Paladar Académico- Septiembre

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"El periodismo que queremos para el Racing que soñamos". Revista digital.

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SumarioTITA MATTIUSSI ARIEL SCHER

LA VUELTA DE MILITO

ORESTE OSMAR CORBATTA

CHANGO CÁRDENAS

CONTRA EL NÁPOLI DE DIEGO

MARIANOBAREIRO “EL DESAFÍO”

ENTREVISTA

ENTREVISTA

ENTREVISTA

PERFIL

PERFIL

COLUMNA

FICCIÓN

HISTORIA

4-17 18-29

30-31 32-43

44-59 60-65

66-73 80-83

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El periodismo que queremos para el Racing que soñamos

PaladarAcadémiconaciómuchoantesdequesenoshayapasadopornuestrasmentesunínfimomo-mento de ilusión e inspiración y decidiéramos idear una revista digital como la que están a punto de apreciar. Paladar Académico es nuestro ideal, nuestro sueño como periodismo, nuestra forma de actuar ante la vida, nuestros valores. Quizás haya emergido en el instante que, para nosotros, el periodismo dejó de ser simple-mente algo que vemos, leemos o escuchamos, y elegimos que sea lo que nos acompañe hasta nuestra muerte. No queremos que el duro trajín del minuto a minuto, de la disputa de obtener la primicia, se apodere de nosotros y nos obligue a ser esclavos de un mundo que, muchas veces, se convierte en sangriento. Tampoco deseamos quedarnos únicamente en el debate de qué sistema se debe utilizar en la decimoquinta fecha, si 4-4-2, 4-3-3 o 5-3-2. Pensamos que el fútbol, sobre todo el argentino, va mucho más allá de todo eso. Tiene diversas aristas fundamentales para que este juego no sea simplemente un juego sino un pedacito importante de nuestras vidas. Atrás se esconden millones de historias, muchos más personajes que merecen ser reconocidos e incontables sueños que se cumplieron -o no- en base a si la pelotita entró -o no. Nos encargaremos de contar quién era Corbatta, uno de los ídolos más importantes de la historia ra-cinguista que, en los tiempos de hoy, podría valer millones y millones o, simplemente, no valer nada, debido a su incorrecta forma -quizás producto de la época- de ser profesional. Diremos que Racing no es huérfano, porque tuvo una madre llamada Elena Margarita, pero que todos lo que la conocieron y los que no tuvimos ese privilegio la denominamos simplemente Tita. También viajaremos en el tiempo y nos situaremos en 1988, cuandolosdirigidosporAlfioBasilesedieronelgustodeenfrentaralmíticoNápolideMaradona,queesedía utilizó una llamativa camiseta roja. El periodista que mejor cuenta historias seguirá contando historias, pero esta vez en una entrevista en la quefuimoslosprivilegiadosdehacérsela.Además,quiencompartióentrenamientosenBrasilconMessi,Mas-cherano y compañía nos dice “qué se siente” haber estado allí. Ah, ¿cómo olvidarnos de Juan Carlos Cárdenas? Ese tipo que marcó un antes y un después, por lo bueno y lo malo que ocurrió luego, en la historia académica. Ahora, para referirnos a él, solamente nos alcanza con decir El Chango. Todo lo mencionado, señor lector, estará en las próximas páginas de este primer número. Esperamos ganarsuconfianzayquelasedicionesveniderastraiganconsigomuchísimomásdeloqueestamosdispuestosaofrecerles. Paladar Académico es una nueva forma de sentir a Racing, es el periodismo que queremos, vertido alainstituciónquetantoamamosyqueremosquecrezca.Bienvenidosy¡AGUANTELAACADEMIA!

Staff de Paladar Académico

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Tita Mattiussi,la mujer de Racing

Por Lautaro Negri

En el historial del corazón, entre romances espontáneos, amores volátiles, noviecitas fugaces, pasiones duraderas y utopías persecutas, siempre hay una mujer que a uno lo marca para toda la vida. Podrán pasar años enteros con un

paisaje que mutará inevitablemente por la ferocidad del tiempo que no deja resquicio alguno para entrometerse, porque “así es la vida”, tal como dice aquella vaga frase construida para ahorrar en relatos que conllevarían miles de palabras para intentar explicarlas. Sin embargo, ella se mantendrá latente en tanto y cuando en el aire se respire una tranquilidad digna de un paraíso del cual no se quiere despertar, o en

tiempos cuando pareciera que todo alrededor se derrumbara y el escenario pidiera a gritos que lo cubran con el telón final. Para Racing Club, ella fue, es y será

Elena Margarita Mattiussi o, simplemente, “Tita”.

una de las más grandes fantasías de la mayoría de los fanáticos, ya que el fútbol fue contemplado desde sus inicios como un deporte para caballeros. A pesar de esta condición intrínseca, Tita supo hacerse un lu-gar en el mundo futbolero diagramado para los hom-

L aAcademiafuesuhogardeprincipioafin.El sueño de todos los hinchas, ella lo cumplió: nació y vivió en el club. Tal vez resulte raro mencionar a una mujer como la hacedora de

bresysetransformóenunadelasfigurasmáximasde la institución, a base de amor y dedicación hacia los colores albicelestes. Su historia con Racing comienza cuatro años antes de su nacimiento. Su padre, Cesare Mattiussi, habíallegadoalpaísjuntoasuesposa,IdaDorrego,con el objetivo de escaparle a las desgracias provo-cadasporlaincipientePrimeraGuerraMundialyasípoder formar una familia en una tierra que le abrie-

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ra un futuro con más prosperidad. De esta forma, en 1915 desembarcaron en suelo argentino los inmigran-tesitalianosprovenientesdeUdine.Esemismoaño,elclub que se había ganado el apodo de “Academia” por su juego lírico y demoledor había publicado un avisoeneldiarioLaPrensaenbúsquedadeuncan-chero. Quien habría de responder dicho llamado fue el mismo Cesare, que arregló con el presidente de aquelentonces,LuisCarbone,unsueldode100pesosy la entrega de una casa alojada junto a la cancha de paleta de las inmediaciones de la institución. Esa casilla sería el lugar que vería nacer a Tita el 19 de noviembre de 1919, año en el que Racing se consa-graría por séptima vez consecutiva por la Primera División, imponiendo el estilo criollo de las gambetas y las cabriolas sobre el estirpe inglés heredado que aún merodeaba por las canchas de la nación. “Nací acá en Racing, toda mi vida la pasé en Racing”, decía la mujer de baja estatura de cabellos claros, ondulados hacia los costados con una longitud no tan notoria y con una voz que no sobrepasaba la humildadconlaquecargaba.Luegodelfallecimien-to de los dos primeros hijos del matrimonio Mattiussi, llegaría Tita: “Justamente una mujer en una cancha de ‘fulbo’”,todavíaselaoyedecirenunafilmacióndehace casi dos décadas. Ella vendría a romper un poco con el esquema machista que determinaba una serie de mandamientos pertenecientes a un dogma rígido. Unodeellosdeclarabaque lamujer entiende casinada del fútbol y que las canchas son sólo para los hombres; las mujeres debían quedarse en sus casas para esperar a sus maridos, acompañados de sus hi-jos, simpatizantes del mismo club que sus padres tal vez por herencia obligada, con un buen plato de co-mida servido en la mesa para festejar el triunfo de su equipo, junto con un vaso de Malbec, o para olvidar-se de un nuevo mal trago y prepararse para un nuevo día de trabajo al día siguiente.

INSTINTO MATERNAL

Con el correr de los años, Tita se ganaría un lugar propio dentro del club en base a un esfuerzo desco-munal, aún más cuando tuvo que encargarse de las actividades que su madre realizaba a partir de su desaparición física. Además de ayudar a su papá con el cuidado del terreno de juego de la vieja can-cha de tablones, también debió encargarse de lavar, planchar, doblar las camisetas de los jugadores en el lavadero, sin dejar de lado las tareas que debían hacerse en la casilla donde vivían. Entre mates y largas charlas, Tita comenzó a ser partícipe de los logros que su querido Racing co-menzaba a conseguir luego de casi veinte años de profesionalismo. Tras 24 primaveras sin festejos, la alegría volvióaflorecer con laobtencióndel títulode 1949, aquel que dio el puntapié para coronarse con el primer tricampeonato de la historia del fútbol argentino, ya que repetiría la consagración tanto en 1950comoen1951,conaquelzapatazo imborra-ble para los académicos de vieja cepa por parte del “Atómico”MarioBoyé,enelsegundopartidodesem-patedelafinalcontraBanfield. En 1958, volvería a formar parte de un nuevo título, particularmente con una anécdota que remar-caría su condición de materna para con los jugado-res, sobre todo con los más chicos que venían de otras provincias, ya que tenía la función de hacer que no extrañaran tanto a sus familias, alejadas a varios kiló-metros de donde estaban. El protagonista con el cual comparte esta historia es uno de los máximos ídolos de la institución, un nombre que suele repetirse en el discurso de los conocedores de la vieja Academia. Con 22 años, Oreste Osmar Corbatta, ya cargaba con tres años de experiencia en la Primera División, categoríaenlacualdebutóunsábado30deabrilde1955contraGimnasiayEsgrimadeLaPlata.Jun-

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to con sus gambetas y sus repentinos quiebres de cin-tura que dejaban mal parado a todo aquel que se le acercase a la banda derecha con intenciones de robarle la redonda, los malos hábitos del alcohol ya eran rutina en su vida fuera de las canchas. Justa-mente, uno de estos descuidos hizo que “El Loco” (un apodo que describía el talento que brotaba a bor-botones desde sus botines) llegara borracho a la con-centración de uno de los partidos decisivos del cer-tamen: era la fecha 18, el equipo albiceleste estaba

puntero con 25 puntos y su más cercano perseguidor, SanLorenzo,seencontrabaatansólodosunidadesde diferencia y todavía restaban 12 encuentros por jugar; aún más importancia conllevaba el oponente que debía enfrentar, que era ni más ni menos su rival debarrio,elClubAtléticoIndependiente. Tita observó que se encontraba en un estado deplorable,sinpodermantenersefirmeensuvertical,porlocualdecidióintervenirconsuoficiodemadrepara que el Racing Club de Avellaneda no perdiera

Cesare Mattiusi e Ida Dorrego llegaron a Racing para trabajar, se instalaron en el estadio y allí nació Tita.

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su jugador más relevante del plantel. Primero, lo hizo desvestir para meterlo en una bañadera e ir volcando sobre el cuerpo del wing derecho pequeñas cantida-des de agua tibia con una paciencia y una ternura sin límites alguno. Después de haberlo bañado, le sirvió dos termos de café y lo hizo recostar para que se le pasaran los efectos de una borrachera que parecía durar interminablemente. Finalmente, una vez que se levantó de su corto descanso, ella fue la encargada de llevarlo al vestuario para que se encontrara con

sus compañeros y saliese a jugar el clásico. El partido salió 4 a 1 a favor de la Academia y “El Loco” tuvo una actuación descollante con el número 7 pegado en la espalda, inclusive llegó a convertir un gol. Sin lugaraduda,esedíaTitafueunafiguraexcluyentedel encuentro sin haber salido a pisar el césped del Cilindro. Juan José Pizzuti, creador del apodo “Arle-quín” para su compañero Corbatta, no puede dejar de mencionar la importancia que tenía ella en la ruti-na del equipo: “Tita fue la madre de él, lo cuidó mucho.

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No sólo a él, a todos. Tita era la estrella que teníamos”. En 1961, la Academia volvería a consolidar-se como el mejor equipo del torneo nacional con 47 unidades, 6 puntos más que los que había conseguido en su último campeonato ganado. Tita, desde su rin-cón pegado al córner del costado derecho del sector local, y Corbatta, ya con dos títulos en su haber con la Selección argentina a través de los Sudamericanos obtenidos en el 57’ y en el 59’ con los famosos “Ca-rasucias”, junto a sus compañeros Humberto “El Bo-cha” Maschio y Antonio Angelillo, eran nuevamente partícipes de una nueva estrella blanca y celeste: él, adentro de la cancha; ella, pegadita al córner del otro lado con su aliento innegociable. Pero todavía quedaba lugar para más deleite. Con un pasado fortuito en la Academia, Pi-zzuti, segundo máximo goleador de la historia del club en el profesionalismo con 118 anotaciones, se transformaría en 1965 en el entrenador del equipo. De esta forma, comenzaría a gestarse el imborrable “equipo de José”, parámetro de gloria no sólo para Racing sino para el fútbol argentino. Junto a la for-taleza de todo el plantel para afrontar cada parti-do, ese equipo contó con el apoyo incondicional de Tita, como era de esperar. Juan Carlos Cárdenas, en ese entonces un juvenil que venía de Santiago con la etiqueta de promesa, lleva en su memoria los mejo-res recuerdos con esa mujer de pelos enrulados que tanto querían: “Ella sabía todo. Te decía ‘Chango, yo sé lo que te gusta; acá tenés tu té con leche’. Llegaba otro y decía ‘Ah, a vos te gustan las medialunas, fijate que compré dos pero no comas más”. Pero Tita no era solamente una mamá que se encargaba de cumplirle los caprichos a sus hijos adoptivos con botines, sino que también cuando notaba algún gesto extraño en el rostro de alguno de sus muchachos, ella aparecía

paradarleeseempujóndeconfianzaquenecesita-ba. En palabras del Chango, queda esta condición maternal aún más clara. “A veces cuando terminaba un partido, uno se ponía mal, te veía desganado y pre-guntaba qué pasaba. Le decías que habías jugado mal y ella te contestaba: ‘No me hinche las pelotas que usted es un fenómeno, eh. Va a andar muy bien, cualquie-ra juega un partido mal’. Era una figura materna para todos los pibes que veníamos del interior. A todos nos trataba exactamente iguales. Sabía cómo estábamos y todo. En fin... Una mujer. Una mujer sabe todo”, cuenta.

GLASGOW-AVELLANEDA-MONTEVIDEO

LARUTADEUNAINFATIGABLECOMPAÑERA

Habiendo conseguido el campeonato local de 1966 con una racha invicta de 39 partidos, exten-dida de la temporada anterior, el “equipo de José” se alzaría un año más tarde con los dos títulos in-ternacionales más importantes a nivel continental y mundial. El 29 de agosto se consagró con la Copa Libertadores de América tras un tercer partido dedesempate en Santiago de Chile contra Nacional de Uruguay,igualandoencerolosdosanteriorescotejos.CorrióconlamismasuerteparalaCopaInterconti-nental,lacualsedefinióentresencuentrosdebidoaque el campeón de América y el campeón de Europa, el Celtic de Escocia, habían sabido valer su localía conunavictoriaporlado.Lafechaquequedómar-cada para la eternidad fue el 4 de noviembre de 1967, día en el que Juan Carlos Cárdenas soltó con su zurda santiagueña un zapatazo que hizo que el balón trazara unaparábola en el airede casi 30metros para incrustarse en el ángulo superior derecho

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del arco que defendía el arquero celta Jhon Fallon. Ungolquelediounpincelazodebuenfútbolaunpartido que transcurrió entre riñas, insultos y golpes como si fuera una batalla. Sin importar donde jugara, Tita acompaña-baasuqueridoRacingcomounacompañerafielyaquella tarde no sería la excepción: ella se encontra-ba atrincherada en la tribuna que desbordaba de académicosquehabíancruzadoelRíodeLaPlataenbarco para disfrutar del primer título mundial para unequipoargentino.Inclusosehizopresenteeneles-

tadio del Queens Club, donde el Celtic hizo de local, en el primer encuentro entre ambos campeones con-tinentales. Hasta llegó a cruzar algunas palabras en el viaje con Sean Connery, famoso actor oriundo de los campos nebulosos de Escocia e hincha del Celtic deGlasgow.“La Copa se queda en Argentina”, atinó a decirle. Sólo la guapeza de Tita sería capaz de hacerle frente hasta al mismísimo “agente 007”. Pero teniendo un sueldo mínimo y suficientecomopara llegarafindemes, ¿cómohabíapodi-do conseguir un boleto de avión para apreciar uno

Tita junto a Humberto Maschio y Roberto Perfumo, dos emblemas del “Equipo de José”.

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cayó sobre la reputación del primer campeón mun-dial argentino como una puñalada seca. Tita, como el resto de los amantes de la Academia, debió soportar la debacle de una institución que con el pasar de los años se fue enterrando entre las cenizas de su gloria. Ni siquiera Chester, el perro que ella llevaba como cábala a los entrenamientos del equipo de José, fun-cionó para que Racing volviera a codearse entre los primeros puestos. Su amor por los animales hizo que adoptarainclusiveauncaballo:Cecilio.Lohabíaen-contrado en los terrenos del ferrocarril que hace su recorrido en las cercanías al Cilindro de Avellaneda y, tras observar que se encontraba abandonado, no dudó en arriarlo hasta las instalaciones del club. Piz-zuti recuerda que el mismo Cesare lo cuidaba: “Ceci-lio pastaba por la cancha. Cuando nos íbamos todos, él entraba con el caballo, pero después el pasto lo volvía a sembrar y quedaba todo el césped parejito. Ahí si pateabas mal era porque eras malo”. LaúltimagranalegríaqueTitaviviócomohin-cha, después de haber sufrido el descenso de 1983, fue la obtención de la Supercopa de 1988, cuando el equipodirigidoporAlfioBasile,figuraemblemáticadel club, logró alzarse con el título tras empatar con el Cruzeiro por 1 a 1 en el partido de vuelta de la final,conaquellacorridamemorabledeOmarCata-lán para estampar el gol académico y acallar a la aficiónquehabíaconcurridoalestadioMineirao.Estecertamen significó laprimeravueltaolímpicadeunequipoargentinoentierrasbrasileñas.Unavezmás,Racing primero.

de los encuentros más esperados de toda la historia deRacing?Losjugadoresyeltécnicofueronlosquetomaron la posta y decidieron juntar fondos para po-der pagarle el pasaje. Sentían que era de vital im-portancia tener cerca a su madre del verde césped cuando estuviesen disputando el partido de sus vidas frentealoseuropeos.Ese1a0encontranohizomásque darles fuerzas a los académicos, quienes supie-ron revertir el resultado con un 2 a 1 conseguido de la mano de Norberto Raffo y el “Chango” Cárde-nas, que se acercó hacia el sector derecho del córner para entrelazar su festejo con la algarabía de Tita quebrotabadesu rostroenrojecidodealegría.Lamisma reacción que tuvo cuando le dieron la noticia de que viajaría a acompañar al equipo de José ha-cia su travesía por Escocia. “Lo que lloró esa mujer, pero lloraba de la alegría, hasta pensamos que le había hecho mal porque se había puesto colorada”, describe el “Chango” al recordar el día que le acercaron el pasaje. Esa sensación se trasladó hacia Montevideo aquella tarde soleada de noviembre cuando todos los hinchas de Racing, los que habían llegado al país charrúa y los que se quedaron pegados a la radio atentosalosrelatosdelGordoMuñozoFioravanti,se sintieron sumergidos en un éxtasis del que querían creer que fuera interminable.

