Otredad
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¿Qué es la otredad?
En este texto encontraremos diferentes concepciones de otredad por parte de
diferentes autores.
La otredad es un sentimiento de extrañeza que asalta al hombre tarde o temprano,
porque tarde o temprano toma, necesariamente, conciencia de su individualidad.
En algún momento cae en la cuenta de que vive separado de los demás; de que
existe aquél que no es él; de que están los otros y de que hay algo más allá de lo
que él percibe o imagina.
La otredad es la revelación de la pérdida de la unidad del ser del hombre, de la
escisión primordial. Adán se descubre desnudo; habiendo perdido su inocencia, se
ve a sí mismo y apenas se reconoce.
La otredad es para el hombre moderno un mal que se soporta con dolor: la
conciencia moderna no acepta que su individualidad sea una realidad plural y que
detrás del hombre que piensa se esconda otro que mantiene una vida "ilógica",
que sostiene a menudo lo que la razón reprueba.
La Real Academia Española define "Otredad" como la condición de ser otro. Y
cuando se reflexiona sobre este significado, se puede percibir, en mayor o menor
grado, como intrínseco a cualquier persona. Dice Octavio Paz, “cada individuo es
distinto de él a cada instante”, aunque, muchas veces, esto no se puede percibir
sino hasta cuando los cambios son demasiados. La otredad en el arte es una
condición constante pues siempre se está en busca de propuestas, ideas y
recursos nuevos. Nunca se puede crear una obra dos veces, el artista siempre
busca producir otra innovando su estilo y trascendiendo sus límites de creador. La
otredad puede entenderse como esa capacidad de cambio, que se debería utilizar
tanto en el arte como en la sociedad para proporcionar a cada persona la palanca
para producir cambios distintos a los que hasta ahora nos llevan a la destrucción
progresiva de la naturaleza y del hombre, por el hombre, y buscar la otredad de lo
que hasta ahora hemos logrado
FRAGMENTOS DE POEMAS DE LA OTREDAD
Ella siembra bajo la superficie
de lagos y de ríos
su imagen efímera
canto que espera música
una voz
un suspiro apenas
En las raíces de lirio y agua
se ciñen sus anhelos
con la transparencia del color
al diluir en sonidos
la imagen que se ahoga.
Lucero ALANÍS DE GURROLA México
Inscripción en cualquier sepulcro
"Ciegamente reclama duración el alma arbitraria
cuando la tiene asegurada en vidas ajenas,
cuando tú mismo eres el espejo y la réplica
de quienes no alcanzaron tu tiempo
y otros serán (y son) tu inmortalidad en la tierra."
"El hombre está habitado por silencio y vacío.
¿Cómo saciar esta hambre,
cómo acallar este silencio y poblar su vacío?
¿Cómo escapar a mi imagen?
Sólo en mi semejante me trasciendo,
Sólo su sangre da fe de otra existencia"
"El instante de la lectura es un ahora en el cual, como en un espejo,
el diálogo entre el poeta y su visitante imaginario se desdobla en el
del lector copn el poeta. El lector se ve en Cernuda que se ve en un
fantasma y cada uno busca en el personaje imaginario su propia
realidad, su verdad"
"...si tenemos la suerte de encontrarnos &emdash; señal de creación-
descubriremos que somos un desconocido"
"De pronto vi una sombra levantarse de la página escrita,
avanzar en dirección de la lámpara y extenderse sobre la cubierta
rojiza del diccionario. La sombra creció y se convirtió en una
figura que no sé si llamar humana o titánica. Tampoco podría
decir su tamaño: era diminuta y era inmensa, caminaba entre
mis libros y su sombra cubría el universo."
"...ese retrato fantástico es real, es el desconocido que camina a nuestro lado
desde la infancia y del que no sabemos nada, salvo que es nuestra sombra (¿o
nosotros la suya?)".
"...el examen de conciencia, el juez, la víctima, el testigo.
Tú eres esos tres. ¿A quién apelar ahora y con qué argucias
Destruir al que te acusa? Inútiles los memoriales, los ayes
Y los alegatos. Inútil tocar a puertas condenadas. No hay puertas,
Hay espejos. Inútil cerrar los ojos o volver entre los hombres.
Esta lucidez ya no me abandona."
"Entre las sombras que te anegan
otro rostro amanece.
Y siento que a mi lado
No eres tú la que duerme,
Sino la niña aquella que fuiste
Y que esperaba sólo que durmieras
Para volver y conocerme."
Octavio Paz.
América Latina