NÚMERO 1 Equipando a los niños para el ministerioJesús, y confiemos que él nos da la vida...

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NÚMERO 1 C C r r i i s s t t i i a a n n a a CONTENIDO E E q q u u i i p p a a n n d d o o a a l l o o s s n n i i ñ ñ o o s s p p a a r r a a e e l l m m i i n n i i s s t t e e r r i i o o David fue ungido en su juventud para ser Rey V Vea la p pá g gina 14 Algo en lo que vale la pena pensar Una odisea de fe. Página 3 Dios quiso que Cambiáramos. Página 4 Para jóvenes ¡Sin dudar! Página 5 Lecciones de Marcos Una lección sobre las prioridades. Página 6 Una lección sobre La mala percepción. Página 8 Leyendo a través de Romanos Compartiendo la vida de Cristo. Página 12 Entrevista Odisea Página 16 Página 14 Equipando a los niños para el ministerio. Una entrevista exclusiva con Robert F. Capon, autor de Génesis: la película. Ministerio de Niños Creciendo Juntos en la Vida y la Fe

Transcript of NÚMERO 1 Equipando a los niños para el ministerioJesús, y confiemos que él nos da la vida...

Odisea Cristiana www.wcg.org/espanol 1

NÚMERO 1

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CC OO NN TT EE NN II DD OO EEqquuiippaannddoo aa llooss nniiññoossppaarraa eell mmiinniisstteerriioo

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Algo en lo que vale la pena pensar

Una odisea de fe. Página 3

Dios quiso que Cambiáramos.

Página 4 Para jóvenes

¡Sin dudar! Página 5

Lecciones de Marcos

Una lección sobre las prioridades.

Página 6 Una lección sobre La mala percepción.

Página 8 Leyendo a través de Romanos

Compartiendo la vida de Cristo.

Página 12

Entrevista Odisea

Página 16

Página 14

Equipando a los niños parael ministerio.

Una entrevista exclusiva con Robert F. Capon, autor de Génesis: la película.

Ministerio de Niños

Creciendo Juntos en la Vida y la Fe

PRESIDENTE Joseph Tkach

RELACIONES ECLESIÁSTICAS Ronald kelly

SUPERINTENDENTE DE MISIONES Randal Dick

DIRECTOR REGIONAL AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Charles Fleming

SUPERINTENDENTE DISTRITO HISPANO USA: Lorenzo Arroyo

Salvo indicación contraria, los textos bíblicos se citan de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional. © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional. Odisea Cristiana acepta con agradecimiento las contribuciones para ayudar con los costos de publicación.

Ayuno y arrepentimiento después de los juicios a brujas en Salem

El 15 de enero de 1697, la ciudad de Salem y la colonia de Massachusetts en Estados Unidos de Norteamérica, proclamaron un día de ayuno y arrepentimiento por los juicios insensatos y las ejecuciones que ocurrieron cinco años antes en la colonia. Más de 150 personas fueron acusadas de ser brujas y fueron encarce-ladas, 19 sospechosas de ser brujas fueron ahorcadas.

El día de arrepentimiento personal y público fue proclamado “para que todo el pueblo de Dios pueda ofrecer súplicas fervien-tes a Él, para que toda la iniquidad pueda ser quitada, la cual ha movido el celo del Santo Dios contra esta tierra; para que pueda mostrarnos lo que no sabemos, y nos ayude, si hemos cometido un error, a no cometerlo más”.

La histeria de la cacería de brujas había comenzado cuando dos niños dijeron haber sido embrujados por cierta gente del pueblo. Después, durante el juicio, otros niños y jóvenes hicieron acusaciones similares. No se presentó ninguna evidencia real de adoración a Satanás, brujería u otras actividades paranormales. La mayoría de los acusados eran mujeres, aunque también estu-vo incluido el Reverendo George Burroughs, quien era ministro de la Villa Salem y que fue ahorcado el 19 de agosto de 1692.

Aunque los juicios de brujas fueron una equivocación bíblica aislada de la aplicación de la justicia en un pueblo pequeño, mos-traron la realidad de que los cristianos deben evitar que su fe los lleve a la histeria, a buscar chivos expiatorios o a la superstición. Ha habido otras equivocaciones más extensas en la historia cris-tiana, tales como la inquisición, la cual nos recuerda que necesi-tamos vivir siempre guiados por el Espíritu Santo y mostrar la sa-biduría y el amor de Cristo a los demás en cualquier situación.

EEE nnn NNN uuu eee sss ttt rrr ooo LLL uuu ggg aaa rrr

Jesús camina en la misma situación a la que nosotros so-mos llamados para tener fe en Dios, para creer y confiar en él, y él actúa en nuestro lugar y a nuestro favor desde las profundidades de nuestra falta de fe y nos provee gratuita-mente de una fidelidad que podemos compartir.

Thomas F. Torrance,

La mediación de Cristo, página 78

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Publicado por Comunión de Gracia Internacional

2 Odisea Cristiana Visítanos en comuniondegracia.org

Odisea Cristiana es publicada por la Comunión de Gracia Internacional, Glendora,California, 91123, USA. Todos los derechos reservados. OdiseaCristiana está disponible en internet en: comuniondegracia.org EDITORES EJECUTIVOS Mike Feazell Michael Morrison EDITOR: Thomas C. Hanson EDITORES: Paul Kroll, Randal Dick, Terry Akers DIRECTOR DE ARTE: Ronald Grove CONSEJERO DOCTRINAL: John E. McKena EDICIÓN EN ESPAÑOL: EDITOR: David E. Ágreda TRADUCTOR: Benjamín Escalante COLABORADORES: Eleana Molina, Jaime Salek, José Luis Casado

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Texto tecleado
Argentina: Olavarría 4543, (1842) Bo Las Flores, Monte Grande- BA. email: [email protected] Tel. (011) 4295-1698. Colombia: Calle 49 #26-11 Galerías, Bogotá. Teléfono: 314 2825. Chile: Casilla 11, Correo 21, Santiago. El Salvador: Final Senda 3 Oriente, Bk F #23, Los Girasoles, Santa Tecla. Web: sansalvador.gcichurches.org/ España: Apdo. 185, 28600 Navalcarnero, Madrid. Tel. 91 813 67 05 ó 626 468 629 Web: comuniondelagracia.es Estados Unidos: P.O. Box 5005, Glendora, CA 91740-5005. Honduras: Apartado 20831, Comayagüela. México: Web:comuniongracia.org.mx Perú: Web: comuniondelagracia.pe Resto del mundo: gci.org/churches web: http://comuniondegracia.org email: [email protected] facebook: ComuniondelaGracia twitter: @comuniongracia

UUnnaa ooddiisseeaa ddee ffee

por Joseph Tkach

a vida cristiana es más que una simple ruta. Incluye crisis, transicio-

nes y sorpresas así como victorias y crecimiento. A veces esta odisea con nuestro Sal-vador hacia el gozo eterno es un viaje placentero y a veces es una carrera salvaje.

La enseñanza bíblica sana y la reflexión llena de fe nos ayudan a enfrentar los cambios inesperados y las vueltas de este increíble viaje. Ser una fuente de tales enseñanzas y reflexiones es el objetivo de Odi-sea Cristiana, una nueva revista llena de artículos y editoriales acer-ca de la Biblia, la doctrina cristiana y la vida cristiana práctica.

Un nuevo comienzo para cada persona

Jesús enseñó que toda persona debe tener un nuevo comienzo. En Juan 3:3, Jesús le dijo a Nicodemo: “De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios”. Nicodemo difícil-mente se hubiera sorprendido por la idea de que habría una resurrección en el tiempo del fin, muchos judíos ya tenían esa idea.

Pero Jesús estaba hablando de algo más sorprendente, un nuevo nacimiento o un nuevo comienzo que habilita a la persona a “entrar en el reino de Dios” (versículo 5) en este tiempo. Les dijo a los fariseos: “Les aseguro que los recaudadores de impuestos y las prostitutas van delante de ustedes hacia el reino de Dios” (Mateo 21:31). Aún en esta era, la gente está entrando al reino de Dios, y lo hacen aceptando las buenas noticias de que Dios ofrece sus bendiciones en base a la gracia y no a la ley. Pero se necesita un nuevo comienzo en la vida para ex-perimentar el reino de Dios.

Nicodemo sabía que la declara-

ción de Jesús no podía tomarse literalmente: “¿Cómo puede uno nacer de nuevo siendo ya viejo?... ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y volver a nacer? (Juan 3:4).

Así que Jesús se lo dijo de nuevo, agregando algunas palabras de explicación: “Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del Espíritu es espíritu” (ver-sículo 6).

