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    DEBRUJASASIRENAS:FIGURASDELMAL?

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    EL REGRESO DE LA MUJER MUERTA

    THE RETURN OF THE DEAD WOMAN

    Pilar PedrazaUniversitat de Valncia

    RESUMEN

    Estamos ante una charla sobre la muerta, en femenino, porque en el imaginario occidental moderno la

    figura de la mujer muerta y, sobre todo, la revenante, la que regresa, y sus representaciones ficcionales,est generizada. Se centra especialmente en la Mujer muerta que yace en nuestro interior y encuentra

    las vas para ser representada por el arte y regresar, la revenante que, arrojada de su morada de

    sombras, vuelve una y otra vez, porque los muertos nunca mueren completamente como objeto. Ms

    all de cualquier teora de carcter general, para la autora, lo importante es que la Muerta es en

    realidad inmortal y est plena de una vida siniestra que bulle en la cripta y se desborda. Las figuras que

    adopta en el lenguaje y las imgenes que constituyen su mscara en el arte empusa, lamia, aparecida,

    mujer del cuadro, vampira, resucitada, zombi, son fantasmas de ausencia que emanan de los vivos,

    hijas y madres de tinieblas, avatares de la Muerta que, mal enterrada, vuelve incesantemente.

    Palabras clave: muerta, gnero, literatura, cine.

    ABSTRACT

    This is a paper about the female dead; female because in the modern Western imagination the figure

    of the dead body particularly the ghost, which returns from death and its fictional representations

    have gender. It focuses particularly on the Dead Woman lying inside ourselves and finds ways to be

    represented by art and to return; the ghost that repeatedly casts shadows over her house, because the

    dead never entirely die as objects. Beyond any general theory, for the author it is important that the

    Dead Woman is actually immortal and is full of sinister life simmering and overflowing from the crypt.

    The figures adopted in the language and images making up her mask in art empusa, lamia, apparition,

    woman in the painting, vampire, resurrected zombie are ghosts of absence emanating from the living,

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    daughters and mothers of darkness, avatars of the Dead Woman who, not properly buried, incessantly

    returns.

    Key words: Death, gender, literature, cinema.

    Temas reprobables, nmero 3: La brutalidad y lo macabro. Toda alusin a la cpula de unhombre y un cadver est prohibida, y si se muestra a una muerta, hay que evitar darle unaire seductor.1

    W.H.Hays, R.P. Daniel Lord, Cdigo de Produccin, 1934.

    Esta charla abunda en los temas e interrogantes expresados en nuestro libro Espectra(Pedraza, 2004), y se inscribe en la preparacin de una proyectada exposicin sobre lacultura de la muerte. Pero aqu no hablaremos sobre la muerte, sino sobre la muerta, enfemenino, porque en el imaginario occidental moderno la figura de la mujer muerta y sobretodo la revenante, la que regresa, y sus representaciones ficcionales, est generizada. Para

    el arte y la cultura no es lo mismo un muerto que una muerta. Los hombres muertos abundan,por ejemplo, en el cine desde los comienzos. Su representacin no est sujeta a interdicto. D.W. Griffith, en The Massacre (1912) o en el episodio de La noche de san Bartolom de lapelcula Intolerancia(1916) amontona hermosos cadveres que recuerdan a los de Gricaultde La Balsa de la Medusa, pero no hay montones de mujeres muertas, sino de concubinasvivas y voluptuosas en el mismo film en la corte de Baltasar. La cultura respeta el cuerpo frtilde la mujer y el de los nios, con algunas excepciones en pintura como la representacinde la Matanza de los inocentes, que desde la alta Edad Media pone ante nuestros ojos

    la pattica indefensin de mujeres y nios ante los hombres armados. Espordicamente,iconografas barrocas de sabor ertico como martirios de santas, la muerte de Cleopatra ola muerte de Sardanpalo con sus mujeres, ofrecen a la contemplacin la violencia mortalejercida sobre carnes blancas que segn la sociedad que las cre deberan destinarse a lareproduccin y no al suplicio.

