PONTIFICIA UNIVERSIDAD · DISEÑO DE PORTADA: Nicolás Reyes FOTOGRAFÍA DE PORTADA: Karla García...

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR

ESCUELA DE ANTROPOLOGÍA Y ARQUEOLOGÍA GRUPO EDITORIAL: Karla García, Max Silva, Nina Reyes

DISEÑO DE PORTADA: Nicolás Reyes

FOTOGRAFÍA DE PORTADA: Karla García

Quito, Noviembre 2015

PRESENTACIÓN Para la sexta publicación de la revista Kula contamos con una nueva variedad de contenido. Además de los artículos enviados por los estudiantes de antropología y arqueología, hemos decidido incluir otras secciones para mostrar los múltiples aspectos del trabajo de los estudiantes. Así, contamos con una etnografía, una entrevista y una selección de fotos, siendo el objetivo añadir también un espacio de opinión. Para mantener la continuidad de esta revista queremos motivar a los estudiantes a que envíen sus trabajos de Antropología y Arqueología, en las diversas secciones implementadas. Hacemos un llamado especial a los estudiantes del área de arqueología para que se apropien de este espacio. Así mismo, ponemos a la disposición de estudiantes de la universidad en general la sección de opinión, diseñada para expresarse libremente en temáticas socioculturales. Las bases para la recepción de los ensayos se encuentran en nuestro blog, y en redes sociales. Les recordamos visitarnos y dejar sus comentarios, tan importantes para el crecimiento de su revista. Finalmente, agradecemos a los autores que participaron en este número, a Cristóbal Landázuri por la entrevista concedida, así como también a la asociación de Escuela por hacer posible la impresión de la revista y crear un espacio para su lanzamiento.

Grupo Editorial Noviembre 2015

ETNOGRAFÍA DE UNA JODA: BAPUS BAR

Sebastián Mosquera Empieza la jornada a la vuelta de la Calama, el fuerte sol capitalino de las 12 de la tarde empieza a desvanecerse entre las montañas colmadas de casas, árboles y antenas de comunicación, lo cual pone en evidencia el constante crecimiento de la ciudad y el paso que ésta se abre entre la naturaleza.

Las chompas de cuero entachadas, rayadas con marcador blanco o portando el arte de la serigrafía, están arrimadas a las paredes de una tienda, mientras que sus portadores: hombres y mujeres de entre 19 y 26 años, comparten un zapatero1 mientras las risas y anécdotas van y vienen. Por otro lado, las capuchas de buzos negros y emparchados, cubren a los neotribales de los últimos rayos de sol que caen sobre su cabeza, mientras éstos están cruzados de piernas y sentados en el piso lleno de tierra, hojas secas y unas cuantas colillas de cigarrillo.

La banca ubicada cerca de la intersección de la Calama y Reina Victoria comienza a llenarse, por lo que aquel que se levanta momentáneamente a orinar en un árbol, o a retaquear2 en la Plaza Foch, pierde su puesto instantáneamente, trayendo a la banca una rotación constante de sujetos que en ella se asientan. Sin embargo, otros prefieren no hacer uso del asiento ya que en pocos minutos, la actividad se trasladará a la calle próxima   en   sentido   Norte:   “La   Lizardo”.  Momentos antes de hacerlo, dos punks retornan de la Plaza Foch, retaqueando a 1 Wanchaka adquirida a un zapatero de profesión por un precio módico

turistas y oficinistas. Las monedas conseguidas, son expuestas en la palma de la mano de uno de ellos, quien a su vez, pide al grupo aportar con una moneda para conseguir algo más que tomar antes de ir por la cerveza, bebida que es adquirida casi ritualmente  en  “Bapus”.

A continuación, se prosigue a contabilizar el dinero. Alcanza para un vino que después de insistir a la tendera que rebaje el precio, lo vende por un dólar con quince centavos, lo que resulta fantástico puesto que sobra dinero para comprar dos tabacos en la misma tienda.

El vino dura poco ya que, el viento frío de las cinco y media de la tarde, se convierte en el principal aliado de una bebida capaz de calentar a cualquiera pocos instantes después de haberla consumido. Entonces, el parche3 de seis personas se dirige con los últimos bocados del vino de cartón a la Lizardo García: Bapus ya los espera con las puertas abiertas.

Un trabajador del bar, como de costumbre, requiere observar la cédula de cada uno de los miembros del parche. Sus ojos se dirigen al documento de identificación, mientras su cuerpo se encuentra de espaldas al sector izquierdo de la entrada al bar. A continuación, la mirada fija y penetrante del trabajador, se impregna en la cara del portador de la cédula, mientras se la retorna a su dueño. El paso por el umbral del bar, se convierte en algo que los punks más jóvenes, aquellos que la sociedad adulta se refiere como   “menores   de   edad”,   ven   como   algo  

2 Retaquear: pedir una moneda, cigarrillos, licor o comida a transeúntes 3 Parche: grupo de personas socializando

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casi inalcanzable, por lo cual en ocasiones, cuando la circunstancia lo permite, se colan en el lugar de manera ágil e instantánea hasta que en contados momentos, se los expulsa del lugar.

Se marca entonces, a través de aquel umbral, un portal que separa a dos mundos: el externo, donde la vereda es el asiento, el licor en botellas de plástico prima, y sustancias como el gale4 y la pasta base son constantes. Así mismo, las variadas conversaciones entre toda la gama de personas ubicadas en los exteriores de los bares de la Lizardo García, y el ruido de los autos y motos de la policía, son la música de fondo de aquel contexto. Por otro lado, en el mundo interno, la cerveza, el humo de cigarrillo y marihuana, al igual que la cocaína, la cual es consumida con cautela, se hacen presentes conforme pasa el tiempo dentro del bar. De igual modo, la música que suena va variando dependiendo de la hora, lo cual también determina a los sujetos presentes en el lugar5.

Así, se vuelve interesante observar que a la llegada del parche a Bapus, el sitio está albergando a estudiantes pertenecientes a los diferentes centros educativos ubicados alrededor de la Avenida 12 de Octubre. La música que suena, varía entonces entre rock, hip-hop, pop e incluso reguetón en contadas ocasiones, específicamente cuando un semestre académico está apenas empezando. Sin embargo, cuando las horas han pasado y la noche va haciéndose presente, las crestas encrespadas o reposando a un lado de la cabeza del portador, los cabellos largos y sueltos cayendo sobre los hombros de ciertos individuos, el colorido pelo de mujeres y 4 Gale: cemento de contacto

hombres que llegan apenas a buscar a algún conocido por coincidencia, se toman el lugar. Igualmente, sujetos cuyo transporte es una patineta o una bicicleta baja, comienzan a presentarse y a estacionar su vehículo sea detrás de la puerta negra visible en el patio del bar, donde varias mesas están ubicadas; y en el caso de las patinetas, a los pies de su dueño o de cualquier sujeto con quien él o ella están compartiendo una mesa.

Al igual que los sujetos y las prácticas que éstos llevan a cabo, la música cambia en relación a lo que anteriormente sonaba. Sonidos pertenecientes al rock and roll, punk rock, hard core, metal y rock clásico, se difunden por cada rincón del bar, el mismo que consta de un patio y dos salas al interior del establecimiento, una ubicada en el lado derecho y la otra en el izquierdo del mismo, las cuales son separadas por un pequeño espacio donde se asienta la barra, en la que está reposando la computadora donde el cliente selecciona las canciones que desea escuchar.

Las conversaciones al interior de Bapus son variadas, ello depende de los miembros de cada mesa y de sus gustos, capital cultural y social, así como también de sus prácticas cotidianas.

Sin duda alguna, la música dentro del lugar es un elemento relevante e interesante de observar, ya que comúnmente despierta la euforia de varios sujetos presentes en el bar, lo que se da también debido a los efectos de las diferentes sustancias consumidas allí. Entonces, constantemente uno puede observar personas en alguna mesa abrazándose mientras cantan algo de Eskorbuto; momentos después alguien en

5 5 Augé (1996)  define  “lugares”  como  espacios  cargados  de identidad, historia y vitalidad donde los individuos nos relacionamos.

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otra mesa estará cantando a todo pulmón las diferentes canciones del desaparecido grupo Parálisis Permanente, o cambiando la letra de la canción   “Killing   in   the   name   of”   de   la  agrupación norteamericana Rage Against the Machine.

Ocasionalmente, se puede observar a un parche portando una guitarra acústica en una de las dos salas al interior del local. Quienes conforman tal agrupación, son conocidos miembros de bandas de punk capitalino, entre los que se encuentran guitarristas, bajistas, bateristas y vocalistas. Alrededor de la   guitarra   y   de   “un   combo”6, empiezan interpretando canciones de bandas de rock y punk provenientes de Europa, hasta que se las sustituye por música de las diferentes bandas a las que ellos pertenecen, o en las que han tocado momentáneamente.

El hecho de hacer música al interior del local, perturba a su dueño, quien frunciendo el ceño les indica que deben hacer silencio o salir. Razón por la cual, aquel parche esconde en la mochila de uno de sus miembros la última botella de cerveza que aún está cerrada y la saca a la vereda, donde podrán hacer música y continuar bebiendo lo que adquirieron.

Sobre esto, cabe señalar que sacar cervezas por las que se paga una vez que son servidas en la mesa del consumidor, o puestas en la barra para que éste las lleve, es algo muy común de observar, aunque se lo hace a escondidas para que ninguno de los trabajadores del lugar se dé cuenta de aquello.

Una vez de vuelta afuera, y siendo aproximadamente las doce de la noche, el

6 Tres cervezas adquiridas desde tres hasta cinco dólares.

parche que se retiró de Bapus con su guitarra, se unifica parcialmente7 en las afueras del bar con miembros de la primera agrupación aquí mencionada. Debido a que la cerveza ya no será consumida puesto que su precio es mayor en las tiendas, y ya que nadie quiere volver a entrar al establecimiento, se colecta dinero entre los presentes,   mientras   una   “comisión”   se  encarga de ir a retaquear en las calles más turísticas y transitadas de La Zona. Mientras tanto, la guitarra comienza a circular de mano en mano y las canciones son coreadas por gran parte de los ahí presentes.

Poco   tiempo   después   la   “comisión   del  retaque”   regresa,   y   las   pocas   monedas  colectadas son agregadas a las que cada uno aportó momentos antes. Entonces, una nueva comisión es formada (voluntariamente) para volver a la tienda de la Calama, a comprar Caña Manabita o una botella pequeña de Norteño. La interacción, entonces, se da en torno al consumo del licor que se compró y a la música que se entona. Las risas también se apoderan de las afueras de Bapus, lo cual hace más vistoso al grupo, trayendo como consecuencia la adición a él de amigos y conocidos de quienes lo conforman.

A la vez, la policía, cuya patrulla aumenta en ese sector, tampoco tarda en notar la presencia de un grupo de alrededor de once personas haciendo música y libando en la vereda. Ello lleva a que la orden de dispersarse no tarde en llegar, a lo que muy pocos hacen caso, disminuyéndose así la cantidad de personas allí presentes. Sin embargo, el gendarme que dio la orden, no tarda en abandonar el lugar sobre su

7 Constantemente los parches se disuelven debido a rivalidad o enemistad entre miembros de una de las agrupaciones, con quienes forman parte de la otra.

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motocicleta, vistosamente proveída de luces rojas y azules.

Aparentemente, nada ni nadie detendrán la diversión en la vereda, y al parecer no son los miembros de ese parche los únicos que piensan eso, sino también un par de mujeres de alrededor de 24 años que con una cerveza en su mano, se aproximan a formar parte del grupo. La euforia en la que ellas se encuentran, las lleva a gritar durante las canciones interpretadas, tratando de seguir el ritmo de ellas, pero sin conocer las letras. El ruido se propaga, y uno de los trabajadores de Bapus levanta su mano desde la entrada del bar, haciendo una seña al policía que patrullaba la Lizardo García. Entonces, éste toma su radio y en seguida cuatro motos se toman la vereda en las afueras del bar. Los gritos de los policías aumentan y sus órdenes de despejar el área se tornan más firmes e insistentes, ante lo cual la gente decide retirarse sin pronunciar palabra alguna hacia la esquina de la calle, fingiendo estar retirándose.

