maestría en Epidemiología, Gestión y Políticas y la Carrera de Especialización en Gestión en Salud de la misma Uni-versidad. Desde 1993 coordina la colección de libros Salud Colec-tiva-Lugar Editorial y es editor responsable de la revista Salud Colectiva desde 2005.

Cambio: ¿Cómo evalúa la si-tuación actual que atraviesa la salud de nuestro país?

Hugo Spinelli: No es que ahora pasamos a una situación nueva de manera brusca. El sistema de salud viene sufriendo un avance privati-zador desde hace décadas. En ese sentido, no veo a la Cobertura Uni-versal de Salud (CUS) como un gran monstruo, hace 40 años que se quiere implementar la historia clínica digital y no se consigue. Lo que van a conseguir es crear padro-nes digitalizados que permiten co-rrupción porque nadie los controla y hacer negocios financieros con algunas obras sociales, es decir, el gran negocio de la salud.

Lo que me parece que hay que debatir es la actitud de los pro-fesionales de la salud, médicos y no médicos, que no le ponen el cuerpo al trabajo, se rajan, no están. Si no tenemos gente que cumpla sus funciones, lo público se cae y eso para el gobierno actual no es un problema por-que no tiene ningún interés en fortalecerlo.

Defender lo público es una cuestión lógica, los países centra-les tienen una proporción de em-pleo público mucho mayor que la nuestra y esos trabajadores están muy bien pagos. Además, a esos lugares entran los mejores egre-sados universitarios, es decir, son espacios muy difíciles de acceder porque tienen una gran respon-sabilidad. Es una cuestión obvia desde el punto de vista racional.

Lo bueno que tiene el campo de la salud es que cuenta con mucho margen de libertad, es decir, un tra-bajador en un centro de salud, inde-pendientemente de las condiciones adversas macroestructurales que haya, puede seguir haciendo un tra-bajo que sea liberador y de calidad. Atender bien a un paciente debe ser una obligación para los trabajado-res, hecho que contribuye, además, a la salud mental de ellos.

Es una discusión interesante al interior de las distintas organiza-ciones políticas, incluidos los gre-mios. Estos no pueden reducir al trabajador a la condición de “homo economicus” que solamente le im-porta el salario, que es la teoría del capitalismo. Los gremios no pue-den, en función de tener afiliados, ignorar los problemas de salud que afectan a la gente del territorio y que afectan a la estructuración de lo público. Pero tenemos que ser honestos de que esta problemática viene de mucho tiempo antes y te-nemos que pelear junto con los gre-mios para ponerla en agenda.

C: ¿Cómo cree que impacta el cierre o vaciamiento de algunos programas sociales vinculados a la salud?

HS: La verdad descreo de la efica-cia de los programas. Creo que hay que poner equipos de gente a tra-

bajar en territorio y que se queden allí. Hay que pagarle muy bien a esos equipos para que estén firmes todo el día, que tengan relación con las comunidades y que estas tengan posibilidad de evaluarlos; y, eventualmente, hacer algunos hospitales que concentren toda la tecnología. Nada de eso estamos haciendo. Seguimos creando hos-pitales como si fuese la solución. En países centrales europeos están cerrando hospitales y creando es-pacios o centros de salud donde se dé lugar al trabajo artesanal y el trabajo relacional. Hay que charlar con doña Rosa o con don José y ahí se van arreglando las cosas. Eso baja gastos, se consu-men menos medicamentos, es un proceso menos industrial y genera desestructuración en cabezas muy poco inteligentes que piensan todo en términos mecánicos. Lo que pasa es que muchas de esas cabe-zas egresan de la Universidad.

C: Recuperando la reflexión anterior sobre los egresados universitarios, ¿cómo nos debe-ríamos preparar para la conme-moración de los 100 años de la Reforma Universitaria?

HS: El año que viene no hay mucho para festejar de la Re-forma del 18, muchas cuestiones no se cumplieron y otras habría que repensarlas, básicamente el rol social de la Universidad. Se producen muchos profesionales que son poco útiles para la des-igualdad argentina, por eso hay que discutir qué Universidad que-remos con fondos públicos. Lo que pasó hace 100 años fue inte-resante, se lograron cosas como eliminar la cuestión familiar, la libertad de cátedra, etc. La pre-gunta es, ¿qué agregamos después

de esos 100 años? Es decir, ¿qué problemas está solucionando la Universidad?

