¿Por qué compra la gente? O'SHAUGNESSY

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  • 8/18/2019 ¿Por qué compra la gente? O'SHAUGNESSY

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    Q SHAUGNESSY, John,

    ¿ or qué compra la gente?

    Ed

    Díaz de Santos, Madrid, 1989.

    Introducción:

    Resumen general

    El

    objetivo de este libro

    es

    ofrecer a las personas implicadas en

    el

    marketing del consumidor el conocimiento

    y

    las herramientas necesa-

    rias para conseguir que la estrategia comercial concuerde con las

    motivaciones de los consumidores. La parte de conocimientos de este

    libro consiste principalmente en descripciones

    del

    comportamiento

    del

    consumidor en diversos grados de disposición a comprar. Para enfocar

    el

    conocimiento de los consumidores obtenido utilizamos una herra-

    mienta a la que llamamos

    declaración

    e

    protocolo del consumidor

    La

    declaración de protocolo, tal como se utiliza en este libro,

    es

    una

    relación de los «pensamientos en

    voz alta» de los consumidores antes

    de comprar discurso previo) durante la compra discurso contemporá-

    neo después de la compra discurso retrospectivo). Analizamos estas

    declaraciones de protocolo utilizando el conocimiento obtenido en

    el

    texto para identificar

    los

    objetivos, deseos, creencias criterios

    de

    elección

    de

    los consumidores, cómo habría que utilizar dicha informa-

    ción en la planificación comercial. Las declaraciones de protocolo son

    casos reales seleccionados por el autor entre más de mil recogidos por

    el

    autor o sus alumnos.

    La figura 1 refleja

    la

    visión básica sobre

    el

    consumidor para este

    libro.

    Se

    considera que

    los

    consumidores tienen objetivos, deseos

    creencias que

    les

    predisponen a comprar. No obstante, los consumido-

    res pueden estar dispuestos a un producto y, sin embargo,

    no hacerlo. En la figura

    1,

    esto

    se

    llama «desear sin comprar». La

    categoría siguiente

    es

    «comprar sin decidir». En este caso,

    el

    consumi-

    dor está dispuesto a comprar sin sentir la necesidad de reflexionar. La

    última categoría, «decidir antes de compran>, describe las situaciones de

    compra en las que el comprador siente la necesidad de reflexionar sobre

    qué adquirir. Repasaremos brevemente la contribución que hace cada

    capítulo

    al

    propósito global del libro;

    3

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    4

    P R QUÉ COMPR LA GENTE

    ObjetivOS/DeseOS] 4 Creencias I

    /

    Deseo

    latente

    r

    Desear

    sin

    comprar

    I

    Disposición

    a comprar

    del consumidor

    Comprar

    sin

    decidir

    Decidir

    antes de

    comprar

    I

    I

    Motivos /

    eseo xduyentes

    p s r

    e

    1

    i

    Criterios

    de elección

    Hábito

    Azar

    1

    Preferencia

    intrínseca

    Criterios Criterios Criterios C itccios Criterios

    de elección de elección de elección de elección de elección

    técnicos legales integr adores adapt adores económicos

    Figura 1. Visión básica del consum idor.

    El capítulo 1 trata del papel de los objetivos, deseos y creencias del

    consumidor. Partimos

    de la premisa de

    que todo el mundo tiene un

    sueño

    en la

    vida

    que se

    manifiesta en

    una serie de objetivos que los

    consumidores persiguen consciente o inconscientemente. Estos objeti-

    vos se expresan

    parcialmente

    en una demanda de productos que

    contribuyen a un confort de

    vida

    o al sueño favorito de una vida.

    No

    obstante, como los

    sueños

    de los

    consumidores

    pueden ser confusos, se

    puede

    influir en sus objetivos.

    El

    marketing

    puede

    influir e influye

    en la

    adopción

    de objetivos

    ayudando a los consumidores a visualizar cómo sería

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    6

    POR QUÉ COMPR LA GENTE

    diseñar

    una

    estrategia

    comercial que se adapte a las mismas.

    La

    comprensión

    del

    comportamiento ajeno se basa en la adopción de

    interpretaciones

    comunes de las reglas seguidas. El

    capítulo

    3 argumen-

    ta que las reglas empleadas por los

    consumidores pueden

    inferirse a

    partir de

    las

    declaraciones protocolarias

    previas, contemporáneas y

    retrospectivas,

    centrándose en

    las

    palabras

    o

    expresiones

    más importan-

    tes utilizadas. Así, si alguien dice que compró una marca

    concreta

    porque era la más familiar, la palabra «familiaridad» revela la regla

    seguida: «Si lo demás es igual, compro la marca más familiar.»

    El capítulo 4 supone que algunas elecciones de marca no son

    resultado

    de ninguna decisión significativa. Esta teoría es contraria a la

    afirmación de que todas las elecciones de marca son resultado de una

    decisión. No obstante, esta afirmación utiliza

    el

    término «decisión»

    de

    forma muy amplia. En

    este libro, la palabra «decisión» se reserva a

    situaciones lo bastante

    problemáticas

    para que el consumidor sienta la

    necesidad de reflexionar sobre las prioridades y evaluar los costes y

    ventajas

    probables

    de

    las

    ofertas

    rivales.

    Cuando

    el

    consumidor

    consi-

    dera una situación de compra sencilla, no percibe ninguna incertidum-

    bre

    y

    no

    necesita

    tomar una

    decisión.

    Igual que el consumidor suele elegir,

    más

    que decidir tomar el

    desayuno, el consumidor no siempre decide cada vez qué producto o

    marca comprar.

    En

    caso de hábito, el consumidor sigue la regla de

    comprar de acuerdo con su práctica de compra anterior. Este capítulo

    considera cómo Sé

    romper

    ü

    rcfOf7.cH lo:, En

    elección al azar, el consumidor sigue la regla de escoger

    aleatoriamente

    entre una

    variedad

    de

    marcas,

    creyendo que,

    cualesquiera

    que sean las

    diferencias entre las marcas, éstas son irrelevantes para sus objetivos.

    En

    el

    caso de «preferencia

    intrínseca», la elección

    de

    marca

    se

    basa

    simplemente en

    gustos

    subjetivos los

    consumidores

    compran lo

    que

    más

    les gusta.

    Cuando

    se les pregunta por qué eligieron esa marca, sólo

    hablan del tipo de placer que esperan por ejemplo, un espectáculo

    excitante, un whisky suave, una intensa fragancia, etc.). Este capítulo

    expone cómo

    se puede reforzar o

    cambiar

    las preferencias intrínsecas

    exponiendo

    al consumidor a criterios de elección adicionales.

    El capítulo 5 considera el

    grado

    de

    racionalidad

    al

    comprar.

    A

    menudo los consumidores tienen ideas

    equivocadas sobre

    un producto

    o una marca. Esto se debe a los prejuicios surgidos del deseo de creer

    que algo es cierto. Incluso cuando los consumidores tienen las cosas

    claras,

    pueden

    equivocarse al procesar la información debido a

    un

    pensamiento ilusionado o a un razonamiento equivocado. El capítulo 5

    INTRODUCCION RESUMEN GENERAL

    7

    insiste en la

    importancia

    de tener en cuenta este comportamiento al

    llevar a cabo la planificación comercial.

    Los capítulos y 7 identifican y discuten las consideraciones

    objetivas es decir, los criterios de elección) que

    intervienen en

    la toma

    de

    decisión del

    consumidor. Siempre

    que la elección se

    base en

    razones

    objetivas, refleja

    una

    «preferencia extrínseca».

    La

    preferencia extrínseca

    es lo contrario de la preferencia intrínseca, que consiste en impresiones

    y reacciones subjetivas. Los productos se compran para

    desempeñar

    ciertas funciones o para surtir ciertos efectos. Los criterios

    de

    elección

    empleados por los consumidores para evaluar las marcas rivales parten

    del deseo de conseguir

    dichas

    funciones o efectos. Excluyendo la

    preferencia intrínseca, los criterios de elección

    pertenecen

    a una o varias

    de las categorías siguientes.

    • Criterios técnicos

    Estos criterios abarcan los atributos físicos y las

    características de funcionamiento deseadas por el consumidor.

    ..

    Criterios legales Estos criterios

    están impuestos

    o emanan

    de

    agencias externas

    por

    ejemplo, insistencia del gobierno en llevar

    cintu-

    rones

    de

    seguridad en [os coches).

    el Criterios integradores Estos criterios reflejan la preocupación del

    consumidor por integrarse

    mejor

    con sí

    mismo

    o en la

    comunidad.

    el Criterios adaptativos Estos criterios se refieren a las

    adaptaciones

    que se

    producen

    al tener que afrontar una sobrecarga de información y

    una

    incertidumbre de decisión.

    CriterÚJ crnerius se para

    considerar

    3S

    aiternativas

    en base al sacrificio relativo que exigen.

    Finalmente,

    el

    capitulo

    S trata los aspectos del

    proceso

    de toma

    de

    decisión

    que ayudan

    a unificar el libro a la vez

    que

    explica

    conceptos

    como

    «preferencia», «intención»

    y «satisfacción». Gran

    parte

    de

    la

    investigación comercial se

    dedica

    a determinar preferencias, predecir

    elecciones a partir de las intenciones de compra, y a juzgar

    el

    éxito

    comercial

    en

    términos de satisfacción del comprador. Cada uno de estos

    propósitos

    supone

    una

    clara

    definición de dichos

    términos,

    cuando

    de

    hecho, de su uso surgen confusiones conceptuales considerables.

    Este breve resumen se ha centrado

    en

    los aspectos del

    comporta-

    miento

    del cliente elaborados

    en

    el texto. Sin embargo, para

    muchos

    lectores el interés principal reside

    en

    la aplicación:

    ¿cómo deben

    aplicar

    los

    directores

    comerciales lo que es relevante

    para su

    propia posición en

    el

    mercado?

    El

    primer paso

    es recoger declaraciones

    protocolarias.

