Nº 15 Revista La Mano Invisible

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Número publicado el mes de Diciembre de 2010

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Aún recuerdo con emoción cuando vi, ese domingo, el mensaje de los mineros: “Estamos bien en el refugio los 33”. Ese papel hizo que la palabra esperanza tomara un nuevo significado. Y mientras toda mi familia (y me imagino que el resto del país también) miraba con atención la televisión, y los bocinazos se escuchaban en la calle, pensaba en la alegría que debían sentir las 33 familias, y la difícil espera que para ellos comenzaba. Ese mismo día decidí apagar la televisión y buscar otros medios para informarme. Estaba por comenzar el espectáculo.

El show político estuvo a cargo del mismísimo presidente Piñera. Independiente de las opiniones personales que uno pueda tener sobre él, hay que reconocer que supo poner a las personas más idóneas en los altos cargos de esta difícil misión: profesionales de primer nivel, tal como prometió alguna vez en campaña. Pero mis descargos son contra el aprovechamiento político que hizo de esta situación y con la sobreexposición mediática que se realizó para minimizar el resto de los temas país. Se entiende que le gusten las luces y las cámaras, pero llegó a ser vergonzoso todo lo que se hizo por subir un par de puntos en las encuestas.

El show de los medios también dejó mucho que desear. Poniendo las cosas en contexto, estamos de acuerdo que esta noticia nos impactó a todos, tanto a nivel nacional e internacional. Nunca antes en la historia mundial existió registro de un hecho con estas características, por lo que debía tener una cobertura especial y detallada. Pero también se necesitaba una cobertura responsable y no transformar cada noticiero en un reality de los mineros. Las familias merecían el respeto de vivir este periodo sin la innecesaria atención mediática. Incomprensible fue que incluso muchas familias pidieran a los mismos medios privacidad y que los dejaran tranquilos. En ese sentido, me encontré con muy pocos medios que cubrieron de manera seria y que dictaron pauta de cómo debe informarse este tipo de noticias. Lamentablemente todos fueron medios extranjeros.

Otra de las cosas que más me llamó la atención fue que, a pesar de lo emocionante del rescate, haya sido uno de los mineros el que nos recordó el tema de fondo de todo este asunto: “en Chile podemos cambiar las condiciones laborales” dijo, una vez fuera de la mina. Pues tiene mucha razón, esta tragedia no hubiese sucedido sin la irresponsabilidad de los empresarios dueños de la mina, y si la fiscalización hubiese sido efectiva. Y por supuesto, si tuviésemos condiciones laborales decentes para los trabajadores. Más impresionante aún es la impunidad a los dueños de la minera. No han asumido ninguna responsabilidad y ya ni si quiera los nombran en los medios. Se han olvidado de los dueños.

Y no sólo se han olvidado de ellos. Me gustaría ver, con el mismo entusiasmo que los periodistas reporteaban este reality, informes sobre las otras noticias que fueron igual de relevantes para el país. ¿Cuántos días tuvimos que esperar para la huelga de hambre de los comuneros mapuches estuviera en el noticiero prime? ¿Y ya nos olvidamos de toda la gente que aún no recibe ayuda tras haber sufrido con el terremoto?

Por último, algo positivo que sí me gustaría destacar, además de la felicidad del mismo rescate y que finalmente los mineros se encuentran bien junto a sus seres queridos, es que sin el profesionalismo y dedicación de los rescatistas, operarios e ingenieros esto no hubiese sido posible. A ellos mis más sinceras felicitaciones por la labor realizada y por el éxito del rescate. Gracias a ellos, el resto del mundo observó el alto nivel técnico que se encuentra en el país en esta área. Y de eso sí tenemos que estar orgullosos, y también debemos aprender y aspirar a hacer mejor las cosas. Pero en todas las dimensiones, porque subir el royalty no es suficiente para que una tragedia de este tipo no se vuelva a repetir.

Felicito a la Escuela de Sistemas de Información y Auditoría, por su notable esfuerzo en potenciar aún más nuestra carrera IICG-CA y por su excelencia académica en FEN. Destaco dos de sus éxitos:

1. El convenio firmado con Deloitte, ya que representa una gran oportunidad que aportará ampliamente a nuestra formación profesional, especialmente a mis compañeros de carrera en generaciones del 2007 en adelante (yo estoy ad-portas de egresar, qué envidia (¡sana!) por ustedes). Deloitte nos apoyará con financiamiento

Por: Matías García Guerrero, 5° año Ingeniería en Información y Control de Gestión y Contador Auditor.

de becas de intercambio; realizará charlas; ayudará en la modernización de nuestra malla curricular; tendremos más ramos electivos.

2. El ciclo de charlas organizado por la Escuela, ya que también ha contribuido. Cómo olvidar esa dinámica charla de Cyndi Laurin sobre generar cultura a través del liderazgo, identificando a Rudolphs; la de gobiernos corporativos (Deloitte). También aquellas organizadas con el Círculo ICAU; la última fue sobre la importancia de SAS 70 (auditoría a empresas de servicios, ¡no certificación!) fue buenísima.

FEN es la mejor Facultad de Economía y Negocios del país. Acá egresan profesionales integra les, con conocimientos en: Economía, Recursos Humanos, Finanzas, Sistemas, Auditoría, Control de Gestión, Marketing y quién sabe qué otras áreas. Yo me pregunto, ¿por qué esta Facultad, predicando tanto, practica tan poco? Y lo digo porque, a los futuros expertos en Recursos Humanos, les enseñan a hacer evaluaciones de desempeño que se alineen con las competencias que se desea que posean los empleados de la empresa, y que los incentivos que se les pongan no se conviertan en incentivos perversos.

