Nueva Evidencia Que Demanda Un Veredicto- Josh Mc Dowell

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  • 1. J Me QUE Traducido por Francisco Almanza Humberto Casanova R. Joe T. Poe Rubn Zorzoli Editorial Mundo Hispano

2. Editorial Mundo Hispano Apartado 4256, El Paso, Texas 79914, EE. UU. de A. www.editorialmh.org Nueva evidencia que demanda un veredicto. Copyright 2004, Editorial Mundo Hispano. 7000 Alabama St., El Paso, Texas 79904, Estados Unidos de Amrica. Traducido y publicado con permiso. Todos los derechos reservados. Prohibida su reproduccin o transmisin total o parcial, por cualquier medio, sin el permiso escrito de los publicadores. Publicado originalmente en ingls por Thomas Nelson Publishers, Nashville, Tennessee, bajo el ttulo The New Evidence That Demands a Veredict, copyright 1999, por Josh D. McDowell. Las citas han sido tomadas de la Santa Biblia: Versin Reina-Valera Actualizada. Copyright 1999, Editorial Mundo Hispano. Usada con permiso. Editores: Juan Carlos Cevallos Hermes Soto Diseo de la portada: Carlos Santiesteban Primera edicin: 2004 Clasificacin Decimal Dewey: 239 Tema: Apologtica ISBN: 0-311-05048-4 EMH Nm. 05048 5 M 1204 Impreso en Colombia Printed in Colombia 3. A Dottie: Mi amiga y mi amante esposa. Sin su paciencia, amor, estmulo y crtica constructiva este proyecto nunca hubiera sido completado. 4. Contenido Prlogo XI Prefacio XIII Explicacin del formato general XVI Gua para el lector XVII Reconocimientos XXI l cambi mi vida XXIII Introduccin XXI PRIMERA PARTE LOS ARGUMENTOS EN FAVOR DE LA BIBLIA 1La singularidad de la Biblia Introduccin 3 Singular en su continuidad 4 Singular en su circulacin 8 Singular en su traduccin 9 Singular en su supervivencia 10 Singular en sus enseanzas 13 Singular en su influencia sobre la literatura 15 Singular en su influencia sobre la civilizacin 17 Una conclusin razonable 18 2Cmo fue preparada la Biblia? Cmo fue escrita la Biblia? 19 La forma de libros antiguos 21 Estilos de escritura 21 Las divisiones de la Biblia 22 Quines decidieron qu incluir en la Biblia? 23 3 19 3Se puede confiar en la historicidad del Nuevo Testamento? 40 Introduccin: Pruebas para la confiabilidad de la literatura antigua 40 Prueba bibliogrfica para la confiabilidad del Nuevo Testamento 41 Prueba de la evidencia interna del Nuevo Testamento 54 Prueba de la evidencia externa del Nuevo Testamento 64 Conclusin 82 4Se puede confiar en la historicidad del Antiguo Testamento? 84 La confiabilidad de los manuscritos del Antiguo Testamento 84 La confirmacin arqueolgica e histrica del Antiguo Testamento 111 La confirmacin neotestamentaria del Antiguo Testamento 141 SEGUNDA PARTE LOS ARGUMENTOS EN FAVOR DE JESUCRISTO 5Jess, un hombre de la historia Introduccin 145 Autoridades seculares sobre la historicidad de Jess 146 145 Referencias judas a la historicidad de Jess 150 Fuentes cristianas para la historicidad de Jess 154 Fuentes histricas adicionales 162 Conclusin 163 5. vi NUEVA EVIDENCIA QUE DEMANDA UN VEREDICTO 6Si Jess no era Dios, se merece un Osear 166 El carcter de Cristo y sus afirmaciones en cuanto a la deidad: afirmaciones directas 166 Afirmaciones indirectas en cuanto a la deidad 180 Ttulos de deidad 181 7El significado de la deidad. El trilema: Seor, mentiroso o luntico? 186 Quin es Jess de Nazaret? 186 8Apoyo para la deidad: Profecas de! Antiguo Testamento que se cumplieron en Jesucristo 196 Introduccin 197 El alcance de las profecas de prediccin 200 Las credenciales de Jess como Mesas vistas a travs de las profecas cumplidas 200 La confirmacin de Jess como e! Mesas segn e! cumplimiento de las profecas 225 Resumen de las predicciones de! Antiguo Testamento que han sido cumplidas literalmente en Cristo 237 9Apoyo para la deidad: La resurreccin, engao o historia? 239 Introduccin 239 La importancia de la resurreccin fsica de Cristo 240 La importancia de la resurreccin 241 Las afirmaciones de que Cristo sera resucitado de entre los muertos 246 El anlisis histrico 248 El escenario de la resurreccin 259 Teoras inadecuadas acerca de la resurreccin 300 Conclusin: l ha resucitado! Ciertamente ha resucitado! 329 1OApoyo a la deidad: La gran proposicin 331 Introduccin 331 Su entrada en la historia humana fue completamente nica 333 Si Dios se hizo hombre, entonces esperaramos que no tuviera pecado 355 Si Dios se hizo hombre, lo que esperaramos es que manifestara su presencia sobrenatural en la forma de actos sobrenaturales -milagros 361 Si Dios se hizo hombre, entonces esperaramos que viviera en una forma ms perfecta que cualquier humano que jams haya vivido 365 Si Dios se hizo hombre, entonces sin duda hablara las palabras ms grandes jams habladas 368 Si Dios se hizo hombre, entonces esperaramos que tuviera una influencia permanente y universal 371 Si Dios se hizo hombre, entonces esperaramos que satisficiera e! hambre espiritual de la humanidad 375 Si Dios se hizo hombre, entonces esperaramos que hubiera derrotado al enemigo ms temido y desgarrador de la humanidad -la muerte 377 TERCERA PARTE LOS ARGUMENTOS EN FAVOR YEN CONTRA DEL CRISTIANISMO Seccin I ____ _______ Introduccin 381 11 Proviene la Biblia de Dios? 383 Lo que la Biblia afirma 383 6. CONTENIDO vii Objeciones a las afirmaciones 396 Conclusin 403 12 La presuposicin del naturalismo en contra de lo sobrenatural 404 Presuposicin 405 La posicin en contra de lo sobrenatural 406 La ciencia y los milagros 413 La forma correcta de abordar la historia 417 Resumen 424 13 La arqueologa y la crtica bblica 426 Contribuciones bsicas a la crtica bblica 426 Confiabilidad de la historia del antiguo testamento 430 Apoyo arqueolgico para los relatos del antiguo testamento 433 Ejemplos veterotestamentarios de confirmacin arqueolgica 441 Evidencia arqueolgica para la autora mosaica del Pentateuco 443 Seccin JI ________ _ _ _ Hiptesis documentaria 14Introduccin a la hiptesis documentaria 15 Introduccin a la crtica bblica Definiciones 458 Tres escuelas radicales de crtica del Pentateuco 460 451 453 458 16Introduccin al Pentateuco 463 Qu es el Pentateuco? 463 Qu es lo que contiene el Pentateuco? 463 El propsito y la importancia del Pentateuco 464 El origen y la historia de la teora de la autora no mosaica 465 17Desarrollo de la hiptesis documentaria 466 Importancia de la hiptesis documentaria en la alta crtica radical 466 Historia de su desarrollo 466 18 Normas bsicas 471 Acercarse a las escrituras hebreas como a otra literatura antigua -armoniosamente 471 Tener una mente abierta 472 Someterse a controles externos y objetivos 473 Conclusin 474 19 Presuposiciones documentarias 476 Introduccin 476 El anlisis de fuentes es ms importante que la arqueologa 477 Perspectiva naturalista de la religin e historia de Israel (evolucionista) 480 En el tiempo de Moiss la escritura todava no haba llegado a Israel (aprox. 1500-1400 a. de J.e.) 497 La idea de que los relatos acerca de los patriarcas son slo leyendas 501 Conclusiones en cuanto a las presuposiciones de la hiptesis documentaria 517 20 Consecuencias de la alta crtica radical 519 El Antiguo Testamento tiene un carcter esencialmente no histrico 519 La religin de Israel es totalmente natural, no tiene ningn origen ni desarrollo sobrenatural 522 La historia y religin de Israel son bsicamente un fraude 523 7. viii NUEVA EVIDENCIA QUE DEMANDA UN VEREDICTO 21 Evidencia que prueba la autora mosaica del Pentateuco 525 Evidencia interna 525 Evidencia externa 528 22 El fenmeno de los nombres divinos 550 Introduccin 550 La suposicin documentaria 550 Respuesta bsica 551 23 Repeticin de relatos y supuestas contradicciones 568 Repeticin de algunos relatos 568 Supuestas contradicciones 582 Anacronismo: Supuestas palabras de pocas ms recientes 585 24 Incongruencias Introduccin 592 Suposicin documentaria 592 Respuesta bsica 592 25 Diversidad interna Introduccin 594 Suposicin documentaria 594 Respuesta bsica 594 26 Conclusin a la hiptesis 592 594 documentaria 603 Fortalezas 603 Debilidades metodolgicas fatales 604 Fracaso total de la hiptesis 608 Comentarios finales 609 Seccin 111 -::-________ _ La crtica bblica y el Nuevo Testamento 611 27Introduccin a la crtica de las formas del Nuevo Testamento 613 Definiciones 614 Propsito de la crtica de las formas 616 Trasfondo e historia 617 Los principales proponentes de la crtica de las formas 619 Recapitulacin 627 28 Escepticismo histrico Suposicin bsica 628 Refutacin 631 Resumen 636 29 Embates contra Jess En busca del Jess de la historia Seminario acerca de Jess 640 El Cristo de la fe o el Jess de la historia? 643 Jess en el horno de fuego 647 628 637 637 30 Conclusin a la crtica de las formas 649 Contribuciones de la crtica de las formas 649 Limitaciones de la crtica de las formas 650 31 Teologa moderna y crtica bblica CUARTA PARTE . LA VERDAD OLAS CONSECUENCIAS Nota personal del autor 32 La naturaleza de la verdad Introduccin 665 Qu es la verdad? 665 653 663 665 33 La posibilidad de conocer la verdad 678 Introduccin: Es posible conocer la verdad? 678 La posibilidad de conocer la verdad 649 8. CONTENIDO ix 34 Respuesta al posmodernismo 694 Introduccin 694 Las principales caractersticas del posmodernismo 696 Respuesta al posmodernismo 704 35 Respuesta al escepticismo 712 El escepticismo segn David Hume, su principal proponente 712 Respuesta 714 36Respuesta al agnosticismo 720 El agnosticismo de Emmanuel Kant 720 Respuesta 724 37Respuesta al misticismo 731 El misticismo ejemplificado por D. T. Suzuki (budismo zen) 731 Respuesta 735 39 Defensa de los milagros 751 Los milagros son posibles en un universo testa 751 La naturaleza de los milagros 752 El propsito de los milagros 754 Respuesta a las objeciones a los milagros 757 40 Es posible conocer la historia? 763 Qu es la historia y qu es la historiografa? 