Palmiguía. Edición Especial. Mayo de 2012

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palmi guía Palmira, sus desafíos, su opinión. Palmira, Valle del Cauca, Colombia. Edición especial. Mayo de 2012. Número 07. ISSN 2248-7123 El crimen organizado y la corrupción del sector público: Primero fue espontáneo, luego se estableció como parte del poder político y la economía. No estamos describiendo la sombra del comunismo, sino la corrupción y el crimen organizado en Colombia. Sus alcances en el gobierno de municipios como Palmira. Rafael Pombo, niño coronado Pombo, de bigote, corbatín y anteojos, de figura espigada, algo calvo y de nariz aristocrática era un niño grande, consentido de la fantasía. ¿Qué sucede en Palmira?

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Palmira, sus desafíos, su opinión.

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palmiguíaPalmira, sus desafíos, su opinión.

Palmira, Valle del Cauca, Colombia. Edición especial. Mayo de 2012. Número 07. ISSN 2248-7123

El crimen organizado y la corrupción del

sector público:

Primero fue espontáneo, luego se estableció como parte del poder político y la economía. No estamos describiendo la sombra del comunismo, sino la corrupción y el crimen organizado en Colombia. Sus alcances en el gobierno de municipios como Palmira.

Rafael Pombo, niño coronadoPombo, de bigote, corbatín y anteojos, de figura espigada, algo calvo y de nariz aristocrática era un niño grande, consentido de la fantasía.

¿Qué sucede en Palmira?

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Lo que lleva a un círculo vicioso en municipios como Palmira: la pobreza agravada por la explotación del trabajo de adolescentes; el crimen organizado y la corrupción, operan con los recursos que ofrece la ciudad. Las secretarías en municipios disfuncionales son fácilmente “capturadas” por el crimen organizado. Con malos alcaldes estos municipios quedan en manos de la delincuencia organizada y bandas extorsionistas. Las deficiencias en la contabilidad del gasto y los ingresos fiscales, la pésima estructura judicial y una débil regulación de notarías terminan por destruir la confianza. Y sin confianza ciudadana un municipio nunca sale del subdesarrollo.

Fernando Estrada

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El crimen organizado y la corrupción del sector público:¿Qué sucede en Palmira?

El crimen organizado y la corrupción fueron resultado de la poca fuerza en los mecanismos de control del Estado.

Pág. 12

▪ De nuevo cumple años el idioma de Castilla. Pág. 3

▪ Se creció el enano. Pág. 4

▪ IVA a los alimentos y rebaja del Impuesto a la Renta: camino a la inequidad. Pág. 6

▪ Trabajo y esclavitud. Pág. 8

▪ ¿Una tumba en Colombia? ¡Mamola! Pág. 10

▪ Gremios agropecuarios. Pág. 11

▪ Rafael Pombo, niño coronado. Pág. 14

▪ La neblina juega en la tarde. Pág. 18

CONTENIDO

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Caricaturas

Cotudo

Reina por decretoPor Cotudo

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Bulevar de los días

De nuevo cumple años el idioma de CastillaPor Leopoldo de Quevedo y Monroy

Me encontré al Idio-ma con la lengua afuera a las puer-

tas de la Academia que dice velar por él. Se encontraba maltrecho y, fuera de eso, ofendido. Su vestido estaba raído y sus ojeras hablaban a

gritos. Ni ganas tenía de hablar.Como a diario tomo algunos vocablos de

su vasto diccionario, me acerqué cálido a darle aliento, pues sospeché de su suerte. Me dio la impresión de que a personaje tan noble no se le trata como es debido. Ha cumplido casi mil años y muy pocos aprecian su porte y desfigu-ran su historia.

Algunos quisieran que fuera inglés, otros que fuera gringo o de Japón. Es que el mundo da tantas vueltas… que en cada esquina manda el OK. Si uno voltea la cara encuentra a ojos ras-gados, a narices de Arafat, o le ofrecen mamus-hkas en ruso. Estamos en un mundo global. Ya es difícil encontrar en la calle quien hable en un perfecto “español”.

Le di la mano a don Idioma y se puso de pie algo mareado. Le ofrecí un tinto y hasta al-cancé a decirle que fuera almorzar a mi casa. Pasé, quizás, de atrevido a alejarlo del recinto donde lo tienen amarrado. Lo tratan como a un anciano tartamudo y caduco.

Obvio que don Idioma castellano se cono-ce con sir English o monsieur Francais y todos los demás colegas. Tal vez no reconoce al viejo Chibcha ni al Katío, al Paez o al Coreguaje. Pero si los conociera seguro que los respetaría y los trataría de acuerdo como lo merece su digna al-curnia.

Me cuenta don Castellano que a él lo mal-tratan en España, en México, en Colombia. Quienes dicen ser hispanohablantes le intro-ducen habitantes raros a su casa, le visten de

otros ropajes, le po-nen monigotes en su cara y lo hacen ha-blar en jerigonzas.

Sus padres pu-tativos, que se han encargado de guar-darlo, darle de co-mer y de mantener su brillo, le han re-cortado varias letras. Y eso que no ha oído los twits mutilados de gomelos y asila-dos. Si viniera el va-leroso Cid de Vivar o el Caballero de triste figura, se bajarían de sus caballos y cavarían una fosa para acabar de enterrar sus huesos y sus hazañas escritas. Ellos no reconocerían su huella y aborrecerían el día que nacieron.

Sus fatigas en Carrión, Covadonga, en la Mancha o con los molinos de viento, los en-cantos de las infantas, los amores con Casilda, Jimena o Dulcinea o los lugares de Valencia o la Isla de Barataria, en mentiras se han conver-tido. Su pasado se ha visto burlado y volvieron a aparecer novelas de jabón, estopa, escoria y andrajos.

Oh, don Idioma de Castilla, qué pena me da verte en situación tan deplorable. Desapa-reció la musicalidad de tu canto, pronto despa-recerán otras letras y quedará tu cuerpo más mutilado y tu lengua tartaja. No podrás bai-lar fandango o saraos ni entonar la jota. No te acompañarán castañuelas y te moverás como el jumento de Sancho. Te parecerás al pordiosero de Tormes, con bacinilla en lugar de escudilla. Se acabó el bambuco en el que se oía el río y se oscurecerán las paredes para esconder el pe-rreo.

