Perez Tamayo - El Metodo

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EXISTE EL MTODO CIENTFICO? Historia y realidad Autor: Ruy Prez Tamayo 1 Disponible: http://omega.ilce.edu.mx:3000/sites/ciencia/volumen3/ciencia3/161/ht ml/toc.html Consulta: 01/08/2007EXISTE EL MTODO CIENTFICO?EDICIONES COMIT DE SELECCIN DEDICATORIA INTRODUCCIN AGRADECIMIENTOS I. LA TRADICIN ANTIGUA: PLATN Y ARISTTELES I.1. INTRODUCCIN I.2. PLATN Y ARISTTELES I.3. LA EDAD MEDIA II. LOS CIENTFICOS DE LA REVOLUCIN CIENTFICA: VESALIO, GALILEO, HARVEY, NEWTON, HOOKE Y LEIBNIZ II.1 INTRODUCCIN II.2. ANDRS VESALIO II.3. GALILEO GALILEI II.4. WILLIAM HARVEY II.5. ISAAC NEWTON II.6. ROBERT HOOKE II.7. GOTTFRIED WILHELM LEIBNIZ III. LOS FILSOFOS DE LA REVOLUCIN CIENTFICA: BACON, DESCARTES, LOCKE, BERKELEY, HUM E Y KANT. III.1. INTRODUCCIN III.2. FRANCIS BACON III.3. REN DESCARTES III. 4. JOHN LOCKE III.5. GEORGE BERKELEY III.6. DAVID HUME III.7. EMMANUEL KANT IV. LOS EMPIRISTAS VICTORIANOS DEL SIGLO XIX: HERSCHEL, MILL Y WHEWELL IV. 1. IN TRODUCCIN IV.2. JOHN HERSCHEL IV.3. JOHN STUART MILL2 IV.4 WILLIAM WHEWELL V. LOS POSITIVISTAS DEL SIGLO XIX: COMTE, MACH, PEIRCE Y POINCAR V.1. INTRODUCCIN V.2. AUGUSTE COMTE V.3. ERNST MACH V.4. CHARLES PEIRCE V.5. HENRI POINCAR VI. EL POSITIVISMO LGICO: WITTGENSTEIN, CARNAP Y EL CRCULO DE VIENA. REICHENBACH Y LA ESCUELA DE BERLN VI.1. INTRODUCCIN VI.2. LUDWIG WITTGENSTEIN VI.3. RUDOLF CARNAP VI.4. HANS REICHENBACH VI.5. EPLOGO VII. LAS IDEAS CONTEMPORNEAS (I): BRIDGMAN, ROSENBLUETH Y EL OPERACIONISMO; EDDIN GTON Y ELSUBJETIVISMO SELECTIVO; POPPER Y EL FALSACIONISMO VII.1. INTRODUCCIN VII.2. PERCY W. BRIDGMAN VII.3. ARTURO ROSENBLUETH VII.4. ARTHUR S. EDDINGTON VI I.5. KARL R. POPPER VIII. LAS IDEAS CONTEMPORNEAS (II): LAKATOS Y LOS PROGRAMAS DE INVESTIGACIN, KUHN Y EL RELATIVISMO HISTRICO, FEYERABEND Y EL ANARQUISMO VIII.1. INTRODUCCIN VIII.2. IMRE LAKATOS VIII.3. THOMAS S. KUHN VIII.4. PAUL FEYERABEND VIII.5. UN PARNTESIS PARA LOS DIONISACOS Y LOS APOLNEOS IX. RESUMEN GENERAL Y CONCLUSIONES IX.1. INTRODUCCIN IX.2. EVOLUCIN HISTRICA DE LAS IDEAS SOBRE EL MTODO CIENTFICO IX.3. CUL ES LA ONTOLOGA CONTEMPORNEA DEL MTODO CIENTFICO? IX.4. PARA QU LE SIRVE AL CIENTFICO LA FILOSOFA DE L CIENCIA? LECTURAS RECOMENDADAS INTRODUCCIN CONTRAPORTADA3Primera edicin en la Seccin de Obras de Ciencia y Tecnologa, 1990 Primera edicin (La Ciencia para Todos), 1998Se prohbe la reproduccin total o parcial de esta obra incluido el diseo tipogrfico y de portada, sea cual fuere el medio, electrnico o mecnico, sin el consentimiento por e scrito del editor.La Ciencia para Todos es proyecto y propiedad del Fondo de Cultura Econmica, al q ue pertenecen sus derechos. Se publica con los auspicios de la Secretara de Educacin Pblica y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologa.D.R. 1990 EL COLEGIO NACIONAL Y FONDO DE CULTURA ECONMICA, S. A. DE C. V. D. R. 1 998 EL COLEGIO NACIONAL Y FONDO DE CULTURA ECONMICA Carretera PicachoAjusco 227, 14200 Mxico, D. F. ISBN 968165658X Impreso en Mxico4 COMIT DE SELECCINDr. Antonio Alonso Dr. Gerardo Cabaas Dr. Juan Ramn de la Fuente Dr. Jorge Flores Valds Dr. Leopoldo GarcaColn Scherer Dr. Toms Garza Dr. Gonzalo Halffter Dr. Ral Herrera Dr. Jaime Martuscelli Dr. Hctor Nava Jaimes Dr. Manuel Peimbert Dr. Juan Jos Rivau d Dr. Julio Rubio Oca Dr. Jos Sarukhn Dr. Guillermo SobernCoordinadora: Mara del Carmen Faras5 DEDICATORIAA IRMGARD, pero tambin a mis jvenes "fans" en estas conferencias: ROSALA LARRALDE RIDUARA, SANTIAGO Y RUY LPEZ RIDAURA y los otros muchachos que los acompaaron, as como a ONOFRE y MARTHA MUOZ, MARCELINO y FANNY CEREIJIDO, RICARDO TAPIA, EDUARDO y CECILIA LPEZ CORELLA y ROSALA RIDAURA y JOS MARQUINA6 INTRODUCCINEste volumen contiene la mayor parte del material que utilic en mis cursos sobre el tema en El Colegio Nacional, correspondientes a 1987 y 1988. Hasta donde he podido averiguar, escudriando la historia de las actividades del mencionado Colegio, quiz mi nico predecesor en estos quehaceres fue el doctor Arturo Rosenblueth. En el prlogo que el doctor Juan Garca Ramos escribi para el libro de Rosenblueth, El mtodo cientfico, publicado en 1 971, dice lo siguiente: Una de las inquietudes del doctor Arturo Rosenblueth fue la de tra tar de sistematizar los conocimientos sobre el mtodo cientfico. Prueba de ello es que en los aos de 194 91950, y posteriormente en 1961, imparti cursos sobre ese tema en El Colegio Nacional, del cual fue miembro desde 1947. Yo tuve la oportunidad de asistir a uno de esos cursos y de iniciar as un inters p ersonal en la filosofa de la ciencia que ha resultado permanente; adems, he publicado breves com entarios sobre ese libro. A los que, como yo, asistieron a algunos de los cursos mencionados de l doctor Rosenblueth y conocen el texto de su libro, podra parecerles temerario que yo hay a escogido el mismo tema para los dos ciclos de conferencias mencionados y para este volumen. Me apresuro, pues, a aclarar que aunque comparto el ttulo de sus cursos y de su libro, es quiz lo nico en que coincidimos. Mientras que Rosenblueth hizo un anlisis riguroso de distintos aspec tos filosficos de la ciencia, rebasando con mucho la metodologa cientfica y expresando con claridad y seguridad caractersticas sus propios puntos de vista, yo he organizado el mater ial dentro de un esquema estrictamente histrico. Mi objetivo es repasar los principales conceptos vertidos sobre el mtodo cientfico a travs de la historia, desde sus orgenes en Platn hasta nuestros das. En su debido momento llegaremos al esquema del mtodo cientfico adoptado por Rosenblueth y tendremos oportunidad de describirlo, pero slo como uno ms de los muchos otros que repasarem os. Antes de entrar en materia quisiera presentarles rpidamente una visin panormica del territorio que vamos a cubrir. Iniciarernos nuestro recorrido con Platn, Aristteles y algunos de sus comentaristas medievales, a pesar de que, en sentido estricto, en esos tiempos no poda concebirse un mtodo cientfico porque la ciencia tal como la conocemos ahora, t odava no exista como disciplina independiente sino que formaba parte integral de la filoso fa. De todos modos, el repaso de ciertas ideas de Platn, y especialmente de Aristteles, revela prolegmenos de varios de los problemas y conceptos que surgieron posteriormente, una vez que la ciencia inici su desarrollo independiente. Esto ocurri a principios del siglo XVII, por lo que ah n os detendremos para revisar los puntos de vista de dos grupos de pensadores, que tambin empezaro n a diferenciarse entre s en ese mismo tiempo: los cientficos y los filsofos. Repasaremos los concept os sobre elmtodo cientfico de Vesalio, Galileo, Harvey, Newton, Hooke y Leibniz, como ejemplos de hombres de ciencia, y tambin los de Bacon, Descartes, Locke, Berkeley , Hume y Kant,7 como representantes de los filsofos, lo que nos llevar hasta fines del siglo XVIII . A continuacin nos ocuparemos de los dos grupos principales de la filosofa de la cien cia en el siglo XIX: los empiristas, representados por los tres filsofos victorianos Herschel, Mi ll y Whewell, y los positivistas, de los que revisaremos a Comte, Mach, Peirce y Poincar. Con eso habremos llegado a nuestro siglo pero todava no a nuestro tiempo; con carcter histrico, examinaremos a la escuela ms importante de la primera mitad del siglo XX, que es el positivismo (empirismo) lgico, representado por Wittgenstein, Carnap y el Crculo de Viena, y por Reichenba ch y la Escuela de Berln. Finalmente, comentaremos algunas de las ideas contemporneas sobr e el mtodo cientfico: el operacionismo, representado por Bridgman y Rosenblueth, el subjetiv ismo selectivo, de Eddington, y el falsacionismo, introducido por Popper, as como los programas d e investigacin cientfica de Lakatos, el relativismo histrico de Kuhn, y el anarquismo, de Feyerab end. El ltimo captulo est dedicado a un repaso general y a la presentacin de mis conclusiones sob re el mtodo cientfico, ya que a lo largo de estas pginas mi postura no ser crtica sino ms bien narrativa y descriptiva8 AGRADECIMIENTOSAunque la gestacin de este libro se remonta a muchos aos, la mayor parte de su doc umentacin final fue realizada gracias a una generosa beca de la Fundacin John Simon Guggenh eim (1984 1985), que me hizo posible visitar varias bibliotecas europeas, disfrutar de un verano en Boston ntegramente dedicado al trabajo literario, y fotocopiar gran parte del material r equerido para completar este texto, aunque la beca se concedi para otra empresa acadmica, que ta mbin ya fue terminada. El resto del material de lectura necesario para completar este libro me fue enviado, cuando se agotaron los recursos de las bibliotecas locales, por mis buenos amigo s Mauricio Martnez y Alejandro Mohar, estudiantes posgraduados mexicanos residentes en Boston. Las l timas copias de artculos de lectura indispensables y no accesibles en Mxico, las recib de mi buen a migo y colega Arturo Torre Blanco, que entonces estaba disfrutando de su ao sabtico en Filadelfi a. El trabajo fotogrfico fue realizado, con su habitual y reconocido perfeccionismo, por mi ant iguo y fiel amigo Eusebio Tello, y la preparacin del manuscrito final fue otra obra amorosa ms de mi querida secretaria editorial, Ada Gracia. Este libro, como casi todos los otros que yo he escrito, est dedicado en primer l ugar a mi esposa. La dedicatoria intenta expresar, todava sin lograrlo de manera aceptable, mi grat itud por su apoyo incondicional, su comprensin generosa y su tolerancia infinita a mis p retensiones intelectuales. Otra vez, muchas gracias, Irmgard.9 I. LA TRADICIN ANTIGUA: PLATN Y ARISTTELES I.1. INTRODUCCIN I.2. PLATN Y ARISTTELES I.3. LA EDAD MEDIAI.1. INTRODUCCIN GENERALMENTE se acepta que los orgenes del mundo occidental contemporneo se encuen tran sobre todo en la cultura griega, que se desarroll desde antes del siglo VII a.C., hasta la m uerte de Alejandro, ocurrida en el ao 323 a.C. En este breve lapso, de no ms de 500 aos, y e n un grupo sorprendentemente poco numeroso de pequeas comunidades portuarias, repartidas sob re todo en las islas y costas de los mares Egeo y Adritico, se enunciaron por primera vez casi t odos los principios generales de la poltica, las leyes, la literatura, la poesa, las artes, la filosofa y otras caractersticas ms de la civilizacin que actualmente predomina en Occidente. L a otra cultura que tambin aport un componente crucial en los orgenes de la nuestra fue la juda, que nos dio los elementos bsicos de la religin cristiana. Naturalmente, para l os pueblos del hemisferio occidental, surgidos a principios del siglo XVI como consecuenci a del encuentro entre la cultura espaola y las civilizaciones precolombinas mesoamericanas y suda mericanas, lahistoria incluye otros orgenes ms, aparte del griego y del judo ya mencionados, me refiero a la inmensa riqueza de las culturas indgenas del nuevo continente, que a pesar de su derrota frente a los conquistadores y del intento brutal de su obliteracin completa, desencadenado a partir de la cada de Cuauhtmoc y de Manco Capac, sigui y ha seguido influyendo en la realidad ex istencial cotidiana del hombre latinoamericano. Desde el punto de vista de la evolucin histrica del pensamiento cientfico, que repr esenta