Numeros analisis literario
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ANÁLISIS LITERARIO DEL LIBRO DE NÚMEROS
Presentado por:
Luis Emiro Silva Pérez
Presentado a:
Milton Martínez
Corporación Universitaria Minuto de Dios
Facultad de Ciencias Sociales y Humanas
Ciencias Bíblicas
Pentateuco
2013
ANÁLISIS LITERARIO DEL LIBRO DE NÚMEROS
El libro de números o el libro “En el desierto” como lo llaman los judíos, es un libro
descriptivo en el que se narra la historia de los hebreos desde el Sinaí hasta los campos de
Moab. Este trabajo tiene el propósito de realizar un análisis literario a Números indicando
ente otros aspectos los siguientes: autor, redacción o edición final del libro, idioma de
escritura, estructura y periodos narrados de la historia hebrea, y estilo literario que presenta
Números.
1. Autor de Números
El libro de Números no menciona quien lo escribió, a diferencia de los otros libros del
Pentateuco en el cual si se menciona a Moisés como escritor de estos. Lo único que señala
Números es que “Moisés registro las etapas de la marcha según la orden del Señor. Núm.
33:2” (Schokel, 2008), siendo esta la única actividad literaria en la que se hace mención a
Moisés en el libro, algunos consideran que estas etapas podría relacionarse con todo el libro
de Números, aunque es difícil saberlo. “Podría alegarse (como, en efecto, se ha hecho) que
Moisés, como César, pudo haber escrito de sí mismo en tercera persona. Si se compara
Números con Deuteronomio, parecería más probable que Moisés haya sido el autor de
buena parte de Deuteronomio y que no haya escrito Números. No obstante, es la figura
central de Números y buena parte del contenido del libro procede de anotaciones de
Moisés o de uno de sus contemporáneos, quizá Josué.” (Lasor, Hubbard, & Bush, 1995)
Entonces, para indicar quien es el autor de Números, se debe analizar la autoría del
Pentateuco en su totalidad, agrupado de esta forma dado los temas comunes que tienen
entre si estos libros. Hasta el siglo XVII a partir del relato bíblico y la tradición se le
atribuía a Moisés la autoría del Pentateuco, pero a partir de observaciones criticas desde
finales del siglo XVII comenzó a cuestionarse dicha autoría, comenzando con el oratonano
Richard Simón y el judío holandés Baruc Spinoza quienes veían a Esdras como el
responsable de su edición final, al tener en cuenta que el libro de Esdras, menciona que este
fue encargado por el rey persa Altajerjes (aprox. 398 a.C) de promulgar una ley de estado
para los judíos, tanto para aquellos que habían vuelto del exilio como para los que se habían
quedado en el país buscando de esta forma asegurar la unidad de legislación y de liturgia a
todos los habitantes de Judea y Samaría. Posteriormente en el siglo XVIII Jean Astruc
(medico de Luis XV), al constatar la dualidad de los nombres divinos en el Pentateuco
(YHWH y Elohim), emite la hipótesis de la existencia de dos fuentes cuya combinación
condujo al texto actual, pero anteriormente varios autores ya habían constatado la
existencia de dobletes (dos relatos de la creación· Gn 1:12-4a y Gn 2:4b-25; dos relatos de
la manifestación divina a Moisés. Ex 3,1-4,17 y Ex 6,2-7,7, etc.), así como a las tensiones
narrativas en los relatos (uno de los ejemplos más obvios es la discordancia de datos y
cifras en el relato del diluvio en Gn 6-9).
Sicre (2000) agrupa algunas inconsistencias en torno al Pentateuco que cuestiona la autoría
de Moisés frente al Pentateuco, veamos algunas de estas:
a) Cortes y tropiezos en la narración
Al relato de la creación (Gn 1,1-2,4a) sigue otro relato que vuelve a los orígenes y se
expresa en categorías muy distintas (Gn 2,4b-24).
Después del nacimiento de Set (Gn 4,26), se vuelve a los orígenes de Adán (Gn 5,1).
En Ex 19,24s, Dios ordena a Moisés que baje del monte y suba de nuevo con Aarón. Pero el relato se interrumpe para dar paso al decálogo.
b) Tradiciones duplicadas y triplicadas
Dos relatos de la creación (Gn l, l-2,4a; 2,4b-24).
Dos relatos del diluvio, mezclados en Gn 6-9.
Tres veces la esposa en peligro (Gn 12,10ss; 20; 26).
Dos pactos de Dios con Abrahán (Gn 15 y 17).
Dos relatos de la vocación de Moisés (Ex 3 y 6).
Dos promulgaciones del decálogo (Ex 20 y Dt 5).
Leyes sobre homicidio (Ex 21; Dt 19; Nm 35).
Diversos catálogos de fiestas (Ex 23,14ss; 34,18ss:16, lss; Lv 23,4ss; Nm 28-29).
c) Tradiciones distintas e incluso opuestas
En Gn 1, Dios crea al hombre y la mujer al mismo tiempo, como culmen de la creación; en Gn 2 crea al hombre antes que a los animales, y por último a la mujer.
En Gn 6,19s se ordena a Noé introducir en el arca una pareja de cada viviente; en 7,2 se trata de siete parejas de animales puros y una de impuros.
En Gn 7,6s tiene lugar el diluvio, y Noé entra en el arca; en 7,10 se dice que el diluvio ocurrió una semana más tarde. En 7,11 vuelve a hablarse de los comienzos del diluvio y
en 7,13 de la entrada de Noé.
En Nm 9,17s se dice que la nube guiaba a los israelitas por el desierto. En Nm 10,31,
Moisés no cuenta con esa ayuda y pide a Jobab que los acompañe. En Nm 10,33, quien
guía al pueblo es el arca. Tres tradiciones distintas en poco más de una página.
La duración de la fiesta de las Chozas es de siete días según Dt 16,15, y de ocho según Lv 23,36.
En caso de homicidio no intencionado, el lugar de asilo es el altar según Ex 21,12ss. Pero en Dt 19,1-13 y Nm 35,9-24 no se menciona el altar, sino que se especifican unas
ciudades de refugio para el culpable.
d) Anacronismos
En Gn 12,6 y 13,7 se dice: «en aquel tiempo habitaban allí los cananeos». El autor
supone que quienes habitan ahora la tierra son los israelitas. La afirmación carece de
sentido en tiempos de Moisés.
