Nippur de Lagash - Libro de Oro

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    NIPPUR DBLAGASH

    textos ~e ~CltJN WOCl:>

    y ~ibkjos 2>e LUD EDITORIAL COLUMBA

  • NIPPUR DELABASH ALBUM DE N O VELAS GRAFICAS COMPUTAS --------DIRECTORES--------RAMON COLUMBA (h), CLAUDJO COLUMBA (h)

    m,. EOITOA USPONSAIU gco~~~~.~A~A SAlMilNTO lllt IUIHOS AIIU T. f , 4\-114\

    Publlcac l6n Inscripta en la Direccin Nacional del Derecho de Autor bajo 1 N ~9.188 "iempro de la A. A.E . R., A~oc iacln Argentina de Editores de Revistas y del C.I.P., Centro de Informaciones de Publicidad . Editada por COLU"IA S.A. C.E.I.I.F .A., Sulento 181' (Cod . JOII) Telf. : IS111Sfl297,fs.Ai res, Argentina. Venta Interior y uterlor: Dlstrl buldera Bert rn S.A. C. , Senta Magdalena 511, Buenos Ai res. Venta capital: Distribuidora TRI-81-FER: San Nlcols )169, Buenos Aires . Impreso por A.G .r..S. Industrl Grlflce t S.A., RTo de Jenelro, Brasil. Prlnted In Brull.

    COII(O "'""'litO UllfiA4 1

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  • NIBPtlR .J .DELAGASH

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    . .. "" ......

    "Hay ms cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, que las soadas en tu filosoffa" dice Shakespeare, tal vez porque el misterio del hombre tiene su solucin en la vida misma, en el cielo y en la tierra que escudria y pisa, respectivamente, en ese devorar distancias desde que nace hasta que muere.

    Nippur, el caminante, deja y vuelve a su Lagash, a su Sumaria, una y otra vez, porque todos los caminos lo conducen a si mismo .. Entra y sale de la vida de reyes, esclavos, vasallos y emperadores con la sabia melancolla de los que buscan sin buscar, y hacen la justicia alli a donde vayan. Hombre hasta los ltimos limites, hombre de todo tiempo, remoto y tan prximo a la vez, Nippur llega a parecer nuestro hermano.

    Y en esa verdad simple de hombre-de-todo-tiempo enfrentado a la aventura de la vida y los misterios de la eternidad, reside el xito que Nlppur de Lagash lleva consigo desde su primera aparicin, en 1967. Junto a l comenzaba a crecer el ms brillante escritor de aventuras de la ltima dcada.

    Con Nippur se abre una nueva perspectiva en las novelas ilustradas sin que el tiempo, constante devorador de famas y leyendas, haya podido envejecer en estos 14 aos su sueo de gastar caminos, donde se encuentra con el lector y trama con l una confesin o una historia donde otros hombres y mujeres aman y son amados, nacen y mueren con la inagotable magia de Robin Wood.

    Nippur es la voz del hombre y su errar es el vagabundeo sabio que busca lo que muchas veces tenemos en nuestras manos y al perderlo aoramos: la amistad, el calor de la lumbre, el rspido trago de vino compartido, una ilusin, y lo que para nosotros, hombres de esta latitud y de este tiempo, los iluminados por la Cruz del Sur: el gotear nostlgico de una guitarra.

    Nlppur es la voz y la esencia de Robin Wood, el recordado autor de " Dennis Martln", " Dax" , "Mark", Jackaroe", "Savarese", entre dos docenas largas de titules que. por espacio de una dcada brillante consolidaron definitivamente el mundo del relato ilustrado.

    Esta edicin representa un homenaje al lector, al consecuente amigo, del hombre de Sllmeria, que tendr, nuevamente, acceso a los mejores episodios, de la mano de los brillantes ilustradores qtte dieron vida grfica a los senderos recorridos por Nippur.

    Y es tambin la demostracin del esfuerzo y el hechizo de uno de los ms grandes ilustradores del mundo de la aventura, llamado Lucho Olivera. El ha sido la raz y gnesis de muchos sueos, Gilgamesh el Inmortal, entre ellos, donde el vivir mismo es, en definitiva, la mayor aventura del hombre, en este su incognoscible universo.

    RAY COLLINS

  • Pag.

    Historia para Lagash. . . . . . . . . . . . . 7 Nofretamon . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 Las lanzas y l a arena . . . . . .. .. .. .. .. . . .. . 51 Minotauro .. ... . .. . ... . . . . . .. . . . . . .. ... 65 El mirlo vol6 primero ... ..... . . . . ... .. . .. . .. . 79 La fugitiva de los hiti tas .. . .. . . .. .. .. .. . . .. 90 La flecha sobre las hogueras . .. .. . . . .. .. . . . .. 104 El Viejo .. . . . . ... . .. . ............. . . ... .. .. 116 El hombre que vino de Akad ...... . .. .. .. . .. . 128 En r..arth,al atardecer ... . . . ..... . . ...... . . 140 La doncella de l a tierra de Merem .. . . . .. .. . l Sl Mi nombre entre los brbaros .. . .......... .. . 161 Un r o llamado L6nemer . . . ... . ... .......... . . 171 Bajo un cielo de estrellas y pastores . .. . . . . 183 Hacia el mar ............. ........ . .. . ..... .. . 194 La furia de los dioses ..... . . ....... . .. . .. . .. 205 Leyenda del rey que muere ... . . .. . .. .. . ..... .. 216 El Cuervo ........ . .. . ...... . .. . .. . .. .... . .... 227 Un da en que yo era feliz .. ........ ......... 239 La justicia de Janipo .......... . .. . ..... ..... 250 El carro de estrellas ..... .. .. . .. .. .. . .... ... 261 El enviado ...... . ..... . .. . ... . ............ . . 272 Ram,el arquero . .. ..... . _ .. .. ................. 283 Un misterio llamado muerte ..... . .. .. .. .. .. . . . 293

  • HISTORIA PARA LAGASH

    1

    ROBIN WOOD

    Me senta enfermo de sol y desierto, enfermo de los lllrqu ina:ros de mi carro de batalla, del olor de grasa ardiente que suba de los ejes ydel~oiYO acre y asfixiante que nos enYOMa sin cesar. Oeseall! tan slo. YO !ver a l.agash, sentarme en un fresco prtico y beber a la salud de Nlnkarsag, la diosa-madre. para que diera frescura a mis das y trigo a mis graneros.