    Antes del Romanticismo la imagen de la mujer muerta se inscribe en una historia o unmito que le confieren sentido ms all del deseo, legitimando su representacin diegticamente.A partir de l y sobre todo en la segunda mitad del siglo XIX, la historia tiende a convertirse

    1. Vase Gregory D. Black (1998): Hollywood censurado, Cambridge University Press, Madrid.

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    en excusa para ofrecer un cuerpo que la muerte vuelve ms deseable, en los linderos delsueo. Es el gran momento de la mujer fatal y tambin de la muerta. Decenas de Ofelias,Atalas, Albines, personajes que slo tienen su muerte y su belleza como atributos, pueblan

    el imaginario occidental, como han sealado Mario Praz (2004) y Bram Djikstra (1994) enun limitado perodo de tiempo en que tiene lugar la gran crisis cultural del nacimiento de lamodernidad industria (Pedraza, 1991).

    Es la modernidad la que mata a la Mujer y medita sobre su cadver o lo desentierra.En la obra de Edgar Allan Poe, la Muerta y el amor sepulcral alcanzan su punto ms alto, enel que cristalizan una serie de sntomas presentes en la cultura desde la antigedad clsica enla figura de las grandes amadas que regresan al mundo de los vivos o han estado a punto dedejar el Hades como Eurdice y Alcestis, o las criaturas espectrales que adems de regresara voluntad de su morada subterrnea se alimentan de la sangre de muchachos jvenes comola Empusa de Filstrato, inspiradora de la Muerta Enamoradade Gautier (1836). El tema delas desenterradas, puesto de moda por los llamados poetas de cementerio como EdwardYoung (hija muerta) y Jos Cadalso (amante muerta), instituye el gusto conocido como gticoen el mundo anglosajn del siglo XVIII o ms bien, entre nosotros, prerromntico lgubre,as como el del traslado del bello cadver de la amada por los corredores de la mansin,como en el relato de Valle Incln, Sonata de Otoo(1902), inspirado en Le rideau cramoisi

    de Jules Barbey dAurevilly (1874). Se trata, en cualquier caso, de fantasmagoras misginasque resulta interesante desvelar o al menos sealar.Cul es pregunta Poe segn el parecer universal de la humanidad, cul es, entre

    todos los asuntos melanclicos, el ms melanclico?La muerte, fue la obvia respuesta.Y cundo este tema que, entre todos, es el ms melanclico, cundo se vuelve

    potico?Segn lo que ya he explicado difusamente, es fcil adivinar la respuesta:

    Es cuando se une ntimamente a la belleza.As pues, la muerte de una bella mujer es, sin discusin, el ms potico tema enel mundo, como est fuera de dudas que los labios que ms se adaptan a desarrollar talargumento son los de un amante que ha perdido a su amada2.

    El caso de Poe no debe entenderse simplemente como misoginia sino como laexpresin de un tormento enigmtico. No es necrofilia sino poesa de luto. Para Poe lamujer muerta constitua un misterio esttico. El poema Annabel Lee (1849), el ltimo de

    2. La gnesis de un poema o La filosofa de la composicin (The Philosophy of Composition), V.E., vol. 14, pg. 201.

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    su produccin, condensa muy sublimado el dolor de la prdida temprana de la amada,a cuya compaa se consagra el poeta en el desolado escenario del cementerio marino.Biogrficamente, cuando escribi esta especie de balada llevaba muchas muertas enterradas

    en su corazn desde muy joven y todas ellas se haban convertido en inocentes vampiros quesuccionaban su vida y alimentaban su obra bajo diversas formas, algunas mal enterradascomo Lady Madeline, otras arrebatadas por los ngeles envidiosos como la propia AnnabelLee, o sometidas a avatares msticos de la voluntad inspirados por Joseph Glanvill, comoLigeia3o de la reencarnacin como Morella.