Entonces, ¿cómo se explica que la Evaluación Docente, que se hace cada semestre, se convierta en una evaluación completamente inútil para los profesores? Y lo digo por tres razones: (1) Por su extensión, (2) Por la calidad de las preguntas, y (3) por el período en que deben ser contestadas.

Señores responsables de la Evaluación Docente: ¿no se convierte acaso, en una Evaluación inútil, si se “obliga” a los alumnos a que la contesten durante el período inmediatamente anterior al de exámenes, fecha en la cual se necesita más que nunca visitar la página de pregrado? Lo único que se logra bloqueando el portal si no se llena la evaluación, es que los alumnos no se tomen en serio esta responsabilidad y lo que es peor, que los profesores sientan que no está entregando feedback, porque las respuestas no son coherentes con la realidad.

Entonces, ¿no sería conveniente subir esta Evaluación después de los exámenes, cuando todos los alumnos tienen el tiempo suficiente para contestarla a conciencia, y que la evaluación cumpla así el objetivo para el cual fue creado? Por lo demás, ¿por qué llenar una evaluación antes de que termine el semestre si un alumno podría contestar: “Completamente de acuerdo que el profesor entrega los resultados de las evaluaciones a tiempo”, y, sin embargo, puede ocurrir que el resultado de su examen no se lo entreguen, sino hasta tres meses después de rendido?

Por otra parte, los evaluadores y los evaluados preferiríamos una encuesta más corta, donde se pregunte por competencias críticas del Docente, y no, por características secundarias menos relevantes. Por lo demás, ¿a quién no le ha pasado que llenando la Evaluación olvida si está evaluando al profesor o a la cátedra?, ¿Será que eso ocurre porque las preguntas son semejantes para ambos?

Y por último, nadie entiende para qué se llenan las evaluaciones, si un curso completo podría responder que el profesor NO cumple con las competencias ni la responsabilidad que un Docente FEN debe poseer, pero sin embargo, ese no es motivo suficiente para que la Facultad prescinda de sus servicios. Entonces, dados todos los contras y ningún pro a la evaluación docente semestral, ¿no sería lógico que se reestructurara lo antes posible para que sea realmente útil?

Por: Maricela Plaza, 5º año Ingeniería en Información y Control de Gestión/

El mundo del economista se presenta bajo la forma de un cuadrado con nueve fichas negras, tres por lado más una en el centro. Cuerpo inanimado, ilusión de una totalidad más que de una realidad, ese mundo es una caricatura de la vida. Así de sencillo es ese mundo. Sin embargo, cuando yo era aún un joven estudiante lleno de una confianza infinita e ingenua, tuve la osadía de preguntar por qué un sistema de fichas; por qué nueve y no diez o trece; por qué un cuadrado y no una figura aleatoria que cambia; qué hay detrás de esa precisión y fijación, de esa totalidad; por qué un mundo que no veo ni entiendo, etc.

Me respondieron de inmediato y de una forma abstracta. Me explicaron que ese mundo es el único mundo posible y el que realmente interesa, que la posición de las fichas y el color no son un puro capricho, sino condiciones necesarias y suficientes que revelan una realidad intangible, homogénea y permanente, aquella verdaderamente real y la única susceptible de ser conocida, debido a que expresa la misma verdad precisa que está en todas partes, como la ley de la gravedad, por tanto, una realidad que es preferible no darle la espalda porque, de lo contrario, mata antes de hundirte, te condena a vivir en el error, es lo mismo que comunicarte de forma imperfecta, con

palabras diciendo algo que tú no deseas decir, lo falso, lo aparente, una vida de pura ficción, porque, finalmente, como todo el mundo sabe, hay razones serias y numerosos beneficios en vivir en un mundo así….

Frente a un abracadabra de ese tamaño, tuve suerte que mi cabeza no quedara paralizada y que esas palabras no pasaran a ser mis ideas; de lo contrario, en ese mismo momento, mi espíritu se hubiera charqueado. Conversé con mis compañeros y les pregunté si tener en consideración sólo las apariencias de un mundo invisible e inanimado, no resultaba en definitiva ser peligroso, por no decir un infierno. Luego, sin darme un respiro, en medio de una asamblea de alumnos, me atreví a algo más y pregunté: ¿No es acaso un absurdo pensar y estudiar un mundo que es una quimera? Era demasiado: el ensamblaje de las nuevas palabras utilizado en los cursos de microeconomía no parecía funcionar correctamente porque me impedía pensar, lo mismo que a cualquier cabeza sana.

Años más tarde, un profesor de macro, un tipo feliz que no se aventuró nunca en la búsqueda de la clave de nuestra existencia enigmática y casuística, profetizó la respuesta más inteligente, aunque no más sorprendente, del rol del economista, y

siempre dentro de los estrictos términos y límites de la libertad cartesiana: “¡El mundo cuadrado, único e igual en todas partes, es una maravilla! ¡Es de una lógica admirable! ¡Es cuestión de pensar bien! Primero: en ese mundo, Dios está excluido, con lo cual la ausencia de lo divino abre una oportunidad única para la libertad y la acción. Segundo: contrariamente a lo que antes ocurría, no me pregunten por qué, ahora se justifica plenamente usar la razón. ¡En virtud de ella, donde el hombre aparece, un mundo nuevo crece! Tercero y esto es lo último que les digo: ¡dejen de mirar el mundo desde afuera, como unos extraños! ¡Ahora el mundo nos pertenece y es hora de animarlo! ¡No señores! ¡El mundo ya no está al mando de los cristianos! ¡Esos tipos estaban mal parados para comprender un mundo preciso, móvil y vacío a la vez!”

