NUEVA ÁMSTERDAM Y CARTAGENA DE INDIAS....
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NUEVA ÁMSTERDAM Y CARTAGENA DE INDIAS. JUDÍOS EMANCIPADOS Y
CRISTIANOS NUEVOS EN BUSCA DE UN NUEVO PORVENIR. UNA
APROXIMACIÓN HISTÓRICA.
HENRY LEONARDO ACOSTA ARAQUE
DIRIGIDO POR: RODOLFO NIETO ECHEVERRY
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
LICENCIATURA EN EDUCACION BASICA CON ENFASIS EN CIENCIAS SOCIALES
Bogotá, Colombia
2016
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Tabla de contenido
1. Introducción ......................................................................................................................... 4
1.1. Justificación ..................................................................................................................... 4
1.2. Objetivo General .............................................................................................................. 5
1.3. Objetivos específicos ....................................................................................................... 5
1.4. Planteamiento del problema ............................................................................................. 6
1.5. Metodología ..................................................................................................................... 6
1.6. Marco Teórico .................................................................................................................. 7
2. Capitulo I. Breve Historia De La Diáspora Del Pueblo Judío Desde Sus Orígenes Hasta
La Actualidad. ............................................................................................................................. 9
2.1. Cronología de las rebeliones judías contra Roma: ......................................................... 24
2.2. La Catedrocracia: .......................................................................................................... 28
2.3. Los judíos en España durante el reinado de los visigodos: ............................................ 31
3. Capitulo II. Migraciones .................................................................................................... 37
4. Capitulo III. Aportes De Los Judios A La Humanidad. .................................................... 55
4.1. Aportes de los judíos en América Latina: fueron pioneros en la conquista y
colonización de Hispanoamérica .......................................................................................... 65
5. Conclusiones. ..................................................................................................................... 69
6. Anexos. .............................................................................................................................. 70
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7. Bibliografía. ....................................................................................................................... 71
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NUEVA ÁMSTERDAM1 Y CARTAGENA DE INDIAS. JUDÍOS EMANCIPADOS Y
CRISTIANOS NUEVOS EN BUSCA DE UN NUEVO PORVENIR. UNA
APROXIMACIÓN HISTÓRICA.
1. Introducción
1.1. Justificación
El objetivo general de la monografía es establecer una comparación histórica de la presencia de
los judíos en Nueva Ámsterdam, actual Nueva York y en Cartagena de indias, Colombia durante
un periodo histórico determinado (años 1626 a 1664) reseñando las similitudes y diferencias de
estas dos migraciones.
En la mirada retrospectiva descubrimos que la comunidad judía ha sido consustancial a la
historia de Estados Unidos y Colombia en el encuentro entre España y el Nuevo Mundo. Los
judíos que llegaron a América provenían de España y en las naves de Colón viajaron judíos que
aprovecharon esta aventura para dejar España atrás como les exigió el decreto de expulsión.
Como en tantas otras latitudes la población judía efectuó un portentoso equilibrio para mantener
viva su identidad y adaptarse a los parámetros y exigencias de su destino de acogida.
1 Es importante tener en cuenta que cuando en la presente investigación se alude a Nueva Ámsterdam, se hace
referencia al actual puerto y ciudad de Nueva York, que para el momento histórico que abarca esta monografía, no era más que un modesto establecimiento comercial ubicado al sur de Manhattan.
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En el transcurso de los siglos las sucesivas corrientes migratorias compuestas por judíos que se
infiltraron en los dominios españoles, paulatinamente van contribuyendo al impulso del
comercio así como a renovar la vida cultural, desarrollar ciudades, fundar barrios y levantar
edificios, dejando su impronta en la conformación de las actuales ciudades de Nueva York y
Cartagena.
Los judíos sin duda jugaron un papel significativo en el desarrollo cultural, en estas dos
ciudades. Para comprender la importancia de su influencia, es imperativo dar a conocer sus
orígenes, las condiciones que generaron las migraciones de estos pueblos a América y los
principales obstáculos que hallaron al intentar emigrar a éstas nuevas comarcas.
Considero que es importante trabajar este tema porque posibilita adentrarnos al estudio de la
historia regional y comparar el desarrollo de las respectivas diásporas hacia América aquí
referidas. Además considero importante el aporte que me puede ofrecer esta investigación para
mi desarrollo profesional y personal en el campo de la pedagogía y de la enseñanza de la historia.
1.2. Objetivo General
Dar a conocer las principales características de las comunidades de judíos emancipados y
cristianos nuevos que migraron a las ciudades de Nueva Amsterdan y Cartagena respectivamente
a mediados del siglo XVII.
1.3. Objetivos específicos
▪ Identificar los aportes socio-culturales y económicos, de las diásporas que llegaron y
se establecieron en New York y Cartagena.
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▪ Identificar el origen de las diásporas judías que se desplazaron a America
específicamente a Amsterdan y Cartagena.
▪ Comparar los aportes socio-culturales y económicos de los grupos de judios sefarditas
y cristianos nuevos que se establecieron en las ciudades de Nueva Amsterdam y
Cartagena desde mediados del siglo XVII.
1.4. Planteamiento del problema
Teniendo en cuenta la procedencia de las comunidades de judíos al Nuevo Mundo, como sus
vicisitudes para su ingreso, la pregunta que me va a orientar esta indagación histórica, se formula
a partir de:
¿Cómo fue el devenir de las comunidades judías, cómo y porqué migran hacia ciudades
como Nueva Ámsterdam y Cartagena de Indias durante el periodo de años 1626 a 1664,
cuáles fueron sus aportes socio-culturales y económicos para los años mencionados?
1.5. Metodología
Este estudio se desarrolla desde una perspectiva de historia comparada y pretende ser una
aproximación, un esbozo de los más recientes estudios e investigaciones realizados hasta ahora,
sobre lo que hicieron estas comunidades para determinar de qué manera incidió cada una en el
proceso de consolidación de las respectivas ciudades a las que arribaron así como de las
vicisitudes y dificultades que atravesaron en su proceso de adaptación, pues arribaron a
diferentes geografías en condiciones y contextos diferentes.
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Considero que es interesante y significativo conocer las visiones de mundo y expectativas de los
judíos libres o emancipados que ingresaban al territorio de Nueva Ámsterdam en contraste con
los cristianos nuevos que lo hacían subrepticiamente a Cartagena de Indias.
1.6. Marco Teórico
Entre las principales teorías que se barajan a propósito de los orígenes de la diáspora judía se
encuentran:
1. Según Isaac Abravanel fue Pirro (318-272 a.C.) quien llevó a España habitantes de Jerusalén
de varias tribus, las cuales se desplazaron y le acompañaron de forma voluntaria.
2..Según estudios epigráficos de Haim Beinart, la presencia de los judíos en Sefarad (España),
data de los primeros siglos de la era cristiana, cuando llegaron a la península, se radicaron
principalmente en Mérida, que fue el centro de la dominación romana en Lusitania; en Sevilla,
Granada, Lucena, Toledo y en el reino de Valencia.
Los judíos de Portugal se establecieron en Lisboa, Oporto y Santarém.
En el capítulo I de esta monografía se describirá brevemente la historia de la diáspora del
pueblo judío en donde se analizaran las generalidades de las migraciones de los judíos a lo largo
y ancho de los continentes a los cuales se desplazaron y se refugiaron.
En el capítulo II “Migraciones” describiré las migraciones referidas de los judíos a Nueva
Ámsterdam y a Cartagena, haciendo simultáneamente una comparación de las características,
dificultades, diferencias, similitudes de dichas comunidades.
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En el capítulo III describo los aportes de los judíos a las civilizaciones que se establecieron en
Nueva Ámsterdam y en Cartagena.
En el capítulo IV resumo las dificultades, los logros que tuvieron las migraciones para
establecerse en América específicamente en Nueva Ámsterdam y en Cartagena.
En el anexo se incluirá el mapa de Nueva York antiguo.
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2. Capitulo I. Breve Historia De La Diáspora Del Pueblo Judío Desde Sus Orígenes
Hasta La Actualidad.
El pueblo judío ha sido desde tiempos inmemoriales errante por diversos motivos, pero su
primera aparición en la historia de la humanidad lo registra como un grupo de tribus nómadas del
desierto que se desplaza, desde Ur de Caldea en la media luna fértil, en busca de una tierra
prometida por un Dios Único que se le revela a Abraham, según algunas versiones, un
comerciante en imágenes de los dioses de la religión politeísta de Mesopotamia. Este es el
primer desplazamiento del que la historia judía tiene noticia.
A los judíos de la edad antigua se les denominaba israelitas porque eran un grupo de tribus que
todavía no tenían muy claras sus creencias religiosas. Se les denominó judíos solamente cuando
decidieron asumir la fe en el dios único definitivamente.
El primer asentamiento en la actual Palestina data del año 4.000 a. de C., cuando Abraham
compró la tierra de Hebrón a Efrón el hitita por la suma de 400 siclos (monedas de plata).
Abraham compraba este terreno a fin de sepultar allí a su esposa Sara y luego ser sepultado él
mismo. (Génesis 23) este sitio era conocido como la cueva de Macpalá. Tras la muerte de
Abraham, y mucho después le sucedió en la dirección del pueblo de Israel el profeta Moisés.
Este fue un arquetipo de la religión judía y a quien se le atribuyen entre muchos aportes a los
judíos la invención del alfabeto hebreo, el establecimiento de las tablas de la ley.
Los judíos tenían como principales rivales para su desarrollo económico y social a los filisteos
(pulesti).Los filisteos se asentaron sobre la costa que todavía lleva su nombre: Palestina. Allí
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construyeron cinco grandes ciudades: Ascalón, Ecrón, Gat, Asdad y Gaza. Los filisteos eran ante
todo un pueblo guerrero.
Josué, fue un judio sucesor de Moisés, conquistó Jericó y otras ciudades, posteriormente
establecería una teocracia, que sería sucedida por una monarquía bajo los gobiernos de Saúl,
David y Salomón (primer Estado hebreo). Secuencialmente los reinos de Israel y judá fueron
gobernados por los siguientes monarcas: El rey Omri gobernó en Galilea. La desigualdad social
prevalecía. Es entonces cuando aparecen los profetas. El profeta Elías apareció por esta época.
Elías ungió a su sucesor Eliseo. Eliseo se asoció con Jehú, uno de los exitosos generales de la
fuerza de carros y provocó una conspiración religiosa-militar, que lo lleva ser rey y fue así como
desencadenó uno de los golpes más sangrientos de la historia de los judíos. Surgió una purga
religiosa que restableció el culto a un dios único. En 745 a.c. el rey de Asiria( actual Irak) el
cruel Tiglatpileser III Inauguró una política de deportación masiva en los territorios
conquistados de Israel.. En 734 el monarca asirio se abrió paso hacia la costa y descendió hasta
El arroyo de Egipto. Toda la élite, los ricos, los mercaderes, artesanos y soldados de Israel
fueron deportados a Asiria y establecidos allí; en su lugar se instalaron tribus caldeas y arameas
de Babilonia.
Así se desencadenó la primera gran tragedia masiva de la historia judía. Al iniciar su último y
obligado viaje a Asiria, las diez tribus del norte de Israel salieron de la historia y entraron en el
mito. Vivieron en la leyenda hebrea posterior, pero en realidad sencillamente fueron asimiladas
por la población aramea circundante y perdieron su fe y su idioma; y la difusión del arameo
hacia el oeste, como lengua común del imperio Asirio, contribuyó a ocultar su desvanecimiento.
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En Samaria, por ejemplo, permanecieron campesinos y artesanos israelitas y concertaron
matrimonios mixtos con los nuevos colonos.
La élite exiliada en Asiria continuaba venerando a Yahvé, es así como enviaron de regreso a uno
de sus sacerdotes con el fin de que se instalara en Betel y enseñase al pueblo sin jefes. Los judíos
empezaron por esta época a discriminar a los pueblos que no tenían un dios único.
Jerusalén (capital de judea) sobrevivió a un fiero sitio del rey Senaquerib en 701a.C. ello se
debió a un violento episodio de peste bubónica que asoló al campamento asirio.
Isaías fue el más notable de los profetas y escritores.No se limita a predicar un nuevo código
ético. En conjunto el libro de Isaías señala una notable maduración de la religión de Yahvé.
A diferencia de los griegos, los israelitas, inspirados por Isaías, estaban avanzando hacia un
monoteísmo puro. Así pues, la religión mosaica del desierto comienza a convertirse en una
refinada fe universal, hacia la cual la humanidad entera puede volverse en busca de respuestas.
Jeremías comenzó a predicar en 627 a.C. Veía en la nación una colectividad terriblemente
pecadora que avanzaba hacia su destrucción. Criticaba la corrupción de los reyes y de los altos
sacerdotes. Consideraba que se podía prescindir del estado de Israel, someterse al poder
conquistador y adaptarse al, extraer el mejor partido de la adversidad.
Jerusalén cayó en 597 a.C. bajo las órdenes de Nabucodonosor rey de los babilonios.
Los años 400-200 a.C. se conocen como los siglos perdidos de la historia judía. Los judíos
simpatizaron con los persas más que con cualesquiera otros gobernantes. Nunca se alzaron
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contra ellos, al contrario, algunos mercenarios ayudaron a sofocar la rebelión egipcia. Además,
los judíos tenían libertad de culto garantizada en cualquier lugar del imperio.
Los 200 años perdidos son testigos de las gestas colonizadoras de reasentamientos en Palestina
dirigidas por Nehemías y Esdras y ampliamente documentadas en la Biblia.
De 322 a 200 a.C. los judíos fueron gobernados por los Tolomeos; después por los Seléucidas.
En esta época tuvo lugar un flujo de colonos griegos hacia Asia occidental, donde construyeron
sus ciudades por doquier. Cuando el mundo volvió a emerger en la civilización de la Edad de
Hierro, comenzó a manifestarse la división entre Oriente y Occidente, y del lado occidental
surgió una de las fuerzas más poderosas que el mundo haya conocido jamás: la civilización de la
polis, la ciudad-estado griega.
