plural 16

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E E s s una interrogante sencilla, simple, sin aris- tas pero, cómo es tan certera, tan irreverente, tan necesaria y tan provocadora, sus res- puestas pueden variar en intensidad y conse- cuencias. El universitario, especialmente, aquel que investiga, que practica la curiosidad intelectual, la observación objetiva, precisa y amplia a la vez, sabe que ésta es una pregunta que puede derrumbar castillos e ilusio- nes, pero también puede edificar y clarificar, consolidar el conocimiento. En pocas palabras, es la esencia en palabras de la búsqueda de respues- tas. En esta oportunidad, en nuestro editorial, tenemos una serie de por- qués de los cuales queremos encontrar respuestas desde el seno de la UCV, de nuestra realidad ucevista. Aquí vamos: ¿Por qué tenemos una situación in- aguantable en la UCV, caracterizada por una confrontación eterna entre las autoridades universitarias y el gobierno Nacional, donde nosotros, miembros de esta comunidad, independiente- mente de nuestra posición política, debemos sufrir las consecuencias de tales conflictos? ¿Por qué debemos acatar, seguir y apoyar a una rectora que se coloca en un papel de víctima cada vez que un ministro u otro cual- quier funcionario del gobierno central la denuncia, le pide cuentas claras, y no ejercemos nuestro deber ser, que es el de exigir que la rectora nos aclare lo solicitado? ¿Por qué sentimos que cada semana que pasa en nuestra querida universidad, sale un tufillo cada vez más intenso desde algunas dependencias universitarias, tales como la fundación UCV, la APUCV, el FONJUCV, etc., donde florecen denun- cias del mal manejo de nuestros recursos, denuncias virtuales, televisivas, radiales, y no hay nadie que aclare, que conteste, que se responsabilice, que ayu- de a disipar este olor que nos cubre a todos, quienes no tenemos ni parte ni arte? Por ejemplo: ¿Por qué a la APUCV no se le han pagado los 1.000 millones de Bs. viejos por parte de la Fundación UCV, donde el profesor Mosquera no quiere firmar tal transferencia, después de los compromisos contraídos con la APUCV en diciembre pasado? ¿Por qué la rectora García no actúa si es la responsable directa de la Fundación UCV ante esta situa- ción irregular? ¿Por qué el FONJUCV no ha sido investigado por la universidad, después de tantas denuncias del mal manejo financie- ro de esta dependencia, cuya última denuncia fue dada por el representante profesoral del CU, el profesor Yon Aizpúrua, en una de las sesiones del CU, y las autoridades no mueven un dedo? ¿Porqué debemos aceptar la pérdi- da de nuestros aportes, que son de nuestros bolsillos, maltratados y medios vacíos? ¿Por qué hay profesores opositores de la UCV que dicen públicamente que quieren colaborar con las políticas del gobierno nacional, que la universidad está con el pueblo, pero ponen el grito al cielo cuando saben que los estudian- tes del programa de Medicina Integral Comu- nitaria van a formarse a partir del 14 de junio en los diversos hospitales del país, incluyendo los hospitales universitarios? ¿Por qué debe- mos ir a marchas por pedir presupuestos jus- tos a la UCV, pero ninguno de nosotros partici- pamos en las decisiones de la distribución del presupuesto? ¿Por qué no tenemos derecho a saber los montos y el origen de los ingresos propios que tiene la universidad, nuestra co- munidad, y cómo son repartidos entre las diferentes instancias universitarias? ¿Por qué cada vez, cada cierto tiempo, cuando a las autoridades se les piden cuentas claras, nos sacan la bandera de la autonomía, de los ene- migos internos de la UCV, de las agresiones a la rectora quien se considera “es la UCV”? ¿Por qué más del 85% de la planta profesoral de dedicación exclusiva, incluso algunos con títulos de postgrado, no realizan investi- gación, representando un mal manejo de nuestros recursos humanos de la UCV? ¿Por qué en muchas Escuelas a partir de las 2.00 p.m. no hay un “alma que se la lleve el diablo”, estos profesores de tiem- po completo o dedicación exclusiva están realizando otras labores y muchos de nuestros empleados “agarran datos” y realizan lo mismo? Carajo, ya estamos calientes con tantas preguntas sin res- puestas, pero no podemos terminar sin mencionar estas últimas preguntas: ¿Por qué tenemos que calarnos toda esta situación, dejar nuestras posiciones políticas en otros espacios para exigir aclaratorias y mayor participación en las decisiones de la UCV a nuestras autori- dades, que nos están llevando al precipi- cio, a tirios y a troyanos, y que no es pre- cisamente el gobierno? ¿Por qué no decir: ¡ya basta!, exigimos respeto, no queremos más burlas, más banderas, queremos ver nuestra universidad en mejores niveles académicos, mejor perti- nencia social, mejor transparencia, hasta mejores respuestas políticas para este “rrrrégimen fascista, militarista y fidelis- ta”? N N OTICIAS OTICIAS , , INFORMACIÓN INFORMACIÓN, , NOTAS NOTAS Y Y OTROS OTROS DESDE DESDE EL EL F F RENTE RENTE S S OCIALISTA OCIALISTA U UNIVERSITARIO NIVERSITARIO Caracas, 9 de junio de 2010 PLURAL N° 16 PLURAL Un espacio para disentir y consentir P P OR OR QUÉ QUÉ Vea en Vea en contraportada las contraportada las Noticias del Noticias del Consejo Consejo Universitario Universitario (Noti (Noti - - CU) CU) E E D D I I T T O O R R I I A A L L