Desde ese momento, el mundo verdadero se hizo enemigo irreconciliable del mundo aparente; no hubo más espacio para dos mundos a la vez, menos aún un espacio para dos o tres discursos diferentes, ni nada que sirva y estimule un pensamiento diferente ya que, al mismo tiempo, a ese mundo, se le quitó la posibilidad de toda contradicción, incluso de tergiversarse a sí mismo como lo hace el hombre diariamente. Un sólo discurso; ninguna posibilidad que dos o tres

dioses distintos puedan desembuchar sus discursos contradictorios y opuestos. Fue el turno del mundo único, del mundo siempre igual, del nunca diferente, donde una verdad alucinante tiene por destino ser trasladada universalmente.

¿Tomar venganza con mis propias manos? ¿Rechazar de plano la idea del mundo encuadrado? En el octavo canto de la Odisea, leo que los dioses tejían sus desgracias para que a los hombres no les faltaran temas para sus cantos. Así, una vez más, entiendo que la teología más antigua revela ayer y hoy cómo los dioses animan la acción de los hombres sin imaginación: haciéndoles creer que no se puede vivir pensando de una u otra forma a la vez; algo así como negar que el agua está fría cuando el otro la encuentra caliente, porque una cosa es una cosa y no es dos o tres cosas a la vez, aunque se trate de cualquier cosa o asunto, de una ficción, de una virtud o de la realidad o como le llamen a esa cosa, que hay bajo nosotros un río que no hace ruido lo mismo que un mundo sordo, un mundo homogéneo, igual en todas partes, algo nada de especial a menos que se confirme que es un mundo nacido de una ilusión, que se entienda bien, la ilusión aquella que el ser es y el no-ser no es, repita, por favor, otra vez….

Hace algunas semanas el Ministro de Educación, Joaquín Lavín, dio a conocer 25 nuevos “Liceos de Excelencia” los que se distribuirán a lo largo del país.

Ante esto, la pregunta que se da por añadidura es la siguiente: ¿Qué pasa con los otros establecimientos que no serán favorecidos? ¿Qué pasa con los n-25 colegios perjudicados con la medida? Porque como sabemos, la gran mayoría de los colegios de escasos recursos en Chile son malos, de acuerdo a diversos indicadores que se han realizado.

Asumiendo que se implementarán estos Liceos exitosamente, hay otra pregunta para la reflexión: de dónde sacará Lavín profesores de “excelencia”, siendo que las pedagogías hoy en día no se potencian en absoluto, y una capacitación para profesores toma un tiempo considerable, y que claramente es mucho mayor al plazo que hay para lanzar los establecimientos.

Ahora, y suponiendo -otra vez- que la implementación de estos liceos es un éxito y se cumplen los objetivos que pretende Lavín, lo pésimo de esta medida es el hecho que, al formar estos centros de “elite” donde todos tienen similares características, se dan varios fenómenos, entre ellos están:

- La competencia –per se- no es mala, siempre y cuando no sean niños los que están en juego. El querer ingresar le dará al niño una carga adicional de stress por querer estar ahí, y como si fuera poco eso, la no aceptación les causará más de alguna frustración a quienes no resulten seleccionados. Luego, ¿quién asume los costos emocionales de los cuales serán víctima estos niños?

- Al ser un grupo muy homogéneo en términos de habilidades cognitivas, disminuirá en los otros colegios el denominado “efecto pares”, que en términos simples consiste en que si tenemos dos alumnos, uno talentoso y el otro no tanto, producto de la interacción entre ambos, el alumno con menos talento puede beneficiarse enormemente como consecuencia de dicha relación.- Marginación, todos sabemos los beneficios de intercambiar experiencias entre gente que es distinta a nosotros. Al irse todos –o la mayoría- de los alumnos aventajados a los Liceos de Excelencia, se acrecentará la marginación de los niños con menos talento, empeorando aún más el sistema, y acentuándose las diferencias entre ambos grupos.

Según el Ministro, quien vaya a estos Liceos tendrá prácticamente asegurada la entrada a una Universidad de calidad, pero ¿quién asegura que esto será así efectivamente? Las cosas pueden variar mucho en 10 años, las condiciones pueden cambiar rotundamente, por lo que asegurar algo así es un tanto “apresurado”, por decir menos.

Es por eso que, llevar a cabo políticas públicas de carácter populista, de parche, y de corto plazo, con beneficios políticos, y sin considerar un factor importante que es el largo plazo, nos puede llevar a que el remedio sea peor que la enfermedad. Como estamos en un país subdesarrollado, como es Chile, dichas políticas inevitablemente deberían ser pensadas hacia el largo plazo si realmente se quiere lograr un cambio profundo en la sociedad, y llegar al Desarrollo tan ansiado por algunos, pero eso será posible sólo en MUCHOS años más.

Por: Hugo Gómez, alumno 5º año Ingeniería en Información y Control de Gestión/

Santiago no es Chile ni La Chile es Santiago.