Para tener vida física, una persona necesita un nacimiento físico. Para tener vida espiritual, una persona necesita un na-cimiento espiritual. Nico-demo y el judaísmo en general, se enfocaban en lo físico. Se preocupaban por las leyes de purifica-ción, las fechas y los lu-gares, reglamentos y ri-tuales. Aunque sabían que Dios es Espíritu, es-peraban que su reino fue-ra un reino físico como los reinos de este mundo, con territorio geográfico, agricultura y leyes.

Así que Jesús reclamó a Nicodemo por no en-tender (versículos 7 y 10). Los fariseos (tal co-mo los samaritanos –vea Juan 4:21-24) estaban demasiado preocupa-dos por los aspectos físicos de la adoración. Jesús está diciendo que el reino de Dios es mucho más que tener mejores cosechas, animales mansos y gente guardando regla-mentos y rituales. Dios se ocupa del espíritu de una persona, una trans-formación del espíritu, y eso requie-re un nuevo comienzo en la vida.

El Espíritu, como el viento, no puede ser visto, pero los resultados sí pueden verse (versículo 8). El Espíritu cambia a las personas y el cambio, aunque a veces es frus-

trantemente lento, es evidencia de que el Espíritu está trabajando. To-dos necesitamos ese nuevo co-mienzo en la vida. Como lo explica Juan 3, se requiere que creamos en Jesús, y confiemos que él nos da la vida eterna. Cuando ponemos nuestra fe en él, hemos “nacido del Espíritu”, una nueva vida ha co-menzado.

Crea en el Hijo

La muerte de Jesús pagó por los pecados de todos en la tierra (1 Juan 2:2), pero solamente los que creen pueden expe-rimentar la clase de vida que caracteriza el mundo por venir.

Por esto vino Jesús: “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pier-da, sino que tenga vida eterna” (versículo 16).

Dios no quiere conde-narnos (versículo 17). Si creemos en Cristo, somos salvos; si no, permanece-mos en condenación, por-que nuestros pecados nos condenan, y no hemos aceptado el único rescate que Dios ofrece (versículo 18). El sacrificio expiatorio

ya se ha dado, pero los beneficios no son forzados en las personas si no los quieren.

La nueva vida en Cristo es un via-je maravilloso, pero a veces temible, una odisea de fe con muchas subidas y bajadas, pero fortalecido por la con-fianza de que Jesús siempre está con nosotros y que nos ayudará a super-ar todas las tormentas.

Oramos para que Odisea Cristia-na pueda siempre ser un recordatorio de la presencia de Jesús con noso-tros tanto en los tiempos malos como en los buenos.

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La nueva vida en Cristo es

un viaje maravilloso, pero a veces temible, una odisea de fe, con muchas

subidas y bajadas pero fortalecido por la confianza

de que Jesús siempre está con nosotros

y nos ayudará.

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DDiiooss qquuiissoo qquuee ccaammbbiiáárraammooss

ace diecinueve años murió Herbert W. Armstron a la edad de 93 años. El Sr.

Armstrong, fundador de la Iglesia de Dios Mundial fue un hombre ex-traordinario con un enérgico estilo para hablar y escribir. Él convenció a más de 100,000 personas con sus interpretaciones de la Biblia y edifi-có la Iglesia de Dios Mundial (IDM) en un imperio de publicaciones y medios de comunicación que en su punto más alto alcanzó a más de 15 millones de personas al año.

El énfasis principal de las ense-ñanzas del Sr. Armstrong era la convicción de que la Biblia es más autoritaria que las tradiciones. Con-secuentemente, la IDM adoptó sus interpretaciones de la Biblia aunque que su forma de ver no estaba de acuerdo con las tradiciones de otras iglesias.

Después que el Sr. Armstrong murió en 1986, nuestra iglesia con-tinuó estudiando la Biblia, tal como él nos había enseñado. Pero lenta-mente comenzamos a encontrar que la Biblia contenía respuestas diferentes a las que él nos enseñó. De nuevo tuvimos que escoger en-tre la Biblia y las tradiciones, esta vez entre la Biblia y las tradiciones de nuestra propia iglesia. Y de nue-vo escogimos la Biblia.

Este fue un nuevo comienzo pa-ra nosotros. No fue fácil y no fue rápido. Año tras año se descubrie-ron errores doctrinales y se hicieron correcciones y estas fueron expli-cadas. La especulación sobre la profecía fue reemplazada con la predicación y enseñanza del evan-gelio. Dejamos de llamar inconver-sos a otros cristianos y comenza-mos a llamarlos amigos y familia-res.

Perdimos miembros, perdimos colegios, perdimos el programa de televisión y casi todas nuestras pu-blicaciones. Perdimos muchas co-sas que amábamos. ¿Por qué? Porque la Biblia tiene más autoridad

que nuestras propias tradiciones.

Los cambios doctrinales tomaron cerca de 10 años, 10 años de tre-menda reorientación. Todos tuvi-mos que reorientarnos a nosotros mismos, que reconsiderar nuestra relación con Dios.

El cambio más traumático para la mayoría de nosotros ocurrió alre-dedor de hace 10 años, cuando nuestro continuo estudio de la Biblia nos mostró que Dios ya no requiere que su pueblo guarde el sábado y otras leyes del antiguo pacto.

Desafortunadamente, muchos miembros no pudieron aceptar esto. Ellos tenían la libertad de guardar el sábado si querían hacerlo, pero muchos no quisieron pertenecer a una iglesia que no requería que sus miembros lo guardaran. Miles se fueron de la iglesia. Los ingresos disminuyeron en picada por muchos años, forzándonos a cancelar programas. La iglesia también tuvo que reducir grandemente el número de empleados.

Esto requirió un inmenso cambio en la estructura organizacional, y de nuevo, no fue fácil y no fue rápido. De hecho, la reestructuración orga-nizacional se demoró tanto como la reevaluación doctrinal.

Varias propiedades han sido vendidas. La venta del campus en Pasadena pronto estará completa, oramos, y el personal de la sede (un cinco por ciento de los que an-tes eran) se trasladará a un diferen-te edificio de oficinas en Glendora, California, USA.

Cada congregación fue reorga-nizada también. La mayoría tiene nuevos pastores, muchos sirviendo sin paga. Se han desarrollado nue-vos ministerios, muchos con nuevos líderes ministeriales.

Las jerarquías multinivel se han quitado y más miembros han toma-do papeles activos en sus iglesias al involucrarse en sus comunidades

locales. Los equipos consejeros locales están aprendiendo a traba-jar unidos para hacer planes y es-tablecer presupuestos. Este es un nuevo comienzo para todos noso-tros.

Dios quiso que cambiáramos y nos llevó tan rápido como pudimos a través de caminos atroces, pan-tanos y ríos tempestuosos.

Pero ahora parece que hemos dado vuelta en la esquina, espe-cialmente con la venta de las pro-piedades en Pasadena, nuestra re-ubicación en Glendora y la reestruc-turación que ha dado a las congre-gaciones locales responsabilidad por sus propias finanzas y ministe-rios. Hemos dejado los vestigios del pasado y ahora tenemos un nuevo comienzo en el ministerio al que Cristo nos ha llamado a hacer. Die-ciocho congregaciones indepen-dientes se han unido a nosotros y hemos plantado 89 nuevas congre-gaciones.

El cristianismo incluye un nuevo comienzo para toda persona, y el viaje no siempre es calmado y pre-decible. Como organización, hemos tenido nuestros reveces y malos comienzos. Hemos tenido tiempos de prosperidad y tiempos de crisis. La vida cristiana es usualmente así para los individuos también. Hay tiempos de alegría, tiempos de an-siedad, tiempos de prosperidad y tiempos de crisis. En la buena salud y en la enfermedad, seguimos a Cristo a través de montañas y va-lles.

Esta nueva revista, Odisea Cris-tiana, refleja lo impredecible de la vida cristiana. Como cristianos, sa-bemos hacia donde vamos, pero no sabemos lo que nos sucederá en el camino. Odisea Cristiana proveerá artículos de enseñanza bíblica, doc-trinales y de la vida cristiana prácti-ca. Lo animamos a compartir esta revista con sus familiares y amigos.

Joseph Tkach

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NN uueess tt rraa OOdd iisseeaa

4 Odisea Cristiana Visítanos en comuniondegracia.org

¡Sin dudar!

Antes de introducirte a la Palabra de Dios hoy, pídele a Dios que el Espíritu Santo sea tu maestro y te ayude a ver cómo quiere que le obedezcas.

La Biblia está llena de historias de personas que dieron pasos de fe porque Dios los amaba. Uno de esos personajes es Abraham, quien dio un gran paso de fe y valor. Lee esta historia y luego descri-be cómo él reordenó su vida para vivir para Dios.

Lee Génesis 12:1-7

¿Qué cosa arriesgada hizo Abraham?

¿Por qué lo hizo?

