Numeros analisis literario

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ANÁLISIS LITERARIO DEL LIBRO DE NÚMEROS Presentado por: Luis Emiro Silva Pérez Presentado a: Milton Martínez Corporación Universitaria Minuto de Dios Facultad de Ciencias Sociales y Humanas Ciencias Bíblicas Pentateuco 2013

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ANÁLISIS LITERARIO DEL LIBRO DE NÚMEROS

Presentado por:

Luis Emiro Silva Pérez

Presentado a:

Milton Martínez

Corporación Universitaria Minuto de Dios

Facultad de Ciencias Sociales y Humanas

Ciencias Bíblicas

Pentateuco

2013

ANÁLISIS LITERARIO DEL LIBRO DE NÚMEROS

El libro de números o el libro “En el desierto” como lo llaman los judíos, es un libro

descriptivo en el que se narra la historia de los hebreos desde el Sinaí hasta los campos de

Moab. Este trabajo tiene el propósito de realizar un análisis literario a Números indicando

ente otros aspectos los siguientes: autor, redacción o edición final del libro, idioma de

escritura, estructura y periodos narrados de la historia hebrea, y estilo literario que presenta

Números.

1. Autor de Números

El libro de Números no menciona quien lo escribió, a diferencia de los otros libros del

Pentateuco en el cual si se menciona a Moisés como escritor de estos. Lo único que señala

Números es que “Moisés registro las etapas de la marcha según la orden del Señor. Núm.

33:2” (Schokel, 2008), siendo esta la única actividad literaria en la que se hace mención a

Moisés en el libro, algunos consideran que estas etapas podría relacionarse con todo el libro

de Números, aunque es difícil saberlo. “Podría alegarse (como, en efecto, se ha hecho) que

Moisés, como César, pudo haber escrito de sí mismo en tercera persona. Si se compara

Números con Deuteronomio, parecería más probable que Moisés haya sido el autor de

buena parte de Deuteronomio y que no haya escrito Números. No obstante, es la figura

central de Números y buena parte del contenido del libro procede de anotaciones de

Moisés o de uno de sus contemporáneos, quizá Josué.” (Lasor, Hubbard, & Bush, 1995)

Entonces, para indicar quien es el autor de Números, se debe analizar la autoría del

Pentateuco en su totalidad, agrupado de esta forma dado los temas comunes que tienen

entre si estos libros. Hasta el siglo XVII a partir del relato bíblico y la tradición se le

atribuía a Moisés la autoría del Pentateuco, pero a partir de observaciones criticas desde

finales del siglo XVII comenzó a cuestionarse dicha autoría, comenzando con el oratonano

Richard Simón y el judío holandés Baruc Spinoza quienes veían a Esdras como el

responsable de su edición final, al tener en cuenta que el libro de Esdras, menciona que este

fue encargado por el rey persa Altajerjes (aprox. 398 a.C) de promulgar una ley de estado

para los judíos, tanto para aquellos que habían vuelto del exilio como para los que se habían

quedado en el país buscando de esta forma asegurar la unidad de legislación y de liturgia a

todos los habitantes de Judea y Samaría. Posteriormente en el siglo XVIII Jean Astruc

(medico de Luis XV), al constatar la dualidad de los nombres divinos en el Pentateuco

(YHWH y Elohim), emite la hipótesis de la existencia de dos fuentes cuya combinación

condujo al texto actual, pero anteriormente varios autores ya habían constatado la

existencia de dobletes (dos relatos de la creación· Gn 1:12-4a y Gn 2:4b-25; dos relatos de

la manifestación divina a Moisés. Ex 3,1-4,17 y Ex 6,2-7,7, etc.), así como a las tensiones

narrativas en los relatos (uno de los ejemplos más obvios es la discordancia de datos y

cifras en el relato del diluvio en Gn 6-9).

Sicre (2000) agrupa algunas inconsistencias en torno al Pentateuco que cuestiona la autoría

de Moisés frente al Pentateuco, veamos algunas de estas:

a) Cortes y tropiezos en la narración

Al relato de la creación (Gn 1,1-2,4a) sigue otro relato que vuelve a los orígenes y se

expresa en categorías muy distintas (Gn 2,4b-24).

Después del nacimiento de Set (Gn 4,26), se vuelve a los orígenes de Adán (Gn 5,1).

En Ex 19,24s, Dios ordena a Moisés que baje del monte y suba de nuevo con Aarón. Pero el relato se interrumpe para dar paso al decálogo.

b) Tradiciones duplicadas y triplicadas

Dos relatos de la creación (Gn l, l-2,4a; 2,4b-24).

Dos relatos del diluvio, mezclados en Gn 6-9.

Tres veces la esposa en peligro (Gn 12,10ss; 20; 26).

Dos pactos de Dios con Abrahán (Gn 15 y 17).

Dos relatos de la vocación de Moisés (Ex 3 y 6).

Dos promulgaciones del decálogo (Ex 20 y Dt 5).

Leyes sobre homicidio (Ex 21; Dt 19; Nm 35).

Diversos catálogos de fiestas (Ex 23,14ss; 34,18ss:16, lss; Lv 23,4ss; Nm 28-29).

c) Tradiciones distintas e incluso opuestas

En Gn 1, Dios crea al hombre y la mujer al mismo tiempo, como culmen de la creación; en Gn 2 crea al hombre antes que a los animales, y por último a la mujer.

En Gn 6,19s se ordena a Noé introducir en el arca una pareja de cada viviente; en 7,2 se trata de siete parejas de animales puros y una de impuros.

En Gn 7,6s tiene lugar el diluvio, y Noé entra en el arca; en 7,10 se dice que el diluvio ocurrió una semana más tarde. En 7,11 vuelve a hablarse de los comienzos del diluvio y

en 7,13 de la entrada de Noé.

En Nm 9,17s se dice que la nube guiaba a los israelitas por el desierto. En Nm 10,31,

Moisés no cuenta con esa ayuda y pide a Jobab que los acompañe. En Nm 10,33, quien

guía al pueblo es el arca. Tres tradiciones distintas en poco más de una página.

La duración de la fiesta de las Chozas es de siete días según Dt 16,15, y de ocho según Lv 23,36.

En caso de homicidio no intencionado, el lugar de asilo es el altar según Ex 21,12ss. Pero en Dt 19,1-13 y Nm 35,9-24 no se menciona el altar, sino que se especifican unas

ciudades de refugio para el culpable.

d) Anacronismos

En Gn 12,6 y 13,7 se dice: «en aquel tiempo habitaban allí los cananeos». El autor

supone que quienes habitan ahora la tierra son los israelitas. La afirmación carece de

sentido en tiempos de Moisés.