el inters central de estas pginas, la confluencia de los tres principales antecedente s de nuestra cultura latinoamericana (griego, judo e indgena mesoamericano) ha resultado en un producto sui generis,que en vez de declararse partidario de cualquiera de sus tres orgenes, ha decidido intentar conciliarlos y vivir lo mejor que se pueda a la sombra de tres paraguas. Si la reunin de dos culturas diferentes (la griega y la juda) tom ms de 1 500 aos para gene rar un producto ms o menos estable (me refiero a la cultura europea de los siglos II al XVI de nuestra era), la sntesis de tres culturas distintas podra tomar 3 000 aos. Pero precisament e a partir del siglo XVI se agregaron nuevos elementos a la cultura europea que rompieron l a unidad caracterstica de la Edad Media y contribuyeron a la mejor y ms clara diferenciac in de los distintos pases de Europa; por supuesto, me refiero al Renacimiento humanista, al protestantismo (que culmin con la reforma religiosa) y a la revolucin cientfica. Estos movimientos tuvieron ms o menos xito en distintas comunidades europeas, pero en general puede decirse que fuero n los pases del10 hemisferio norte los que los adoptaron con menos problemas. En cambio, Espaa sigu i otro camino. El Renacimiento humanista proclamaba que deban rescatarse los textos originales d e la literatura clsica, el estilo arquitectnico, las artes, y en general toda la cultura helnica y romana. Tal postura traduca no slo un cambio de gustos, sino una transformacin mucho ms profunda : los humanistas descartaban la idea medieval de que el mundo es un valle de lgrimas y la vida un breve y amargo parntesis entre la nada y la gloria o la condena eterna, y en su lugar p roponan que la tierra es un sitio maravilloso y que la vida debe estar dedicada a disfrutarla, al margen de lo que ocurra despus de la muerte (si es que ocurre algo). El protestantismo surgi como u na revuelta en contra de la corrupcin en la Iglesia catlica, apostlica y romana, y en poco tiempose transform en un reto a la autoridad absoluta de las Sagradas Escrituras, segn la interpreta cin de los prelados en turno; la reforma de la Iglesia se bas en la relacin directa del hombr e con Dios, sin la mediacin de otros hombres o de otras estructuras. La revolucin cientfica empez po r eliminar a la Tierra del centro del universo y al hombre del centro de la creacin; adems, c uestion la autoridad del dogma como la ltima corte de apelacin de la verdad y en su lugar pro puso a la naturaleza. En trminos cronolgicos, los tres movimientos mencionados (humanismo, reforma religiosa y revolucin cientfica) se iniciaron en el brevsimo plazo de dos s iglos (XVI a XVIII) pero crearon un parteaguas definitivo en la cultura europea. En 1492 ocurrieron tres acontecimientos sin precedentes en Espaa: 1) con la derro ta de Boabdil y la toma de Granada, se concluy la campaa guerrera iniciada siete siglos antes y co nocida como la Reconquista; 2) con la expulsin de los judos sefarditas los Reyes Catlicos esperaba n volver a tomar las riendas de la economa espaola; 3) pero con el encuentro con el Nuevo Mun do, Espaa se enfrent a una experiencia distinta, totalmente nueva y de dimensiones d esconocidas. Asediada en tan poco tiempo por tantos y tan graves problemas, Espaa tom una d ecisin desafortunada: se opuso a cualquier forma de cambio en su slida estructura mediev al. Es cierto que no eran tiempos de andar probando nuevas ideas y valores para la sociedad, sobre todo despus de haber logrado reconquistar los propios, al cabo de tantos aos y de tanta sangre; tambin es cierto que en esos aos Espaa estaba tratando de reconstruir y de reafirmar su propia imag en como pas. Por esas y quiz por otras razones, el hecho es que puesta ante la alternativa de explorar las nuevas ideas o de rechazarlas, Espaa opt por la segunda, oponindose en forma sistemt ica y frecuentemente violenta a cualquier intento de disminuir el derecho divino de re yes y papas al poder, de dudar de la autoridad sacrosanta de las Sagradas Escrituras, o de conc ebir la vida como algo distinto a un viacrucis transitorio entre la generacin y el destino final y eterno. ste fue el espritu europeo que trajeron los conquistadores a la Nueva Espaa, el que justif ic sus actitudes brutalmente destructoras de las culturas indgenas, el que mantuvo a la revolucin cientfica alejada no slo de Espaa sino de sus colonias americanas por casi tres sig los; este espritu fue tambin el principal responsable de que Mxico y el resto de Latinoamrica se hayan incorporado tan tardamente al movimiento hacia la modernidad patrocinado por la ciencia, quedando integrados en consecuencia al Tercer Mundo.11Desde luego, otros factores han contribuido a consolidar este resultado. A parti r de 1810, los pases latinoamericanos fuimos adquiriendo nuestras respectivas independencias polt icas de la Madre Patria, pero siempre a costos tan elevados que comprometieron por muchos ao s la paz, la estabilidad y los recursos necesarios para transformar los brillantes pero aisla dos episodios de trabajo cientfico que ocurrieron en Amrica Latina, en una verdadera tradicin. No ha sido sino hasta las ltimas dcadas (y eso no en todos los pases latinoamericanos) que la tranq uilidad social ha permitido el desarrollo de algunos grupos de investigadores en ciertas reas de la ciencia, que apenas ahora se aprestan a iniciar su contribucin al progreso y a la transformacin cultural de nuestras sociedades. Las anteriores son algunas de las razones por las que en las pginas siguientes ha y tan pocas referencias a la Amrica LatinaI.2. PLATN Y ARISTTELES Aristteles fue el primero en sealar que el estudio de las causas de los fenmenos se haba iniciado con Tales de Mileto, de quien se sabe que estaba vivo en el ao 585 a.C. El fenmeno general que Tales y otros filsofos presocrticos intentaban explicar era la existen cia del cambio continuo en las apariencias frente a la preservacin de la naturaleza; para ello p ropusieron que el mundo est formado por un sustrato invariante que adopta diferentes formas. Tales dijo que ese sustrato era el agua, Anaxmenes que era el aire, Anaximandro que era el apeiron o ter. En cambio, Platn invent su teora de las ideas, entes universales, perfectas y con existencia v erdadera (objetiva), de las que los hechos y objetos reales y materiales no son sino ejem plos imperfectos. Adems, Platn seal que cuando adquirimos nuevos conocimientos, lo que realmente hacem os es aumentar nuestra comprensin de esas ideas: no se trata de conocimientos incorpora dos por medio de nuestros rganos de los sentidos (o sea, conocimientos de las apariencias), que Pl atn consideraba como engaosos e ilusorios, sino de acercarse ms al mundo de las ideas por medio del intelecto, donde quiera que ese mundo se encuentre.Platn (430?347 a.C.)12 Para alcanzar el conocimiento, Platn mostr varios procedimientos a lo largo de sus distintos dilogos. Por ejemplo, la frmula para comprender la idea de la belleza s e encuentra en el Simposio, y consiste en empezar contemplando un objeto que todos consider en bello (el objeto que escogi Platn como ejemplo de algo que todos en su sociedad consideraban bello es interesante: un esclavo jovencito y hermoso), despus se rene un grupo de tales jovencitos y se trata de identificar el patrn comn de su belleza, de ah se pasa a examinar la belleza propia del proceso mismo de aprendizaje, despus la del aumento en el conocimiento, de ah la de la generalidad de las leyes, y as sucesivamente, hasta al final alcanzar la idea mis ma de la belleza. En cambio, en otro dilogo, el Menon, Platn (por medio de su representante Scrates) sugiere que el conocimiento de las ideas es realmente un reconocimiento, en vista de que ya las conocamos en alguna encarnacin anterior, o sea que se propone la existencia de ideas o conocim ientos a priori. Naturalmente, me refiero a la famosa conversacin entre Scrates y el esclavo, en qu e el filsofo (despus de muchos trabajos) logra finalmente sacarle a su interlocutor un teorema matemtico que nunca antes haba aprendido o escuchado, generando al mismo tiempo la palabra educ acin, que viene del latn educare, que literalmente significa "sacar, extirpar". Sin embargo, es en la Repblica donde Platn (siempre disfrazado de Scrates) presenta su concepto ms desarrollado sobre la forma de ganar acceso al mundo de las ideas, y por lo ta nto al conocimiento. Aqu su interlocutor es Glaucn, un hermano mayor de Platn y estudiante de filosofa, con el que Scrates ensaya sus tres modelos clsicos, el sol, la lnea y la c ueva. Un breve resumen de los dos ltimos nos servir para examinar las diferencias entre el mundo sensible y el mundo inteligible, entre las meras opiniones y el conocimiento cientfico y f ilosfico, y entre los cuatro estados mentales designados por Platn como ilusin (eikasia), cre encia (pistis),razn (dianoia) y pensamiento puro (episteme). Las divisiones de la lnea platnica13 La lnea vertical AE tiene una divisin mayor que la separa en dos mitades, AC y CE, cada una de ellas a su vez divididas en otras dos mitades: AC = AB + BC; CE = CD + DE. Pero la lnea AE tambin separa dos compartimientos laterales, uno derecho (que es el lado ontolgico) y ot ro izquierdo (que es el lado epistemolgico). La divisin mayor de la lnea AE separa, en el compartimie nto derecho, un campo inferior (AC) que corresponde a la mera opinin o doxa, y un campo superi or (CE) que es el del conocimiento o episteme. El campo inferior AC est a su vez formado por dos co mponentes, uno inferior (AB), constituido por imgenes o rplicas de los objetos reales, en forma d e sombras, modelos o imgenes, y otro superior (BC), que es el de los objetos mismos. El camp o superior CE tambin est integrado por dos espacios, uno inferior (CD) que corresponde al mundo de los matemticos y gemetras, y otro superior (DE) en donde se encuentran las ideas. Para Platn, el mbito del filsofo es el espacio DE, pero para alcanzarlo primero deben recorrerse las distancias AB, BC y CD: este ltimo espacio (CD) siempre cont con el inters especial de Platn, p ero al mismo tiempo postul que no se trataba de un mundo perfecto, en vista de que sus d educciones provenan de postulados o axiomas primarios, o sea no justificados sino simplement e aceptados como verdades iniciales o incontestables. No importaba que los gemetras h icieran modelos (casi) perfectos de sus teoremas, o que los matemticos presentaran pruebas (casi) inexpugnables de sus demostraciones; todas ellas estaban manchadas por el pecado original de la f alta de justificacin racional de sus orgenes. Para pasar del espacio de los matemticos y gem etras al mundo perfecto de las ideas (DE), Platn propuso un mtodo, la dialctica, que simplem ente consiste en la discusin racional de la definicin de un concepto entre individuos versados e n el asunto, hasta que finalmente se llega a un consenso. Aunque esto puede decirse (y se ha dicho, sobre todo por Hegel) de varias maneras mucho ms grandiosas y complicadas, en realidad eso e s a lo que la dialctica se reduce en ltima instancia. El smil o modelo de la cueva es probablemente la alegora ms famosa en toda la histo ria de la filosofa occidental. Platn la introdujo para ampliar sus conceptos sobre las disti ntas formas