¿Cuál fue la promesa de Dios a Abraham si iba?

Dios llamó a Abraham a empacar sus maletas y dejar su familia, su herencia y todo lo que poseía… ¡y Dios ni siquiera le dijo hacia donde iría!

Hebreos 11:8 lo pone de esta manera: “Por la fe Abraham, cuando fue llamado… obedeció y salió sin saber a dónde iba”.

¿Lo puedes imaginar? Cuando Dios le dijo a Abraham que se fuera, no le dijo para donde. No obs-tante, Abraham confió en Dios y le obedeció.

¡Abraham estaba fuera de control! Pero la historia se hace mejor.

Dios le prometió a Abraham que si obedecía, lo bendeciría y le daría mucha descendencia. El único problema era que Abraham no tenía hijos, y no los tuvo hasta los 100 años de edad. Sobrenatural-mente Dios le dio un hijo llamado Isaac, y luego le pidió a Abraham que hiciera algo increíble.

Lee Génesis 22:1-18.

Abraham estaba parado tan en el filo que estaba dispuesto a matar a su hijo si Dios se lo pedía. ¿Por qué? Él confiaba tanto en Dios que sabía que si mataba a su hijo, ese Dios tendría la habilidad de levantarlo de la muerte.

Hebreos 11:17-19 lo pone de esta manera: “Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único,… Consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta pa-ra resucitar a los muertos”.

Abraham tenía más de 100 años de edad y todavía no dudaba en servir a Dios. Piensa en esto por un minuto. Abraham nunca había visto a alguien resucitar de los muertos. Nadie hasta este punto en la his-toria había regresado de la muerte. ¿Cómo pudo razonar que Dios podía hacerlo? Porque conocía y con-fiaba en Dios.

Esa es la clave para comenzar a perder el control para entregárselo a Dios. Es enamorarse tanto de él y conocerlo tan bien que puedes confiar en él con tu vida. Es saber que él quiere lo mejor para ti.

¿Estás dispuesto a vivir tu vida para Dios como lo hizo Abraham? ¿Confiarás totalmente en Dios que harás todo lo que te pida? Toma los últimos momentos de este tiempo con Dios hoy para pedirle a Dios que te muestre cómo. Dile que quieres seguir sus planes para tu vida.

Memoriza Hebreos 12:1 Escribe este versículo en una pieza de papel

y pégalo en algún lugar que veas con frecuencia.

PPaarraa JJóóvveenneess

Odisea Cristiana comuniondegracia.org 5

UUnnaa lleecccciióónn ssoobbrree llaass pprriioorriiddaaddeess MMaarrccooss 11::3355--3399

Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar.

Simón y sus compañeros salieron a buscarlo. Por fin lo encontraron y le dijeron: --Todo el mundo te busca.

--Vámonos de aquí --respondió Jesús-- a otras aldeas cer-canas donde también pueda predicar; para esto he venido.

Así que recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando demonios.

ué es importante? Normalmente consideramos que lo más urgente es lo más importante. Cuando necesitamos usar el baño, por ejem-

plo, esa necesidad se convierte en ambos; urgente e importante, algo que debemos por el momento tomar como prioridad por encima de todo lo demás. Muchas cosas toman un espacio prioritario en nuestras vidas. A veces podría ser una película o un programa de televi-sión que hemos estado esperando ver. Podría ser un viaje que queremos hacer, o un evento especial al que queremos asistir. A veces podría ser algo que queremos comprar, quizá un nuevo CD, un par de pantalones, una computadora, un automóvil o una casa. La prioridad po-dría ser una relación, un trabajo, un proyecto. Podría ser una enfermedad, una tragedia o una prueba difícil.

La oración es una prioridad

La oración es el tipo de prioridad que se ubica en la raíz de todo. Como una raíz de vida en sí misma. Es como comer mucho; si comemos poco, nuestra salud física sufrirá, seremos débiles y en-fermos, Afectará nuestra habilidad de continuar con las actividades de la vida. De una manera similar, si oramos poco, a nuestra vida espiri-tual le faltará vitalidad, nos acerca-remos solos a los desafíos y éxitos de vida, como si no dependiéramos totalmente de Dios incluso para la vida misma.

Sin la oración, empezamos a to-mar el crédito por las cosas buenas en nuestras vidas, apuntándolos a nuestra habilidad, conocimiento, sa-biduría y trabajo duro. Empezamos a olvidarnos que toda nuestra habili-dad, conocimiento, sabiduría y tra-bajo duro son regalos de Dios. Él nos dio la mente, el cuerpo y las cir-

cunstancias de la vida que nos permiten desarrollar esos atributos.

Por otro lado, sin la oración, entramos en el miedo, ansiedad e incluso desesperación por los fracasos, frus-traciones y malos eventos en nuestras vidas. Nos con-vertimos en personas inseguras del amor de Dios por nosotros, inseguros de que él está allí con nosotros en nuestros problemas. Nos sentimos solos y asustados, dudosos de nuestra habilidad de solucionar las cosas que se presentan en nuestras vidas.

La oración es el lubricante, podríamos decir, que pro-tege los engranajes y ruedas en un buen trabajo orde-nado. Sin la oración, nos vemos solos contra el mundo, salimos a rechazar las tormentas de la vida con nuestro propio ingenio y fuerza muscular. Es en el curso de la oración que aprendemos a ver el verdadero estado de las cosas. Que somos criaturas dentro de una creación, criaturas dependientes de nuestro Hacedor y de todas las otras partes de la creación, y como tal, nunca solos.

Es difícil encontrar tiempo

Es un mundo atestado y agitado para la mayoría de las personas. Nuestras ocupaciones nos dejan con un escaso tiempo, mucho menos para la oración, estamos limitados. La vida tiene sus demandas inmediatas, sus prioridades ya fijas abrumándonos y alcanzándonos. Trabajos, clases, tareas, quehaceres domésticos, niños, la iglesia, problemas de salud, problemas del automóvil, reparaciones de la casa, accidentes, las hormigas, el tráfico, las muchedumbres, las líneas, las citas y, ¡Oh sí, y también dormir!.

Por supuesto, hay una cantidad considerable de tiempo que po-dríamos consagrar a la oración y que lo usamos en otras cosas. Co-sas que realmente no tienen el tipo de prioridad que debe tener la ora-ción.

Por ejemplo, la mayoría de no-sotros tenemos nuestro programa de televisión favorito, y eso está bien. ¿Pero cuán a menudo nos encontramos sentándonos delante de la televisión, mirando progra-mas que realmente no tienen im-portancia, precisamente porque nadie se levantó y apagó ese in-fernal programa?

Les damos prioridad a las co-sas que nos preocupan. No es

¿Q

LLeecccc iioonneess ddee MMaa rrccooss

Sin la oración, entramos en temores, ansiedad e incluso desesperación.

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que no nos preocupamos de la oración, simplemente es que parece a menudo como una rutina más, y mientras que Dios no se queje dejando de mandar provisiones para nuestra casa o enviando agentes para que reco-bren la lavadora, tendemos a poner a la oración lo más abajo en nuestra lista de prioridades.

Podría sernos de utilidad ver a la oración desde una perspectiva diferente, como un quehacer que se tiene que hacer antes (o después) de apagar las luces por la noche.

Dedicar un tiempo para Dios es diferente. Nos refres-ca y rejuvenece, relaja la mente y el cuerpo para llevar a Dios nuestras preocupaciones, enojos, miedos y ansie-dades. Es mejor antídoto para la frustración que comer una dona o unas barras del chocolate. Cubre mejor nuestras necesidades más íntimas que las aventuras o películas pornográficas. Es una manera más productiva de ocuparse del enojo que explotar delante de nuestros cónyuges y niños. Es duradera; las otras alternativas no.

Es una terapia, no un deber

Es fácil ver a la oración como un deber, una obliga-ción. Cuando lo hacemos, la oración se vuelve algo difí-cil, algo para aplazar, una carga y presión. Que tragedia si consideráramos hablar con nuestros amigos más ín-timos como un deber. Hablamos con ellos porque nos gusta hacerlo. Nos anima el hablar con ellos. Nos ayuda a sentirnos bien, nos recuerda que no estamos solos en este mundo, nos da fuerza para continuar.

Es más difícil con Dios. Dios es invisible. Y él no dice mucho. A veces nos preguntamos si él incluso está allí. Tenemos la Biblia, pero un libro no es igual que una conversación oral.

Hablar con Dios toma lugar, usted podría decir, en nuestras mentes, por la fe, no por vista, ni por tacto o sonido. No podemos mirar a Dios a los ojos, olerlo, es-trecharle su mano o dar golpecitos en su espalda. En cambio, "nos damos cuenta de su presencia" en forma espiritual, inadvertida. Creemos, confiamos.