Siria y Palestina fueron áreas de intensa colonización griega y sus habitantes, sobre todo en la
costa fueron rápidamente helenizados.
Los judíos distinguían entre lo humano y lo divino. Los griegos elevaban constantemente lo
humano y rebajaban lo divino. Para ellos los dioses no eran mucho más que antepasados
reverenciados y eficaces. Por lo tanto, no les costaba mucho endiosar a un monarca. Jamás
existió la posibilidad de una confluencia entre el judaísmo y la religión griega como tal; lo que
los reformadores deseaban era que el judaísmo se universalizara asimilando la cultura griega; y
eso significaba abrazar la polis.
La posibilidad de que griegos y judíos convivieran en razonable armonía se vio truncada por el
ascenso de un movimiento reformista judío que deseaba acelerar el ritmo de la helenización. Este
movimiento tenía fuerza en la clase gobernante de Judá, que ya estaba semihelenizada y que
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deseaba incorporar a la modernidad al pequeño estado del Templo. Sus motivaciones eran
esencialmente económicas y culturales; pero había quienes deseaban impulsar al judaísmo por el
camino lógico que ya estaba recorriendo. El universalismo está implícito en el monoteísmo.
Alejandro había creado su imperio con un ideal: quería fusionar las razas.
En 175 a.C. el movimiento judío de reforma halló un aliado entusiasta pero peligroso en la
persona de Antíoco Epífanes, el nuevo monarca seléucida. El rey ansiaba helenizar la provincia,
pero también deseaba recursos para poder financiar sus guerras.
En 167 a.C. el conflicto se exacerbó debido a la publicación de un decreto que abolía la ley
mosaica y la reemplazaba por una ley secular, al tiempo que rebajaba al templo a la categoría de
lugar ecuménico de culto. Esta medida implicó incorporar la estatua de Zeus Olímpico
Los judíos rigoristas se rebelaron. Entre ellos Matatías Asmón y sus cinco hijos, desencadenaron
después una campaña de guerrillas contra las guarniciones seléucidas (griegos) y sus partidarios
judíos. A esta rebelión se le conoció como la sublevación de los macabeos. En el lapso de dos
años, de 166 a 164 a.C., expulsaron a todos los griegos de la región que circunda Jerusalén. En la
ciudad misma encerraron a los reformadores y los seléucidas en el Acra y limpiaron el Templo
de sus sacrilegios, reconsagrándolo a Yahvé en un servicio solemne celebrado en diciembre de
164 a.C., un episodio conocido como Janukká o Purificación.
En 152 a.C. los seléucidas abandonaron su intento de helenizar Judá por la fuerza y reconocieron
a Jonatás, como sumo sacerdote. En 142 a.C. prácticamente reconocieron la independencia de
Judea al eximirla de impuestos.
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Tras el reconocimiento de esta independencia, llegó al poder en Israel una nueva dinastía
fundada por simón macabeo. Esta dinastía de monarcas quiso imponer la religión judía por la
fuerza a la gente pobre del norte de Israel (Galilea) que habían sido considerablemente
helenizados. Un representante de esta dinastía fue Antípatro, ministro de Hircán, de origen judío-
griego, quien en el año 63 a.c. concertó un acuerdo con Pompeyo y judea se convirtió en estado
cliente romano.
El hijo de Antípatro, que se convirtió en Herodes el Grande, unió firmemente a los judíos con el
sistema administrativo del Imperio romano.
El reinado de Herodes, que fue el verdadero gobernante de Judea y muchos territorios más desde
37 a. de C. hasta su muerte, cuatro años antes de la era cristiana, en un periodo de la historia
hebrea sobre la cual a los historiadores les ha costado ponerse de acuerdo. Herodes era
simultáneamente judío y antijudío; partidario y benefactor de la civilización grecorromana, y al
mismo tiempo un bárbaro oriental capaz de cometer crueldades inenarrables. Fue un político
brillante y en ciertos aspectos un estadista sabio y lúcido, generoso, constructivo y muy eficaz;
pero también ingenuo, supersticioso, burdamente autocomplaciente, y un individuo que estaba al
borde de la locura: a veces traspasaba ese límite. Combinaba en su persona la tragedia de Saúl
con el eficaz materialismo de Salomón, que sin duda era su ídolo.
Herodes alcanzó notoriedad durante el período en que su padre fue gobernador de Galilea. Allí,
en el verdadero espíritu del dominio romano destruyó una banda de guerrilleros semi- religiosos,
encabezados por un hombre llamado Ezequías, y ordenó la ejecución de los jefes, sin recurrir a
forma alguna de proceso religioso judío y exclusivamente en razón de su autoridad. Esta actitud
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era un delito capital ante la ley judía, y Herodes compareció ante el Sanedrín: solo la presencia
de sus guardias, que intimidaron a la corte, impidió que se lo procesara y sentenciara.
Se presenta a continuación un periodo de inestabilidad política entre las dinastías en el poder.
Un aspecto de la política de Herodes fue castrar el poder destructivo del judaísmo rigorista,
separando el Estado y la religión, y promoviendo a los judíos de la diáspora. Su primer acto al
asumir el poder en 37 a. de C., fue ejecutar a 46 miembros destacados del Sanedrín, que habían
intentado sostener la ley en casos seculares. En adelante fue solo un tribunal religioso.
El nivel general de la prosperidad palestina se elevó durante el reinado de Herodes, gracias a la
paz externa, el orden interno y la expansión del comercio. El número de judíos nativos y
conversos aumentó por doquier. Se calcula que durante el período de Herodes había alrededor de
ocho millones de judíos en todo el mundo, y que de ellos, entre 2.350.000 a 2.500.000 vivían en
Palestina; por lo tanto, los judíos formaban alrededor del diez por ciento de la población del
imperio romano. Esta nación dinámica y la próspera diáspora eran la fuente de la riqueza y la
influencia de Herodes.
En la base de la política de Herodes estaba la conciencia del movimiento ascendente de los
judíos y el judaísmo, sus sentimientos de orgullo racial y religioso. Más o menos como los judíos
helenizantes antes que él, se veía en el papel de un reformador heroico, que trataba de llevar a un
pueblo conservador y obstinado del Oriente Próximo al círculo ilustrado del mundo moderno.
Herodes era íntimo amigo de Agripa, el general en jefe de Augusto, y esta relación permitió
extender la protección especial de Roma sobre las grandes comunidades judías, dispersas y a
veces amenazadas, que estaban en la órbita romana. Los judíos de la diáspora veían en Herodes a
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su mejor aliado. Era también el más generoso de los mecenas. Suministraba fondos para las
sinagogas, las bibliotecas, los baños y los organismos de beneficencia, y alentaba a otros a hacer
lo mismo, y así, en tiempos de Herodes los judíos alcanzaron fama por los numerosos estados de
bienestar en miniatura que organizaron en sus comunidades de Alejandría, Roma, Antioquía,
Babilonia y otros lugares, en un sistema que atendía a los enfermos y los pobres, las viudas y los
huérfanos, organizaba visitas a los encarcelados y enterraba a los muertos.
Las fortalezas y palacios de Herodes salpicaban Palestina, entre ellas se cuentan las siguientes:
La fortaleza Antonia(defensa de la ciudadela) de Jerusalén, levantada sobre el fuerte Asmoneo de
Baris. Otros eran el Herodium; Cipros, cerca de Jericó, denominado así por su madre;
Maqueronte, en el lado oriental del Mar Muerto, y su villa-fortaleza cortada en la roca, de
Masada.
Herodes consideraba a los judíos de la diáspora más ilustrados que los palestinos, más receptivos
a las ideas griegas y romanas, y con más probabilidades de promover en Jerusalén formas de
culto moderno. Otorgó cargos públicos de la capital a los judíos de la diáspora. En teoría, la Ley
exigía que los judíos realizaran una peregrinación al Templo tres veces al año, en Pascua, la
Festividad de las Semanas y de los Tabernáculos. Herodes decidió fomentar esta práctica,
especialmente entre los judíos de la diáspora, incorporando a Jerusalén todas las comodidades de
una moderna ciudad grecorromana, y sobre todo reconstruyendo el Templo como un monumento
espectacular que justificara la visita. Herodes era no solo un notable “filántropo”; era también un
propagandista inspirado y un gran talento del espectáculo.
En el año 22 a. c., convocó a una asamblea nacional y anunció la obra de su vida: la
reconstrucción del Templo, en escala grandiosa, que superaría incluso la obra de Salomón. La
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totalidad de la vasta construcción demandó cuarenta y seis años, y los artesanos continuaron
completando las decoraciones hasta poco antes de que los romanos lo arrasaran en 70 d.C., no
dejando piedra sobre piedra.
Herodes estaba en relativamente buenos términos con los fariseos, en general conseguía evitar
los conflictos entre el Templo y su gobierno. Sin embargo, esta alianza se quebró durante sus
últimos meses, cuando puso un águila dorada sobre la entrada principal del Templo como parte
de la decoración. Los judíos de la diáspora se sintieron complacidos con esto, pero los judíos
piadosos de la capital, incluso los fariseos, se opusieron enérgicamente, y un grupo de
estudiantes de la Tora trepó y destruyó el águila. Herodes ya estaba enfermo en su palacio
próximo a Jericó, pero actuó con su energía e implacabilidad características. El sumo sacerdote
fue destituido del cargo, los estudiantes fueron identificados, detenidos, arrastrados con cadenas
a Jericó, juzgados en el teatro romano que allí había y quemados vivos. Cuando el humo de este
sacrificio a su dignidad y generosidad lastimadas aún flotaba en el aire, Herodes fue llevado en
litera a los manantiales de Callirhoe, donde murió en la primavera de 4 a.C.
Herodes Agripa, nieto de Herodes el grande era un hombre capaz, y en 37 d. C. los romanos le
entregaron Judea. Pero falleció en 44 d.C. y Roma no tuvo más alternativa que imponer de nuevo
el gobierno directo. Así pues, la muerte de Herodes el Grande acabó con la última fase del
gobierno judío estable en Palestina, hasta la segunda mitad del siglo XX.
El periodo que siguió estuvo marcado por una tensión cada vez más notable, algo inusual bajo el
régimen romano. Los romanos dirigían un periodo liberal y respetaban las instituciones
religiosas, sociales e incluso políticas de cada región, en la medida en que eso no contrariaba sus
intereses. Pero una importante minoría de judíos de Palestina se mostró irreconciliable con los
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kittim(romanos) y ocasionalmente se mostró dispuesta a afrontar los feroces castigos que
conllevaba el desafío violento. Hubo un alzamiento encabezado por Judas de Gamala en 6 d.C.,
como protesta ante el gobierno directo impuesto por Herodes el Grande. Hubo otro, por razones
análogas, cuando se restableció el gobierno directo tras la muerte de Herodes Agripa, en 44d.C.,
dirigido por un hombre llamado Teudas, que descendió por el valle del Jordán al frente de una
turba. Hubo un tercero en tiempos del procurador Felix (52-60 d.C.), y esta vez cuatro mil
personas se reunieron en el monte de los Olivos, con la esperanza de que las murallas de
Jerusalén cayeran, como las de Jericó. Finalmente cabe mencionar los alzamientos de 66 y 135
d.C., que convulsionaron la región oriental del imperio romano.
Pero, ¿por qué se caracterizaban los judíos en ese entonces por ser un pueblo turbulento?
Las continuas rebeliones contra el poder romano no eran más que el síntoma y las consecuencias
del choque ancestral entre las culturas judía y griega. Los judíos habrían podido reconciliarse con
la cultura griega únicamente si se hubieran adueñado de ella; como en definitiva hicieron en la
forma del cristianismo. Más aún, el choque se manifestaba en los libros. Había entonces solo dos
grandes literaturas: la griega y la hebrea. Había grandes bibliotecas, oficiales y privadas; la de
Alejandría tenía más de setecientos mil rollos. La griega era la literatura de la sociedad
internacional civilizada, pero los judíos mostraban mucha mayor disciplina en el copiado, la
difusión, la lectura y el estudio de sus propios textos sagrados.
En muchos aspectos la literatura judía era mucho más dinámica que la griega. Los textos griegos
a partir de Homero fueron guías de la virtud, el decoro y modos de pensamiento; pero los textos
judíos mostraron una notoria tendencia a convertirse en planes de acción. Además, este factor
dinámico estaba adquiriendo mayor importancia. La Intención era propagandística, el tono
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polémico y completamente xenófobo; con una particularidad animosidad hacia los griegos. Se
hace hincapié en el martirio, como consecuencia de las luchas de los Macabeos.
Aún más importante que las historias de mártires fue el nuevo recurso literario del discurso
apocalíptico, que desde los tiempos de los Macabeos colmó el vacío dejado en la conciencia
judía por la decadencia de la profecía. La palabra significa “revelación”. Los textos
apocalípticos intentan expresar misterios que superan la comprensión de la mente humana, a
menudo utilizando los nombres de profeta muertos para conferirles autenticidad. Desde el siglo
II a.C., durante las crisis de los Macabeos, se concentran abrumadoramente en los temas
escatológicos: proyectan sobre el futuro la obsesión judía por la historia y pronostican lo que
sucederá cuando llegue “el fin de los días”, cuando Dios cierre el período histórico y la
humanidad entre en la era de las cuentas definitivas. Este momento se caracterizará por las
grandes convulsiones cósmicas, la batalla definitiva del Apocalipsis y, como dice uno de los
rollos de Qumrán “la hueste celestial hablará con voz potente, se conmoverán los cimientos del
mundo, y una guerra de los poderosos de los cielos se extenderá por todo el mundo”. Estos
hechos se caracterizan por la violencia extrema, las divisiones absolutas entre el bien(los judíos
piadosos) y el mal (más tarde los romanos), y por indicios de un desenlace inminente.