    El

    siguiente es

    analizar

    dichos protocolos para determinar sus implicacio-

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    8

    POR QUÉ COMPR LA GENTE

    nes en la estrategia comercial. Estos análisis se ilustran en el texto

    véanse capítulos 6 y

    7 .

    Para comprender las aplicaciones es fundamen-

    tal

    hacer

    una lectura atenta

    de

    los protocolos y sus análisis.

    Al insistir en las declaraciones protocolarias, este libro está diciendo

    a los directores que «escuchen» al consumidor. Si deseamos saber qué

    quieren, creen y piensan los consumidores, no conviene sustituir el

    testimonio de los

    propios

    consumidores. Sin embargo,

    nuestra

    forma de

    escuchar, anotar y

    analizar

    el testimonio dependerá de nuestros

    propó

    sitos y de las «teorías» que

    mantenemos

    respecto a lo

    que

    es relevante

    para nuestros problemas comerciales.

    Este libro

    da por

    supuesto

    que el director comercial está

    intentando

    mejorar

    la estrategia comercial

    de

    la empresa para conseguir adaptarla

    mejor a los deseos y creencias del consumidor. La descripción del

    comportamiento del comprador constituye la base para interpretar el

    testimonio de los consumidores recogido en las declaraciones de

    proto

    colo. Sin embargo, el análisis de las declaraciones protocolarias tam-

    bién ofrece

    una

    buena base

    para

    interpretar los

    datos

    usuales de

    investigación de mercado. El

    director

    comercial debería

    comprender

    la

    diversidad de creencias y deseos presentes en un mercado y también

    reconocer que los consumidores pueden elegir

    una

    misma cosa

    por

    motivos muy

    diferentes o La

    elección de una marca final puede ser la

    culminación de toda

    una

    serie de opciones basadas en

    una amplia gama

    de criterios de elección.

    La

    dirección comercial tiene

    que

    tener en

    cuenta

    este criterio de elección a R hora de idea.r tina estrategia

    comercial.

    Objetivos deseos

    y

    creencias del consumidor

    Este libro pretende explicar

    por qué compra

    la gente

    en

    general 1), y

    2)

    por qué eligen los

    productos

    y marcas que compran. Si la pregunta de

    por

    qué

    compra

    la gente

    en

    general parece algo retórica, sólo se

    debe

    a

    que rara vez vamos más allá

    de aceptar que

    la gente compra por

    necesidad. Pero afirmar

    que compramos por

    necesidad no tiene en

    cuenta

    la diversidad de las

    compras

    realizadas y a los motivos que

    entran en juego. Consideremos primero la complejidad de los objetivos

    de compra.

    O JETIVOS DEl ONSUMIDOR

    La compra es una

    actividad

    intencional,

    motivada

    y dirigida por la

    creencia de que las consecuencias de la compra será una vida mucho

    más

    feliz. Pero se tienen

    pocas

    orientaciones sobre

    cómo

    conseguir la

    felicidad y

    no

    cabe

    duda

    de que los consumidores no tienen

    ninguna

    orientación sobre qué

    deben comprar

    para alcanzarla o Sin em bargo,

    las

    compras

    del consumidor persiguen algunos objetivos vitales que

    reflejan una imagen

    de

    un buen nivel

    de

    vida.

    La

    gente es sensible a los

    contrastes

    en la

    condición

    humana; por consiguiente, prefiere ser o

    estar:

    • Sana y

    o

    enferma.

    • Llena de vida y o triste y perezosa.

    Amada

    y

    admirada

    y

    o

    odiada

    y evitada.

    9

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    10 POR QUÉ COMPR LA GENTE

    • Enterada y o mirona e intrusa.

    • Confiad a y o insegura.

    • Serena/relajada y o tensa y ansiosa.

    Guapa

    y o

    fea.

    • Limpia y

    o

    sucia.

    • Rica y

    o

    pobre.

    • Culta y o ignorante.

    • Cont rola ndo la vida y o a merced de los acontecimientos.

    .. Entretenida y o aburrida.

    El

    extremo polar agradable representa los objetivos vitales o la

    imagen de vida preferida. Leymore (1975) mantiene que la publicidad

    dirigida a los consumidores debe vincular enérgicamente sus atractivos

    a dichos objetivos, partiendo del hecho de que la publicidad eficaz

    siempre debe destacar -aunque oblicuamente- las posibilidades del

    objetivo de la audiencia de conseguir los objetivos vitales. La publici-

    dad lo reconoce mostrando cómo

    el

    producto refuerza la «buena vida».

    Es

    uno de los motivos de que la publicidad

    se

    centre en las experiencias

    y satisfacciones del consumidor con el producto más que con en el

    propio producto.

    Dado que la imagen de vida favorita comprende muchos objetivos,

    el consumidor tiene que ordenarlos subordinando unos a otros, de

    forma que en todo momento tiene preferencias por uno de los objetivos

    vitales (por ejemplo, belleza más que cultura adicional). Este ordena-

    miento de los objetivos es una manifestación del sistema de valores del

    consumidor, lo que viene a ser otra forma de decir que los objetivos del

    consumidor están determinados por una estructura básica de preferen-

    cias. Sistemas de valores distintos originan estilos de vida distintos.

    Pero la adopción de cualquier estilo de vida impone

    al

    consumidor la

    renuncia a lo que le hubiera proporcionado

    el

    modo de vida rechazado.

    Por eso, a menudo el consumidor está indeciso sobre qué sistema de

    valores adoptar.

    Cuando la gente no puede decidirse sobre sus objetivos, no

    es

    porque no sepa lo que quiere -quiere la consecución completa de

    todos los objetivos que constituyen su imagen de vida favorita--, sino

    porque todavía está decidiendo las prioridades. A veces un objetivo

    puede estar claramente subordinado a otro, como cuando el objetivo de

    estar sano tiene prioridad sobre una mayor participación social. No

    obstante, según Nozick (1981),

    se

    puede

    dar

    prioridad a un colectivo de

    varios objetivos de nivel inferior.

    Por

    ejemplo,

    se

    puede sacrificar la

    OBJETIVOS, DESEOS y CREENCIA DEL CONSUMIDOR

    salud a largo plazo para conseguir las numerosas gratificaciones instan-

    táneas con las cuales se está en conflicto.

    Los sistemas de valores están determinados en gran medida por la

    cultura. La propia vida social sugiere qué problemas son más impo rtan-

    tes y qué conducta genera la aprobación social. Mary Douglas (1979),

    antropóloga, afirma que

    al

    margen de las necesidades puras, los

    principales objetivos de la compra siguen siendo sociales. Estos objeti-

    vos sociales (véase figura

    2)

    significan:

    • Comunic ar a los demás la posición, valores y propia imagen preferi-

    dos del consumidor.

    [ Máximo

    ObjetiVO]

    (Bien total)

    - I

    • Felicidad

    Objetivos

    vitales

    I

    • Sanos v o enfermos.

    • Llenos de vida

    y

    11 tristes

    y

    perelOSOS

    ..

    Amados y

    admirados

    y

    / ll odiados

    y evitados.

    ., Enterados y

    o

    mirones intrusos.

    Confiados }

    Serenos¡ fdaj;}dus

    y

    o y

    .. Guapos y o feos.

    • Limpios

    y o

    sucios.

    1) Ricos y lO po bres.

    íi

    Cultos y o

    ignorantes.

    • Controlando la Vida y

    o

    a merced de los acontecimientos.

    Entretenidos

    y

    o

    aburridos.

    Obletivos

    sociales

    (Efectos sociales

    pretendidos)

    • Comunicar a los demás los valores, posición

    y

    propia imagen prcfcíidos del consumidor.

    • Señalar los

    acontecimientos

    sociales.

    • Dar

    un

    orden a los acontecimientos.

    • Aumentar el tiempo disponible para la participación social.

    1

    Figura

    2.

    Objetivos

    de

    los consumidores.

  • 8/18/2019 ¿Por qué compra la gente? O'SHAUGNESSY

    6/50

    12

    P R QU : COMPRA LA GENTE

    Muchos productos, por ejemplo los muebles domésticos y la ropa,

    son muy visibles y

    se

    consideran como un indicativo de los valores de

    su dueño. Estas compras visibles pretenden comunicar una imagen

    favorable. Responden a objetivos vitales como desear ser admirado,

    bello, socialmente aceptado, etc.

    • Señalar las ocasiones sociales que

    se

    considera que merecen la pena

    para reafirmarse.

    En todas las culturas hay ocasiones por ejemplo, naCImientos y

    bodas) que deben ser señaladas y reconocidas con compras especiales

    como faldones de bautizo, vestidos de boda, esmoquin, etc.

    • Dar un orden a los acontecimientos para dar sentido al mundo que

    nos rodea.

    Algunos productos como los periódicos, revistas y libros se com-

    pran para estar al tanto de lo que ocurre en

    el

    mundo. Incluso la

    «novela»

    se

    llamó así porque traía noticias sobre la vida y sobre todas

    sus formas y constrastes,

    • Aumentar

    el

    tiempo disponible para la participación social.

    Los aspiradores, lavadoras, lavaplatos, hornos microondas y ali-

    mentos preparados son productos que reducen la necesidad de tareas

    domésticas y dejan tiempo libre para la participación social y las

    actividades privadas. Un aumento del nivel general de ingresos siempre

    incrementa la demanda de productos que reducen la regularidad de las

    tareas.

    Aunque hemos hablado

    de

    que el consumidor tiene objetivos, esto

    no significa que los compradores sean plenamente conscientes de dichos

    objetivos o sean capaces de exponer con claridad meridiana la relación

    entre sus actos de compra y alguna gama de necesidades. Los consumi-

    dores pueden sobreestimar o no valorar la importancia de ciertos

    objetivos, que estarían dispuestos a perseguir si se les ayudara a

    visualizar que alcanzar dichos objetivos enriquecería sus vidas Putnam,

    1981). Las instituciones educativas que convencen a las personas de que

    acometan la tarea de conseguir un título o proseguir su educación, por

    ejemplo, las tientan ofreciéndolas una visión de lo que significaría una

    educación adicional para su futuro. El propósito es alterar las priorida-

    des de los objetivos dramatiza ndo qué supondría re lmente destacar un

    objetivo desatendido. Así, una campaña publicitaria de Pan Am se

    OBJETIVOS DESEOS Y CREENCIA DEL CONS UMIDO R

    13

    centró en recordar a la gente la importancia de conocer sus raíces

    pasando las vacaciones en la patria de sus antepasados.