En Gn 21,34; 26,14.15.18; Ex 13,17 se menciona a los filisteos, que ocuparon el territorio después de la muerte de Moisés.

En Gn 36,31 se habla de los reyes edomitas que existieron «antes de que los israelitas tuvieran rey»; quien escribe esta frase conoce la existencia de monarcas en Israel, cosa

que sólo ocurrió dos siglos después de la muerte de Moisés.

e) Diferencias de vocabulario

En algunos textos se da a Dios el nombre genérico de Elohím; en otros, su nombre

concreto, Yahvé. Esta distinción, que al profano puede parecer intrascendente, fue la

que permitió el análisis inicial de las fuentes del Pentateuco.

Al monte donde Dios se revela se lo llama en unos casos Sinaí y en otros Horeb.

El suegro de Moisés se llama Ragüel en Ex 2,18 y Jetró en Ex 3,1; 18,1.2.6.12.

f) Diferencias de estilo

El libro del Deuteronomio se caracteriza por un estilo oratorio, retórico y ampuloso, típico

de ciertas formas de predicación o exhortación. Ciertas partes del Pentateuco poseen un

estilo preciso y seco, con frases que se repiten machaconamente, como en el primer relato

de la creación (Gn 1). Otras secciones presentan un estilo narrativo ágil y vivaz; analizan la

psicología de los personajes, hablan de Dios como si fuese un hombre que se pasea por la

tarde, come, etc. (Sicre, 2000)

La hipótesis documentaria

Teniendo en cuenta las críticas frente al pentateuco, Julios Wellhausen sistematiza estas a

finales del siglo XIX, proponiendo una teoría que se conoce como la Hipótesis

documentaria. En esta Wellhausen propone que en la realización del Pentateuco se

distingue tres documentos cuya fusión formo el pentateuco, un documento yehovista

(preexílico), un deuteronomista (relacionado con la época de Josías) y un documento

sacerdotal (postexilico), hipótesis que cuestiona la autoría del pentateuco por parte de

Moisés. A partir de estos estudios, la hipótesis documentaria ha sido refinada a partir de

otros estudios que han tratado de definir y delimitar cada una de las fuentes. Se destacan los

trabajos de Hermann Gunkel y Albrecht Alt, y después con los de Gerhard Von Rad y

Martin Noth, Siendo estos dos últimos autores los que elaboran la hipótesis documentaria

en su forma más acabada.

La hipótesis documentaria clásica a partir de Artus Olivier (2001) y Briend (1980) se puede

resumir de la siguiente forma:

El documento yahvista (J) data de comienzos de la época monárquica (siglo x), en la segunda mitad del reinado de Salomón. El yahvista es un escritor del sur (Jerusalén)

que desarrolla una ideología de la monarquía y de la corte de Jerusalén, basándose en

tradiciones orales o en textos ya escritos anteriormente. Se le pueden atribuir textos

como Ex 2:1-10 o Gn 18, los personajes de Moisés y Abrahán –mediadores elegidos

por Dios entre él y los hombres- representan en estos relatos la figura del rey.

El documento elohísta (E) proviene del reino del norte (siglos IX-VIII). En él se

encuentran tradiciones paralelas a las del documento yahvista, lo cual permite un cierto

trabajo sinóptico. Es más reseñado con respecto a la monarquía y retoma tesis

teológicas que se relacionan con las de los profetas del norte sobre todo de Elías, Eliseo

y Oseas reflejando las preocupaciones de estos.

El documento yahvista y el elohísta se fusionan quizá después de la caída del reino de Samaría (722) y de la llegada de israelitas a Judá. En esta operación, el yahvista ocupa

el lugar más importante, mientras que el elohísta es relegado a un segundo lugar. Juntos

forman el documento yehovista (JE).

El documento que constituye el Deuteronomio (al que se designa con la letra D) está

emparentado, en ciertos puntos, con el documento elohísta. Esto se explica fácilmente.

ya que ambos tienen un mismo origen geográfico, el reino del norte, así como la misma

preocupación por enraizarse en Moisés y en la ley. La historia de su redacción es

compleja. Nos encontramos con una primera redacción del Deuteronomio en Jerusalén,

después de

la caída de Samaría (en 722), en el reinado de Ezequías; ahora bien, hasta la época de la reforma de Josías en 622 no alcanzó ni renombre ni importancia. Su edición definitiva

tuvo lugar durante el exilio en Babilonia (entre 587 y 538) (Briend, 1980).

El documento sacerdotal (P, del alemán Priesterschrift, escrito sacerdotal o, mejor, Pg, Priesterschrift Geschichte, historia sacerdotal) es originalmente un relato independiente

cuya teología es específica y cuya fuente narrativa está representada por el documento

yehovista. Está redactado durante el exilio en Babilonia en medios de sacerdotes

deportados (siglo VI). Este documento corno los anteriores, se apropia antiguas

tradiciones interpretándolas de manera nueva a fin de encontrar en ellas la luz necesaria

para poder vivir en las circunstancias difíciles en las que se encontraban.

El documento sacerdotal recibe, tras el exilio, suplementos legislativos (Ps).

El documento sacerdotal y el documento JE se fusionan a comienzo del siglo IV para

formar el Tetrateuco (JEP). En esa ocasión se añadieron igualmente una serie de «leyes

complementarias» (designadas por Ps) impregnadas del espíritu sacerdotal. Así se

constituye la Tora en cinco libros (JEDP). Esta actividad literaria se debe

probablemente a Esdras al ser encargado por el rey persa Altajerjes de promulgar una

ley de estado para los judíos, tanto para aquellos que habían vuelto del exilio como para

los que se habían quedado en el país.

Grafico 1: Teoría Documentaria Clásica.

Fuente: (Artus, 2001)

Criticas, límites y alternativas a la hipótesis documentaria

La hipótesis documentaria comenzó a recibir críticas a partir del siglo XX1, entre estas se

destacan las de Wilhelm Rudolph y Martin Rose quienes cuestionaron la datación,

naturaleza y delimitación de los documentos propuestos por Wellhausen sin lograr aun así

debilitar la hipótesis. Criticas posteriores a la hipótesis documentaria permitió a

Blenkinsopp (2001) luego de analizar varios de estos trabajos llegar a las siguientes

conclusiones:

Ya no hay consenso sobre la existencia de fuentes narrativas continuas, identificables, que abarcan todo el pentateuco, y anteriores al exilio

La crítica al modelo estándar se ha centrado sobre todo en la fuente J, y es difícil ver

como la hipótesis podrá sobrevivir tras su desplazamiento a una fecha muy posterior y a

futuro cuando se le elimine por completo.