Estamos repitiendo cosas vie-jas, hacemos preguntas que son muy poco inteligentes. Mi abuela, que era casi analfabeta, estaba llena de refranes que daban cuenta perfectamente de “lo rela-cional”. En cambio, tenés egresa-dos universitarios con posgrados, maestrías, doctorados que siguen pensando en la sociedad suje-to-objeto y tienen una persona adelante, eso es grave.

C: También existe la visión del universitario que ingresa a la Universidad para ser profesional y ganar plata...

HS: “Mi hijo el doctor” de Floren-cio Sánchez lo que marca es una forma de ascenso social, es decir, el migrante que consigue que el hijo vaya a la Universidad. Ahora, una forma de ascenso social no puede ser que el profesional se transforme en alguien que pro-fundice la desigualdad, y sabe-mos que tenemos profesionales médicos que realizan prácticas que no son necesarias y que están ligados a procesos de corrupción (vía prótesis, vía prescripción de medicamentos). La Universidad no puede avalar eso, ni tampoco puede ser que algunos hospitales públicos sean lugares de ensayos clínicos que violan principios éticos y de derechos humanos al hacer negocios en función de los cuerpos de otros.

Las carreras universitarias no nacen porque hay una necesidad en el pueblo, salen por presión de las corporaciones, entonces ¿tiene sentido financiar con lo público esas gestiones? Ahí queda abierta otra discusión.

Reflexiones en torno a la problemática sociosanitaria

Entrevista a Hugo Spinelli

Por Daniela Bustos y Julieta Seplovich “No puede ser que

el profesional se transforme en alguien que profundice la desigualdad. La Universidad no puede avalar eso, ni tampoco puede ser que algunos hospitales públicos sean lugares de ensayos clínicos que violan principios éticos y de derechos humanos al hacer negocios en función de los cuerpos de otros.

Los días 30 y 31 de marzo se llevó a cabo en Córdoba el Encuentro Latinoamericano de Salud Colectiva al cual

asistieron estudiantes, docentes, investigadores y trabajadores de la salud de diferentes regiones del

país. En este marco, integrantes de Movimiento de Salud “Irma Carrica” de Córdoba

conversaron con el Dr. Hugo Spinelli.

SALUD

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1212 DEBATES

“La batalla cultural demanda una pedagogía de la transformación social”

Cambio: ¿Qué lugar ocupan los aportes de Gramsci en el pensa-

miento de izquierdas?

Mabel Thwaites Rey: El mayor aporte de Gramsci es su capacidad de comprender la dominación ca-pitalista contemporánea en un mo-mento muy complejo, durante las décadas del veinte y treinta, cuando se desarrolla su reflexión en medio de grandes luchas obreras, pero tam-bién de sus derrotas y del posterior ascenso del fascismo. Sobre todo su comprensión de las diferencias que posibilitaron la revolución en Rusia y no en otros países de Europa, pero también su capacidad de entender las heterogeneidades al interior del propio continente. En ese sentido, su elaboración sobre la llamada cuestión meridional, es decir entre el norte rico y el sur “atrasado” de la propia Italia es central. Periferia y centro deben ser pensados convi-viendo en el propio espacio euro-peo, y esto pasa no sólo en Italia.

Pensar la dimensión del poder, de la dominación, de la coerción y el consenso expresadas en las ló-gicas estatales y societales, es uno de los aportes más importantes de Gramsci. Es decir, el capitalismo no es sólo la apropiación material de los medios de producción ni la represión estatal organizada, sino también la construcción de una manera de entender ese “estar en mundo” subordinado por parte de los propios sectores populares. Por ejemplo hubiera sido un apa-sionado de estudiar hoy la deriva de los medios de comunicación, de ver cómo se reproduce ideológica-mente el sistema y se construye una explicación de la propia existencia. Pero Gramsci no piensa esto como un “teórico de las superestructu-ras”, sino que busca siempre qué

arraigo tienen las ideas, los sentidos comunes, en prácticas materiales.

Decía algo más. Planteaba tam-bién que los sindicatos y partidos de masas tienen la complejidad de ser conquistas de la organización popular, pero al mismo tiempo elementos de seguridad del sis-tema. Los sindicatos, por ejem-plo, son espacios de lucha y un momento de la conciencia obrera necesario, pero en la medida que quedan atados exclusivamente a la lucha corporativa su acción es limitada y termina también reafir-mando el orden existente.