    Tanto en el arte como en la literatura y el cine emerge la Muerta que nos interpelasobre cmo se convoca el placer del horror cuando ste se convierte en estremecimientopotico. El psicoanlisis la ha relacionado con la Madre muerta, no la de cada individuosino la de todos, la del sujeto. En su estudio sobre la melancola y la depresin, Julia Kristevaindica que tanto para el Hombre como para la Mujer la prdida de la Madre, es decir, laseparacin de sta, la individualizacin es una necesidad vital, biolgica y psquica, laprimera etapa para alcanzar la autonoma personal. Hay que dejar atrs a la Madre, peroel matricidio simblico debe tener lugar de un modo ptimo y ser erotizado, es decir, elobjeto perdido tiene que ser reencontrado como objeto ertico o bien sublimado, es decir,reconvertido en la produccin de cultura. Cuando estas transferencias no se producen o se

    producen mal, el sujeto no puede deshacerse del cadver de la Muerta y, vampirizado porel fantasma que se alimenta de su energa, sufre l mismo la muerte depresiva o melanclicadel yo.

    La semiloga y estudiosa del psicoanlisis Elizabeth Bronfen (1992) , en la introduccinde su libro sobre el cuerpo muerto femenino, se pregunta cmo puede una representacinde la Mujer muerta ser a la vez estticamente inquietante y seductora. Ella misma respondeque las representaciones de la muerte en el arte son tan agradables porque ocurren en unterreno imaginario, ficcional, y porque el placer proviene de la confrontacin con la muerte

    pero con la muerte de Otro, especialmente de ese Otro radical que es la Mujer en nuestracultura. Representar el cadver bello, joven, femenino o materno es una manera de desactivarsu virulencia. Y tambin, aadimos, de acentuarla, ya que la belleza y la ternura incrementanen el contemplador el deseo sdico de la destruccin o la fusin.

    Nos interesa especialmente la Mujer muerta que yace en nuestro interior y encuentralas vas para ser representada por el arte y regresar, la revenanteque, arrojada de su moradade sombras, vuelve una y otra vez, porque los muertos nunca mueren completamente comoobjeto. Ms all de cualquier teora de carcter general, para nosotros lo importante es que

    3. Vease Espectra, pg. 90, nota 54.

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    la Muerta es en realidad inmortal y est plena de una vida siniestra que bulle en la cripta y sedesborda. Las figuras que adopta en el lenguaje y las imgenes que constituyen su mscaraen el arte empusa, lamia, aparecida, mujer del cuadro, vampira, resucitada, zombi, son

    fantasmas de ausencia que emanan de los vivos, hijas y madres de tinieblas, avatares de laMuerta que, mal enterrada, vuelve incesantemente.

    Pero, qu es una Muerta en cada cultura, en cada momento significativo de lahistoria? Y qu clase de Muerta nos importa? Dejaremos su definicin, fuera de lo ya dicho,al psicoanlisis para centrarnos en la historia de revenantesque han pasado a ser potentespersonajes en las narrativas de nuestra cultura, sobre todo en la literatura y el cine fantsticosy de terror. Es en estas artes espectrales donde la Muerta alcanza mayor grado de vitalidad,puesto que acta, habla y se relaciona con los vivos. No se trata slo de una figura de lamadre perdida o de la tierra o de la muerte misma, sino la mscara de una serie numerosa devoces y fantasmas que cruzan la frontera y recitan sus papeles. Su desmayo definitivo entrelos brazos del amante, como en el caso de Aquiles y Pentesilea o de Clorinda y Tancredi,sirve de metfora de la guerra de los gneros y de la gran derrota del femenino. Coincidimoscon la opinin comn de que el cuerpo muerto de la bella siempre saldr perdiendo, serdestruido, empalado o abierto en canal, y su fantasma disipado como humo pestilente, yeso se har de formas tan diversas que su lectura puede iluminar muchos de los enigmas

    que aun ofrece la imagen de la Mujer y su utilizacin o abuso hasta el siglo XXI, cuando lasmujeres han alcanzado tantas metas y de un modo tan escandalosamente precario y a costade tanta violencia mal llamada domstica. Una violencia que est creando los rasgos de unanueva Muerta en el imaginario de las artistas y creadoras, que ofrecen sus propios cuerposen ceremonias acusadoras.