oetapas del conocimiento, que ya haba ilustrado con el esquema de la lnea resumido arriba. Siempre por boca de Scrates, dialogando con Glaucn, Platn describe su alegora de la cueva co mo sigue:Te invito a que ahora consideres la cultura o la ignorancia de nuestra condicin hu mana ms o menos de la manera siguiente. Imagina una cmara subterrnea como una cueva con una entrada ampliamente abierta a la luz del da y tan ancha como la misma cueva. En esta cuev a viven prisioneros desde nios unos hombres, con las piernas y el cuello atados de tal fo rma que slo pueden mirar de frente y sin voltear a los lados. Detrs, a cierta distancia y por arriba de ellos, arde una fogata, y entre el fuego y los prisioneros hay un camino elevado al que atraviesa una tapia, construida como las mamparas que los titiriteros colocan entre ellos y el pblico y por encima de las cuales exhiben a sus muecos.14 Ya veo. Imagnate ahora que unos hombres transportan toda clase de utensilios por detrs de l a tapia, proyectando por encima de ella figuras de hombres y animales hechas de madera y piedra y de otros tipos de materiales; como podra esperarse, algunos de estos hombres estarn habland o y otros no. Una imagen extraa y un tipo extrao de prisioneros. Son como nosotros le dije porque piensas que seran capaces de ver alguna otra cosa ap arte de las sombras proyectadas por el fuego en la pared de la caverna que tienen enfren te? Cmo podran hacerlo si se les ha impedido que muevan la cabeza durante toda su vida? Y podran ver algo ms de los objetos que estn siendo transportados por el camin o? Naturalmente que no. Por lo tanto, si fueran capaces de hablar entre s, no supondran que las sombras que ven son las cosas reales? Inevitablemente. El dilogo entre Scrates y Glaucn contina con la descripcin de lo que ocurre cuando un o deestos desdichados prisioneros se libera de sus cadenas y logra voltear la cabeza, mirar directamente a los cargadores y a sus objetos, contemplar el fuego, y hast a salir de la cueva y ver directamente la luz del sol. Pero ya no lo seguiremos en su viaje de liber acin, ni tampoco en su regreso a la profundidad de la cueva, porque Platn ya nos ha presentado el concepto relevante a nuestro inters en estas pginas. No cabe duda que la cueva corresponde al segmento AC de la lnea, o sea al mundo visible en general, el de la mera opinin (doxa), que po see un nivel inferior del conocimiento, caracterizado por Platn no como ignorante sino como inculto; en este segmento el hombre confunde a la realidad con sus sombras; en cambio, e l mundo exterior, al que finalmente llega el prisionero que logr evadirse de la cueva, es el equiva lente al segmento CE de la lnea, o sea el mundo del verdadero saber, del conocimiento pleno y absol uto, o sea el mundo de las ideas. En este ltimo compartimiento se alcanza, segn Platn, la visin in teligible de la idea del bien. En realidad, Platn vea con cierto desprecio el estudio de la realidad, de los fenme nos de la naturaleza. Lo que el filsofo deba hacer era intentar llegar al mundo de las ideas , en donde todo es perfeccin absoluta. De acuerdo con Cornford, Scrates logr cambiar el rumbo de la filosofa15 de sus predecesores y contemporneos, que hasta su tiempo estuvo orientada al estu dio y la comprensin de la naturaleza, por un inters primario en el individuo y en su alma. Como veremos a lo largo de estas pginas, el racionalismo y el subjetivismo son las dos ca ras de la misma moneda, acuada originalmente para la cultura occidental por Platn. Aristteles, que fue su discpulo desde los 17 aos de edad, inici sus trabajos bajo la influencia de la teora de las ideas pero posteriormente se apart de ella; incluso se ha dicho que buena parte d e sus escritos tienen como objetivo combatir esa teora, aunque Dhring insiste en que Aristteles nu nca se libr de la influencia de Platn. Aristteles contribuy de manera enorme a la teora del cono cimiento, no slo por sus escritos sino por su influencia en los pensadores medievales, para quienes su opinin sirvi casi siempre de punto de partida y no pocas veces de rbitro de la verd ad. Para nuestro objetivo, conviene resumir las principales ideas aristotlicas sobre el mto do cientfico en las siguientes cuatro: 1) teora del silogismo; 2) teora de las definiciones; 3) el mtodo inductivo deductivo; 4) teora de la causalidad.1)Teora del silogismo. De acuerdo con Aristteles, los mismos principios generales de razonamiento rigen en todas las ciencias, entre las que inclua la poltica, la tica y la esttica. Estos principios, que aparecen por primera vez en la Primera analtica, fueron inventado s por Aristteles y se refieren a las distintas formas que pueden tomar las proposiciones y las cul es son vlidas o invlidas. Como todos sabemos, los silogismos consisten de dos premisas y una conclusin, unidas en forma de inferencia o de implicacin; as, el ms famoso de todos los silogismos se puede expresar de las siguientes dos maneras: Inferencia Implica cin Todos los hombres son mortales. Si todos los hombres son mortales.Scrates es un hombre. y Scrates es un hombre, Por lo tanto, Scrates es mortal.entonces Scrates es mortal.ste no es el sitio para repasar la compleja estructura de los diferentes silogism os, sino para sealar que se trata de instrumentos poderosos para examinar el razonamiento cientf ico; no nos dicen nada, ni estn diseados para hacerlo, sobre el contenido de verdad de las pre misas, sino que se trata de simples reglas de lgica para usarse una vez que las premisas se han a lcanzado. Para esto ltimo Aristteles propuso su teora de las definiciones o de la esencia.16 Aristteles (384322 a.C.), segn una representacin medieval del siglo XIII en la cated ral de Chartres 2) Teora de las definiciones. En los Tpicos, Aristteles incluye su doctrina de las cinco formas como un predicado puede relacionarse con el sujeto, de las que dos s on "convertibles", la definicin o esencia y la propiedad; una no es "convertible", el accidente; ylas otras dos son el gnero y la especie. Lo mismo que Platn, Aristteles pensaba que la ms importante f uncin del filsofo era la bsqueda de las definiciones correctas de las cosas, o sean concepto s o universales. Esto requera, en primer lugar, la determinacin de su gnero y de su esp ecie, porque de ellos dependen las cualidades o atributos necesarios y suficientes para que a lgo sea una cosa del tipo o clase a la que pertenece, o sea que de ellos depende su esencia. Este aspecto de la filosofa de Aristteles es tan importante que algunos autores (como Popper) lo cara cterizan como esencialismo, debido a que cuando conocemos la esencia de algo podemos deducir, a partir de ella, sus propiedades especficas. Segn Aristteles, una propiedad real de un objeto es alg o que no revela su esencia pero que pertenece exclusivamente a ella y es convertible con ella; por ejemplo, Aristteles dice que una propiedad del hombre es ser capaz de aprender gramtica, po rque si un ser vivo es un hombre, es capaz de aprender gramtica, y si un organismo vivo es capaz de aprender gramtica, es un hombre. El esencialismo es interesante porque sugiere ya una posible estructura del mtodo cientfico aristotlico: basta establecer la esencia de los fenmenos que nos interesan y a par tir de ella deducir sus propiedades, tal como se hace en geometra, en donde funciona muy bien. Por ejemplo, si definimos al crculo como una figura plana (ste sera su gnero) en donde t odos los puntos de la figura son equidistantes a un punto fijo (sta sera su especie), tal p ropiedad sera automticarnente su esencia, que al mismo tiempo es convertible con el objeto, o s ea el crculo. Pero el propio Aristteles vio que este sistema no era satisfactorio en vista de q ue existen otros atributos de las cosas, los llamados accidentes, que no pueden derivarse de su esencia; por ejemplo, aunque la esencia del hombre es que es un animal racional (la defin icin es del propio Aristteles) de ah no puede derivarse si es alto, chaparro, flaco, gordo, bueno, ma lo, etc. De hecho, el descubrimiento de la esencia de las cosas no puede ser un proceso pura mente lgico y17 mental, sino que requiere tomarlas en cuenta, examinarlas y sujetarse a los resultados del examen. En sus propias palabras: Debemos dirigir nuestra investigacin a la bsqueda de un grupo de cosas que sean se mejantes en el sentido de ser especficamente indiferentes, y preguntarnos qu es lo que tienen encomn; despus debemos hacer lo mismo con otro grupo dentro del mismo gnero y perteneciente a la misma especie dentro del grupo, pero a otra especie distinta de la del primer conjunto. Una ve z que hayamos descubierto para este segundo grupo qu es lo que sus miembros tienen en comn, y de manera semejante en varios otros grupos, debemos considerar de nuevo si las caracterstic as comunes que hemos establecido tienen algn aspecto que es propio de todas las cosas examinadas , hasta que alcancemos una sola expresin. Esta ser la definicin requerida. sta es una de las primeras formulaciones de la induccin, o sea de la operacin lgica que va de lo particular a lo general, que representa un salto hacia adelante en el conocim iento, un enriquecimiento repentino de la informacin derivada del examen de instancias part iculares, un verdadero descubrimiento. Aristteles est postulando varias cosas al mismo tiempo, est resolviendo a su manera una serie de problemas que volvern a aparecer e n la historia del pensamiento humano una y otra vez, y que todava hoy estn con nosotros: en prim er lugar, seala la participacin importante de las percepciones sensoriales en la recoleccin d e datos; en segundo lugar, supone que la mente tiene la capacidad de reconocer y aislar seme janzas entre objetos diferentes; en tercer lugar, que por medio de tales semejanzas se pueden construir clases distintas, como gneros y especies. Pero sobre todo, Aristteles est proponiendo el mt odo cientfico inductivodeductivo. 