TITA HAY UNA SOLA

Por desgracia de los racinguistas, las próxi-mas décadas le trajeron uno tras otro infortunio que

Foto

. Rac

ing

Clu

b.

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Como con todos los demás jugadores que pa-saron por Racing, aquel plantel tuvo una relación cer-cana con Tita ya sea por su calidez y lo atenta que eraconellos.WalterFernández,unodelasfigurasdel equipo campeón, rememora la dedicación que ella les brindaba: “Venía a ver todos los entrenamien-tos. Del lado derecho de la hinchada, todavía permane-ce el tablón que conecta a la cancha; ella cruzaba por ahí y se metía. Generalmente, Rubén Paz o uno de los grandes le gritaban cosas. Entonces, ella se paraba y gritaba con su voz finita: ‘Los vivos, en el verde césped”. Ganándoseelcariñodelosjugadores,Titatambiénrecibía mimos. “Nosotros juntábamos plata para que Tita tenga preparada una picada para después de la práctica del sábado al mediodía antes de ir a concen-trar; algo inimaginable para estos tiempos”, resalta el ex goleador académico. Tita estaba en todos los detalles. Además de mantener limpias las camisetas de sus jugadores y prepararles la comida que más le gustaban, se en-cargabadeserlamediadoraoficialentreellosysusfamilias, tal como describe el también campeón de la Supercopa ‘88 Jorge “Camote” Acuña: “Me acuerdo que, al no tener celulares en ese tiempo, mi familia lla-maba a la casa de Tita y ella me venía a buscar a donde estaba, a 50 metros, y me avisaba al grito de ‘Camote, Camote’. Todavía tengo grabada su voz”. Además, al igual que la mayoría de las madres, ella quería sa-ber sobre los amoríos de sus muchachos y no deja-ba escapar su oportunidad para informarse sobre el tema.HugoLamadrid,exmediocampistadelequipo

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del “Coco”, rememora: “El único teléfono que había era el de Tita, ella oficiaba de receptora telefónica de los padres que llamaban a los chicos. También atendía a nuestras novias no oficiales y nos decía cuál de ellas les gustaba y cuáles no. Cuando estábamos de novios se las presentábamos”. Así como la zurda talentosa del uruguayo Rubén Paz era referente dentro del campo de juego, Tita se destacaba afuera de la cancha y los jugado-res se lo hacían notar. “Nosotros, que a veces tampoco cobrábamos, le llegamos a comprar comida. Pero ella siempre fue feliz. Era un sostén muy importante para los chicos que venían del interior. Era muy duro estar en la pensión porque no es como ahora. Pero ella estaba

siempre. Muchas veces tuvimos que sacar al caballo Ce-cilio para poder entrenar. Todo giraba en torno a ella”, señalaLamadrid.Suconfidenciahacíaquelosdemásencontrasen en ella un refugio armonioso dentro de un ambiente que lejos está de la serenidad, como su-braya el ex delantero racinguista Walter Fernández: “Con los jóvenes era muy compañera, nos invitaba a tomar mate y terminábamos contando anécdotas y can-tando. El solo hecho de mirarla, de ver esa actitud, te daba una tranquilidad enorme”.

UNA ETERNA CARICIA

Con un cariño intangible y una dedicación au-

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Foto. Racing C

lub.

téntica, Tita se ganó el afecto de todos aquellos que vistieron los colores albicelestes. Nunca se casó pero más de un centenar fueron los hombres de su vida. “Todos los muchachos que pasaron por acá fueron bue-nos; malo ninguno porque sólo con vestir la camiseta de Racing ya los consideré amigos, hijos, hermanos”, acla-raba Tita con una sonrisa esculpida desde la picardía máshumilde.Unasonrisa,queapesardelosgolpesque recibía junto a su querida Academia, supo man-tenersefirmementeaúnen losañosmásdifícilesdelainstitución,cuandosupresidenteDanielLalínpidióla quiebra del club para que una empresa se hiciera cargodesusfinanzas.AntelafrasedelasíndicoLi-liana Ripoll “Racing Club Asociación Civil ha dejado de

existir” y el peligro inminente de que el primer cam-peón del mundo argentino dejara de formar parte de cualquier tipo de competencia organizada por la Asociación del Fútbol Argentino, Tita le contestaba a un periodista: “No me quiera convencer de que Racing va a desaparecer. Racing es todo para mí. Me queda poco tiempo de vida, pero daría todo lo que tengo por solucionarle los problemas a Racing”. El club le debía poreseentonces$15.700,peropocoleimportaba.Siempre pensó en el bien de Racing e inclusive se negó ante la oportunidad de vivir en un departa-mento en Avellaneda que el club le ofreció cuando se estabaconstruyendoelCilindroafinalesdeladéca-dadel40’.Suilusiónpermanecióintactahastaúltimo

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momento: “Yo pensaba morir acá, pero ahora no sé, a no ser que muera igual a mi manera. Espero seguir hasta que pueda. Me cuido para eso, pero tenemos un destino marcado. Lo único que pido es que no sea pronto, que me deje ver a Racing otra vez allá arriba”. Su destino quedó inmortalizado en el corazón del hincha académico a partir del 3 de agosto de 1999, día en que Tita falleciera a causa de una úlce-ra en la sala de terapia intensiva del hospital Fiorito, a pocas cuadras del Cilindro. Al día siguiente, muchos de los hombres que había tenido en su vida como her-manos, hijos, amigos y demás parentescos, se acer-caron al velatorio montado en la sede de Avenida Mitre para luego trasladar sus restos al cementerio de Avellaneda. Desde los más experimentados como el “Panadero” Díaz, el “Coco”Basile,JuanJoséPiz-zuti, hasta los algunos de los integrantes de la nueva camada de jugadores, como Adrián “Polaco”Bastía,conformaron el abanico de jugadores que asistieron al velorio. “Su partida fue algo tremendo. Uno sabe que los años te van tirando abajo y hay un ciclo de vida que se cumple. Pero su ida fue mucho más dolorosa porque era Racing y los recuerdos de uno. Queríamos tenerla mucho tiempo más”, añora hoy en día el “Camote” Acuña.Lamadrid,quienviviendoenelexteriorape-nas se enteró de la trágica noticia se dirigió hacia la sede, señala una triste verdad: “Racing no fue ingrato con Tita, sino algunos de los que gobernaron”. IgualdeingratafuelasuertedeRacingenel

futuro cercano. Dos días después de que Tita muriera, la Academia perdió contra Palmeiras con un resulta-doabultadoafavordelosbrasileños:7a0fueelmarcadorfinalquepermitióalequipoganadordelaCopaLibertadoresdelmismoañopasarderondapor la Copa Mercosur, de la cual era el defensor del título. A pesar de que el panorama no parecía cam-biar, el 8 de septiembre se abrió un surco de espe-ranza cuando Racing firmó un acuerdo con el ClubArgentino de Rugby que permitió recuperar unos te-rrenos pertenecientes a entidades ferroviarias que habían sido cedidos al club durante la dirigencia de Osvaldo Otero y que luego habían sido perdidos. Con el esfuerzo de socios e hinchas, se pudo levantar el primer campo de entrenamiento para las divisio-nes inferiores en la historia de Racing, luego de que los jugadores pertenecientes a la cantera académica tuvieran que hacer de local en canchas como la de El Porvenir. Desde allí, el Predio Tita Mattiussi se ha convertido en un ejemplo para el fútbol argentino de-bido a la historia y condiciones de sus instalaciones. Tita renunció al deseo que muchas mujeres tienen a lo largo de su vida: formar una familia pro-pia. Sin embargo, al permanecer en la memoria de los hombres de su vida y al saber que los nuevos pi-bes están bien cuidados, no hay duda de que aquella suave sonrisa continúa abrazando al sentimiento ra-cinguista.

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Ariel Scher“Hay que pensar en cómo dar disputas en función de las

ideas y los sueños”

jadas como el deporte más popular del mundo. Para ello, nos sumergimos en su historia, su profesión y su pluma, en una nota digna de disfrutar, que nos intro-duce en el fantástico mundo de pensar la realidad.

-¿Cómo empezó su vínculo con el fútbol y con Ra-cing?-El fútbol daba vueltas alrededor mío, por mi barrio, por mi padre, por mis amigos. No puedo precisar del todo la circunstancia inicial de mi vínculo con Racing,

Por Cristhian Flores / Fotografía. Gastón Rojas

espera para hablar de la vida. Porque hablar de la vida y de Racing funcionan como sinónimos. Hacer lo propio de periodismo, en tiempos en los cuales el periodismo muchas veces elige no decir, se torna obli-gatorio. Pero también es necesario hablar de fútbol, de las maravillas y las miserias que éste trae apare-

E l escenario, como no podía ser de otra ma-nera, es el aula. Allí, Ariel Scher se siente cómodo por estos días como docente en una reconocida escuela de periodismo, y allí nos

Disponerse para charlar de fútbol y de la vida con Ariel Scher es, en principio, adentrarse a un mundo de debates. Notarán que aquí no hay búsquedas de verdades

absolutas ni conceptos axiomáticos, sino un periodista, escritor y docente que plantea un escenario y una forma de entender la vida, y al fútbol como forma de

explicarla, que no abunda en estos tiempos. Desde el Racing de su niñez al Barcelona de Guardiola; de Panzeri al periodismo actual y su relación con Grondona.

El mundo como territorio de disputas, tan o más transformado que el fútbol de los tiempos en los que Racing era La Academia y el país una multiplicidad de paladares.

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y no fascinarme. O delante de Zidane, Maradona, RubénPaz,MessioIniesta.SifuerahinchadelBarce-lona, no podría no haber mirado a Zidane; y si fuera del Real Madrid, no podría no rendirme ante Xavi, IniestaoMessi.Seríaunciego.

-¿Existe un “Paladar Racinguista”?-Hay multiplicidad de paladares. Me parece que Ra-cing tiene, como muchos otros clubes, un montón de invitaciones a reconocerse en jugadores, jugadas y equipos que fueron portadores de una gran pasión, una gran identidad, destreza y generosidad. Me pa-rece que la suma de todas esas cuestiones es un pala-dar más deseable. Ahora, los paladares dominantes

pero sí estoy seguro de que es una circunstancia añe-jísima, anterior a mi propia memoria.

-¿Racing fue una herencia como suele suceder?-Racing fue una elección. Mi papá cree que construir una persona, en términos de ser una persona, tiene que ver con darle multiplicidades selectivas. No me impusounacamiseta,entoncesyolaelegí.Loquesíme quedó de él, entre muchas cosas, es esta com-prensión que es valorativa de todas las camisetas. No tengounaafirmacióndemiidentidadporoposiciónalos otros. No necesito tenerle bronca a otra camiseta, ni se la tengo. Necesitaría a alguien que me brinde unaexplicaciónparaabrirlosojosdelantedeBochini

Foto. FM La Tribuna

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Nacióel29/07/1962.Periodistadesde1982enElHandball,LaRazón,Sur,Interdiarios,NoticiasyClarín (PK), entre otros medios. Fue enviado especial alMundialdeFútboldeJapón/Corea2002yaldeAlemania2006;a los JuegosOlímpicosdeSydney2000,alaCopaAméricadeFútboldeBolivia1997,Paraguay 1999, Perú 2004 y Venezuela 2007; alAbiertodeTenisdeEE.UU.ensusedicionesde1998,1999y2001ya el de Francia2003, entre otrosacontecimientos. Es docente en la escuela DeporTEA

y participa regularmente en debates sobre los lazos entre el deporte y la política, la sociedad, la violen-cia y la literatura. Publicó los libros Fútbol, pasión de multitudesydeelites(juntoconHéctorPalomino);LaPatria deportista; Wing izquierdo, el enamorado (y otrosrelatos);LapasiónsegúnValdanoyFútbolenelbar de los sábados, además de ser co-autor de De-porte Nacional e intervenir en diversos volúmenes co-lectivos de cuentos y ensayos sobre deporte. Premio Konex2007(Deportivaescrita)yjuradoen2010.

Ariel Scher y sus obras

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en cada tiempo de la historia no tienen que ver sólo con Racing. No en todos los ciclos de la modernidad el ideal de mujer fue el mismo; no en todos los tiem-pos de la historia las construcciones sobre la estética fueron iguales, y el campo de las ideas es un campo de disputas culturales. No me parecería justo decir que lavida tieneque funcionar conmipaladar. Loque sí creo es que conviene dar batalla, dar argu-mentos y encontrar recursos para defender las cosas que creemos, y en eso estamos. Sigo creyendo que no se puede ser en el fútbol especialmente distinto, en materias de objetivos, que en el vivir. Hay maneras de abordar la competición, las jugadas y maneras de entender quiénes son los otros con los que jugamos, pero ningún folklore dominante tiene por qué demo-ler mis ideas sobre la vida y el fútbol.

-¿Por qué cree que Racing pasó de ser un equipo con una identidad marcada al declive y el geren-ciamiento?-Tienequeverconelperfildealgunasadministracio-nes. Hubo construcciones políticas que no funcionaron eficazmente.Pero,porotrolado,enmuchosdeesostiempos también hubo un montón de señales y reac-ciones sociales que revalorizaron qué cosa es vincu-larse con Racing o ser de Racing para que Racing no dejedeestarsobrelasuperficiedelcorazónydelavida. Por otro lado, los peores tiempos institucionales coinciden con tiempos en los que se transformó mu-choelmododehaceruna institucióndeportiva. LosproblemasdeRacingespejaronyamplificaroncomose transformaron muchos clubes. Hay clubes que han salido campeones y su realidad institucional no esta-ba muy por encima de la de Racing. A veces, un éxito disimula un montón los aspectos institucionales.

-¿Cómo ve al club hoy?-Hoy veo a Racing atravesado por los mismos pro-blemas y desafíos que la mayoría de las instituciones deportivas de este tiempo; en una época en que el espectáculo del fútbol y el deporte son el espectáculo central de una época que espectaculariza todo. Para los clubes argentinos no ser rehenes del corto plazo y el triunfo inmediato es muy difícil porque hay una cul-tura que excede a los clubes, que instala que el éxito y el fracaso es sacar puntos en lo inmediato. Eso tiene legitimidad, pero no puede ser la única realidad. Ese eseldesafíodeRacingydelfútboldeArgentina.Unproyecto necesita tiempo. Hay equipos que son cam-peones y no se sabe qué proyecto fueron, qué iden-tidad tenían. Son equipos que simplemente sumaron más puntos o encontraron distintas formas de cómo ganar los partidos y le funcionaron.Una identidad

de cómo jugar tienen algunos conjuntos que recono-cemos en los barrios o abajo de las autopistas, pero un proyecto y una identidad requiere de tiempo y de muchaafirmacióndeciertasideas. -Volvió Milito, con todo lo que eso significa. ¿Qué le puede aportar a este Racing y cuánto le puede dejar como enseñanza?-Milito es un gran jugador de fútbol, con una canti-dad de saberes sobre lo que hay que hacer en una cancha que no tienen tantísimos jugadores, además delosrecursostécnicos.Losclubes,losequiposycasitodas las cosas se construyen fortaleciendo identida-des. Que alguien como Milito vuelva es toda una se-ñal de valoración de su parte hacia lo que es Racing, que enseña muchas cosas: no es poco tener un gran jugador de fútbol, que además eligió cerrar la pará-bola de su itinerario como jugador en el lugar donde partió. Es un gran aporte que excede el placer de verlo jugar, una señal de identidad que sería maravi-lloso que fuera aprovechada.

Durante el Mundial, Ariel permaneció en Ar-gentina mientras que su hijo Ezequiel, periodista de El Gráfico Diario y la cooperativa Nos Digital, vio a Messi gambetear desde el lugar de los hechos. Sin embargo, padre e hijo compartieron vivencias, como tantas otras veces, pelota y pluma de por medio. El honor de com-partir la profesión, y una analogía particular.

-¿Qué cosas le dejó la actuación de la Selección Argentina en el Mundial?-HayvaloresquetransfiriólaactuacióndelaSelec-ción en el Mundial que a mí me parecen interesantes. Por ejemplo, perder y no atribuirle a algún genio ma-ligno que nos quiere embromar y echarle las culpas de la derrota. Me parece importante, no sólo como conducta de la Selección, dimensionar que no todos salen primero, y que ser primero no es lo único que importa. Es un sueño, un objetivo, es válido, pero hay otros espacios: si pusimos toda la intención, hicimos las cosas que nos parecía que había que hacer, co-metimos errores y construimos aciertos, también tiene valor. El resto son discusiones acerca de cómo se cons-truye un equipo. Si la Selección podría haber jugado mejor o peor; si avanzó hasta donde avanzó, tiene méritos. El fútbol habilita un juego dentro del juego que es pensar el juego. Nos hace ver virtudes, defec-tos, estrategias, tácticas, valores, ideas y faltas de ideas.

-¿Cómo fue compartir la experiencia de escribir con

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sa todos los días, y sus formas expresivas pequeñas. Preguntarme por qué vivo las cosas como las vivo y por qué tal otro vive las cosas como las vive, y de eso resultalascosasqueescribimos.Loquemásmegus-taesque,paraescribir,tenésquedesafiarteaquealgo que no estaba esté. Y antes de escribir tenés que estar en contacto con el mundo, te produce una interacción con el mundo.

-Sus hijos siguieron sus pasos, ¿lo fueron maman-do o fue una elección propia?-A veces estás más cerca de una cosa que de otras, y eso te permite interesarte o no. Si mi papá no hubiese sido alguien que mirara partidos de fútbol, quizá mi vínculo con el fútbol hubiera empezado después o no hubiese empezado; si a mi mamá no le gustara leer, quizá yo hubiese tenido un vínculo más tardío por es-cribir o por leer, pero es difícil seguir ese recorrido. Hace poco lo escuchaba al nieto de Estela de Car-

su hijo en Familia Mundial?-Fue una buena aventura. Me parece, como concepto periodístico, que no es exacto decir que cubrimos los mundiales cuando estamos con el cuerpo en las ciu-dades donde se juegan los mundiales. El periodismo puedeejercerseenlaproximidadgeográfica,conlosojos apoyados en la gente o en los olores del aire que los enmarcan, pero cubrir el mundial, lo cubrimos todos desde algún lugar, de algún modo. Y tendía-mos a eso: donde lo estemos haciendo, encontramos una manera de encontrar las cosas. Fue compartir una experiencia de trabajo con alguien que uno quiere mucho, como puede ser un hijo o un amigo.