La tendencia a la datación tardía, muy clara en los autores recientes, no carece de problemas. En gran medida debe basarse en el principio de que, lo que no se sabe con

certeza que es antiguo, tiene que ser reciente, lo cual obliga a quienes niegan la

existencia de fuentes antiguas a rellenar el vacío creado por el periodo preexílico por

sus desplazamiento.

Poca atención se ha prestado en los últimos años a los otros documentos postulados en la hipótesis. Se ha visto que E resulta problemático desde hace tiempo y no hay

demasiado entusiasmo por mantenerlo. (Blenkinsopp, 2001)

Pero, a partir de 1975 con la aproximación sincrónica al pentateuco es que se cuestiona la

hipótesis documentaria de raíz, ya que anteriormente se buscaba delimitar los documentos

al definir la época en la cual fue escrito, pero a partir del análisis sincrónico lo que interesa

es la coherencia narrativa de los documentos con el fin de poder explicarlos.

A partir del análisis sincrónico se han creado nuevas hipótesis frente a la composición del

Pentateuco que han renovado profundamente el acercamiento literario a este, pero aun así

se mantiene la idea de que el Pentateuco y por ende Números no fue escrito por Moisés.

Entre las nuevas hipótesis se destaca las desarrolladas por R. Rendtorff y Erhard Blum.

Veamos algunos aportes de estos autores:

“Al constatar las pocas relaciones que unían las diferentes subunidades narrativas que

componen el Pentateuco, Rendtorff emitió la hipótesis de que estas subunidades

constituyeron primero tradiciones escritas transmitidas independientemente las unas de las

otras. Él llama a estos conjuntos tradicionales (ciclo de los orígenes, patriarcas,

cautividad en Egipto y liberación, etc.) grandes unidades literarias. La relación entre estas

grandes unidades habría estado asegurada por dos composiciones tardías, postexílicas.

Así, para comprender la historia de la composición literaria del Pentateuco, Rendtorff

sustituye el modelo de los fragmentos por el de los documentos.

1 Para profundizar las criticas realizadas a la hipótesis documentaria de Wellhausen se sugiere consultar el libro “Reseña critica de una introducción al antiguo testamento” de Archer Gleason y el libro “El pentateuco Introducción a los primeros cinco libros de la biblia de Blenkinsopp, dado que este es un tema tan amplio que queda fuera del propósito del trabajo.

Blum se interesa esencialmente por la segunda parte de la hipótesis de Rendtorff: el

proceso de composición que conduce a enlazar las grandes unidades literarias. Blum

identifica dos composiciones sucesivas: una composición KD (Komposition en alemán)

que, como su propio nombre indica, mantiene una cierta familiaridad con la teología

deuteronómico-deuteronomista, aunque sin reducirse a ella, y una composición KP (P =

sacerdotal), más tardía, que toma como punto de partida la composición KD, la completa y

la modifica. Una teoría semejante, cuya ventaja es mostrar cómo la fase última de

composición del Pentateuco resulta del diálogo entre dos grupos -sacerdotal y «laico»

deuteronomista-, presenta, sin embargo, varios escollos.

- Por una parte, lleva a repartir el texto del Pentateuco entre dos composiciones que cree

poder identificar. El carácter limitado de esta elección puede conducir a subestimar la

complejidad del proceso de composición del Pentateuco, y a volver a caer en las mismas

dificultades que la teoría documentaría.

- Por otra parte, Blum no reconoce la existencia de un escrito sacerdotal independiente, lo

que parece contradecir los datos del análisis literario de algunos textos, como tendremos

oportunidad de ver más adelante.

- Por último, incluso aunque el interés literario y teológico de las últimas etapas

(postexílicas) de la composición del Pentateuco es manifiesta, la crisis de la teoría

documentaria ¿debe conducir al exegeta a renunciar a emitir hipótesis literarias relativas

al período preexílico? (Artus, 2001)

Evidencias a favor de Moisés como escritor del Pentateuco

Anteriormente se menciono las propuestas en contra de que el Pentateuco hubiera sido

escrito por Moisés y esbozado las teorías que lo sustentan, dado que en medios académicos

esta es la postura generalmente aceptada. Pero, Gleason (1987) presenta una defensa a

favor de Moisés como escritor del pentateuco que se presenta a continuación:

a. El testimonio de las escrituras con respecto a la paternidad literaria de Moisés

El pentateuco menciona a Moisés como autor de la Ley o la Tora que se extrapola al

pentateuco, entre estos: Ex 17:34, Ex 24:4, Ex 24:7, Dtm 31:9, Dtm 31:11. Además, otros

libros del Antiguo Testamento hace referencia a este hecho, entre estos: Jos 8:31-32, 1

Rey2:3, 2 Rey 14:6, 2 Rey 21:8, Esd 6:18, Neh 13:1, Dn 9:11-13, Mal 4:4. También el

nuevo testamento hace referencia a Moisés como autor del pentateuco, entre estos: Mt 19:8,

Jn 5:46-47 “Porque si creyeres a Moisés, me creeréis a mi, porque de mi escribió él. Pero si

no creéis a sus escritos, ¿Cómo creeréis a mis palabras”, Jn 7:19, Hc 3:22, Rm 10:5.

b. Evidencias internas

Las evidencias internas hacen mención a alusiones, a incidententales o casuales, a sucesos

históricos contemporáneos, a hechos corrientes, a condiciones geográficas o climáticas, a

flora o fauna que prevalecen, y las aseveraciones de testigos oculares participantes. A partir

de las evidencias internas es posible concluir que el autor de Números residió originalmente

en Egipto (no en Palestina), haber sido testigo ocular del éxodo de la deambulación por el

desierto y haber contado con un alto nivel de educación, de conocimientos y de capacidad

literaria, siendo Moisés uno que cumple estas condiciones. Gleason (1987), menciona entre

otras evidencias internas las siguientes:

En el relato del éxodo figuran detalles que solo pudieron ser registrados por un testigo

presencial, y que hubiera sido imposible que los conociera un autor que hubiera vivido

siglos después. Por ejemplo Ex 15:27 informa el numero exacto de fuentes (doce) y de

las palmeras (setenta) que había en Elim. Núm. 11:7-8 habla del aspecto y del gusto del

mana.