3) El mtodo inductivodeductivo. Aristteles ilustra este mtodo por medio del anlisis d e un eclipse lunar: el cientfico primero observa el oscurecimiento progresivo de la su perficie lunar, y a partir de sta y otras observaciones induce varios principios generales, que son que la luz viaja en lnea recta, que los cuerpos opacos producen sombra, y que cierta situacin de d os cuerpos opacos cerca de un objeto luminoso resulta en que la sombra de uno de ellos se p royecta en el otro. De estos principios generales, y del hecho de que la Tierra y la Luna son cuerpo s opacos, se deduce el mecanismo de produccin del eclipse; en otras palabras, ha progresado del hecho de que la Luna se ha oscurecido a la comprensin del fenmeno. De acuerdo con Aristteles, los objetos individuales resultan de la unin de dos com ponentes: materia y forma. La materia les confiere especificidad individual mientras que l a forma los hace miembros de una clase de objetos similares. Las generalizaciones acerca de la fo rma son las que se realizan por induccin, a partir de experiencias sensoriales. Aristteles describe d os tipos de induccin, por enumeracin simple y por intuicin: la primera es aquella en la que unaserie de proposiciones sobre objetos o eventos se toma como base para una generalizacin ac erca de la18 especie de que son miembros, razn por la cual las premisas y la conclusin contiene n los mismos trminos descriptivos. Un ejemplo muy conocido es: El cuervo 1 es negro El cuervo 2 es negro El cuervo 3 es negro Todos los cuervos son negros En cambio, la induccin intuitiva consiste en la apreciacin directa, muchas veces r epentina, de lo que es esencial en un conjunto de datos sensoriales; el ejemplo que da Aristteles es el de un observador que en varias ocasiones nota que el lado brillante de la Luna es el q ue mira hacia el Sol y de pronto se da cuenta de que la Luna brilla porque refleja la luz del Sol . Aristteles seala que este tipo de intuicin slo se desarrolla despus de una experiencia extensa, que los observadores experimentados ven con mayor penetracin, o son capaces de percibir ms , en uno o un grupo de objetos o fenmenos, que los que apenas se inician en esas tareas. A pesar de la importancia (tanto positiva como negativa) que la induccin iba a ad quirir en la evolucin histrica del concepto del mtodo cientfico, Aristteles slo la menciona para re solver el problema planteado por su inters en la posesin de la esencia de las cosas: en r ealidad, la induccin es un producto colateral y no muy importante del esencialismo aristotlico , y sirve para llegar a la posicin en la que el cientfico est listo para generar nuevos conocimien tos. En efecto, es cuando las generalizaciones alcanzadas por medio de la induccin se usa n como premisas para la explicacin de las observaciones iniciales, cuando realmente avanza el con ocimiento. El proceso lgico responsable de este portento es la deduccin, la operacin mental inver sa de la induccin, o sea donde se va de lo general a lo particular. Aristteles insisti en qu e slo existe una forma general vlida de deduccin en la ciencia cuando la conclusin es que una cl ase de objetos o sucesos se incluye en otra, o se excluye de otra, ambas total o parcia lmente. En forma semiesquemtica, si A y B representan las dos clases mencionadas, las nicas deducci ones vlidas entre ellas son las siguientes cuatro: Deduccin Relacin Todos los A son B nte excluido de B A totalmente incluido en B Ningn A es B A totalmeAlgunos A son BA parcialmente incluido en B Algunos A no son B A parcialmente excluido de B Sin embargo, la deduccin ms importante de estas cuatro es la primera, en vista de que la esencia de ciertas clases tiene relaciones especiales con la de otras clases, lo que se traduce en deducciones del tipo "Todos los A son B". Por esto mismo, el prototipo de la ded uccin cientfica es el silogismo Barbara, que en forma esquemtica corresponde a19 Todos los A son B Todos los C son A Todos los C son B Aristteles seal cuatro requerimientos empricos (o sea, no lgicos) a las premisas de c ualquiera deduccin con pretensiones de calificar como explicacin cientfica. Primero, que debe ran ser ciertas; segundo, que deberan ser indemostrables; tercero, que deberan ser mejor c onocidas que la conclusin; y cuarto, que deberan ser causas de los atributos mencionados en la con clusin. Lo que primero llama la atencin de estos requerimientos es que las premisas deban ser in demostrables, pues parece contradictorio con el papel previamente aceptado de la induccin como un mecanismo para alcanzar generalizaciones. Pero lo que preocupaba a Aristteles (segn sus comentari stas) era que la nica forma de evitar regresiones infinitas en las explicaciones cientficas era postular la existencia de algunos principios indemostrables en cada una de las ciencias; por lo tanto, no todo el conocimiento acumulado en cada ciencia es demostrable. Aristteles especific que esta propiedad la exhiban las leyes cientficas ms generales, as como las definiciones de los significados de los atributos propios de cada ciencia. Pero este reque rimiento de indemostrabilidad de las premisas de las deducciones cientficas no es el que llam a ms la atencin de los cuatro mencionados, sino el de su relacin causal con los atributos de la c onclusin. Aristteles reconoci que entre las premisas y la conclusin se podan dar dos tipos de correlaciones, causales y accidentales; para distinguirlas, propuso que en las c orrelaciones causales el atributo ocurre en todos y cada uno de los miembros de la clase incl uida en la conclusin, se trata de una propiedad especfica y no de un efecto colateral de otro s atributos, y pertenece a la esencia del sujeto. ste es uno de los varios talones de Aquiles de l esquema cientfico aristotlico, especialmente porque no se especifican las caractersticas pr opias de la esencia. Aristteles apunt que "animal" es un predicado esencial de "hombre", pero desgraciadamente agreg "musical" como ejemplo de un predicado no esencial; de may or trascendencia, una cosa es dar ejemplos de predicados esenciales y accidentales (que fue lo que hizo) y otra esestipular los criterios generales y especficos para hacer tales distinciones (que fue lo que no hizo). 4) Teora de la causalidad. Debido a la enorme influencia que tuvo (y todava tiene) en los diferentes conceptos del mtodo cientfico a travs de la historia, conviene r esumir muy brevemente las ideas aristotlicas sobre la causalidad. Lo primero que debe mencio narse es que Aristteles tena una nocin de causa ms amplia y generosa que la contempornea; en nuest ro tiempo, la causa es algo (cosa o proceso) que hace que otro algo (tambin cosa o p roceso) ocurra, mientras que para Aristteles sta era solamente parte de una historia mucho ms compl eja y elaborada para explicar la existencia o la naturaleza de cualquier cos a, era indispensable especificar cuatro tipos diferentes de causas: materiales, eficien tes, formales y finales. Las causas materiales y eficientes son obvias, sobre todo cuando se sigue el ejemplo aristo tlico de una20 estatua (material = mrmol; eficiente = la idea de la estatua en la mente del arti sta), mientras que las causas formales y finales son menos aparentes y requieren cierta clarifi cacin. Las causas formales se refieren a la esencia de los objetos, a su forma (impuesta en la hyl o sustrato esencial de las cosas), o a la unin misma entre la hyl y su forma sobrepuesta, que no era necesariamente una morfologa especfica sino que poda ser tambin una temperatura, un color o una textura diferentes. Las causas finales son algo aparte, que todos nosotros conoc emos muy bien pero que formalmente tratamos de evitar. Aristteles las caracteriz como la actualizacin de propiedades potenciales, lo que hoy nadie podra rechazar en principio, especialme nte si aceptamos que todos los organismos biolgicos contenemos un programa que define y delimita, en trminos genricos y quiz no importantes a nivel individual, pero definitivos entre poblacio nes distintas, no slo lo que somos sino tambin todo lo que podemos llegar a ser. Aristteles pensab a que las cosas ocurren en parte porque la causa final (el telos) as lo proyecta y lo exige , o sea que el futuro (que de alguna manera ya existe, no slo hoy sino desde siempre) determina el pasado y el presente. sta es la premisa fundamental de la teleologa, una forma de "explicacin" de la existencia y desarrollo de los fenmenos naturales que tuvo gran popularidad entre los comentaristas medievales de Aristteles, entre los opositores de la "nueva ciencia " en elRenacimiento, entre los partidarios de la NaturPhilosophie, en el siglo XIX y que desde siempre ha sido una de las piedras de toque de los animistas o vitalistas, as como uno de lo s enemigos que han tratado de derrotar los deterministas o mecanicistas. Con la primera mencin d e esta contienda, mucho ms ideolgica y emocional que objetiva y racional, y que volveremos a encontr ar varias veces en estas pginas, conviene terminar nuestro examen de algunas de las ideas ms relev antes al mtodo cientfico de los sistemas filosficos de Platn y Aristteles, tambin conocidos como ant iguos. Espero que en el resto de este volumen quede claro que lo antiguo no es sinnimo n i de primitivo ni de equivocado. Como veremos, Platn y Aristteles se hicieron (en el lenguaje y con los intereses de su tiempo) muchas de las preguntas ms importantes que todava hoy nos planteamos , basados en poqusima informacin objetiva sobre el mundo real, sus respuestas fueron magnficas e n su generalidad y todava hoy, 25 siglos despus de haber sido propuestas, se siguen dis cutiendo y, como resultado natural de ese debate continuo, siguen siendo aceptadas por unos y discutidas por otros.I.3. LA EDAD MEDIA Tengo plena conciencia de que resumir las principales ideas de Platn y de Aristtel es sobre el mtodo cientfico en unas cuantas pginas slo puede hacerse como yo acabo de hacerlo, o sea cometiendo no una sino toda una letana de injusticias y omisiones. Me conforta un poco el hecho de que en este volumen realmente nunca estaremos muy lejos de ellos; alguna vez Whi tehead, el famoso matemtico y metafsico ingls de la primera mitad de este siglo, dijo que toda la fil osofa occidental no era ms que un pie de pgina de los textos de Platn. De manera mucho me nos grandiosa y elegante, lo que yo estoy diciendo es que Platn y Aristteles se re firieron a problemas que todava no hemos resuelto y que (como todos los problemas verdaderam ente21 filosficos) probablemente no tienen solucin. En este sentido, la filosofa ha sido c aracterizada como la disciplina acadmica ms apta para identificar y definir sus problemas, y al mismo tiempo la ms impotente para resolverlos; en la misma vena, tambin se ha dicho que la filo sofa es el basurero de los problemas insolubles del hombre. Siempre he considerado que esta ltimaopinin es muy optimista, porque supone la existencia de otros problemas que el ho mbre s puede resolver. En lo que sigue voy a intentar llenar el espacio histrico de 20 siglos que separa a Aristteles (siglo III a.C.) de Vesalio (siglo XVII d.C.), en unos cuantos prrafos. Como nues tro inters especfico es la historia del mtodo cientfico, podemos relajarnos; en este tema conc reto se agreg muy poco a Aristteles durante toda la Edad Media. Pero en este largo periodo los mdicos contribuyeron de manera sustancial al examen de la ciencia aristotlica y a los es casos avances que se registraron en ella, de modo que considero razonablemente justificado referir me de manera casi exclusiva a colegas galenos en lo que resta de este captulo. No se trata de un se sgo explicable por afinidades profesionales; es que desde siempre y por su propia naturaleza (b asada en el sufrimiento humano) la medicina ha dejado de pisar la tierra con menos frecuenci a que otras clases y variedades del conocimiento y de la fantasa del hombre, No que los mdicos no hayamos contribuido con generosidad (y a veces egregiamente) al inmenso panten do nde descansan todas las ideas peregrinas, las teoras fantsticas y las creaciones ms absurdas qu e ha producido el intelecto humano; temo que en este rengln, toda la medicina (antigua , medieval y contempornea) sea un competidor fuerte y no fcil de vencer. Pero como entre sus c ontrincantes se encuentran la filosofa, la poltica, la historia, la economa y otras ms de las llamadas ciencias sociales, la medicina no tiene otra cosa que hacer que acept ar la obvia superioridad de tales disciplinas acadmicas en el delicioso campo de lo absurdo y retirarse a la penumbra y al casi anonimato de la segunda fuerza. En el siglo II a.C., Crisipo bosquej lo que se conoce como "silogismos hipotticos" , en contraposicin con los ya mencionados "silogismos categricos" de Aristteles. Crisipo reconoci los siguientes cinco tipos: 1) Si p implica q, y p es cierta, entonces q es cierta. (Este silogismo se conoc i en la Edad Media como modus ponens.) 