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REPOSITORIO
INSTITUCIONAL
MONOGRAFIA
OFICIO DE JESUCRISTO COMO
SACERDOTE
INTEGRANTES:
BERTHA FARFAN
RENZO GONZALES
MICHAEL MARINA
CURSO DE JESUCRISTO
NOVIEMBRE 2017
UNIVERSIDAD SEMINARIO
EVANGÉLICO DE LIMA
“Formando lideres con valores cristianos”
FACULTAD DE TEOLOGÍA
ESCUELA PROFESIONAL DE
MINISTERIO PASTORAL
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Contenido
OFICIO DE JESUCRISTO COMO SACERDOTE .............................................................. 3
DEFINICION DE TERMINOS ......................................................................................... 3
OFICIO ........................................................................ ¡Error! Marcador no definido.
FUNCION .................................................................... ¡Error! Marcador no definido.
JESUCRISTO ................................................................................................................ 3
SACERDOTE ................................................................................................................ 5
Los Oficios de Jesucristo en el Antiguo y Nuevo Testamento .......................................... 7
EL SUMO SACERDOTE ESTABLECIDO SEGUN EL ORDEN DE MELQUISEDEC
................................................................................................................................................ 8
Profecía del antiguo testamento ................................................................................... 10
CARACTERISTICAS SACERDOTAL DE CRISTO .................................................... 11
Humanidad ................................................................................................................... 12
Sin pecado .................................................................................................................... 13
Divinidad ...................................................................................................................... 14
FUNCION Y OBRA SACERDOTAL DE CRISTO ....................................................... 15
Cristo como nuestro sumo sacerdote ............................................................................ 15
Cristo Como nuestro intercesor .................................................................................... 17
Cristo en la expiación. .................................................................................................. 19
CONCLUSION ................................................................................................................ 25
APLICACIÓN ................................................................................................................. 26
Bibliografía .......................................................................................................................... 27
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INTRODUCCION
En el siguiente trabajo monográfico de investigación, presentaremos el ministerio de
Jesucristo como sacerdote, sabemos que antiguamente era el linaje de las tribus de los Levitas
y de Aron, estos eran personas divinamente consagradas para ser los representantes ante
nuestro Dios y por ende ofrecer sacrificios
Este estudio tiene como propósito hacernos conocer a nuestro señor Jesucristo en su oficio
sacerdotal y nuestra participación como iglesia en su presencia.
Tomaremos los puntos necesarios, nuestro señor Jesucristo como sacerdote se ofreció a sí
mismo, el sacrificio, con el objeto de asegurar el perdón del hombre y la aceptación ante la
presencia de Dios. Su vida con anterioridad y esto con una preparación para su obra
sacerdotal. Nuestro señor Jesucristo participo de nuestra naturaleza humana (Hebreos 2:14-
16) y de nuestras experiencias, como tal no había otra manera de representar al hombre ante
Dios ni ofrecer sacrificios; ni tampoco podía socorrer a la humanidad tentada sin saber por
experiencia lo que significaba las múltiples tentaciones en la vida. Un sacerdote por lo tanto
debe de ser humano y nuestro señor Jesucristo en obediencia al Padre. Así mismo como sumo
sacerdote vino tanto para presentar una ofrenda como para ser ofrenda, combinando en sí
mismo el sacerdocio y su cuerpo en el sacrificio. Ningún otro sacerdote en todos los tiempos
merecía hacer tal sacrificio, y ninguna ofrenda menor que la sangre misma de nuestro señor
Jesucristo podía ser suficiente para expiar el pecado.
DEFINICION DE JESUCRISTO Y SACERDOTE
JESUCRISTO
Según El diccionario expositivo define así: “cristos (cristov", 5547), ungido. Traduce, en la
LXX, la palabra Mesías, término que se aplica a los sacerdotes que eran ungidos con el aceite
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sagrado, especialmente al sumo sacerdote (p.ej., Lv 4.3, 5,16)” (Diccionario expositivo de
palabras del antiguo testamento, Merrill Unger y William White).
Jesucristo es el hijo de Dios como nos recuerda como dice (2 Pedro 1:17) ¨pues cuando él
recibió de Dios Padre hora y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que
decía: este es mi hijo amado, en la cual tengo complacencia¨. Dios el Padre se complace en su
hijo porque él era obediente en todo.
“La palabra Cristo no es su nombre es un título. El titulo Cristo que significa ungido (lo
mismo que la palabra Mesías); este Jesucristo en particular es el ungido por Dios” (Ana
Basurto, fuente diapositiva, tema Jesucristo, n° 10). Mesías ungido para un trabajo especial
nos recuerda en Mateo 1:21-23 el anuncio del ángel y la obediencia de José a la voz del
Espíritu Santo, el ángel le anuncia a José que Jesucristo iba a ser el salvador del mundo. 1
Pedro 1:18-20 Cristo es elegido antes que fuera creado el universo para que sea el salvador de
toda la raza humana. Según Tillich dice asi:
Lo primero que debe hacer el pensamiento cristológico es una interpretación del nombre
"Jesucristo", preferiblemente a la luz de la narración de Cesárea de Filipo. Ha de quedar
claro que Jesucristo no es un nombre propio, formado por la unión de dos nombres
propios, sino la combinación de un nombre propio -el nombre de cierto hombre que vivió
en Nazaret entre los años 1 y 30- con el título de "el Cristo" que, en la tradición mitológica,
designa un personaje especial que ejerce una función especial. El Mesías en griego,
Christos es "el ungido", el que ha recibido una unción de parte de Dios que lo capacita para
establecer el reino de Dios en Israel y en el mundo. Por consiguiente, el nombre Jesucristo
debe entenderse como "Jesús, que fue llamado el Cristo", o "Jesús, que es el Cristo", o
"Jesús como el Cristo", o "Jesús el Cristo", El contexto determina cuál de estas expresiones
interpretativas tenemos que usar; pero es preciso usar una de ellas, no sólo en el
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pensamiento teológico sino también en la práctica eclesiástica, para que así se mantenga
vivo el sentido original del nombre "Jesucristo". La predicación y la enseñanza cristianas
deben subrayar una y otra vez la paradoja de que el hombre Jesús fue llamado el Cristo una
paradoja que a menudo queda atenuada en el uso litúrgico y homilético de "Jesucristo"
como un nombre propio. "Jesucristo" significa original, esencial y permanentemente "Jesús
que es el Cristo (Tillich, 1982, pág. 134).