    Se

    puede renovar la atención de los consumidores hacia sus objeti-

    vos

    si se

    consigue dar a una solución anunciada de un progreso

    realizable no utópico), reconocible y socialmente aprobado haci a el

    objetivo.

    Por

    ejemplo, en los últimos años los consumidores han

    llegado a creer que

    (1)

    la buena salud y

    el

    bienestar fisico son objetivos

    realizables y en parte bajo su control mediante la dieta y el ejercicio) y

    (2)

    que

    el

    progreso es identificable por ejemplo, reducción del nivel de

    colesterol) y (3) que la sociedad refuerza la persecución

    de

    dichos

    objetivos, Por ello

    se

    ha prestado una atención renovada a la salud

    personal.

    Es

    importante reconocer que los consumidores pueden cuestionar y

    de hecho cuestionan sus propios valores. En algunos casos, la búsqueda

    de sí mismos puede ocasionar una transformación de lo que esperan de

    la vida Dilman, 1981). Como a menudo la gente siente que carece de

    fuentes de asesoramiento para vivir una vida mejor, la publicidad ha

    podido llenar

    el

    vacío «enseñando» cómo otros sacan más partido a la

    vida Marchand, 1985)

    NECESIDADES DE lOS CONSUMIDORES

    tu:; ubjetiv .l5 §lilbdeterminaHIJ ii\§

    Tener objetivos implica una disposición a procura r alcanzar el estado de

    cosas descrito por los objetivos. Pero típicamente, la descripción

    subdetermin

    (es

    decir, no determina completamente) qué actividades

    hay que emprender o a qué productos hay que apuntar para alcanzar

    los objetivos. No existe una relación matemática entre objetivos y

    necesidades

    los

    objetivos son demasiado

    generales .

    Por ello, la

    descripción de la buena salud se refiere a estar libre de indisposiciones y

    a sentirse bien, pero no a los innumerables productos y actividades

    relativos a este objetivo.

    En cualquier caso, generalmente una compra concreta, más que ser

    un acontecimiento aislado, forma parte de un sistema de consumo o

    estilo de vida globales. Para el consumidor, el problema no radica en

    determinar las expresiones de su imagen de vida preferida, sino en

    determinar un estilo de vida global que

    se

    ajuste a lo que el consumidor

    considera un modo de vida deseable y factible que refleje su imagen de

  • 8/18/2019 ¿Por qué compra la gente? O'SHAUGNESSY

    7/50

    14 POR QUÉ COMPR LA GENTE

    vida favorita. Sin embargo, cuando los

    consumidores

    sólo

    están

    motiva-

    dos por un sentido general de objetivos y tienen un sistema de valores

    flexible, están

    abiertos

    a la persuasión

    sobre

    qué productos comprar.

    índole de l s necesid des

    Querer un producto en particular es

    estar

    dispuesto a utilizar, consumir

    o

    poseer

    ese producto.

    Las

    necesidades

    siempre

    se identifican

    en

    términos

    de

    disposición

    a una acción. Por ello, si

    alguien quiere

    un

    coche o se sospecha que va comprar el coche porque tiene la necesidad,

    significa una disposición hacia la posesión del coche. Esto, a su vez,

    sugiere

    la

    posibilidad de una

    futura compra.

    Las necesidades expresan

    objetivos, dado que los objetivos incluyen necesidades. Los deseos

    expresan los objetivos en el sentido de que podemos ver la imagen de

    vida preferida en el propio deseo, sin el proceso de inferencia que

    resultaría

    necesario, si los deseos fueran

    simplemente un

    medio de

    alcanzar el objetivo (Taylor, 1979). El conjunto de necesidades de una

    persona

    es

    una disposición hacia

    cierto estilo

    de vida

    y el

    sueño de

    vida

    preferida. Si los

    consumidores

    tienen

    libertad de

    elección, elegirán sólo

    lo que les

    hace

    falta (o les

    puede hacer

    falta)

    que conduce

    al

    teorema

    comercial de

    que

    desear

    algo es condición

    necesaria para

    comprarlo, y que

    no desearlo

    es

    condición

    suficiente

    para no com-

    prarlo.

    Si

    aceptamos

    que la imagen de vida preferida o incluso un f.'sti o de

    vida

    encuentra

    su expresión en muchas formas igualmente aceptables,

    resulta que

    a

    menudo

    muchas necesidades

    son sustituibles

    sin

    que

    se

    produzca

    un sentido de

    privación.

    La persuasión puede

    llevar a la

    sustitución de

    un deseo por otro cuando

    ambos

    reflejan el

    mismo

    objetivo,

    igual

    que

    la

    TV

    sustituye

    en cierta

    medida

    al cine. Incluso

    cuando

    una necesidad se ha cristalizado en el

    deseo

    de una clase de

    producto específica, el deseo puede seguir siendo vago en cuanto a las

    especificaciones hasta el

    momento

    de

    la

    compra. De hecho,

    muchas

    veces los

    consumidores

    saben lo que

    no quieren,

    pero aparte de eso

    siguen abiertos

    a la

    persuasión.

    Las ambiciones y

    las necesidades

    son

    clases especiales

    de

    deseos.

    Una

    «ambición»

    es

    un deseo

    que el

    individuo

    es muy consciente de

    no

    haber realizado,

    mientras

    que una «necesidad» es un deseo que es una

    exigencia

    básica

    o

    un deseo

    universal, como la

    necesidad de comida. La

    mayoría

    de

    los deseos

    no

    son ni

    ambiciones

    ni necesidades, sino

    simplemente

    la falta

    de

    algo,

    como

    el

    que

    haga

    falta

    pasta

    de

    dientes.

    La

    OBJETIVOS DESEOS Y CREENCIA DEL CONSUMIDOR

    15

    mayoría de los deseos no son como las punzadas

    de

    hambre que exigen

    satisfacción,

    sino que son simplemente

    inclinaciones

    que

    se

    sopesan en

    el

    proceso de

    elección.

    El concepto

    de

    deseo conlleva una serie

    de

    implicaciones:

    • El

    consumidor

    no

    siempre es consciente

    de

    sus deseos

    hasta que

    algún estímulo,

    como la

    publicidad,

    recuerda

    o activa el deseo.

    • El consumidor puede

    comprar un

    producto

    antes

    de

    que

    le haga

    falta, de modo que recordar al

    consumidor

    que planifique el futuro

    puede ayudar a generar ventas actuales.

    • Los

    consumidores pueden desear

    algo

    que no necesitan por

    ejemplo,

    cigarrillos),

    pero también pueden

    necesitar algo

    que

    no desean,

    ya

    que una necesidad que no se ha cubierto por ejemplo, cualificación

    profesional para un desempleado) puede que

    no

    se manifieste siem-

    pre en un deseo de remediar la deficiencia.

    • Los deseos activos

    sopesan la

    viabilidad de satisfacer una necesidad,

    de forma que

    las necesidades manifiestas

    no toman

    necesariamente

    en cuenta todos los deseos secretos. Un consumidor puede descartar

    necesidades de productos que no entran en sus presupuestos o

    necesidades de productos que no están disponibles. Pero los deseos

    que actualmente son irrealizables pueden seguir activos y provocar

    un acto

    que

    remedie la situación por ejemplo, ahorrar para una

    entrada de una casa). En cualquier caso, para el vendedor es impor-

    tante

    facilitar la consecución de las necesidades

    por

    ejemplo, me-

    diante

    la provisión de crédito),

    Una necesidad de un consumidor individual puede describirse

    como

    un «concepto enjambre»; es decir, una necesidad puede considerarse

    como un conjunto de atributos que la oferta no tiene por qué reunir

    en su totalidad para que el

    consumidor

    sienta que su deseo queda

    satisfecho. Así pues, un consumidor en

    concreto

    cree

    que

    varios

    modelos

    de coche cubrirán

    sus necesidades porque todos ellos

    presentan

    las prestaciones cruciales que busca. Sin

    embargo,

    ningún

    coche

    concreto

    presenta todos los atributos exactos que el consumi-

    dor individual

    desea.

    En la realidad, los consumidores pueden querer algo que no creen

    conscientemente necesitar. A la inversa, los consumidores pueden

    pensar

    que necesitan algo que de hecho no desean. Querer algo no es

    condición necesaria ni suficiente para

    que

    el consumidor quede

    satisfecho

    con

    el producto

    comprado. Lo que

    los

    consumidores

    desean con

    una

    perfect

    comprensión de

    sus objetivos

    puede

    ser

    muy

  • 8/18/2019 ¿Por qué compra la gente? O'SHAUGNESSY

    8/50

    16

    POR QUÉ COMPR L GENTE

    diferente de lo que suelen necesitar. Un marido y una mujer pueden

    creer que necesitan un

    apartamento

    en

    la

    ciudad,

    pero

    si sacan a

    relucir sus verdaderos objetivos de un estilo de

    vida

    tranquilo y

    relajado, se dan cuenta de

    que

    una casa de campo

    cubriría

    mejor sus

    necesidades.

    Las prioridades

    de

    los objetivos y las necesidades de

    productos

    cambian igual

    que

    cambian

    los

    estilos

    de

    vida

    de

    los

    consumidores.

    Algunos deseos

    simplemente

    desaparecen Por ejemplo, el cambio del

    estilo de vida redujo drásticamente la demanda de sombreros de

    caballero.

    Las

    antiguas

    necesidades

    son

    sustituidas

    por otras nuevas

    cuando

    aparecen

    productos mejores.

    También

    surgen necesidades total-

    mente

    nuevas.