El autor del Génesis y del Éxodo demuestra estar totalmente familiarizado con Egipto.

Por ejemplo con nombres egipcios (Ori, Pitón, Polifera, Asenat, etc.), además de utilizar

un mayor porcentaje de palabras egipcias que en ninguna otra parte del antiguo

testamento (abrek (arrodillarse), Hin (alrededor de 6.2 litros), gome (papiro), ses (lino),

etc.). Esta afirmación la comparte también Garrow Duncan quien escribió “No podemos

menos que admitir que el escritor de las narraciones de José y del Éxodo estaba

plenamente familiarizado con el lenguaje, las costumbres, las creencias, la vida

cortesana y la etiqueta de los círculos oficiales egipcios”.

El autor de la Tora demuestra un punto de vista constantemente extranjero o extrapalestino, al menos en lo que a Canaán se refiere. Las narraciones y el clima, según

la narración no son palestinos sino egipcios, la flora y la fauna que se menciona en la

narración son egipcias o sinaiticas, nunca distintivamente palestinas (p.e. la acacia y el

antílope, el avestruz, el carnero montes. Desde el punto de vista geográfico, el relato del

éxodo esta lleno de autenticas referencias locales que han sido verificadas por la

moderna arqueología, a diferencia de la geografía palestina que es relativamente

desconocida.

La atmosfera que se respira en Éxodo y Números es indiscutiblemente la del desierto, no la de un pueblo agrícola asentado en las posesiones de sus antepasado durante casi

mil años. El tremendo hincapié que se hace sobre un tabernáculo o como sitio de

adoración esta totalmente fuera de lugar para autores que hubieran vivido siglos

después de haberse construido el templo de Salomón.

Particularmente en el Génesis hay referencias a costumbres arcaicas que son

demostrables para el segundo milenio a.C, pero que no continuaron durante el primer

milenio. Notables, en tal sentido, son los documentos legales descubiertos en Nuzi, que

se remontan al siglo XV a.C, en los cuales se descubre referencias a la costumbre de

engendrar hijos legítimos con las siervas, entre otras.

Hay una notable unidad de orden y disposición que subyace a lo largo de todo el pentateuco y lo vincula en un todo progresivo, si bien algunas etapas sucesivas en la

revelación (durante la carrera del escritor de Moisés a lo largo de cuatro décadas) dan

como resultado cierto número de superposiciones y repeticiones. Por inferencia, aun los

documentalistas se ven obligados a conceder esta unidad, recurriendo a un hipotético

redactor para explicar el orden y la armonía en la disposición final de la Tora, tal como

ha llegado a nosotros. (Gleason, 1987)

c. Los títulos de Moisés

Moisés tenia la educación y el trasfondo necesario para escribir, puesto que recibió de sus

antepasado esa riqueza dela ley oral que se origino en las culturas mesopotámicas. Contaba

con un conocimiento personal sobre el clima, la agricultura y la geografía de Egipto y la

península del Sinaí. Por otra parte Moisés provenía de una cultura en la cual el arte de

escribir estaba tan ampliamente difundido que aun los artículos de tocador contaba con la

adecuada inscripción. La escritura tanto la jeroglífica como la hierática estaba tan difundida

en el Egipto de Moisés que seria absolutamente increíble que no hubiera registrado nada

por escrito.

Por otro lado, en defensa de Moisés como autor del Pentateuco Vilo y Escuain (1988)

mencionan lo siguiente:

“El profesor R. Dick Wilson presenta sólidos argumentos lingüísticos en favor de la

mosaicidad del Pentateuco («Is High Criticism Scientific?» y «Scientific Investigation of

the Old Testament»). En tanto que se hallan términos de origen persa en Crónicas, Esdras,

Nehemías, Ester y Daniel, no se halla ninguno en el Pentateuco (a pesar de que el

pretendido «Código Sacerdotal» sea atribuido a Esdras). Por otra parte, el profesor A. S.

Yahuda ha señalado numerosas pruebas de la influencia egipcia en el lenguaje y forma de

pensar del Pentateuco, lo que sólo se explica si el autor es Moisés. Está claro que hay en

estos cinco libros diferencias de expresión, que son fácilmente explicables por los temas

tratados y por los documentos utilizados. «No es científico rebuscar entre pasajes

especiales, como las genealogías, los contratos solemnes, o las ordenanzas rituales, y

agruparlos postulando un autor diferente, bajo el pretexto ¡de que el vocabulario utilizado

es diferente!» (Manley, «Nouveau Manuel de la Bible», p. 131).

Los más superficialmente familiarizados con la moderna controversia teológica, son

conscientes de que ciertos opositores de la Biblia han dirigido, de manera especial, sus

ataques contra la antigüedad del Pentateuco, aunque no han llegado aún a un acuerdo

entre ellos mismos acerca de qué partes del Pentateuco fueron escritas por diferentes

autores, ni por cuántos, ni por quiénes, ni en qué épocas, ni cuándo, ni por quién fueron

finalmente recogidas en un solo libro. Ahora bien, lo que nosotros alegamos en relación

con ello es: que la legislación del Pentateuco presenta evidencias de su redacción antes de

que el pueblo estuviera establecido en Palestina. Llegamos a esta conclusión de la

siguiente manera: Supongamos que un código de leyes e instituciones sea preparado por

un legislador práctico (porque es indudable que estaban en vigor en Israel): mantenemos

que ningún legislador humano hubiera podido ordenar un sistema para una nación ya

establecida tal y como el que hallamos en el Pentateuco. El mundo ha visto muchas

constituciones especulativas de la sociedad preparadas por filósofos y teóricos, de Platón a

Rousseau y Owen. Ninguna de ellas hubiera podido haberse adecuado a un estado de una

sociedad ya establecida. Además, ningún filósofo hubiera jamás imaginado ni pensado

leyes tales como las dadas en el Pentateuco." (Vila & Escuain, 1988)

2. Redacción o edición final de Números

Teniendo en cuenta las hipótesis en torno al pentateuco y su autoría, cabe preguntarnos

¿quién fue el redactor final del Pentateuco y específicamente de Números?

Las respuestas a esta pregunta varían según la posición que se defienda acerca de la autoría.

