Paciencia de Jesús en La Cruz

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Paciencia de Jesús en la cruz Si buscas un ejemplo de paciencia encontrarás el mejor de ellos en la cruz. Dos cosas son las que nos dan la medida de la paciencia: sufrir pacientemente grandes males, o sufrir, sin rehuirlos, males que podrían evitarse. Ahora bien, Cristo en la cruz sufrió grandes males y los soportó pacientemente, ya que en su pasión "no profería amenazas; como cordero llevado al matadero, enmudecía y no abría la boca" (Hch 8,32). Grande fue la paciencia de Cristo en la cruz: "Corramos en la carrera que nos toca, sin retirarnos, fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe: Jesús, que, renunciando al gozo inmediato, soportó la cruz, despreciando la ignominia" (Heb 12,2). -Santo Tomás de Aquino. Exposición sobre el Credo. Filipenses 3:12-14 “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” Pablo no se contaba así mismo como ya haber ganado el premio. Sino que desestimaba aquellas cosas que quedaron atrás prosiguiendo a la meta al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Había una meta a la cual llegar, un premio qué recibir. Pablo no consideraba este premio como ya recibido, sino que enfocaba su vida en recibir este premio. Era una persona con objetivos con la meta de alcanzar el supremo llamamiento de Dios. Pablo habla de nuevo sobre la carrera y el premio en 1 Corintios 9:24-27 que dice: 1 Corintios 9:24-27 “¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.” Pablo corría la carrera buscando una corona incorruptible. Tenía su objetivo establecido y su meta era recibir la corona incorruptible de las manos del Señor, no permitiría que nada se interfiriera en ello. No corría con inseguridad. Sabía su meta y estaba seguro del premio que le esperaba. Así como los atletas se disciplinan teniendo en mente su meta de ganar las carreras, así también Pablo disciplinaba su cuerpo, poniendo atención que mientras le predicaba a otro, el mismo no se descalificaría. La carrera que Pablo corría, no era solamente para Pablo. Nosotros también corremos la misma carrera, la misma corona, el mismo premio nos espera también. Continuando, la carrera que tenemos que correr también es presentada como una batalla en el pasaje anterior de 1 Corintios. Pablo habla de ella en otros pasajes también. Uno de ellos es 1 Timoteo, donde Pablo le está dando instrucciones a Timoteo, escribe:

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Si buscas un ejemplo de paciencia encontrarás el mejor de ellos en la cruz. Dos cosas son las que nos dan la medida de la paciencia: sufrir pacientemente grandes males, o sufrir, sin rehuirlos, males que podrían evitarse.

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  • Paciencia de Jess en la cruz

    Si buscas un ejemplo de paciencia encontrars el mejor de ellos en la cruz. Dos cosas son las que nos

    dan la medida de la paciencia: sufrir pacientemente grandes males, o sufrir, sin rehuirlos, males que

    podran evitarse. Ahora bien, Cristo en la cruz sufri grandes males y los soport pacientemente, ya

    que en su pasin "no profera amenazas; como cordero llevado al matadero, enmudeca y no abra la

    boca" (Hch 8,32). Grande fue la paciencia de Cristo en la cruz: "Corramos en la carrera que nos toca,

    sin retirarnos, fijos los ojos en el que inici y completa nuestra fe: Jess, que, renunciando al gozo

    inmediato, soport la cruz, despreciando la ignominia" (Heb 12,2). -Santo Toms de Aquino. Exposicin sobre el Credo.

    Filipenses 3:12-14 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui tambin asido por Cristo Jess. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrs, y extendindome a lo que est delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jess.

    Pablo no se contaba as mismo como ya haber ganado el premio. Sino que desestimaba aquellas cosas que

    quedaron atrs prosiguiendo a la meta al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jess. Haba

    una meta a la cual llegar, un premio qu recibir. Pablo no consideraba este premio como ya recibido, sino

    que enfocaba su vida en recibir este premio. Era una persona con objetivos con la meta de alcanzar el

    supremo llamamiento de Dios.

    Pablo habla de nuevo sobre la carrera y el premio en 1 Corintios 9:24-27 que dice:

    1 Corintios 9:24-27

    No sabis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para

    recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. As que, yo de esta manera corro, no como a

    la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en

    servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.

