Olivenza CD Modelo

27
QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101 La situación geográfica de Olivenza, en la margen izquierda del Guadiana, frontera natural hispanolusa en estas coordenadas, cuando el resto de las poblaciones portuguesas, como lo fue Olivenza hasta comienzos del siglo XIX, se encuentran en la margen derecha, ha condicio- nado un devenir histórico marcado por esta peculiar posición a partir del Tratado de Alcañi- ces (1297). Su posición de punta de lanza de la defensa portuguesa en la frontera con Castilla, a poca distancia de dos importantes plazas fuerte como Badajoz y Alconchel, y con el Guadiana en la retaguardia, imposibilitando un vía expedita de retirada y comunicación con Portugal, supuso para Olivenza una secular y permanente amena- za de ocupación. Aunque en publicaciones anteriores hemos tenido ocasión de ocuparnos ampliamente del RESUMEN El posicionamiento de una población en el territorio implica una serie de relaciones dentro-fuera que marcan la historia de aquélla y define la dinámica de su plano. En el caso de las ciudades fronterizas este hecho se revela con toda su fuerza. En la población “rayana” de Olivenza se dan, además, una serie de factores históricos que convierten a esta localidad en un ejemplo paradigmático de cómo las circunstancias militares y políticas generan las pautas y directrices condicionantes del origen y desarrollo de la ciudad. En el paisaje arquitectónico y en la evolución del plano de Olivenza, se refleja con claridad tanto la histórica alter- nancia político-militar que vive la ciudad entre 1297 (Tratado de Alcañices) y 1801 (Tratado de Badajoz) como la necesidad de que la plaza tuviera que adaptarse a la misma a partir de dinámicas urbanas en las que se oscila- rá entre el eje norte-sur, cuando forma parte del reino lusitano, y este-oeste, cuando depende de la corona cas- tellana. Palabras clave: Arquitectura, urbanismo, frontera, geopolítica, Olivenza ABSTRACT The positioning of a certain town in a certain territory involves a series of inside-outside relationships that influ- ence its history and define the dynamics of its layout. This fact becomes especially evident in border towns. In the frontier town of Olivenza, a number of historical factors also come into play and make it an example of how military and political circumstances dictate the guidelines determining the foundation and development of cities. The architectural landscape and the development of the layout of Olivenza clearly reflect the continual changes in political and military power the city experienced between 1297 (the Treaty of Alcañices) and 1801 (the Treaty of Badajoz). They also reflect the town’s need to adapt to these circumstances through urban dynamics that saw it switch between a north-south axis, when it came under the control of the Kingdom of Portugal, and an east- west axis, when it was ruled by Castile. Keywords: architecture, urban development, the border, geopolitics, Olivenza Francisco Javier Pizarro Gómez Patrimonio Nacional OLIVENZA: MODELO DE TRANSFERENCIAS ARQUITECTÓNICAS Y URBANÍSTICAS ENTRE ESPAÑA Y PORTUGAL

description

OLIVENZA: MODELO DE TRANSFERENCIAS ARQUITECTÓNICAS Y URBANÍSTICAS ENTRE ESPAÑA Y PORTUGAL

Transcript of Olivenza CD Modelo

Page 1: Olivenza CD Modelo

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

La situación geográfica de Olivenza, en lamargen izquierda del Guadiana, frontera naturalhispanolusa en estas coordenadas, cuando elresto de las poblaciones portuguesas, como lofue Olivenza hasta comienzos del siglo XIX, seencuentran en la margen derecha, ha condicio-nado un devenir histórico marcado por estapeculiar posición a partir del Tratado de Alcañi-ces (1297). Su posición de punta de lanza de la

defensa portuguesa en la frontera con Castilla, apoca distancia de dos importantes plazas fuertecomo Badajoz y Alconchel, y con el Guadiana enla retaguardia, imposibilitando un vía expeditade retirada y comunicación con Portugal, supusopara Olivenza una secular y permanente amena-za de ocupación.

Aunque en publicaciones anteriores hemostenido ocasión de ocuparnos ampliamente del

RESUMENEl posicionamiento de una población en el territorio implica una serie de relaciones dentro-fuera que marcan lahistoria de aquélla y define la dinámica de su plano. En el caso de las ciudades fronterizas este hecho se revelacon toda su fuerza. En la población “rayana” de Olivenza se dan, además, una serie de factores históricos queconvierten a esta localidad en un ejemplo paradigmático de cómo las circunstancias militares y políticas generanlas pautas y directrices condicionantes del origen y desarrollo de la ciudad.En el paisaje arquitectónico y en la evolución del plano de Olivenza, se refleja con claridad tanto la histórica alter-nancia político-militar que vive la ciudad entre 1297 (Tratado de Alcañices) y 1801 (Tratado de Badajoz) como lanecesidad de que la plaza tuviera que adaptarse a la misma a partir de dinámicas urbanas en las que se oscila-rá entre el eje norte-sur, cuando forma parte del reino lusitano, y este-oeste, cuando depende de la corona cas-tellana.

Palabras clave: Arquitectura, urbanismo, frontera, geopolítica, Olivenza

ABSTRACTThe positioning of a certain town in a certain territory involves a series of inside-outside relationships that influ-ence its history and define the dynamics of its layout. This fact becomes especially evident in border towns. Inthe frontier town of Olivenza, a number of historical factors also come into play and make it an example of howmilitary and political circumstances dictate the guidelines determining the foundation and development of cities.The architectural landscape and the development of the layout of Olivenza clearly reflect the continual changesin political and military power the city experienced between 1297 (the Treaty of Alcañices) and 1801 (the Treatyof Badajoz). They also reflect the town’s need to adapt to these circumstances through urban dynamics that sawit switch between a north-south axis, when it came under the control of the Kingdom of Portugal, and an east-west axis, when it was ruled by Castile.

Keywords: architecture, urban development, the border, geopolitics, Olivenza

Francisco Javier Pizarro GómezPatrimonio Nacional

OLIVENZA: MODELO DE TRANSFERENCIAS ARQUITECTÓNICAS Y URBANÍSTICAS ENTRE ESPAÑA Y PORTUGAL

 

Page 2: Olivenza CD Modelo

Francisco Javier Pizarro Gómez

76 Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

paisaje arquitectónico y urbanístico de Olivenza1,en este momento vamos a centrar nuestra aten-ción en la dinámica que la frontera ha ejercidoen esta población y cómo las diferentes circuns-tancias geopolíticas han definido su arquitecturay el trazado de su urbanismo.

El caso de Olivenza no es excepcional, puessu casuística es la misma que la de otras locali-dades situadas en la frontera, sin embargo en elcaso oliventino se dan una serie de factores his-tóricos que convierten esta población en unejemplo paradigmático de cómo las circunstan-cias militares y políticas generan las pautas ydirectrices condicionantes del origen y desarrollode la ciudad.

Definida tras el proceso reconquistador, lainestabilidad de la ”Raya” desde el momento dela gestación de la villa en el siglo XIII, con alter-nancias entre lo cristiano y lo islámico de unaparte y lo leonés y lo portugués de otra, ha sidoun factor determinante para Olivenza, toda vezque su especial situación en una zona estratégi-camente decisiva se proyectó sobre la historiaurbana de la población, siendo éste el aspectoque vamos a tratar de presentar en este trabajo.

A lo largo de la historia militar de la fronterahispanoportuguesa y como consecuencia de lossucesivos cambios de titularidad nacional, Oli-venza será tanto punta de lanza del sistemaestratégico portugués en este tramo de la Raya,del que también formaba parte Elvas y Campo-mayor, como plaza fuerte castellana que, juntocon Badajoz, pudiera repeler las posibles accio-nes ofensivas de las plazas fuertes lusitanassituadas en estas latitudes.

Esta alternancia político-militar y la necesi-dad de que la plaza tuviera que adaptarse a lamisma a partir de dinámicas urbanas en las quese oscilará entre el eje norte-sur, cuando seforma parte del reino lusitano, y este-oeste,cuando depende de la corona castellana, sereflejará con claridad en el paisaje arquitectóni-co-urbanístico.

El devenir histórico, urbano y arquitectónicode Olivenza, está condicionado fundamental-mente por dos acontecimientos históricos. El pri-mero tiene lugar en 1297 y señala el momentoen el que, como consecuencia del Tratado deAlcañices2, Olivenza pasa a formar parte de lacorona portuguesa. El segundo es la firma del

Tratado de Badajoz (1801), que marca el final deeste dominio político y la incorporación a lacorona española.

La condición de plaza militar que durantecerca de seis siglos, concretamente desde 1297hasta 1869 y como consecuencia de lo indicadocon anterioridad, detentó Olivenza condicionóformalmente tanto la definición de su urbanismoprimigenio, a partir de un patrón geométrico,como su evolución posterior en una expansiónpróxima a lo radioconcéntrico merced a los dife-rentes sistemas defensivos que se fueron super-poniendo.

Como puede apreciarse en el plano (Fig. 1)que hemos elaborado con la definición de la redde caminos, la historia urbana de Olivenza estáen gran medida marcada por la comunicacióncon el exterior a través de los caminos, generán-dose una dialéctica entre lo interno y lo externoque es responsable en buena medida de las líne-as fundamentales que han orientado la evolu-ción de la trama urbana de la localidad. La claraestructura radial que pone en comunicación deOlivenza con el entorno, salvo por el Oeste,habla de la dialéctica secular de Olivenza comonúcleo de una estrategia destinada a dominarun territorio y disponer de las mejores condicio-nes de comunicación con él.

Olivenza y la Orden del TempleComo ya se ha publicado y fundamentado

documentalmente, la información histórica quese conserva en el archivo de la Catedral de Bada-joz no deja lugar a dudas sobre el origen tem-plario de la aldea de Olivenza, siendo hacia 1240cuando los caballeros templarios se asientan enel espacio oliventino con intenciones repoblado-ras y definen un primer esquema organizativo defuturo para la aldea3. En 1278 la orden militarentrega Olivenza al Concejo de Badajoz y secerraba el periodo templario de la villa, el cualhabría de contribuir de forma destacada a laconfiguración del primitivo trazado urbano de lamisma.