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La Antorcha

Se creció el enanoPor Fernando Estrada

En algunos trabajos he demostrado que el crimen no se relacio-

na siempre con territorios, como muchos creen. En este sentido, Palmira presenta dos características:

1. Comunas que no están sometidas a la ex-torsión y el crimen organizado (relativa-mente).

2. Comunas que se hallan dentro de un cír-culo vicioso de aumento de la actividad criminal con pocas oportunidades eco-nómicas y problemas básicos de insegu-ridad.Las organizaciones criminales (agentes

exógenos, Urabeños, Rastrojos), apoyándose en bandas establecidas, han ampliado su campo de influencia hasta poner en riesgo el comercio y pequeños propietarios, vendedores ambulan-tes y ciudadanos comunes. Los desplazamien-tos forzados de población del Suroccidente, el Pacífico y el Norte del Valle han agregado ta-sas de criminalidad y delincuencia. Evaluar los costos económicos que tienen la inseguridad y el crimen es un desafío que está por fuera del interés del gobierno local. Sin embargo, se nos creció el enano, y la ciudad está rodeada de cri-minales de toda especie: sicarios, delincuencia común, etcétera. Si no se toman medidas, los palmiranos terminarán pagando extorsiones por ventanilla.

Casi todos los estudios sobre el crimen se basan en la tasa de desempleo como único indi-cador de sus causas. Se argumenta que la tasa de delincuencia se explica por la falta de opor-tunidades en el mercado laboral. Quienes no encuentran trabajo se ven inclinados a cometer delitos (jóvenes e individuos laboralmente no calificados). En semejantes condiciones, una disminución de ingresos asociados al desem-

pleo involuntario aumenta los riesgos poten-ciales para la actividad ilegal. De otra parte, cuando el desempleo se convierte en un mal crónico, los hombres tienen menos que perder en caso de detención o encarcelamiento. Para muchos desempleados la cárcel ofrece al menos un lugar para comer y dormir.

Algunos analistas sugieren la relación en-tre el desempleo y el crimen organizado, pero no han podido documentar el efecto causal del desempleo sobre la delincuencia. Otros obser-van que los adolescentes están inclinados a par-ticipar del crimen antes de ingresar al mercado laboral. Muchos estudios relacionan el desem-pleo con el aumento de delitos contra la pro-piedad, aunque en Palmira esta relación parece insignificante al compararse con los crímenes violentos. Es difícil establecer la relación causal entre desempleo y crimen. Puede tratarse de un síntoma, no de la causa. Aunque parece con-tundente que a mayores tasas de desempleo, mayores tasas de delincuencia. No es posible, sin embargo, excluir la causalidad inversa.

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Las estadísticas demuestran también, que la actividad criminal es inversamente propor-cional a los niveles de educación. La actividad criminal se asocia negativamente con mejores niveles de educación; en otra perspectiva, la educación arroja importantes beneficios so-ciales y puede ser una herramienta clave para reducir la criminalidad. Con lo que una mejor educación tiene efectos sobre las tasas de cri-men y la delincuencia. Con niveles de educa-ción superior los individuos desarrollan nuevas habilidades, lo que supone mayor productivi-dad laboral y, por tanto, mayores retornos so-bre el trabajo legal.

La educación también eleva costos de oportunidad sobre el tiempo que emplean los jóvenes en actividades delictivas. Además, au-menta los costos asociados con procesos pe-nales y detenciones carcelarias. Se trata de incrementar la contención sobre tendencias de-lictivas y atacar las causas en condiciones que permitan reducir el crimen organizado. Las es-tadísticas sobre el delito indican que los índices

de criminalidad tienden a ser menores entre poblaciones con mayores niveles de educación, y que estas poblaciones se localizan en regiones de mayores ingresos per cápita, que cuentan, a su vez, con familias de mejores ingresos y más alto estatus socioeconómico.

A pesar de la evidencia favorable sobre las políticas basadas en la educación y la interven-ción preventiva, no parece suficiente. De hecho, si la relación entre el nivel de educación y la de-lincuencia es casual, o si encubre una serie de posibles efectos negativos, es menos claro. Esto es: la educación puede también fomentar el de-sarrollo de habilidades criminales, aunque esto es probable en el caso de delitos de cuello blan-co. Parece existir, sin embargo, un nexo entre el crecimiento de las tasas de deserción escolar con el aumento de las tasas de criminalidad. Y, de hecho, el bachillerato es la prueba mínima para obtener trabajo.

En Palmira, la geografía del crimen evi-dencia la necesidad de poner en marcha una política localizada de gobierno. Se debe trabajar con las poblaciones que se han ido conforman-do con el desplazamiento forzado y el fracaso de la reinserción paramilitar. Las estrategias de nivel nacional son importantes, de modo que una combinación entre las estrategias local y nacional siempre es deseable para combatir el crimen organizado. Los estudios sugieren la necesidad de un gobierno con capacidad de au-mentar el nivel de empleo y la educación, es-pecialmente en sectores marginados. Proteger y ofrecer seguridad en comunas y barrios que sean objetivos del crimen organizado.

Que yo sepa, en Palmira no existen es-tudios cuantitativos sobre el mercado laboral (desempleo) y la calidad del mismo (empleos temporales, contratos de bajos salarios) rela-cionados con el incremento de actividades ile-gales (micro-tráfico de drogas y estupefacien-tes, sicarios y crímenes de cuello blanco). Son investigaciones necesarias que pueden llevarse a cabo contando con las universidades de la ciudad. Pero, ¿quiénes tienen no sólo el coraje, sino la cabeza para estas investigaciones?

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Columnista invitado

Iva a los alimentos y rebaja del Impuestoa la Renta: camino a la inequidadPor Arvey Lozano S.

Al conocerse la exis-tencia de un borra-dor del Proyecto de

Ley de Reforma Tributaria en Colombia, en el cual se amplía la base de productos gravados con el impuesto a las ventas, incluyendo pro-ductos como el arroz y otros

bienes de primera necesidad, con una tarifa del 5% y se disminuye el Impuesto a la Renta para los empresarios hasta un 25%, por ello, se hace necesario reflexionar sobre el IVA y la regresi-vidad que este impuesto implica, y la afectación que causaría sobre la mayoría de la población.