De estas obras, el libro de Daniel, que data de los primeros tiempos asmoneos, fue el más
influyente. Lo que impresionó especialmente a los fariseos fue la afirmación que aparecía al final
del libro de Daniel de que al final de los días “tu pueblo ha de ser librado (…) y muchos de los
que duermen en el polvo de la tierra despertarán, algunos para gozar de la vida eterna, y otros
para vergüenza y desprecio permanentes”. Esta idea del libro de Daniel se vio reforzada por el
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llamado libro etíope de Enoc, escrito a principios del siglo I d.C., que alude al “último día” y al
“día del juicio” cuando los elegidos se verán favorecidos y llegarán a su reino.
Pero si los fariseos distinguían (como más tarde haría San Agustín) entre el reino celestial y el
reino terrenal, otros daban una interpretación más terrenal a la versión apocalíptica. Creían que el
reino de la virtud era físico, real e inminente, y que ellos estaban destinados a apresurar su
aparición. Las fuerzas de ocupación romana denominaron sicarios a los integrantes del grupo
más violento. Los sicarios llevaban dagas ocultas y solían asesinar a los colaboracionistas judíos,
sobre todo aprovechando las multitudes que se congregaban en las festividades. De acuerdo con
Josefo el movimiento fue fundado en 6 d.C. por Judas el Galileo, cuando organizó un alzamiento
contra el gobierno directo y los gravámenes romanos. Al parecer Judas fue una especie de rabino
temprano, que enseñaba la antigua doctrina de que la sociedad judía era teocracia y reconocía
únicamente el gobierno de Dios.
Josefo historiador romano, distingue entre los zelotes, que predicaban y practicaban la violencia,
y lo que el denominaba las tres sectas principales, los fariseos, los saduceos y los esenios, que
aparentemente aceptaban en general el dominio extranjero.
La secta más conocida de los esenios eran los monjes de Qumrán, cuyo monasterio del Mar
Muerto fue excavado por G.L. Harding y Père de Vaux en 1.951-1.956. En verano vivían en
tiendas y en invierno se refugiaban en cuevas. Otros monjes de las cavernas eran los monjes
bautistas que vivían cerca del Jordán, entre los cuales Juan el Bautista y sus partidarios, eran de
los más conocidos.
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Juan el Bautista vivió y trabajó en Galilea y Perea, territorio que entonces era abrumadoramente
judío, pero que había sido anexionada a Judea mediante el fuego y la espada(a menudo utilizando
la conversión forzosa) en tiempos de los Macabeos. Era una región de fiera ortodoxia y variada
heterodoxia, y llena de fermento religioso y político. Gran parte de esta área había sido devastada
durante los alzamientos que siguieron a la muerte de Herodes y en el año 6 d.C.; Herodes
Antipas , hijo del gran hombre, designado gobernador por los romanos, trató de reconstruirla
levantando nuevas ciudades al estilo griego. Entre 17 y 22 d.C. fundó un nuevo centro
administrativo en Tiberíades, a orillas del lago Galilea, y para poblarlo, obligó a los judíos del
campo circundante a abandonar sus fincas y vivir allí. También reclutó a pobres y esclavos. Así,
el lugar se convirtió en una extraña anomalía: era la única ciudad griega con mayoría de judíos.
Antipas generó críticas por otras razones. Su judaísmo era sospechoso porque su madre era
samaritana y adicionalmente quebrantó la ley mosaica al desposar a la mujer de su hermano.
Juan el Bautista denunció este pecado, lo que le costó su encarcelamiento y decapitación.
El Bautista creía en lo que los judíos denominaban el Mesías, lo cual se explica en dos libros:
Isaías y Enoc. No era ermitaño, ni separatista, ni tampoco se orientaba hacia una actitud de
exclusión. Por el contrario: predicaba a los judíos que el día del ajuste de cuentas se aproximaba.
Todos debían confesar sus pecados, arrepentirse y recibir el bautismo como símbolo de
expiación, y así prepararse para el Juicio Final.
De acuerdo con el Nuevo Testamento, el Bautista estaba emparentado con Jesús de Nazaret, a
quien bautizó e identificó como el Hijo del Hombre.
La doctrina judía del Mesías nacía de la idea de que el rey David había sido ungido por el Señor,
de modo que él y sus descendientes reinarían en Israel hasta el fin de los tiempos y dominarían a
22
los pueblos extranjeros. Después de la caída del reino esta creencia se había transformado en una
expectativa profética en el milagroso restablecimiento de la casa de David. En esto se cimentaba
la descripción de Isaías de este futuro rey como dispensador de justicia. Durante los siglos II y I
a.C. esta reencarnación dispensadora de justicia del gobernante davídico armonizó con los
conceptos expuestos en el libro de Daniel, el libro de Enoc y otras obras apocalípticas de un fin
de los tiempos y de las Cuatro Últimas Cosas: la muerte, el juicio, el cielo y el infierno. En esta
etapa relativamente tardía, la figura carismática elegida por la divinidad fue denominada por
primera vez el Mesías o “el (rey) ungido”. La palabra era originalmente hebrea, después fue
aramea, y sencillamente se transliteró al griego para convertirse en messias, pero la palabra
griega que significa el “ungido” es christos, y es significativo que el título atribuido a Jesús
fuese el griego y no el hebraico.
En vista de sus orígenes complejos e incluso contradictorios, la doctrina mesiánica porvocó
mucha confusión en la mente de los judíos. Pero parece que la mayoría suponía que el Mesías
sería un jefe político-militar, y que su llegada inauguraría un estado terrenal y físico.
Así pues, resulta obvio que Jesús de Nazaret no se ajustaba a ninguno de los esquemas
mesiánicos vigentes a la sazón. No era un nacionalista judío, por el contrario era un universalista
judío. Su misión era predicar a todos, y hacerlo con un espíritu de humildad ante Dios, que podía
llegar a exigir sufrimientos extremos. Este Mesías no era un líder de turbas, ni un demócrata, ni
un jefe guerrillero y mucho menos un rey terrenal y soberano mundial. Era más bien un teólogo,
una víctima propiciatoria, un maestro con la palabra y el ejemplo, y con su vida y su muerte.
La base de la teología de Jesús era el judaísmo heterodoxo y la creciente helenización de
Galilea. Su padre, que era carpintero, falleció antes de que Jesús se bautizara en 28-29 d.C. En el
23
Nuevo Testamento griego José tiene un nombre hebreo, pero la madre de Jesús se llamaba
María, forma hebrea de Miriam. Aunque Jesús sufrió la influencia de las enseñanzas esenias, e
incluso es posible que pasara un tiempo viviendo con ellos, y pese a que personalmente estaba
relacionado con la secta bautista, en las cuestiones esenciales era uno de los jakamim, los judíos
piadosos que vivían en el mundo. Estaba más cerca de los fariseos que de ningún otro grupo.
Parece ser que Jesús era parte de una polémica que se desarrollaba rápidamente en el seno de la
comunidad judía piadosa, y que incluía a fariseos de distintas tendencias. El propósito del
movimiento jakámico era promover la santidad y generalizarla. La discusión giraba en torno a
dos cuestiones: el carácter central e indispensable del Templo y la observancia de la Ley. Creó
una religión que tiene un carácter sui generis, y con razón recibe el nombre de cristianismo.
Muchos de estos judíos de la diáspora eran rigurosos observantes de la Torá, pero otros creían
que un cambio en las asfixiantes normas y prohibiciones resultaría benéfico para la comunidad.
Todavía más dispuesto a la conversión estaba el gran número de gentiles que cohabitaban con la
diáspora. Así se aceleró la lenta difusión de la nueva religión. El tiempo del monoteísmo ético
había llegado. Era una idea originalmente judía, pero los cristianos la universalizaron.
La bifurcación del cristianismo y el judaísmo fue un proceso gradual. Esta separación de las dos
ramas fue en gran parte consecuencia de los actos de los propios judíos. La consolidación del
judaísmo alrededor de la aplicación rigorista de la Torá, como consecuencia del aplastamiento
del programa reformista de los Macabeos, fue el núcleo esencial del origen y el ascenso del
cristianismo judío. De igual manera, la inclinación del rigorismo judío hacia la violencia y la
colisión frontal con el mundo grecorromano que siguió inevitablemente durante 66-70, separó
finalmente la rama cristiana del judaísmo de su tronco judío. Sin lugar a dudas, los primeros
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partidarios de Cristo en Jerusalén se consideraban judíos. En Judea, los partidarios judíos de
Cristo continuaron siendo circuncidados y observando muchos aspectos de la ley mosaica hasta
la catástrofe de 66-70 d.C.
Las dos grandes rebeliones judías contra el dominio romano( la del año 66 a 70 d.C y la de 132 a
135 d.C.) no deben interpretarse solamente como meros alzamiento de un pueblo colonizado que
responde a la inspiración del nacionalismo religioso, sino como un conflicto racial y cultural
entre judíos y griegos. No se puede hablar propiamente de antisemitismo, pues el término no fue
acuñado sino hasta 1.879. Sin embargo, es evidente que hubo prácticas antisemitas.
2.1. Cronología de las rebeliones judías contra Roma:
Se presenta una serie de alzamientos de los judíos contra los romanos por motivos políticos y
religiosos. Entre ellos tenemos:
Año 66 d.C. Gran Revuelta judía contra la guarnición de Gesio Floro en Jerusalén. La turba
incendia las casas de la población judía y Floro aprovecha la confusión reinante para robarse el
tesoro del Templo. Los nacionalistas judíos radicales se apoderan de Jerusalén y se vuelven
contra los ricos. Uno de sus primeros actos es quemar los archivos del Templo, con el propósito
de destruir todos los registros referentes a las deudas.
Tras la matanza de la guarnición en Jerusalén, Cestio Galo, legado romano en Siria, reunió una
importante fuerza en Acre y marchó sobre la ciudad. Cuando llegó a las afueras se desalentó ante
la fuerza de la resistencia judía y ordenó una retirada que se convirtió en fuga. Entonces Roma se
hizo cargo de la situación y reaccionó con enorme fuerza, concentró por lo menos cuatro
legiones (la V,X,XII y XV) en Judea, al mando de Tito Flavio Vespasiano, uno de los más
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experimentados generales del imperio. Vespasiano se tomó su tiempo y se abstuvo de atacar
Jerusalén hasta que limpió la costa y aseguró sus comunicaciones, sometió a la mayoría de las
fortalezas ocupadas por los judíos y pacificó el campo.
69 d.C. Vespasiano es proclamado emperador y viaja a Roma, dejando a su hijo mayor Tito, de
veintinueve años, a cargo de la última fase de la campaña, es decir, el asedio y la toma de
Jerusalén, que se prolongó de abril a septiembre de 70 d.C.
“De las ciudades Séforis era prorromana, Tiberíades estaba dividida y Gadara apoyaba a Juan
de Giscala, uno de los líderes insurgentes. Tito tenía sesenta mil hombres y los recursos más
modernos. Podía confiar en que el hambre y las divisiones entre los judíos harían su trabajo.
Los defensores tenían unos veinticinco mil combatientes, divididos en cuatro grupos: los zelotes,
al mando de Eleazar ben Simón, ocupaban la fortaleza Antonia y el Templo; el extremista
Simeon ben Giora y sus sicarios, dominaban la ciudad alta; y había idumeos y otros
guerrilleros a las órdenes de Juan de Giscala. Los romanos se abrieron paso combatiendo,
tomaron por asalto la Antonia y después ocuparon el Templo, que fue incendiado; un mes
después cayó la ciudadela de Herodes. Los habitantes fueron vendidos como esclavos, o
masacrados o preservados o se los preservó para morir en las arenas de Cesarea, Antioquía y
Roma. Simeón ben Giora fue capturado vivo, llevado a Roma para participar en el desfile
triunfal de Tito y después ejecutado en el Foro. El arco de Tito continúa en pie y sobre su piedra
está tallada la menorá del Templo que él tomó. También conservó en su palacio la cortina que
protegía el Santo de los Santos y una copia de las Escrituras.
Después de la caída de Jerusalén quedaban solo tres centros judíos de resistencia: Herodio, que
fue ocupada poco después; Maqueronte, tomada en 72 d.C.; y Masada, el espectacular peñasco
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de cuatrocientos metros de altura, al borde del desierto de Judea, convertido por Herodes en
una gran fortaleza en 37-31 a.C. Esta última fortaleza cayó en manos de los judíos en 66 d.C.
mediante <<una estratagema>>, y el héroe del episodio fue Menájem, hijo de Judas el Galileo,
fundador zelote y revolucionario que murió en el patíbulo. Pero Menájem fue asesinado durante
una de las muchas disputas por el poder en Jerusalén, y el mando de Masada recayó en su
sobrino Eleazar. Cuando el general romano Flavio Silva la sitió en 72 d.C., en la fortaleza
había novecientos sesenta refugiados, hombres, mujeres y niños. La caída era inevitable, y
cuando eso se hizo evidente, Eleazar forzó o convenció a los defensores restantes a suicidarse en
masa.”
Los últimos alzamientos judíos se desencadenaron debido a un sentimiento de hostilidad oficial
hacia los judíos bajo el emperador Adriano, que estuvo en Oriente en 128-132.
La rebelión judía contra Adriano está ampliamente documentada por el historiador romano
Dión Casio.
La rebelión duró cuatro años, Dión afirma que las bajas romanas fueron elevadas. Razón por la
cual fue necesario llevar a Palestina legiones de todo el imperio, incluso de Bretaña y el
Danubio, de modo que a su tiempo los judíos se enfrentaron a doce legiones. Los judíos
ocuparon un tiempo Jerusalén, pero la ciudad carecía de murallas y su defensa resultaba
imposible. Finalmente la ciudad cayó en 135 d.C.