Siguiendo el modelo del resto de las funda-ciones templarias, en Olivenza se organizaría unnúcleo constructivo, constituido por el castillo yla iglesia, que estaba llamado a convertirse en elprimer hito urbano que conoce la aldea4. Enefecto, el binomio constituido por el primitivo

 

Page 3: Olivenza CD Modelo

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

Francisco Javier Pizarro Gómez

77Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

Fig. 1. Plano del emplazamiento de Olivenza.

castillo templario, emplazado en el lugar del quepodemos contemplar, y la iglesia que se ubica ensus proximidades y en el solar de la actual iglesiade Santa María del Castillo, que aún mantieneen su advocación templaria las razones de su

proximidad a la fortaleza, conformó la primeracélula articuladora de espacios urbanos.

Sin embargo, esta célula arquitectónica noestaba aislada sino que formaba parte de un orga-nismo que se estructuraba a partir de la centralidad

 

Page 4: Olivenza CD Modelo

Francisco Javier Pizarro Gómez

78 Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

de aquel núcleo. El historiador Limpo Piriz espe-cula con la posibilidad de un trazado urbanoregular para la fundación templaria oliventina,basándose en el resurgimiento de la planta hipo-dámica latina en la Baja Edad Media europea,como es el caso singular de las “bastidas” fran-cesas, cuya influencia llegaría a la Península de lamano de la monarquía aragonesa5. Esta formaregular de organizar el urbanismo de las pobla-ciones no es extraña en las ciudades medievalesportuguesas, como han puesto de relieve variosespecialistas portugueses6.

Así pues, la Orden del Temple implantó en laOlivenza del siglo XIII una estructura urbana quebusca la regularidad y en la que la ciudad se

encierra tras el perímetro, generalmente rectan-gular, de los muros de la fortaleza. En los cuatrolienzos se abren las puertas de las que arrancanlas calles que confluyen hacia el centro geomé-trico del perímetro intramuros; en dicho centrose localiza un hito urbano que, casi siempre, esuna iglesia. En el caso oliventino la iglesia seencuentra ligeramente desplazada con respectoal encuentro de las calles que unían, dos a dos,las puertas de la muralla (Fig. 2).

Una vez definido el esquema urbano básico,el contexto geopolítico se encargaría de deter-minar la orientación que debía darse al mismo.En un terreno en el que no existían condicionan-tes geográficos que determinaran la orientación

Fig. 2. Plano del desarrollo urbanístico de Olivenza a mediados del siglo XIV.

 

Page 5: Olivenza CD Modelo

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

Francisco Javier Pizarro Gómez

79Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

de las puertas que se abrían en la muralla, serí-an los caminos que a ella confluían y la impor-tancia de éstos, en función de la dependenciajurisdiccional de la villa oliventina para con elentorno, los factores que aconsejaron la gravita-ción del eje mayor de la población, es decir, lacalle que une las puertas más separadas entre sí,hacia la orientación SE-NO. De esta forma, lapuerta en la que debían confluir los caminos deJerez de los Caballeros, centro del bailiato tem-plario, y de Alconchel se encontraba adecuada-mente orientada hacia la situación geográfica deambas localidades.

Olivenza tras el Tratado de AlcañicesCon la firma del Tratado de Alcañices (1297)

se produce un importante cambio en la dinámi-na histórica y urbana de Olivenza. Al incorporar-se a la corona portuguesa, Olivenza se ve en laobligación de dirigir su mirada hacia el Guadianay hacia las poblaciones de Juromenha y Elvas,originándose de esta forma una nueva orienta-ción directriz, marcada por el Oeste, es decir porlos caminos que se dirigían hacia aquellas locali-dades y los vados que habrían de trazarse en elcauce del Guadiana para el paso de éstos7.

A partir de 1298, año en el que el monarcaportugués D. Dinis (1261-1325) otorga la cartade fuero, Olivenza se prepara para convertirse enuna de las importantes poblaciones portuguesasde la “raya” del siglo XIV8. Percibiendo el papelque Olivenza podía desarrollar en el terrenoestratégico y económico, D. Dinis favorece elrepoblamiento de Olivenza mediante un grupoheterogéneo procedente del Alentejo y delMiño; entre este contingente poblacional esnecesario reseñar la presencia de la comunidadjudía, iniciándose el camino de la actividadcomercial y artesanal de la villa9.

El siglo XIV fue una centuria de importantesacontecimientos arquitectónicos y urbanísticospara Olivenza. A comienzos de dicho siglo, elalcaide Pero Lourenço de Rego comenzaba en1306 la reconstrucción de la fortaleza oliventinaal objeto de mejorar sus posibilidades defensivasy ofensivas. Ello se efectuaba respetando laestructura de la construcción templaria, que, alparecer, se debía encontrar en una situación cer-cana a la ruina. Con la ayuda de la Orden de

Avis, D. Dinis impulsa la construcción del sistemadefensivo oliventino, cuyo proceso constructivoavanzó lentamente, de manera que en 1334 lasobras aún no han concluido10. Lo que están pro-curando tanto D. Dinis como su hijo y sucesor D.Afonso IV es levantar en Olivenza un sistemadefensivo que se adaptara a un marco geopolíti-co diferente, de forma que fortaleza y ciudaddeben organizarse en función de la amenazaoriental.

Esta nueva orientación de las defensas oli-ventinas no impidió que se mantuviera la estruc-tura básica de la primitiva construcción templaria,respetándose las puertas abiertas en cada unode los cuatro frentes de la muralla. Flanqueadaspor torreones de planta cuadrada para las deGracia (NW) y San Sebastián (NE) y cilíndricaspara las de los Angeles (SW) y Alconchel (SE),estas ocho torres se unían mediante arcos demedio punto que conformaban el vano de laspuertas11 (Fig. 3).

Cuatro torres más, una en cada uno de losángulos del trapecio del castillo, se añadieron ala antigua estructura templaria. La comunicaciónentre las torres se efectuaba mediante los adar-ves que recorrían la parte superior de los murosperimetrales de la fortaleza.

Completaban el sistema defensivo de la for-taleza las dos torres que se localizaban en lazona media de los lienzos de la cerca compren-didos entre las puertas de Alconchel y SanSebastián y la torre del ángulo oriental. Desdedichas torres arrancaban los lienzos que enlaza-ban con el torreón del Alcázar construido por elmonarca D. Alfonso IV (1325-1357), a partir de133412.

El adarve que unía por la parte superiortorres y lienzos de muralla, así como el foso ocava (“carcova”) que circundaba el perímetromurado, cerraban el conjunto del aparato defen-sivo de la Olivenza dionisina, convirtiéndola en laeficaz avanzada fronteriza que siempre deseó elmonarca portugués en su astuto plan político-militar del tratado de Alcañices.

La prevalencia de lo defensivo sobre lo ofen-sivo en el sistema oliventino procuró arquitectu-ras en las que se busca la mayor altitud posiblecomo la mejor manera de conjurar los potencia-les peligros que puedan ser divisados desde la

 

Page 6: Olivenza CD Modelo

Francisco Javier Pizarro Gómez

80 Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

misma. Ante la situación de la plaza de la Oli-venza portuguesa, próximo a las plazas fuertesde Badajoz y Alconchel y rodeado de otrosenclaves enemigos, como Cheles, Barcarrota,Higuera de Vargas o Valverde, el sistema defen-sivo de la plaza debía basarse más en repeler laposible agresión que en actuar ofensivamente.De esta manera, la posibilidad de divisar la pre-sencia enemiga se hacía absolutamente necesa-ria mediante puntos de vigilancia y comunicaciónen los lugares elevados y próximos a la plaza. Porotra parte, la altura y robustez de las defensasera el único medio de contrarrestar lo inadecua-do de un emplazamiento en un terreno llano13.

A raíz de la construcción del alcázar y de laconsiguiente reducción del espacio intramuros,se inicia la expansión de la ciudad fuera de lamuralla, habida cuenta de la necesidad de res-ponder a las necesidades de una evolucióndemográfica positiva14. La información docu-mental pone de manifiesto la presencia de arra-bales extramuros en el primer tercio del siglo XIV,los cuales fueron destruidos por las tropas caste-llanas con motivo del asedio que sufre la villadurante los acontecimientos que discurren entre1336 y 133915.

Como puede apreciarse por tanto, las cir-cunstancias geopolíticas procuran que la expan-sión urbana de la Olivenza de la primera mitaddel siglo XIV bascule hacia el Oeste, como ponede manifiesto precisamente la situación de laplaza, cuyo emplazamiento en proximidad con lapuerta principal de la muralla en tiempos portu-gueses, es decir, la Puerta de Gracia, hace pen-sar en la posibilidad de que, previamente a lacreación de la plaza como tal, fuera lugar para lacelebración de mercados.

Con el germen de la plaza como espaciourbano abierto para el desarrollo de las activida-des públicas y comerciales y la ubicación de laermita sobre la que después se habría de levan-tar la iglesia de la Magdalena, el arrabal situadoen esta orientación estaba llamado a convertirseen uno de los ámbitos urbanos extramuros demayor futuro. Estamos, pues, ante el origen delcentro neurálgico de la Olivenza de la moderni-dad histórica, con un “largo” o plaza (la “praçanova”) que ha arrebatado al atrio de la iglesia deSanta María del Castillo (antigua plaza de la Oli-venza intramuros) las funciones de otros tiempos

y una calle principal (la llamada “Rua Nova”, hoyde Santiago) que, fruto de la urbanización delcamino que se dirige al paso sobre el Guadiana,es decir Puente Ajuda (Fig. 4) y hacia Juromen-ha, proporcionaban el arrabal extramuros losejes principales de articulación de su desarrollofuturo. No tardaría mucho tiempo en bascularhacia aquel espacio el poder político y religiosoque, junto con el comercial, suponía la trilogíaesencial de los poderes fácticos de la ciudadmedieval16.

A medida que transcurre el siglo XIV la villava adquiriendo mayor relieve en el conjunto dela corona lusitana, como pone de manifiesto lavisita que realiza a la misma en 1366 el rey D.Pedro I. Según el historiador Vallecillo Teodoro, lapresencia del monarca portugués en Olivenza enaquella fecha podría estar relacionada con suafán de estrechar lazos con Castilla y su deseode impulsar la construcción de Puente Ajuda,cuyas obras concluirían por las fechas en las quese produce la visita real17.