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disentir y consentir

Transcript of plural 16

EE s s una interrogante sencilla, simple, sin aris-

tas pero, cómo es tan certera, tan irreverente,

tan necesaria y tan provocadora, sus res-

puestas pueden variar en intensidad y conse-

cuencias. El universitario, especialmente, aquel que

investiga, que practica la curiosidad intelectual, la

observación objetiva, precisa y amplia

a la vez, sabe que ésta es una pregunta

que puede derrumbar castillos e ilusio-

nes, pero también puede edificar y

clarificar, consolidar el conocimiento.

En pocas palabras, es la esencia en

palabras de la búsqueda de respues-

tas. En esta oportunidad, en nuestro

editorial, tenemos una serie de por-qués de los cuales queremos encontrar

respuestas desde el seno de la UCV, de

nuestra realidad ucevista. Aquí vamos:

¿Por qué tenemos una situación in-

aguantable en la UCV, caracterizada

por una confrontación eterna entre las

autoridades universitarias y el gobierno

Nacional, donde nosotros, miembros

de esta comunidad, independiente-

mente de nuestra posición política,

debemos sufrir las consecuencias de

tales conflictos? ¿Por qué debemos

acatar, seguir y apoyar a una rectora

que se coloca en un papel de víctima

cada vez que un ministro u otro cual-

quier funcionario del gobierno central

la denuncia, le pide cuentas claras, y

no ejercemos nuestro deber ser, que es

el de exigir que la rectora nos aclare lo

solicitado? ¿Por qué sentimos que

cada semana que pasa en nuestra

querida universidad, sale un tufillo

cada vez más intenso desde algunas

dependencias universitarias, tales

como la fundación UCV, la APUCV, el

FONJUCV, etc., donde florecen denun-

cias del mal manejo de nuestros recursos, denuncias

virtuales, televisivas, radiales, y no hay nadie que

aclare, que conteste, que se responsabilice, que ayu-

de a disipar este olor que nos cubre a todos,

quienes no tenemos ni parte ni arte? Por

ejemplo: ¿Por qué a la APUCV no se le han

pagado los 1.000 millones de Bs. viejos por

parte de la Fundación UCV, donde el profesor

Mosquera no quiere firmar tal transferencia,

después de los compromisos contraídos con

la APUCV en diciembre pasado? ¿Por qué la

rectora García no actúa si es la responsable

directa de la Fundación UCV ante esta situa-

ción irregular? ¿Por qué el FONJUCV no ha

sido investigado por la universidad, después

de tantas denuncias del mal manejo financie-

ro de esta dependencia, cuya última denuncia

fue dada por el representante profesoral del

CU, el profesor Yon Aizpúrua, en una de las

sesiones del CU, y las autoridades no mueven

un dedo? ¿Porqué debemos aceptar la pérdi-

da de nuestros aportes, que son de nuestros

bolsillos, maltratados y medios vacíos? ¿Por

qué hay profesores opositores de la UCV que

dicen públicamente que quieren colaborar con

las políticas del gobierno nacional, que la