    JOh,madre-Ninkarsag, lbrame del calor y del sudor 1 1 Oh Sa!Ms, aparta tus ra)OS de mr!

    Las planicies de Elam, las tierras eran mala tierra, pedrego

    El sol se derramaba nosotros, pesado y r;ur'""''"'

    te y hasta mr llegall! el olor a su-dor, a cuero h6 medo y a metal recalentado que emanaba de mis

    soldados. Avanzall!n, to!'l)ls y ~ pesados, grunendo maldiciones,

    con la arena entre los dientes y los ojos rojos e hinchados, ba jo los cascos de cuero.

    Quince dras y quince noches halia-mos peregrinado por las mesetas y las escabrosldades de E la m, a la ca-za de un hombre. lo haliamos ws-cado en las Tierras del Umite, en los montes esca,ados donde viven los deformes comedores de h lerbls y pjaros, que se llenan el cabello con cenizas. Y ahora w scll!mos a tos hombres brutales de E la m qlfe viven en cavernas y guardan su fue-

    en odres de lllrro que no se

  • La culpa la tuvo aquel pastor, estpido de soledad y desierto que trajo la noticia a nuestro Urutcaglna de Lagash.

    Era 1 n ti 1 y nuestro a bu rrldo. rey Uru kaglna, querra a lglgante pa-ra entretener su pereza y yo tena

    que hallarlo.

    varias veces conseguiroos echar mano a alguno de los estpidos comedores de car-ne cruda de las cavernas de Eta m. Pero no consegu iroos sacarles ningn Informe. A veces chillaban bajo el hierro, pero lue-go enclavijaban los dientes y moran sin

    decir una sola labra.

    Efectiva mente. El hombre debi pa-sar en la madrugada, mientras la tierra estaba an hmeda por el rocro y sus huellas quedaron mar-cadas claramente. Hue llas enor-mes pero fjen formadas. Mientras las estudiaba me sorprendi la YOZ

    a mis espaldas.

    1 Habla, comedor de gusanos 1 Has visto al hombre gigante? !Habla . .. 1

    Estaba sentado sobre u nas enormes rocas y me contemplaba con la bu rlona insolen-

    cia del b1

  • caverna, mn las espa-das y tas hachas empu das. Me hu mlllabl en-frentarme mn esos mi rabies brutos que torpe-mente e~ 1\abln

    y piedras, tropezan-nos con otros. Al

    las mu ]eres se raclmabm au liando

    mmcHobls y su jetando s suelos crfos. -rAI-1 No qu le ro lucha,

    hombres de Eln-Ru r. 1 No IJJ sm esclaws ni

    no IJJ seas lu e tia, .ni esclaws, ni mu je-\res . . Qu' IJJ seas, . 1hombre de ~ash? A has venido?

  • Bu s.co al hombre alto romo J un carro de guerra, a 1 de las huellas enormes ..

    , La wz era clara y tranqu 1-la, pero data la Impresin de sa llr de un foso profun-

    do

    T eres el gigante de E la m. Mil cho hemos ofoo de tl. Has1a el rey lleg el rumor de tu fama y fl me ~~~~~~~~~~~~~~~~~orden que te lle\era a su presencia.

    Hablaba ron brillantez y parecra sabio. No se parec ra a los bestiales hombres de Elam.

  • o o o

    f' rr:::::--=E __ _ -

  • \ 1

    Todo El gigante }'~lee,

    . por fin,derri oodo. ; Mis soldados, mal-n trechos y heridos

    ~ lo encadenan. Al-~ gu nos yacen muer-

    tos ..

  • No. TG no perteneces a las cavernas. Eres ru lllo y de ojos claros como los hombres que llegan a veces en los blrcos por el

    Urukaglna establ rnfs vie-jo y mlfs gordo y qu 1 2l1 rrs tonto. Ahora prepara-bl leyes para protejer los sembradfos de los jinetes. A su lado esta bl su conse-jero y gran sacerdote,

    Mar sin Peces . :'

    Su mur, esqueltico y ma- ~1" ligno como u na vilnra.

    De manera que ste es el gigante de Elam? Adelntate,b.frblro.

  • 1 Te oarn la paz las espadas

    1 que aplasten a tus enemigos, no las tabletas de a re lla de Su rnu r. Luggai-Zagzi dar largas a 1 tratado y cuando lle-gue el momento de actuar usar las tabletas firmadas para adornar sus cab3

  • O u 1 z. pe ro todo rey necesita u n hombre asr. Pero, tssta )0, vete Nt-ppu r y ~vate, 'pu es apes1as, y lue-go dale mis saludos a tu Gerien.

    pue en sus goznes y pude ver al giga nte sentado en el piso de piedra. El repelente olor a moho y a comida podrida me re-IJOivi6 el estmago.

  • Vendr a visitarme con su corte dentro de dos meses. Traer presentes, u na de sus hijas para desposarse conmigo y un grupo de lu chadores para animar las

    festividades.

  • luchar con ellos? Es algo pelear sin roollw .

    ..... ~"-

  • I.Dalz como un punado de paja, mientras mis soldali>s kl rodeabln entre risas y silbos. Su mur era muy po-

    co querido.