Entonces, ¿Cómo se mueven las otras facultades

de Economía y Negociosde otras Universidades?

Acá un pequeño recorrido por tres de ellas

que los chicos de LMI hicieron para conocer el

funcionamiento y el pasar de otros alumnos.

Ingeniería Comercial a

la carta

Por: Ignacio Godoy, Quinto año I.C.M.E. / Jaime Jiménez, Primer año I.I.C.G.

UTEM

Caminas dos cuadras desde Metro Salvador y te encontrarás en un edificio triangular llamado FAE. Es la FAE de la UTEM. Debo reconocer que en un comienzo me sentí bastante confundido, pues no imaginaba como podrían distribuirse las salas, oficinas, auditorios, entre otros; en un edificio de tres plantas completamente triangular.

La carrera de Ingeniería Comercial en la UTEM no está acreditada, lo que quiere decir que sus profesionales no cuentan más que con el reconocimiento del Ministerio de Educación. La única carrera que está acreditada en este campus es su pariente “Ingeniería en Comercio Internacional”. El tema de la acreditación es sin duda la piedra en el zapato de esta Universidad, junto a lo sucedido en el 2008 con su antiguo rector… y el movimiento de dinero ilícito en el que estuvo involucrado.

Conversando con diversos estudiantes nos dimos cuenta del gran descontento que existe en cuanto a la infraestructura de la Facultad, y en efecto, comprobamos que hay

salas con enchufes malos y sillas rotas, las salas de computación tienen computadores antiguos, muy desactualizados y lentos. No tienen lugares de esparcimiento, aunque hubo un proyecto de ampliación el que contemplaba una construcción en un lugar que, lamentablemente, fue comprado para construir un centro médico.

La totalidad del alumnado es de sector socioeconómicos medios, la mayoría estudia con crédito y anualmente sólo uno o dos alumnos paga el arancel al contado. Del estudio a su malla pudimos constatar que está orientada a la parte administrativa por la poca existencia de ramos económicos en los últimos años. No cuentan con talleres que desarrollen habilidades blandas, aunque antes existían diplomados orientados a esto, pero por problemas de financiamiento ya no se imparten.

Conversamos con Romina Galaz, directora ejecutiva del CEIC de la UTEM, sobre los diversos temas contingentes de la Facultad. Nos contaba que el principal sello que te deja ésta es que te “enseña a sobrevivir”: dados los escasos recursos, tienen que aprender a sopesar innumerables problemas en el

desarrollo de la carrera. En ese sentido los “los chicos son súper aperrados y aprenden a valorar las cosas que tienen”, agregaba.

En relación al ambiente, Romina comenta: "Esto es una familia, acá todos se ayudan, alumnado y funcionarios. Sin embargo, las generaciones actuales están más individualistas”. También nos destacaba el trato personalizado que se da en el aula, dado el tamaño reducido de las secciones.

El casino de la Facultad me pareció proporcional a la cantidad de gente, sin embargo me comentaron que existían problemas en cuanto a espacio. Acá el menú lo venden según el plato que consumirás. La calidad de la comida es bastante buena por cierto, salvo el postre.

Para cerrar, hago un llamado de atención a las autoridades de todas las instituciones de educación superior estatales, para que no descuiden sus Universidades, lugares en los cuales se está formando el Chile del mañana, donde hay miles de jóvenes con el talento y ganas necesarios para hacer crecer este país.

USACH

Viernes por la mañana. Me dirijo hacia esas anchas puerta azules y tras dar unos cuantos pasos en línea recta topo con dos pabellones largos: la FAE. En esta Facultad se imparten tres carreras: Ingeniería comercial, Administración Pública y Contador-Auditor.

Daniela Ramirez, secretaria general de comunicaciones del CEIC, me comenta: “se palpa en el ambiente la misión de la Universidad (movilidad social), ya que la mayoría son la primera generación en entrar a la Universidad”. Ahora bien, noté en mi excursión un perfil homogéneo en el estudiante, lo cual es plenamente una percepción, pero a la hora de referirme al tema, Daniela comenta: “Acá son todos bastante parecidos, y debo reconocer que son bastante cómodos, les gusta recibir, pero no tanto participar en otras actividades académicas”. Es más, me dijo:”Acá organizas una charla y van seis personas, pero si organizas un carrete llegan trescientas”.

No pude evitar sonreír cuando agregó: “Acá siempre dicen NO a cualquier cosa que

implique perder clases, aun si estuvieran de acuerdo por lo que se protesta”. ¿Les recuerda a alguna facultad de la Chile en especial?

Daniela me contaba: “es verdad que esta es una carrera de salón, pero siento que es demasiado teórica acá”. Existe un cierto descuido con las habilidades blandas y con la efectividad de los cursos que supuestamente las forman”. Y agrega, “tengo compañeros de quinto que no son capaces de dar una entrevista de trabajo”.

Visité las oficinas administrativas y me llamó la atención la “infraestructura” y el “orden” del inmueble. Como anécdota: sobre el mesón de portería habían fotografías de los viejos mandamases de la Facultad, pero no podía creer que en la primera fotografía apareciera el susodicho mirando hacia el lado descaradamente con la corbata mal ajustada. No es que quiera photoshop ni cosas así, pero ¿y la institucionalidad?