764 Objeciones a la posibilidad de conocer la historia 768 Objeciones a la posibilidad de conocer la historia de los milagros 773 Defensa de la posibilidad de conocer la historia de los milagros 777 Bibliografa 38 Certeza contra certidumbre 749 Las cuatro leyes espirituales 783 829 9. Prlogo Es creble el cristianismo? Existe una base intelectual para la fe en Jesucristo como el Hijo de Dios? Tanto eruditos a travs de los siglos como millones de estudiantes y adultos respondern a estas preguntas con un "S" resonante. Esto es de lo que se trata Nueva evidencia que demanda un veredicto, por Josh McDowell. Desde 1964 Josh ha servido como un representante viajero de Cruzada Estu- diantil y Profesional para Cristo (Inter- nacional). Josh ha iluminado, animado, ayudado y desafiado con su enseanza y testimonio a ms de siete millones de estu- diantes y profesores, en ms de 700 uni- versidades en 84 pases. Su experiencia en dirigirse a reuniones estudiantiles -en reuniones grandes y pequeas, conferen- cias en el aula y cientos de sesiones de con- sejera y debates-, adems de un ttulo magna cum laude del Seminario Teolgico Talbot y su investigacin amplia de las evi- dencias histricas de la fe cristiana, califi- can a Josh para hablar y escribir con autori- dad sobre la credibilidad del cristianismo. Un maestro de la ley pregunt cierto da a Jess: "Maestro, cul es el gran man- damiento de la ley?". Jess le respondi: ''Amars al Seor tu Dios con todo tu corazn y con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el grande y el primer man- damiento" (Mat. 22:36-38). Dios nos cre con la habilidad para pensar, para adquirir conocimiento y para discernir la verdad. Dios quiere que usemos nuestras mentes. El apstol Pedro indica: "Ms bien, santificad en vuestros corazones a Cristo como Seor y estad siempre listos para res- ponder a todo el que os pida razn de la esperanza que hay en vosotros..." (1 Pedo 3: 15). Por esta razn, el ministerio de Cru- zada Estudiantil y Profesional para Cristo enfatiza el entrenamiento de cristianos a fin de que experimenten y compartan la vida abundante que est disponible para todos los que depositan su confianza en Jesucristo. Los institutos para entre- namiento de lderes, para la evangeli- zacin, de estudios bblicos y otros progra- mas de capacitacin han preparado a cien- tos de miles para que presenten razones vlidas, convincentes, histricas y docu- mentadas para su fe en Jesucristo. Durante mis 55 aos compartiendo las buenas noticias del Salvador con el mundo acadmico, me he encontrado con muy pocas personas que han considerado la evi- dencia en forma honesta y que, sin embar- go, niegan que Jesucristo es el Hijo de Dios y el Salvador de la humanidad. Para m, la evidencia que confirma la deidad del Seor Jesucristo es abrumadoramente conclusiva para cualquier buscador honesto de la ver- dad. Sin embargo, no todos -ni siquiera la mayora- de aquellos con los que he hablado han aceptado a Jess como Sal- vador y Seor. No es porque ellos fueran incapaces de creer; simplemente no estaban dispuestos a creer. Por ejemplo, un psiquiatra brillante, pero confundido, lleg a nuestra sede para recibir consejo. Con franqueza me confes que nunca haba estado dispuesto a con- siderar honestamente las pretensiones de Cristo por temor a ser convencido y, como resultado, tener que cambiar su estilo de vida. Otros ateos profesantes bien conoci- dos, incluyendo a Aldous Huxley y Ber- 10. xii NUEVA EVIDENCIA QUE DEMANDA UN VEREDICTO trand Russell, rehusaron afrontar intelec- tualmente los hechos histricos bsicos del nacimiento, la vida, las enseanzas, los milagros, la muerte y la resurreccin de Jess de Nazaret. Aquellos que lo hicieron -como, por ejemplo, C. S. Lewis, C. E. M. Joad y Malcolm Muggeridge- halla- ron que la evidencia era tan convincente que llegaron a aceptar el veredicto de que Jess es ciertamente aquel que afirmaba ser: el Hijo de Dios y el Salvador y Seor de ellos. Un estudio cuidadoso y en oracin del material contenido en este libro preparar al lector para que pueda hacer una pre- sentacin inteligente y convincente de las buenas noticias. Sin embargo, vaya una palabra final de precaucin y consejo: no asuma que la persona promedio tiene du- das intelectuales acerca de la deidad de Jesucristo. La mayor parte de la gente en la mayora de las culturas no necesita ser con- vencida de la deidad de Jess, ni de su ne- cesidad de Cristo como Salvador. Ms bien, ellos necesitan que se les diga cmo recibir a Jess como Salvador y cmo se- guirlo como Seor. De modo que es el creyente en Cristo el que derivar el mayor beneficio con la lectura de Nueva evidencia que demanda un veredicto. Este libro simultneamente for- talecer su fe en Cristo y le brindar evi- dencias que le ayudarn a compartir su fe con otros en una manera ms efectiva. "Luego dijo a Toms: 'Pon tu dedo aqu y mira mis manos; pon ac tu mano y mtela en mi costado; y no seas incrdulo sino creyente'. Entonces Toms respondi y le dijo: 'Seor mo, y Dios mo!'. Jess le dijo: 'Porque me has visto, has credo? Bienaventurados los que no ven y creen!'" Quan 20:27-29). William R. Bright Presidente y fundador Cruzada Estudiantil y Profesional para Cristo (Internacional) Arrowhead Springs San Bernardino, CA 92414 11. Prefacio QU? OTRO LIBRO? No, este no es un libro. Es una compilacin de notas preparadas para mi serie de confe- rencias: "El cristianismo: engao o histo- ria?". Ha existido una definida escasez de documentacin de las evidencias histricas para la fe cristiana. Los profesores, los estu- diantes y los laicos en la iglesia a veces pre- guntan: "Cmo podemos documentar y usar lo que usted y otros ensean?". Despus de publicar e! tomo 1 de Evi- dencia que exige un veredicto, recib muchos pedidos de estudiantes, profesores y pas- tores en cuanto a materiales que conside- raran la hiptesis documentaria y la crtica de las formas. Haba estudiantes que toma- ban cursos bajo profesores que se adheran a uno de esos enfoques. A los estudiantes, por su falta de fundamento, se les lavaba e! cerebro, no se los educaba. Esos estu- diantes muchas veces estaban intimidados por no tener bases o fuentes sobre las cuales construir una respuesta contraria a lo que se les estaba enseando. Exista sin duda la necesidad de contraatacar e! abso- lutismo de muchos libros de texto univer- sitarios sobre estos dos temas. Esa fue la razn para que produjramos Evidencia que exige un veredicto volumen n. Hoy en da la hiptesis documentaria y la crtica de las formas estn obsoletas. Pero muchos de los preceptos an son repetidos como loros por profesores en las universi- dades. Adems, esos principios errneos son a menudo el punto de partida para las inves- tigaciones de los crticos de la Biblia, como por ejemplo los de!Jesus Seminar (Seminario acerca de Jess), o por profesores que ensean cursos que tratan con temas bblicos. Esta nueva edicin actualiza el debate. POR QU ESTA EDICiN REVISADA? Desde la publicacin de la primera edicin de Evidencia que exige un veredicto (I972 en ingls; 1982 en espaol) y de su revisin (en ingls, 1979), han ocurrido nuevos e importantes descubrimientos que confir- man aun ms la evidencia histrica de la fe cristiana. Por ejemplo, los nuevos descubri- mientos arqueolgicos han agregado con- firmacin adicional a la credibilidad de! An- tiguo Testamento tanto como a la de! Nue- vo Testamento. No obstante, en los ltimos 20 aos nuestra cultura ha recibido mucha influen- cia de! enfoque filosfico llamado posmo- dernismo. La gente cuestiona hoy por qu la evidencia en favor de la fe cristiana es nece- saria o importante. En todo e! mundo hay una clase de escepticismo que ha permitido el pensamiento errneo de proyectos tales como el Jesus Seminar (Seminario acerca de Jess), e! cual confunde y desorienta a la gente en cuanto a la verdadera identidad de Jesucristo. Mi esperanza es que, al brindar la in- formacin ms actualizada, Nueva eviden- cia que demanda un veredicto equipar a los creyentes en e! siglo XXI con confianza, al buscar entender y defender su fe. QU HAGO CON ESTE MATERIAL? Estas notas tienen la intencin de ayudar a mis hermanos y hermanas en Jesucristo en la redaccin de monografas y la elaboracin de conferencias; tambin para que en los dilo- gos en las aulas de clase o en conversaciones personales con compaeros de trabajo o vecinos puedan defender sus convicciones en cuanto a Cristo, las Escrituras y la re!e- vancia de! cristianismo para e! siglo XXI. 12. xiv NUEVA EVIDENCIA QUE DEMANDA UN VEREDICTO He recibido cartas de estudiantes que me han comentado sobre cmo han uti- lizado estas notas en sus universidades. Uno escribi: "En mi clase de retrica us las notas de sus conferencias para pre- parar mis tres discursos ante la clase. El primero fue sobre la confiabilidad de las Escrituras, el segundo sobre Jesucristo y el tercero sobre la resurreccin". Otro estudiante dijo: "Su documen- tacin ha animado a muchos de nosotros aqu a hablar en nuestras clases... La auda- cia de los creyentes est comenzando a mostrarse en todos lados". Otro ms escribi: "Us las notas al preparar un discurso para un concurso de oratoria. Lo gan, y presentar el mismo discurso durante la graduacin. Muchas gracias, hermano!". De un profesor: "Su libro me brind mucho del material que haba estado bus- cando para mi clase. Muchas gracias!". Un pastor: "El conocimiento que al- canc al leer su libro ha respondido a las dudas que an mantena desde que dej el Seminario". Un laico: "Su investigacin me ha ayu- dado a evaluar el material de la Escuela Dominical que me pidieron ensear". Finalmente, de otro estudiante univer- sitario: "Si hubiera tenido este material el ao pasado podra haber respondido en forma inteligente a casi cada asercin nega- tiva presentada por el profesor en la clase de Antiguo Testamento". CUIDADO CON SU ACTITUD! Nuestra motivacin al usar estas notas de conferencia es glorificar y magnificar a Jesucristo, no ganar una discusin. La evi- dencia no es para probar la Palabra de Dios sino ms bien para proveer una base para la fe. Cuando se usan apologas o evidencias, hay que tener un espritu manso y reve- rente: "Ms bien, santificad en vuestros corazones a Cristo como Seor y estad siempre listos para responder a todo el que os pida razn de la esperanza que hay en vosotros, pero hacedlo con mansedumbre y reverencia" (I Pedo 3: 15, cursivas agre- gadas). Estas notas, si se las usa con una actitud de amor, pueden motivar a una persona a considerar a Jesucristo con honestidad; pueden tambin guiar a la persona al asunto central o principal: el evangelio (como est contenido en las "Cuatro leyes espirituales" al final de este libro y en 1 Coro 15:1-4). Cuando comparto acerca de Cristo con alguien que tiene dudas honestas, siempre le ofrezco informacin suficiente para responder a sus preguntas; luego llevo la conversacin de vuelta a la relacin de esa persona con Cristo. La presentacin de la evidencia (apologtica) nunca debe usarse como un sustituto del compartir de la Palabra de Dios. POR QU REGISTRAR LOS DERECHOS INTELECTUALES? Se han registrado los derechos intelectuales de estas notas; no es con el propsito de limitar su uso, sino de protegerlas contra un mal uso; a la vez, para salvaguardar los derechos de los autores y publicadores que he citado y documentado. POR QU EN FORMA DE BOSQUEJO? Puesto que estas notas estn en forma de bosquejo, y que las transiciones entre va- rios conceptos no son demasiado extensas, se puede usar el material en forma ms efectiva pensando al leer las diferentes sec- ciones y desarrollando cada uno sus pro- pias convicciones. De ese modo el material se convierte en su propio mensaje y no en la repeticin como loro del mensaje de otra persona. 13. PREFACIO YONOCREOENDIOS Significa "Yo no creo en Dios", o "Yo no, creo en Dios"? La estructura de bos- quejo de estas notas puede a veces con- ducir a una persona a entender mal una ilustracin o un concepto. Tenga cuidado cuando extrae conclusiones de una u otra manera cuando usted no entiende algo claramente. Estdielo ms e investigue en otras fuentes. UNA INVERSiN DE TODA LA VIDA Recomiendo para su biblioteca los siguien- tes libros que se relacionan con las partes 1 y n. Estos son tambin buenos libros para donar a la biblioteca de su universidad. (Hay oportunidades en que las bibliotecas universitarias compran libros si usted lo requiere por escrito). l. Archer, Gleason. A Survey 01 Old Testament lntroduction. Moody Press. (Resea crtica de una introduccin al Antiguo Testamento. Edi- torial Portavoz). 2. Bruce, F. F. The Book and the Parchments. F1eming Revell. 3. Bruce, F. F. The New Testament Documents: Are They Reliable? InterVarsity Press. 0Son crebles los documentos del Nuevo Testamento? Editorial Caribe). 