2) Si p implica q, y q es falsa, entonces p es falsa. (ste es el famoso silogismo bautizado como modus tollens, que Popper ha patrocinado tanto en nuestro siglo.) [ Vase captulo VII]. 3) Si p y q juntas son falsas, pero p sola es cierta, entonces q es falsa (o si q es cierta, p es falsa). 4) Si p o q son ciertas individualmente, pero no ambas, y p es cierta, entonces q es falsa. 5) Si p o q son ciertas individualmente, pero no ambas, y p es falsa, entonces qes cierta.22 De todos estos agregados, los tres ms importantes en la historia del mtodo cientfic o son el 1 (modus ponens), el 2 (modus tollens), y otro no sealado arriba, que s e conoce en medios fiosficos como la "falacia de afirmar la consecuencia", y que se enuncia c omo: Si p implica q, y q es cierto, entonces p tambin es cierto. Este silogismo hipottico es de gran trascendencia en la filosofa de la ciencia, po rque se refiere a algo que ser de capital importancia cuando tratemos el falsacionismo de Popper (vase captulo VII), y es que los datos acumulados en favor de una hiptesis no pueden demostrar que la hiptesis es vlida; tambin vale la pena decir que modus tollens significa "forma de eliminar". Ya es tiempo de que empecemos a mencionar a los mdicos medievales, y a nadie debe sorprender que nuestro primer galeno sea precisamente Galeno de Prgamo, quien en el prlogo de su Techn o Arte de la medicina distingue tres doctrinas o formas de ensear las cienci as mdicas, resolucin, composicin y definicin, como sigue: En todas las formas de enseanza que siguen un orden definido hay tres modos de pr oceder. Uno es el que sigue el camino de la conversin y resolucin; en ste se fija en la mente el obje to al que se aspira, y del que se desea un conocimiento cientfico, como la meta que debe satis facerse. Entonces se examina lo que lo rodea ms de cerca, incluyendo los elementos sin los cuales n o podra existir, y esta tarea no se termina hasta que se alcanzan los principios que la satisface n.... El segundo sigue el camino de la composicin, y es el opuesto al primero. En l se empieza con los datos obtenidos por resolucin y se regresa a las mismas cosas resueltas, para reunirlas otra vez (compone eas) en su propio orden, hasta que se llega a la ltima de ellas... Y el tercero procede a analizar la definicin. Las primeras doctrinas haban sido identificadas por un comentarista rabe de Galeno , Al ben Abbas (ca. 994), con las dos clases aristotlicas de demostracin, la que procede de los e fectos a las causas, la demonstratio quia y la que va de las causas a los efectos, la demonst ratio propter quid. Sin embargo, esta divisin se confundi con la que hizo el famoso Averroes en su com entario sobre la Fsica de Aristteles en no dos sino tres clases de demostraciones, que eran la d emonstratiosimpliciter o de causa y ser (como en las matemticas, en donde las causas son pri marias tanto para nosotros como para el orden de la naturaleza), la propter quid o de causa (como en las ciencias naturales, donde se empieza con lo que es primario para la naturaleza pero no pa ra nosotros), y la del esse o del signo, en que se empieza con efectos para llegar a las causas. Po r lo tanto, la distincin entre los dos procedimientos, el que va de los efectos a las causas y e l que va en direccin opuesta, son aristotlicos; es a partir de Galeno, y posteriormente con Ci cern y Boecio, que tales procedimientos se denominan resolutivo y compositivo, respectivamente. Pedro de Abano, en su Conciliator differentiarum philosophorum, et praecipue med icorum, escrito en 1310, al discutir el problema de si la medicina es o no una ciencia, dice que la palabra "ciencia" se usa de dos maneras distintas: 23 ... cuando pensamos que conocemos la causa por la que el hecho existe, o sea la causa de ese hecho, y que no podra ser de otra manera... este tipo de ciencia se debe a la demostracin propter quid o a lo que Galeno llam doctrina compositiva. Pero hay un segundo sentido de ciencia que tambin es correcto, y que ciertamente puede decirse que para nosotros es el ms correcto, ya que para nosotros la forma natural es proceder de lo que nos es ms conocido y cierto, a lo que es ms cognoscible en el orden de la naturaleza. Cuando, en casos donde los efectos dep enden de sus causas por un orden esencial de prioridad, llegamos por un camino opuesto a la causa qu e buscamos... adquirimos conocimientos por medio de la demostracin quia, o lo que se llama la d octrina resolutiva. Lo que Pedro de Abano est haciendo en este texto es sealar la existencia de dos ci encias diferentes, basado en la teora cientfica aristotlica. La ciencia se describe como e l conocimiento demostrativo de las cosas a partir de sus causas; su instrumento pr incipal es el silogismo demostrativo, que establece la relacin entre causa y efecto. El problema de construir tales silogismos es lograr que sirvan como los trminos medios de las d emostraciones. Abano establece una clara distincin entre dos clases de pruebas cientficas: la de los efectos derivadas de sus causas, y la de las causas identificadas por sus efectos. De acuerdo con Randall, la transformacin de la prueba demostrativa de las causas en un mtodo de descubrimiento fue la contribucin principal a la filosofa de la ciencia de la Escu ela de Padua. Otro mdico, Jacobo de Forli, profesor de medicina y despus de Filosofa natural en Padua, adopt en 1475 la divisin de las demostraciones en compositiva y resolutiva, pero agreg a esta ltima un anlisis sorprendentemente moderno, en donde se encuentran ya los grmenes del reduc cionismo. En su libro Super Tegni Galeni, dice: La demostracin resolutiva es de dos tipos, natural o real, y lgica. La resolucin re al aunque frecuentemente confundida, no es otra cosa que la separacin de una cosa en sus p artes componentes. En cambio, la resolucin lgica se llama as metafricamente, y la metfora se origina de la manera siguiente: como cuando algo compuesto se resuelve, sus part es se separan entre s de modo que cada una se mantiene aislada en su simple ser, tambin de esa manera cuando se hace una resolucin lgica de una cosa que al principio se vea en forma confusa ahora se observa con precisin de modo que las partes y causas en contacto con su esencia s e aprecian con claridad. As, si cuando se tiene una fiebre lo primero que se percibe es el conce pto de fiebre, sta slo se comprende de manera general y confusa; si a continuacin la fiebre se res uelve en sus causas (ya que todas las fiebres provienen del calentamiento de los humores, de los espritus o de los miembros, y a su vez el calentamiento de los humores puede ser de la sangre, de la flema, etc.), hasta que se alcanza la causa especfica y nica, y con ella el conocimiento, de esa fiebre.24 Otro mdico italiano del siglo XV, Hugo de Siena, quien fuera profesor de medicina en Padua, Ferrara y Parma, se basa en Galeno cuando define la doctrina como la exposicin de todo lo que es demostrable (manifestatio demonstrabilis) y que consta de dos modos distint os, resolucin y composicin; en las ciencias completas, como la fsica y la medicina, es imposible u sar solamente uno: ...porque en el conocimiento de las causas usamos la demostracin quia, mientras q ue en el conocimiento cientfico de los efectos usamos la demostracin proper quid. Se acept a que ambos procedimientos son necesarios, as como la explicacin de muchas definiciones. En su libro Expositio Ugonis Semensis super libros Tegni Galieni, publicado en 1 498, Hugo se rehsa a separar los dos procedimientos, inventio y notificatio, descubrimiento y docum entacin, de las consecuencias. En este texto seala: ... veo en el descubrimiento cientfico de los efectos por medio de su causa un doble procedimiento, y lo mismo en el descubrimiento cientfico de los efectos a travs de su causa. El primero consiste en establecer el trmino medio o causa, el segundo es determinar sus efectos o consecuencias. Y el proceso del descubrimiento en el caso de la demostracin de ca usas es resolutivo, mientras que en la determinacin de sus consecuencias es compositivo.. . En la demostracin a partir de los efectos, ocurre exactamente de manera inversa. Con esto, resulta claro que Hugo de Siena se rehsa a separar los dos procedimient os; tanto la inventio o descubrimiento, como la notificatio o sus consecuencias forman partes sucesivas del mtodo que debe emplearse. En otras palabras, tanto el descubrimiento como las pru ebas a la que se le somete son esenciales para el mtodo cientfico. Muchos otros autores de esos tiempos, como Pablo de Venecia, Agostino Nifo Pedro Pomponazzi, Bernardo Tomitanus y otros ms, contribuyeron con comentarios ms o menos afortunado s y agudos a redefinir, completar y adornar la herencia filosfica que la Antigedad y la Edad Me dia ofrecieron a los renacentistas como slida base para su despegue. La inmensa riqueza d e la filosofa de la ciencia acumulada por el mundo occidental a travs de ms de 25 siglos ha sido in terpretada de dos maneras muy distintas: por un lado, como la indispensable limpieza del territorio que precede a los avances verdaderos; por el otro lado, como el prolegmeno histrico ne cesario a cualquier movimiento intelectual novedoso, que por definicin lo incluye ntegro en sus nuevas e iconoclastas dimensiones. En otras palabras, la historia concebida como un catlog o en decrescendo de errores, o como la acumulacin progresiva de experiencias cada vez ms positivas . Con humildad e incertidumbre, me atrevo a sugerir que la historia, el devenir de los hechos a travs del tiempo, no solamente incluye en su amplio y generoso regazo todos nuestros25 numerosos errores y nuestros escasos logros, sino que adems abarca la totalidad d e nuestros sueos, ilusiones, esfuerzos y trabajos que finalmente no produjeron nada, ni siqu iera un pensamiento absurdo o un error rescatable. Esta historia, la del error y la estu pidez humana, se ha estado escribiendo con todo detalle desde tiempo inmemorial, pero temo que nunca ser contada, ni siquiera en sus aspectos ms generales. Es cierto que los seres humano s estamos, en promedio, mucho ms cerca de las bestias que de los ngeles, aunque yo nunca he podido resolver si, al final de cuentas, esto nos favorece o nos disminuye. Para cerrar esta encuesta histrica del mtodo cientfico en la Edad Media, voy a conc entrarme en el pensamiento de Jacobo Zabarella (15331589), el ltimo de los filsofos de Padua. C on sabidura que hoy podramos aceptar como proftica, Zabarella consider a la lgica no como una ci encia sino como un instrumento, como un mtodo cuya definicin es idntica a la de un silogismo. De hecho, Zabarella dice: Todo el contenido de la lgica es de nociones secundarias, que son nuestro propio trabajo y puede ser o no ser, de acuerdo con nuestra voluntad. Por lo tanto, se trata de cosas c ontingentes y no necesarias, y por lo mismo no pertenecen a la ciencia, que solamente trata de co sas necesarias. Es interesante que Zabarella viera con claridad