NUEVA ESTRATEGIA DE INDUSTRIALIZACIÓN -...

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NUEVA EST RATEGIA DE INDUSTRIALIZACIÓN Análisis Estratégico para el Desarrollo Volumen 7 José Luis Calva Coordinador FlorBrown Mario Capdevielle María Elena Cardero óscar Fernando Contreras Enrique de la Garza Toledo Adrián de León Arias Mauricio de Maria y Campos Lilia Domínguez Enrique Dussel Peters Gabriela Dutrénit Beatriz García Castro Celso Garrido Gerardo Huber Bernal Alfonso Mercado García Isaac Minian Liniado Claudia Ortiz Pablo Sandoval Cabrera Verónica Vega tONSEJO NAtiONAL DE IJNIVERSITARIOS

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NUEVA ESTRATEGIA DE INDUSTRIALIZACIÓN

Análisis Estratégico

para el Desarrollo

Volumen 7

José Luis Calva Coordinador

FlorBrown

Mario Capdevielle

María Elena Cardero

óscar Fernando Contreras

Enrique de la Garza Toledo

Adrián de León Arias

Mauricio de Maria y Campos

Lilia Domínguez

Enrique Dussel Peters

Gabriela Dutrénit

Beatriz García Castro

Celso Garrido

Gerardo Huber Bernal

Alfonso Mercado García

Isaac Minian Liniado

Claudia Ortiz

Pablo Sandoval Cabrera

Verónica Vega

tONSEJO NAtiONAL DE IJNIVERSITARIOS

MUOS ~SARROLLO

PN), lvico Ahumada

), Norman Assuad

¡rcedes Barquet Mon­Eckart Boege (INAH),

Caballero (UIA) , Luis ~na Cardero (UNAM),

tstillo Esquer (USON),

llo (UNAM), Rodolfo

(UNAM),José Luis de .lESAS), Raúl Delgado

Campos (UIA), René

Estay (BUAP), Clau­

ESM), Daniel Flores

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G!úlJiménez Guillén ntes (UAS), Guadalu­

·eno (UNAM), Carlos

> Olvera (uv), Gerar­

UDG),Jaime Omelas

Jerto Patiño Manffer

AM),jaime Antonio

1el Quintana (UACJ), I.M), Ignacio Román

mza (UNAM), Beatriz ·ent (INIFAP),juan de

JDG), Gregario Vidal

(UDG), Graciela Ben­

M), Axel Didriksson Cruz (UACH), Arturo

•M), Alejandro N adal NAM), César Salazar

rge Witker (UNAM).

NUEVA ESTRATEGIA

DE INDUSTRIALIZACIÓN

José Luis Calva (coordinador)

Textos

Flor Brown,josé Luis Calva, Mario Capdevielle, María Elena Cardero, Óscar Fernando Contreras, Enrique de la Garza Toledo,

Adrián de León Arias, Mauricio de Maria y Campos,

Lilia Domínguez, Enrique Dussel Peters, Gabriela Dutrénit,

Beatriz García Castro, Celso Garrido, Gerardo Huber Bernal, Alfonso Mercado García, Isaac Minian Liniado, Claudia Ortiz,

Pablo Sandoval Cabrera, Verónica Vega

Instituciones de adscripción de los autores de este volumen

Casa abierta al tiempo

~ NO~~~

lB~

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CAliFORNIA

jUAN P ABLOS EDITOR

1 EL COLEGIO DE MÉXICO

CONSEJO NACIONAL DE UNIVERSITARIOS

MÉXICO, 2012

Los trabajos de investigación incluidos en este libro han sido arbitrados por pares académicos

ANÁLISIS ESTRATÉGICO PARA EL DESARROLLO

Volumen 7 Nueva estrategia de industrialización

José Luis Calva (coordinador) , Flor Brown,José Luis Calva, Mario Capdevielle, María Elena Cardero, Óscar Fernando Contreras, Enrique de la Garza Toledo , Adrián de León Arias, Mauricio de Maria y Campos, Lilia Domínguez, Enrique Dussel Peters, Gabriela Dutrénit, Beatriz García Castro, Celso Garrido , Gerardo Huber Bernal, Alfonso Mercado García, Isaac Minian Liniado, Claudia Ortiz, Pablo Sandoval Cabrera, Verónica Vega

Primera edición, 20 l2

D. R. © 2012,juan Pablos Editor, S.A. 2a. Cerrada de Belisario Domínguez 19, Col. del Carmen, Del. Coyoacán, México 04200, D.F. <[email protected]>

D.R. © 2012, Consejo Nacional de Universitarios para una Nueva Estrategia de Desarrollo Copilco 319, Planta Alta, Col. Copilco Universidad, Del. Coyoacán, México 04360, D.F. <www.consejonacionaldeuniversitarios.org.rnx>

Diseño de portada: Daniel Domínguez Michael

ISBN de la obra completa: 978-607-711-042-2

ISBN del volumen 7: 978-607-711-047-7

Impreso en México Reservados los derechos

Prólogo ]osé Luis Calva

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GLOBALIZACIÓ

PARA UNA NUEVA ESTR

Evolución de la globalización: ce de industrialización

Isaac Minian Liniado Una política industrial para Méx y del TLCAN

María Elena Cardero

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DIRECCION

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La manufactura en México: com para el corto, mediano y largo pl

Enrique Dussel Peters Espacios y lineamientos para un de crecimiento y productividad 1

Alfonso Mercado García Apertura comercial y política in< empresas en México: el salto pei

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POLÍTICAS DE INfl

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Políticas para el desarrollo prod desafío y oportunidad para la ec

Mario Capdevielle y Gabriela .

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·a de Desarrollo

ÍNDICE

Prólogo ]osé Luis Calva

PRIMERA SECCIÓN

GLOBAUZACIÓN Y ESPACIOS NACIONALES

PARA UNA NUEVA ESTRATEGIA DE INDUSTRIALIZACIÓN

Evolución de la globalización: contexto para una estrategia de industrialización

Isaac Minian Liniado Una política industrial para México en el marco de la OMC y del TLCAN

María Elena Cardero

SEGUNDA SECCIÓN

DIRECCIONES E INSTRUMENTOS DE UNA NUEVA POLÍTICA INDUSTRIAL

La manufactura en México: condiciones y propuestas para el corto, mediano y largo plazos

Enrique Dussel Peters Espacios y lineamientos para una nueva política de crecimiento y productividad en México

Alfonso Mercado García Apertura comercial y política industrial para las pequeñas empresas en México: el salto pendiente

Gerardo Huber Bemal

TERCERA SECCIÓN

POLÍTICAS DE INNOVACIÓN, PRODUCTIVIDAD Y COMPETITIVIDAD

Políticas para el desarrollo productivo y la innovación: desafío y oportunidad para la economía mexicana

Mario Capdevielle y Gabriela Dutrénit

[7]

9

25

65

79

116

131

153

8

Política industrial, competitividad y productividad: una relación necesaria para el desarrollo

Adrián de León Arias y Pablo Sandoval Cabrera

CUARTA SECCIÓN

INDUSTRIA MAQUILADORA

Y RETOS DE LA POLÍTICA INDUSTRIAL

El ocaso de las maquiladoras y los desafíos de la política industrial en México

áscar Fernando Contreras La manufactura y la maquila en crisis y en la crisis

Enrique de la Garza Toledo

QUINTA SECCIÓN

HACIA UNA NUEVA ESTRATEGIA DE INDUSTRIALIZACIÓN

Y DESARROLLO SOSTENIDO CON EQUIDAD

La industria manufacturera en su encrucijada: evolución en los últimos treinta años y algunas consideraciones de política para el futuro

Mauricio de Maria y Campos, Lilia Domínguez y Flor Brown

Fortalezas y debilidades para la reconstrucción de la economía nacional: el papel de las Pymes innovadoras

Celso Garrido, Beatriz García Castro, Claudia Ortiz y Verónica Vega

ÍNDICE

186

219

240

279

309

PJ

"Estudiar el pasado, para aprende Una historia exitosa de desarrollo durante casi medio siglo: el produ una robusta tasa de 6. 7% anual eJ mento acumulado de 2 105% du accionar de la mano invisible del n mexicana se sustentó en una ecor promovida por el Estado a travé! económica.

En primer lugar, políticas ma manejadas (con excepción de los : ta, cuando se perdió la mesura en J

como veremos adelante), las cual del PIB y del empleo. En segundo l, neral que incluyeron: formación infraestructura, integración de m la creación de la banca nacional d1 del sistema de banca comercial; de! a la prioridades de industrializad gislativo e institucional indispens: de los mercados. En tercer lugar, p sar el desarrollo de sectores y ram mediante paquetes de instrument ladón del comercio exterior, otor: actividades prioritarias (a través d banca comercial mediante cajone. tasas de interés preferenciales fija1 estímulos a industrias nuevas y ne

LA MANUFACTURA Y LA MAQUILA EN CRISIS Y EN LA CRISIS

ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO*

Quedaron lejos los días de la industrialización por sustitución de importa­ciones, que caracterizó todo un periodo de desarrollo (1936-1982), en el cual la incipiente industrialización lograda durante el Porfiriato entre 1880 y 1910 tuvo un nuevo repunte, coherente con concepciones de política económica que ponían el acento en la intervención estatal en la economía, especialmente en la industrialización del país, que era vista como sinónimo de modernización. De esta forma, el Estado protegió a la industria nacional volcada hacia el mercado interno, que producía sobre todo bienes de consu­mo, a través de barreras diversas a la importación de productos que hubie­ran competido con los nacionales. Por otro lado, la política de control de precios agrícolas también favoreció al sector industrial al garantizarle pre­cios bajos de materias primas y de bienes de consumo para los trabajadores; el gasto del gobierno se convirtió en una palanca importante de la demanda de productos industriales para surtir de insumos a las grandes obras de in­fraestructura, al consumo corriente del sector público y a las empresas paraestatales; estas empresas fueron eje del desarrollo, al nacionalizar o es­tatizar el gobierno sectores claves de la economía, que a su vez impulsaban con su gasto e inversión la producción en el sector privado; finalmente, el con­sumo de la capa alta del proletariado también se convirtió en palanca de la demanda de bienes industriales de consumo (De la Garza, 1988), que en ge­neral no vio mejorar sus condiciones de vida hasta 1976, por la vía de in­crementos salariales positivos y de prestaciones contenidas en los contratos colectivos o a través de la seguridad social. Ya en este periodo, la industria fue un sector clave de la acumulación del capital, aunque en términos de exportaciones era superado por el sector agropecuario, el petrolero y el mi­nero. Esta situación cambió sustancialmente a partir de los años ochenta del siglo xx.

*Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa.

[240]

LA MANUFACTURA Y LA MAQUIL

LA GRAN TRANSFORMACIÓN 1

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~ CRISIS Y EN LA CRISIS 1

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LA MANUFACTURA Y LA MAQUILA EN CRISIS Y EN LA CRISIS 241

LA GRAN TRANSFORMACIÓN DE LOS AÑOS OCHENTA

El modelo económico de sustitución de importaciones llegó a su límite hacia la segunda mitad de los años setenta. Como modelo de inspiración keynesiana, llevaba implícita la posibilidad del incremento del déficit fiscal, las empresas paraestatales ofrecían precios hatos en sus bienes y servicios para apoyar la acumulación del capital privado y aceitar el pacto corporativo con los sindicatos y los trabajadores. El gasto estatal tendió a ser deficita­rio ante la inconveniencia, de acuerdo con la lógica del Estado interventor y benefactor, de subsidiar a la industria y al consumo popular y, a la vez, recuperar a través del sistema impositivo los gastos, de tal forma que se re­currió cada vez más al recurso de la deuda externa para financiar el déficit público. La elevación de las tasas de interés internacionales al inicio de la década de los ochenta llevó a la moratoria de la deuda y al inicio de la re­estructuración del viejo modelo de sustitución de importaciones.