4. Geisler, Norman L., yWilliam E. Nix. A Cen- erallntroduction to the Bible. Moody Press. 5. Henry, Carl (ed.), Revelation and the Bible. Baker Book House. 6. Kitchen, K. A. Ancient Orient and Old Testament. InterVarsity Press. 7. Linle, Paul. Know Why You Believe. Inter- Varsity Press. (La razn de nuestrafe. Ediciones Las Amricas). 8. Montgomery, John Warwick. History and Christianity. InterVarsity Press. 9. Montgomery, John Warwick. Shapes 01 the PastoEdwards Brothers. 10. Pinnock, Clark. Set Forth Your Case. Craig Press. 11. Ramm, Bernard. Protestant Christian Evi- dences. Moody Press. xv 12. Smith, Wilbur. Therefore Stand. Baker Book House. 13. Stoner, Peter. Science Speaks. Moody Press. 14. Stott, John R. W Basic Christianity. Inter- Varsity Press. (Cristianismo bdsico. Ediciones Certeza). 15. Thomas, Gtiffith. Christianity ls Christ. Moo- dy Press. Tambin recomiendo lossiguientes libros que se relacionan con la Parte III: 1. Cassuto, U. The Documentary Hypothesis. Magnes Press, The Hebrew University. 2. Free, Joseph P. Archaeology and Bible History. Scripture Press. 3. Guthrie, Donald. New Testament lntroduction. InterVarsity Press. 4. Harrison, R. K. lntroductionto the Old Tes- tament. Wm. B. Eerdmans Publishing Com- pany. (Introduccin al Antiguo Testamento. Libros Desafo). 5. Kistemaker, Simon. The Cospels in Current Study. Baker Book House. 6. Ladd, G. E. The New Testament and Criticismo Wm. B. Eerdmans Publishing Co. (Crtica del Nuevo Testamento. Casa Bautista de Publica- ciones). Los siguientes son libros excelentes para entender la crtica del Nuevo Testamento: 1. Marshall, Howard 1. Luke: Historian and Theologian. Zondervan Publishing House. 2. McNight, Edgar V. What ls Form Criticism? Fortress Press (todos en la serie). 3. Perrin, Norman. What ls Redaction Criticism? Fortress Press. El siguienre es un libro de estudio excelente para comprender las "formas" de acuerdo con la crtica de las formas: 1. Monrgomery, Roben M. Y Richard W Stegner,Auxiliary Studies in the Bible: Forms in the Cospel, 1. The Pronouncement Story. Abing- don Press. 14. xvi NUEVA EVIDENCIA QUE DEMANDA UN VEREDICTO Explicacin del formato general Notas bibliogrficas: Para facilitar la iden- tificacin de las fuentes que he usado, e! sistema que se sigue es e! siguiente. Des- pus de cada cita aparece un nmero, que corresponde al nmero de ese libro en la Bibliografa al final de! libro. Ese nmero est seguido por una barra y luego aparece otro nmero o nmeros, que correspon- den a la(s) pgina(s) de esa nota en parti- cular. Este material aparecer entre parn- tesis. En la Bibliografa se brinda la infor- maclOn acostumbrada para las obras citadas. Por ejemplo: (22/33, 34), quiere decir e! libro nmero 22 en la Bibliografa, las pginas 33 y 34. En los casos donde una referencia no est entre comillas (ni aparece como una cita en un cuadro), e! material presentado es de la obra citada pero no se lo presenta en las palabras de! autor. Quiero dar e! crdito donde se debe. 15. Gua para el lector de Nueva evidencia que demanda un veredicto por Bill Wilson, editor Cuidado! Este es un libro peligroso. La digestin de su contenido puede alterar seriamente su manera de pensar. Atencin! Si usted espera que este libro sea un tipo de libro moderado, para sen- tarse junto al fuego y tomar una taza de chocolate, mejor reconsidere el leerlo. A medida que las ideas comiencen a fluir, usted seguramente buscar un lpiz y un cuaderno, para escribir ideas para la pr- xima vez que quiera compartir con un amigo alguna evidencia convincente en cuanto a la verdad de las buenas noticias de Jesucristo. "Espere un momento", usted dice. "Yo? Compartir evidencia convincente? Yo slo me sent a leer un libro". Bueno, usted debe saber que estas son algunas de las notas per- sonales de conferencias de Josh McDowell; cuando vea la fuerza de los argumentos, seguramente querr compartirlas por su cuenta. Una de las grandes motivaciones de Josh para compilar los dos tomos de Evi- dencia que exige un veredicto era en primer lugar equipar a otros con informacin orga- nizada y documentada, a fin de que la pudieran utilizar para compartir a Cristo con otros en una manera creble. En la pre- sente revisin y actualizacin de ambos to- mos -ahora unidos en un solo volumen- usted encontrar ms evidencia actualizada para su fe que nunca antes. Aqu hay mucho material que puede tomar algn tiempo en ser digerido. Si usted es alguien a quien le gustan los grandes desafos, y quiere fortificar su fe y testimonio con cada dato que pueda ob- tener, comience ya a leer y no mire hacia atrs! Es muy probable, sin embargo, que usted necesite diferente informacin en diferentes oportunidades y para diferentes propsitos. Siendo un laico, un estudiante de la escuela secundaria, un universitario o un obrero cristiano de tiempo completo, usted puede tener un tiempo limitado. Es posible que usted no haya establecido una relacin personal con Dios por medio de la fe en Jesucristo, y est buscando algunas respuestas a sus preguntas. Cualquiera que sea su situacin, unas pocas claves de esta Gua para el lector le pueden ahorrar tiem- po en ubicar algn material especfico que usted necesita. 16. xviii NUEVA EVIDENCIA QUE DEMANDA UN VEREDICTO SI USTED TODAVA NO ES CREYENTE La seccin "l cambi mi vida", antes de la Introduccin, le ser de mucho inters. Mucha gente hoy se formula la pregunta: "Puede Jesucristo hacer una diferencia en mi vida ahora mismo?". En esas pginas ini- ciales Josh comparte el impacto que Cristo ha hecho en su propia vida. El cristianismo nos entusiasma! Jess no solamente tuvo un profundo impacto sobre la gente en su propia poca, como lo muestra la evidencia histrica, sino que l contina produciendo un impacto que cambia las vidas de aquellos que confan en l y lo siguen. PARA TODOS LOS LECTORES Para poder entender en forma ms com- pleta la evidencia que se presenta en este libro, estudie las pginas del Contenido en forma cuidadosa antes de comenzar a leer. La primera parte trata principalmente con la confiabilidad de la Biblia; la segunda parte brinda la evidencia histrica y las de- claraciones de apoyo para las afirmaciones de Jess de ser Dios. La tercera parte considera principal- mente dos desafos histricos a la fe cris- tiana presentados por los crticos bblicos radicales: (1) La hiptesis documentaria (que usaron muchos eruditos en el pasado para negar la certeza de los primeros cinco libros del Antiguo Testamento y que Moi- ss fuera el autor de los mismos); y (2) la crtica de las formas (que usaron muchos eruditos en el pasado para negar la certeza de los relatos en cuanto a Jess en los Evangelios, los primeros cuatro libros del Nuevo Testamento). La cuarta parte es una seccin comple- tamente nueva que se dedica a: (1) la evi- dencia para el conocimiento de la verdad; (2) respuestas a conceptos diferentes acerca del mundo; (3) una defensa de la existen- cia de los milagros; y (4) evidencia para el conocimiento de la historia. Finalmente, en el Apndice se presen- tan cuatro ensayos poderosos en cuanto a la crtica de la Biblia. Cualquier creyente que comparte con otros su fe en Cristo pronto se da cuenta de que hay varias preguntas en cuanto al cris- tianismo que surgen una y otra vez. Con un poco de preparacin bsica usted puede responder el noventa por ciento de esas preguntas. La primera y segunda partes responden a algunas preguntas y objeciones que se presentan con frecuencia: La Biblia no es diferente de cualquier otro libro (ver los captulos 1,3 y 4). Cmo puedo confiar en la Biblia cuando no fue aceptada oficialmente por la iglesia hasta 350 aos despus de la crucifixin de Jess? (ver los captulos 2, 3 y 4). No tenemos los manuscritos origi- nales de los autores de la Biblia; c- mo podemos entonces saber si lo que tenemos hoyes autntico? (ver los captulos 3 y 4). Cmo puedo creer en Jess cuando todo lo que sabemos en cuanto a l proviene de escritores cristianos que lo favorecen? (ver el captulo 5). Jess nunca afirm que era Dios. Cmo pueden afirmar los cristianos que l es Dios? (ver los captulos 6 al 10). Cmo pueden decir los cristianos que Jess resucit de la tumba en for- ma corporal? Se han sugerido muchas posibles explicaciones para la resu- rreccin (ver el captulo 9). Qu dice la arqueologa en cuanto a los eventos registrados en la Biblia? (ver los captulos 3, 4 y 13). Si la Biblia es cierta y si Jess es Dios, cul es la diferencia que eso puede hacer en mi vida? (ver el captulo 11). 17. GUA PARA EL LECTOR DE NUEVA EVIDENCIA QUE DEMANDA UN VEREDICTO xix La tercera y cuarta partes tratan con los siguientes asuntos: Muchos filsofos dicen que los mila- gros son imposibles. Qu dice usted? (ver los captulos 12 y 39). Muchos eruditos bblicos afirman que Mois no escribi los primeros cinco libros de la Biblia. Qu dice usted? (ver la tercera parte, seccin III). Mi profesor dice que los Evangelios solo nos brindan una imagen distor- sionada de los recuerdos imprecisos que los creyentes del primer siglo tenan de Jess. Qu dice usted? (ver la tercera parte, seccin III). Contino escuchando acerca del Jesus Seminar (Seminario sobre Jess), pero ese grupo no parece muy amigable en cuanto a Jess. Qu es lo que pasa con ese grupo? (ver el captulo 29). 18. Reconocimientos Robert Mounce, decano del departamento Potter de Artes y Humanidades de la Universidad de Kentucky Occidental, dice en cuanto al compromiso y la visin nece- sarios para un emprendimiento como el de este libro: "La tarea de erudicin es un rol humilde que demanda tremenda dedi- cacin. Mi propia conviccin personal es que se debe animar a los jvenes que tie- nen un don para conceptuar y percibir a que crean realmente que se puede servir a Dios en la soledad de la oficina, rodeados por los frutos de la tarea de erudicin". La publicacin de cualquier libro demanda los esfuerzos de muchas per- sonas, muchas de las cuales cumplen un papel importante, pero detrs del esce- nario. Esto es especialmente cierto en cuanto a esta obra y su revisin. Me gus- tara reconocer a las siguientes personas: El equipo original de investigacin para el tomo I estaba formado por once estudiantes de nueve universidades. Sus nombres y universidades: Doug Wilder, de la Universidad del Estado de Michigan; Ron Lurjens, de la Universidad Bowling Green; Wayne Trout, del Instituto Poli- tcnico de Virginia; David Sheldon, de la Universidad Estatal de Ohio; Brent Nelson, de la Universidad de Indiana; Da- vid Sheldon, de la Universidad Estatal de Ohio; Frank Dickerson, de la Universidad Estatal de Ohio; Steve Smith, del Instituto Politcnico de Virginia; James Davis, del Instituto Politcnico de Louisiana; Linn Smith, de la Universidad Estatal del Norte de Texas; y Stick Ustick, de la Universidad Estatal de Sacramento. El equipo original de investigacin pa- ra el tomo 11 estaba formado por catorce estudiantes de catorce universidades dife- rentes. Sus nombres y universidades: Ron Lutjens, de la Universidad Bowling Green; James Davis, del Instituto Politcnico de Louisiana; Frank Dickerson, de la Uni- versidad Estatal de Ohio; Jay Gary, de la Universidad Tcnica de Ohio; Ray Moran, de la Universidad Baylor; John Austin, de la Universidad de Virginia; Richard Beckham, de la Universidad Estatal de Louisiana; Dave Wilson, del Seminario