Los expertos indican que el Impuesto al Valor Agregado (IVA), tuvo su origen en la Eu-ropa de la Edad Media, luego fue aplicado a partir de 1925 en otros países del Viejo Conti-nente y se popularizó en 1967 en toda Europa. En Colombia, este tributo se utiliza desde 1975. En sus inicios se gravaban los bienes manufac-turados de consumo final, sin embargo, poco a poco, se fue extendiendo a otros bienes y servi-cios. Según la Dirección de Impuestos y Adua-nas Nacionales (DIAN), el IVA es un gravamen que recae sobre el consumo de bienes, servicios y explotación de juegos de suerte y azar, y se usa en diferentes etapas del ciclo económico de la producción, distribución, comercialización e importación. En Colombia existen tarifas dife-renciales que oscilan entre el 1 y el 35%, aunque en una mayor proporción se cobra una tasa del 16%.

Para el análisis, es necesario tratar de comprender qué es un impuesto progresivo y un impuesto regresivo. Los que se denominan impuestos progresivos son aquellos que redu-cen la carga impositiva sobre personas de in-gresos menores, ya que ellos pagan un menor porcentaje sobre sus ganancias. El Impuesto a

la Renta es un buen ejemplo de ello, porque a mayores ingresos y mayor patrimonio la carga de impuestos es mayor. Por otra parte, los im-puestos regresivos son aquellos que gravan a todos por igual, sin importar el monto de sus ingresos, es el caso del IVA, que grava a toda la ciudadanía sin tener en cuenta su capacidad económica.

Queda claro que el IVA es un impuesto regresivo y que el Impuesto a la Renta es pro-gresivo, en el sentido positivo de la Teoría Eco-nómica. Por esta razón, resulta, por lo menos llamativo, que en Colombia se quiera aplicar a la inversa, reduciendo los impuestos de quienes más tienen y equilibrando la balanza con el au-mento de los impuestos sobre los más pobres. En el caso del IVA, al gravar productos de pri-mera necesidad se impone un esfuerzo tributa-rio mayor a las clases bajas. Las implicaciones económicas y sociales, que de por sí tiene el IVA, se ven incrementadas al ampliarlo hacia los bienes de primera necesidad. Esto tiene un cruel significado: las personas de menores in-gresos verán aumentados los precios finales de los alimentos y, por ende, tendrán que consu-mir menos de ellos, porque no podrán comprar las cantidades de antes con el mismo dinero.

Según las informaciones oficiales del DANE, para 2010 el nivel de pobreza en Co-lombia fue del 44.1% y el de pobreza extrema se situó en un 14.80%. Estas cifras porcentuales, trasladadas a cantidades, se explican por sí so-las. Para 2010 habían en Colombia 42.888.594[ habitantes, de los cuales 18.913.870 son consi-derados pobres y 6.347.512 son pobres extre-mos.

Por ello, la reforma tributaria, que preten-de implementar el Gobierno Santos, favorecerá a un número minúsculo de personas que paga-rían menos impuestos a la renta y afectaría de manera inhumana a la mayoría, quienes están

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en la línea de pobreza y por debajo de ella, que al no tener más fuentes de ingresos, a través del IVA, subsidiarán a los más ricos, los cuales, al pagar menos impuestos, aumentarían sus capi-tales. Desde luego, la clase media también su-friría por cuenta de un mayor costo de sus ar-tículos de primera necesidad, avanzando, cada vez más, hacia la línea de pobreza.

Ante tal despropósito, que afecta a toda la población por igual, se hace necesario unir fuerzas para oponerse a la iniciativa. La protes-ta social es una alternativa para que ni siquiera sea presentando el proyecto en esas condicio-nes.

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•Animalesvivosde laespeciebovina, in-cluso losdegénerobúfalo,excluidos lostorosdelidia.Animalesvivosdelaespe-cieporcina.Animalesvivosdelasespeciesovina o caprina. Gallos, gallinas, patos,gansos,pavos(gallipavos)ypintadas,delasespeciesdomésticas,vivos.Losdemásanimalesvivos.

•Carnedeanimalesde laespeciebovina,fresca o refrigerada. Carne de animalesde la especie bovina, congelada. Carnedeanimalesdelaespecieporcina,fresca,refrigeradaocongelada.Carnedeanima-lesdelasespeciesovinaocaprina,fres-ca,refrigeradaocongelada.Despojosco-mestiblesdeanimales.Carneydespojoscomestibles,deavesdelapartida01.05,frescos,refrigeradosocongelados.Carnefrescadeconejooliebre.

•Pecesvivos,exceptolospecesornamen-tales. Filetesydemás carnedepescado(incluso picada), frescos, refrigerados ocongelados. Pescado seco, salado o ensalmuera;pescadoahumado,inclusoco-cidoantesoduranteelahumado.Cama-roneslangostinosydemásdecápodosna-tantiaaguafría.

•Lecheynata(crema),sinconcentrar,sinadicióndeazúcarniotroedulcorantedeotromodo.Quesofresco(sinmadurar).

•Huevos de ave con cáscara, frescos.Mielnatural.Semendebovino.

•Bulbos, cebollas, tubérculos, raíces ybulbos tuberosos, turiones y rizomas,en reposo vegetativo, en vegetacióno en flor; plantas y raíces de achico-ria, excepto las raíces de la PartidaNo.12.12.Bulbos,cebollas,tubérculos,raíces y bulbos tuberosos, turiones yrizomas,enreposovegetativo,enve-getaciónoenflor;plantasyraícesdeachicoria,exceptolasraícesdelaPar-tidaNo.12.12.Papas(patatas)frescasorefrigeradas.

•Tomates frescoso refrigerados.Cebo-llas, chalotes, ajos, puerros y demáshortalizas(inclusosilvestres)aliáceas,frescosorefrigerados.Bananasoplá-tanos,frescososecos.Manzanas,pe-ras ymembrillos. Las demás frutas uotrosfrutos,frescos.

•Café, incluso tostado o descafeinado;cáscara y cascarilla de café; sucedá-neos de café que contengan café encualquier proporción, incluido el cafésoluble.Cacaoengranocrudo.

•Trigoymorcajo(tranquillón),centeno,cebada,avena,maíz,arroz,sorgo.al-forfón,mijoyalpiste;losdemáscerea-les.Lasdemásharinasdecereales.

•Pastas alimenticias sin cocer, rellenar,nipreparardeotraforma,queconten-ganhuevo.Preparacionesparaalimen-tación infantil acondicionada para laventaalpormenor.

•Agua, incluida el agua envasada, elagua mineral natural o artificial y lagasificada, sin azucarar o edulcorardeotromodoniaromatizar;hieloynieve.

•Cuchillosyhojascortantesparamáqui-nasyaparatosmecánicosdeusoagrí-cola,hortícolayforestal.