Las únicas dos personas que reaccionaron, fueron las chicas que llegaron al final, quienes lanzaron cerveza a uno de los policías, el cual procedió a detenerlas momentáneamente y solicitó la presencia de una mujer policía para requisarlas. Por su parte, el parche continuó con su actividad una cuadra más al Norte hasta que cada uno decidía abandonar el lugar. El día terminaba así, siendo las 4 y 18 de la mañana entre música, cigarrillos, botellas vacías de agua y de licor, capuchas por encima del cuello de casi todos, chompas cerradas, olor a caramelo recorriendo el entorno y manzanas agujereadas a los pies de la gente.

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CRISTÓBAL LANDÁZURI

Exdirector de la Escuela Antropología

¿En qué año asumiste la dirección de Escuela de Antropología?

Yo he asumido en dos periodos. El primero fue en el 1999. Sí puede ser ¿no? Después de Pepe Almeida. Estuve 6 años, eso significa que fui hasta el 2005. De ahí, después, vino Segundo Moreno, él estuvo 3 años y luego asumí yo por un periodo de 7 años. Los números de reglamento son 6 años.

¿Ese es el oficial?

El oficial. Pero en esta segunda etapa me quedé 3 años porque las autoridades prorrogaron a todos los directores y decanos porque estaban en discusión esto de los reglamentos ¿se acuerdan? Que el CES no aprobaba. Entonces fueron prorrogadas las autoridades. Ahí se prorrogaron hasta este año. En esa coyuntura, con cambios de Decano, presionamos, los Directores, para que nos cambien porque ya todos los Directores de las Escuelas estábamos ya pasados.

¿Y antes de ser Director eras profesor?

Profesor.

¿De qué clases?

Bueno, las que más he dado es Etnohistoria y Estudios Campesinos y Rurales. Sobretodo Etnohistoria. He dado Política, he dado Teorías, he dado Etnografías, hoy

estoy dando Disertación de Tesis. La Dirección siempre me ha quitado tiempo para clases y para investigación, entonces fue más que saludable dejar la Dirección.

¿Y qué funciones como Director tienes?

La dirección a la larga es una función básicamente administrativa. Tienes que programar la parte académica de la Escuela. El Director no tiene ninguna posibilidad, por ejemplo, de cambio de profesores.

¿No puede cambiar?

No. Quien cambia es la Dirección Académica. O solicitar nuevos profesores, uno puede solicitar nuevos profesores; cambios es bien difícil. Luego, lo que hace es manejar la parte administrativa, todo lo que es el manejo de la malla curricular, programar cada semestre, qué profesores dan, qué profesores dejan de dar. Y toda la cuestión con estudiantes, manejo de hojas de créditos, cambio de materias, revalidaciones. Claro que lo hace secretaría, pero siempre tiene el Director que estar ahí para ver si pone la firma. Por ejemplo, cuando alguien egresa, entonces, uno lo que hace es chequear los créditos frente al pensum y saber si le falta o no le falta y a la final uno pone la firma para decir ya, se acabó. Entonces, en la cuestión de disertaciones el Director es quien ratifica el nombre del Director, nombra los lectores. También es una actividad compartida con secretaria, pero las decisiones son esas. Luego, el Director se ocupa del Consejo de Escuela, que es la máxima instancia de la Escuela. Está conformada por el Director, dos

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profesores y un estudiante. El Director no forma parte del Consejo de Facultad, que es la instancia mayor de la Facultad, sino solo hay dos profesores, Decano, Subdecano y dos estudiantes. Son elegidos esos profesores. Acá en la Escuela, igualmente, los profesores que van a Consejo de Escuela son elegidos por voto popular. Se hace elegir entre todos los profesores. (...) El Director también puede impulsar, con el Consejo de Escuela, cambios, renovaciones, modificaciones desde las mallas. Desde el año 1999 hemos tenido dos cambios, siquiera, en mallas curriculares.

¿Desde el 99?

Claro. La última fue en el 2010. Que no fueron cambios profundos, a la final la Escuela no ha hecho cambios profundos sino modificaciones paulatinas. En el 99 sí hicimos una, después hubo una en el 2005 y otra en el 2010.

En el 2010 es en la que se rebajaron los semestres, ¿no es cierto?

Se bajaron a 9, se quitaron los complexivos, me parece, y entraron dentro de la malla los idiomas, que antes no estaban, y creo que se cambió con inglés, que eran 8, se cambió a 6. Se han hecho cambios paulatinos.

¿Eso como iniciativa de la Escuela o iniciativa del Estado?

No, de la Escuela. Las últimas reformas que nos vienen son, más bien, producto de la nueva Ley de Educación. Pero las otras cosas más bien han sido de la propia iniciativa de la misma Escuela. Ni de la Facultad, porque, a la larga, la historia nos dice que el nivel académico que tenemos, la estructura del

pensum es producto de una visión de la propia Escuela. En eso la Facultad no se mete mucho porque la Facultad tiene 5 escuelas distintas. Más bien, ha sido un proceso interno de la Escuela el ir modificando, actualizando los pensums. En un momento, si no me equivoco, en el 2005 eliminamos la Licenciatura y pusimos los títulos profesionales. Entonces ya no eran licenciados sino eran Antropólogos o Antropólogas. Eso funcionó hasta el año pasado porque la nueva Ley de Educación no reconoce los títulos profesionales. Entonces estamos volviendo de nuevo a la Licenciatura. Ahora, sin duda, con esta Ley de Educación que, me parece, es la primera vez que hay una ley de educación mucho más completa, diversa, que es conflictiva por los cambios que van a hacer pero sí está influenciando y está unificando y está reglamentando de mejor manera la educación superior. Eso ha sido, y sigue siendo, un problema complicado. La misma acreditación que está en marcha es necesaria porque este es un proceso de todas las universidades del mundo, los procesos de evaluación y acreditación sistemáticos. Nosotros estamos recién queriendo hacerlo y quizás a Antropología le llegue recién en el 2016 o 17. Pero yo creo que eso es bueno a la larga porque eso va a exigir ajustes, constante revisión de pensums. Además, la ley impulsa mucho que los profesores investiguen, no solo enseñen.

¿En base a qué hacen los cambios de las mallas curriculares?

Teóricamente, esos cambios deberían venir de estudios de mercado. ¿Qué requiere la sociedad ecuatoriana? ¿Qué demanda de un

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antropólogo? Eso debería ser en teoría. Los cambios que se han hecho desde el 99 para acá no se han fundamentado en estudios sistemáticos sino a partir de las experiencias de los profesores, los procesos sociales, las necesidades. Ahorita, por ejemplo, a partir de lo que la ley dispone, se está haciendo un estudio de pertinencia. Es justamente decir ¿Qué es lo que requiere la sociedad? ¿Qué es lo que el antropólogo, el egresado, el profesional, puede aportar? Decir, mi información fue así, buena en esto, deficiencia en esto y de acuerdo en mi experiencia en el campo laboral, qué es lo que se debería hacer. Hoy estamos recién acabando un estudio.

Mandaron una encuesta

Ese estudio está haciendo el Rommel. A mí me parece que es una cuestión mucho más estructural, pero eso viene a partir de la misma Ley de Educación que dice hagan estudios de mercado. Incluso en estos estudios de mercado deben ir contemplados los planes de desarrollo. ¿Qué supone el plan de desarrollo nacional? ¿Qué es lo que requiere? Hay muchos antropólogos, pocos antropólogos, hay muchos médicos, muchos abogados. Entonces más bien vamos por otros lados, esos son instrumentos de planificación. Yo creo que de aquí en adelante van a hacerse los ajustes a las mallas y lo que está también de ir revisando son los contenidos de cada curso. Ahorita hay un comité de curriculum que se encarga de hacer un seguimiento de eso. El primer componente para eso va a ser ese estudio y después habrá que ir a ver los contenidos de cada curso: si Teoría 1 y 2 está bien, si Métodos y Técnicas está bien la separación o

hacemos uno solo, todas esas discusiones hay que hacerlas y ajustarlas, o meter más cursos. Partiendo, decir ¿Dónde trabajan nuestros egresados? ¿Qué están haciendo? Hacen investigación, hacen gestión, desarrollo, hacen educación. ¿Qué hacen? Porque si ustedes se dan cuenta, nuestra Escuela tiene un sesgo hacia la investigación. El mismo hecho de que haya el Taller que son 4 semestres te da una formación en todo lo que es investigación, que eso de hecho te forma para lo que es consultorías, estudios, que sí hay demanda de eso. Pero nuestro sesgo no es hacia la antropología aplicada, la gestión, hacia el desarrollo, que puede ser otra opción. Siempre ha habido, siempre se han querido cursos sobre proyectos. Nosotros hacemos proyectos pero más proyectos académicos, de investigación. No hacemos proyectos de desarrollo, no hacemos. Hacer un marco lógico, los resultados, no tenemos. Siempre ha habido esa demanda. Más o menos hemos solventado eso con Estudios Especializados, ha dado cursos de eso y siempre los estudiantes se han ido por ahí. Entonces son enfoques. Yo creo que el enfoque que tenemos de investigación va a seguir, pero bueno el estudio de mercado también dirá mucho.

El anterior cambio que hicieron de la malla en el 2005, ¿qué se hizo?

Ahí   el   cambio   profesional   fue…   fuimos  hacia el título profesional porque veíamos que el título de licenciado estaba muy devaluado. El licenciado era un título que estaba muy devaluado como título en general. Entonces pensábamos que el profesional, ser antropólogo, sociólogo, era

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un título que correspondía más a lo que hacíamos nosotros y sobre todo a la cantidad de créditos que se estaba haciendo, eran 220, 230. Entonces, superábamos con mucho lo que era la licenciatura y en esa época si había esos títulos. Haciendo esa relación de cantidad de créditos fuimos a eso. Y luego también queríamos hacer menciones y esa fue la otra puerta por la cual nos lanzamos creando las dos menciones, de Antropología y Arqueología. Si bien ya en el 99 ya hicimos esa   división   y   salían   licenciados…   no  recuerdo los títulos que sacaron ahí, licenciados de antropología o de arqueología. Eso también no estaba claro. El título profesional y la mención nos facilitó eso. En base a eso fue lo que arrancamos a hacer las 2 menciones.

¿Antes del 99 no había Antropología y Arqueología?

No, se daba cursos de arqueología y se daba poquitos. Se daba Introducción a la Arqueología, Arqueología Física y había un solo profesor de Arqueología y de vez en cuando se abría un taller de Arqueología. Después de eso ya comenzaron a abrirse más cursos de Arqueología y entonces cuando se hizo las dos menciones, en el 99, ya había las dos líneas. Y entonces Métodos para arqueólogos, métodos para antropología, técnicas, técnicas, talleres para el antropólogo, talleres para el arqueólogo, fue desde el 99. En el 2005, 2006, que fue la profesional, ya se organizó bien y ahí ya tuvimos arqueólogos y en el momento tenemos 4 profesores de Arqueología. Pero sin duda, y si ustedes ven la malla, tiene un tronco bastante de Antropología. Los arqueólogos están con menos cursos de

Arqueología y a lo mejor esa va a ser una de las líneas por las cuales se haga reformas. Tal vez profundizar más, abrir más el campo de los cursos de Arqueología. Ahora, porque tenemos esta forma, porque nosotros consideramos que la Arqueología es una parte de la Antropología y el arqueólogo necesita teoría, la teoría etnológica; claro que necesita sus métodos y sus técnicas. Ahí los arqueólogos reclaman que necesitan más trabajo de campo, escuelas de campo, técnicas más especializadas en arqueología, sin duda. Arqueología ecuatoriana creo que se puso en el 2005 o en el 99 y luego hubo seminario para arqueología y seminario para teoría etnológica. La arqueología ha ido así. Pero eso también tendrá que estar en función de la cantidad de estudiantes.

