CURARIREHandroanthus serratifolius

Fotografía: Ligia Ararat

Llega la Primavera de Oroal Bosque Seco Tropical

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EnEn el Bosque Seco Venezolano de tiempo en tiempo son largas e intensas las sequías y esto ofrece la oportunidad de aprender algo nuevo sobre la alegría de la primavera. En ese bosque seco hay un árbol rey que si lo observamos nos cuenta una historia de audacia, resiliencia, belleza: El Curarire (Handroan-thus serratifolius).  En momentos de carencia, dureza y dificultad, el Curarire pierde sus hojas y se desnuda, mientras preserva en sus venas el agua, guarda energía y nutrientes en sus raíces, para ga-rantizar la vida. Al arribo de las primeras gotas de lluvia, de los primeros recursos, el Curarire hace brotar la riqueza viva que guardaba en su cuerpo y explota de emoción en el esplendor amarillo dorado de sus flores en primavera. Es un momento de fiesta, de alegría y de encuentros, después de la carencia, la soledad y la ausencia. ¿Qué mejor ejemplo de cómo mostrar la riqueza que hay guardada en cada ser vivo?Así, en las vísperas del mes de marzo, en el Bosque Seco de Venezuela, el dorado de las flores del Cu-rarire, se une a las del Araguaney (Tabebuia chrysantha), del Guamacho (Pereskia Guamacho) y tantos otros, para dar inicio a lo que maestro Rómulo Gallegos llamó: “La Primavera de Oro”. Este momento de la vida de los bosques ofrece a todos el goce de una explosión radiante, como joyas preciosas en celebración de la abundancia y de lo vivo. En esta Primavera de Oro que comienza, al sonar la melodía de la lluvia, los árboles interpretan un concierto de luz, mientras todos los que conocemos el secreto dede la vida cíclica del bosque bailamos y florecemos con él, creando nuevas alianzas, forjando nuevas ideas, liderando nuevos rumbos.Este bosque de copas doradas como el sol hacen la diferencia en su paso por la primavera porque recuerdan que no están solos, que no son un milagro, ni una evento aislado. Sus socios de vida en el bosque de copas verdes y grises se unen a la fiesta de la primavera ofreciendo un contraste de fondo, que permite a las copas de oro resaltar por un tiempo en densidad y brillo. La coreografía de colores de los bosques son quizá poemas de cooperación interbiológica en los que todos los seres vivos dis-frutan de temporadas en las que sus virtudes resaltan en formas diversas, casi invisibles, y siempre fér-tiles.Así una fiesta es el inicio de otra y un nuevo ciclo de transformación, de nacimiento de nuevos frutos y semillas, y de nuevas abundancias hecha de las flores de la primavera que caen y cubren la tierra como alfombra de abono, para seguir fertilizando el suelo que a todos soporta. En ese proceso que es lo vivo, llegado los recursos luego de períodos difíciles, convirtámonos en fiesta fértil, demos cobijo, hagamos brotar las nuevas hojas, hagamos que se llenen nuestras ramas y nuestras copas, recibamos con cantos las nuevas aves. Somos el bosque, somos el árbol rey, somos el hogar que ahora no olvidaráolvidará que no se desperdician, ni se hurtan, ni se despilfarran los recursos obtenidos en ningún mo-mento del ciclo de vida. Sabemos ahora después de una larga sequía, que las riquezas se siembran, se administran y se comparten con justicia y generosidad, para ser usadas cuando más se necesiten y poder vivir en paz hasta en las más grandes dificultades.Llega la Primavera de Oro, explotemos de emoción, mostremos lo mejor, juntos, como los árboles del bosque.

¿Has visto un árbol rey? Compartelo y que florezcan con él tus sueños #primaveradeoro #goldenspring