universidad está con el pueblo, pero ponen el

grito al cielo cuando saben que los estudian-

tes del programa de Medicina Integral Comu-

nitaria van a formarse a partir del 14 de junio

en los diversos hospitales del país, incluyendo

los hospitales universitarios? ¿Por qué debe-

mos ir a marchas por pedir presupuestos jus-

tos a la UCV, pero ninguno de nosotros partici-

pamos en las decisiones de la distribución del

presupuesto? ¿Por qué no tenemos derecho a

saber los montos y el origen de los ingresos

propios que tiene la universidad, nuestra co-

munidad, y cómo son repartidos entre las

diferentes instancias universitarias? ¿Por qué

cada vez, cada cierto tiempo, cuando a las

autoridades se les piden cuentas claras, nos

sacan la bandera de la autonomía, de los ene-

migos internos de la UCV, de las agresiones a

la rectora quien se considera “es la UCV”?

¿Por qué más del 85% de la planta profesoral

de dedicación exclusiva, incluso algunos con

títulos de postgrado, no realizan investi-

gación, representando un mal manejo de

nuestros recursos humanos de la UCV?

¿Por qué en muchas Escuelas a partir de

las 2.00 p.m. no hay un “alma que se la lleve el diablo”, estos profesores de tiem-

po completo o dedicación exclusiva

están realizando otras labores y muchos

de nuestros empleados “agarran datos”

y realizan lo mismo? Carajo, ya estamos

calientes con tantas preguntas sin res-

puestas, pero no podemos terminar sin

mencionar estas últimas preguntas: ¿Por

qué tenemos que calarnos toda esta

situación, dejar nuestras posiciones

políticas en otros espacios para exigir

aclaratorias y mayor participación en las

decisiones de la UCV a nuestras autori-

dades, que nos están llevando al precipi-

cio, a tirios y a troyanos, y que no es pre-

cisamente el gobierno? ¿Por qué no

decir: ¡ya basta!, exigimos respeto, no

queremos más burlas, más banderas,

queremos ver nuestra universidad en

mejores niveles académicos, mejor perti-

nencia social, mejor transparencia, hasta

mejores respuestas políticas para este

“rrrrégimen fascista, militarista y fidelis-

ta”?

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Caracas, 9 de junio de 2010

PLURAL N° 16

PLURAL Un espacio para disentir y consentir

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Noticias del Noticias del

Consejo Consejo

Universitario Universitario

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PLURAL N° 16

Comité Editor:

Emma Martínez, Humberto Mendoza, Gregorio Valera

Comité de Redacción

Miguel Alfonzo, Marcelo Alfonzo, Ricardo Molina, Marjorie Cadenas, Venezuela Azabache,

María Consuelo Raddatz

Correo: [email protected]

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SS iguiendo a otros capítulos de esta serie de artículos so-bre nuestra ciencia venezolana en época de revolución, quiero en esta oportunidad compartir con Uds., estima-dos lectoras y lectoras, un tema muy particular al res-