  • Los hol!ilres de las caravanas. No pueden tomar oarte en los festejos? Pues desde aqu los veo muy graves y tranqu i-

  • sol era ardiente en el centro de la plaza y nuestras sombras se alargaban en la arena.

    ------------------

    algo en el aire que no me agn di, ppu r. Hu e lo sangre ..

    los entrido en la con paso lento y fell no, hombres altos con los rostro~ plnla dos con rayas de colores vivos. Empo naban redes, lanzas dt tres puntas muas de piedra. _______ ____J

    Pero no se mata con gritos a un

  • otro me sorprendi.

  • palco real veo a Urukagina que se escurre hacia el su e lo bal'lado en sangre. A 5u laoo Su mur e m pul'ld el pur'lal de pie dra enrojectdo. el ar ma con la que acaba de dar muerte a aqul que le sento a su dere

    cha, en el trono.

  • 26 Corro auno un hombre enloquecilb hacia el palco. En la mano tengo el tridente de uno de los comedores de pescalb. Su mur .

    A veinte pasos me detengo y echo el brazo atrs. El deseo de malar me ha ce lbler las manos. Su mu r Su mur.

  • No s cmo nos abri-mos paso hasta las murallas. Se me ro m

    pe la espada, pero con sigo tomar un hacha. Sangramos por cien

    heridas.

  • Salimos al sol. Pero',Galopamos durante todo el da y durante toda la noche y durante todo el da.llegaOlls a las cavernas de Elm-Rur. IDs hombres brutales reciben a Ur-EI con jO bilo y no me molestan a mr y lalllJOCO a Shetho;

    .

    29 un carro de los enemigos

    11 ct.'V1i" '"n por dos soldados. Vigas seguramente. IDs matamos ao()ae ra:mos de l.

    '~--

    l Que har? No tengo rey, ni ciu-, dad, ni techo, ni fu ego. Soy nadie , de ningn lugar. Me ir a recorrer

    eJ pas de los grandes ros y qu 1-z. las tierras del papl ro, hasta sanarme el dolo r. Despus vo lver.

  • .. '

    o --:~ 1

  • Por ROIIN WOOD 7

    DIBUJO S DI LUCHO OLIVERA

    ~ sabio rfo que corta las tierras illas y millas. bajo e 1 sol, en

    en la tnnla 11e dejo doflllnar por el aroma del al re, y el saoor a.ridut:e del rfo ele los papl ros. El navfo avanza dando oordadas en di recci6n a Tebas, lento y e ru-jiente. En un rfnc6n sornbrfo de la cubier-ta U r-EI reposa de 1 montono viaje.

  • Una palabra ms y te ha re aoa-learpor mis caballerizos! Una vez me sacaste de entre las ga-rras del le6n cojo y otra de en-tre las lanzas de rnade ra de los salvajl!s ele la montal\a. Y rne hablas CO'llO si fue ras un me n-

    ante?

    La semana trascu-rre entre paseos y caceras por los alrededores de Te-bas. Al volver una maana en el carro de caza de K rista-ton. embanderado con la sangrienta pie 1 de un le6n ce-bad, nos topamos con la corte del Fa-ran que e ruza

    las calles.

  • "' . ' .. '

  • dioses tenernos en fqipto, pues son bue-nos para facilita r la vi-da y las cosechas, pero lo m~s sagrado en noso-tros es la sangre del fa-ran. Nunca ni en el Ba jo ni en el Alto pas, el faran ha sido objeto de

    un

    y no aparta sus ojos de ani-Usertes. fastidiado,dice:

    es Baknath. el ral de mi padre. El que todo lo puede. Hasta ha conseguido que sus mer-cenarios mestizos se ba-nen por lo menos una

    ll llo::,l!:o" vez al ao.

  • . como e rayo y em~Jesaba como las flores; co-mo el vino embriagaba y podra destrozar el corazn como el mas afilado metal de guerra. Era alta y nrvea, con o)ls sombrros y enigmticos. Sobre su hombro derecho se posaba un gran ha l-

    . ..... ~$.- salvajes.

    con galante Llgash, pues mi ha lc:6n

    mira con fastidio.

  • pronto se aparta , como aver-gonzada y corre hacia las puertas. Ho-rus,el hat:n, con las garras an grientas, la sigue.

  • Por tln despiertas, Nippur de Lagash. Has sido para mr como una espina en mi pie, pero ahora te arrojar al viento tras quebrarte. y tu muerte no sera dul:e.

  • queman con su mirada. dientes afi reh.cen entre

    Esta mai"'ana tue d sdC riticar a Amn y apoderaron de ella. Como ver's, todos mis

    planes... Y eso?

  • ~-

    45 pooeroso de Baknath se congela de est~rr de pronto

    un grito ronco y sale violentamente del recinto.

  • Me ~de ro de su espada y me lanzo tras Baknath, arriba, muy arriba, h
  • Le h 1 neo mi espada e 1 vientre y lo siento retorcerse como un jaba Ir herido, mien-tras eleva hacia el su rostro

    visto a mi h 1 ja Nof reta-mon contemplarte con ojos de mujer. Y t le respon-das con ojos ardientes. To-do te delxl, pero mi hija es lnatanzable para 11. Por sus venas corre sangre de dioses y se debe a su pars.

  • Asf es, princesa, no del permanecer ms tiempo en tu pafs.

  • LAS LANZAS Y LA AR

  • i Allr estaban 1

  • En la bahfa los barcos cazadores se bf1n detenido en semlcfrcu lo arrlando las. Nosotros atravesbamos la orilla da-~-'"'JI trs de nuestro linfellzgur\i!UB miraba

    espantado a Ka tilas.