La importancia estratégica de la frontera ylos conflictos que a lo largo de los siglos XIV y XVse viven entre portugueses y castellanos, hacende Olivenza protagonista frecuente de episodioshistóricos singulares, como por ejemplo el quesupone que durante algunos años del último

Fig. 3. Puerta de Alconchel.

 

Page 7: Olivenza CD Modelo

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

Francisco Javier Pizarro Gómez

81Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

cuarto del siglo XIV, y como consecuencia delconflicto dinástico abierto en Portugal tras lamuerte del monarca D. Fernando el 22 de octu-bre de 1383, el enclave oliventino pertenecieratemporalmente a la corona castellana. El 29 denoviembre de 1389 se firma el Convenio deMonção por el que Olivenza volvía nuevamentea pertenecer a Portugal.

Los siglos XV y XVILos siglos XV y XVI fueron, sin duda, deter-

minantes para la historia de Olivenza. La evo-lución que conoce la ciudad en aquellasesplendorosas centurias, gracias a los desvelosde un “concelho” preocupado tanto por loselementos defensivos como por la pavimenta-ción de las calles, las mejoras de los caminos,etc., conseguiría que la plaza viviera una verda-dera “edad de oro” en la que la poblacióncrece, la actividad comercial prospera y la ciu-dad se desarrolla. La expansión urbana en elcontorno del perímetro murado obligó al sote-rramiento del foso defensor tanto en el frenteNW, es decir el de urbanización de la plaza,como en los lados NE y SW, lo que daría lugara dos vías urbanas (“calzadas”), las llamadas“calçada velha”( hoy la calle Ruperto Chapí) y la“Rua de Xeres” o “Calçada do Espíritu Santo”(la

actual calle de la Caridad), cuyo trazado discurreparalelo a los lienzos de muralla y cuya anchuraresulta, por razones obvias, mayor que la de unacalle convencional.

Al reclamo de la actividad comercial de lavilla acudiría una población judía, cuya presenciaen Olivenza se remonta a tiempos de D. Dinis, yque, como es frecuente en las poblaciones occi-dentales amuralladas en las que se instalan ydesarrollan, disponen su aljama en el espacioextramuros, buscando las mejores condiciones yproximidades con el centro de la vida comercialy artesanal. La presencia de la “calle de la esno-gua”, es decir “de la Sinagoga”, es un hechoconstatable en la documentación de mediadosdel siglo XV18. Como es sabido, el foral de D.Dinis, la confirmación de éste por Afonso IV y laampliación del mismo por Pedro I posibilitaría elnotable desarrollo del gremio de jaboneros,herreros, alfareros y tejedores. En este procesodebió desempeñar un importante papel lacomunidad judía, que a mediados del siglo XVocupaba una “travessa”19.

La orientación de la calle de la Sinagoga, enprolongación de la calzada que acabaría inte-grándose en la plaza y en dirección N-W, es deciren línea con el lienzo de muralla en la que seabría la Puerta de Gracia, indica hasta qué punto

Fig. 4. Puente de Ajuda.

 

Page 8: Olivenza CD Modelo

Francisco Javier Pizarro Gómez

82 Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

aquélla seguía influyendo de forma determinan-te en el trazado urbano de Olivenza. En definiti-va, con la definición de la calle de la Sinagoga(Moreno Nieto) se está configurando el esquemaurbanístico específico de las ciudades portugue-sas. La calle se convertirá en la “rua direita” queen las poblaciones lusitanas permite la comuni-cación expedita entre el centro y la periferia de lamisma. En efecto, la calle de la Sinagoga enlaza-ba el “largo”, es decir la “praça nova”, y el “ros-sío”, o sea el lugar situado fuera de las murallasy destinado a las actividades comerciales, el futu-ro “terreiro de San Antonio” (los actuales Pase-os de España y Portugal).

Por otra parte, la influencia de esta calle en elurbanismo oliventino será decisiva, pues su orien-tación señalará la propia para las calles que, per-pendicularmente a la Calzada del Espíritu Santo,y separadas unas de otras por el módulo quesupone la célula arquitectónica básica, es decir lavivienda, así como por la ubicación de la Puertade los Angeles, se expanden en dirección norte-oeste de manera clara y decidida, dando lugar alo que hoy son las actuales calles de MorenoNieto, ya citada, y las de López de Ayala (“RuaRala”), Espíritu Santo, Fernando Alfonso (“RuaParreiras”) y Bravo Murillo (“Rua dos Saboeiros”).

En el otro extremo de la fortaleza, es decir enel frente N-E sucedía un fenómeno similar a par-tir del eje marcado por la “Calçada Velha”(actual calle de Ruperto Chapí), el condicionanteimpuesto por la puerta de San Sebastián y lalimitación urbanística de la presencia del alcázar.Las actuales calles de San Roque, Espronceda(“Rua do Poço”), José Soto (“Rua d’AlvaroFrade”) y Gabriel y Galán (“Rua de João Caldei-ra”) son testimonios de ello.

Por el lado SE el desarrollo no se produciráhasta fechas bastante más tardías, de forma quela Puerta de Alconchel se mantendrá expedita deedificaciones y marcará el límite de la ciudad poreste ámbito de la misma. La calle del Carmen(antigua “Rua das Carnicas”), aunque tengamostestimonios de su existencia desde el siglo XV, nose urbaniza definitivamente hasta el siglo XVII,como consecuencia de la ocupación arquitectó-nica de la confluencia de los caminos de Alcon-chel y San Jorge antes de llegar hasta la puertade Alconchel de la antigua muralla dionisina enun solo vial.

Así pues, nos encontramos a mediados delsiglo XV con un casco histórico intramuros con-solidado y colmatado, que, a pesar de haberperdido relevancia política y económica en favorde la ciudad extramuros, sigue siendo el epicen-tro del desarrollo de la ciudad en su conjunto,influyendo en el modo de expansión de la nuevaciudad, la cual mantiene con aquélla una comu-nicación directa. Nos encontramos, igualmente,con una ciudad bajomedieval o protorenacentis-ta en expansión, caracterizada por la organiza-ción de calles rectas y manzanas de grandesdimensiones, cuyas proporciones buscan lamayor regularidad y que dispone de un centroneurálgico en la plaza.

La expansión urbana cuatrocentista obligó averter nuevos esfuerzos en lo castrense, dandolugar a la segunda muralla que, entre la dionisi-na y la abaluartada, debió disponer Olivenza ysobre cuya existencia ha habido diferentes hipó-tesis y opiniones. Aunque existe el convenci-miento casi generalizado entre quienes se hanocupado del pasado histórico y urbanístico deOlivenza en favor de la existencia de la segundamuralla medieval, la arqueología no ha podidofacilitar testimonio material alguno de su exis-tencia. Sin embargo, la simple lectura del planonos habla de su presencia, pues existe una hue-lla indiscutible en el mismo que señala su pre-sencia en otros tiempos. Nos referimos a laronda que, a modo de cinturón, ciñe un amplioespacio urbano de forma obloga y que, de igualmodo que las “calzadas” de la muralla dionisina,marcaría el límite del perímetro de la cerca.

Demostrada sobradamente la existencia dela segunda cerca oliventina tanto por el planocomo por la información documental y gráficade los siglos XVII y XVIII20, queda, sin embargo,por definir el momento en el que se construye21.Como ya hemos puesto de manifiesto con ante-rioridad, la fecha de la segunda muralla deberíallevarse a fechas del siglo XV, momento en elque la expansión urbana extramuros ha alcanza-do un momento destacado y en el que se hacemás necesaria la fortificación de un espacio conla amplitud suficiente como para albergar en suinterior una expansión urbana como la que semanifiesta a mediados del siglo XV. Entendemosque en el último cuarto del siglo XIV no se dantodavía en Olivenza las circunstancias necesarias

 

Page 9: Olivenza CD Modelo

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

Francisco Javier Pizarro Gómez

83Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

como para poder marcar la dimensión de unrecinto fortificado como el que se indica por lalectura del plano y que, a falta de otro datodocumental de carácter cuantitativo, es el únicodel que se puede disponer a la hora de dimen-sionar la segunda muralla. Por el contrario, en lasegunda mitad del siglo XV se dispone de loselementos de juicio suficientes como para deter-minar el perímetro de la cerca para ceñir en él laexpansión de la ciudad extramuros hasta esemomento y dejar el espacio necesario para ase-gurar durante el mayor tiempo posible el des-arrollo urbano en el interior de este segundorecinto murado22.

Las vistas panorámicas del escudero y tracis-ta real, Duarte d’Armas, realizadas a comienzosdel siglo XVI e incluidas en su obra Livro das For-talezas (hacia 1509), y el plano de N. de Langrésde mediados del siglo XVII, nos permiten aproxi-marnos al trazado de la segunda muralla oliven-tina. El trazado de esta nueva cerca abrazaba elperímetro de la primera muralla, así como losarrabales surgidos tras ésta y que dejaba algunosespacios susceptibles de edificarse.

De acuerdo con la reconstrucción hipotéticaque hemos confeccionado a partir de las fuentesgráficas antes citadas (Fig. 5) la segunda murallase adaptaba a la primera muralla en el flancooriental de ésta como si de una barbacana o pri-mera muralla de la misma se tratara. De la pro-ximidad entre la primera y la segunda murallaoliventina en esta zona nos hablan los restosrecientemente hallados en el lienzo de la prime-ra muralla de Olivenza situado entre la Puerta deAlconchel y la torre emplazada entre dicha puer-ta y el torreón del ángulo oriental.