La amplitud y éxito inicial de la rebelión fueron posibles gracias a que los elementos militantes
de los judíos estaban unidos y respondían a la dirección de una sola y fuerte personalidad: Simón
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Bar Kojba(hijo de una estrella), reconocido como Mesías por el rabino Akivá ben Yosef(hacia
50- 135 d.C.).Ambos fueron asesinados de forma cruel y las ciudades y campos fueron arrasados.
La ciudad que Adriano edificó sobre las ruinas de Jerusalén se denominó Aelia Capitolina. Se
trajeron habitantes de habla griega para poblarla y se prohibió a los judíos que entraran so pena
de muerte. Este fue un indicio de las primeras persecuciones en contra de los judíos aunque
esta norma no fue aplicada rigurosamente y de hecho fue anulada en el siglo IV, en tiempos del
emperador Juliano, reincidente en el paganismo.
Estas dos catástrofes, la del año 70 y la del año 135 d.C. terminaron definitivamente con el
estado judío en la antigüedad. Hubo dos consecuencias inmediatas de gran importancia histórica:
La primera fue la división interna de los judíos según sus convicciones religiosas: en los judíos
apegados a la Torá y los judíos-cristianos guiados por la doctrina de Jesús
La segunda consecuencia fue el fracaso definitivo del judaísmo oficial.
En la primera: Los judíos eran lo suficientemente universalistas y abiertos a otras formas de
pensamiento y por ende podían aceptar la descentralización del templo así como una
modificación de la ley. No aceptaban en cambio la existencia de un segundo dios en la persona
de Jesús porque ello representaba una blasfemia y una negación del judaísmo ortodoxo. Por ello
se separaron irreconciliablemente del cristianismo.
En la segunda consecuencia del fracaso definitivo del judaísmo oficial se produjo un profundo
cambio en el carácter y el alcance de las actividades judías. Tras la destrucción del Templo y el
arrasamiento de Jerusalén, el judaísmo cesó de ser una religión nacional, y sus adeptos se vieron
expatriados. En cambio, tanto la comunidad judía, como el judaísmo profundizaron en el estudio
28
y la enseñanza de la Torá. Así pues, “habiendo perdido el Reino de Israel, los judíos
convirtieron la Torá en una fortaleza de la mente y el espíritu, donde podían morar seguros e
incluso satisfechos.” (Johnson, p.221, 2.010)
¿Cómo se llegó a este cambio metafísico?
Las familias sacerdotales hereditarias y la clase alta judía, perecieron todos defendiendo
Jerusalén del asedio romano. En adelante: los judíos formaron una catedrocracia: fueron
gobernados por la cátedra del maestro.
2.2. La Catedrocracia:
“La tradición afirma que el rabino fariseo Yohanán ben Zakkai2, segundo miembro del
Sanedrín, fue secado a escondidas de la asediada Jerusalén en un ataúd. Se había opuesto a la
rebelión y había hablado en el nombre de la antigua corriente del judaísmo que creía que Dios y
la fe podían obtener un mejor servicio sin la carga y la corrupción del Estado. Obtuvo permiso
de las autoridades romanas para organizar un centro destinado a regir la religión judía en
Yabné, cerca de la costa occidental de Jerusalén. Allí, el Sanedrín y el Estado hallaron su fin, y
en su lugar se reunió un sínodo de rabinos, en un viñedo próximo a un palomar, o en la
habitación alta de una casa. El rabino y al sinagoga se convirtieron en las instituciones
normativas del judaísmo, que a partir de este momento fue esencialmente la fe de una
2 Los subrayados son míos.
29
congregación. La academia de Yabné, que se ocupaba de realiza los cálculos anuales del
calendario judío, completó la canonización de la Biblia.” (Johnson, p.221, 2.010)
El nuevo espíritu del judaísmo mostraba una marcada reacción contra los postulados de los
zelotes y los nacionalistas extremistas. En Babilonia, la diáspora era gobernada por un exilarca,
nasí o príncipe cuyos poderes tenían más alcance sobre la población y en ocasiones eran
autoritarios.
En el año 1168 Benjamin de Tudela publica un libro de viajes en el que describe el imperio
Bizantino y las regiones del Mediterráneo oriental habitadas por judíos, así como la naturaleza de
la coexistencia con los cristianos orientales.
A principios de la edad Media los judíos habían logrado un alto nivel económico y social,
mientras los cristianos mientras los cristianos se sumían en el estancamiento. La religión israelita
siempre había promovido el esfuerzo, cuando maduró para convertirse en judaísmo, la
importancia asignada al trabajo aumentó. Con el ascenso del judaísmo rabínico, después del año
70 d.C., la influencia económica de la religión aumentó. Ello se debe en gran parte a que el
debilitamiento del clericalismo tiende a favorecer el dinamismo económico. Durante el siglo II
d.C., el clericalismo prácticamente desapareció de las sociedades judías.
Entretanto, en los territorios conquistados por el islam las situaciones que vivían los judíos eran
diferentes, lo cual no implica que no padecieran opresión de un modo u otro. Pues aun cuando el
dimma(tratado o acuerdo), otorgaba a los dimmíes(judíos y cristianos) un estatus de protección,
este mismo podía ser revocado en cualquier momento por capricho del califa que ocupara el
poder.
30
No obstante, tal como lo explica Johnson: “Los musulmanes árabes tardaron en concebir
sentimientos de hostilidad religiosa contra los judíos. A ojos de los musulmanes los judíos
habían pecado al rechazar las pretensiones de Mahoma, pero no lo habían crucificado. El
monoteísmo judío era tan puro como el islámico. Los judíos no formulaban dogmas
ofensivos. Sus leyes acerca de la dieta y la limpieza eran análogas en muchos aspectos. De
ahí que se observe muy escasa polémica antijudía en los escritos religiosos islámicos.
Además, los árabes no habían heredado el amplio corpus de antisemitismo griego y pagano.
Finalmente, el judaísmo, a diferencia del cristianismo, nunca constituyó una amenaza
política y militar para el islam, como fue el caso del Oriente bizantino, y más tarde del
Occidente latino”. (p.259, 2.010)
En el año 762. En Bagdad, Irak, fundada por los abasíes (una dinastía árabe), los judíos
forman un distrito acomodado donde suministraban a la corte médicos y funcionarios. Entre
los siglos VIII y principios del siglo XI el islam tuvo un periodo de auge económico
internacional y los judíos formaron parte activa. Contribuyeron con algunas actividades
económicas tales como la importación de seda de oriente y el tráfico de esclavos de
occidente.
En el siglo X, sobre todo en Bagdad, actuaron como banqueros de las cortes musulmanas. Es
así como aceptaban depósitos de los traficantes judíos y prestaban grandes sumas al califa.
Este era un negocio peligroso teniendo en cuenta la vulnerabilidad de los dimmi judíos. Un
soberano musulmán podía darse el lujo de negarse a reconocer una deuda y no le temblaba la
mano incluso para ordenar decapitar a sus acreedores. Sin embargo, era más provechoso
mantener a los banqueros en actividad.
31
2.3. Los judíos en España durante el reinado de los visigodos:
A diferencia de los árabes, e incluso de los bizantinos, los monarcas visigodos aplicaron una
política de antisemitismo sistemático. Una sucesión de concilios eclesiásticos reales de Toledo,
apartándose del cristianismo oficial, decretó el bautismo forzoso de los judíos al tiempo que
prohibía su circuncisión, los ritos judíos y la observancia del shabbat y las festividades. A lo
largo del siglo VII los judíos fueron flagelados y ejecutados, se les confiscaron sus propiedades y
les impusieron tributos exorbitantes. Se les prohibió el ejercicio del comercio y hasta se los
arrastraba hasta la pila bautismal. Los que eran obligados a convertirse al cristianismo,
continuaban observando en secreto las leyes judías. Fue así como apareció la categoría del judío
en secreto, más tarde denominado marrano, motivo constante de preocupación e inquietud para
el cristianismo y el judaísmo españoles.
En consecuencia, cuando los musulmanes invadieron la península ibérica en 711, los judíos los
ayudaron a dominarla, y a menudo formaron la guarnición de las ciudades capturadas, mientras
los ejércitos árabes continuaban su avance. Así sucedió en Córdoba, Granada, Toledo y Sevilla,
donde pronto se establecieron nutridas y acaudaladas comunidades judías. Y en efecto, más tarde
los geógrafos árabes aluden a Granada, Lucena y Tarragona, denominándolas “ciudades judías”.
Es así como Córdoba se convirtió en capital del califato omeya, donde los judíos fueron tratados
con gran tolerancia y favor.
Durante el reinado de Abderramán III (912-961), Hisdai ibn Shaprut, médico de la corte,
llevó a la capital filósofos, poetas y científicos entre otros; y así Córdoba se convirtió en el
principal centro de promoción y difusión de la cultura judía en el mundo. Había comunidades
judías importantes y acomodadas por lo menos en cuarenta y cuatro ciudades de la España
32
omeya, y muchas tenían su propia yeshivá. La relación que la comunidad judía educada
estableció con los califas liberales recordó la época de Ciro y originó en la comunidad judía
española un modo de vida amable, fecundo y satisfactorio, que los judíos no volverían a
encontrar en ninguna otra parte del planeta hasta el siglo XIX.
Sin embargo, este beneficioso y particular estándar de vida no prevalecería indefinidamente:
“Los primitivos musulmanes beréberes se apoderaron de Córdoba en 1.013. Los Omeyas
desaparecieron. Los judíos prominentes fueron asesinados. En Granada hubo una masacre de
judíos. Los ejércitos cristianos avanzaban hacia el sur y, presionados por ellos, los musulmanes
tendieron a confiar en los guerreros duros y combativos más que en los benignos protectores de
la cultura.” (Johnson, 262, 2.010)
Durante las últimas décadas del siglo XI la España meridional estuvo dominada por los
Almorávides, otra dinastía beréber, cuyos gobernantes fueron violentos e imprevisibles.
Amenazaron a la extensa y rica comunidad judía de Lucena con la conversión forzosa, y
finalmente los aceptaron a cambio de una suma enorme.
A principios del siglo XII una nueva oleada de fundamentalismo musulmán llegó a las montañas
Atlas, dando origen a una dinastía de fanáticos, los Almohades. Su propósito era destruir la
corrupción y la degeneración islámicas. Pero en este proceso eliminaron a comunidades
cristianas que habían vivido en el noroeste de África a lo largo de casi un milenio. También a los
judíos se les obligó a elegir entre la conversión y la muerte.
Los Almohades llevaron su fanatismo a la península a partir del año 1.146. La primera medida
fue clausurar las sinagogas y las yeshivot. Después se les obligó a los judíos usar una túnica azul
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con unas mangas absurdamente anchas, y en lugar de un turbante, un largo gorro azul que tenía
la forma de una barda de burro. Si se les permitía prescindir de este atuendo y de un signo de
infamia especial llamado shikla, sus prendas, aunque de corte normal, debían ser amarillas. Se
les prohibía comerciar, salvo en pequeña escala. Los espléndidos asentamientos de la costa
meridional no sobrevivieron, o al menos no con la grandeza de épocas anteriores. Muchos judíos
huyeron al norte, hacia territorio cristiano. Otros buscaron refugio en el norte de África, a la
expectativa de hallar gobernantes más tolerantes.
Uno de los refugiados era un joven y brillante estudioso llamado Moshé ben Maimón
(Córdoba, 30 de marzo de 1.135-13 de diciembre de 1.204), más conocido como Maimónides
o por su acrónimo Rambán, entre los judíos. Se lo reconoció como jefe de la comunidad de
Fustat en 1.177, fue designado médico de la corte en 1.185, y llegó a ser, en palabras de un
cronista musulmán: “Muy grande en la sabiduría, el conocimiento y la jerarquía”. Antes de
fallecer, su última voluntad fue que sus restos fueran llevados a Tiberíades, donde su tumba es
todavía lugar de peregrinación de los judíos piadosos.
Maimónides fue el arquetipo y al mismo tiempo el más grande de los catedrócratas. Toda vez
que el gobierno y el saber se asociaban íntimamente en el judaísmo rabínico. Por supuesto, por
saber se entendía esencialmente el conocimiento de la Torá. Cuanto más profundo era el
conocimiento de la Torá, mayor era el derecho de gobernar entre los judíos.
Algunas obras producidas por Maimones son: Tratado de lógica, Tratado del calendario: obra
astronómica (1.158). Comentario acerca de la Mishná que fue un complemento de la Torá e
incluyó material secular acerca de la flora y fauna y la historia natural así como de la
psicología humana. Mishná Torá obra fundamental referente a la codificación de la ley
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talmúdica, en catorce volúmenes, tarea que le tomó diez años y terminó en 1.180. Guía de los
perplejos: Tres libros que explican la teología y filosofía fundamental del judaísmo (1.185-
1.190).
Maimones diferenció entre la sociedad material y la sociedad divina. En el último capítulo de la
Mishná Torá describe la sociedad mesiánica cuya característica es que los sabios podrán estudiar
libremente la ley, extraer su sabiduría sin las limitaciones que imponen el mundo material. Hace
diferencia entre el bienestar del cuerpo y el bienestar del alma. También menciona la capacidad
intelectual del ser humano.
En la época de la reconquista española los reyes católicos obligaron a los judios a convertirse o
dejar España, esta misma situación la vivieron los moros. Estos judios a los que les fueron
confiscados sus bienes partieron primero a Portugal y luego cuando en este último país su
situación se hizo insostenible partieron rumbo a América en forma de cristianos aparentemente
convertidos pero seguían practicando su fe a escondidas de la inquisición. Otra rama partió hacia
los dominios del imperio otomano.
En 1670 Spinoza publicó El Tratado Teológico político, donde formuló sus principios de crítica
de la biblia. Se debía abordar la biblia con espíritu científico.