  • expuf sados de nuestras tierras por crrme-nes contra Jos te m-pfoS!FueUnnll y falsa acu sacl6n, pe ro nadie crey en

    QuIN s puedes hacerlo; perders demasiados hombres. r Mr ranos 1 lNos crees u na presa fcil 7

  • Por un momento la situacin fue grave. Una multitud es fcil de enardecer. Ur-

    'El desafo en el airacomo puede flo-tar la bruma o el polvo de las caballeras. El pirata se sinti contemplado x)r mil ojos. Algu len le dijo algo y varios rieron.

  • mi mensaje al prn
  • la voz de la nii'\a se convl en un chlllldll el aire.

    En la arena divis una pareja. Ella tena sus largos cabellos desatados y alborota-dos por la salina brisa del mar.

  • con la princesa co11}3da de m1 mano y sintiendo un acre sabor en la bo-r.a alpensarque 'en alguna parte de los bosques avanzaban los hombres de Teseo.

  • '''" p0 1

    Skyron no d toses por ello. un muerto,revl

    Thamar ta

    mar, con los cabellos de oro escapan-do bajo el a reo de bronce del casco. luchaba, efectiva-mente, como un guerrero. Como el mejor de ellos.

    Ms al ganlzar su horda, pero intil. El ataque feroz y u~IU~~~~ de . los helenos. todo rabia y li-

    to~, haca hu ir espantados a los bandidos en direccin al mar donde esperaban los carros de guerra. - i Malditos cobardes! ITomad vuestras armas! 1 A pe lear

  • de pronto ante y se enfrentaron. El pirata reo y pesado comct un buey y el heleno bello y feroz como un leopardo.

  • MINOTAURO

    ~ ,=~;;~~ sol del mar sangre. en"ei attf-Al n que llegamos a Creta, la isla del toro. con sus rocas ncas y grises emergiendo de las aguas, revueltas por los

    titanes de las profundidades marinas. segn declan los vie jos de la ~osta. El puerto era grande. bullicioso y surio. co-

    mo todos los que conocf en mis viajes.

  • El Minos, viejo y sabio, yac fa hund 1 do en su gran trono de piedra, coronado por una enor-~lll:W'-,~ lllt cabeza labrada en !)ro y granito. Recibi6 a su hija con gran sen ti miento y voces, ln-dighas de un rey que debe cuidar su com-postura. Luego .. .

  • -Nippur! Hombre de lagash! presa verte aqul!

    hablar mlis podlan descu-

    me los guardias templo, y debf

    trepar nueva mente las murallas. Desde alli contempl un momento la negra estatua del dios. brillante bajo la luz de la

    El toro atac, y los cretenses rugie ron de en-tusiasmo cuando Teseo lo esquiv, gil y rau-do, como un ciervo del Helesponto.

    No creo en ese dios que vive en ef fondo de esa gruta y devora la car-ne de mi pueblo. Quien mata a ls mios, me mata a mf tambin.

  • cuernos y sus manos se apoya-ron sobre el lo-mo negro y cer-

    doso.

    un que se hundirla bajo las ovaciones y vito reos de los cretenses. El toro. cansado, enfi-16 con la cabeza gacha hacia el t(Jnel por donde hab fa sa 1 Ido, m lentras Te seo recogla el cadver de su compai'lero.

    i Dime, Nlppur, si hay hooore mas he so y mas valiente que el heleno!

    Tembl la tierra cuaroo carg con los cuernos ensangrentados y rasa rllo el suelo. Pero T eseo no se movi ni un palmo.

    un b que ya habla en los de otra mujer, tiem-po airAs, a las orUiasdel Ni)o. El brillo que destroza la razn y las barreras de

    jos hombres.

  • Asilo hicieron todos menos uno. Teseo qued solo en el centro del saln, ergu~ do, con los brazos cruzados sobre el pt

    cho. Soy h ljo de reyes y no me sentar como invitado de un sacerdote. Slo puedo ser

    agasajado por un rey, pues tal es mi con dlcl6n.

  • se aproximaba el dla del sacri-ficio, Inexorable, como un gran toro al que no se pocHa esqu lvar n 1 detener. Una noche me deslic dentro del Laberinto para cono-cerlo por u

    Nos interNmos por unos gigantescos es-calones tillados en la roca viva, mientras un sofocante olor a musgo y humedad brotaba, envolvindonos. Tambln ~entr un extra no olor, dulzn y repugnante,

    reconocr

  • 7~------~------~~~----------~--~--~ -.r-----------------~~ primer hombre que sall a nu cuentro en el palacio fue el Mlnotauro, coltado por el brutal Tekapis.

  • y yo tambin lo ayullar. Teseo quie-re verte esta noche en el mis roo lugar

    de la vez anterior.

    mbres, empapados, envueltos en sus negros mantos, aguardaban mis rdenes y U r-EI, con el rostro cubierto por la visera de su caso de guarra, se apo-yaba en su hacha de dos ca-bezas, sin e u ida rse del agua

    chorreaba sus

    Muy bien. Escchame en-tonces. Entrega una espa da a Ariadna. Ella acompa-ilar al Minolauro hasta la entrada del laberinto. pues es sacerdotisa y una vez llegado el rromento, me la entregara. AsT pe-netrar armado .. ___ .,.

  • a QKiveres era cada vez ms penetrante y tos temblores de terra se sucedlan ensordecindonos. Aquel pasadizo de locura parecfa no tener fin. De pronto dlvls' una vaga lumi-nosidad que dlufa la penetrante os-

    En ese roo men1D un gri1D horrible hizo estremecer la caverna Teseo habfa arro-jado su capa, y empunando su espada que llevaba oculta, de un certero golpe habra tendido a sus pies al guardia ms

    cercano.

    ~ -

  • Chocamos con furia en el centro de la enorme caver-na. escudo contra escudo, hachas y espadas chispean-

    ''' ~"""' "'~':::~~ m:~~ ~

  • como una rama seca al quebrarse. El co-gote de toro de Tekapis qued 9 rotes ca mente torcido entre las manos

    Los espantados la escena. Al mismo tiempo un trueno fragoroso pa-reci brotar de las entrallas de la tierra, y enorrres trozos de roca cayeron de la b- ,

    veda.