¿Cómo ha sido eso? Porque cada vez hay más ¿o no?

No, este semestre es el que más hemos caído, de que yo recuerde. Entraron 14, en total para las 2. Es poquito y siempre han entrado 20, 24, 26. Siempre más antropólogos, menos arqueólogos; pero últimamente los arqueólogos subieron, estaban casi a la par en los últimos 2 o 3 años. Pero este año cayó. Este sí es un problema grave para la Escuela porque no nos permite mantener las dos carreras y, bueno, la estrategia que, de alguna manera, nos ha permitido mantener las dos carreras casi desde el 99 es porque tenemos un tronco en común grande. Aunque a ratos se quejaban los arqueólogos que daban mucha Antropología, pero esa ha sido la estrategia. Ustedes llegan, por ejemplo, a talleres 5, 6 en cada taller o 3, 4. Ese ha sido un problema bien complicado.

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¿Por qué cree que esta vez entraron menos?

Yo creo que el costo de la universidad, subió el costo. Además ustedes se dan cuenta que la deserción es alta. (...) Pero lo que nosotros como Escuela hemos pensado es que no es asunto de masificar la Escuela. A veces nos decían que ofrezcamos menciones de género, ambiente y así van a tener más estudiantes. Pero el mercado de trabajo tampoco es muy grande. No podemos comenzar a sacar antropólogos para que terminen siendo choferes, por ejemplo, exagerando. Yo creo que el antropólogo, ahora, si tiene trabajo, sin duda.

¿Si está bueno?

Sí, yo creo que sí. Y más ahora que el Estado creció en ciertas áreas, como el área de cultura en el Ministerio de Cultura y el INPC. Eso ha creado más demanda de antropólogos y sobre todo demanda de estudios y consultorías. En ese sentido, tampoco hemos crecido mucho, nos hemos mantenido cautos en eso.

¿Ha habido investigación dentro?

¿Investigación de los profesores dices?

Sí. Planes de investigación para involucrarles a los estudiantes.

Bueno, sí ha habido. Ahí hay que reconocer 2 cosas. Como proyectos de la Escuela en el área de Antropología no ha habido mucho. En alguna época, como había recursos para investigar, había el Consejo Nacional de Educación Superior, ellos daban fondos y así se hacían proyectos de investigación. Porque la Universidad ha tenido fondos para investigación desde hace unos 5, 6 años, pero

fondos chiquitos para profesores. Nosotros comenzamos investigando Chilmar con Josefina Vásquez en el 2008, 2009. Entonces, eran proyectos chiquitos donde se involucraban 1 o 2 estudiantes. Y hasta ahora ha seguido la Universidad con fondos pequeños; hoy ha incrementado un poco más para investigar. Pero esos son proyectos que los generan cada profesor de acuerdo a sus intereses y de ahí involucra estudiantes. Antes, como les digo, con la Conacid había estos fondos pero estos se suprimieron hace algún tiempo. No me acuerdo, será por el 2005 o 2006 que hubo los últimos recursos desde el Consejo de Universidades. Después cada Universidad comenzó a manejar. El área de Arqueología sí tiene algunos proyectos, últimamente, como Universidad, porque los han manejado como Universidad. La María Fernanda, Alden Yépez han hecho sus proyectos con el Consejo Provincial. Han hecho 3, 4 proyectos. Antropología ha manejado, más bien, a un nivel más personal. Depende los recursos, si la Universidad da fondos para investigar; y ahí se involucran 1 o 2 estudiantes. No es mucho. Proyectos grandes que la Escuela haya contratado con instituciones de afuera, no. Por ejemplo, hemos tenido algunos convenios pequeños. Ahorita hay un convenio con el Consejo Provincial y se ha sacado dos proyectos de arqueología, como Escuela, y otro de arqueología y etnohistoria con el Consejo. Eso ha sido los últimos 3, 4 años. Claro, ahí entra en juego todo el manejo administrativo con la Universidad que ha sido un poco pesado y eso a veces frena. Los manejos más personales son más ágiles, pero el aval de la Universidad sí pesa.

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Respecto a la planta docente, ¿Cómo se maneja eso?

Bueno, la planta docente, a la larga, depende del Rector, porque es un contrato y la cabeza formal de la Universidad es el Rector. Sin embargo, eso está en función de la cantidad de estudiantes, la necesidad de cursos, de las actividades. Entonces, siempre se ha pedido desde acá y se ha ido justificando. Este momento estaremos entre 10, 12 profesores, no más; tiempos completos estamos 4, a ver. Ahorita también entró la Pía, el Teodoro, el Alden, la María Fernanda, el Eric, estamos ya 6 o 7.

¿Eso es tiempo completo?

Es cuando más tenemos tiempos completos. Bueno, también ha habido toda una línea de la Universidad a dar tiempos completos; medios tiempos son el Teodoro y la Susana Andrade. Se ha ido justificando pero no es fácil conseguir los profesores, implica contratos; y somos una Escuela pequeña y siempre se mide mucho la Universidad a dar contratos indefinidos por la cantidad de estudiantes. Supongo que la Universidad tiene sus indicadores para ver cuántos estudiantes, cuántos profesores y demás.

¿Y qué tan disponibles suelen estar los profesores o cualquier profesional?

¿A venir? El problema es la cuestión salarial. Históricamente los honorarios de la Universidad no han sido buenos; hay una subida significativa hace año y medio. Entonces, por ejemplo, un Ph.D que viene a dar clases, antes, empezaba ganando 1200, que era poquísimo. Hoy está en 2200, ya subió. Esta subida sí fue significativa. Eso

fue producto de la nueva Ley de Educación Superior que obligó a un mayor número de Doctores en las Universidades y a pagar mejor a los profesores. Anteriormente era difícil conseguir profesores porque el pago era por hora era de 10, 12 dólares por hora. Era decir, ve ayúdame por favor, da esta clase. Era bravo eso. Hoy subió un poco más, se mejoró. En mi última época de Director llegaban cantidad de ofertas de españoles, extranjeros, colombianos querían dar clase. Porque subieron los salarios y por las crisis que había allá también. Hoy sí ha mejorado la cuestión de los profesores.

Ahora que dices eso de la vinculación con la comunidad ¿ha habido un cambio en esas horas que piden de prácticas y de vinculación?

Sí, ahorita hay un cambio. El Pensum del 2005 estableció que había 70 horas de prácticas profesionales y 70 o 100 de vinculación. Las horas de prácticas pre profesionales los cargamos del Taller tres, entonces, las horas que ustedes hacían de investigación eran las prácticas pre profesionales. Eso está hasta el 2014. Los que entraron este año, en agosto del 2014, ya tienen otro régimen. Las prácticas de vinculación son 70 horas, que eso es un lío, porque lo maneja la Dirección de Vinculación y tenemos que estar haciendo proyectos con ellos, y eso no siempre fluye bien porque esta centralizado ahí. Según la nueva ley, sino me equivoco, se establecen 250 horas, entre prácticas pre profesionales y vinculación. Eso va a regir para los que entraron en agosto del 2014. Entonces en ese proceso estamos, de organizar. Prácticas pre profesionales va a ser el taller también, pero

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van hacer prácticas en instituciones, vas a practicar una época en un instituto, colaboras en alguna investigación en una institución o colaboras en una investigación con un profesor.

Según su experiencia, ¿cuál sería una evaluación de la carrera?

¿En qué sentido? Bueno, mira, yo creo que la Escuela tiene un buen nivel académico, la muestra está en los productos finales, que es la tesis. A veces la misma universidad nos ha dicho que exigimos mucho, por ejemplo, exigimos mucho en la tesis. Algunos profesores dicen mira esta es una tesis de disertación de Maestría en la FLACSO o en la Andina y compara con lo que es la tesis de licenciatura que piden ustedes. Una vez tuve una reunión con el Director de Investigaciones aquí, yo le decía, mire lo que piden ustedes; están pidiendo demasiado. Entonces, siempre ha habido problemas de eso y a veces también a eso han achacado de que no se gradúan nuestros estudiantes, pero el que no se gradúen no creo que sea una realidad; antes sí pasaba, hoy ya no, hoy ya casi todos se gradúan. Algunitos, pero a veces son por problemas personales. Entonces, yo creo que la carrera es buena, tiene un buen nivel, tiene una buena metodología de enseñanza, y quizás, bastante teórica, a veces, falta un poco más de práctica, por ahí fallamos un poco; pero en términos de una formación teórica yo creo que es buena la carrera. Lo que les digo, por ejemplo el Teodoro que está en la FLACSO dice que la gente más solvente que llegan a hacer Maestrías es de Antropología. Eso nos dice que estamos bien, entonces, me parece que es bueno; quizá ahorita tocará reajustar

las cosas con la nueva Ley de Educación, los contenidos, en fin. El enfoque que le dimos a la investigación era porque así nacimos, porque los primeros profesores que llegaron eran, básicamente, gente formada afuera y fueron los que dieron las primeras líneas de formación, escuela más norteamericana. De ahí arrancamos. Yo no he visto el pensum de la Salesiana, que supuestamente es un pensum de Antropología Aplicada, yo no sé cuántas materias tienen que sean de aplicación, no sé; nosotros tenemos poquitas. Entonces, mi evaluación es buena porque las tesis son buenas, la gente sale bien y la gente dice que la formación de la Católica es buena y cantidad de egresados que he conversado. Hay deficiencias y cosas, cursos que no se debían dar, o mal dados. A veces tuvimos semestres desastrosos porque tuvimos un profesor visitante que estuvo poco tiempo, no venía, daba mal, todo eso nos ha pasado porque, antes, con salarios tan bajos no podíamos conseguir buenos profesores o a veces a última hora, como favor personal venían a dar clases.

¿Ahora ya están puestas las opciones aparte de la tesis?

Ahora la nueva ley establece dos opciones: un examen complexivo o una tesis. En la malla ya están las dos opciones y por eso es que hay Titulación I y II. Quizá el cambio último, aquí en la Escuela, nunca nos pareció que a los estudiantes les pidan las dos cosas; sino, que el que va a hacer tesis que haga Disertación de Tesis, el que va a hacer complexivo haga los dos cursos, era lo más lógico; sin embargo, la Universidad decidió que todos hacen todo. Ahí se cogió de los cursos optativos esos dos cursos y se los puso

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1 y 2. Están dadas las dos cosas. Sin embargo, en el interior de la Escuela creemos que debemos incentivar la tesis. Porque es una buena experiencia y el estudiante investigando y escribiendo es donde se forma. El hecho de tener que escribir la tesis ya te exige, y a la larga tú vas a escribir informes, trabajos, y esa es tu vida. Es una buena enseñanza la tesis y la investigación también, porque esa es nuestra línea. Los 4 semestres de taller te refuerza eso. Nosotros queremos mantener la tesis, la otra opción está, pero no la recomendamos. No podemos decir que no porque está en el reglamento.

¿Ya ha habido algún caso de examen complexivo?

No todavía, nadie. Ahorita cuando acaben el 2, de la gente que está regularmente siguiendo, podría pedir. Ahí, todavía tenemos que hacer el banco de preguntas. Ahorita los que están cogiendo titulación I y II, de los antiquísimos, esos son porque la ley estableció que la gente que acabó la malla hasta el 2008 se gradúa con examen complexivo. Se les dio ya una posibilidad que terminó en el 2015. Por eso han visto gente que ha vuelto a los 20, 30 años a graduarse con examen complexivo. Veamos cómo les va, pero ellos tienen solo esa opción y tienen hasta mayo del 2016.

