Otro mundo es posibleOración y compromiso *Campesinos empobrecidos por las macroeconomías...

1 marzo 2008 Esquila Misional

«Sin maíz, no hay país...» era el slogan que miles de cam-pesinos (y no campesinos) gritaban el pasado

31 de enero en la mega marcha de protesta contra la aplicación de la última fase del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN). Me sor-prendió ver en la marcha a gente de Iglesia acompañando y apoyando a los manifestantes. Entonces recordé, tiempo atrás, lo que un señor me decía: ¿Por qué la Iglesia tiene que estar metiéndose en la política? ¿Por qué mejor

los padres y fieles no se concretan en rezar y en enseñar la Biblia? Ahí estaba precisa-mente el meollo del asunto.

En efecto, ¿Qué tipo de Evangelio estaría anunciando la Iglesia, o cuál sería su teología si justificara la opresión? Que-dándose muda ante estructuras de muerte, ¿no se convertiría en cómplice? No acaso,

nuestro sabio pueblo afirma en sus dichos populares: «El que calla, otorga» o «Lo mismo peca el que mata la vaca, que el que le agarra la pata».

Este mes presentamos un documento de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social. En él, nuestros obispos mexicanos miembros de dicha comisión nos dan un verdadero ejemplo de la dimensión profética del Evangelio. Afirman y denuncian –citando los documentos de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Aparecida, Brasil– que «la Iglesia está convocada a ser abogada de la justicia y defensora de los pobres ante intolerables desigualdades sociales y económicas que claman al cielo».

Querer revertir el fenómeno de la globalización es como querer revertir la historia. Sin embargo, fieles al «sueño» de Jesucristo, queremos pensar que otro «mundo es po-sible»; que es factible (y necesaria) la globalización de la solidaridad y equidad; que es imperativo crear estructuras más justas y que es posible una vida digna para todos. En otras palabras, que el Reino de Dios empieza «aquí y ahora».

Esquila Misional, fiel a su vocación de anunciar, denunciar y acompañar el camino de nuestro pueblo, quiere hacerse «voz de los sin voz»; toma partido y, en un mismo pensar con nuestros obispos, presenta este número con la intención de «provocar» reac-ciones, de «despertar» a las conciencias dormidas e «incomodar» a los indiferentes y a los que atentan contra los más indefensos.

Por último, este mes celebramos el acontecimiento más grande de nuestra fe: El Triduo Pascual. La Redacción de esta revista quiere desearles a todos nuestros lectores una verdadera Pascua de Resurrección donde también resucite nuestra conciencia a una vida nueva. ¡Felicidades!

Víctor Hugo García U.DIRECTOR

@ la carta

1Esquila Misional marzo 2008

Otro mundo es posible

¿Qué tipo de Evangelio estaría anunciando la Iglesia, o cuál sería su

teología si justificara la opresión?

2 Esquila Misional marzo 2008

Distribuidor exclusivoMisioneros Combonianosdel Corazón de Jesús, A.R.

Director y editor responsableP. Víctor Hugo García Ulloa, MCCJ

SubdirectorP. José Manuel Román Muñoz, MCCJ

RedacciónFernando de Lucio OcañaM. Lourdes González Reyes

DifusiónClaudia Villalobos

AdministraciónHno. Arnaldo Braguti, MCCJ.

Colaboradores: Corina García La Sienra, Jorge García, Juan Martín Torres, Martha Elena Lucero, Monseñor Vittorino Girardi, Oscar Thomas, Pablo Sergio Mendoza, Ramón Reyes, Sergio Valdivia, Silvia Flores, Rodolfo Valdés, Rosamaría Baza, Héctor Vivas y José de Jesús García.

Redacción y administraciónCentro de Animación Misionera (CAM)Ponciano Arriaga, 10 - Apdo. 32-0333Col. Tabacalera - 06030 México, DF.Metro RevoluciónTel. (01-55) 55 92 38 33Fax (01-55) 55 35 69 60E-Mail: [email protected] MISIONAL se publica cada mes excepto julio y agosto (número doble).Página electrónica: www.esquilamisional.org

SuscripcionesNúmero suelto $ 13.00Anual 130.00Esquila y Aguiluchos 260.00Extranjero (en dls. USA) 53.00Para asuntos relacionados con la administración (suscripciones, donativos, reclamaciones, pedi-dos de libros, pagos, etc.) enviarlos a:[email protected] de hacer sus depósitos en el banco más cercano. Cuentas a nombre de Misioneros Com-bonianos:Santander: Cta. 65501062197Banamex: Cta. 0125-4114347Bancomer: Cta. 0452603004HSBC: Cta. 4020951935Envíe su ficha bancaria con sus datos completos a vuelta de correo. Si envía cheque, mándelo en sobre certificado.

Porte pagado.Publicación periódica PP09-0297Autorizado por SEPOMEXCertificados otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas. Licitud de Título No. 10275 y de Contenido No. 7203Reserva Derechos de Autor 063/72.La reproducción total o parcial de artículos y reportajes de ESQUILA MISIONAL queda permitida citando su procedencia.Se imprime con licencia eclesiástica.Sale cada primero de mes. Impresa en Grupo CORME. Tels: (55) 57-84-61-77 y 57 84 65 52.Correo electrónico: [email protected]

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MisioneraLatinoamericana

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El contenido de los artículos esresponsabilidad de los autores

La crisis del campo m

exicanoAño 55 N

o. 632 marzo 2008

Foto: Angelo Costalonga

Campesinos e indígenas buscan alternativas hacia un país más justo

Una mega marcha contra el TLCAN muestra la inconformidad social de miles de ciudadanos

2

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Esquila Misional marzo 2008

1. @ la carta*Otro mundo es posible

2. MEnú

4. Buzón de entrada

5. Contraseña*Responsabilidad social...

6. Misio-noticias

8. la columna de Monseñor*En camino… ¿Hacia dónde?

10. Más allá de la noticia*Mega marcha vs TLCAN

11. Paz y Justicia*El «México profundo»desafía la globalización

14. Rostro de mujer*Gestoras sociales

16. Cartas de misión*Sesenta años en Baja California

22. Globalización y fe cristiana*La incomodidad de la fe

24. Realidades*«Jesucristo, vida y esperanzade los indígenas y campesinos»

32. Oración y compromiso*Campesinos empobrecidos por las macroeconomías dominantes


34. Biblia y misión*Me llamo Mateo

36. Testigos del amor*Comunidad Down,comunidad de amor*«¡Sí, Señor, aquí estoypara siempre!»

39. Diario de un misionero

40. Punto de vista joven*Una simple propaganda

42. ¿Tienes vocación?*Mi vocación, ¿es una realidad?*«Vayan por el mundoy anuncien el Evangelio»

46. Expresión y cultura*Museo nómada

48. Propaganda

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Los combonianos cumplen 60 años de su llegada a México

Museo nómada: una obra que invita a vivir en armonía y respeto con los animales

Las leyes de mer-cado excluyen a los

pobres...

Down, una Comu-nidad ejemplo para

todos


Pág 46

Pág 16

Pág 24

Pág 36


Vi en su página de internet un artículo de Car-

los Alberto Jordán titulado «Cursos Alpha, esperanza para

la unidad de los cristianos». Me llamó la atención porque

desde hace tiempo que estoy interesado en saber si ya se

imparten en México. Me gustaría que enviaran este recado al autor del ar-

tículo pues existe la posibilidad de integrar estos cursos en mi parroquia.

P. Dizán Vázquez (Tijuana, BCN.)

Los felicito por su labor. En la página siete de

enero de este año, publican que George W. Bush es del

Partido Demócrata, pero él pertenece al Republicano. En

esta misma página, editan dos notas juntas contra el go-

bierno actual de Estados Unidos, creo que es mejor fomentar la unidad y

no la discordia entre las naciones.

Henry M. Lesperance (EUA)

Estimado Henry, agradecemos su comentario a la

sección de “Misio-noticias”. Usted tiene razón, el presidente

George W. Bush pertenece al Partido Republicano de Esta-

dos Unidos. Aprovechamos para corregir la palabra “espal-

darazo” en esta misma nota ya que en realidad, significa “reconocimiento a

alguien por su habilidad en su profesión”, pero equivocadamente la usamos

como rechazo. Sus comentarios son importantes en esta estapa de cambio.

Ya vi la revista en internet, están «padres» los

logotipos para cada sección; me gustó mucho. ¡Felicida-

des! Algo que me llamó la atención es que monseñor Girar-

di escribe «islamismo» en lugar de «islam» en su columna.

Personalmente opino que la palabra islamismo designa la corriente fanáti-

ca, fundamentalista y agresiva de ciertas interpretaciones del islam.

Oscar Thomas (Innsbruck, Austria)

Les mando un abrazo y una felicitación por su tra-

bajo. Actualmente tengo 36 años de edad, y desde que tenía

9 leo su revista (antes leía las Aventuras de Humonegro).

Aunque no sentí el llamado a servir a Dios en la vida consa-

grada, mi esposa y yo hacemos lo posible por apoyar a las misiones con un

poco de ayuda económica y con nuestras oraciones.

Familia González Crespo (internet)

Soy un sacerdote que vive en San Bernardo, una po-

blación de Durango. Me gustaría tener un número telefónico

dónde contactar a monseñor Girardi; fui su alumno y me ale-

gró ver que escribe en Esquila.

(San Bernardo, Dgo.)

Felicitó a todos los que intervienen en la revista.

Me gustó mucho el reportaje de diciembre titulado «Pre-

parándonos para la Navidad africana», del padre Víctor

Hugo García. Gracias por compartir su experiencia con noso-

tros y transportarnos en la imaginación hasta aquellas tierras

tan lejanas.

Martha Beatriz Díaz (Guadalajara, Jal.)

Me da gusto ver la revista más cálida y

juvenil, y más gusto me dio ver los temas que

abordaron en febrero, pues muestra las reali-

dades que observamos y que conocemos, pero

que pensamos o sentimos muy lejanas a nosotros. Me parece

que la revista está cada vez mejor. Una enorme felicitación a

quienes trabajan en ella y a quienes la hacen posible.

Ana L. Rogel (Cuernavaca, Mor.)

Leí la revista de diciembre de 2007 y me

encantó el artículo «Navidad en Mozambique»,

me hizo imaginar aquellos lugares. Les envío

una lista de personas a las que deseo obse-

quiar una suscripción a Esquila.

Rosita Thomas (México, DF.)

Ha llegado a mis manos recientemente

Esquila Misional de enero. Bien por el cambio, la

selección de nuevas secciones y por el esfuerzo

de hacerla gráficamente más atrayente. Adelan-

te y felicidades a todos los de la Redacción por su trabajo.

Manuel Augusto (Lisboa, Portugal)

Los felicito de verdad por su trabajo. Soy

seminarista en la ciudad de Oaxaca, y la revista

me ha impulsado para entregar mi vida a Dios.

Disfruto sobre todo los artículos vocacionales.

Edgar Pérez (Oaxaca, Oax.)

Buzó

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Contraseña

Responsabilidad socialy compromiso cristiano

5Esquila Misional marzo 2008

Hoy, no resulta raro hablar de los llamados «pecados estructurales», los cua-les, si bien son situaciones y condicionamientos sociales que no resultan de una opción personal moralmente cons-ciente, sí se convierten en sufrimientos y tragedias para la humanidad. Estos mecanismos no nacen de la nada ni es «el sistema» el responsable ni son «los costos» que necesariamente hay que pagar para lograr las conquis-tas del progreso y del bienestar. Tampoco se trata de los inevitables «porque Dios así lo quiso»; el mal nunca nace de Dios, sino del hombre, y el mal social, por ende, nace también del corazón del ser humano que vive en sociedad. Estando así las cosas, del cristiano no se espera menos que ofrecer una «respuesta», que hacerse «responsable» de la situación social: de aquí surge imperiosamente la «responsabilidad social» como elemento constitutivo del compromiso cristiano.

Sin embargo, esta responsabilidad social no se diluye en la sociedad, sino que toma carne en aquel que ha tomado conciencia de que tales maquinarias existen y que hacen de las sociedades un infierno. Prima facie esta responsabilidad parece hacer frente al mal –fase crítica– que quizá otros han creado; modificar los mecanismos y

estructuras que otros han echado a andar para proclamar que la humanidad «camina hacia» algo mejor –fase pro-fética–. Con la cuestión social se le presenta al cristiano el problema de hacer de su vida una aplicación más de la caridad, a la manera de un principio ético, de un modo universal y absoluto, que alcanzará a todas las personas presentes y futuras –pero reales–, e incluso a las personas que no conoce ni conocerá jamás. El cristiano, buscando ser consecuente con las acciones y actitudes de aquél de quien toma el nombre, no puede permanecer indiferente ante estas estructuras del mal, y en consecuencia, lleva a cabo su compromiso cristiano al modo de un anuncio crítico y profético.

Esto no es sino la consecuencia de una fe en «Dios-caridad» que proclama la insuficiencia de todo plan social y el deber de perfeccionarlo. En este tono, el cristia-no ha de ejercer una crítica buscando hacer frente al olvido que enmascaran las aparentes «ventajas y beneficios» de cualquier tratado y plan, denunciando la deshumanización que se puede propiciar en la vida humana, proclamando que su compromiso lo llama a responsabilizarse de ello, y anunciando proféticamente que en la lucha de la apli-cación de la caridad y la solidaridad todos «caminamos

hacia» una fraternidad universal. Ω

Por: Paulo Sergio

Mendoza

José

de

Jesú

s

El cristiano no puede permanecer indiferen-te ante estas estruc-turas del mal. De él, no se espera menos que ofrecer una “res-puesta”, que hacerse “responsable” de la situación social


Misio-noticias

Casa OasisEl pasado 11 de febrero, conmemoración de la Jornada mundial de los enfermos, fue inaugurada en Guadalajara, Jalisco, la Casa Oasis, de los Misioneros Combonianos, que tiene como objetivo albergar misioneros ancianos y enfermos que han trabajado en la Provincia. Esta nueva comunidad fue bendecida por el superior general de los Misioneros Combonianos, el padre Teresino Serra, quien vino de Roma exclusivamente para el evento. También estuvieron presentes monseñor Jaime Rodríguez, obispo comboniano mexicano de Huanuco, Perú; el superior provincial, padre Rafael González; los ex-provinciales de México y varios misioneros, seminaristas y bienhechores representantes de las diferentes casas combonianas de México.