En Gn 21,34; 26,14.15.18; Ex 13,17 se menciona a los filisteos, que ocuparon el territorio después de la muerte de Moisés.
En Gn 36,31 se habla de los reyes edomitas que existieron «antes de que los israelitas tuvieran rey»; quien escribe esta frase conoce la existencia de monarcas en Israel, cosa
que sólo ocurrió dos siglos después de la muerte de Moisés.
e) Diferencias de vocabulario
En algunos textos se da a Dios el nombre genérico de Elohím; en otros, su nombre
concreto, Yahvé. Esta distinción, que al profano puede parecer intrascendente, fue la
que permitió el análisis inicial de las fuentes del Pentateuco.
Al monte donde Dios se revela se lo llama en unos casos Sinaí y en otros Horeb.
El suegro de Moisés se llama Ragüel en Ex 2,18 y Jetró en Ex 3,1; 18,1.2.6.12.
f) Diferencias de estilo
El libro del Deuteronomio se caracteriza por un estilo oratorio, retórico y ampuloso, típico
de ciertas formas de predicación o exhortación. Ciertas partes del Pentateuco poseen un
estilo preciso y seco, con frases que se repiten machaconamente, como en el primer relato
de la creación (Gn 1). Otras secciones presentan un estilo narrativo ágil y vivaz; analizan la
psicología de los personajes, hablan de Dios como si fuese un hombre que se pasea por la
tarde, come, etc. (Sicre, 2000)
La hipótesis documentaria
Teniendo en cuenta las críticas frente al pentateuco, Julios Wellhausen sistematiza estas a
finales del siglo XIX, proponiendo una teoría que se conoce como la Hipótesis
documentaria. En esta Wellhausen propone que en la realización del Pentateuco se
distingue tres documentos cuya fusión formo el pentateuco, un documento yehovista
(preexílico), un deuteronomista (relacionado con la época de Josías) y un documento
sacerdotal (postexilico), hipótesis que cuestiona la autoría del pentateuco por parte de
Moisés. A partir de estos estudios, la hipótesis documentaria ha sido refinada a partir de
otros estudios que han tratado de definir y delimitar cada una de las fuentes. Se destacan los
trabajos de Hermann Gunkel y Albrecht Alt, y después con los de Gerhard Von Rad y
Martin Noth, Siendo estos dos últimos autores los que elaboran la hipótesis documentaria
en su forma más acabada.
La hipótesis documentaria clásica a partir de Artus Olivier (2001) y Briend (1980) se puede
resumir de la siguiente forma:
El documento yahvista (J) data de comienzos de la época monárquica (siglo x), en la segunda mitad del reinado de Salomón. El yahvista es un escritor del sur (Jerusalén)
que desarrolla una ideología de la monarquía y de la corte de Jerusalén, basándose en
tradiciones orales o en textos ya escritos anteriormente. Se le pueden atribuir textos
como Ex 2:1-10 o Gn 18, los personajes de Moisés y Abrahán –mediadores elegidos
por Dios entre él y los hombres- representan en estos relatos la figura del rey.
El documento elohísta (E) proviene del reino del norte (siglos IX-VIII). En él se
encuentran tradiciones paralelas a las del documento yahvista, lo cual permite un cierto
trabajo sinóptico. Es más reseñado con respecto a la monarquía y retoma tesis
teológicas que se relacionan con las de los profetas del norte sobre todo de Elías, Eliseo
y Oseas reflejando las preocupaciones de estos.
El documento yahvista y el elohísta se fusionan quizá después de la caída del reino de Samaría (722) y de la llegada de israelitas a Judá. En esta operación, el yahvista ocupa
el lugar más importante, mientras que el elohísta es relegado a un segundo lugar. Juntos
forman el documento yehovista (JE).
El documento que constituye el Deuteronomio (al que se designa con la letra D) está
emparentado, en ciertos puntos, con el documento elohísta. Esto se explica fácilmente.
ya que ambos tienen un mismo origen geográfico, el reino del norte, así como la misma
preocupación por enraizarse en Moisés y en la ley. La historia de su redacción es
compleja. Nos encontramos con una primera redacción del Deuteronomio en Jerusalén,
después de
la caída de Samaría (en 722), en el reinado de Ezequías; ahora bien, hasta la época de la reforma de Josías en 622 no alcanzó ni renombre ni importancia. Su edición definitiva
tuvo lugar durante el exilio en Babilonia (entre 587 y 538) (Briend, 1980).
El documento sacerdotal (P, del alemán Priesterschrift, escrito sacerdotal o, mejor, Pg, Priesterschrift Geschichte, historia sacerdotal) es originalmente un relato independiente
cuya teología es específica y cuya fuente narrativa está representada por el documento
yehovista. Está redactado durante el exilio en Babilonia en medios de sacerdotes
deportados (siglo VI). Este documento corno los anteriores, se apropia antiguas
tradiciones interpretándolas de manera nueva a fin de encontrar en ellas la luz necesaria
para poder vivir en las circunstancias difíciles en las que se encontraban.
El documento sacerdotal recibe, tras el exilio, suplementos legislativos (Ps).
El documento sacerdotal y el documento JE se fusionan a comienzo del siglo IV para
formar el Tetrateuco (JEP). En esa ocasión se añadieron igualmente una serie de «leyes
complementarias» (designadas por Ps) impregnadas del espíritu sacerdotal. Así se
constituye la Tora en cinco libros (JEDP). Esta actividad literaria se debe
probablemente a Esdras al ser encargado por el rey persa Altajerjes de promulgar una
ley de estado para los judíos, tanto para aquellos que habían vuelto del exilio como para
los que se habían quedado en el país.
Grafico 1: Teoría Documentaria Clásica.
Fuente: (Artus, 2001)
Criticas, límites y alternativas a la hipótesis documentaria
La hipótesis documentaria comenzó a recibir críticas a partir del siglo XX1, entre estas se
destacan las de Wilhelm Rudolph y Martin Rose quienes cuestionaron la datación,
naturaleza y delimitación de los documentos propuestos por Wellhausen sin lograr aun así
debilitar la hipótesis. Criticas posteriores a la hipótesis documentaria permitió a
Blenkinsopp (2001) luego de analizar varios de estos trabajos llegar a las siguientes
conclusiones:
Ya no hay consenso sobre la existencia de fuentes narrativas continuas, identificables, que abarcan todo el pentateuco, y anteriores al exilio
La crítica al modelo estándar se ha centrado sobre todo en la fuente J, y es difícil ver
como la hipótesis podrá sobrevivir tras su desplazamiento a una fecha muy posterior y a
futuro cuando se le elimine por completo.