A falta de torres ofensivas y con las limita-ciones que debió disponer la cerca tanto enmateriales como en morfología, lo más efectivocomo sistema defensivo de la nueva cerca era eltrazado curvilíneo. Solamente en la zona próxi-ma al antiguo alcázar se producían algunas líne-as quebradas23. Los almenados muros de la cercase construyeron a base de mampostería, que-dando la sillería para el refuerzo de ángulos,esquinas y torreones. Por lo que a estos últimosse refiere, a tenor del documento gráfico deDuarte d’Armas y de la exactitud con la querepresenta los torreones de la muralla oliventina,debemos convenir en que la segunda muralla de

Olivenza disponía únicamente de dos torreones,ambos en el frente oriental de aquélla, reforzan-do de esta forma el flanco por donde podía lle-gar el ataque enemigo. Un foso (“cava”) recorríael exterior de la muralla, lo que convierte el casooliventino en una excepción junto con Alandroalen el contexto portugués del momento, toda vezque la topografía y la escasez de agua desacon-sejaban el uso de este elemento de defensa (Fig.6). Sin embargo en Olivenza la situación en llanoy la abundancia de agua posibilitaban el uso deeste elemento defensivo24.

La segunda muralla de Olivenza tuvo trespuertas propiamente dichas, aunque pudohaber dispuesto de puertas secundarias o posti-gos. La ubicación de las tres puertas significóimportantes modificaciones con respecto a laestructura urbana de la ciudad heredada, influ-yendo decididamente en el plano futuro de laciudad. Estas tres puertas eran la de la “CalçadaVelha”, en la vía de este mismo nombre, la delPostigo, al final de la calle de San Juan, y la deRala, en el extremo de la calle del mismo nom-bre. De estas tres puertas, es necesario llamar laatención sobre la posición estratégica de la situa-da en la Calzada Vieja, es decir la orientadahacia el Este, pues, además de situarse en reco-do, estaba defendida tanto por el torreón de lasegunda muralla como por la torre albarrana dela primera cerca. La construcción de la segundamuralla y la ubicación de las puertas en la mismatrajo consigo importantes cambios en la estruc-tura urbana de Olivenza, configurando algunosde los aspectos fundamentales de su morfologíaposterior.

Con las huellas de un singular y fecundoperiodo, la población de Olivenza entra en lamodernidad histórica desde fines del siglo XV ycon ella en una fase de expansión demográficarespaldada por la pacificación de la frontera y lasconsecuencias de los descubrimientos trasatlán-ticos portugueses. Los años finales del siglo XV ylos iniciales del XVI fueron decisivos para la his-toria oliventina. Es el momento en el que, con elfin de asegurar el dominio y explotación del terri-torio, surgen nuevas aldeas que se añaden a lade Táliga, ya existente desde el siglo XIII; nosreferimos a las de San Benito, San Jorge y SantoDomingo, fruto del intenso proceso de coloniza-ción del término. El caso de Villarreal es diferente,

 

Page 10: Olivenza CD Modelo

Francisco Javier Pizarro Gómez

84 Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

Fig. 6. Plano de la Alcazaba.Duarte D'Armas.

Fig. 5. Plano del desarrollourbanístico de Olivenza afinales del siglo XV.

 

Page 11: Olivenza CD Modelo

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

Francisco Javier Pizarro Gómez

85Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

Fig. 7. Plano del desarrollo urbanístico de Olivenza a finales del siglo XVI.

 

Page 12: Olivenza CD Modelo

Francisco Javier Pizarro Gómez

86 Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

pues inicialmente perteneció a Juromenha. Unaquinta aldea pudo constituirse en las inmedia-ciones del Puente de Ajuda, merced al proyectoa medio camino entre la defensa y la coloniza-ción que propuso Antonio de Sequeira al monar-ca D. Manuel a comienzos del siglo XVI y quehubiera sido de extraordinaria importancia en losacontecimientos bélicos del siglo XVII.

Durante el siglo XVI, los barrios circunscritosentre las dos cercas seguirán su crecimientonatural con los mismos condicionamientos urba-nos con los que había terminado el siglo XV (Fig.7). Sin embargo, no tardaría mucho tiempo enaparecer uno nuevo que, como en las centuriasanteriores, habría de ser igualmente de caráctercastrense. El nuevo elemento arquitectónico alque nos referimos sería la tercera muralla de laciudad, cuya historia constructiva comienza afines del siglo XV, cuando el rey D. Manuel comi-siona en 1498 a Afonso Mendes de Oliveira areparar la segunda muralla, aunque finalmentey, en atención tanto al estado de la cerca comoa la falta de materiales, se decidió demolerlapara levantar la nueva aprovechando los mate-riales de aquélla25. Esta es, además de razones decarácter tectónico, la circunstancia por la que nose conserva testimonio material alguno de lasegunda muralla oliventina. Para algunos auto-res, la tercera muralla oliventina dilató hacia elNO la elipse de la segunda muralla. El hecho deque el torreón que se conserve de esta terceramuralla se encuentre junto a la ermita de SantaQuiteria anima también a pensar en la posibili-dad de que, buena parte de la muralla manueli-na se levantara sobre los cimientos de la segundamuralla, pues el límite de la actual calle de SantaQuiteria ya lo alcanzaba ésta, siendo ademásposible que el torreón se levantara en correspon-dencia con el que existía en la segunda muralla,como se pone de relieve en la vista desde el surde Duarte D’Armas.

La muralla que representa Duarte d’Armasen las dos vistas de Olivenza, una desde el NE yotra desde el SE, no cabe duda de que es cierta-mente la manuelina (Figs. 8 y 9). De acuerdo conlos esquemáticos y distorsionados dibujos deDuarte d’Armas, la muralla oliventina afectaba aun perímetro irregular de muros almenados yjalonados por torreones de planta circular demayor altura que los lienzos de muralla. Restos

de una construcción cilíndrica es precisamente loque podemos encontrar adosado al exterior delábside de la ermita de Santa Quiteria.

La etapa manuelina de Olivenza reflejaríatanto en altura como en superficie las diferenciascon respecto a la ciudad medieval. Menos cons-treñida por los límites de la segunda muralla, lascalles de la ciudad moderna se trazan con unaanchura mayor que las calles definidas en lascenturias anteriores. Por otra parte, el tejidourbano cambia notablemente, de forma que lasmanzanas tienden a aumentar su anchura ysuperficie con respecto a las de la centuria ante-rior. Al tipo de manzana alargada, de cierta regu-laridad y alta densidad constructiva, que generóel desarrollo de la ciudad entre la primera y lasegunda muralla, sucederán en el siglo XVI man-zanas irregulares de formas triangulares, trape-zoidales y cuadrangulares, de mayor superficieque las medievales y de menos compacticidadconstructiva.

En los primeros años del siglo XVI los acon-tecimientos se precipitan y Olivenza se ve con-vertida en la sede del Obispado de Ceuta26,siendo el franciscano fray Enrique de Coimbra elprimer obispo que fija su residencia en Olivenza.La iglesia de la Magdalena, concluida en 1560,será la realidad de mayor evidencia formal de lasede episcopal ceutí. En el exterior del templo semanifiesta con claridad el debate entre lo góticoy lo renacentista y, como sucede en otras cons-trucciones eclesiales manuelinas y del entornoalentejano, la portada occidental se abre en latorre que se levanta a los pies de la iglesia. En elinterior, el atractivo diseño manuelino de sushaces de columnas, los nudos marineros, lasesferas armilares y el resto de los elementoscaracterísticos de la arquitectura manuelina con-trarrestan la severidad de las estructuras góticasde las bóvedas.

También la arquitectura civil se encargaría demudar el aspecto medieval de la plaza por otrode mayor modernidad. Las “Casas da Câmara”también se sumaron a este fenómeno, ofrecien-do hacia la plaza una nueva portada de estilomanuelino labrada por los canteros que trabaja-ban en la iglesia de la Magdalena (Fig. 10).

Si en lo arquitectónico es el manuelino laprincipal novedad estilística que trajo el siglo XVIa Olivenza, en lo urbanístico fueron los “largos”

 

Page 13: Olivenza CD Modelo

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

Francisco Javier Pizarro Gómez

87Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

Fig. 8. Vista Norte. Duarte D 'Armas. Fig. 9. Vista Sur. Duarte D'Armas.

Fig. 10. Iglesia de la Magdalena. Fig. 11. Iglesia de Santa Maria del Castillo.

y “terreiros” las principales innovaciones queconocerá el plano oliventino. Tanto uno (“largo”)como otro (“terreiro”) vienen a significar urba-nísticamente lo mismo y son elementos urbanospropiamente portugueses, diferentes a la“plaza” tanto en concepto como en función ylocalización en la trama urbana27.

De los largos y terreiros, sin duda el másimportante será con el tiempo el del Calvario. Ensus alrededores se levantó el palacio episcopal yes el lugar en el que la “Cofradía das Chagas”instala el Calvario que dará nombre al espacio yposteriormente a la puerta de la fortificación delsiglo XVII.

 

Page 14: Olivenza CD Modelo

Francisco Javier Pizarro Gómez

88 Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

Además de los terreiros reseñados con ante-rioridad, hay que mencionar también el quedurante algún tiempo se denominó “TerreiroSalgado”, es decir el espacio que daría lugar enel siglo XIX al “Salón del Terreiro” y que consti-tuía parte de la “calçada” que abrazaba la ciu-dad medieval por el SW. Su denominación tieneque ver con la costumbre de esparcir sal despuésde los autos de fe que se habrían de celebrar eneste lugar a partir de la llegada del obispo FrayEnrique.

El momento de concordia entre Portugal yEspaña entre 1481 y 1640 (inicio de la Guerra deRestauración), con la incorporación de Portugala la corona castellana en 1580, se reflejará en laarquitectura y el urbanismo de la ciudad demanera clara. Así, podremos ver, por ejemplo,cómo durante el siglo XVI la arquitectura religio-sa adquiere por vez primera en Olivenza unaatención semejante a la construcción castrense.Por otra parte, el purismo arquitectónico de lanueva iglesia de Santa María del Castillo (Fig. 11)comenzada en 1580, contrastaría con el manue-lino de la Magdalena.

La Guerra de Restauración y el urbanismooliventino

La Guerra de Restauración (1640-1668),cuyo escenario principal será la frontera extre-meño-alentejana, abre un nuevo periodo en lahistoria oliventina. Una vez más, la necesidad dedefensa del enclave adquiere protagonismofrente a cualquier otro tipo de aspiraciones e ini-ciativas y, nuevamente, la morfología urbana seve afectada por los acontecimientos políticos.Una nueva muralla, construida de acuerdo conlos más actuales sistemas que la ingeniería mili-tar y la guerra moderna requerían, aunque pro-yectada en favor de la ciudad y en detrimento dela eficacia defensiva, marca un antes y un des-pués en la historia urbana de Olivenza y condi-cionará claramente su desarrollo.