REDACCIÓN

Campesinos, poco competitivos frente al TLCAN

Sólo seis de cada cien campesinos de México son considerados productores competitivos que podrán hacer frente a la entrada en vigor del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), señala un estudio de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa). El estudio de esta entidad detalla que en México, en el medio rural, vive casi la cuarta parte de la población del país, es decir, 24.5 millones de personas. De ellas, casi 14 millones de personas (56.4 por ciento) son consideradas «no activas», toda vez que no se dedican a la producción, ya sea porque han emigrado o porque tienen otras actividades.

2000 AGRO

La mutilación genital femenina, abuso irreparable: ONU

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNU) exhor-tó a los gobiernos a erradicar la práctica de la mutilación genital femenina, pues «constituye un abuso irreparable e irreversible», indica una resolución de la ONU. «Atenta contra la salud de ellas porque, además de dañarlas sicológicamente, aumenta su vulnerabilidad al VIH (causante del sida) y el riesgo de mortali-dad; además, perjudica su salud sexual y reproductiva», añade el documento.

Según la ONU, se estima que en el mundo existen entre 100 y 140 millo-nes de mujeres que han sido objeto de esa práctica, y cada año podrían agregarse otros 3 millones de niñas. Después de esta experiencia, sufren en silencio por temor de ser excluidas de sus comunidades. El FPNU prometió incrementar su apoyo a las medidas encaminadas a eliminar esta práctica.

LA JORNADA



Misio-noticias Micronoticias

Enfrentamientos en ChadEn la más reciente ofensiva de los rebeldes, en un sólo fin de semana del pasado mes de febrero, murieron 100 civiles y 700 resultaron heridos. Ante la intensidad de los combates, muchos extranjeros fueron evacuados hacia Europa. El gobierno de Chad afirmó que tiene el control de su territorio e hizo un llama-do para que regresen quienes han abandonado sus hogares debido a los enfrentamientos entre el ejército y los rebeldes.

ONCENOTICIAS

Fallece fundadorde los LegionariosEl 30 de enero, a los 87 años de edad, falleció el padre Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo y del movimien-to de apostolado Regnum Christi. El 19 de mayo de 2006 la Santa Sede publicó un comunicado en el que se le invitaba (al padre Marcial) «a una vida reservada». En el mundo hay unos 750 sacerdotes legionarios de Cristo y unos 2 mil 500 seminaristas de esta congregación religiosa.

ZENIT

Dirigente indígenaconvoca a marchaEl dirigente indígena de la región amazónica de Ecuador, Maron Santin, convocó a una marcha desde Los Andes hasta la ciudad de Montecristi, para exigir a los legisladores ecuatorianos que no autoricen la extracción de petróleo y mi-nerales de los territorios indígenas.

ONCENOTICIAS

Aprueban velo islámicoen universidades turcasEl parlamento de Turquía aprobó una controvertida enmien-da constitucional que legaliza el uso del velo islámico en las universidades, una medida que divide a Turquía, un país mu-sulmán, pero estrictamente laico.

AFP

19 mil niños en el CONIAM El XIII Congreso Nacional de la Infancia y Adolescencia Mi-sionera (CONIAM), reunió a más de 19 mil niños de nues-tro país, del 14 al 17 de febrero pasado, con el objetivo de animarlos sobre su compromiso misionero para la misión ad gentes. Esquila Misional desarrollará la crónica en el próximo número. REDACCIÓN


Atentado en Sri LankaEl 3 de febrero pasado, una mujer suicida hizo detonar los explosivos que llevaba amarrados a su cuerpo en la principal estación ferroviaria de la capital de Sri Lanka, matando al menos a 11 personas e hiriendo a 92. El atentado ocurrió momentos antes de que el gobierno celebrara el 60 aniversario de la creación del estado de Sri Lanka (antes Ceylán). El vocero militar Udaya Nanayakkara, culpó del atentado a los separatistas Tigres Tamil, sin que estos

lo hayan confirmado hasta el momento. Este ataque se registra en medio de un aumento de la violencia en esta nación isleña del océano Indico.

AP

Nuevo superior de los jesuitasDesde el 19 de enero pasado, el sacerdote español Adolfo Nicolás es el nuevo superior general de la Compañía de Jesús. El padre Adolfo ha vivido desde hace 43 años en Asia, sobre todo en Japón, donde estudió y trabajó como docente de teología en la Sophia University de Tokio. Dos días después, durante su homilía en la iglesia del Gesú, en Roma, el vigésimo

noveno sucesor de San Ignacio de Loyola señaló que la tarea de los jesuitas es anunciar la salvación a las naciones, pero no entendidas como territorios geográficos, sino como grupos humanos. «Los pobres, los marginados, los excluidos y disminuidos, éstas son las naciones» a las que se dirige la atención de la Compañía. El nuevo superior reconoció también la necesidad de replantearse la misión de la orden en el mundo de hoy. «Lo que tenemos que preguntarnos es ¿adónde debe ir nuestro servicio, nuestras energías?».

EL PAÍS


1. El papa Benedicto XVI en su segunda carta encíclica Spe Salvi (Salvados en Es-

peranza) nos recuerda la inscripción de un epitafio latino, In nihilo ab nihilo quam cito recidimus (en la nada, de la nada, ¡qué pronto recae-mos!). Son palabras en que se afirma sin medias tintas que el hombre, todo hombre, está destinado simplemente a desaparecer. Nadie nos esperaría. Nos engulliría la nada… La vida humana sería un recorrido sin meta, sin futuro alguno. El hombre sería el animal que se encuen-tra en la cumbre de la jerarquía de los vivientes, pero como todos los otros animales, sin otro futuro que no sea el del «ciclo biológico» en que –como decían los mismos latinos– mors tua vita mea, tu muer-te es mi vida, y mi fenecer será vida para otros, y así sucesivamen-te. Aunque hoy en día la vida se haya abaratado tanto (¡es tan fácil matar!), nadie quiere morir. Hay una contradicción íntima en nuestra propia existencia. Por un lado no queremos morir. Los que nos aman, sobre todo, no quieren que muramos. Por otro, sin embargo, ¿qué

anciano enfermo quisiera seguir viviendo indefinidamente en esa

situación? Entonces se pregun-ta el Papa, ¿qué es realmen-

te lo que queremos? Todos contestamos, y a gritos: ¡Queremos vivir! ¡Quere-mos una plenitud de vida! En el fondo queremos

sólo una cosa, la vida que simplemente sea vida,

sea «felicidad». Sólo de eso se

trata. Es decir, ¡pretendemos lo que na-

die ni nada en este mundo pueden darnos!Desde estas perspectivas, com-prendemos que en el fondo hay un único y verdadero pro-blema para todo ser humano: ¿La muer-te tiene solución? ¿A qué nos abre? ¿A la nada o a Alguien? Digo que es el único problema verdadero, ya que cualquier otro problema, por muy grave, queda «resuelto», es decir, termina, con la muerte. Ésta lo resuelve todo. Pero, ¿hay solución o superación de la muerte?

Religiones, opción radical por la vida2. La historia y la fenomenología religiosa nos hablan de una sorprendente variedad de religiones, todas ellas po-seen un denominador común, y éste es su pretensión de ofrecer la salvación. Quieren salvar la vida, asegurarla, defenderla, potenciarla y perpetuarla. Sus doctrinas, ri-tos, preceptos; todo tiene como finalidad última alejar la muerte y todo cuanto la prepara o favorece. Toda religión expresa la opción humana radical por la vida. Es verdad, a veces puede expresarla en términos de renuncia total, como en el caso del Nirvana del budismo, pero se trata de la renuncia entendida como liberación total y absoluta de la enfermedad, la vejez, la muerte y de todos los su-

En camino… ¿Hacia dónde?

La columna de Monseñor

Victorino Girardi Stellin mccj.

Obispo de TilaránCOSTA RICA


frimientos y miserias de esta vida. En otras religiones se ha encontrado la práctica del sacrificio humano, –como nos informaron ampliamente los misioneros que llegaron a Mesoamérica–. Sin embargo, también en estos casos, se trata de religiones que tenían en su centro, la vida. La sangre humana que se derramaba en los templos, ase-guraba el equilibrio cósmico indispensable para la vida del grupo.

Jesús, ofrecimiento de vida3. En ninguna religión, la vida ocupa profunda y amplia centralidad como en la nuestra. Ningún fundador de re-ligión, sea Lao-Tse, Confucio, Moisés, Zaratustra o Ma-homa, pretendieron afirmar: «Yo soy la resurrección y la

vida: el que cree en mí, aunque haya muerto vivirá» (Jn 11,25). Jesús de Nazareth no sólo muestra el camino de la vida, sino que la ofrece y en sobreabundancia. «Yo soy el pan vivo bajado del cielo; el que come de este pan, vivirá para siempre» (Jn 6,51). En su ofrecimiento de vida, Jesús llega a lo inesperado: «El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna» (Jn 6,54). El misterio de la Encarnación tiene esa suprema finalidad, darnos vida: «Yo soy el Buen Pastor, y he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia» (Jn 10,10).Con íntima emoción, el Papa comenta: «El verdadero Pastor es aquel que conoce el camino que pasa por el valle de la muerte; aquel que incluso por el camino de la última soledad, en que nadie me puede acompañar, va conmigo guiándome para atravesarlo. Él mismo ha recorrido este camino, ha bajado al reino de la muerte, la ha vencido, y ha vuelto para acompañarnos ahora y darnos la certeza de que, con él se encuentra siempre un paso abierto. Saber que existe Aquel que me acompaña incluso en la muerte, es la nueva esperanza que brota en la vida de los creyentes» (SS, 6).El amor incondicional, total y gratuito de Cristo, abre de-finitivamente nuestra esperanza de vida y la sostiene. En su muerte, ha sido vencida la muerte, y como Pablo ex-clamaba: «Ni muerte ni vida ni ángeles ni principados ni presente ni futuro ni potencias ni altura ni profundidad ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios, mani-festado en Cristo Jesús, Señor nuestro» (Rm 8,38-39).¡En camino, pues! ¿Y hacia dónde? Contestamos a la pregunta con la súplica de Miguel de Unamuno: «acóge-me, Padre, en tus brazos; a ellos llego después de tanto bregar». Es nuestra Pascua porque es la de Cristo, el

«primer resucitado de entre los muertos» (Col 1,18). Ω

Aunque hoy en día la vidase haya abaratado tanto

(¡es tan fácil matar!),nadie quiere morir


Más allá de la noticia

Mega marcha vs TlCAn

han impuesto muchas reglas comerciales de manera que, prácticamente, nos han impedido exportar nuestros productos agrícolas, –y añadió– la pobreza aumenta día con día». Del Estado de Coahuila, Armando Luna, del Comité Regional de los Cinco Manantiales, dijo: «el sector del campo mexicano está condenado a quebrar, –y concluyó– que se renegocie el capítulo agropecuario del TLC. México es rico porque hay mucha agua y tierra cultivable, y el mexicano sabe trabajar».Para analizar esta cuestión como cristianos, es necesario aplicar el método de ver, juzgar y actuar. Esta realidad de exclusión nos obliga a reflexionar, partiendo desde nuestra fe y a la luz del Evangelio, de dos principios teológicos: a) Los signos de los tiempos y, b) El lugar teológico; puntos esenciales de la realidad en que vivimos. Nuestro compromiso evangélico nos empuja a transformar una realidad de muerte a una más justa y fraterna. «Yo he venido al mundo para que tengan vida en abundancia» (Cf Jn 10,10). Estas palabras expresan el deseo total de Jesucristo para todos los seres humanos. Es necesario interpretar la Palabra de Dios involucrándonos en las organizaciones sociales que reivindican una vida digna. Sólo así, Jesús nos repetirá esas bellas palabras: «Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados serán ustedes cuando los injurien y los persigan, y digan con mentira toda clase de mal contra ustedes por mi causa, porque será grande la recompensa que recibirán en el Cielo» (Mt 5,9-11). Ω

El 31 de enero de 2008, miles de mexicanos manifestaron su repudio a la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en su apartado agrícola. La marcha partió del Ángel de la Independencia, sobre la avenida Reforma de la Ciudad de México y culminó en el Zócalo. Entrevistamos a algunos líderes de Yucatán, Baja California y Coahuila. Rafael Luján, Enrique Barrera y Héctor Góngora, integrantes de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de Yucatán, expresaron: «Estamos aquí para manifestarnos porque no tenemos oportunidad de competir con Canadá y Estados Unidos; –y agregaron– no permitiremos que nos maten de hambre ni a nuestras familias». Ellos concluyeron que desde 1994, cuando se firmó la primera parte del acuerdo comercial, se manifestaron, pero el gobierno nunca los escuchó, y que por tal motivo seguirán organizándose. De Tecate, Baja California, entrevistamos a Eduardo Mora, líder estatal de la CNC, quien afirmó: «se nos

• Miles de manifestantes marchan contra el TLCAN• Campesinos: «No nos matarán de hambre»

Una sección de

Año 1 . No. 3La información bajo la lupa de un misionero

Por: José de JeSÚS


El «México profundo»desafía la globalización

Sección a cargo de:

Juan Martín Torres

Los impactos del modelo de desarrollo occidental han sido severos en el «México profundo», es de-

cir, en indígenas, campesinos, sus tierras, hábitats y sus recursos naturales. Este «México» está amenazado por la globalización neoliberal dictada e impuesta por el «México imaginario», incapaz de entender que lo que está en crisis es un modelo civilizatorio, que se admite como único posible.

Sin embargo, es desde el México profundo donde nace y se articulan, con diversos movimientos sociales, las propuestas que buscan alternativas hacia un país más justo. Las comunidades indígenas y rurales del país buscan aportar su diversidad cultural a la construcción de un proyecto civilizatorio que desde la plura-lidad incluya a todos los habitantes del país.