    Me abrl paso a QQipes de hacha hasta lle-gar junto a Tese

  • irnos el ovillo nuevamente, hasta sa-l aire 1 ibre. Ariadna se arroj en bra-

    Teseo,llorando emocionada. Detr

  • UrEI exlendra su gran cuet"DO de l.uchador al dedo amJrlllo del sol hacindome reex~rdar a los perezosos leones de mi pals de Elam.

    de nuestro barCXI corrla la orl Ita e5carpada y gris de la tierra de los helenos, agreste y vital, ex~n viejos al tares abandonados que en la poca de los titanes se alzaron a los dioses.

    SI no hubiera estado fastidiado por el montono c.anlo de los remeros, qui z no los hubiera visto.

  • Entonces el gue-rrero se dio vuel-ta y nos contem-pl. Su rostro es" laba lan pliloo co-mo la espuma de las olas y su son ri

    1 sa, frfa y 11islan- -...... L7 te.careda de ale- -~ gr'ia y de vicia. S-lo entonces vlla sangre que le ma-naba la clntu ra. ~

    Quise pregunlarle cosas, pero ca-y de rodillas y un alarido de jbilo bro t del grupo que se acercaba con las

    armas desnudas.

  • O ile a tus la m ilares que vengan, bra-vo tespio de rodillas flojas!

  • .

    . -

    --- .

  • C6mo consigues que yo c:rw que 9illil las discusiones y termine haciendo lo

    que t(J quieres?

  • rras corta discusin. ,

    ,.

    -

  • ............ , ...... ,.,... . r guarnic:l6n y ex~menc a vocear mi mer canela, no sin anles haberme metido varios granos de malz en la bOca pira disimular mi acento extranjero. Ahora

    debla esperar. hJ: J )

    J

  • al soklado entre unos artustos y por las dudas le di otro porrazo. luego toiM el asno por el ronzal y con paso len-to y cansino me dlrlgr a la sal~a del oueblo.

    1.1 joven era gil y sus pies vollbln sdlre la arena co-mo los de un ciervo, ptro de pront6 oltl estruendo de los cascos de cabillos tre metiendO la tierra.

  • Vi el enorme garalln negro abalanzarse sobre mly lo esquiv ..

    . .

    . .

  • No te la pochis llevar! No mientras ~VN~a~'--------------

  • L

    .Atenas hervla de gente, pues la ace rtada direccin de Te-seo la habla convertido en una gr~n urbe comerdal. Por su~ apretadas alles se empujallan hombro con hombro cien riZas diferentes. Negros, sirios, hilbs, tesplos, lo cios, fenicios, egipciOS ...

  • l
  • Son orgullosamente y me mostr6 sus enormes manos nudosas.

    Con estos dedos? No. Las ha hecho mi hija.

  • "'e desagrada la boca de cler tos horrbres y carezco de di

    plomacla. r---

    Me llamo Niplur. NipPUr,el hombre de Lagash, c;o mo me llaman. :

  • Su idioma no es Hondo como el cretense o grato al oilo heleno. Se asemeja mas bil'n a un ladr ido spero y gutural el de tos chacales del desierto. Me desagrada ron.

    Vengo en persecusi6n de una esclava que se fug de los do-minios de mi sellor. Tengo rdenes de llevarla de vuelta, jun to con el villano que la acompana.

  • ndon.ron l.a sala con gran estrfpitd a..------... e armas y escudOS. No tienen li m.ts mrnma intencin ~cumpli r mh rdenes.

  • Abandonamos los caballos y nos lanza-mos a buscar por los senderos de ca-bras. los hopltas, guerreros pedes-tres, no daban sel'lales de fatic,a;pero Ur-EI p&reda vo'lu sobre las piedras.

    A la vista de las alturas escarpadas los ojos de mi amigo se volvl'an dulces y mt lancllcos. Yo sabfa que estiba miranoo por dentro otras montanas muy lejanas. Aquellas donde vagara semi salvaje en su mocedad. las blancas montanas Elam; las rocas de los dioses

    .,....,.,..---::11

  • un pequeo anfiteatro natural se enfrenta-los dos colosos. Ur-EI, gigantesco y hermo

    so como un dios y Borak, contrahecho y espan-toso como un titn del Averno, pero feroz y mor-

    tiTero.

    El aviso estaba de ms. El joven heleno ya estaba trepando con la espada cruzada a

    la espalda.

    Cuandn lleg~mos,el espectculo nos de6 mudos.

  • lOO En ese momento ocurri el m11agro.

  • l;;-U hallf cuando era nia entre los res tos de una caravana destru Kla por los bando teros. La cri conmigo. Cuando rue mayor gustaba de trabaar con artistas, dibujando en la tierra. Entonces le trae cobre

    para labrar .

    . T,;~~~~Ia joven tom una ma de Dos io y se la bes. E 1 pobre joven en ro jeci\ como una remolacha.

    una yran terquedad se despert en Thaler. Envi a sus meJOres hombres tras de m. Y asr es perseguu:Jo,.he llegado hasta

    aqui.

  • VI a Borak derribar a un jinete,asirdolode las piernas.

    Nos ataaron rpida y feroz-mente, pues eran guerreros expertos que s61o sabfan de

    lucha.

    Pero los hoplitas de Teseo no eran carhe de ganado, sino hijos de mil batallas.

    ...----_ .: -.

    E 1 y )'O ava l1lll mos molinetes con nuestras e has de combate.

  • El resto de los hititas ni squiera pudo huir. Hombres del desiP-rto, eran torpes entre las roCils,y los hoplitas los caza-ron a punta de lanza y de pui'tal.