Lista de algunos de los productos que tendrían IVA del 5%

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Baukará

Trabajo y esclavitudPor Teresa Consuelo Cardona G.

Cada vez más los traba-jos modernos se pare-cen a la esclavitud, lo

que representaría un retro-ceso en la especie humana. Lentamente van desapare-ciendo los derechos de los trabajadores conseguidos a

sangre y fuego durante siglos de luchas. La hu-millación se abre camino a codazos en el sec-tor laboral. Patrones e intermediarios abusan física, verbal y contractualmente de los traba-jadores porque están respaldados y protegidos por la Ley. El trabajo de “toda una vida” que se premiaba con el júbilo del deber cumplido y la garantía en calidad de vida durante la ve-jez, hoy no es más que un vago recuerdo, que, además, es vilipendiado, ya que se insiste cada día en que las empresas no pueden mantener a sus exempleados en tanto ellos ya no aportan al crecimiento económico. Una tesis bastante parecida, por absurda, a las razones que man-tuvieron viva la esclavitud en América por más de tres siglos. Me dirán los economistas, con las manos llenas de cifras y documentos, que no es absurda, que es cierta y que es fundamental la comprensión de ese asunto.

Que algo sea cierto no quiere decir que deje de ser absurdo. Es cierto que siempre, a lo largo de la historia de la Humanidad, ha habido esclavos. Desde tiempos muy remotos se tienen pruebas documentales. Para Aristóteles, por ejemplo, la esclavitud no era una institución perversa, sino una forma de castigo a quienes eran vencidos en batalla; o una forma de ayu-dar a sus semejantes cuando, por ejemplo, en caso de necesidad económica, un padre vendía a su hijo, se le permitía resolver un problema grave. Además, era justo, porque a los padres que vendían a sus hijos se les reconocía el de-recho a recuperarlos, comprándolos de nuevo. Hoy en día nos parece una idea monstruosa.

La Biblia, por ejemplo, cita en el Génesis

la justificación de la esclavitud, muchos siglos antes de que los europeos se in-ventaran el tráfico de africanos: resulta que Cam, un día iba por ahí y vio borra-cho y desnudo a su papá, quien acababa de inventar el vino. El asunto le produjo mucha risa y empe-zó a burlarse de él. El problema es que el divertido hombre era hijo de Noé, nada menos que el de la barca más grande que el Titanic. Al despertar Noé, en medio de la resaca invocó a Dios, que se enojaba mucho cuando sus favoritos eran puestos en tela de juicio, como le pasa a Uribe con sus funciona-rios de palacio. Y entonces Dios, por solicitud expresa de Noé, como Álvaro por solicitud ex-presa de Santiago, le envió el peor de todos los castigos, la peor humillación, la más execrable degradación que se le pudo ocurrir en ese mo-mento de ira e intenso dolor. Castigó al bufón haciendo que su primogénito fuera esclavo de sus primos, los hijos de Jafet. Y esclavo quería decir que tenía que trabajar al servicio de sus amos. De ahí el dicho popular de que “el tra-bajo lo hizo Dios como castigo”. Pero, según la Biblia, esa no fue una decisión menor, ya que convirtió en maldito a un grupo humano ino-cente, que tras varias líneas de descendencia terminaron poblando Sodoma y Gomorra (y África), y fueron arrasados por el mismo Dios que los excluyó y los marginó por siglos, bajo el entendido de que eran tan malos que era mejor hacerles una especie de “limpieza social”. Ab-surdo, pero sucede.

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Los romanos también fueron cé-lebres por la escla-vitud que institucio-nalizaron por siglos. Los propietarios, ricos empresarios o políticos ejercían sobre sus esclavos un poder absoluto, de tal manera que el esclavo no pudiera tomar ninguna de-cisión que no fuera obedecer. En caso contrario, el propie-tario tenía derecho a la coacción repre-siva respaldado por el Estado. En Roma todos podían tener esclavos, mientras los pudieran man-

tener alimentados, vestidos y saludables, pero no por el bienestar del esclavo, sino para me-jorar su rendimiento. Por lo tanto, la riqueza se demostraba a través del número de esclavos que se pudiera tener. Y, en consecuencia, había esclavos de lujo, algo así como las modelos de las grandes marcas de ropa. Y esclavos tratados como animales de carga, completamente des-echables, algo así como las mulas del narcotrá-fico.

Con el paso de los siglos y de los modelos económicos, se fueron cambiando los modelos de esclavos. La novedad de la esclavitud a partir del Siglo XV fue que se especializara en la caza y desplazamiento de los negros africanos, pero siempre hubo. Y siempre por razones económi-cas. Cada modelo económico ha traído consigo un modelo de esclavitud. Hasta la libertad de los esclavos se produjo por razones económi-

cas. Si revisamos el asunto, es fácil deducir que es más barato para el empresario o industrial pagar un salario mínimo que mantener a una familia de esclavos en condiciones saludables de rendimiento laboral. Mediante el sistema económico actual, el esclavo paga todos sus gastos de consumo y de seguridad social, aun-que no se beneficie de tener una EPS eficiente o una jubilación para la vejez. Pero es libre de decidir en que se gasta sus pocos centavos.

Así que, el asunto de la esclavitud ha acompañado a la humanidad. Nos convencie-ron de que el trabajo era una cuestión de digni-dad humana y ahora las condiciones de trabajo son completamente indignas. La esclavitud es una forma de expresión de la antigua “Ley del más fuerte” y las condiciones laborales actua-les, en todo el mundo, se le parecen mucho. La ley del más fuerte aparece justamente ante la ausencia de cualquier otra ley que garantice un orden más justo y equitativo que se opondría a la tiranía y el abuso de los poderosos. Pero las leyes laborales cada vez son más proclives a la protección de los fuertes y al desamparo de los débiles.

Los esclavistas siempre tendrán argu-mentos. Me imagino que en unos dos siglos, los analistas históricos agregarán, a la larga lista de esclavitudes, la del siglo XXI, y la describi-rán como un mecanismo de protección de la in-dustria en crisis por razones de abastecimiento energético, que ayudó al fortalecimiento de las estructuras democráticas, también en crisis. Los analistas económicos dirán que fue una época de transición que coadyuvó al estableci-miento de sistemas de producción sólidos que, sin embargo, le daban muchas libertades a los esclavos, al permitirles movilidad y asociación, lo mismo que algunas condiciones materiales. Y los religiosos dirán que la maldición de Noé ha prosperado al multiplicarse los descendien-tes de Cam.