Teniendo en cuenta que el nombre de nuestro señor ha sido entendido desde varios
conceptos y este argumento del autor nos hace entender que las realidades en la época de
nuestro señor Jesucristo ya existían enfoque que nos ayudan entender mejor el nombre y título
de nuestro señor Jesucristo.
SACERDOTE
Un sacerdote es hombre nombrado para un trabajo específico que Dios lo ha designado de
ser un mediador entre Dios y los Hombres, los Sacerdotes eran de la casa de Aarón según el
Antiguo Testamento porque así Dios lo había determinado.
En el antiguo Testamento los Sacerdotes de Israel, primero deberían presentar sus
ofrendas por ellos mismos luego por el pueblo, porque ellos también eran pecadores.
Moisés consagro a Aarón y a su familia como sacerdotes de Israel. En Levíticos 16:3-6,
¨pero si piensas entra al lugar santísimo deberá bañarse y poner su traje sacerdotal; es decir, el
manto, la ropa interior, el cinturón y el gorro. Entonces me presentara un ternero como
ofrenda para el perdón de pecados y quemara un carnero en mi honor. Para el perdón de su
propio pecado y por el pecado de su familia, Aarón me presentara un ternero. Por el pecado de
los Israelitas, me presentara dos chivos y un carnero que los Israelitas mismo le entregara
quemara el carnero en mi honor¨.
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Según Montgomery menciona diciendo así: “antes que el sumo sacerdote pudiera entrar al
lugar santísimo en el día de la expiación lo que hacía una vez al año primero tenía que
ofrecer un becerro como expiación por sí y por su casa (Levíticos 16:6) Solo después de
haber realizado dicho sacrificio podía continuar con la ceremonia de los machos cabrillos y
el sacrificio, cuya sangre luego era roseado por el propiciatorio dentro del lugar santísimo”
(Montgomery, 1996, pág. 309).
Eso lo hacia todos los sacerdotes vez tras vez todos los años, según sus perspectivas iban a
limpiarlo o purificarlos de sus pecados.
Que diferente es lo que hizo Cristo, entro solo una vez como sumo sacerdote al lugar
santísimo, hizo perfecto la obra de expiarnos de nuestros pecados.
Hebreos 7:26-27 “Porque al sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha,
apartado de los pecados, y hecho más sublime que los cielos; que no tiene necesidad cada día,
como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y
luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo”.
Sus provisiones de los sacerdotes en el antiguo testamento provenían de Dios mismo,
porque ellos estaban a cuidado de Dios; la tribu de Levi no recibió un territorio por heredad
así como las otras tribus, porque su herencia era Dios mismo. Parte de las ofrendas que traían
los Israelitas eran para los sacerdotes como por ejemplo los animales, cereales y diezmos,
como nos dice así: (Números 18:8,21 y Deuteronomio 18:1-4). Lacueva dice lo siguiente así:
“Y en el antiguo testamento Dios escogió a Israel para ser una nación; dentro del pueblo de
Israel escogió una tribu sacerdotal, la de Levi. Sacerdotes y Levitas habían de ser
descendientes de Levi, pero la familia sacerdotal por excelencia era descendientes de Aarón,
de la que eran tomados sumo Sacerdote¨ (Lacueva, 1986, pág. 267). Por lo tanto para nosotros
ser sacerdote, es ser un mediador entre Dios y los hombres, y en favor de los Hombres.
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Los Oficios de Jesucristo en el Antiguo y Nuevo Testamento
Se consideraba tres oficios principales en el pueblo escogido de Dios, Israel. En el Antiguo
Testamento: El de sacerdote “Y se reunieron con el rey salomón todos los varones de Israel en
el mes de Etanim, que es el mes séptimo, en el día de la fiesta solemne y vinieron todos los
ancianos de Israel, y los sacerdotes tomaron el arca. Y llevaron el arca de Jehová, y el
tabernáculo de reunión, y todos los utensilios sagrados que estaban en el tabernáculo, los
cuales llevaban los sacerdotes y levitas.” (1 reyes 8:2-4); el de rey “Cuando todos los ancianos
de Israel fueron ante el rey en Hebrón, el rey David concertó un pacto con ellos en Hebrón
delante de Jehová; y ungieron a David como rey sobre Israel.” (2S. 5:3). El de profeta “Vino
palabra de Jehová a Jeremías la segunda vez, estando el aun preso en el patio de la cárcel,
diciendo: Así ha dicho Jehová, que hiso la tierra, Jehová que la formo para afirmarla; Jehová
es su nombre: Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñare cosas grandes y ocultas que tu no
conoces” (Jeremías 5:3).
Los tres oficios eran distintos pero con dirección de obediencia a Dios. El sacerdote ofrecía
los sacrificios, las oraciones y alabanzas y las demás ceremonias a Dios en nombre del
pueblo; el rey gobernaba al pueblo como representante de Dios. Como profeta nos revela a
Dios y da conocer las palabras de Dios. Grudem dice así “Estos tres oficios anticipaban la
obra de Cristo en maneras diferentes. Como profeta nos revela a Dios y da a conocer las
palabras de Dios; como sacerdote ofrece un sacrificio a Dios a nuestro favor y Él mismo es el
sacrificio; y como rey Él gobierna sobre la iglesia y también sobre el universo” (Grudem,
Teologia Sistematica, 2007, pág. 656)
Para poder entender mejor el oficio de nuestro Señor Jesús, como sacerdote en este estudio
tenemos el propósito de conocer, cuáles eran las funciones principales de nuestro Señor Jesús
como sacerdote en el antiguo pacto, y también el nuevo Pacto.
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La palabra de Dios dice así: “Juro Jehová, y no se arrepentirá: Tu eres sacerdote para
siempre según el orden de Melquisedec.” (Salmos 110:4). La palabra de Dios dice así: “Ahora
bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual
se sentó a la diestra del trono de la majestad en los cielos, ministro del santuario, y de aquel
verdadero tabernáculo que levanto el señor, y no el hombre” (Hebreos 8:1-2).