pecto. Me refiero al trabajo de ascenso que se le exige al profe-sor de escalafón en las universidades nacionales. Inicio la diser-tación estableciendo que las categorías profesorales del esca-lafón son una jerarquización organizacional uniforme de las universidades públicas, autónomas y nacionales;n implantadas con la finalidad de ordenar su plataforma de personal dedicado a la investigación, docencia y extensión. La Ley de universida-des vigente le da sustento legal (artículo 89) a este requisito para que el profesor pueda optar a una mayor clasificación y remuneración durante su carrera académica. Además, es una figura que persigue entre otras cosas, la de motivar y propulsar el desarrollo profesional del profesor en el seno universitario. Teóricamente se espera que en este proceso el docente/investigador, eleve y consolide sus conocimientos en su área de trabajo científico y los transmita a sus estudiantes. Un aspecto que quiero mencionar es el de la discusión que exis-te sobre la función de investigación del docente (Peralta. http://rubenperalta.blogia.com/Educación Venezolana (2): El Fraude Universitario). Hay sectores que piensan que la investi-gación es inherente a la naturaleza del cargo de profesor univer-sitario, en consecuencia, todos los docentes deben distribuir su tiempo de trabajo de tal manera que puedan atender, por igual, desde su Departamento o Cátedra, todas las funciones académi-cas (docencia, investigación y extensión). Pero, hay otros que sustentan que la investigación es una función altamente espe-cializada que requiere de un entrenamiento especial y una dedi-cación casi exclusiva de los docentes en los centros e institutos creados para tal fin. Sin embargo, tal como lo establece el Artí-culo 3 de la Ley de Universidades, la universidad esta obligada a desarrollar la actividad investigativa en equilibrio e interacción con las demás funciones académicas. Además, dicha actividad debe estar orientada tanto en función de las necesidades inter-nas de la institución como en consideración a las necesidades del desarrollo económico-social, científico-tecnológico y ecológi-camente sustentable del país, tal como lo plantea el autor. Según datos estadísticos de la OPSU (2003), el nivel académico de los docentes en las universidades venezolanas que existían para ese año, una minoría posee títulos de postgrados. Según la fuente, de 40.609 profesores universitarios, el 76% (31.939) estaba en universidades públicas y sólo 24% (8670) estaba en universidades privadas. El 44% de los docentes sólo poseía li-cenciatura, en tanto 9% restante tenía alguna especialidad y 22% poseía nivel de maestría; sólo 8% de los docentes universi-

tarios poseía doctorado. Mientras que el 7% de los profesores universitarios no poseía título universitario, por lo que se presu-me eran Auxiliares Docentes. En el 2006, la planta profesoral en las universidades nacionales públicas incrementan a 41.488 pro-fesores, y específicamente en la UCV, hay 8627 (OPSU, 2006), manteniendo las tendencias de sus respectivos niveles académi-cos. Pero al entrar en el tópico que nos interesa, el panorama es mucho peor, la mayor parte de esta planta profesoral está atra-sada en el tiempo de sus ascensos. Sólo coloco como ejemplo el siguiente dato: para el año 2003, en la Escuela de Medicina "Luis Razetti" de la UCV, el 90,2 % de los profesores no había ascendi-do a la categoría inmediata superior y sólo el 7,4 % de 472 profe-sores fijos, había alcanzado la categoría de titular, para la fecha del estudio (Aure, C. Gaceta Médica de Caracas. 2003). Aunado a esto, Ruiz (2001) identifica una falta de transparencia en el proce-so de ascenso del personal docente: en muchos casos este proce-so es viciado y de antemano se sabe si el postulante ascenderá o no, dependiendo de sus conexiones con los grupos de poder en la universidad. Para rematar, en el año 2005, el índice de rendi-miento de las universidades nacionales en el PPI (según la rela-ción entre el número de profesores de dedicación exclusiva y tiempo completo y el número de investigadores en el PPI), la UCV reflejaba un índice de 0.28, superado por tres universidades na-cionales: La ULA, LUZ y USB (Vásquez y Orta, 2006), sugiriendo que cerca del 75% de nuestros profesores ucevistas de dedica-ción exclusiva y tiempo completo no entran al PPI por no cubrir los requisitos mínimos exigidos de este sistema de acreditación de la investigación nacional. Estos resultados nos obliga hacernos la siguiente pregunta: ¿Cómo se puede dar docencia en la UCV, si el profesorado no investiga? Es imposible enseñar lo que no se sabe, pero gran parte de los docentes tiene una manera de cum-plir con su trabajo a través del arte de la repetición. Algunos son un poco más conscientes y tratan de mantenerse actualizados asistiendo a congresos y leyendo los trabajos realizados por otros, pero nunca tienen la iniciativa de producir innovación por cuenta propia. Este tipo de docente es abrumadora mayoría en el sistema universitario. La consecuencia de esto es una universidad “docentista” como bien señala el excelente trabajo de Antonio Eblen-Zajjur (Eblen-Zajjur 2001) (http://acta.ivic.ve/52-1/editorial.pdf). Finalmente, ante esta realidad, la comunidad universitaria tiene ante si un gran reto para cumplir con su visión y misión, el de promover a pasos agigantados, con una planificación y adminis-tración eficiente, la investigación en sus profesores. Que no se conformen con “ir” a un laboratorio o espacio académico, cuyo coordinador sea un “pana” y le permita hacer un “trabajito” para ascender, pero contestar a una pregunta o problema que se plan-tea en el tópico en que quiere “investigar”, no es su prioridad. El desarrollar líneas de investigación, el escribir proyectos y some-terlos a las instancias académicas pertinentes para conseguir financiamiento, el incorporar tesistas de pre y postgrados para el desarrollo de los mismos, jamás pasará por sus metas. Si la Uni-versidad no se “pone los pantalones”, será el Estado, ente corres-ponsable que lo hará, escenario que muchos no le encantaría…