La tendencia a la datación tardía, muy clara en los autores recientes, no carece de problemas. En gran medida debe basarse en el principio de que, lo que no se sabe con
certeza que es antiguo, tiene que ser reciente, lo cual obliga a quienes niegan la
existencia de fuentes antiguas a rellenar el vacío creado por el periodo preexílico por
sus desplazamiento.
Poca atención se ha prestado en los últimos años a los otros documentos postulados en la hipótesis. Se ha visto que E resulta problemático desde hace tiempo y no hay
demasiado entusiasmo por mantenerlo. (Blenkinsopp, 2001)
Pero, a partir de 1975 con la aproximación sincrónica al pentateuco es que se cuestiona la
hipótesis documentaria de raíz, ya que anteriormente se buscaba delimitar los documentos
al definir la época en la cual fue escrito, pero a partir del análisis sincrónico lo que interesa
es la coherencia narrativa de los documentos con el fin de poder explicarlos.
A partir del análisis sincrónico se han creado nuevas hipótesis frente a la composición del
Pentateuco que han renovado profundamente el acercamiento literario a este, pero aun así
se mantiene la idea de que el Pentateuco y por ende Números no fue escrito por Moisés.
Entre las nuevas hipótesis se destaca las desarrolladas por R. Rendtorff y Erhard Blum.
Veamos algunos aportes de estos autores:
“Al constatar las pocas relaciones que unían las diferentes subunidades narrativas que
componen el Pentateuco, Rendtorff emitió la hipótesis de que estas subunidades
constituyeron primero tradiciones escritas transmitidas independientemente las unas de las
otras. Él llama a estos conjuntos tradicionales (ciclo de los orígenes, patriarcas,
cautividad en Egipto y liberación, etc.) grandes unidades literarias. La relación entre estas
grandes unidades habría estado asegurada por dos composiciones tardías, postexílicas.
Así, para comprender la historia de la composición literaria del Pentateuco, Rendtorff
sustituye el modelo de los fragmentos por el de los documentos.
1 Para profundizar las criticas realizadas a la hipótesis documentaria de Wellhausen se sugiere consultar el libro “Reseña critica de una introducción al antiguo testamento” de Archer Gleason y el libro “El pentateuco Introducción a los primeros cinco libros de la biblia de Blenkinsopp, dado que este es un tema tan amplio que queda fuera del propósito del trabajo.
Blum se interesa esencialmente por la segunda parte de la hipótesis de Rendtorff: el
proceso de composición que conduce a enlazar las grandes unidades literarias. Blum
identifica dos composiciones sucesivas: una composición KD (Komposition en alemán)
que, como su propio nombre indica, mantiene una cierta familiaridad con la teología
deuteronómico-deuteronomista, aunque sin reducirse a ella, y una composición KP (P =
sacerdotal), más tardía, que toma como punto de partida la composición KD, la completa y
la modifica. Una teoría semejante, cuya ventaja es mostrar cómo la fase última de
composición del Pentateuco resulta del diálogo entre dos grupos -sacerdotal y «laico»
deuteronomista-, presenta, sin embargo, varios escollos.
- Por una parte, lleva a repartir el texto del Pentateuco entre dos composiciones que cree
poder identificar. El carácter limitado de esta elección puede conducir a subestimar la
complejidad del proceso de composición del Pentateuco, y a volver a caer en las mismas
dificultades que la teoría documentaría.
- Por otra parte, Blum no reconoce la existencia de un escrito sacerdotal independiente, lo
que parece contradecir los datos del análisis literario de algunos textos, como tendremos
oportunidad de ver más adelante.
- Por último, incluso aunque el interés literario y teológico de las últimas etapas
(postexílicas) de la composición del Pentateuco es manifiesta, la crisis de la teoría
documentaria ¿debe conducir al exegeta a renunciar a emitir hipótesis literarias relativas
al período preexílico? (Artus, 2001)
Evidencias a favor de Moisés como escritor del Pentateuco
Anteriormente se menciono las propuestas en contra de que el Pentateuco hubiera sido
escrito por Moisés y esbozado las teorías que lo sustentan, dado que en medios académicos
esta es la postura generalmente aceptada. Pero, Gleason (1987) presenta una defensa a
favor de Moisés como escritor del pentateuco que se presenta a continuación:
a. El testimonio de las escrituras con respecto a la paternidad literaria de Moisés
El pentateuco menciona a Moisés como autor de la Ley o la Tora que se extrapola al
pentateuco, entre estos: Ex 17:34, Ex 24:4, Ex 24:7, Dtm 31:9, Dtm 31:11. Además, otros
libros del Antiguo Testamento hace referencia a este hecho, entre estos: Jos 8:31-32, 1
Rey2:3, 2 Rey 14:6, 2 Rey 21:8, Esd 6:18, Neh 13:1, Dn 9:11-13, Mal 4:4. También el
nuevo testamento hace referencia a Moisés como autor del pentateuco, entre estos: Mt 19:8,
Jn 5:46-47 “Porque si creyeres a Moisés, me creeréis a mi, porque de mi escribió él. Pero si
no creéis a sus escritos, ¿Cómo creeréis a mis palabras”, Jn 7:19, Hc 3:22, Rm 10:5.
b. Evidencias internas
Las evidencias internas hacen mención a alusiones, a incidententales o casuales, a sucesos
históricos contemporáneos, a hechos corrientes, a condiciones geográficas o climáticas, a
flora o fauna que prevalecen, y las aseveraciones de testigos oculares participantes. A partir
de las evidencias internas es posible concluir que el autor de Números residió originalmente
en Egipto (no en Palestina), haber sido testigo ocular del éxodo de la deambulación por el
desierto y haber contado con un alto nivel de educación, de conocimientos y de capacidad
literaria, siendo Moisés uno que cumple estas condiciones. Gleason (1987), menciona entre
otras evidencias internas las siguientes:
En el relato del éxodo figuran detalles que solo pudieron ser registrados por un testigo
presencial, y que hubiera sido imposible que los conociera un autor que hubiera vivido
siglos después. Por ejemplo Ex 15:27 informa el numero exacto de fuentes (doce) y de
las palmeras (setenta) que había en Elim. Núm. 11:7-8 habla del aspecto y del gusto del
mana.