Por ejemplo para los que sostienen que Moisés es el autor se tiene dos posturas: la primera

que el mismo Moisés la escribió; la otra es que el redactor final es anónimo y lo que hizo

fue escribir acorde con las tradiciones orales dejadas por Moisés, pero sin cuestionar que el

autor de estos fue Moisés. Los defensores de la teoría de que Moisés no es el autor del

Pentateuco atribuyen a Esdras como el redactor final de los libros del pentateuco. Esta

propuesta comenzó con el oratonano Richard Simón y el judío holandés Baruc Spinoza.

Estos veían a Esdras como el responsable de la edición final del Pentateuco, al tener en

cuenta que en el libro de Esdras, se menciona a éste como encargado por el rey persa

Altajerjes (aprox. 398 a.C) de promulgar una ley de estado para los judíos, tanto para

aquellos que habían vuelto del exilio como para los que se habían quedado en el país

buscando de esta forma asegurar la unidad de legislación y de liturgia a todos los habitantes

de Judea y Samaría (Lasor, Hubbard, & Bush, 1995).

Carro, Poe & Zorzoli (1998) resume algunos de los problemas específicos relacionados con

el libro de Números que siguieren que su redacción final se realizo en la época del exilio y

la restauración después de este. Veamos algunas de estas:

a. Discrepancias

Se encuentran algunas discrepancias en los detalles de algunas reglas dadas en diferentes

partes del Pentateuco mismo. (Por ejemplo Lev. 4:14 con Núm. 15:24 y Lev. 23:18 con

Núm. 28:27). Los eruditos liberales citan esto como una evidencia contra el origen de las

leyes en los tiempos de Moisés. Dicen que las diferentes reglas reflejan las prácticas en

diferentes épocas de la historia posterior del pueblo. Pero hay que reconocer que, según el

Pentateuco mismo, Moisés dio leyes al pueblo en por lo menos cuatro ocasiones diferentes:

en Mara en el desierto de Shur (Ex. 15:25, 26); en Sinaí (Ex. 20—Núm. 20; notar Lev.

27:34; Núm. 1:1); en el desierto durante los años errantes (Núm. 15; 18; 19); y en las

llanuras de Moab (Núm. 26–31; 35; 36; Deut. 5:26; notar Núm. 36:13; Deut. 5:44–46). Se

señala que durante los 40 años entre el éxodo y la con-quista había tiempo suficiente para

hacer algunos leves cambios en las leyes. Además, parece que algunas leyes se dieron con

una aplicación inmediata mientras que otras se dieron anticipadamente para aplicarse en la

tierra después de la conquista. Con todo, algunos conservadores como J. A. Thompson

aceptan la posibilidad de que quizá la forma de las reglas presentada en el texto actual de

Números refleja las costumbres en uso en el tiempo de la redacción final del libro, pero

afirman que, en su esencia, las leyes provienen de los tiempos de Moisés.

Hay también algunas discrepancias dentro del mismo libro de Números. Comparar la

prohibición de contar a los levitas en 1:49 con las instrucciones de contarlos en 3:14, 15 y

4:1–3; la edad de servicio de los levitas en 4:2, 3; 22, 23, 29, 30, 34, 35, 39, 43, 47 con la

dada en 8:24; el lugar de los levitas en el orden de la marcha en 2:16, 17 con el dado en

10:17, 18, 21; y el lugar del arca del pacto en el orden de la marcha en 3:31; 4:15; 10:21

con el mencionado en 30:33. Varios eruditos toman estas diferencias como evidencias del

uso de fuentes contradictorias o como reflejos de las costumbres en diferentes épocas

posteriores. Pero ver el comentario sobre los pasajes mencionados para varias sugerencias

en cuanto a maneras de resolver estas discrepancias.

b. Conflicto con Ezequiel

En Ezequiel 40–48, el profeta da su programa para el pueblo restaurado después del exilio.

En varios lugares, las reglas dadas allí están en conflicto con las leyes del Pentateuco (por

ejemplo las reglas acerca de sacrificios en Eze. 45:18–46:15 con Núm. 15:1–16; 28:1–

29:40). La crítica liberal toma esto como evidencia de que las leyes del Pentateuco todavía

no existían (o por lo menos no se habían compilado) en los tiempos de Ezequiel (593–570

a. de J.C.) Dice que si ya existiera una colección de leyes con autoridad reconocida,

Ezequiel no habría sentido la libertad de contradecir las leyes. Sin embargo, parece que

Ezequiel está conscientemente presentando nuevas reglas para una nueva época después del

exilio. Se da cuenta de que lo que él presenta es diferente en varios puntos de las prácticas

antes del exilio, pero considera que la nueva situación justifica algunos cambios. Además,

hay que notar que los sacrificios mencionados en Números son los que el pueblo debe

presentar o que los sacerdotes presentan por todo el pueblo, mientras que Ezequiel 45 y 46

habla de los sacrificios que el príncipe o gobernante del pueblo debe presentar.

c. El tabernáculo

Muchos eruditos dicen que el tabernáculo elaborado, como se presenta en Éxodo (Ex 25-

30, Ex 35-40) y Números (con el atrio, el lugar santo, y el lugar santísimo, con su

mobiliario elaborado, y atendido por sacerdotes y levitas con una organización

complicada), nunca existió en la historia ya que es demasiado complicado para una edad

tan “primitiva” como la de Moisés. Dicen que el cuadro que encontramos en Éxodo y

Números es nada más que la invención de la escuela sacerdotal, que proyectó la forma y el

rito del templo de Salomón hacia tiempos anteriores. Podemos notar que la arqueología ha

revelado el uso de pabellones desmontables y portátiles en Egipto antes de 2200 a. de J.C. y

que en los textos de Ugarit (1400 a. de J.C.) hay una referencia a un rey que cumple

algunos ritos sagrados en una tienda, así que no hay nada increíble entonces en el relato

bíblico del Tabernáculo.