    Pablo corra la carrera buscando una corona incorruptible. Tena su objetivo establecido y su meta era recibir

    la corona incorruptible de las manos del Seor, no permitira que nada se interfiriera en ello. No corra con

    inseguridad. Saba su meta y estaba seguro del premio que le esperaba. As como los atletas se disciplinan

    teniendo en mente su meta de ganar las carreras, as tambin Pablo disciplinaba su cuerpo, poniendo

    atencin que mientras le predicaba a otro, el mismo no se descalificara. La carrera que Pablo corra, no era

    solamente para Pablo. Nosotros tambin corremos la misma carrera, la misma corona, el mismo premio nos

    espera tambin.

    Continuando, la carrera que tenemos que correr tambin es presentada como una batalla en el pasaje anterior

    de 1 Corintios. Pablo habla de ella en otros pasajes tambin. Uno de ellos es 1 Timoteo, donde Pablo le est

    dando instrucciones a Timoteo, escribe:

  • 1 Timoteo 6:12

    Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesin delante de muchos testigos.

    Hay una buena batalla, la buena batalla de la fe, que tenemos que pelear. Tambin en su carta a los Glatas,

    Pablo preguntndose sobre su estado de fe escribe:

    Glatas 5:7-10

    Vosotros corrais bien; quin os estorb para no obedecer a la verdad? Esta persuasin no procede de aquel que os llama. Un poco de levadura leuda toda la masa. Yo confo respecto de vosotros en el Seor, que

    no pensaris de otro modo; mas el que os perturba llevar la sentencia, quienquiera que sea.

    Corran bien pero ya no corran. Alguien los impidi, les caus problemas. Parece que en la carrera tambin

    hay un competidor, alguien que no quiere que corramos bien, y si es posible, que no la corramos.

    Pablo de nuevo habla sobre la carrera y la batalla en 2 Timoteo 2:3-5:

    2 Timoteo 2:3-5

    T, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tom por soldado. Y tambin el que lucha como atleta, no es

    coronado si no lucha legtimamente.

    La carrera se convierte en batalla y la batalla se convierte en guerra. El atleta es tambin un soldado y el

    soldado es tambin un guerrero. Y un buen soldado tiene que aprender a resistir duramente.

    Resumiendo lo anterior podemos hacer un dibujo de un buen corredor de la carrera, o un buen soldado:

    As que, el buen soldado o corredor:

    i) Corre la carrera con paciencia. Como Barnes en su comentario explica lo siguiente:

    La palabra traducida como paciencia ms bien significa en este lugar, perseverancia. No podemos correr la carrera sin permitirnos ser impedidos por cualquier obstruccin, y sin desvanecernos en el camino.

    Motivados por el ejemplo de las multitudes quienes han corrido la misma carrera antes que nosotros,

    debemos perseverar hasta el final como ellos hicieron.

    ii) Tiene objetivos puestos y su meta en la vida no es hacer la vida tan cmoda como sea posible sino

    obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jess.

  • iii) No corre con incertidumbre. No golpea al aire. En frente de sus ojos tiene el objetivo, el premio, la

    corona incorruptible. Como Barnes de nuevo explica:

    No con incertidumbre (oukadelos). Esa palabra no viene en ningn otro lugar del Nuevo Testamento. Usualmente significa, en los escritores clsicos, oscuramente. Aqu significa que no corri no sabiendo qu objeto quera alcanzar. no corro a lo loco; no me afano por nada; s lo que busco, y mantengo el ojo fijo en ese objeto; tengo la meta y la corona frente a mis ojos.

    iv) Se disciplina y sabe muy bien que l mismo se puede descalificar. Tomando en cuenta el peligro de la

    descalificacin, Pablo nos dice en segunda de Corintios:

    2 Corintios 13:5

    Examinaos a vosotros mismos si estis en la fe; probaos a vosotros mismos. O no os conocis a vosotros mismos, que Jesucristo est en vosotros, a menos que estis reprobados?

    El buen corredor, se examina a s mismo, se revisa para ver si est en la fe. Se prueba y se disciplina.

    v) Continuando, el buen soldado no se enreda con las aventuras de la vida, para as complacer a aquel que le

    ha escogido. No podemos ser soldados de Jesucristo y al mismo tiempo tener todo nuestro inters en

    nuestras propias cosas. Cuando hay un llamado para soldados, dejan atrs sus cosas, negocios, tiendas y van

    a la guerra. Eso no significa que para ser soldados de Jesucristo tenemos que dejar nuestras ocupaciones.