las diferencias entre la lgica y la ciencia, que posteriormente se obliteraron, generando muchos y muy graves problemas filosficos , algunos de los cuales todava vivimos hoy. Como veremos en el captulo III, el principal responsabl e de este problema fue David Hume, el famoso filsofo escocs del siglo XVIII, con su e xplicable pero funesta incapacidad para distinguir entre la lgica y la realidad. Precediendo a H ume por dos siglos, Zabarella seal lo siguiente: Porque todo progreso cientfico que va de lo co nocido a lo desconocido viaja de causa a efecto o de efecto a causa. El primero es el mtodo d emostrativo, el segundo es el mtodo resolutivo; no existe ningn otro mtodo que genere conocimiento cierto de las cosas. Randall seala que la originalidad de Zabarella consiste en establecer una clara d iferencia entre la observacin no planeada, accidental u ordinaria, y la verdadera experiencia cie ntfica. Los autores clsicos se basaron en la coleccin indiscriminada de datos, mientras que Za barella insisti en que la experiencia debe ser rigurosamente analizada, con objeto de des cubrir el "principio" que la explica, la estructura universal que la subtiende. Con este conocimiento estaremos ya en condicin de deducir correctamente los hechos asoc iados con la causa. Por lo tanto, el mtodo cientfico se inicia con el anlisis preciso de u nos cuantos ejemplos selectos de un principio general, sigue con el enunciado de tal pri ncipio, y de ah procede a predecir y explicar una serie ordenada de hechos, o sea constituir lo que conocemos como una ciencia formal. Quiz uno de los aspectos ms positivos de Zabarella, que posteriormente se perdi y q ue hoy pareceestarse recuperando, es su desinters en que los principios de las ciencias natura les se expresaran matemticamente. De hecho, casi todos sus ejemplos estn tomados de los e studios 26 biolgicos de Aristteles. La matematizacin de la ciencia fue el resultado del Renaci miento de la tradicin mstica pitagrica y del platonismo en el siglo XVII, cuyo mejor representan te fue Kepler. La primera edicin de los tratados matemticos de Arqumedes en latn la public T artaglia en 1543, y tuvo una influencia definitiva en la predominante tendencia matemtica de la revolucin cientfica en el siglo XVII. Segn Randall: La ciencia es un cuerpo de demostraciones matemticas cuyos principios s e descubren resolviendo instancias experimentales aisladas. ste es el mtodo cono cido por Euclides y Arqumedes como una combinacin de "anlisis" y "sntesis", y por los filsofos de Padua y por Galileo como "resolucin" y "composicin". Es tradicional y aristotlico porque considera la estructura de la ciencia como dialctica y deductiva, y porque incluye a todas las verificaciones y demostraciones dentro de un sistema lgico de ideas. Ha alterado el esquema aristo tlico medieval haciendo matemticos los principios de la demostracin, y al empirismo escolstico le ha agregado la insistencia en que el descubrimiento no es nada ms observacin y general izacin, no nada ms abstraccin de experiencias comunes, sino que representa el a nlisis matemtico preciso y cuidadoso de una experiencia cientfica lo que la tradicin mdica de Padua llam "resolucin" y lo que Arqumedes bautiz como "anlisis". Sin embargo, esta postura curiosamente medieval de Randall sobre la ciencia ha e ncontrado gran oposicin, no slo en el propio siglo XVII al que se refiere sino incluso en la poca contempornea. En las pginas que siguen se registran y resumen otras ideas filosfica s sobre la naturaleza y existencia del mtodo cientfico.27 II. LOS CIENTFICOS DE LA REVOLUCIN CIENTFICA: VESALIO, GALILEO, HARVEY, NEWTON, HOO KE Y LEIBNIZ I.1 INTRODUCCIN II.2. ANDRS VESALIO II.3. GALILEO GALILEI II.4. WILLIAM HARVEY II. 5. ISAAC NEWTON II.6. ROBERT HOOKE II.7. GOTTFRIED WILHELM LEIBNIZII.1 INTRODUCCIN EL TRMINO "revolucin cientfica" nos dice Cohen, ha sido usado desde hace mucho tiem po pero no siempre con el mismo significado que hoy se le asigna de manera general. Este lti mo se debe al impacto de tres libros famosos: Los orgenes de la ciencia moderna, de Herbert But terfield, publicado por primera vez en 1949, La revolucin cientfica, de A. Rupert Hall, de 1 954, y La estructura de las revoluciones cientficas, de Thomas S. Kuhn, de 1962. L os dos primeros se refieren a la revolucin cientfica, mientras que Kuhn, como veremos posteriorme nte (vase captulo VIII), considera varios o muchos episodios dentro de la ciencia misma. Co hen escribe: Frecuentemente se ha dicho que fue Herbert Butterfield quien introdujo la expres in "la revolucin cientfica" en el discurso histrico. Cuando una vez lo interrogu sobre este punto, B utterfield quien desde tiempo atrs estaba interesado en la historiografa me contest que tena plen a conciencia de su papel en la popularidad del trmino, pero que no poda reclamar que fuera un invento original... De todos modos, Butterfield fue el principal responsable de que la revolucin cientfica se transformara en un tema central en la mente de cada lecto r. Para Butterfield el concepto de la revolucin cientfica es el de la transformacin de la sociedad occidental de medieval en moderna, iniciada en el siglo XVII y que actualmente sigue ocurriendo. Esta transformacin ha sido el resultado de la emergencia de una nueva actitud hacia la naturaleza, de un nuevo pensamiento cientfico. Butterfield escribi: En un tiempo los efectos de la revolucin cientfica y los cambios contemporneos con ella se enmascararon por la persistencia de nuestra educacin y nuestras tradiciones clsica s, que por ejemplo todava en el siglo XVIII decidieron gran parte del carcter de Francia e In glaterra. En otra poca estos efectos se ocultaron en el apego popular a la religin que ayud a fo rmar el carcter de este pas hasta en el siglo XIX. La fuerza de nuestra conviccin de que la nuestra era una civilizacin greco romana la manera como permitimos a los historiadores del arte y a los fillogos que nos convencieran de que esto que llamamos "el mundo moderno" era producto del 28 Renacimientoayud a ocultar la naturaleza radical de los cambios que haban ocurrido y de las colosales posibilidades encerradas en las semillas sembradas en el siglo XVIII. De hecho, este siglo XVII no nada ms trajo un nuevo factor a la historia, como frecuentemente se supone, uno ms que debe agregarse, por as decirlo, a los dems factores permanentes. Este nuevo fa ctor inmediatamente empez a empujar a los otros, desplazndolos de su posicin central. Es ms, de inmediato empez a intentar controlar a los dems, tal como los apstoles del nuevo mo vimiento desde el principio haban declarado que era su intencin. El resultado fue la emerge ncia de un tipo de civilizacin occidental que cuando se transmiti al Japn oper sobre sus tradiciones all tal como acta sobre nuestras tradiciones aqu disolvindolas y prestando atencin exclusiv a a un futuro de mundos nuevos bravos. Es una civilizacin que poda separarse de la h erencia grecoromana en general y alejarse del mismo cristianismo con plena confianza en s u poder para existir independiente de ese tipo de estructuras, Ahora sabemos que lo que estab a surgiendo al final del siglo XVII era una civilizacin, quiz exhilarantemente nueva, pero tan ex traa como Nnive y Babilonia. Esto es por lo que, desde el nacimiento del cristianismo, no h ay ningn otro episodio en la historia que pueda compararse con ste. Aunque tambin es posible hacer hincapi en la continuidad histrica del pensamiento c ientfico, sealando a sus predecesores en el Renacimiento, en la Edad Media y hasta en el mu ndo helnico, no cabe duda que a partir del siglo XVII la ciencia adquiere un mpetu y una influenc ia sobre la vida humana que antes no posea. Para nuestro inters, que es examinar la evolucin del pensamiento sobre el mtodo cientfico, en ese siglo se inicia lo que podra llamarse la profesion afizacin de la filosofa de la ciencia. Con esto quiero decir que a partir del siglo XVII surgen una serie de pensadores que, sin ser cientficos, examinan y describen la estructura de la ciencia. No que los propios hombres de ciencia hayan dejado repentinamente de interesarse en los aspectos tericos de su propia disciplina; por el contrario, todava durante todo ese siglo y el siguiente los cientficos siguieron analizando y criticando los aspectos filosficos de la cie ncia. Pero ya no estaban solos, en vista de que los filsofos haban recibido el impacto de la rev olucin cientfica y a sus intereses tradicionales en la tica, la esttica, la lgica y la meta fsica agregaron ahora la epistemologa y el mtodo cientfico. En este captulo vamos a examinar las ideas sobre el mtodo cientfico de seis famosos hombres de ciencia que contribuyeron con sus trabajos a iniciar y a realizar la revolucin ci entfica. La seleccin de estas seis figuras obedece a que adems de sus contribuciones inmortale s al conocimiento de la naturaleza, tambin expresaron sus puntos de vista pe rsonales sobre la manera como llevaron a cabo sus trabajos. Como veremos, la historia de sus de scubrimientos no siempre coincide con la descripcin que ellos mismos hacen del mtodo que siguieron para realizarlos, confirmando lo que una vez dijo Einstein:29 Si quieren averiguar algo sobre los mtodos que usan los fsicos tericos, les aconsej o que observen rigurosamente un principio: no escuchen lo que ellos dicen sino ms bien fijen su atencin en lo que ellos hacen.II.2. ANDRS VESALIO Andrs Vesalio (15141564) realmente no pertenece al siglo XVII, pero puede decirse que con l se inicia la revolucin cientfica, en vista de que se opuso a la milenaria tradicin galn ica de conceder la autoridad suprema a los textos, proponiendo en su lugar a la natural eza como el ltimo rbitro de la verdad. En realidad, Vesalio no criticaba a toda la medicina galnica, sino solamente a aquellos mdicos que basaban sus conocimientos de anatoma en el estudio de las obras pertinentes de Galeno, en vez de aprenderla haciendo personalmente disecciones en cadveres; a dems, Vesalio seal que parte de la anatoma de Galeno estaba basada en disecciones de animales. Pe ro Vesalio se refiri a Galeno como el "prncipe de los mdicos" y especficamente seal que no quera apa ecer "desleal con el autor de todas las cosas buenas ni irrespetuoso con su autoridad". Andrs Vesalio (15141564) Vesalio estudi medicina en Padua y se gradu magna cum laude el 5 de diciembre de 1 537, a los 23 aos de edad; al da siguiente fue nombrado explicator chirugiae y empez a dar con ferencias a los estudiantes sobre anatoma y ciruga. Para sus demostraciones prcticas de anatoma Vesalio rompi con la tradicin y l mismo hacia sus disecciones, en lugar de confirselas a un cirujano; en el curso del ao siguiente el juez de la corte criminal de Padua empez a enviarl e a Vesalio los cadveres de los ajusticiados, con lo que progres rpidamente en sus estudios anatmicos, dndose cuenta de que la anatoma humana de Galeno estaba realmente basada en animal es y adems contena numerosos errores. En 1543, cuando Vesalio tena apenas 28 aos de edad, apareci su monumental libro De Humani Corporis Fabrica ("Sobre la estru ctura del cuerpo30 humano") un volumen ilustrado profusamente con bellsimas imgenes que todava hoy, a ms de cuatro siglos y medio de su aparicin, siguen siendo una de las cumbres