PARTE III

LA CIENCIA O ES ÚTIL O ES …VANIDAD LA CIENCIA O ES ÚTIL O ES …VANIDAD Miguel A. AlfonzoMiguel A. Alfonzo

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EELL IIMPERIOMPERIO DELDEL CCONSUMOONSUMO

EEDUARDODUARDO GGALEANOALEANO

PLURAL N° 16

La explosión del consumo en el mundo actual mete más ruido que todas las guerras y arma más alboroto que todos los carnavales. Como dice un viejo proverbio turco, quien bebe a cuenta, se emborracha el doble. La parranda aturde y nubla la mirada; esta gran borrachera univer-sal parece no tener límites en el tiempo ni en el espacio. Pero la cultura de consumo suena mucho, como el tambor, porque está vacía; y a la hora de la verdad, cuando el estrépito cesa y se acaba la fiesta, el borracho des-pierta, solo, acompañado por su sombra y por los platos rotos que debe pagar. La expansión de la demanda choca con las fronteras que le impone el mismo sistema que la genera . El sistema necesita mercados cada vez más abiertos y más amplios, como los pulmones necesitan el aire, y a la vez necesita que anden por los sue-los, como andan, los precios de las materias primas y de la fuerza humana de trabajo. El sistema habla en nombre de todos, a todos dirige sus impe-riosas órdenes de consumo, entre todos difunde la fiebre compradora; pero ni modo: para casi todos esta aventura comienza y termina en la pantalla del televisor. La mayoría, que se endeuda para tener cosas, termina teniendo nada más que deudas para pagar deudas que generan nuevas deudas, y acaba con-sumiendo fantasías que a veces materializa delinquiendo. El derecho al derroche, privilegio de pocos, dice ser la libertad de todos. Dime cuánto consumes y te diré cuánto vales. Esta civilización no deja dormir a las flores ni a las gallinas ni a la gente. En los invernaderos, las flores están sometidas a luz continua, para que crezcan más rápido. En las fábricas de huevos, las gallinas también tienen prohibida la noche. … Un hombre pobre es un pobre hombre. «Cuando no tenés nada, pensás que no valés nada», dice un muchacho en el barrio Villa Fiorito, de Buenos Aires. Y otro comprueba, en la ciudad dominicana de San Francisco de Macorís: «Mis hermanos trabajan para las marcas. Viven comprando etiquetas, y viven sudando la gota gorda para pagar las cuotas». Invisible violencia del mercado: la diversidad es enemiga de la rentabili-dad, y la uniformidad manda. La producción en serie, en escala gigantes-ca, impone en todas partes sus obligatorias pautas de consumo. Esta dictadura de la uniformización obligatoria es más devastadora que cual-quier dictadura del partido único: impone, en el mundo entero, un modo de vida que reproduce a los seres humanos como fotocopias del consumi-dor ejemplar. El consumidor ejemplar es el hombre quieto. … Cuanto más exclusivas, mejor: las cosas te eligen y te salvan del anonimato … El mun-do entero tiende a convertirse en una gran pantalla de televisión, donde las cosas se miran pero no se tocan. Las mercancías en oferta invaden y privatizan los espacios públicos. Las estaciones de autobuses y de trenes, que hasta hace poco eran espacios de encuentro entre personas, se están convirtiendo ahora en espacios de exhibición comercial. El shopping cen-ter, o shopping mall, vidriera de todas las vidrieras, impone su presencia avasallante. Las multitudes acuden, en peregrinación, a este templo ma-yor de las misas del consumo. La mayoría de los devotos contempla, en éxtasis, las cosas que sus bolsillos no pueden pagar, mientras la minoría compradora se somete al bombardeo de la oferta incesante y extenuante. El gentío, que sube y baja por las escaleras mecánicas, viaja por el mundo: los maniquíes visten como en Milán o París y las máquinas suenan como en Chicago, y para ver y oír no es preciso pagar pasaje. Los turistas venidos de los pueblos del interior, o de las ciudades que aún no han merecido estas bendiciones de la felicidad moderna, posan para la foto, al pie de las marcas internacionales más famosas, como antes posa-ban al pie de la estatua del prócer en la plaza. Beatriz Solano ha observa-do que los habitantes de los barrios suburbanos acuden al center, al shop-ping center, como antes acudían al centro. El tradicional paseo del fin de semana al centro de la ciudad, tiende a ser sustituido por la excursión a estos centros urbanos. Lavados y planchados y peinados, vestidos con sus mejores galas, los visitantes vienen a una fiesta donde no son convidados, pero pueden ser mirones. Familias enteras emprenden el viaje en la cápsula espacial que recorre el universo del consumo, donde la estética del mercado ha diseñado un paisaje alucinante de modelos, marcas y etiquetas. La cultura del consumo, cultura de lo efímero, condena todo al desuso mediático. Todo cambia al ritmo vertiginoso de la moda, puesta al servicio de la necesidad de vender. Las cosas envejecen en un parpadeo, para ser