    Pablo mismo construa tiendas para ganarse la vida. Pero no debemos enredarnos, dedicarnos completamente, pre-ocuparnos con eso. Como el comentario de toda la Biblia de Matthew Henry dice:

    La gran preocupacin de un soldado debera ser complacer a su general; as la gran preocupacin de un cristiano debera ser complacer a Cristo, que l nos apruebe. La manera de complacer a aquel que nos ha

    escogido para ser soldados no es enredndonos con las aventuras de la vida, sino siendo libres de tales

    enredos porque nos impediran en nuestra santa batalla.

    En otras palabras si yo dijera, ciertamente tenemos cosas qu hacer, cosas como trabajo u obligaciones de

    las cuales tenemos que encargar. PERO no debemos enredarnos, capturarnos, sobre ocuparnos, con todo eso.

    Esas no son la razn por la cual estamos aqu. Estamos aqu para complacer a nuestro general, para ser

    buenos soldados de Jesucristo. Estamos en una guerra y no deberamos de sentarnos como si no

    estuviramos ampliando esto un poco ms, como el Seor Jesucristo dijo en la parbola del sembrador, los

    afanes de este mundo, el engao de las riquezas y los placeres de la vida -esto es, los enredos con las cosas

    del mundo de las cuales est hablando Pablo- hacen la Palabra de Dios infructuosa. En esta parbola muchos

    empezaron bien. La Palabra de Dios fue sembrada y germin en muchos corazones. An as solo en la

    ltima categora dio fruto. Eso tambin demuestra que el nmero de aquellos que terminan la carrera

  • fructferamente no es necesariamente igual al nmero que la empezaron. Vamos a ver la interpretacin que

    el Seor dio en su parbola:

    Lucas 8:11-15

    Esta es, pues, la parbola: La semilla es la palabra de Dios. Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazn la palabra, para que no crean y se salven. Los de sobre la piedra

    son los que habiendo odo, reciben la palabra con gozo; pero stos no tienen races; creen por algn tiempo,

    y en el tiempo de la prueba se apartan. La que cay entre espinos, stos son los que oyen, pero yndose, son

    ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto. Ms la que cay en buena

    tierra, stos son los que con corazn bueno y recto retienen la palabra oda, y dan fruto con perseverancia.

    La segunda y tercer categora empezaron bien pero no terminaron bien. Empezar la carrera no es solo lo ms

    importante. Despus de que la has empezado, lo ms importante es seguir corrindola. Y la nica manera de

    seguir corrindola es con paciencia, poniendo los ojos en Jess el autor y consumador de la fe. Peleando la

    batalla, buscando complacer a nuestro general y no enredndonos con las cosas de la vida. Hay un mal

    entendido que dice que volverse cristiano significa un boleto a una vida fcil, llena de placeres. La palabra

    bendiciones pas a significar que Dios te dar cualquier cosa que te complazca. En muchas ocasiones una vida fcil se ha vuelto el objetivo. Tenemos que poner atencin de que no sea ese nuestro objetivo. Nuestro

    objetivo es servir al Seor Jesucristo y los enredos -el concentrarnos en las cosas de este mundo- solo

    pueden hacer una cosa: hacer infructuosa la semilla en nuestros corazones.

    Nuestro objetivo en esta vida no es satisfacer la definicin que establece un hombre exitoso. Si Pablo y

    Pedro y los dems fieles vivieran hoy todava la sociedad no los valorara mucho. Pablo dej todos los

    privilegios terrenales que tena, todo lo que esta sociedad reconoce como valioso, para ganar a Cristo. Como

    dice en Filipenses 3:4-11:

    ntroduccin:

    Leer vs.1. Esta es la tesis de este pasaje: Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. Dios tiene una carrera para ti. Dios tiene un propsito para tu vida. Correr la carrera significa reconocer que el

    propsito de Dios para tu vida es lo que importa, y el hacerlo tu prioridad nmero 1 es descubrir y completar

    este propsito. Como en los hroes del Antiguo Testamento citados en el captulo 11 (y mencionados como

    espectadores en este verso), cada uno de nosotros es llamado por Dios a jugar un rol nico en su propsito para la historia humana. Por supuesto, t no eres elegible para correr una carrera

    deportiva hasta que te inscribas en ella. As como tambin no eres elegible para correr la carrera de Dios

    hasta que no te hayas inscrito en ella. La mala noticia es que ninguno de nosotros clasifica para esta carrera

    por nuestras propias obras; de hecho estamos todos descalificados segn esta perspectiva. Pero la buena

    nueva es que Dios nos dice que El ya pag por nuestro boleto de entrada a travs del pago de Su Hijo. As

    que ahora el punto no es de quien es elegible, pero si estamos dispuestos o no de correr la carrera. Ests

    dispuesto a recibir el perdn de Dios a travs de Cristo y entrar en esta carrera? Has hecho esto ya?

  • Corre la carrera. Ahora que has recibido a Cristo, este es el tema ms importante de tu vida. Puedes decir que nuestra prioridad N 1 es descubrir y completar el propsito de Dios para tu vida? Al contrario de la

    inscripcin en la carrera que necesitamos hacer slo una vez, correr la carrera es algo que debemos continuar eligiendo da tras da. Este es el segundo punto de esta aseveracin...

    Esta carrera requiere resistencia (paciencia). Esta carrera no es como un pique de 100 m; es ms parecida a

    una maratn. Empieza en el momento en que recibes a Cristo y finaliza cuando mueres o cuando Cristo

    retorna. Y el camino no es plano; atraviesa todo tipo de montes y obstculos. Esta carrera no requiere

    velocidades supersnicas, requiere resistencia.

    Hupomone (paciencia) significa permanecer all. Es perseverancia, aferrarse, rehusando abandonar sin importar la fatiga y otras presiones para hacerlo. La resistencia junto a su sinnimo makrothumia (paciencia / sufrimiento largo), es un tema clave en Hebreos. El autor usa esta palabra cuatro veces en este

    pasaje (vs.1,2,3,7) y dedica dos otros pasajes a este tema (6:9-20; 10:32-39). Estos dos trminos se usan ms

    de 70 veces en el NT, porque es una cualidad de carcter muy importante para la vida cristiana.

    Muchos cristianos occidentales completan unos buenos tramos de esta carrera, pero el hecho es que pocos

    (incluyendo lderes) corren consistentemente y finalizan bien. Por qu? Una razn es que somos hijos de

    una cultura que tiene expectativas utpicas (DERECHO A VIVIR UNA VIDA LARGA Y SIN POBREZA

    NI SUFRIMIENTO), espera resultados instantneos y visualiza acciones dramticas como ms importantes que la consistencia detrs del escenario. El cristianismo occidental se ha conformado a estos

    valores ms que a confrontarlos. Por lo tanto muchos cristianos no valoran la resistencia porque no debera

    ser necesario en primer lugar, y en segundo lugar porque no es deslumbrante como tampoco se gana de

    manera fcil. Pero el largo de la carrera y la presencia de muchos obstculos hace de la resistencia un

    requisito no opcional.

    Dado que su audiencia (as como muchos de nosotros) careca de resistencia, el autor da una visin de cmo

    desarrollarla. Examinemos tres maneras...

    Deja de lado todo el exceso de equipaje (vs.1)

    Imagina alguien que se presenta al punto de partida de una maratn vistiendo zapatos de basquetball con

    cordones desamarrados y arrastrando un par de maletas T dices, oye, no podrs correr muy lejos con toda esa carga!!! El responde No entiendes; necesito estas cosas para hacerlo de la mejor manera. Me siento ms atractivo con mis zapatillas de basquetball y tengo buena comida y buena bebida en la maleta. No importa lo que diga, pero muy pronto esa persona tendr que hacer una eleccin: deshacerse del exceso

    de equipaje o retirarse de la carrera.

    Lo que para nosotros es obvio acerca de correr una maratn, puede que no sea tan obvio al correr la maratn

    de Dios. Muchos de nosotros llevamos un significativo exceso de equipaje y despus nos preguntamos

    porqu es tan difcil mantenerse en la carrera. El autor nos indica dos clases distintas de exceso de equipaje.