Paz y JusticiaJo

sé d

e Je

sús


El cuestionamiento a fondo del modelo de desarrollo rural proviene del movimiento campesino e indígena que demanda el reconocimiento de su diver-sidad y el respeto a sus entornos, sus territorios y formas de utilizar los recursos naturales. Para estos pueblos, el equi-librio con sus ecosistemas representa también su permanencia, como se mani-fiesta en los Acuerdos de San Andrés, un texto firmado entre el gobierno mexicano y los pueblos indígenas de México donde se definen los cinco principios para una

nueva relación entre el Estado y los indígenas; los principios son: plu-ralismo, sustentabilidad, integridad, participación y libre determinación (EZLN, 1996).

México profundo vsMéxico imaginario

Desde el México profundo surgen ex-

periencias de pro-

ducción sustentable que muestran la posibilidad de establecer otro tipo de relaciones con la naturaleza, sin ava-sallarla ni destruirla. Los movimientos campesinos e indígenas proponen un proyecto civilizatorio alternativo que re-toma los aspectos culturales y ecológi-cos más relevantes para enriquecer los procesos de búsqueda. En una curiosa paradoja, estos actores sociales des-preciados y condenados por la civili-zación moderna –ahora en crisis–, con sus cosmovisiones, sus relaciones con la naturaleza, sus hábitos comunitarios y sus culturas, son parte sustancial de las fuerzas sociales que promueven el cambio civilizatorio.

Así, en medio de la crisis es-tructural del campo mexicano, van creciendo las experiencias comunita-rias donde la producción agropecuaria, el mejoramiento del nivel de vida, el manejo sustentable y la autogestión, se articulan en estrategias orientadas hacia un desarrollo rural alternativo. El caso de la producción y comercia-lización del café orgánico en México, por parte de organizaciones indígenas comunitarias, muestran con claridad la posibilidad que ofrece esta experiencia desde el México profundo. Mientras, tanto, el México imaginario, empeñado

Paz y Justicia


José

de

Jesú

s El México imaginario no escucha al México profundo, no entiende las razones de las crisis del medio rural y, por el contrario, profundiza las estrategias neoliberales

«Nuestros padres y abuelos siem-pre tuvieron respeto y veneración por la tierra, el agua, el aire y el fuego. Por eso somos pueblos que sentimos y respetamos nuestro maíz, nuestros montes, nuestros días y noches con todas sus estre-llas… En nuestras danzas no sólo llamamos al agua, sino que ade-más nos prometemos a nosotros mismos no desintegrar nuestros grupos y mantener nuestra palabra como la verdadera ley que se debe cumplir». Ma-nifiesto de los Pueblos de Mo-relos. Xoxoco-tla, Mor. 29 de Julio del 2007.


en su proyecto civilizatorio, no escucha al México profundo, no entiende las razones de las crisis del medio rural y, por el contrario, profundiza las estrate-gias neoliberales, agravando aún más la difícil situación de las comunidades campesinas e indígenas y favoreciendo modelos tecnológicos que producen el deterioro de los recursos naturales.

Un nuevo proyecto de civilizaciónUn nuevo proyecto de país debe

construirse desde nuestra realidad, des-de nuestros procesos históricos y de civi-lización, que están aquí y son resultado de una historia profunda; el proyecto na-cional tiene que definirse en términos ci-vilizatorios. La única salida posible, ardua

Paz y Justicia

y difícil, pero sin duda posible, es sacar del México profundo la voluntad histó-rica para formular y emprender nuestro propio proyecto civilizatorio. Porque a fin de cuentas es, en la escuela de una civilización, como se mide la trascen-dencia de un pueblo.

Es ahí, en el proyecto civili-zatorio, donde están los datos funda-mentales para diseñar la nación que podemos y queremos construir. Esta construcción debe reconocer, de una vez y para siempre, al México profun-do, porque sin él no hay solución que valga. El problema central está allí, en la incapacidad de reconocer y aceptar el otro proyecto civilizatorio. Este nuevo proyecto nacional estaría organizado por el pluralismo cultural, y que éste no se entienda como el obstáculo a vencer sino como el contenido mismo del pro-yecto, como lo que lo legitima y hace viable. La diversidad de culturas no se-ría solamente una situación real que se reconoce como punto de partida, sino como meta central del proyecto, pues

se trata de desarrollar una nación plu-ricultural, sin pretender que deje de ser eso: una nación pluricultural.

La propuesta es, en concreto, construir una nación plural, en que la civilización mesoamericana, encarna-da en una gran diversidad de cultu-ras, tenga el lugar que le corresponde y nos permita ver a occidente desde México, es decir, entenderlo y aprove-char sus logros desde una perspectiva civilizatoria que nos es propia porque ha sido forjada en este suelo, paso a paso, desde la más remota antigüe-dad, y porque esa civilización no está muerta, sino que se alienta desde las

entrañas del México profundo. Ω


Un nuevo proyecto de país debe construirse desde nuestra realidad, desde nuestros procesos históricos y de civilización

José

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Jesú

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Bibliografía:GALLARDO Rigoberto y MORENO Ra-fael. México tras el ajuste estructural, Vol. II. Universidad Iberoamericana de León. México, 2005.BONFIL, G. México profundo: una civili-zación negada. Grijalbo. México, 1994.


Rostro de mujer


Por: Martha Elena

LUCERO

Gestoras socialesLa mujer indígena es el pilar fundamental del desarrollo familiar, cultural, social, incluso económico de su pueblo. También es objeto de triple discriminación: enfrenta la mar-ginación debido a su condición de ser mujer, de ser pobre y de ser indígena. Además de esta problemática, afronta los efectos del flujo migratorio.

Hoy por hoy, México es el país con más migrantes económicos en el mundo. Al menos

11.5 millones de mexicanos han salido a otras naciones (sobre todo al país del norte) en busca de mejores condiciones de vida. Sin embargo, en el intento por alcanzar el «sueño americano», en los últimos 13 años han muerto 4 mil 745 mexicanos, según cifras oficiales, esto significa que en promedio ha muerto un migrante por día.

El éxodo masivo de connacionales se debe, en gran medida, a la política económica neoliberal mal implementada desde la década de los 80, agudizada por los efectos del Tratado de Libre Comercio con América del Norte, que ha reducido aproximadamente en 25 por ciento a la población indígena y campesina, ha afectado severamente el poder adquisitivo de las otras tres cuartas partes y ha empobrecido a más de la mitad de los mexicanos.

Rompiendo récordEn la actualidad, los 3 mil 181 kilómetros de

frontera común entre nuestro país y Estados Unidos son el punto de mayor tránsito de personas en el mundo que van de un país a otro en busca de em-pleo, según el Banco Mundial.

El flujo migratorio indígena se vuelve particu-larmente preocupante porque los mapas nacionales ubican cada vez más poblaciones mayoritariamente for-

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15 marzo 2008 Esquila Misional 15 marzo 2008 Esquila Misional

Las mujeres se han convertido en las gestoras

de servicios sanitarios, educativos, productivos y de desarrollo en sus

comunidades

madas por mujeres y niños; porque ha crecido el nivel de contagios de Vih/sida entre indígenas casadas; porque cada vez son más las mujeres y menores de edad deportados que «caen» en redes de «delincuencia organizada» y porque cada vez más mujeres y niños mueren en el intento por «cruzar la frontera».

José

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En general, el fenóme-no migratorio ocasiona la desintegración familiar, que deriva en la ruptura del tejido social, porque afec-ta: los modelos culturales domésticos (como patrones alimenticios, casa, vestido, estructuras parentales, es-trategias de relación, hábitos, concepciones del mundo, sis-temas cognitivos, entre otros) los modelos colectivos y públi-cos (como estructuras políticas y económicas, cosmovisiones, instituciones públicas, espacios y formas de socialización, tec-nologías, sistemas normativos y

organizaciones, modelos de relación e intercomunicación, etcétera) y los modelos simbólicos (como factores de identidad, procesos lingüísticos, relaciones, percepciones sobre los nuevos ambientes y espacios so-ciales, adaptación y cambio cultural, entre otros aspectos).

Igualdad de oportunidadesAl principio sólo los hombres se

iban para el «otro lado» en busca de tra-bajo, dejando a las mujeres al frente de la familia, con la responsabilidad de cuidar la casa, los hijos, sembrar, atender al gana-do, si tenían, administrar el dinero, incluso trabajar cuando el esposo no enviaba dó-lares. Ahora, el éxodo también incluye a mujeres y menores de edad.

Las mujeres que se quedan se han convertido en las gestoras de servi-cios sanitarios, educativos, productivos y de desarrollo en sus comunidades. Su vida es sinónimo de trabajo. Sus jornadas laborales diarias son hasta de 18 horas, dentro y fuera de casa. Sus salarios son miserables. Y su espíritu de lucha envidia-ble, por eso su presencia dentro y fuera de la familia es fundamental para la so-brevivencia y continuidad de los pueblos indígenas. De ahí la urgencia de respetar sus libertades fundamentales, sus dere-chos humanos, laborales, políticos, cultu-rales, sociales y económicos. Es tarea de todos promover la igualdad, la superación de la discriminación y el cambio de siste-ma político-económico, que empobrece y somete a todos. Ω

José

Oca

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«Respetar no es difícil, lo difícil es entender»; decía

en voz alta el padre Elio Sassella mientras, fatiga-do, montaba su caballo porque nunca había cabal-gado. El atento ranchero que lo guiaba, lo miraba pensativo. De repente, en sentido contrario, bajó la cuesta un «falluquero» con sus mulas. –«Padrecito –exclamó el ranchero–, le voy a ser sincero. Por estos rumbos solamente resisten ¡los “falluque-ros” y los misioneros!». Pues, era muy difundida la idea, al menos en La Paz, que los que venían a Baja California tenían que haber cometido algo malo y venían a pagarlo.

Sesenta años en Baja California. ¿Por qué? El volcán de amor que arde en todo corazón misionero es la respuesta. Nacidos y formados para ir a África, según el carisma del fundador san Daniel Comboni y como consecuencia de la derrota bélica del Eje, en 1946 los combonianos se encontraban «acuartelados» en Italia, al pa-recer, sin esperanzas de regresar a sus amadas misiones africanas.

Sesenta años en Baja CaliforniaEl padre Mario nos cuenta los inicios de los Misioneros Combonianos en México. En 2008 se cumplen 60 años de presencia en estas tierras: este relato es un agradecimiento por tantos años de labor misionera en el país.

Por: Mario

MENGHINI


Fotos: Archivo

Esquila Misional


nes sería de sumo agrado de Propaganda Fide. Ni tardo ni perezoso, monseñor Torres se comunicó con nuestra Dirección General que tomó este gesto como algo provi-dencial. Ésta última aceptó sin reservas abrir la primera misión comboniana fuera del ambiente africano –una verdadera revolución que todavía los combonianos an-cianos en África no logran digerir–. Pero la «obediencia» al Papa y a la Santa Sede siempre fue vital para Comboni y, por tanto, para los combonianos.

Sin ni siquiera venir a ver o hacer un estudio pre-vio, el superior general firmó el contrato con monseñor Torres, aprobado por monseñor Costantini, comprome-tiéndose a enviar de inmediato un primer contingente de nueve misioneros que el obispo acomodaría en las parro-quias del sur de la Península.

Con una corazonada, nuestra dirección general determinó buscar otras misiones en otros lugares. Se sabía que Brasil pululaba de negros descendientes de esclavos africanos. ¡Estupenda idea! Así se iría a Brasil y se continuaría con el carisma de Comboni. ¡Dicho y hecho! La Dirección General se presentó inmediatamen-te ante las Oficinas Vaticanas de Misiones (Propaganda Fide) pidiendo una misión entre los negros brasileños.

Cambio de rumboPero el Espíritu Santo escribe distinto. El admi-

nistrador apostólico y obispo del Vicariato Apostólico de Baja California, monseñor Felipe Torres Hurtado, se encontraba pidiendo por aquellos meses al Vaticano misioneros para su amada península. Monseñor Celso Costantini, secretario de Propaganda Fide, aconsejó al obispo de Baja California contactar a los combonianos, que anhelaban misiones para desahogar su personal de Italia, diciéndoles que la aceptación de las nuevas misio-


Hermano Arsenio Ferrari, único sobreviviente del primer grupo

Catedral de La Paz


Los acuerdos se celebraron el 22 de octubre de 1947. Dos meses después, la noche del 26 de diciembre, 9 misioneros (6 sacerdotes y 3 hermanos) escogidos al azar y sin previo aviso ni preparación, se despidieron de casi 200 combonianos presentes en la casa madre de Ve-rona. El padre Elio Sassella era superior del grupo, y venía acompañado de los padres Pedro Vignato, Antonio Pia-centini, Amadeo Ziller, Luis Ruggera y Bruno Adami; y los hermanos Luis Garzotti, Francisco Di Domenico y Arsenio Ferarri, quien es el único sobreviviente de ese grupo.

¡Por fin en México!El 15 de enero la nave atracó en el puerto de

Nueva York, después de un viaje marítimo desastroso en la que los nueve misioneros se enfermaron. El 22 de ene-ro, llegaron a Los Ángeles, California, por tren. Monseñor

Torres, feliz, los recibió llevando dos autos y una pic-up para transportarlos. Lo acompañaban dos teólogos y el rector del seminario de Tijuana, que hablaba italiano.

Al padre Sassella se le encomendó dar clases de Teología Dogmática y de Derecho Canónico a los teólo-gos, y al padre Ruggera las de Moral. A los otros sacerdo-tes les asignó la parroquia de Mexicali para aprender el idioma y aprender las costumbres religiosas mexicanas. Mientras tanto, el padre Sassella había conseguido en el Consulado mexicano de San Diego, California, la visa de turista para los nueve misioneros, válida por 6 meses.