-¿De dónde nace su forma de contar las historias?-Estoy en eso, buscando cómo escribir. Yo trato de leer a los tipos que escriben de distintas maneras, a muchos de los que tantos predican que escriben bien. De escuchar a gente que no escribe pero se expre-

Eche Ilus

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lotto y decía que se había preguntado por qué tenía esa ligazón tan intensa con la música; y en algún lado estaba: su papá. Eso en algún se encuentra.

El periodismo fue, para Ariel, una vocación que se remonta a su niñez, a su padre y el fútbol. En la profesión encontró formas y valores para ejercerlo, los mismos que intenta trasladar a sus alumnos, en tiempos y contextos sociopolíticos en los cuales la profesión pa-rece estar todo el tiempo en la tela de juicio de intereses económicos.

-¿Cómo comenzó a vincularse con el periodismo? -Lapasiónconelperiodismotienequeverconque,abastecido por mi papá y con amigos, tenía mucha relación con los diarios y las revistas deportivas, me gustaba escuchar la radio, leer, mirar partidos. Mi papá jugaba partidos contra mí en el patio de mi casa y relataba esos partidos. Después, con la vida, me fui encontrando con muchos compañeros que tie-nen historias casi fotocopiadas. El proceso genético de ser periodista ligado al deporte está muy vincu-lado a eso. Por otro lado, hubo un momento en el que fortalecí las ganas de hacer periodismo porque me pareció que era una herramienta a través de la cual era posible volver visible cosas que no estaban tan a la vista. Y eso me resultó, y me resulta, una oportu-nidad humana extraordinaria. Sabía que pensar el

fenómeno del deporte, aproximarme, contarlo, tenía unaespeciedeinclasificableyprecisarelaciónconunsaber en el que hay emociones, pertenencias e iden-tidades dando vuelta.

-¿Qué influencia tuvo Dante Panzeri, por ejemplo? -Mi papá tenía valoraciones muy altas de Panzeri, y otra gente que yo conocía me lo mencionaba. Pan-zeri era, evidentemente, alguien que desacomodaba a muchos, y a mí también, con su puesta en cuestión de lo que parecía tan natural. El tipo decía algunas cosas que, en algún lugar de mi cabeza y mi cora-zón, me empezaban a volver otro individuo al que era antes de leerlo. Me parece que es una referen-cia como individuo que cambió las maneras de hacer periodismo sobre deportes en la Argentina. Esto no quiere decir que sea la única referencia que tenga-mos, ni que sea perfecto porque no hay perfecciones ni personales ni profesionales; pero, evidentemente, funcionaba como un faro.

-Sin embargo, hoy en día el espectador se informa más por la televisión que leer los mismos diarios o agarrar un libro. ¿Qué cree al respecto?-Pienso que el mundo se mueve. En todo caso hay que pensar cómo dar disputas en el mundo en función de las ideas y los sueños que tenemos. No tengo una vi-sión de la realidad descendente y decadente que me provoque decepción del mundo. Me parece que todo

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el tiempo estamos en la pelea, en tratar de interpre-tar e interpelar la realidad.

-¿Ese es el mensaje que intenta dar a sus alumnos?-Nosésicomodocentedeperiodismo.Loquesísées que, en las referencias más interesantes que yo he encontrado para construir el proceso educativo, se planea la pedagogía desde la pregunta, la desmo-nopolización de la palabra, de los individuos como portadores de saberes. Me gustaría que el periodis-mo, el fútbol, la docencia y la existencia se permitie-ran eso: preguntar y transformar no sólo lo individual sino también lo colectivo.

-¿Cómo se modifica esa tendencia instalada en la cabeza del estudiante de periodismo cree que sólo se llega con contactos y sin hacer méritos?-Es una discusión ideológica, no tengo una teoría de cómosemodificaeso,megustaría.Tienequeverconderribar una serie de supuestos que no me parecen convenientes ni para el horizonte individual del estu-diante, ni para el horizonte colectivo de una socie-dad. Hay que discutir qué es lo importante, qué es llegar, qué es trabajar y qué es un empleo. Qué es un medio grande y qué es un gran medio. Me parece que esas discusiones se están expandiendo, no sólo porque hay nuevas herramientas para multiplicar los lugares donde construir periodismo, sino porque hay discusiones ideológicas sobre eso. Hay una tradición por la que se estudia para tener un empleo y prestar la fuerza de trabajo en función de vocaciones que uno tiene o encontró de casualidad. Yo creo que nin-guno de nosotros es periodista, ni es nada, por el lugarqueocupa:simplementees.Unoesloqueestá

haciendo,nodependedelegitimación.Loquesícreoesque,parasereso,hayqueesforzarse,desafiarse.Si uno no discute con uno mismo, sin esfuerzo, es pro-bable que no ocupe un espacio de trabajo, o no lo desarrolle, no esté siendo periodista, o comunicador, o no esté siendo nada.

El fútbol argentino y sus adyacencias no esca-pan del análisis. No sólo desde el punto de vista comu-nicacional sino también desde el juego, e incluso una mirada de la era Grondona, el encargado de las trans-formaciones de nuestro fútbol en los últimos 35 años.

-¿Quién fue Grondona y cómo seguirá el fútbol ar-gentino sin él en el poder?-Grondonaeraalguienquenoseplanteabatrasto-car el mundo para hacerlo mejor o peor, sino que daba por sentado que el mundo es el que está, y en ese mundo sabía operar. Era un entrenado en la corta política, especialista en resolver cosas que se presentan como problemas inmediatos. Es difícil decir qué creíaGrondona del fútbol, o del juego, o delpoder. Creía que el poder es algo que se ejerce, y que se ejerce estableciendo vínculos. El desenlace de sus gestiones revela que el poder central está en la industria de la comunicación: desde el acuerdo con Torneos y Competencias, su alianza central para per-petuarse tuvo que ver con ser aliado con los dueños de los derechos de televisión; cuando más radicalmente cambiaron esos derechos, cambió la alianza. Siempre estuvo aliado al poder de turno. El fútbol para todos es, en principio, un cambio de dueños legales de los derechos de transmisión, cuyos saldos también están

Ariel nos cuenta el juego En septiembre, Ariel Scher presenta su nuevo libro llamado “Contar el juego”, un trabajo editado porCapitalIntelectualquetratasobrelaliteraturayel deporte en Argentina. “Siempre me interesó el deporte por el de-porte pero, a la vez, como herramienta para pensar y para aproximarnos a otras dimensiones de la rea-lidad. En la historia de muchos y, también, en la mía, los textos sobre deporte resultaron un buen camino para arrimarnos a leer. A veces observo que eso si-gue ocurriendo. Y siempre me inquietó el vínculo entre la literatura y el deporte, un lazo que muchas veces ha sido visto con algún prejuicio. “Contar el juego” desarrolla las biografías deportivas de nueve escri-tores:AdolfoBioyCasares, JulioCortázar,EduardoSacheri, Roberto Fontanarrosa, Osvaldo Soriano,

Rodolfo Braceli, Juan Sasturain, Martín Caparrós yHaroldo Conti. Cuento cómo fue su relación personal con el deporte y cómo aparece el deporte en sus obras. Son ellos y pudieron ser muchos otros y otras porqueeldeportesemanifiestademuchasmanerasen las vidas y en los libros de la Argentina. Algo de eso -aludiendo a otros escritores- se ve en la breve introducción de este libro. También me di el gusto de que unos cuantos deportistas que, por una razón u otra, quedan asociados a algún escritor me conta-ran historias maravillosas: Sava leyendo a Sacheri, SorincuativadoporSoriano,BianchimencionadoporBioyCasares,PoyhomenajeadoporFontanarrosa,elIndiecitoSolariantelostextosdeBorges,elTotoBe-rizzo y su hábito de leer cuentos de fútbol, y más”, adelanta Ariel sobre su nueva obra.

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en construcción. Todavía hay mucho abierto a discutir en torno a qué es el Fútbol para Todos y hacia dón-de va. No sé cuánto se diferencia de otras transfor-maciones en la industria de la comunicación de este tiempo en Argentina.

-¿Cree que es tiempo de que el fútbol argentino se replantee ciertas cosas?-El fútbol argentino tiene tantas histerias como otros torneos, y más, pero da la sensación de no tener me-nos histeria que ninguno. No conozco ninguna cuestión lúdica que se desarrolle mejor en estado de histeria. Lasmanerasdejugar,derecibiryobservareljuego,forma parte de un escenario de disputas culturales. Todas esas cosas tienen un sentido, otro o ninguno, pero uno disputa esos sentidos. No todos pensamos que la manera de disputarlos son idénticas, pero sí creo que la historia revela que, para dar esa disputa, hay que organizarse, involucrarse y ponerse en cues-tión. En eso está el juego presente o ausente todos los días de nuestra vida.

Como futbolero enamorado del juego por so-bre todas las cosas, el cierre estuvo a cargo de Messi. Su concepto sobre el mejor jugador del mundo y el Bar-celona de Guardiola.

-¿Cuál es el equipo, de todos los que vio, que más le gustó?-ElBarcelonadeGuardiola.Teníaunareivindicaciónde una serie de ideas que, a veces, parecen aban-donadas.Unparadigmacontraculturaldejuegoqueme gustaría que se vuelva cultural, pero los equipos

tienen derecho a jugar de distintas maneras siempre que no atenten contra lo que uno cree que es mo-ral.Loprimeroquemeprovocabaeseequipoeraunextraordinario encantamiento visual; lo segundo era unmecanismodeidentidad;loterceroesqueelBar-celonaeralaverificacióndequeelbrilloindividualpuede estar al servicio de lo colectivo; y que lo co-lectivo puede favorecer la manifestación del brillo de lasingularidaddelindividuo.ElBarcelonaconjugabalo mejor de lo más histórico y las células madres del fútbol con el aporte de montones de recursos de la modernidad y la observación táctica del juego. Era el mejor equipo de cualquier barrio, de cualquier tiempo histórico, porque era la suma de montones de ideas de tiempos anteriores: Tenía muchísimas cosas delBrasil‘70,perotambiénmuchascosasdeHolan-da‘74.CosasdeBarcelonaanterioresganadoresyderrotados. Y una apuesta a un modelo de vincularse con el juego que se pudo trasladar a la competición, pero no quiere decir que sea perfecto.

-¿Qué le genera Messi?-Messi está fuera del campo de la lógica. Es una fá-bula, una especie de anotador que nos recuerda la existencia de lo imposible con forma de jugador de fútbol. Me siento un privilegiado de ser testigo de muchas cosas, y entre ellas, de haber visto a Messi y a Maradona. Son confabulaciones contra lo que uno puede prever desde cualquier lógica. Messi desata nudos que parecen imposibles de desarmar, con una naturalidad y una facilidad que no está escrita en ningún cuento. Avanza con la pelota tan cerca del pie como la física no logra explicar. Es Peter Pan y todos los personajes de cuentos al mismo tiempo.

Presentando uno de sus libros, Deporte Nacional. (Foto. Feria del Libro)

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El legado de Ariel Scher

►Por Julián Scher. Hijo de Ariel e integrante de Prensa de Racing

El legado de

Golesypalabras,cuentosypartidos,notasygambetas.YRacing.En un mismo envase, jugando con todo a la vez pero sin olvidarse de los detalles, apostando por la construcción con otros pero sin resignar el pen-samiento propio, Ariel va y viene por la vida teniendo al Cilindro como una cita ineludible. Así como por comer medialunas con sus sobrinos nietos es capaz de no mirar algún rato de algún partido de un placer llamado Barcelona,ningunaposibilidaddetriunfo,nienelfútbolnienlavida,lehaceperderdevistaque losmedios importan tantocomo losfines.Y side medios se habla, Ariel camina por las calles porteñas preguntando y preguntándose incesantemente cómodesafiar las lógicas dominantes decomunicar y cómo contar a diario historias que no impliquen entregarle al mejor postor las convicciones. Y siempre, pero siempre, a Ariel se le cruza por delante la Acade-mia porque Ariel, cuando era un chiquito que pateaba con ganas la tierra de Ciudadela, se dejó seducir por el inolvidable Equipo de José que se coronó en Montevideo con el zapatazo del Chango Cárdenas. De ahí en adelante, la lealtad a Racing se mantuvo intacta, en las buenas y en las malas, en el doloroso descenso de 1983 y en la gloria del 27 de diciembre de2001.Alolargodemásdecuatrodécadas,compartiótardesdelocaly noches de visitante con sus hijos y con los amigos de sus hijos, soportó a los entrenadores que creían que tenía sentido vivir sin ir al ataque y disfru-tó con los futbolistas, fueran o no de Racing, que respetaban la dimensión estética del juego. Futbolerodesdeque León,mi abuelo, le regaló Literaturade lapelota, ese mágico libro del escritor académico Roberto Santoro, Ariel se destacóauncostadodelaGeneralPazcomovolantecentralyfuefiguraen casi todos los partidos que jugamos él, mi hermano y yo en la Plaza de la Misericordia. Papá, amigo y compañero, todo en un mismo envase, es un orgullo haber heredado de Ariel la pasión por estos colores y por el fútbol.

Pasión por Jugar

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El legado de Ariel Scher

Cuando empecé a cursar periodismo deportivo en DeporTea, ha-blé con un amigo para pedirle referencia y consejos de la carrera. En esa conversación fue cuando me quedó el apellido “Scher” en mi cabeza. Entre tantas recomendaciones y advertencias, me contó que en segundo año iba a tenerlo de profesor y, si tenía suerte, en más de una materia. Mi especie de guía en los primeros meses de la escuela hablaba de él de una manera especial, claramente diferenciándolo del resto por algún motivo que un año después iba a entender. Lamateria“Políticaydeporte”llegóenelPRIMERcuatrimestredel2009,conArielScheracargodelamisma.Rápidamentemeacordédemiamigo y su especie de enigmático: “Ya vas a ver cuando lo tengas...”.Lo importantede la cursada, ademásdel contenido, fue su sabiduría yestilo de dictarla. Más que una clase parecía una charla entre un hombre que pareció haber vivido cada segundo de lo que contaba y personas que escuchaban el relato. Sus ejemplos concisos y claros –muchas veces mencio-nando a una tía– producían simpatía y empatía.Discípulo de Dante Panzeri, su calidez humana y consejos lo llevaron a ser elegido por varios compañeros para que entregue el diploma de egresa-dos, un año y medio después de haber sido sus alumnos y en tan solo una materia sobre más de veinte.Ariel es ese tipo de personas que te caen bien. Tiene algo especial en su forma de ser que intriga y te mete en un bolsillo. Esto se potencia al leer sus textos: cuentos de fútbol y participaciones en libros, columnas en Diario Clarín, etc. ¿Cuántaspersonaspodríanafirmarqueleresulta“másconmovedorver‘LacarreradeMiguel’quelafinaldeunMundial”?Pocas.Arielesunoyesoloresume.Unapersonaqueportrabajoviajóporelmundoacubrirtorneos internacionales, pero siempre con la intención de contar otro tipo dehistoriasquedejencomoresultadounareflexión.Ariel Scher es más que un profesor. Es un docente, un periodista de raza y un ejemplo para los que, al igual que él, queremos “cambiar un poco del mundo” a través de esta profesión.

►Por Brian Aizenberg. Productor de Esto es Racing y ex alumno de Ariel

Más que un profesor

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ciendo notorio su deseo de terminar su carrera con la camiseta blanca y celeste. Ahora, si bien la ilusión era enorme, era difícil imaginar que el inicio de Die-go Milito en su vuelta sería tan bueno. Es que el Príncipe, ese que una tarde fue ca-paz de meterle cinco goles al Real Madrid de Zidane, Ronaldo y compañía, venía de unas últimas dos tem-poradasmuy complicadas en elCalcio. Una roturade ligamentos en una de sus rodillas, en una edad en la cual cada desgaste físico comienza a pagarse de otra manera, pareció oscurecer ese potencial regre-so.Sibienafinalesdel2013volvíaalascanchasconun doblete ante el Sassuolo, la realidad es que el úl-

títulodelApertura2001), susgoles, susfintasy suslogrosfueronhaciéndosemonedacorriente losfinesdesemanaporTV.Así,yafueraenelGenoa,enelZaragozaoenel Inter, lagentedeRacingfuefor-jando una idolatría extraña por Diego Milito: se hizo héroe a la distancia. Él aportó además, cada vez que pudo, con alguna declaración, visita al Cilindro o como fuera, pero siempre recordando su paso por el club y ha-

Era uno de los regresos esperados hace tiem-po. Si bien se fue por la puerta de atrás allá porenerodel2004sinhaberlogradoalcan-zar el máximo de su potencial (eso sí, con el

Diego MilitoVigencia y compromiso

►Por Diego Huerta. Columnista invitado. Periodista de Cultura Redonda y Perarnau Magazine.

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timo año de Milito no había sido bueno. Pero le sirvió para ponerse a punto en lo competitivo y exhibir acá al futbolista de elite que terminó de formarse a miles de kilómetros de Avellaneda. En cada control, en sus pases certeros, en los cambios de frente para los volantes que se incorpo-ran al ataque, Diego muestra que es un futbolista que estámuyporencimadelamediaennuestropaís.Lu-cas Pratto incluso no dudo en señalarlo como el mejor delantero del país. Su trayectoria lo avala, no cual-quieradefineunafinaldeChampionsLeaguecomolohicieraélenel2010anteelBayernMunichenelSantiagoBernabéuconundobleteinolvidable. Pero más allá de su valor futbolístico hay uno intangible en este regreso. Porque su contracción al trabajo es total, porque es el espíritu del conjunto

(su salida en el Clásico fue un antes y un después), porque con él en el club se puede volver a soñar con que esos pibes que se formaron en el Tita, dieron sus primeros pasos en el Cilindro y terminaron realizando notables carreras, hagan sus últimos trucos con la ca-miseta de Racing. El construir una identidad colectiva como club es imposible de valorar. Y la presencia de Milito es un granito de arena para que ese paladar académico se acerque de una buena vez a ese que leímos en libros, que nos contaron nuestros padres y abuelos, que se respira en los rincones del Presidente Perón. Quizás él no sea consciente de la trascendencia de su gesto. O quizás sí, si hay algo que demuestra el Príncipe en cada declaración, acto público o dentro de la cancha es una inteligencia marcada.