Trinity; Terry Shope, de la Universidad de Arkansas; John Sloan, de la Universidad Estatal del Oeste de Texas; Faith Osteen, de la Universidad Estatal de Arizona; Ste- phanie Ross, de la Universidad Estatal del Norte de Texas; Beth Veazi, de la Universi- dad de Arizona; y Nancy Thompson, de la Universidad Chaffey. Bill Watkins brind ideas, diseo y 19. xxii NUEVA EVIDENCIA QUE DEMANDA UN VEREDICTO ayuda en la escritura para la revisin que presentamos como Nueva evidencia que demanda un veredicto. El doctor James Beverley, de! Semi- nario Teolgico Ontario, brind crtica y consejo sobre e! diseo, contenido y re- visin de Nueva evidencia que demanda un veredicto. El doctor Norman Geisler, de! Semi- nario Evanglico de! Sur en Charlotte, Ca- rolina de! Norte, fue e! editor principal para Nueva evidencia, junto con un equipo de dieciocho seminaristas que proveyeron investigacin, escritura y edicin para este nuevo libro. Ellos son: Todd B. Vick, Benjamin Hlastan, Steve Bright, Duane Hansen, Sabrina Barnes, D. Scott Hen- derson, Kenneth Lee Hood, Douglas E. Potter, Scott Matscherz, Gavin T. Head, David L. Johnson, Stephen M. Puryear, Eric F. LaRock, Janis E. Hlastan, Jeff Spencer, Malcolm C. C. Armstrong, Bruce Landon y Frank Turek. La seora Laure! Mauge!, secretaria de! doctor Geisler, brin- d e! servicio invalorable de asistencia pa- sando e! manuscrito a la computadora y coordinando e! proyecto. Bill Wilson fue e! editor de Nueva evi- dencia, con la ayuda editorial de Marcus Maranto. El equipo de investigacin y de redaccin que us Bill es de! Seminario Teolgico de DalIas. Ellos son: Nicholas Alsop, David Hoehner, Ronny Reddy, Mike Svige! y John Zareva. Mi hijo, Sean McDowell, brind una crtica inteligente de todo e! manuscrito y reescribi e! captulo sobre e! posmoder- nismo. Dave Bellis, e! Coordinador de Desa- rrollo de Recursos de mi organizacin por 22 aos, organiz y facilit este largo pro- ceso de revisin, con sus mil detalles, desde e! comienzo hasta e! fin. Mark Roberts, de la casa publicadora Thomas Ne!son, brind una gua, direc- cin y discernimiento pacientes en e! pro- ceso de diseo y contenido de esta revisin. Lee Hollaway, e! editor de libros de re- ferencia de Thomas Ne!son, dedic mu- chas horas en la edicin de! manuscrito y e! proceso de publicacin. Estoy agradecido con este equipo ex- perto de ms de 50 hombres y mujeres de- dicados, quienes trabajaron fielmente para brindarnos una defensa inteligente para la esperanza que est en nosotros. Josh McDowell 20. ~ El cambi mi vida Toms de Aquino escribi: "Dentro de cada alma hay sed de felicidad y significado". Durante mis aos de la adolescencia yo era un ejemplo de esa afirmacin; quera ser feliz y encontrar significado para mi vida. Yo quera responder a tres preguntas bsicas: Quin soy? Por qu estoy aqu? Dnde voy? Estas son las preguntas difciles de la vida. Estimo que el 90 % de las personas menores de 40 aos no pueden responderlas. Pero yo estaba sediento por saber de qu se trataba la vida. De modo que, siendo un joven estudiante, comenc a buscar respuestas. Donde crec, pareca que a todos les daba por la religin. De modo que pens que encontrara mis respuestas siendo religioso; as es que comenc a asistir a la iglesia. Me met completamente en la iglesia. Iba a las actividades de la iglesia por la maana, por la tarde y por la noche. Pero creo que eleg la iglesia equivocada, porque me sent peor dentro de la iglesia que afuera de ella. Casi la nica cosa que saqu de mi experiencia reli- giosa fueron 75 centavos por semana: yo pona 25 centavos en el plato de la ofrenda y sacaba un dlar, para comprarme una leche con chocolate! Crec en una granja en Michigan; la mayora de los campesinos son muy prcti- coso Mi pap, que era un campesino, me ense: "Si algo no sirve, btalo". De modo que yo bot la religin. Luego pens que la educacin poda tener la respuesta para mi bsqueda de felicidad y significado para la vida. De modo que me matricul en la universidad. Qu desilusin! Probablemente yo he estado en ms universi- dades en mi vida que ningn otro en la histo- ria. Usted puede encontrar muchas cosas en la universidad, pero matricularse en ellas para encontrar la verdad y el significado para la vida es virtualmente una causa perdida. Estoy seguro de que yo era por mucho el estudiante ms impopular con los profesores en la primera universidad en la que me matricul. Acostumbraba importunar a los profesores en sus oficinas buscando las res- puestas a mis preguntas. Cuando me vean venir apagaban las luces, corran las cortinas y cerraban la puerta, de modo que no tuvie- ran que hablar conmigo. Pronto comprend que la universidad no tena las respuestas que yo estaba buscando. Los profesores y mis compaeros estudiantes tenan tantos pro- blemas, frustraciones y preguntas sin respon- der acerca de la vida como yo tena. Hace unos pocos aos vi a un estudiante caminan- do por los terrenos de la universidad. En su 21. xxiv NUEVA EVIDENCIA QUE DEMANDA UN VEREDICTO espalda llevaba un carte!: "No me siga, estoy perdido". As es como me pareca a m que estaban todos en la universidad. La edu- cacin no era la respuesta! Decid que lo que funcionara sera e! prestigio. Me pareci que lo adecuado era encontrar una causa noble, dedicarme a ella y llegar a ser famoso. Las personas con ms prestigio en la universidad, y quienes mane- jaban e! dinero, eran los lderes estudiantiles. De modo que me postul para diversos puestos estudiantiles, y me eligieron. Era algo grande conocer a todos en la universidad, tomar decisiones importantes y gastar e! dinero de la universidad haciendo lo que yo quera. Pero e! entusiasmo pronto se des- vaneci, as como haba ocurrido con cada cosa que yo haba intentado. Cada lunes por la maana me despertaba con un dolor de cabeza ocasionado por cmo haba pasado la noche anterior. Mi actitud era: Aqu vamos, otros cinco das aburridos. La felicidad para m se concentraba en las tres noches de parranda: viernes, sbado y do- mingo. Luego todo e! ciclo comenzara nue- vamente. Me senta frustrado, aun desespera- do. Mi meta era encontrar mi identidad y propsito en la vida. Pero todo lo que pro- baba me dejaba vaco y sin respuestas. Fue por esa poca que not a un grupo pequeo de gente en la universidad -ocho estudiantes y dos profesores-, y haba algo diferente en ellos. Pareca que saban a dnde iban en la vida. Ellos tenan una cualidad que yo admiraba profundamente en la gente: conviccin. Me gustaba estar en medio de personas con conviccin, aun si esas convic- ciones no coincidan con las mas. Hay cier- ta dinmica en las vidas de las personas con convicciones profundas, y me gustaba esa dinmica. Pero haba algo ms en cuanto a este grupo que me llamaba la atencin. Era amor. Estos estudiantes y profesores no slo se ama- ban entre ellos; se interesaban por la gente fuera de su grupo. Ellos no solamente habla- ban acerca de! amor; estaban involucrados en amar a otros. Era algo totalmente extrao para m, y yo lo quera. De manera que deci- d hacerme amigo de este grupo de gente. Unas dos semanas ms tarde, yo estaba sentado a la mesa en el centro de estudiantes hablando con algunos miembros de este gru- po. La conversacin pronto deriv al tema de Dios. Yo estaba bastante inseguro en cuanto a ese tema, de modo que prepar una buena fachada para cubrirme. Me sent cmoda- mente en mi silla, actuando como si no pudiera importarme menos. "Cristianismo, ja!", me jact. "Eso es para los debiluchos, no para los intelectuales". Muy en el fondo, yo realmente quera lo que ellos tenan. Pero con mi orgullo y mi posicin en la universi- dad, no quera que ellos supieran que yo quera lo que ellos tenan. Luego me dirig a una de las muchachas en el grupo y le dije: "Dime, qu es lo que les cambi la vida? Por qu son ustedes tan diferentes de los otros estudiantes y profesores?". Ella me mir directamente a los ojos y dijo una palabra que yo nunca esperaba escuchar en una discusin inteligente en una universidad: "Jesucristo". "Jesucristo?", dije bruscamente. "No me vengas con esa clase de basura. Estoy harto de la religin, la Biblia y la iglesia". Ella replic rpidamente: "Seor, yo no dije 'religin'; dije 'Jesucristo"'. Desconcertado por la valenta y la con- viccin de la muchacha, ped perdn por mi actitud. "Pero estoy enfermo y cansado de la religin y de los religiosos", agregu. "No quiero saber nada de todo ello". Luego, mis nuevos amigos me presen- taron un desafo que yo no poda creer. Me desafiaron a m, un estudiante de leyes, a examinar intelectualmente las afirmaciones de que Jess es el Hijo de Dios. Yo pens que se trataba de un chiste. Estos creyentes eran tan tontos. Cmo era posible que algo tan 22. L CAMBI MI VIDA xxv endeble como el cristianismo pudiera aguan- tar un examen intelectual? Me burl del de- safo de ellos. Pero ellos no se detuvieron. Continuaron desafindome da tras da, y finalmente me acorralaron. Yo estaba tan irritado por la insistencia de ellos que finalmente acept el desafo, no para probar nada sino para refu- tarlos. Decid escribir un libro en el cual hara una burla intelectual del cristianismo. Dej la universidad y viaj por todos los Estados Unidos de Amrica y Europa, a fin de juntar las evidencias para probar que el cristianismo era un engao. Cierto da, mientras estaba sentado en una biblioteca en Londres, Inglaterra, es- cuch una voz dentro de m que me deca: "Josh, no tienes una buena base donde apo- yarte". Inmediatamente suprim esa voz. Pero cada da despus de aquel escuch la misma voz interior. Mientras ms investigaba, ms escuchaba esa voz. Regres a los Estados Uni- dos de Amrica y a la universidad, pero no poda dormir por las noches. Me acostaba a las diez de la noche y permaneca despierto hasta las cuatro de la maana, tratando de refutar la evidencia abrumadora que estaba acumulando de que Jess era el Hijo de Dios. Comenc a advertir que estaba siendo intelectualmente deshonesro. Mi mente me deca que las afirmaciones de Jess eran indudablemente ciertas, pero mi voluntad estaba siendo empujada en otra direccin. Yo haba puesto demasiado nfasis en encontrar la verdad, pero no estaba dispuesto a seguirla una vez que la haba encontrado. Comenc a escuchar el desafo personal de Cristo a mi vida en Apocalipsis 3:20: "He aqu, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entrar a l y cenar con l, y l conmigo". Pero convertirme en un cris- tiano me pareca la destruccin de mi ego. No poda pensar en una manera ms rpida de arruinar toda mi diversin. Yo saba que tena que resolver este con- flicto interno porque me estaba volviendo loco. Siempre me haba considerado como una persona de mente abierta, de modo que decid poner las afirmaciones de Cristo bajo la prueba suprema. Cierta noche en mi casa en Union City, Michigan, al final de mi segundo ao en la universidad, me convert en un cristiano. Alguien puede preguntar: "Cmo sabes que te convertiste en un cris- tiano?". Pues yo estaba all! Estaba a solas con un amigo creyente y oramos por los cua- tro asuntos que establecieron mi relacin con Dios. Primero, yo dije: "Seor Jess, te agra- dezco por tu muerte en la cruz por m". Comprend que si yo hubiera sido la nica persona sobre la tierra, Cristo hubiera muerto por m. Usted puede pensar que lo que me llev a Cristo fue la evidencia intelectual