El 15 de febrero 1948, el obispo llegó a La Paz con los padres Vignato y Adami y el hermano Di Dome-nico. En el aeropuerto de La Paz los esperaba el párroco Agustín Álvarez y un grupo de guadalupanos. Jubilosos, se dirigieron a la «parroquia» (ahora Catedral), cuando



de pronto, el obispo y el padre Agustín fueron trasladados a la cárcel por an-dar con sotana en la vía pública pues, en ese entonces, estaba prohibido. Los demás misioneros llegaron muy aturdi-dos y temerosos a la parroquia.

Julián Rivera, un ex combatien-te cristero, agrupó unas 500 personas arremolinándolas frente a la comandan-cia, amenazó con levantar en armas a toda la ciudad si no liberaban inmedia-

tamente al obispo y al párroco. Después de dos horas de negociaciones, soltaron a los presos, quienes llegaron a la parro-quia ¡con sotanas! Tres días después, tomaron posesión de su parroquia-misión, cubriendo 150 kilómetros de brechas y arroyos.

Así empezó su ministerio en Baja California.

Manos a la obraLos misioneros comenza-

ron por arreglar la iglesia sin techo y la casa cural sin puertas ni ventanas. El padre Vignato, de 52 años de edad y veterano de las misiones africanas, hacía recorridos «safaris», con breves regresos a la sede; rea-

lizando catequesis familiar así tuvo una visión comple-ta de su parroquia (desde Santiago hasta Cabo San

Lucas) fijando los lugares para levantar capillas en la playa, en honor de San Pedro, pescador

y patrono de su nombre Pedro; Cabo San Lu-cas; Santiago; La Ribera y Caduaño. Cuando

daba la catequesis, contaba sus anécdotas en África, y en poco tiempo se ganó la con-

fianza de los niños y adultos que lo escuchaban con gusto, a pesar de su escaso español.

19 marzo 2008 Esquila Misional Misió

n de Loreto


Con el mismo entusiasmo y amor a la gente, el padre Bruno, de 27 años de edad, visitaba ranchos y familias viajando a caballo, ganándose el apodo de «El vaquero más vaquero de Baja California». El hermano Pancho, de 32 años, nunca logró dominar el español, pero fue muy querido y, con la ayuda de mucha gente, arregló la iglesia y la casa cural.

Poco a poco, los misioneros fueron ocupando las parroquias de Todos Santos, El Triunfo y Santa Rosalía. La dirección general siguió enviando misioneros y, a fina-les de 1948, ya había 11 combonianos. Un año después, eran 17 y, cinco años más tarde, 28. Actualmente, a 60 años de nuestra llegada, somos 15, y estaremos hasta que el obispo nos releve completamente con sacerdotes diocesanos. El misionero no es propietario, es sólo un refuerzo provisional para preparar Iglesias particulares

bien formadas. Cuando se consigue, el misionero entre-ga la misión y se retira.

Haciendo adobesDurante 60 años nos hemos dedicado al Semina-

rio de la Prefectura (concediéndonos Dios la ordenación de dos sacerdotes); a construir templos y capillas con sus anexos (los primeros 10 años construimos 3 iglesias y 19 capillas); a realizar catequesis y misiones populares con predicadores especializados; a difundir la devoción de los primeros viernes y a rezar de Rosario; a organizar la Acción Católica y otros movimientos eclesiales.

También construimos un asilo, diversos hospi-tales, dispensarios, centros caritativos y colegios (es-cuelas de artes y oficios: carpintería, mecánica, meca-nografía). Trabajamos con los Boy Scouts; realizamos salones para teatro, proyecciones y cine; colocamos cruces e imágenes sagradas (nichos); organizamos

procesiones; conseguimos y colocamos campa-nas; editamos revistas como Adelante; Por Dios y por la Patria, de la Acción Católica de Jóvenes de México (ACJM); El Noticiero, boletín mensual de la Ciudad de los Niños y Niñas; y Anáhuac, boletín parroquial y órgano de la Comisión pro construc-ción del Santuario de Guadalupe.

Organizamos kermeses; dimos asistencia a presos; colaboramos en la realización de campos deportivos y muchas actividades más, siempre en armonía con las autoridades civiles.


Bahía Tortugas


El orfanato llamado La Ciudad de los Niños, fue iniciado por padre Marigo en 1954. De esta obra, el go-bernador Luciano Rebolledo dijo: «…es el orgullo de la región y de la Patria»; y en 1961, se complementó con la Ciudad de las Niñas. En estas ciudades se creó una imprenta, un taller para niquelar y otro para ha-cer escobas, único en el territorio. En otras misiones, compramos terrenos irrigables para el mantenimiento de la parroquia y abrimos academias para formar se-cretarias. Hasta el día de hoy, el pueblo aprecia todas estas obras. Sería imposible redactar tantas historias de entrega de más de 50 combonianos que han dado lo mejor de sí a lo largo de 60 años.

¡Muchas gracias!En este ambiente religioso cálido y misionero,

empezamos a trabajar los combonianos, aportando lo mejor de nosotros. Sesenta años después de los inicios, nos conmueve el amor y el respeto que todavía nos tie-nen los más ancianos que aún viven y nos recuerdan. El pueblo de Baja California es espléndido, magnífico y generoso. Actualmente, muchas zonas ya tienen sacer-dotes diocesanos que la gente aprecia mucho.

Iniciando este aniversario 60 de nuestra presencia, con amor les decimos: ¡muchas gracias y enhorabuena a todos! Ω

P. Mario MENGHINIBaja California


Celebración de los 50 años de prescencia comboniana en Baja California


o quien se atrevía a hablar del libre mercado –o incluso de la libertad individual– era indentificado como imperialista, agente del capitalismo o por lo menos como un oportunista del poder. El siglo XX estuvo marcado –en gran parte– por una guerra ideológica caracterizada por la ambigüedad y la intolerancia. Entre una «izquierda» dogmática y una «derecha» cínica parecía no haber alternativa alguna. No sólo en las discusiones universitarias, sino también en el mundo de la geopolítica estaba dividida la humanidad en dos bandos que se creían poseedores absolutos de la verdad acerca de la naturaleza del hombre y de la sociedad y se acusaban mutuamente de corrupción moral. En esta dicotomía el contrincante ideolgógico no era considerado solamente ciego, sino un enemigo y un peligro para la humanidad. Por cierto, la Iglesia tampoco pudo mantenerse ajena a este dualismo: quien hablaba de justicia, derechos humanos o comunidad se volvía sospechoso a los ojos de quienes temían que el Evangelio fuera reducido a un

La incomodidad de la fe

Globalización y fe cristiana


Por: OscarThomas-Olalde

La dualidad ideológica de antañoRecordando ciertas discusiones de hace algunos

años en la universidad e incluso entre amigos, caigo en la cuenta de que la palabra «ideología» ha perdido vigencia o ha desaparecido de nuestro vocabulario. Recuerdo, por ejemplo, discusiones sobre política económica y social en las que los diferentes frentes se acusaban mutuamente de ser presos de cierta ideología y de –por lo mismo– haberse vuelto «inmunes a la realidad». En ese entonces bastaba, por ejemplo, hablar de las dimensiones de la pobreza en México o de la realidad de los grupos indígenas para ser calificado de «izquierdista». Decir que la riqueza exagerada de unos pocos era posible sólo a costa de la pobreza innombrable de la mayoría era ya motivo suficiente para ser tachado de agente comunista. En otros círculos eran otras las palabras-código las que justificaban la sospecha ideológica. Quien criticaba, por ejemplo, el caracter dictatorial de los llamados regímenes socialistas

Fidel Castroes considerado

un representante de una «ideología de izquierda»

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panfleto para la agitación social y –por otro lado– quien hablaba de espiritualidad recibía la etiqueta de «intimista y burgués». Este reduccionismo llegó a la Iglesia a tal grado, que incluso motivos centrales de la fe fueron catalogados en un absurdo Index ideológico por uno y otro bando, al mismo tiempo que éstos pretendían monopolizarlos. Ciertos autonombrados movimientos liberacionistas (o en la definición ajena: «las izquierdas ideologizadas y marxistas») creían tener el monopolio sobre el «Reino de Dios» y su significado; ciertos autonombrados «movimientos espirituales y carismáticos» (o en la definición ajena: «la derecha pietista y enajenada») creían disponer en exclusiva de la acción del Espíritu Santo. ¡Cuánta energía, cuánta tinta e incluso cuántas vidas se desperdiciaron en estas pugnas! Quien conoce la historia del cristianismo, sabe que el dualismo siempre ha sido una tentación latente… y sabe también que es una herejía.

¿Un mundo sin ideologías?Desde luego que siempre hubo hom-

bres y mujeres auténticos que buscaron –y siguen buscando– vivir el Evangelio en todas sus dimensiones de manera cada vez más concreta, mientras reconocen al mismo tiempo la parcialidad de los proyectos personales, sociales e institucionales. Sin embargo, otros tantos se acomodaron en el nicho del dualismo ideológico. La ideología es cómoda: nos exenta del trabajo del discernimiento, nos exonera de la exigencia de autenticidad y coherencia, nos ahorra el dolor de la incongruencia y la insuficiencia de las propias opciones. La idelogía es cómoda. Pero no es compatible con el espíritu del Evangelio ni con la «tensión escatológica» que es propia del Reino de Dios que anunció Jesús (tensión que se expresa en la fórmula del «ya-pero-todavía-no»).

Después de la caída del muro de Berlín (y de la biporalidad política de la guerra fría) algunos sociólogos y politólogos se dieron a la tarea de definir el mundo post-ideológico. Algunos anunciaron el fín de las utopías, o el fín de las grandes narraciones y mitos (Jean-François Lyotard) otros fueron más lejos y anunciaron incluso el fín de la historia (Fracis Fukuyama) como proceso dialéctico en dirección a un estado ideal. Según Fukuyama el capitalismo y el individualismo son el estilo de vida que augura el arrivo al fín de la historia en donde ya no habrá lugar para

las contradiciones, las disputas, los enfrentamientos y las guerras. Fukuyama y los llamados teóricos del neoliberalismo ven en los conflictos actuales, sobre todo en el conflicto entre el mundo musulmán y el Occidente, tan sólo los últimos «accidentes históricos» que deben ser superados –incluso por la fuerza de las armas– antes de llegar al estado paradisíaco en donde la libertad humana se medirá a través de su capacidad adquisitiva. Y frente a esta visión del mundo y de lo humano queda claro que «el fín de las ideologías» es en sí la nueva ideología de nuestra época. Vivimos en un mundo dominado por una ideología neoliberal que no se declara así misma como tal, sino que se hace pasar por pragmatismo, por «sentido común», por realismo político y económico. Los cristianos estamos llamados a no volver a caer en la tentación ideológica… También frente al neoliberalismo es necesario asumir la incomodidad de la fe. Pero de ésto hablaremos en la próxima ocasión… Ω

De izquierda a derecha, los padres Clodomiro Ziller, José de Jesús, monseñor Arturo Lona y Eleazar López


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Quien conoce la historia del cristianismo, sabe que el dualismo siempre ha sido una tentación latente... y sabe también que es una herejía

24 Esquila Misional marzo 200824 Esquila Misional marzo 2008

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–Mensaje de los obispos mexicanos de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social sobre las consecuencias para los indígenas y campesi-nos de la desgravación arancelaria del Tratado de Libre Comercio–

«Jesucristo, vida y esperanzade los indígenas y campesinos»

Realidades

Al pueblo de Dios y todos los hombres y

mujeres de buena voluntad de nuestro querido México:Los obispos de la Comisión Episcopal de Pastoral Social

deseamos a todos que la esperanza y el gozo de la presencia del Hijo de Dios entre nosotros nos fortalezcan y nos hagan más solidarios unos con otros.

1. El pasado 1 de enero, entró en vigor la última etapa de desgravación arancelaria del Tratado de Libre Comercio entre nuestro país con Estados Unidos y Canadá (TLCAN). Con este paso se abren totalmente las fronteras para la impor-tación y exportación de productos agropecuarios. Esto signi-fica que se podrá comprar y vender maíz, frijol, azúcar, leche en polvo y otros productos, sin restricciones arancelarias entre los tres países.

2. Es indudable que un signo de los tiempos es la ma-yor intensidad del comercio internacional y no podemos vivir aislados, pues estamos en un mundo cada vez más globali-zado. México no puede cerrar sus fronteras indefinidamente, no sólo porque no somos autosuficientes en todo, sino porque actualmente el mercado sobrepasa los límites nacionales, con sus beneficios y sus limitaciones. Sin embargo, cuando las leyes del mercado se imponen sobre los derechos de las per-sonas y de los pueblos, el lucro se convierte en valor supremo y se conforman los grandes grupos de interés, que excluyen a los pobres, generando un sistema económico globalizado injusto e inhumano.

3. Conviviendo con nuestro pueblo, mayoritariamente pobre, campesino, obrero e indígena, nos preocupa que esta apertura comercial, aunque beneficiará a unos pocos agricul-

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tores poderosos y tecnificados, traerá consecuencias dolorosas para aquellos cuya sobrevivencia depende del campo. Nunca podrán competir, en las circuns-tancias actuales, con los enormes subsidios que los gobiernos de Estados Unidos y Canadá otorgan a sus agricultores, y quedarán en una situación desventajosa, si no se implementan medidas que regulen y compen-sen las asimetrías de nuestras economías.

4. El campo ha estado olvidado y descuidado en México. Desde hace años se ha venido perdiendo la capacidad de autosuficiencia y de competitividad en la producción de alimentos básicos para la población. La mayoría de los campesinos han quedado sin créditos y con tierras que se van reduciendo, desgastando y ero-sionando.

5. De no enmendar este punto, existe el riesgo real de un mayor empobrecimiento, especialmente en el medio rural e indígena, y de empujar a muchos cam-pesinos más a abandonar el campo y a emigrar a ciuda-des que no están preparadas para recibirlos, o intentar llegar a los Estados Unidos, que en este momento tiene un fuerte e inhumano programa antiinmigrante. Otro riesgo, lo presenta la tentación de los cultivos ilícitos, puerta abierta a la inseguridad y la violencia.

6. En este contexto, un factor que no podemos ignorar es que la creciente demanda de combustible por parte de la industria estimula la producción de bio-combustibles derivados de granos. Esto viene a poner en riesgo los objetivos primarios de la producción agrícola, con consecuencias graves para la alimentación y la so-beranía alimentaria del país.