El nuevo modelo económico se apoyó en la crisis del modelo anterior, pero también en un cambio de perspectiva en los sectores dominantes en el nivel internacional, que desde finales de los setenta ya habían dado el viraje en Inglaterra y en Estados Unidos. Estas fuerzas internacionales conjuga­das, gobiernos de los países centrales, Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional, postularon los principios del nuevo modelo económico mundial en el llamado Consenso de Washington. Las presiones hacia Méxi­co eran muy propicias para seguir estas directrices, desde el momento en que se dependía de la capacidad de negociación con la banca privada y pública del exterior para solventar el problema de la deuda. En estas con­diciones, emergió una nueva clase política no comprometida con el mode­lo de la Revolución mexicana, formada tecnocráticamente en la economía ortodoxa y que llegó al poder en 1982. Luego de pocos años de incertidum­bre, se construyeron los nuevos pilares del llamado modelo neoliberal. 1 En

1 Por "modelo neoliberal" entendemos una configuración de diversos niveles, que reemplazó al modelo de sustitución de importaciones, así como éste había sustituido en el pasado a otro más de corte liberal. El concepto de liberalismo es uno de los más importantes en la historia del pensamiento económico y político; en el primer sentido correspondió a los planteamientos de A. Smith en tanto pensar una intervención muy limitada del Estado en la economía; en lo político se vinculó con el cuestionamiento del derecho divino de lo reyes y el tránsito hacia la democracia representativa, la división de poderes y el concepto de ciudadanía política. Sin embargo, la crisis económica de 1929, más los conflictos sociales escenificados por la clase obrera presionaron hacia una gran transformación, la intervención del Estado en la economía para paliar el ciclo económico y el Estado social, que reconoció que la sociedad no estaba simplemente formada por individuos iguales en el mercado sino por clases sociales con intereses diferenciados que de manera "normal" podía entrar en conflicto. En México se tradujo en la aparición del derecho la­boral, del agrario y de la seguridad social, así como en el pacto corporativo entre organizaciones de las clases subalternas con el Estado. El concepto de neoliberalismo remite a su antepasado

242 ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

los años ochenta no toda la clase política coincidió con los cambios neoli­berales y en general tampoco los líderes sindicales, sin embargo, el régimen político estaba desde antes de tal manera articulado en la figura presidencial que no hubo la fuerza o la decisión para un cuestionamiento más enérgico (la ruptura se produjo con la corriente cardenistas, la más consecuente con la ideología de la Revolución mexicana que abandonó al PRI), de tal manera que hacia 1990 la clase política estaba ya inscrita en este proyecto de trans-• formación de la economía y del Estado: los opositores eran estigmatizados como emisarios del pasado (De la Garza, 1998).

En la década de los noventa las reformas neoliberales avanzaron a fondo. Excepto el sector eléctrico y la industria petrolera, todo el sector estatal in­dustrial, de servicios y agrícola fue privatizado. Se reformaron leyes impor­tantes, como la del servicio de energía eléctrica, que permitió la intervención del capital privado en la generación de electricidad; la del sistema de pensio­nes, que llevó a la individualización de las cuentas; la agraria, que privatizó los ejidos, y se firmó el TLC con Estados Unidos y Canadá, aunque quedó pen­diente la reforma laboral (Gereffi, Spencer y Bair, 2002).

Pero el nivel de la política económica se conjugó, no sin contradicciones, con otro más profundo en el nivel de los procesos productivos de empresas y sectores clave de la economía, la llamada "reestructuración productiva". Ésta se inició en México por decisión de grandes transnacionales que desde sus países de origen ya avizoraban un nuevo funcionamiento de la economía mundial que anticipaba a la globalización, en especial en la formación de cadenas productivas mundiales. Éstas fueron en primer lugar las transna­cionales de la industria automotriz terminal, que en México operaban desde hacía décadas dentro del esquema de sustitución de importaciones, es de­cir, como industrias protegidas dirigidas hacia el mercado interno. En esta medida, tenían diversas plantas en la zona central del país en donde estaba el mercado principal de sus productos. A inicios de los años ochenta, la Ford instaló las plantas de Hermosillo y de Chihuahua; la Chrysler y la General Motors, en Ramos Arizpe, Coahuila, y la Nissan posteriormente en Aguasca­lientes. Estas plantas funcionaron de manera diferente que las de las mismas empresas en el centro del país; con los años las antiguas plantas del centro fueron cerradas o reestructuradas de acuerdo con el nuevo modelo. Primero,

liberal del siglo XIX, pero en las nuevas condiciones es, decíamos, una configuración que com­prende una concepción sobre la sociedad reducida al mercado y del hombre como actor racional que decide individualmente la acción, guiado por el cálculo de la relación costo-beneficio; es una política económica de retirada del Estado de la inversión productiva, de desregulación y de apo­yo a la flexibilización del mercado de trabajo; es un tipo de reestructuración productiva centrada sobre todo en la flexibilidad y, en fin, un sentido común acerca de los efectos negativos en cuan­to a la eficiencia y la libertad del intervencionismo estatal (véase Enrique de la Garza, La forma­ción socioeconómica neo liberal, México, Plaza y ValdésluAM, 1998).

LA MANUFACTURA Y LAMA<

fueron pensadas como e petidos como el de Estad mundial en la que las p: países; tercero, se instala: de nuevas formas de org interna en la forma de p1 tratos colectivos flexiblE los trabajadores, pero cor del centro. El punto de: ción, en esos años ochen 1998). Este sector se hal del nuevo modelo inten pegue en producción, il jurídico de la maquila q puesto de importación) dos de libre comercio, pe crear empleo en la front1 tución de importacione~ protegida (Kopinak, 199' minal, que implicaba pro nal, el inicio de la maq1 tayloristas y fordistas de~ rutinario, medido, utiliz el mercado externo, lo q y calidad. Ya avanzada l ductiva avanzó hacia gr: titución de importaciom de tecnología de punta, dones, ésta tomó la forrr de las relaciones labora contratos colectivos de t relacionada con la priva: prácticamente a todas la~ medianas, en mayor o m tad de los noventa el mo otro en el que la flexibilic que todas las cláusulas dt esta razón el proceso con no sucedió lo mismo con teamientos acerca de la 1

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~RIQUE DE LA GARZA TOLEDO

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LA MANUFACTURA Y LA MAQUILA EN CRISIS Y EN LA CRISIS 243

fueron pensadas como eminentemente exportadoras hacia mercados com­petidos como el de Estados Unidos; segundo, formando una cadena de valor mundial en la que las partes por ensamblar podrían provenir de diversos países; tercero, se instalaron con tecnología moderna y con el uso extensivo de nuevas formas de organización del trabajo, que incluyen la flexibilidad interna en la forma de poli valencia y movilidad, principalmente, con con­tratos colectivos flexibles para dar a la gerencia6¡nás libertad en el uso de los trabajadores, pero con los mismos sindicatos corporativos que las plantas del centro. El punto de arranque paralelo fue el de la maquila de exporta­ción, en esos años ochenta muy concentrada en los estados del norte (Lara, 1998). Este sector se había establecido desde los sesenta, pero con el inicio del nuevo modelo internacional a inicios de los ochenta comenzó su des­pegue en producción, inversiones y empleo de trabajadores. El régimen jurídico de la maquila que permitía a las empresas inscritas evitar el im­puesto de importación y de exportación y aliVA se adelantaba a los trata­dos de libre comercio, pero en sus inicios fue un esquema preexistente para crear empleo en la frontera durante la vigencia plena del modelo de susti­tución de importaciones, que no fue diseñado para sustituir a la industria protegida (Kopinak, 1999). Pero, a diferencia de la industria automotriz ter­minal, que implicaba procesos sofisticados en lo técnico y en lo organizacio­nal, el inicio de la maquila fue de ensamble sencillo a través de formas tayloristas y fordistas de segmentación de tareas, con trabajo estandarizado, rutinario, medido, utilizando mano de obra no calificada, pero que buscó el mercado externo, lo que lo presionó en cuanto a costos, productividad y calidad. Ya avanzada la década de los ochenta, la reestructuración pro­ductiva avanzó hacia grandes empresas que venían del periodo de la sus­titución de importaciones, que en una minoría tomó la forma de adopción de tecnología de punta, pero en la mayoría, que emprendió reestructura­ciones, ésta tomó la forma organizacional, y sobre todo en la flexibilización de las relaciones laborales. Se iniciaba la etapa de flexibilización de los contratos colectivos de trabajo hacia finales de los ochenta, muchas veces relacionada con la privatización de paraestatales. Este fenómeno impactó prácticamente a todas las grandes empresas en México y a una parte de las medianas, en mayor o menor grado, de tal forma que hacia la segunda mi­tad de los noventa el modelo de contratos colectivos había cambiado hacia otro en el que la flexibilidad era el principio central. Lo anterior no significa que todas las cláusulas de los contratos consideradas rígidas cambiaron, por esta razón el proceso continúa. Asimismo, aunque los contratos cambiaron, no sucedió lo mismo con la Ley Federal del Trabajo, a pesar de que los plan­teamientos acerca de la necesidad de su flexibilización datan de 1987 (De la Garza y Neffa, 2010).

244 ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

Así como cambiaron los modelos productivos dominantes durante la sustitución de importaciones, así cambió también la clase obrera de la in­dustria y de los servicios modernos. Por un lado, porque en las plantas nuevas se emplearon trabajadores que no venían de la sustitución de im­portaciones y que no habían conocido otro modelo sino el de flexibilidad; en las reestructuradas, que ya existían antes de 1980, los trabajadores de la sustitución de importaciones fueron paulatinamente sustituidos por jóve­nes en las mismas condiciones que los primeros (por recorte de personal o jubilación), la única diferencia se podría encontrar cuando los sindicatos eran fuertes y mantenían protecciones relativas en pleno periodo neo libe­ral, como el Sindicato Mexicano de Electricistas, hasta antes de su cuestio­namiento actual. En general, podríamos decir que en México existe una clase obrera diferente a la del periodo de sustitución de importaciones, más flexible, peor pagada y más insegura en su puesto de trabajo, que en buena parte no ha conocido -ni siquiera por memoria histórica- otra situación más que el neoliberalismo.

EL MODELO MANUFACTURERO EXPORTADOR

El modelo económico neo liberal en el mundo ha significado diversos submo­delos en el nivel de los sectores productivos; en países como Chile, Argenti­na, Colombia y en parte Brasil, el modelo ha tenido en su centro el sector primario (carne, café, soya, minerales, fruta). En otros países ha sido sobre todo el desarrollo de servicios. En el caso de México y los países maquiladores de América Central o del Sudeste Asiático, ha sido la manufactura la pre­ferentemente conectada en las cadenas mundiales de valor (OCDE, 1999).

El concepto de modelo manufacturero exportador fue acuñado desde los años ochenta (Gereffi y Korzeniewicz, 1995) para dar cuenta de cómo una parte del sector industrial se volcaba hacia la exportación. Pero con el tiempo habría que acotar mejor su definición. Primero, fue cierto que se con­virtió en el plato fuerte de la exportación total del país; incluyendo a la petrolera, llegó a un máximo de 90% -la maquila dentro de este sector ha significado hasta más de 50% de dicha exportación. Segundo, la importan­cia de la manufactura en la exportación no fue equivalente en el empleo, ni tampoco en el PIB -en el empleo total, el de la manufactura nunca rebasó 30% y en el PIB el manufacturero no pasó de 22%. Tercero, las tasas de cre­cimiento de la manufactura entre 1990 y 2010 han sido muy irregulares, como también ha sucedido con la tasa del PIB; ha pasado por la gran cri­sis de 1995, por un inicio de la crisis actual en 2001-2002 y otra gran crisis desde mediados de 2008. Cuarto, aunque ha permitido captar divisas por

LA MANUFACTURA Y LAMA(

exportación, su balanza importación de sus insUJ

En la gráfica 1 puede · facturero entre 1994 y 20 caída de más de 8% en g va caída al inicio de est€ miento de 2009. Lo ante índice de volumen físic< el cuadro l.

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14.8

2.3

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-4.0

-7.2

-10.3

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FUENTE: INEGI-Banco de la lnfc

ACTIVIDAD INDUSTRI

12------

-12

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FUENTE: INEGI-BIE (2009).

QUE DE LA GARZA TOLEDO

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LA MANUFACTURA Y LA MAQUILA EN CRISIS Y EN LA CRISIS 245

exportación, su balanza comercial es deficitaria por la importancia de la importación de sus insumos y componentes.