El autor del Génesis y del Éxodo demuestra estar totalmente familiarizado con Egipto.
Por ejemplo con nombres egipcios (Ori, Pitón, Polifera, Asenat, etc.), además de utilizar
un mayor porcentaje de palabras egipcias que en ninguna otra parte del antiguo
testamento (abrek (arrodillarse), Hin (alrededor de 6.2 litros), gome (papiro), ses (lino),
etc.). Esta afirmación la comparte también Garrow Duncan quien escribió “No podemos
menos que admitir que el escritor de las narraciones de José y del Éxodo estaba
plenamente familiarizado con el lenguaje, las costumbres, las creencias, la vida
cortesana y la etiqueta de los círculos oficiales egipcios”.
El autor de la Tora demuestra un punto de vista constantemente extranjero o extrapalestino, al menos en lo que a Canaán se refiere. Las narraciones y el clima, según
la narración no son palestinos sino egipcios, la flora y la fauna que se menciona en la
narración son egipcias o sinaiticas, nunca distintivamente palestinas (p.e. la acacia y el
antílope, el avestruz, el carnero montes. Desde el punto de vista geográfico, el relato del
éxodo esta lleno de autenticas referencias locales que han sido verificadas por la
moderna arqueología, a diferencia de la geografía palestina que es relativamente
desconocida.
La atmosfera que se respira en Éxodo y Números es indiscutiblemente la del desierto, no la de un pueblo agrícola asentado en las posesiones de sus antepasado durante casi
mil años. El tremendo hincapié que se hace sobre un tabernáculo o como sitio de
adoración esta totalmente fuera de lugar para autores que hubieran vivido siglos
después de haberse construido el templo de Salomón.
Particularmente en el Génesis hay referencias a costumbres arcaicas que son
demostrables para el segundo milenio a.C, pero que no continuaron durante el primer
milenio. Notables, en tal sentido, son los documentos legales descubiertos en Nuzi, que
se remontan al siglo XV a.C, en los cuales se descubre referencias a la costumbre de
engendrar hijos legítimos con las siervas, entre otras.
Hay una notable unidad de orden y disposición que subyace a lo largo de todo el pentateuco y lo vincula en un todo progresivo, si bien algunas etapas sucesivas en la
revelación (durante la carrera del escritor de Moisés a lo largo de cuatro décadas) dan
como resultado cierto número de superposiciones y repeticiones. Por inferencia, aun los
documentalistas se ven obligados a conceder esta unidad, recurriendo a un hipotético
redactor para explicar el orden y la armonía en la disposición final de la Tora, tal como
ha llegado a nosotros. (Gleason, 1987)
c. Los títulos de Moisés
Moisés tenia la educación y el trasfondo necesario para escribir, puesto que recibió de sus
antepasado esa riqueza dela ley oral que se origino en las culturas mesopotámicas. Contaba
con un conocimiento personal sobre el clima, la agricultura y la geografía de Egipto y la
península del Sinaí. Por otra parte Moisés provenía de una cultura en la cual el arte de
escribir estaba tan ampliamente difundido que aun los artículos de tocador contaba con la
adecuada inscripción. La escritura tanto la jeroglífica como la hierática estaba tan difundida
en el Egipto de Moisés que seria absolutamente increíble que no hubiera registrado nada
por escrito.
Por otro lado, en defensa de Moisés como autor del Pentateuco Vilo y Escuain (1988)
mencionan lo siguiente:
“El profesor R. Dick Wilson presenta sólidos argumentos lingüísticos en favor de la
mosaicidad del Pentateuco («Is High Criticism Scientific?» y «Scientific Investigation of
the Old Testament»). En tanto que se hallan términos de origen persa en Crónicas, Esdras,
Nehemías, Ester y Daniel, no se halla ninguno en el Pentateuco (a pesar de que el
pretendido «Código Sacerdotal» sea atribuido a Esdras). Por otra parte, el profesor A. S.
Yahuda ha señalado numerosas pruebas de la influencia egipcia en el lenguaje y forma de
pensar del Pentateuco, lo que sólo se explica si el autor es Moisés. Está claro que hay en
estos cinco libros diferencias de expresión, que son fácilmente explicables por los temas
tratados y por los documentos utilizados. «No es científico rebuscar entre pasajes
especiales, como las genealogías, los contratos solemnes, o las ordenanzas rituales, y
agruparlos postulando un autor diferente, bajo el pretexto ¡de que el vocabulario utilizado
es diferente!» (Manley, «Nouveau Manuel de la Bible», p. 131).
Los más superficialmente familiarizados con la moderna controversia teológica, son
conscientes de que ciertos opositores de la Biblia han dirigido, de manera especial, sus
ataques contra la antigüedad del Pentateuco, aunque no han llegado aún a un acuerdo
entre ellos mismos acerca de qué partes del Pentateuco fueron escritas por diferentes
autores, ni por cuántos, ni por quiénes, ni en qué épocas, ni cuándo, ni por quién fueron
finalmente recogidas en un solo libro. Ahora bien, lo que nosotros alegamos en relación
con ello es: que la legislación del Pentateuco presenta evidencias de su redacción antes de
que el pueblo estuviera establecido en Palestina. Llegamos a esta conclusión de la
siguiente manera: Supongamos que un código de leyes e instituciones sea preparado por
un legislador práctico (porque es indudable que estaban en vigor en Israel): mantenemos
que ningún legislador humano hubiera podido ordenar un sistema para una nación ya
establecida tal y como el que hallamos en el Pentateuco. El mundo ha visto muchas
constituciones especulativas de la sociedad preparadas por filósofos y teóricos, de Platón a
Rousseau y Owen. Ninguna de ellas hubiera podido haberse adecuado a un estado de una
sociedad ya establecida. Además, ningún filósofo hubiera jamás imaginado ni pensado
leyes tales como las dadas en el Pentateuco." (Vila & Escuain, 1988)
2. Redacción o edición final de Números
Teniendo en cuenta las hipótesis en torno al pentateuco y su autoría, cabe preguntarnos
¿quién fue el redactor final del Pentateuco y específicamente de Números?
Las respuestas a esta pregunta varían según la posición que se defienda acerca de la autoría.