EL SUMO SACERDOTE ESTABLECIDO SEGUN EL ORDEN DE MELQUISEDEC
Melquisedec aparece en el libro del antiguo testamento Génesis 14 como un personaje de
la antigua historia bíblica, en referencia de él. Las ciudades del cercano oriente eran
gobernadas en una cosmovisión muy diferente al de Israel porque las ciudades eran
gobernadas por reyes que tenían título de sacerdotes, y los cuales era normal y este personaje
vino a Abraham, para bendecirlo, Abraham dio los diezmos de todo el botín. Pfeiffer explica
y dice así:
Las ciudades-estados del antiguo Oriente Próximo eran frecuentemente gobernados por
hombres que llevaban el título de “rey” y a pesar de que los Israelitas hacían un distinción
entre rey y sacerdote, siendo el rey descendiente de Judá, pasando por David, y el
sacerdote descendiente de Leví, pasando por Aarón, los dos cargos se combinaban
normalmente entre los vecinos de Israel (Pfeiffer, 1981, pág. 58).
Las implicancias de la realidad nos llevan a entender mejor la figura de Cristo con relación
a Melquisedec. Pfeiffer dice así: “El significado del nombre y el cargo que ocupaba
Melquisedec se utiliza en Hebreos para mostrar que este antiguo sacerdote-rey era figura
adecuada de Cristo” (Pfeiffer, La Epistola a los Hebreos, 1981, pág. 59).
En la persona de Melquisedec y su origen se centra la primera parte, aun que no se
menciona a Cristo hasta más tarde, porque nos hace entender que el sacerdocio de Cristo es
mejor que, lo que se practicaba en Levítico ¿y porque? Porque su origen está en Melquisedec.
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Melquisedec tenia credenciales de su sacerdocio por la eternidad según lo dice en (Hebreos
7:1-3) y dice así: “Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que
salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, a quien asimismo
dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente rey de justicia, y
también rey de Salem, esto es, rey de paz; sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene
principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al hijo de Dios, permanece sacerdote
para siempre”. Se ve el punto más importante en el sacerdocio de Melquisedec, el cual da
detalles sobre su papel eterno y nos afirma un sacerdocio por la eternidad.
La promesa venia para cambiar un sistema u orden antiguo (Hebreos7:11-19) y dice así:
“Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la
ley), ¿Qué necesidad habría aun de que se levantase otro sacerdote, según el orden de
Melquisedec, y que no fuere llamado según el orden de Aarón? Porque cambiando el
sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley; y aquel de quien se dice esto, es de
otra tribu, del cual nadie sirvió al altar. Porque manifiesto es que nuestro señor vino de la
tribu de Judá, de la cual nada hablo Moisés tocante al sacerdocio. Y esto es aún más
manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote distinto, no constituido
conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida
indestructible. Pues se da testimonio de el: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de
Melquisedec. Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e
ineficiencia (pues nada perfecciono la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por
la cual nos acercamos a Dios”.
Seremos puntuales de ver el sentido de la promesa tocante al sacerdocio de Cristo en este
pasaje nos hace entender que la ley era estricto solo los hijos de Levi eran los responsable de
tal oficio ceremonial pero aquí hay un cambio o un giro total al respecto el cual Henrichsen
comenta y dice así: “Jesucristo, nuestro sumo sacerdote, no vino de la tribu de Leví sino de la
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de Judá, la cual nunca sirvió en el tabernáculo. Si Jesús hubiera venido de Leví, hubiera
estado vinculado a un sacerdocio imperfecto” (Henrichsen, 1985, pág. 85). Por lo tanto la
promesa venía a cumplir un cambio por causa de la imperfección de los sacerdotes humanos.
Por consiguiente en la actuación de los sacerdotes en la ceremonia sacerdotal encontramos
aptitudes contrastables en (Hebreos 7:23-25) y dice así: “y los otros sacerdotes llegaron a ser
muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; mas este, por cuanto permanece
para siempre, tiene un sacerdocio inmutable. Por lo cual puede también salvar perpetuamente
a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos”. Teniendo en
cuenta de este pasaje los levitas cumplían los requisitos que requería para el sacerdocio, la ley
se cumplía estrictamente, actitudinales y formas de vestimenta y el cumplimiento de todos los
requisitos pero constantemente tenían que ser reemplazados esto por causa del pecado y por
consiguiente la muerte. Gooding hace un comentario relacionado y dice así: “El señor Jesús
desempeña su cargo en el sacerdocio según el poder de una vida indestructible. Es sacerdote
para siempre y mientras Él viva, nunca será reemplazado. El propósito divino no cambiara
jamás…, que nadie puede disputar ni cambiar” (Gooding, 1982, pág. 111).
Profecía del antiguo testamento
Al representar la obra Mediadora de Cristo bajo el oficio del sacerdocio, como se
encuentra en la profecía del antiguo testamento, lo cual nos lleva a entender más exactamente.
Cristo según la profecía en (Zacarías 6:13), el cual dice así: “El edificara el templo de Jehová,
y el llevara gloria, y se sentara y dominara su trono, y habrá sacerdotes a su lado; y consejo de
paz habrá entre ambos”. Es un Sacerdote Real "según el orden de Melquisedec" quien fue
tanto rey como sacerdote, y es imposible tener otra idea, por lo tanto su sacerdocio venía con
antesala desde que fue instituido, el sacerdocio por Dios, el cual le dio ordenanza a Moisés
para elegir a su hermano Aarón como el primer sacerdote.
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La profecía con respecto a Cristo ya era transmitido a través de sus profetas y en el
(Salmos 110:4) dice así: “Juro Jehová, y no se arrepentirá: Tu eres sacerdote para siempre
según el orden de Melquisedec”. Esto hace entender que la orden venia de arriba y sin
arrepentimiento de parte de Dios y en esto meditaba el pueblo de Israel continuamente a pesar
que había sido antes nombrado Aarón y sus descendencia como sacerdote delante de Dios.