El Espíritu Santo, también invisible, sin sabor u olor, comunica la realidad de Dios a nosotros en un nivel dis-tinto, de manera diferente a como nuestros cinco senti-dos físicos lo hacen. Nosotros no lo entendemos; sólo podemos experimentarlo.

Pasar un tiempo con Dios es una gran terapia. La te-rapia es un remedio para el desorden corporal, emocio-nal o psicológico. Pensar de la oración como una nece-sidad terapéutica, en lugar que un “deber cristiano”, po-ne a la oración en una perspectiva más clara, yo pienso que cuando pasamos por nuestras rutinas diarias, se-manales, mensuales sin reconocer a Dios como la raíz y centro de nuestras vidas (qué él es), nuestras actitudes, emociones, mente, incluso nuestros cuerpos, sufren los efectos de tratar de vivir por nuestros propios medios, no dependientes de Dios y su creación en nuestra vida y nuestro ser.

Entregar nuestras preocupaciones a Dios nos re-cuerda que nuestra vida y nuestro futuro está en las manos de Dios. Incluso nuestro pasado, con toda su

carga de pecado, egoísmo e ignorancia, está en las ma-nos redentoras de Dios.

El acto de reconocer a Dios como el ser amoroso, sabio y poderoso que él es, es un tratamiento terapéuti-co para los miedos, preocupaciones y frustraciones. Es como un experto en masaje, quitando la tensión de nuestros músculos, ¿A quién no le gustaría tener un masaje completo todos los días?

¡La oración es la terapia perfecta para nuestro tenso, anudado y estresado espíritu, y es gratis! Podemos to-mar en cualquier momento que lo queramos durante el día, un masaje "espiritual" rápido en forma de oración silenciosa. Y podemos separar un buen tiempo, largas sesiones en nuestros horarios. Piense acerca de eso: Si usted tuviera un certificado para un masaje de todo su cuerpo, gratis todos los días, encontraría maneras de trabajar dentro de su horario en lo posible. Inclusive se levantaría antes que todo el mundo para ir al gimnasio a las 5:30 de la mañana, lo haría porque sabe que esa terapia es buena y sabe que lo hará sentir bien. (Si us-ted es uno que no le gusta o no tolera los masajes, por favor perdone la analogía.)

No es un sustituto para la acción

Hay otra cosa que podemos aprender del retiro a un lugar solitario de Jesús muy temprano en la mañana pa-ra orar. Cuando es tiempo para la acción, es tiempo pa-ra la acción. Cuando su hijo o su cónyuge necesitan su atención, no es el momento para irse a orar. Cuando usted necesita reparar un grifo, o hacer una llamada, o preparar la comida, no es el momento para desaparecer durante una hora en un armario. Podemos y debemos orar cuando queramos, en cualquier lugar, mientras va-mos a nuestro negocio. El tiempo para ir a un lugar soli-tario para realizar una oración extensa es un tiempo cuando no tenemos otros deberes, responsabilidades y obligaciones.

¿Cómo lo hizo Jesús? En el caso citado en este pa-saje, él se levantó temprano, antes que las actividades del día tengan lugar. Usted podría encontrar esos u otros tiempos para ello. El punto es, que se vea a la oración como una prioridad que hará que todas sus otras prioridades sean más manejables y menos estre-santes. Permita que su oración sea un tiempo para rela-jarse, para permitir que el amor de Dios bañe y unte sus nervios raídos, sus emociones tensas, su exhausto y asustado corazón. Permita que el tiempo de la oración sea su tiempo para descansar en Dios, permitirle que renueve su fuerza, aclare su esperanza y afile su fe.

J. Michael Feazell

PARA REFLEXIÓN • ¿La oración está al final de su lista de prioridades?

• ¿Por qué no separa algún tiempo hoy para una sesión de terapia con el Maes-tro Terapeuta?

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UUnnaa lleecccciióónn ssoobbrree llaa mmaallaa ppeerrcceeppcciióónn MMaarrccooss 11::4400--4455

Un hombre que tenía lepra se le acercó, y de rodillas le suplicó: --Si quieres, puedes limpiarme.

Movido a compasión, Jesús extendió la mano y tocó al hombre, diciéndole: --Sí quiero. ¡Queda limpio! Al instante se le quitó la lepra y quedó sano.

Jesús lo despidió en seguida con una fuerte advertencia: --Mira, no se lo digas a nadie; sólo ve, preséntate al sacer-dote y lleva por tu purificación lo que ordenó Moisés, para que sirva de testimonio.

Pero él salió y comenzó a hablar sin reserva, divulgando lo sucedido. Como resultado, Jesús ya no podía entrar en ningún pueblo abiertamente, sino que se quedaba afuera, en lugares solitarios. Aun así, gente de todas partes se-guía acudiendo a él.

o vamos a hablar sobre la mendicidad pidiendo a Jesús de rodillas para que nos sane.

Yo supongo que mucha gente ha to-mado este pasaje como un ejemplo de qué hacer cuando deseamos ser sa-nados de una aflicción. Sino acerca de cómo muchas personas se han de-cepcionado al encontrar que Jesús no respondió a ellos de la misma manera que respondió a este leproso.

Así que no tiene ningún sentido pretender que si vamos a Jesús de rodillas y le rogamos por una sana-ción, la recibiremos seguramente. Creemos que Jesús nos ha dado la más grande curación de todas. Sa-nándonos de nuestros pecados. Pero él no siempre sana nuestras dolencias físicas. Confiamos en que él hace lo que es correcto y bueno para nosotros y sabemos que está con nosotros en nuestros sufrimientos.

Ni vamos a hablar sobre el ofreci-miento de sacrificios que Moisés or-denó para limpiarnos. Mucho se ha dicho y se ha escrito sobre las dife-rencias entre el antiguo y el nuevo pacto; No hay ninguna necesidad de cubrir eso de nuevo aquí.

Obedecer o no obedecer

La lección que vamos a considerar

en este artículo tiene que ver en el por qué Jesús no quería que el leproso sanado dijera a nadie sobre su curación. Jesús le dio una fuerte advertencia al leproso sanado: "Mira, no se lo digas a nadie". Pero el leproso no obedeció a Jesús. Salió directamente a comentar libremente acerca de lo sucedido. Como resultado de la desobediencia de este hombre, "Jesús ya no podía en-trar en ningún pueblo abiertamente, sino que se queda-ba afuera, en lugares solitarios. Aún así, gente de todas partes seguía acudiendo a él".

¿Debemos aplaudir al leproso sanado, o debemos lamentar su desobediencia a la advertencia que le dio Jesús? Yo soy renuente al intentar contestar esa pre-gunta, excepto para decir que yo he descubierto que es más inteligente obedecer a Jesús que no obedecer a Jesús.

En el mundo de hoy tenemos la percepción de lo que las personas dicen sobre Jesús por cualquier co-sa, podemos aceptar que es la acti-vidad más importante en la cual po-demos estar involucrados. Así que cuando leímos que el leproso sana-do salió y empezó a hablar libremen-te, extendiendo la noticia, tenemos que cuidarnos de entusiasmarnos y desear en tener esa misma alegría fervorosa y evangelística. Por esa razón, a muchos de nosotros nos gusta magnificar curaciones y otros milagros anunciándolos y publicitán-dolos para el evangelio.

Pero Jesús no quiso que ese hombre saliera y extendiera la noti-cia. Jesús quiso que su identidad como sanador de enfermos perma-neciera en silencio. En el versículo 34, leímos que Jesús no permitía a los demonios hablar porque ellos conocían quién era él. Similarmente, en el capítulo ocho, Jesús pregunta a los discípulos: "¿Quién dice la gente que soy yo?" Pedro contestó: "Tu eres el Cristo". Jesús respondió advirtiendo a los discípulos en no decir a nadie sobre él. Eso es muy opuesto de lo que nosotros podría-

mos haber esperado. Nosotros que-remos que todos sepan de Jesús. Pe-ro Jesús no quiso que todos supieran

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LLeecccc iioonneess ddee MMaa rrccooss

Jesús no quería que el leproso sanado dijera a nadie

sobre su curación

8 Odisea Cristiana Visítanos en comuniondegracia.org

de él. ¿Por qué?

El secreto mesiánico

¿Por qué Jesús querría que sus discípulos no dijeran a nadie sobre él? Aquí estaba él en forma visible, en carne y sangre, haciendo milagros, trabajando, cami-nando y predicando por todo el país. ¿Qué mejor tiempo para que sus seguidores lleven a las personas la noticia sobre él y decir quién era? Al contrario de hoy, cuando debemos decirles a las personas que confíen en un Je-sús invisible en la fe, allí Jesús estaba en la carne. Pero Jesús era claro, fuerte, e incluso severo diciendo: "no digan a nadie quien soy".