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Dedico esta columna a la memoria de Daniel Aguirre Pidrahíta, un cortero de caña que entre 2005 y 2008 participó de las protestas que exigían el cumplimiento de los más mínimos derechos labo-rales para sus colegas y quien fuera asesinado el pasado 27 de abril, en Florida, Valle, mientras se desempeñaba como Secretario General del Sindicato Sinalcorteros.

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Pensare

¿Una tumba en Colombia? ¡Mamola!Por Pablo Moreno

En la década de los ochenta y principios de los noventa, cuan-

do surgieron los “extradi-tables”, grupo de capos que sabían lo que se venía con-tra ellos con la aplicación de la extradición, apareció

un lema en los medios que decía: “Preferimos una tumba en Colombia a una cárcel en los Es-tados Unidos”. Casi dos décadas después, no faltará el que diga: “¿Una tumba en Colombia? ¡Mamola!”. No es sino delatar a unos cuantos capos, testaferros, traquetos, y quien sabe que más, para ahorrarse la tumba en Colombia e irse a los Estados Unidos a pagar unos pocos años “estudiando inglés”. Es como si le hubiera llegado la hora de la sepultura a dicho tratado, porque ahora no le hace ni cosquillas a los pre-suntos capos o “capitos” de la mafia.

Este hecho tiene unas implicaciones que no siempre son tomadas en cuenta por la socie-dad colombiana, pero que por lo menos deben ser mencionadas para alertar a la opinión pú-blica sobre lo que viene ocurriendo desde años atrás de manera sigilosa y discreta.

Por un lado, la tan cacareada extradición está perdiendo cada vez más la fuerza de coer-ción para doblegar al narcotraficante de traficar narcóticos, ese endoso de la justicia colombiana a la justicia norteamericana ya no está sirvien-do, porque no hay fondos que respalden esa entrega, por el contrario, la fuerza de coerción ahora parece tenerla la seducción que los agen-tes de la DEA pueden lograr en los capos y todo su séquito, con la rebaja de penas si colaboran.

Además, como consecuencia de este cam-bio, se ha profundizado la cultura del “sapeo” y la delación, tal como en el viejo y lejano oeste, cuando algunos cuatreros se dedicaban a iden-tificar dónde se escondían los malevos para ga-nar recompensas en dinero. Los delatores de hoy son compensados con una breve estadía en

la cárcel, con permisos para salir a delatar, con prebendas que los más renegados no han sabi-do aprovechar y con la posibilidad de rehacer su vida más adelante en algún paraíso financie-ro del Caribe o en lejano Este.

Qué decir de la grave consecuencia que esta creciente realidad tiene para la justicia co-lombiana, pues, aunque se diga que ellos siguen colaborando con las investigaciones en Colom-bia o que allá recibirán una sanción moral más fuerte que en las cárceles colombianas, lo que sucede es todo lo contrario. Los archivos judi-ciales siguen creciendo como las escombreras, mientras que la impunidad se campea por los estrados judiciales sumidos en el papeleo y el vencimiento de términos.

Como extensión de esta implicación, peor es la suerte de las víctimas de muchas masa-cres que presuntamente vinculan a algunos de estos capos. Esas víctimas se quedarán espe-rando siquiera saber la verdad sobre dónde los sepultaron o a qué río los echaron, otras han quedado inermes ante la amenaza de los secua-ces de quienes los despojaron cuando intentan hacer alguna reclamación cobijados en la ley de víctimas.

Las preguntas siguen flotando en el am-biente, ¿de qué le sirvió a Colombia entregar-los en extradición? Al final, ¿quiénes fueron los mayores beneficiarios de esa medida? ¿Qué se ha tratado de ocultar teniéndolos tan lejos de la justicia colombia-na? Antaño decían: “Dios no castiga ni con palo ni con rejo, sino con su cuchillito viejo”, pues habrá que esperar como la historia y la vida compensará a unos y a otros, porque también se ha dicho: “No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”.

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Espiral

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Gremios agropecuariosPor Ana Milena López de Vélez

Para obtener concerta-ciones satisfactorias entre los productores y

el Gobierno Nacional, es in-dudable que los términos y pactos han de obtenerse en los escenarios internaciona-les. No aquí, en casa.

¿Quién no va a saber que si le venden un pernil de pollo a mitad del precio de otro, com-pra el de la mitad de precio? Hasta Simón “el Bobito”. Pues parecería que nuestro Gobierno, firmante de los tratados TLC por Colombia, a pesar de saberlo y aunque le doliera la heca-tombe que sufrirá, por ejemplo, el sector avíco-la colombiano con el ingreso de cuartos trase-ros de pollo desde Estados Unidos, nada pudo hacer para evitarlo desde inicios del año 2000.

En el Foro de la Universidad Nacional en Palmira por su Aniversario 78, el presidente de FENAVI parecía llorando un muerto. Explicaba que desde el año 2005, cuando vieron que de nada valdrían sus argumentos y que serían fuertemente afectados como productores de pollos para consumo, comenzaron a alertar al Gobierno de esta situación. A solicitar, que ante la inminencia de la medida de abrir el mercado, les dieran unas condiciones de juego que los equilibraran, como poder vender a otros mer-cados internacionales y la modernización del regulador sanitario, el Instituto Colombiano Agropecuario, para obtener la sanidad necesa-ria de esos animalitos antes de mandarlos al extranjero congelados.

Pues en quince años nada pasó. Como un buen mago, el gobierno prestidigitador con amplia sonrisa mostró debajo de las mangas: nada por aquí y nada por allá. Pero yo quiero creer que debajo de la sonrisa estaban las lágri-mas. Porque a ningún gobierno colombiano le va a gustar que haya una hecatombe entre los miles de trabajadores del sector avícola y que esa tacita de plata, esa extraordinaria agroin-

dustria de los centavos que genera miles de mi-llones diariamente y los redistribuye en la po-blación, se quiebre.

Entonces, ¿qué nos lleva a ese diálogo de sordos? Que unas manos codiciosas encendie-ron una bomba de vacío y no hay aire para transmitir el sonido. El sistema monetarista in-ternacional no lo permite. El escenario interna-cional no vela por una redistribución equitativa de los recursos. Por eso en Colombia y en todos los países del planeta brotan en los jardines, en los patios traseros de las casas y en los pára-mos, los pozos de petróleo de los Rubiales, las minas de oro de los canadienses, las explotacio-nes de coltán en el Arbol Sagrado de las Almas. Todo eso se ha pactado en los escenarios inter-nacionales.