    El pecado que nos atrapa tan fcilmente Esto se refiere, no a cadas existenciales de la gracia, pero a actitudes pecaminosas, prcticas y hbitos que creemos que no podemos prescindir, pero que estn de hecho

    quitando nuestra energa para seguir a Dios y nos enredan hacia otros pecados tambin. Leer Rom.13:12-14

    Mantn un enfoque mental adecuado (vs. 2-4)

    A partir de mi entrenamiento en trote me doy cuenta lo importante que es mi enfoque mental. Cuando dejo

    que mi mente vaya donde quiera, termino pensando cun cansado estoy, cunto duelen ciertos msculos,

    cun lejos tengo que ir, y cunto ms adelante estn los otros. Esto siempre resulta en percibir que uno est

    ms fatigado de lo que realmente est y produce deseos de abandonar. Los corredores de maratn me dicen

    que un enfoque mental adecuado es tan importante como un entrenamiento fsico adecuado.

  • La misma cosa se aplica al correr la carrera de Dios. Hay todo tipo de distracciones que capturarn tu

    atencin y te convencern de abandonar si t les haces caso.

    CIRCUNSTANCIAS SOBRE LAS CUALES T NO TIENES CONTROL: Mira cun difcil es mi situacin! Mira la gente que tengo que aguantar! No se espera que nadie sirva a Dios y crezca en este

    ambiente!

    SENTIMIENTOS CONTRADICTORIOS: Estoy tan derrotado, con tanta letargia, tan poco motivado que obviamente no espero resistir cuando me siento as. Dios tendr que cambiar mis sentimientos antes que

    contine.

    PROBLEMAS PERSONALES DE LARGO PLAZO: Mira el estado desastroso en el que me encuentro! He estado profundamente daado por las malas decisiones y relaciones del pasado. Tengo debilidades de

    carcter tan profundamente arraigadas que no las puedo eliminar de un da para otro. No tengo cmo ser til

    a Dios en este estado; necesito abandonar la carrera hasta que est ms sano.

    COMPARACIN NO APROPIADA CON OTROS: Mira cunta ventaja me llevan! Mira cunto ms tiempo que yo llevan corriendo! Cul es el objetivo de correr dado que nunca los podr pillar?

    El cristiano que desea correr la carrera con resistencia tiene que aprender a elegir y mantener un enfoque

    mental adecuado. Eso involucra no slo identificar y alejarse de enfoques mentales errneos (ver lo indicado

    anteriormente) pero tambin desarrollar el hbito de enfocarse en Cristo (vs.2). La palabra griega significa

    justamente esto: alejarse de todo lo dems de modo de concentrarse en el objeto propio de tu atencin.

    Qu significa fijar tus ojos en Cristo? No significa visualizar un cuadro de l en tu vida. Esta prctica es cada vez ms popular en crculos cristianos pero es ms propia de la idea de nueva era de crear tu propia

    realidad a travs de una imagen mental ms que basado en algo bblico. El autor nos dice dos formas de

    cmo debemos enfocarnos en Cristo:

    El autor y consumador de nuestra fe (versin Reina Valera) En la Edicin Paulina se traduce como Iniciador y consumador de nuestra fe - La Nueva Internacional lo traduce como autor y perfeccionador. Jess es el ejemplo de lo que significa correr con resistencia. El se ha adelantado con respecto a nosotros con

    respecto a todo tipo de sufrimiento que encontremos y los ha resistido victoriosamente. Cuando ests

    hundido en auto compasin considera lo que resisti (vs.3,4) y porqu estuvo dispuesto a resistirlo (leer vs.

    2). Hay un gran valor educacional y motivacional en estudiar la vida de JESS. Su ejemplo rechazar

    nuestra auto compasin y nos inspirar a continuar.

    El perfeccionador de nuestra fe An ms importante que su ejemplo, sin embargo, es su rol como sostenedor, su disposicin a mantener, fortalecer, y por lo tanto perfeccionar nuestra fe. De hecho, una gran

    parte de su ejemplo era el modelar la importancia de derivar fuerza espiritual a partir de Dios para correr con

    resistencia. Dado que conoca que su Padre prometi ayudarlo para cumplir su voluntad, Jess se acerc a El

    a menudo con este propsito (Marcos 1:35; Getseman). Y ahora est disponible para nosotros como nuestro

    Sumo Sacerdote para darnos las mismas promesas y proveer los mismos recursos (2:18; 4:16).

    Dado que esta carrera se corre por fe, se corre en oracin dependiendo de los recursos de Cristo ms que

    manteniendo un labio superior rgido y aguantndolo en forma personal.