    Un

    aumento

    de

    los ingresos,

    por

    ejemplo, hace realizable

    lo

    que anteriormente

    se consideraba

    un

    sueño

    dorado (por

    ejemplo,

    tener un coche deportivo . Esto también ocasiona la

    demanda de

    una

    mayor

    correspondencia

    entre lo que se quiere y lo que se ofrece, lo cual

    origina

    a

    su

    vez

    una mayor

    segmentación

    del

    mercado

    al

    intentar

    los

    fabricantes

    atender

    diversas gamas de necesidades más refinadas. En

    todos

    los mercados. desde el

    de la pasta

    de dientes al de las lavadoras,

    hay una tendencia constante a aumentar la segmentación.

    Se pueden

    originar

    necesidades

    totalmente

    nuevas convenciendo al

    consumidor de que un producto es

    una nueva expresión de

    los

    objetivos. Tomemos el ejemplo de los desodorantes.

    Hasta

    hace poco

    no se creía

    que

    la

    eliminación

    del

    olor

    corporal fuera la expresión de

    ningún objetivo vital: el olor corporal se aceptaba inconscientemente.

    Pero la ausencia

    de

    olor corporal se convirtió en un subobjetivo

    importante cuando el siglo pasado algunos grupos asociaron el olor

    corporal

    a peligros

    para

    la

    salud.

    Se

    sugestionó

    que

    era

    malo

    para

    la

    salud inhalar

    el

    olor corporal. igual que el olor viciado de las alcantari-

    llas y el agua estancada. Pero fue más importante aún la

    posterior

    asociación realizada entre el olor

    corporal

    y

    la

    falta de higiene, las

    clases bajas, los animales y la promiscuidad sexual. ¡En 1933,

    una

    revista

    publicitaria

    propuso

    una

    salva de 21 cañonazos a una agencia

    de publicidad por

    asustar

    a

    tantos

    consumidores

    para que

    hicieran algo

    con su olor corporal (Marchand, 1985)

    Saber si la publicidad puede crear necesidades de nuevos

    productos

    sin que dichas necesidades expresen objetivos es una

    cuestión

    básica.

    Ciertamente,

    los consumidores compran productos

    que no

    estaban

    buscando

    activamente

    antes

    de

    que se les hiciera

    tener

    conciencia de

    ellos. Algunos

    de

    estos nuevos productos

    pueden

    ser simplemente

    OBJETIVOS DESEOS y CREENCIA DEL

    CONSUMIDOR

    17

    soluciones mejores a vieJos

    problemas, en cuyo

    caso

    no

    se crea una

    nueva necesidad. No obstante, ¡algunos productos nuevos resuelven

    algo que no se había considerado un problema hasta que apareció el

    producto Así pues, tenemos

    la

    reciente avalancha de productos «rege-

    neradores

    de la piel» que aseguran acelerar

    la

    regeneración natural de

    las células

    dañadas de la

    piel.

    Aunque

    seguramente

    la mayoría de

    los

    consumidores

    no

    era consciente de la posibilidad de

    tener

    dañadas las

    células de la piel, no cabe

    duda

    de que estos productos pretenden cubrir

    los objetivos universales

    de

    salud y belleza.

    En

    otras palabras,

    la

    necesidad del producto estaba

    latente hasta que

    se activó

    dando

    a

    conocer

    al

    consumidor

    la función del

    producto.

    La gente no

    siempre

    es

    consciente de

    lo que podría querer. Alguien

    que no es consciente de tener frío, no intentará activamente entrar en

    calor. Sin

    embargo,

    si se le dice a alguien que parece tener frío, esa

    persona

    puede contestar:

    «Pues ahora que

    lo dices, sí

    que

    tengo frío

    ..

    »

    La

    necesidad se manifiesta. Y lo mismo

    ocurre

    con las

    llamadas

    necesidades creadas. Los consumidores no atentarían conscientemente

    contra sus propios intereses percibidos, aunque no sepan expresar con

    precisión en qué consisten esos intereses personales.

    Sin embargo, el aparente significado

    de

    la «creación de necesidades»

    no es que las empresas

    sean

    capaces de crear

    una

    demanda de

    productos

    que

    no sirven para nada, sino que

    muchas

    necesidades son

    «artificiales». Es una vieja polémica. En el primer siglo d.

    c. Séneca

    atribuyó los males de la civilización a la estimulación de necesidades

    artificiales. En el siglo XIX los socialistas

    resucitaron esta

    acusación,

    proclamando

    que

    todos los males de la sociedad se

    debían

    a la

    inculcación de necesidades artificiales. Sin embargo, cualquier distin-

    ción entre necesidades artificiales y naturales es forzosamente arbitraria

    y rel1eja simplemente diferencias de valores. Si llevamos el argumento a

    su extremo, sólo se

    pueden considerar

    naturales las necesidades vitales

    y todo lo demas, incluida

    toda la

    cultura con

    «C»

    mayúscula, puede

    considerarse artificial.

    CREENCIAS

    DE

    lOS

    CONSUMIDORES

    ín ole de las creencias

    Una

    «necesidad» tiene contenido cuando se concibe como una

    ventaja

    anticipada.

    Cuando

    la

    necesidad

    se convierte

    en la

    necesidad

    de un

  • 8/18/2019 ¿Por qué compra la gente? O'SHAUGNESSY

    9/50

    18

    POR

    UÉ COMPRA

    LA GENTE

    producto concreto,

    el consumidor cree

    que

    el

    producto

    puede ofrecer

    algunas, la

    mayoría

    o todas las ventajas previstas.

    Una

    creencia es una disposición a

    aceptar que

    ciertas afirmaciones

    lienen más

    posibilidades de

    ser ciertas que falsas (o viceversa) o que hay

    que hacer (o no hacer) ciertas cosas.

    Las creencias son las principales orientaciones sobre los actos que hay

    que llevar a cabo para satis/acer las necesidades Por

    consiguiente, la

    publicidad trata de vincular sus reclamos con las creencias generales.

    Por ejemplo,

    muchos

    anuncios de

    desodorantes

    explotan la creencia

    común de que es probable que los demás nos rechacen por un

    motivo

    trivial,

    de

    forma que cuenta más la

    «imagen» que

    los méritos reales.

    Percepción y creencia

    A veces el término

    percepción

    s utiliza como sinónimo

    de

    creencia.

    Pero el término percepción puede utilizarse con varios sentidos dife-

    rentes:

    • Como

    la

    f cult d de apreciar l mundo, especialmente a través de los

    sentidos.

    G Como el proceso de recepción,

    interpretación

    Y

    organización

    de

    impulsos sensoriales.

    4

    Como el producto o resultado

    de

    la recepción, interpretación u

    organización de impulsos sensoriales.

    Lo que se utiliza

    como

    sinónimo de es la

    como

    producto,

    dado que tras todas las percepciones existe una serie de

    creencias implícitas. Generalmente, la gente

    emplea

    la palabra percep

    ció n

    en

    vez

    de

    creencia

    cuando

    desea

    evitar

    la sugestión de

    que

    las

    creencias

    son

    necesariamente

    creencias conscientes.

    Por

    ello, decir

    que

    l consumidor no percibe diferencia alguna

    entre

    dos marcas rivales

    conlleva menos insinuación de consciencia previa que decir

    que

    el

    consumidor

    cree

    que no

    existen diferencias entre dos marcas.

    Creencias

    y

    acción

    Las creencias controlan e informan

    l

    acto intencional desde la

    apari-

    ción de necesidades hasta las preferencias por un producto concreto

    y

    la dirección de actos posteriores a la venta, como la devolución de un

    producto insatisfactorio.

    Un consumidor

    puede creer que tiene cierta

    necesidad.

    Pero

    incluso si la necesidad se convierte en

    un

    fuerte deseo,

    eso no

    implica

    que el consumidor se precipitará para satisfacer

    su

    OBJETIVOS DESEOS Y CREENCIA DEL CONSUMIDOR

    19

    deseo. Inmediatamente vienen a la mente las creencias relativas a las

    consecuencias de actuar

    por

    impulso -incluidas las creencias sobre

    la relación entre las consecuencias de comprar en relación con lo que

    se desea y en relación con la satisfacción o frustración de otras nece-

    sidades.

    Las

    creencias del

    consumidor

    sobre

    los

    productos

    tienen un conteni-

    do en términos de

    atributos

    del producto por ejemplo, fundas

    de

    plástico para muebles), y

    de

    los efectos que produce

    por

    ejemplo,

    parecen baratas).

    Lo

    que determina inicialmente el criterio

    de

    elección

    del consumidor son las creencias

    sobre

    el efecto

    de

    un producto que

    tenga o

    no

    tenga

    determinada

    característica

    por

    ejemplo,

    un motor

    diesel) y cierto nivel (por ejemplo, tamaño del motor). Además, las

    creencias

    sobre

    lo que hayo podría haber disponible y

    sobre

    los precios

    también influyen en el criterio de elección, ayudando a

    asegurar

    que

    dichos criterios de elección puedan cumplirse de forma realista.

    Cuando

    considera la

    compra

    por

    primera

    vez, relativamente pocas

    creencias

    pueden

    decidir o

    reprimir

    al

    consumidor.

    Para los

    consumido-

    res, la adquisición de creencias adicionales

    mediante la

    información es

    una forma de

    concretar

    la

    búsqueda

    de lo

    que

    desean.

    Aunque en

    ciertos casos las creencias iniciales pueden

    determinar

    la

    compra. Por

    ejemplo, una compra puede

    estar

    motivada

    por

    un anuncio si s cree

    que

    el producto anunciado por ejemplo, un vestido) es el

    mejor

    que se

    puede

    comprar.

    Las creencias iniciales también

    pueden

    orientar la es-

    trt1tegia

    de compra.

    Como dijo una mujer: «Todo

    l mundo

    piensa

    que

    tengo suerte de tener todo un apartamento entero que amueblar a mi

    gusto. Pero en realidad s un momento

    más

    bien angustioso,

    ya

    que no

    debo cometer errores

    ni extravagancias.

    De

    modo

    que

    necesito ir de

    tiendas para estar segura de no arrepentirme.»