Luego, avanzando por los pasillos me daba cuenta del poco profesionalismo de algunos funcionarios, como por ejemplo, recibirte jugando computador, pero bueno… hay

gente así en todos lados.Tras mi vagar entre esas oficinas me dio hambre y fui al casino de la FAE, compré el menú completo. Tiene de todo, con dos alternativas, pero según pregunté no siempre es así, o sea, tuve suerte. En cuanto a la calidad de la comida, basta con decir que no amerita el precio, no fue entonces ninguna sorpresa darme cuenta más tarde que casi nadie compraba el menú del casino.

Para concluir estimados lectores, me referiré a la vez en que, cuando secundario, me encuestaron sobre por qué la USACH estaba perdiendo prestigio. Solo diré que lo que al menos esta Facultad me deja es una sensación de falta de prolijidad, de qué tal vez no están haciendo su mejor esfuerzo, de que quizás lo único que necesitan es esa máxima de los scouts: “dejar el mundo mejor de lo que lo recibiste”.

Fuentes: http://www.fae.usach.cl/ http://rsu.usach.cl/

U. de los Andes

Estación Hernando de Magallanes, lugar de combinación con el Opus Dei. Así creí que iba a empezar esto que parecía ser un retiro espiritual, pero para mi sorpresa no lo fue. Para todos los mortales que andamos en "dodge" (dos patas) tuve que tomar la C02, la que me dejo en menos de diez minutos en un cerro, o más bien, un Olimpo: La Universidad de Los Andes

Dentro del estudio que le hicimos a su malla podemos notar que existen dos menciones (especializaciones, para ellos): Economía de la Empresa y Marketing. Cada semestre tienen que tomar la impresionante cantidad de 6 ramos curriculares, es decir, olvídate de CFG's o libres, a menos que tengas una máquina que fabrique tiempo. La formación ética es sin duda alguna un sello de esta casa de estudios. Tienen: Teología uno y dos, Teología Moral, y ética empresarial. O

sea que si te logras titular, ya tienes un pie dentro del cielo.

Lo primero que notas al bajarte del bus (no cabe dentro de la categoría de micro), es un cerro empinado con un edificio en forma de "L", "el edificio del reloj" (por un reloj de sol que tienen en el suelo). Si de infraestructura me preguntan diría que la FEN no tiene casi nada que envidiarle, CASI... salvo por un ascensor para alumnos y unos baños con cubículos que parecen oficinas. Al parecer el costo de oportunidad tiempo de orinar es altísimo.

El alumnado en general es súper "buena onda", salvo los que andaban urgidos por los exámenes orales de antropología. Debo aclarar un estigma social que existe y decir que esta carrera no es para "cuicos tontos", los chicos se esfuerzan bastante y vi mucha gente estudiando arduamente. Había pasillos con más silencio que el segundo piso de nuestra biblioteca.

(*) Para obtener esta cifra utilizen las herramientas de mapcity o googlemaps Fuente: http://www.divesup.cl/ofertaacademica2010/

Algo que me llamó demasiado la atención es la “organización estudiantil ”. Las actividades extra-programáticas, recreativas y culturales propias de la carrera son labor del centro de estudiantes. Sin embargo parece que al encargado de los planos se le fue asignarles una oficina. El ente encargado oficialmente de lo extra-académico es un departamento llamado Vida Universitaria, el cual es común a todas las carreras y está en la facultad de Humanidades.

Daban las dos y tenía hambre... Me tuve que poner a pensar a dónde iba a ir a almorzar. Tienen tres cafeterías-casino. Fui a la que estaba en el primer piso de la Facultad en estudio, "Gratto", lugar que por donde mires, es mejor a nuestro casino, e incluso a la cafetería. El mobiliario era súper moderno y estético, y la comida bastante decente, basta con decir que el postre sabe a postre, no a plástico ni a detergente.

Fuentes: www.uandes.cl

Continuando con las entrevistas a los representantes de proyectos, hoy es el turno de Juan Pablo Subiabre, Director de PreuFEN, con quien pudimos conversar y nos respondió las siguientes preguntas:

¿Por qué nace el Preuniversitario?

El PreuFEN, como lo conocemos actualmente, surge el año 2006. Se conforma como una instancia que busca equilibrar el acceso a la educación superior para aquellos que no poseen los recursos económicos para financiar un preuniversitario particular. Somos una organización sin fines de lucro, manejada por y para estudiantes.

¿Cómo funciona?

Cuando recién comenzó, se hacía una difusión a principio de año donde se invitaba a los colegios municipales a enviar alumnos que, pese a tener una situación económica complicada, tenían ganas de surgir mediante la educación superior. Actualmente esta difusión ya no es necesaria, pues entre los colegios nos hemos formado una excelente imagen y podemos decir que los alumnos ‘llegan solos’. De hecho, este año tuvimos que dejar a mucha gente afuera porque no tenemos más capacidad física. Los alumnos postulan mediante una prueba de diagnóstico tipo ensayo PSU y esto se pondera con su NEM y su situación

socioeconómica, lo que determina el ingreso. Los alumnos pagan una matrícula inicial y una mensualidad por los cursos que toman. En total, son alrededor de $4.000 mensuales que permiten financiar las fotocopias.

En cuanto a las clases, funcionamos bajo el concepto de voluntariado. Los tutores y coordinadores de área no reciben más paga por su trabajo que un vale de colación semanal entregado por la Facultad, equivalente a $1.050. Por lo que prácticamente todos los que trabajamos en esto lo hacemos por ‘amor al arte’.