Quizás una de las razones porque Jesús dio esta disposición es para no exponerse a las expectativas de las muchedumbres que lo siguieron. ¿Qué querían? ¿Qué estaban buscando?

En el capítulo 11, encontramos una pista. Cuando Jesús entró en Jerusalén la semana antes de que fuera crucificado, "Muchos tendieron sus mantos sobre el ca-mino; otros usaron ramas que habían cortado en los campos. Tanto los que iban delante como los que iban detrás, gritaban: --¡Hosanna! --¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! --¡Bendito el reino venidero de nuestro padre David! --¡Hosanna en las alturas! (Marcos 11:8-10).

Cuando la gente oyó que Jesús era el Mesías, se pu-sieron contentos de recibir la noticia. El problema estaba en las definiciones y expectativas. Lo que las personas esperaron que el Mesías fuera e hiciera era bastante diferente de lo que Jesús el Mesías vino a ser y hacer. Las personas esperaron a un rey que reuniría a las per-sonas y con la bendición de Dios, llevarlos a la victoria de sus conquistadores romanos y restaurar el reino de David en toda su gloria. No entendieron todo lo que era el mesianismo. Su idea del Mesías era diferente de la idea de Dios acerca del Mesías. Cuando oyeron el tér-mino, lo entendieron mal, porque habían sido condicio-nados a esperar algo más.

Con esta perspectiva, se pone más claro por qué Je-sús no quiso que sus discípulos o aquellos que él sanó, propagaran la noticia sobre él. No era el tiempo oportuno para que las personas oye-ran sobre él. El tiempo correcto para que las noticias se extiendan era des-pués de que Jesús hubiera sido ejecu-tado y resucitado. Sólo entonces pudo ser real el propósito de Dios de anun-ciar al Mesías y se conoció lo que era.

La lección

En nuestro mundo hoy, hay mu-chos conceptos sobre Dios. Si usted habla con 10 personas en la calle, en-contrará probablemente 10 opiniones diferentes sobre quién es Dios, lo que es Dios, cómo Dios trata con los seres humanos y lo que Dios espera de no-sotros. Estudios de George Barna han mostrado que incluso entre los cristia-

nos, las ideas sobre quién es Jesús, qué es la gracia y cómo funciona, el pecado, el perdón, la fe, el arrepenti-miento, la obediencia, etc., varía ampliamente. ¿Cuán-tas más ideas sobre Jesús existirán entre los no cristia-nos?

Suponga que yo me acerco a un extraño sentado en la banca del parque y le pregunto si conoce a Jesús. Suponga que la idea del extraño sobre Jesús sea de un melenudo, espigado y de apariencia debilucha. Suponga que su madre le decía que a Jesús no le gustaba cuan-do él jugaba a las cartas, Suponga que su exposición más frecuente a la palabra Jesús estaba en una cartuli-na sucia “¿conoce a Jesús?" pegado en un cartel en el garaje de su departamento.

¿Cuál sería probablemente la primera impresión que este hombre tendría de mi y mi pregunta? ¿Eso promo-vería el evangelio?

Suponga, por otro lado, yo me reúna con ese hombre y durante un período de tiempo desarrolle una relación con él. Suponga que nos hacemos amigos. Suponga que yo no era un flagrante hipócrita y que mi vida y la manera en que yo normalmente traté a este amigo refle-jaron el amor de Dios. Suponga que él averiguó, como los amigos normalmente lo hacen, que yo soy un cristia-no. ¿Eso llevaría a cambiar su perspectiva mal entendi-da de Jesús y la cristiandad a una perspectiva más exacta?

Un tiempo para plantar....

Eclesiastés 3:1-8 indica que hay "un tiempo para to-do, una estación para cada actividad bajo el cielo". Entre éstos hay "un tiempo para plantar y un tiempo para se-gar la mies" y "un tiempo para estar callado y un tiempo para hablar”. El tiempo para extender las noticias sobre Jesús vino después de su resurrección, no durante su ministerio; hasta después de su resurrección no podría haber suficiente entendimiento de quién era él realmen-te. Incluso los discípulos eran consistentemente ignoran-tes sobre la identidad plena de Jesús y su misión hasta después de la resurrección (Marcos 6:52; 8:17).

El mismo principio se aplica hoy. Las personas no están a menudo lis-tas para oír y comprender quién es Jesús hasta que experimenten en su vida la resurrección en su gente, la iglesia.

“Mantengan entre los incrédulos una conducta tan ejemplar que, aun-que los acusen de hacer el mal, ellos observen las buenas obras de uste-des y glorifiquen a Dios en el día de la salvación”. (1 Pedro 2:12). Pedro no dice: "Presionen a sus vecinos in-conversos para que tomen una deci-sión". Su enfoque es que los creyen-tes tengan una conducta honorable. ¿Por qué? Porque a través de nues-tra conducta honorable, nuestros ve-cinos incrédulos ven al Cristo viviente en acción. Pedro dice que esto pro-ducirá su creencia en el momento que

Las personas escuchan a aquellos que demuestran que

se preocupan por ellos Odisea Cristiana Visítanos en comuniondegracia.org 9

Dios elija ("cuando él venga a juzgar al mundo" implica que Dios está cronometrando, no nosotros).

“Lo más importante de todo", dice Pedro, es que no-sotros "continuamos mostrando el amor profundo por cada uno” (1 Pedro 4:8). En una similar forma, Pablo escribió, "Siempre que tengamos la oportunidad, debe-mos hacer lo bueno a todos, sobre todo a nuestros her-manos y hermanas en Cristo" (Gálatas 6:10).

Su instrucción en cuanto a la evangelización es que debe estar centrada en el testimonio de una vida piado-sa en Cristo, no en un discurso bien ensayado. Nuestras vidas en él demuestran a las personas lo que Jesús realmente es.

La percepción correcta

“Más bien”, escribió Pedro “honren en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre preparados para res-ponder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes”. (1 Pedro 3:15). Cuando una persona pregunta por nuestra esperanza cristiana, porque vivi-mos con Cristo como Señor de nuestra vida, entonces esa persona tiene una perspectiva más exacta de Jesús porque él o ella han visto a Jesús en nosotros. Ellos preguntan porque el Espíritu los incita, y el catalizador para tener el Espíritu es nuestra conducta piadosa en Cristo, el Señor de nuestra vida.

Y nuestra conversación, dijo Pablo, debe ser "siem-pre amena y de buen gusto. Así sabrán cómo responder a cada uno" (Colosenses 4:6). Las personas escuchan a los amigos. Las personas escuchan a aquellos que han

demostrado que se preocupan por ellos. Las personas escuchan cuando la relación es real, no artificial.

Pedro escribió: " Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmen-te la gracia de Dios en sus diversas formas” (1 Pedro 4:10). Dios nos ha bendecido ricamente como partes activas de su obra de construir el cuerpo de Cristo, la iglesia, y extendiendo la mano con el evangelio a los no creyentes. La gran herramienta que él nos ha dado es su propia vida, viviendo en nosotros por el Espíritu San-to y reflejada por la manera en que vivimos.

J. Michael Feazell

PARA REFLEXIÓN • ¿Qué dones le ha dado Dios? ¿Cómo los maneja?

• ¿La generosidad de Dios fluye a través de usted?

• ¿A quién lo está dirigiendo Dios para que usted lo conozca mejor?

• Cuando oramos por otras personas, tendemos a mostrarles un cuidado más activo. ¿Por cuáles amigos o vecinos no creyentes está usted orando activamente?

10 Odisea Cristiana Visítanos en comuniondegracia.org

para hacernos un lugar de morada de Dios (Efesios 2:22). Dios quiere que permanezcamos en Él, y demos la bienvenida

"Señor, tú has sido nuestra morada en todas las generaciones."

(Salmo 90:1)

a su permanencia en nosotros. Dios nos quiere compartir su vida y su amor. En pocas palabras, Dios quiere que encontremos nuestro hogar, no sólo con Él, sino en Él.

Rich Vincent, Hogar: Vida en DiosObra de arte: Stephen J. Darbishire

Incluso la mejor casa es sólo un pálido reflejo de la casa perfecta: la vida y amor en comunión con el Padre, el Hijo, y el Espíritu. La historia de la salvación puede ser entendido de esta manera: Dios, nuestro verdadero hogar - la fuente y la meta de todosnuestros anhelos - hace su morada entre nosotros (Juan 1:1,14) con el fin de hacer su hogar en nosotros (Juan 14:23; Efesios 3:17) y

Los 10 mandamientos del perezoso

1- Se nace cansado y se vive para descansar.

2- Ama a tu cama como a ti mismo

3- Si vez a alguien descansando, ayúdalo.

4- Descansa de día para que puedas dormir de noche

5- El trabajo es sagrado, no lo toques.

6- No hagas hoy lo que puedas hacer mañana.