de la ilustracin d el conocimiento cientfico. Casi inmediatamente despus de la publicacin de su libro Vesal io renunci a su ctedra en la Universidad de Padua e ingres al servicio del emperador Carlos V; cuando ste abdic en 1555, Vesalio se qued en Espaa, como mdico de Felipe II, pero en 1564 hizo una peregrinacin a la Tierra Santa y en el viaje de regreso muri en circunstancias osc uras en la isla griega llamada Zanthos o Zkinthos. En el prlogo de su libro, Vesalio describe la situacin de la medicina de su tiempo y critica a los mdicos que han descuidado el estudio de la anatoma, a los profesores que no ha cen disecciones personalmente, y a los que se someten por completo a las enseanzas de Galeno. Aun que la crtica est dirigida a estos tres grupos en especial, en realidad es aplicable a todo el esquema del pensamiento medieval, basado como estaba en la autoridad inapelable del dogma. L a ciencia eraimposible mientras la verdad sobre la naturaleza tuviera que buscarse no en la r ealidad sino en las Sagradas Escrituras, y todo lo que las contraviniera no slo era falso sino obra d el demonio, por lo que deba prohibirse y combatirse con el fuego. Por simple extrapolacin, las obr as de Galeno se haban erigido en el equivalente de las Sagradas Escrituras mdicas, de modo que lo que Vesalio se abrevi a hacer fue una hereja mdica monumental. Sin embargo, tal hereja era indispen sable como parte de un nuevo mtodo para el estudio de la anatoma, de un nuevo mtodo para explo rar la naturaleza, de un nuevo mtodo cientfico. Vesalio escribe con todo el desenfado y la arrogancia, pero tambin con la frescur a de sus 28 aos de edad. He aqu algunos prrafos de su "Prlogo": ... La deplorable divisin del arte del tratamiento introdujo en las es cuelas el detestable procedimiento en el que algunos realizan la diseccin del cuerpo humano y otros presentan la descripcin de sus partes, estos ltimos como cuervos trepados en sus a ltas sillas, con egregia arrogancia eructan cosas que nunca han investigado sino que simpleme nte han memorizado de los libros de otros, o de lecturas de lo que ya se ha descrito. Los primeros son tan ignorantes de idiomas que son incapaces de explicar sus disecciones a los espectadores y co nfunden lo que debera demostrarse de acuerdo con las instrucciones del mdico que, como nunca ha u sado sus manos en la diseccin de un cadver, desdeosamente capitanea el barco desde un manual. De e sta manera todo se ensea mal en las escuelas, los das se gastan en cuestiones ridculas y, con tal confusin, se les presenta menos a los espectadores de lo que un carnicero le podra ensear a un mdico en su puesto...31 Portada del libro De Fabrica de Andrs Vesalio, publicado en 1543. Ellos (los anatomistas contemporneos) dependen tan firmemente en yonosque propiedad de los escritos de su lder que, junto con la falta de prctica en la diseccin de otros, han reducido vergonzosamente a Galeno a breves compendios y nunca se apartan de l si es que alg una vez lo comprenden ni por el espesor de una ua. De hecho, en los prefacios de sus libros anuncian que sus escritos estn totalmente armados con las conclusiones de Galeno y que todo lo de ellos es de l, agregando que si por casualidad alguien los criticara debera considerarse que Gal eno tambin haba sido criticado. Se han rendido de manera tan completa a l que no hay mdico que pud iera declarar que alguna vez se hubiera encontrado ni siquiera el mnimo error, mucho menos que ahora se encontrara, en los libros anatmicos de Galeno excepto que Galeno frecuentemente se corrige a s mismo, aludiendo a su negligenci a 32 en libros previos y enseando lo opuesto en obras posteriores, cuando ya tena ms exp eriencia aunque para m est bien claro, gracias al renovado arte de la diseccin, a lecturas d iligentes de los libros de Galeno y a su correccin en varios sitios por lo que no nos avergo nzamos que l nunca disec un cuerpo humano y que confundido por sus monos (aunque s tuvo acceso a dos cadveres humanos ya secos), frecuentemente y de manera inadecua da se opuso a los mdicos antiguos educados en el arte de la diseccin... Ellos (los anatomistas contemporneos) dependen tan firmemente en yonosque propiedad d e los escritos de su lder que, junto con la falta de prctica en la diseccin de otros, han reducido vergonzosamente a Galeno a breves compendios y nunca se apartan de l si es que alg una vez lo comprenden ni por el espesor de una ua. De hecho, en los prefacios de sus libros a nuncian que sus escritos estn totalmente armados con las conclusiones de Galeno y que todo lo de ellos es de l, agregando que si por casualidad alguien los criticara debera considerarse que Gal eno tambin haba sido criticado. Se han rendido de manera tan completa a l que no hay mdico que pud iera declarar que alguna vez se hubiera encontrado ni siquiera el mnimo error, mucho menos que ahora se encontrara, en los libros anatmicos de Galeno excepto que Galeno frecuentemente s e corrige a s mismo, aludiendo a su negligencia en libros previos y enseando lo opuesto en obra s posteriores, cuando ya tena ms experiencia aunque para m est bien claro, gracias al renovado arte de la diseccin, a lecturas diligentes de los libros de Galeno y a su correccin en varios sitios por lo que no nos avergonzamos que l nunca disec un cuerpo humano y que confun dido por sus monos (aunque s tuvo acceso a dos cadveres humanos ya secos), frecue ntemente y de manera inadecuada se opuso a los mdicos antiguos educados en el arte de la disecc in... Sin embargo, en este momento no intento criticar las falsas enseanzas de Galeno,fcilmente el prncipe de los profesores de la diseccin; mucho menos deseo ser considerado como desleal al autor de todo lo bueno y como irrespetuoso de su autoridad. Porque recuerdo cmo los mdicos en amplia diferencia con los seguidores de Aristteles se alteran cuando en una disecc in anatmica actual ven que las descripciones galnicas son incorrectas en ms de doscientos aspe ctos relacionados con la estructura humana y sus usos y funciones, y cmo durante el ex amen de las partes disecadas tratan de defenderlo con gran energa y aplicacin. Sin embargo, ha sta ellos mismos, dominados por su amor a la verdad, poco a poco han cedido y ahora ponen ms fe en sus propios ojos y en su razn que en los escritos de Galeno... El ltimo prrafo del "Prlogo" de Vesalio a su magna opus tambin tiene mucho que ver c on el mtodo cientfico, especialmente con su lucha por establecer un nuevo criterio de ve rdad, por sustituir a la autoridad oficial, representada en su tiempo por los escritos d e Galeno, con la33 observacin personal de la realidad. El prrafo se disuelve en alabanzas a Carlos V, pero antes de ellas todava se percibe el joven e indomable genio de Vesalio, promoviendo su nue vo mtodo cientfico. El principio dice as: Tengo conciencia de que por mi juventud actualmente tengo 28 aos de edad mis esfuer zos tendrn poca autoridad; adems, debido a mi frecuente indicacin de la falsedad en las ensean zas de Galeno, tendrn poca proteccin de los ataques de los que no estuvieron presentes en mis demostraciones anatmicas o que no han estudiado profundamente la materia; se inve ntarn distintos y valientes esquemas en defensa de Galeno, a menos de que estos libros aparezcan bajo el auspicio bendito y el gran patronato de algn poder divino...II.3. GALILEO GALILEI Para muchos autores, la ciencia moderna realmente comienza con Galileo Galilei ( 15641642). Esta opinin se basa en los dos avances en metodologa cientfica generalmente acreditados a Galileo: el uso de experimentos para explorar ideas especficas, y la matematizacin de la cienc ia. Para nuestro inters particular, que es (recordemos) la evolucin histrica del mtodo cientfi co, Galileo es realmente importante porque sus numerosos escritos incluyen muchas pginas con sus ideas y reflexiones sobre cmo se hace la ciencia. Sin embargo, no debe ocultarse que Ga lileo es tambin el primer caso, por lo menos de su estatura intelectual, en el que se ha argumen tado con datos aparentemente slidos, que lo que Galileo dice que hizo y lo que realmente hizo no son exactamente idnticos. Esta controversia, iniciada por Alexander Koyr en sus Estudios galileico s y a la que nos referiremos brevemente, tiene ya varios aos de estarse debatiendo y seguramen te que pasarn muchos ms aos hasta que se resuelva, o no. Nuestro inters es registrar lo que Galileo dice que es el mtodo cientfico y detecta r si en sus propias investigaciones realmente lo sigue. Para esta tarea cont amos con dos obras fundamentales, el Dilogo de los dos principales sistemas del mundo y el Dilo go sobre las dos nuevas ciencias. Estos dos libros no son tratados cientficos tcnicos, por lo m enos como los conocemos ahora, sino ms bien obras de difusin de la ciencia dirigidas al pblico ge neral no cientfico, ejercicios maestros de cuidadosa retrica (e incidentalmente, de esplndid a literatura) que describen detalladamente el pensamiento de Galileo en los tiempos en que est aba desarrollando sus ideas ms revolucionarias. Debe aclararse que Galileo public sus dos obras fund amentales cuando tena 68 y 74 aos de edad, respectivamente, y que la segunda la escribi cuand o ya estaba casi ciego y recluido (formalmente preso) en su quinta de Arcetri. En otros escr itos, como El mensajero sideral, El ensayador, y la Carta a la duquesa Cristina, tambin existen prrafos enteros dedicados a varios aspectos del mtodo cientfico.34 Galileo Galilei (15641642) En sus trabajos cientficos, Galileo se enfrenta a problemas relativamente simples y uno por uno, en lugar de intentar contestar preguntas grandiosas y complejas, concentra su at encin en unos cuantos hechos, especficamente los que pueden describirse en trminos matemticos. Se ha discutido mucho si Galileo iniciaba su investigacin con una teora sobre el fenmeno que iba a examinar, o si esta teora era consecuencia de sus experimentos y observaciones. Citar dos prra fos de la correspondencia de Galileo, tomados cada uno de sendas cartas escritas (ms bien d ictadas) al final de su vida, cuando ya estaba ciego. La primera carta, de 1637, est dirigida a Cal cavy en Pars y contiene la respuesta de Galileo a una consulta que le haca el famoso matemtico francs Pierre Fermat: Yo discuto ex suppositione, imaginndome un movimiento hacia un punto alejado de l os dems, que se va acelerando, aumentando su velocidad en la misma proporcin en que aumenta el ti empo, y a partir de este movimiento demuestro en forma concluyente muchas propiedades. Agrego que si la experiencia mostrara que tales propiedades se verifican en el movimiento de cu erpos pesados cayendo naturalmente, podemos afirmar sin error que se trata del mismo movimient o que yo defin y supuse; y si no fuera as, mis demostraciones, basadas en mi suposicin no pierden n ada de su fuerza ni de su conclusividad... Pero ha ocurrido que en el caso del movimiento supuesto por m, todas las propiedades que he demostrado se han verificado en el movimiento de los cuerpos pesados que caen en forma natural.35 Portada del libro Dilogo de los principales sistemas del mundo, de Galileo Galile i, publicado en 1632.Dos aos ms tarde, en 1639, Galileo le escribe a su buen amigo y corresponsal Giova nni Battista Baliani, para agradecerle