Desde 1641 y hasta la segunda década delsiglo XIX la última muralla oliventina marcaría loslímites de la ciudad y del proceso urbano de col-matación intramuros. Como consecuencia deldesarrollo de la ciudad fuera de los límites de latercera muralla y, por tanto, las limitaciones cas-trenses de la misma, que además se encontrabaen mal estado, se hacía necesario una nueva for-

tificación que garantizara la defensa de la ciudady de la frontera ante el desarrollo de los aconte-cimientos y de la técnica de la guerra moderna.

El militar y experto en fortificaciones, Matías deAlburquerque, a la sazón Gobernador de Armas,habiendo inspeccionado las fortalezas de la fron-tera hispanoportuguesa e indicando las obrasque era necesario acometer en cada una de ellas,propició el inicio de las obras de la nueva fortale-za de Olivenza, cuya configuración final se irádefiniendo a partir de las ideas y proyectos apor-tados por diferentes ingenieros militares.

La dialéctica ciudad-fortaleza, que había sidohasta entonces una constante en la historia deOlivenza, vivirá ahora un nuevo e interesanteepisodio en el que se pone de manifiesto laimportancia que ha adquirido a lo largo del sigloXVI el enclave como ciudad, de forma que esteconcepto resulta difícil obviarlo y superarlo conel de plaza militar.

La prevalencia de lo urbano frente a lo mili-tar se manifestará claramente en el diseño de lafortaleza y la adaptación que de ésta debehacerse con respecto a la ciudad existente en1640. Para llegar al objetivo deseado la formula-ción de una muralla de trazado regular centradoresultaba lo más adecuado, tal y como se expre-saba en los tratados de fortificación. Sin embar-go, las dificultades para conseguir en Olivenzauna muralla de estas características eranmuchas. La ciudad había crecido fundamental-mente hacia el Norte y el Sur, por lo que resulta-ba imposible aplicar regularidad central alguna.Ante la necesidad de incluir en el interior de lanueva cerca todos los arrabales y edificios singu-lares periféricos, la muralla oliventina acabaríatrazándose de acuerdo con una forma oblonga(Fig. 12). En los Comentarios da guerra do Alen-tejo (1644), Luis Marinho d’Azevedo dejabaconstancia clara de las dificultades que se encon-tró el gobernador Mathías de Alburquerque y dela imposibilidad urbana de aplicar un sistemaregular a la nueva muralla oliventina28.

La dialéctica ciudad-fortaleza con respecto ala muralla se puede ver gráficamente represen-tada en los dos planos que se incluyen en elálbum de 1661 de Nicolás de Langres29. En unode ellos se presenta la opción de la fortificaciónregular de seis lados cuya aplicación habríasupuesto traumáticas consecuencia para la ciu-

 

Page 15: Olivenza CD Modelo

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

Francisco Javier Pizarro Gómez

89Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

dad preexistente al afectar a buena parte de latrama urbana medieval y renacentista por el ladoSE, incluso a parte de la muralla medieval. Eldiseño por el que finalmente se optó por las

razones antes expuestas fue la que Langres pre-senta en su segundo plano. Es decir una murallade nueve baluartes dispuestos a intervalos irre-gulares, en cuyo perímetro interior se englobaba

Fig. 12. Plano del desarrollo urbanístico de Olivenza en el siglo XVII.

 

Page 16: Olivenza CD Modelo

Francisco Javier Pizarro Gómez

90 Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

la totalidad del espacio urbano de la ciudad enaquellos tiempos y deja un amplio espacio peri-férico para garantizar la rapidez en los desplaza-mientos de los efectivos militares y permitir,posteriormente, la construcción de cuarteles yotros edificios militares, así como la expansiónfutura de la ciudad en superficie.

Solamente dos puertas permitían el acceso alinterior del recinto abaluartado. La Puerta delCalvario (Fig. 13), abierta en la orientación queen las anteriores murallas había definido la nece-sidad de una comunicación directa con el NW,consolidó el papel que en este sentido habíandesempeñado con anterioridad las puertas deGracia y del Postigo. Diferente fue el caso de laPuerta de San Francisco, pues desde la Puerta delos Angeles de la Olivenza dionisina, la ciudad nohabía buscado una salida hacia el Sur de formatan decidida. La disposición de esta puerta enesta orientación tendrá importantes consecuen-cias para el futuro desarrollo urbano de la pobla-ción por esta zona.

Acosada por las tropas españolas, la plazaserá entregada al Duque de San Germán en1657, no volviendo a la corona portuguesa hasta1668 y a raíz del Tratado de Lisboa. En ese perio-do de tiempo el elemento “urbano” más perifé-rico a Olivenza, como es Puente Ajuda, se veráenvuelto en una serie de circunstancias trascen-dentales para el futuro de la población, pues lafortaleza de ésta y su dominio estuvieron siem-pre íntimamente unidos al puente. Frustrado elintento de Antonio de Sequeira en el siglo XVIde favorecer el poblamiento en el puente paraasegurar así su defensa, éste fue destruido yreconstruido a lo largo de los acontecimientosbélicos hispanoportugués del siglo XVII, paraquedar definitivamente impracticable a comien-zos del siglo XVIII, hipotecándose desde enton-ces el futuro de la villa, pues, sin una de las dospartes del binomio fortaleza-puente, la plaza oli-ventina estaba condenada a su suerte, como asíhabría de acontecer en el siglo XIX.

Arquitectura y urbanismo oliventinos entiempos del Marqués de Pombal

El siglo XVIII supone para Olivenza el princi-pio del fin de su etapa portuguesa, pues elhecho de la voladura del Puente de Ajuda por el

Marqués de Bay en 1709 trajo trascendentalesconsecuencias para el futuro de la ciudad. Sin elpaso sobre el Guadiana asegurado, Olivenzaquedaba relegada a su suerte, como los obser-vadores y estrategas militares al servicio de lacorona portuguesa ponen de relieve en el últimocuarto de siglo. El siglo XVIII, especialmente ensu primera mitad, fue un periodo de prosperidadpara Portugal y, por tanto, también para Oliven-za, aunque se registre un estancamiento pobla-cional. Como señala Vallecillo Teodoro, tras lafirma del Tratado de Utrech (1713) se alcanza unperiodo de esplendor en el que la paz y la llega-da de diamantes de Brasil se dejó sentir en Oli-venza tanto en la construcción de cuartelescomo en el enriquecimiento del ajuar artístico delas iglesias parroquiales y de la Santa Casa deMisericordia30. En la segunda mitad de siglo, lasplazas fronterizas conocen más aportacionesreales tras el acceso a la corona portuguesa deDon José I. No obstante, la insolvencia de la Ha-cienda Real en la segunda mitad de siglo obligóa los vecinos a tener que sufragar la restauraciónde murallas y castillo en las últimas fechas de lacenturia.

Los acontecimientos bélicos del siglo XVIII enlos que Portugal se vio involucrada —Guerra deSucesión Española (1703-1713), Guerra de losSiete Años (1756-1763), “Guerra de las Naran-jas”(1798-1801)— fueron los elementos necesa-rios de estimulación constructiva que conocieronlos espacios cercanos a la raya hispanoportugue-sa en el Siglo de las Luces. En lo que a Olivenzase refiere, de una parte sirvieron de acicate yexperiencia para reforzar y remodelar las defen-sas de la plaza oliventina; de otra, las operacio-nes de reconstrucción se harán imprescindible alo largo del siglo como testimonian la documen-tación gráfica y textual del siglo XVIII. En la últi-ma década del siglo XVIII la situación de lafortaleza es altamente preocupante y nada segu-ra, por lo que en algún momento se propone laposibilidad de abandonarla31.

Entre las reformas más importantes queexperimenta el sistema abaluartado de Olivenzaen el siglo XVIII es necesario mencionar la cons-trucción de un “caballero” en el Baluarte de SanJuan de Dios a fin de aumentar las defensas delconvento y de la Puerta del Calvario, pues el hor-nabeque del siglo XVII estaba completamente

 

Page 17: Olivenza CD Modelo

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

Francisco Javier Pizarro Gómez

91Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

arruinado. Por otra parte y a fin de implementarlas posibilidades defensivas de la ciudad por elmediodía y la Puerta de San Francisco, se proce-de a la construcción del Fuerte de San Juan al SE,cuya construcción supuso la más importantemejora con respecto al sistema defensivo delsiglo XVII. El fuerte se organizó con una obra(“flecha”) avanzada sobre las cortinas y baluar-tes, un camino cubierto y “dientes de sierra”

entre el fuerte y los ravellines más próximos. Lamodernidad y eficacia de este sistema defensivopuede apreciarse en los diferentes testimoniosgráficos dieciochescos de la plaza de Olivenza,registrándose desde comienzos de siglo32. Losmismos documentos ponen también de mani-fiesto las dificultades de una fortaleza de estascaracterísticas para estar en perfecto estado deconservación.

Fig. 13. Puerta del Calvario.

 

Page 18: Olivenza CD Modelo

Francisco Javier Pizarro Gómez

92 Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

Fig. 14. Cuartel de Caballería.