Por ejemplo para los que sostienen que Moisés es el autor se tiene dos posturas: la primera
que el mismo Moisés la escribió; la otra es que el redactor final es anónimo y lo que hizo
fue escribir acorde con las tradiciones orales dejadas por Moisés, pero sin cuestionar que el
autor de estos fue Moisés. Los defensores de la teoría de que Moisés no es el autor del
Pentateuco atribuyen a Esdras como el redactor final de los libros del pentateuco. Esta
propuesta comenzó con el oratonano Richard Simón y el judío holandés Baruc Spinoza.
Estos veían a Esdras como el responsable de la edición final del Pentateuco, al tener en
cuenta que en el libro de Esdras, se menciona a éste como encargado por el rey persa
Altajerjes (aprox. 398 a.C) de promulgar una ley de estado para los judíos, tanto para
aquellos que habían vuelto del exilio como para los que se habían quedado en el país
buscando de esta forma asegurar la unidad de legislación y de liturgia a todos los habitantes
de Judea y Samaría (Lasor, Hubbard, & Bush, 1995).
Carro, Poe & Zorzoli (1998) resume algunos de los problemas específicos relacionados con
el libro de Números que siguieren que su redacción final se realizo en la época del exilio y
la restauración después de este. Veamos algunas de estas:
a. Discrepancias
Se encuentran algunas discrepancias en los detalles de algunas reglas dadas en diferentes
partes del Pentateuco mismo. (Por ejemplo Lev. 4:14 con Núm. 15:24 y Lev. 23:18 con
Núm. 28:27). Los eruditos liberales citan esto como una evidencia contra el origen de las
leyes en los tiempos de Moisés. Dicen que las diferentes reglas reflejan las prácticas en
diferentes épocas de la historia posterior del pueblo. Pero hay que reconocer que, según el
Pentateuco mismo, Moisés dio leyes al pueblo en por lo menos cuatro ocasiones diferentes:
en Mara en el desierto de Shur (Ex. 15:25, 26); en Sinaí (Ex. 20—Núm. 20; notar Lev.
27:34; Núm. 1:1); en el desierto durante los años errantes (Núm. 15; 18; 19); y en las
llanuras de Moab (Núm. 26–31; 35; 36; Deut. 5:26; notar Núm. 36:13; Deut. 5:44–46). Se
señala que durante los 40 años entre el éxodo y la con-quista había tiempo suficiente para
hacer algunos leves cambios en las leyes. Además, parece que algunas leyes se dieron con
una aplicación inmediata mientras que otras se dieron anticipadamente para aplicarse en la
tierra después de la conquista. Con todo, algunos conservadores como J. A. Thompson
aceptan la posibilidad de que quizá la forma de las reglas presentada en el texto actual de
Números refleja las costumbres en uso en el tiempo de la redacción final del libro, pero
afirman que, en su esencia, las leyes provienen de los tiempos de Moisés.
Hay también algunas discrepancias dentro del mismo libro de Números. Comparar la
prohibición de contar a los levitas en 1:49 con las instrucciones de contarlos en 3:14, 15 y
4:1–3; la edad de servicio de los levitas en 4:2, 3; 22, 23, 29, 30, 34, 35, 39, 43, 47 con la
dada en 8:24; el lugar de los levitas en el orden de la marcha en 2:16, 17 con el dado en
10:17, 18, 21; y el lugar del arca del pacto en el orden de la marcha en 3:31; 4:15; 10:21
con el mencionado en 30:33. Varios eruditos toman estas diferencias como evidencias del
uso de fuentes contradictorias o como reflejos de las costumbres en diferentes épocas
posteriores. Pero ver el comentario sobre los pasajes mencionados para varias sugerencias
en cuanto a maneras de resolver estas discrepancias.
b. Conflicto con Ezequiel
En Ezequiel 40–48, el profeta da su programa para el pueblo restaurado después del exilio.
En varios lugares, las reglas dadas allí están en conflicto con las leyes del Pentateuco (por
ejemplo las reglas acerca de sacrificios en Eze. 45:18–46:15 con Núm. 15:1–16; 28:1–
29:40). La crítica liberal toma esto como evidencia de que las leyes del Pentateuco todavía
no existían (o por lo menos no se habían compilado) en los tiempos de Ezequiel (593–570
a. de J.C.) Dice que si ya existiera una colección de leyes con autoridad reconocida,
Ezequiel no habría sentido la libertad de contradecir las leyes. Sin embargo, parece que
Ezequiel está conscientemente presentando nuevas reglas para una nueva época después del
exilio. Se da cuenta de que lo que él presenta es diferente en varios puntos de las prácticas
antes del exilio, pero considera que la nueva situación justifica algunos cambios. Además,
hay que notar que los sacrificios mencionados en Números son los que el pueblo debe
presentar o que los sacerdotes presentan por todo el pueblo, mientras que Ezequiel 45 y 46
habla de los sacrificios que el príncipe o gobernante del pueblo debe presentar.
c. El tabernáculo
Muchos eruditos dicen que el tabernáculo elaborado, como se presenta en Éxodo (Ex 25-
30, Ex 35-40) y Números (con el atrio, el lugar santo, y el lugar santísimo, con su
mobiliario elaborado, y atendido por sacerdotes y levitas con una organización
complicada), nunca existió en la historia ya que es demasiado complicado para una edad
tan “primitiva” como la de Moisés. Dicen que el cuadro que encontramos en Éxodo y
Números es nada más que la invención de la escuela sacerdotal, que proyectó la forma y el
rito del templo de Salomón hacia tiempos anteriores. Podemos notar que la arqueología ha
revelado el uso de pabellones desmontables y portátiles en Egipto antes de 2200 a. de J.C. y
que en los textos de Ugarit (1400 a. de J.C.) hay una referencia a un rey que cumple
algunos ritos sagrados en una tienda, así que no hay nada increíble entonces en el relato
bíblico del Tabernáculo.