    Las creencias iniciales

    varían

    desde ideas generales

    sobre

    lo

    que

    se

    desea

    hasta

    creencias muy concretas sobre

    una

    clase de

    productos

    por ejemplo, «quería una alfombra de lana, ya que por mi experiencia

    anterior

    que

    la

    lana

    es el único género

    que

    queda realmente bien») o

    creencias

    concretas

    sobre marcas por ejemplo, «Sony es una buena

    marca»). Esto

    ocurre

    debido a

    que

    los consumidores inician el proceso

    de compra con distintos niveles de experiencia.

    Creencias conscientes

    y

    creencias latentes

    Hemos hablado

    de carencias

    que

    «vienen a la mente»,

    como

    si sólo las

    creencias conscientes influyeran en el

    comportamiento. No

    es así.

    En

  • 8/18/2019 ¿Por qué compra la gente? O'SHAUGNESSY

    10/50

    POR QUÉ COMPR LA GENTE

    cada acto de compra están implícitas creencias que damos

    por

    descon-

    tadas. Puede que en algunas no se haya pensado nunca, aunque sí se

    considerarán que

    se

    asumirían rápidamente.

    Se

    llaman creencias laten-

    tes.

    Por

    ejemplo, en los

    Estados

    Unidos los consumidores

    dan

    por

    sentado que las tiendas no se quedan sin existencias. Cuando

    la

    experiencia

    demuestra que

    dichos

    supuestos

    no

    son

    ciertos, los

    patrones

    de

    compra

    cambian radicalmente.

    Hay otras creencias que quizá no se asumieran abiertamente en

    caso

    de ser expuestas. Dichas creencias

    pueden

    reflejar

    la

    imagen que el

    consumidor

    tiene

    de

    sí mismo, o pueden ser socialmente imprudentes.

    Así, incluso

    al

    nivel más trivial, muy pocos

    consumidores

    reconocen

    abiertamente que compraron algo porque creen que denota su buen

    gusto

    y

    su

    opulencia-

    ante el mundo.

    Pero

    cuando la gente

    habla

    de

    ellas, muchas veces

    están

    implícitos los motivos de estas

    compras.

    Evidencia

    y

    certidumbre

    de

    las creencias

    Las creencias se

    mantienen con

    diversos

    grados

    de

    certidumbre,

    pero

    pocas veces (o

    nunca)

    con total certidumbre. Por consiguiente,

    pocas

    veces las creencias sobre los productos y las marcas son incorregibles e

    inmutables, sino

    que están abiertas

    a

    la

    corrección y al cambio

    mediante

    el aprendizaje. Como señaló Adler (1985), a veces «utilizamos

    la

    palabra

    creo

    para decir que tenemos ciertas dudas sobre

    la

    opinión

    que declaramos cierta ,» Cuando las verdades

    son

    verdades

    obligadas

    (por ejemplo, las líneas paralelas

    nunca

    se encuentran), no van precedi-

    das por la palabra «creo»,

    Si a todos los fines prácticos, las creencias

    no

    son ni incorregibles ni

    inmutables

    y las creencias intervienen en el proceso e compra la nueva

    información

    transmitida

    por una

    campaña

    publicitaria siempre tiene

    la

    posibilidad de cambiar el

    comportamiento

    del

    comprador. Ésta

    es una

    declaración obvia,

    aunque

    parece estar en conflicto con la comproba-

    ción de que no

    hace

    falta que un anuncio sea creído

    para

    ser eficaz.

    Resulta desconcertante a menos

    que

    se aprecie

    que

    el contrario de creer

    no es

    no

    creer, sino dudar. Un consumidor puede poner en duda las

    afirmaciones de un anuncio, y aun así comprar

    el

    producto tras ver el

    anuncio,

    porque:

    • La afirmación discutida es irrelevante para la necesidad del

    consumi-

    dor y los demás

    atributos

    del producto motivan la

    compra.

    • Se cree de una lorma menos

    exagerada que

    la afirmación -suficiente

    para estimular la compra.

    OBJETIVOS DESEOS y CREENCIA DEL CONSUMIDOR

    21

    • La compra supone poco riesgo o

    arrepentimiento

    potencial y el

    consumidor cree que debe probar el producto.

    Pocos

    consumidores

    compran un producto

    en

    base a

    un

    anuncio en

    el cual

    no

    creen en

    absoluto.

    Si

    no

    parece así, se debe probablemente a

    que los consumidores dudan,

    más

    que no creer las afirmaciones. Esto

    lleva a considerar el

    respaldo

    evidente de las creencias de los

    consumi-

    dores.

    Se espera

    que

    la certidumbre del consumidor respecto a sus creen-

    cias esté directamente relacionada con la evidencia

    que

    las respalda. No

    obstante, esta relación dista mucho de ser perfecta. Los

    consumidores

    abrigan muchas creencias

    sobre

    productos y marcas que les costaría

    evidenciar con su experiencia individual o la de otros. Cuando

    la

    adquisición de

    información

    lleva

    mucho

    tiempo y esfuerzo, las deci-

    siones de

    compra deben basarse en

    la impresión.

    Un

    objetivo de la

    publicidad es reducir el coste y el esfuerzo de

    la

    adquisición de

    información,

    aunque la información

    facilitada por la publicidad puede

    no

    ser objetiva. En

    cualquier

    caso, las creencias de los

    consumidores

    pueden

    formarse, cambiarse o reforzarse

    mediante la

    persuasión.

    Los deseos y las creencias interactúan dado

    que

    el deseo de que algo

    sea cierto puede influir

    en

    la selección de los hechos que refuerzan los

    presupuestos existentes. Decimos

    que

    una persona se

    tapa

    los

    ojos

    o

    entierra

    la cabeza

    en la arena

    para indicar la persistencia de creencias

    preferidas pero erróneas. Pero los

    consumidores

    también pueden estar

    ciego:; ,mte la verdad, porque quieren creer que cxistt

    una cura

    para el

    cáncer, una forma de recobrar la juventud, o

    una

    forma de perder

    10

    kilos sin esfuerzo

    en

    sólo dos semanas.

    OBJETIVOS NECESIDADES Y CREENCIAS

    La relación entre creencias, objetivos o necesidades y actos de compra

    aparece en la figura 3. Los

    actos

    de compra concuerdan y están en

    armonía

    con los objetivos y las necesidades del consumidor. Sólo se

    emprenden en la

    medida

    en

    que el consumidor cree que las

    compras

    concuerdan

    con sus deseos. Pero los objetivos y necesidades del

    consumidor están circunscritos por creencias sobre lo

    que

    es y no es

    factible en el contexto. Sin embargo, los objetivos y las necesidades

    activan las creencias para determinar

    prioridades

    de objetivos y necesi-

    dades. Los

    actos

    de

    compra

    dependen

    e influyen a la vez

    en

    las

  • 8/18/2019 ¿Por qué compra la gente? O'SHAUGNESSY

    11/50

    22

    POR QUÉ COMPR L GENTE

    Creencias

    Concuerdan

    Objetivos/ Necesidades _ Actos de compra

    rmonizan

    igura 3. Modelo de Racionalidad inspirado

    en

    el Modelo Reticular de

    Racionalidad de Laudan

    1984).

    creencias,

    dado

    que la compra está justificada por creencias anteriores

    modificadas

    por

    los actos de

    compra

    realizados.

    Las razones de contemplar la

    compra

    pueden expresarse siempre en

    términos de necesidades

    y

    creencias: las compras del consumidor

    siempre se perciben como formulaciones de deseos y aplicaciones de

    creencias. Los motivos que favorecen la compra pueden causar una

    intención real de comprar. El proceso mental que conduce de los deseos

    y

    creencias a la intención de compra es una forma de razonamiento

    práctico que sigue las líneas sugeridas inicialmente por Aristóteles

    y

    desanolladas más recientemente por Anscombe 1972) y Van Wright

    1983).

    A continuación se ilustra el nivel más sencillo de razonamiento

    práctico:

    Objetivos Tener conocimientos y no ser un ignorante, dar sentido al

    mundo que nos rodea.

    Primera premisa Quiero estar al día de las noticias.

    Segunda premisa A menos que compre

    y

    lea un períodico no podré

    estar al día de las noticias,

    Conclusión

    Por

    consiguiente, compraré y leeré un periódico.

    El

    objetivo expresa una imagen de tener conocimientos y no ser un

    ignorante. La primera premisa expresa un «deseo». La segunda premisa

    expresa una

    creencias sobre

    una

    relación causal. La conclusión prescri-

    be la acción que hay que emprender.

    El

    «deseo» proporciona el motivo,

    las «creencias» dirigen la realización del acto de compra.

    No

    obstante,

    el

    ejemplo anterior ofrece una escasa visión del

    OBJETIVOS, DESEOS Y CREENCIA DEL CONSUMIDOR

    23

    proceso de decisión de compra. Estamos interesados

    en

    saber cómo

    sopesan los consumidores los pros y los contras de comprar un

    producto o marca en vez de otro; en qué criterios

    se

    basan, y cómo

    resuelven los conflictos, hacen la transacción, etc. Estos temas se tratan

    en los capítulos siguientes.

    RESUMEN

    Los

    consumidores son sensibles a los contrastes

    de

    la

    condición humana

    por ejemplo, estar sano

    en

    vez

    de

    estar enfermo). Las posiciones polares

    más

    agradables

    reflejan una imagen de

    buena

    vida y 105

    consumidores

    persiguen esta imagen en sus patrones de compra.

    La

    imagen

    de vida preferida

    puede

    considerarse

    como

    una serie

    de

    ob jetivos perseguidos por el

    consu

    midor. Todos

    estos

    ob jetiv{)s no pueden

    pretenderse con el mismo vigor, de forma

    que se

    establecen prioridades de

    acuerdo con el sistema de valores del consumidor. Este sistema

    de

    valores

    tiende

    a

    dar

    prioridad a ciertos objetivos sociales que pretenden tender

    puentes sociales ) levantar barreras sociales. Los sistemas de valores no

    determinan necesariamente con

    precisión la clasificación de los objetivos.