¿Encuentros nacionales para pactar algo? Perdón, creo que es hora de que los gremios preparen a muchos de nuestros jóvenes prime-ro, para que sean unos extraordinarios seres humanos y después para que hablen inglés —idioma de los negocios—, saquen sus pasapor-tes y asuman con todo el corazón y sus conoci-mientos la capacidad de negociar allá afuera, con las credenciales que les otorguemos los co-lombianos. Negociadores investidos de la fuer-za de los gremios —lácteos, frutales y hortali-zas, huevos y carnes, cereales— y protegidos por la Constitución y por la estructura guberna-mental. Símbolos de la alianza Gremios–Go-bierno.

Son los negociadores de un cambio en el sistema económico global. De la redistribución equitativa de los recursos en los escenarios in-ternacionales. FAO para los alimentos. ONU para los nuevos derechos humanos. Ellos han de traer a casa los marcos para negociar en con-diciones que hagan posible la vida. Y ahí sí, con unos tratados internacionales que cuiden la vida de todos antes de más nada, nos sentare-mos en casa ilusionados a hacer juiciosos la ta-rea de producir.

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La antorcha

Primero fue espontá-neo, luego se estable-ció como parte del po-

der político y la economía. No estamos describiendo la sombra del comunismo, sino la corrupción y el crimen or-ganizado en Colombia. Sus

alcances en el gobierno de municipios como Palmira.

Durante los años ochenta el narcotráfico facilitaba la llegada de personajes oscuros que buscaban aportar su grano de arena al “desa-rrollo” municipal. En los noventa tomaron otro camino, establecieron coaliciones con políticos: alcaldes, concejales, senadores y diputados; claro, este camino tenía costos de oportunidad, les daba menos publicidad, pero lograban man-tener el poder y el lavado de dinero, comprar casinos, adueñarse de juegos de azar e invertir en la cadena de moteles. ¿Cómo logran mante-ner su hegemonía con el gobierno municipal? ¿Qué relaciones tiene el crimen organizado con la corrupción del sector público? Estas pregun-tas (y otras) son parte de una investigación en curso. Ahora que el Valle del Cauca y sus mu-nicipios se encuentran sin gobierno. O mejor, ahora que los alcaldes elegidos tienen cargos interinos por las demandas que han establecido ciudadanos ante distintos órganos de control.

El crimen organizado y la corrupción fue-ron resultado de la poca fuerza en los meca-nismos de control del Estado. Desde los años ochenta los nexos entre el crecimiento de la delincuencia organizada, mafias locales y co-rrupción del sector público en municipios que estrenaban la descentralización y la elección popular de alcaldes y gobernadores fueron evi-dentes. Son tres modalidades distintas del deli-to, pero combinadas hasta transformar la pro-pia naturaleza del gobierno local, la democracia

y el sistema constitucional colombiano. Entre los años ochenta y noventa Colombia se desen-cuadernó.

Es necesario identificar los factores que influyen en el incremento de la corrupción del sector público y el crimen organizado. Nuestro trabajo ha aportado sobre estos problemas tan-to información cualitativa como cuantitativa dentro de una amplia muestra de municipios en Colombia. Hemos observado qué tipo de patrones institucionales contribuyen a exponer al municipio a ser vulnerable frente a delitos complejos. ¿Se escapa Palmira de la influencia que han tenido estas organizaciones en distin-tos gastos de política pública? Y una pregunta agregada: ¿no padece Palmira efectos deriva-dos del narcotráfico, el crimen organizado y la corrupción?

El crimen organizado (bandas paramilita-res, organizaciones sicariales, extorsionistas) y la corrupción no son fenómenos aislados. In-vestigaciones comparadas han puesto de mani-fiesto su interdependencia. Los vínculos entre los ámbitos político, socioeconómico y jurídico se hicieron fuertes con los ingresos del dinero del narcotráfico. La institucionalidad fue soca-vada de abajo hacia arriba y viceversa. Abajo, mafiosos y pequeños capos del crimen organi-zado; arriba, políticos y funcionarios (crimina-les de cuello blanco). Mediante análisis de co-rrelaciones (sin que implicara efectos causales) nuestros estudios enlazan acciones del crimen organizado (abajo) con la corrupción del sector público (arriba); usando técnicas de regresión múltiple limitamos un conjunto destacado de nexos institucionales. Todo dirigido a verificar relaciones entre el crimen organizado y la co-rrupción del sector público. Nuestro objetivo es conseguir finalmente un indicador de corrup-ción que pueda usarse como parte de la políti-ca pública. Los resultados apenas comienzan a

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El crimen organizado y la corrupción del sector público: ¿Qué sucede en Palmira?Por Fernando Estrada

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brotar como semillas.La corrupción se entiende como “el abuso

del poder público para obtener beneficios pri-vados”. Al evaluar la percepción de la corrup-ción pública se requieren instrumentos como el International Crime Victim Survey de Na-ciones Unidas, que registra la regularidad con que los ciudadanos denuncian extorsiones y so-bornos de (o hacia) funcionarios públicos. Los datos de las encuestas cubren principalmente tipos de corrupción que enfrenta el ciudadano común (de la calle) cuando se relaciona con or-ganismos de servicio público. De momento, no incluye la corrupción en altas esferas o corrup-ción de gran escala. El análisis se dirige a la for-ma cómo los intereses privados han penetrado en instituciones del gobierno local, alcaldías y gobernaciones.

Del mismo modo, este proyecto adopta una definición universal sobre el crimen or-ganizado (con sus bandas, paramilitares, y la extorsión sistemática). Durante la década del noventa se propusieron en Europa, Estados Unidos y América Latina definiciones opera-

tivas con rasgos comunes: la organización es estructurada, tiene permanencia en territorios (municipios, departamentos y regiones y paí-ses), corrompe funcionarios, lava dinero del narcotráfico y reinvierte a la economía formal dinero ilegal. La definición admite también ti-pos de delincuencia común, como el tráfico de drogas, negocio de armas, personas y vehículos hurtados, especies protegidas y terrorismo. El macrotráfico del delito organizado, correlacio-nado con el microtráfico de la corrupción.

Los resultados parciales muestran que los niveles de delincuencia organizada y la corrup-ción en el sector público están determinados:

1. Por la calidad de las instituciones estata-les: policía, fiscalía y el sistema de justicia. La relación se aplica por igual en munici-pios y departamentos. Es evidente que la iniciativa institucional por mejorar la lu-cha contra la corrupción y el crimen orga-nizado tiene que ser consistente. Son con-diciones institucionales las que demanda el derecho para que la justicia penal sea aplicada de modo imparcial y transparen-te.