Podríamos entender que la casta sacerdotal de Aarón junto con toda su descendencia seria
temporal, y lo cual iría hacia la responsabilidad de Cristo. Trenchard dice lo siguiente al
respecto así: “La declaración jurada de Dios en el salmos 110 escrito muchos siglos después
del nombramiento de Aarón indicaba claramente que el sacerdocio Aarónico era temporal y
parentético, habiendo de pasar al Cristo…existir” (Trenchard, 1974, pág. 100). Aquí el autor
nos hace entender que los actos sacerdotales a su tiempo terminarían y habría un fin de toda
ceremonia que era de acuerdo a la ley para luego pasar al dominio de Cristo.
Así mismo, hay una claridad única, los hijos de Aarón tenían que ser sacerdote, pero en la
ciudad celestial se tiene que volver al principio de quien vino el juramento. A decir, vuelve a
unir las funciones Rey y sacerdote al dominio de Cristo. Al respecto Trenchard dice así: “…el
sacerdocio volvería al orden más antiguo y permanente de Melquisedec, reuniéndose otra vez
las funciones de “rey” y “sacerdote” en la persona del Mesías no importando ya que fuese éste
de la tribu de Judá…tipo de Melquisedec” (Trenchard, 1974, pág. 100). Proféticamente la
escritura es Clara en relación a la venida de un Mesías que sería un Sacerdote tomaría la
responsabilidad sacerdotal sin ser parte de la tribu de Levi porque tal sacerdocio era antes de
Aarón y de acuerdo no afectaría sino que haría mejor el oficio de Cristo.
CARACTERISTICAS SACERDOTAL DE CRISTO
Para nosotros, Jesucristo nuestro Sumo Sacerdote, tiene características las cuales lo hacen
especial e indicado para este oficio sacerdotal.
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Humanidad
Su humanidad primera característica de nuestro Señor Jesucristo al igual que todos los
seres humanos, fue engendrado y a su tiempo nacido de una mujer (Mateo 1:18-25) lo cual
nos quiere decir que su llegada al mundo fue tan humana como la del resto de los hombres,
esto implica que el Jesús cuando estaba en el vientre de su madre necesitaba de su alimento,
que cuando Jesús nació, necesitaba el cuidado especial que se le da a todos los infantes, y
muchas otras cualidades y necesidades físicas que Cristo no por ser el mismo Dios las sobre
pasó. “Esto sucedió así, como parte de su preparación como sumo sacerdote”. Ya en su
madurez, siguió enfrentando los retos de la vida, como, el oficio (Mateo 13:55), en el cual
experimentó el cansancio, el hambre y todo tipo de situaciones que los hombres atravesamos
(Juan 4:7-8). Grudem dice así: “Jesús se cansó tal como nosotros, porque leemos que Jesús,
fatigado del camino, se sentó junto al pozo en samaria. Sintió sed, porque cuando estuvo en la
cruz, dijo “tengo sed”” (Grudem, Doctrina Biblica, 1999, pág. 231). En su ministerio
experimentó otro 2 tipo de situaciones humanas, en una sociedad bastante difícil:
La situación política ya que le rendían impuestos a Roma y los gobernantes de Israel eran
puestos por los mismos romanos. (Mateo 17:24).
La situación religiosa era otra dificultad, ya que había diferentes sectas o grupos religiosos
que interpretaban la ley de diferentes formas, los cuales los que sobresalían eran los
“Saduceos y Fariseos” con los que tuvo sus muchos conflictos. En su ministerio experimentó
insultos, chismes, golpes e incomprensión hasta de su propia familia. (Marcos 3:21-22). Y
muchas otras cosas que nuestro Señor Jesucristo paso como humano como parte de su
preparación para su sacerdocio, ya que si la función del Sumo Sacerdote es reconciliarnos con
el Padre, él tiene que estar consciente de las dificultades, problemas y tentaciones (Mateo 4:1-
11) para abogar por nosotros delante del Padre (1 Juan 2:1).
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Sin pecado
Así mismo esta característica sin pecado en nuestro señor Jesucristo, en su humanidad es
propia en Él. Porque Él era diferente, vivió rodeado de muchas tentaciones en su vida terrenal
y no cometió pecado. Grudem dice así:
La impecabilidad de Jesús se enseña frecuentemente en el Nuevo Testamento. Vemos que
Satanás no pudo tentar a Jesús con éxito, y fracasó, después de cuarenta días, cuando trató
de persuadirlo para que pecara: “Así que el diablo, habiendo agotado todo recurso de
tentación, lo dejó hasta otra oportunidad” (Lucas 4:13). También no vemos en los
Evangelios Sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) ninguna evidencia de algo malo de parte
de Jesús. A los judíos que se le oponían, Jesús les preguntó: “¿Quién de ustedes me puede
probar que soy culpable de pecado?” (Juan 8:46), y no recibió respuesta (Grudem,
Doctrina Biblica, 1999, pág. 232).
Por lo tanto su voluntad fue sujeto en obediencia a la voluntad de Dios y para cumplir el
papel de un verdadero sacerdote, tenía que tener antecedente de haber sido puro antes, ahora y
siempre, esta cualidad era el distintivo, los fariseos y saduceos no valoraban esa cualidad de
nuestro señor Jesucristo, y esa es la causa que lo acusaban sin prueba.
Por consiguiente , y esto en contraste a los sacerdotes de la tribu de Leví, que aunque eran
separados y guardado tenían que purificarse cada año por ellos, primero, para luego hacer los
sacrificios que mandaba la ley por el pueblo. (Hebreos 4:15) dice así: “Porque no tenemos un
sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado
en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”. Pfeiffer comenta de nuestro señor
Jesucristo y dice así: “Nuestro sumo sacerdote conoce la naturaleza de la humanidad ya que
Él mismo se hizo hombre. … Jesús fue tentado… el salvador paso… las tentaciones humanas:
la codicia…diferente al resto…Él era sin pecado” (Pfeiffer, 1981, pág. 41). Es claro como
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dice el autor, sin pecado fue nuestro señor Jesús, una característica que nos conforta y anima a
seguir adelante y de lo cual Él nos ayudara a vencer todas las tentaciones que vengan.
Divinidad
Para nosotros otra característica de Jesucristo como Sumo Sacerdote es su divinidad.
