Poble Sec. La pequeña Babel barcelonesa

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18 L BARCELONA POBLE SEC: LA PEQUEÑA BABEL BARCELONESA POBLE SEC: LITTLE BABEL IN BARCELONA Ubicado en la ladera oeste de la montaña de Montjuïc, Poble Sec es un vivero multicultural donde el pasado se mezcla más que nunca con el presente. El contraste es el motor con el que se levanta el barrio cada día. Y le hace funcionar. texto Paula A. Ruiz fotos Roc Canals Escultura cubo Plaza de 2 de Mayo Escultura cubo Plaza de 2 de Mayo

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Reportaje sobre el barrio de Poble Sec (Barcelona), para el número 1 de la revista Ling, de la compañía aérea Vueling. Reportaje de portada. (Atención: los pies de foto son falsos).

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BARCELONA

Poble Sec: la Pequeña babel barceloneSaPobLe Sec: LittLe babeL in barceLona Ubicado en la ladera oeste de la montaña de Montjuïc, Poble Sec es un vivero multicultural donde el pasado se mezcla más que nunca con el presente. El contraste es el motor con el que se levanta el barrio cada día. Y le hace funcionar.texto Paula A. Ruiz fotos Roc Canals

Escultura cuboPlaza de 2 de Mayo

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Quimet QuimetPoeta Cabanyes, 25

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En la calle Poeta Cabanyes, donde nació el noi del Poble Sec, Joan Manuel Serrat, la música que sale de una peluquería portorriqueña interrumpe el sosiego de la siesta. Dentro, dos niños presumen de

sus estrenados cortes de pelo: en sus nucas lucen, cortadas casi a navaja, sendas cenefas, peinados dis-tintivos de la comunidad latinoamericana en el barrio. Enfrente, el Quimet Quimet, uno de los locales con más solera de Barcelona –lleva cuatro generaciones sirviendo tapas para todos los bosillos- cierra sus porticones de madera para descansar tras el barullo del mediodía.

Sólo en Poble Sec se da esta confluencia, y a ambos lados de la acera, de tradición y novedad, de pa-sado y porvenir. Ese contraste vendría con sus orígenes. Nacido tras el derribo en 1854 de las murallas medievales que rodeaban la ciudad, en los prolegómenos del plan Cerdà, la ladera oeste de Montjuïc se llenaría de barracas de los recién llegados, atraídos por la falta de mano de obra. Pero, al contrario de lo que sucedía en el resto de Barcelona, cuyos barrios se unificaban racionalmente, Poble Sec se construyó de manera anárquica. No fue hasta 1908 cuando se acordó ordenar su urbanismo, cuando sus calles se convirtieron, además, en nido del movi-miento obrero, cuyo recuerdo pervive incólume en las tres chimeneas del antiguo recinto fabril La Canadenca, a orillas del agitado Paral·lel.

Y es que el barrio siempre ha acogido sin recelos a todo aquel que se instalara en sus verticales calles. Hoy es una de las zonas con mayor índice de habitantes extranjeros de Barcelona. Más del 30 por ciento de sus más de 40.000 residentes provienen de Latinoamerica, Pakistán, Marruecos, Bélgica, Finlandia o China. En la calle Blai, los co-mercios de toda la vida han dejado un hueco a los colmados que te atienden en diferentes idiomas y, al atardecer, cuando el sol se vuelve un reflejo meridiano, esa vía peatonal se transforma en una pequeña Babel. «En Poble Sec hay una mezcla curiosa. Si quieres tranquilidad, en cinco minutos estás en la montaña, mientras que el Paral·lel es un hervidero de vida. Es un barrio muy joven, pero también muy intenso, convivir con tanta gente diferente a veces no es fácil», explica Cristina Cas-tanyo, vecina que, además, trabaja en la zona.

Pero si algo consigue dar un entramado a tanta diferencia es la tradición asociativa del barrio. Agrupados bajo el paraguas de la Coordinadora de Entidades, hasta 85 asociaciones trabajan en la zona: culturales, vecinales, religiosas, depor-tivas..., reflejo del crisol multicultural de Poble Sec. David, del colectivo Enmedio, señala que la integración en el barrio «fue fácil». Enmedio proporciona un espacio de coworking para pro-fesionales de la información y las nuevas tecnolo-gías. «Siempre pensamos en Poble Sec como lugar para instalarnos», dice. «Estamos muy vinculados con la Coordinadora y bastantes vecinos se inte-resan por nuestras actividades. Es bueno, porque gracias a iniciativas como la nuestra y muchas otras no se pierde el movimiento asociativo».