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DE LO ESPECIALIZADO A LO ABARCATIVO: REFLEXIONES

SOBRE METODOLOGÍAS Y ANÁLISIS COMPLEMENTARIOS EN

LA PRÁCTICA ARQUEOLÓGICA. Falcón R. Isaac

Introducción

En general, gracias al uso cada vez más frecuente de tecnologías especializadas aplicadas al trabajo arqueológico, existe una tendencia por apegarse a una sola metodología y sube el riesgo a no considerar datos adicionales que se podrían obtener mediante la implementación de técnicas de investigación alternativas que son capaces de aportar en gran medida a cualquier tema en desarrollo. Este problema, como demostraré en este ensayo, se refleja en estudios de lítica donde hay una notable diferencia en resultados y procedimientos, entre los estudios de tecnología y estudios de composición química del material.

En el presente trabajo, ejemplificaremos este problema de metodología en un tema que ha sido  tratado  por  varios  autores  como  es  “El  aprovisionamiento, distribución y comercio interregional de la obsidiana en el Ecuador prehispánico”   (Burger,   et   al.   1994),   donde  revisaremos los aportes que tenemos hasta el momento sobre el tema y se demostrará que una investigación que integre en su metodología varios análisis de diversos campos, podría sernos de mucha utilidad en nuestra comprensión del pasado.

Metodologías complementarias

En el análisis que hace Burger, et al. (1994) sobre el rol desempeñado por el comercio interregional del Ecuador, en

8 XRF: Fluorescencia de rayos x

este caso, se lo realiza a través del estudio de artefactos de obsidiana procedentes de sitios arqueológicos de diversas partes del país (p.e. El Inga, Cueva de Chobshi) y lo que se quiere lograr, básicamente, mediante el análisis de XRF y NAA8, es fijar unas localidades geográficas de las principales fuentes de obsidiana que estarían siendo extraídas para su distribución, principalmente en la zona norte del Ecuador, para así debatir o comprobar los modelos etnohistóricos que podrían ser utilizados para sugerir que existió un comercio de productos no locales, incluyendo obsidiana; este comercio habría iniciado durante la prehistoria ecuatoriana (p.e. Bray 2005) (Burger, et al. 1994: 228, 234).

El interés del intercambio a larga distancia se sustenta en demostrar las semejanzas culturales que pudieron tener los grupos poblacionales involucrados en los procesos, por lo cual, es imprescindible vislumbrar la existencia de nodos independientes poseedores de recursos, los cuales estarían siendo parte de grandes redes de intercambio que se abastecen de productos inalcanzables a poblaciones que por su medio ambiente, no tendrían acceso a dichos bienes. Por supuesto, y en esto coincidimos con el estudio de Burger y colegas, los estudios de obsidiana no son por sí solos indicadores para la evaluación del intercambio a larga distancia, pero nos pueden llevar a datos importantes que nos permitan intuir algunas características que nos den mejor entendimiento sobre las redes de intercambio, y aquí añadimos que, varias metodologías aplicadas a un mismo

NAA: Análisis de activación de neutrones

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artefacto, podrían servirnos como varios puntos de vista que aportan datos valiosos para el tema de interés.

El estudio de Burger, et al. (1994) concluye que las fuentes principales de adquisición de obsidiana pertenecen a los flujos de Mullumica y Yanaurco-Quiscatola9 ubicadas al este a varios kilómetros de Quito, de hecho, las investigaciones realizadas obtuvieron un 96% de procedencia de dichas fuentes.

Ahora, ¿qué aportes tenemos de esta metodología de investigación?, ciertamente sabemos con exactitud de dónde proviene la materia prima de la cual tenemos una constancia material, pero tenemos dificultades al intuir el procedimiento de extracción y distribución a todos los rincones del Ecuador, y de hecho ese es un tema que podría ser mejor entendido (con metodologías complementarias) en el artículo de Burger, et al. (1994) cuando trata sobre el aprovisionamiento de obsidiana en el centro-sur del Ecuador. En este momento cabe preguntarnos ¿qué otros datos podríamos obtener para avanzar nuestro entendimiento?, en este sentido, aunque tenemos datos sobre la procedencia de la obsidiana, se abren posibilidades que con un único análisis no podemos asegurar, como por ejemplo: ¿de qué manera entendemos la importancia de los mindalaes sobre el aprovisionamiento de obsidiana? ¿O qué datos en el registro arqueológico obtendríamos en caso de tener redes de redistribución a nivel cacical? Es problemático porque quizá tenemos posibilidades de mayor importancia aún sin comprobar. En contra partida, podemos tomar el ejemplo de Hirth (2008), quien contempla varias formas de hacerse con este 9 Fuentes muy cercanas entre sí, que son indistinguibles

en los análisis químicos por lo cual han sido entendidas

material analizando la evidencia que tiene disponible. Según Hirth (2008), en su caso de estudio se pueden inferir siete estrategias de abastecimiento de materia prima resumidas en tres categorías básicas: abastecimiento directo, abastecimiento indirecto que involucra comerciantes especializados o artesanos itinerantes y abastecimiento institucional que implica alguna interferencia del estado. Para estos resultados y posibles análisis, en el trabajo se efectuaron de nuevo estudios de NAA para identificar la procedencia del lugar y así determinar de qué fuentes y cuántas fuentes están utilizando los talleres de obsidiana en Xochicalco, México. Además se realizaron estudios tecnológicos de desecho para entender en qué condiciones llegó la obsidiana a los contextos artesanales (Hirth 2008: 435-436). La importancia de estos estudios a nivel tecnológico, básicamente recae en que las diferentes formas de adquisición de recursos afecta el número de herramientas que podemos encontrar en cualquier sitio, por lo tanto, tendrán una estrecha relación con los desechos de talla lítica (que solemos despreciar en el registro arqueológico), que permiten reconstruir el ritmo y las etapas de las actividades de fabricación. Además, las diferencias tecnológicas de las herramientas de obsidiana de cada región son un equivalente distintivo del sistema de distribución de obsidiana que refleja las relaciones socioeconómicas que involucran la extracción de materias prima, su transformación en herramientas, su distribución (cualquiera que fuera el método) y su consumo. Así por ejemplo, una adquisición de materia prima por artesanos

por los estudios arqueológicos como una sola fuente de obsidiana.

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itinerantes significaría menor volumen de materia prima en los contextos de producción porque este método de abastecimiento implica núcleos de obsidiana parcialmente utilizados que no muestra nada más que el contacto indirecto entre la zona original de extracción y la zona de trabajo. O por citar otro ejemplo, la adquisición institucionalizada de la materia prima se reflejaría en el contexto arqueológico con menor presencia de muestras diversas en las herramientas, mientas que una adquisición independiente se reflejaría para nosotros con la presencia de mayor variedad de herramientas, varias fuentes de adquisición y menor cantidad de materia prima por tratarse de una sola unidad artesanal (Hirth 2008: 443-444). Con respecto a la arqueología experimental, también podemos categorizarla dentro de los aportes y la importancia del estudio tecnológico. Aquí el análisis de la tecnología se presenta de suma importancia para el reconocimiento de las sociedades y materiales con las que éstas modifican su entorno (Velázquez Castro, et al. 2006: 22). De esta manera, las herramientas recuperadas del registro arqueológico podrían mostrarnos comportamientos, actitudes y conocimientos transmitidos por la gente (Schiffer 1992 en Velázquez Castro, et al. 2006). Gracias a esta metodología se pueden llegar a conocer los procesos técnicos, conocidos también  como  “cadenas  de  operación”,  que  básicamente son las varias decisiones que puede tomar un artesano de acuerdo a sus condiciones socio-ambientales (Lemonnier 1986 en Velázquez Castro, et al. 2006). En aspectos más visibles y muchos más específicos de los análisis tecnológicos, también podemos intuir una construcción social que se refleja en el estilo tecnológico que podría abarcar desde principios de

organización hasta aspectos de carácter ideológico (Stark 1999 en Velázquez Castro, et al. 2006). Entonces, podríamos pensar que la arqueología experimental, como metodología, se presenta ante una investigación de este carácter como una herramienta que infiere a los indicadores directos de producción comprendidos entre herramientas, desechos de manufactura, piezas descartadas y por sobre todo, piezas terminadas. En este último componente debemos decir que la arqueología experimental comprende a estas herramientas particularmente empleadas en una tarea en específico que debe producir rasgos diferenciales entre sí, por lo que gracias al análisis y caracterización de los procesos y las huellas producidas por las herramientas creadas por nosotros y encontradas en el registro arqueológico, podemos realizar una comparación en la cual podamos descartar técnicas no convencionales y proponer unas con mayor grado de plausibilidad (Velázquez Castro, et al. 2006: 22-24). Los aportes que podemos destacar de esta práctica es que se ha podido llegar a una aproximación de los materiales que se usaron, los cuales pueden ayudarnos a entender qué materia prefirieron sobre otra, o qué materia prima fue tecnológicamente más conveniente para trabajar; además, de estos aportes podemos inferir un tiempo estimado que toma hacer los materiales de interés, datos que permiten determinar si existe una especialización, y a partir de ahí, confirmar o descartar cierta complejidad en la organización social; por supuesto, la metodología que proponemos no está exenta de críticas por lo que no pensamos es la realidad misma, sino más bien una aproximación al pasado susceptible de modificaciones. Como punto adicional, es necesario mencionar que en caso que se escoja esta metodología, se deberá pensar bien en los materiales que se va a usar (de

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preferencia materiales que pudieron usar la gente de nuestro estudio) que vendrá acompañado de una descripción detallada del modo de trabajo. Conclusión De ninguna manera hemos pretendido quitarle la categoría al trabajo de Burger, et al. (1994), ya que pensamos que se aproxima de una manera eficaz al intercambio de larga distancia en el Ecuador prehispánico; nuestro objetivo ha sido más bien tomar este trabajo como ejemplo y demostrar que hay otros métodos que pueden ser combinados con el análisis de composición química para avanzar en nuestro entendimiento del movimiento y utilización de materia prima y bienes. Si bien el artículo mencionado ha llegado a conclusiones que abarcan más allá de la procedencia de materia prima en el Ecuador, sus argumentos muchas veces podrían ser más detallados si son combinados con otras metodologías que ofrecen otros tipos de datos relacionados. La propuesta es la de usar varios puntos de vista que nos permitan descubrir un fenómeno desde varias perspectivas, utilizar metodologías adecuadas que se complementen y den más información al estudio que estamos proponiendo; así, tal vez, en mi opinión, podemos evitar, como dicen Burger y colegas (1994: 229), la tiranía de la analogía etnohistórica. Agradecimiento Este artículo no se hubiera podido concluir sin las valiosas observaciones y comentarios del M.A Eric Dyrdahl, profesor de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador

Bibliografía: Bray, T. L. (2005). Multi-Ethnic Settlement

and Interregional Exchange in Pimampiro, Ecuador. Journal of Field Archaeology, Vol. 30, No. 2, pp. 119-141

Burger, R. L., et al. (1994). An initial consideration of obsidian procurement and exchange in prehispanic Ecuador. Latin American Antiquity, Vol. 5, No. 3, pp. 228-255.

Hirth, K. G. (2008). The economy of supply: modeling obsidian procurement and craft provisioning at a Central Mexican urban center. . Latin American Antiquity, Vol. 19, No. 4, pp. 435-457.

Lemonnier, P., (1986). The Study of Material Culture Today. Towards an Anthropology of Technical Systems. Journal of Anthropological Archaeology, Vol. 5, pp. 147-186.

Schiffer, M. B., (1992). Technological Perspectives on Behavioral Change; Tucson & Londres: University of Arizona Press.

Stark, M., (1999). Social Dimensions of Technical Choice in Kalinga Ceramic Tradition. In: Material Meanings (Chilton, E., ed.): pp. 24–43; Salt Lake City: University of Utah Press.

Velázquez Castro, A. M., et al. (2006). Análisis de las huellas de manufactura del material malacológico de Tumbes, Perú. . Bulletin de l'Institut français d'études andines, Vol. 35, No. 1, pp. 21-35.