La Facultad también nos facilita un tercio de una sala en la Torre que funciona como oficina, y otra sala completa con capacidad para 45 personas para hacer clases. Actualmente tenemos alrededor de 110 alumnos, los que distribuimos en varias secciones entre las 3 de la tarde y las 9 de la noche, en bloques de 1 hora y 20 minutos.

¿Qué resultados ha tenido?

Superamos con creces la media de los colegios municipales en cuanto a puntaje PSU, pero aún nos falta mucho para hablar de un acceso igualitario. Entre algunos hechos destacables, puedo mencionar que el año pasado entraron 15 alumnos a la Universidad de Chile, de los cuales 3

están en nuestra facultad. Otros que tienen buenos resultados prefieren las instituciones privadas, pues les entregan becas completas de arancel. También obtuvimos un puntaje nacional en matemáticas. En general, todos aquellos que tienen una alta asistencia a clases entran a las carreras que desean, con becas de excelencia académica y otras instancias que les permiten apalear los gastos.

¿Que necesita para crecer más?

Tenemos computadores refaccionados que tienen alrededor de 10 años de uso y muchas veces funcionamos con cosas regaladas: un par de plumones, unas resmas de papel, etc. Siempre faltarán recursos para una organización sin fines de lucro, pero de alguna forma siempre nos las arreglamos. Aunque el principal problema, y que no podemos arreglar, es el espacio. Tener 110 alumnos en una sala de clases es una locura, pues debemos distribuirlos en horarios que son complicados para los tutores y los alumnos, el último bloque termina a las 21:10 hrs. El tener otra sala nos permitiría ampliar notablemente la cantidad de alumnos, consiguiendo así el objetivo de cualquier ONG: brindar un servicio de calidad que genere valor para la comunidad, logrando al mismo tiempo ser autosustentable. Hacia allá es donde tenemos que ir.

Esta columna pretende hablar sobre política. No sobre la política de las pequeñeces, del muñequeo y la corrupción, sino de la POLÍTICA (sí, esa con mayúsculas): la acción de buscar entre todos formar una mejor sociedad y un mejor país.

El buscar una mejor sociedad implica ideas y acciones: importan las ideas o finalidades, pues son las que determinen los medios y la forma en la que se actuará. Tenemos planteamientos similares acerca de cuáles son las cosas que se necesitan para tener una mejor sociedad, sin embargo hay muchas discrepancias en el “cómo hacerlo”.

Las dos corrientes más fuertes son a la vez, opuestas. Los Liberales proponen la ampliación de los derechos y libertades individuales. La libertad es el fin más alto y se extiende hasta donde no dañe la libertad de los demás. Los Conservadores, en cambio, dan énfasis al orden. Plantean una sociedad con compromiso de sus miembros y el cumplimiento de deberes, donde las instituciones tienen el deber de imponer el orden.

Sin embargo vemos en la política que hay una dicotomía entre estos conceptos. Los Liberales en lo económico son Conservadores en lo social y, del otro lado, los Liberales en lo social son Conservadores en lo económico. Es necesario, entonces, encontrar un justo equilibrio.

El Comunitarismo es un concepto que se centra en este justo equilibrio. Se basa en la verdad evidente de que los hombres, mujeres y niños somos miembros de muchas comunidades - familias, vecindarios, asociaciones religiosas, educacionales, de trabajo, el sistema político propiamente tal- fuera de las cuales ni la existencia humana ni la libertad individual podrían sostenerse.

El pensamiento comunitario es una idea conciliadora, que toma cosas buenas, tanto de los Liberales como de los Conservadores, para lograr una mejor sociedad construida entre todos, pero en la cual todos seamos conscientes de nuestra individualidad y la de los demás; una sociedad donde vivamos todos, juntos pero no revueltos.

Los comunitaristas valoramos la autonomía

personal, junto a la paz social y la vida en comunidad. Proponemos tanto derechos como deberes para las personas, mediante la educación y el debate pluralista en base a valores compartidos por la sociedad. No basta que se ejerza la libertad sin hacer daño (¿qué tipo de daño?), sino que, en todo actuar se debe tener en consideración a los que nos rodean.

Si todo es libertad individual, llegamos a la anarquía. Si todo es orden social, surgirá el autoritarismo.

La vida en sociedad va más allá del estado y el mercado. Con mayor participación de la ciudadanía se puede lograr mejores políticas públicas, más eficientes y efectivas. Una sociedad fortalece la democracia cuando está compuesta de muchas comunidades inspiradas en va lores plura l istas y conscientes de las demás Esta idea se basa en un pensamiento humanista de la persona, que considera más importante el ser más, que el tener más. En la idea de que debemos dejar el mundo mejor de como lo encontramos.

Pero volvamos al objetivo de este artículo: La POLÍTICA (esa de las letras en mayúscula) como la forma de tener una mejor sociedad. Esto no es posible sin la colaboración y el compromiso de todos nosotros. Es una tarea difícil, que muchas veces parece imposible, pero, se ve más que recompensada al ver que las personas son más felices y el futuro de nuestros hijos será mejor.

Tú, estudiante, ciudadano (estés o no inscrito en el registro electoral) parte de nuestra sociedad, ¿quieres una mejor sociedad? Es fácil. ¡Participa! Conversa con tus compañeros, busca siempre la forma de dejar el mundo mejor de como lo encontraste y busca nuevas alternativas.