Según Fernández dice así: “Cuando la divinidad determinó empezar a crear lo que ahora
existe, el Verbo ya existía. El verbo es anterior a la creación” (Fernandez, 1995, pág. 23). En
este punto estamos de acuerdo que lo fundamental en conocer de nuestro señor Jesucristo es
saber y entender de su divinidad es antes de todo.
Aunque su nacimiento fue como el de los hombres, para nosotros su engendramiento viene
directamente del Espíritu Santo según lo dice (Lucas 1:35) el cual es llamado también como
el hijo de Dios como lo dice (Marcos 9:7). No obstante nuestro Señor Jesucristo nos reveló
sus atributos como hijo de Dios al hacer sus milagros y maravillas (Juan 20:30), y podríamos
enumerar los casos en los que mostró algún milagro, pero lo que queremos enfatizar es que
nadie ha logrado tales maravillas y tampoco nadie pudo ignorar que Jesús era el hijo de Dios
como lo dice (Juan 4:25-26) y lo dice (Mateo 27:54).
Es para nosotros un gran regalo que Cristo aparte de comprender nuestra humanidad,
porque la vivió como nosotros como lo dice (Hebreos 4:15), también es un ser divino, porque
al ejercer su sacerdocio, puede unir estas características y presentar un mejor sacrificio a Dios.
Su divinidad también le ha hecho eterno, así que su sacerdocio no acabará como lo dice
(Hebreos 6:20; 7:17). Lo cual garantiza una perpetua salvación y purificación como lo dice
(Hebreos 7:24-25) para todos los que estamos en él y para los que quieren acercarse a nuestro
Dios, él nos puede ayudar para que estemos bien en la presencia del Padre. Su divinidad nos
ayuda a tener seguridad y protección, ya que cualquier otro Sumo Sacerdote, al tener todas las
necesidades físicas, no alcanzaba a cumplir con la plena santidad que Jehová le pedía como lo
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dice (Levítico 21:10-15). Ya que por su naturaleza, esto era prácticamente imposible como lo
dice (Hebreos 7:26)
FUNCION Y OBRA SACERDOTAL DE CRISTO
Teniendo nosotros la referencia en el libro de; (Hebreos. 5:4), el cual dice así: “Y nadie
toma para si esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón”. Ser sacerdote es
ser representante ante la presencia de Dios, es representar al hombre o al pueblo para su
beneficio. Entonces para nosotros Jesucristo, es mediador y ejerce un oficio que corresponde
en relación con los demás y a la vez lo ejerce con autoridad como representante de Dios en el
mundo.
Cristo como nuestro sumo sacerdote
En las sagradas escrituras encontramos que el señor escoge de la tribu de Levi, a Aarón y a
sus hijos, conforme a sus planes y designios y era un representante de Dios. Al respecto
Trenchard Expone y dice así: “El sumo sacerdote he de tomarse de entre los hombres
(Hebreos. 5:1), ya que, por ser de carácter representativo su misión, su humanidad es un
factor esencial” (Trenchard, Exposicion de la epistola a los hebreos 3 edicion, 1974, pág. 77).
Aquí el autor nos haces entender que Dios es quien escoge y toma de entre los hombres para
este acto sacerdotal. Por lo tanto hablar del sacerdote era entender que era el representante del
hombre delante de Dios. Y tenía el derecho a acercarse a Dios por parte del pueblo como lo
dice en (Hebreos. 5:1) que dice así: “Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los
hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente
ofrendas y sacrificios por los pecados”. Este versículo nos hace entender de la función más
especifica que hacia un sacerdote del antiguo testamento. Hodge expresa lo siguiente al
respecto y dice así: “Un sacerdote es un hombre designado en favor de otros, para allegarse a
Dios, y para ofrecer sacrificios. Y se declara que Cristo fue tal sacerdote” (Hodge, Teologia
sistematica II, 1991, pág. 150). En el Nuevo Testamento solamente hay un libro donde el
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Mesías, el señor es llamado Sacerdote. La epístola a los Hebreos, que utiliza el termino
repetidamente. Pero hay muchas referencias en el Nuevo Testamento a la naturaleza
sacerdotal de la obra de Cristo del cual veremos a continuación, el cual nos harán entender
mucho mejor:
Nuestro señor Jesucristo, el prometido de Dios para Israel, el señor se acerca a Dios en una
capacidad sacrificial. Cada sacerdote ofrecía sacrificios por pecado, y Cristo se sacrificó tanto
activa como pasivamente. Activamente "entregó Su vida", pasivamente "como cordero fue
llevada al matadero". Voluntariamente sufrió humillación, pena, y crucifixión, pero al mismo
tiempo se ofreció a sí mismo como un sacrificio por el pecado de la humanidad, la cual habla
muy bien en los evangelios.
(Hebreos. 13:10) dice así: “Tenemos un altar, del cual no tienen derecho de comer los que
sirven al tabernáculo”. El sacerdocio de Cristo es esencial para nuestra salvación. Nadie podía
acercarse a Dios sino Cristo por nosotros. Ningún otro sacrificio podía quitar pecado, y
solamente en Cristo es Dios propicio a los pecadores. El sacerdocio y los sacrificios del
Antiguo Testamento son simbólicos de verdadero sacrificio de Cristo. Los sacerdotes del
Antiguo Testamento solamente fueron sacerdotes simbólicamente, porque ningún hombre
pecaminoso puede acercarse a Dios por parte de otros. Los ministros del evangelio no son
sacerdotes en ningún sentido sacerdotal o especial. La palabra "sacerdote" se usa en un
sentido sacerdotal correspondiendo en algún sentido al sacerdote del Antiguo Testamento. Por
lo tanto en la iglesia primitiva en sus comienzos se da títulos. Hodge dice lo siguiente así: “Se
les da todo apropiado título de honra a los mismos. Son llamados obispos de almas, pastores,
maestros, gobernantes, los siervos o ministros de Dios; administradores de los divinos
misterios; supervisores, heraldos, pero nunca sacerdotes” (Hodge, 1991, pág. 152). Ninguna
función se atribuye a un ministro de la palabra en el Nuevo Testamento. Nunca dice que son
mediadores entre Dios y el hombre. Nunca dice que ofrecen sacrificios por el pecado.