Diego MilitoVigencia y compromiso

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Oreste Osmar Corbatta

El loco que gambeteóa la vida

Por Cristhian Flores

Llegó siendo muy joven, pero jamás se imaginó que se viviría por siempre en el corazón, la memoria y la existencia del Racing Club. Porque el Cilindro se erige en

Mozart y Pasaje Corbatta; porque allí está su cara, llena de picardía, en cada cuadro con los máximos ídolos albicelestes. La triste historia de un provocador de sonrisas

eternas, la historia de un Loco que gambeteó a la vida: Diganle Oreste.

loqueesosignifica.Sieteeraelnúmeroquellevabatatuado en la espalda, porque más que el de su ca-miseta celeste y blanca, ser wing en los tiempos de Corbatta era una forma de entender la vida: medias bajas, la camiseta fuera del pantalón, la cara sucia que albergaba una sonrisa pícara y la frente sudoro-

Siete años le bastaron a Oreste Osmar Cor-batta para entrar en la historia grande del Racing Club de Avellaneda. Siete fueron los golesquelemarcóaIndependiente,contodo

sa de tanto recorrer la raya, de tanto engaño, eran requisitos.Lashistoriasdepotrero,gambetas,fama,gloria, recaída y últimos años solitarios, se repiten en-tre los integrantes de esa raza en extinción que tiene en Corbatta a uno de sus hijos más preciados. Algunos le decían Orestes Omar, aunque su partida de nacimiento dijese Oreste Osmar. Podrán confundir su nombre, pero olvidarlo jamás. Porque ya nadie juega como Corbatta. Porque nadie va a gam-betear hasta al olvido, ni va a adueñarse de la raya

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como si se tratara de los mismísimos límites entre la fama y la desidia, entre el dinero y el despilfarro, entre la gloria y el declive. Porque correr, corre cual-quiera, pero no cualquiera corre y la pelota sigue ahí, con él, porque “no se quiere ir de su lado”, acaso parafraseando una vez más a la vida y a los amigos que estuvieron para brindarle una mano aunque ya no hubiese nada que hacer. En la cancha tampoco habíanadaquehacerconelLoco. Corría el año 1955 cuando un muchacho pe-queño,notoriamenteflacoydeaspectodesalineado,se presentó en el estadio de Racing Club. El nacido en Daireaux,LaPlata,hacía19años,noteníamásper-gaminos que alguna hazaña de potrero y una prueba en Estudiantes, club en el cual lo descartaron por su contextura física. Según nada más y nada menos que Juan José Pizzuti, el club pagó por él un par de jue-gos de camisetas. Al llegar, en alpargatas y con una camisa a cuadros, sus nuevos compañeros le pregun-taron por su equipaje. “¿Qué equipaje?”, respondió. No imaginó entonces, al llegar con nada más que lo puesto, que gran parte de su vida dentro y fuera del verde césped la pasaría en el Estadio ubicado en Mozart y la ex calle Cuyo que ahora lleva su nombre.Apenas dos meses después, ya jugaba en la primera deRacing.DesdeaqueldebutanteGimnasia,loshin-chasdeLaAcademiadisfrutarondecadaunadesusgambetas y locuras en partes iguales hasta 1962. A cambio, el club le pagaba un sueldo escaso y un de-partamento donde dormir, y así dejar de hacerlo en

uno de los estantes de utilería. El “¡Locooo, Locoooo!” bajó de las tribunas maravilladas una y otra vez ante cada ocurrencia magistral, cada enganche para de-jar desairado al marcador. “El Loco Corbatta era un fenómeno, un fuera de serie. Uno de esos que salen uno en un millón. Posee-dor de un gran talento, era pícaro, y no se cansaba de gambetear nunca. Estaba en el momento justo y siempre hacía la jugada inesperada”, declaró alguna vez el ex arquero Osvaldo Negri, y nadie se atrevería a des-mentirlo de no ser para agregarle una característica a la elegancia de su juego, contradictoria con la des-fachatez de su andar. Otra de sus especialidades eran los tiros des-de el punto del penal. “Agachaba la cabeza para que el arquero no me viera. Nunca me paraba de frente a la pelota, y le pegaba con la cara interna del pie derecho, seco. En cuanto se movía, era hombre muerto”, repe-tía. Así convirtió 39 de los 45 penales que ejecutó en toda su carrera. Para los arqueros, contenerle un penal al “Dueño de la Raya” era toda una hazaña de la que no muchos pueden jactarse. En Avellaneda fue parte de los títulos de 1958 y 1961, en el recordado equipo de Saúl On-garo: Negri; Anido, Mesías; Blanco, Peano, Sacchi;Corbatta,Pizzuti,Oleniak,Sosa,Belén.“Tito”Pizzutti,capitán de aquel equipo y gloria de Racing Club, aún hoy recuerda a Corbatta con una sonrisa y algunos silencios, como si cada vez que pronunciara su nom-bre le viniesen a la cabeza anécdotas de partidos y

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picardías que su memoria y su corazón se niegan a olvidar. “Era un chico de historia triste. En el fútbol era un pícaro, pero en su vida privada estaba solo. No sabía leer ni escribir, pero él iba a una plaza y se sentaba con un diario y miraba los dibujitos. Como compañero, un pibe bárbaro, de buen corazón; como jugador, le dabas la pelota y no sabías lo que iba a hacer. Ni yo, ni el equipo, ni los rivales”, recuerda en diálogo exclusivo con Paladar Académico. -Un día jugábamos un partido con Central, ellos eran un desastre y a los 20 minutos íbamos ganando 3 a 0. Nos empataron 3 a 3, pero empezó el segundo tiempo y les hicimos más goles: 10 a 3. Ante semejante resultado, viene un muchacho y, como yo era el capitán, me dice que le tiremos una al arquero. Hablo con Cor-batta y le digo que vaya a arreglar con el arquero de ellos. Va, patea y le mete el gol. -¿Loco, qué le dijiste al arquero?- le digo. -Que se la iba a tirar a la izquierda-respondió. -¡Loco, se la tiraste a la derecha!- Fue 11 a 3.

No sólo José recuerda sus picardías y su habi-lidad con la pelota. También nos cuenta una anécdota que tiene que ver con su generosidad, a pesar de su ignorancia -bien entendida- y su origen humilde. -Con la plata no sabía qué hacer. Un día íbamos por Avellaneda, y me compré una camisa. Le gustó y se la regalé. A los dos o tres días viene uno de los amigos con la camisa mía. Yo, lo primero que pensé, es que se la habían robado. Le pregunté en dónde se la había com-prado. “No, me la regaló Corbatta”, me dijo. Era muy generoso, y lo quería mucho toda la gente. Un año antes de aquel primer campeonatoen Racing, formó parte del juvenil argentino conocido como“Loscarasucias”,juntoaHumbertoMaschio,En-rique Omar Sívori, Antonio Angelillo y Osvaldo Cruz, en el que fue reconocido por él mismo como el mejor año de su carrera. De aquella Selección, fue el único que se sal-vó de las feroces críticas que envolvieron al plantel que disputó el Mundial de Suecia 1958, eliminado

La ejecución de los penales, un arte que sólo el Loco conoce.

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37Los Carasucias, la Selección campeona del Sudamericano de 1957

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en primera ronda. Corbatta hizo tres goles en los tres partidos de la fase inicial. Con el arquero argentino en Suecia 1958, nada más y nada menos que Amadeo Carrizo, Cor-battaguardaunaanécdotainolvidable:ElLoco,exi-mioejecutordepenales,desafióalarquerodeRivertras un entrenamiento que fue observado por propios yextraños:Sileatajaba10delos50tirosacorda-dos, resultaba ganador. De lo contrario, sería Oreste. ¡Convirtió49,yelrestantedioenelpalo! Fue en las Eliminatorias para ese Mundial, donde quizá Corbatta inscribió su nombre en pági-nas doradas de la Selección Argentina, marcándole un gol inolvidable a Chile que derivó en una nota referidadelarevistaestadounidenseLife,enlaquesólo había participado Pelé. El epígrafe, que acom-pañó la foto de la secuencia del gol, describió: “Pudo haber pateado antes, pero su inspiración le hizo con-cebir algo más pintoresco. Esperó que llegara el de-fensor Salazar, detuvo la pelota y el defensor pasó de largo. Se corrió hacia el medio, se colocó delante del arquero, esperó que intentara salir y de cacheta-da ubicó el balón”. En total, con la 7 celeste y blanca pero de la Selección, disputó 43 partidos entre 1956 y 1961, marcando 8 goles. Consiguió dos títulos: los sudame-ricanos 1957 y 1959. Tras las experiencias en el conjunto nacional, era el momento de volver al Cilindro de Avellane-da. Sería campeón en 1961, pero a la llama de su efervescencia al llegar y su indescifrable gambeta no le quedaba mucho resto. Eran conocidas sus sali-das nocturnas, que más de una vez culminaban en el Hospital Fiorito, ubicado a pocos metros del Estadio Presidente Perón. A esto se le sumaban los problemas matrimoniales que, en su frecuente comparación “A la pelota hay que tratarla bien. Es como una mujer, si le pegás se te va. Por eso yo no le pego, la acaricio; por

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eso no me la pueden sacar, porque ella no se quiere ir de mi lado”, queda claro que le iba mejor con la pe-lota. Su primera esposa lo dejó literalmente sin nada de un día para otro; con sus siguientes tres mujeres no tuvo mejor suerte. Comenzó así una decadencia que “El Dueño de la Raya”, esta vez, no pudo gambetear. Finalmente,elLoco,oelArquequín,comolobautizóJuan José Pizzuti por su pinta de “muñeco de teatro”, recaló en Boca en 1963 a cambio de 12 millonesde pesos, cifra de la cual Corbatta vio muy poco y que el club utilizó para ampliar el estadio. Si bien muchos se ilusionaban con ver su mejor versión con esa camiseta, jamás volvió a ser el mismo que había enamorado a todos, zurcando cada cancha que pisó con la celeste y blanca. Era cada vez más notorio su afecto por el alcohol y las salidas nocturnas. Su físico, golpeado por él mismo, tanto o más que por los marcadores, ya no era el mismo. En total jugó en LaRibera18encuentrosyconvirtió7golesy,aunqueganó los títulos de ‘64 y ‘65, todo hacía presagiar

que no volvería a brillar como antes… En1965serefugióenIndependienteNacionalde Medellín. Eso fue Colombia para él, más que una etapa futbolística de su vida. Necesitaba alejarse del alcohol, volver a pensar en la pelota. Allí esperaban al Corbatta genial que supo ser, alguna de las suyas. “No me llené los bolsillos, pero por lo menos levanté la moral”, declaró en su momento. Permaneció allí hasta 1969, por lo que el destino quiso que se cruzara con RacingenunanochedeCopaLibertadoresde1967y que Cejas le ahogara el grito de gol desde una de sus especialidades, el tiro penal. VolvióalaArgentinaalejadodelosflashes,el asedio periodístico que lo buscaba en sus años de esplendor, y que siempre lo agarraba con un diario entre las manos aunque en realidad no supiera leer-lo por ser semianalfabeto. Apenas si el capitán de Racing, Pedro Dellacha, le enseñó a garabatear su nombreparapoderfirmar.ElprincipalprecursordesuvueltaalfútbolargentinofueelpadreJoséBar-

Su primera estrella con Racing fue en 1958.

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bich, por entonces párroco de la capilla San Rafael deVillaDevoto.“Confié en él porque sé que siendo un 35% de lo que fue en Racing nos alcanza, y les puedo asegurar que es bastante”, dijo Rastelli, viejo compañeroenRacingcuandoelLocollegó,yenesemomento entrenador de San Telmo. De más está decir que no brilló, ni mucho menos. Apenas si sacaba a relucirsueficaciadesdeeltirodelpenalysupegadadiferente para la categoría. Fiel a sus principios, de-cidiósuretirotraslafinaldePrimeraBanteFerro,enla que los dirigentes de San Telmo les pidieron a sus jugadores ir a menos para no ascender. “Me dio tanto asco que largué todo enseguida”,declaróelLoco.Suestado físico había cambiado y ya no era la estrella del fútbol argentino, pero los valores seguían siendo innegociables. Sus últimos años como jugador lo tuvieron en ladesconocidaligaregionaldeRíoNegro,paraIta-liaUnidadeGeneralRocayluegoTiroFederaldeesaprovincia,hastaqueelLocodijobasta.Yanopo-

día gambetear al calendario, no podía engancharle inesperadamente a la desidia y a la miseria. El dine-ro que había ganado lo despilfarró, se lo llevaron sus mujeres o, simplemente, lo había dado. “¿Qué hice con toda la guita? Es una historia muy larga. Yo siem-pre di sin fijarme en la recompensa, así me enseñaron mis padres. Lo que me gusta es ayudar a la persona. Un tipo va caminando, no tiene para el colectivo y me pide: ¿Qué voy a hacer? ¿Cómo no le voy a dar unos pesos?”, argumentó en su momento. El fútbol lo había salvado efímeramente, lo había elevado hasta el estrellato y lo expulsaba nue-vamente. Su amor por la pelota se convirtió en amor a lo que ella trae aparejada cuando se tiene el ta-lentodeCorbatta.Talentoquenoolvidaremos,Locoquerido… Yalapelotanoseríanuncamásunafielcom-pañera de su locura. Sólo quedaba para Corbatta el silencio, esperando ser interrumpido por alguien que recuerde sus jugadas en Racing y la Selección Argen-

Tres años después, se coronó con La Academia. Luego, comenzaba su decadencia.

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tina,talvezBoca.PerovolvíaasereseOresteOsmarCorbatta de las épocas previas a aquel inolvidable 1955. Ya sin dinero ni el departamento de Olivos que se había quedado su primer mujer, no le quedó más remedio que volver a recorrer las calles de Avella-neda, algún bar amigo y el Estadio Presidente Perón que lo albergara. El club le pagó un tiempo una pen-sión equivalente a la cuota de cien socios, y le prestó algunas otras noches un cuartito en una de las tribu-nas de aquel momento, esas que tantas veces habían sido testigos de sus hazañas albicelestes, aunque mu-chas veces durmió en un rincón del vestuario visitante. El Hospital Fiorito se convirtió nuevamente en un lugar frecuente para él, víctima hacía mucho tiem-podecirrosis.InternadoallíviviólaconsagracióndeRacing en la Supercopa 1988 ante Cruzeiro. “Quería estar con los muchachos. Perdí la última cosa que quería hacer”, le decía a los médicos, testigos también de

alguna anécdota del pasado. Finalmente murió el 6 de diciembre de 1991 enunhospitaldeLaPlata,suciudadnatal,víctimadeun cáncer de laringe. Tras su muerte, los dirigentes del Racing Club de Avellaneda consiguieron que el Concejo Deliberante aceptara cambiar el nombre de la ex calle Cuyo en la que está ubicado el estadio. Comenzaría a denominarse Pasaje Corbatta a modo de homenaje. Frecuentemente se acordaba de aquella trom-pada que le propinó el uruguayo Sasía, ya harto de queelLocoloencarara.Desdeentoncesasusonrisalefaltabandosdientes.ElapododeLocoeraquizápor su inconfundible personalidad, pero empezó a ganárselo una tarde que Racing enfrentó a Chacari-ta,dondeOresteenfilóparasupropioarcoantelamirada atónita de sus compañeros. Recién cuando vio al arquero Negri advirtió la situación y giró para el

Luego de jugar en Racing, pasó por Boca e Independiente Medellín de Colombia. No volvió a ser el mismo.

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lado contrario, haciendo que se choquen dos rivales que lo perseguían. También le decían “El Garrincha argentino”(¿OeraGarrinchaelCorbattabrasilero?)por sus similitudes en el campo de juego: aspecto des-alineado y chueco, medias bajas y un enorme talento con la pelota en los pies. Cómo olvidarse de Juan Carlos Cárdenas, si fue Corbatta quien lo bautizó para toda la eterni-dad. “Recién llegaba de Santiago. Me estaba cambian-do para la prueba y viene Corbatta –todo chaplinesco- , y se sienta al lado mío. Me dice: ‘Ah, ¿vos sos el santia-gueño? Ahora sos El Chango”, contó en la entrevista exclusiva con Paladar Académico. Pero no fue esa la única historia que el máximo ídolo de la historia de RacingostentaconelLoco: -Jugábamos un amistoso en Mar del Plata. Vie-ne Corbatta en el calentamiento y me dice: “Nene, que-date tranquilo que yo gano por afuera, te la tiro al pri-

mer palo y la metés. Acordate que va al primer palo.” Empieza el partido, y las dos primeras van al segundo. Yo lo miraba y pensaba: “¿A éste que le pasa? ¡Está loco en serio!” Me guiña el ojo, como diciéndome que la próxima iba adelante. Me la tira al primer palo y gol. Si hablamos de la historia de Racing, impo-sible omitir una vivencia con Tita Mattiussi. Al día si-guiente se jugaba el clásico de Avellaneda, y Oreste habíasalidoaunafiesta.RegresóebrioyTitalediobaños de agua para recuperarlo, tenía que jugar ese mismo día. A sus compañeros en el vestuario les pedía que no le pasen la pelota, que no la veía. Pero su recuerdo es digno de su personalidad: “Me desperté, jugué como una bestia e hice dos goles”. Simplemente Oreste Osmar Corbatta. Cómovamosaolvidarte,siloshinchasdeIn-dependiente y otros clubes se hacían socios de Ra-cing, para verte gambetear…

Gambeteó hasta al más rudo defensor, pero la miseria fue un rival invencible.