    Tus penalidades han terminado,.Borak, Si lo deseas, tengo un puesto pa ra ti en mi guardia.

    Borak me mir confundido. De pronlo entendi y son ri. Lliegn comenz a reir estruendosamente y tooos le hi

    cimos coro. Fin

  • FLECHA las

    HOGUERAS

  • Durante largas semanas venamos atrave-sand~ los senderos de rocas y arena de la tierra de Khule lhiet, buscand~ el Mar con Cnllas del que t.anto oyre~mos.hablar_

  • oven Jo viD casi al mismo tiempo. [rn-pul'lando un curvo pul'lal esper el ata que de la fiera.

    Mi flecha sigui a la de U y la tia qued i11116vll entre un remolino de polvo.

  • paree la muy servicial y era gallar-do pero habla un no s qu de reptilesco en el fondo de sus OJOS que me desagrad.

    recer cuando llegamos al Dedo de Piedra y nos encontramos coo los Belek Rimik. H'lm-bres de pequea estatura pero.vigorosos.

  • a nosotros se sent Kafllas. nuestro ayudante ne
  • Gime yugo del no luggal Zag iz i. Y~e dormida sin comer e io y sin alegrfa y slo se oye en ella el grito de los mercenarios en sus calles va e ias.

    Una cohorte de visiones queridas turb mis sueos, hasta que ...

    Perdname, Malek. Abandonar~ un momento tu lesta.

    Cuando al campamento, todo estaba s ilentioso y dormido. Me enea min a mi tienda.

  • He silo muy afortunado al encontrarte. Malek y yo nos repar1iremos esa recom-

    crep centellear las punt.Js de las r-os amontonaron en un rincn oel camoamento.

  • Ja. )l. ja' i9uieren capturar a pequellltos? vengan

  • Escchame y no seas tonto. El rey Su merio ofrece ...

  • a m( Vesta todo de blanco y se vea .ncreblemente

    v~ejo y a latido, pero en sus ojos arda el luego del odio.

  • t_s hogueras crulan y llameabon cuando alz el c;uc;h tilo. Pude ver sus ojos amar 1-llentos y su bOca desden tilda grur'lendo mal-

    diciOnes.

    Y un s1!9undo despus, el salvae qrito de querra de Ur-EI haciendo pedazos el canto de los Ir ibel'los.

    Aquf est ur El -~-.......__ Elam'

    1 Los esclavos' Ur-EI los debe ha-ber sollado ap rovechando ta dlstrac-ciCSn de m1 eecuci6r11 1

    La au l en el a1re. sobre las ch1s pa~ y el roJo de los hoque ra s.

  • Pues intentad lo'

  • --GASH EL VIEJO

  • y yo nos lanzamos por la floresta con listos. Habamos rechazado los caballos

    sa!!famos por experiencia que entre el folla eran ms un esto rtlo que una ayooa.

    Celta mfo galopaba Tahm ades. pnmo de Teseo. un jove11 1rac~no y pw.en so a los ataques de furia. ~ero un uce lente cazador y mejor Jinete.

    El ciervo cay de costado con la tlecha e lavad' en el e uello.

  • Deber[ as pensar un poc, ms en tu rey. Trata al nos de disfraza r tu regocijo. ________ _,

  • en la bruma delt1empo pero pu!o asegurarte que su sa bidurla es real y valiosa como el oro puro. No s si podrs convercerlo ~e que te ayooe pues rehuye el trato humaro.

    sol. arri ba, gi rando amarillo y cruel. . y abajo los duros guijarros. roca polvonenta ...

    Maimn era un hombre honesto y no le molestaba reconocer la mayor sabi~u ra ~e otros.

  • Oesula muerte de Teseo, una muerte que lo deje a lli bre, sin culpa ni mancha para poder izarse hasta el tro

    no, de ser posible.

  • Sf, lo es. El ri!J Teseo de y sus hombres de ciencia son impotentes para salvarlo. Por eso vine a buscarte a

    tl

    Fui

  • un mazo de hizo resonar un gran esculo de o ronce. No tard de aparecer el gi-

    gante de la entrada.

    Con un cuidadoso y gentil. el gigante tom at anciano entre sus

    lo coloc sobre un hombro.

    1 estaba acuclillado junto a la 18:JII'II

  • Sonri. Se senta triunfante y podfa toJ.- ; rnnelo.

    i Bah! lnsltame si quieres. pero cuan do muera Teseo ser rey. Rey de Atenn.

  • . . . ......

    ba 1a enor mt s ltuetil torpe del giglnle Y 11 pequei\a manchl ne-gra del Viejo en su hombrl). los perros callaron sCJbi.,l!len-te . cuando volvieron a ladrar, comprendr que El Vieio ~se hl be ido.

  • El HOMBRE QUE "\NO DE ~KAD

  • ser bre de la-gran-fuerza. El ti tn de Elam. En las costas hele nas vi un gran monumento fu nerarlo qtJe levantaste a una mujer que amaste. Piedras e

    ------. mes que un hombre normal no - ---n 1 hubiera podido mover. Docenas

    ellas apiladas una encima de Y en la cspide del mono una hoguera enc;encllda.

  • una gran bondad de los dioses que os conocie-rais aqu( pues vuestros caminos se en~zarifn ms adelante. Correrfls un sendero de guerra que os llevarif ' ~ Y'ljez y a 11 soledad.-~

  • n se enrol lado el manto en el brazo lzqu ierdo y lo utili- ' uba para detener los golpes. En el put'lo derecho, blandia su cuchillo

    para her ir.

    Del otro lado me yo y, desa rmado, no tuve re-me

  • l sendero desconocielo tiene una extra"a .nagia para quien lo pisa_ El polvo y l;u piedras le hablan y el viento es todo un gorjeo de rumores. Pero estas piedras eran dura:; y ni!IJraSiy su vTento era cruel, tal vez ni!IJro tambin como

    las piedras.