Cuando los judíos pasaron de Francia a Italia y a Lotaringia de habla alemana crearon un idioma
propio. Todo esto porque los judíos seguían buscando mejores condiciones de vida. El idioma
que crearon se denominó yiddish (1250-1500). Este acontecimiento señaló el primer contacto de
los judíos de habla alemana con los eslavos. Hacia fines de la década de 1930 el yiddish era el
idioma principal de unos once millones de personas.
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Se empezó a descalificar el idioma yiddish por parte de los rabinos porque lo consideraban el
idioma de las mujeres.
Los judíos prestaron sus servicios y financiaron las diversas guerras europeas como la guerra de
los treinta años, la guerra de los siete años que se libró en los territorios de Europa occidental y
en las colonias de norte américa y el caribe. Con la revolución francesa contribuyeron a
configurar la modernidad con el decreto que dictó el directorio que fue el primer gobierno
revolucionario de Francia y que proclamó la emancipación de los judíos para poder practicar en
igualdad de condiciones su fe con los cristianos sin ser molestados ni perseguidos y sin
necesidad de ser aislados del resto de la población en los barrios de los guetos.
Sin embargo, en algunos países esta emancipación no fue completa y seguían en condiciones de
servilismo y discriminación como por ejemplo en los países de Europa central y oriental incluida
la Rusia Zarista, donde tuvieron lugar los primeros pogromos o actos de segregación, actos
violentos y expulsión de judíos en 1881.Estos actos de xenofobia y antisemitismo dieron lugar a
que gran cantidad de estas comunidades de judíos askenazis no tuvieran otra alternativa que
emigrar a Norteamérica específicamente a Nueva York , en donde fundaron barrios periféricos y
se integraron a la sociedad trabajando en fábricas textiles. Otra porción de esta misma etnia judía
emigró a la Argentina.
En Europa central, específicamente en el imperio Alemán y en el imperio austro húngaro,
empezaron a surgir los primeros brotes de antisemitismo moderno. Cuando Karl Lueguer, jefe
del partido social cristiano austriaco decretó varias leyes de segregación y confiscación de bienes
contra los judíos que allí vivian. También alentó a la prensa en contra de los judíos.
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Todos estos ataques en contra de los judíos incluido el caso del coronel Dreyfus acaecido en
Francia, tuvo como consecuencia la creación de una organización que defendiera y abogara por
el regreso de los judíos a palestina para formar un estado propio. A esta doctrina se le denominó
Sionismo y tuvo como principal representante a Theodor Herzl, judío húngaro que escribió una
obra que se llamó el Estado Judío.
Algunos gobernantes y políticos occidentales así como empresarios judíos empezaron a apoyar
el establecimiento de colonos judíos en Palestina. Otros gobernantes, como el Kaiser Guillermo
II de Alemania aprovecharon esta situación para alentar esta empresa solamente con el interés de
deshacerse de una masa de judíos que les incomodaban. Todo ello a expensas de los turcos y de
los árabes que habitaban en el Medio Oriente.
Entre tanto, en países como en E.U. el judaísmo empezó a tomar otras formas toda vez que en
esta nación, los judíos ya no eran discriminados, entonces es cuando surge el movimiento del
judaísmo reformado, que en un documento que se denominó la plataforma de Pittsburgh( 1886)
expusieron su doctrina y que consistía en que ya no era necesario que los judíos regresaran a
Palestina a fundar un nuevo estado y también se abandonaba la creencia en el regreso del Mesías;
simplemente se debía cooperar con los cristianos en la difusión del monoteísmo ético a través del
mundo. Así mismo se asentaron comunidades de judíos ortodoxos y conservadores que asumían
una manera fundamentalista de practicar la religión y también eran detractores de los sionistas.
Tras la segunda guerra mundial, la ONU decidió que los británicos terminaran su mandato en
Palestina y les otorgaran este territorio a las comunidades sionistas de judíos europeos para que
se continuaran estableciendo colonias en este lugar y fundaran el estado de Israel. (1948). Este
acontecimiento dio pie a cuatro guerras con los árabes y palestinos en 1949, 1956,1967 y 1973.
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En las que Israel amplio su territorio y se convirtió en el principal punto de apoyo del mundo
occidental contra la posible expansión del comunismo en la región en el contexto de la guerra
fría.
Actualmente la composición étnica del Estado de Israel está integrada básicamente por judíos
europeos sionistas procedentes de Alemania, Francia, Polonia, Hungría, Rumania y Rusia. Con
una minoría de judíos sefardíes( los descendientes de las comunidades que se establecieron en el
Mediterráneo) y judíos falashas( judíos etíopes de raza negra). La crisis con los palestinos
continúa sin resolver hasta la fecha con el agravante de que grupos como hezbollah, apoyado por
Irán se proponen la destrucción del estado de Israel.
3. Capitulo II. Migraciones
Tras la incursión de los romanos en Palestina y la consecuente destrucción del templo de
Jerusalén los judíos emigraron en masa a otras partes del imperio y a diferentes regiones
geográficas de Europa, el medio oriente y el mediterráneo.
En 1.168. Benjamín de Tudela descubrió que en Constantinopla residían unos dos mil quinientos
judíos, divididos en dos comunidades diferentes:
Unas dos mil personas, la mayoría, estaba formada por judíos de la tradición rabínica, que
aceptaban la Mishná, el Talmud y sus múltiples comentarios. Las quinientas restantes eran
caraítas, que aceptaban únicamente el Pentateuco, rechazaban la Ley Oral y todo lo que de ella se
desprendía. Se habían organizado en un cuerpo diferente desde el siglo VIII, y en toda la
extensión de la diáspora los judíos rabínicos los miraban con tanta hostilidad que, según dice
Benjamín de Tudela, una alta empalizada dividía los dos sectores.
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La mayoría de estos judíos eran artesanos de la seda. La ley del imperio no permitía que ninguno
montase a caballo, “excepto el rabino Salomón el Egipcio, que es el médico del rey. Gracias a él
los judíos ven muy aliviada su opresión, pues viven en condiciones muy duras”3.
Benjamín de Tudela recorrió el noreste de España, Gerona, Barcelona, la Provenza y después
Marsella y Pisa, para llegar a Roma. Visitó Salerno, Amalfi y otras regiones meridionales, y
luego cruzó a Grecia por Corfú,y , después de conocer Constantinopla atravesó el Egeo en
dirección a Chipre, entró en Palestina desde Antioquía y pasó por Alepo y Mosul para llegar a
Babilonia y Persia. Visitó El Cairo y Alejandría, y regresó a España por Sicilia.”(Johnson,
p.251, 2.010)
3 Johnson, Paul; p. 250, Historia de los judíos. Parafraseando a Benjamín de Tudela.
39
Figura 1. Viajes de Benjamín de Tudela [12]
A lo largo de todo este itinerario es interesante reseñar que describe una colonia agrícola judía en
Crisa, sobre el monte Parnaso. Sin embargo, por lo general, su relato corresponde al de un pueblo
abrumadoramente urbano: trabajadores del vidrio en Alepo, tejedores de seda en Tebas,
curtidores en Constantinopla, tintoreros en Brindis, etc.
“El código de Justiniano y las leyes complementarias proporcionaban a los judíos de Bizancio
una posición legal de la que no gozaban los paganos ni los herejes.”(Johnson, p.250, 2.010) Ello
por cuanto, en teoría, las sinagogas eran lugares de culto protegidos. El Estado reconocía la
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independencia de los tribunales judíos y existía libertad para negociar. Sin embargo, a menudo
eran tratados como ciudadanos de segunda clase. En 425 perdieron el derecho a desempeñar
funciones en el gobierno. No se permitió que construyeran nuevas sinagogas, tuvieron que
cambiar la fecha de la Pascua para que no se les cruzara con la Pascua cristiana, no podían usar
el hebreo. Aunque la ley facilitaba la conversión de los judíos, estos no podían manifestar que lo
hacían por coacción o para obtener ventajas. Se quemaba vivo al judío al que se le sorprendía
molestando a un converso y se trataba como hereje al que tras haberse convertido decidía
retornar a su antigua fe.
En los albores del imperio romano hubo comunidades tan marcadamente judías en Lyon, Bonn y
Colonia, lo mismo que en España, en Cádiz y Toledo. Durante la Alta Edad Media se
extendieron más al norte y al este: en dirección al Báltico, Polonia y Ucrania.
Sin embargo, pese a su precoz expansión y dispersión, los judíos no eran muy numerosos. De un
10% de la población que se estima que constituían en tiempos del imperio romano, esto es,
aproximadamente unos ocho millones de personas; en el siglo X no quedaban sino un millón y
medio de habitantes.
Según Isaac Abravanel fue Pirro (318-272 a.C.) quien llevó a España habitantes de Jerusalén de
varias tribus, acompañándole voluntariamente una gran multitud.
Según estudios epigráficos de mayor certeza estudiados por Haim Beinart, se data la presencia de
los judíos en Sefarad (España) hacia los primeros siglos de la era cristiana. Los judíos llegados a
la península se radicaron principalmente en Mérida, que fue el centro de la dominación romana
en Lusitania (Portugal); en Sevilla, Granada, Lucena, Toledo y en el reino de Valencia.
41
Los judíos de Portugal se establecieron en Lisboa, Oporto y Santarém. En Portugal los judíos se
caracterizaron porque impulsaron el comercio transnacional e interregional a comienzos de la
edad moderna.
En la edad moderna, hubo otra gran diáspora hacia América debido a que el decreto de expulsión
del 31 de marzo de 1492 dictado por los reyes católicos, obligó a una gran masa de judíos
sefardíes a abandonar España con el agravante de que muchos se vieron privados de sus enseres
y se vieron obligados a partir bien fuera hacia América, al norte de África o a los territorios del
imperio otomano.
Para el caso de este estudio, los sefardíes que se fueron de España, se refugiaron inicialmente en
Portugal. Cuando su estancia en dicho reino se les hizo insoportable por causa de las
persecuciones de la inquisición, optaron por migrar hacia las Provincias Unidas actual Holanda.
Desde Holanda a su vez, las comunidades más adineradas de sefardíes facilitaron el pasaje de
ida hacia Norteamérica de los judíos pobres. En parte para socorrerlos y en parte para
desentenderse de ellos.
La otra parte de judíos sefardíes emigró primero a las islas del caribe, que inicialmente los
acogieron, como Curazao y las demás Antillas Holandesas, para después buscar oportunidades
en Suramérica.
“Dos elementos singulares resaltan cuando comparamos la historia de las comunidades judías
de América Latina con la de las comunidades judías en los Estados Unidos, Canadá, Australia y
África del Sur en la época de su fundación. El primer elemento es la falta de legitimidad para la
42
misma existencia de judíos en América Latina, que precedió a la formación de las comunidades
contemporáneas.
El segundo elemento es el papel activo y en ciertos casos hasta dominante que ejercieron
organizaciones judías internacionales en la fundación de algunas comunidades, incluidas las
más importantes, hecho sin paralelo en la historia de las restantes diásporas.”(Bokser Liwerant
y Gojman de Backal, p. 16, )
La colonia de la Bahía de la Ventura, cerca de la villa portuguesa de Olinda, prestó refugio a los
sefardíes que tempranamente habían huido de España. Pero cuando el rey de Portugal en 1528
instauró la inquisición, los judíos se vieron obligados a buscar una tierra nueva. De la misma
forma la inquisición española obligó a los judíos a trasladarse a Curazao. Posteriormente se
desplazaron algunos al norte de Suramérica y llegaron a Cartagena. En Cartagena fueron
acogidos por los servicios que brindaron a las comunidades suramericanas en especial aplicando
sus conocimientos médicos. Todos se protegían unos a otros algunas veces hablado portugués,
otras veces castellano sin profesar la más leve brizna de la religión de Moises.
“La comunidad sefardí de Nueva Amsterdam (actual Nueva York), establecida a mediados del
siglo XVIII, albergó el primer núcleo hispanófono de la Norteamérica anglosajona. Su dialecto
castellano, de igual forma que otros similares hablados por sefardíes en los restantes
establecimientos ingleses de la América septentrional, subsistió hasta bien entrado el siglo XIX,
en que desaparece, pero no sin dejar huellas perdurables. Mejor suerte corrió en esas
comunidades judías el español actual (y alternativamente el portugués), aunque circunscrito a
un plano cultural, e incluso litúrgico. Y de este modo, compartió con el hebreo tal rango por
hallarse escritas en ambas lenguas algunos de los libros más emblemáticos de uso en sinagogas
43
y escuelas, y vincularse a aquellas las manifestaciones más relevantes de la cultura
sefardí”.(Mar Vilar, Universidad de Murcia, 2.009)
El contexto en el que se inscribe esta primera qehila o migración es el siguiente:
“La separación de los Países Bajos respecto a España en 1579, segregación no reconocida por
ésta sino muy tardíamente (1648), determinó un largo conflicto bélico. Ello posibilitó que los
numerosos judíos sefardíes expulsados o huidos de la Península ibérica hallaran refugio seguro
en los dominios holandeses, tanto de Europa como de América. Entre otros destinos, la colonia
de Nueva Ámsterdam. Hasta allí se trasladaron directamente, o bien vía Brasil y diferentes
puntos del Caribe, donde existían también establecimientos holandeses. Un primer grupo llegó a
Nueva Ámsterdam en 1654. Procedían de Recife, último enclave holandés en el Brasil, ocupado
por los portugueses en el año anterior. Los recién llegados no tardarían en constituir la primera
comunidad de judíos públicos que existió en Norteamérica, dado que los judaizantes y
criptojudíos de la Nueva España (virreinato de México), numerosos desde el momento mismo de
la conquista española, nunca merecieron reconocimiento alguno, antes bien hubieron de
desenvolverse clandestinamente temerosos de la represión inquisitorial.”(Mar Vilar, p.239,
2.009)
44
En efecto, en 7 de septiembre de 1654 arribó a Nueva Amsterdam el buque francés «Saint
Charles»4, llevando a bordo veintitrés judíos. Pasajeros y tripulación llegaban exhaustos al
término de una larga y penosa travesía. Se ha debatido largamente, sin llegarse a un acuerdo,
sobre la singladura seguida por la embarcación, pero no cabe duda de que los judíos que llevaba
a bordo eran sefardíes, y entre ellos, varios refugiados huidos de Recife.