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En la Comunidad de Pulinguí, es muy frecuente por las tardes, ver a niños de corta edad volver con sus rebaños de alpacas, borregos y vacas

Se dice que los "Apus" o dioses tutelares como el Chimborazo proveen a las poblaciones de agua, abundancia de cultivos y rebaños de animales. Alpaca café posando en el Chimborazo.

Fotografías: Isaac Falcón Revelo Fecha: Julio 2015

Rebaño de alpacas volviendo de "pastar", atrás el Chimborazo respetado por todos los habitantes de las

cercanías.

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Talahua-Provincia de Bolivar, Diciembre, 2014.

Mercado de fruta (Simiatug-Provincia de Bolivar). Diciembre, 2014

Grima y Zuca Chicaiza y su hija, Darío Toscano y Nina Reyes, en la cosecha de papas. (Talahua-Provincia de

Bolivar). Diciembre, 2014.

Fotografías: Darío Toscano

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BREVES APUNTES SOBRE LA SITUACIÓN DEL ABORTO EN ECUADOR

Karla García

Buscaba en todas las farmacias de Quito, norte, centro y sur. No me querían vender, en otras en serio no había, no sabían qué

era. Yo no entraba a pedir, entraba mi mejor amigo, él me protegía muchísimo, decía que no quería que me discriminen

porque él escuchó todo lo que le dijeron en las  farmacias…  (Testimonio)

El aborto, comprendido como la interrupción voluntaria del embarazo, está atravesado por diferentes esferas y problemáticas sociales. En el país, esta práctica está penalizada en la mayoría de circunstancias, excepto en dos casos; el primero es permitido si peligra la vida o salud de la mujer embarazada, en el segundo caso, si ha existido violencia sexual a una mujer que padezca de discapacidad mental10. Esto está estipulado en la última redacción de la constitución (2014), lo cual no ha tenido grandes cambios desde el primer código penal (183711), en donde también existe el pronunciamiento sobre la penalidad hacia la provocación del aborto12.

10http://tbinternet.ohchr.org/Treaties/CEDAW/Shared%20Documents/ECU/INT_CEDAW_ARL_ECU_18950_S.pdf 11 Registro Auténtico 1837 de 14-abr.-1837. Tomado de: www.silec.com 12 En el aspecto legal de este tema, es interesante notar 2 cosas puntuales: primero que los cambios realizados en todas las constituciones y códigos penales en el Ecuador, han sido referentes al lenguaje con el que se expresan, (por ejemplo en el último código se cambió el término

Pese a la existencia de estas leyes, se estima que en el país se realizan aproximadamente 95.000 abortos al año, de los cuales sólo 200 son legales, además existen 330 muertes maternas por cada 100.000 abortos. Se considera que las muertes maternas se deben a las pésimas condiciones físicas y salubres en que las mujeres interrumpen sus embarazos.

El tema del aborto ha generado una fuerte discusión en el país, pues las distintas posiciones sociales, económicas, culturales, y religiosas, de los habitantes, han provocado disputas y enfrentamientos. La problemática de este asunto refleja otros conflictos sociales, que están muy inmersos en el país, como las diferencias de clase, de etnias, de género; dentro de esto se pueden nombrar problemas más específicos referentes a esta temática: acceso a educación sexual, a métodos anticonceptivos, a estrategias de planificación familiar, violencia intrafamiliar, violencia de género, entre otros.

Más allá de las cifras, las situaciones reales por las que atraviesan mujeres y hombres que deciden interrumpir el embarazo, generan confusiones y dramas que, en algunos casos, implican la muerte de mujeres o serios traumas físicos y psicológicos. Esta es la razón por la que varios colectivos han

“demente   o   idiota”,   por   “discapacidad   mental”)   y   en  menor medida sobre el número de años y condicionales que existen; en segundo lugar, cabe notar que pese a que en toda la vida republicana de este Estado ha estado presente la penalización, en los actos reales no se han sentenciado a personas por la infracción de esta ley, salvo pocos casos que tienen más que ver con violencia física o sexual, en donde el aborto ha sido una consecuencia.

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planteado al aborto como un problema de salud pública.

Como manifesté anteriormente, las situaciones económicas, culturales, y religiosas, principalmente, definen el camino a seguir de las mujeres que piensan en interrumpir sus embarazos. En primer lugar es necesario aclarar que los abortos no tienen una sola razón de ser, sino que los motivos provienen de distintos lugares, y con distintas quejas, ya sea la precariedad económica, la falta de recursos (afectivos, materiales), la corta edad en que las parejas se embarazan, la condena social de embarazo prematrimonial, entre otros.

En el momento mismo de la interrupción del embarazo se hacen visibles las discrepancias económicas, pues esto es un limitante para las mujeres que no cuentan con recursos ni contactos de doctores u organizaciones que realicen estas intervenciones clandestinamente. Dado que el aborto es ilegal, los medicamentos que se usan no son de libre venta al público, y por supuesto, no existen clínicas u hospitales que hagan estos procedimientos. Sin embargo, no por esto dejan de existir ventas de cytotec13, o que existan clínicas obstétricas clandestinas; sino, que al contrario, se pueden encontrar ventas informales (la mayoría mediante sitios virtuales), o farmacias que lucran de la ilegalidad14. El resultado de esto es que aquellas mujeres que no tienen el dinero que les piden, prolonguen sus embarazos hasta encontrar el medicamento y con esto, aumenten la posibilidad de complicaciones 13 “El  Misoprostol   (Cytotec)   es   una   prostaglandina   que  actúa sobre el útero causando contracciones y, con esto, la expulsión de los contenidos del útero. Este efecto es exactamente igual que un aborto espontáneo, los tratamientos, riesgos de complicaciones y síntomas de un aborto inducido con Misoprostol son los mismos que los de un aborto espontáneo de un embarazo con el mismo

médicas; o, que, finalmente se introduzcan objetos como alambres o ingieran sustancias como alcohol, cloro, vitamina C, etc.

La variable cultural es un factor muy importante en esta problemática, pues los significados que las personas otorgan a sus cuerpos varían mucho. En este sentido, se debe nombrar que el aborto no sería el problema central, sino más bien un desencadenante de otros entramados más profundos relacionados a la sexualidad. Uno de estos, con fuerte incidencia en el tema del aborto, respecto a los métodos anticonceptivos, según Rivadeneira (2007),

La falta de conocimiento de métodos anticonceptivos es mayor en el área rural (40,9%), en la población indígena (62,8%), en mujeres sin instrucción (48,3%), en las del nivel económico más bajo (39,8%) y cuando la edad a la primera relación sexual es menor a los quince años (36,1%). Además, de las mujeres de 15 a 49 años de edad en riesgo de embarazo no planeado, sólo el 66.7% conocen al menos un método anticonceptivo (Ibíd.)

Por otro lado, el conocimiento (cierto o no) que tienen las personas sobre métodos anticonceptivos tiene que ver con cosas que han escuchado o con percepciones personales. El anticonceptivo utilizado

tiempo   de   gestación.”  (http://jovenesdespenalizacionaborto.wordpress.com/cytotec/) 14 Varios testimonios explican que el precio de las pastillas es bastante irregular, dependiendo del expendedor. Así, por ejemplo, una sola pastilla puede llegar a costar $70, aunque el precio real sea de 50 centavos de dólar.

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depende en gran parte de la edad y género. Así, por ejemplo, en los últimos años se ha registrado mayor uso de anticonceptivos por parte de las mujeres, siendo la esterilización femenina el más usado. Además la inyección y el implante son los más utilizados, reduciéndose el uso de pastillas, el dispositivo intrauterino (DIU) y método del ritmo15. Otras estadísticas mostraron que en el 2012, se recibieron 1.415 consultas por vasectomías, frente a 247.153 consultas por dispositivos intrauterinos16. Las cifras descritas aquí proporcionan ciertos datos generales para entender la existencia de una visión cultural sobre la distinción de género al momento de decidir quién utiliza el anticonceptivo en la pareja, siendo así que las mujeres optan por métodos más regulares y de larga duración, mientras que en los hombres preponderan los condones. Este es un factor interesante, pues pese a que los hombres siempre tienen fertilidad biológica (a diferencia de las mujeres que pueden ser fértiles durante 5-6 días de sus ciclos menstruales), es sobre ellas que se concentra la responsabilidad de procreación.

El peso que tiene la conformación de relaciones afectivas sexuales aún tiene mucha importancia en el momento de la planificación, pues el sentido cultural que se otorga a las relaciones sexuales fuera del matrimonio o de una relación seria, disminuye la posibilidad de que hombres y mujeres se acerquen a instituciones médicas a preguntar por métodos anticonceptivos. Un 15 http://www.ecuadorencifras.gob.ec/msp-e-inec-presentan-resultados-de-demografia-y-salud-sexual-y-reproductiva/ 16 http://www.eluniverso.com/noticias/2015/02/13/nota/4553201/mezcla-sexo-estadisticas-presento-inec 17 Este programa nació después de los debates en torno al tema de los derechos sexuales planteados en el país, y en la coyuntura de las distintas conferencias

claro ejemplo de esto se da en los embarazos adolescentes, pues el estigma que existe, provoca que los jóvenes tengan miedo a las respuestas que puedan obtener de doctores, enfermeras, farmacéuticos, u otras personas en general. Cabe resaltar que esto cambia dependiendo de la posición social, áreas rurales/urbanas, nivel de educación, etc.

La religión, por otro lado, juega un papel trascendental en este tema, pues la mayoría de la población ecuatoriana pertenece al catolicismo/cristianismo, convirtiéndose sus doctrinas en normas culturales. En el Ecuador se propuso hace un siglo el establecimiento del estado laico, sin embargo, en la práctica se maneja de distinta forma. Por ejemplo, en lo que respecta a educación sexual, se puede notar que desde el surgimiento de algunas políticas de control demográfico y con el reciente enfoque sobre la importancia del manejo de la sexualidad en los ciudadanos, el Estado ha direccionado algunos programas, así, a finales de la década de los 90 apareció el Programa Nacional de la Educación sexual y el Amor17, que pretendía llegar a todos los estudiantes de niveles primarios y secundarios, con una orientación   al   “amor”,   que   contenía   una  carga moral-religiosa. Luego, aparecería ENIPLA18, a inicios del siglo XXI, que buscó ser una herramienta más holística, pues conectaba los planos de la salud, la educación y la economía; además se trató de que el enfoque estuviese alejado de preceptos morales. Sin embargo, en los

internacionales sobre la población, e interés en la reducción de tasas de natalidad. Este plan estuvo dirigido por el Ministerio de Educación. 18 Estrategia Nacional Intersectorial de Planificación Familiar y Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENIPLA). A cargo del plan estuvieron: Ministerio de Salud Pública, de Educación, de Inclusión Económica y Social, con la coordinación del Ministerio Coordinador de Desarrollo Social.

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últimos años el poder ejecutivo determinó que esta estrategia pasaría a manos de una nueva organización, llamada Plan Familia19, en donde se buscaría que la sexualidad retome los valores, justamente de la familia.

En el país se han dado propuestas de institucionalizar la educación sexual, sin embargo hay que observar detenidamente desde dónde y hacía qué apuntan. En este sentido, también se han registrado varios inconvenientes, entre ellos que los textos y materiales entregados por parte del Estado a las diferentes instituciones educativas no han tenido una real incidencia, pues en varios casos puntuales es discutible el contenido mismo de los libros, qué carga de valores morales tienen, y si es que permiten los diálogos integrales sobre sexualidad, o si más bien continúan con estereotipos raciales/de género/clasistas, además de ver la logística que manejan las distintas instituciones después de tener textos guías en los planteles educativos (Costales, 2011).