  • Se disolvieron en el horizonte polvoriento como un grano de sombra en el gran arenal

    del desierto.

    No. El honorable la taos. hijo de los dioses, muri hace una semana en un accidente

    de

  • Y para capturar a dos mujeres indefensas 1 ocho hombres de armas?

    - -------

    .. - -

    -

    --

    -- :.:----- -- =

    El pelotn se alej con gran estrpito de armad u ras y espadas. VI que la direccin que se-gura no dlferra mu-cho de la tomada por las fugitivas. -u r-El.!prepara un grupo de hombres y caba-

    llos

  • Uno de los jinetes. obedeciendo a u na se i'la de Serek me atac con su lar"za.

  • b=::!!!~~~~~~!:~~=::;-=~!!!!!!!!!!!!!!!!!!~~~~=::rserek"i'io-eSpeili~ts:s.-PPTcespuekls tre-M laoza atraves el naneo del guer rero nticamente y cruz como una tromba el que cay sin un qrllo. cerco de combatientes. Dos lanzas le

    erraron por poco el canalla huy a ga-~

  • Enterramos los cuerpos amigos y enemigos, pues e~ la muerte no hay diferenclu. wego nos unmos con la J()Ven reina.

    .

    TodO el pueblo de Carth se haba volcado en efecto en las calles. pero no se veiln alegres. Pelotones de mercenarios sirios mar-challil' de iqU r par all ipartindolos a puntlp~s y a lanzazos.

  • ~ tabl'amos dis-frazado como bu-honeros y cmi-cos trashumantes y en un pequel'lo carro descubierto lltvba m os un cesto de

  • tt~estro viejo a m erek ap~reci en el centro de Ji pJ za sequido de sus mercenarios. De pronto se detuvo. Ha bit tomado conciertia del pueblo, que omin!ISo y somtJril lo enfrentaba como un 9ran muralln ruqlente.

  • A m liado, U r-EI se golpeaba las piernas para ha-cer correr la sangre con mAs rapdez. Su ros-tro eslaba oscu-ro y atezado y su cabello rublo, ca-si blanco por el sol del des lerlo, hacfil resaltar sus ojos celestes como piedras chis-peantes_

    No creo haber vfsto en m 1 vida lugar mAs hermoso que ste_

  • En el centro del pal10 pendia un gonq de co bre y una maza. Aferrndolculi tres golpes que retumbaron ~onoramente en el gran jardrn desierto. S61o nos respondi el so plo de la entre tas flores.

    En ese momento se abri la gran puerta central y un anclilno ricamenle vesti:lo,

    se~ui:lo de media docena de corpulentos gua rd li!S se e nca m in6 nosotros.

  • Ro has la qut se le saltaron las ~gr i mas m.entras apuntaba con un dedo

    a u i-n

  • n fuer le empelln lll apa rl y un enorme guerrero de armadura de cuero con dos cu eh lllos sobre el ~cho penelr en la sala. Tooas las p1ezas de su drmJdura, sus ar mas V su case'> estaban t~llldos rte neqro. Su barbd estaba entreteJicla con hlos de 'lro y su rostro cosido de c!C
  • [llllmldo Bakhr pared1 mis que nunca un jabllf lurioso y los hilos de oro de su bu1ll temblaban il irados.

    alqunos de los pretendien-tes os envran sus respetos y se reti

    ~~-.~- ----~

  • . NQ es buena. pero es la tradicin y he-

    m~ v1s to en todo nues-tro camino que las tra-diciones' pesan comQ los yu9os de las carre

    De pronto lo vi inclmarse sobre el parapeto observan-do algo entre la rro~.

    no hes it6. De un tremen-do salto abandon la ter rata. V 1 su silueta enorme avan-zar entre los lllilclzos de llo res y los 4 rboles fruta les.

  • mucho que v ml'ls, Nlppur. Viaja-mos sIn lln. Combati-mos sin lin. Mi espa-da t siS mellada de golpes y mi brazo can-sado de la sangre y de

    gritosde los heridos y del trotar de l9s caba

    ros.

    la 011en sm\16 tos brazos

  • Al dl'a s1golente vimos el prl-mtr combite. Fue en un gran prldo verde, SI !picado de llo- ,,. ras blincas y amarlllis. Uno de los rivales era el jabaH de A1ur, con su armadura ne

    y sus ojos Inyectados en Slngre.

    ESI noche los ancilnos metieron los dedos en una alibna hueca y extrajeron uno de los hueseclllos que contenra para saber qu{ armas se llzarl'an,

    -------

    Avanzdron uno hacia el otro. En la mano derecha la maza de piedra. en la izqultrda el escudo.y en el tirtur6n el cuchillo de c.na. Algunas gotas c.omenzaron a caer y IDS truenos nos ensordec1eron.

    a Ur-EI caminar por los senderos de pltdn tomado de la maM de la joven, entre flores y un cielo estrell.ldo como el manto de un rey. Me sentrsoll1arlo feliz. So-litario por mr :ellz

    he enterado que luchars conmigo, hom bre de Etam. Es una buena noticia. TodDS mis 3nemigos duran poco y me aburro. Tal vez t

    dures un poco mcfs.

    El dl'a siguiente amaneci nublado y tempestuo so. VIolentas rfagas de viento alzaban remoll nos de polvo y los rel.fmf)ilgos acuch litaban el horizonte. El mustio.

    ~ Pero UrEI sIn Inmutarse. le descarg6 un tremendo mazazO,Aue el 1sirio con sigui6 detener a duras penas. Allf se de

    tuvo su ataque y sus alaridos.