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Por lo tanto, todos los creyentes somos llamados sacerdotes en cuanto a tener libertad de
acceso a Dios por medio de Su Hijo, quien vino a ser el único Mediador entre Dios y el
hombre conforme a las escrituras, y a rendir satisfacción por pecados, y asegurar el perdón y
la reconciliación de Su pueblo.
Suponer que todavía necesitamos la ayuda sacerdotal del hombre es desconfiar de la
perfección y la suficiencia de la obra de Cristo. Hay tantos argumentos del sacerdocio romano
que se ve esta realidad. Y al respecto Hodge expresa el argumento romanista así: “Para ellos,
el ministro es verdaderamente un sacerdote. Porque hace mediación entre Dios y el pueblo.
Porque asume la función de ofrecer sacrificios propiciatorios” (Hodge, Teologia Sistematica
II, 1991, pág. 152). El autor hace mención para aclarar y hacer la diferencia, por la que los
ministros cristianos no se le atribuyen tal función de mediador, pero tenemos el verdadero
mediador, Cristo Jesús señor nuestro.
Cristo Como nuestro intercesor
Cristo como sacerdote debido a su divinidad eterna, allá en los cielos se sentó a la diestra
del padre, por lo cual no solo intercede por nosotros sino también nos salva completamente y
perpetuamente, y su intercesión jamás cesará (Hebreos 7:25) dice así: “Por lo cual puede
también salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios, viviendo siempre para
interceder por ellos.
El versículo clave y significativo que le dan características a un sacerdote en su trabajo,
está en (Hebreos 5:1) y dice así: “Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es
constituido a favor de los hombres en lo que ha Dios se refiere, para que presente ofrendas y
sacrificios por los pecados”. En contraste con el nuevo orden según el sacerdocio de
Melquisedec esto era un prototipo de lo que iba a hacer el señor más adelante, ofrendando y
sacrificando su cuerpo y así podía hacer una mejor función intercesora.
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El salvador se acerca a Dios en una capacidad de intercesión. Debemos cuidarnos del error
de pensar que Cristo fue un Sacerdote en la tierra. El oficio del sacerdocio de Cristo es ahora
nuestro Sumo Sacerdote en los cielos, intercediendo por nosotros (Hebreos 9:24), dice así:
“Porque no entro Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo
mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios”.
Así mismo, la intercesión sacerdotal de Cristo se basa en Su sacrificio expiatorio, y
entonces es de significado vital para nuestra paz y bendición. Tal intercesión establece la
causa del creyente en contra a Satanás, el acusador (Zacarías 3:1,2; Apocalipsis 12:10,11). No
se debe empequeñecer la importancia de la obra de Cristo en los cielos. La intercesión de
Cristo es judicial, siendo relacionada a la cruz, representativa y sacerdotal. Tal como el Sumo
Sacerdote en el gran día de la Expiación entró en el Lugar Santísimo con el sacrificio
completado, a presentarlo delante de Dios, así Cristo entró en el Lugar Santísimo celestial,
allá a presentar a Dios Su Sacrificio Perfecto y Suficiente por los pecados de Su pueblo
(Hebreos 9:24 Éxodo 12:13).
Por consiguiente ninguna acusación legal puede ser traída en contra los hijos de Dios, Él ha
justificado. Las acusaciones de Satanás son opuestas por la obra completada de Cristo. Él es
el gran Abogado por Su pueblo (Romanos 8:33,34). Esta obra intercesora tiene un valor
moral, tanto como judicial. Al orar en el nombre de Cristo, El santifica nuestras oraciones así
como santifica todo nuestro servicio. En sí mismas nuestras oraciones y servicio son
imperfectos, y muchas veces superficiales. Entonces es una gran verdad que nuestros
sacrificios espirituales de oración, alabanza, y obediencia son "aceptables a Dios por medio de
Jesucristo" (I Pedro 2:4,5). El ministerio sacerdotal de Cristo en los cielos incluye cuidado
amoroso y tierno para Su pueblo (Hebreos 4:15), y este se junta con oración constante por los
elegidos. Tal oración se indica en Hebreos, y claramente se implica en (San Juan 17:1-26),
donde Cristo dice que ora no solamente por los apóstoles, sino por todos los quienes por su
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palabra creerían en El. Esta oración continua y eficaz de nuestro Gran Sumo Sacerdote Cristo
es un consuelo y animo a todos los que creen en El.
Cristo en la expiación.
Sacrificio
Para nosotros la idea de sacrificio sacerdotal de nuestro señor Jesucristo es que el hombre
está bajo la ira de Dios debido a su pecado. En el sacrificio el pecado está transferido al
victima que fue ofrecido en lugar del pecador y este acto se efectúa en la persona de nuestro
señor Jesucristo.
Así mismo la continuidad de veces que se refiere de la muerte de Cristo se ve claramente,
como el sacrificio en el nuevo testamento. Esto es especialmente prominente, el sacrificio de
Cristo en Hebreos donde su sacrificio se ve como mejor que los que estaban bajo la Ley
(Hebreos 9:11-12) y dice así: “Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de
esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre,
entro una vez para siempre en el lugar santísimo, habiendo obtenido eterna redención”.
Pfeiffer dice así de la cita:
El autor de Hebreos nos presenta una vez más una serie de contrastes. Los sacerdotes
Levíticos entraban en un tabernáculo terrenal y Jesús lo hacía en uno celestial. Ellos
llevaban la sangre de los becerros y de las cabras; Él, su propia sangre. Ellos tenían que
entrar muchas veces; Él, una sola vez. Ellos no podían presentar una cura permanente que
sanase los males espirituales del hombre, pero Él “Obtuvo la eterna redención (Pfeiffer, La
Epistola a los Hebreos, 1981, pág. 74).
Por lo tanto creemos que sacrificio de Cristo obtiene la premisa de una salvación dada por
Dios por cumplir con los requerimientos de Dios solo así se hacía justicia para los redimidos.
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Por lo cual para nosotros su sacrificio es perfecto, puesto que se ofreció a sí mismo en
santidad, y Él es el Hijo de Dios. Él es tanto sacerdote como Victima. (Hebreos 9:14) dice así:
“¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a si mismo sin
mancha a Dios, limpiara vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?