Cambio: ¿Qué cuestiones del pensamiento gramsciano pen-sás que son particularmente productivas para pensar la rea-lidad latinoamericana?

MTR: Acá lo interesante en Gramsci es la cuestión nacional. Las revolu-ciones no se hacen en abstracto, se hacen en pueblos concretos, en situaciones concretas, y eso es La revolución contra el capital. Hay una historicidad, raíces que determinan la existencia material y simbólica de cada pueblo. ¿Cómo se constituye históricamente una trama política? Por eso su necesidad de entender la constitución de la Italia mo-derna. Toda esa reflexión lo lleva a Gramsci a pensar que la revolución mundial será posible en la medida que construyamos nacionalmente la necesidad de una transformación anticapitalista. Por eso Gramsci es una lectura tan interesante para pensar América Latina y la consti-tución de lo nacional-popular en países que tienen que atravesar por una ruptura con los centros del poder económico mundial. Aparece acá también la complejidad de lo popular, con todas las tramas que supone, con el proletariado como centralidad, como fuerza dinámica de transformación, y la articulación con los sectores campesinos y otros segmentos populares. Todas estas

dimensiones son muy fructíferas para mirar América Latina.

Cambio: Lo que venimos char-lando nos lleva un poco al concepto de hegemonía. ¿Qué podés decir de una categoría tan significativa y a la vez tan escurridiza, que ha sido usada de las formas más variadas?

MTR: El concepto de hegemonía en Gramsci es polisémico, porque lo usa para entender y analizar cómo la dominación del capital no se asienta exclusivamente en un momento económico o coercitivo-militar, sino también en las formas de cons-trucción de adhesión por parte de los dominados. Pero por otro lado, simultáneamente, este concepto es utilizado para analizar las formas de contestación por parte de la clase obrera y los sectores populares, lo que nosotros en general llamamos contrahegemonía, que no es un tér-mino de Gramsci. Esto incluye una disputa intelectual y moral, una ba-talla cultural, muy fuerte. La disputa por el sentido que supone enfrentar el “sentido común” que naturaliza la dominación capitalista. Por ejem-plo esta idea tan ideológica de que el empresario es el que “da” o el que “genera” el trabajo.

Como ocurre con cualquier teó-rico que logra formulaciones clási-cas, el concepto de hegemonía tiene una productividad que trasciende al propio momento histórico-con-creto que da lugar a su producción. Pero no hay que cometer el error de, junto con el concepto, querer trasladar las condiciones histó-ricas específicas. Entonces para pensar hoy la dominación política en América Latina hay que identifi-car cuáles son los atributos de esa dominación, en términos de cons-trucción hegemónica porque se im-ponen con aceptación, y que están arraigados en elementos de la ma-terialidad. Hoy uno de los ejes que me parece muy interesantes para

discutir tiene que ver con todos los artefactos de consumo masivo que aparecen como alfileres de seguri-dad de la reproducción del orden. Celulares, zapatillas, productos electrónicos, son todos artefactos muy poderosos de seducción de la construcción material del capi-talismo a escala global. En última instancia esto remite a cómo pen-sar las ventajas materiales que obtienen las clases populares en su dualidad, como conquista de la lucha, pero también como estas son revertidas y transformadas al mismo tiempo en alfileres de segu-ridad de la propia dominación.

C: Mencionamos antes el pro-blema de los medios de comu-nicación. Hay un gran debate sobre su rol actual en la política. ¿Cómo lo ves vos?

MTR: Me parece que en todo caso los medios nunca giran en el vacío. Cuando una habla de la materiali-dad está hablando de la existencia de relaciones de fuerzas. Entonces la potencia mediática es mayor o menor en la medida que su relato tiene algún asidero en la realidad, o no. Por ejemplo, en momentos de mucha construcción y movilización popular, la población está menos permeable a aceptar el discurso mediático. O cuando la economía crece, por más que un gobierno tenga la hostilidad de los medios de comunicación, lo más probable es que pueda mantener fuerte su gestión. Cristina tenía a los medios en contra en el 2011, y sin embargo ganó con el 54%. El discurso me-diático en todo caso permea, da formato, le da un sentido, que se hace efectivo en segmentos de la población si es que tiene algún co-rrelato con su propia vivencia.