7- Trabaja lo menos que puedas, lo que tengas que hacer que lo haga otro.

8- ¡Calma! Nunca nadie se murió por descansar

9- Cuando sientas deseos de trabajar, siéntate y espera que se te pase.

10- Si el trabajo es salud, que trabajen los enfermos. Proverbios 6:6

¡Anda, perezoso, fíjate en la hormiga! ¡Fíjate en lo que hace, y adquiere sabiduría!

Proverbios 6:9 Perezoso, ¿cuánto tiempo más seguirás acostado?

¿Cuándo despertarás de tu sueño?

1 Tesalonicenses 3:10 Porque incluso cuando estábamos con ustedes, les orde-namos: "El que no quiera trabajar, que tampoco coma."

Proverbios 13:4 El perezoso ambiciona, y nada consigue;

el diligente ve cumplidos sus deseos.

La Mariposa Había un viudo que vivía con sus dos hijas curiosas e inteligentes. Las niñas siempre hacían muchas preguntas. A

algunas de ellas, el padre sabía responder a otras no. Co-mo pretendía ofrecerles la mejor educación, mandó a las niñas de vacaciones con un sabio que vivía en lo alto de una colina.

El sabio siempre respondía todas las preguntas sin siquie-ra dudar. Impacientes con el sabio, las niñas decidieron inventar una pregunta que el no sabría responder. Enton-ces, una de ellas apareció con una linda Mariposa Azul que usaría para engañar al sabio.

-"¿Que vas a hacer?" pregunto la hermana,

-"Voy a esconder la mariposa en mis manos y preguntarle al sabio si está viva o muerta". Si él dijese que está muerta abriré mis manos y la dejare volar, si dice que esta viva la apretaré y la aplastaré".

Y así cualquiera que sea su respuesta, ¡seria una respues-ta equivocada!

Las dos niñas fueron entonces al encuentro del sabio, que estaba meditando.

"Tengo aquí una mariposa azul. Dígame, sabio, ¿está viva o muerta?

Muy calmadamente el sabio sonrió y respondió: "Depende de ti... ella está en tus manos"

Así es nuestra vida, nuestro presente y nuestro futuro. No debemos culpar a nadie cuando algo falle, somos respon-sables por aquello que conquistamos (o no conquistamos).

Nuestra vida esta en nuestras manos, como la mariposa azul..... Nos toca a nosotros escoger que hacer con ella.

Colosenses 3:23 Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para

el Señor y no como para nadie en este mundo,

Proverbios 9:10 El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor;

conocer al Santo es tener discernimiento.

Proverbios 9:8-9 No reprendas al insolente, no sea que acabe por odiarte;

reprende al sabio, y te amará. Instruye al sabio, y se hará más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber.

Más Grande

Un jovencito fue a ver a su papá y presentándose ante él con mucha serenidad, le dice:

-Papá, ¿es el Diablo más grande que yo?

-Sí, hijo mío -dijo el papá.

-¿Es más grande que tú, papá?

-Sí, hijo mío, es más grande que yo.

El niño estaba muy sorprendido; pero pensó otra vez, y dijo: -¿Es más grande que Jesús?

-No, hijo mío -contestó el papá-, Jesús es más grande que él. El pequeñuelo al separarse dijo sonriendo:

-Entonces no le tengo miedo.

1 Juan 4:4 Ustedes, queridos hijos, son de Dios y han vencido a esos

falsos profetas, porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo.

Salmos 18:2 El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador;

es mi Dios, el peñasco en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva

¡mi más alto escondite!

PPaarraa ree ff ll eexx iioonnaa rr

Odisea Cristiana Visítanos en comuniondegracia.org 11

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CCoommppaarrttiieennddoo llaa VViiddaa ddee CCrriissttoo UUnn eessttuuddiioo ddee RRoommaannooss 88::11--1177

a carta de Pablo a los Romanos tiene tres partes principales: Una presentación del evangelio (capí-tulos 1-8), El lugar de Israel en el plan de Dios (ca-

pítulos 9-11) y exhortaciones en la vida del cristiano (capítulos 12-15). Nuestro estudio comienza al final del la explicación de Pablo respecto al evangelio. Es el clí-max, y las verdades que Pablo discute son verdadera-mente asombrosas.

¡Ninguna Condenación!

El capítulo empieza con una asombrosa declaración: “Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte”. (vv 1-2).

Debido a lo que Cristo ha hecho, ningún creyente es-tá contado como culpable y no habrá ninguna condena en el día del juicio. Nosotros pecamos, pero no hay nin-guna condenación, si nosotros no pecamos, la cuestión de la condenación ni siquiera debería mencionarse. Pa-blo sabe que nosotros pecamos, sin embargo él está diciendo, que no hay ningún castigo eterno para los cristia-nos aunque ellos pecaran.

¿Es difícil creer esto? Sí, porque nosotros sabemos que el pecado me-rece ser castigado. Pablo está de acuerdo, pero el evangelio anuncia que Cristo ha tomado nuestro castigo en él. Porque él pagó la pena por completo, nosotros no necesitamos pagarla de nuevo. Cristo ya ha recibi-do toda la condenación que nosotros merecemos, Así que no hay ninguna condenación que espera por nosotros. Si tenemos la fe en él, No debemos tener miedo. El pecado tiene castigos físicos en esta vida, pero para aque-llos que estamos en Cristo, no existe ningún castigo.

¿Por qué? Porque Jesús nos ha hecho libres de la ley del pecado y de la muerte, libres de la ley que nos pueda condenar. La ley que dice, "Los que pecan morirán" no tiene ninguna aplicación en nosotros.

Dios no quiere que ninguno de no-sotros pequemos, pero si continuamos pecando, no seremos condenados si

creemos en su Hijo (Juan 3:18). La ley no nos da la vida eterna, sino Dios y él lo hizo a través de la muerte de Cristo. “En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofre-ciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana” (Romanos 8:3).

Jesús no vino a condenar a los pecadores. Vino a condenar al pecado. Vino a castigar el pecado, quitar el poder que el pecado tiene para condenarnos. Vino a darnos vida, y hacer que la justicia de la Ley se cumplie-ra en nosotros “a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos se-gún la naturaleza pecaminosa sino según el Espíri-tu”. (v. 4). En su vida y en su muerte, Jesús satisfizo todas las demandas de la ley. Ninguna demanda más puede haber.

La vida en el Espíritu

Pablo nos dice que los cristianos no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. (v. 4). Los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espí-ritu, piensan en las cosas del Espíritu. “Los que viven conforme a la natura-leza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espí-ritu”. (v. 5). Nosotros no somos per-fectos, pero como somos llevados por el Espíritu, pensamos y hacemos las cosas de Dios.

Antes que nos convirtiéramos en creyentes, nuestras mentes estaban señaladas por la muerte. El inconver-so es hostil a Dios. No se somete a las leyes de Dios, ni puede hacerlo. Es rebelde y desobediente. Pablo concluye que aquellos controlados por la naturaleza pecadora no pueden agradar a Dios: “La mentalidad pe-caminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Es-píritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios,

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NINGUNA CONDENACION— Gracias a lo que Cristo ha hecho, los creyentes no son considerados culpables y no serán castigados. Nosotros pecamos, pero no hay ninguna condenación.

LLeeyyeennddoo aa tt rraavvééss ddee RRoommaannooss

12 Odisea Cristiana Visítanos en comuniondegracia.org

ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la natura-leza pecaminosa no pueden agradar a Dios”. (vv 6-8).

Pero ahora, nosotros no somos controlados por la na-turaleza pecadora. “Sin em-bargo, ustedes no viven según la naturaleza peca-minosa sino según el Espí-ritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo”. (v. 9). El Espíritu Santo vive y guía a todos los que pertene-cen a Cristo y la mente con-trolada por el Espíritu es vida y paz (v. 6). Si no queremos vivir una vida recta, entonces no pertenecemos a Cristo.

Nuestro cuerpo viejo está muerto debido al pecado, y recibió su paga en la cruz (6:2-6). En Cristo, sin embar-go, tenemos vida nueva. “Pero si Cristo está en uste-des, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia”. (8:10). Porque Cristo es justo y nosotros es-tamos en él y el Espíritu nos da vida.

“Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que le-vantó a Cristo de entre los muertos también dará vi-da a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes”. (v. 11). El Dios que resucitó a Jesús de la muerte también nos resucitará, si su Espíritu está viviendo en nosotros. Nuestros cuerpos resucitarán como su inmortal, incorruptible y plena gloria. El Espíritu Santo es esencial para nuestra salvación.