Located on the western slope of Mount Montjuïc, Poble Sec is a multicultural melting pot where the past fuses, more than ever, with the present. Contrast is what this neighbourhood wakes up to every day. And contrast is what makes it work. In Poeta Cabanyes Street, where singer-songwriter Joan Manuel Ser-rat, el noi de Poble Sec, was born, the music emanating from a Puerto-Rican hairdresser’s disturbs the peacefulness of the siesta. Inside two children are showing off their new haircuts: stripes close-shaved into the backs of their necks - the distinctive look of the neighbourhood’s Latin American community. Opposite, Quimet Quimet, one of the most traditional bars in Barcelona (four generations serving tapas to meet every kind of budget) closes its huge wooden doors to rest after the midday rush. Only in Poble Sec, facing each other on either side of the road, do

tradition and novelty, past and future come together in this way. This contrast comes with the very origins of the neighbourhood. Born after the medieval walls surrounding the city were demolished in 1854, in the early stages of the Cerdá Plan, the western slope of Montjuïc filled with slums as new arrivals flocked to the city, attracted by the demand for workers. However, as opposed to what happened in the rest of Barcelo-na, whose neighbourhoods were unified in a rational way, Poble Sec was built in an anarchical manner. It wasn’t until 1908 that an agreement to organise urban development in the area was reached. At this time, its streets also became the hotbed of the labour movement, a reminder of which lives on unscathed in the three chimneys of the old industrial area, La Canadenca, on the banks of the choppy Paral·lel. The thing is that this neighbourhood has never feared to take in anyone

who wished to settle in its vertical streets. Today, it is one of the areas with the highest number of foreign residents in Barcelona. Over 30% of its more than 40,000 residents hail from Latin America, Pakistan, Mor-rocco, Belgium, Finland or China. In Blai Street, the traditional stores have made way for grocers where you can be served in different languages, and at sunset, when the sun itself becomes but a reflection of its midday brightness, this pedestrian street turns into a miniature Babel. “There’s an interesting mix in Poble Sec. If you want calm, in five min-

utes you’re up the mountain, while the Paral·lel is buzzing with life. It’s a neighbourhood with a lot of young people, but it’s also very intense – liv-ing with so many different people, at times, isn’t easy,” explains resident Cristina Castanyo, who also works in the area. If anything provides a framework in the face of so many differences,

then it is neighbourhood’s cooperative tradition. Under the umbrella of the “Groups Coordinator” up to 85 associations work in the area: cul-tural, neighbourhood, religious or sports groups… a reflection of the cultural melting pot that is Poble Sec. David, from a group called Enme-dio, explains that integrating in the neighbourhood «was easy.’ Enmedio provides a space for co-working among IT and new technologies pro-fessionals. “We always thought of Poble Sec as a good place to set up,” he says. “We are closely linked to the Groups Coordinator and many

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Otro ejemplo de esa voluntad vanguardista que no olvida sus raíces es la sala El Molino, uno de los cabarets más míticos de la ciudad, hoy en obras. El nuevo local será «el edificio dedica-do a espectáculos con la tecnología más puntera», como afirma Elvira Vázquez, presidenta de la Fundación El Molino. Su resurgimiento, indica orgullosa, ha tenido lugar gracias al «em-puje de nuestra empresa, de la Coordinadora de Entidades del Ayuntamiento. Ha sido una suma». La inauguración se espera para principios del próximo otoño. Entonces, las aspas del molino que ocupan su fachada volverán a hacer brillar la avenida antes conocida como el Broadway barcelonés, y al Poble Sec ya nada podrá hacerle sombra. Ni tan siquiera las vertiginosas terrazas de la acechante Montjuïc.

neighbours are interested in our activities. It’s good because, thanks to initiatives like ours, the tradition of associations isn’t lost.” Another example of this groundbreaking will which doesn’t forget

its roots is ‘El Molino’, one of the most legendary cabarets in the city, currently being renovated. The renewed premises will be “the per-formance space with the most cutting-edge technology,” according to Elvira Vázquez, president of the El Molino Foundation. Its revival, she explains proudly, has happened thanks to the “our company’s drive and the Council’s Groups Coordinator. It’s been a joint effort.” The opening is planned for early autumn. Then, the windmill sails on the building’s façade will once again bring a shine to the avenue that was known as the Broadway of Barcelona, and nothing will overshadow Poble Sec. Not even the heady terraces of the all-imposing Mount Mountjuïc.

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