El mayor obstáculo a esta interpretación aparece en Números 11:24–27, donde se hace una
distinción entre los 70 ancianos reunidos alrededor del tabernáculo por un lado, y Eldad y
Medad, que habían quedado en el campamento, por el otro. Algunos interpretan que en
Números 11 el tabernáculo se encuentra fuera del campamento, como en Éxodo 33 y dicen
que Números 11 contradice Números 2 en cuanto a la ubicación del tabernáculo (atribuyen
Núm. 2 a la fuente P y Núm. 11, junto con Ex. 33:7–11, a la fuente J). La mejor respuesta
parece ser que, como se indica en Números 2:2 en la RVA, el campamento del pueblo
quedaba a cierta distancia del tabernáculo. Mientras que las tiendas del pueblo estaban
alrededor del tabernáculo, había una separación suficiente para hablar de salir del
“campamento” (el área donde estaban las tiendas del pueblo) para ir al tabernáculo.
d. Sacerdotes y Levitas
El problema más grande con el libro de Números es que hace una distinción bien clara y
definida entre los derechos y responsabilidades de los sacerdotes y de los levitas y su
estructura organizacional (Núm. 1:47-54, Núm. 4:1–15, Núm. 16:36–40; 18:1–7). Pero
muchos eruditos creen que tal organización jerárquica era demasiado compleja para los
tiempos de Moisés y que la distinción entre sacerdotes y levitas se originó en épocas
posteriores. Sin embargo, Wenham señala que un texto de los heteos que proviene del
período antes de 1000 a. de. J.C. hace una distinción semejante entre los sacerdotes y los
guardias del templo. No hay nada increíble entonces en la afirmación de que había una
distinción entre los sacerdotes y levitas en los tiempos de Moisés mismo. (Carro, Poe, &
Zorzoli, 1998)
Luego de analizar lo relacionado con la autoría y redacción de Números, a continuación se
presenta el idioma, la estructura y el estilo literario de Números.
3. Idioma en el cual fue escrito Números
El antiguo testamento fundamentalmente se escribió en hebreo, aunque hay secciones
breves escritas en arameo como Esd 4,8-6,18; 7,12-26; Dn 2,4b-7,28, Jer 10:11 y
específicamente en el Pentateuco se observa dos palabras en Gn 31,47 escritas en arameo.
Cabe resaltar que el hebreo y arameo son dos lenguas muy emparentadas entre ellas.
Finalmente, hay libros o secciones de libros del antiguo testamento escritos en griego como
Sabiduría, 1 y 2 Macabeos, Est 10,4-16,24; Dn 3,24-90, impulsado por la influencia griega
en Palestina (Sicre, 2000) aunque, cabe resaltar que estos libros no pertenecen al canon
judío por que el único lenguaje sagrado para ellos es el hebreo, y como el pentateuco casi
en su totalidad esta escrito en hebreo con excepción de las dos palabras en arameo de Gn 31
es que es aceptado en su canon.
4. Estructura de Números
El libro de Números presenta una narración histórica interrumpida a menudo por una serie
de leyes y disposiciones referentes a la comunidad. Teniendo en cuenta esto, varios autores
han planteado una posible estructura del libro de Números. A continuación se presenta dos
de estas, las cuales permite observar con cierto detalle los acontecimientos presentes en
Números, los cuales abarcan cerca de cuarenta años en el desierto luego su salida de
Egipto:
Estructura de Carro, Poe y Zorzoli (1998)
I. En el monte Sinaí: Organización de la comunidad y preparativos para la marcha, 1:1-
10:10
1. El primer censo y la organización del pueblo, 1:1-2:34
2. El significado, la enumeración y la organización de los levitas, 3:1-4:49
3. Reglas para mantener la santidad y la pureza del pueblo, 5:1-6:27
4. Ritos celebrados antes de la salida del monte Sinaí, 7:1-9:14
5. Provisión para la dirección del pueblo en el viaje, 9:15-10:10
II. El viaje desde Sinaí hasta Cades-Barnea, 10:11-12:16
1. La salida del monte Sinaí, 10:11-36
2. El fuego en Tabera, 11:1-3
3. La provisión de las codornices, 11:4-35
4. La murmuración de Aarón y María contra Moisés, 12:1-16
III. Acontecimientos y leyes en y alrededor de Cades, 13:1-20:13
1. La rebelión del pueblo: Rechazo de la tierra prometida, 13:1-14:45
2. La reafirmación de la promesa de la tierra y de la necesidad de la obediencia,
15:1-41
3. La rebelión de los líderes y levitas: Rechazo del orden espiritual, 16:1-17:13
4. La reafirmación del orden espiritual, 18:1-19:22
5. La rebelión de Moisés y Aarón: Rechazo de la palabra de Dios, 20:1-13
IV. El viaje desde Cades hasta las llanuras de Moab, 20:14-22:1
1. El desvío alrededor de Edom, 20:14-21
2. La muerte de Aarón en el monte Hor, 20:22-29
3. La campaña contra Arad, 21:1-3
4. Las serpientes ardientes y la serpiente de bronce, 21:4-9
5. El desvío alrededor de Moab, 21:10-20
6. La conquista de los reinos de Sejón y Og y la llegada a las llanuras de Moab,
21:21-22:1
V. Acontecimientos y leyes en las llanuras de Moab, 22:2-36:13
1. El episodio con Balaán, 22:2-24:25
2. La apostasía del pueblo con Baal de Peor, 25:1-18
3. Preparativos para entrar en la tierra prometida, 26:1-27:23
4. Leyes sobre ofrendas y votos, 28:1-30:16
5. Acontecimientos antes de la entrada en la tierra prometida y resumen de las
jornadas desde Egipto, 31:1-33:49
6. Leyes acerca de la tierra, 33:50-36:13. (Carro, Poe, & Zorzoli, 1998)
Estructura de Vila y Escuain (1988)
I En el desierto del Sinaí (Nm. 1:1-10:11).
Censo del pueblo, a excepción de los levitas. Orden del campamento de las tribus
(Nm. 1; 2).
Censo particular de los levitas; su lugar en el campamento; su servicio particular
(Nm. 3; 4).
Exclusión de los impuros (Nm. 5:1-4).
Ley de la restitución (Nm. 5:5-10).
Leyes acerca de los celos, del Nazareato; fórmula de bendición sacerdotal (Nm.
5:11-6:27).
Ofrendas de los príncipes durante la dedicación del Tabernáculo (Nm. 7).
Ordenanza tocante a la disposición de las siete lámparas del candelero (Nm. 8:1-4).
Consagración de los levitas (Nm. 8:5-22), edad de su entrada en funciones (Nm.
8:23-26) Ley acerca de la celebración de la Pascua y de la Pascua suplementaria del
segundo mes (Nm. 9:1-14).
La dirección dada por la columna de nube (Nm. 9:15, 23)
Empleo de las trompetas de plata (Nm. 10:1-10).
II El itinerario del Sinaí al Jordán (Nm. 10:11-21:35).
Orden de marcha (Nm. 10:11-28).