“Los recién llegados hallaron en la pequeña villa a otro correligionario, Jacob Barsimson,
arribado a puerto dos semanas antes en otra embarcación. Por éste tuvieron noticias del talante
hostil para con los judíos del gobernador local de la colonia, Peter Stuyvesant. Informaciones
que no tardarían en comprobar por ellos mismos. El holandés, calvinista radical con merecida
reputación antijudía por haber impedido con anterioridad el desembarco de un grupo de judíos
de Curaçâo en Nueva Ámsterdam u otro punto de la isla de Manhattan, cuyo gobierno le tenía
confiada la Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales, ahora pretendió hacer lo mismo.
Al no lograrlo, dispuso el internamiento del grupo en tanto llegaban instrucciones de la
superioridad, a la que había informado de la llegada de aquel pelotón de enemigos de Cristo -
sic-, gente indeseable por suponerles usureros en potencia, y perfectamente inútiles para la
colonia por carecer de dinero y otros bienes.”5
4 Según versión de Paul Johnson en su Historia de los Judíos, el barco se llamaba Saint Catherine.
5 Según otros autores Peter Stuyvesant también se refirió a ellos como “esa raza engañadora cuya abominable
religión es una adoradora de los pies de Mammón”. Johnson, Paul. Historia de los Judíos. Véase el capítulo La Emancipación. Ediciones B. 2.003.
45
En este orden de ideas, el gobernador Stuyvesant argumentó: “Si concedemos la libertad a los
judíos-escribió a los directores de la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales en
Holanda-no podemos negarnos a hacer lo mismo con los luteranos y los papistas”
“Pero la poderosa e influyente Qehila israelita de Ámsterdam fue también informada
puntualmente de la hostil acogida dispensada a sus correligionarios en aquel apartado territorio
del hemisferio occidental, movilizándose al efecto, hasta lograr que la Compañía cursara
taxativas instrucciones a su representante en Nueva Ámsterdam, ordenándole que permitiera
residir allí a los judíos desembarcados, y que facilitara su asentamiento. Aunque estas
instrucciones le fueron reiteradas al conocerse la discriminación, incluso en el plano puramente
religioso, de que los recién llegados eran objeto, Stuyvesant se las arregló para molestarles
cuanto pudo y hacerles tan ingrata la estancia que algunos de ellos optaron por abandonar el
lugar para marcharse a Barbados y Jamaica.”(Mar Vilar, p. 240, 2.009)
Con todo, en tanto que los emigrados esperaban la resolución que decidiría su destino, algunos
de los colonizadores holandeses trataron de demostrar que ellos no participaban de los prejuicios
de Stuyvesant. Es así como el capitán de la nave que los había traído organizó una subasta para
vender los objetos que pertenecían a los recién llegados y así poder cobrarse el pasaje del barco.
Los vecinos de Nueva Ámsterdam compraron el pobre equipaje y, desafiando abiertamente a su
gobernador, lo devolvieron a sus propietarios originales.
Siete meses más tarde, Stuyvesant aceptó con repugnancia las órdenes que desde Holanda le
exigían: “no obligar a la gente a seguir otro dictado que el de sus propias conciencias”. Por otra
parte, los judíos pagaron escrupulosamente la deuda de honor que habían contraído, con el dinero
que les envió la comunidad israelita de Ámsterdam.
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“Aunque sintiéndose obligado a tolerar la presencia de los judíos, el gobernador Stuyvesant les
negó el derecho de ciudadanía; pero no contaba con un batallador terrible, Asser Levy. Durante
varios meses este joven se reunió calladamente con sus vecinos para montar guardia ante la
empalizada que protegía el pequeño establecimiento holandés de las incursiones de los indios.
Luego, habiendo mostrado que podía asumir sus derechos de ciudadano, trató de asegurarse la
ciudadanía. “Asser Levy”-se lee en una de las páginas de la antigua ciudad de Nueva
Ámsterdam- ha comparecido ante el tribunal. Exige que se le considere parte de la ciudad;
alega que debe atenderse su petición, ya que mantiene guardia y vigila como cualquier otro
ciudadano”…Casi tres años duró esta lucha, Stuyvesant sin cejar y Levy montando guardia y
presentándose ante el tribunal para exigir reivindicaciones. Por fin, con toda la población en
contra suya, Stuyvesant tuvo que ceder. El 21 de abril de 1.657, Levy y sus correligionarios
obtuvieron por primera vez la ciudadanía, siendo así los primeros judíos que lo lograron en
Norteamérica.” ( Maisel,pág209 -210,1963).
“Como lo había temido Stuyvesant, la admisión de los judíos permitió que otros hombres
obtuvieran la ciudadanía también. Cuando los ingleses tomaron la Nueva Amsterdam en 1.664,
se encontraron con diversas sectas y pueblos que hablaban dieciocho lenguas distintas.”
“La Iglesia Reformada Holandesa y la Iglesia de Inglaterra fueron reconocidas durante la
dominación británica. Pero a otras sectas(los luteranos, los cuáqueros, los presbiterianos y los
católicos)se les negó entonces el derecho de oficiar públicamente. De nuevo los judíos, tratando
de encontrarla manera de legalizar sus derechos para mantener su fe, les ayudaron. Durante
varios años observaron el sábado en casas particulares pero, en 1.682, alquilaron un local y lo
convirtieron audazmente en la primera sinagoga de los Estados Unidos. Técnicamente,
47
desafiaban la ley, pero la presión de las otras sectas exigiendo el mismo derecho fue tan
vigorosa, que esa transgresión se toleró calladamente. Un año después, el duque de York
decretó la libertad de culto “para toda persona, cualquiera que fuera su condición”. 6
Es de señalar que esos primeros inmigrantes eran gentes de cortos recursos cuando no pobres de
solemnidad. Los llegados del Brasil porque habían escapado de los portugueses poco menos que
con los puesto, en tanto los demás, llegaban de los Países Bajos o Provincias Unidas de Holanda,
donde los judíos ricos, a su vez sefardíes, pagaban pasaje hasta América a los indigentes de sus
comunidades, en parte para socorrerles y en parte para librarse de ellos.
No sorprende que la acogida en los puntos de destino con frecuencia distara de ser cordial. Bien
por considerar que los colonos ya establecidos tendrían que asumir el mantenimiento de aquellos
inmigrantes pobres en tanto lograban abrirse camino, bien porque los mercaderes locales en ellos
potenciales competidores, cuando en realidad se trataba de individuos con recursos insuficientes
para abrir tienda o casa de comercio, o simplemente por prejuicios religiosos, alentados en
ocasiones por clérigos calvinistas molestos con la presencia de los que consideraban elementos
inasimilables.
“En este tenor se pronunciaría el reverendo Johan Megapolensis en carta dirigida desde Nueva
Amsterdam en 18 de marzo de 1655 a los dirigentes de su iglesia en las Provincias Unidas:
6 Q.Maisel. Albert. “Los que se Quedaron. Historia de los grupos étnicos de los estados Unidos”. Editorial Novaro-
Mexico S.A. Mexico. Septiembre de 1963.
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El verano pasado llegaron de Holanda unos cuantos judíos con propósito de negociar. Más
tarde llegaron otros pocos judíos a bordo del De Polheymius; ricos en salud, más escasos de
fondos. Lo justo habría sido que su gente se encargarse de mantenerlos, pero han estado
viviendo a nuestras expensas, lo que nos ha costado varios cientos de florines. […] Algunos
llegaron de Holanda esta primavera. Dicen que aún vendrán muchos más de su clase y entonces
edificarán aquí una sinagoga. Todo ello es causa de que en la Congregación [calvinista] se
oigan muchos lamentos y murmuraciones. Esa gente no tiene […] más propósito que hacerse
con la propiedad cristiana, y desbancar a los demás mercaderes haciéndose con todo el
comercio.”(Mar Vilar, p.241, 2.009)
Difícilmente cabe imaginar un discurso tan rotundamente antijudío en boca de un clérigo
evangélico. Ello da idea de los sentimientos respecto a los recién llegados entre la feligresía a su
cargo. Por tanto se comprende que con un entorno tan poco receptivo la naciente comunidad
judía tuviera serios problemas para consolidarse. Un Séfer Torá o rollo de la Ley obsequiado por
los hermanos de Ámsterdam para su instalación en un pequeño local habilitado como sinagoga,
hubo de ser devuelto a los donantes al clausurarse aquella en 1663. Al siguiente año los ingleses
tomaron Nueva Ámsterdam sin apenas dificultad, dado que los colonos, judíos y no judíos, les
recibieron como a libertadores, hastiados del estricto control que sobre sus vidas ejercían clérigos
como el mencionado y sobre todo de las arbitrariedades y abusos del odiado gobernador
Stuyvesant. En adelante el lugar fue llamado Nueva York.
Entretanto en Tierra Firme se ve claramente que Pedrarias hizo amplio uso de sus poderes como
gobernador y de la autorización que favorecía la venida de cristianos nuevos a las Indias; su
largueza con los confesos causó evidente desazón entre los cristianos viejos.
49
Indudablemente eran de estirpe judía los encomenderos Luis Cabrera, Francisco de San Miguel,
Francisco Montesinos, Juan Alberto Carvajal, Diego de San Martín, Hernando San Miguel y
Diego López de Béjar.
Por otra parte, al fundar Arias Dávila la ciudad de Panamá, se trasladaron al nuevo poblado y con
él viajaron los cristianos nuevos de Urabá. Es así como Pedrarias en Castilla de Oro y Luis
Carvajal y de la Cueva en el Nuevo Reino de León (México) fueron los gobernadores judeo-
conversos que llegaron a las Indias y tuvieron en sus colonias a numerosos cristianos nuevos.
Es indudable que en Tierra Firme la primera colonia conversa fue Santa María la Antigua. Por
otra parte, sabemos que Isabel de Bobadilla, gran figura femenina, animaba a la gente “porque
más casados pasasen a poblar la dicha tierra con sus mujeres e hijos”.
Carlos J. Larraín dice: “Entre los judíos que pasaron en considerable número a América,
merecen especial mención los que se hacían llamar portugueses, que solían deslizarse por las
costas de Brasil, paíss que les ofrecía generosa y no disimulada protección. Estos portugueses
nacidos en Hebrea, como decía irónicamente un refrán de la época, eran en realidad, en unos
95%, judíos químicamente puros. Así lo consideraban sus contemporáneos y, con muy buenas
razones, pensaba lo mismo el Tribunal de la Inquisición”.
Lucía García de Proodian anota: “en los albores de nuestra investigación, acogimos con cierto
escepticismo este juicio tan extendido de la América del siglo XVII sobre la nacionalidad de los
judaizantes, pero a medida que avanzábamos en el presente estudio, hubimos de considerar
detenidamente el problema que de otra parte nos salía al paso con frecuencia, llegando por fin a
la conclusión de que el elemento prevalente entre los judaizantes era el portugués, de nación o
50
de origen, y que no podía tomarse de ningún modo, cual opinión desorbitada por la pasión
política, o por cualquier otra rivalidad, aquella que hacía sustentar a sus coetáneos el concepto
de probables profesores de la Ley mosaica como atribuida a los portugueses .El número de estos
que judaizaban era en realidad abrumador, según puede fácilmente comprobarse en la filiación
presentada por ellos mismos para el tribunal inquisitorial el primer día de audiencia antes de
dar comienzo al llamado discurso de la vida”.(García de Proodian, p.59, 1.996).
Comenta esta autora que el vocablo “portugués” “venía a ser sinónimo de judaizante en el
Nuevo Continente”y lo emplea en este sentido.
El interés de los conversos israelíes portugueses por venir a las Indias data de los primeros días
del descubrimiento, pero se incrementó en Oporto en 1.537 a raíz del tesoro enviado por
Francisco Pizarro a España; la noticia atrajo a los comerciantes conversos y estimuló el tráfico de
esclavos.
Los judíos lusitanos que llegaron a América tenían más arraigadas sus creencias religiosas; los
portugueses formaban un núcleo más cerrado que el español y la ley mosaica se tomaba más en
serio; de otra parte los españoles pasaron a Portugal para no abrazar el cristianismo; la misma
situación se presenta con los sefardíes holandeses. Estos judíos portugueses contribuyeron en
forma notoria a la expansión de Brasil, a que España perdiera sus posesiones en el Caribe y a
que otros países incrementaran el comercio con las colonias españolas.
“En cuanto a Cartagena podemos mencionar que el Tribunal de Inquisición de Cartagena sólo
vino a instalarse en 1610 y operó hasta 1821, esto es, un total de 211 años. Tuvo atribuciones en
la Nueva Granada, Venezuela, Islas del Caribe, probablemente, en algunos sitios de Centro
51
América, como Panamá y Nicaragua. Muchos historiadores sostienen que sus actuaciones fueron
modestas, comparadas con las de Lima. No es fácil establecer una relación precisa de lo
acontecido, pero que hubo judíos sefarditas en Cartagena y que fueron perseguidos resulta
innegable. Por cierto, uno de los datos que llama la atención y que develan los documentos
compilados por el historiador Croitoru es la existencia de una sinagoga en la ciudad. Y nos dice
que estaba localizada «en casa de Blas de Paz Pinto, que fue del capitán Diego de Rebolledo,
pared en medio de las de Alonso Martín Hidalgo, que hacen frente a las que solían ser de don
Martín Felex, difunto” [10]
Al Nuevo Mundo llegaron personas de origen judío con Cristóbal Colón. Se dice que el mismo
Almirante era de extracción hebrea. Durante la época hispánica los judíos estuvieron proscritos
de los dominios españoles, pero en forma clandestina, haciéndose pasar por cristianos, se
infiltraron en el Continente. En Cartagena de Indias hubo una congregación integrada por
portugueses que practicaban el judaísmo en secreto en una casa del barrio Getsemaní y enviaban
donaciones a la comunidad de Ámsterdam, conocida como la Cofradía de Ámsterdam.