7. La producción de bio-combustibles derivados de granos no puede valorarse sólo por las ventajas económicas o por las oportunidades comerciales que representa. Hay de fondo una cuestión ética a tener en cuenta. No se pueden poner por encima del derecho a la alimentación de las personas las ventajas de la in-dustria, favoreciendo de nueva cuenta a ésta antes que al campo.

8. Por ello, los obispos de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social, en nombre de la Conferencia del Episcopado Mexicano, sentimos la obligación pastoral de decir una palabra sobre las consecuencias para los campesinos de nuestro país ante esta última etapa de la apertura comercial del TLCAN. Lo hacemos inspirándo-nos en la Doctrina Social de la Iglesia y en continuidad con el mensaje «Por la dignidad del campo»[1], sobre la situación del campo mexicano, que hace 5 años publi-caron nuestros hermanos obispos que formaban enton-ces esta Comisión. En las circunstancias presentes, ese mensaje conserva actualidad y validez.

«Denles ustedes de comer»9. Ante una multitud que tenía hambre, cuando

sus apóstoles sugerían a Jesús que se desentendiera de esa gente, que la enviara a resolver su problema y cada quien comprara algo para comer, él les dijo: «Denles us-tedes de comer» (Mc 6,35-36). Les pidió compartir los

RealidadesH

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cinco panes y los dos peces que tenían para sí; con su bendición, alcanzó para todos, y hasta sobró.

10. Esta actitud de Jesús nos inspira para no des-entendernos de los campesinos e indígenas que van a pasar más hambre, pues en un escenario en el que ya no les sea rentable sembrar su propio maíz y frijol, de productores pasarán a ser sólo consumidores, haciéndo-los dependientes de los grandes productores nacionales, estadounidenses y canadienses.

11. La alimentación es uno de los derechos hu-manos primordiales y una de las obligaciones éticas del Estado en favor de todos los ciudadanos. La depen-dencia alimentaria tiene efectos sociales muy graves en una sociedad tan desigual como la nuestra. Por ello, el Estado mexicano tiene la obligación de garantizar el derecho humano a la alimentación y de proteger la pro-ducción nacional.

12. Además, y esto es lo más grave, al permitir la importación sin ningún control de granos, y al no producir el maíz nativo, cuando se quiera sembrar en el futuro, se tendrán que comprar semillas de origen extranjero. A los obispos nos preocupa la posibilidad de que entren en el país semillas genéticamente modificadas, que impli-quen graves riesgos para la salud, para la biodiversidad y para la economía campesina, por la biotecnología que se utiliza para modificar el genoma del maíz, del frijol y de otras semillas. Al perder el maíz nativo, será necesa-rio comprar semilla a las grandes empresas semilleras, nacionales y extranjeras, creando una dependencia eco-nómica que postrará a los campesinos y al país en una esclavitud estructural.

13. Además del impacto económico, nos preocu-pa el impacto cultural. Aunque cada vez es más el nú-mero de personas que viven en las ciudades, el porcen-taje de quienes viven en el campo es significativo. Los campesinos y los indígenas son valorados, por algunos amantes de las estadísticas, por el aporte que hacen al producto interno en nuestro país; sin embargo, el aporte cultural es más valioso de lo que podemos imaginar.

14. No olvidemos que en nuestra patria el sen-tido de vida de millones de personas está íntimamente influenciado por su relación laboral con la tierra, el maíz y el frijol. Su cultivo crea relaciones de colaboración, de

Realidades

trabajo familiar y comunitario, que refuerza los vínculos familiares y sociales. Muchas reuniones y asambleas de los pueblos giran alrededor del maíz y del frijol. En muchas partes se realizan festividades en torno a la siembra, el cuidado y la cosecha de estos granos. In-cluso hay ceremonias y ritos religiosos, tradicionales y católicos, en torno al maíz y el frijol. Las palabras maíz y frijol están incluidas en el nombre de infinidad de po-blaciones y de lugares geográficos y topográficos por todo el territorio nacional.

15. La liberación de la importación de estos pro-ductos, en condiciones tan desfavorables para el cam-pesinado mexicano, que causarían el abandono del cultivo de los mismos, puede romper definitivamente to-das estas dimensiones que integran la realidad social, cultural y religiosa de esta parte tan importante de la población, con resultados que serían muy lamentables para nuestro país.

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«Tuve hambre y me dieron de comer»16. Invitamos a todos los católicos a hacerse

solidarios con la situación que viven nuestros hermanos indígenas y campesinos. A ninguno debería extrañarle que los obispos abordemos esta situación. No podemos reducirnos a celebraciones rituales y a una predicación etérea. Es claro que la palabra de Jesús no nos deja en la comodidad del egoísmo y de la pasividad, sino que nos lanza a que hagamos cuanto podamos por los pobres (cf Mt 25,31-46).

17. Así lo confirma el documento conclusivo de Aparecida, fruto de la V Conferencia General del Episco-pado Latinoamericano y de El Caribe: «La opción prefe-rencial por los pobres está implícita en la fe cristológica... Nace de nuestra fe en Jesucristo»[2]. A él «lo encontra-mos de un modo especial en los pobres, afligidos y en-fermos... En el reconocimiento de esta presencia y cerca-nía, y en la defensa de los derechos de los excluidos se juega la fidelidad de la Iglesia a Jesucristo. El encuentro con Jesucristo en los pobres es una dimensión constitu-tiva de nuestra fe en Jesucristo. De la contemplación de su rostro sufriente en ellos y del encuentro con él en los afligidos y marginados, cuya inmensa dignidad él mismo nos revela, surge nuestra opción por ellos. La misma ad-

hesión a Jesucristo es la que nos hace amigos de los pobres y solidarios con su destino»[3].

18. Movidos por nuestra fe católica, sostene-mos que «las condiciones de vida de muchos aban-donados, excluidos e ignorados en su miseria y su dolor, contradicen el proyecto del Padre e interpelan a los creyentes a un mayor compromiso a favor de la cultura de la vida. El Reino de vida que Cristo vino a traer es incompatible con esas situaciones inhuma-nas. Si pretendemos cerrar los ojos ante estas rea-lidades no somos defensores de la vida del Reino y nos situamos en el camino de la muerte»[4].

19. «El Señor requiere que socorramos las ne-cesidades urgentes, al mismo tiempo que colabore-mos con otros organismos o instituciones para organi-zar estructuras más justas en los ámbitos nacionales e internacionales. Urge crear estructuras que conso-liden un orden social, económico y político en el que no haya inequidad y donde haya posibilidades para todos. Igualmente, se requieren nuevas estructuras que promuevan una auténtica convivencia humana, que impidan la prepotencia de algunos y faciliten el diálogo constructivo para los necesarios consensos sociales»[5].

Realidades

20. «El Papa nos ha recordado que la Iglesia está convocada a ser abogada de la justicia y defensora de los pobres, ante intolerables desigualdades sociales y económicas, que claman al cielo»[6].21. En este mismo sentido, Benedicto XVI, en su mensaje para la Jornada Mun-dial de la Paz de este año, ha dicho que «no vivimos unos al lado de otros por casualidad; todos estamos recorriendo un mismo camino como hombres y, por tanto, como hermanos y hermanas»[7]. «La familia humana, hoy más unida por el fenómeno de la globalización, necesita un fundamento de valores com-partidos, una economía que responda realmente a las exigencias de un bien común de dimensiones planetarias... Hay que fomentar relaciones correctas y

sinceras entre los individuos y entre los pueblos, que permitan a todos colaborar en plan de igualdad y justicia. Al mismo tiempo, es preciso comprometerse en emplear acertadamente los recursos y en distribuir la riqueza con equidad»[8].22. «En la familia de los pueblos se dan muchos comportamientos arbitrarios, tanto dentro de cada Estado como en las relaciones de los Estados entre sí. Tampoco faltan tantas situaciones en las que el débil tiene que doblegarse, no a las exigencias de la justicia, sino a la fuerza bruta de quien tiene más recursos que él. Hay que reiterarlo: la fuerza ha de estar moderada por la ley, y esto tiene que ocurrir también en las relaciones entre Estados soberanos»[9].


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Propuestas23. Estamos conscientes, como ha dicho el mismo

Papa en su Encíclica Deus Caritas est, que «el orden justo de la sociedad y del Estado es una tarea principal de la política y no de la Iglesia. Pero la Iglesia no puede ni debe quedarse al margen en la lucha por la justicia»[10]. Por ello, respetuosamente hacemos las siguientes propuestas:

24. Que nuestras autoridades federales analicen la posibilidad jurídica y la conveniencia económica para renegociar el apartado agropecuario del Tratado de Libre Comercio y proteger con mayor decisión los intereses de los campesinos e indígenas pobres, que son la mayo-ría. Existen condiciones jurídicas, económicas y morales para renegociar este capítulo, lo cual es prioritario para el gobierno y para los legisladores.

25. A la par de los esfuerzos por la viabilidad de la renegociación, es necesario que las autoridades fede-rales incentiven su creatividad para generar mecanismos de desarrollo que ayuden a los campesinos e indígenas a ir superando los efectos negativos del Tratado. Someter a nuestros campesinos y productores a reglas y condicio-nes desiguales de producción ante otros países y produc-

tores es intrínsecamente injusto, porque genera

una pobreza per-manente y siste-

mática, de la cual no se puede salir.

26. Debemos construir una globalización de equi-dad y de justicia para la familia humana. Si vivimos en un mundo globalizado, no se pueden restringir las oportuni-dades sólo al aspecto comercial. Es necesario seguir in-sistiendo en una política migratoria entre los tres países, que así como han acordado el tránsito de mercancías y la libre inversión, tendrían que procurar mecanismos para una migración ordenada y justa.

27. Es urgente e impostergable destinar más re-cursos al campo y cuidar su recta aplicación, para que lleguen a los pequeños productores del campo y no se queden en beneficio del aparato burocrático, o de los productores con mayores recursos de tierras y de capital, e incluso de grandes empresas transnacionales. Hay que luchar contra la corrupción del sistema administrativo de los recursos y evitar la destrucción de las familias campe-sinas, que ante el deterioro económico sufren enormes consecuencias sociales por la migración y la deforma-ción de los valores de las nuevas generaciones. No basta, sin em-bargo, dar más recursos al campo; es importante cambiar las políticas hacia el campo y sus objetivos.

28. Es necesario buscar caminos, en e l ámbito del comercio inter-nacional, para cambiar

RealidadesM

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aquellos sistemas que generan injusticia y exclusión, en perjuicio de los países o sectores menos desarro-llados. Ningún sistema es intocable, cuando genera muerte. Por ello, no bastan paliativos circunstanciales para los campesinos, sino que debemos analizar el modelo económico en general. El documento de Apa-recida, con visión profética afirma que: «Trabajar por el bien común global es promover una justa regulación de la economía, finanzas y comercio mundial. Es urgente proseguir en el desendeudamiento externo para favore-

cer las inversiones en desarrollo y gasto social, prever regulaciones globales para prevenir y controlar los mo-vimientos especulativos de capitales, para la promoción de un comercio justo y la disminución de las barreras proteccionistas de los poderosos, para asegurar pre-cios adecuados de las materias primas que producen los países empobrecidos y normas justas para atraer y regular las inversiones y servicios, entre otros»[11].

29. Convocamos a toda la sociedad mexicana a acompañar a los campesinos, valorar y agradecer su tra-

Realidades

Héc

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bajo, adquirir sus productos y apoyarlos en todas las formas posibles. Consideramos oportuno un debate nacional sobre el papel del campo en la sociedad y en el futuro de México, para encontrar caminos hacia políticas más incluyentes. Te-nemos un deber de solidaridad con los campesinos, para escucharlos en sus justas demandas y acompañarlos en su lucha por una vida digna.

30. Hay que alentar las cooperativas y las organi-zaciones de pequeños productores, para que sus produc-tos lleguen al mercado sin intermediarios, y así los mismos campesinos sean los directamente beneficiados. Unidos se podrán fortalecer los mercados locales y regionales, y facili-tar los medios para llegar a mercados nacionales e interna-cionales con un mayor valor agregado y así potenciar sus ingresos económicos.

31. Es necesario insistir a los campesinos y apoyarlos para que no dejen de sembrar y conserven su maíz nativo, pues será la base de su subsistencia perdurable y del mante-nimiento de su identidad milenaria de mujeres y hombres de maíz. En consecuencia, que no siembren semillas de maíz que no son de su historia; que siembren todas las variedades propias, partiendo de acuerdos comunitarios para la defensa territorial de su maíz, y que eviten la siembra de semillas de maíz transgénicos que producen granos estériles.

32. Todos debemos educarnos en la austeridad y en la sobriedad. Los productos del campo son más sanos y baratos que los elaborados, y están al alcance de los po-bres. Por ello reconocemos los esfuerzos de quienes pro-mueven la producción agropecuaria orgánica, que mantiene y estimula muchos valores humanos, entre ellos el amor a la tierra, regalo de Dios que debemos cuidar. Es necesa-rio educarnos para re-descubrir el valor de los productos de nuestros campesinos y preferirlo a los que nos ofrece la publicidad así como no dejarnos atrapar por el irrefrenable consumismo.