La nueva organización del ejército a partirdel siglo XVIII trajo consigo la especialización delos espacios de los cuarteles y propició la impor-tancia del almacenamiento de los materiales,obligando al levantamiento de edificios de nuevaplanta diseñados expresamente para cumplir dela manera más eficaz estas funciones. El año dearranque de este fenómeno es el de 1707 y suinspirador será el monarca João V a partir de las“Novas Ordenanzas”, un modelo de organiza-ción de las fuerzas armadas portuguesas inspira-do en el ejército francés. La creación de los“regimientos” obligó a una especialización tantode los cuarteles como de los espacios de los mis-mos. Los regimientos de infantería y caballeríadebían instalarse en edificios dispuestos a talefecto e integrados en el conjunto de defensasde las plazas militares. A Olivenza le correspon-dieron dos regimientos de infantería y uno decaballería, los “Dragões de Olivença” (Fig. 14).Los mil quinientos hombres y los cuatrocientoscaballos asignados a Olivenza ponen de mani-fiesto el interés que para la corona portuguesaposee Olivenza y su defensa. Sin embargo, sería

a partir de 1762 cuando la nueva organizacióndel ejército portugués llevada a cabo por elConde de Lippe defina exactamente la tipologíadel edificio militar, datando de ese momento lasprincipales remodelaciones y edificaciones denueva planta que conoce la arquitectura militaroliventina33. La condición esencialmente prácticade la construcción militar y el carácter austero dela arquitectura pombalina, antesala estética delneoclasicismo, dará como resultado edificiossobrios y prácticos. Solamente el tono rosado delmármol de las canteras de Estremoz y Vila Viço-sa con el que se definen sus fachadas y los esca-sos elementos decorativos de la arquitecturamilitar alentejana y, por tanto, oliventina ponenuna nota de color y estética a tan sobria arqui-tectura34.

En atención a lo indicado en la normativamilitar de los tratados teóricos en esta materia, laubicación de esta nueva arquitectura castrenseen la ciudad no podía ser aleatoria. El centro y laperiferia urbanos son los espacios para el esta-blecimiento de la construcción militar del sigloXVIII. En el centro, en cuanto núcleo neurálgico

 

Page 19: Olivenza CD Modelo

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

Francisco Javier Pizarro Gómez

93Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

desde el que dirigir la defensa de la plaza, se des-tina a los edificios de intendencia y provisiones,además de algún cuartel. En el caso de Olivenza,el Castillo y sus edificios anexos cumplirán coneste cometido. La periferia urbana, es decir la quedefinía la muralla, es el espacio para la ubicaciónde cuerpos de guardia, pabellones, cuarteles ypolvorines. La zona urbana entre estos dos espa-cios militares debía quedar expedita de cualquierelemento militar, debiendo permitir únicamentela mejor comunicación entre el centro neurálgicoy la línea de defensa periférica (Fig. 15).

La arquitectura militar oliventina del sigloXVIII se concretará de la forma siguiente: El cuar-tel de Intendencia (“Cuartel del Asiento” o“Panadería del Rey”)35 en el Castillo, los cuarte-les de infantería se situaban en el “Cuartel del

Pozo”36, cercano al “Cuartel del Asiento”, y enel Largo del Calvario dos más, los cuales handesaparecido37. En el extremo interior del “Ba-luarte de la Carrera” se levantó el Cuartel deCaballería para los Dragones de Olivenza38 y elllamado “Cuartel de San Carlos” que, en reali-dad, constituía un almacén anexo al cuartel decaballería y parque de ingeniería39. El conjuntoarquitectónico militar se completaba con el hos-pital militar existente en el Convento de SanJuan de Dios, que también serviría de Cuartel deCarabineros.

Por lo que a la construcción civil del sigloXVIII se refiere, ésta se define exteriormente porsu carácter sobrio e interiormente por la bús-queda de las mayores posibilidades de comodi-dad para sus amplios espacios. Sobresaldrán en

Fig. 15. Plano del desarrollo urbanístico de Olivenza en la segunda mitad del siglo XVIII.

 

Page 20: Olivenza CD Modelo

Francisco Javier Pizarro Gómez

94 Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

este sentido las construcciones de la nobleza oli-ventina, destacando especialmente la familiaMelo, presente en la villa desde el siglo XIVostentando el título de Duques de Cadaval ymarqueses de Ferreira. Entre los edificios demayor singularidad que se levantan en la Oliven-za del siglo XVIII dentro de la rama de lo civilnobiliario, hay que destacar el que construye elteniente de caballería y familiar del Santo OficioD. Luis Marçal y Cary (Fig.16) en el espacio quedespués se convertirá en el Salón del Terreiro, esdecir en el antiguo “Terreiro Salgado”, situado alSW de la población en la circunferencia de “cal-çadas” surgidas de la desaparición de la segun-da muralla.

El urbanismo oliventino a partir del Tratadode Badajoz (1801)

El Tratado de Badajoz (1801), con el queconcluía la llamada “Guerra de las Naranjas”,supuso el fin de la Olivenza portuguesa y el de

los cinco siglos de avanzadilla de los dominios dela corona portuguesa en el Alentejo. La fronteranatural de la línea del Guadiana volvía a coinci-dir de nuevo con la política. Con la soberaníaespañola la historia de Olivenza entra en unnuevo periodo urbano, en el que, de algunaforma, se recupera el eje natural norte-sur, queestuvo en el germen de sus orígenes, en detri-mento del este-oeste que durante cinco sigloshabía orientado la vida de Olivenza como urbe yplaza militar.

Pero aún le quedaba a Olivenza una últimaprueba de fuego de su condición militar. Suce-dería esto a raíz de la Guerra de Independenciay su caída en poder de las tropas francesas en1811; momento y circunstancia a partir de loscuales se plantea la posibilidad de desmantelarla fortaleza oliventina y retirar las tropas de lamisma, trasladándolas a Badajoz; solamentepudo iniciarse este proceso, pues la oposiciónde la población oliventina lo hizo imposible, a

Fig. 16. Palacio de Marzal.

 

Page 21: Olivenza CD Modelo

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

Francisco Javier Pizarro Gómez

95Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

Fig. 17. Plano del desarrollo urbanístico de Olivenza en la segunda mitad del siglo XIX.

 

Page 22: Olivenza CD Modelo

Francisco Javier Pizarro Gómez

96 Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

pesar de lo gravoso que el mantenimiento delas defensas en el mejor estado le supondrá a lolargo del siglo XIX.

En 1820 el ingeniero Pedro de Hermosillaredactaba un informe en el que se aconsejaba lademolición de la fortaleza de Olivenza ante susituación y el gasto que supondría su reparo40.Son tiempos de escasez tras la Guerra de Inde-pendencia y la corona española no estaba encondiciones de realizar esfuerzos económicosinnecesarios. En 1854 se derribaron los cubos dela Puerta de San Sebastián por razones de segu-ridad, salubridad y ornato público41. Sin embar-go, habría que esperar a las consecuencias de laRevolución de 1868 para que Olivenza deje deser plaza militar. En 1872 se produce la desafec-tación y venta de los edificios y construccionesmilitares de Olivenza.

Sin lo disuasorio que, a los efectos de la edi-ficación civil, suponía la presencia de la fortalezay sus edificios complementarios y con la revitali-zación del antiguo eje norte-sur como coorde-nada direccional, Olivenza conoce momentos dedesarrollo demográfico y, por tanto, urbano.Fecha importante para la ciudad y su futuro des-arrollo sería la de 1864, año en el que se inician,los trabajos para la construcción de la carreteraque la uniría con Badajoz. La comunicación conla capital de la provincia y la inmigración defamilias procedentes del norte de la Penínsulallegados al reclamo de la desamortización deMadoz42, posibilitó la recuperación demográfica,social y económica de Olivenza durante el sigloXIX y permitirá que de los 6.200 habitantes quese contabilizan en 184043, pasemos a 7.988 en1860 y a los 8.276 en 189744.

La fortaleza arrastrará sus problemas estruc-turales durante los dos primeros tercios del sigloXIX. El proceso de deterioro de la fortaleza y, conella, de la ciudad se acelera con la pérdida de lacondición de plaza fuerte en 1857. El binomiofortaleza-ciudad que durante siglos había expe-rimentado las dificultades de satisfacer las nece-sidades de cada una de las partes, se rompedefinitivamente en favor de la ciudad en 1869con la desamortización de la fortaleza y los edi-ficios militares de la misma. La ciudad, en otrostiempos pujante y orgullosa de su posición estra-tégica, vive en el siglo XIX los intentos de anexiónpor parte de Badajoz a su partido. La configura-

ción de Olivenza como cabecera comarcal y departido judicial salvó a la antigua ciudad templa-ria de una decadente situación.

Con la desaparición funcional de la fortaleza,la ciudad no dispone de límites para su creci-miento. Las huertas y terrenos extramurosempiezan en el siglo XIX a ser objeto de atencióncomo posibles espacios para la edificación. Deesta forma, se comienzan a definir los barriosque marcan el desarrollo de la ciudad en el sigloXX. En efecto, una vez que el espacio intramurosse agota como consecuencia de la fase anterior,se inicia el segundo momento de urbanizaciónde la Olivenza decimonónica. Es la etapa de laexpansión urbana que marcará las pautas para eldesarrollo de la ciudad hasta nuestros días45. Lafortaleza que, en algún lugar se interponía o difi-cultaba este proceso, sufrirá algún derribo. Lomismo cabe decir de las puertas de aquélla, cuya

Fig. 18. Vivienda de la calle Espíritu Santo.

 

Page 23: Olivenza CD Modelo

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

Francisco Javier Pizarro Gómez

97Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

Fig. 19. Plano del desarrollo urbanístico de Olivenza en 1968.

 

Page 24: Olivenza CD Modelo

Francisco Javier Pizarro Gómez

98 Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

angosta comunicación con los espacios extra-muros contravenía la mentalidad de ensanche yalineación de los espacios urbanos de la Españadel siglo XIX. La puerta de San Francisco sufriríalas consecuencias de la expansión urbana extra-muros por el sur46, mientras que la nula expan-sión urbana hacia el NE permitirá, entre otrascircunstancias, que la Puerta del Calvario siga enpie hasta nuestros días.

Mermado en sus propiedades y posibilidadescomo consecuencia de la desamortización depropios, el ayuntamiento de Olivenza no tienemás remedio que ocupar antiguos espacios mili-tares para dotar de vivienda e infraestructura a lapoblación. Los espacios de los baluartes se con-vertirán en solares susceptibles de edificarse,como ocurriría con el Baluarte de la Cortadura,sobre cuyo espacio se levantó la Plaza de Torosentre 1857 y 1868, mientras que el foso delbaluarte de San Pedro, que había sido reparadoen 1805, se soterraba para hacer un parque (Fig.17). Entre los baluartes de San Francisco y la Cor-tadura, cuya cortina de muralla desaparecerá enbuena parte, arranca la expansión urbana por elmediodía, orientando el desarrollo de la ciudaden el siglo XX y definiendo lo que será el primerespacio urbano propiamente “español”.