Descubierta por las autoridades, sus miembros fueron procesados por la Inquisición en un sonado
auto de fe en 1636. No los quemaron pero sí los torturaron y expulsaron del país. Establecida la
República, los judíos fueron admitidos libremente en el siglo XIX y en las primeras décadas del
XX, aunque esto no siempre significó altruismo y tolerancia, salvo en el litoral Caribe, en
especial en Barranquilla y Riohacha, donde se avecindó la mayoría. También se radicaron en
Cartagena, Santa Marta, Mompox, Sabanalarga, Ciénaga y otros lugares de la Región.
En Salvador de Bahía, en 1624, y después en Curazao en 1659 –cuando fueron expulsados los
holandeses de Brasil– fundaron prósperas comunidades y se dispersaron por las Antillas, donde
52
florecieron grupos que portaban las nacionalidades del país que los acogió: eran holandeses,
ingleses, daneses y franceses. En Willemstad, capital de Curazao, fundaron la comunidad
llamada Mikve Israel, que prosperó cultural y económicamente y se enriqueció con el comercio y
la trata de esclavos. Llegó a ser en el siglo XVIII la comunidad más importante del Nuevo
Mundo. [13]
En el caso de la Cartagena nos encontramos con que el período más brillante de la historia judía
en Sefarad coincidió con uno de los momentos más oscuros de la historia de la ciudad. Esto nos
obliga a centrarnos en los períodos inicial y final de esa “Edad de Oro” de la España judía: el
origen de las primeras comunidades y el conflicto con el Cristianismo y, por otro lado, el fin de
la España de los cinco reinos y la Expulsión de los judíos.
En lo que respecta a Cartagena de Indias, los conversos instalados en el puerto, en gran parte
ligados al comercio de esclavos, se caracterizan por una gran movilidad y vivir en general
separados de un núcleo familiar judaizante. Si en México el papel de la mujer en la transmisión
de la herencia religiosa fue determinante y la presencia femenina numerosa entre los acusados (y
aún entre los condenados a la hoguera), en Cartagena únicamente tres mujeres fueron acusadas
por criptojudaísmo.
53
Ahora bien, entre los años 1.635-49, se señala el auge del criptojudaísmo y la agudización de su
represión a escala continental durante los procesos contra las llamadas “Complicidades
Grandes”7, siendo este el periodo que nos ocupa en la presente investigaciónn.
En Cartagena de Indias los conversos conformaron toda una élite. Lucía de Proodian afirma que
los conversos de Nueva Castilla (Perú) y de la Nueva Granada en el siglo XVII, habían
alcanzado notoriedad en el desempeño de los cargos que con ellos se proveían, gracias al poder
de las riquezas y los beneficios de que disfrutaban. En Cartagena los judíos conversos llegaron
incluso a trabar amistad con funcionarios de la Inquisición, con los gobernantes y con el clero.
La influencia de los conversos en Cartagena es bien conocida. Por eso cuando la Inquisición
condenó a algunos portugueses como Juan Rodríguez Mesa, el auditorio se sorprendió al ver
cómo quienes fueron prestantes personajes en un tiempo, cayeron en la infamia. La élite de
cristianos nuevos se entremezcló también con cristianos viejos, varios de éstos castellanos de
abolengo.
El comercio fue controlado por los portugueses, incluso la trata de esclavos. Durante décadas del
siglo XVII los portugueses constituyeron gran parte de la población cartagenera, ocuparon
importantes cargos y dominaron la economía. Lograron ser en 1611, mayoría en el cabildo de
Cartagena.
7 Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura 29, 2.002.
54
Para 1.590 el Tribunal de la Inquisición de Lima, ejercía su jurisdicción sobre todo el territorio
español en Sudamérica. El Tribunal envíó al inquisidor Cerezuela Bustamante, al fiscal Alcedo y
al secretario Eusebio de Arrieta a Cartagena, de allí se encaminaron a Panamá donde son
informados de la presencia de Salvador Méndez Hernández, el primer judío sefardí de origen
portugués perseguido por el Santo Oficio en territorio neogranadino, bajo el cargo de judaizar .
Contra él testificaron seis personas. Por fortuna el acusado alcanzó a huir y fue quemado tan sólo
en estatua en Sevilla, librándose de una muerte atroz.
En 1.610 se instaló finalmente el Tribunal de la Inquisición en Cartagena que operó hasta 1.821,
es decir 211 años. La jurisdicción del Tribunal recayó sobre los territorios de la Nueva Granada,
Venezuela, islas del Caribe y Nicaragua. Según el historiador Daniel Mesa Bernal, durante la
existencia del Tribunal hubo 83 personas acusadas de judaizar. Por su parte, la historiadora Ana
María Splendiani sostiene que en los primeros 50 años del Tribunal más de 150 nombres de
judíos aparecen en actas, de éstos 59 fueron procesados.
Entre 1626 y 1627 la Inquisición en Cartagena recibió denuncias contra los portugueses y
procesó el primer grupo grande de ellos, Posteriormente fue también juzgado Blas de Paz Pinto
por ser “capataz de judíos”, es decir rabino. En su casa funcionó la sinagoga de la ciudad.
Varios problemas tuvo que afrontar el Tribunal de la Inquisición de Cartagena para cumplir su
cometido: la carencia de personal idóneo para el desempeño de los cargos, el no pago oportuno a
los funcionarios, corrupción, soborno, abusos, discordias de los inquisidores entre sí, de éstos
con el clero y las autoridades, así como la carencia de suficientes letrados en la ciudad para
desempeñarse como miembros del Tribunal o como comisarios.
55
Hubo entre los judíos conversos de origen portugués algunos muy ricos, dueños de tierras y
negocios, de fragatas que surcaron las aguas del Caribe, del Golfo de México y de España,
llevando frutos de la tierra y mercaderías. No obstante, no todos gozaban de los mismos bienes
de fortuna. Algunos de mediano caudal, se desempeñaron en oficios profesionales como
medicina, cirugía, farmacia y en algunas actividades de alto rango como la platería. Muchos
otros carecían de bienes. Al respecto señala el visitador Antonio Rodríguez de San Isidro
Manrique: “los más eran de poco fruto y substancia en cuanto a caudal, los pobres y miserables
son muchos…”. El mismo visitador afirma en una de sus misivas que algunos eran de oficio
pulperos, arráez, marineros, zapateros o sastres y, otros, sin más ocupación que vagar de una parte a
otra, careciendo de lugar y morada cierta.
Como se puede ver, una gran diferencia es que los judíos que arribaban a Nueva Ámsterdam
llegaban como judíos emancipados dispuestos y resueltos a ejercer su religión libremente, sin
mayores presiones ni discriminación por parte de las autoridades coloniales; en tanto que los que
se embarcaban rumbo a los dominios españoles en América, en particular a Cartagena de Indias
eran en su mayor proporción cristianos nuevos o criptojudíos que fueron perdiendo gradualmente
sus tradiciones en la medida en que se fueron asimilando bien sea por la fuerza o incluso
mediante el mestizaje con otras etnias.
4. Capitulo III. Aportes De Los Judios A La Humanidad.
Los judíos se han caracterizado a lo largo de su historia por ser emprendedores, recursivos,
grandes pensadores, excelentes comerciantes, escritores, filósofos y hasta científicos.
A pesar de haber enfrentado abrumadores adversidades y persecuciones tienen el mérito de haber
conservado su identidad. Además han penetrado en muchas sociedades y han dejado su impronta
56
en todas ellas. Ningún pueblo ha insistido con más firmeza que los judíos en que la historia tiene
un propósito y la humanidad un destino. En el caso particular de la ciudad de Nueva Amsterdan,
los judíos demostraron que podían ser útiles en América y de esta manera con perseverancia y
constancia lograron desmontar varios prejuicios que tenían algunas autoridades coloniales
holandesas contra ellos en esa época. Ayudaron a perfeccionar la cartografía mediante la
invención de algunos aparatos que facilitaron la navegación. Fueron hábiles e intrépidos
navegantes.
Fueron médicos como Maimonides y otros filósofos como Baruch Spinoza que ayudaron a
fundamentar el pensamiento moderno.
Baruch Spinoza (Noviembre 24, 1632 - Febrero 21, 1677).
Baruch Spinoza nació en Amsterdam, Holanda en una comunidad de judíos sefardíes
portugueses. Spinoza trabajó como pulidor de lentes para telescopios que eran unos de los
instrumentos científicos más importantes de esa era. Sus escrituras sobre el racionalismo, muchas
de las cuales fueron publicadas póstumamente, revelan su extensivo conocimiento de
matemáticas. El trabajo más influyente de Spinoza fue su Ética, un trabajo que lo estableció
como uno de los filósofos racionalistas más influyentes del siglo XVII. Spinoza se reconoce
como el fundador de las críticas bíblicas modernas, y del movimiento de iluminación del
57
pensamiento en el siglo XVIII. Spinoza criticó el Talmud y adoptó posiciones contrarias a las
creencias judías normativas. En 1656 Spinoza fue excomulgado de la comunidad judía por su
heterodoxia sobre el concepto de dios.
Albert Einstein (Marzo 14, 1879 - Abril 18, 1955)
Albert Einstein fue un científico alemán que hizo avances importantes en la física teórica, la
teoría de los quanta, y la mecánica estadística. La teoría especial de la relatividad de Einstein
desafió los conceptos de espacio y tiempo promulgados dos siglos antes por Isaac Newton.
Einstein se hizo famoso por su teoría de relatividad especial y general, y la fórmula que establece
la relación entre la masa y la energía:
E = mc2
Einstein recibió en 1921 el Premio Nobel de física por su explicación del efecto fotoeléctrico. En
1905 Einstein demostró que la luz se comporta como partículas. Estas unidades de radiación
electromagnética ahora se llaman fotones.
58
Marc Chagall (Julio 7, 1887 - Marzo 28, 1985) fue un pintor judío nacido en Vitebsk, Belarus y
fue el mayor de nueve hijos. Chagall comenzó el estudio de pintura en 1906 y se mudó a
St. Petersburg un año después. Vivió por algunos años en París para estar cerca de la comunidad
del arte del distrito de Montparnasse, pero volvió a Vitebsk en 1914. Después de la revolución
rusa, se trasladó a Moscú en 1920 y fue de nuevo a París en 1923 donde se hizo un ciudadano
francés. Las memorias de su educación judía y temas bíblicos que reflejan su herencia judía son
tópicos de muchas de sus pinturas. Las pinturas de Chagall se asocian con el movimiento
moderno después del impresionismo. Chagall murió a la edad de 97 años en Saint-Paul de
Vence, Francia
59
Leonard Bernstein (Agosto 25, 1918 - Octubre 14, 1990)
Leonard Bernstein nació en Lawrence, Massachusetts, en 1918 de padres judíos rusos. Después
de graduarse de la escuela latina de Boston en 1934, Bernstein estudió música en la Universidad
de Harvard. Bernstein tuvo una carrera muy distinguida como conductor, compositor, maestro de
música y pianista. En 1957, Bernstein fue nombrado director musical de la filarmónica de Nueva
York y se hizo famoso por los conciertos que condujo con muchas de las orquestas principales
del mundo. Bernstein recibió varios Premios Emmy, incluyendo uno por su concierto en 1971
celebrando el cumpleaños de Beethoven: Una celebración en Viena que fue televisada por la
cadena CBS. Bernstein escribió tres sinfonías, dos óperas, y cinco obras para el teatro musical,
incluyendo la Historia del lado oeste. Esta producción original de Broadway en 1957 tuvo 732
presentaciones y fue hecha una película. La Historia del lado oeste es una adaptación musical
moderna de Romeo y Julieta donde americanos y puertorriqueños que viven en el lado oeste de
Manhattan toman el lugar de los Montagues y los Capulets de la tragedia shakesperiana.
Alan Greenspan (Marzo 6, 1926)
60
Alan Greenspan nació en Nueva York de padres judíos húngaros. Greenspan estudió el clarinete
en la escuela Juilliard y después tocó el saxofón con la banda de Stan Getz. Greenspan cambió de
carrera y estudió economía en la Universidad de Nueva York (NYU). De 1987 a 2006,
Greenspan tuvo el puesto de jefe del banco federal de los Estados Unidos.
En su posición de jefe de la economía, Greenspan se hizo famoso por sus discursos de estructura
gramatical compleja que eran difíciles de entender debido a su contenido técnico. Las opiniones
de Greenspan sobre la economía eran bien apreciadas en el distrito financiero de Wall Street, y
los mercados frecuentemente reaccionaban a sus discursos.
Woody Allen (Diciembre 1, 1935 - )
Allen Stewart Konigsberg, conocido como Woody Allen, consiguió su apodo "Woody", que
significa "maderoso", por tocar el clarinete que es un instrumento de viento de madera. Él ha
ganado muchos premios como director de cine, escritor, actor, músico, y cómico. Allen ha
dirigido y ha actuado en la mayoría de sus películas. Allen deriva su inspiración de la literatura,
de la filosofía, de la psicología, y de la ciudad de Nueva York, en donde él ha vivido toda su
vida.
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La primera película de Woody fue "What's New, Pussycat?" (¿Qué tal, Pussycat?) con Peter
Sellers como estrella principal en 1965. Woody Allen ha sido nominado 14 veces para recibir
premios de la Academia de Artes Cinematográficas por los diálogos de sus películas y como
mejor director. Él ganó premios de la Academia en 1977 por "Annie Hall", y en 1986 por
"Hannah y sus hermanas".