El mayor obstáculo a esta interpretación aparece en Números 11:24–27, donde se hace una

distinción entre los 70 ancianos reunidos alrededor del tabernáculo por un lado, y Eldad y

Medad, que habían quedado en el campamento, por el otro. Algunos interpretan que en

Números 11 el tabernáculo se encuentra fuera del campamento, como en Éxodo 33 y dicen

que Números 11 contradice Números 2 en cuanto a la ubicación del tabernáculo (atribuyen

Núm. 2 a la fuente P y Núm. 11, junto con Ex. 33:7–11, a la fuente J). La mejor respuesta

parece ser que, como se indica en Números 2:2 en la RVA, el campamento del pueblo

quedaba a cierta distancia del tabernáculo. Mientras que las tiendas del pueblo estaban

alrededor del tabernáculo, había una separación suficiente para hablar de salir del

“campamento” (el área donde estaban las tiendas del pueblo) para ir al tabernáculo.

d. Sacerdotes y Levitas

El problema más grande con el libro de Números es que hace una distinción bien clara y

definida entre los derechos y responsabilidades de los sacerdotes y de los levitas y su

estructura organizacional (Núm. 1:47-54, Núm. 4:1–15, Núm. 16:36–40; 18:1–7). Pero

muchos eruditos creen que tal organización jerárquica era demasiado compleja para los

tiempos de Moisés y que la distinción entre sacerdotes y levitas se originó en épocas

posteriores. Sin embargo, Wenham señala que un texto de los heteos que proviene del

período antes de 1000 a. de. J.C. hace una distinción semejante entre los sacerdotes y los

guardias del templo. No hay nada increíble entonces en la afirmación de que había una

distinción entre los sacerdotes y levitas en los tiempos de Moisés mismo. (Carro, Poe, &

Zorzoli, 1998)

Luego de analizar lo relacionado con la autoría y redacción de Números, a continuación se

presenta el idioma, la estructura y el estilo literario de Números.

3. Idioma en el cual fue escrito Números

El antiguo testamento fundamentalmente se escribió en hebreo, aunque hay secciones

breves escritas en arameo como Esd 4,8-6,18; 7,12-26; Dn 2,4b-7,28, Jer 10:11 y

específicamente en el Pentateuco se observa dos palabras en Gn 31,47 escritas en arameo.

Cabe resaltar que el hebreo y arameo son dos lenguas muy emparentadas entre ellas.

Finalmente, hay libros o secciones de libros del antiguo testamento escritos en griego como

Sabiduría, 1 y 2 Macabeos, Est 10,4-16,24; Dn 3,24-90, impulsado por la influencia griega

en Palestina (Sicre, 2000) aunque, cabe resaltar que estos libros no pertenecen al canon

judío por que el único lenguaje sagrado para ellos es el hebreo, y como el pentateuco casi

en su totalidad esta escrito en hebreo con excepción de las dos palabras en arameo de Gn 31

es que es aceptado en su canon.

4. Estructura de Números

El libro de Números presenta una narración histórica interrumpida a menudo por una serie

de leyes y disposiciones referentes a la comunidad. Teniendo en cuenta esto, varios autores

han planteado una posible estructura del libro de Números. A continuación se presenta dos

de estas, las cuales permite observar con cierto detalle los acontecimientos presentes en

Números, los cuales abarcan cerca de cuarenta años en el desierto luego su salida de

Egipto:

Estructura de Carro, Poe y Zorzoli (1998)

I. En el monte Sinaí: Organización de la comunidad y preparativos para la marcha, 1:1-

10:10

1. El primer censo y la organización del pueblo, 1:1-2:34

2. El significado, la enumeración y la organización de los levitas, 3:1-4:49

3. Reglas para mantener la santidad y la pureza del pueblo, 5:1-6:27

4. Ritos celebrados antes de la salida del monte Sinaí, 7:1-9:14

5. Provisión para la dirección del pueblo en el viaje, 9:15-10:10

II. El viaje desde Sinaí hasta Cades-Barnea, 10:11-12:16

1. La salida del monte Sinaí, 10:11-36

2. El fuego en Tabera, 11:1-3

3. La provisión de las codornices, 11:4-35

4. La murmuración de Aarón y María contra Moisés, 12:1-16

III. Acontecimientos y leyes en y alrededor de Cades, 13:1-20:13

1. La rebelión del pueblo: Rechazo de la tierra prometida, 13:1-14:45

2. La reafirmación de la promesa de la tierra y de la necesidad de la obediencia,

15:1-41

3. La rebelión de los líderes y levitas: Rechazo del orden espiritual, 16:1-17:13

4. La reafirmación del orden espiritual, 18:1-19:22

5. La rebelión de Moisés y Aarón: Rechazo de la palabra de Dios, 20:1-13

IV. El viaje desde Cades hasta las llanuras de Moab, 20:14-22:1

1. El desvío alrededor de Edom, 20:14-21

2. La muerte de Aarón en el monte Hor, 20:22-29

3. La campaña contra Arad, 21:1-3

4. Las serpientes ardientes y la serpiente de bronce, 21:4-9

5. El desvío alrededor de Moab, 21:10-20

6. La conquista de los reinos de Sejón y Og y la llegada a las llanuras de Moab,

21:21-22:1

V. Acontecimientos y leyes en las llanuras de Moab, 22:2-36:13

1. El episodio con Balaán, 22:2-24:25

2. La apostasía del pueblo con Baal de Peor, 25:1-18

3. Preparativos para entrar en la tierra prometida, 26:1-27:23

4. Leyes sobre ofrendas y votos, 28:1-30:16

5. Acontecimientos antes de la entrada en la tierra prometida y resumen de las

jornadas desde Egipto, 31:1-33:49

6. Leyes acerca de la tierra, 33:50-36:13. (Carro, Poe, & Zorzoli, 1998)

Estructura de Vila y Escuain (1988)

I En el desierto del Sinaí (Nm. 1:1-10:11).

Censo del pueblo, a excepción de los levitas. Orden del campamento de las tribus

(Nm. 1; 2).

Censo particular de los levitas; su lugar en el campamento; su servicio particular

(Nm. 3; 4).

Exclusión de los impuros (Nm. 5:1-4).

Ley de la restitución (Nm. 5:5-10).

Leyes acerca de los celos, del Nazareato; fórmula de bendición sacerdotal (Nm.

5:11-6:27).

Ofrendas de los príncipes durante la dedicación del Tabernáculo (Nm. 7).

Ordenanza tocante a la disposición de las siete lámparas del candelero (Nm. 8:1-4).

Consagración de los levitas (Nm. 8:5-22), edad de su entrada en funciones (Nm.

8:23-26) Ley acerca de la celebración de la Pascua y de la Pascua suplementaria del

segundo mes (Nm. 9:1-14).

La dirección dada por la columna de nube (Nm. 9:15, 23)

Empleo de las trompetas de plata (Nm. 10:1-10).

II El itinerario del Sinaí al Jordán (Nm. 10:11-21:35).