El embarazo en edades o momentos inadecuados genera problemas para las parejas o mujeres que no desean tener hijos porque cambiaría sus proyectos de vida (educación, conformación familiar), provocándose un aborto. La ilegalidad y la condena social que existe en el país hacia esta práctica, provocan muchos imaginarios sobre la forma en que se lo realizan las mujeres, además de la situación post aborto, pues existe un relacionamiento directo del aborto clandestino con la culpa. Sin embargo, los dolores físicos y psicológicos que puedan tener las mujeres tras este proceso dependen del contexto socio cultural en que se encuentran, ya que la sociedad 19 Sobre este plan aún no ha habido pronunciamientos oficiales sobre sus objetivos o estrategias para el campo de la sexualidad.

misma se encarga de juzgar y castigar este acto.

La culpa que se supone existe tras el proceso del aborto no es un sentimiento implícito en el individuo, sino que más bien es provocado por el medio social en que se encuentra, incluso existiendo una auto provocación de éste, mediante el cual la mujer u hombre puede  sentirse  parte  de  la  “normalidad”20. En este sentido, cabe mencionar que en un plano físico, los hombres no retienen tantos recuerdos sobre el procedimiento del aborto, pero cuando se hace referencia al plano afectivo, sí se revelan una serie de sentimientos retenidos, que casi siempre tienen que ver con la culpa.

En este pequeño artículo se ha tratado de presentar aspectos puntuales que giran en torno al tratamiento del aborto en el país. De lo dicho hasta aquí, se puede decir que lo que sucede alrededor de esta problemática va más allá del simple acto de la interrupción del embarazo, sino que cae en cuestiones más profundas referentes a la sexualidad, que en este contexto socio cultural aun refleja cuestionamientos y confusiones sobre un correcto direccionamiento por parte de las Instituciones públicas, lo cual está motivado por un entramado social en donde persisten los tabús. En este sentido, la maternidad y las relaciones sociales que giran en torno a la reproducción social están ancladas a una percepción romántica sobre la mujer como madre, y sobre el niño como esperanza de vida; conectadas fuertemente a una ideología religiosa católica/cristiana. Esto, por otro lado, se conecta con las diferencias de género, de clase y etnias, que pese a que no se manifiestan por sí mismas, pueden ser

20 La información obtenida para esta afirmación está basada en un trabajo de campo realizado en el año 2014.

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encontradas en las prácticas reales de las personas. Como punto final, no se puede hace caso omiso de la presencia de varias instituciones (públicas y privadas), las cuales han provocado una incidencia tanto en las percepciones de las personas sobre su sexualidad, como en las políticas que han modificado, en mayor o menor medida, el tratamiento de la maternidad y de la planificación familiar.

Bibliografía:

Costales, María Alexandra (2011) Sexualidad educada: discursos de educación sexual desde el colegio y el Estado. FLACSO. Ecuador.

Ministerio de Salud Pública (2013) Diagnóstico y tratamiento del aborto Espontáneo, incompleto, diferido y recurrente. Quito.

CÓDIGO ORGÁNICO INTEGRAL PENAL (2014) Registro Oficial. No.1 Año 180.

Expediente 109, Registro Oficial 319, 16 de noviembre de 1999

Expediente 452, Registro Oficial 232, 13 de julio de 1999

Registro Oficial 123, 19 de Julio del 2000.

Expediente 37, Registro Oficial 94, 2 de Junio del 2003

Expediente 896, Registro Oficial Suplemento 28, 24 de Julio del 2013

http://educacion.gob.ec/enipla/

http://www.ecuadorencifras.gob.ec

http://www.eluniverso.com/noticias/2015/02/13/nota/4553201/mezcla-sexo-estadisticas-presento-inec

http://jovenesdespenalizacionaborto.wordpress.com

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EDUCACIÓN DEMOCRÁTICA,

HABITUS E IMAGINARIOS URBANOS

Darío Toscano

El modelo educativo actual se encuentra en gran medida propuesto a transmitir las ideologías y parámetros políticos y filosóficos, ideados por el pensador norteamericano John Dewey (1960, 1963). La educación democrática, tal como se la ha denominado, es una postura que por medio de los aparatos educativos escolarizados y formales, procura inculcar en los individuos una serie de modos, concepciones y proyectos de vida basados en valores como: la honradez, el respeto, igualdad, tolerancia y principalmente la democracia, como un mecanismo que permitiría construir sociedades en donde reine la paz social y la convivencia armónica entre quienes la conforman por medio del dialogo, la negociación y el consenso.

Sin embargo, en un entorno social en donde la distribución asimétrica de los recursos se presenta como característica estructural y elemento intrínseco que determinan su desenvolvimiento, dividiendo a la población en diferentes estratos jerárquicos según el espacio y el rol que cumplen en la sociedad, la intención de la educación democrática resulta ser distorsionada y reinterpretada por parte de los grupos a quienes se las ha expuesto, acoplándola con coherencia a los elementos preexistentes de su realidad, una realidad que, en nuestro caso, se ve además configurada por las condicionantes del estilo de vida que requisita el espacio urbano. De esta manera, los conceptos democráticos pasan a formar parte de los discursos de

clase, que legitiman y perduran las interacciones sociales de desiguales condiciones para la producción y acumulación de capital, en el ambiente citadino.

El presente ensayo busca evidenciar los mecanismos que dan paso a este proceso, referenciando y analizando un caso de estudio comparativo, realizado en la ciudad de Quito con una institución educativa pública y una privada, a partir de los conceptos de habitus (Bourdieu, 1967, 2002, 2008), e imaginarios urbanos (Silva, 2005; Pintos, 1995).

En cuanto a los albores de la educación, vale mencionar que la paralela influencia de las ideologías de la Revolución Francesa y el naciente sistema capitalista devenido de la Revolución Industrial, promovió la oferta del servicio de educación escolarizada y el establecimiento de centros de enseñanza para las clases obreras, principalmente en Europa y Estados Unidos, durante el siglo XIX. El modelo educativo de ese entonces, se encontraba determinado por la filosofía positivista de autores como Kant, Commte y Spencer, y del naturalismo empirista, fuertemente influenciado por las teorías evolucionistas de Darwin. A finales del siglo XIX, estos paradigmas tradicionales fueron fuertemente cuestionados por los movimientos anti positivistas, quienes promovian una educación donde tambien se otorgue importancia al desarrollo de la subjetividad del individuo (Campillo, 1959; Codignola, 1964).

El trabajo de John Dewey (1960, 1963) parte del interés por solucionar las aparentes contradicciones entre ambas teorías, eliminar este dualismo y unificarlas a través

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de los resultados empíricos que puedan ofrecer, de manera que los saberes adquiridos por los estudiantes, no solamente les permitan aprender del mundo, sino a vivir en él en armonía a partir del aprendizaje práctico.

El autor afirma que, cuando un individuo reside en un ambiente donde sus necesidades psicológicas innatas por explorar, construir y expresarse se ven respetadas, estimuladas y encaminadas por medio de los conocimientos científicos y subjetivos, que lo lleven a constituir una sensación de satisfacción tanto de sí mismo como de su interacción con la sociedad, éste crea fuertes vínculos de paz, respeto, correspondencia, tolerancia con su comunidad, de manera que se siente a gusto al convivir a partir de estos preceptos y tiene la intención de divulgarlos. El germen de estos vínculos, explica, deben fundarse y ejecutarse, inicialmente, en el seno familiar y ser continuados a nivel escolar, presentando al estudiante, un entorno coherente y armónico, en donde la trilogía educativa que se conforma, tire hacia un mismo y consensuado fin (Ibíd.).

La militancia de Dewey lo lleva a presentar estos postulados como material para la formulación de políticas concernientes a garantizar los principios que pregona la democracia y los derechos humanos, los cuales fueron bien recibidos en estos ámbitos de gobierno, debido a que prometían algo que los estados democráticos han perseguido desde su formación: la constitución de una sociedad en donde prime la igualdad, justicia y libertad (Bode, 1958). De esta manera, se establece que los centros educativos se conviertan en espacios para la transmisión de los principios políticos democráticos como elemento primordial dentro de los procesos de endoculturización para dictar las pautas

de socialización en las sociedades modernas, con el fin de corregir y solucionar los males que aquejan a las mismas.

Entre las principales expectativas de la escolarización propuesta por la filosofía democrática, se ha determinado que la educación es un requisito indispensable para el desarrollo de una sociedad equitativa, pues posibilita el acceso al mercado laboral formal y profesionalizado, que es el mayor aparato para la distribución de riqueza; además, se considera que los individuos marginados del sistema escolarizado, encuentran limitadas sus posibilidades del ejercicio pleno de sus derechos y participación en los procesos democráticos (López , 2005), lo que debilita su condición de ciudadanos y por tanto, la producción y cumplimiento de un proyecto de vida dentro de los parámetros socio cultural y políticamente preestablecidos. Por esto, el interés de los estados por garantizar el acceso de toda la población al servicio escolar.

Frente a ello, Spindler sostiene que si bien los mecanismos de presión social, periodos de discontinuidad y crisis ritual, y procesos de ¨reclutar y mantener¨, que ejerce el sistema educativo moderno sobre la población estudiantil, en efecto cumplen con el objetivo de sumergir al humano novicio en las reglas del juego cultural, asegurando tanto la supervivencia y perduración de sus modos de vida como del individuo, también advierte que la constitución del espacio escolar se ha instaurado como un ambiente artificial, ritual y aislado de las pautas y particularidades de la sociedad circundante. Enajenar al individuo de la experiencia social empírica, termina creando quiebres generacionales y culturales, dado que la persona está siendo preparada para desenvolverse en una realidad que,

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virtualmente, no existe (Spindler, 1987; Franzé, 2005).

Mientras que los preceptos políticos democráticos pretenden transmitir sus ideales de justicia, igualdad, libertad y tolerancia a la población general por medio del sistema educativo escolarizado, fuera de las aulas de clase, los parámetros estructurales de existencia social están diseñados para promover y mantener la división y jerarquización de individuos, así como las desiguales oportunidades de acceso a recursos y riqueza. Una situación que no debería resultar novedosa.

Desde los albores educativos en la época de Platón y hasta antes de la Revolución Industrial, la educación formal era una competencia explícitamente exclusiva de las minorías dominantes y gobernantes, donde se enseñaba política, economía, filosofía, arte, el comercio, entre otras asignaturas. Mientras que el resto de la población, transmitían sus mecanismos de supervivencia, familiar y comunalmente, en cuanto a labores y oficios referidos al primer sector de la economía. Una vez que se establece el modelo de producción basado en la industria, que conllevó la formación del bloque proletario por medio de la migración rural-urbana, se volvió necesaria la creación de la educación formal pública que se encarga de aleccionar a los ex campesinos para realizar las nuevas labores productivas, determinando el establecimiento y constitución de los modos de vida requisitados por el espacio citadino (Abaggnano, 1964; Chateau, 1950; Salvat, 1983; Sunkel, 1980).

En este sentido, puede evidenciarse que históricamente, la educación ha cumplido la función de divisor y delimitador, más que de

unificador social. La específica y previamente determinada distribución de roles que se le asigna a cada grupo humano en el marco de la sociedad, radica en el tipo de conocimientos y habilidades que se le transmite, para realizar una labor en particular. No obstante, resulta imprescindible aclarar que no es el aparato educativo per se el que se encarga de la selección y repartimiento de dichos roles, sino que éste se inmiscuye, se adapta y pasa a formar parte de las dinámicas de un sistema de relaciones y vínculos subyacentes ya existentes, constituidos a partir de la diferenciación y la jerarquización. Condicionantes que en nuestro contexto cronológico, resultan propias del modo de producción capitalista manifestado en las urbes, una característica sobre la cual, los discursos políticos e ideologías democráticas, no han tenido alcance para interferir, al menos, no a nivel más allá del abstracto.

Una afirmación que reluce al momento en que se constatan las reglas de juego tácitas que se encuentran mediando y significando los sentidos, existencias y modos de vida de la población involucrada en esta cuestión, volviéndose más notorias en una sociedad en estado de subdesarrollo, donde se han acentuado y demarcado con mayor claridad las diferencias en su población. Las teorías del habitus y de los imaginarios urbanos nos ofrecen un marco teórico apto para la ejecución de esta tarea.