irrefutable. No, la evidencia fue slo la ma- nera en que Dios entr a travs de la puerta en mi vida. Lo que me llev a Cristo fue la comprensin de que l me amaba lo sufi- ciente como para morir por m. Segundo, yo dije: "Confieso que soy un pecador". Nadie tena que decirme eso. Yo saba que haba cosas en mi vida que no eran compatibles con un Dios justo y santo. La Biblia dice: "Si confesamos nuestros pecados, l es fiel y justo para perdonar nuestros peca- dos y limpiarnos de toda maldad" (1 Jn. 1:9). Tercero, yo dije: "Ahora, en la mejor manera que conozco, abro la puerta de mi vida y pongo mi confianza en ti como Salvador y Seor.Toma el control de mi vida. Cmbiame desde adentro hacia afuera. Haz de m la clase de persona que t queras que fuera cuando me creaste". La ltima cosa que or fue: "Te agradezco por venir a mi vida". Despus de orar, nada pas. No hubo rayos ni centellas. No me crecieron alas de ngel. Si algo pas fue que realmente me sent peor despus de orar, casi fsicamente enfermo. Yo estaba asustado de haber to- 23. xxvi NUEVA EVIDENCIA QUE DEMANDA UN VEREDICTO mado una decisin emocional de la cual ms tarde me lamentara en lo intelectual. Pero por sobre todo tema lo que diran mis ami- gos cuando se dieran cuenta de lo que yo haba hecho. Senta que haba llegado al extremo. Pero en los siguientes 18 meses toda mi vida cambi. Uno de los cambios ms grandes ocurri en la manera en que yo vea a las per- sonas. Mientras estudiaba en la universidad, yo haba planeado con detalle los prximos 25 aos de mi vida. Mi meta final haba sido la de convertirme en gobernador de Michigan. Pla- neaba cumplir mi meta usando a la gente para subir en la escalera del xito poltico; yo pen- saba que la gente estaba para ser usada. Pero despus de que puse mi confianza en Cristo, mi forma de pensar cambi. En lugar de usar a otros para servirme, yo quera ser usado para servir a otros. Un cambio dramtico en mi vi- da fue que me enfoqu en otros en lugar de enfocarme en m mismo. Otra rea en que comenc a cambiar fue mi mal carcter. Yo acostumbraba a perder el control si alguien simplemente me miraba mal. Todava tengo las heridas por casi matar a un hombre durante mi primer ao en la uni- versidad. Mi mal carcter estaba tan metido en m que yo no buscaba conscientemente cam- biarlo. Pero un da, al enfrentar una crisis que ordinariamente me hubiera descontrolado, descubr que mi mal carcter se haba ido. No soy perfecto en esta rea, pero este cambio en mi vida ha sido significativo y dramtico. Quiz el cambio ms significativo ha ocurrido en el rea del odio y la amargura. Crec lleno de odio, dirigido principalmente al hombre que yo odiaba ms que a ninguna otra persona sobre la faz de la tierra. Yo desprecia- ba todo aquello que ese hombre representaba. Recuerdo que cuando era un muchachito, mientras estaba acostado en mi cama por la noche, yo planeaba cmo matar a ese hombre sin que me atrapara la polica. Ese hombre era mi padre. Mientras yo creca, mi padre era el bo- rracho del pueblo. Raramente lo vea sobrio. Mis amigos en la escuela se burlaban de mi pap tirado en la cuneta del centro del pue- blo, ponindose en ridculo. Las burlas de ellos me heran profundamente, pero nunca dej que lo supieran. Yo me rea con ellos y guardaba mi dolor en secreto. A veces encontraba a mi mam en el granero, tirada en el estircol detrs de las vacas, en el lugar en que mi pap la haba gol- peado con una manguera hasta que ella no se pudiera levantar. Yo herva de odio y me prometa: "Cuando sea lo suficientemente fuerte voy a matarlo". Cuando pap estaba borracho y estaban por llegar visitas, yo lo agarraba por el cuello, lo arrastraba hasta el granero y all lo ataba. Luego estacionaba la camioneta de l detrs de un silo y les deca a todos que pap haba ido a una reunin, de manera que la familia no fuera avergonzada. Cuando ataba las manos y los pies de mi pap, pasaba parte de la soga alrededor de su cuello. Yo esperaba que l simplemente tratara de librarse de las sogas y se ahorcara en el proceso. Dos meses antes de graduarme de la escuela secundaria, entr a mi casa despus de una cita y escuch a mi mam que estaba sollozando. Corr hasta su cuarto, y ella se sent en la cama. Me dijo: "Hijo, tu padre me ha destrozado el corazn". Me rode con sus brazos y me acerc hacia ella. "He perdi- do la voluntad de vivir. Todo lo que quiero es vivir hasta tu graduacin, y luego me quiero morir". Dos meses despus me gradu, y al vier- nes siguiente mi mam muri. Creo que ella muri de un corazn quebrantado y yo odi a mi pap por aquello. Si no me hubiera ido de casa unos meses despus del funeral para comenzar en la universidad, yo podra ha- berlo matado. Pero despus de que tom la decisin de poner mi confianza en Jess como Salvador y 24. L CAMBI MI VIDA xxvii Seor, e! amor de Dios inund mi vida. l tom e! odio que tena por mi padre y lo trastorn por completo. Cinco meses des- pus de convertirme en un cristiano, yo esta- ba mirando fijamente a los ojos a mi pap y le deca: "Pap, te amo". Yo no quera amar a ese hombre, pero lo hice. El amor de Dios haba cambiado mi corazn. Despus que me cambi a la Universidad Wheaton, tuve un serio accidente con mi automvil, siendo vctima de un conductor borracho. Desde e! hospital me trasladaron a casa para completar mi recuperacin. Mi pap vino a verme. Es de destacar que l esta- ba sobrio ese da. Pareca intranquilo, cami- nando de aqu para all en mi cuarto. Luego dijo abruptamente: "Cmo puedes amar a un padre como yo?". Le dije: "Pap, hace seis meses yo te odia- ba, te despreciaba. Pero he puesto mi con- fianza en Jesucristo, he recibido e! perdn de Dios, y l ha cambiado mi vida. Pap, yo no puedo explicarlo todo. Pero Dios ha quitado mi odio por ti y lo ha reemplazado con amor". Estuvimos hablando como por una hora, y luego l me dijo: "Hijo, si Dios puede hacer en mi vida lo que he visto que ha hecho en la tuya, entonces yo tambin quiero darle la oportunidad de hacerlo en m". Luego l or: "Dios, si t eres realmente Dios y Jess muri en la cruz para perdonarme por lo que he hecho a mi familia, yo te necesito. Si Jess puede hacer en mi vida lo que he visto que hizo en la vida de mi hijo, entonces quiero confiar en l como mi Salvador y Seor". Or a mi pap pronunciar esta oracin de corazn fue una de las alegras ms grandes de mi vida. Despus de que confi en Cristo mi vida fue bsicamente cambiada entre los prximos 6 y 18 meses. Pero la vida de mi pap fue cambiada directamente frente a mis ojos. Fue como si alguien estirara e! brazo y encendiera una luz dentro de l. Despus de su conver- sin toc e! alcohol una sola vez. Llev e! vaso slo hasta sus labios y eso fue todo, despus de 40 aos como bebedor! l no necesitaba e! alcohol nunca ms. Muri 14 meses despus por las complicaciones de! alcoholismo. Pero en ese perodo de 14 meses ms de 100 personas en la zona alrededor de! pequeo pueblo donde me cri entregaron sus vidas a Jesucristo debido al cambio que vieron en e! borracho de! pueblo, mi pap. Usted puede rerse de! cristianismo. Puede burlarse y ridiculizarlo. Pero da resultado. Si usted confia en Cristo, comience a observar sus actitudes y acciones: la tarea de Jesucristo es cambiar vidas. El cristianismo no es algo para que usted lo trague o sea forzado a aceptarlo. Usted tiene su vida y yo tengo la ma. Todo lo que yo puedo hacer es decirle lo que he aprendido y experimentado. Despus de eso, lo que usted haga con respecto a Cristo es su decisin. Quiz la oracin que yo pronunci le ayudar: "Seor Jess, te necesito. Gracias por morir en la cruz por m. Perdname y lmpiame. En este momento confo en ti como mi Salvador y Seor. Haz de m la clase de persona que t queras que fuera cuando me creaste. En e! nombre de Cristo, amn". Josh McDowell 25. Introduccin UN VISTAZO Al CAPTULO Una razn para todos Apologa o defensa El cristianismo es una fe que se basa en hechos La mejor defensa es una buena ofensa Aclarar la niebla Malentendido 1: La fe ciega Malentendido 2: Simplemente sea sincero Malentendido 3: La Biblia est llena de mitos Malentendido 4: No se puede conoc~r al Jess de la historia UNA RAZN PARA TODOS "Ms bien, santificad en vuestros corazones a Cristo como Seor y estad siempre listos para responder a todo el que os pida razn de la esperanza que hay en vosotros, pero haced- lo con mansedumbre y reverencia" (1 Pedo 3:15). 1. Apologa o defensa Nueva evidencia que demanda un veredicto es un libro que presenta evidencias para validar la fe cristiana. Es un libro de apologtica. La palabra apologtica significa dar una defensa de lo que uno cree que es verdad. Malentendido 5: Los creyentes comprensivos deben aceptar otros~~foques religiosos Malentendido 6: "Yo tengo un problema intelectual" Mundos en confticto El mundo posmoderno El mundo mstico oriental El mundo ateo El mundo agnstico El mundo cientfico Conclusin La palabra "defensa" (gr. apologia) seala "una defensa de conducta y procedimiento". Wilbur Smith lo expresa as: "Una defensa verbal, un discurso en defensa de lo que uno ha hecho o de la verdad que uno cree" (1123/45, 481). Apologia (defensa o apologa en espaol) se usaba principalmente en la antigedad "pero no transmita la idea de excusa, miti- gacin o de enmendar algn dao" (108/48). Apologa, traducida casi siempre por la palabra espaola "defensa", se usa ocho veces en el Nuevo Testamento (incluyendo la ya citada en 1 Pedro 3:15). 26. xxx NUEVA EVIDENCIA QUE DEMANDA UN VEREDIcrO Hechos 22:1: "Hermanos y padres, od ahora mi defensa ante vosotros". Hechos 25:16: "A ellos les respond que no es costumbre de los romanos entregar a ningn hombre antes que el acusado tenga presentes a sus acusadores y tenga oportu- nidad de hacer su defensa contra la acu- sacin". 1 Corintios 9:3: "Esta es mi defensa con- tra cuantos me cuestionan:...". 2 Corintios 7:11: "Pues he aqu, el mismo hecho de que hayis sido entristecidos segn Dios, cunta diligencia ha producido en vo- sotros! Qu disculpas [apologa], qu indig- nacin, qu temor, qu ansiedad, qu celo y qu vindicacin! En todo os habis mostrado limpios en el asunto". Filipenses 1:7: "Tanto en mis prisiones como en la defensa y confirmacin del evan- gelio, sois todos vosotros participantes con- migo de la gracia". Filipenses 1:16: "Estos ltimos lo hacen por aillor, sabiendo que he sido puesto para la defensa del evangelio". 2 Timoteo 4:16: "En mi primera defensa nadie estuvo de mi parte. Ms bien, todos me desampararon. No se les tome en cuenta". La manera en que se usa apologa en 1 Pe- dro 3:15 denota la clase de defensa que uno hara en un procedimiento legal ante la pre- gunta: "Por qu eres un cristiano?". El creyente tiene la responsabilidad de dar una respuesta adecuada a esta pregunta. Paul Little cita a John Stott, quien dijo: "No podemos corromper la arrogancia inte- lectual de un hombre, pero debemos satisfa- cer su integridad intelectual" (751/28). Beattie concluye en que "el cristianismo es para la humanidad TODO o NADA Es la mayor certeza o el delirio ms grande... Pero si . el cristianismo es TODO para la humanidad, es importante que cada persona sea capaz de dar una buena razn para la esperanza. que est en ella en cuanto a las verdades eternas de la fe crIstiana. El aceptar esas verdades sin razo- narlas, o recibirlas simplemente con base en a la autoridad, no es suficiente para una fe esta- ble e inteligente" (108/37,38). La tesis bsica para la "apologtica" en estas notas es: "Hay un Dios infinito, lleno de sabidura, todopoderoso y lleno de amor, el cual se ha revelado por medios naturales y sobrenaturales en la creacin, en la naturaleza del ser humano, en la historia de Israel y de la iglesia, en las pginas de las Sagradas Es- crituras, en la encarnacin de Dios en Cristo, y en el corazn del creyente por medio del evangelio" (1002/33). 