2. Con independencia de factores institucio-nales, los crecientes alcances que tiene la delincuencia organizada en municipios y departamentos se relaciona (ver artículo “Se creció el enano”) con la pobreza, el desempleo y los bajos niveles de desarro-llo humano.

Lo que lleva a un círculo vicioso en municipios como Palmira: la pobreza agravada por la ex-plotación del trabajo de adolescentes; el crimen organizado y la corrupción, operan con los re-cursos que ofrece la ciudad. Las secretarías en municipios disfuncionales son fácilmente “cap-turadas” por el crimen organizado. Con malos alcaldes estos municipios quedan en manos de la delincuencia organizada y bandas extorsio-nistas. Las deficiencias en la contabilidad del gasto y los ingresos fiscales, la pésima estruc-tura judicial y una débil regulación de notarías terminan por destruir la confianza. Y sin con-fianza ciudadana un municipio nunca sale del subdesarrollo.

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Especial

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Rafael Pombo, niño coronadoPor Leopoldo de Quevedo y Monroy

¿Qué colombiano, adulto o niño no ha leí-do o tan siquiera ha oído la voz de Rin Rin Renacuajo o los regaños de mamá Rana,

de boca de sus abuelos? ¿Quién no ve la figura de Simón, el Bobito, llamando al vendedor de pasteles o pescando en el balde con agua de su mamá, cuando repasa los cuentos contados en verso escritos por Pombo?

Simón el Bobito llamó al pastelero:«¡A ver los pasteles! ¡los quiero probar!»«—Sí, repuso el otro, pero antes yo quiero«Ver ese cuartillo con que has de pagar».Buscó en los bolsillos el buenSimoncito. Y dijo: «¡De veras! no tengo ni unito».A Simón Bobito le gusta el pescadoy quiere volverse también pescador,y pasa las horas sentado, sentado,pescando en el balde de mamá Leonor.1

La lista de personajes es tan larga como el número de poemas —1400— que él nos dejó. Mirringa Mirronga, El Gato Bandido, Fuño y Furaño, Simón el Bobito, El niño y la mariposa, El renacuajo paseador, La pobre viejecita, Juan Matachín, Pastorcita, Cutufato y su gato... Pero más larga es la memoria que guarda los versos que Pombo rimó y ha hecho reír a cuanto niño ha llegado a nacer en esta nación descuaderna-da.

Mirringa Mirronga, la gata candonga,va a dar un convite jugando escondite,Y quiere que todos los gatos y gatasno almuercen ratones ni cenen con ratas.«A ver mis anteojos, y pluma y tintero,«y vamos poniendo las cartas primero.«Que vengan las Fuñas y las Fanfurriñas,«y Ñoño y Marroño y Tompo y sus niñas.2

Su padre, don Lino, de corte militar, al verlo indeciso un día, lo sentenció a llevar la

vida de escritor y a morir como un poeta. «Pues serás poeta aunque después te pese», le dijo un día de 1850, cuando contaba con 17 años3. Su profesión de ingeniero, vacía de obras y ence-rrada en dibujos y cálculos, no le produjo sa-tisfacciones ni le alborotó la imaginación. Con-sideró que los libros de texto servían más para confundir y causar polémica que para aprender a razonar y a ser libres.4

Rodó el joven Rafael por los números, por el romanticismo político y literario, por las ve-leidades de comienzos del siglo XIX y del vol-terianismo filosófico. Después de vegetar en la burocracia diplomática recibió el encargo que lo haría entrar al mundo de su niñez y que lo haría el más famoso de los escritores infanti-les en Colombia. Aunque también pulsó la lira para subir hasta el solio de quienes dejan hue-

1. www.rafaelpombo.org.2. www.rafaelpombo.org.

3. www.comunidadandina.org.4. www.banrepcultural.org.

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lla como dioses inmortales tras su paso por el mundo. Poemas como Invocación, De noche, Juan Malverso, Noche de Diciembre, Elvira Tracy, y su extensa Hora de tinieblas (1855) merecen lugar entre las piezas de la más pura y honda inspiración lírica.

XXXVGente... y más gente... y más gentepasa delante de mí,¡Oh! qué triste es ver asíla humanidad en torrente!Ignoro cuál es su fuentey en qué mar se perderá;Mas de cierto juro yaque en el ser de cada unoel aguijón importunode la desventura va.

XXXVI¡Dardo que nunca se embota,elemento creador!Inmenso pan de dolor,que la humanidad no agota,Gaje fatal con que dotala existencia a cada cual,Genio insaciable del mal,demonio ¡sombra del hombre!¡Di quién eres, di tu nombrepara maldecirte tal.5

La Editorial Appleton y Cía. de Nueva York le publica en 1867 Cuentos pintados para niños y luego Cuentos morales para niños for-males. En 1872 regresa al país y vivirá sin gran-de fortuna, pero con mucha fama por el éxito de sus traducciones de cuentos de la tradición an-glosajona puestas en verso. En vida Pombo tal vez no se preocupó de publicar su propia obra. Solo un opúsculo con poemas religiosos. Consi-deró que poner sus escritos a consideración del vulgo no haría más que picar la crítica y ocasio-nar la maledicencia.

Advierto ahora mi casual talentode mantenerme en condición de mito.

Lo ideal no consiente tocamientoy en lo invisible hay algo de infinito.Mi in-edición, esa es precisamentetoda mi fuerza. En publicando tomo¿qué gajo de laurel queda en mi frenteo átomo de epidermis en mi lomo?El que se imprime en colección se entregacual pollo asado al secular cuchillo,mientras que si en la atmósfera se riega,hará siluetas de águila un cuclillo.6

5. www.banrepcultural.org.6. JIMÉNEZ, David. Pombo y Silva. En Revista Gaceta. Bogotá: Colcultura. Abril de 1996. Págs. 32-33.

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Especial

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7. www.comunidadandina.org.

Pombo, de bigote, corbatín y anteojos, de figura espigada, algo calvo y de nariz aristocrá-tica era un niño grande, consentido de la fan-tasía. Poseía el don fácil de rimar ocurrencias de animales caseros, travesuras de niños sin oficio y mujercitas inocentes. Vivió entre pape-les, libros desparramados junto a la cama, en un reducido espacio al lado de su hermana7. En los últimos años permaneció en su lecho y allí recibía las visitas de sus pocos amigos.