reemplazadas por otras cosas de vida fugaz. Hoy que lo único que permanece es la inseguridad, las mercancías, fabricadas para no durar, resultan tan volátiles como el capital que las financia y el trabajo que las genera. El dinero vuela a la velocidad de la luz: ayer estaba allá, hoy está aquí, mañana quién sabe, y todo trabajador es un des-empleado en potencia. Paradójicamente, los shoppings centers, reinos de la fugacidad, ofrecen la más exito-sa ilusión de seguridad. Ellos resisten fuera del tiempo, sin edad y sin raíz, sin noche y sin día y sin memoria, y existen fuera del espacio, más allá de las turbulencias de la peligrosa realidad del mundo. Los dueños del mundo usan al mundo como si fuera descartable: una mercancía de vida efímera, que se agota como se agotan, a poco de nacer, las imágenes que dispa-ra la ametralladora de la televisión y las modas y los ídolos que la publicidad lanza, sin tregua, al mercado. Pero, ¿a qué otro mundo vamos a mudarnos? ¿Estamos todos obligados a creernos el cuento de que Dios ha vendido el planeta a unas cuantas empresas, porque estando de mal humor decidió privatizar el universo? La sociedad de consumo es una trampa cazabobos. Los que tienen la manija simulan ignorarlo, pero cualquiera que tenga ojos en la cara puede ver que la gran mayoría de la gente consume poco, poquito y nada necesariamente, para garantizar la existencia de la poca naturaleza que nos queda. La injusticia social no es un error a corregir, ni un defecto a superar: es una necesidad esencial. No hay naturaleza capaz de alimentar a un shopping center del tamaño del planeta. Artículo completo en http://www.ecoportal.net/content/view/full/67451