    Esto significa que muchas veces se

    puede

    cambiar las prioridades de los

    objetivos dramatizando las

    consecuencias

    favorables

    de

    variar las priorida-

    des

    de

    objetivos.

    , l l

    e:;

    e )L2f

    U'iJ.f,

    cunsumir

    poseer ese producto.

    Los objetivos

    de

    un nivel más alto suelen subdetermi-

    nar

    necesidades por lo

    cual actividades y

    productos innumerables

    pueden

    considerarse

    expresión de un mismo objetivo. A

    pesar

    de todo, las

    necesidades de productos de

    un

    consumidor con

    si

    tu yen un sistema coordi-

    nado conformado por lo que el consumidor considera una expresión

    aceptable de su imagen de vida favorita.

    Dentro de las limitaciones establecidas por la disponibilidad de ingresos

    y de

    productos,

    los principales determinantes

    de

    la

    compra

    son las

    creencias

    de

    los consumidores sobre 1) la satisfacción derivada

    de

    la

    posesión, consumo o empleo del producto previsto y 2) lo que hay

    disponible y precios.

    La

    publicidad y otras fOímas de promoción pueden

    moldear, cambiar o afectar a la certidumbre con que se abrigan las

    creencias

    --afectando

    así al entusiasmo

    con

    el cual el consumidor aborda

    la compra del producto.

  • 8/18/2019 ¿Por qué compra la gente? O'SHAUGNESSY

    12/50

    24

    POR QUÉ COMPR LA GENTE

    IMPLIC CIONES P R L M RKETING

    1

    2.

    3.

    4

    5

    6

    7

    Para ayudar a

    conseguir el

    impacto de

    la

    publicidad,

    cada

    anuncio

    para

    el consumidor

    debe estar

    vinculado,

    aunque

    sea

    oblicuamente,

    a una

    imagen de

    buena

    vida y, si procede,

    debe

    mostrar

    que

    la marca facilita

    la integración social.

    Para

    aumentar

    la

    demanda

    de un producto,

    la

    empresa

    debe

    intentar

    cambiar

    la importancia

    relativa que

    el consumidor concede al

    compo-

    nente

    de

    la buena

    vida

    relacionado

    con el

    producto.

    Esto

    puede

    conseguirse:

    s Dramatizando las consecuencias favorables de cambiar las priorida-

    des sobre lo

    que

    constituye la

    buena

    vida.

    s

    Mostrando

    que este

    cambio es realizable utilizando el producto de la

    empesa.

    • Evidenciando

    una

    satisfacc.ión adicional identificable y

    aprobada

    socialmente.

    En el desarrollo

    de un nuevo

    producto la empresa

    debe, cuando

    sea

    viable, buscar una nueva expresión de

    la

    nueva vida. La novedad

    siempre tiene su propio atractivo

    Para

    que la

    oferta

    de Ul1

  • 8/18/2019 ¿Por qué compra la gente? O'SHAUGNESSY

    13/50

    26

    POR QUE

    COMPRA LA

    GENTE

    producto de

    cubrir

    sus objetivos.

    Por

    consiguiente, no existe un deseo

    consciente del producto a menos que los consumidores se den cuenta de

    lo que éste puede hacer por ellos.

    El concepto de deseos latentes se expresa en el ejemplo favorito que

    cuentan

    los agentes publicitarios sobre Elias Howe, el inventor de la

    máquina

    de coser,

    que murió

    pobre

    porque

    no consiguió divulgar las

    ventajas de la máquina.

    Hay

    dos explicaciones de los deseos latentes:

    1. Los consumidores pueden conocer el producto pero

    no

    com-

    prender sus funciones o la importancia de su función para conseguir sus

    objetivos. El deseo permanece latente e inconsciente hasta que el

    consumidor se da cuenta exacta de lo que puede hacer el producto. La

    situación es

    análoga

    a la de los marinos de antaño que padecían

    escorbuto. Los marineros conocían la existencia de la lima, pero no

    sabían que la

    vitamina

    e contenida en las limas hubiera resuelto su

    problema. En este sentido, la necesidad latente de limas de los marinos

    se

    hubiera

    activado de

    haber

    sido conscientes de la relación entre la

    vitamina e de las limas y su eficacia

    para curar

    el escorbuto.

    Un producto

    puede tener muchas aplicaciones, que seguirán siendo

    desconocidas si no se anul}cian. Es corriente que un

    producto

    que ha

    estado en decadencia para

    un

    uso rejuvenezca cuando se

    promociona

    para

    otro uso. Por ejemplo,

    aunque el

    Listerine

    se

    promovió inicial-

    mente como antiséptico general, en diversos momentos se promovió

    para curar problemas pan, aspa, cOfúO remedio

    contra

    el dolor de garganta, como reductor de la placa dental y como

    desodorante. De forma similar, el Yeast se ha promovido

    no sólo para hacer pan, sino también como suplemento vitamínico y

    como

    laxante.

    2. Los consumidores pueden comprender ia función de un produc-

    to, pero su deseo del mismo puede seguir latente debido a sus

    dudas

    sobre la mejor forma de expresar sus objetivos. Por ejemplo, la

    retransmisión de los Juegos Olímpicos por

    TV

    siempre origina un

    espectacular aumento de las ventas de equipos en los deportes menos

    populares, como el tiro con arco o el piragüismo. Por supuesto, estos

    nuevos compradores

    ya

    conocían esos deportes. Lo que

    cambió

    la

    retransmisión por TV son las creencias del

    consumidor

    sobre la mejor

    forma de expresar los objetivos vitales relativos al ocio. Una ilustración

    menos espectacular se

    produce siempre que la publicidad haga aceptar

    la idea de que la

    «buena

    vida» requiere un segundo coche, un tercer

    teléfono, un reloj especial para salir por la noche, etc.

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    DESEAR SIN COMPRAR

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    27

  • 8/18/2019 ¿Por qué compra la gente? O'SHAUGNESSY

    14/50

    POR QUÉ COMPR L GENTE

    Un artículo

    del

    ew York

    Times activó el deseo

    latente

    de un

    consumidor de un receptor con sintetizador

    Sony ICF7600D según

    el

    siguiente extracto de una

    declaración

    de protocolo de

    consumidor.

    El

    artículo demostraba

    el

    potencial

    del

    producto de cubrir

    el

    objetivo

    del

    consumidor de

    ordenar

    los acontecimientos

    manteniéndose al

    corriente

    de las noticias

    nacionales

    cuando

    estaba

    en el

    extranjero.

    Aunque viajo muc ho

    por

    todo el mundo, nunca he pensado en llevar una

    radio, ya que no sería capaz de entender las noticias en un idioma

    extranjero, y rara vez escucho música popular. Sin embargo, eché un

    vistazo a un artículo del

    New York Times

    sobre lo que se llevaba de viaje

    un corresponsal en el extranjero. Mencionó que nunca

    se

    iría sin su

    receptor de radio compacto con sintetizador Sony, que le permitía seguir

    en contacto con los informativos

    en

    lengua inglesa desde cualquier lugar

    del mundo. Aunque se encontrara en China podría escuchar informati-

    vos en inglés de los Estados Unidos o de Inglaterra simplemente

    programa ndo la longitud de onda correspondiente que viene

    en

    un libro

    entregado con

    el

    receptor). La posibilidad de mantener un contacto

    diario con las noticias mundiales me excitó de repente, al recordar

    cuántas veces había estado sin saber lo que estaba pasando en el mundo.

    Al

    día siguiente salí a comprar

    el

    Sony.

    No importa

    si las

    nuevas

    necesidades de

    productos adquiridas

    mediante

    los

    anuncios

    se consideran necesidades latentes

    activadas

    o

    necesidades recién

    creadas.

    El hecho es

    que en una sociedad de

    abundancia y

    tecnología

    crecientes, es qUe

    :;e

    produzca

    una

    explosión

    de nuevas necesidades

    de

    productos. Surgen

    productos que

    ofrecen mejores

    soluciones

    a viejos

    problemas

    a la vez que descubren

    nuevos

    problemas,

    a los

    cuales

    afirman ser

    una

    solución. Si el

    estado de

    cosas descrito en los

    objetivos

    de

    más alto

    nivel se expresa

    en una

    multitud

    de

    categorías de

    posibles necesidades,

    también

    es cierto

    que

    las

    propias

    categorías de productos pueden

    expresarse en un

    número

    infinito de posibles

    productos.

    El

    número

    potencial

    de

    productos que

    pueden expresar objetivos de

    alto nivel sólo

    está

    limitado

    por la

    ingenuidad humana.

    El

    producto verdaderamente innovador

    constituye

    una

    nueva

    expre-

    sión de un objetivo, igual

    que

    las noticias en

    directo de

    TV

    expresan de

    una forma nueva

    el

    deseo de

    la gente

    de

    saber lo que sucede en el

    mundo. No todos

    los

    productos

    nuevos

    pueden

    ser expresiones revolu-

    cionarias de

    necesidades.

    Algunas

    modificaciones significativas

    de pro-

    ductos

    existentes

    surgen

    por

    accidente, a veces sin

    que

    se

    tenga

    conciencia

    de

    la importancia

    de

    la

    innovación

    para

    el mercado.

    DESE R SIN COMPR R

    29

    El

    jabón

    Ivory,

    que

    lleva

    más de

    un siglo en el mercado, tiene la

    característica de flotar en el

    agua.

    Este

    atributo

    se descubrió accidental-

    mente, e inicialmente

    existían dudas sobre

    si este

    atributo,

    en

    caso de

    ser

    promovido, vendería

    el

    producto. Las patatas

    fritas a la inglesa

    fueron descubiertas

    en

    1953,

    cuando un

    chef

    reaccionó a las

    constantes

    quejas de que

    las

    patatas

    fritas convencionales

    eran

    demasiado gordas.

    Una

    vez más,

    no hubo evidencia inmediata de que

    el

    producto tendría

    un

    atractivo

    general.

    Las

    bolsitas

    de

    surgieron cuando

    a principios de siglo

    un

    comerciante de

    Nueva York

    utilizó bolsitas

    de seda

    para mandar

    muestras

    de té a sus clientes.