La disputa por el sentido, en-tonces, tiene que ver con cuestiones de la materialidad que son verifi-cables o no. La pérdida de adhe-sión del anterior gobierno, que le

“Por eso Gramsci es una lectura tan interesante para pensar América Latina y la constitución de lo nacional-popular en países que tienen que atravesar por una ruptura con los centros del poder económico mundial.

El 27 de abril se cumplen 80 años del fallecimiento de Antonio Gramsci. Para hablar sobre la significación histórica del comunista italiano, sus aportes teóricos y su vigencia, Cambio conversó con Mabel Thwaites Rey, directora del Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA).

Por Martín Ogando

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13Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 4 Número 60 Del 26 de abril al 9 de mayo de 2017 13

permite a Macri ganar en segunda vuelta, tiene que ver con la forma de construcción de hegemonía del kirchnerismo, o más bien con su insuficiencia. Hay una franja de la población que se termina volcando contra el kirchnerismo, sectores asalariados y medios bajos, que compran el discurso macrista de la segunda vuelta, el “no van a perder nada de lo que tienen y van a estar mejor”, porque se sintieron no con-tenidos en el otro proyecto. Allí la idea de Laclau, de la construcción de campos antagónicos, se mostró incapaz de articular intereses más amplios. En ese sentido la noción clásica gramsciana de hegemonía resulta más productiva, porque remite a cómo se construye en un momento histórico concreto una articulación social, política, econó-mica y cultural. Si hay hegemonía hay esa articulación.

C: En las condiciones que se le presentan hoy al movimiento popular, frente a esta ofensiva del capital, ¿qué legados de Gramsci pueden ayudarnos a orientar nuestra práctica?

MTR: Volviendo justamente al con-cepto de hegemonía, el proyecto anticapitalista debe contener e in-cluir a la mayor variedad posible de situaciones de opresión que sean objetivamente confrontables con el capitalismo. Esto supone una labor pedagógico-política que es central en la perspectiva gramsciana y que

hoy es muy importante. La batalla intelectual, moral y cultural de-manda la necesidad de una peda-gogía de la transformación social. Una pedagogía de la comprensión del mundo, que no es auto-evidente, porque lo auto-evidente es que se acepten las condiciones materiales existentes como las únicas posibles. Hay que superar la idea de que las cosas son así porque son así.

Pero además de comprender, de hacer evidente la explotación y la dominación, hace falta cons-truir y organizar la voluntad de transformación. Lo que significa asumir que va a haber múltiples miradas que hay que articular. La hegemonía supone eso, no la mera supremacía de un pensa-miento sobre el otro sino la po-sibilidad de articular. Se trata de una batalla que es larga, que es ardua, y hay que hacerla cotidia-namente. Políticamente, el pro-blema que tiene alguna izquierda muy combativa y muy valorable por su disposición a la lucha, es que la forma de la construcción pedagógica suele terminar siendo la del “maestro ciruela”, que se para arriba de un banco y le dice al alumno que ésta es la lección, y que si no la aprende tiene cero. Es una izquierda que se termina encerrando en sí misma.

Por el contrario, la concepción pedagógica que propone el pensa-miento gramsciano es la construc-ción pedagógica con el otro, es la

posibilidad de que el otro extraiga sus conclusiones en el propio pro-ceso de lucha. No acercar la verdad revelada, sino construir la verdad con el otro. Entonces me parece que los proyectos de construcción en el campo popular no pasan por decirle a la gente “no seas estúpido, no votes a los explotadores”, sino por ir construyendo en la voluntad de lucha, en la voluntad de confron-tación, a partir de las injusticias co-tidianas que enfrentan los sectores populares, una alternativa.

Es en esas experiencias que se puede ir gestando lo que Gramsci llamaba el partido de nuevo tipo, y que hoy deberíamos discutir qué forma debería adoptar. Pero lo que no queda duda es que la organización política de los débi-les para enfrentar a los poderosos sigue teniendo absoluta vigencia. Para esto no alcanza con demos-trar que el capitalismo es malo, sino que hay que poder plantear una perspectiva. Para esto es im-portante que las izquierdas de distintas tradiciones entiendan que tienen que ir articulando ca-minos, tienen que ir dialogando con los que no son de izquierda, sino que son nacionales y popu-lares, y debatiendo cuáles son las dirigencias, las organizaciones y los procesos que nos pueden abrir esa perspectiva de transfor-mación. En este sentido la mirada gramsciana, de un proceso de construcción de hegemonía antes

de la toma del poder, se vincula directamente con la formación de una organización política eficaz. Claro que hay debates de estra-tegias entre las distintas expre-siones del campo popular. Pero hay que tener en cuenta que toda estrategia es una apuesta, que se hace sobre la base de un análisis de situación, y que en todo caso se verificará en la práctica polí-tica. Y a veces los debates en la izquierda no son siquiera por es-trategias, sino por meras tácticas. Ahí avanza el enemigo.