Orden de marcha (Nm. 10:11-28).

Moisés invita a Hobab a que acompañe a los israelitas (Nm. 10:29-32).

Una etapa de viaje (Nm. 10:33, 34).

Palabras de Moisés a Jehová cuando partía el arca, y cuando se detenía (Nm. 10:35,

36).

Murmuraciones del pueblo contra el maná; setenta ancianos ayudan a Moisés;

Jehová envía las codornices (Nm. 11).

María (Miriam) contrae lepra por hablar contra su hermano Moisés, y es sanada

(Nm. 12).

Llegada a Cades, localidad del desierto de Parán. Los espías y su retorno de Canaán.

Incredulidad del pueblo; castigo: la muerte en el desierto (Nm. 13; 14).

Ordenanzas legales suplementarias (Nm. 15).

Revuelta de Coré, Datán y Abiram; acontecimientos consecutivos (Nm. 16; 17).

Los deberes de sostenimiento de los sacerdotes y de los levitas (Nm. 18).

Ritual de purificación de la contaminación contraída al tocar un muerto (Nm. 19).

Vuelta a Cades: muerte de María; pecado de Moisés y Aarón sobre el monte Hor.

Israel rodea el país de Edom; episodio de las serpientes ardientes. Llegada a los

campos de Moab; conquista del país situado al este del Jordán (Nm. 20:22-21:35).

III Campamento en Sittim (Abel-Sittim), frente a Jericó (Nm. 22:1-36:13).

Balaán (Nm. 22-24).

Israel, cayendo en la idolatría, rinde culto a Baal-peor (Nm. 25).

Censo de la nueva generación (Nm. 26).

Leyes concernientes a los derechos de sucesión de las hijas (Nm. 27:1-11).

Josué es proclamado caudillo del pueblo por Moisés (Nm. 27:12-23).

Normas acerca de los sacrificios cotidianos y de los votos (Nm. 28-30).

Guerra contra Madián (Nm. 31).

Las regiones conquistadas al este del Jordán son atribuidas a los rubenitas, gaditas y

a la media tribu de Manasés (Nm. 32).

Enumeración de los campamentos de los israelitas, desde Egipto hasta Abel-Sittim.

(Nm. 33).

Límites del país de Canaán; príncipes designados para llevar a cabo el reparto de la

tierra (Nm. 34).

Leyes de las ciudades de refugio (Nm. 35).

Leyes suplementarias acerca de las herederas (Nm. 36). (Vila & Escuain, 1988)

Se puede observar en estas estructuras que la separación que se realiza esta relacionada con

la llegada o salida de un lugar a otro del desierto, teniendo como punto de partida el Monte

Sinaí y el punto final de llegada las llanuras de Moab. Estas estructuras permiten observar

los cortes narrativos en la historia ocasionados por la presentación de leyes o disposiciones

a la comunidad. Por ejemplo, frente a las leyes se encuentran definidas las siguientes

conjuntos: Reglas para mantener la santidad y la pureza del pueblo, 5:1-6:27; Ley acerca de

la celebración de la Pascua y de la Pascua suplementaria del segundo mes (Nm. 9:1-14);

Ordenanzas legales suplementarias (Nm. 15); Leyes sobre ofrendas y votos, 28:1-30:16

Leyes acerca de la tierra, 33:50-36:13. Frente a las disposiciones a la comunidad se destaca

los censos presentes, la distribución de las tribus para marchar por el desierto, entre otras.

Otro rasgo característico de estas estructuras es la importancia que le dan a las

murmuraciones y quejas del pueblo, ya sea en contra de Moisés o Aarón o generadas por

las dificultades presentes en el desierto, siendo esto una constante en Números.

A partir del análisis de diferentes estructuras de Números, Brown, Fitzmyer & Murphy

(1971), menciona que existe un acuerdo en que Números se divide en tres grandes partes:

“La estancia en el Sinaí (1,1-10,10) abarca los últimos diecinueve días que los israelitas

pasaron al pie del monte. Exactamente un mes antes de la fecha indicada en Nm 1,1, el

pueblo había terminado de construir y levantar el tabernáculo (Ex 40,1.17). La sección

segunda se refiere al viaje desde el Sinaí a Moab (10,11-22,1) y abarca un espacio de unos

treinta y ocho años. No obstante, la mayor parte del material se refiere a los primeros y los

últimos meses de este período. La tercera parte, integrada por acontecimientos que tienen

por escenario a Moab (22,2-36,13), abarca unos cinco meses. La sección concluye dejando

a los israelitas en las llanuras de Moab dispuestos para el asalto de Canaán. (Brown,

Fitzmyer, & Murphy, 1971). Wenham, Motyer, Carson y France resumen estas secciones

de la siguiente manera:

Preparación para salir hacia Canaán y heredar la tierra: En esta sección Moisés prepara a Israel. Las tribus son contadas, organizadas y purificadas, se establece el sacerdocio,

se consagra el tabernáculo y se celebra la Pascua. Cada detalle de esta preparación es

ordenado por la palabra de Dios. Dos son las cosas que se pretenden: Hacer que Israel

sea digno de la presencia de Dios y prepararlos para que posean la tierra prometida

como su herencia, según lo que Dios había prometido en su pacto con Abraham. Al

final de esta preparación completa, el pueblo se dirigió hacia Canaán, guiados por la

presencia de Dios en la nube y el fuego que estaban sobre el arca del pacto.

En camino hacia Canaán, desde el Sinaí hasta Moab: Lo que hubiera sido un

peregrinaje gozoso se convirtió en un sendero de descontento. Mientras que la gente

viajaba comenzó a quejarse. Cuando vieron a las poderosas naciones que habitaban

Canaán rehusaron entrar. En incredulidad, rechazaron las promesas de Dios.

Consecuentemente, tuvieron que permanecer en el desierto y morir ahí. Cerca del fin de

los 40 años, otra vez se encaminaron hacia Canaán.

Nuevos preparativos para heredar la tierra desde Moab: Después de 40 años, el pueblo llegó hasta los campos de Moab. El enfoque de esta sección está sobre la herencia. La

nueva generación es contada y se le ordena cómo repartir la tierra, y qué ofrendas

presentar ahí. De esta manera se preparaban para heredar la tierra prometida. Los

preparativos finales incluyeron el mandato de que la tierra asignada a cada tribu nunca

debía ser traspasada; de esta manera se garantizaba la herencia. A pesar de la

incredulidad de Israel, Dios fue fiel al propósito de su pacto. (Wenham, Motyer,

Carson, & France, 2003)

Teniendo en cuenta la importancia que tuvo la hipótesis documentaria, a continuación se

presenta la estructura propuesta de Briend Jacques (Cuadro 1) y su división por fuentes.