En la gráfica l puede verse la trayectoria del crecimiento del PIB manu­facturero entre 1994 y 2009; es de notar su comportamiento tan oscilante, la caída de más de 8% en 1995, el crecimiento elevado hasta el año 2000, nue­va caída al inicio de este siglo, con recuperación parcial antes del hundi­miento de 2009. Lo anterior se compagina con las tasas de crecimiento del índice de volumen físico de la producción manufact~rera, como se ve en el cuadro l.

14.8

11.7

8.5

5.4

2.3

GRÁFICA 1 CRECIMIENTO ANUAL DEL PIB MANUFACTURERO (PRECIOS DE 1993)

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-4.0

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-10.3

-13.5

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FUENTE: INEGI-Banco de la Información Económica (BIE) (2010).

GRÁFICA 2 ACTIVIDAD INDUSTRIAL. VARIACIÓN ANUAL, ENERO-MAYO DE CADA AÑO

12--------~~----------------------------------------8.4%

FUENTE: INEGI-BIE (2009).

246 ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

CUADRO 1 TASAS DE CRECIMIENTO DEL VOLUMEN FÍSICO DE LA PRODUCCIÓN

MANUFACTURERA Y DEL PERSONAL TOTAL OCUPADO EN LA MANUFACTURA

Año Tasa de incremento anual Tasa anual crecimiento del índice volumen físico del índice de ocupación

1998 7.4

2000 6.9 1.0

2001 -3.8 -4.4

2002 -0.7 -4.9

2003 -1.3 -3.4

2004 3.8 -3.3

2005 1.3 -0.8

2006 5.9 2.5

2007 1.6 0.1

2008 -9.8 -3.6

2009 -10.2 -9.1

2010 6.2

FUENTE: INEGI-BIE (2010).

-

En la gráfica 3 puede verse la evolución del empleo en la manufactura en números absolutos antes y durante la crisis actual.

GRAFICA3

PERSONAL TOTAL OCUPADO EN LA MANUFACTURA

1956 993

1 919 149

1881305

1843462

1805 618

1 767 774

1729 930

1692 086

1 654 243

1616 399

1 578 555

/ 1\ '""-1-'r-

7 8 9 10 11 12 1 2 3 4 5

2007

FUENTE: 1NEG1-BIE (2010).

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1'-~ V 6 7 8 9 10 11 12 l 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 1

2008 2009

--Total nacional

V j

LV

2 3 4 5 6 7 8

2010

LA MANUFACTURA Y LA~

En el modelo manu jugado desde su inicio tancia de la inversión el cuadro 2, aunque 11 disminuido, especialrr

INVERSIÓN EXTRANJ

ENLAMANUJ

Año Balanza e manuft

1995 -96

2000 16 21

2001 -1402

2002 -1403

2003 -14 01

2004 -2014

2005 -2223

2006 ~24301

2007 -25 95:

2008 -27 7~

2009 -12 33·

2010 -893:

FUENTE: INEGI-BIE (2010).

La balanza comercia taria, en 2009 disminu} actividad manufacture suficientes insumas nac las grandes corporacion productivas mundialme mente.

Aunque la manufactm importancia en el total d y es el sector terciario e]

ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

¡ ~O DE LA PRODUCCIÓN

J\,00 EN LA MANUFACTURA

1 Tasa anual crecimiento 1 del índice de ocupación

' l. O

-4.4

-4.9

1 -3.4

-3.3

-0.8

2.5

0.1

-3.6

-9.1

:1 empleo en la manufactura ) actual.

MANUFACTURA

í

1/v ,...~

1 V r--'

¡..... ~ 567891011121 2 3 4 5 6 7 8

2009 2010

LA MANUFACTURA Y LA MAQUILA EN CRISIS Y EN LA CRISIS 247

En el modelo manufacturero exportador las empresas trasnacionales han jugado desde su inicio un papel central, lo cual se ha reflejado en la impor­tancia de la inversión extranjera directa en la manufactura, como se ve en el cuadro 2, aunque llegó a su máximo en 2004 y a partir de este año ha disminuido, especialmente en 2009.

CUADRO 2 INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA, BALANZA COMERCIAL Y EXPORTACIONES

EN LA MANUFACTURA EN MÉXICO (MILLONES DE DÓLARES)

Año Balanza comercial, Inversión extranjera Exportaciones, manufactura directa, manufactura manufactura

1995 -961.2 4 871.0 6 578.9

2000 16 211.6 9 968.2 14472.5

2001 -14025.8 S 910.7 14074.9

2002 -14 033.0 8 795.9 14163.5

2003 -14 014.4 7 749.8 14 063.2

2004 -20149.0 13 206.9 15 774.7

2005 -22 235.2 11035.5 17 516.6

2006 -24 309.3 9 879.5 20 027.4

2007 -25 953.3 12188.7 21 908.5

2008 -27 740.7 6 529.1 23 084.0

2009 -12 334.9 4 871.8 15 578.0

2010 -8 932.0 18 327.0

FUENTE: INEGI-BIE (2010).

La balanza comercial de la manufactura ha sido crecientemente defici­taria, en 2009 disminuyó como efecto de la crisis económica que redujo la actividad manufacturera, por la incapacidad de la economía de generar suficientes insumas nacionales para esta rama y por las políticas globales de las grandes corporaciones en cuanto a decidir las conexiones de las cadenas productivas mundialmente, cuestión en la que profundizaremos posterior­mente.

Aunque la manufactura ha tenido años de importante crecimiento anual, su importancia en el total del PIB no ha rebasado el22% de éste en el año 2000, y es el sector terciario el que ocupa lo principal de dicho PIB (Ortiz, 2011),

248 ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

los años del presente siglo han sido de disminución de la importancia de la producción manufacturera en el PIB. En cambio en las exportaciones totales, lo correspondiente a la manufactura sigue siendo muy alto hasta la actuali­dad, incluyendo al peor año, 2009, aunque llegó a su máximo en 2001 y luego ha disminuido ligeramente; es decir, sigue siendo cierto que la capaci­dad exportadora del país ha dependido de la manufactura desde el inicio de los años noventa. Sin embargo, esta capacidad exportadora tampoco se com­pagina con la capacidad de generación de empleo: el porcentaje de la población total ocupada en la manufactura con respecto al total de dicha población es muy inferior a las proporciones exportadoras, pues cuando mucho llegó a 30% en el año 2000 para luego decaer, y de manera importante; durante 2009llegó a caer 13% con respecto a 2007 y en los primeros meses de 2010 se recuperó, pero se encuentra muy lejos de su punto máximo en esta dé­cada.

Año

1990

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010 primer T

CUADR03

IMPORTANCIA DE LA MANUFACTURA EN EL PIB,

EN LA EXPORTACIÓN, EN LA OCUPACIÓN

PIB-MIPIB-T Exp-M!Exp-T

19.6 68.4

21.5 87.1

20.7 88.6

20.4 87.9

19.9 85.4

19.7 83.9

19.5 81.9

18.0 81.0

17.7 81.1

17.4 80.6

16.7 79.2

17.5 82.5

FUENTE: INEGI-BIE (2010).

PTO-M/PTO

29.3

26.0

24.9

24.9

24.9

16.7

16.7

16.5

15.9

14.2

15.3

Aunque la manufactura ha tenido años de importante crecimiento, y otros de depresión, el crecimiento de la productividad de la mano de obra ha seguido en general un ciclo descendente, luego de incrementos muy altos en 1993, 1994 y 1996.

LA MANUFACTURA y

TASA DE CRECIM

DE LAS RE!

Tasad delap

en m 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 -1

*Diferencia por cambio e FUENTE: INEGI-BIE (2010;

La tasa de increm tendido a decaer en en particular -durai ductividad, base 19~ llegó a su máximo h fundamente hacia o, de 2009, con apenas lejos de alcanzar sus neraciones reales pe evolución detallada la crisis actual pued~

ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

1ción de la importancia de la en las exportaciones totales, :lo muy alto hasta la actuali­~gó a su máximo en 200 l y ~siendo cierto que la capaci­mufactura desde el inicio de qJOrtadora tampoco se com­el porcentaje de la población l total de dicha población es pues cuando mucho llegó a anera importante; durante los primeros meses de 20 lO , punto máximo en esta dé-

A EN EL PIB,

JPACIÓN

Exp-T PTO-MIPTO

4

29.3

5 26.0

~ 24.9

~ 24.9

24.9

16.7

16.7

16.5

15.9

14.2

15.3

mportante crecimiento, y tividad de la mano de obra 1ego de incrementos muy

LA MANUFACTURA Y LA MAQUILA EN CRISIS Y EN LA CRISIS 249

CUADR04

TASA DE CRECIMIENTO ANUAL DE LA PRODUCTIVIDAD DEL TRABAJO E ÍNDICES

DE LAS REMUNERACIONES REALES AL PERSONAL TOTAL OCUPADO

EN LA MANUFACTURA, 1993=100

Tasa de incremento Índice de remuneraciones de la productividad totales reales en la

en manufactura manufactura 1990 7.0 83.4

1991 5.9 88.3

1992 5.9 95.8

1993 8.5 lOO 1994 9.9 104

1995 4.9 90.9

1996 9.1 81.9

1997 4.2 81.4

1998 4.2 83.7

1999 1.9 85.0

2000 4.9 90.0

2001 0.7 96.3

2002 4.8 98.1

2003 3.4 99.4

2004 5.6 99.5

2005 0.8 95.9

2006 4.4

2007 1.9

2008 -0.2

*Diferencia por cambio en la metodología de cálculo FUENTE: INEGI-BIE (2010).

Tasa de crecimiento de la productividad

en la maquila 14.5

-1.8

1.8

0.0

3.7

0.4

-0.4

-0.5

-0.7

-0.4

0.9

-2.8 1.7% * 1.76.9

-0.10.9

3.2-2.2

0.5

1.2

La tasa de incremento de la productividad laboral en la manufactura ha tendido a decaer en la década de los años dos mil, excepto en 2004 y 2006, en particular -durante la crisis de 2009- el crecimiento del índice de pro­ductividad, base 1993. La capacidad de la planta manufacturera utilizada llegó a su máximo hacia 2005 en la década de los dos mil, para decaer pro­fundamente hacia octubre de 2008 y llegar a su nivel más bajo en febrero de 2009, con apenas 7 4. 7%; luego se ha elevado, pero a inicios de 20 lO está lejos de alcanzar sus mejores momentos. Por otra parte, el índice de remu­neraciones reales por persona ocupada ha sufrido un estancamiento. La evolución detallada de la ocupación, remuneraciones y salarios durante la crisis actual pueden verse en el cuadro 5.

250 ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

CUADRO 5 ÍNDICES DE PERSONAL OCUPADO, REMUNERACIONES Y

SALARIOS PAGADOS POR PERSONA OCUPADA EN LA MANUFACTURA (2003=100)

Año y mes Personal ocupado Remuneraciones Salarios por obrero por persona 2009

Febrero 85.9 99.8 103.1-

Marzo 85.4 104.6 110.3

Abril 85.1 103.6 109.3

Mayo 84.7 102.7 108.3

Junio 84.6 102.4 104.7

Julio 84.6 104.5 111.5

Agosto 84.6 102.0 105.7

Septiembre 85.1 103.4 110.4

Octubre 86.1 104.2 111.5

Noviembre 86.3 102.0 108.3

Diciembre 85.4 104.3 106.2

2010

Enero 85.8 100.1

Febrero 86.5 98.6

FUENTE: JNEGI-BIE (2010).

GRÁFICA4

PORCENTAJE DE CAPACIDAD INSTALADA EN LA INDUSTRIA MANUFACTURERA

84.7

83.7

82.7

81.7

80.7

79.7

78.6

77.6

76.6

75.6

74.6 1 3 5 7 9 1 1 3 , 7

2005 2006

FUENTE: JNEGJ-BIE (2010).