No se trata de sólo criticar, sino que proponer y actuar. Atreverse a hacer cosas nuevas y romper los paradigmas. Dejar de lado el pensamiento de que no lograremos cambiar las cosas y que el sistema está tan viciado que ya no tiene remedio. Porque es precisamente en ese sistema en el que viviremos. Si no eres tú, ¿quién? Si no es ahora, ¿cuándo?

"Con la Fran nos conocimos en cuarto medio, cuando yo no quería enamorarme de nadie porque al año siguiente tenía que emigrar a la Universidad. ¿Qué sentido tenía hacerlo si dentro de pocos meses la distancia nos separaría? Aún así fue inevitable: su rostro era angelical, junto con sus manos, sus movimientos y su capacidad para desenvolverse en cualquier conversación la hacían única.

Nos pusimos a pololear tras habernos conocido en aquella fiesta del colegio, y pasó lo que yo me temía: me enamoré perdidamente de ella. Decidimos continuar con nuestro noviazgo a distancia, ella en Concepción y yo en Santiago. Confiábamos en que si pasábamos este obstáculo, nuestra vida sería feliz para siempre. Ella el año entrante ingresaría a la Universidad, viviríamos juntos y tendríamos una vida de ensueños.

Y eso fue lo que ocurrió. Mi primer año de Universidad me la pasé viajando entre Concepción y Santiago, sólo para verla a ella. Al año siguiente, mi Fran se vino a vivir conmigo. Todo fue de maravilla: verla cada día conmigo, sentirla cada noche a mi lado, despertar con ella. Fue lo mejor que me podía estar pasando. Nadie era más feliz que yo. Éramos la pareja perfecta, planeábamos constantemente nuestro futuro. Queríamos casarnos cuando termina la Universidad y tuviésemos un trabajo que nos permitiese la boda más hermosa. Mi Fran se miraba la vitrina de las tiendas cada vez que veía un vestido de novia o ropa de bebé.

Queríamos cinco hijos, una casa grande

y viajar por el mundo perfeccionándonos profesionalmente.Todo estaba muy bien planeado y yo imaginaba mi futuro con esta deslumbrante mujer, sin pensar siquiera que nuestro futuro podía deshacerse tan abruptamente. Ese domingo, cuando la Fran salió del baño con un test de embarazo en las manos, yo no lo podía creer. Sabía que ella estaba con retraso, y que estaba un poco nerviosa por ello, pero siempre habíamos tomado las precauciones necesarias para que lo que estaba por ocurrir no aconteciera. Eso debía pasar cuando termináramos la Universidad.

Sin embargo ahí estábamos, sentados en el sillón, viendo cómo el test arrojaba positivo. Ambos nos pusimos a llorar, pero de alegría. Nuestro amor era tan grande, que un hijo sólo lo reafirmaba. Sabíamos que no sería fácil, pero contábamos con el apoyo de nuestras respectivas familias. Y así fue cuando ellos se enteraron.

Seguimos estudiando. La Fran alcanzó a terminar el semestre sin problemas pero llevando un vientre que ya la agotaba por completo. Esperábamos con ansias la llegada de nuestra niña. Hasta que por fin aquella noche de diciembre llegó. Era preciosa, como su madre, inquieta como su padre y por sobre todo angelical. No podía creer que aquella niña que tenía en mis brazos en el pabellón era mi hija. El doctor la chequeó y dio el okay a su equipo. Eso era señal de que mi niña estaba bien. Pero algo estaba ocurriendo con la Fran. De pronto no la vi reaccionar y una enfermera se anticipó a sacarme de la sala mientras dos nerviosos médicos intentaban reaccionar a mi novia.

Por: Maricela Plaza. Quinto año Ingeniería en Información y Control de Gestión/

No supe nada sino hasta dentro de veinte minutos, que para mí fueron como una vida entera. Salió un médico y habló conmigo y con el papá de la Fran, diciéndonos que tras el parto, ella había sufrido una arritmia cardíaca, pero que todo estaba bien. Y efectivamente yo creí en la palabra del médico, creyendo que producto del parto, mi novia se había descompensado. ¡Qué ignorancia la mía! En ese sentido soy un muy buen ingeniero.

Dos días después dieron a la Fran de alta, junto con nuestra hija. Yo le había decorado un precioso dormitorio durante los nueve meses de gestación. ¡Era el papá más feliz del mundo! ¡Tenía a la mejor novia, a una hija preciosa y estudiaba algo que me apasionaba! Todo parecía aventurar un futuro espléndido.

Pero algo estaba pasando con mi Fran: constantes desmayos y mareos la estaban aquejando, síntomas que ni siquiera durante el embarazo había presentado. Yo no sabía qué estaba pasando, pero no dudé ni un minuto en pedir una hora al médico cuando acumuló tres desmayos en una semana.

El diagnóstico fue chocante: “Tendremos que instalarle marcapasos, tendrá que controlarse periódicamente para chequear como están funcionando, de lo contrario, la tendremos que poner en la lista para un trasplante de corazón”

¿Trasplante de corazón? Yo no era médico, pero no había que serlo para saber que un paciente puede morir esperando un trasplante. Mi palidez en la consulta fue evidente, pero intenté ser fuerte, porque mi novia lloraba sin consuelo, mientras el médico intentaba explicarnos la causa de este trastorno, situación que nunca escuché; sólo vinieron a mi mente todas aquellas imágenes en televisión de cientos de familias que lloran porque no llega un donante. Mi mundo se derrumbó. No era posible lo que estaba escuchando: TRASPLANTE. Para mí escucharlo era sinónimo de muerte, ¿Acaso era eso lo que el médico nos estaba diciendo?