Entendiendo que hoy en día se ha replanteado la teoría de las fuentes, pero se presenta con

el propósito de mostrar la importancia que tuvo la teoría de Wellhausen:

Capitulo J E P

Leyes diversas

1 a 9 Todo

Del Sinaí a las llanuras de Moab

10 1-28

29-32 33-36

11 1-4a

4b 5-9

10

11-15? 16-17

18-23 24-30

31-35

12 1a

1b 2-8

9-10a 10b-16

13 1-17a

17b-24 25-26a

26b-29

14 1a

1b 2

3-4 5-7

8-9 10

11-25 26-29

30-33 34-38

39-45

15 1-41 leyes

16 1a

1b-2a 2b-11

12-15 16-24

25-26 27a

27b-34 35

17 1-28

18 1-32 Leyes

19 1-22 Leyes

20 1-13

14-21 22-29

21 1-3 4a

4b-9

10-20? 21-32 (33-35)

Ciclo de Balaán

22 2-21 1

22-38 39-41

23 1-30

24 (1-2)

3-19 20-24

25

Historia de Peor

25 1-2 3ª

3b-4 5 6-18

Instrucciones para el reparto del país

26-31 Todo

32 1-32 (34-42)

33-36 Todo

Cuadro 1: Clasificación de Números en Fuentes. Fuente: (Briend, 1980)

5. Estilo literario

El libro de Números presenta un estilo generalmente narrativo, en el cual se observa la

repetición de las mismas ideas (ver por ejemplo 5:16, 18, 21; 24, 26; 8:12, 19; 16b, 18),

además de aparecer temas tratados en un capitulo de vuelta en otro mas adelante (comparar.

1:50 con 4:3, 30, 35, 43 y 8:15, 19; y 3:11–13, 41 con 8:16–18).

“Budd ha sugerido que la repetición de los mismos temas en distintos contextos no indica

una falta de organización, sino que era parte de la técnica literaria del autor o redactor.

Cree que lo hace conscientemente y a propósito. A veces quiere enfatizar ciertos asuntos por la repetición. Otras veces introduce una idea y la trata desde cierto punto de vista en

un contexto, y más adelante vuelve al mismo tema para desarrollarlo más. A menudo

presenta nuevos datos más adelante en el libro porque trata del mismo tema desde otro

punto de vista. Entonces la repetición no es necesariamente entonces una indicación del

uso de diferentes fuentes.” (Carro, Poe, & Zorzoli, 1998)

Wenham, Motyer, Carson, & France (2003), define cuatro tipos principales de escritura

presenten en el libro de Números: “Narración, ley, registros administrativos y discursos. Si

extrajéramos las secciones narrativas, tendríamos una historia continuada de los eventos

que se sucedieron. Por ejemplo, pudiéramos dejar afuera los detalles de los censos y las

leyes acerca de las ofrendas y las fiestas y quedaríamos con un relato de lo que sucedió

con Israel en Sinaí, en el desierto y en las planicies de Moab. Los principales asuntos de

las leyes son el sacerdocio (Números 4:4-33; 8:6-26; 18:1-19:22), la purificación

(Números 5:5-6:21), las ofrendas y las fiestas (Números 9:11b-14; 10:1-10; 15:1-41;

28:1—30:16) y mandamientos relacionados con la herencia de la tierra de Canaán

(Números 27:8-11; 31:21-24; 34:1-35:34; 36:7-10). Los registros administrativos incluyen

listas de líderes (Números 1:5-16; 13:4-16; 34:19-29), genealogías y censos (Números

1:20-46; 3:1-4, 17-29; 4:34-49; 26:4-51, 57-62), registros de los lugares donde

acamparon (Números 2:3-33; 33:1-49), listas de las ofrendas de las tribus y tributos

(Números 7:12-88; 31:32-40, 42-47), correspondencia diplomática (Números 20:14-20;

22:5, 6, 16, 17), y los registros de los límites de la tierra (Números 34:3-12). Los discursos

que son citados incluyen oración (Números 10:35, 36), bendiciones (Números 6:24-27),

oráculos (Números 23:7-10, 18-24; 24:3-9, 15-24), votos (Números 21:2), juramentos

(Números 5:19-22; 14:20-25, 28-35), poemas, cantos y dichos antiguos (Números 21:14,

15, 17, 18,27-30). A menudo estos discursos hacen resaltar lo significativo de los eventos

registrados en la narración y, por lo tanto, pueden ser cruciales para su trasfondo”.

(Wenham, Motyer, Carson, & France, 2003)

Por ultimo, Wenham, Motyer, Carson & France (2003) hacen las siguientes apreciaciones

frente a estos estilos literarios:

Las leyes, los registros administrativos y los discursos todos caen perfectamente dentro de la narración, la cual provee un marco de referencia. Los registros administrativos

forman una parte natural de la narración. Por ejemplo, los mensajes enviados entre

Edom e Israel (Números 20:14-20) ayudan a relatar la historia de cómo Edom se negó a

permitir que Israel pasara por su territorio camino a Canaán. De hecho, los registros

administrativos ayudan a crear el carácter especial de las narraciones de Números.

No es muy claro cómo es que las leyes caen dentro de la narración. Muchos lectores

han quedado con la duda del porqué las leyes están colocadas donde están. Sin

embargo, existe una conexión y si no se reconoce el libro no puede ser comprendido de

manera apropiada. Se pueden proveer dos ejemplos de esto. Primero, el relato de la

rebelión del levita Coré en contra de Aarón (caps. 16, 17) es seguido inmediatamente

por leyes que confirman el sumo sacerdocio de Aarón de entre los levitas (caps. 18, 19).

Segundo, el relato del fracaso de Israel de no entrar a Canaán a causa de su incredulidad

y el juramento de Dios de que esa generación nunca entraría (caps. 13, 14) es seguido

inmediatamente con leyes que implican que Israel algún día poseería la tierra (cap. 15).

Esas leyes comenzarían “cuando hayáis entrado en la tierra...”, y las ofrendas requeridas

serían de harina, aceite y vino; es decir, de los productos de la tierra. Así, estas leyes

muestran la gracia de Dios a pesar del pecado de Israel.

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