9 1 1 3 5 7 1 3 , 7 1 1 3 , 7 9 1 5

2007 2008 2009 2010

--Total de la encuesta

7 9

LA MANUFACTURA Y

Las dificultade~ en 2007, 2008 y 2 se ha recuperado,

Un fenómeno q tratado en la mam 2005 era poco im posteriores: cayó l nuevamente. En 2( factura fue de 20°tf

FUENTE: INEGI-BIE (2010

En términos de r' nufactura es superi< ha tendido a dismin de 14 años en 1992

Un indicador im] inscripción al IMSS; t

de los asegurados d eventuales; los totale to que los eventual~ 11.4% en junio de 2

Los conflictos, p1 máximo en 2006, y

UE DE LA GARZA TOLEDO

~ClONES Y

FACTURA(2003=100)

es Salarios por obrero

103.1

110.3

109.3

108.3

104.7

111.5

105.7

110.4

111.5

108.3

106.2

RIA MANUFACTURERA

1 3 5 7 9

2009 5 7 9

2010

LA MANUFACTURA Y LA MAQUILA EN CRISIS Y EN LA CRISIS 251

Las dificultades de la manufactura se manifiestan también en una caída en 2007, 2008 y 2009 de la capacidad instalada, que en los últimos meses se ha recuperado, pero se encuentra muy alejada de la de 2005.

Un fenómeno que hay que anotar es el crecimiento del personal subcon­tratado en la manufactura, como se ve de la gráfica 5. Este fenómeno hasta 2005 era poco importante, pero se incrementó rápidamente en los años posteriores: cayó un poco durante la crisis y en 2010 se ha incrementado nuevamente. En 2008 el porcentaje del personal subcontratado en la manu­factura fue de 20% del personal remunerado.

GRÁFICAS

PERSONAL SUBCONTRATADO EN LA MANUFACTURA

389 555.-n.,..,-m-.rrTT,..,.,..,-m-,--m.-n.,..,-m-.rm,..,.,..,-m-,-m.-nn--rm..,.rrr,.......,

371 902ffi+++++++-I-++++-I+++++++-I-++++-IH++++++-t.!-+~~*"hl.++-l-++++-IH++++++-~++l-1-1

354 250+Hf-H-++t++H++H4+++-t++t++++-f-H-W..Wt++++-f-H-++t+'I-Wffibl-1'Hf+t-l+++t-l+-l

336 597+Hf-H-++t-++t++++lf-H-++-t-++t+t~f-H-++t-++t++++lf-H-++t-++t++++lf-H-+++++-f-H-++t+i

318 944+Hf-H-++t-++t++++lf-H-++-t-t-t-H+++If-H-++t-++t++++lf-H-++t-++t++++lf-H-+++++-f-H-++t+i

301 292++14++++-t+t++++-lf-H-++-t+.!.a-+++-4++++-++H+++-4++++-++H+++-f-H-+++++-1++++++1

283 639++14++++-t+l-+++tJ~++-t++H+++-f-H-+++-t+H+++-f-H-+++-t+H+++-If-H-+++++-1+++++-i-i

265 986++14++++-++H-V+++f-H-++-t-++1-++++-4++++-++t++++-f-H-+++-t+t++++-lf-H-+++++-1++++++1

248 333 1-+++++-t+++I::M-14++++-++t++++-f-H-+++-t+H+++-If-H-+++-++t++++-f-H-+++++-1+++++++-f-i

230 681 +Hf-t.O..¡..f9-t+t++++-lf-H-++t-t+t++++-l+++++-t+t-H++-4++++-++t++++-f-H-+++++-1++++++1

213 028+HH-+++t-++t++++lf-H-++-t-t-t-t+++hf-H-++t-++t++++-f-H-++t+t-t+++hl-t+++t++-t++++l+i 1 } 5 7 Q 1 1 3 5 7 Q 11 1 3 5 7 9 1 1 3 5 7 9 1 1 3 5 7 9 l 1 3 5 7 9

2005 2006 2007 2008 2009 2010

--Total de la encuesta

fUENTE: INEGI-BlE (2010).

En términos de relaciones laborales, la tasa de sindicalización en la ma­nufactura es superior a la media nacional históricamente, sin embargo ésta ha tendido a disminuir al pasar de 21.57% de la población ocupada de más de 14 años en 1992 a 15.02% en 2002 (Esquinca y Melgoza, 2006).

Un indicador importante de formalidad en las relaciones laborales es la inscripción al IMSS; en este sentido, en el cuadro 7 se puede ver la evolución de los asegurados del IMSS en la industria de la transformación totales y eventuales; los totales disminuyeron 20.3% entre el año 2000 y 2009, en tan­to que los eventuales pasaron de representar 6.8% del total en el año 2000 a 11.4% en junio de 2010.

Los conflictos, primero en la forma de huelgas federales, llegaron a su máximo en 2006, y luego cayeron sustancialmente, situación semejante a

252 ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

Año

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

CUADRO 6 TOTAL DE ASEGURADOS EN EL IMSS DE LA

MANUFACTURA Y EL SALARIO MEDIO DE COTIZACIÓN

Total asegurados Asegurados Salario medio

manufactura manufactura de cotización eventuales

4397 034 300 293 128.15

4171253 238 782 146.24

3 950 789 229 362 159.61

3 800 072 227 499 170.18

3 804 605 247 360 179.42

3 841034 267 822 190.24

3 917173 288 250 200.9

3 947 159 307 552 213.24

3 842405 323 624 227.78

3 503 446 336 299 239.80

3757751* 429 988* 247.61 **

-

FUENTE: F. Calderón (2010), IV Informe de Gobierno. México, Oficina de la Presidencia; STPS

(2010), Estadísticas laborales, <www.stps.gob.mx>, consultado el20/08/10. *Datos a julio de 2010. **Datos a junio de 2010.

las huelgas locales; en cambio, el número de huelguistas se ha mantenido relativamente alto, así como los conflictos individuales.

LA MAQUILA

Si la manufactura fue el plato fuerte de la exportación en el nuevo mode­lo económico, su eje central fue la maquila de exportación (Sklair, 1992); sin embargo, la importancia que ha tenido la maquila en la exportación no es equivalente al del empleo, que es relativamente pequeño en el total e incluso en las manufacturas. Otro tanto se puede decir del peso del valor agregado en la maquila con respecto al PIM manufacturero; en los años del presente siglo se ha mantenido arriba de 55% de la exportación en la manufactura, sin em­bargo, con la crisis de fin de década disminuyó apreciablemente, a pesar de que la nueva estadística incluye un universo de establecimientos superior

LA MANUFACTURA y L

CONFLIC

Año Huel; Jeden

2000 21 2001 31 2002 29 2003 34

2004 23

2005 36 2006 38 2007 l3 2008 8 2009 9

2010 junio 2

FUENTE: STPS (2010), Estadi

a la anterior. Otro tant relación con la total de 2000, pero con la crisi maquila en el empleo, tan espectacular como e1 pero ha decaído casi a 1~ la en el PIB de la manuf< de que se trata de un se sar de que su exportaci1

lo más que ha aportado A partir de 2008 el 111

maquila, sumó a la mac gramas como Pitex, qut de insumas, de tal mam mada Immex, los datos 1

de maquila, que desapa1

2000 y 2007, y luego de En la gráfica 6 se pueci

vidad maquiladora creci( ra fase de la crisis actual. llegar a su nivel máximo

lNRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

(

JSS DE LA

E COTIZACIÓN

~ Salario medio u de cotización

128.15

146.24

159.61

170.18

179.42

190.24

200.9

213.24

227.78

239.80

247.61 **

ico, Oficina de la Presidencia; STPS

ado el20/08/10.

uelguistas se ha mantenido viduales.

mación en el nuevo mode­exportación (Sklair, 1992); quila en la exportación no es pequeño en el total e incluso el peso del valor agregado en :n los años del presente siglo n en la manufactura, sin em­apreciablemente, a pesar de ¡e establecimientos superior

LA MANUFACTURA Y LA MAQUILA EN CRISIS Y EN LA CRISIS 253

CUADRO 7 CONFLICTOS OBRERO-PATRONALES EN LA MANUFACTURA

Año Huelgas Huelgas locales Trabajadores Conflictos federales demandantes individuales

2000 21 47 37 553 22697

2001 31 84 48 8..65 25 077

2002 29 66 42495 25 980

2003 34 51 47038 29889

2004 23 47 36 670 26 755

2005 36 58 32087 24624

2006 38 24 36 788 24266

2007 13 56 40147 28031

2008 8 35 43450 28 230

2009 9 24 26249

2010 junio 2 nd

FUENTE: STPS (2010), Estadísticas laborales, <www.stps.gob.mx>.

a la anterior. Otro tanto podemos decir de la exportación de la maquila en relación con la total del país, que casi llegó a 50% al inicio de la década de 2000, pero con la crisis ha disminuido apreciablemente. El impacto de la maquila en el empleo, en relación con el total en la manufactura no ha sido tan espectacular como en la exportación; tuvo su mejor año en 2002 con 40%, pero ha decaído casi a la mitad. Asimismo, lo que ha representado la maqui­la en el PIB de la manufactura es muy bajo, datos que refuerzan la hipótesis de que se trata de un sector de baja incorporación de valor agregado; a pe­sar de que su exportación es muy elevada, 17.3% del PIB manufacturero es lo más que ha aportado la maquila.

A partir de 2008 el INEGI cambió la base de cálculo de la encuesta de la maquila, sumó a la maquila jurídicamente definida como tal a otros pro­gramas como Pitex, que suponen permisos para la importación temporal de insumas, de tal manera que en la nueva encuesta, a partir de 2008, lla­mada lmmex, los datos no son comparables con los de la antigua encuesta de maquila, que desapareció. Por esta razón dividiremos el análisis entre 2000 y 2007, y luego de 2008 a 2010.

En la gráfica 6 se puede ver cómo el índice del volumen físico de la acti­vidad maquiladora creció hasta el año 2000, luego disminuyó en la prime­ra fase de la crisis actual de 2001 a 2003, y posteriormente se recuperó sin llegar a su nivel máximo del año 2000.

254 ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

CUADROS

IMPORTANCIA ECONÓMICA DE LA MAQUILA

LA MAQUILA HA SIDO EL PLATO FUERTE DE LA EXPORTACIÓN MANUFACTURERA

Exp. maquila! Personal

VA maquila! Exp. maquila! maquila/ No Año exp. exp. total personal

PIB establecimientos manufactura manufactura manufactura -

1990 49% (1991) 34.1 13.6 7.0 1703

2000 54.2 47.8 31.5 16.1 3 590

2001 54.1 48.4 30.8 17.4 3 630

2002 54.5 48.5 40.0 17.1 3 003

2003 54.3 47.0 39.6 17.3 2864

2004 55.1 46.3 22.0 15.5 2 810

2005 55.2 45.4 22.3 16.3 2 816

2006 Nd Nd 23.6 17.3 2810

2007* 38.9 5145

2008* 32.9 26.6 38.8 5 253

2009* 29.1 23.0 25.4 5 259

2010* 41.7 34.5 22.7 5 281

FUENTE: INEGI-BIE (2010). *Cambio de base de cálculo de la maquila ampliada a otros programas de importación temporal de insumos (Immex), los datos no son comparables con los de años anteriores.

GRÁFICA 6 ÍNDICE DEL VOLUMEN FÍSICO DE LA ACTIVIDAD MAQUILADORA

249.9 .,...-r"T"['""Tf'TC'""l"""""T~"TTTTT'"TTTT"',..,.,-"TTT'""CTTrr-n-..,.--c;,..-,.,-rT"T""""T::;¡¡¡r;-r-rcrr-,..,..,.,-...,.,-_..,-r"'TTf'TT""lT'T"T""Trc-r,.-.,___,...,-¡;

234.2 +----.-,-'-----------,J>L--+------------c+--218.5 +-+0-+f4-.-HHr+fl~++11-4--+4+-WLh-+~-+~N>+f-+-ttttm-\t+h--.l-ft+-t-+ltf-r"+tH+IJllill.t1'1'!\~ttf-,i+t'"lt

202.9 +-------------P------t.,----Jlr-.......,.,__ ____ _ 18 7. 2 -ltH+H+f+tt-HHt++lmr+++tHtt-fl+r--t+h-ftH.~~m-H"t!HrHt++fl_,.f,t,-itl--,.-ri-;t+-t--+t-c++t'iiT-tttt-t-~-r+-+IIT'Tl~

171.5 +-"----........ ,.....-'"----""7"'-------........c-------------155.8 -ltHt+-t+lt+t--H+--+Hti-itt+-rl-ti-.¡,jJ,¡~-ft-r+-H4;-r+-HitMI.,..fe..¡.,i;-tttt-m-rtt---rtt+-r-t"....,...'!'+-trltt-+rt-.¡...,.,.~t+-r-t;,...¡-.Jt

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124.4 -ltttl+HtfH-'t'tttH!J...,Ft+tl-t+1Htt-it-t>+t+-tr--Hl~+t-t-r-ft.,_.,.w.,.,-¡-ftt-cf"Mi++-+t-~r-m--r,_.,.,.c-,+'-ir-t+-

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--Serie desestacionalizada

FUENTE: INEGI-BIE (2010).

