Pobre y sin la culpa

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POBRE Y SIN LA CULPA Me llamo Mark. Tengo 10 años. Todos los días estoy teniendo que aguantar las discusiones de mis padres. No tenía nadie con quien desahogarme. Ni con la almohada porque dormía en el suelo, ni con el perro porque no había dinero para comprar uno. Una noche mientras intentaba dormir mientras escuchaba las fuertes discusiones de sus padres, se frotaba sus ojos llorosos. Se estaba achuchando con una alfombra del suelo. Se hartó. Sus tímpanos le explotaban. No quería aguantar más esas situaciones. Decidió abrir la puerta con sigilo y se fue de casa. Durmió en un banco de la calle San Marcos. Allí vivía Fernando, su mejor amigo. ÉL abrió la puerta, y se dirigió a su amigo. Le pregunto: -¿Quieres dormir esta noche en mi casa? Mark sin ninguna duda ni temblor en la boca afirmo con la cabeza mientras su nariz se ponía roja. Esa noche fue la mejor de su vida. Le contó lo sucedido con sus padres. Hubo risas, sollozos, incluso su amigo Fernando se compadeció de Mark. A la mañana siguiente, fue a dar un paseo por el bosque. Se vio reflejado en un río de por allí cerca. Solo veía a un niño pobre y sin la culpa. Pero de repente esa imagen cambió por la de u niño alegre. A la hora de comer, Mark regreso a casa. Llegando a la casa de su amigo, Mark se paró a pensar un momento y decidió que ya era hora de volver a casa. Llamo al timbre de su casa. Al cuarto timbrazo, abrió la puerta un hombre trajeado y una mujer muy elegante. No se lo podía creer eran sus padres. Mark no lo dudo y corrió a abrazarlos. Entonces Mark dijo: -Hola -Pero donde estabas.- dijo su madre… -En casa de Fernando. Contestó Mark. -Vale. Dijo su madre mientras le abrazaba.

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POBRE Y SIN LA CULPAMe llamo Mark. Tengo 10 años. Todos los días estoy teniendo que aguantar las discusiones de mis padres. No tenía nadie con quien desahogarme. Ni con la almohada porque dormía en el suelo, ni con el perro porque no había dinero para comprar uno. Una noche mientras intentaba dormir mientras escuchaba las fuertes discusiones de sus padres, se frotaba sus ojos llorosos. Se estaba achuchando con una alfombra del suelo. Se hartó. Sus tímpanos le explotaban. No quería aguantar más esas situaciones. Decidió abrir la puerta con sigilo y se fue de casa. Durmió en un banco de la calle San Marcos. Allí vivía Fernando, su mejor amigo. ÉL abrió la puerta, y se dirigió a su amigo. Le pregunto:

-¿Quieres dormir esta noche en mi casa?

Mark sin ninguna duda ni temblor en la boca afirmo con la cabeza mientras su nariz se ponía roja. Esa noche fue la mejor de su vida. Le contó lo sucedido con sus padres. Hubo risas, sollozos, incluso su amigo Fernando se compadeció de Mark. A la mañana siguiente, fue a dar un paseo por el bosque. Se vio reflejado en un río de por allí cerca. Solo veía a un niño pobre y sin la culpa. Pero de repente esa imagen cambió por la de u niño alegre. A la hora de comer, Mark regreso a casa. Llegando a la casa de su amigo, Mark se paró a pensar un momento y decidió que ya era hora de volver a casa. Llamo al timbre de su casa. Al cuarto timbrazo, abrió la puerta un hombre trajeado y una mujer muy elegante. No se lo podía creer eran sus padres. Mark no lo dudo y corrió a abrazarlos. Entonces Mark dijo:

-Hola

-Pero donde estabas.- dijo su madre…

-En casa de Fernando. Contestó Mark.

-Vale. Dijo su madre mientras le abrazaba.

Esa misma noche, cenaron como si no hubiera ocurrido nada. Cuando se fue a su cuarto para dormir, algo había cambiado. En el centro en vez de aquella alfombra, había una cama, y en la pared, en vez de haber una lamparita para darle calor a la habitación, había un radiador. Se puso tan feliz que fue a celebrarlo con sus padres, pero cuando llego a su habitación los encontró durmiendo en el suelo. Cuando volvió a la habitación, se frotó los ojos y volvió a mirar y se dijo tengo los mejores padres del mundo.

Escooby doo.