    Fueron

    los clientes del comerciante

    los

    que

    vieron e

    inmediatamente pidieron

    la

    comodidad

    de bolsas

    porosas

    para

    preparar una

    sola

    taza de

    té.

    Con

    frecuencia

    surgen dudas

    sobre la importancia

    de una

    innova-

    ción, cuando ésta no

    consiste

    en

    una

    mejora en la ejecución de

    lo

    que

    se

    considera

    la función

    principal

    del producto. Así pues, Kodak

    rechazó

    la

    primera cámara Polaroid

    creyendo

    que

    sólo sería

    una moda

    de

    corta

    duración.

    Muchas

    veces

    resulta

    más

    fácil prever

    una

    necesidad latente y la

    demanda

    potencial

    correspondiente

    de

    un producto que

    es simplemente

    una

    mejora incremental, evolutiva

    o

    tecnológica

    de

    productos

    existentes

    por ejemplo, TV en color

    que

    la de productos nuevos

    que

    son en cierto

    modo discontinuos

    por ejemplo, el coche). Cuando un nuevo

    producto

    disGontinl.lo,

    son frecuencia los consumidore:; inicialmente

    ponen

    ;en

    duda

    sus méritos,

    temen

    los costes que conlleva su utilización

    y

    quizás,

    prevén

    que

    surjan problemas

    debidos

    a su inicial falta de

    adaptación

    al

    resto del sistema de

    consumo

    del

    consumidor

    es decir, falta de

    adapta-

    ción

    a la serie

    de

    compras coordinadas

    existente

    que

    refleja

    el

    estilo de

    vida del consumidor).

    Muchas

    veces los

    propios consumidores

    sugieren ideas de

    mejora

    del

    producto. Normalmente

    siempre

    hay

    alguien

    con

    la

    imaginación

    necesaria

    para concebir

    la

    solución

    perfecta y utilizarla

    como patrón,

    por referencia al

    cual detecta

    las imperfecciones incluso

    de

    las

    mejores

    ofertas existentes. El

    detergente

    Tide de Procter and Gamble,

    el

    primero

    para

    grandes

    cargas de

    trabajo,

    es el

    resultado

    del intento de la

    empresa

    de

    satisfacer la necesidad expresada por muchas amas

    de

    casa de un

    detergente, que

    limpiara

    eficazmente sin dejar

    espuma coagulada

    en la

    pila.

    Pero

    es menos

    probable que

    los consumidores sugieran

    productos

    verdaderamente

    innovadores

    correspondientes a

    alguna

    necesidad la-

    tente.

  • 8/18/2019 ¿Por qué compra la gente? O'SHAUGNESSY

    15/50

    30

    POR QUE

    COMPR L

    GENTE

    DESEOS P SIVO S

    Todas las compras

    pueden considerarse

    como una situación de aproxi-

    mación-retroceso hay factores que invitan a acercarse (atractivos) a la

    compra,

    y

    factores

    disuasorios costes)--.

    Los factores

    disuasorios

    inhiben

    totalmente la compra o, por 1 menos, reducen el entusiasmo

    por la compra. Cuando se inhibe la compra, se dice que el

    deseo

    del

    producto es pasivo. Los consumidores con un deseo pasivo de un

    producto son conscientes del

    producto

    y de sus ventajas potenciales

    para ellos, pero creen que los factores

    disuasorios pesan

    más que los

    factores

    atractivos.

    Mientras que en el

    caso

    de un deseo latente el

    consumidor ni

    siquiera

    es

    consciente

    de

    desear

    el producto, en el

    caso

    de

    un deseo pasivo el consumidor es consciente de desearlo. Sin

    embargo, debido a otros factores, no desea 1 suficiente el

    producto

    como

    para comprarlo.

    Aunque

    «pasivo» sugiere

    en

    cierto modo «quedarse

    sentado», no

    tiene

    por qué

    ser así.

    Por

    ejemplo, alguien que se abstiene de

    comprar

    debido

    al precio puede

    buscar

    el producto a

    un

    precio más bajo, como

    traslucen los siguientes extractos

    de

    protocolos de compra:

    Espero

    comprar

    pronto

    mi

    colonia «Opium». La quiero y me gusta su

    aroma. Tengo

    el

    dinero y puedo permitírmela, pero los hábitos de

    parquedad de toda una vida me están reprimiendo de comprarla

    realmente. La considero una extravagancia---puro

    lUJO -

    de modo que

    sigo mirando para conseguirla al precio más bajo posible.

    En

    el siguiente

    protocolo de compra,

    el

    consumidor

    tiene

    un

    deseo

    pasivo

    de

    una

    cama

    gigante,

    pero

    el precio

    le

    está

    inhibiendo

    de

    comprar:

    Inicialmente no podía decidirme sobre qué tipo de cama

    quería·

    . por

    ejemplo, camas gemelas, una grande o gigante-o Sólo sabia que no

    quería una cama doble. Siempre abrigué la ambición de tener una cama

    grande pero renuncié

    cuando vi

    los precios.

    ¡Tuve que esperar a que

    mi

    marido viniera conmigo porque sólo

    él

    tiene cheques Fuimos primero a Kingston's. Su departa mento de mue-

    bles era muy pequeño, pero lo que tenían estaba rebajado. Miramos

    varios divanes, de

    tamaño

    cama gemela, cuyo precio parecía razonable y

    parecían una buena compra. Si hubiera estado sola, los hubiera compra-

    do. Sin embargo, mi marido estaba muy interesado en el tamaño

    gigante, que también estaba rebajado. Me hizo ver el falso

    ahorro

    de

    DESE R SIN

    COMPR R

    3

    comprar una cama barata. Esto,

    junto

    con mi ambición escondida de

    tener una gigante, me decidió.

    El deseo pasivo de

    una

    cama gigante fue

    activado

    por el marido

    que

    refutó la

    objeción de

    su

    mujer de

    gastar tanto dinero en una cama. Le

    ayudó a cambiar

    de opinión

    sobre la importancia del precio

    indicándo-

    le las ventajas correspondientes: relación calidad/precio, y

    no

    el precio

    bajo en sí,

    debía

    ser la

    norma

    para comprar la cama. De hecho, la

    mujer

    sólo necesitaba una excusa para comprar la cama gigante, de modo que

    el apoyo del marido a la compra, más

    que cualquier

    argumento

    razonable que refutara su objeción, podía haberla decidido a comprar.

    Un vendedor de la tienda podía haberla convencido con la

    misma

    eficacia que el marido, pero podía ser necesario el apoyo del marido

    para que pesara más el argumento.

    Los factores disuasorios comprenden el precio, las creencias falsas o

    ciertas, las dudas sobre las afirmaciones y las normas sociales. Si dichos

    factores

    disuasorios

    siguen actuando como

    barrera,

    un deseo latente

    puede convertirse en un deseo pasivo en vez de un deseo activo.

    Precio

    El precio

    puede

    inhibir la

    compra,

    no porque el precio pedido

    sobrepa-

    se la capacidad

    de

    desembolso del consumidor (lo cual le excluiría

    totalmente

    del mercado), sino

    porque

    el precio es superior a lo

    que

    el

    consumidor quiere gastar. El problema reside en las ventajas relativas

    que

    el consumidor atribuye al producto contra el dinero, que se puede

    gastar

    en otras cosas.

    Cualquier cosa

    que reduzca el

    impacto

    del pre-

    cio por ejemplo, facilidades de crédito) o la

    importancia

    concedida al

    precio

    por

    ejemplo, hacer

    que

    el

    consumidor

    considere el precio

    como

    una inversión más que como un pago) alterará el peso relativo atribui-

    do al precio y a los temas relacionados con él mismo.

    Falsas

    creencias

    Al consumidor el precio le puede parecer

    alto

    en relación con las

    ventajas (con la consecuente inhibición

    de

    la compra) cuando,

    de

    hecho,

    la

    evaluación de

    las ventajas se

    basa

    en falsas creencias Así

    puede

    haber mucha gente

    que

    desea un ordenador personal, pero no la

    compra, porque cree que es demasiado dificil aprender a utilizarlo. Es

    un problema

    corriente

    para

    los fabricantes.

    La

    solución es

    demostrar

    la

  • 8/18/2019 ¿Por qué compra la gente? O'SHAUGNESSY

    16/50

    32

    POR QUE COMPR L GENTE

    falsedad de la creencia. Doretta Steinway hizo despegar las ventas de

    pianos Steinway ofreciendo lecciones de piano gratis a los compradores.

    Singer, en sus primeros días de la máquina de coser, se encontró con el

    problema de convencer a las mujeres de que podían aprender a usar

    una máquina de coser. La solución

    fue

    emplear a chicas como demos-

    tradoras y ofrecer lecciones gratuitas con cada compra.

    El

    anuncio de las diversas pruebas de «tortura» impuestas a los

    relojes Timex por ejemplo, un Timex atado a la hélice de un fuerabor-

    da) fue concebido para disipar las falsas creencias de que los relojes

    baratos no podían resistir un trato duro

  • 8/18/2019 ¿Por qué compra la gente? O'SHAUGNESSY

    17/50

    34

    POR QUE COMPRA L GENTE

    ahorro), pero si no hay un segmento de mercado viable basado en la

    versatilidad, al vendedor

    le

    será útil centrarse en

    el

    uso principal más

    ventajoso.

    La sospecha de que las mejoras

    de

    un producto en un sentido puede

    suponer el empeoramiento en otros sentidos va asociada al escepticis-

    mo del consumidor sobre los productos multi-uso.

  • 8/18/2019 ¿Por qué compra la gente? O'SHAUGNESSY

    18/50

      6

    POR QUÉ

    COMPR

    LA GENTE

    Factores basados en

    un

    promesa

    Un consumidor puede prometer no comprar un producto concreto. Por

    ejemplo, los adolescentes pueden prometer a sus padres no comprarse

    una moto.

    Aparte de las sanciones que pudiera conllevar la ruptura de una

    promesa así, produce un sentimiento de culpabilidad y ansiedad.

    Cumplir la promesa refuerza el compromiso.