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FUENTE: INEGl-BIE (2010)

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Año 1990 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

FUENTE: INEG!-BIE (2010).

'ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

:A MAQUILA

~RTACIÓN MANUFACTURERA

VA maquila/ No

PIB establecimientos manufactura

7.0 1703

16.1 3 590

17.4 3 630

17.1 3 003

17.3 2864

15.5 2810

16.3 2 816

17.3 2 810

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5 253

5 259

5 281

~rogramas de importación temporal ~de años anteriores.

IDAD MAQUILADORA 1

2003 2004 2005 2006

~da

LA MANUFACTURA Y LA MAQUILA EN CRISIS Y EN LA CRISIS 255

Otro tanto se puede ver del índice del personal total ocupado en la maqui­la, que subió en la década de los noventa hasta llegar en 2000 a 1 331 64 7 tra­bajadores, su máximo histórico, para luego decaer, recuperarse y, como se verá más adelante, tener una profunda disminución a partir de 2008.

1331647

1 210 169

1 088 691

GRÁFICA 7 PERSONAL TOTAL OCUPADO EN LA MAQUILA

96 7 213 ~+i-:1!r-t'

845 735

724 257

602 779

481302

359 824

238 346

116 868

19801981 19811983 1984198519861987 1988 19891990 1991199219931994 1995199619971998 1999 2000 20012002 2003 20042005 2006

--Serie desestacionalizada

FUENTE: INEGI-BIE (2010).

Un aspecto acerca de la polémica sobre el futuro de la maquila es el rela­tivo a su capacidad de sustituir insumas importados por nacionales y me­jorar así su balanza comercial, además de efectos multiplicadores hacia atrás en la industria nacional (Wilson, 1996). Hasta 2007las evidencias estaban contra el porcentaje de insumas importados con respecto a insumas tota­les, en la maquila apenas bajó de 98.1% en 1990 a 96.4% en 2006.

CUADR09

PORCENTAJE DE INSUMOS IMPORTADOS/

INSUMOS TOTALES EN LA MAQUILA DE EXPORTACIÓN

Año Porcentaje de insumas importados 1990 98.1 2000 96.8 2001 96.7 2002 96.1 2003 96.3

2004 96.9

2005 96.6

2006 96.4

FUENTE: INEGI-BIE (2010).

256 ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

Aunque hay que reconocer que la balanza comercial positiva se ha man­tenido elevada en los años del presente siglo, no obstante que la mayor parte de su valor agregado corresponde a remuneraciones al personal y no porque éstas sean muy elevadas, sino porque a la fecha siguen predominan­do actividades basadas en el uso intensivo de la mano de obra, compaginado con tasas decrecientes del incremento de la productividad laboral en el presente siglo.

CUADRO lO SALDO DE LA BALANZA COMERCIAL DE LA MAQUILA (MILLONES DE DÓLARES)

Año Saldo Tasa de incremento de la

productividad en la maquila

1991 4051 14.5 (1990)

2000 17 759 0.9

2001 19 282 -2.8

2002 18 745 1.7

2003 18171 -0.1

FUENTE: INEG!-B!E (2010).

Otro indicador en cuestión dentro de esa polémica es la capacidad de la maquila de transitar hacia una mano de obra calificada, el indicador común­mente utilizado es el porcentaje de técnicos y algunos impropiamente uti­lizan el de porcentaje de hombres, bajo el supuesto muy arbitrario de que los hombres serían más calificados que las mujeres. De hecho la maquila emplea, como veremos en otra información, una mayoría de trabajadores hombres no calificados.

CUADRO 11 PORCENTAJE DE HOMBRES, DE TÉCNICOS

Y DE OBREROS EN LA MAQUILA DE EXPORTACIÓN

Año Porcentaje de hombres Porcentaje de técnicos Porcentaje de obreros 2000 49.1 11.9 80.8

2001 49.6 12.1 80.5 2002 50.4 12.8 79.4

2003 50.7 12.9 79.2

2004 12.6 79.5

2005 12.8 79.0 2006 45.6 13.1 78.8

FUENTE: INEGI-BIE (2010).

LA MANUFACTURA Y u

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PERSONA

Año

2000

2001

2002

2003

2004 2005

2006

FUENTE: INEGI-BIE (2010).

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ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

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79.2

79.5 79.0

78.8

LA MANUFACTURA Y LA MAQUILA EN CRISIS Y EN LA CRISIS 257

Aunque es cierto que de los años noventa a 2007 creció el porcentaje de hombres en la maquila, lo cierto es que casi reparten por igual su presencia y éste no es un indicador seguro de aumento en la calificación, puede tener que ver con fortalezas físicas necesarias en ramas como la de autopartes. En cuanto al porcentaje de técnicos, éste también aumentó de los noventa a 2007, pero sólo en uno o dos puntos porcentuales como para pensar que han hecho la diferencia en el personal total ocupado en cuanto a califica­ción o tecnificación, en cambio, el porcentaje de obreros sigue rondando 80% del personal total ocupado.

Un tercer aspecto de la polémica es el supuesto tránsito de la maquila hacia servicios vinculados con la creación de conocimiento (tercera supuesta generación). Sin entrar por ahora al detalle de la creación de conocimiento, simplemente la presencia de los servicios en las actividades maquiladoras es marginal; como se ve en el cuadro 12, en 2006 el personal en servicios era sólo 4.3% del total en la maquila.

CUADRO 12 NúMERO DE ESTABLECIMIENTOS,

PERSONAL TOTAL OCUPADO EN MAQUILAS DE SERVICIOS

Año Núm. de establecimientos Personal ocu ado 2000 237 49416

2001 238 43 691 2002 220 37 505 2003 252 36335 2004 291 42406 2005 801 48213 2006 361 52124

FUENTE: INEGI-BIE (2010).

En la gráfica 8 se puede apreciar la evolución de las remuneraciones, salarios, sueldos y prestaciones en términos reales en la maquila.

Las remuneraciones reales en su tasa de crecimiento cayeron a partir de 2001 y se mantuvieron en promedio de cero desde entonces hasta 2006; éste ha sido en general el comportamiento de salarios, sueldos y prestaciones en su crecimiento anual real.

Del cuadro l3 se reafirma que casi la mitad del valor agregado en la ma­quila se debe a las remuneraciones y este porcentaje, aunque ha disminuido, no altera la afirmación; en cambio, la proporción que significan las utilidades con respecto a las remuneraciones ha tendido a elevarse, así como la parte en el valor agregado que significan las utilidades.

258 ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

GRÁFICA 8 V ARIA CIÓ N PORCENTUAL ANULA DE LAS REMUNERACIONES TOTALES,

SALARIOS, SUELDOS Y PRESTACIONES REALES EN LA MAQUILA

Total 12 ---------------------------------------------------- 12

9\f\. 9 6 '1 ~ 6 ~ ~o.A-AA3

3o "\ ~ ~ ~ A 1'\ t\ !~'"'"'V\ /l o """'v~v1 " /\1 V ~v

-3 ....¡vv -3 -6 ---------------------------------------------------- -6

Sueldos pagados a empleados 16 ----~~----~-------------------------------------- 16

-9 ---------------------------------------------------- -9

Salarios pagados a técnicos de producción 12 ----~~----------~-------------------------------- 12

6 ----------------------------------------------------

0 ---------------------------------------------------­

-6 ----------------------------------------------------

-12 ----------------------------------------------------

6

o -6

-9

Prestaciones sociales y contribuciones patronales 20 ________ _____, __ ____:_ __________ :.____________________________ 20

10 -- (\ A lO

o~~~-V'o -10 ---- -10

2002

* Cifras al mes de diciembre. FUENTE: INEGI-B!E (2010).

2003 2004 2005 2006•*

LA MANUFACTURA Y LA MAQl

INDICADORES ECC

Año Remuneracione: agregado

2000 50.7 2001 51.0 2002 46.3 2003 46.0 2004 46.3 2005 46.4 2006 44.9

FUENTE: !NEG!-B!E (2010).

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IRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

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~EN LA MAQUILA

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----------------- 12

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-9

~--------------- 20

~ ·1-\~--------------A- 10

-~- o v ------------------10

2005 2006P*

LA MANUFACTURA Y LA MAQUILA EN CRISIS Y EN LA CRISIS

CUADRO l3 INDICADORES ECONÓMICOS DE LA MAQUILA DE EXPORTACIÓN

(PORCENTAJES)

Año Remuneraciones/valor Utilidades/valor Utilidades/

a re ado a re ado remuneraciones

2000 50.7 2001 51.0 11.1 21.9 2002 46.3 12.1 24.2 2003 46.0 12.5 25.9 2004 46.3 12.1 27.1 2005 46.4 12.6 24.7 2006 44.9 14.2 31.6

FUENTE: INEGI-BIE (2010).

259

En el subperiodo de 2008 a 2010 los comportamientos son los siguientes: En cuanto al personal ocupado contratado directamente por los estable­

cimientos maquiladores, de acuerdo con la nueva definición Immex, éstos pasaron de 1 555 322 en 2007 a 1493 135 en 2008, a 1283 888 en 2009 y a 1 328 955 en 2010. Es decir, de 2007 a 2009 se perdieron 271434 em­pleos y la recuperación de los primeros meses de 2010 es todavía insufi­ciente para recuperarlos. Otro tanto sucedió con el número de técnicos y obreros contratados directamente por el establecimiento que en 2007 eran 1334 308 y en 2010, 1121 071. En cuanto al personal subcontratado, éste pasó de 374 875 en 2007 a 376 812 en 2010, es decir, en 2007,24.1% era sub­contratado, en 2010,28.4%. En cuanto a los insumas importados, en 2008 fueron de 74.5%, en 2009 de 77% y en 2010 de 73%, no han cambiado dentro de la nueva clasificación de la Emmix. Las renumeraciones medias reales al personal ocupado pasaron de 8 3 78 pesos mensuales por persona en abril del2008, a 8 406 en 2009 y 8 453 en abril del2009.

Desde el punto de vista de las configuraciones productivas, la mayoría de las maquilas son ensambladoras que utilizan tecnología intermedia (ma­quinizada no automatizada); prácticamente no realizan investigación y de­sarrollo, ya que la tecnología la obtienen de sus matrices; han introducido cambios organizacionales, aunque la mayoría en las formas más simples como los círculos de calidad; es probable que lo que predomine sea el tay­lorismo y el fordismo mezclado con aspectos parciales, comúnmente los más sencillos del toyotismo. La mayoría de las maquilas tienen sindicato, aunque otros estudios sugieren que muchos pueden ser o comportarse como si fueran de protección, la mayoría de los trabajadores son de planta, característica general de las manufacturas en México. Los encadenamientos

260 ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

productivos son escasos. La mano de obra se ha ido masculinizando, aunque se ha estabilizado y actualmente hombres y mujeres comparten porcentajes casi por igual; sin embargo, el crecimiento de los trabajadores masculinos no ha estado aparejado con la calificación y la mayoría, sean hombres o muje­res, no son calificados. El nivel de instrucción tendió a aumentar a secun­daria; la antigüedad, a subir de menos de un año, entre obreros generales, a entre uno y tres; las jornadas de trabajo siguen altas, y el porcentaje que representan los bonos por productividad en el total de las remuneraciones es muy bajo y tendió a ser menor; los salarios siguen siendo bajos, no sufi­cientes para la subsistencia de una familia promedio (De la Garza, 2005).

Un análisis reciente mostró que las configuraciones productivas predo­minantes fueron primero la combinación entre organización fordista, tec­nología baja o media, flexibilidad baja o media y calificación baja o media con bajos salarios, y en segundo lugar, el toyotismo precario, consistente en la introducción de nuevas formas de organización del trabajo, con tecno­logía, flexibilidad y calificación bajas o medias y bajos salarios. Otros perfi­les existen pero son francamente minoritarios.