Pfeiffer en su comentario dice así: “El sacrificio de Cristo da al creyente una posición ante
Dios, de modo que podamos decir que está justificado. Provee una…e imparte al mismo
tiempo un poder al… que quedan purificadas” (Pfeiffer, 1981, pág. 75).
El sacrificio de Cristo sin mancha nos ha purificado, por tanto se hizo victima por nosotros,
para darnos una posición delante de la presencia de Dios. (Hebreos 10:10) dice así: “En esa
voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para
siempre”. Trenchard comenta de esta cita y dice así:
En estos versículos el autor sigue sacando las consecuencias lógicas del contraste apuntado
en el salmos 40, y ya que “lo primero” con sus sacrificios y ofrendas materiales, no es el
agrado de Dios, queda “lo segundo”, o sea el sacrificio único, que es el cuerpo rendido de
Jesucristo, con todas las bendiciones que fluyen de tan abundante fuente. Y en lugar de los
sacerdotes, con la incesante repetición de sus sacrificios se destaca “Aquel, que habiendo
ofrecido a perpetuidad un solo sacrificio por los pecados, se sentó a la diestra de Dios
(10:12) (Vers. H.A.).
Tratándose de un sacrificio de tal categoría, llevado a cabo por el Dios-Hombre en la
consumación de los siglos, es evidente que no puede por menos que ser perfecto y único, y
de efectos perpetuos, sin la posibilidad de repetición en la forma que sea” (Trenchard,
1974, pág. 153).
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Por lo tanto nosotros concluimos que el sacrificio de Cristo entregando su cuerpo y
derramando su sangre en el sacrificio, para redimir a los seres humanos de sus pecados ante
Dios, y eso le llevo a recibir honra del padre porque quedo satisfecho por tan grande acto.
Obediencia
Para nosotros la muerte de nuestro señor Jesucristo fue una rendición de obediencia al
Padre por su parte. Fue obediente en todo durante su vida. Cumplió la Ley de Dios por
nosotros y luego murió bajo la maldición en nuestro lugar. Esto hizo voluntariamente (Juan
10:11, 18; Mateo 16:23; Lucas 9:51; Juan 4:34; Hebreos 10:5-10). Pero esto era una lucha
para Él (Marcos 10:38; Lucas 12:50; Hebreos 5:7-10). Calvino hace un comentario y dice así:
“Este pasaje, sin embargo, debería de estimularnos a todos a rendir pronta obediencia a Dios;
pues Cristo es el modelo de perfecta obediencia para… se esfuercen unos a otros a imitarlo y
que juntos respondan al llamado de Dios” (Calvino, 2006, pág. 204). Su obediencia es la base
por nuestra justificación (Romanos 5:12-21)
Sustitución Penal
Nosotros habíamos roto la Ley y entonces era necesario que sufrimos la pena por nuestros
crimines. Cristo entonces llegó a ser nuestro Sustituto. Así hablamos de Sustitución Penal. Por
esto queremos decir que Cristo sufrió la pena en lugar nuestro. Como la pena es muerte
eterna, esto es lo que Cristo sufrió (II Corintios 5:21; Gal 3:13). Como Él es Dios su
sufrimiento en la cruz podía ser tan intenso que equivale todo lo que nosotros tendríamos que
sufrir por toda la eternidad.
En el Antiguo Testamento un sacrificio fue sustituido en lugar del pecador. (Levíticos 1:4;
4:20, 26, 31; 6:7). Así Cristo tomó nuestro lugar (I Pedro 3:18; Hebreos 9:28). Otras
evidencias se ven en que Cristo murió por nosotros (Romanos 5:8; 8:32; I Juan 3:16) o por
nuestros pecados (I Corintios 15:3).
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Representación
Creemos que el desempeño voluntario de nuestro Señor Jesucristo a nuestras obligaciones
a Dios fue doble rindiendo satisfacción y obediencia. En Su muerte Cristo selló el Nuevo
Pacto con Su sangre. Nuestros pecados son imputados a Cristo, y Su justicia es imputada a
nosotros. (Esto es imputación y contra-imputación.)En la cruz Cristo nos abrazó en todo
nuestro pecado para que pudiéramos abrazarle a Él en toda Su justicia y toda Su vida.
Satisfacción.
Para nosotros es determinante la muerte de nuestro señor Jesucristo, lo cual es esencial a su
ofrenda de sí mismo. Es la sustitución del Cargador del Pecado por el pecador. Involucra la
identificación de Cristo con el pecador. El cargó la culpa y la maldición del pecador. Calvino
da un comentario y dice así: “Agotar o quitar los pecados, es liberar de la culpa mediante la
satisfacción de Cristo, a los que han pecado” (calvino, 2006, pág. 191). Aquí concordamos
con la posición del autor y precisamos más porque la satisfacción ha sido plena en su muerte.
(Isaías 53; Juan 1:29; II Corintios 5:21; Gálatas 3:13; Hebreos 9:28; I Pedro 2:24). Nuestra
culpa fue imputada a Cristo. Nuestra estado pecaminoso actual no fue, y no podía ser,
transferido a Cristo. La culpa de pecado como deuda fue cargada por Cristo por nosotros. Esto
hizo nuestro señor Jesucristo voluntariamente como había comprometido eternamente en el
Pacto de Redención (Juan 10:17,18).Si Cristo por su muerte ha hecho una satisfacción
efectiva por alguien, entonces Dios tiene que estar completamente satisfecho con este alguien.
Expiación y propiciación.
Para nosotros la expiación y la propiciación son términos correlativos. Dodd dice así: “que
los sacrificios del antiguo testamento y la muerte correspondiente de Cristo deben ser
interpretados como sacrificios expiatorios. Así, expiación es el perdón o la remoción del
pecado. La ira de Dios es la consecuencia… acciones pecaminosas” (Ramm, 2005, pág. 53).
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Así mismo nosotros concordamos que sí, el pecador, o su culpa, es expiado; Dios, o la
justicia, es propiciado. La culpa tiene que ser, por la naturaleza de Dios, visitada con castigo,
lo cual es la expresión del desagrado de Dios contra el pecado. La culpa es expiada, en la
descripción escrituraria, cubierta, por satisfacción, esto es, por castigo vicario. Dios es así
hecho propicio, esto es, ahora es consistente con su naturaleza perdonar y bendecir al pecador.