En síntesis, hay cosas que cam-bian. La composición de la clase trabajadora, por ejemplo, sus sec-tores dinámicos e incluso su rol político. Lo que no cambia es la propiedad privada de los medios de producción, y que sus propietarios son cada vez menos, concentran cada vez más el capital y deciden sobre la vida y las condiciones de existencia del conjunto. Por eso el núcleo central de cualquier estra-tegia de transformación pasa por organizar al polo del trabajo, en sus distintas categorías, y por for-talecer un punto de vista anticapi-talista. Si hay algo que es Gramsci, contra toda manipulación, es an-ticapitalista. No hay nada de su pensamiento y su acción que se pueda sustraer de lo central de su pensamiento que es el proyecto re-volucionario, que hoy podrá tener variantes y formas distintas pero sigue manteniendo vigencia.

“La batalla intelectual, moral y cultural demanda la necesidad de una pedagogía de la transformación social. Una pedagogía de la comprensión del mundo, que no es auto-evidente, porque lo auto-evidente es que se acepten las condiciones materiales existentes como las únicas posibles.

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Macron fue ministro de Economía del desgas-tado gobierno del socia-lista Francois Hollande.

En su currículum cuenta con el antecedente de haber trabajado y llegado a ser socio de la Banca Rothschild. Su movimiento “En Marcha” tiene claras credenciales neoliberales y busca expresar una renovación política de los políticos tradicionales. Para comprender su lugar en el tablero político local, sirve la comparación con Ciuda-danos de Albert Rivera de España, que festejó su triunfo.

Con menos posibilidades de triunfar en el balotaje estará Marine Le Pen, la líder del renovado Frente Nacional. Su discurso insensible con los refugiados e islamófobo confluye con un anti-europeísmo que plantea la reconstrucción de una Francia clericalista y ultra-con-servadora. Su ascenso en los últi-mos años empalmó con el avance de grupos de ultra-derecha que proponen una salida reaccionaria a la crisis del consenso neoliberal en Europa. UKIP en Reino Unido, Alternativa para Alemania o la Liga del Norte en Italia son otras expre-siones de este espacio político en el continente. Al igual que Trump en Estados Unidos, su idea de “volver a poner a Francia en orden” está anclada en bases populares que en

otras oportunidades apoyaban a las fuerzas de izquierda.

Los programas en pugna son, por un lado, una continuación de la dinámica actual que acentúa los rasgos neoliberales y, por otro lado, una alternativa de ultra-derecha con foco en la xenofobia y una salida de la Unión Europea de carácter reac-cionaria (similar a la que se dio en Reino Unido).

En 2002, Jean-Marie Le Pen (el padre de Marine) llegó al balotaje y, en esa oportunidad, perdió al obtener sólo el 17% de los votos. Ahora, el resultado para el Frente Nacional pareciera repetirse.

El establishment suspira ali-viado con los resultados. A diferen-cia de lo ocurrido en EEUU, aquí las posibilidades del populismo conservador se vislumbran meno-res. Los sondeos preliminares de Ipsos, Sopra y Steria arrojan un resultado del 62% de apoyo para Macron y un 38% para Le Pen.

Crisis de representación abierta

Los grandes derrotados de esta elección han sido los partidos con-servadores del sistema político neo-liberal. El histórico Partido Socialista apenas logró el 6,3% de los votos con la candidatura de Benoît Hamón. Luego de cinco años de gobierno de Hollande, en el que se aplicó un drástico ajuste fiscal, se llevaron ade-lante reformas laborales regresivas y se implementaron los consensos neoliberales de la Troika (Banco

Central Europeo, Comisión Europea y FMI). Su partido político entró en una crisis que no parece tener fin.