2. El cristianismo es una fe que se basa en hechos El cristianismo apela a la historia. Se interesa en los hechos de la historia que son clara- mente identificables y que estn a disposi- cin de todos. J. N. D. Anderson registra el comentario de D. E. Jenkins: "El cristianismo est basa- do sobre hechos indisputables" (47/10). Clark Pinnock define esta clase de hechos: "Los hechos que respaldan el reclamo cristiano no son una clase especial de hechos religiosos. Son los hechos cognitivos e informativos sobre los cuales se basan todas las decisiones histri- cas, legales y ordinarias" (980/6,7). Lucas, el historiador cristiano del primer siglo, demuestra esta verdad en su Evangelio y en Los Hechos de los Apstoles. Lucas dijo que procuraba brindar un relato ordenado y cierto "acerca de las cosas que han sido ciertsimas entre nosotros, as como nos las transmitieron los que desde el principio fue- ron testigos oculares y ministros de la palabra" (Luc. 1:1,2). Entre estos eventos histricos y conocibles, estaba la resurreccin de Jesu- cristo; Lucas afirma que ese hecho fue valida- do por Jess mismo "con muchas pruebas convincentes" en un perodo de ms de 40 27. INTRODUCCI6N xxxi das delante de muchos testigos (Hech. 1:3). Uno de los propsitos de estas "notas sobre evidencias cristianas" es presentar algu- nos de esos "hechos indisputables" y determi- nar si la interpretacin cristiana de los mis- mos es ciertamente la ms lgica. El objetivo de la apologtica no es convencer inconscien- temente a una persona, o contra su voluntad, para que se convierta en cristiana. El objeti- vo, como lo afirma Clark Pinnock, "es procu- rar acumular la evidencia en favor del evan- gelio cristiano delante de las personas en una forma inteligente, de modo que ellos puedan tomar una decisin significativa bajo el poder de conviccin del Espritu Santo. El corazn no puede deleitarse en lo que la mente re- chaza como falso" (980/3). 3. La mejor defensa es una buena ofensiva Escrib una monografa titulada "La mejor defensa del cristianismo" para un curso de apologtica filosfica en una escuela de pos- grado. Una y otra vez me encontr poster- gndolo y evitando escribirla; no era porque no tuviera el material sino porque, de acuer- do con mi manera de pensar, crea estar en contra de lo que el profesor esperaba (basado en las pginas de apuntes de su clase). Finalmente, decid expresar mis convic- ciones. Comenc mi monografa con la frase: "Algunos dicen que la mejor ofensiva es una buena defensa, pero yo digo que la mejor defensa es una buena ofensiva". Expliqu lue- go que yo crea que la mejor defensa del cris- tianismo es "una presentacin clara y simple de las afirmaciones de Cristo y de quin es l, en el poder del Espritu Santo". Luego escrib las "Cuatro leyes espirituales" y registr mi tes- timonio de cmo, el 19 de diciembre de 1959, a las ocho y media de la noche, durante mi segundo ao en la universidad, yo deposit mi confianza en Cristo como Salvador y Seor. Conclu la monografa con una presentacin de la evidencia para la resurreccin. El profesor debe haber examinado la monografa con mucho trabajo. Sin embargo, debe haber estado de acuerdo, porque me dio una nota de 96 (sobre 100 puntos posibles). William Tyndale estaba en lo cierto al decir que "un muchacho detrs del arado con la Biblia conocera ms de Dios que el hom- bre de iglesia ms erudito que la ignorara". En otras palabras, un muchacho campesino de Arkansas que comparta el evangelio puede ser ms efectivo a largo alcance que un eru- dito de Harvard con sus argumentos intelec- tuales. Cuando se usa la apologtica hay que tener cuidado de una cosa: Dios es el que salva, no la apologtica. Por otro lado, Dios frecuentemente usa la apologtica, o las evi- dencias, para ayudar a quitar los obstculos que levanta mucha gente en cuanto a la fe, y tambin para mostrar que la fe en Cristo es razonable. Benjamin Warfield, el gran telo- go y apologista de Princeton, afirm: Ciertamente, no est en el poder de todas las demostraciones en el mundo el hacer que una persona sea creyente. Pablo pue- de plantar y Apolos regar; pero es slo Dios el que da el crecimiento... De esto no es una consecuencia que la fe que Dios da es irracional, esto es, una fe sin una base en el correcto razonamiento... Creemos en Cristo porque es racional creer en l, no porque sea irracional... No estamos absurdamente argumentando que la apologtica tiene en s misma el poder de convertir a una persona en cris- tiana, o que conquiste el mundo para Cristo. Slo el Espritu de vida puede comunicar vida a un alma muerta, o puede convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio. Pero estamos argu- mentando que la fe es, as como todas sus manifestaciones, una forma de convic- cin, y est, por ello, necesariamente en- raizada en la evidencia (1267/24, 25). 28. xxxii N UEVA EVIDENCIA QUE DEMANDA UN VEREDICTO No estamos absurdamente argumen- tando que la apologtica tiene en s misma el poder de convertir a una persona en cristiana" o que conquiste el mundo para Cristo. Slo el Espritu de vida puede co municarvidaa un alma muerta,? puede convencer al mundo de pecado,.deJusticia y de juicio. Pero estamos argumentando que la fe es, as como todas suS manifestal ciones, una forma de.convicCin, y E!sti por ello, necesariamente efrai:zadaef,ta evidencia. "". -BENJAMIN WARflEl.D UNIVERSIDAD DE PRIN.CETON Hebreos 4:12: "Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y ms penetrante que toda espada de dos filos. Penetra hasta partir el alma y el espritu, las coyunturas y los tu- tanos, y discierne los pensamientos y las in- tenciones del corazn". Necesitamos un balance entre las dos ra- mificaciones mencionadas antes. Debemos predicar el evangelio, pero tambin debemos estar "siempre listos para responder a todo el que... pida razn de la esperanza que hay en [nosotros]". El Espritu Santo convencer a los hom- bres y a las mujeres de la verdad; no es nece- sario que a uno lo golpeen en la cabeza con ella. "Entonces escuchaba cierta mujer llama- da Lidia, cuyo corazn abri el Seor para que estuviese atenta a lo que Pablo deca. Era vendedora de prpura de la ciudad de Tia- tira, y temerosa de Dios" (Hech. 16:14). Pinnock, un testigo en favor de Cristo y destacado apologista, concluye apropiada- mente: "Un creyente inteligente debe poder sealar las fallas en la posicin no cristiana, y presentar los hechos y argumentos que ha- blan en favor del evangelio. Si nuestra apo- logtica nos impide explicar el evangelio a alguna persona, es una apologtica inadecua- da" (980/7). ACLARAR LA NIEBLA Yo viv un tiempo en California. Ciertos das, en algunas ciudades de California la niebla (bueno, la contaminacin) era tan densa que uno no poda ver el auto que estaba delante de uno. Era peligroso conducir en esas condi- CIones. El punto es que si usted quiere realmente ver lo que est all debe quitar lo que est oscureciendo su vista. En el caso del cristia- nismo, mucha gente se acerca al mismo con una manera de pensar tan nublada que no pueden ver lo que realmente es. Antes de que vean las evidencias en favor de la fe cristiana necesitan librarse de algunos malentendidos. 1. Malentendido 1: "La fe ciega" Una acusacin ms o menos comn, dirigida agudamente contra el creyente, frecuente- mente dice algo as: "Ustedes los creyentes son dignos de lstima! Todo lo que tienen es una 'fe ciega' ". Esto seguramente indicara que el acusador parece creer que para conver- tirse en cristiano uno tiene que cometer "sui- cidio intelectual". En lo personal, "mi corazn no se puede gozar en lo que mi mente rechaza" . Mi corazn y mi cabeza fueron creados para tra- bajar y creer juntos en armona. Cristo nos mand amar "al Seor tu Dios con todo tu corazn y con toda tu alma y con toda tu mente" (Mat. 22:37, cursivas agregadas). Cuando Jesucristo y los apstoles pidie- ron a una persona que ejerciera la fe, no era una "fe ciega" sino ms bien una "fe inte- ligente". El apstol Pablo dijo: "Yo s a quien he credo" (2 Tim. 1:12, cursivas agregadas). Jess dijo: "Conoceris [no ignoraris] la ver- dad, y la verdad os har libres" Ouan 8:32). La creencia de un individuo involucra "la mente, las emociones y la voluntad". Me gus- ta cmo lo dice F. R. Beattie: "El Espritu Santo no obra una fe ciega y sin fundamento en el corazn" (108/25). "La fe en el cristianismo", escribe con ra- 29. INTRODUCCION xxxiii zn Paul Litde, "est basada en la evidencia. Es una fe razonable. La fe en el sentido cris- tiano va ms all de la razn, pero no en con- tra de ella" (751/30). La fe es la seguridad del corazn en cuanto a la suficiencia de la evi- dencia. A menudo el creyente es acusado de dar un "salto ciego en la oscuridad". Esta idea frecuentemente se encuentra enraizada en Kierkegaard. Para m el cristianismo no fue un "salto ciego a la oscuridad" sino ms bien "un paso hacia la luz". Tom la evidencia que poda reunir y la puse en la balanza. La balanza se inclin en favor de Cristo como el Hijo de Dios, resucitado de los muertos. La evidencia se inclina hacia Cristo en forma tan abru- madora que cuando me convert en cristiano estaba "caminando hacia la luz" en lugar de "saltando hacia la oscuridad". Si yo hubiera ejercido una "fe ciega", ha- bra rechazado a Jesucristo y le hubiera dado la espalda a toda la evidencia. Cuidado! Yo no estoy diciendo que prob ms all de una sombra de dudas que Jess es el Hijo de Dios. Lo que hice fue investigar la evidencia y poner en la balanza los pro y los contra. Los resultados mostraron que Cristo debe ser quien l afirmaba ser, y que yo deba tomar una decisin, lo cual hice. La reaccin inmediata de muchos es: "Encontraste lo que queras encontrar". Ese no es el caso. Yo con- firmpor medio de la investigacin lo que quera refotar. Me prepar para desacreditar al cris- tianismo. Yo tena preferencias y prejuicios no en favor de Cristo, sino en contra de l. Hume dira que la evidencia histrica es invlida porque uno no puede establecer la "verdad absoluta". Yo no estaba buscando la verdad absoluta sino ms bien la "probabili- dad histrica". "Sin un criterio objetivo", dice John W Montgomery, "uno est perdiendo el hacer una eleccin significativa entre a prioris. La resurreccin brinda una base en la probabi- lidad histrica para poner a prueba la fe cris- tiana. Se concede que la base es slo una de probabilidad, no de certeza, pero la probabi- lidad es el nico terreno sobre el cual los seres humanos finitos pueden tomar cualquier decisin. Slo la lgica deductiva y la ma- temtica pura brindan 'certeza apodctica' y es as porque provienen de los axiomas for- males autoevidentes (p. ej., la tautologa, si A entonces A), que no incluyen hechos. En el momento en que entramos en el campo de los hechos, debemos depender de la proba- bilidad; esto puede ser desafortunado, pero es inevitable" (855/141). La fe cristiana es fe en Cristo. Su valor no ra- dica en e! que cree, sino en aque! en e! cual se cree; no en aque! que confa, sino en aque! en el cual se confa. En la conclusin de sus cuatro artculos en la revista His, John W Montgomery es- cribe, refirindose a la historia y al cristianis- mo, que l ha "tratado de mostrar que el peso de la probabilidad histrica descansa en el lado de la validez del reclamo de Jess de ser el Dios encarnado, el Salvador del hombre y el Juez venidero del mundo. Si la probabili- dad en efecto apoya estos reclamos (y real- mente podemos negarlo habiendo estudiado la evidencia?), entonces debemos actuar en favor de ellos" (853119). 