Nuestra obligación

“Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pe-caminosa”. (v. 12). “Porque si ustedes viven confor-me a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán”. (v. 13). Pablo no dice que directamente es nuestra obli-gación, sino que implica que estamos obligados a vivir acorde con el Espíritu de Dios. No hay una última pena por el fracaso, dice Pablo en el versículo 1, pero la obli-gación todavía permanece: Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espí-ritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivi-rán (v. 13). Somos llamados a servir al Espíritu, no a la carne. Estamos llamados a servir a Dios, no a nosotros mismos. Él nos ordena que resistamos al pecado.

La persona vieja se condena; la persona nueva no. Por consiguiente, nosotros queremos pasar mucho más de nuestra vida a lo nuevo. De cualquier manera actua-mos según la carne pecadora que morirá, mas sin em-

bargo actuamos en la obe-diencia de Dios y seremos de un valor eterno. Cuanto más eliminamos al pecado y cuan-to más obedecemos a Dios, más estamos vivos. “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios” (v. 14). Si es-tamos en Cristo, somos guia-dos por el Espíritu a una vida que agrada a Dios.

El Espíritu no nos esclavi-za o nos asusta con trampas de condenación, sino que nos da una seguridad como miembros de la familia de Dios: “Y ustedes no recibie-ron un espíritu que de nue-vo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíri-

tu que somos hijos de Dios”. (vv 15-16).

Puesto que el Espíritu vive en nosotros, podemos confiadamente llamar a Dios nuestro Padre, y esto tiene una implicación importante. “Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cris-to, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria.” (v. 17). Esto también significa una convicción de la salvación y una convicción de la gloria. Pero también significa que sufrimos en esta era, como Jesús sufrió también. Compartimos sus sufrimien-tos para que también podamos compartir su gloria.

Cuando nuestras vidas están en Cristo, entonces compartimos su vida. Compartimos en sus sufrimientos, en su muerte, en su rectitud y en su resurrección. Como hijos de Dios, somos los co-herederos con Cristo, com-partiendo quién él es y lo que él ha hecho. ¡Estamos unidos con él, por siempre en la gloria!

Michael Morrison

VALOR ETERNO— De cualquier manera noso-tros actuamos según la carne pecadora que morirá, pero sin embargo actuamos en la obe-diencia de Dios y seremos de un valor eterno. Cuanto más eliminamos al pecado y cuanto más obedecemos a Dios, más estamos vivos. Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios (Romanos 8:14).

Preguntas para discusión • ¿Si no hay ninguna condenación para los creyen-tes (v. 1), ¿podemos tener sentimientos de culpa en la vida? ¿Por qué?

• ¿De qué manera el Espíritu "controla" nuestras mentes? (v. 6)

• ¿Cómo conseguimos la habilidad de aniquilar nuestras iniquidades? (v. 13)

• Cuándo llamamos a Dios "Padre," ¿sentimos miedo o es un privilegio? (v. 16).

Odisea Cristiana Visítanos en comuniondegracia.org 13

EEqquuiippaannddoo aa llooss nniiññooss ppaarraa eell mmiinniisstteerriioo

Por Ted Johnston

esús dijo: “Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el

reino de Dios es de quienes son como ellos” (Lucas 18:16). Nuestra pasión y compromiso en el ministerio infantil no es solo dejar que los niños vengan, sino también inclinarse hacia ellos, tomarlos gentilmente de la mano y guiarlos a Je-sús, quien los recibe con los brazos abiertos.

Mientras escribo éste ar-tículo, nuestra temporada de campamentos de verano está en plena marcha (y estará completa al tiempo que usted lea esto). Están llegando reportes maravillo-sos acerca de cientos de adolescentes y niños que están experimentando a Je-sús y están aprendiendo a caminar con Él como Sus discípulos. Ésta es nuestra misión primordial en el campamento. También trabajamos equipando a docenas de obreros en el ministerio juvenil, para que sean incluso más efectivos ministrando a estos preciosos pequeños cuando hayan regresado a casa. Ésta co-lumna es también acerca de equi-par — equipar específicamente a obreros en el ministerio y a padres para que ministren a los niños.

El ministerio infantil (en realidad como todo ministerio) es acerca de dos relaciones: Primero, como pa-dres y obreros en el ministerio, bus-camos tener una relación de amor con los niños. Segundo, a través de la influencia de la primera relación, buscamos ayudar a los niños a te-ner una relación devota con Jesús.

En ésta segunda relación, nues-tra participación envuelve una es-trategia de cuatro partes. Primero, introducimos los niños a Jesús (lla-mamos a esto ganar a los perdi-

dos). Después, los edificamos en Jesús (edificar a los cre-yentes). Después, los equipa-mos para trabajar con Jesús (equipar a los obreros). Y en-tonces, equipamos a algunos

de ellos para que sean líderes entre sus compañeros (multiplicar a los

líderes).

En éste artículo hablaré acerca de equipar a los niños para que sean obreros activos con Jesús en Su ministerio en nuestro mundo.

Tal capacitación no es me-ramente acerca de programas—es acerca de un estilo de vida relacional donde nosotros (los padres y los obreros en el minis-terio infantil) caminamos mano a mano con los niños a través de la vida—enfocados en trabajar con Jesús mientras vamos de camino. Uno podría comparar ésta relación de capacitación con un aprendizaje. El adulto en la relación es el obrero experi-mentado, y el niño es el apren-diz entusiasta.

Quizás usted se está pregun-tando, “¿Qué tipo de trabajo puede hacer un niño para Je-

sús?” Me agrada que lo pregunte. En base a lo que Ieo en la Escritura y a mi propia experiencia en el mi-nisterio con los niños, pienso que la respuesta es que un niño puede hacer muchísimo.

Pero parece que nosotros los adultos con frecuencia pasamos por

alto el potencial que los ni-ños tienen para estar acti-vos sirviendo a Dios. ¿Re-cuerda a David, el rey de Israel? Cuando era un jo-vencito, su padre Isaí lo ig-noró cuando llegó el tiempo de ungir al reemplazante del rey Saúl (1 Samuel 16:5-13). Isaí no podía ver el po-tencial de David para ésta asignación. Afortunadamen-te, Samuel estaba abierto a escuchar a Dios en éste asunto. Quizás esa apertura estaba relacionada con su propia experiencia, es decir, cuando Dios llamó a Samuel para que le sirviera siendo un jovencito (1 Samuel 3:1-21).

Mi oración es que cuando mire-

Dios llamó a Samuel para que le sirviera siendo un jovencito

(1 Samuel 3:1-21).

J

¿Recuerda a David, rey de Israel? Cuando era un jovencito su padre Isaí lo ignoró cuando llegó el tiempo de ungir al reem-plazante del rey Saúl (1 Samuel 16:5-13).

EEll RR iinnccóónn ddee ll MMiinn iiss ttee rr iioo ddee llooss NN iiññooss

14 Odisea Cristiana comuniondegracia.org

mos a nuestros niños veamos lo que Dios ve, oigamos lo que Dios dice, y actuemos como corresponde para equipar a nuestros niños para el llamado de Dios en sus vidas. Y sabemos, en general, que Él los llama para ser seguidores de Jesús que hagan discípulos—trabajando en ese llamado como una parte im-portante del cuerpo de Cristo, lla-mado para cumplir la Gran Co-misión.

¿Qué puede hacer un niño para avanzar la Gran Comisión? Ellos pueden contribuir en formas activas

y significativas. Pensemos sobre esto juntos. Podemos equipar a nuestros niños para ministrar junto con los adultos en la iglesia. ¿Pue-de un niño leer la Escritura? Segu-ro. ¿Puede un niño ayudar a reco-lectar las ofrendas o servir la comu-nión? Seguro.

Como padres y obreros en el ministerio infantil, necesitamos equipar a los niños para dos tipos de ministerio en el servicio de Je-sús. Primero, está el ministerio de ellos hacia otros creyentes. He visto a niños en la iglesia (que estaban claramente equipados para esto), tomar el tiempo para hablarle a un miembro de edad avanzada—y así extender el toque amoroso de Je-sús a otro creyente. ¡Qué gozo trae eso!

Estaba visitando una congrega-ción en la costa Este de los EU no hace mucho tiempo, y una pareja de niñas de aproximadamente 10 años de edad circulaba a través de

la congregación, recolectando las ofrendas en unas pequeñas canas-tas. Después, ellas trajeron las ca-nastas al frente y se unieron a un adulto para ofrecer una oración de agradecimiento. Ellas hicieron una tarea maravillosa—claramente habían sido equipadas para éste trabajo.

En otra congregación vi a los ni-ños al frente con el resto del grupo de adoración, guiando a la congre-gación en cantos de alabanza a Dios. En otra, vi a un jovencito to-cando la batería en el grupo de

adoración. Alguien había invertido el tiempo y el dinero para ver que éste jovencito estuviera equi-pado para ministrar al Señor y a su pueblo de ésta manera.