CUADRO 14 CONFIGURACIONES PRODUCTIVAS DE LOS ESTABLECIMIENTOS MAQUILADORES

EN MÉXICO (2004)

Perfil Porcentaje

Organización fordista, tecnología baja o media, flexibilidad baja o media y calificación de baja a media 47.2

Organización fordista, tecnología baja o media, flexibilidad baja o media y calificación alta 7.5

Organización fordista, tecnología baja o media, flexibilidad alta y calificación de baja a media 9.4

Organización fordista, tecnología baja o media, con flexibilidad y calificación altas 3.8

Organización fordista, tecnología alta, con flexibilidad y calificación bajas o medias 9.4

Organización toyotista, con tecnología, flexibilidad y calificación bajas o medias 17.0

Organización toyotista, con tecnología y flexibilidad bajas o medias y calificación alta 3.8

Organización toyotista, con tecnología alta pero con flexibilidad y calificación bajas o medias 1.9

Total 100.0

FUENTE: E. de la Garza (2005), Modelos de producción en la maquila de exportación en México, México, UAM!Plaza y Valdés.

LA MANUFACTURA y lA MA

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MODELOS DE PRODUCCIÚI

A continuación trataremo delos productivos en la m: insatisfactorio comportarr portamiento del mercado mas de producción estab encuestas ENESTYC para el que llegan hasta 2004, tien

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FUENTE: INEG!-EN

ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

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bMIENTOS MAQUILADORES

Porcentaje

bilidad baja 47.2

bilidad baja 7.5

bilidad alta 9.4

flexibilidad 3.8

ad y calificación 9.4

r calificación 17.0

bajas o medias 3.8

,flexibilidad 1.9

100.0

maquila de exportación en México,

LA MANUFACTURA Y LA MAQUILA EN CRISIS Y EN LA CRISIS 261

Es decir, estamos lejos de tener en la maquila no sólo a la tercera gene­ración (maquila de producción de conocimiento) de la que habla jorge Carrillo (una prueba indirecta es la cifra irrisoria de las maquilas de ser­vicios, categoría en la que debería de estar incluida la producción de conoci­miento), sino que habría dudas de la forma que adquiere la segunda, al menos no se presenta con alta tecnología y seguramente con fuertes elemen­tos tayloristas y fordistas, además de una mano de obra mal pagada, de alta rotación externa y poco calificada. Durante los años de crisis de la maquila que se inicia en 2001 se observa una disminución en el total de establecimien­to de tamaño grande, así como del porcentaje de trabajadores empleados en éstos; asimismo, aumentó la antigüedad de los establecimientos y, aunque el capital extranjero sigue siendo mayoritario, disminuyó apreciablemente. Es decir, las empresas maquiladoras que se fueron o quebraron con la crisis fueron preferentemente las grandes, de capital extranjero, subsidiarias de otras y las más jóvenes. Sin embargo, no ha disminuido su carácter exportador ha­cia Estados Unidos, ni tampoco la proporción de los insumas importados con respecto a los totales, no hubo en la crisis una sustitución de insumas ex­tranjeros por nacionales, coincidente con las cifras bajas que se mantuvie­ron de indicadores de encadenamientos productivos.

MODELOS DE PRODUCCIÓN EN LA MANUFACTURA

A continuación trataremos de profundizar en las características de los mo­delos productivos en la manufactura y en la maquila, buscando explicar su insatisfactorio comportamiento y si sus crisis recurrentes se deben al com­portamiento del mercado americano o también tienen que ver con las for­mas de producción establecidas. Para esto utilizaremos los datos de las encuestas ENESTYC para el sector manufacturero y sus módulos de maquila que llegan hasta 2004, tiempo suficiente para el análisis que pretendemos.

CUADRO 15 DISTRIBUCIÓN DE LOS INGRESOS TOTALES EN LA MANUFACTURA NO MAQUILADORA

POR TAMAÑOS DE ESTABLECIMIENTO EN 2004

Grandes 78.6

Medianos 9.9 Pe ueños 10.0

Micros 1.5

FUENTE: INEGI-ENESTYC (2005).

262 ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

CUADRO 16 CAPITAL EXTRANJERO EN LA MANUFACTURA NO MAQUILADORA EN 2004

Porcentaje de establecimientos Distribución porcentual manufactureros con participación del capital extranjero de capital extranjero

Total 0.5

Grandes 34.3 26.72

Medianos 18.1 23.98

Pequeños 2.9 12.14

Mi eros 0.0 0.0

FUENTE: INEGI-ENESTYC (2005).

El 95.5% de los establecimientos manufactureros no maquiladores en 2004 no eran sucursales de otras matrices (de los grandes sólo 48.6% no lo era), pero el capital extranjero tenía participación en 34.3% de los estable­cimientos manufactureros no maquiladores y representaba 26.7% del ca­pital invertido en este sector.

CUADRO 17 ENCADENAMIENTOS PRODUCTIVOS POR TAMAÑO DE ESTABLECIMIENTO

MANUFACTURERO

Indicador de 1994 1998 2001

encadenamiento

G M p G M p G M

Porcentaje del valor de la producción elaborada por subcontratistas 3.3 4.3 4.0 5.9 8.1 7.8 5.0 5.0

Porcentaje de establecimientos que 3.4 3.2 2.3 3.9 5.6 3.3 contrataron maquila (1988) (1988) (1988)

FUENTE: INEGI-ENESTYC (1994, 1998, 2001).

p

4.8

Hasta 2001, periodo de auge de la configuración manufacturera expor­tadora, la utilización de subcontratistas en todos los tamaños de estableci­mientos fue muy limitada, así como el porcentaje de establecimientos que contrataron maquila con otros. En cambio, para 2004, en establecimientos no maquiladores grandes se encargó maquilar en 31.9% de los casos y se usó el outsourcing en 14. 7%; en ese año el número de trabajadores no depen­dientes de la razón social que laboraron en la industria manufacturera fue

LA MANUFACTURA Y l

de 322 023 (10.3% cing llegó tarde per,

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FUENTE: INEGI-ENESTYC (20

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La dependencia de l exterior se refleja en l2

UE DE LA GARZA TOLEDO

JILADORA EN 2004

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0.0

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ESTABLECIMIENTO

2001

p G M p

7.8 5.0 5.0 4.8

3.3

1 manufacturera expor-5 tamaños de estableci­e establecimientos que )4, en establecimientos 9% de los casos y se usó .rabajadores no depen­;tria manufacturera fue

LA MANUFACTURA Y LA MAQUILA EN CRISIS Y EN LA CRISIS 263

de 322 023 (10.3% de la planta manufacturera no maquiladora). El outsour­cing llegó tarde pero se extiende.

En general, en la manufactura, formas de vinculación diferentes de las relaciones cliente-proveedor son escasas, sin embargo, en los establecimien­tos grandes son más elevadas, en particular el uso de maquila se practicó en 2004 en 31.9% de los establecimientos manufactureros no maquila­dores.

CUADRO 18 PORCENTAJE DE ESTABLECIMIENTOS EN LA MANUFACTURA

NO MAQUILADORA EN 2004 POR VINCULACIÓN OPERATIVA

Tipo de vinculación Porcentaje del total Porcentaje de los grandes

]oint ventures 0.08 4.00

Outsourcing 0.65 14.70

Empresas integradoras 0.30 9.20

Clusters 0.04 1.80

Uso de maquila 3.50 31.90

FUENTE: INEGI-ENESTYC (2005).

CUADRO 19 PORCENTAJE DE ESTABLECIMIENTOS MANUFACTUREROS

NO MAQUILADORES QUE REALIZARON ACCIONES CONJUNTAS EN 2004

Compra de materia Utilización de Compras prima maquinaria y equipo o promoción

Total 9.3 4.0 3.6

Grandes 26.2 17.0 21.4

Medianos 24.3 15.5 17.3

Pequeños 21.3 13.1 1.5

Mi eros 8.5 3.4 2.8

FUENTE: INEGI-ENESTYC (2005).

Sin embargo, los vínculos más importantes diferentes de los encadena­mientos productivos son de los más sencillos. Las formas principales son utilización conjunta de maquinaria y equipo (4% de los establecimientos), ventas (3.6%) y acceso a crédito (3.7%)

La dependencia de la importación de insumos y maquinaria y equipo del exterior se refleja en la deficitaria balanza comercial de la manufactura.

264 ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

En cuanto a los niveles tecnológicos predominantes en estas configura­ciones productivas manufactureras, el porcentaje de los ingresos dedicados a investigación y desarrollo es sumamente bajo, independientemente del tamaño de establecimientos; esta situación no ha cambiado del auge a la crisis de la configuración industrial.

En 2004 sólo 9.9% de los establecimientos hizo investigación y desa­rrollo, aunque se incluye en éste el mejorar el control de calidad y ésta es la forma principal de investigación y desarrollo (IyD). La IyD más sofisti­cada, como el diseño de nuevos productos o modificación de la maquina­ria y equipo, sólo se dio en 2.1% de los establecimientos, el primero, y en 7.2% el segundo (en las grandes las cifras fueron 12.5% y 1.2%, respecti­vamente).

Indicador de nivel tecnológico

Porcentaje de los ingresos dedicados a investigación y desarrollo

Porcentaje de ingresos dedicados a la compra o pago de tecnología

Porcentaje del valor de la maquinaria de tecnología automatizada, computarizada o no (niveles tecnológicos alto y medio)

Porcentaje de trabajadores que usaron equipo automático, computarizado o no

CUADRO 20 NIVEL TECNOLÓGICO

1992

G M p G

0.7 0.9 0.5 0.4

3.0 3.9 2.4 4.0

35.0 30.0 23.0 27.0

12.2 9.5 6.76 19.5

1998 2001

M p G M

0.3 1.5 0.6 l.2

4.2 7.3 2.5 2.6

49.0 27.6

14.9 14.1

FUENTE: INEGI-ENESTYC (1992, 1998, 2001) (G =grandes, M= medianos, P =pequeños).

CUADRO 21 PORCENTAJE DE ESTABLECIMIENTOS EN LA MANUFACTURA

NO MAQUILADORA QUE EN 2004 HICIERON INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO

p

0.7

2.6

Total Grandes Medianos Pequeños Micras

Porcentaje del total de los gastos en ryo 4.1 4.1 4.3 3.9 5.8

FUENTE: INEGI-ENESTYC (2005).

LA MANUFACTURA y LA MAQl

En la manufactura no automatizado o computai ples o de control numéric< esta cifra es menor, 42.171

DISTRIBUC Y EL EQUIPO EN LA MANUF¡

Tipo

Equipo manual

Máquinas herramientas

Control numérico no compu

Equipo automático

Control numérico computan Robots

FUENTE: INEGI-ENESTYC (2005).

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PORCENTAJE DE ESTABLEC

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* Sólo manufactura no maquiladora. FUENTE: INEGI-ENESTYC (1995 2002 tiempo). ' '

1ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

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LA MANUFACTURA Y LA MAQUILA EN CRISIS Y EN LA CRISIS 265

En la manufactura no maquiladora, en 2004, 44.8% del equipo no era automatizado o computarizado sino manual, máquinas herramientas sim­ples o de control numérico no computarizado (en establecimientos grandes esta cifra es menor, 42.17%)

CUADRO 22 DISTRIBUCIÓN DEL VALOR DE LA MAQUINARIA

Y EL EQUIPO EN LA MANUFACTURA NO MAQUILADORA EN EL 2004, SEGÚN TIPO

Total de Grandes establecimientos

Tipo

16.99 14.88

23.01 22.28

Control numérico no com utarizado 4.80 5.01

E ui o automático 36.37 37.29

Control numérico com utarizado 14.03 14.98

Robots 4.81 5.56

FUENTE: INEGI-ENESTYC (2005) .

En la manufactura, en 2004 la tecnología adquirida comercialmente sólo involucró 5.3% de los establecimientos, y de éstos, 57.7% lo hizo a través de literatura o de eventos especiales. En los grandes predominó la compra de paquetes tecnológicos en 12.2% de los establecimientos; la consultoría en 11%, la obtenida de la matriz en 10%. En el tipo de equipo adquirido en 2004

CUADRO 23 PORCENTAJE DE ESTABLECIMIENTOS MANUFACTUREROS QUE REALIZARON

CAMBIOS EN LA ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO

Cambiaron organización del trabajo

1994 1998 2001 2004*

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64.1 53.0 37.1 96.0 89.6 81.5 95.4 95.2 82.1 22.9 77.1 72.0 7.0

Cambios com lejos en or anización del trabajo (CEP y JIT)

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* Sólo manufactura no maquiladora. FUENTE: INEGI-ENESTYC (1995, 2002, 2005) (CEP =control estadístico del proceso;JIT =justo a tiempo).