2. Malentendido 2: "Simplemente sea sincero" La fe cristiana es una fe objetiva; por ello, debe tener un objeto. El concepto cristiano de una fe "salvadora" es una fe que establece la relacin de alguien con Jesucristo (el obje- to), y es diametralmente opuesta al uso "filo- sfico" promedio del trmino fe en el aula del da de hoy. No aceptamos el clich que dice: "No importa lo que t creas en tanto lo creas lo suficiente". Permtame ilustrar esto. Mantuve un de- bate con el director del Departamento de Filosofa de una universidad en el Medio 30. xxxiv NUEVA EVIDENCIA QUE DEMANDA UN VEREDICTO Oeste de los Estados Unidos de Amrica. Al responder a una pregunta, mencion la importancia de la resurreccin. En ese punto, mi adversario me interrumpi, y en una manera un poco sarcstica me dijo: "Vamos, McDowell, el asunto clave no es si la resu- rreccin ocurri o no; sino 'cree usted que ocurri?' ". Lo que me estaba sugiriendo (en realidad, lo afirmaba audazmente) es que mi creencia era lo ms importante. En forma inmediata le contest: "Seor, s importa lo que yo creo como cristiano, porque el valor de la fe cristiana no est en aquel que cree, sino en aquel en quien uno cree, en su obje- to". Continu diciendo que "si alguien puede demostrarme que Cristo no resucit de entre los muertos, yo no tendra un derecho que justificara mi fe cristiana" (ver 1 Coro 15:14). La fe cristiana es fe en Cristo. Su valor no radica en el que cree, sino en aquel en el cual se cree; no en aquel que confa, sino en aquel en el cual se confa. Inmediatamente despus de aquel deba- te, se me acerc un compaero musulmn. Luego de una conversacin muy edificante, me dijo con toda sinceridad: "Yo conozco a muchos musulmanes que tienen ms fe en Mahoma que la que algunos cristianos tienen en Cristo". Yo le dije: "Eso puede ser cierto, pero el cristiano es 'salvo'. Mira, no importa cunta fe t tienes, sino ms bien quin es el objeto de tu fe; eso es lo importante desde la perspectiva de la fe cristiana" . Frecuentemente oigo a estudiantes que dicen: "Algunos budistas son ms dedicados y tienen ms fe en Buda [muestran de esa forma un mal entendimiento del budismo1 que la que los cristianos tienen en Cristo". Yo slo puedo responder: "Puede ser as, pero el cristiano es salvo". Pablo dijo: "yo s a quin he credo". Esto explica por qu el evangelio cristiano se cen- tra en la persona de Jesucristo. John Warwick Montgomery escribi lo siguiente: "Si nuestro 'Cristo de la fe' se desva en lo ms mnimo del 'Jess histrico' de la Biblia, entonces perdemos tambin el genuino Cristo de la fe hasta la extensin de aquella desviacin. Como lo ha dicho Herbert Butterfield, uno de los historiadores cristianos ms importantes de nuestro tiem- po: 'Sera un error peligroso el imaginar que las caractersticas de una religin histrica seran mantenidas si el Cristo de los telogos estuviera divorciado del Jess de la historia' " (855/145). En otras palabras, debemos evitar la acti- tud que dice: "No me confunda con los hechos, mi posicin ya est tomada!". Para el creyente, los hechos histricos que se repor- tan en las Escrituras son esenciales. Esa es la razn por la cual el apstol Pablo dijo: "Y si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicacin; vana tambin es vuestra fe... y si Cristo no ha resucitado, vuestra fe es intil; todava estis en vuestros pecados" (1 Coro 15:14,17). 3. Malentendido 3: "La Biblia est llena de mitos" La acusacin de los crticos a veces es: "Hechos tales como el nacimiento virginal, la resu- rreccin y la ascensin, el que Jess convirtiera el agua en vino o caminara sobre el agua, real- mente no sucedieron. Fueron agregados para elevar a Jess a la posicin de una figura di- vina; si l realmente vivi, no fue ms que un mero mortal". Un profesor de una clase de literatura universal con el cual habl me hizo la pre- gunta: "Qu es lo que usted piensa de la mitologa griega?". Le respond con otra pre- gunta: "Quiere usted decir: si los hechos de la vida de Jess, la resurreccin, el nacimien- to virginal, etc., son simplemente mitos?". Su respuesta fue: "S". Le respond diciendo que hay una diferencia obvia entre los eventos registrados en la Biblia acerca de Cristo y las narraciones transmitidas en la mitologa grie- ga que parecen tener una vaga semejanza. Los 31. INTRODUCCIN relatos similares, tales como resurrecciones, de la mitologa griega no se aplicaban a indi- viduos reales de carne y hueso, sino a carac- teres no histricos, ficticios, mitolgicos. Sin embargo, al llegar al cristianismo, esos even- tos estaban unidos al histrico Jess de Na- zaret, a quien los escritores del Nuevo Tes- tamento conocan personalmente. El profe- sor respondi: "Tiene usted razn. Nunca me haba dado cuenta de ello hasta ahora". 3.1. Testigos oculares Los escritores del Nuevo Testamento esCfl- bieron desde una u otra perspectiva: como tes- tigos oculares de los hechos que describan o registraban el testimonio de los primeros tes- tigos de esos eventos. Su cercana personal a los eventos es clara a la luz de las afirmaciones que hicieron, tales como las siguientes: "Porque os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Seor Jesucristo, no siguiendo fbulas artifi- ciosas, sino porque fuimos testigos ocu- lares de su majestad" (2 Pedo 1:16). "Lo que era desde el principio, lo que hemos odo, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos tocante al Ver- bo de vida -la vida fue manifestada, y la hemos visto; y os testificamos y anun- ciamos la vida eterna que estaba con el Padre y nos fue manifestada-, lo que hemos visto y odo lo anunciamos tam- bin a vosotros, para que vosotros tam- bin tengis comunin con nosotros. Y nuestra comunin es con el Padre y con su Hijo Jesucristo" (1 Jn. 1:1-3). "Puesto que muchos han intentado poner en orden un relato acerca de las cosas que han sido ciertsimas entre no- sotros, as como nos las transmitieron los que desde el principio fueron testi- gos oculares y ministros de la palabra, me ha parecido bien tambin a m, des- pus de haberlo investigado todo con xxxv diligencia desde el comienzo, escribrte- las en orden, oh excelentsimo Tefilo" (Luc. 1:1-3). "En el primer relato escrib, oh Tefilo, acerca de todas las cosas que Jess co- menz a hacer y a ensear, hasta el da en que fue recibido arriba, despus de haber dado mandamientos por el Es- pritu Santo a los apstoles que haba escogido. A stos tambin se present vivo, despus de haber padecido, con muchas pruebas convincentes. Durante cuarenta das se haca visible a ellos y les hablaba acerca del remo de Dios" (Hech.1:1-3). "Luego apareci a ms de qUInIentos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven todava; y otros ya duermen. Lue- go apareci a Jacobo, y despus a todos los apstoles. Yal ltimo de todos, como a uno nacido fuera de tiempo, me apare- ci a m tambin" (1 Coro 15:6-8). "y nosotros somos testigos de todas las cosas que l hizo, tanto en la regin de Judea como en Jerusaln. A l le ma- taron colgndole sobre un madero, pero Dios le levant al tercer da e hizo que apareciera, no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios haba esco- gido de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con l despus que resucit de entre los muertos. l nos ha mandado a predicar al pueblo y a testi- ficar que l es el que Dios ha puesto como Juez de los vivos y de los muer- tos" (Hech. 10:39-42). ''A los ancianos entre vosotros les ex- horto, yo anciano tambin con ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y tambin participante de la gloria que ha de ser revelada" (1 Pedo 5:1). "Despus de decir esto, y mientras ellos le vean, l fue elevado; y una nube le reci- bi ocultndole de sus ojos" (Hech. 1:9). "El apstol Pedro proclam: 'Hombres 32. xxxvi NUEVA EVIDENCIA QUE DEMANDA UN VEREDICfO de Israel, od estas palabras: Jess de Nazaret fue hombre acreditado por Dios ante vosotros con hechos pode- rosos, maravillas y seales que Dios hizo por medio de l entre vosotros, como vosotros mismos sabis'" (Hech. 2:22). "Mientras l deca estas cosas en su defensa, Festo le dijo a gran voz: 'Ests loco, Pablo! Las muchas letras te vuel- ven loco!'. Pero Pablo dijo: 'No estoy loco, oh excelentsimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura. Pues el rey, delante de quien tambin hablo confiadamente, entiende de estas cosas. Porque estoy convencido de que nada de esto le es oculto, pues esto no ha ocurrido en algn rincn. Crees, oh rey Agripa, a los profetas? Yo s que crees!'. Entonces Agripa dijo a Pablo: 'Por poco me persuades a ser cristia- no!'" (Hech. 26:24-28). 3.2. S lo hiciste: sabas que... Los escritores del Nuevo Testamento apela- ron tambin al conocimiento de primera mano de sus lectores u oyentes en cuanto a los hechos y la evidencia acerca de la persona de Jesucristo. Los escritores no slo dijeron: "Nosotros vimos esto" u "Omos que", sino que volvieron la pelota al campo de sus crti- cos ms adversos y dijeron: "Ustedes tam- bin saben de estas cosas; ustedes las vieron y saben en cuanto a ellas". Uno tiene que ser cuidadoso cuando dice al que se le opone: "Usted tambin sabe esto", porque si no est muy seguro en cuanto a los detalles, sus cr- ticos con todo gusto y muy rpidamente expondrn su error. Pero esto es exactamente lo que hicieron los apstoles, y sus crticos no pudieron refutarlos. 3.3. La diferencia entre mito e historia Los escritores del Nuevo Testamento cono- cieron con certeza la diferencia entre mito, leyenda y realidad. S. Estborn, en Gripped by Christ (Asido por Cristo), cuenta acerca de un hombre lla- mado Anath Nath, quien estaba entregado al hinduismo. Nath "estudiaba tanto la Biblia como las Shastras. Haba dos temas bblicos en particular que ocupaban profundamente su mente: primero, la realidad de la encarnacin; y segundo, la expiacin por el pecado huma- no. l buscaba armonizar estas doctrinas con las escrituras del hinduismo. Encontr un pa- ralelo con el sacrificio de Cristo en Prajapati, el dios-creador de las vedas. l vio, tambin, una diferencia vital. Mientras el Prajapati de los vedas es un smbolo mitolgico, el cual ha sido aplicado a varias figuras, Jess de Nazaret es una persona histrica. 