Rubén, Diario Vea, Caracas, 8 de junio de 2010

Página 4 PLURAL N° 16

El berrinche de la niña. Imagínense estimados lectores y lectoras, estamos en la sesión del CNU con más de 60 miembros de las instituciones universitarias del país, con la agenda del día, y de repente se forma una discusión, normal en un cuerpo colegiado, donde hay diferentes visiones, opiniones, etc., y la discusión surge entre el ministro de Educación universita-ria y una rectora, ambos beligerantes, impulsivos y con firmeza ante los planteamientos. Ahora, cuando, se pierde el control, llega la men-cionada académica y empieza a descalificar…el ministro exige el res-peto con dureza y pas! Se sale la Sra de la sesión, y declara en los medios golpistas, perdón, en los medios privados dando su versión, que la agredieron, que la insultaron, que le irrespetaron su condición de rectora y de mujer, que irá a todas las instancias nacionales e in-ternacionales para denunciar este hecho vergonzoso para la mujer venezolana….pues nos recuerda cuando el niño o la niña no se le da algo que desea y da el berrinche para conseguirlo. Quedaron con los crespos hechos. Definitivamente, la Junta direc-tiva de la APUCV no sabe que hacer para que la Fundación de la UCV le pague lo invertido en Universitas (intervenida por el Estado), com-promiso que representa más de 1 millón de Bs.F. Las autoridades rectorales han presionado para que el profesor Mosquera, presidente de la junta directiva de la Fundación UCV firme la transferencia de ese compromiso y el susodicho ha afirmado “que no firma porque va preso!!!”. Esto huele mal, muy mal, y no se hace nada... Duró poco y descubrió mucho. El representante profesoral del CU, el profesor Yon Aizpurua, fue nombrado hace aproximadamente un mes por el CU, miembro de la junta directiva del FONJUCV. A las se-manas, en la sesión del CU de fecha 20-05-10, denuncia que ha en-contrado serias y gravísimas irregularidades que arrastra el Fondo y promete traer un informe escrito de las situaciones encontradas. En la sesión última del CU (03-06-10), en vez de traer el informe, trajo su renuncia ante el FONJUCV. Se le precisó sobre el prometido informe y afirmó que en la próxima semana lo traerá en forma parcial….así será lo que encontró… Llegó la Hojilla al CU!!. Han tenido que tragar duro muchos miem-bros del CU cuando le pasaron por video en la última sesión del CU,

un fragmento del programa de la Hojilla. El vicerrector académico quiso mostrar los supuestos insultos dichos por el ministro Edgardo Ramírez hacia la rectora García, du-

rante la entrevista por Mario Silva. Además, se aprovechó para discutir la gran marcha que hicieron las universidades autónomas, acusando que el gobierno y sus secuaces querían linchar a la rec-tora y su equipo. Estamos llegando al llevadero… El equipo rectoral tiene problemas con sus decanos. ¿Cómo hacer para que su decano favorito no los meta más en proble-mas? Resulta que esta semana en la se-sión del CU (02-06-10) hubo un derecho de palabra de los trabajadores y el SINA-TRA de las dos facultades de Maracay, los cuales expusieron la imposición de un horario de trabajo por par-te de los consejos de facultades y sus decanos, que según los tra-bajadores, les está creando más problemas que solución. Por lo menos, el decano de veterinaria, había propuesto unas mesas de trabajos con las dependencias y su planta laboral para buscar el consenso. Sin embargo, el decano de agronomía, si, el mismo de siempre, no propuso nada, ni diálogo, ni espacios, sino que la decisión del horario es la que tomó el Consejo de Facultad y pun-to. Lo peor es que lo reconfirmó su posición troglodita en la discu-sión en el CU…está sembrando lluvia y va a cosechar tempesta-des, las cuales mojarán al equipo rectoral, con otro conflicto más. Felicitaciones a la comunidad universitaria!. Nos estamos refi-riendo a la que asistió al Foro “La Universidad venezolana en el siglo XXI”, realizado el martes 25 de mayo en la Sala E. Todos pudieron escuchar los planteamientos de los ponentes invitados que gentilmente asistieron y cumplieron, que de acuerdo a sus visiones, aportaron elementos para el debate. Además, los asis-tentes, con una digna actitud universitaria, de dialogo, de partici-pación y respeto por el otro, pudieron lanzar sus preguntas, sus dudas, comentarios, visiones, enriqueciendo a todo el auditorio. El objetivo del colectivo proyecto socialista UCV se cumplió a ca-balidad. Sólo queda, de nuevo, invitarlos al próximo foro que se realizará en el mes de junio sobre el tema del Ingreso a las univer-sidades venezolanas. Queda invitado y asista de nuevo con ese