Rafael Pombo mereció, como los grandes poetas de la historia del clasicismo, ser corona-do de laurel en sus sienes, el 20 de agosto de 1905. La presea la donó el presidente Rafael Núñez a ruegos de su amigo Alfredo Gómez Jaime. En esa coyuntura se desempeñaba como Secretario Perpetuo de la Academia Colombia-na de la Lengua. Entonces Pombo tan solo te-nía publicado en su haber un libro pequeño de su autoría.

Pombo ha quedado a través de la histo-ria de las letras en Colombia como el máximo poeta de los niños. Y con justa razón. Fábulas, poemas, animales e inocentes burlas llenan la imaginación y la boca de risas y sorpresas. Nin-gún niño nacido en este suelo podrá decir que no sabe unos versos de este fabulador bogotano con fantasía y corazón de niño.

El 5 de mayo se cumplirán 100 años de au-sencia física de este señor con bastón y pañuelo en el bolsillo del saco, de paso corto y fantasía larga. Su pluma y humor de mago abrieron las puertas a vates y niños para entrar a rediles con ovejas y a rincones con gatos con nombre de pila, que no comen ratones.

La pobre Viejecita

Érase una viejecitasin nadita que comersino carnes, frutas, dulces,tortas, huevos, pan y pezBebía caldo, chocolate,leche, vino, té y café,y la pobre no encontrabaqué comer ni qué beber.Y esta vieja no teníani un ranchito en que vivirfuera de una casa grandecon su huerta y su jardín.Nadie, nadie la cuidabasino Andrés y Juan Gily ocho criados y dos pajesde librea y corbatín.Nunca tuvo en qué sentarsesino sillas y sofáscon banquitos y cojinesy resorte al espaldarni otra cama que una grandemás dorada que un altar,con colchón de blanda pluma,mucha seda y mucho olán.Y esta pobre viejecitacada año, hasta su fin,tuvo un año más de viejay uno menos que vivir.Y al mirarse en el espejola espantaba siempre allíotra vieja de antiparras,

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papalina y peluquín.Y esta pobre viejecitano tenía que vestirsino trajes de mil cortesy de telas mil y mil.Y a no ser por sus zapatos,chanclas, botas y escarpín,descalcita por el sueloanduviera la infeliz.Apetito nunca tuvoacabando de comer,ni gozó salud completacuando no se hallaba bien.Se murió del mal de arrugas,ya encorvada como un tres,y jamás volvió a quejarseni de hambre ni de sed.Y esta pobre viejecitaal morir no dejó másque onzas, joyas, tierras, casas,ocho gatos y un turpial.Duerma en paz, y Dios permitaque logremos disfrutarlas pobrezas de esa pobrey morir del mismo mal. 8

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8. www.bibliotecasvirtuales.com.

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La neblina juega en la tardePor Leopoldo de Quevedo y Monroy

La tarde vaga por el monte y el lago. Ha lucido bri-llante por el sol y verde

por las arboledas y pastos que visten las laderas. Ahora son las 5:00 p.m. Los árboles sien-ten el viento frío que le sube por las piernas y agita sus ra-mas como un bandoneón que arrulla con un acento sordo.

Desde la cabeza de las montañas empieza a descol-garse una estola blanca. El viento la zarandea y se desma-deja el tejido de sus hilos a lo largo del paisaje. Una música suena. Es el paso del embru-jo blanco que hace crujir a la tarde debajo de sus carnes ca-lientes por el fuego del día. La neblina la inunda de su hielo y llama a los árboles para que le abriguen con sus copas y sus ramas.

La tarde baila un tango con el frío al compás del vien-to que suena entre los árbo-les y sobre el lago. En Calima Darién el día fenece y se arro-pa. Quiere entrar rápido a la noche y sumergirse entre las sombras para dormir en cami-són de lana negra.

La neblina apareció sin anunciarse como una bruja sin cara y sin escoba. Sólo deja ver su falda y su chalina. Baja como un ciclón de humo largo que se extiende desde la cima inmaculada hasta el borde del lago. Se devuelve luego como

llorando batida su veste por los remolinos que va forman-do el viento. De repente baja con furia cantando una sonata torva que asusta a las garzas que han llegado sobre los pi-nos a buscar descanso.

Todas las tardes en el paisaje la neblina realiza un rito parecido. Los personajes no cambian pero la música es distinta. El espectáculo lo presencian los montes azules, el lago con olitas de cristal y cielo, las fincas amarradas con barandas de rojo y las banda-das de pájaros que vuelan ha-cia la enramada.

La calima hecha de gra-nos de agua y vapor de sol rue-da alargada por los senderos que el viento le muestra con su veleta. Desde que nace el día se agazapa detrás de los cerros y espera que alguna nube apa-rezca y salga corriendo con su manojo de hielo ralo por entre las rocas y sobre el paisaje que ríe.

La neblina apareció sin anunciarse como una bruja sin cara y sin escoba. Sólo deja ver su falda y su chalina. Baja como un ciclón de humo largo que se extiende desde la cima inmaculada hasta el borde del lago. Se devuelve luego como llorando batida su veste por los remolinos que va forman-do el viento. De repente baja con furia cantando una sonata

torva que asusta a las garzas que han llegado sobre los pi-nos a buscar descanso.

Dicen y cuentan abuelos y nietos que hace más de 500 años una gran tribu indígena pobló estos lugares cuando aún no existía el lago. Se lla-maban Calimas, tenían caci-ques y sus mujeres llevaban oro en orejas y narices. De tarde en tarde bajaban por las montañas a retozar en el río. Como amazonas montaban en canoas rápidas con sombrilli-tas de amarillo y rojo y el cuer-po pintado de azul y blanco.

Las miraba el viento cru-zar veloces el río y las seguía desde el nacimiento hasta que las aguas se arrojaban al preci-picio. Desde que la tribu desa-pareció, baja la bruma blanca como las diosas calimas a bus-car el agua que se ha converti-do en lago.

La calima es como una sombra de ala blanca que cu-bre la heredad que les dejó la tribu a los habitantes de esta tierra pacífica y llena de bos-ques y agua. Por la noche es como una sábana blanca sobre las aguas. Sobre la superficie de vez en cuando se ven unos surcos. Parece que las cali-mas estuvieran galopando en el lomo de los veleros que en otra época cruzaron de azul y blanco.