Moisés invita a Hobab a que acompañe a los israelitas (Nm. 10:29-32).
Una etapa de viaje (Nm. 10:33, 34).
Palabras de Moisés a Jehová cuando partía el arca, y cuando se detenía (Nm. 10:35,
36).
Murmuraciones del pueblo contra el maná; setenta ancianos ayudan a Moisés;
Jehová envía las codornices (Nm. 11).
María (Miriam) contrae lepra por hablar contra su hermano Moisés, y es sanada
(Nm. 12).
Llegada a Cades, localidad del desierto de Parán. Los espías y su retorno de Canaán.
Incredulidad del pueblo; castigo: la muerte en el desierto (Nm. 13; 14).
Ordenanzas legales suplementarias (Nm. 15).
Revuelta de Coré, Datán y Abiram; acontecimientos consecutivos (Nm. 16; 17).
Los deberes de sostenimiento de los sacerdotes y de los levitas (Nm. 18).
Ritual de purificación de la contaminación contraída al tocar un muerto (Nm. 19).
Vuelta a Cades: muerte de María; pecado de Moisés y Aarón sobre el monte Hor.
Israel rodea el país de Edom; episodio de las serpientes ardientes. Llegada a los
campos de Moab; conquista del país situado al este del Jordán (Nm. 20:22-21:35).
III Campamento en Sittim (Abel-Sittim), frente a Jericó (Nm. 22:1-36:13).
Balaán (Nm. 22-24).
Israel, cayendo en la idolatría, rinde culto a Baal-peor (Nm. 25).
Censo de la nueva generación (Nm. 26).
Leyes concernientes a los derechos de sucesión de las hijas (Nm. 27:1-11).
Josué es proclamado caudillo del pueblo por Moisés (Nm. 27:12-23).
Normas acerca de los sacrificios cotidianos y de los votos (Nm. 28-30).
Guerra contra Madián (Nm. 31).
Las regiones conquistadas al este del Jordán son atribuidas a los rubenitas, gaditas y
a la media tribu de Manasés (Nm. 32).
Enumeración de los campamentos de los israelitas, desde Egipto hasta Abel-Sittim.
(Nm. 33).
Límites del país de Canaán; príncipes designados para llevar a cabo el reparto de la
tierra (Nm. 34).
Leyes de las ciudades de refugio (Nm. 35).
Leyes suplementarias acerca de las herederas (Nm. 36). (Vila & Escuain, 1988)
Se puede observar en estas estructuras que la separación que se realiza esta relacionada con
la llegada o salida de un lugar a otro del desierto, teniendo como punto de partida el Monte
Sinaí y el punto final de llegada las llanuras de Moab. Estas estructuras permiten observar
los cortes narrativos en la historia ocasionados por la presentación de leyes o disposiciones
a la comunidad. Por ejemplo, frente a las leyes se encuentran definidas las siguientes
conjuntos: Reglas para mantener la santidad y la pureza del pueblo, 5:1-6:27; Ley acerca de
la celebración de la Pascua y de la Pascua suplementaria del segundo mes (Nm. 9:1-14);
Ordenanzas legales suplementarias (Nm. 15); Leyes sobre ofrendas y votos, 28:1-30:16
Leyes acerca de la tierra, 33:50-36:13. Frente a las disposiciones a la comunidad se destaca
los censos presentes, la distribución de las tribus para marchar por el desierto, entre otras.
Otro rasgo característico de estas estructuras es la importancia que le dan a las
murmuraciones y quejas del pueblo, ya sea en contra de Moisés o Aarón o generadas por
las dificultades presentes en el desierto, siendo esto una constante en Números.
A partir del análisis de diferentes estructuras de Números, Brown, Fitzmyer & Murphy
(1971), menciona que existe un acuerdo en que Números se divide en tres grandes partes:
“La estancia en el Sinaí (1,1-10,10) abarca los últimos diecinueve días que los israelitas
pasaron al pie del monte. Exactamente un mes antes de la fecha indicada en Nm 1,1, el
pueblo había terminado de construir y levantar el tabernáculo (Ex 40,1.17). La sección
segunda se refiere al viaje desde el Sinaí a Moab (10,11-22,1) y abarca un espacio de unos
treinta y ocho años. No obstante, la mayor parte del material se refiere a los primeros y los
últimos meses de este período. La tercera parte, integrada por acontecimientos que tienen
por escenario a Moab (22,2-36,13), abarca unos cinco meses. La sección concluye dejando
a los israelitas en las llanuras de Moab dispuestos para el asalto de Canaán. (Brown,
Fitzmyer, & Murphy, 1971). Wenham, Motyer, Carson y France resumen estas secciones
de la siguiente manera:
Preparación para salir hacia Canaán y heredar la tierra: En esta sección Moisés prepara a Israel. Las tribus son contadas, organizadas y purificadas, se establece el sacerdocio,
se consagra el tabernáculo y se celebra la Pascua. Cada detalle de esta preparación es
ordenado por la palabra de Dios. Dos son las cosas que se pretenden: Hacer que Israel
sea digno de la presencia de Dios y prepararlos para que posean la tierra prometida
como su herencia, según lo que Dios había prometido en su pacto con Abraham. Al
final de esta preparación completa, el pueblo se dirigió hacia Canaán, guiados por la
presencia de Dios en la nube y el fuego que estaban sobre el arca del pacto.
En camino hacia Canaán, desde el Sinaí hasta Moab: Lo que hubiera sido un
peregrinaje gozoso se convirtió en un sendero de descontento. Mientras que la gente
viajaba comenzó a quejarse. Cuando vieron a las poderosas naciones que habitaban
Canaán rehusaron entrar. En incredulidad, rechazaron las promesas de Dios.
Consecuentemente, tuvieron que permanecer en el desierto y morir ahí. Cerca del fin de
los 40 años, otra vez se encaminaron hacia Canaán.
Nuevos preparativos para heredar la tierra desde Moab: Después de 40 años, el pueblo llegó hasta los campos de Moab. El enfoque de esta sección está sobre la herencia. La
nueva generación es contada y se le ordena cómo repartir la tierra, y qué ofrendas
presentar ahí. De esta manera se preparaban para heredar la tierra prometida. Los
preparativos finales incluyeron el mandato de que la tierra asignada a cada tribu nunca
debía ser traspasada; de esta manera se garantizaba la herencia. A pesar de la
incredulidad de Israel, Dios fue fiel al propósito de su pacto. (Wenham, Motyer,
Carson, & France, 2003)
Teniendo en cuenta la importancia que tuvo la hipótesis documentaria, a continuación se
presenta la estructura propuesta de Briend Jacques (Cuadro 1) y su división por fuentes.