Teniendo en cuenta que propicio y amante no son términos equivalentes. Dios es amor. Él
nos amaba mientras éramos aún pecadores, y antes que se diera satisfacción. La satisfacción o
expiación no suscitan el amor en la mente divina. Sólo hace consistente con su justicia que
Dios ejerza su amor para con transgresores de Su ley.
El medio por el que se dice que el pecado es cubierto no es la reforma de las buenas obras,
sino la sangre, la satisfacción su muerte.
¿Qué enseñan las Escrituras acerca de esta cuestión? la cuestión es relativamente sencilla.
En el Antiguo y en el Nuevo Testamento Dios es declarado ser justo en el sentido de que su
naturaleza exige el castigo del pecado; que por ello no puede haber remisión sin tal castigo,
personal; que el plan de salvación exhibido típica y simbólicamente enseñanza, ni por
influencia moral, sino por sangre, por el pago de un exención de cualquier castigo adicional.
Es en este sentido que se dice que persona en lugar de otra, esto es, en su lugar. en la
institución mosaica, expuesta en los profetas, y enseñada clara en el Nuevo Testamento,
involucra la sustitución del encarnado Hijo de Dios en lugar de los pecadores, el cual asumió
la obligación de ellos de dar satisfacción a la justicia divina; y que Él de hecho dio una plena
y perfecta satisfacción por el pecado, llevando en lugar de ellos la pena de la ley; todo esto es
tan claro e innegable que siempre ha sido la fe de la Iglesia, que los principales
Racionalistas de nuestro tiempo admiten que ésta es la doctrina de la Escritura. Ha sido
negada sólo por aquellos que están fuera de la Iglesia, y por ello no cristianos, o por aquellos
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que, en lugar de someterse a la sencilla palabra de Dios, se sienten obligados a explicar sus
enseñanzas en conformidad a sus propias convicciones subjetivas.
Por lo tanto la idea es la expiación de culpa, así efectuando reconciliación porque quita la
ira de Dios de sobre nosotros (Hebreos 9:5; Éxodo 25:17-22). Dios está enojado con el pecado
(Romanos 1:17). Ira es su antagonismo personal al pecado. Es la forma tomada por su
santidad contra la rebeldía pecaminosa en la criatura. Esto es porque el pecado es una afrenta
al honor de Dios. La situación exige que se haga algo para expiar el pecado y también
terminar esta ira. Pero ira en Dios es santa y no caprichosa. Dios mismo provee la solución en
la muerte de su Hijo cuya sangre propicia su ira. Garantiza el perdón del pecador, y su
reconciliación a un Dios santo. Así como dice (Romanos 3:25,26) muestra que la muerte de
Cristo es una propiciación (I Juan 2:2). Es el amor de Dios que provee esta propiciación (I
Juan 4:10). Es la provisión del amor divino por parte de la Trinidad.
Hemos visto que es la naturaleza de la Expiación en la obra sacerdotal de nuestro señor
Jesucristo. En sí esto debe definir nuestra respuesta a preguntas respeto a su alcance, es a una
expiación universal. La expiación es para todos.
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CONCLUSION
Para nosotros, consideramos que el sumo sacerdote del pueblo de Israel fue consagrado
para representar al hombre ante Dios y ofrecer sacrificios que le asegurarían al pueblo de
Israel el perdón y la aceptación. Así mismo una vez por año, el sumo sacerdote hizo expiación
por el pueblo de Israel; en sentido típico o simbológico; el sacerdote era considerado como un
salvador porque aparecía en la presencia de nuestro padre Dios, así poder recibir el perdón.
Los sacrificios de aquellos días fueron muertos en la corte exterior o el patio principal y por lo
tanto de la misma manera podemos decir que nuestro señor Jesucristo fue crucificado en la
tierra de los vivientes. Luego la sangre del señor fue llevada al lugar santísimo y rociada en la
presencia misma de Dios. De igual manera nuestro amado señor Jesucristo ascendió a los
cielos, para aparecer en la presencia de Dios por nosotros. La aceptación que hace el padre
Dios de la sangre de su hijo nos proporciona confiabilidad con respecto a la aceptación de
todos aquellos que confían en su sacrificio supremo.
Por lo tanto aunque nuestro señor Jesucristo ofreció un sacrificio perfecto una vez por
todas, su obra sacerdotal continúa todavía. Vive para presentar en la presencia de Dios padre,
los méritos y el poder de su obra expiatoria en bien de los pecadores. Entonces el que murió
por los hombres vive ahora para ellos, para salvarlos e interceder por ellos.
En conclusión cuando oramos en el nombre de nuestro señor Jesucristo, presentamos la
obra expiatoria de Él como el principio de nuestra aceptación, porque solo así nos asegura
que somos aceptados en el amado.
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APLICACIÓN
Nuestro señor Jesucristo como sumo sacerdote celestial según los capítulos y versículos
citados del libro de hebreos nos anima a confiar en su:
Amor incondicional sabiendo que si nos equivocamos y luego recapacitamos él hace la
función de mediador ante Dios padre, para que recibamos perdón y restauración.
Su intercesión que es continúa día y noche para oírnos y socorrernos (Hebreos 7:25)
Poder que nos fortalece cuando vienen tentaciones como las que el mismo sufrió antes de
morir en la cruz.
Su poder en la expiación para salvación de los hombres en todo tiempo sin importar el
lugar porque el mismo es el tabernáculo, no necesita un templo o un altar.
(I Pedro 2.9) “Vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido por Dios, para que anuncies las virtudes de aquel que os llamo de las tinieblas a su
luz admirable”. Todas las personas que han sido salvas, y que pertenecen a la familia de Dios
tienen el gran privilegio y la responsabilidad en la línea sacerdotal según Melquisedec en
nuestro sumo sacerdote, Jesucristo, de anunciar el mensaje de salvación y de la cual el señor
fue pregonero de las buenas nuevas que ha sido dada por medio del sacrificio de nuestro
amado señor Jesucristo.
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