    >>Si eres dbil en resistir, Cul ha sido tu enfoque mental? Este problema ha sido para mi la razn ms

    comn de quedarme sin gasolina: Estoy mentalmente enfocado en las cosas equivocadas. Pero cuando yo

    escojo, contra mis sentimientos de auto compasin y fatalismo, enfocarme en Jess de esta manera, el poder

    del Espritu de Dios se libera en mi para continuar siguindole y sirvindole.

    El beneficio del programa de entrenamiento de Dios (vs. 5-13)

  • Aunque yo me presentara a una maratn sin exceso de equipaje y mentalmente enfocado en una forma

    adecuada, igualmente abandonara mucho antes del final. Si deseo completar una maratn debo estar

    dispuesto a someterme al entrenamiento. De hecho necesito someterme a un programa de entrenamiento

    muy intenso. Necesitara estar dispuesto a que un experimentado corredor diseara un rgimen de

    entrenamiento que podra parecer de muchas maneras irrelevante a la carrera. Tomando en cuenta mi actual

    estado squico y fsico diseara ejercicios calculados cuidadosamente para producir una respuesta adecuada

    en varios msculos. Al seguir este programa de entrenamiento a veces frustrante y agonizante, gradualmente

    me pondra en forma para correr la maratn. La mayor razn por lo cual las personas estn incapacitadas

    para correr una maratn no es porque son fsicamente incapaces, pero ms bien porque no estn dispuestas a

    someterse al entrenamiento necesario. Debo admitir que este es mi caso.

    Dios est comprometido en moldearnos a cada uno de nosotros para mantenernos en forma para correr la

    carrera y con este fin El tiene un programa de entrenamiento diseado individualmente para cada uno de

    nosotros. El sabe exactamente qu roles estamos diseados para cumplir en su carrera; El sabe exactamente

    qu cualidades faltan en nuestras vidas para poder terminar; El conoce exactamente la cantidad apropiada de

    estrs y desgaste que podemos soportar para desarrollar esas cualidades. El llama a este programa de

    entrenamiento disciplina (vs. 7a), y El est constantemente haciendo esto justamente con todos los cristianos a travs de toda clase de sufrimiento, los cuales El soberanamente nos permite experimentar.

    Leer vs. 5-10. El autor no se enfoca en este pasaje en cmo Dios nos disciplina/entrena, sino en cmo nos

    beneficiamos de esto. Nos recuerda de tres claves para beneficiarnos del programa de entrenamiento de

    Dios.

    Recuerda que su disciplina es consecuencia del amor de Dios, y no de su ira o negligencia. Leer vs. 5-10.

    Cun a menudo nos acordamos de esto! La mayora de nosotros podemos mirar hacia atrs ahora y ver que

    nuestros padres nos disciplinaron para nuestro bien. Yo no entenda mucho de esto en ese momento, y me

    molestaba que alguno de mis amigos escapaban de la disciplina de la cual yo no poda arrancarme, pero hoy,

    a medida que veo los frutos de esa disciplina, estoy contento que mis padres me amaron suficientemente

    para decir no a mis tontas demandas, y que me permitieran e incluso crearan consecuencias dolorosas a mis elecciones equivocadas. Esta es la perspectiva que me ayuda a seguir disciplinando a mis propios hijos

    cuando es ms fcil claudicar. La disciplina es un trabajo que no recibe agradecimiento, pero como una

    expresin de amor quiero que se den suficiente cuenta de los beneficios de su relacin con Dios como para

    seguir disciplinndolos. Y espero que crean que los disciplino porque los amo, aunque a menudo no

    entiendan y tampoco estn de acuerdo con la disciplina.

    Aunque cun rpidamente me olvido de todo esto el momento en que Dios pone un dedo disciplinador

    sobre m! Yo me encierro y amenazo con renunciar debido al dolor. Me enfoco exclusivamente en la causa

    natural de mi dolor y se me olvida todo la accin soberana de Dios para mi bien. Envidio y resiento a otros

    que no estn sufriendo como yo. Me quejo que este sufrimiento est ms bien impidiendo que ayudando a

    mi habilidad de servir a Dios. Acuso a Dios de abandonarme o de ser demasiado duro conmigo. Con todo

    esto, yo meramente demuestro que he olvidado lo que Dios dice acerca de porqu El me disciplina.