el envo de su libro De motu..., y dice: Pero regresando a mi tratado sobre el movimiento, yo discuto ex suppositione sob re el movimiento definido como menciono antes, de modo que si las consecuencias (deducidas) no co rresponden a los acontecimientos del movimiento natural en la cada de objetos pesados, me afectara muy poco, de la misma manera que no afecta 36 en ninguna forma a las demostraciones de Arqumedes el hecho de que no se encuentr e en lanaturaleza un objeto mvil que se mueva en espirales. Pero en esto yo he sido, por decirlo as, afortunado (avventurato) en vista de que el movimiento de los objetos pesados y sus acontecimientos corresponden puntualmente a los demostrados por m en el movimiento definido por m. Debe sealarse que, en contra de los entusiastas partidarios del mtodo hipotticodeduc tivo (vase captulo VII), que estaran encantados de contar con Galileo en sus filas, el trmino ex suppositione no significa lo mismo que ex hypothesi. En los escritos de Toms de A quino y en toda la tradicin escolstica, quiere decir razonar de los efectos conocidos a las causas desconocidas, o sea "razonar hacia atrs". En el lenguaje lgico contemporneo esto se expresa como: si p, entonces q p, por lo tanto, q, en donde p se refiere a observaciones o resultados experimentales, mientras que q identifica explicaciones tericas o causas; los escolsticos lo conocan como el argumento modus ponens. Como veremos posteriormente el salto de los efectos a las causas no tiene ningn valor lgico, o mejor dicho, slo es vlido cuando ya sabemos que los efectos en cuestin son producidos por una sola causa, en cuyo caso se vuelve trivial pero Galileo parece haberlo abrazad o no slo con conviccin filosfica (segn sus primeros libros de notas, era un tomista convencido) sino tambin con gran xito, gracias a que se limit a problemas que pueden expresarse matemticame nte. Galileo supuso que para cuerpos con movimiento uniformemente acelerado (definido por l co mo velocidad aumentada uniformemente con el tiempo), la distancia cubierta en un momento dado es proporcional al cuadrado del tiempo transcurrido. La relacin entre aceleracin y la proporcin tiempod istancia es matemtica y absoluta; ningn experimento puede refutarla Sin embargo, uno puede pre guntarse legtimamente si esa relacin terica describe de manera adecuada la cada de cuerpos pe sados en la superficie de la Tierra; la respuesta de Galileo a esta pregunta fue positiva. Uno de los prrafos ms citados de Galileo ocurre al principio de su libro El ensaya dor, una polmica dirigida en contra de la dialctica de losjesuitas, identificados en el vol umen con el personaje Sarsi, pero realmente representados por el padre Horacio Grassi, profe sor de matemticas en el Collegio Romano. Galileo dice: Signor Sarsi, las cosas no son as. La filosofa est escrita en este gran volumen me r efiero al universo que se mantiene continuamente abierto a nuestra inspeccin, pero que no pu ede comprenderse a menos que uno aprenda primero a entender el idioma y a interpreta r los signos en que est escrito. Est escrito en el idioma de lasmatemticas y sus signos son tringulos, crculos y otras figuras geomtricas, sin las37 que es humanamente imposible entender una sola palabra; sin ellas, uno camina en un oscuro laberinto. Pero Galileo no es un matemtico terico, no hace sus formulaciones numricas y geomtri cas de fenmenos naturales y se detiene ah, sino que procede a disear y a realizar experime ntos con objeto de establecer si la naturaleza est de acuerdo con sus clculos, en vista de que, como l mismo dice: El experimento) es comn y necesario en las ciencias que aplican demostraciones ma temticas a sus conclusiones fsicas Un ejemplo de los experimentos realizados por Galileo para resolver una cuestin e specfica es la famosa observacin de la cada de objetos de distinto peso "desde una torre". Es seg uro que las descripciones de una confrontacin pblica de Galileo con los aristotlicos en la torr e inclinada de Pisa son puro cuento, pero en sus cuadernos de notas estn registrados experime ntos diseados para explorar la idea generalmente aceptada entonces (y, entre el pblico menos re finado, todava aceptada hoy) de que la velocidad de la cada libre de los cuerpos es proporcional a sus pesos respectivos Los resultados de sus experimentos sealan claramente que eso no es as, aunque los cuerpos ms pesados s tocan el suelo ligeramente antes que los ms livianos; sin emba rgo, Galileo atribuye esta pequea diferencia a la friccin del aire y a la distinta capacidad de los cuerpos pesados y ligeros para superar tal resistencia en el vaco, que sera la situacin ide al, todos los cuerpos caeran con idntica velocidad. En relacin con otra hiptesis matemtica sobre el movimiento, que la velocidad a la que caen los cuerpos es uniformemente acelerad a, Galileo no poda (ni nadie puede hoy, con los instrumentos tcnicos accesibles a Galileo) disear un experimento para ponerla a prueba directamente, pero en cambio Galileo decide examinar exper imentalmente si otra hiptesis, que es una consecuencia lgica de la primera (que es que la distanci a es proporcional al cuadrado del tiempo) corresponde a la realidad. Pero como esta s egunda hiptesis tambin est ms all de sus posibilidades tcnicas, en vista de que los cuerpos caen con demasiada rapidez para hacer cualquier tipo de mediciones, Galileo opta por "diluir la gra vedad" (como l mismo dice) y hace sus experimentos en un plano inclinado.Galileo no slo haca experimentos para poner a prueba conclusiones tericas matemticas , sino tambin para explorar fenmenos, o sea para aumentar el nmero de datos que poda inclui r en sus clculos tericos. Pero adems, Cohen seala lo siguiente: Las numerosas observaciones astronmicas y experimentos de Galileo encierran dos c aractersticas revolucionarias de su filosofa cientfica (aclaradas para m en correspondencia con S tillman Drake). Una es la creencia declarada por Galileo de que las "experiencias sensor iales y las demostraciones necesarias" tienen "precedente no slo sobre los dogmas filosficos s ino tambin sobre los teolgicos". Muy probablemente, no fue sino hasta el siglo XIX que la ma yora de los cientficos adopt posiciones como la suya". Un segundo y relacionado aspecto de la postura de Gali leo 38 (que Drake dice ser "el principal carcter innovador de su ciencia y mencionado po r Galileo en muchos sitios") es "la falta de valor de la autoridad para decidir sobre cuestio nes cientficas". En Cuerpos en el agua, Galileo se atrevi a comentar "que la autoridad de Arqumedes no era de mayor importancia que la de Aristteles; Arqumedes tuvo razn porque sus conclus iones estuvieron de acuerdo con el ". Drake duda que "Galileo consider algo ms e n su ciencia como nuevo que sus descubrimientos, que hablaban por s mismos". Entre las muchas cosas que se han dicho de Galileo es que es una de las mayores figuras trgicas de la humanidad, lo que es cierto, pero en ms de un sentido. Galileo es uno de los ms grandes talentos en la historia del mundo occidental, uno de los creadores de nuestra cu ltura, uno de nuestros mejores cientficos, que al mismo tiempo porta con orgullo el manto de mrt ir en aras de la libertad del espritu. Todo eso es cierto. Pero Galileo es todava al go ms, quiz menos ampuloso y fluorescente, pero de igual o mayor importancia para la comuni dad cientfica internacional: l es ya uno de los nuestros; en oposicin a los antiguos, sus intere ses y problemas tienen una estructura moderna y un sabor actual, en sus interminables polmicas ap arece como el portador del estandarte de la modernidad, de lo que nosotros somos hoy. Galileo fue acusado de platonista por Koyr y sus seguidores. ste no es el sitio pa ra examinar objetivamente los detalles de tal acusacin; sin embargo, voy a terminar mi anlisis de las ideas de Galileo sobre el mtodo cientfico citando el ltimo prrafo del excelente artculo de Girillo sobre el tema:En las pginas anteriores hemos examinado crticamente la idea de que Galileo era un discpulo de Platn porque usaba matemticas y deduccin, el concepto de que su mtodo hipotticodeducti vo era primariamente platnico, y la idea de que los trminos abstractos de sus teoras lo co mprometan con un platonismo pitagrico. El mantenimiento de estos errores hace a Galileo un raci onalista dogmtico, cuando en realidad, tanto por sus escritos como, principalmente, por su s trabajos, dirigi un ataque intelectual en contra del racionalismo dogmtico y del empirismo d ogmtico, ofreciendo un prototipo del equilibrio pragmtico moderno entre la razn y los senti dos en la ciencia. Aqu termina nuestro primer contacto con Galileo, pero volveremos a encontrarnos c on l varias veces, incluso al final de estas pginas.II.4. WILLIAM HARVEY William Harvey (15781657) estudi medicina en Cambridge, en el Colegio de Gonville y Caius, de 1593 a 1599, y de ah viaj a Padua para continuar su educacin, que termin con el doct orado en39 1602. En sus tres aos en Italia estuvo expuesto al gran anatomista Girolamo Fabri cius, y en esos tiempos uno de los profesores de la universidad era el joven Galileo, que pronto descubrira las montaas de la Luna, las fases del planeta Venus, los satlites de Jpiter, y muchos o tros fenmenos celestes. Cuando Harvey regres a Inglaterra se dedic a la prctica de la med icina, pero pronto fue nombrado miembro del Colegio Real de Mdicos, posteriormente acep t la posicin de mdico del rey Jacobo I, y continu en esta plaza con el advenimiento de Carlos I, a quien atendi durante la Guerra Civil. La gran contribucin de Harvey al mtodo cientfico de su tiempo (y de todos los tiemp os) fue su xito en el uso de experimentos para explorar a la naturaleza; por lo tanto, no re sulta equvoco comparar los logros cientficos de su gran contemporneo Galileo, en astronoma y fsica , con los de Harvey en biologa, De hecho, la comparacin es singularmente revelador a, pues los dos investigadores, trabajando en reas muy diferentes de la ciencia, coincidieron en dos aspectos fundamentales del mtodo cientfico la importancia del anlisis matemtico de los fenmenos naturales, y el insustituible valor de los experimentos en el estudio de la real idad. La lectura del librito (apenas tiene 72 + 2 pginas, con 2 grabados) de Harvey, conocido como De motu cordis y publicado en Frankfurt en 1628, impresiona por su manejo de datos cuantitativos en apoyo de sus hiptesis y por su completa dependencia de los resultados de observaciones experim entales muy simples. En cambio, los historiadores de la ciencia han escudriado los escritos d e Harvey en bsqueda de algn pronunciamiento general del gran hombre sobre el mtodo cientfico, co n resultados uniformemente negativos. En el caso de Harvey, todo lo que se diga so bre su filosofia de la ciencia es interpretativo y, en los mejores casos, derivado del estudio direc to de sus textos cientficos, en vista de que no escribi otros.William Harvey (15781675)40 El captulo 1 del Motu cordis de Harvey se titula "Los motivos del autor para escr ibir" y en l dice lo siguiente: Cuando empec a realizar vivisecciones, como un medio para descubrir los movimient os y los usos del corazn, interesado como estaba en descubrirlos por inspeccin directa, y no a travs de los escritos de otros, encontr la tarea