El camino seguido por el Partido Socialista es similar al de otros gran-des partidos socialdemócratas euro-peos devenidos neoliberales, que se transformaron en absolutamente marginales como el PASOK en Gre-cia. Luego del decadente resultado electoral, Hamón salió a pedir que sus votantes apoyen a Macron.

Otros derrotados de la jornada electoral fueron los republicanos. Este partido es la continuidad de Unión por un Movimiento Popular, que gobernó el país durante la presi-dencia de Nicolas Sarkozy. La candi-datura de Fillón, que logró el 19,9% de los votos, no les alcanzó para que la histórica centro-derecha francesa esté representada en el balotaje. Fi-llon, en la segunda vuelta, apoyará a Macron. “No hay otra opción, votar contra la extrema derecha” declaró.

La lógica conservadora del sis-tema político galo ha sido derro-tada en esta elección y difícilmente logre reconstruirse. La consecuen-cia de las políticas neoliberales y de los escándalos de corrupción ha dejado fuera de juego a sus refe-rentes y a sus partidos. Las opcio-nes que apuntaban por el “cambio” sumaron el 68% de los votos.

Francia Insumisa: el camino recién comienza

La sorpresa en la contienda electoral fue la emergencia de Francia Insumisa que originó un

nuevo espacio político que cues-tiona el neoliberalismo y el avance reaccionario. A la candidatura de Jean-Luc Mélenchon en los sondeos de comienzos de año le pronostica-ban un 10% de los votos. Pero la re-montada de las últimas semanas le permitió obtener un 19,6%. La no-vedad también estuvo en la enorme movilización popular de su cam-paña con actos y movilizaciones de decenas de miles de personas. Ningún otro candidato logró mo-vilizar tanto apoyo en las calles. El auténtico actor de su campaña fue el nutrido colectivo de más de 450 mil colaboradores voluntarios.

Luego de darse a conocer los resultados, se expresó decepción entre la militancia insumisa y su líder declaró que los números “no son los esperados”. Sin embargo, luego afirmó que “se ha logrado lo que nos propusimos: construir una fuerza consciente y entusiasta. Los convoco a continuar organizados y en movimiento”.

Ante la segunda vuelta, Mé-lenchon ha llamado a realizar una consulta interna entre los 450 mil colaboradores del movimiento para definir la posición pública de Fran-cia Insumisa. El orden neoliberal parece que sobrevivirá, por ahora, en el país galo pero una alternativa a las élites se ha creado y promete continuar dando batalla. Un escena-rio decisivo ante un futuro gobierno débil serán las próximas elecciones legislativas que se llevarán adelante en junio de este año.

La elección dejó como ganador a Emmanuel Macron con el 23,7% de los votos y, en segundo lugar, a Marine Le Pen con el 21,5%. En el país galo habrá segunda vuelta el próximo 7 de mayo. La novedad de la elección fue la emergencia de Francia Insumisa y la derrota de los partidos conservadores.

INTERNACIONALES

Por Martín Harracá y Lucas Villasenin

Francia: hay balotaje y nace una alternativa

“Ante la segunda vuelta, Mélenchon ha llamado a realizar una consulta interna entre los 450 mil colaboradores del movimiento para definir la posición pública de Francia Insumisa. El orden neoliberal parece que sobrevivirá, por ahora, en el país galo pero una alternativa a las élites se ha creado y promete continuar dando batalla.

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15Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 4 Número 60 Del 26 de abril al 9 de mayo de 2017

Excepto en la Facultad de Ciencia Política y Rela-ciones Internacionales, se mantuvo el escenario

del año 2016. Por un lado, con una hegemonía del MNR (so-cialismo), quienes sostuvieron la conducción de sus 5 centros y se hicieron con la presidencia de Veterinaria y, por otro lugar, un crecimiento del Frente Patria (compuesto por organizaciones kirchneristas y peronistas), quie-nes estuvieron cerca de ganarle el Centro de Estudiantes de Dere-cho al MNR.

La unidad que marca el camino

La principal novedad en estas elecciones fue la victoria del FEU Rodolfo Walsh-12 de Mayo sobre la Franja Morada en la facultad de Ciencia Política y RRII, único Centro de Estudiantes que condu-cía en toda la UNR la agrupación estudiantil de la UCR.

El FEU, compuesto por el Pampillón (La Mella), la CEPA, el Movimiento Universitario Evita, La Casullo y estudiantes indepen-dientes, es expresión del camino recorrido durante todo 2016 en unidad para defender la educa-ción pública.