Salimos de la consulta. La Fran desconsolada y yo en silencio. En el departamento, la Fran abrazó a nuestra niña y lloró, lloró y lloró. Yo la observé el tiempo suficiente como para

darme cuenta que esto acabaría con el futuro perfecto que teníamos en nuestras mentes. Salí de la sala y me encerré en el dormitorio a buscar información al respecto. Quería saber todo acerca de aquella enfermedad que me quería arrebatar mi felicidad.

No sé si es mejor ser un ignorante esperanzado o un informado realista, pero lo que estaba leyendo terminó por destruirme aún más: en un artículo, el director de la Corporación del Trasplante, Dr. José Luís Rojas, indicaba que la cifra de donantes del 2009 rondaba los 116 a nivel nacional y que la lista de espera superaba las 1.800 personas. ¿Cómo era posible que los donantes fuesen apenas 116 si al día mueren demasiadas personas?

Me armé de valor y salí del dormitorio con dirección a la sala, donde estaba la Fran. Si yo estaba devastado, ella estaba doblemente dolida y era yo el encargado de apoyarla.

No podía verme destruido porque eso terminaría por matarla anticipadamente. Además, el médico sólo dijo que le instalaría un marcapasos y que eso podría funcionar

bastante bien. Que sólo teníamos que tener fe.

El excelente estado de salud de mi novia post marcapasos nos hizo pensar que todo había pasado y que efectivamente había sido una buena opción, y que el trasplante no sería necesario. Nuestra Valentina estaba creciendo muy deprisa y estaba cada día más hermosa. Volvimos a ser felices por completo, hasta que el médico en uno de los controles nos dijo que el corazón de mi novia no estaba funcionando bien y que la pondría en la lista para ser trasplantada. No sé si fue la noticia o el malestar cardíaco de mi novia lo que la hizo ir decayendo cada día más de prisa, hasta que nos vimos en la necesidad de internarla indefinidamente.

Cuando esto ocurrió, yo ya había defendido mi tesis y todo había salido muy bien en eso. En tres meses más sería la ceremonia de entrega de título. Era lo que habíamos estado esperando desde hace mucho, para independizarnos por completo.

Los días pasaron, mi novia empeoró. A la Vale se la tuvieron que llevar al sur porque

yo ya estaba de tiempo completo cuidando a mi novia, e intentar buscar trabajo pasó a segundo plano. Mis suegros intentaban sensibilizar a la sociedad para que donaran su corazón. Pero las súplicas no estaban siendo efectivas. Moría una gran cantidad de gente al día y todas se llevaban sus órganos a la tumba.

Yo le pedía a Dios cada noche que no me quitara lo más preciado en mi vida. Pero mis súplicas tampoco fueron acogidas y durante el mes de octubre, una semana antes de mi ceremonia de titulación, me arrebataron a mi Fran para siempre. ¿Por qué Dios quitó la felicidad de nuestras vidas? ¿Es que acaso el nivel de perfección de mi novia era tal, que Dios la necesitaba a su lado? Nunca voy a entender por qué pasan las cosas, sólo sé que mientras viva, tengo una hija preciosa a quien amar, y cuando muera, quiero entregar vida a otra persona que lo necesite; quiero que alguien siga respirando gracias a mí y que una familia completa goce de alegría por la segunda oportunidad que un desconocido pueda darle. Esa misma oportunidad que la Fran, la Vale y yo nunca tuvimos."

¿Alguna vez han querido mandar todo a la cresta o, simplemente, sienten que no encajan en la sociedad? Apuesto a que sí. No es que la vida no sea bella, es sólo que estamos llenos de ruido. Solemos preocupamos por tonteras y eso impide que no disfrutemos de lo simple. Somos mucha forma y poco fondo.

Sólo por la curiosidad de saber cómo es Sean Penn como director, decidí ver “Camino Salvaje” (“Into the wild”) y me topé con un de esos filmes que hacen que te cuestiones la vida.

Christopher McCandless es un chico intel igente, con una v isión menos materialista de la vida y que decide emigrar al terminar la universidad. No me refiero a irse a un departamento, sino a quemar sus tarjetas de crédito e identificación, donar sus ahorros a una fundación y partir con lo puesto hacia la naturaleza. No le interesa un auto nuevo, ni acumular dinero. Él quiere encontrarse consigo mismo, buscar la felicidad de otra manera, no depender del qué dirán y no aceptar el control ni la

intromisión de los demás. Quiere llegar a Alaska y sobrevivir con lo puesto, desligarse de todo.

Hay cosas que no comprende de sus padres y de la sociedad. En el camino, conocerá a su familia, la real, no la que le tocó por azar.

Lo más impresionante es que está basada en un hecho real, las personas que pasaron por la vida de este chico colaboraron para su realización.

No tenía las expectativas altas, la vi sin prejuicios y quedé con la boca abierta. Se convirtió en una de mis favoritas y me conmovió con personajes que aparecían en sólo un par de escenas. Sin grandes efectos especiales sino que con diálogos y paisajes que nos hacen pensar y soñar.

Elenco: Emile Hirsch, Macia Gay Harden, William Hurt, Jena Malone, Brian H. Dierker, Catherine Keener, Vince Vaughn y Kristen Stewart.Guión y dirección: Sean PennEstados Unidos, 2007

Por: Patricio Jorquera/