Arquitectónicamente, el desarrollo urbanode Olivenza en el siglo XIX está definido funda-mentalmente por la construcción civil que en suversión más culta va a contribuir a mudar elsobrio aspecto de la ciudad militar de otros tiem-pos por otro más refinado y elegante. Desde losecos del neoclasicismo del siglo XVIII hasta loselementos formales de los estilos de fin de siglo,como el eclecticismo o el modernismo, pode-mos encontrarlos en la arquitectura del siglo XIX

de Olivenza. El desarrollo de grandes programasarquitectónicos de los siglos XIX y XX a partir deviviendas de dos y tres niveles constructivos yfachadas de notables dimensiones estuvo mar-cado por los imponderables de la ciudad pree-xistente, de manera que, en alguna ocasión, laarquitectura se adapta a las circunstancias delespacio disponible, especialmente en la fase decolmatación urbana (Fig. 18).

La historia urbana de la ciudad de Olivenzaen el siglo XX ha estado marcada por el des-arrollo de un urbanismo orgánico y coherentecon la ciudad heredada en las primeras décadasde siglo y el desarrollo de modelos urbanísticosy arquitectónicos que dieron la espalda a aqué-lla a partir de los Planes Parciales derivados delPlan General de Ordenación urbana de 1968.Con la reciente revisión del Plan General deOrdenación Urbana Olivenza se prepara en lourbano para un desarrollo coherente e integra-do con su pasado (Fig. 19).

Con la declaración de Olivenza como Con-junto Histórico-Artístico en 1964, se inició unproceso de rehabilitación de los edificios cas-trenses oliventinos que ha tenido en las déca-das de los años 80 y 90 del siglo pasado losmomentos de mayores logros. La redacción delPlan Especial de Protección del Conjunto Histó-rico de Olivenza ha rubricado el desvelo de laadministración municipal por el patrimonioarquitectónico de Olivenza. Fruto del perma-nente celo de la administración municipal pormantener las señas de identidad locales, el patri-monio oliventino se presenta hoy como uno delos conjuntos arquitectónicos mejor conservadosde la región y un activo fundamental para elfuturo de la ciudad.

 

Page 25: Olivenza CD Modelo

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

Francisco Javier Pizarro Gómez

99Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

NOTAS

1 Este artículo se fundamenta enla investigación llevada a cabo para laobra Olivenza. Paisajes Urbanos deExtremadura, editada por la AgenciaExtremeña de la Vivienda, el Urbanis-mo y el Territorio, de la Junta de Extre-madura, en 2005, y desarrollada porun equipo dirigido por quien firmaeste artículo.

2 Como es sabido, en 1278 Alfon-so X obliga a los templarios a entregarOlivenza al Concejo de Badajoz. A par-tir de este momento, Olivenza se con-vierte en un lugar estratégicamenteapetecible tanto para la corona caste-llana como para la portuguesa, apro-vechando esta última el momentopropicio para hacerse con la misma, loque tendrá lugar en el último deceniodel siglo XIII. En efecto, tras la muertede Sancho IV el Bravo y aprovechandolos conflictos internos de la coronaespañola, D. Dinis fuerza en 1297 lafirma en la localidad zamorana deAlcañices del tratado por el que Oli-venza se convertía en villa portuguesade realengo, no sin que la Orden delTemple influyera en este sentido ycomo venganza contra la corona espa-ñola.

3 Para otros autores, la fecha de lapresencia templaria en la aldea hay quellevarla hasta después del año 1258(RODRÍGUEZ AMAYA, E., “Olivenza y lafrontera portuguesa hasta 1229”,Revista de Estudios Extremeños, II,Badajoz, 1953, pp. 3-159, p. 10).

4 Como es sabido, el papa Inocen-cio II autorizó a la Orden del Temple ensus bulas Militia Dei (1145) y Omnedatum optimum (1139) a erigir en elrecinto de sus casas y encomiendasoratorios particulares para asistir a losoficios divinos y poder ser enterradosen sagrado. Esta circunstancia ayuda aentender la proximidad de algunasiglesias dedicadas a la advocación tem-plaria de Santa María a las fortificacio-nes extremeñas, así como la necesidadde que aquellas construcciones ecle-siásticas llegaran a formar parte de lafortaleza. Así ocurre con los casos de

Jerez de los Caballeros y de Fregenalde la Sierra, cuyos templos dedicados aSanta María, como era norma generalen las iglesias de las poblaciones de supropiedad, mantenían una estrecharelación con el castillo, siendo en elcaso de Fregenal muy clara esta rela-ción, pues en él la iglesia constituye unelemento anejo del castillo, de formaque uno de los cubos de éste defendíatambién el templo. Esta misma condi-ción de iglesia-fortaleza se nos presen-ta claramente en el caso de la Iglesiade Santa María de la Encina de Burgui-llos del Cerro, situada en una pequeñameseta del alto en el que se encuentrael castillo.

5 Vid. LIMPO PÍRIZ, L. A., PlanEspecial de Protección del recintointramuros de Olivenza. Memoria.Información y avance, p. 21 y ss.

6 TEIXEIRA, M. C. y VALLA, Mar-garita, O urbanismo portugués. Sécu-los XIII-XVIII. Portugal-Brasil, LivrosHorizonte, Lisboa, 1999, p. 25 y ss.SOUSA ROSA, I. El diseño de la ciudadmedieval portuguesa, Tesis Doctoralinédita, Universidad de Extremadura,2002, p. 198 y ss.

7 SANCHEZ GARCIA, R. Mª yLIMPO PIRIZ, L. A., El enclave de Oli-venza y sus murallas (1230-1640.,Madrid, 1994, p. 54.

8 La carta de 1298 concedía a lavilla el derecho a organizar una feriacomercial cada semana, mientras queen 1316 se permitía la celebración deuna segunda feria con carácter anual,que se celebraría del 1 al 15 de sep-tiembre.

9 VALLECILLO TEODORO, M. A.,Olivenza en su historia, Badajoz, 1999,p. 49.

10 MARQUES, J., “D. Afonso IV ea construção do alcácer do castelo deOlivença”, Encuentros/ Encontros deAjuda, Badajoz, 1985, p. 589-615, p.600.

11 De aquellas puertas ha desapa-recido la “Puerta de San Sebastián”.Las demás se conservan con más omenos transformaciones. La “Puertade los Angeles” presenta sus dostorreones semiempotrados en las

viviendas que se han edificado adosa-das junto a ellos. Sobre el arco queune los dos torreones se puede adivi-nar la moldura que señalaba la pre-sencia de un escudo. De la “Puerta deGracia”, aunque fue demolida en elsiglo XVI como consecuencia de laconstrucción del Palacio de los Duquesde Cadaval, aún se conserva el espacioabovedado que señala su presencia.La Puerta de Alconchel, cuyo cuboizquierdo había sido demolido parcial-mente, ha sido restaurada a fines de ladécada de los años ochenta del siglopasado.

12 Esta nueva iniciativa real enOlivenza estaba impulsada no sólopor el deseo de aumentar las defensaspara con el exterior (pensemos en laorientación hacia Castilla de estenuevo elemento del sistema defensivooliventino), sino también por la nece-sidad de conjurar una posible ofensivadesde el interior de la propia ciudad odel país.

13 SÁNCHEZ GARCÍA, R. M., “Elenclave oliventino, un subsistemadefensivo en la frontera hispano-por-tuguesa”, Revista de Extremadura,segunda etapa, nº 7, Badajoz, 1992,pp. 71-86, p. 77.

14 La presencia de estos arrabalesdesde fechas tan tempranas pone derelieve el clima de bonanza que vive lavilla en el siglo XIV, lo que, salvo las cir-cunstancias negativas de los episodiosbélicos y las pestes que tienen lugarentre 1356 y 1365, se mantendráhasta la llegada al trono de D. Fernan-do (1367) y el inicio de la confronta-ción con Castilla en el último cuarto desiglo.

15 En la crónica del rey D. Alfonsose dice lo que sigue: “E deshy foyse elRey a Vila Viçosa. E daly chegou a Oli-vemça, e çercoua deredor. E vendoque lhe não podia empeçer, partiosede hy. E os arrabaldes desta uila eotros que não dizemos todos, foromestroydos e feyto muyto mal em aque-la comarqua”(citado por TAROUCA,C. de S., Crónica dos sete primeirosreis de Portugal, Lisboa, 1952, tomo II,p. 257).

 

Page 26: Olivenza CD Modelo

Francisco Javier Pizarro Gómez

100 Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

16 PIZARRO GÓMEZ, F..J., PaisajesUrbanos de Extremadura. Olivenza,Mérida, 2005, p. 32 y s.

17 La construcción del puentecomienza en 1360, es decir en tiemposde bonanza económica y desarrollodemográfico, como solución necesariapara garantizar durante todo el año eltrasiego de personas y bienes.

18 LIMPO PIRIS, A., Plan espe-cial..., p. 52.

19 Vid. RAMALHO COSME, J. S.,“Olivença na inquisição deÉvora(1559-1782)”, Revista de Estu-dios Extremeños, vol. XLVI, nº II, Bada-joz, 1990, pp373-395, p. 373.

20 De los diferentes testimoniosdocumentales de las centurias mencio-nadas, el más evidente es, sin duda, elque relata en 1791 el prior João deDeus Magalhaes Mexia que, en suobra Livro de Curiosidades, despuésde hacer referencia a la primera mura-lla oliventina, afirmaba lo que sigue:“O 2º muro, que foi demolido, teve 5postigos. Hoje apenas se descobremvestigios. A 1ª porta, chamada daRala, no fin da rua d’este nome, con-serva metade do arco; 2ª porta, nocima da Calçada Velha, no canto dascasas de Manuel Lourenço Pintado;saindo para a Carreira se vê no chão opavimento do assiento da porta 3ª,chamada do postigo, no fin da ruad’este nome; passava o muro no fin darua d’Alvaro Frade, e se descobreparte della, passava no fin da rua doBuraco do Juiz, e nella tem vestigios,circulava o terreiro de Stº Antonio,Carreira, até fechar na CalçadaVelha”( Citado por LIMPO PÍRIZ, L. A.,Plan Especial....., p. 61 y s.). Se tienentambién indicios de su existencia endocumentos de los siglos XIV y XV(SANCHEZ GARCIA, R. Mª y LIMPOPIRIZ, L. A., op. cit., p. 111 y s.). Elplano de Bassemond de 1763 consti-tuye el único testimonio gráfico de lasegunda muralla oliventina.