NOTINOTI--CUCU

EN DO MAYOR

UNA A CERO A FAVOR DE LA BARBARIE

YYOLANDAOLANDA RROJASOJAS UURBINARBINA

querían ayudar. Estaban allí porque tendían la mano a un pueblo sufriente. Estaban allá porque querían que el mundo se percatara de la magnitud de lo que allí pasa desde hace muchos años. Estaban allí para tratar de vencer el chantaje emocional de un gobierno opresor. Y por eso me duelen. Por eso me abruma la tristeza y la impotencia. Me lastima que ese gobierno opresor se siga saliendo con la suya. Me hace sentir vergüenza de la condición huma-na. Y me obliga a gritar a voz en cuello que el TERORISMO DE ESTADO ES TAN CRUEL como cualquier otro. Es tan inútil como cualquier otro. Es tan estúpido como cualquier otro. Pero es más repudiable aún, porque siempre queda impune. Porque siempre habrá un derecho de veto de otro estado terrorista. Siempre contará con ese otro Estado terrorista para que lo aplauda o para que cuando la cosa es demasiado evidente, como esta vez, simplemente les da una palmadita en la espalda y les dice "que lamentan la pérdida de vi-das" mientras los israelíes asegurarán que "sólo se estaban defendiendo". Y uno se pregunta: Pero ¿defendiéndose de qué? ¿defendiéndose de quié-nes? ¿es que creen que somos imbéciles? ¿es que aún creen que todos va-mos a aceptar que el holocausto es una patente de corso para matar, y opri-mir, y despojar de tierras a los vecinos y bloquear al que te molesta y tener bombas atómicas y no permitir que te investiguen y hacer lo que te da la gana y poner y quitar presidentes y apoderarte de los sueños y del futuro de los demás? En fin, que hoy no doy un céntimo por mi corazón esquilmado ante tanto ensa-ñamiento, ante tanta iniquidad, ante tanta maldad humana, ante tanto olvido histórico, ante tanta perversión, ante tanta indiferencia. Porque pasado ma-ñana de esta historia no quedará más que un periódico viejo jugando con el viento de alguna calle solitaria en la que se verá la sombra de un "marine judío" con su potente y desarrollado armamento defendiéndose de una caja de libros diseminados en una cubierta de un desvencijado barco mientras los ojos ansiosos de miles de niños palestinos seguirán alimentando la rabia y la frustración que algún día les convertirá en mártires inútiles de una gue-rra desigual y miserable que ellos no buscaron.

Buenos días, amigos. No sé ustedes, pero yo hoy amanecí cargada de sentimien-tos encontrados. El atropello de las fuerzas israelíes contra una flotilla de ayuda humanitaria rebasa ya mis fuerzas y mi capacidad de comprensión. Seis barcos cargados de armas de destrucción masiva: libros de relatos hechos por ni-ños refugiados por conflictos de otros pueblos, medicinas, plantas para agua potable, materiales de construcción y gente sensible, gente que piensa, gente generosa, gente que antepone su buena voluntad a su seguridad. Eso para los israelíes es más que un peligro: es una amenaza, porque a ellos lo único que los mueve es su propio conflicto: el saberse dueños de nada. El abordaje israelí ocurre en aguas internacionales, es absolutamente brutal, desproporcionado, injusto y causó la muerte de gente inocente. Aún no se sabe cuántos murieron, cuántos están heridos, cuántos secuestrados y cuántos que-darán retenidos ilegalmente en las cárceles israelíes. Mientras tanto, los palesti-nos que malviven en la Franja de Gaza seguirán bloqueados y reducidas a su míni-ma expresión o imposibilitadas totalmente sus necesidades básicas: co-mer, beber, educar a sus hijos, curar sus dolencias, reconstruir sus casas mil ve-ces bombardeadas, sobrevivir, en fin. ¿Y la razón del bloqueo? QUERER SER PALESTINOS. QUERER VIVIR EN SUS ANCESTRALES DOMINIOS. QUERER RECU-PERAR SU HISTORIA MILENARIA. Hoy amanecí rabiosa. Y no me conformo con las tibias manifestaciones de condena que de cualquier parte surgen. Hoy quiero decir que esos seis barcos abatidos y esas diez o diecinueve personas muertas por un comando israelí en aguas internacionales las llevo en el costado. No me impor-tan sus nombres. Ni su condición. Ni sus nacionalidades. Estaban allí porque