33. Que el ejemplo de la Sagrada Familia de Je-sús, María y José, en la que se combinaba perfectamente la oración con el trabajo, para vivir sobria, pero honesta y justamente, nos inspire en la lucha por una vida digna para todos. Ω

México, D.F., 14 de enero de 2008

Gustavo Rodríguez Vega, obispo Auxiliar de Monterrey y presi-dente de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social

Luis Artemio Flores Calzada, obispo de Valle de Chalco y responsable de la dimensión Pastoral Social-Caritas

Miguel Angel Alba Díaz, obispo de La Paz y responsable de la dimensión Justicia, Paz y Reconciliación

Abelardo Alvarado Alcántara obispo Auxiliar de Méxicoy responsable de la dimensión Fe y Política

Carlos Garfias Merlos, obispo de Cd. Netzahualcóyotly responsable de la dimensión Pastoral del Trabajo

Rafael Martínez Sainz, obispo Auxiliar de Guadalajaray responsable de la dimensión Pastoral de la Salud

Domingo Díaz Martínez, obispo de Tuxpan y responsable de la dimensión Pastoral Penitenciaria

Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de las Casas y responsable de la dimensión Pastoral Indígena

Rafael Romo Muñoz, arzobispo de Tijuana y responsable de la dimensión Pastoral de la Movilidad Humana

Pbro. Armando Flores Navarro, secretario ejecutivo de CEPS

Realidades

[1] Cf. COMISION EPISCOPAL PARA LA PASTORAL SOCIAL, Por la Dignidad del Campo. Mensaje de los Obispos de la Comisión Episcopal de Pastoral Social sobre la situación del campo mexicano, México, 29 de enero de 2003.[2] V CONFERENCIA GENERAL DEL ESPISCOPADO LATINOAME-RICANO, Aparecida, Documento conclusivo, 2007. No. 392.[3] Ibíd., No. 257.[4] Ibíd., No. 358.[5] Ibíd., No. 384..[6] Ibíd., No. 395.[7] BENEDICTO XVI, La familia humana, comunidad de paz,Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, 2008. No. 6.[8] Ibíd., No. 10.[9] Ibíd., No. 11.[10] BENEDICTO XVI, Carta encíclica Deus Caritas est, No. 28[11] V CONFERENCIA GENERAL DEL ESPISCOPADO LATINO-AMERICANO, Aparecida, Documento conclusivo, 2007. No. 406.


Oración y compromiso

Campesinos empobrecidos por las macroeconomías dominantes

En el Israel veterotestamentario, la tierra no podía pertenecer eternamente a un

mismo dueño, los períodos de propiedad duraban 50 años, luego se reorganizaban las parcelas conforme a las nuevas necesidades del pueblo de Dios. En México y en todos los países donde domina la propiedad privada, ésta puede pertenecer ilimitadamente al mismo dueño y a sus sucesores.

Actualmente uno puede enajenar esa propiedad de manera muy elegante y sutil, hasta presentándose como benefactor del cam-po: gracias a la globalización (fenómeno mundial que encanta a los líderes de los países más pobres del planeta), las grandes economías dominantes de la Tierra, con excedentes de granos almacenados du-rante décadas (muchas veces ya sin valor nutritivo y hasta con dañinos conservadores), abarrotan con esos excedentes a los países pobres, con economías de subsistencia, vendiéndoles los insumos a un precio muy por debajo de lo que el productor local podría ofrecerlos, de modo que resulta más fácil comprar que producir. La consecuencia lógica es el abandono del campo, los campesinos optan por no trabajar sus tie-rras (o las venden) y van a abarrotar las ciudades para mendigar y so-brevivir. Gracias al TLCAN (Tratado de Libre Comercio con América del Norte), nuestros legisladores y gobernantes comprometieron al campo mexicano desde hace años, ahora que ha entrado en vigor se empie-zan a dar cuenta que han vendido, no al país, sino a los campesinos del país, por eso es necesario orar por ellos y también alzar la voz con y por ellos, en franca protesta, para que no empeore su situación.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.Lectura: 1 Re 21,1-19 (La viña de Nabot) : El profeta Elías

encara al rey Ajab, cuya esposa, Jezabel, mandó asesinar a Nabot para entregarle la viña al rey y le dice, en nombre de Dios: «¿no mataste, y también poseíste?... en el mismo lugar donde los perros lamieron la sangre de Nabot, lamerán también la tuya».

Por: Ramón REYES

José

Oca

ña


GeneralQue se se comprenda la importancia del perdón y la reconciliación entre las personas y los pueblos, y la Iglesia mediante su testimonio, difunda el amor de Cristo, fuente de una humanidad nueva.

MisioneraQue los cristianos, que en tantas partes del mundo y de varias maneras son perseguidos, por causa del Evangelio, sostenidos por la fuerza del Espíritu Santo, sigan testimoniando la Palabra de Dios con valentía y franqueza.

Intencionesdel mes

Meditemos: La mayoría de nosotros no somos campesinos ni terratenientes, pero todos nos alimenta-mos del campo, de sus productos vegetales y animales. ¿Acaso eso nos da derecho a legislar y a ordenar (mu-chas veces sólo para recibir alguna recompensa nada comparable con un sano maíz no transgénico, o un rico corte bovino sin químicos de crecimiento y engorda) que el mercado nacional, aunque débil ante los extranjeros, se abra a recibir sus excedentes deteriorados o conta-minados, en perjuicio de la salud y la economía de los nacionales?, ¿quizá no estar entre los legisladores ni gobernantes nos libera de la responsabilidad de cuidar de nuestra propia salud, de la salud de nuestra poste-ridad, del cuidado del campo mexicano y de los que lo trabajan?

Silencio: Podemos pensar en algo que nos ayu-de y ayude a los campesinos, el gobierno ciertamente ya estará pensando cómo ayudar a los terratenientes, muchos legisladores y gobernantes detentan las propie-dades más grandes y fértiles del país, y ellos sí saben velar por sus propios intereses. ¡Que lo que pensemos se traduzca en actos!

Compartamos: Expresemos nuestras ideas, todo sirve en este momento, recordemos que estamos intentando cuidar nuestra propia salud y vida.

Saludo de paz: Con legítimo deseo de solidari-zarnos con quienes trabajan la tierra en nuestro país y en los países más empobrecidos del planeta, ofrezca-mos a quienes nos rodean un saludo deseoso de mejo-res condiciones de vida y de trabajo en los campos.

Los hijos suplican al Padre común: Padre nuestro, que estás en el Cielo…

Bendicion final: Todos. Padre de Jesucristo, que nos has dado esta tierra como medio para trabajarla y así llegar a poseerte a ti eternamente, bendice a nuestras hermanas y hermanos que cultivan los campos y cuidan los ganados para ayudarnos a alimentarnos sanamente. Todos nos sabemos bendecidos por ti, que eres Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén. Ω

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«Si doy un pan a los pobres me llaman santo; pero si pregunto por qué el pobre no tiene pan me llaman comunista»

Helder Cámara

La frase del mes


Biblia y misión

Primeramente mi nombre fue Leví, aunque también me conocían como el hijo de Alfeo, y viví en Cafarnaún, cerca del lago de Galilea. Yo era «publicano», o sea, cobrador de impuestos. Para los judíos, los publicanos éramos los más infames y odiosos, nos veían como enemigos de la libertad natural que Dios les había dado, y «pecadores» por nuestra conversación frecuente y asociación con los paganos. Los judíos nos aborrecían, veían nuestros patrimonios como fortunas de ladrones y, por esta razón, nos prohibían participar en actividades religiosas y en eventos de la sociedad cívica y comercial.

Pero Jesús cambió mi vida. Todo sucedió cuando el Maestro había llegado de Cafarnaún, acababa de curar a un paralítico, había caminado sobre las aguas del mar de Genesareth y había impartido sus enseñanzas a la gente. Entonces, fijó sus ojos en mí. Sinceramente, me sentí incomodo, su mirada era de amor, pero al mismo tiempo penetra-ba lo profundo de mi ser. Él sólo me dijo: «Sígueme». Yo era un hombre rico, disfrutaba de un sueldo lucrativo, me consideraba sabio y prudente; pero entendía que seguir a Jesús me costaría.

No tuve miramientos, dejé todos mis intereses y re-laciones para hacerme su discípulo. Yo había oído hablar del Maestro porque él había vivido en mi ciudad durante un tiempo. También había escuchado sus predicaciones de lejos, pues no me permitían acercarme a la sinagoga; además, conocía a algunos que él había curado. La ver-dad, tenía muchos deseos de conocerlo. Cuando me miró y me llamó, traspasó mi alma y me atrajo; yo no dudé en

Me llamo MateoPor Sergio VALDIVIA

«Su enseñaza de la Montaña, quedó para siempre en mi corazón y desde entonces las Bienaventuranzas fueron parte de mi vida interior»

Monedas del tiempo de Jesús posiblemente parecidasa las que administraba Mateo


seguirlo. Desde entonces, él me llamó Mateo.

Jamás regresé a mi anti-guo oficio, al contrario, dije no a la opresión, a la avaricia y a la ex-

torsión; y decidí compartir con mis camaradas la alegría de seguir al Maestro, y para feste-jar este evento, invité a Jesús y sus amigos a un banquete y,

créanme, más de uno, al oírlo, también dejó todo para seguirlo. Todo mi panorama cambió, las vivencias y las enseñanzas del Maestro me llenaban de entu-

siasmo, aunque no siempre en-tendía todo.

Mentalmente yo era muy ágil, estaba acostumbrado a realizar cuentas aritmé-ticas, así que pude me-morizar lo que Jesús decía

y, años después, escribí la «Buena Nueva» para mis her-

manos de Palestina. Me hubiera gus-tado escribir más, pero no había escu-chado todas sus enseñanzas; lo que sí logré fue ponerlas en orden para que no

se perdieran. Algunas informaciones las recibí de labios de quienes lo

conocieron antes que yo.Su enseñaza de la

Montaña quedó para siempre en mi corazón y desde enton-

ces las Bienaventuranzas fueron parte de mi vida in-terior. Las parábolas que el

Maestro nos enseñó fueron misterio durante mucho tiempo, hasta que, poco a poco, él mismo nos las fue explicando; así fue formándonos para el ministe-rio que nos esperaba después de su resurrección.

La Alianza que Dios había hecho con mi Pueblo se cumplió plenamente en Jesús, Mesías de Dios, pero sólo después de su pasión y muerte pude entenderlo. Las experiencias de la resurrec-ción y del mandato de Jesucristo: «Vayan por todo el mundo bautizando a las gentes en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo», sonaron en mi corazón como una llamada urgente y fueron las razones principales por las que dejé mi tierra y fui al sur del Mar Caspio, Persia y al reino de los parte-nenses, Macedonia, Siria y Nudubaz.

Pasó Cristo por mi vida y, como él mismo lo dijo en una de sus parábolas, «lo dejé todo para comprar el terreno donde estaba el tesoro escondido». Ω

«Jamás regresé a mi antiguo oficio, al contrario, dije no a la opresión, a la avaricia y a la extorsión; y decidí compartir con mis camaradas la alegría de seguir al Maestro»


Testigos del amor

Comunidad Down,comunidad de amorTexto y fotos:

Víctor Hugo García

Sentados en la sala, los niños, sus papás y yo, empezamos a platicar sobre cómo

nació su grupo (al que ellos llaman simplemente Comunidad Down). Me dicen que todo comenzó cuando, teniendo que esperar el autobús que llevaba a papás e hijos a un centro de estimulación temprana para niños con este síndrome, empezaron a compartir las dificultades y las alegrías que experimentaban al tener hijos con «capacidades diferentes». Me cuentan –y la plática cada vez se va haciendo más emotiva– que al principio fue muy difícil. Aída me dice que para ella fue como «haber entrado súbitamente, y sin que-rer, en un cuarto oscuro»; Guadalupe dice que ella tanto le había pedido al Señor que le diera un hijo sacerdote, y que Dios, en vez,

le había mandado un niño Down. Lo veía como una «mala broma» de Dios, como un castigo. Un mal médico, sin tacto y sin ética profesional, le había dicho a Fernando: «No se preocupe de que tenga un hijo así, ese tipo de personas vive sólo poco tiempo». Todos ellos, en un primer momento, probaron rechazo, depresión y tristeza.

El segundo paso también fue difícil: pasar de la ne-gación a la aceptación, del porqué al para qué, de la igno-rancia al descubrimiento de algo bello. Lucy, hermana de uno de estos niños «angelito» nos cuenta que la bendición comenzó cuando vieron el «regalo» que habían recibido. Cuando se dieron cuenta del enorme potencial de amor y

Me encuentro visitando a unos ami-gos de mis padres de hace muchos años. Toñito, el hijo menor de Sara y Antonio, tiene síndrome de Down. Este matrimonio, asiduo lector de Esquila y Aguiluchos, me ha invitado a esta reunión porque ahí estarían otros 15 niños que han nacido con este síndrome y quieren que los conozca. Sería mejor decir que yo he sido quien fue a pedir que me invi-taran a esta fiesta pues, conociendo a esta familia desde hace muchos años, me doy cuenta cómo todos ellos son ejemplo para nosotros y son verdaderamente «testigos del amor».

Jóvenes de la Comunidad Down en una posada organizada por ellos mismos


ternura que estos niños tienen. En efecto –comentan– las personas con este síndrome son extremadamente dulces, sensibles, perspicaces, alegres, simpáticas… ¡Tantas cua-lidades en un mismo molde! Si la primera reacción fue dura –y transcurrió mucho tiempo para pasar a la siguiente fase– ésta última fue de verdad «llena de la gracia de Dios».

«Toda mi atención es para Pepe; y yo, por él, puedo dar la vida» –comenta Aída, con una sonrisa que no pue-de disimular– mientras que Marta le roba la palabra y dice en voz alta y sin vacilar: «A mí me tocó esta preciosa niña (mientras la acaricia), este pedacito de cielo (sus ojos le bri-llan y se le ruedan las lágrimas), y no quiero a nadie más». Ahora con voz cortada agrega: «Si tuviera la oportunidad de poder escoger otro niño, yo no escogería a nadie más; ¡yo soy feliz con ella!». (Silencio profundo mientras la niña mira a su madre y la abraza). Fernando, rompiendo ese silencio, y con aires de victoria, afirma: «Nada me daría más alegría ahora que ver a ese médico inepto que hace más de 20 años me dijo que mi hijo no iba a vivir mucho y decirle: ¡Mire doc-tor, Dios sabe lo que hace y ni usted ni nadie me quitarán ahora la felicidad que tengo con mi hijo!».

Los jóvenes con capacidades diferentes son privile-giados cuando la comunidad los ayuda. La mayor parte de estos niños han destacado en varios campos, como Toñito, que es un gran atleta y campeón en varias disciplinas; o

como Osvaldo, que es un gran músico y toca la batería increíblemente; o como Lupita, que es una gran bailarina… todos ellos son autosuficientes y varios de ellos hasta tie-nen un empleo, pues han recibido capacitación laboral y trabajan en maquiladoras, panaderías, en trabajos de en-cuadernación o empaque de productos, etcétera. ¡Cada uno demostrándole al mundo que puede tener su digno lugar en la sociedad!