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Chango Cárdenas“La vida nos eligió

para hacer historia”

Por Anabel Villar / Fotografía. Leandro Pepe

Un portalápices de Racing, una página partidaria en su computadora y una caricatu-ra donde se lo ve junto a Gardel y el Loco Corbatta son algunas de las maneras que él utiliza para caracterizar su inmobiliaria en el barrio porteño de Villa Devoto. No se puede afirmar que la historia fue justa con él, ya que solo le destaca un gol cuando

hizo muchos y de todos los colores, e incluso se calzó el buzo de arquero. Tampoco es posible decir que esta le fue injusta, porque brindó a sus pies la posibilidad de celebrar desde Montevideo la mayor hazaña académica. En una pequeña oficina, entre cuadros con recortes de revistas y reconocimientos, la réplica de la Copa

Intercontinental mira al Chango Cárdenas. Él se dispone a hablar de todo, sin ahondar en su famoso gol al Celtic.

abuelos, tíos o amigos, que comienzan a relatarnos -signados por el sentimiento y la admiración- sobre su debut en Mar del Plata con la albiceleste y sus goles memorables. Todos hablamos del Chango que cono-cimos, el delantero de Racing; pero, ¿quién era antes de llegar a Racing y ser rebautizado por Corbatta? Juan Carlos Cárdenas era conocido como “el Polaco”,alláporladécadadel ‘50,enlasafuerasdeSantiagodelEstero.Seentreteníaconlasfiguritasdel plantel de Racing campeón de 1951, cuando el calor agobiante le impedía jugar al fútbol en el po-trero ubicado en la ribera del Río Dulce, a pocas cua-dras de su hogar. Su familia estaba conformada por suspadresydoshermanas.Lacasagrandepermitía

Lasgeneracionesdelos‘90notuvimos,nicer-ca, la posibilidad de ver ese número 9 des-plegando su talento en el verde césped; más debemos extendernos en charlas con padres,

a su padre tener una huerta y animales, y que a su familia no le falte nada. El niño jugaba al fútbol du-rante todo el día y por entonces se destacaba en la materia. “En el interior solía estar el famoso delegado que juntaba a los chicos del barrio y armaba un equipo. Yo siempre jugué bien, entonces me buscaban. Jugaba para mi barrio con mis amiguitos y después en el club. En nuestra cancha armábamos los ‘reducidos’, como le decíamos nosotros, donde se realizaban interbarriales”, rememora Juan Carlos, quien continúa su relato con-tando que a los 15 años lo pusieron en la Primera DivisióndelClubUnióndeSantiagodelEsteroypocomás tarde llegó a la Selección provincial. En aquel entonces, AFA organizaba el torneo argentinoAdriánBeccarVarela,dondelasseleccio-nes provinciales se eliminaban por zonas. En 1951, Santiago del Estero eliminó a Salta, Tucumán, Cata-marca,LaRiojayZonaNortey,graciasaello,ganó

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elpasajealcuadrangularquesedisputaríaenBahíaBlancaparadefiniralcampeónnacional.Aestaúl-tima instancia asistían delegados de los clubes gran-des en busca de nuevas promesas. Iniciadoelcampeonato,Cárdenashizocincogoles en sólo tres partidos, cifra que lo destacó como goleador. En consecuencia, quienes representaban a loscincograndesselodisputaban;inclusoSanLoren-zo pretendía que, en lugar de volver a Santiago, el jugador se quedase en su concentración. Al ser menor, la respuesta debían darla los padres. Por lo cual, de-bió volver a su tierra natal. Es ahora cuando debemos, más que nunca, si-tuarnos en el tiempo histórico. No existían los medios de comunicación ni transporte tal como los vemos hoy. Por ello, los delegados de cada institución debían viajar hacia lugares recónditos a buscar al jugador y ofertarporél.IndependienteyRiverenviaronsugen-te a Santiago del Estero para contar con aquel chico de 16 años en sus formaciones, pero no hubo acuer-do.Afortunadamente,conquienfueennombredeLaAcademia hubo una situación particular que facilitó el arribo a Avellaneda: “Se llamaba Oscar Casalnovo, era dirigente. Vino en verano, con mucho calor. Los que habían llegado a Santiago habían ido a buscarme direc-tamente al Club Unión porque yo pertenecía ahí, pero el de Racing fue clarito. Dijo que no iba a ir al club, que quería venir directamente a mi casa. Quería conocerme a mí, a mi familia y mis formas de vivir. Llegó a mi barrio en los suburbios y, al ver un auto -allá casi ni existían los

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coches-, los vecinos se preguntaban quién había ido a la casa del Polaco. Era un día jueves como a las seis de la tarde y lo recibió mi mamá, mientras yo jugaba a la pelota en la canchita. Éramos como 30 pibes jugando, me fueron a buscar mis hermanitas y una fue quien me anunció que me venían a ver desde Buenos Aires. No le creí y respondí que no me hinchara las pelotas, que me dejara jugar. Después vino a avisarme otro amigo. Decidí ir para casa y me siguieron 20 chicos. Entré y vi al tipo sentado en el medio de las gallinas y los perros, transpirando una camisa blanca y, mientras tanto, mi mamá estaba con su famosa jarra donde hacía limonada de soda con azúcar. ¡Le dábamos eso! Entré con todos los chicos y, entonces, el tipo empezó a mirar. Estábamos todos mugrientos, llenos de tierra porque la cancha no tenía pasto. Miró a todos y preguntó quién era el pibe. ‘Es él’, anunciaron todos señalándome. Yo estaba todo sucio. Me agarró, me sentó en su pierna y me dijo que iba a ser jugador de Racing”. Finalmente se decidió que el joven viajara a BuenosAiresjuntoaotrojugadordelClubUnión.De-bían probarse y hacerse la revisación médica. Así fue que un miércoles, a la semana siguiente, ambos llega-ron a la gran ciudad para ser alojados en el Hotel Castelar,ubicadosobreAvenidadeMayo.Unbrevepaseo por la Capital y a dormir. Al día siguiente, temprano, Casalnovo iría por ellos para emprender viajerumboaAvellaneda.El ImpalaavanzabaporMontes de Oca al ritmo que crecía la ansiedad de los adolescentes. Cruzaron el viejo Puente Pueyrredón y ya divisaban el mástil del Cilindro. LacanchadondelaPrimeraDivisiónllevabaa cabo sus prácticas se ubicaba en el actual espacio de las piletas. El Polaco llegó y no podía creer aquel monstruoso estadio que tenía frente a sus ojos. Casal-novolollevójuntoaSaúlOngaro,elDTconquienLaAcademia se coronó campeón en 1961. Al verlo tan

chico, el técnico creyó que debía entrenarse con las inferiores, pero rápidamente supo que se trataba de Cárdenas, aquella promesa oriunda de Santiago del EsteroqueRacinghabíamandadoabuscar.Lohicie-ron pasar al vestuario a cambiarse para comenzar con la práctica. “Cuando me estaba cambiando, me siento en la banqueta y de repente entran y me dan un canasto enorme con ropa. Yo en Santiago usaba unas zapatillas, el pantaloncito y a jugar. Acá me dieron ven-das, slip, pantaloncito, camiseta, ¡Todo! Yo me pregunta-ba por qué tanta ropa para correr. Estaba feliz. Mientras me cambiaba, llegaron los de la Primera. Estaba Fede-rico Sacchi, tenía una pinta... Vinieron Corbatta, Pizzuti, Mansilla, todos los campeones. Estando ahí, Corbatta se sentó al lado mío, me miró y dijo: ‘¿vos quien sos? Ah, sos el santiagueño, entonces sos el Chango’”, recuerda quien no sabía que ese instante iba a cambiar para siempre su vida.

El sueño del Chango

Ongaro los mandó a realizar la entrada en calor. El jovencito no podía creer que estaba corrien-do junto a los campeones del ‘51, aquellos que veía en las revistas. “Yo estaba sorprendido y me acuer-doqueelnegroBelénmedijoquejueguetranquilo,como si estuviese en mi provincia”, rememora. Aque-llos hombres ya consagrados no hacían más que alen-tarlo. De este modo daban una enorme muestra de humildad. “¿De qué te gusta jugar?”, cuestionó el DT. “Y... Me gusta hacer goles”, respondió el pibe. “Entonces vas a ser el 9 de Racing”,leafirmóelentrenador.Aquella afirmación pudo ser accidental, pensó elChango, pero hoy sabemos que fue plenamente pre-monitoria. Lo mandó a jugar en esa posición paraenfrentar al equipo titular. Aún hoy, el delantero no

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Corbatta,Pizutti;Cárdenas,SosayBelén.LadelanteradelprimerpartidodelChangoenRacing.

AtrásdelChango,lascaricaturasdeél,CarlosGardelyOresteOsmarCorbatta.

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encuentra explicación a cómo logró estampar la pe-lota contra la red de Osvaldo Negri en dos ocasiones durante aquella práctica. “No podía creerlo, le hice dos goles a Negri. ¡El campeón nacional!”, dice años más tarde, con la misma sorpresa que en aquel mo-mento.Lagranactuaciónfuepremiadaalconcluirelensayo: lo convocaron para viajar a Mar del Plata, dondeLaAcademiajugabaunamistosoelsiguientedomingo.

Primer partido con la albiceleste

Racing jugaba en Mar del Plata el domingo por la noche, entonces el plantel viajó a destino el día anterior.Losmásde500kilómetrospasaroncebandoy tomando mate con aquellas estrellas.Desayuno en la concentración del Hotel San Martín, en “La Felíz”. El amistoso donde Racing visitaba aaquella Selección marplatense se jugó por la noche. Ongaro comenzó a enunciar quiénes iban a ser los once titulares:Negri; Anido,Mesías, Blanco, Peano;Sacchi,Corbatta,Pizutti;Cárdenas,SosayBelén.“Lo quedé mirando y pensé que se había equivocado, por-que estaba Oleniak. Lo miré y me guiñó el ojo como diciendo que me quede tranquilo que jugaba yo. Ese gesto fue fantástico para mí”,confiesaelChango,son-riente. Loscampeonesdel‘61,tanadmiradosporél,lepreguntabancómosesentía.ElLocoledijo:“que-date tranquilo que yo voy por afuera al primer palo y gol tuyo”. Pero comenzado el encuentro, las pelotas iban al segundo palo. Minutos después, el Chango marcó su primer tanto con la albiceleste. Ahí llegó el problema. Él acostumbraba a celebrar sus goles con un simple apretón de manos, pero acá los jugadores se abrazan. Y te dan un beso: “Corbatta me dio un beso y me baboseó todo. ‘Qué te pasa pelotudo’, le dije. Se reía. Hice el segundo gol y, cuando me vino a abrazar, le puse el brazo. Se cagaba de risa y después me agarró de atrás, me abrazó y me volvió a besar”.

“El mejor gol que hice”

Con este subtítulo entrecomillado, el lector bien podría creer que el Chango habla del tan visto, hablado e idolatrado zurdazo inatajable al Celtic en ladefinicióndelaCopadelMundo.Perosugolfa-voritofueunohechoaBoca.Untantoquedefinióen3-2 un clásico peleado y, luego, el campeonato que consagróa LaAcademiaen1966:“El que ganaba, con un partido más, salía campeón. Gol de Racing, gol de Boca, gol de Racing. Empezó el segundo tiempo, gol de Boca. La cancha estaba impresionante. Faltando tres minutos pateó uno de Boca, Cejas la sacó, nuestro cua-tro la agarró y le dio un pase largo a Martinoli, seguido por Marzolini. Yo vine por el andarivel del 10, pero lejos del área. Entonces Martinoli, en vez de tirar el centro, amaga y gira. Me tiró el pase por arriba del primer marcador, y yo -en el aire- la paré de pecho y, antes de que pique, se la tiré por encima de Roma. Fue el gol del campeonato. Para mí fue el mejor gol que hice, por el marco y por la calidad de la jugada”.

El equipo de José

Retirado del verde césped, Cárdenas des-taca la fortaleza mental de aquel equipo: “Era un conjunto con personalidad, que si iba perdiendo seguía proponiendo, porque sabíamos que podíamos. Hay equipos que si les hacés dos goles, se caen. Nosotros agarramos una época en que le dimos mucho vértigo al juego, lo hicimos práctico, rápido. Ganar por afuera para llegar a definir. El futbolista necesita mucha preci-sión en el juego. Los jugadores están acá, te ponen una pelota allá, tenemos esa sensibilidad, ese contacto con la pelota”. A esto le agrega la capacidad de Tito Pi-zzuti para desarrollar una idea sintéticamente y que el equipo comprenda. “Los grandes equipos se forman como aquel. La vida nos eligió para hacer historia”, se sincera. Unadelasanécdotasquerecuerdadeaque-

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llos tiempos, se remite a horas antes de un encuentro en que Racing recibiría a Newell’s por la tarde. El plantel se reunía debajo del estadio, en un cuartito donde Pizzuti tenía una pizarra y daba indicaciones en cuestiones tácticas a sus jugadores. En medio de la explicación, comenzó a oírse -en forma creciente- una risa proveniente del fondo. “¿Quién es?”, preguntó Tito.LoscompañerostratabandecubriraAlfioBasile.“Pero escuchame pelotudo, ¿No ves que estoy explican-do? Y no te saco solamente porque no tengo a quien poner en tu lugar”, le dijo, y prosiguió en su desarrollo. Más tarde, La Academia venciópor2-0al conjuntorosarino.¿Quiénhizolosgoles?Sí,elCoco.Llegadosal vestuario tras el encuentro, el técnico se acercó al defensor y le dijo: “Coco, no habrás creído que lo que te dije era cierto ¿No? ¿Cómo te voy a sacar? Muy bien hoy, eh”. Juan Carlos Cárdenas dispara anécdotas de vivencias en el club, todas son traídas con alegría y destaca constantemente que su paso por la institución fue una de esas cosas que ocurren en muy pocos ca-sos, y él tuvo la fortuna de ser privilegiado.

Hazaña mundial

Al inicio de esta nota se mencionó que la histo-ria le fue injusta al destacarle sólo el gol memorable alCelticqueotorgóaRacinglaCopaIntercontinen-tal, teniendo en cuenta que hizo muchos goles más a lo largode los 12años enque representóa LaAcademia. Al respecto, el Chango recuerda: “En la ida nos bailaron y nosotros casi se lo empatamos, pero sabíamos que el 1-0 lo podíamos remontar. Cuando se jugó acá... ¡La cantidad de gente que fue!”. Claro, en aquel momento, todo el anillo superior del Cilindro erapopular.Laspersonassesentabanigual,peroenel choque ante el Celtic estaban todos de pie y la capacidad estaba excedida. Se dice que el estadio podíaalbergara100.000personas,mientrasqueenaquel1denoviembrefueron120.000quienesconcu-rrieron a ver al equipo que representaba al país. “Nunca vi tanta gente como ese día, pero, apar-

te, Racing causaba sensación de triunfo. La gente de otros clubes iba porque habíamos sorprendido al mundo, al futbolero”,afirmaelautordelavictoriaacadémi-ca, y continúa intentando describir sensaciones indes-criptibles: “Cuando entramos a la cancha fue fabuloso. Lo más lindo que le puede pasar a un jugador de fútbol es esa sensación de que la gente te atrapa, se te mete en el oído. Sentimos que pertenecemos a alguien y tene-mos que hacer algo por ellos, y ese equipo hacía porque veía gente que lloraba, que creía. Incluso en partidos previos a la final hubo varios muertos, aunque muchas cosas no se dijeron. Porque Racing jugaba con cualquie-ra, por ahí empataba y la gente no se iba porque sabía que en el último minuto la pelota entraba. Muchos no se aguantaban esa emoción”.

Vamos con Tita

Elena Margarita Mattiussi era una suerte de madre para aquellos jugadores que se encontraban lejos de sus familias. Nunca fue -biológicamente- mamá, pero cumplió ese rol a lo largo de toda su vida dedicada enteramente a y en Racing. Previo al partido de ida porlafinaldelmundo,adisputarseenGlasgow,elplantel se reunió y se decidió juntar dinero para com-prarle el pasaje y llevarla. “Este pasaje es para vos. Venís con nosotros a la final”, le dijeron los integran-tes del grupo. “Lo que lloró esa mujer... Hasta pensa-mos que le había hecho mal, porque se puso colorada y no paraba de llorar. Era la primera vez que viajaba en avión. También, cuando hice el gol contra el Celtic en el Cilindro, estaba parada ahí al lado del córner a los gritos. En el gol me vienen a abrazar y yo le gritaba a ella”.

Un cambio de relación entre hinchadas

Cuando el equipo volvió al país con la Copa

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del Mundo, el país entero celebró. No porque toda la Argentina fuese de Racing, sino porque ni siquiera la propia Selección había obtenido el máximo título. Vale destacar la actitud del eterno rival, Indepen-diente.Luegodelaobtencióndeltítulo,LaAcademiajugaríaelclásicoenlaDobleVisera.Desdeladiri-gencia del Rojo, se habían armado arcos con palme-raspordondepasóelEquipodeJosé.Luego,cadajugador diablo le entregó una cinta celeste y blanca con letras doradas al jugador académico que porta-sesumismonúmero.Lacanchaenteraaplaudióaloscampeones, algo que hoy parece lejano y utópico al pensar en un futuro.

Todoterreno

Si bien el Chango hizo historia por goles em-blemáticos, también influyó en otro resultado, perodesde otra línea. Precisamente, debajo de los tres postes. Este capítulo de su historia se escribió en 1971, en la cancha de Newell’s. Racing se fue al vestuario imponiéndoseanteRosarioCentralpor2-0.ComenzóelcomplementoyAldoPoymarcóeldescuento.Lle-gados los 15 minutos, el local tenía la posibilidad de empatar a once pasos del arco. ElFlacoLanduccipateóelpenalquefueconte-nidoporelMonoGuibaudo.TeodoroNittimarcóqueel arquero se había adelantado y lo amonestó. Se repitelaescena:Landuccivuelveapatear,elporterovuelve a adelantarse y es nuevamente amonestado. Ya no quedaban cambios, restaba un penal por pa-tearseymediahoradejuego.Unjugadordecampodebía atajar. “Yo voy”, dijo Cárdenas, acercándose al arquero. Entonces recuerda: “El Mono lloraba por-que lo habían echado. El técnico, Don Victorio Spinetto, me rogaba para que no vaya, que yo era chiquito. Yo le respondí que se quedara tranquilo, que lo iba a atajar. Cuando fui al arco, el Mono me dio la camiseta, pero me llegaba a la rodilla. Le dije a Quique Wolf que me

arremangase, mientras maldecía a los brazos que tenía el deformado, ja, ja. Los guantes me quedaban enormes y los tiré a la mierda. Atajé sin guantes. Me di vuelta y vi que el Changuito Gramajo, santiagueño igual que yo, había agarrado la pelota. Le pega, yo amago que voy para un lado, me quedo en el medio y se lo atajo. Lo que fue el abrazo que me dieron... Después me patea-ron de todos lados pero la agarraba siempre”.