Las diferentes instancias de organización y de participación, como lo fueron las asambleas y las numerosas clases públicas, y la histórica marcha del 12 de mayo de 2016 son muestras de que cons-truir la unidad del movimiento estudiantil es el único camino po-sible para defender la educación pública y garantizar los derechos estudiantiles y de nuestro pueblo en su conjunto.

Frente a la avanzada neolibe-ral y los sistemáticos ataques a la educación pública por parte de la alianza Cambiemos, las y los es-tudiantes nos propusimos hacer historia. Entendiendo que la ac-tual coyuntura nos marca la nece-

sidad de dejar de lado diferencias que durante muchos años nos han distanciado, logramos conformar este frente de unidad amplio que, sobre todas las cosas, logró conte-ner las expresiones y el activismo de estudiantes que no forman parte de ninguna de las organiza-ciones que lo componen.

Nuestros objetivos se lograron con creces: por un lado, quitarle el único Centro de Estudiantes con el que hasta la fecha contaba la Franja Morada, expresión estu-diantil de la alianza Cambiemos (PRO+UCR) en la Universidad. Y, por el otro, sentar las bases de nuevas expresiones de unidad dentro del escenario político estu-diantil en Rosario al romper con una inercia de años.

Un salto hacia el futuro

El escenario que se nos abre al movimiento estudiantil en su con-junto trae consigo grandes desafíos históricos. Debemos ser capaces de construir una unidad que no sea meramente expresión de quienes formamos parte de las organizacio-

nes, sino que logre contener a quie-nes día a día se sienten parte de la lucha en defensa de la educación pública sin pertenecer a alguna de esas expresiones partidarias.

Si no logramos esto, caeremos en los dogmatismos, nos abro-quelaremos en nuestras propias discusiones y reforzaremos las dife-rencias que logramos dejar de lado. Y si esto llegara a pasar, estamos en muy malas condiciones para poder dar la pelea en defensa de la edu-cación pública y dejamos el camino abierto a los intentos del macrismo y la Franja Morada de llevar a cabo sus planes privatizadores y de re-corte de nuestros derechos.

Recuperar nuestros órganos gremiales, centros de estudiantes y federaciones es poner de pie el mo-vimiento estudiantil para demostrar-les, a quienes día a día se empeñan en atacar nuestros derechos, que la educación del pueblo no se vende y que vamos a dar batalla hasta las últi-mas consecuencias para defenderla.

Desafíos inmediatosEn lo inmediato, el movi-

miento estudiantil tiene dos

grandes desafíos que solo logra-remos si somos capaces de se-guir construyendo y apostando a la unidad. Por un lado, en las próximas semanas se llevarán a cabo las elecciones de consejeros superiores, en las que las agru-paciones de izquierda e indepen-dientes tenemos la posibilidad de quedar por encima de la Franja Morada respecto de la cantidad de consejeros.

Y, por el otro, se realizará el Congreso de la Federación Uni-versitaria de Rosario (FUR) en el que se renovarán autoridades. El MNR, que es la fuerza hege-mónica, logrará continuar en la presidencia de la Federación. Pero como lo hicimos en las elec-ciones de centros de estudiantes, y esperamos hacerlo también en las elecciones para el Consejo Su-perior, podemos seguir haciendo retroceder a la Franja Morada y recuperar la Secretaría General de la FUR para romper con la pa-sividad en la que tanto el MNR como la Franja mantienen a nuestro máximo órgano gremial en la UNR.

EDUCACIÓN

Por Ana Paula Machado Presidenta del Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales

UNR: La Franja Morada perdió su último Centro

Del 3 al 5 de abril se llevaron a cabo las elecciones estudiantiles de la Universidad Nacional de Rosario. La principal novedad fue la victoria del FEU Rodolfo Walsh-12 de Mayo sobre la Franja Morada en el Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales.

“Recuperar nuestros órganos gremiales, centros de estudiantes y federaciones es poner de pie el movimiento estudiantil para demostrarles que la educación del pueblo no se vende y que vamos a dar batalla hasta las últimas consecuencias para defenderla.

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EL PUEBLOLAS ABRAZAA 40 AÑOS DE LA PRIMER MARCHA

DE MADRES DE PLAZA DE MAYO