Entendiendo que hoy en día se ha replanteado la teoría de las fuentes, pero se presenta con
el propósito de mostrar la importancia que tuvo la teoría de Wellhausen:
Capitulo J E P
Leyes diversas
1 a 9 Todo
Del Sinaí a las llanuras de Moab
10 1-28
29-32 33-36
11 1-4a
4b 5-9
10
11-15? 16-17
18-23 24-30
31-35
12 1a
1b 2-8
9-10a 10b-16
13 1-17a
17b-24 25-26a
26b-29
14 1a
1b 2
3-4 5-7
8-9 10
11-25 26-29
30-33 34-38
39-45
15 1-41 leyes
16 1a
1b-2a 2b-11
12-15 16-24
25-26 27a
27b-34 35
17 1-28
18 1-32 Leyes
19 1-22 Leyes
20 1-13
14-21 22-29
21 1-3 4a
4b-9
10-20? 21-32 (33-35)
Ciclo de Balaán
22 2-21 1
22-38 39-41
23 1-30
24 (1-2)
3-19 20-24
25
Historia de Peor
25 1-2 3ª
3b-4 5 6-18
Instrucciones para el reparto del país
26-31 Todo
32 1-32 (34-42)
33-36 Todo
Cuadro 1: Clasificación de Números en Fuentes. Fuente: (Briend, 1980)
5. Estilo literario
El libro de Números presenta un estilo generalmente narrativo, en el cual se observa la
repetición de las mismas ideas (ver por ejemplo 5:16, 18, 21; 24, 26; 8:12, 19; 16b, 18),
además de aparecer temas tratados en un capitulo de vuelta en otro mas adelante (comparar.
1:50 con 4:3, 30, 35, 43 y 8:15, 19; y 3:11–13, 41 con 8:16–18).
“Budd ha sugerido que la repetición de los mismos temas en distintos contextos no indica
una falta de organización, sino que era parte de la técnica literaria del autor o redactor.
Cree que lo hace conscientemente y a propósito. A veces quiere enfatizar ciertos asuntos por la repetición. Otras veces introduce una idea y la trata desde cierto punto de vista en
un contexto, y más adelante vuelve al mismo tema para desarrollarlo más. A menudo
presenta nuevos datos más adelante en el libro porque trata del mismo tema desde otro
punto de vista. Entonces la repetición no es necesariamente entonces una indicación del
uso de diferentes fuentes.” (Carro, Poe, & Zorzoli, 1998)
Wenham, Motyer, Carson, & France (2003), define cuatro tipos principales de escritura
presenten en el libro de Números: “Narración, ley, registros administrativos y discursos. Si
extrajéramos las secciones narrativas, tendríamos una historia continuada de los eventos
que se sucedieron. Por ejemplo, pudiéramos dejar afuera los detalles de los censos y las
leyes acerca de las ofrendas y las fiestas y quedaríamos con un relato de lo que sucedió
con Israel en Sinaí, en el desierto y en las planicies de Moab. Los principales asuntos de
las leyes son el sacerdocio (Números 4:4-33; 8:6-26; 18:1-19:22), la purificación
(Números 5:5-6:21), las ofrendas y las fiestas (Números 9:11b-14; 10:1-10; 15:1-41;
28:1—30:16) y mandamientos relacionados con la herencia de la tierra de Canaán
(Números 27:8-11; 31:21-24; 34:1-35:34; 36:7-10). Los registros administrativos incluyen
listas de líderes (Números 1:5-16; 13:4-16; 34:19-29), genealogías y censos (Números
1:20-46; 3:1-4, 17-29; 4:34-49; 26:4-51, 57-62), registros de los lugares donde
acamparon (Números 2:3-33; 33:1-49), listas de las ofrendas de las tribus y tributos
(Números 7:12-88; 31:32-40, 42-47), correspondencia diplomática (Números 20:14-20;
22:5, 6, 16, 17), y los registros de los límites de la tierra (Números 34:3-12). Los discursos
que son citados incluyen oración (Números 10:35, 36), bendiciones (Números 6:24-27),
oráculos (Números 23:7-10, 18-24; 24:3-9, 15-24), votos (Números 21:2), juramentos
(Números 5:19-22; 14:20-25, 28-35), poemas, cantos y dichos antiguos (Números 21:14,
15, 17, 18,27-30). A menudo estos discursos hacen resaltar lo significativo de los eventos
registrados en la narración y, por lo tanto, pueden ser cruciales para su trasfondo”.
(Wenham, Motyer, Carson, & France, 2003)
Por ultimo, Wenham, Motyer, Carson & France (2003) hacen las siguientes apreciaciones
frente a estos estilos literarios:
Las leyes, los registros administrativos y los discursos todos caen perfectamente dentro de la narración, la cual provee un marco de referencia. Los registros administrativos
forman una parte natural de la narración. Por ejemplo, los mensajes enviados entre
Edom e Israel (Números 20:14-20) ayudan a relatar la historia de cómo Edom se negó a
permitir que Israel pasara por su territorio camino a Canaán. De hecho, los registros
administrativos ayudan a crear el carácter especial de las narraciones de Números.
No es muy claro cómo es que las leyes caen dentro de la narración. Muchos lectores
han quedado con la duda del porqué las leyes están colocadas donde están. Sin
embargo, existe una conexión y si no se reconoce el libro no puede ser comprendido de
manera apropiada. Se pueden proveer dos ejemplos de esto. Primero, el relato de la
rebelión del levita Coré en contra de Aarón (caps. 16, 17) es seguido inmediatamente
por leyes que confirman el sumo sacerdocio de Aarón de entre los levitas (caps. 18, 19).
Segundo, el relato del fracaso de Israel de no entrar a Canaán a causa de su incredulidad
y el juramento de Dios de que esa generación nunca entraría (caps. 13, 14) es seguido
inmediatamente con leyes que implican que Israel algún día poseería la tierra (cap. 15).
Esas leyes comenzarían “cuando hayáis entrado en la tierra...”, y las ofrendas requeridas
serían de harina, aceite y vino; es decir, de los productos de la tierra. Así, estas leyes
muestran la gracia de Dios a pesar del pecado de Israel.
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