Para hijos especiales, padres también especiales. En la medida que pasa la noche, y cada uno cuenta sus experiencias de vida, me doy cuenta cómo Dios ha hecho mejores no sólo a los niños sino también a sus padres, como dice Gerardo «tener un hijo Down nos hace ser más. Me siento afortunado porque he tenido la oportunidad de conocer lo que otros padres no conocen».

Y así, también llego a la conclusión de que, cuan-do hay amor en una familia, se vencen todas las dificul-tades, se suben todas las cuestas. Compruebo una vez más cómo «el amor todo lo puede, todo lo soporta, todo lo espera» (1Cor 13,4).

El clima que se vive esta noche es de verdad de una gran familia, de una gran comunidad hermanada por la misma bendición: la de tener un niño con síndrome de Down. No me cabe duda, Dios no se equivocó; mandó a

sus angelitos a una familia especial. Ω


Testigos del amor

«¡Sí, Señor, aquí estoy para siempre!»

Soy originaria de Tequila, Jalisco. Desde muy joven

sentí el llamado de Dios para seguirlo en el servicio a las personas pobres y abandonadas. Atraída por el carisma de san Daniel Comboni, ingresé con las Misioneras Combonia-nas y, después de concluir mi noviciado, trabajé en Jalapa de Díaz, Oaxaca, durante dos años y me-dio. Mi permanencia entre los mazatecos, me impulsó a repetir la oración de Jesús: «Gracias, Padre, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla». Este pueblo me enseñó a asimilar más los valores de la amabilidad y solidaridad. Cuando dejé esta zona, en mi corazón ha-bían entrado personas sencillas que aún me acompañan.Después fui enviada a Roma, Italia, a continuar mis estudios y obtuve la licenciatura en Ciencias de la Educa-ción. Durante este tiempo asesoré a una comunidad de inmigrantes perua-nos y ecuatorianos. Mi labor consistía principalmente en escucharlos, de ma-nera especial a las madres que habían dejado su tierra, sus hijos y sus espo-sos para trabajar en Europa. Ellas encuentran trabajo más fácilmente debido al aumento de ancianos para atender y cuidar. Regresé a México y me consagré a Dios para siempre. Ante mi comunidad parroquial di mi «sí» definitivo. Es Je-sús quien me ha llamado, quien me ha cautivado con su palabra de vida y ha puesto en mi corazón la pasión por su Reino; y yo, libremente, le he dicho: «Sí, aquí estoy, Señor,

para hacer tu voluntad». Actualmente, me preparo para ir a mi nueva misión: República Centroafricana.Uno de mis retos en esta nueva etapa es permanecer uni-da a Jesús; así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, yo tampoco si no permanezco unida a Jesús. Otro reto es el continuo encuentro con personas

de diferentes culturas, razas y lenguas; esto implica olvi-darme de mí misma para ir al encuentro del otro, hablar su idioma, aprender su cultura y entender su mentalidad. Jóvenes, el Señor sigue llamando, déjense apasionar por su Palabra que es vida, paz, justicia y liberación; sólo en ella encontrarán sentido a su vida. Y cuando encuentren a Jesús, sentirán una fuerza que les hará anunciar a los cuatro vientos que Jesús está vivo. Ω

La misionera comboniana María Teresa Rivera Gutiérrez nos comparte cómo ha vivido con alegría y generosidad su experiencia vocacional y sus retos ante su nueva misión: República Centroafricana.

María Teresa con sus padres antes de partir para la misiónR

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diario de un misioneroUn día de tantos

Señor Jesús: en mi ministerio sien-to una grande responsabi-

lidad por las comunidades que se me han con-fiado. Aquí la gente sufre mucho y emigra para sobrevivir. Hay familias que tienen enfermos y la atención médica no está dentro de su alcance. Y yo, ante esta impotencia y frustración me pre-gunto: ¿Dónde estás papá Dios? ¡Hay momen-tos que me siento abandonado! Es entonces cuando guardo silencio, observo las montañas casi deforestadas y entro en mi interior. Tomo mi Biblia y la abro al azar. Y tú me dices en el Sal-mo 22,5-6: «En ti confiaron nuestros padres y tú los liberaste; a ti clamaron, y tú los oís-te, en ti esperaron, y nunca quedaron sin ser atendidos». Estas palabras me levantan el ánimo y reavivan mi fe, pero ante mis ojos hay una rea-lidad que no puedo ignorar. No puedo decirle a la gen-te simplemente «¡que Dios te ayude!». Tú, Se-ñor, me pides que yo intervenga.

Pero yo no tengo res-puesta ante su dolor; sólo miro a Cristo crucificado y comprendo que no es voluntad del Padre Ce-lestial que su hijo siga siendo cru-cificado otra vez en cada hermano que muere por causa de la violen-cia. Deduzco que todo esto es producto del egoísmo y de los poderosos.

¿Señor, qué quieres que yo haga, para ayudar a mis hermanos?, ¿para colaborar en la construcción de tu Reino? Y vuelvo a leer en la Biblia lo que dijiste a Moisés en el libro del Éxodo: «Ahora, pues, ve; yo te envío para que saques a mi pueblo del sufrimiento y de la esclavitud». Y para ayudarme a vencer mis miedos me repites: «no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma» (Mt 10,28).

Yo me conozco Señor, ¡no soy valiente ni inteligente! Sé que tú eres muy exigen-te, que quieres acciones concretas ante la

realidad que hace sufrir y mata a mis hermanos. Y yo quiero realmen-

te hacer y cumplir tu voluntad. Ante esta realidad que lacera la vida del país y del mundo, tú me dices: «¡Acompaña a las per-sonas que han perdido la digni-dad, dales palabras de ánimo

a los emigrantes, visita las cárceles y los hospitales, solidarízate con los que sufren! ¡Sé que tú quieres esto, no tengo duda!».

Padre, hoy te pido que aumentes mi fuerza y mi fe para que cumpla con los dos mandamientos que nos has dado: «Amar a Dios y a nuestro próji-mo como tú nos amas, Señor. ¡Ayúdame en la

misión que me fue en-comendada!». Ω

Un misionero



No es difícil buscar tema de conversación cuando en pleno siglo XXI en-

contramos una serie de elementos y prácticas que parecen perte-necer al pasado, como podrían ser la tortura, la violación a los derechos humanos, la esclavitud, el maltrato a mujeres y otras tantas que pueden ser un verdadero «infierno», como las filas en la Tesorería, la atención del IMSS, los trámites para apelar una «multa virtual» en el Distrito Federal, la nueva Ley del Trabajo o la nueva Ley de Seguridad. Por cierto, ésta última parece tener la intención de culpar a cualquier ciudadano de «delincuente organizado hasta que demuestre lo contrario» (si puede, tiene dinero y a los jueces de la «Tremenda Corte» a su favor). Culpable sólo porque así lo crea «nuestra eficiente» policía, «nuestros excelentes» gobernantes o algún «prepo-tente pseudojudicial, paramilitar o “madrina”» con el que te hiciste de palabras en la calle o te encontró por casualidad cerca de una «marcha». ¡Nunca falta!

Aunque cada una de estas situaciones merece todo un re-portaje, te hablaré sobre otro «truco» del pasado que sigue provocando, por lo menos a mí, un «retortijón de tripas»; me refiero a la «absurda y ofensiva» propaganda institucional de las entidades gubernamentales de los últimos años, y digo absurda por su contenido fuera de la realidad, y ofensiva, por el gasto y porque realmente «ofende la inteligencia» de la gente con un for-mato, diálogos e imágenes poco creativos.

En una antigua propaganda se veía un joven que corría hacia donde se encontraba un anciano y, con un acento característico de la provincia mexicana, le decía: «¡Don Beto, don Beto, ya tenemos carretera!». Detrás de aquella frase, el mensaje invitaba a creer

Por: Fernando de LUCIo

Esquila Misional marzo 2008

Una simplepropaganda


que con el programa «Solidaridad» los mexicanos habíamos dejado el Tercer Mun-do, pero la tragedia llegó: un famoso «error de diciembre», en 1994, causó una profunda crisis económica y se perdió enormemente el poder de adquirir lo más necesario para millones de mexicanos. ¡Más pobres y más endeudados!

Como en el siglo pasado, estos «comer-ciales oficiales de muy mal gusto que pagamos todos» se siguen haciendo casi igual, pero cada vez más lejos de la realidad y menos creíbles.

No obstante que estos mensajes están dirigidos a un target espe-cífico (un tipo de público con po-cos estudios, poco dinero y mucha televisión pública) me ha tocado ver que algunos niños capitali-nos que cursan la primaria, le cambian de canal o enmudecen su televisor, y al preguntarles ¿por qué lo hacen? Sólo con-testan: «son muy tontos esos comerciales». Sin embargo, para algunos adultos (capi-talinos también) esto es la «neta del planeta». Sí creen que a 14 años de TLCAN una indígena chiapaneca hace lo mismo que un «japonés», sin


preguntarse por ejemplo, (aunque fuera cier-to) cuánto gana una y cuánto el otro. Les apues-to que el japonés gana mucho más por el mismo

trabajo que la chiapaneca, y aunque la vida en Japón es más cara, el dinero de un japonés po-bre alcanzaría para comprar cerca de 60 kilos de tortillas diarios (claro, si el japonés las comiera),

que la indígena ganando el salario mínimo: el equi-valente a 6 kilos de tortilla diarios.

Para muestra: un «campo» de golfHace unos meses, en una pobrísima propagan-

da de la Secretaría de Agricultura, Lorena Ochoa, golfista mexicana que ha triunfado a nivel interna-cional, anunciaba que el campo mexicano (refiriéndo-

se a la agricultura) era «su orgullo», como su campo de golf. La verdad, nadie vio la relación entre un deporte elitista y una pobre actividad marginada, la del campo mexicano. Realmente no hay capacidad para competir en el TLCAN agrícola y todos lo sabemos, hasta el po-bre tipo que hace el «comercial» por orden de un fun-cionario. Según estadísticas de la misma SAGARPA, seis de cada cien agricultores estarían en condiciones de competir, los demás no. Algunos de esos agricul-tores y gente de otros sectores (200 mil personas) se manifestaron el pasado 31 de enero en la Ciudad de México. No creo que sean «delincuentes organiza-dos» intentando afectar a una ya incómoda y llena ciu-dad, y para los cuales sean necesarios mil chorros de agua fría y muchos militares; de verdad se notaba en sus rostros hambre y desesperación, y ninguno tenía porte de golfista. Parece que una vez más, la pobreza y falta de oportunidades de campesinos e indígenas están gestando un nuevo movimiento social, dado que la frontera del Norte se cierra paulatinamente. Una simple propaganda en radio y televisión que compara a unA indígena con un japonés no contrarrestará la po-breza, situación para la cual debemos ser real y cris-tianamente solidarios… ¡Hasta la próxima! Ω

Te invito a compartir tus opiniones en:[email protected]


Tienesvocación

Querido joven: te comento que hace unos días participé en

una Jornada Vocacional, en Tototlán, Jalisco; ahí asistimos más de 50 promotores, la gran mayoría religiosas. Desde el primer día de trabajo nos distribuyeron en las distintas rancherías; a seis religio-sas y a mí nos tocaron tres comunidades como a 20 kilómetros de la parroquia, relativamente cercanas unas de otras.

Las religiosas se dividieron de dos en dos entre las tres poblaciones: Carrozas, San Ramón y La Tiricia, en ésta

última también me quedé yo. Las hermanas im-partían temas a los adultos, jóvenes y niños,

visitaban las casas y participaban de la realidad que estas co-munidades viven día tras día. Yo andaba todo el día de

un lugar a otro, confesando, dando consejos, visitando a quienes por la edad o en-fermedad no podían mo-verse, bendiciendo casas y celebrando la eucaristía en las comunidades.

La gente nos recibió muy bien, pues ya sabían de nuestra llegada, incluso se habían repartido entre las tres rancherías el hospedaje, la provisión de los alimentos y nuestro traslado entre los pueblos. Distintas familias nos abrieron su casa de par en par, más de alguna vez, nos daban de cenar en la ranchería y, al llegar a la casa donde nos hospedaban, ya tenían la cena preparada para cuando llegaramos, así fueran las 10 de la noche o incluso más tarde.

Sembrando la semilla vocacionalLo más importante fue sembrar la semilla

vocacional en estos lugares. Fueron días de mu-cho trabajo, de invitar a la gente a participar; los niños llegaban solitos, pero los jóvenes costaban más trabajo, no obstante no nos desalentamos. Justo en esos días llegó un circo. Su camioneta anunciaba: «¡Hoy, última función sólo 10 pesi-tos!», al día siguiente: «¡Porque usted lo pidió, último día, 5 pesos la función!». Total, anuncia-ban que se iban, y nada que se marchaban. Esta realidad nos lleva a reflexionar y ver los va-lores que viven las familias. Es muy fácil dejarnos lle-

Por: Rodolfo VaLdez

Mi vocación,¿es una realidad?

42 Esquila Misional febrero 2008

El padre Rodolfo refexiona sobre la realidad que están viviendo los pueblos de México, al tiempo que invita a los jóvenes a descubrir y vivir su propia realidad y, ante ésta, dar una respuesta a Dios.


ESQ

UIL

A M

ISIO

NAL


var por situaciones u acontecimientos que nos distraen de lo esencial. Los adultos, de una u otra manera, ya están formados, pero la juventud y, sobre todo los niños, son presa fácil de estas distracciones que presenta «el mundo». Es muy cómodo dejarnos llevar por cosas que

no impliquen pensar y reflexionar; nos dejamos llevar por el ruido, pues tenemos miedo de encontrarnos con nosotros mismos, de tal forma, todo el tiempo estamos pegados al internet o viendo la tele, «chateamos» con los amigos, escuchamos música y vamos distraídos por la vida sin ningún compromiso.