Segundo, necesita-mos equipar a los niños para ministrar a otros que están fuera de la iglesia. Uno de mis ami-gos que es pastor cuenta la historia de su nieta de 11 años que entregó su vida a Cristo y que esta-ba siendo equipada para

compartir su fe con sus amigos no creyentes. Temprano en éste pro-ceso de capacitación

ella entró al ministerio de ganar a los perdidos.

Ella entregaba hojas volantes, invitando a los niños de su vecinda-rio a un servicio de adoración que se llevaría a cabo en el patio del frente de su casa.

Justo allí en el patio del frente, ella y una amiga creyente compar-tían a Cristo con varios niños que no asistían a ninguna iglesia.

Ese es el ministerio de hacedo-res de discípulos, y los niños pue-den ser equipados para tomar una parte activa. Pero, ¿quién les ense-ñará la parte que les corresponde? ¿Quiénes serán sus equipadores? Los padres y madres (y los abuelos y abuelas), la responsabilidad prin-cipal es suya. Y la iglesia quiere asociarse con usted en esto—equiparle para su tarea vital y co-ministrar con usted en las vidas de sus niños.

Pastores, ustedes marcan el pa-so para esto en su congregación. Háganla un lugar que valore alta-mente a los niños y que los envuel-va activamente en el ministerio de la congregación. Muy a menudo los niños son meros espectadores en los servicios de adoración. Es gran-dioso (realmente esencial) que los niños tengan sus propias clases, pero es vital que ellos sean equipa-dos y luego se les permita desem-peñar al frente, una función activa en el servicio de adoración princi-pal.

Esto envía el mensaje a los ni-ños y a los adultos que los obser-van, que los niños son una parte importante de nuestro equipo de ministerio en la congregación.

Obreros del ministerio juvenil, ustedes son los llamados a ser los principales equipadores de los ni-ños en su congregación. Inviten a los niños que están bajo su cuidado a ser sus aprendices y entonces trabajen para impartirles las habili-dades de ministerio que ustedes hayan desarrollado. Hagan discípu-los jóvenes que, a su vez, hagan otros discípulos jóvenes.

Todos nosotros, mostremos un activo interés por todo niño en nuestra congregación y en nuestras vidas fuera de las paredes del edifi-cio de la iglesia. Los niños necesi-tan nuestros regalos de amor, tiem-po y capacitación.

De éstas maneras, proveemos para los niños, debido a Cristo y para el beneficio de ellos.

Como padres y obreros en el ministerio infantil, necesitamos equipar a los niños.

Los niños necesitan nuestros regalos de amor, tiempo y

capacitación.

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Robert Farrar Capon, autor de Génesis: la Película

n el 2004, Tim Brassell, pas-tor del la Iglesia Comunitaria Nueva Creación, una con-

gregación de la IDM en Portsmouth, Virginia, entrevistó al autor cristiano Robert Farrar Capon en la casa de los Capon en la Isla Shelter, Nueva York.

"Estaba sobremanera abrumado por la generosidad de Robert y Va-lerie", me dijo Tim. "La mañana vo-ló. Almorzamos juntos, y entonces me invitaron a volver para la cena. Me hicieron sentir como si había-mos sido amigos durante años."

La amistad de Tim con la familia Capon empezó cuando él respondió a una nota de agradecimiento que Valerie Capón había incluido en una copia de uno de los libros de Robert. Tim había comprado el libro de Capon a través de Amazon.com, una tienda en Internet.

Cuando Tim me llamó para de-cirme que Robert Capon estaba de acuerdo en darle una entrevista pa-ra Odisea Cristiana, yo estaba eufó-rico. Yo estaba en ese momento leyendo el último libro de Capón, “Génesis: la Película”.

Me introduje en la obra de Ca-pon tres años atrás, cuando Terry Akers, nuestro editor crítico de li-bros, me dio unas páginas fotoco-piadas de “Las Parábolas del Jui-cio”. En ese momento nunca había leído a Robert Capon (ni siquiera había oído hablar del él), pero por recomendación de Terry, leí el libro.

Después de leer las copias, in-mediatamente me fui a comprar el libro y no pude dejarlo. Desde ese día, encontré la obra de Capon a la altura de la obra de C.S. Lewis por

su claridad, inspiración y estímulo en mi travesía cristiana.

Tim Brassell es uno del los pas-tores más enérgicos y entusiastas que conozco. Cuando escucho la frase, "en el fuego por el Señor", pienso en él. Cuando el Pastor Tim está desanimado, aún parece supe-rior a mí cuando estoy en la misma situación.

Estamos encantados en presen-tar la primera parte de esta entre-vista de seis partes en nuestro nú-mero inaugural de Odisea Cristiana. Esperamos que usted lo encuentre tan gratificante como nosotros.

Mike Feazell

Una entrevista con Robert Farrar Capon

Primera Parte

¡¡SShhhh!! ¡¡NNoo iinntteerrrruummppaa!!

Tim Brassell: Buenos días, Dr. Ca-pon. Uno de los te-mas en su nuevo li-bro, Génesis: la Pelí-cula, es eso que us-ted ha llamado el literalismo bíblico. ¿Qué es el literalis-

mo bíblico?

Robert Capon: Bien, claro que el libro tiene una respuesta larga, una cuidadosa respuesta a esa pregunta. Una respuesta corta po-dría ser simplemente que hay un error en la manera en que las per-sonas leen la Biblia. El objeto de Génesis: la Película es ayudar a dejar de leer la Biblia como si fuera un manual de instrucción en religión o espiritualidad o moralidad o cual-quier otra cosa y empezar a mirarla como si fuera una película, presen-tando al Espíritu Santo, como el director.

TB: ¿Cuál es la diferencia?

RC: Cuando usted mira una pe-lícula, no detiene 10 minutos la pe-lícula para tratar de deducir su sig-nificado. No puede decir nada pre-cisamente sobre la película hasta que haya visto la película completa

E

Tim Brassell

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Robert Farrar Capon

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Robert F. Capon

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y la ha retenido en su mente en su totalidad. Como un todo. Y eso es lo que se necesita hacer con la Bi-blia. Tiene que ser visto como un todo. Así que me gustaría que las personas vean la inspiración bíbli-ca, no como un asunto palabra por palabra inspirada, sino como esce-nas en la película como el director quiere mostrarla, es decir, escena por escena.

TB: ¿Qué obstáculos existen pa-ra que no podamos mirarla de esa manera?

RC: Los obstáculos son que us-ted empieza a fastidiarse de los significados aislados sin ver el cua-dro entero. Un claro ejemplo es que no puede verificar un significado exacto de las primeras palabras en la Biblia, "en el principio", hasta que se vean todas las otras ocurrencias de la imagen de "el principio" en el resto de la película.

En otros términos, usted no pue-de entender propiamente esa pala-bra “principio” hasta que vea a Je-sús, en el libro de Juan, decir, "en el principio era la Palabra, y la Pa-labra estaba con Dios y la Palabra era Dios". Y al final usted tiene en

Apocalipsis, "yo soy el principio y el fin, el alfa y la omega", y así suce-sivamente.

Así como se va desarrollando película, encontramos que en el principio era Cristo, la Palabra en-carnada. Usted tiene pistas tejidas en la película tal como, "Él nos es-cogió antes de la fundación del mundo".

Cuando vemos el cuadro entero, podemos ver lo que el director es-taba haciendo con la película, lo que él nos estaba comunicando, desde el principio. Antes que cual-quier otra cosa fuera hecha, todo ya estaba hecho dentro de la Trinidad. La totalidad estaba cumplida antes de que empezara.

TB: Así como en Apocalipsis 13 donde dice, "el Cordero que fue sa-crificado desde la fundación del mundo."

RC: ¡Sí, sí, sí!

TB: ¿Hay una oposición que de-secha al literalismo bíblico?

RC: Sí. Yo llamo literalismo bí-

blico al literalismo de la derecha. Hay también ahora un literalismo liberal de la izquierda. Y podría ser de todos los críticos de la Biblia que decidieron que no se puede tomar todo en serio. Ellos ven el problema con el literalismo, pero van a la ri-bera opuesta, como usted lo dijo. En el punto de vista de ellos, se necesita tratar de encontrar cosas que uno piensa que son realmente verdaderas y ellos dicen que eso puede ser tomado en serio, pero el resto puede desecharse.

TB: Así que realmente, el dese-cho liberal es malo por esa misma razón.

RC: Sí, porque ellos todavía no escapan del literalismo. Todavía están diciendo que eso es sagrado, originalmente literal allí en alguna parte y lo han encontrado sacando parte del material.

Pero en las imágenes de la pelí-cula tú no puedes hacer eso, tú no sacas afuera nada, aceptas la pelí-cula tal como es transmitida y como toda película, debe ser vista sin in-terrupciones.

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20 Odisea Cristiana www.wcg.org/espanol

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