Musicos:
Itzhak Perlman -- violinista, ganador del Premio Grammy
Max Weinberg -- Batería para Springstein y director musical para Conan O'Brien
Isaac Stern -- Virtuoso del violín
George Gershwin -- Compositor americano autor de muchos arreglos vocales y obras teatrales
escritas en colaboración con su hermano mayor, Ira Gershwin.
Científicos:
Albert Einstein -- Uno de los científicos más famosos y más influyentes desde Isaac Newton
Carl Sagan -- astrónomo y autor de ciencia popular; su libro fue hecho la serie de televisión
'Cosmos'
Niels Bohr -- Físico ganador del premio Nobel por su trabajo sobre la estructura atómica
Roald Hoffmann -- Ganador del Premio Nobel en química por el estudio de estructuras
electrónicas
Fritz Haber -- Ganador del Premio Nobel en química en 1918 por la síntesis del amoníaco a
partir de sus elementos
Edward Teller -- Físico, padre de la bomba de hidrógeno.
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Leo Szilard -- Físico, demostró la posibilidad de una reacción en cadena nuclear en 1933.
Jonas Salk -- Desarrolló la primera vacuna contra la poliomielitis.
Profesionales de negocios:
Milton Hershey -- Fundador the la fábrica de chocolates Hershey.
Michael Dell -- Fundador the la compañía de ordenadores Dell.
Larry Ellison -- Fundador y jefe de la compañía Oracle.
Alan Greenspan -- Jefe del banco de reserva federal durante la presidencia de Reagan, Bush,
Clinton, y Bush.
Steve Ballmer -- Jefe ejecutivo de Microsoft y el judío más rico del mundo.
Sir James Goldsmith -- Financiero y banquero en cargo de la compañía Goodyear.
George Soros -- filántropo millonario que ha donado millones para ayudar a Europa Oriental.
Diseñadores de moda:
Calvin Klein -- Diseñador famoso de ropa
Ralph Lauren -- (Ralph Lipshitz) diseñador de ropa famoso en todo el mundo.
Levi Strauss -- Inventor original de los pantalones Tejanos.
Kenneth Cole -- Diseñador de moda casado con la hija de Mario Cuomo, alcalde de la ciudad de
Nueva York.
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Cómicos:
Jerry Lewis -- Un cómico que apareció con Dean Martin en muchas películas.
Marcel Marceau -- El mimo francés más famoso del mundo.
Jerry Seinfeld -- Cómico con su propio programa de televisión y anuncios comerciales.
Milton Berle -- Comico de los primeros programas de televisión
Jack Benny -- Comico de televisión y radio.
Directores y productores:
Steven Spielberg -- Director de películas como Saving Private Ryan, Lista de Schindler's,
Jurassic Park, E.T.,
Stanley Kubrick -- Director de 2001: A Space Odyssey, Clockwork Orange, The Shining, Full
Metal Jacket, Spartacus
Mel Brooks -- Director de películas y comedias: Blazing Saddles, Young Frankenstein
Woody Allen -- Director y cómico de Annie Hall, Bullets Over Broadway, Mighty Aphrodite,
Antz
Roman Polanski -- Director y actor: Rosemary's Baby, Macbeth, Chinatown, Tess
Ben Stiller -- Director/Actor: Seinfeld, SNL, Reality Bites, Something About Mary, The Cable
Guy
Aaron Spelling -- Productor de Beverly Hills 90210, Melrose Place...
Oliver Stone -- Director Popular : The Doors, J.F.K., Heaven And Earth, Natural Born Killers
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Artists:
Frida Kahlo -- Pintora mexicana famosa por sus autorretratos surrealistas. Fue la esposa de
Diego Rivera.
Marc Chagall -- Pintor, diseñador, y artista gráfico
Modigliani -- Artista cuyas figuras con caras elongadas son reminiscentes de máscaras africanas.
Camille Pissarro -- Padre del impresionismo.
Sarah Michelle Gellar: Buffy, la caza vampiros (Vampire Slayer)
Rita Hayworth: Actriz esdado unidense nacida en Brooklyn, Nueva York cuyo verdadero
nombre era Margarita Carmen Cansino. Hija de padre español de origen sefardí y madre
irlandesa.
Políticos:
Golda Mabovitch (Golda Myerson, Golda Meir) - Tuvo el puesto de primer ministro del estado
de Israel.
Judíos famosos argentinos:
Hay mucha gente que no se destaca por su apariencia pero que son judíos y aparecen en películas
y en los medios de información. Argentina está en séptimo lugar por la cantidad de judíos entre
sus habitantes. Esta es una lista de judíos famosos argentinos.
Ernesto Acher -- Músico-humorista, ex miembro del grupo Les Luthiers
Marcos Aguinis -- Periodista / escritor
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José Alperovich -- Governador de la Provincia de Tucumán
Héctor Babenco -- Director de cine
Daniel Barenboim -- Conductor y pianista
Tania Bíder -- Luchador por la revolución.
Marcelo Birmajer – Escritor
Laszlo Biro -- Inventor de la lapicera
Jácobo Bolbochán – Ajedrecista
Julio Bolbochán – Ajedrecista
Mauricio Borensztein (más conocido como Tato Bores) – Comediante
Daniel Burman -- Productor de cine
Israel Adrián Caetano -- Director de cine.
4.1. Aportes de los judíos en América Latina: fueron pioneros en la conquista y
colonización de Hispanoamérica
En la composición de los inmigrantes en América en los siglos XVI y XVII, se identificaron
plenamente numerosos judíos sefarditas, llegados de manera subrepticia entre grupos de otros
viajeros provenientes del Viejo Continente. Ellos adoptaron comportamientos determinados con
la pretensión de no despertar sospechas ni recelos del Tribunal de la Inquisición, ni de sus
representantes en las tierras recién descubiertas.
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A pesar de la prohibición de ingreso a las Indias que desde 1501 impartió la Corona para
personas inscritas en alguna clase de “prohibidos”, la laxitud de las ordenanzas y el carácter
acomodaticio en su aplicación por parte de las mismas autoridades reales, permitieron que
llegaran al Continente, específicamente a México. Perú y el Nuevo Reino de Granada, actuales
Colombia y Panamá, gran número de judíos.
Se afirma el linaje judío del conquistador de México, el extremeño Hernán Cortés, como también
el de los conquistadores de lo que sería la Nueva Granada: Alonso de Ojeda, Rodrigo de Bastidas
fundador de Santa Marta, Pedro Arias Dávila Gobernador de Castilla del Oro, Pedro de Heredia,
su hermano Alonso y los hermanos Gonzalo Jiménez y Hernán Pérez de Quesada, entre otros.
Los conquistadores españoles y sus sucesores solían hacerse acompañar en sus incursiones por
portugueses, que resultan ser, en su mayoría, judíos conversos. Muchos de estos se incorporaron
a la expedición de Gonzalo Jiménez de Quesada, descubridor de las tierras del interior del Nuevo
Reino de Granada y fundador de la ciudad de Santafé, hoy Bogotá. Jiménez de Quesada dispuso
la construcción de 12 chozas de bahareque, hecho que bien puede ser reinterpretado como una
remembranza de las doce tribus de Israel.
El investigador Itic Croitoru Rotbaum afirma que, proveída la sucesión de Rodrigo de Bastidas
en la persona del adelantado García de Lerma, este llegó en compañía de cuatrocientos a
ochocientos hombres entre los que figuraban los conversos Mateo Sánchez, Fernán de Santana y
Francisco Méndez. Poco más tarde con su hijo, que le sucedió en 1543 al retractarse de la venta
del adelantamiento hecha a Gonzalo Jiménez de Quesada, ingresaron a las Indias 1.200 hombres,
entre los que figuraban portugueses de origen judío.
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El origen judío de Jiménez de Quesada explica, tal vez, su actitud y la de sus familiares ante la
Iglesia Oficial. Es conocida la malquerencia de Jiménez de Quesada hacia los poderes
eclesiásticos, explícita en escritos de su autoría en los que hablaba muy mal de obispos y
religiosos.
Aunque poco se sabe del origen del conquistador Nicolás de Federman, que ingresó al territorio
de la Nueva Granada por los Llanos Orientales, proveniente de Venezuela, para algunos
estudiosos, entre ellos Julio Guberek, “no hay la menor sombra de duda sobre su origen judío”
Federman nació en 1530 en Ulm, región de Suavia en Alemania y llegó a Venezuela enviado por
la Casa Welzer (Belzares), banqueros alemanes contratados por Carlos V, a la sazón Emperador
del Imperio Romano Germánico y Rey de España.
En 1513 vivían ya judíos conversos en tierra firme, dedicados preferencialmente al comercio de
mercaderías, abastecian al resto de la población, ofreciendo a precios favorables productos que
con frecuencia ingresaban al territorio como contrabando.
Entre los portugueses ilustres en Cartagena, de origen judío cabe mencionar a Juan Méndez
Nieto, autor del primer tratado de medicina en la Nueva Granada, escrito entre 1606 y 1611.
Hombre erudito y estudioso, Méndez Nieto admiraba a Erasmo y conocía bien el Tanaj. De él se
decía que poco hablaba de los escritos cristianos y que no usaba fórmulas piadosas con mención
de Jesucristo o de la Virgen.
Las redes de comercio tejidas por judíos conversos de origen portugués se extendieron desde
Lima hasta el reino de Quito y la gobernación de Popayán.
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No sobra señalar que se atribuye a los judíos conversos un papel protagónico en la lucha por la
libertad religiosa en América, a pesar de haberles sido imposible escribir su propia historia.
En el Caribe los judíos llegaron a constituir en motor de la actividad económica y cultural,
introduciendo varios cultivos como azúcar, cacao, vainilla y tabaco.
“Un sin número de nombres recuerdan la presencia judía a lo largo y ancho del Continente. Sin
la presencia judía en la historia de Nuestra América, resulta imposible afirmar la identidad
misma del Subcontinente. En su obra titulada „Sangre judía‟, el escritor mallorquín Pere Bonnin,
ofrece una lista de 3.000 apellidos extraída de los archivos del Santo Oficio, de los censos de las
juderías y de varias fuentes más. Según el autor los titulares de tales apellidos, muchos de uso
común en América Latina, son sospechosos de tener ascendencia judía. Investigadores han
logrado establecer que la adopción de apellidos hispanos por parte de los sefardíes en una
historia que se remonta a los siglos XII y XIII, obedece a ciertas circunstancias culturales,
religiosas e históricas específicas experimentadas por el pueblo judío en España, conforme a su
propia visión del mundo, y no al azar.” [11]
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5. Conclusiones.
Los judíos iniciaron su migración huyendo de las condiciones de opresión, segregación y
discriminación a causa de sus ideas religiosas. También porque en algunos países representaban
una amenaza para las clases gobernantes debido a que sus ideas a veces eran revolucionarias.
Otra razón por ser buenos y hábiles comerciantes se constituían en una seria amenaza para los
comerciantes cristianos.
Los judíos tuvieron grandes dificultades para lograr su arraigo y aceptación en tierras de
América, principalmente por la persecución de que han sido objeto.
Sin embargo su habilidad, inteligencia, fortaleza y convicciones, además de ser grandes
emprendedores hicieron que lograran surgir, afianzar su identidad y contribuir al progreso de los
pueblos y ciudades donde se ubicaron.
Al ser el judaísmo la primera religión monoteísta, influencio enormemente el cristianismo y el
islam en algunos aspectos de estas dos religiones.
Los judíos tuvieron que dispersarse a través del continente europeo y luego en el continente
americano dejando grandemente influenciada su cultura en todos estos pueblos y naciones.
En Nueva Ámsterdam a pesar de que hubo una convivencia tan fraternal con los cristianos de
diferentes tendencias no perdieron su identidad religiosa y cultural..
En Cartagena de Indias se vieron forzados a convertirse al catolicismo. Esto hizo que su
identidad cultural y religiosa se vio en algunos aspectos en peligro de extinguirse.
Los judíos han generado grandes aportes sociales, científicos y culturales a la humanidad.
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6. Anexos.
Anexo 1. Nueva York Antiguo [9]
71
7. Bibliografía.
[1] Mesa Bernal, D. (1996) prólogo de Germán Arciniegas. De los judíos en la
historia de Colombia. Bogotá: Planeta.
[2] Acero Vega, A. (2012) Raíces Judías en el desarrollo de Colombia.
[3] Bokser Liwerant, J, Gojman de Backal, A. (1999) Encuentro y alteridad. Vida y
cultura judía en América Latina. Fondo de Cultura Económica. México D.F: Tierra
Firme.
[4] Vilar, M. (2009) La Qehila sefardí de Nueva York: el primer núcleo hispanófono
en la Norteamérica anglosajona. Universidad de Murcia.
[5] Maisel Q, A (1963). Los que se quedaron. Editorial Novaro. México D.F. 1.963.
[6] Johnson, P. (2010) Historia de los judíos. Ediciones B.Barcelona.
[7] Sourdis Nájera, A. et all. (2011). Los judíos en Colombia. Una aproximación
histórica. Colombia: Panamericana.
[8] Serrano E. (2007) Donde no te conozcan. Bogotá: Ed. Planeta.
[9] Rutherfurd, E. (2012) Nueva York, Cuarta edición. Barcelona: Liberduplex
Centro Virtual Cervantes (2016) Instituto Cervantes. Recuperado de
https://mujercristianaylatina.wordpress.com/2009/10/02/los-sefarditas-del-xviii-y-la-
inquisicion-en-cartagena-de-indias/
[11] Enlace Judío. (2016) Tras las huellas judías en Hispanoamérica. Parte II.
Recuperado de: http://www.enlacejudio.com/2013/09/19/tras-las-huellas-judias-en-
hispanoamerica-parte-ii/
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[12] Wikimedia Commons (2016) File:Benjamin of Tudela route - es.svg. Recuperado
de: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Benjamin_of_Tudela_route_-_es.svg
[13] El Heraldo. (2016) Los judíos en Colombia Recuperado de:
http://revistas.elheraldo.co/latitud/los-judios-en-colombia-78329