    Carencia de condiciones capacitantes

    A veces

    el

    consumidor no puede utilizar un producto concreto debido a

    la falta de condiciones capacitan es.

    El

    consumidor puede sufrir una

    incapacidad que le impida utilizar el producto, o puede carecer de

    facilidades complementarias. Por ejemplo, una persona puede desear

    algún aparato eléctrico, como una lavadora automática, pero no tiene

    luz en casa, etc.

    Una condición capacitante muy importante es tener bastante dinero

    para comprar el producto. Sin embargo, hay que diferenciar el precio

    como motivo excluyente, del precio como disuasión de la compra.

    Cuando el precio disuade de comprar

    de

    forma que el deseo

    se

    queda

    pasivo significa simplemente que el consumidor no está dispuesto a

    pagar

    el

    precio, aunque pueda hacerlo. Por el contrario, cuando el

    precio

    es

    un motivo excluyente, el consumidor no tiene ni puede

    conseguir el dinero para comprar el producto.

    Las razones excluyentes anula n las preferencias personales. Normal-

    mente el marketing resulta ineficaz para eliminar la barrera de razones

    excluyentes, dado que al consumidor ya se le ha «vendido» el producto,

    pero sus obligaciones e incapacidades le impiden cumplir su deseo. Sin

    embargo, aunque

    el

    consumidor no

    es

    un cliente potencial, sigue siendo

    susceptible de comprar en caso de que cambien las circunstancias.

    R SUM N

    Desear un producto

    no

    es motivo suficiente para comprarlo. En primer

    lugar, un deseo puede permanecer latente porque los

    consumidores no

    son

    conscientes

    de la relación entre el

    producto

    y lo que éste puede

    hacer

    por

    ellos. Se puede despertar el deseo latente de un producto concienciando a

    los consumidores sobre lo que el producto puede hacer por ellos, o

    consiguiendo que los consumidores perciban el producto como la mejor

    DESEAR SIN COMPRAR

    37

    forma de expresar sus objetivos. En segundo lugar, un deseo puede ser

    pasivo si los consumidores se

    abstienen de

    comprar porque les

    parece que

    el precio no compensa las ventajas.

    Se

    puede despertar

    el

    deseo pasivo de

    un producto refutando las objeciones del consumidor. Esta estrategia suele

    ser mejor que

    la de

    enfatizar las percepciones

    de

    las ventajas reconocidas

    para

    que el

    consumidor lo compre convencido y no a expensas

    de

    una

    ansiedad.

    En

    ciertos casos, un

    deseo

    latente

    puede

    convertirse en un

    deseo

    pasivo a menos que se

    superen

    las objeciones. Finalmente, los consumido-

    res

    pueden tener

    razones excluyentes para no comprar. Las· razones

    excluyentes se refieren a obligaciones o incapacidades morales o legales

    que sacan al consumidor del mercado a todos los efectos.

    IMPLICACIONES

    PARA

    El

    MARKETING

    1.

    Cuando el nivel

    de

    penetraClon

    en

    el mercado sólo representa una

    pequeña

    proporción

    de

    potencial, la

    empresa debe comprobar

    si

    los

    que

    no están

    comprando:

    al

    Son conscientes

    no

    sólo de la marca de

    la

    empresa, sino

    también

    de lo que puede hacer por ellos, ya que el deseo puede permane-

    cer

    latente

    b Son conscientes de las ventajas del producto, pero se abstienen

    de

    comprar por ser

    pasivo

    su deseo.

    Tienen

    rJZOn2S l i(CJUY::íltC, l

    C¡L;¿:

    dEl tn2Tcado.

    2. Si

    105

    clientes potenciales no

    comprenden

    o no se dan cuenta

    plenamente de

    las ventajas potenciales de la marca de la empresa,

    la

    empresa tiene que

    demostrar

    que hay una relación

    entre

    la

    marca

    y

    el

    deseo,

    y o

    mostrar

    cómo

    la

    marca promociona

    una

    forma

    nada

    desderiable de alcanzar

    la buena

    vida. Esto

    puede

    exigir un reposiciona-

    miento de la marca.

    3.

    Si los clientes potenciales se

    abstienen

    de comprar el producto

    de

    la

    empresa, la empresa debe identificar la raíz de la inhibición y evaluar

    si

    es posible y comercialmente viable superar la objeción con las acciones

    siguientes:

  • 8/18/2019 ¿Por qué compra la gente? O'SHAUGNESSY

    19/50

    38

    Objeción

    Precio

    Falsas

    creencias

    Creencias ciertas

    Dudas

    Contrario a

    las

    normas

    sociales

    POR QUÉ COMPRA LA GENTE

    lave

    de

    l promo ión

    Reducir el impacto por ejemplo, ofrecer crédito)

    o

    las

    percepciones sobre

    su

    importancia por ejem-

    plo, sugerir que el precio es una inversión).

    Cambiar o amoldar

    el

    sistema de creencias del

    que forma

    parte la falsa creencia.

    No despreciar la importancia de la objeción o

    compensar por

    el

    valor de

    la

    objeción.

    Suprimir

    las

    dudas mostrando que son insosteni-

    bles o improcedentes.

    Demostrar la aprobación social de otras personas

    significativas o devaluar la importancia de la falta

    de aprobación social.

    4.

    Cuando

    considera nuevos

    productos

    adicionales,

    una

    empresa

    debe

    reconocer

    que hay un número infinito de

    productos

    potenciales, por los

    cuales existen deseos latentes,

    de forma

    que

    la creatividad

    es

    de suma

    importancia

    para

    el

    marketing.

    5. Cuando algunos

    consumidores

    tienen razones excluyentes para no

    comprar el producto de

    la

    empresa,

    quedan

    fuera del mercado y por

    tanto no entran en ningún cálculo

    de

    mercado

    potencial a menos

    que

    se tenga una

    evidencia

    de

    que

    estas razones cambiarán.

    3

    a compr como

    comport miento que

    sigue un s regl s

    Cuando un consumidor

    quiere un

    producto

    y

    no

    se abstiene de

    comprarlo

    es decir, la necesidad no es latente, pasiva ni está descarta-

    da), la necesidad más las creencias sobre las diversas marcas considera-

    das, constituyen los mot vos para comprar

    una

    marca concreta. Se

    argumenta que

    siempre

    que

    el

    consumidor actúa

    movido

    por

    sus

    motivos, sus actos

    son

    intencionales y planificados, lo cual implica que

    siguen ciertas reglas.

    Cuando

    los consumidores

    actúan

    movidos por

    lazones,

    actúan

    «como si» siguieran reglas.

    ACTO DE COMPRA INTENCIONAL

    Y

    MOTIVOS PARA COMPRAR

    La vida social exige comprender el

    comportamiento

    de los demás.

    Constantemente interpretamos

    los actos de los demás para responder a

    ellos. Creemos

    poder

    entender a los demás

    porque atribuimos

    racionali-

    dad a sus actos. Sin esa aparente racionalidad, el

    comportamiento de

    la

    gente parece

    anormal

    o incluso demente. Al descubrir racionalidad en

    los actos de los demás, concluimos que lo que hicieron es «algo

    razonable»

    dadas

    sus necesidades y sus creencias.

    El

    comportamiento

    de comprar es intencional y racional,

    aunque tal

    vez menos racional de lo que suponen la mayoría de los modelos

    económicos.

    Podemos contrastar

    el acto intencional

    con

    el

    comporta

    9

  • 8/18/2019 ¿Por qué compra la gente? O'SHAUGNESSY

    20/50

    40

    POR QUÉ COMPRA LA GENTE

    miento

    involuntario.

    El

    acto

    intencional tiene

    un

    objetivo, es

    voluntario

    y significativo.

    Es algo

    hecho por

    más

    que

    una

    persona.

    Los consumidores compran lo que necesitan

    siempre

    que no existan

    razones más

    fuertes para

    no comprar.

    Sus motivos para

    comprar

    comprenden «cualquier consideración que

    les

    induzca,

    incline, empuje o

    decida

    a

    comprar»

    Beck, 1975). Para

    que

    cuenten

    como

    razones, éstas

    deben

    ser inteligibles

    para

    los demás, ya

    que

    de

    no

    ser así el

    comporta-

    miento suele considerarse involuntario o

    erróneo

  • 8/18/2019 ¿Por qué compra la gente? O'SHAUGNESSY

    21/50

    42

    POR

    QUÉ COMPR L

    G NT

    Las reglas de compra actúan como una serie de normas empíricas

    negativas y positivas que desautorizan ciertos actos como «comprar a

    ciegas»), y permiten las acciones que parecen el mejor medio de

    conseguir lo que se pretende. Aunque las reglas no rigen todo el

    comportamiento del consumidor, imponen condiciones a la prioridad

    de los objetivos y a los medios adoptados para alcanzarlos Langford,

    1971).

    Estas reglas no son ciertas o falsas, sino simplemente eficaces o

    ineficaces y correctas o incorrectas para lograr lo que

    se

    pretende.

    El

    hecho de que los actos de compra puedan considerarse correcta o

    incorrectamente desempeñados implica que hay que seguir ciertas

    reglas. Dichas reglas se aprenden a través de la educación y la

    experiencia, y si son eficaces tienen continuidad.

    El psicólogo cognoscitivo se refiere a dichas reglas como «conoci-

    miento de procedimientos»,

    dado

    que son un conocimiento o conviccio-

    nes sobre cómo hacer cosas tales como elegir qué marca comprar

    Anderson,

    1983).

    Algunas reglas evolucionan tras conocer hechos

    relevantes sobre las marcas rivales, interpretar dichos hechos a la luz de

    la situación de compra, y modificar las reglas a raíz de la experiencia.

    o

    obstante, esto no implica que los compradores sean conscientes de

    las reglas que siguen. Los actos de compra cumplen las reglas en la

    medida en que dichos actos encajan con una regla, o que las reglas

    pueden describir el comportamiento sin implicar necesariamente que

    los consumidores conozcan las reglas inherentes a su comportamiento o

    puedan formularlas. Una regla

    es

    una descripción de una regularidad