Bourdieu (2002, 2008) explica que el habitus se refiere a la existencia de una subjetividad socializada y colectiva, un sentir común, que está fundado y consolidado por medio de la relación de un capital cultural y un espacio social. Funciona como una estructura estructurante que opera en los sistemas

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clasificatorios, principios de visión y división, de gustos diferentes, distingue entre lo malo y lo bueno, lo bonito y lo feo, lo distinguido y lo vulgar (Ibíd.).

Manifiesta que el habitus se ve expresado en el consumo de prácticas y bienes que están asociados con las diferentes clases socio económicas, lo que denomina, consumo cultural. Este se expresa en la oposición según el volumen del capital, estableciéndose   como   “distinguidos”  compuestos de facciones tanto de capital económico como cultural, y los consumos considerados   como   “vulgares”   de   fácil  acceso y comunes. Estos primeros, que se caracterizan por consumos exclusivos, destinados a la depuración del sentido del gusto, el desarrollo cognitivo, se consideran a sí mismos como superiores y, debido a sus características, se constituyen en el grupo dominante de la sociedad. Mientras que los segundos, frecuentan consumos de supervivencia, labores anotadas al esfuerzo físico más que mental, son considerados como inferiores, por los distinguidos. De esta manera, cada uno de los tipos de productos, prácticas y servicios se encuentran ¨enclasados¨, que se refiere, a que se los relaciona como consumos exclusivos o propios, de una clase social o grupo en particular (Ibíd., 2002).

Las sociedades capitalistas modernas establecen una serie de parámetros sobre los cuales los individuos inmersos, forjan y expresan un estilo de vida dentro de los límites que el sistema les faculta, donde sus características de clase solamente les permite apreciar una porción de la realidad. Por su parte, el espacio urbano, el escenario donde se dan cita estos procesos es, a su vez, parte del aparato que imprime en los sujetos,

modos y percepciones de existencia acorde al estrato que ocupan socialmente.

Iniciamos con una breve analogía que nos permite comprender lo esencial respecto a cómo operan los imaginarios urbanos. Entre el término ¨casa¨ y ¨hogar¨, que si bien pueden ser empleados como sinónimos, existe una diferencia importante, la cual radica en que la primera simplemente se refiere a un espacio físico que cuenta con las características necesarias para ser habitado, mientras que la segunda pretende una alusión a la existencia de relaciones humanas familiares o amistosas, satisfactorias y armónicas, basados en normas de convivencia cumplidas y promovidas adecuadamente por todos los que habitan un espacio físico común. Lo mismo sucede entre los conceptos de ciudad y urbe.

Silva (2008) manifiesta que a partir de los sentidos, los individuos somos capaces de crear y habitar un mundo que no goza de espacio material, sino que existe estructurado como modelos mentales de uno mismo y de los otros, que se generan a partir de las experiencias sensitivas individuales de los sujetos que ocupan la ciudad.

Esta subjetividad se encuentra mediando el contacto de la persona con el espacio y con los otros habitantes, creando particulares percepciones acerca de la realidad y las formas de actuar ante ella. El momento en que estas apreciaciones se convierten en una sensibilidad colectiva, el grupo que la posea crea una ideología comunal y de allí un paradigma para comprender y dar sentido al entorno. Las diferentes formas de aprehender la realidad, se convierten en elementos identitarios, que significan la realidad y presentan al individuo las pautas para desenvolverse en el espacio urbano, las

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cuales se ven resaltadas el momento del contacto y comparación con aquellos que no compartan los mismos modelos de existencia, formándose divisiones sociales (Ibíd.).

De la permanente pugna de modos de ocupar el espacio entre los diversos grupos conformados, que están necesariamente destinados a convivir, surgen órdenes y parámetros generales que garantizan un cierto nivel de comunicación y convivencia, sin embargo, dado que nos referimos a sociedades jerarquizadas, dichos órdenes son dictaminados, principalmente, a partir de los imaginarios de los grupos dominantes, denominados de ¨élite¨ por el autor. Con ello se refiere a un conjunto privilegiado de la sociedad que se percibe a sí mismo y se presenta como un modelo de ciudadano, y a su modo de vida, como el ideal de cómo se debe habitar las ciudades, el cual, debido al manejo de su discurso hegemónico, se plasma sobre los entornos públicos, a través de, por ejemplo, medios de comunicación, la arquitectura, el arte, etc. (Silva, 2008).

Pintos (1995, 1995), plantea a los imaginarios como mecanismos invisibles que motivan a que el orden manifestado sea visto como algo natural, estableciendo a la dominación implícita como algo legítimo y aceptado. Expone que la interacción social es como un juego en el que cada individuo cumple un rol particular en la dinámica lúdica, conoce bien las reglas a ser cumplidas, si no quiere ser sancionado, socializándose e imponiéndose una organización social, que no es considerada como una transgresión a la libertad de las personas, sino simplemente como una dinámica que se presenta como la más coherente, única y obvia. Los imaginarios sociales se convierten en sistemas de

identificación e integración social, desde donde los individuos se apropian y reconocen ciertas expresiones culturales como de propiedad exclusiva, proporcionando a su vez un marco que le permita explicarse los fundamentos de su forma de actuar consigo mismo y con los demás (Ibíd.).

Es decir, tanto por los parámetros existenciales determinados por el capital y consumo cultural expresado por medio del habitus, como por los códigos de existencia imaginada y socialmente legitimada dentro de los espacios urbanos, los individuos configuran y determinan los parámetros de vida en coherencia con los elementos que lo posicionan en una clase social que cumple un rol específico para el desenvolvimiento y perduración de la sociedad jerarquizada urbana. Esto, tal como lo han expresado los autores en cuestión, se ejecuta a nivel inconsciente, por lo que los individuos inmersos en las redes sociales que operan bajo estas normas, las naturalizan y transmiten como parte de los aprendizajes necesarios para habitar la realidad particular en la que cada grupo humano se desenvuelve.

Esto significa que, las ideologías y posturas de la educación democrática, a pesar de promover la igualdad, justicia y libertad, necesariamente van a ser aprehendidas y reinterpretadas, para adaptarse para volverse parte de los discursos y prácticas que generan los habitus de clase e imaginarios urbanos, como parte de los mecanismos del orden y establecimiento de normas sociales hegemónicas.

Dado que el habitus (Bourdieu, 2002; 2008) funciona como un mediador que determina los gustos e intereses de los individuos,

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mientras que los imaginarios urbanos (Silva, 2008; Pintos, 1995), lo condicionan para desarrollar sensaciones de comodidad e identificación con un grupo humano y en un espacio físico en especial, la trilogía educativa (a la que se refiere Dewey, 1960), que se constituye como los actores directos del proceso educativo, van a transmitirle al estudiante todos aquellos significados, imaginarios, gustos y apreciaciones que le inyectan sentido a la realidad específica que lo circunda, para que pueda perdurarse en ella.

En un estudio cualitativo y comparativo realizado en el 201321, entre una institución pública y una privada, de educación primaria en la ciudad de Quito, se pudo constatar los discursos de clase e imaginarios existentes, siendo parte de los conocimientos que eran transmitidos a los estudiantes como elemento indispensable de su formación académica, influenciando desde la infancia sus futuras aspiraciones laborales. Todo ello, sin embargo, enmarcado dentro de los ideales, filosofías y decretos en cuanto a política educativa, resultantes de los postulados sobre educación democrática de Dewey (Ibíd.) aplicados a los siguientes contextos:

La escuela pública ¨RB¨ se caracteriza por acoger una población mayoritariamente de membresía étnica indígena, mestiza y afro descendiente, que proviene de familias usualmente monoparentales, en donde era usual encontrar considerables problemas de desestructura familiar, de abuso físico, sexual y emocional, frecuente consumo de alcohol y sustancias psicotrópicas. En general, habitan zonas marginales de la 21 Toscano, Darío (2015). Los imaginarios urbanos sobre la educación primaria desde los actores educativos al norte de Quito desde el 2006. PUCE. Quito

ciudad (desprovistas de servicios básicos, líneas de transporte, vigilancia policial, etc.). Debido a que el mayor porcentaje de los representantes de los estudiantes se encuentran en estado de analfabetismo total o funcional, sus labores económicas giran en torno al trabajo informal, venta ambulante, conserjería, guardianía, servicio doméstico, reciclaje y, en ciertos casos, mendigaje y actividades ilícitas. Un alto margen de asistentes a esta institución son indígenas que recientemente han migrado del campo a la ciudad, quienes como parte de sus modos de vida, basan su organización interna en el trabajo comunitario de la familia ampliada, por lo que es una obligación que los miembros, de toda edad, participen en las actividades económicas. Esto suele repercutir en su desempeño académico, en la alta tasa de deserción escolar y el retraso etario del estudiante, además de que en el espacio urbano, el trabajo infantil es considerado una forma de explotación sancionada por la ley, lo que les acarrea permanentes conflictos con las fuerzas del orden.

En cuanto a los docentes, la mayoría poseen título de bachillerato en enseñanza y unos pocos, han cursado estudios universitarios. Su gestión, presupuesto, materiales de trabajo, infraestructura y tipo de metodologías de enseñanza, está regido por las normas establecidas por el magisterio. Además de sus deberes profesionales, se hacen responsables de una serie de ámbitos formativos ajenos a su labor específica con sus estudiantes, como es dar apoyo psicológico y emocional, procurarles hábitos de higiene y alimentación, etc. Transmiten

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los valores y filosofía democrática, no obstante, conciben que la educación no es una herramienta indispensable para la supervivencia pero si muy útil, pues permite acceder a una mejor.

Por su parte, la institución privada ¨UP¨, ofrece su servicio a familias frecuentemente biparentales, de membresía étnica blanco mestizo. Tanto padres como madres generalmente son profesionales que cuentan con estudios universitarios de diversas especialidades. Su organización interna se caracteriza por girar en torno a la familia nuclear y la responsabilidad por realizar actividades productivas radica en los adultos, por lo que es común que asuman una alta carga horaria laboral, alejándolos del ámbito doméstico y de la interacción con sus hijos. Los infantes, ocupan su tiempo posterior al escolar, en actividades extracurriculares, tareas dirigidas, cursos y talleres deportivos y artísticos u otras actividades que pueden costearse, así como también bajo la supervisión de terceros en casa, o simplemente pasan tiempo solos distraídos por medio de variadas tecnologías que ofrecen entretenimiento lúdico o interacción social cibernética. Habitan zonas céntricas de la urbe o espacios de auto segregación que cuentan con todos los servicios básicos.

En cuanto a los educadores, todos cuentan con títulos de 3er y 4to nivel en asignaturas que los vuelve especialistas para realizar una labor en específico, lo que desde un principio los facultó para poder postular por un trabajo en una institución privada. La gestión interna del establecimiento es solo parcialmente dictada por las normas ministeriales, de manera que tienen la libertad de, primeramente, escoger a los individuos que desean que formen parte del personal docente o administrativo, según el servicio

que quieran ofertar o exijan sus usuarios. Así como también de disponer del presupuesto económico para la adquisición de materiales didácticos, equipos, infraestructura, etc. Además de pregonar con la filosofía propia de la institución, los docentes también lo hacen con las ideologías democráticas, resaltando lo indispensable que es la preparación académica para poder sobrevivir y mantener el estilo de vida que ya ostentan.

El momento en que se realizó una comparación entre ambos entornos educativos a partir de las teorias antes mencionadas para avistar la aplicación y desarrollo de los principios de la educación democrática, se pudieron constatar ciertas diferencias y semejanzas que exponen los fundamentos y parámetros internos con los que estos grupos han construido sus modos de vida y su forma de entender la realidad.