266 ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

predomina ampliamente el manual; en los grandes, el automático, el manual y la máquina herramienta.

Todo esto forma parte de la manera de funcionar de la configuración productiva que tradicionalmente ha dedicado una pequeña parte de los ingresos a la compra de tecnología desde los años noventa.

En la manufactura, desde los años noventa ha sido más extensivo el cambio en la organización del trabajo que el cambio en maquinaria y equi­po de proceso, especialmente en los establecimientos grandes.

CUADRO 24 PORCENTAJE DE ESTABLECIMIENTOS MANUFACTUREROS NO MAQUILADORES

QUE OPERAN CON NUEVAS FORMAS DE ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO

Y LOS QUE HICIERON CAMBIOS

Nuevas formas de Porcentaje del total de Porcentaje de establecimientos establecimientos que organización del trabajo

que los tienen en 2004 hicieron cambios en 2004

Control estadístico del proceso 8.4 2.8

Control total de la calidad 17.8 1.5

Justo a tiempo 5.3 l. O

Reingeniería 3.3 0.2

Reordenamiento del equipo 6.4 0.9

Rotación interna 5.0 0.7

Involucramiento 5.8 1.6

Control de calidad 17.8 13.9

Otro 1.3 0.6

FUENTE: INEGI-ENESTYC (2005).

De los cambios en organización del trabajo establecidos en 2004 el prin­cipal fue el control de calidad. En 2004, 22.9% de los establecimientos manufactureros no maquiladores hizo cambios organizacionales, de és­tos sólo 12.4% fue en CEP y 4.5% en "justo a tiempo".

El porcentaje de establecimientos con sindicato en la manufactura se ha mantenido bajo; sin embargo, en los grandes es muy elevado, y considerando que éstos concentran a la mayoría del personal ocupado, no es extraño que, por tanto, el porcentaje de trabajadores sindicalizados sea especialmente elevado.

LA MANUFACTUR..

1994

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1994

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* Sólo manufactura n1 FUENTE: INEGI-ENESTI

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UQUE DE LA GARZA TOLEDO

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R.OS NO MAQUILADORES

KIÓN DEL TRABAJO

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LA MANUFACTURA Y LA MAQUILA EN CRISIS Y EN LA CRISIS

1994

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CUADRO 25 SINDICAUZACIÓN EN LA MANUFACTURA

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1998 2001

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Porcentaje de trabajadores con sindicato

1998 2001

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* Sólo manufactura no maquiladora. FUENTE: INEGI-ENESTYC (1993, 1999,2002, 2005).

267

2004*

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2004*

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59.3 49.9 33.0

En 2004, 89% del personal ocupado era de planta en la manufactura no maquiladora. Sin embargo, el hecho de que el porcentaje de trabajadores sindicalizados sea muy elevado no se refleja en mejores condiciones de trabajo, como la jornada laboral, que es mayor de 40 horas por semana y los días laborales siguen siendo de 6; asimismo, la proporción de trabajado­res asalariados sin prestaciones casi llega a 50% y en general no ha cambiado esta situación. En cuanto a las remuneraciones, éstas son bajas: las remune­raciones totales de obreros generales en la manufactura no maquiladora en 2004 fueron de 4 600 pesos mensuales; el salario promedio mensual del obrero general en 2004, de tres mil pesos; el salario mensual promedio de obrero especializado en 2004, de cuatro mil pesos, y 72% de las remune­raciones de los obreros generales son salarios.

De la misma forma, el hecho de tener sindicato en la manufactura no se traduce en mejor regulación laboral. La tasa de regulación laboral en 2004 fue nula en 66.17% de los establecimientos, y las más altas tasas de regulación corresponden a horarios (20%) y jornada (17.3%). En los establecimientos grandes no tienen ninguna regulación laboral (11.2%) y la más alta co­rresponde a capacitación (69% de los casos). Cuando se tiene CCT las t<' ,as son muy semejantes; con ninguna regulación están 69.7% de los estableci-

268 ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

CUADRO 26 TASAS DE REGULACIÓN LABORAL EN LA MANUFACTURA NO MAQUILADORA, 2004

Manufactura sin Manufactura sin maquila en general maquila que tienen CCT

Eventuales 8.74 1.40 .

Subcontratación 2.81 0.24

Trabajadores confianza 3.57 0.47

Rotación de personal 4.03 0.56

Promoción 4.08 0.96

Cambio de organización 3.65 0.62

Cambio tecnológico 2.35 0.32

Capacitación 5.44 1.59

Calidad o productividad 6.05 0.83

Jornada 17.30 2.84

Horarios 20.05 2.96

Tabulador 9.67 2.50

Prestaciones 8.95 2.40

Otra 2.18 1.63

Ninguna 66.17 69.77

NOTA: las tasas de regulación se obtienen al dividir el número de establecimientos en los que existen regulaciones de un tipo de aspecto de la relación laboral entre el total de estableci­mientos. FUENTE: INEGI-ENESTYC (2004).

mientos, posible indicador de la extensión del contratismo de protección, es decir, sindicatos simulados promovidos por las empresas.

En cuanto al perfil de la mano de obra, en 2004 predominaron los trabajadores generales sin particular especialidad, característica que se ha mantenido desde los años noventa; esta situación no cambia en los estable­cimientos grandes, aunque es cierto que los obreros con nivel educativo menor o igual a primaria terminada han disminuido y actualmente predo­minan los que tienen secundaria, como resultado de la extensión de la educación pública.

LA MANUFACTUR

DISTRIBUCIÓN PI

Total

Directivos

Empleados

Obreros especial

Obreros general!

FUENTE: INEGI-ENES1

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~QUE DE LA GARZA TOLEDO

NO MAQUILADORA, 2004

Manufactura sin ! maquila que tienen CCT

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0.96

0.62

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69.77

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LA MANUFACTURA Y LA MAQUILA EN CRISIS Y EN LA CRISIS 269

CUADRO 27 DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE TIPOS DE TRABAJADORES POR TAMAÑO DE EMPRESA

EN LA MANUFACTURA NO MAQUILADORA, 2004

Total Grande Mediano Pe ueño Micro Total 100.0 42.3 12.4 16.3 29.0 Directivos 6.3 0.1 2.1 4.1 16.4

21.9 22.7 22.2 22.3 20.3

21.7 23.4 21.1 18.0 21.5

49.9 53.8 54.6 55.6 41.8

fUENTE: INEGI-ENESTYC (2004).

Para la manufactura en general y analizadas las configuraciones produc­tivas por dimensiones, podríamos concluir que:

a) Una minoría tiene tecnología elevada. b) Una mayoría ha realizado cambios sencillos de organización del tra­

bajo. e) La mayoría no está sindicalizada y no cuenta con protecciones en

contratos, prestaciones, jornada y estabilidad en el empleo, y tiene bajos salarios aun en los establecimientos sindicalizados.

d) La mano de obra en su mayoría no es calificada y tiene poca antigüe­dad en la empresa, con escolaridad no alta.

Podemos concluir que la reestructuración productiva avanzó en México, especialmente durante la década pasada, pero el camino principal seguido no fue el cambio tecnológico en su nivel más alto, sino el cambio en la orga­nización del trabajo, sin flexibilidad numérica ni salarial importantes (De la Garza y Bouzas, 1998); no obstante la implantación de bonos de produc­tividad, éstos no representaron mucho en el total de las remuneraciones (De la Garza, 2005); la flexibilidad avanzó más en el nivel de los contratos colectivos de trabajo en lo funcional, permitiendo la movilidad interna, la polivalancia y el ascenso por capacidad.

Es probable que en la manufactura hayan tres o cuatro configuraciones productivas dominantes; la primera puede corresponder a las empresas ma­cro con tecnologías de alto nivel, con extensión de nuevas formas de or­ganización del trabajo y mano de obra calificada y que han introducido la informatización de los procesos productivos y administrativos, y salarios más elevados que los otros tipos; la segunda puede ser el toyotismo precario, caracterizado por tecnología media o baja, nuevas formas de organización del trabajo, flexibilidad media o baja y calificación baja, bajos salarios, y

270 ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

alta rotación externa voluntaria; la tercera correspondería a la persistencia del taylorismo-fordismo, con tecnología media o baja, flexibilidad media o baja, media o baja calificación y organización fordista, y bajos salarios (sin olvidar en las micro y una parte de las pequeñas configuraciones tradicio­nales, con tecnologías de nivel bajo, formas arbitrarias de organización, no sindicalización y salarios bajos). En cuanto a la forma principal que ha adquirido la reestructuración productiva, ésta ha seguido la vía del toyo­tismo, pero un toyotismo a la mexicana con bajos salarios en general, baja calificación, flexibilidad funcional y alta rotación externa de personal, es decir, un toyotismo precario (De la Garza y Neffa, 2010).

LOS LÍMITES DEL TOYOTISMO PRECARIO Y LA RESTAURACIÓN

DEL CORPORATIVISMO SINDICAL EN MÉXICO

El concepto de límite de una configuración productiva se empezó a utilizar desde finales de los años setenta, referido al del taylorismo-fordismo, aun­que en esa época no se le denominaba modelo de producción propiamente dicho sino forma de organización del trabajo, o bien, régimen de acumula­ción. Los límites del taylorismo-fordismo como forma de organización del trabajo se referían a la inutilidad de insistir en aplicar sus principios para el incremento de la productividad. En esa época se cuestionaron las bon­dades de los principios del taylorismo-fordismo: la segmentación de tareas en forma minuciosa, para tener operaciones simplificadas, estandarizadas y medidas con tiempos y movimientos; la división del trabajo por puestos individualizados organizados en secuencias lineales y, por tanto, el empleo de mano de obra no calificada. Esta forma de organización, que permi­tió elevar la productividad desde principios del siglo XX, primero en Estados Unidos y luego en otros países, habría llegado a su límite en torno de la gran crisis capitalista de la segunda mitad de los setenta porque implicaba un tiempo productivo y otro improductivo de transporte entre un puesto y otro en la línea de producción, y el principio de segmentación minuciosa haría aumentar el porcentaje del tiempo de transporte interno en las líneas de producción con respecto al tiempo total de producción, lo que llegaría a contrarrestar la ventaja de operaciones más rápidas al dividir más el trabajo. Por otro lado, no era posible segmentar indefinidamente el trabajo, ni tampo­co simplificarlo más después de cierto punto. También, la organización taylorista-fordista, basada en el mayor desgaste de la fuerza de trabajo -lo que Marx llamaba intensificación del trabajo, que no es el concepto de tra­bajo intensivo de la economía convencional, que remite a relación de cos­tos laborales a costos totales-, supuso resistencias individuales y colectivas de los trabajadores relacionadas con dicha intensificación, con la monoto-

LA MANUFACTU

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IRIQUE DE LA GARZA TOLEDO

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AURACIÓN

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LA MANUFACTURA Y LA MAQUILA EN CRISIS Y EN LA CRISIS 271

nía, el trabajo poco creativo y poco participativo (Boyer y Freyssenet, 2001). Las resistencias de los trabajadores podrían ir desde la incapacidad física para trabajar más rápido, hasta las formas menos directas, como el tortuguismo, el sabotaje a la producción, el ausentismo, el tumover, el alco­holismo y la drogadicción. Las formas de resistencia colectiva a esta forma de organización desgastante de la mano de obra más reconocidas fueron el paro loco, la huelga y la negociación colectiva que frenaba la velocidad de las cadenas de montaje. Y las culturales, con la no conformación de una cultura organizacional homogénea, sino la segmentación entre las culturas obreras y las de las gerencias y el empresariado, con sus consecuencias en la no identidad con el trabajo, con la empresa y la productividad.