    Del cuerpo de Pentesilea, adorable y recin descubierto como femenino por elenemigo, pasamos en la obra mencionada, Espectra, donde nos extendemos sobre estascuestiones, a la figura de la revenante, la que vuelve del mundo de las sombras como

    Euridice, La resucitadade la Pardo Bazn, las vampiras gticas y las de Stocker, las de JosephSheridan Le Fanu, con fama de lesbianas; las ambiguas y siniestras muertas de Poe (Ligeia,Morella, Lady Madeline), con sus respectivas versiones cinematogrficas, para acabar conlas producidas por el cine actual ( Nadja, Addiction, El ansia, Habit ), criaturas posmodernas,urbanas, el origen de cuya belicosidad no reside ya en viejos conflictos familiares, sino en elmero hecho de estar en el mundo autnomamente y querer permanecer en l a pesar de todo,arrastrando la melancola, la adiccin o el terror al paso del tiempo, a cambio de perder suantigua popularidad. Las vampiras clsicas son una categora de revenantessingularmente

    mal estudiadas incluso por el feminismo, que a veces ha visto en ellas figuras positivas deDossiers Feministes, 13, 2009, 45-50.

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    la femme fataleo del amor lsbico, cuando en realidad se trata generalmente de hijas yreproductoras del vampirismo destructor y, por otra parte, personajes de un espectculo paravoyeurs.

    Nos ha interesado de un modo especial un tema poco conocido y que supone unintento de conciliar el amor y la muerte, y la reunin de los gneros. Nos referimos al afndel viudo por retener una imagen vicaria de la esposa, un simulacro, y vivir con l una ficcinde matrimonio que excluye a otras aspirantes necrofilia por fidelidad lo llama MarieBonaparte. Desde los ecos lejanos de esta fantasa (mito de Alcestis y Admeto en la tragediade Eurpides), hasta las visiones csmicas de Stanislaw Lem en la novela Solaris(1961) y losfilmes de Andrei Tarkowsky (1971) y de Steven Soderberg (2003) sobre ella, pasando por elFranois Truffaut de La chambre verte(1978) o Pedro Olea en No es bueno que el hombre estsolo(1973), el imaginario consuelo del viudo aporta matices muy interesantes a la cuestinde la Muerta. Tambin Ordetde Carl Th. Dreyer, que habla de la ausencia y la presencia dela esposa, en clave de resurreccin real, as como las fantasmales resurrecciones de Gritosy susurrosde Bergman, que expresan puntos de vista de las hermanas de la muerta.

    Las muertas regresan una y otra vez, configuradas como amenaza por la cultura,pero amenazadoras en s tambin por lo que tienen de vindicadoras del gnero.

    Bibliografa

    BRONFEN,Elizabeth (1992): Over her Dead Body. Death, Feminity and the Aesthetic, ManchesterUniversity Press, Manchester.

    DIJKSTRA,Bram (1994): dolos de perversidad. La imagen de la mujer en la cultura de fin desiglo, Debate, Madrid.

    PEDRAZA, Pilar (1991): La Bella, enigma y pesadilla, Tusquets, Barcelona,. (2004): Espectra. Descenso a las criptas de la literatura y el cine, Valdemar, Madrid.

    PRAZ, Mario (2004): La carne, la muerte y el diablo en la literatura romntica , El Acantilado,Barcelona.

    Dossiers Feministes, 13, 2009, 45-50.

    Recibido el 1 de marzo de 2009

    Aceptado el 15 de marzo de 2009

    BIBLID [1139 - 1219 (2009) 13: 45 - 50]