Camuflado en Montevideo Corríaelaño1997.LaAcademiadisputabaloscuartosdefinaldelaCopaLibertadores.Elrivalera Peñarol y el escenario el Estadio Centenario, don-de30añosatrássehabíaconsagradoCampeóndelMundo. Lejosdel céspedperonode las tribunas,elChango viajó junto a sus amigos hasta el país vecino paraalentaralequipodelCocoBasile.Unaincipien-te lluvia mojaba a todas las almas que habían con-currido al encuentro, fue por ello que el ex delantero se compró un piloto y lo combinó con unos anteojos y gorra,amodode“camuflaje”parairalapopular.Quería ir junto a la gente de Racing, pese a que sus amigos le insistieron para ir a la platea juntos. Se paró justo detrás del arco donde había convertido el gol al Celtic y comenzó el partido. “Un partido regular, cero a cero y uno agarra la pelota, patea de lejos y la tira a cualquier lado. Entonces uno se da vuelta y me dice: ‘¿A usted le parece? ¿Vio ese hijo de puta don-de la tiró? Yo vine acá hace treinta años y el Chango ¡desde ahí mismo la metió allá! No puede ser, tiene que mirar el video del Chango’. ¡Y me estaba hablando a mí! Me miró esperando que le responda y le dije que sí, que tendría que practicar más”, recuerda este prócer aca-démico,yafirmaqueleocurrieronvariascosasporelestilo. Se muestra muy feliz de pertenecer al mundo Racing y no se molesta cuando la gente lo saluda o le pide una foto. “Uno se debe a los hinchas”, sostiene.

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Cárdenas y Pizzuti, dos de los emblemas de la historia racinguista.

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Tiki-Tiki

-¿Cree que la historia de Racing tiene un determi-nado Paladar?-Poralgo le llamaronLaAcademia.CuandoRacingjugó, como la palabra lo indica, fue porque tuvo grandes jugadores y era una academia de fútbol. Yo creo que hubo una época en que se dejó de hacer eso porque se contrataron técnicos en el fútbol ama-teur que no encajaban con el tipo de juego que tenía Racing y, en consecuencia, se abandonó la identidad. Empezaron a traer técnicos que querían que sus equi-pos corran y no que jueguen, y así nos fue.

-¿Cuál fue el jugador que más te marcó en lo que remarcabas de jugar a la pelota?-Hubo muchos. Más acá, Riquelme, Bochini, Alonso,Maschio. Eran futbolistas que jugaban con la pelota. UnoquetuvolasuertedejugarcontraBeckenbauer,PeléoEusebio,ademásdeveraDiStéfanoyelBra-sildel ’70.EnRacingpuedohablardeCorbatta,elMago Capria, Rubén Paz, entre tantos otros. Hubo grandes jugadores de fútbol pero Racing nunca tuvo paciencia, por la necesidad. Está bien que la gente exija, pero también tenemos que ser pacientes.

-Usted fue técnico. ¿Le gustaría dirigir?-Soy miembro de la Comisión Directiva de la Asocia-ción de Técnicos y, hasta no hace mucho, di cursos. Hice algunas cosas de fútbol pero no me convencie-ron, me parece muy ingrato. Me hubiese gustado ser técnico de Racing, de hecho trabajé en las inferiores, pero es muy polémico todo eso. Sé que uno las con-diciones las tiene porque interpreta el juego como es:

la calidad y el fútbol jugado propiamente dicho, por-que el fútbol es un juego y por eso vamos todos a ver unpartidoydecimos“VamosaverjugaraRacing”o“Vamosajugaralapelota.”

-¿Qué opina del torneo largo que se piensa imple-mentar?-Creo que le va a dar más posibilidades al interior del país, con la intención de federalizar el campeo-nato como hacen en otros países del mundo (Espa-ña,México o Brasil).Me parecemuy bien que lasprovincias tengan la posibilidad de participar y la gente del interior posea la posibilidad de ver fútbol de alta competencia. No hay que olvidarse que gran partedelosjugadoresdeBuenosAiressonchicosdelinterior, y está bien para que se profesionalice más.

-¿Qué le generó la Selección en el Mundial?-Estaba más entusiasmado porque, como nos pasó a todos, creía que en tres cuartos de cancha era más poderosa;yfuealrevés.Ganábamosporungoldediferencia, Messi apareció muy poquito. Teníamos otras expectativas. Salió campeón el equipo que te-níaqueserlo.Lehizocuatroauno,sietealotro,por-que tenían potencia ofensiva. Nos quedamos con las ganas, hubiera sido lindo ser campeones.

-¿Se ha juntado con alguna agrupación para las elecciones presidenciales de diciembre?-Me gustaría ir a todos los actos, porque tengo la suerte de conocer a casi todos los que se postulan, perosoyapolítico.Ojalá,porelbeneficiodeRacing,esté el que quiera trabajar para el club con buenas intenciones.Vospodésserinteligenteono,perotenés

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Los dos cuadros que tiene colgados en la oficina de su Inmobiliaria. Historia pura.

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que tener buenas intenciones que te ayudan a que las cosas te puedan salir bien.

-¿Y con Lalín como era la relación?-LalínfuelopeorquelepasóaRacing.Untipoqueno tuvo corazón, que se puso por delante de la insti-tución y no respetó ni escuchó a la gente, sabiendo lo quesignificaelclubparaelhincha.

-Milito, como usted, debutó en Racing, salió cam-peón, se fue y volvió. ¿Qué sensación le trae su regreso?-Ojalá que tenga la suerte que no tuve yo, que volví, jugué seis meses y me retiré. Tiene todas las condicio-nes. Es un chico que yo tuve en la cuarta de Racing con elBochaMaschio.Esconsciente,trabajador,humilde,simple y sabe lo que es el fútbol. Se merece como personaque levayabien. Lasvecesquehablamoscon él en cuarta tratamos de aportarle algunas cosas para que llegara, y por suerte llegó. Pero no sólo él,sinotambiénBastía,Arano,MarianoGonzález.Elpoco tiempo que estuvimos tratamos de orientarlos para que sean grandes profesionales, y el tiempo fue testigo de eso.

-¿Por qué cree que en Racing cuesta tanto formar un ídolo?-Unodelosmotivoseslavelocidadconlaquesejue-ga a este deporte. Cuando está por nacer un ídolo lo primero que hace es irse, pero porque también le conviene a él. No dejamos de ser jugadores de fútbol y lo primero que queremos es quedarnos bien econó-micamente. No cualquiera gana tres o cuatro millones

de euros de un día para el otro. No es como noso-tros que jugábamos mucho tiempo y nos quedábamos porque estábamos felices.

-¿Qué es Racing en su vida?-Yo quiero a Racing todos los años campeón, soy un hincha más. Soy feliz viéndolo aunque tenemos que aceptar las malas. Todos nosotros vamos igual a la cancha pese a que después volvamos enojados. Me crié en Racing, mi familia es toda de Racing y si quie-ro que esté siempre bien es porque la gente se lo merece. Racing es parte de la historia del país, de la cultura, del deporte, de la política, de todo.

Su vida se verá siempre atravesada por la his-toria dorada que supo escribir -aunque de manera pe-culiar, con los pies- en un contexto donde Racing era aquel club temido por los rivales, pero también un orgu-llo cuando salía del país. Gracias a jugadores como Juan Carlos Cárdenas, el Chango, La Academia fue, es y será “El primer grande”. Los palmarés no parecen incidir en la relación de este hombre para con el mundo. En sólo una charla se percibe su inmensa humildad, sencillez, optimismo y la emoción que tiene al transferir sus viven-cias en el club de sus amores. Ese Racing que lo trajo de Santiago del Estero para convertirlo en “el Chango” y le estará eternamente agradecido por haber defendido, como lo hizo, aquella celeste y blanca que por enton-ces era de piqué y poseía un 9 a su espalda. Sus goles quedarán inmortalizados en las retinas de muchos, en los relatos de otros y en la imaginación de los más jóvenes. Infinitas son las gracias.

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Cuando Racing enfrentó al Nápoli

de Maradona

Por Leandro Marinovich

En agosto de 1988, Racing viajó al sur de Italia para jugar un amistoso, nada más y nada menos, que ante el Nápoli de un tal Diego Armando Maradona. Con Alfio Basile

como entrenador y el plantel que fue campeón de la Supercopa dos meses atrás, La Academia sufrió una dura goleada 4-1. En los locales, los brasileros Careca y

Alemão fueron piezas fundamentales y formaron un trío demoledor junto a Diego.

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mil kilómetros, con partidos cada 48 horas en Corea del Sur. Además, tuvieron que padecer los constantes cambios de temperaturas. “Fue muy cansadora pero netamente maravillosa, sobre todo para un Racing que venía de millones de problemas. Personalmente me ayu-dó muchísimo, anduvimos por todas partes, conocimos muchos lugares y formas de ver la vida. Al jugador le hace muy bien”, expresa -26 años después- Walter Fernández, uno de los pocos que pudo dejar su sello.Nápoli fue ampliamente superior, sobre todo en la primera etapa. Se llevó puesto a la Academia a tra-vésde laconstantepresióny laeficacia.Apenasalos tres minutos de juego, habían combinado a la per-fección Corradini, Careca, Alemão y Maradona, pero nopudieronconvertir.Unodespués,MassimoCripparobóunbalóna30metrosdelarcodeUbaldoFilloly remató con mucha potencia. El esférico, que esta-ba disfrutando de la lección de juego que exhibía el equipo vestido de rojo, se clavó al ángulo superior izquierdo del Pato. A los seis, Careca recibió de Die-go,realizóunafintaqueengañóaFillolydefiniódezurda. El cotejo se cerró ni bien había comenzado.

cing, que había sido campeón de la Supercopa, se enfrentó al Azurri en marco de una gira que resultó tan larga como desgastante. Debido a que el mítico San Paolo estaba siendo remodelado para el Mun-dialdel’90,elParteniodeAvellino,a70kilómetrosde la ciudad, fue el escenario elegido para que los napolitanosselucieranante40miltifosisygolearanpor 4 a 1 a los albicelestes. Resultado lógico para un juego entre uno de los mejores -o el mejor- de Europa ante una exhausta Academia. Para colmo, los locales vistieron con una inusual camiseta roja, tan o más roja quelaqueutilizatradicionalmenteIndependientedeAvellaneda. Se había confirmado el juego con el fin demostrar al joven Néstor Fabbri, pero la Tota no pudo decir presente porque debió irse con la Selección. Encima, Racing había llegado cansado. La delega-cióncomandadaporAlfioBasilehabíarecorrido25

EEl 18 de agosto de 1988, cuatro años después del inicio de uno de los romances más impor-tantes de la historia del fútbol, el cual tenía a Maradona y Nápoli como protagonistas, Ra-

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A los 38, fue Alemão quien mutó al resultado en goleada, luego de que Maradona se la dejara cortitaenuntirolibrequeGustavoCostaslehabíacometido. Walter Fernández fue quien dejó con sa-boramargoalarqueroGiulianoGiulianiyestampóel 1-3 parcial, gracias a un excelso tiro libre. Era la primera situación académica a lo largo de 41 minutos de juego. Más allá de que sólo sirvió para decorar las estadísticas de un encuentro que ya parecía tener sentenciado al ganador, el delantero nunca se olvi-dará de aquel tanto: “Fue un detalle muy importante para mí. Le puse un granito de arena a ese histórico partido, que me quedará guardado por siempre en la mente”. La segunda mitad estuvo de más. Apenashubo un grito al comienzo, otra vez por intermedio de Careca, uno de los puntos brillantes a lo largo de los90minutos.Racingpudohacerpocoynadaanteun cuadro que se dedicó a que el tiempo pasara y no se viviera ningún traspié físico que les impidiera llegarbienaliniciodelatemporadaoficial.Apenastuvo la chance de volver a descontar por intermedio de Rubén Paz, pero el remate del uruguayo dio en el poste napolitano. Diego jugó como siempre. Nadie lo podía pa-rar. Mejor dicho, casi nadie. Porque en Racing hubo un jugador que se destacó por su forma de luchar cada pelota, correr y multiplicarse para lograr que su ri-val no le propinara una goleada aún mayor: Jorge Camote Acuña. No hay quien se acuerde de aque-lla actuación más que él, hasta tal punto que Mara-dona le tiró una patada de atrás porque no sabía cómo frenarlo. “Él estaba cansado de que corra mucho. Esa tijera de atrás me quedó grabada. Que te haga un foul el mejor de todos significa mucho para un jugador como yo. Puedo jactarme de eso. Por suerte hice un gran partido, quería quedarme en Europa”, rememora Acuña,quienademásconfirmaquetratarondemar-car a Maradona en zona, aunque siempre yendo de a dos tipos para tratar de neutralizarlo. Alimentan-do los deseos del volante racinguista en quedarse en el viejo continente,VíctorHugoMorales,quehabíaacompañado a la delegación académica en esa gira,

se animó a decir: “¿Qué empresario no pondría 500 mil dólares por Acuña para dejarlo en Europa?”. Ademásdel“10”,NápoliteníaunasonrisadeorejaaorejaporlosbrasilerosCarecayAlemão.Unoseencargaba de ser el socio de Diego en la delantera, mientras que el otro era el primer pase fundamental desde el mediocampo. “Ellos tres eran la base”, expli-ca Camote. Para Walter Férnandez, el delantero na-cido en San Pablo era el que marcaba la diferencia si lafiguraargentinanoaparecía:“Diego y Careca eran los referentes. Jugaban de una manera increíble. Disfru-taron ese partido porque el estadio estaba colmado y transmitía lo mismo que su equipo en la cancha. Se nota-ba que la pasaban bien, y eso nos complicó muchísimo”. Basile tampoco lapasódemaravillas. En realidad,maldijo las pinceladas de Maradona. “Yo estaba sen-tado en el banco, muy cerca del Coco, y escuchaba que le gritaba: ‘La concha de tu madre, Diego, la concha de tu madre’”,evocaHugoLamadrid,quienfuesuplen-te y pudo observar con lujo de detalles lo sucedido adentro y en los alrededores del campo de juego. ¿Cuántos de los hinchas académicos recorda-rán aquel partido? Si se le preguntara a los fanáti-cosnacidosdesde1980hastalaactualidad,elgranporcentaje no conocería detalles de lo que ocurrió en aquel encuentro disputado en el Partenio de Avelli-no. Sólo los que estuvieron allí, los que jugaron o se sentaron en el banco, conocen en mayor profundidad aquel hecho histórico para la institución. No se consi-guen registros fílmicos, casi no hay fotos y se hallan escasas publicaciones antiguas que aducen al cotejo. Lostiemposeranotros,nosetelevisabacualpartidojugaseuncuadroargentinoenelexterior.Inimagina-ble en estos años, en donde el fútbol ha pasado a ser un negocio y un Nápoli-Racing de esa época hubie-se sido mucho más que taquillero. Porque no es cosa de todos los días ser parte de un amistoso contra el que era uno de los mejores equipos del mundo, que tenía al mejor jugador de la historia y que, encima, es argentino y había llevado a su selección hasta el pico más alto de la gloria dos años antes en tierras mexicanas. Racing tuvo la posibilidad de hacerlo. Y ante el eterno Diego.

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Desde que Diego había pisado el suelo del suritaliano,en1984,nadavolvióaserigual.Logróllevar a su equipo a lo más alto de la Serie A, impo-niéndose ante los cuadros del norte como Juventus y Milan, y, en 1989, traspasó las fronteras para ganar el títulode laviejaCopaUEFA. ElPelusa,ya cam-peón del mundo en México, era un mito viviente y debíasobrellevarsurutinacomotal.HugoLamadridsabe muy bien que ser Diego en Nápoles no es nada fácil: “Yo jugaba en la Selección juvenil del ‘85 y, por apellido, me tocó usar la ‘10’, que era la misma que portó Maradona en México ‘86. Me puse esa camiseta en Nápoli y, a los dos metros, ya había gente que me la quería comprar. Eso era lo que provocaba”. El capitán de la selección argentina de aquel entoncesfueungrananfitrióndeladelegaciónaca-démica.Secundadoporsuexrepresentante,Guiller-mo Cóppola, a cada uno de los integrantes les regaló un reloj de su marca que acababa de ser lanzado en Italia. “Lo tengo bien guardado. De Diego tengo dos

cosas: ese reloj y un vino de su marca que tuvo sólo tres mil en venta”,cuentaCamoteAcuña.Lamadridcorrecon otra suerte. El exmediocampita conserva la caja pero no encuentra el producto: “No sé en dónde se metió. Lo de Diego fue maravilloso, había terminado el partido y nos otorgó ese presente”. Otro de los que aún mantienen aquel reloj, a pesar de haber sufrido un par de robos en su casa, esUbaldoFillol.ElPatofueunodelosquemáscharlócon Maradona antes y después del partido. Hasta fueélquiensequedóconlacamiseta“10”roja,unade las raras especies en la historia del equipamiento napolitano. “Todavía la tengo. Debe estar junto a otras que guardo”,afirma. Alrededor de las 3 de la mañana, Maradona apareció en la concentración de Racing con un coche amarillo poco moderno, obviamente para despistar a todo aquel hincha del Nápoli que deambulase por las calles a esas horas. Cuando llegó, se puso a dia-logar con un grupo de jugadores académicos, entre

El efecto Maradona

Careca, Maradona y Alemão, las cartas de la victoria del Nápoli de Ottavio Bianchi.

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los cuales estaba Fillol: “Fue una buena charla. Con Diego fui compañero mucho tiempo en la Selección. Es un tipo abierto, se quedó con nosotros y hablamos un rato. Lo admirábamos y lo seguimos haciendo por lo que fue como jugador de fútbol. Estábamos con el me-jor de todos”.Lamadrid,quetambiénestuvopresente,no podía parar de asombrarse por lo que contaba lafiguraazurri,sobretodoporsusseriosproblemaspara hacer una vida dentro del todo normal para una estrella de esos tiempos. “Nos contaba que no te-nía vida, que no podía movilizarse, que las 24 horas de su día significaban estar asediado por la gente. Nos comentó que, desde que llegó al club, salió dos veces a pasear por Nápoli. Una vez a una zapatería y la otra, a una pizzería. En ambas, los hinchas rompieron todo para poder estar cerca de él”, recuerda. Es que así eran los díasdeMaradonaenNápoli.Bienagitados,conlafama acechándolo en cada paso que pudiese dar. Y a la delegación académica le alcanzó con algunas horas para entenderlo.

El efecto Maradona

Los jugadores de Racing y la Selección de Corea del Sur, en uno de sus tres partidos de la gira previa a Nápoli.

Fillol y Diego, dos viejos conocidos de la Selección.