En estas rancherías también nos encontramos con el fenómeno de la migración, donde la mayoría de la gente que visitamos tiene familiares en Estados Uni-dos. Muchos jóvenes, al terminar la secundaria, se van al «otro lado» donde esperan ganar muchos dólares. En las poblaciones sólo hay gente mayor, niños y muchachas, aunque algunas de ellas ya han comenzado a emigrar. Ante esta realidad que viven muchos de nuestros pue-blos, los pocos jóvenes que quedan, ya tienen una cierta opción de vida, digo «cierta» porque tienen pocas posibi-lidades: muchos se integran a la labor de sus papás, ya sea en el campo, con el ganado o ambas actividades.

El compromiso juvenilA ti, joven, que lees esta anécdota te invitamos a

reflexionar ¿Cuál es tu realidad? ¿Qué signos de vida y muerte encuentras en el lugar donde vives? ¿Qué estás haciendo para salir adelante? No tengas miedo a en-

frentar tu situación, ahí donde estás eres llamado para ser alguien en la vida y, si alguna vez fracasas, tienes la oportunidad de levantarte y lograr tus metas. Recuerda que un camino largo se comienza siempre dando el pri-mer paso y tú ya has dado varios.

No te desanimes, te invitamos a participar en los retiros que realizamos mes con mes en distintos lugares de México para resolver tus dudas, escuchar tus comentarios y aclarar tus inquietudes vocacionales; no hay excusa. Te invitamos a responder a las preguntas hechas en el párrafo anterior y a comentarlas con nosotros, con gusto te atende-remos. Recibe un saludo de parte de todos los promotores combonianos y seguimos unidos en la oración. Ω

Escríbeme al correo electrónico:

[email protected]

¿Tienes vocación?

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Tienesvocación

Patricia del Rosario Lémus Alvizúres, de Guatemala; Graciela Martínez To-bías, de San Luís Potosí; Lilia Karina Navarrete Solís, de Jalisco; y Patricia Torres Colín, de Michoacán. dieron su “sí” definitivo al Señor, haciendo realidad su sueño: ser mi-sioneras combonianas para el mundo, y han sido enviadas a Estados Unidos, Medio Oriente, Mozambique y Costa Rica respectivamente.

Ellas expresaron su agradecimiento a la congre-gación, pues durante la etapa de formación, el instituto les dio los elementos necesarios para conocerse a sí mismas, amar más a Dios y confirmar su llamado a la misión en el carisma comboniano: el servicio a los más pobres y aban-donados.

Expresaron que la oración fue un elemento clave durante su formación. Otros elementos que las confirma-ron en su vocación fueron: los testimonios de religiosas que regresaban de la misión y les compartían su experiencia; descubrir que, a pesar de la edad, las enfermedades y otros impedimentos, la pasión de evangelizar está viva; y

el apostolado, pues les permitió estar en contacto con gente en situaciones difíciles, con orfanatorios, con enfermos, en la catequesis, en la alfabetización y en animaciones misioneras.

Nos expresaron que durante su preparación varias compañeras dejaron el camino, actitud que las entristecía, pero comprendieron que Dios tiene un destino para cada uno y aprendieron a respetar la libertad de los demás. Dios llama a cada quien y sólo son responsables de su llamado. Una dificultad con la que se toparon fue aprender a vivir en comunidad, trabajar en grupo, aceptar sus límites y errores, y aceptar a los demás como son para vivir en una comunidad internacional.

Por eso te decimos a ti joven, que les estas líneas: aunque tengas miedo, ¡arriésgate!. En ocasiones, los jóve-nes temen dejar la seguridad y la comodidad, deben apren-der a navegar mar adentro, confiando en el Señor, porque hoy, más que nunca, los necesita para enviarlos a continuar su misión. Las palabras que san Daniel Comboni pronunció antes de morir, se siguen haciendo realidad: «Yo muero pero mi obra no morirá». Ω

¡Interésate por las misiones y contáctanos!

Texto y fotos:

Rosamaría Baza

Hace poco, las Misioneras Combonianas celebraron la profesión religiosa de cuatro jóvenes que vieron su sueño hecho realidad: caminar por los senderos del mundo anunciando la Buena Nueva.

«Vayan por el mundo y anuncien el Evangelio»


“ Ve, pues, yo te envío para que saques a mi pueblo de la esclavitud ”

¿Te gustaría ser misioner@ combonian@? CONTÁCTANOS:

San Franciscodel Rincón, Gto.P. Rodolfo Valdez

Seminario combonianoTel. (01- 476) 743-05-47

[email protected]

Para señoritas:Misioneras combonianasTel. (01 55) 55 86 85 89

Laicos Misioneros Combonianos

Manuela ValladaresTel. (01 55) 58 41 26 44

[email protected]éxico, DF.

La Paz, BCS.Promotor vocacional

Parroquia de la Sagrada FamiliaTel. (01-612) 128-72-86

Ciudad de MéxicoPromotor vocacional

Apartado Postal 23-104Carr. San Pablo, 90 La Noria

16030 México, DF.Tel. (01 55) 56 76 05 67

[email protected]

Sahuayo, Mich.P. Rodrigo Arizaga

Seminario combonianoTel. (01-353) 532-11-11

Monterrey, NL.Promotor vocacional

Misioneros combonianosTel. (01-81) 81-90-47-61Guadalajara, Jal.

Misioneros combonianosTel. (01-33) 36-14-63-35

Cuernavaca, Mor.Misioneros combonianosTel. (01-777) 313-30-23

En los Estados Unidos:Casa Provincial

1318 Nagel RoadCincinnati OH. 45255

(513) 474-4997

Semana Santa Vocacional

Del sábado 15 al domingo 23 de marzo

Sedes:

• San Francisco del Rincón, Gto.

• Sahuayo, Mich.

• México, DF.

Fechas de encuentrosvocacionales para abril:Xochimilco, DF:Domingo 20


Expresión y cultura

La exposición Ashes and Snow es un proyecto continuo que entreteje trabajos fotográficos con pe-lículas, instalaciones de arte y una novela epistolar. La exposición consiste en más de 50 trabajos fotográficos a gran escala, una película de 60 minutos y dos cortometrajes al estilo haiku (derivado del haikai, es una forma de poesía tradicional japonesa muy extendida, pero con un valor espiritual). Ningunas de las imágenes ha sido monta-da digitalmente. En ellas se plasma lo que el artista mismo vio a través de su lente.

Para la exposición en la Ciudad de México, Gregory trabajó con el arquitecto Simón Vélez y juntos crearon una estruc-tura de bambú de 6 mil metros cuadrados para alojar dos galerías y tres teatros que, al entrar, nos hacen sentir relajados y libres de tensiones. Puede parecernos raro eso de «Museo nómada», pero no es otra cosa más que unas estructuras que se arman y desarman fácilmente, haciendo escala en diferentes partes alrededor del mundo y que acoge a su exposición de pinturas y películas creando un ambiente transitorio en una gira mundial. Esta estructura es la más grande que se haya construido con bambú. El diseño también utiliza materiales reciclables y reutilizables.

Museo nómada

Por primera vez, este museo incor-pora agua como un elemento del diseño para recordar la historia del Zócalo como el centro de México-Tenochtitlán, una ciu-dad fundada por los aztecas en un islote en medio del lago de Texcoco. Sobre los espejos de agua cuelgan suspendidas en-tre las columnas de bambú las fotografías sin enmarcar. Sus cortinas, casi translúci-das, están hechas a mano con más de un millón de bolsas de té de Sri Lanka.

Durante los últimos 16 años, el ar-tista ha hecho más de 40 expediciones a India, Egipto, Birmania, Tonga, Sri Lanka, Namibia, Kenia, la Antártica, Borneo y otros lugares del mundo con el fin de fo-tografiar y filmar las interacciones entre el hombre y la naturaleza. El estreno de esta gran exposición fue en Venecia, Italia, en 2002; después llegó a Nueva York; pos-

La exposición llamada Ashes and snow (cenizas y nieve), de Gregory Colbert, es una obra que combina innovación, modernismo y originalidad como características principales, y nos invita a vivir en armonía y respeto con los animales, seres con los cuales compartimos nuestro planeta.


Por: LULÚ


¡La solución estáen tus manos!

Había una vez un maestro invidente y ancia-no. Las personas que lo conocían lo consideraban un santo y un gran sabio. Tenía un discípulo bastante inquieto y arrogante que siempre pretendía hacer algo para demostrar que él era más inteligente que su maestro. Un día, este joven discípulo se propuso idear una trampa para «humillar» al anciano. Estuvo pensando durante largo rato y luego dijo:

–¡Ya sé qué voy hacer, tengo un plan que no puede fallar! Me presentaré delante del «viejo» con un pa-jarito indefenso en mi mano y le preguntaré: Maes-tro, tú que todo lo sabes, dime, ¿este pajarito que tengo en la mano, está vivo o está muerto? Si me dice que está vivo, yo lo estrujo y lo mato, y le diré: te has equivocado, maestro, está muerto. Y si por el contrario, me dice que está muerto, yo abro la mano y lo dejo ir para que se dé cuenta que ha falla-do en su predicción. De esta manera seré el ganador absoluto.

Así lo hizo el joven, se acercó maliciosamente al sa-bio y le «lanzó» la pregunta:

–Maestro, este pajarito que tengo en la mano, ¿está vivo o está muerto? El anciano se quedó meditando unos instantes y luego sabiamente respondió:

–¡Hijo mío, la solución está en tus manos!

Moraleja: la solución a muchos de nuestros proble-mas está en nuestras manos. ¡No lo olvides!

Desde internet:


teriormente a Los Ángeles; en seguida viajó a Tokio, Japón y, por último, a la Ciudad de México, donde está marcando su quinta ins-talación.

En un mundo lleno de distracciones e ideología globalizante, esta muestra fotográ-fica nos ofrece otra alternativa igual de glo-balizante: que todos los seres humanos en-contremos un punto de armonía y equilibrio con los demás seres vivientes con quienes compartimos nuestro planeta (la flora, la fau-na), pues tenemos el don de haber sido he-chos a imagen y semejanza de Dios, y somos responsables de cuidar el mundo que se nos dio por herencia: «Dios vio que todo cuanto había hecho era muy bueno» (Gén 1,31).

Para Esquila Misional es importante este tipo de exposiciones, pues además de aumentar nuestro acervo cultural con obras artísticas reconocidas mundialmente, nos ayuda a formarnos una conciencia menos materialista y más encaminada al espíritu.

El artista Gregory Colbert es de origen canadiense, pero comenzó su carrera en Pa-rís realizando documentales, lo cual lo llevó a convertirse en cineasta y un gran fotógrafo de arte. El estreno de esta exposición, marcó el comienzo de su gran gira.

La visita a esta gran muestra fotográ-fica no tiene ningún costo, pero se aceptan donaciones para apoyar al programa Natu-ralia, en el estado de Sonora, y ayudar a la conservación del jaguar.

Este museo itinerante está abierto al público desde el 19 de enero y concluirá el 27 de abril de 2008. Su horario es de martes a domingo. Si desea obtener más información, ingrese a la página electrónica:

www.ashesandsnow.com Ω


«Las chi cas de Abo ke» Els de Tem mer manCon pa sión, so bre sal to y des crip cio nes que pa re cen es cri tas pa ra un guión de ci ne, la au to ra nos na rra el dra ma de las chi cas de Abo ke, rap ta das por los gue-rri lle ros del Ejér ci to de Re sis ten cia del Se ñor, que ope ran en Ugan da, y la odi-sea de las mi sio ne ras com bo nianas pa-ra res ca tar las. Actualmente, se están ll-evando a cabo los acuerdos de paz entre el grupo rebelde, causante de los hechos narrados en este libro, y el gobierno de Uganda. ($45.00)

«Todos los santos africanos»P. José Luis LizaldeMuchos de los santos africanos vivieron en los primeros siglos del cristianismo cuando en el nor-te de África florecían las comunidades cristianas. Grandes escritores y teólogos como san Agustín, san Cipriano, san Atanasio vivieron en este con-tinente. Los monjes Pacomio y Antonio fundaron monasterios en los desiertos de Egipto. Santas como Mónica, Perpetua, Felícitas o Eufrosina alcanzaron la santidad en un ambiente lejano y diferente al de Europa. ¡El autor presenta casi mil santos! Quizá usted lleva el nombre de un santo africano y no lo sabe. Consulte este libro y averí-güelo….($55.00)

«Seguir a Jesús por puro gusto»P. Enrique Sánchez González“Queremos seguir a Jesús para vivir en su compañía, pero no para asumir una actitud intimista que nos desconecte del mundo, sino por el contrario, nos gus-taría estar en él para aceptar con entu-siasmo su mandato de ir por el mundo a llevar su Buena Nueva. Nos interesa estar con él para ofrecerle lo que somos y dejar que nos transforme en instru-mentos de su amor para nuestros her-manos”.….($35.00)

Galería

Alaben al Señor (Cantos maronitas)Editorial: Buena Prensa Internet:www.buenaprensa.comPrecio: $60.00Grabado por el Coro de Nuestra Señora de Líbano, bajo la dirección y composición del padre Yaacoub Badaoui. Con 34 breves temas en arameo, árabe y español; para orar y meditar.

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) es un organismo internacional de investigación agrícola, autónomo y sin fines de lucro, patrocinado por el Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (CGIAR). De manera específica, el CIMMYT actúa como catalizador y líder de una red mundial de innovación en la investigación de maíz y trigo, dedicada a ayudar a las personas de escasos recursos en los países en desarrollo. En esta dirección encontrarás mapas especializados sobre la pobreza rural en México:http://www.cimmyt.org/spanish/fp/index.htm

Si eres amante de la lite-ratura, te recomendamos la página web El recreo, un sitio que tiene noticias del ámbito, recomenda-ción de libros, publica entrevistas con autores,

mantiene enlaces con sitios de interés relaciona-dos, etcétera. Entra en: www.el-recreo.com

Otro mundo es posibleOración y compromiso *Campesinos empobrecidos por las macroeconomías...

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