La visión regulacionista, con su concepto alterno de fordismo como régimen de acumulación, añadió el componente de articulación entre pro­ducción en masa y consumo en masa, componente muy importante porque permitió relacionarlo con niveles de la economía y la política que rebasaban al proceso productivo. Sin embargo, las teorías de crisis del taylorismo­fordismo no dejaban de ser tipos ideales en relación con situaciones muy diversas de implantación de estas formas de producción en el mundo: pri­mero, no en todos los países se vivió un periodo keynesiano de casi pleno empleo, con sindicatos fuertes y representativos de los trabajadores, ni se acuñaron en forma acabada culturas obreras arraigadas en la gran fábrica manufacturera con trabajo estable y orgullo obrero, de tal forma que elemen­tos importantes que apuntarían hacia límites de esta forma de organización del trabajo, así como a las formas de resistencia que la acompañaron, no operaron al mismo tiempo ni se presentaron iguales siempre. De tal manera que el taylorismo-fordismo sigue existiendo en el mundo, especialmente en países maquiladores de bajos salarios, sindicatos inexistentes o contro­lados por los Estados, con abundante mano de obra dispuesta a aceptar un empleo por bajas remuneraciones y gran desgaste de su fuerza de trabajo.

De cualquier forma, de manera sistemática en los inicios de los ochenta, las nuevas doctrinas gerenciales, una parte de la academia, de los gobiernos y organismos internacionales plantearon como salida a la crisis de produc­tividad de los setenta la implantación del toyotismo con sus principios de: reintegración de tareas vs. segmentación del taylorismo; polivalencia vs. tra­bajo simplificado y rutinario; movilidad interna entre puestos, categorías y departamentos vs. un puesto, un hombre; participación e involucramien­to del trabajador para poner a disposición de la empresa el saber hacer tácito acumulado por éste vs. un trabajador que se reduce a obedecer reglas; la crea­ción de una cultura propiamente organizacional, es decir, compartida por directivos y trabajadores, y una identidad del trabajador con la empresa y con su trabajo vs. la actitud instrumental del trabajador. Sin embargo, como

272 ENRIQUE DE LA vfl.l\..L, •• _

sucede con todas las recetas abstractas, tenía el defecto de ignorar que las doctrinas gerenciales siempre se asientan en contextos y con actores loca­les que las llenan de contenido y con esto las formas y los resultados de su aplicación pueden diferir. Se olvidaba que el éxito de japón a partir de la década de los años cincuenta, y en especial durante la crisis de los setenta, no se podía disociar de instituciones del sistema de relaciones de trabajo que sobrepasaban a las empresas, como era la institución en las grandes compañías del trabajo de por vida; el ascenso no por capacidad sino por an­tigüedad; la existencia, como fenómeno histórico construido con conflictos después de la Segunda Guerra Mundial, de la figura del sindicato de la casa (sindicato que coopera con la gerencia en la gestión cotidiana de la fuerza de trabajo dentro del proceso de trabajo); la existencia de un reparto de uti­lidades según el desempeño financiero de la empresa (muy diferente de los bonos occidentales por productividad individualizados); la presencia de un mercado dual de trabajo, uno muy protegido por las empresas grandes y otro desregulado que permitía la expulsión de trabajadores de las com­pañías subcontratistas en momentos de crisis, y finalmente, una seguridad social en las firmas grandes dependiente de la empresa y no del Estado.

Pero el nuevo toyotismo, como antes el taylorismo, se asentó inevitable­mente en contextos locales. Para países como México:

1) Con una abundante mano de obra en busca de empleo, no calificada, de bajo nivel educativo, joven, sin experiencia laboral.

2) Dispuesta a aceptar bajos salarios. 3) Con sindicatos corporativos poco representativos, dispuesto a acep­

tar condiciones laborales a la baja. 4) Con un gobierno controlador de las relaciones de trabajo a favor de

las empresas que avala, protege y contribuye junto con los sindicatos a erradicar la disidencia.

Esta "nacionalización" del toyotísmo ayudó, junto a decisiones de los actores principales, Estado, empresas, sindicatos y trabajadores, a la con­formación de un toyotismo precario como forma dominante de la reestructu­ración productiva en México, el cual implicó: aplicación parcial del "justo a tiempo" y el control total de la calidad, en la mayoría de las empresas rees­tructuradas reducido a sus aspectos más simples como los círculos de control de calidad; un toyotismo que en México implicó la continuación de la segmen­tación entre el trabajo de operación de los obreros y el de concepción de técnicos, ingenieros y directivos, con el predominio de obreros no calificados; el achatamiento de los tabuladores para obreros, con la consiguiente no carrera profesional, sobre todo la persistencia de la barrera entre ser obrero

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ENRIQUE DE l.A GARZA TOLEDO

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1dó, junto a decisiones de los catos y trabajadores, a la con­pa dominante de la reestructu-1 aplicación parcial del "justo a ;mayoría de las empresas rees­es como los círculos de control ó la continuación de la segmen­lbreros y el de concepción de ninio de obreros no calificados; reros, con la consiguiente no l de la barrera entre ser obrero

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y no; flexibilidad salarial extensa, pero convenios de productividad que pre­mian sobre todo puntualidad y asistencia, además de montos poco atracti­vos como bonos; persistencia en el sector estructurado de la economía de la rigidez en el empleo y el desempleo, las reglas generales de cómo desem­plear no han cambiado y están contenidas en la Ley Federal del Trabajo; flexibilidad funcional más amplia que la numérica; bajos salarios y una mayoría de los obreros en los linderos de la pobreza. El toyotismo precario se combinó con la flexibilización de los contratos colectivos de trabajo a partir de la segunda mitad de los ochenta. Esta forma de toyotismo se tra­dujo en alta rotación externa voluntaria y en elevadas demandas individuales ante las juntas de conciliación y arbitraje por violación en derechos labo­rales (Shaiken, 1990).

El toyotismo precario se extendió con cierto éxito durante la década de los noventa, especialmente en el sector estrella del modelo neoliberal en México, el manufacturero, pero desde el inicio del presente siglo -así como en el segundo quinquenio de los setenta para el taylorismo-fordismo- la coyuntura de recesión en la economía en Estados Unidos bajó la demanda de productos manufacturados mexicanos y la nueva competencia en las inversiones extranjeras directas de países como China, especialmente en el área de las manufacturas, conformaron parte del marco externo de la crisis. Pero esta crisis no se produjo sin un contexto nacional que le ayudó: la extensión del toyotismo precario en la maquila y, a la vez, la maquilización de una parte de las manufacturas no maquiladoras, es decir, la extensión de las configuraciones productivas dominantes en la maquila a otros secto­res; la gran desarticulación de antiguas cadenas productivas, no sustituidas por los escasos encadenamientos que el modelo maquilador ha propiciado, reflejado en el déficit persistente de la balanza de pagos en la manufactu­ra; la casi inexistencia de investigación y desarrollo en las empresas del país, correlacionado con la importación creciente de su maquinaria y equi­po; el fracaso para las empresas productivas de la privatización bancaria con el encarecimiento del crédito y su escasez, y finalmente, la falta de una po­lítica industrial de fomento que supliera desventajas por un tiempo de aquellas empresas sometidas, dentro y fuera del país, a la competencia in­ternacional (Kenney, 1998).

Es decir, la crisis económica en México de los primeros años de este siglo y de fines de la primera década, tiene en su centro no el sector financiero como en la de 1995, sino el aparato productivo, especialmente el eje del mode­lo que ha sido el manufacturero. Esta crisis, a la fecha, no ha sido remontada y han influido factores externos a las empresas, como los mencionados, más otros internos que contribuyen a convertirla en crisis de la productivi­dad, al menos en la parte en que predomina el toyotismo precario.

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En su aspecto más abstracto, el toyotismo puede llegar también a su lí­mite para permitir incrementar la productividad en ciertos contextos. El toyotismo, como el taylorismo, también es un régimen laboral basado en la intensificación del trabajo, no en la alta automatización de los procesos productivos, y en esa medida puede tener límites físicos y sociales. Los físi­cos son evidentes; aunque el trabajador esté más motivado que el del taylo­rismo y su trabajo sea más creativo, hay un límite a su capacidad física y a su ingenio para aumentar la productividad en términos de no poder desgas­tar más rápido su fuerza de trabajo, so pena de crisis biológica o psicológica. La muerte en japón por exceso de trabajo como figura jurídica reconocida en la legislación es indicador de estos límites. Los límites sociales también pueden imaginarse: especialmente la rotación voluntaria, tan común en la maquila de exportación en México, y la insatisfacción con el trabajo, que puede originar demandas individuales o colectivas; también se puede ver la crisis del toyotismo como crisis de las relaciones en la familia, que se olvida a causa de las largas jornadas para cumplir con las metas de produc­tividad o el trabajo en días de descanso con la misma finalidad. Finalmente, la crisis como crisis de identidad con la empresa, como disyuntiva entre vivir o trabajar, de realización personal, que puede conducir al rechazo a este trabajo que se apodera de toda la personalidad y reduce los mundos de vida al del trabajo, es la crisis de la mejora continua que no tiene límite para consumir toda la integridad del trabajador en aras de la productividad. Es decir, la crisis y los límites del toyotismo podrían ir más allá de su forma precaria y estar ya presentes en el mismo japón (Weller, 2000).

A la crisis del toyotismo en México han contribuido también, como as­pectos específicos: la contraposición entre crisis en la economía, especial­mente en la manufactura en los primeros años de este siglo y aumentos salariales reales limitados en este sector como parte de la política laboral del actual gobierno, que contribuyeron a convertir a la crisis de productivi­dad en una de rentabilidad, sobre todo manifiesta en la maquila de expor­tación. Tampoco esos aumentos reales lograron recuperar el poder adquisitivo en la manufactura de inicios de los noventa, ni podrían llevar a la conclusión de que el actual gobierno propició el tránsito hacia una vía alta del desarrollo, porque no contó con una política industrial acorde con esa meta y porque prefirió la restauración de la relación corporativa sindi­cal tradicional.

El corporativismo mexicano siempre fue de Estado, por largo tiempo se confundió con el partido político -los sindicatos corporativos en México pertenecen a PRI-, pero el cambio a un gobierno diferente en el año 2000 mostró que las raíces del corporativismo están sobre todo en lo :aboral y no en el sistema de partidos. Lo laboral, articulado con lo político estatal, pero no necesariamente con el sistema electoral. Así sucedió, las corpora-

LA MANUFACTURA Y L

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dones sindicales son cada vez menos importantes electoralmente, pero son insustituibles en el control actual del sistema de relaciones de trabajo, sistema que incluye todavía una cúpula de decisión centrada en el Ejecutivo federal en comunicación con las cúpulas de los sindicatos y de los empresarios. Este sistema, largamente construido, involucra a la Secretaría del Trabajo y a las juntas de Conciliación y Arbitraje, en donde confluyen nuevamen­te patrones y líderes de sindicatos y donde se reproduce principalmente el corporativismo como relación de intercambio de paz laboral a través del control sindical, a cambio del sostenimiento de los cotos de poder de las direcciones gremiales. Este nodo central no cambió con el actual gobierno e incluso hubo intentos de renovar la alianza macro del Estado con los sindicatos en torno de la elaboración del proyecto de ley laboral impulsado por la Secretaría del Trabajo, que implicó un acuerdo de intercambio entre mayor flexibilidad laboral por protección del monopolio de representación de los sindicatos por la dirigencia del Congreso del Trabajo.

La crisis del toyotismo precario contribuyó al estancamiento o al lento crecimiento de la economía, especialmente del sector manufacturero, in­cluyendo a la maquila de exportación. Sólo las macrocorporaciones, como las 500 más grandes de México, que en general no formaban parte del toyo­tismo precario, que sí habían introducido desde los noventa nuevas formas de organización del trabajo, parecieran reconocer recientemente algunos de los límites mencionados y haber iniciado otra reestructuración basada más en tecnología dura y en la informatización de su administración y del pro­pio proceso productivo. Economía del conocimiento, diagnosticará alguno, pero en términos más sencillos es compra de tecnología, compra de siste­mas informáticos, con algunas innovaciones en las propias empresas, que no eliminan la diferencia entre el conocimiento requerido para la creación de un nuevo equipo controlado por computadora o un software, con la ope­ración del mismo. Cualquiera que sea la forma como se conceptualice este posible cambio en los gigantes empresariales en México, permite prever nuevas polarizaciones con las otras grandes empresas y, sobre todo, con las de menor tamaño, y abre la interrogante sobre cuáles serían los modelos de producción alternativos al toyotismo precario en el siglo XXI que permiti­rían un desarrollo más sostenido y justo.

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