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Mariano BareiroEl representante

racinguista en Brasil 2014

Por Leandro Marinovich

Mariano fue citado como sparring al Mundial de Mascherano, la invasión argentina y el subcampeonato. Vivió una experiencia única entrenando al lado de figuras como

Lionel Messi y Ángel Di María y ya se está preparando para aprovechar alguna oportunidad que le ofrezca Diego Cocca para jugar en Primera. De 19 años, fue

dejado libre de Argentinos Juniors cuando estaba en séptima y aprovechado por La Academia. Entrevista exclusiva a una de las mayores promesas de las inferiores.

porsusegundonombre.FuejustamenteelclubdeLaPaternal el que lo dejó libre en séptima división y que provocó que ese niño de Capital Federal fuera a probarse a Racing, con sus esperanzas en el hombro en busca de gloria. Seguramente, en el momento que pisó por primera vez el Predio Tita Mattiussi, nunca se habría imaginado que iba a ser parte de la numero-sa delegación que acompañó a la Selección Argenti-na a lo largo de su tercer subcampeonato del mundo. “Con mi familia mucho no podía hablar, pero obviamente la extrañaba. Yo les mandaba videos que hacíamos y ellos se asombraban de la naturalidad en la que aparecían todos los futbolistas de la Selección y que, por encima de todo, sea absolutamente normal para mí. Hoy veo todos esos archivos y no lo puedo creer”, relata quien ya forma parte del plantel pro-

ese gesto de felicidad, es sinónimo de haber cumplido un sueño, de haber logrado un objetivo más que hon-rado en sus tan sólo 19 años de vida. Ese pibe, que está posando en una foto junto a uno de los mejores jugadores que dieron los potreros de todas las partes del mundo, fue citado para ser sparring de los mayo-resenelMundialdeBrasilde2014,esacompetenciaqueledevolvióalosargentinoslaconfianzayelsen-tido de pertenencia por esos colores. Esepibe se llamaMarianoBareiro. En reali-dad,ensuDNIfiguraLucasMarianoBareiro,perofueel Turu Orellano, entrenador suyo en varias etapas de su infancia en Argentinos Juniors, el que lo rebautizó

AAlpibeque lo venal ladode un tal LionelMessi, en la foto de la derecha, los ojos de su rostro lo delatan a por doquier. Esa sonrisa,

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de los días, es todo un poco más difícil…-Por suerte fue muy buena. A lo último ya nos cuidá-bamos un poco más, porque no es fácil verle la cara a un mismo compañero las 24 horas del día durante un mes y medio. Sin embargo, logramos continuar con laarmoníahastaelfinal.

-¿Veías a la Argentina en la final cuando apenas comenzaron a entrenarse con ellos?-Sí,laveíayleteníaconfianza.Antesdequemeco-municaran la noticia de que iba a formar parte del grupo de sparrings, le decía a mi viejo que Argentina iba a ser campeona. Nos faltó muy poco, un toque más de suerte quizá, pero no me sorprendió para nada el lugar a donde se llegó.

-En la Selección, la figura y emblema fue Masche-rano, quien juega en la misma posición que vos. ¿Coincidís en esa valoración que le dieron los ar-gentinos?-A nivel mental y de actitud, no tengo dudas. En cuan-to a lo técnico, me gustan otro tipo de volantes cen-trales, como Redondo, Pirlo oGago. Sin embargo,Mascheranoes unafiera, sobre todopor superso-nalidad y el respeto por el equipo que tiene, que se

fesional racinguista pero que aún no pudo debutar. Y, claro,¿cómovasapodercreerqueestuviste40díascompartiendo entrenamientos al lado de bestias fut-bolísticas que son conocidas en todo el mundo? Muy difícil de asimilarlo, sobre todo para un adolescente que busca que algún día sea él quien esté del otro lado.

-¿Qué es lo que te llevás fundamentalmente de esa vivencia única?-Loquemásmequedófueelhechodehabervividola experiencia misma, el haber compartido un Mun-dial y vivirlo al lado de grandísimos jugadores. Ade-más, he incorporado conceptos técnicos y tácticos.

-¿Qué fue lo que se les pidió fundamentalmente?-Nosotros, más que nada, cumplíamos el rol del equi-po rival que debían enfrentar. Plasmábamos en la cancha lo que se suponía que iban a hacer el día del partido y ellos trabajaban ante eso. Sabella nos pe-día que hagamos movimientos en particular similares a los que creían que se iban a encontrar.

-¿Cómo fue la convivencia con tus compañeros? Ya se conocían, pero es imaginable que, con el correr

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nota desde la misma tribuna. Me quedó pendiente tener diálogo con él.

-¿Y qué le pasó a Gago?-Me encanta por su juego, su técnica, su inteligencia paraposicionarseenelcampo.Lamentablementenotuvo un buen Mundial.

-Biglia, que tiene un poco de Mascherano y Gago, terminó siendo fundamental...-SiantesdeviajarhaciaBrasilmedecíanqueBigliaibaasertitularenlafinal,nolohubiesecreído.Perodemostró por qué se merecía estar ahí. Sus condi-ciones, sin dudas, son muy buenas. Jugó muy bien, se adaptó rápidamente al equipo, cuando entrar y ser

titular tan bruscamente en un Mundial no debe ser nada fácil. Demostró que tiene muy buen nivel y ade-más se lo merece por la clase de persona que es.

-¿Y a quién destacás más allá de los que juegan de volante central?-Aunque no haya arrancado como titular, el Mundial que tuvo Demichelis me encantó. Otro de los que me gustó, por haber cumplido una posición que no es la suya, fue Lavezzi. Puso el 100%de símismoparatrabajar en función al equipo.

-¿Cómo fueron los días posteriores a pasar a Ho-landa y previos a Alemania?-Los días se hicieron larguísimos y la ansiedad era

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enorme. El momento cuando nos levantábamos a de-sayunar era el que nos hacía reflexionar, pensar ydarnos cuenta de lo que estábamos viviendo. Fue algo increíble.

-¿Y el último día que estuvieron en Ciudade do Galo?-No decíamos nada, no se hablaba del tema. Era ir-nosdeahíyquepasaraloquepasaraenlafinal.

-Y me imagino que la vuelta en avión, tras perder la final, fue reflexiva para vos…-Lavuelta,paramí,fuemuytranquila.Allí,enesasdos horas, me puse a recordar lo que viví, lo que sentí a lo largo de ese mes y medio, además de dimen-sionar todo lo que había compartido con tremendos jugadores. Repito, fue una experiencia inolvidable, emocionante.

Pero la posibilidad de ser parte de una expe-riencia envidiable por donde se la mire no le llegó de casualidad. Mariano, en Racing, viene evolucionando

año tras año, partido a partido. Es, sin dudas, una de las mayores promesas de la cantera académica de acá a cinco años. Sin embargo, la continua política de entre-nadores y dirigentes ha sido la de incorporar volantes centrales en cada mercado de pases. Igualmente, él está tranquilo, sabe que su carrera recién comienza y que es mejor dar un paso lento y seguro a tres rápidos pero que luego te obliguen a retroceder. -¿Cuál es tu meta para el corto plazo? -Quiero ganarme un lugar en el grupo, empezar a adaptarme a la Primera y estar preparado para que, en cualquier oportunidad, el técnico me tenga en consideración y pueda jugar. No me vuelvo loco ni me dejo ganar por la ansiedad porque sé que mi momento va a llegar.

-¿Qué le podés dar al club?-Lomejor demí. En Racing quiero dejarmi sello yno sólo ser alguien que surgió del club. El tiempo lo dirá, pero la verdad que me siento muy cómodo. Me gustaría quedarme mucho tiempo acá y poder dis-frutarlo.

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-¿Cómo ves el inicio de esta nueva era con Cocca?-Es un gran profesional, entiende muy bien lo que hace y tiene la capacidad de saber trasmitírselo a los jugadores. No es para nada fácil plantearles una idea a 28 personas, con pensamientos distintos, y que crean en lo que les decís.

-Tiene una idea de juego que seduce a futbolistas con tus características…-Esunestiloqueparticularmentemeencanta. Inten-ta que Racing sea el protagonista de cada partido, que maneje los tiempos y la pelota. El plantel se está adaptando, han llegado muchos jugadores y todavía estamos en formación.

-Además vino otro Diego. Milito. ¿Ya empezaste a absorber de él todo lo que puedas?-Es un privilegio tener al lado a un jugador como él. Es una persona muy humilde. Yo trato de observar cómo se maneja como profesional. Trata de la mis-ma forma a un tipo experimentado que a un juvenil. Siempremantienesuperfil.

-Y se fue Bruno Zuculini, alguien que era funda-

mental para los chicos que recién subían a Prime-ra…-Brunoesuncrack.Amímeayudabamuchísimoden-tro y fuera de la cancha, me estaba encima siempre. Bienmerecidotieneelpresentequeletocavivir.EnRacing lo vamos a extrañar.

-¿Qué opinás sobre las constantes idas de los ju-veniles de Argentina hacia Europa? ¿Ya lo pensás?-No, ni siquiera se me pasa por la cabeza. Sé que al-gún día voy a tener la oportunidad de irme hacia allí. Loquetambiénséesqueelsívaapasarpormí.Sinome veo con condiciones futbolísticas y extrafutbolísti-cas de emigrar, no lo voy a hacer. Hay que respetar los tiempos y estar seguros en cada paso que se da.

-¿Qué es Racing para vos?-Significa todoparamí.Esel clubendondequierodar el salto y conseguir cosas importantes. Mi abuelo era de Racing. Es un club distinto al resto. Cuando uno va a la cancha sólo respira pasión, que no se siente en ningún otro lugar del mundo, ni siquiera en el Mun-dialdeBrasil,contodoloqueesosignifica.Racingtepone los pelos de punta.

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Con un equipo ubicado en el fondo de la tabla de la última temporada, con apenas 33 puntos logrados de 114 posibles, un recambio en el plantel era necesario para intentar lograr mejorar la performance, ya sea desde los resultados como del juego presentado. La renovación llegó junto con el desembarco de Diego Cocca a las tierras albicelestes de

Avellaneda, quien en los primeros encuentros pudo demostrar una mejoría en el equipo en base a trabajo, a pesar de que no haya sido demasiado extenso el período de preparación. De este modo, a la hora de analizar a este nuevo Racing, se pueden destacar aspectos positivos conseguidos y puntos a mejorar con el correr de los partidos.

Aspectos positivos 1) La impronta Cocca: Consigo, Diego Cocca trajo un estilo que supo plasmar en sus equipos ante-riores,talescomoelGodoyCruzquesupotenermo-mentos en los que desplegó buen fútbol, y el Defensa y Justicia que obtuvo el ascenso a Primera con total autoridad y grandes desempeños unas fechas antes lafinalizacióndeltorneodelaBNacional2013/14.Este mismo estilo fue aquel que desde el principio qui-so instalar en Racing, un equipo que transcurrió la últi-ma temporada desde la incertidumbre misma a nivel futbolístico. Para poder lograrlo, el entrenador debió metermanoen laplanificación sobre los jugadoresque debían arribar al club. De esta forma, con nom-brescomoEzequielVidela,NelsonAcevedo,MarcosAcuña,LeandroGrimiyGastónDíaz,elentrenadorapostó por un Racing que tuviera una presión más adelantada, junto con la intención de jugar la pelota al ras del suelo y poseer más variantes de juego con la proyección de los jugadores que ocupan ambas bandas. 2) Efecto Milito: Dentro de las incorporacio-

nes realizadas durante el receso inverna, la vuelta de DiegoMilitosignificóunodelospuntosmásdestaca-bles,yaquesupresenciasereflejaríapositivamenteen la cancha mediante la inteligencia demostrada a la hora de pivotear y abrir el juego con tan sólo un toque. Y por sus goles, marca registrada del histórico capocañonieridelInter.Ademásdeaportarunbuenprimer toque para la descarga hacia sus compañeros, también demostró ser esencial en la dupla con el me-diapuntaGabrielHauche,lacualresultóserunjuegoasociado fundamental para el esquema. 3) Indicios de un nuevo Centurión: Ricardo Cen-turión fue otro de los jugadores que pegó la vuelta trassupasoporelGénoayrápidamentese trans-formó en uno de los titulares del equipo para Diego Cocca, debido a que el mediocampista ofensivo sur-gido de las inferiores le aportó mayor peligrosidad al ataque, siempre fiel a su estilo gambeteador, ysumándolegolfrenteaLanús,enlasextafecha.Enesta segunda etapa, Centurión mostró una faceta de juego que mejoró su rendimiento al tener una pausa

El Racing de Cocca

Por Lautaro Negri

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Con un equipo ubicado en el fondo de la tabla de la última temporada, con apenas 33 puntos logrados de 114 posibles, un recambio en el plantel era necesario para intentar lograr mejorar la performance, ya sea desde los resultados como del juego presentado. La renovación llegó junto con el desembarco de Diego Cocca a las tierras albicelestes de

Avellaneda, quien en los primeros encuentros pudo demostrar una mejoría en el equipo en base a trabajo, a pesar de que no haya sido demasiado extenso el período de preparación. De este modo, a la hora de analizar a este nuevo Racing, se pueden destacar aspectos positivos conseguidos y puntos a mejorar con el correr de los partidos.

extra cuando la pelota le llega a sus pies e incremen-tó su criterio a la hora de asistir a sus compañeros, como se vio en el último clásico donde, tras un pase desde el sector izquierdo, dejó mano a mano a Diego Milito para que convirtiera el único tanto de la Aca-demia en el partido. 4) La columna vertebral: Lollo-Videla-Milito: En cada una de sus líneas, Racing mantuvo al menos un punto fuerte que conformaron en conjunto la base fun-damentalparaelesquemaplanificadotácticamenteporDiegoCocca.LucianoLollofuequienmanifestóelmayor rendimiento en la línea defensiva en base a su solidez en la marca y a un buen juego aéreo tanto endefensacomoenataque,comosevioreflejadoencada jugada de pelota parada y en el primer gol contraSan Lorenzopor la segunda fecha. EzequielVidela,consuentregaenlapresióndelamitaddelacancha y la constante intención de distribuir la pelota prolijamente para sus compañeros, es el baluarte que el técnico tiene en el medio para poder establecer su estilo de juego. En tanto la presencia de Diego Milito

en el entramado inicial se convirtió en uno de los pun-tos fundamentales para la dinámica de juego que el entrenador pensó para el equipo. Además, siendo un líder positivo, ya sea dentro o fuera de la cancha, se convirtió en el nuevo capitán del plantel luego de que Sebastián Saja le diera la banda que tuvo consigo a lo largo de las últimas temporadas. 5) Dominio y actitud: En el año anterior, se vio a un Racing que ante a una mínima desventaja se desesperaba y se le hacía cuesta abajo el partido, ya que cada vez que lograba recuperar el balón, se mostraba en la siguiente jugada con un ritmo caótico y sin muchas ideas claras para meterse nuevamente en el partido desde el marcador. Sin embargo, en este nuevo Racing pudo observarse que, a pesar de que en los 3 encuentros donde se mostró en desventa-ja no pudo remontar el resultado, la actitud del equi-po facilitó a que sea el mismo Racing quien dominara la dinámica del juego, ya sea con jugadas claras de gol o a través de la insistencia en lateralizar la pelo-ta y mandar centros sobre el área rival.

El Racing de Cocca

Por Lautaro Negri

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Aspectos negativos

1) Distracciones en defensa: A pesar de haber logrado un buen porcentaje de puntos entre los par-tidos por el Torneo de Transición 2014 y la CopaArgentina, Racing ha mostrado falencias a lo largo de esta primera etapa que se condicen a la adapta-ción de un proceso nuevo que se ha manifestado con múltiplescambiosenelarmadodelequipo.Lainten-ción de Diego Cocca de plasmar su impronta con los jugadores presentes ha sido notoria, aunque también sereflejócomoundéficitacadémicolasdistraccionesen defensa que costaron en su mayoría con un gol en contra. Lamuestra claradeestepuntopuedende-velarse si se analiza los goles que Racing sufrió en FlorencioVarela, cuando un error del “Chino” SajaenlasalidalepermitióaBrianFernándezmarcareldescuentoparael“Halcón”;enVictoria,dondeTigreaprovechó al máximo sus llegadas al arco albiceleste paraestamparlagoleadapor4a0;yenelclásicode Avellaneda, donde dos errores consecutivos en la marca en jugadas aéreas facilitaron que Indepen-diente concretara las únicas dos oportunidades de gol que tuvo en el primer tiempo. 2) Déficit en la creación: Más allá del estilo propuesto por el entrenador desde su discurso, Ra-cing ha demostrado en lo que va del torneo una clara dificultadparaimponersujuegoderotacióndepe-lota por debajo y así lograr situaciones claras de gol con mayor facilidad. Se puede destacar dentro de concepto las falencias que tiene la Academia en la coordinación entre sus laterales y los volantes exter-nos,comosepuedeverenelcasodeGastónDíazconIvánPillud,ylaconstantebúsquedadeaperturadelbalón que concluye en la mayoría de las ocasiones en centros al área rival, dependiendo de una lateraliza-ción exagerada que demuestra la ausencia del pase vertical que rompa la última línea de defensores del contrincante.Unodelascausasquepuedenrecaerenestepuntoeseltiempoacortadoenelcualelflaman-te entrenador tuvo para trabajar con un plantel casi enteramente nuevo e inculcar su idea de juego junto a una identidad propia, que aún le falta rodaje para que esté consolidada y que por el momento queda reducida a un esquema planteado desde un 4-4-2 estático que no logra fomentar el factor creativo del equipoydificulta lapuestaenprácticade la ideamadre propuesta por el DT desde sus declaraciones. 3) Estaticidad en ofensiva: En lo que va de la temporada, la Academia ha incluído entre sus titula-res a jugadores con una tendencia verticalista, con la intención de aportar dinamismo al ataque. Sin em-bargo,tambiénsereflejóenlacanchaunaestatici-

dad clara en la zona de tres cuartos para adelante que afectó a la generación de juego e imposibilitó crear mayor peligro en al área rival y que, en conse-cuencia,pudieratraducirseenunadefiniciónafavordelosencuentrosconanterioridad.Unreflejodeestasituación fue lo que se pudo observar en el partido contraSanLorenzoymásaúncontraArsenal,dondetantoGrimi y Pillud comoGastón Díaz, con cuatroasistencias en su cuenta hasta el momento, se mostra-ron desprolijos en sus proyecciones en ataque, por lo cual exigieron por demás a un Centurión que se lo vio encerrado por la banda izquierda, intentando enhe-brar alguna individualidad que permitiera pasar esa línea de peligro. 4) Ausencia de variantes: “Creo que todavía nos hacen falta tres incorporaciones”, decía el entrenador faltando unos días para el inicio del torneo. De esta manera, Cocca daría un indicio de lo que luego se plasmaría en el comienzo del certamen que se inició con algunas complicaciones desde el aspecto físico en los casos de Centurión, Facundo Castillón y Milito, quien salió por un desgarro en el muslo derecho en el clásico de Avellaneda y representó la baja más im-portante. También hubo rendimientos bajos como los deNicolásSánchezeIvánPilludyotrosquefuerondemayoramenorcomoeldeGastónDíazyAcuña,ante los cuales Cocca decidió optar por el ingreso de Yonathan Cabral, en la zaga central, y Centurión, en el mediocampo ofensivo. Sumado a que decidió no convocar a futbolistas que venían de ser indiscutidos en el proceso anterior, como Cerro o Campi. 5) Desinteligencia en la adversidad: Ha queda-dodemostradoquesigueteniendodificultadesclaraspara poder hacerle frente a los resultados adver-sos: en los tres partidos que se encontró por deba-jo del marcador, Racing terminó perdiendo todos los encuentros. Más acentuada es la situación si se consideraquedosdeellos (contra IndependienteyLanús) los comenzóganando,donde también sevioperjudicado por los arbitrajes de Fernando Rapallini y Andrés Merlos, respectivamente. Sin lugar a dudas, estoesmuestradelproblemaquesignificaparaelequipo plasmar un juego claro que le permita la mo-vilidad necesaria para crear ofertas de pase que lo adelanten en el terreno del juego con más claridad y, además, es consecuencia de un nerviosismo traducido en las 24 tarjetas recibidas: 21 amonestaciones y tres expulsiones. El conjunto de Avellaneda no logra dar vueltaun resultadodesdeel14deabrilde2013,hace más de un año, cuando le ganó por 4 a 1 en el NuevoGasómetroaSanLorenzo.