21 Para Sánchez García y LimpoPíriz (op. cit.) no hay duda alguna deque la segunda muralla oliventina esfernandina, incluyéndola, por tanto,en el conjunto de empresas fortifica-

doras que el monarca D. Fernandoemprende en diferentes localidadesportuguesas y al objeto, entre otrasrazones, de proteger los arrabales sur-gidos extramuros de las fortificacionesdionisinas.

22 PIZARRO GÓMEZ, F. J., op. cit.,p. 36.

23 Sobre esta forma del perímetrode la muralla oliventina existe, ademásde la huella de la misma en el plano dela ciudad, un documento gráfico delsiglo XVIII. Nos referimos al “Plan de laPlace d’Olivença” de 1763, en el que,en el interior de la muralla abaluartadadel siglo XVII, se dibuja una línea dis-continua de forma oval que no puedeser más que el trazado de la murallamedieval oliventina.

24 SÁNCHEZ GARCÍA, R. Mª yLIMPO PÍRIZ, L.A., op. cit., p. 149.

25 “A nesta vjlla huma bareyravelha que vay da porta que chamamda Praça até porta do postigo, e destabareyra cayram duos lanços e jazia apedra dentro na cava e eu, por maisbrjbydade e menos custa, a mandeytyrar e a tenho tyrada toda, e muytaparte da caljça della bareyre, e parece-mo que com esta pedra se rrepararáesta obra e tenho a caljça pera dellafazer area, que tambem he menoscusta e he muyto booa masa, por queasy mo dizem os mestres, e destamaneyra tenho aproveytada toda apedra e caljça quanto pude”( VITERBO,F. Marques de Sousa, Diccionario His-tórico e Documental dos arquitectos,engenheiros e construtores portugue-ses, Lisboa, 1904, p. 168-170, citadopor SÁNCHEZ GARCÍA, R. M. Y LIMPO,PÍRIZ, L. A., op. cit., p. 135 y s.).

26 El origen de esta anexión alobispado ceutí se encuentra en elBreve del papa Eugenio IV que causóefecto el 14 de julio de 1444. En 1570,y a raíz de la erección del obispado deElvas, Olivenza dejó de pertenecer a ladiócesis de Ceuta (Vid. RINCÓN GIMÉ-NEZ, J., Memorial oliventino, vol. I,Badajoz, 1916, p. 193 y s.).

27 “As praças que hoje vemos emmuitas cidades medievais são, namaior parte dos casos, um desenvolvi-

mento mais tardio, levado a caboalguns séculos depois da sua funda-ção. Esses espaços só se viriam a estru-turar plenamente como praças nosséculos XV e XVI, associadas à edifica-ção de novos equipamentos religiosose civis na cidade. Este processo irácorresponder à modernização da vidaurbana e à reforma das instituições ini-ciadas por D. Afonso V a partir demeados do século XV e prosseguidaspor D. João II e D. Manuel I”( TEIXEI-RA, M.C., “As praças urbanas portu-guesas quinhentistas”, A praça nacidade portuguesa, pp. 69-89, Lisboa,2001).

28 “Partindo logo a Olivença,como praça menos segura, nella selhe representarão mil dificuldadespara a fortificar, porque havendo defazer circunvalação, que incluisse osarrabaldes, fontes & Mosteiro de SãoFrancisco, era tam grande a circunfe-rencia que requería tempo, gasto &muita gente para goarnição; & dei-xando de a fazer, cortando as trin-cheiras a forticação regular, seríadesgostar os moradores, que naque-lles principios avião de sentir que searrazassen as cazas em que vivião”( p.9. Citado por LIMPO PÍRIZ, L.A., PlanEspecial..., p. 80).

29 Ingeniero francés que estuvo alservicio de Portugal y que realizó unaserie de proyectos para las plazas másimportantes del Alentejo desde elpunto de vista estratégico, las cualesrecopiló en el manuscrito titulado Des-enhos e Plantas de todas as Praças doReyno de Portugal, que dedicó almonarca João II y que se custodia en laBiblioteca Nacional de Lisboa (Cod.7442). Tras la muerte de Cosmanderse convirtió en el “Engenheiro da Pro-vincia do Alentejo”.

30 VALLECILLO TEODORO, M. A.,Arte religioso ...., p. 40.

31 “..,,devo dizer a Vª Exª que estaPraça estava con duas brexas, desde oparapeito atté ó foço, huma de 125palmos de largura, e outra de 104além de outras mais piquenas, quehaviaõ em toda a circumferencia; porcujo motivo, julgo se pertendera aban-donalla, ....” (Inspección de 24 de

 

Page 27: Olivenza CD Modelo

QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 75-101

Francisco Javier Pizarro Gómez

101Olivenza: Modelo de transferencias arquitectónicas y urbanísticas entre España y Portugal

noviembre de 1799. A.H.M.L., 3ª D.,9ªS., C. 81, nº 21. Citado por SÁNCHEZGARCÍA, R. M., Fortificaciones y...., II,p. 306).

32 Entre los planos que se conser-van de la fortaleza de Olivenza en elsiglo XVIII puede mencionarse el anó-nimo que reza como “Planta de Oli-venza, 1709”, el del ingeniero francésGranpé de 1732, el de Miguel LuizJacob de 1755, el de João António de1758, el anónimo titulado “Planta daPraça de Olivença”, de 1763, el deBassemond de 1763, el de Roiz daSilva de 1768, etc, todos ellos conser-vados en el Gabinete de EstudosArqueológicos de Engenheria Militarde Lisboa.

33 SÁNCHEZ GARCÍA, R.M., Forti-ficaciones y....., II, p. 460.

34 GARCÍA GALÁN, A., “La arqui-tectura pombalina en Olivenza”, Almi-nar, nº 38, Badajoz, 1982.

35 Se trataba de un edificio deintendencia de la segunda mitad delsiglo XVIII destinado a abastecer de pana la guarnición de la plaza, cuya estruc-tura original se ha mantenido en bue-nas condiciones hasta nuestros días.

36 Aunque el cuartel aparece yaen el plano de Olivenza de Basse-mond(1763), las obras del edificio noestarían listas para su ocupación hastalos años finales del siglo XVIII( SÁN-CHEZ GARCÍA, R. M., Fortificacionesy...., II, p. 463).

37 Aunque no se sabe la fechaexacta de su construcción, ya aparecenen la planimetría histórica de mediadosdel siglo XVIII, dejando de aparecer enla documentación desde 1835 en ade-lante. (SÁNCHEZ GARCÍA, R.M., Forti-

ficaciones y...., II, p. 467). En el planode Bassemond (1863) se puede adver-tir la forma alargada de las plantas deestos dos edificios militares.

38 En 1742 el “Regimiento de Dra-gões de Olivença” sustituirá al “Regi-miento de Cavalaria Ligera”, siendo apartir de 1762 denominado “Regi-miento de Cavalaria de Olivença”, quecontaba con ocho compañías.

39 Su uso como almacén de pien-so y paja para los caballos del Cuartelde Caballería, que se construye almismo tiempo, determinó su emplaza-miento en las proximidades de aquél ysu ubicación en un terreno seco, comoaconsejaban los tratados militares dela época (SÁNCHEZ GARCÍA, R.M.,Fortificaciones y....., II, p. 503).

40 Aconsejaba igualmente Her-mosilla la habilitación del convento deSan Francisco como cuartel de infante-ría habida cuenta del estado en el quese encontraba el “Cuartel del Pozo”,además de la necesidad de construirnuevos cuarteles en los baluarte sde LaCava y de Santa Quiteria, que no lle-garían nunca a edificarse (SÁNCHEZGARCÍA, R.M., Fortificaciones y...., II,p. 464 y s.).

41 “El Señor Teniente Alcalde pro-puso que hallándose ruinoso el arcoque da entrada a la plaza de SantaMaría por parte de la calzada vieja asícomo todo el murallón que desdedicho arco sigue hasta el castillo, con-vendría no solo por lo expuesto, sinotambién por razón de ornato público,que se derribasen completamente,con lo que se conseguiría dejar unahermosa plaza en esta parte de lapoblación que daría belleza y salubri-

dad”(A.H.M.O. Leg. 12, Carp. 1, f.14.Ref. SÁNCHEZ GARCÍA, R.Mª y LIMPOPÍRIZ, L.A., op. cit., p. 81).

42 Hacia 1840 se han asentado enOlivenza los primeros cameranos,como los Riva, Soriano o Arteaga, quefacilitarán la llegada de otras familiasriojanas, a las que habrían de sumarselas procedentes de Extremadura y deotros lugares de la Península(VALLECI-LLO TEODORO, M.A., Olivenza...., p.140 y ss.).

43 La población oliventina inicia elsiglo con la cifra de siete mil habitan-tes que arroja el censo de 1801. Losacontecimientos bélicos del primer ter-cio de siglo explican la pérdida dehabitantes que se registra treinta ynueve años después. Es preciso teneren cuenta también los acontecimien-tos que entre 1820 y 1830 tienenlugar entre absolutistas y liberales enlas villas fronterizas, siendo especial-mente virulentos los acontecimientosque se viven en Olivenza en 1826 poreste motivo.

44 FUENTES BECERRA, J., Lacomarca de Olivenza. Estudio integral,Olivenza, 1996, p.69.

45 El barrio de la Farrapa, al Sur, yel de Santa Engracia, al Noreste y enprolongación de la Puerta Nueva de lafortaleza, fueron los primeros procesosde colonización del espacio extramu-ros a la muralla abaluartada, orientan-do y definiendo uno de los ejesexpansivos de la Olivenza del siglo XX,como es el NE-SO.

46 La puerta de San Francisco sederriba a principios del año 1881 poracuerdo municipal (VALLECILLO TEO-DORO, M.A., Olivenza...., p. 273).