En primer lugar, ambos coincidieron en que nuestra sociedad se enfrenta a una crisis de valores, originada por una evidente desintegración familiar. Esto conlleva problemas a varios niveles, pero el principal en este caso es que la trilogía educativa (padres/madres-escuela-estudiante) de la que habla Dewey (1960; 1963) como la relación fundamental que garantiza la apropiada concepción y desarrollo de todas las habilidades y facultades, objetivas y subjetivas, que deben constar en el ser democrático para construir una sociedad armónica, no se está dando de la manera adecuada. Por una parte, los docentes aseguran que existe una falta de coordinación y consenso entre la escuela y el hogar del estudiante, respecto a los conocimientos y hábitos que deberían transmitírsele. Contraparte, los representantes afirman que sus exigencias laborales particulares y características

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familiares, simplemente no les permiten cumplir con lo que los maestros/as requieren de ellos, planteando que dichas peticiones deberían ser competencias suplidas por la institución educativa. Inmerso en estas contradicciones y pugnas, el estudiante no aprende ni en el entorno doméstico ni en el escolar, a experimentar y vivir en sí, la filosofía democrática que promueve el diálogo, el llegar a acuerdos y la convivencia armónica. Spindler (1987), ya advertía esta clase de situaciones, cuando afirma que las normas y reglas escolares son ajenas al entorno cultural que le rodea, lo que inevitablemente, tarde o temprano, resulta en conflictos.

Así pues, nos percatamos que los supuestos roles que cada uno de los miembros de la triología educativa, se encuentran deslimitados y distorsionados respecto a lo que la teoría de Dewey (1960) postula. Sin embargo, las adecuaciones que han sufrido estos roles, se diferencian entre los vislumbrados entre ambas instituciones y no fueron dados al azar, sino siguiendo los paradigmas que sus condiciones de clase determinan.

Una de las características del habitus (Bourdieu, 2002; 2008), es marcar los principios que configuran los gustos y la elección. En nuestro caso, los esquemas de selección de una institución pública o privada para educar a un infante, radica en los intereses de clase y de consumo enclasado, en los que quieren inmiscuir a sus descendientes, impregnándoles de sus respectivos habitus. Los que eligen la educación privada buscarían identificarse con los denominados ¨distinguidos¨, y los de la pública, con los ¨vulgares¨. El servicio educativo en cuestión, entonces, mantiene una coherencia con el modo de vida y

particularidades que encarna a cada uno de estos grupos opuestos complementarios.

Tal como era de esperarse de un sistema basado en las jerarquización, los roles de la trilogía educativa vienen a mostrar jerarquías en cuanto al rol de los miembros que la conforman. En los ¨distinguidos¨, se percata que el rango superior lo ocupan los representantes de los estudiantes, por una razón en particular. Estos individuos han logrado un ventajoso nivel económico gracias a su situación laboral, alcanzada por su previo desempeño académico, de manera que conocen de primera mano el sistema escolar, y tienen muy en claro qué es lo que buscan del servicio educativo y cómo quieren que sea ejecutado. El dinero que poseen les da la libertad de escoger el establecimiento que cumpla con sus requisitos y exigencias, los cuales se encuentran determinados por las idealizaciones de Dewey (1960, 1963), respecto a que el estudiante debe ser potenciado tanto en su constitución psicológica y afectiva, tanto como cognitiva para formar un individuo democrático, y, le añaden, exitoso.

En esta dinámica, a través de las características y destrezas adquiridas por el estudiante, los representantes evalúan la labor del docente, sintiendose satisfechos por sus éxitos, así como reclamando sus falencias. Finalmente, el profesorado tiene que acomodarse y complacer, independientemente de las responsabilidades y limites que determinan en sí su profesión, a las peticiones de aquellos a quienes oferta su servicio, para no perderlos como clientes.

En cuanto a los ¨vulgares¨, se observa una dinámica de jerarquías totalmente distinta. El puesto de mando lo ocupa el magisterio, que

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es el que determina el tipo de educación que va a perpetrarse y las formas de hacerlo, así como los materiales y presupuestos para ello. El docente tiene que necesariamente hacerse a las condiciones impuestas, sin embargo, para garantizar el éxito integral de su labor, se ve obligado a no solamente dedicarse a la educación de los infantes, sino tambien, de los representantes de éstos.

Dado que hablamos de población mayoritariamente rural e indígena, caracterizada en párrafos anteriores, además de los discursos democráticos, los docentes también se enfocan en ¨corregir¨ y cambiar ciertas prácticas frecuentes en este grupo, como lo son: el trabajo infantil, embarazo prematuro, procrear un número exagerado de descendientes y métodos anticonceptivos, normas de higiene, vestimenta y alimentación, formas de castigar, el rol de la mujer en cuanto a su dependencia económica con su pareja, etc. Los padres-madres de familia analfabetas totales o funcionales, quienes no suelen tener en claro las competencias del servicio educativo, aceptan los consejos ofrecidos y tratan de adaptarlos a su vida diaria, agradeciendo la ayuda e interés que reciben o, por otro lado, rehusándose a que el docente se inmiscuya en los ámbitos personales.

La institución pública se vuelve un aparato ¨urbanizador¨ de población migrante del campo, en donde se promueven las normas urbanas de convivencia, a todos los miembros de la familia, para poder asegurarles una apropiada inmersión en las dinámicas que impone la ciudad. Los docentes, se convierten en los agentes que les presentan los imaginarios urbanos a sus estudiantes y familias, a manera de un filtro, de una serie de requerimientos, que éstos

deben cumplir para poder formar parte armónica de la ciudad.

De manera general, se busca promover un ideal de estilo de vida, que se logra por medio de que los infantes tengan una buena alimentación, desarrollo psicológico y cognitivo apropiado, que se mantengan lejos de las actividades productivas y cerca de las recreativas, cuiden de su higiene; mientras que los padres/madres deben buscar un trabajo fijo y estable, tener un número reducido de hijos/as, de manera que puedan destinar más dinero al desarrollo de cada uno de ellos, etc.

De aquí, podemos sacar dos ideas importantes respecto a la aplicación de la filosofia democrática y del funcionamiento de la trilogía educativa en nuestro entorno. Primeramente, que no es coincidencia que el tipo de individuo idealizado y perseguido por los docentes de la escuela pública, tenga tantas semejanzas con los miembros que pertenece al grupo de los distinguidos, o como los denominan los imaginarios urbanos, los de élite. Silva (2008) y Bourdieu (2002), dejan muy en claro que los grupos dominantes se presentan como seres que encarnan las virtudes, dones y características, que los vuelven un modelo para la sociedad. Modelo, que luego va a tratar de ser recreado por aquellos que no poseen dichas particularidades y presentado como un permanente ¨deber ser¨. Y en segundo lugar, el rol que cumplen los infantes dentro de la trilogía y del estilo de vida de su grupo, es diferente, en cuanto a que los ¨distinguidos¨ son vistos como objetos de inversión, mientras que los ¨vulgares¨ son productores.

El objetivo intrínseco de la educación privada, en este sentido, es el de ofrecer un

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servicio en donde todas las áreas, necesidades y capacidades al infante sean satisfechas y potenciadas al máximo, lo cual, se supone, garantizaría un desarrollo personal y académico que le permita mantenerse dentro de su clase social por medio de los consumos culturales alcanzados anteriormente, por estos mismos medios. Todo el dinero invertido en su educación y actividades complementarias, lo llevaría a alcanzar el esperado nivel económico, el cual, a su vez, en determinado momento, deberá volver a invertir en la próxima generación, manteniendo el modus vivendi de su familia y el rol que ocupa en la sociedad. Por ello, dentro del discurso manejado diariamente por los docentes y representantes de los estudiantes, se hace hincapié en que éstos últimos reciben todas las atenciones posibles para que puedan volverse personas exitosas. El ¨éxito¨, se convierte en el deber ser de los estudiantes distinguidos, de manera que sus futuras elecciones laborales, necesariamente se verán abocadas hacia aquellas actividades que se enmarquen dentro de los parámetros de lo que sería una persona exitosa y que le permita mantenerse inmerso en los grupos de élite.

Mientras que la educación pública con la que nos encontramos, está al tanto de todas las dificultades que identifica su gestión, tanto por las limitaciones y normativas impuestas por el magisterio, como por las características de la población a la que sirven. En este contexto, los docentes conciben que sus estudiantes difícilmente podrán convertirse en el modelo de personas ¨exitosas¨ que manejan los grupos de élite, pues no disponen de las condiciones para ello. De manera que enfocan sus esfuerzos en transmitir ideales de superación.

Se parte de la premisa que estas familias ocupan los estratos más bajos dentro de la jerarquización urbana, por lo que el rol del estudiante se basa en superar las adversidades que lo han posicionado en ese estrato, y escalar un par de peldaños en la estructura social por medio de seguir, lo mejor que pueda, con los parámetros establecidos, en nuestro caso, por los imaginarios urbanos. Envolverse y obedecer los esquemas y reglas que median las relaciones humanas dentro del entorno ciudad, aumentarían sus posibilidades de alcanzar ciertas metas, tales como un trabajo formal, su cumplimento al sistema tributario y el seguro social, etc.

Mientras que al estudiante de la institución privada, se le estaría educando para recrear y mantener las prácticas que han ubicado a los miembros del personal docente y su familia en el grupo de los distinguidos o de élite, el alumno de la escuela pública se lo expone a un quiebre de sentidos y normas existenciales, dado que el establecimiento de enseñanza desligitima y trata de eliminar ciertos rasgos característicos propios de su familia y antecedentes histórico-culturales, y reemplazarlos con aquellos que si bien son parámetros establecidos por los imaginarios urbanos, son códigos ajenos a su cultura.

A manera de conclusión, podemos comentar que a pesar de que los postulados y políticas públicas que se han generado a partir de las teorizaciones democráticas, no han logrado, al menos no aún, los fines propuestos, el camino para lograr los principios de igualdad, justicia y libertad, no se consigue a partir de idealizaciones impuestas a un grupo cultural, sino que estas deben nacer del seno mismo de la sociedad. No obstante, plantear dichos conceptos sienta un precedente y una base sobre la cual se puede experimentar,

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para que en un proceso gradual de ensayo-error, se puedan medir los logros y errores perpetrados.

Tratar de plasmar una misma ideología y metodología para trabajar con un grupo numeroso, daría por sentado que este es social, religioso, histórico, económico y políticamente homogeneo, cararcterística dificil de encontrar en sociedades que poseen un bagaje histórico y una población tan diversa, como la nuestra. En un contexto de estas particularidades, los objetivos y metodologías de una propuesta ideológica educativa, debe probar su validez de manera empírica a nivel micro poblacional, manteniendo una coherencia aprehensible con los códigos culturales que la preceden.

A pesar de que los roles de la trilogía educativa y las características estructurales de la sociedad actual no permitan que los preceptos de la filosofía democrática se cumplan, en un sentido ontológico, los individuos creen que la filosofía democrática les permitirá crear una comunidad armónica, ofrece a todos un camino a seguir y la esperanza de que la construcción de un mundo de justicia e igualdad, es posible. Quizás en ello radica la importancia y logro más sustancial de los postulados democráticos.

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ÍNDICE

ETNOGRAFÍA DE UNA JODA: BAPUS BAR ………………………………………….…  1 Sebastián Mosquera ENTREVISTA A CRISTÓBAL LANDÁZURI ………………………..………...………... 5 DE LO ESPECIALIZADO A LO ABARCATIVO: REFLEXIONES SOBRE METODOLOGÍAS Y ANÁLISIS COMPLEMENTARIOS EN LA PRÁCTICA ARQUEOLÓGICA ...…………………………………………………………………..…  13 Falcón R. Isaac FOTOGRAFÍAS …………………………………………………………………………….. 17

BREVES APUNTES SOBRE LA SITUACIÓN DEL ABORTO EN ECUADOR ........... 19

Karla García

EDUCACIÓN DEMOCRÁTICA, HABITUS E IMAGINARIOS URBANOS ………... 24 Darío Toscano