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Foto. Racingm

aníacos.

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máquina.Sufútboldepotrero,oriundodeLaPater-nal, era un espectáculo bellísimo. Mediante el diario interregional“LaFamilia”,losequiposdediferentesbarrioslosdesafiaban.Ninguno,jamás,habíapodidoderrotar a ese verdadero “Dream Team”. Lafiguradeaquelconjuntoeraunpibebaji-to, atrevido, maravilloso. Enganche zurdo por natura-leza, el barrio lo conocía como “Pelusa”. Sus jugadas eran utópicas para cualquier otro jugador. Era talen-to puro. Tenía la capacidad de encarar y gambetear a medio equipo rival. Sus pisadas, sus caños siempre productivos y esclarecedores, llamaban la atención de la vecindad. El potrero donde se veía la magia se llenaba cada vez que el equipo del Pelusa era desa-fiado. Este crack no era el único de su grupo. En el mismo equipo había un volante central, rapadito, que jugaba a un toque. Rara vez se lo veía utilizar dos tiempos o más para desprenderse de la redonda. El “Lobo”–asíloapodaronenelbarrio-siempreestababien ubicadoy hacía jugara su equipo. Ladelan-

D os a cero. Tres a uno. Cuatro a cero, cinco a uno. Hasta siete a uno. El equipo de la pi-zzería “Partenopei” –constituido por jóve-nes pre-adolescentes- era una verdadera

El desafío

Ficción de Ramiro Cué Barberena

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tera era una dupla letal. “Pepe”, como lo llamaba su mamá, wing izquierdo gambeteador, encarador y goleador, se llevaba muchos aplausos en todos los partidos. Erael socioperfectodel10.Cuandounopicaba, el otro lo esperaba. El centrodelantero era unamáquinadehacergoles.“ElBeto”eracapazdepescar cualquier rebote o pelota que estuviese perdi-dayconvertirlaengol.LaúltimaestrellaeraDaniel.Unvolantediestro,másgrandequelosdemás,peroque tenía un talento formidable. El próximo desafío de este equipazo estaría enunbarriodeAvellaneda.Gestadoenuncomedoral que asisten muchos chicos, dos pibes que soñaban con jugar al fútbol, armaron un equipo para repre-sentar a ese lugar. Ellos, dos cracks –de esos que no se encuentran en todas las canchitas- juntaron once y armaron un lindo conjunto. El primero era wing dere-cho, con la gambeta impredecible como arma letal. El“Loco”eralaestrellayelsímbolodetodoelcome-dor.Imparable,conlapicardíadelascalles,vivíaconla pelota en los pies. El otro, el de los goles épicos y agónicos, era “el Chango”, un mediapunta práctico, con gol, y estratega para jugar. La mitad de la cancha era controlada pordos hermanastros, Jorge y Mariano, ambos volantes centrales. El primero, el mayor, era el que cortaba y recuperaba, jugando siempre a dos toques. El otro eramáseleganteypensanteparajugar.Legustababuscar poner pelotas profundas, entre líneas. Margarita, la señora responsable del come-dor, proveía al equipo de camisetas, y les tenía pre-parada la merienda luego de cada partido. También fue quien motivó a estos jóvenes a armar el mejor

equipodelaciudad.Luegodequellevaran17par-tidosinvictos,yenteradadequeenLaPaternalhabíaun grupo de pibes imbatibles, “Tita” (así la conocía y llamaba todo el mundo) se contactó con Ariel, el dueñoyperiodistadeldiario“LaFamilia”,paraqueponga un aviso en el periódico del domingo. “El equipo del comedor ‘Albiceleste’ desafía a su par de la pizzería ‘Partenopei’ a un partido de fútbol para ver quién es mejor. Ambos exponemos nuestro invicto. El lu-gar, la fecha y la hora, la deciden ustedes. Firma, Tita”. Ese era el texto que se publicó en el diario. Margarita compró el del día siguiente, y no había respuesta. En el del martes, tampoco. Recién el miércoles se publicó la tan ansiada contestación: “El equipo de la Pizzería ‘Partenopei’ acepta el desafío de su par del comedor ‘Albiceleste’. Se jugará el domingo que viene, a las 15 horas y en el potrero donde juegan ustedes. Que gane el mejor. Firma, Ottavio”. El desafío ya estaba arreglado. Sólo era cuestión de días para ver quién era mejor y quién perdía el invicto. En esa semana, el equipo del co-medor estiró su invicto a 19. Sólo quisieron jugar dos partidos para no perder el ritmo y despuntar el vicio. Llegóeldía.Lehabíanpuestoredesalosar-cos del potrero que estaba atrás del comedor. Tita se había encargado de delinear bien los límites de la línea de cal. En las áreas y la mitad de la cancha

El desafío

Ficción de Ramiro Cué Barberena

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predominaba la tierra. No había ni una mota de pas-to. El césped se reunía en los bordes, cerca de donde se cae el campo. El lado por el que desbordaba el Locoestabainfértil.Elsurcoestabamarcado. Los jugadores de la pizzería llegaron juntocon todas sus familias. El pequeño enganche se per-día entre sus compañeros. Toda la delegación entró al comedor mientras los jugadores fueron a cambiarse albaño.Lapizzeríaestabacerrada.Eldueño,Otta-vio, se puso a hablar con Tita para pasar el tiempo.En la casa del Chango, a cinco minutos de la canchita, estaban todos los jugadores locales. Mentalizándose, hablando, alentándose unos a otros. “Hoy no podemos perder. Hay que dar la vida para ganar y darle una alegría a Tita, pero nunca dejando de jugar al fútbol y divertirnos”, fue la mini arenga del Chango, el capi-tán. Agarraron sus cosas y fueron al potrero. Mientras los locales llegaban y los visitantes se cambiaban, llegó Ariel, el periodista. Tita lo re-conoció y se acercó a preguntarle a qué venía. “Se enfrentan los dos mejores equipos de la zona. Juega ‘Pelusa’,estáel ‘Loco’.Estonome lopuedoperder.Vengoacubrirelpartidoyaverestefútbolespec-tacular”, fue la respuesta del periodista, que rápida-mente tomó asiento en una de las tribunas de made-ra. Los“italianos”salieronprimero.Minutosdes-pués, los de Avellaneda. Tita llevó la pelota y el par-tido comenzó. Las cabezas de los espectadores semovíanmásquelosjugadores.Lapelotaibayvenía.

Lacuidaban,laacariciabanconlasueladesusbo-tines o zapatillas. En los primeros minutos, Pelusa no tuvo mucha participación. En la primera que tocó, eludió las marcas de MarianoyJorge,gambeteóaGustavo–elcentral-ydefinióporarribadelasalidadel“Pato”,elarquerolocal.Rápidamente,llegóelsegundo.El“Lobo”recu-peró la pelota y abrió rápido para Daniel; tiró una paredconPelusa,yasistióaBeto.Elgoleadorrema-tó fuerte y abajo. No habían pasado más de veinte minutos, y el equipo del comedor ya estaba dos goles abajo. Pronto llegó el descuento. Nelson abrió la cancha buscandoalLoco,quedesbordóytiróelcentroatrás.El Chango la encontró en el punto penal y convirtió. El partido no tenía desperdicio. Ariel no paraba de anotarcosasensulibreta.Lagenteestabamaravi-llada con lo que veía. Tita se comía las uñas, Ottavio se hamacaba en su asiento. Aplaudían cada toque, cada gambeta, cada cambio de frente y cada caño. El espectáculo de potrero. UncañodelPelusasobreCarlitos–lateraliz-quierdo del local- levantó a todas las personas que estaban viendo el partido. De espaldas a su marca, el talentoso10taqueó lapelota,haciéndolapasarlimpia entre las piernas del defensor. El duelo em-pezó a ser trabado. Ninguno quería dar una mínima ventaja. Sobreelfinaldelaprimeraetapa–sehabíanpactadodostiemposde40minutos-llegóelempate

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delequipodelcomedor.ElLocoagarrólapelota,letiróuncañoalLobo,pasóenmediode“Juampi”ySergio –defensores rivales- y cuando el arquero le salió,logambeteódeformabrillanteydefinió.Todosse acercaron a abrazar al wing. Loúnicoquehicieronfuecambiardeladoytomar agua. No descansaron. Ambos equipos querían seguir jugando. Mientras de un lado se destacaba el Pelusa, en el local, brillaba el más jovencito, Mariano. Elegante, con toques cortos, empezó bien el segundo tiempo. El equipo albiceleste pasó al frente. El joven volante recuperó la pelota y se la pasó al Chango, quedesde20metrosrematóylaclavóenelángulodel arquero. Losminutospasaronylabochanoseibaporel costado de la cancha. No se cortaba por nada.

Adiezminutosdelfinal,empezóelshowdelcrackdePaternal.Unode loscentrales localeshizouna falta cerca del área. Y Pelusa, de un tiro libre desde 15 metros, clavó el empate. El partido quedó igualado 3 a 3 y seguieron hasta que algún conjunto convirtiera el último gol. Sólo duró cinco minutos más. Pepe desbordó porizquierdayfiltróunpaseparaqueBetohagaelgol y le dé la victoria a la pizzería italiana. El invicto del equipo del comedor se había terminado. ElChangoayudóalevantaralLoco,quenotenía consuelo. El Pelusa se acercó. “Gracias cracks por este partido. Me divertí mucho”,dijoel10rival.“No, gracias a vos por tanto fútbol”, le contestó el capitán delcomedor.Lostresseunieronenunabrazocálido.Futbolero. De potrero.

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Cambiar la cabeza desde el corazónFaltaban tan sólo 5 días para el gran lanzamiento de esta revista. El contenido que usted, estimado lector, disfrutó o no a lo largo de las páginas ya estaba prácticamente cerrado y listo para ser presentado, mientras el hastío de la tarde del miércoles le ganaba la cuerda a los ánimos para lo que restaba de la semana. Casi sin darnos cuenta, nos encontramos

leyendo un desahogo en forma de tuits lleno de amor por Racing, pero también de pretensiones de cambio para que el club sea el que todos proyectamos, ese que nos prometieron. Claro que el corazón y la cabeza de Matías Varela, más conocido como @Bollino en Twitter, no pensó las cosas para este espacio, pero sentimos la necesidad unánime de transmitir

el mensaje, y él se manifestó encantado que así fuese.

VíctorBlancoreconociendoerrorespropios,paralosque decían que Racing no tenía peso en la AFA. Pide postergación, se la dan, se arrepiente, vuelven para atrás. “Si Racing no gana no es porque no tiene peso en la AFA. O por los árbitros”. Es insoportable esa vicitimización que hace el hincha de Racing. Racing ya no tiene más adversidades que la mentalidad tribunera de su gente, sus hinchas y sus dirigentes. Ya no hay nada que aguantar. Ya no hay 35 años de lastre, ya no hay problemas económicos graves,quiebras,gerenciamientos.YatuvimosaInde-pendienteenlaB.Nosenecesitalade“enlasmalasmuchomás”,porquenohaymalas,no jodamos.Lasmalas las soportó mi viejo, o yo hasta los 25. Mi generación es la última que luchó contra el gerenciamiento. Desde De Tomaso, Racing no tiene problemas graves. O sí: Nicolás Pacheco. Pero, insóli-tamente, no hay un reclamo generalizado de justicia. Mataron a un pibe que conocía todo el club en una sede. Silencio. Pero para hablar de árbitros y peso en la AFA, sí hay reclamos. No jodamos. Si Racing no terminó de despegar en estos años es por su culpa, ante un contexto histórico totalmente favorable con dos grandes en la B, Boca velando a Riquelme yBianchi,yequiposchicoscampeones. Así como hace unos años la mentalidad del

M irá qué buena onda la AFA postergan-do el partido de Copa Argentina de Racing. Así como desde este espacio lo hemos criticado fuerte, esta vez acertó

hincha de Racing salvó al club, ahora lo destruye. Se autodestruye, en realidad, con hinchas que no saben absolutamentede la historiadel club.GritangolesdeEstudiantesparacargaraVélezy aplaudenaVidela oa Lugüercio. Puteanapibes del clubquedespués valen millones. Porque Racing, en los últimos años, vendió como nunca en su historia. Racing jamás tuvo buenas inferiores. Hoy sí gracias a los hinchas que construyeron Tita. Ese es el ejemplo y la mejor prueba del amor al club, pero los tiempos cambiaron. El club creció mucho, y me deses-pera ver a los más pibes opinando sin saber, sin dejar esaposedesufrimiento.Lasbuenas,lasque“yavana venir”, llegaron hace rato. El hincha de Racing no las vio, o no las quiso ver. Es más fácil seguir en la pose sufrida que asumir responsabilidades e involu-crarseenelclub.Losquetienenmásde30sabendequé hablo. Es vital cambiar la postura. Ser hincha de Ra-cing noes sólo ir los finesde semanaa la cancha.Pensar eso también es una falta de respeto a los hin-chas que sí se rompieron el alma por el club. A los quellenaroncanchasenlaB,alosqueconstruyeronel predio Tita, a los que colmaron canchas cuando Ra-cing no jugaba por Ripoll, a los que pusieron el pecho alayutaenlasmarchascontraBlanquiceleste.Yesuna falta de respeto, sobre todo, a la historia. Jamás un hincha tuvo tanta incidencia en un club como el de Racing. Resulta totalmente tragicómico que ahora, los

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Cambiar la cabeza desde el corazónFaltaban tan sólo 5 días para el gran lanzamiento de esta revista. El contenido que usted, estimado lector, disfrutó o no a lo largo de las páginas ya estaba prácticamente cerrado y listo para ser presentado, mientras el hastío de la tarde del miércoles le ganaba la cuerda a los ánimos para lo que restaba de la semana. Casi sin darnos cuenta, nos encontramos

leyendo un desahogo en forma de tuits lleno de amor por Racing, pero también de pretensiones de cambio para que el club sea el que todos proyectamos, ese que nos prometieron. Claro que el corazón y la cabeza de Matías Varela, más conocido como @Bollino en Twitter, no pensó las cosas para este espacio, pero sentimos la necesidad unánime de transmitir

el mensaje, y él se manifestó encantado que así fuese.

que deberían tomar la posta, se pierdan en historias de conspiraciones arbitrales. No conocen lo que es el verdadero aguante, y no tienen por qué conocerlo: ya sufrieron generaciones enteras. Hay que soltar de una vez, ya está. El aguante no sirve ahora porque el club no lo necesita. Ahora se necesita participación, cuidaralclub.Votarconcriterioendiciembre,yevi-tar las “bolsas de gatos” en las elecciones, para que presidente y ex presidente se saquen los ojos a costa suya.SiRacingnodescendióen losúltimos10añosmásfavorablesdesuhistoriaesporqueaGrondonale pintó la renovación del torneo. Nada de lo que pasa en Racing es casuali-dad, inclusoqueelmejor9de los últimos20añosterminesacandounfierroenelvestuario.Todotieneque ver con lo mismo: esa tendencia insólita a au-todestruirse que baja desde las tribunas y termina pudriendo todo. ¿O soy el único que casi ni festejé los golesconIndependienteoLanúsporqueíntimamentesabía lo que iba a pasar después? LoputearonaSimeone,quepudocontrolaraun plantel incontrolable. Se cargaron a Zubeldía, que sacómásde60puntosporque“novaalfrente”.PeroaVidela,quemarcamalenesegoldeLanúsycorrecomocorresponde,loovacionan.YBastíaterminódeperder todo el pelo mirando eso. No, viejo. Racing no pierde por los árbitros o por no tener peso en la AFA. Racing pierde por errores dirigenciales que después se trasladan. Pier-de porque hace menos de un año era un club acéfalo

y, como no hay nadie que sepa realmente qué hacer, se delegó en un entrenador. Cocca, con espacio y tiempo para decidir, armó el plantel que le parecía, con aciertos y errores. Nadie supo controlarlo, o no quisieron, y la verdad es que Racing hoy tiene un plantel lejos de lo que solicitaba el contexto: rodear bien a Diego Milito. Ojo, hay proyectos interesantes de jugadores. Pero son eso, proyectos, apuestas y no realidades, aunque quizás mejoren con los partidos. No es culpa de Coc-ca estar en Racing y no entender cómo se declara a la prensa antes de un clásico. Es culpa de quienes lo contrataron.¿YquiénesresponsabledequeBlancoycompañía hayan contratado a un técnico que no sabe loqueesjugarconIndependiente?Elsocio.¿Elsociopodría haber evitado la contratación de Cocca? No. ¿Puede evitar algo parecido a futuro? Claro. El tema es que este tipo de errores se vienen repitiendo inusualmente en los últimos años. Pasan las oportunidades y nosotros acá. No hay participación seriadesussociosúltimamente,hayrelajación.Inte-resó más festejar la desgracia ajena que los logros propios, y no estoy diciendo que el hincha y socio sea totalmente responsable de tanta chance despil-farrada, pero si tiene cuota importante de responsa-bilidad. Porque si realmente hubiera compromiso del hincha con el club, el asesinato de Pacheco ya estaría esclarecido. Todo tiene que ver con todo. Queda asu-mir culpas, corregir y dejar la victimización atrás. De eso se trata: de soltar de una vez la pose sufrida.

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