'Jess de Nazaret es el verdadero Prajapati', l afirm, 'el verdadero Salvador del mundo' " (349/43). J. B. Phillips, citado por E. M. Blaiklock, dice: " 'Yo he ledo, en griego y en latn, mu- chos mitos, pero no encuentro aqu el ms Si l [el crtico bblico] me dice que algo en un Evangelio es leyenda o cuento, yo quiero saber cuntas leyendas o cuentos ha ledo, cun bien est entrenado su pa- ladar para detectarlas por su sabor; no cuntos aos ha gastado en ese Evan- gelio. Lea los dilogos [en Juan]: aquel con la mujer samaritana junto al pozo, o aquel que sigue a la curacin del hombre que haba nacido ciego. Mire sus cuadros: Jess (si se me permite usar la palabra) garabateando con su dedo en el polvo; el inolvidable en de nux ["y ya era de noche"] (13:30)]. Toda mi vida he estado leyendo poemas, cuentos, literatura de ficcin, leyendas y mitos. Yo s cmo son. S que ninguno de ellos es como este. - C. S. Lewis PROFESOR DE LITERATURA MEDIEVAL Y DEL RENACIMIENTO, UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE AUTOR DE LAS CRNICAS DE NARNIA 33. INTRODUCCION xxxvii mnimo sabor a mito'. La mayora de los que conocen griego y latn, cualquiera que sea su actitud hacia las narraciones del Nuevo Testamento, coincidir con l" (133/47). C. S. Lewis es ciertamente un erudito de la literatura que estara de acuerdo en que las narraciones bblicas no son mitolgicas o le- gendarias. Al hacer un comentario acerca del Evangelio de Juan, Lewis ataca a los crticos que piensan que ese Evangelio no es histrico: Si l [el crtico bblico] me dice que algo en un Evangelio es leyenda o cuento, yo quiero saber cuntas leyendas o cuentos ha ledo, cun bien est entrenado su paladar para detectarlas por su sabor; no cuntos aos ha gastado en ese Evangelio... Lea los dilogos [en Juan]: aquel con la mujer samaritana jun- to al pozo, o aquel que sigue a la curacin del hombre que haba nacido ciego. Mire sus cua- dros: Jess (si se me permite usar la p'alabra) garabateando con su dedo en el polvo; el inolvidable en de nux ["y ya era de noche"] (13:30)]. Toda mi vida he estado leyendo poemas, cuentos, literatura de ficcin, leyen- das y mitos. Yo s cmo son. S que ninguno de ellos es como este (738/154, 155). 4. Malentendido 4: "No se puede conocer al Jess de la historia" "Si acaso uno fuera a estudiar histricamente la vida de Jess de Nazaret, se encontrara con un hombre muy importante, no con el Hijo de Dios". Algunas veces se lo dice de esta manera: "Siguiendo el enfoque 'histri- co moderno' uno nunca descubrira la resu- rreccin". Saben ustedes que eso es cierto? Perm- tanme explicar, antes de que salten a una conclusin. Para muchos en el da de hoy, el estudio de la historia est unido a las ideas de que Dios no existe, de que los milagros no son posibles, de que vivimos en un sistema cerrado y de que no existe lo sobrenatural. Con estos prejuicios o presuposiciones ellos comienzan su investigacin de la historia en forma "crtica, abierta y honesta". Cuando ellos estudian la vida de Cristo y leen acerca de sus milagros o de la resurreccin, llegan a la conclusin de que no haba milagros o re- surreccin porque nosotros sabemos (no histrica sino filosficamente) que Dios no existe, que vivimos en un sistema cerrado, que los milagros no son posibles y que no hay nada sobrenatural. Por lo tanto, esas cosas no pueden suceder. Lo que estas personas han hecho es que han descartado la resurreccin de Cristo aun antes de comenzar una investi- gacin histrica de la misma. Estas presuposiciones no son tanto pre- juicios histricos sino, ms bien, prejuicios filosficos. El acercamiento de ellos a la his- toria se basa en la "presuposicin raciona- lista" que dice que Cristo no podra haber resucitado de entre los muertos. En lugar de comenzar con los datos histricos ellos los excluyen por la "especulacin metafsica". John W Montgomery dice: "El hecho de la resurreccin no puede ser descartado sobre bases filosficas a priori. Los milagros son imposibles slo si uno los define de esa ma- nera; pero esa definicin descarta la investi- gacin histrica adecuada" (855/139-144). Cito a Montgomery con amplitud sobre este asunto porque l ha estimulado mi pen- samiento en cuanto a la historia. l dice: "Kant mostr en forma concluyente que todos los argumentos y sistemas comienzan con presuposiciones; pero esto no quiere de- cir que todas las presuposiciones son igual- mente deseables. Como lo hemos hecho no- sotros, es mejor comenzar con presuposi- ciones de mtodo (las cuales producirn la verdad) ms bien que con presuposiciones de contenido sustantivo (las cuales asumen que ya existe un cuerpo de verdad). En nuestro mundo moderno hemos hallado que las pre- suposiciones de mtodo emprico son las que cumplen mejor esta condicin. Sin embargo, note que estamos operando solamente con las 34. xxxviii NUEVA EVIDENCIA QUE DEMANDA UN VEREDICTO presuposiciones del mtodo cientfico, no con las presuposiciones racionalistas del cientifi- cismo ('la religin de la ciencia')" (855/144). Montgomery cita los comentarios de Hui- zenga en cuanto al escepticismo histrico ("De Historische Idee", en su Verzamelde Wrken, VII [Haarlem, 1950], 134 ss.: citado en traduccin en Fritz Stern red], The Varieties ofHistory [New York: Meridian Books, 1956], p. 302). Huizenga dice: El argumento ms fuerte en contra del escep- ticismo histrico... es este: la persona que duda acerca de la posibilidad de la correcta evidencia y tradicin histricas no puede luego aceptar su propia evidencia, juicio, combinacin e interpretacin. l no puede limitar su duda a su crtica histrica, sino que debe dejar que opere en su propia vida. Descubre en seguida que no slo le falta evi- dencia conclusiva en rodos los aspectos de su propia vida que haba dado por sentado, sino tambin que no hay evidencia de ninguna clase. En pocas palabras, l se encuentra forza- do a aceptar un escepticismo fIlosfIco gene- ral junto con su escepticismo histrico. El escepticismo ftlosfIco general es un lindo juego intelectual, pero uno no puede vivir por l (855/139, 140). Millar Burrows, de la Universidad Yale, experto estadounidense en los Rollos de! Mar Muerto, citado tambin por Montgomery, dice: Existe una clase de fe cristiana... con una re- presentacin fuerte en el da de hoy, que considera las afIrmaciones de la fe cristiana como declaraciones confesionales que el indi- viduo acepta como un miembro de la comu- nidad de creyentes, y que no dependen de la razn o de la evidencia. Los que sostienen esta posicin no admitirn que la investigacin histrica pueda tener algo que decir en cuan- to a la singularidad de Cristo. Ellos muchas veces son escpticos en cuanto a la posibilidad de conocer algo en cuanto al Jess histrico y parecen contentos con la falta de ese cono- cimiento. Yo no puedo compartir este punto de vista. Estoy profundamente convencido de que la revelacin histrica de Dios en Jess de Nazaret debe ser la piedra angular de cualquier creencia que es realmente cris- tiana. Cualquier interrogante histrico acer- ca del Jess real que vivi en Palestina hace diecinueve siglos es, por ello, fundamental- mente importante (853/15, 16). Montgomery agrega que los hechos histricos son "singulares, y la prueba de su carcter autntico puede ser slo e! acer- camiento documentario aceptado que hemos seguido aqu. Ningn historiador tiene e! derecho a un sistema cerrado de causalidad porque, como ha demostrado Max Black, profesor de lgica en la Universidad Cornell, en un ensayo ["Mode!s and Metaphors" (Ithaca: Cornell University Press, 1962), p. 16], e! mismo concepto de causa es 'una nocin peculiar, no sistemtica y errtica', y por lo tanto 'cualquier intento de afirmar una ley universal de causalidad probar ser intil' " (853/76). El historiador Ethe!bert Stauffer nos brinda algunas sugerencias para nuestro acercamiento a la historia: "Qu hacemos [como historiadores] cuando experimenta- mos sorpresas que van contra todas nuestras expectativas, quiz contra todas nuestras convicciones, y aun en contra de la comple- ta comprensin de la verdad en nuestra poca? Decimos como acostumbraba hacer- lo un gran historiador en circunstancias se- mejantes: 'Seguramente es posible'. Por qu no? Para el historiador crtico nada es imposible" (853/76). El historiador Philip Schaff agrega: "El propsito de! historiador no es construir una historia a partir de nociones preconcebidas y ajustarla a su propio gusto, sino reproducir- la a partir de la mejor evidencia y permitirle hablar por s misma" (10711175). Robert M. Horn nos ayuda a entender los 35. INTRODUCCION xxxix prejuicios de la gente al acercarse a la historia: Para decirlo de la manera ms obvia, una per- sona que niega la existencia de Dios no acep- tar creer en lo que dice la Biblia. Un musul- mn que est convencido de que Dios no puede engendrar, no aceptar como la Palabra de Dios un libro que ensea que Cristo es el Hijo unignito de Dios. Algunos creen que Dios no es personal, si- no ms bien la causa ltima, el Fundamento del Ser. Ellos estarn predispuestos a rechazar la Biblia como la autorrevelacin personal de Dios. La premisa de ellos es que la Biblia no puede ser la palabra personal de "YO SOY EL QUE SOY" (xo. 3:14). Hay otros que des- cartan lo sobrenatural. Ellos probablemente no creern en un libro que ensea que Cristo resucit de entre los muertos. Hay todava otros que afirman que Dios no puede comu- nicar su verdad sin que sea distorsionada a travs de seres humanos que son pecadores; por lo tanto ellos consideran que la Biblia es, por lo menos en parte, nada ms que un pro- ducto humano (483/10). Para m, una definicin bsica de la histo- ria es "un conocimiento del pasado basado en el testimonio". Alguno de inmediato dir: "No estoy de acuerdo". Entonces yo les pre- gunto: "Usted cree que Lincoln vivi y que fue presidente de los Estados Unidos de Am- rica?". "S", es la respuesta acostumbrada. Sin embargo, nadie con quien he hablado ha visto u observado personalmente a Lincoln. La nica manera en que alguien lo conoce es por testimonio: fsico, verbal y escrito. Cuidado: cuando usted brinda esta defi- nicin de la historia, tiene que determinar la confiabilidad de sus testigos, un tema que trataremos ms adelante en este libro. 5. Malentendido 5: "Los creyentes comprensivos deben aceptar otros enfoques religiosos" "Parece que ustedes los cristianos creen que su manera es la nica manera y que todos los otros enfoques estn equivocados. Cun intolerantes pueden ser ustedes? Por qu no pueden aceptar a otras personas y lo que ellas creen como tambin verdadero?". Estas crticas reflejan los enfoques de una nueva definicin de la palabra "tolerancia". El Diccionario de la Lengua Espaola define "to- lerancia" como "respeto o consideracin hacia las opiniones o prcticas de los dems, aunque sean diferentes a las nuestras". El apstol Pablo expres este concepto cuando dijo: "[el amor] todo lo soporta" (1 COI. 13:7). Pero en el da de hoy existe una nueva de- finicin de tolerancia que sistemticamente se ha introducido clandestinamente en la mente de todos. Como un ejemplo, Thomas A. Helmbock, vicepresidente ejecutivo de la fraternidad universitaria Lambda Chi Alpha, afirma: "La definicin de la nueva... toleran- cia es que las creencias individuales de cada persona, su estilo de vida y la percepcin de las diferentes verdades son iguales... Sus creencias y las mas son iguales, y toda verdad es relativa". Este malentendido asume que la verdad es inclusiva, que junta bajo sus alas afirma- ciones que se oponen la una a la otra. Sin embargo, el hecho es que toda verdad es exclusiva -por lo menos hasta cierto pun- to-, porque debe excluir como falso aquello que no es cierto. Por ejemplo, es cierto que Washington D.C.