  • h.,nda comenz a girar.LenYmente despus. Slo quedabi una cosa

  • Volvf los ojos al campo deba taita y vial jabalfde Asurque relroced ~ ta rnba lea nte entre la lluvia torrenclallropeun do en el barrO-t>e
  • la a nc ia na se encog 16 de hombros y con el pan a prelado cont11 el pecho se sum a la cohrn na .de IU]itivos. Por un rato quedi obst rva ndO esa StiJlllnte de dolor y mi-seria humana.

    En ese momento se acerc Ka lilas, mi lugarteniente. un negro de gran estatu ra y pesados hombros. Su rostro tahe dO se ve~ preoc1411do.

    topan dra y noche y atacan con la rapl dez del viento. Que man. roban y matan. Llevan esclavos, ga nado y alimentos. En las puntas de las tan zas hincan las manos debs cardos.

  • Amo. eso ser mllf culto pero en las ba tallas te v1sto a los gnegos correr como galgos s1n detenerse a pensar s.1 su 1110, estara estnta o no. De manera que de bcn ser paparruc:Jotadas.

    Desde lejos poda or el ulular jllliloso de los brbaros que se reunan prep~ rndose para atacar. HiCe que los por teadores cavaran pozos aqu y all~ al-rededor nuestro. de no ms de medio metro de profundidael.

  • Y entonces ataca ron. l1191ron a galope dido con los vientres de loscaballos rou do el suelo. los OJOS chispntes y las bo-cas abiertas en un alindo inacabable. L1191ron er multitud.

    Pero lle

  • E 1 ot ro vac 116 un momento y entonces lo herr (!ebajo de la ma ndlbu la.

    Mir a mi alrededor y vi a los brtlaros llenar mi campamento. N.ts honi bres eran atacados de to das partes.

    65 No vi al la ncero brbaro, peros( lo vio Ka lilas.

  • ellos y los mat por doce verdad. son malos 9uerreros. ~~~~~~....J

  • Por un momento crer que 1ba a matarme allr mismo. Su hermoso rostro e~taba rojo como un pimiento.

    1 Y 1hora. corre si qultm vivir, perro!

  • Naturalmente esto mecos taba una nueva piltza y las costras y las he rulas se s~e11>0nan unas a otras.

    Luego lle!Jilrnos al pueblll !le Niver una enorme aldea oe chOzas

  • Luego tom una docena dt III!Chas y envolv sus puntas en trapos que e m llell i en acette.

  • caslno me diJo que el rro se llam~ba LQe-mer y yo aceptl su palabra. Habla me separado de una ca mana con la que cruzara el desierto

    con monedas y un CJballo paludo y feo

    la caza era a bu n-dante y a veces tropeubl con ciervos. Erton-ces derribaba uno y comfa en alg6n bosquecillo untrro y salpl: cado de flores.

    rte.

  • asr vagaba sin apar-tarme del rro. A veces recordaba las grandes ciudades y los ej6rt i-

    poderosos y los lar.lno,es carros de gue-

    Retordaba a mis Teseo de

    Cuando la noche era oseo ra y la luna dormfa como un pui'lado de polvo de plata sobre la su-perfitle del agua, me sentaba cerca de la orilla. Era hermoso estar solo sIn otra persona y sin otros suei'los y oler la hu~ medad del rro y de la savia de los rboles.

  • equ lvoqu. El verraco desesperado sobre sus cuar!os \raseros y embisti lsahrajeme~ile al caballo de su persegullor.

    matar!

  • ~ueno ... y:s

  • de gra11 estatura y cuerpos de luchadores. El que parecfa el jefe te" ra un brazo ampu-tado a la altura del todo. Vestin armaduras de cuero y llevaba JI hachas a la espal da al estilo

  • )erek ~orrfa como un rayo por la ancha pradera verde y gris y el retumbar de sus cascos arreciaba cada vez ms.

    ,.,!Jno de ellos para cubrir la retirada de sus compalleros. Lo supe cuando un par de aves volaron espantadas

    desde un matorral.

  • jugu el todo por To~el pe-

    pulla! por la y .. ,

    Un ta!111tslno m8' diJo que el rfo se.. llamaba Lnemer y all( en el Gentro'

    . de la corr lente;v 1 los.dos caballos que ilvanzaban.

    El manco me vio y noqu lso me la espalda. Retrocedi y sall a mi encuentro. En su n leo brazo vl relampaguear el hacha &norme y pesada. Sus dlenteelucleron en una sonrisa placen-

    tera.

  • un n li'lo apenas, envuelto en pieles de ovejas y apoyado en su cayado. En la cl11tura llevaba un zurrn de cuero y una calabaza y me miraba con "S ojos len los y meditativos de los pastores.

    No su sp por ella, pastorcillo. El correr por todos esos cami-nos slo le en sella u11a cosa. El bronce de una espa!la o el tintineo del oro !la tanta dign ldad como

    la he>l'l radez.

    He recorrido mu-chos caminos. Ha visto los toros pin-tados de amarillo de Creta y los JI-netes que tienen el caballo tejido con hierbas en las orillas del mar.

  • Ves los callos de mis menos 1 Nacieron del uso de la espada, de la lanza, del hacha. IIAis ordos aprend le ron a ser sordos a los

    ._,-.:o::-de_p, iedad da los h,..ar"'ldO"lo~s.=-----'

    Hilera mucho que va-gaba solo, a lomos de mi feo caballo Wrba-ro y casi habfa oerdl-do ya el gusto oor la comoan ra hu mana. El oastorclllo me re-cord6 la lumbre de las hogueras y las fami-lias a alrededor

    He sido r~ibldo por so-beranos de muchos par-ses pero aquella Invitac in fue la ms valiosa de mi vida pues se me ofrecra ni ms ni menos que to-do lo que ten ran.

    algunos han Ido por el mundo y cellldo esmeraldas.

  • Por qu JlO? Tengo para co-mer. Algn dra levantar una hoguera y me casar y tendr una gran majada.

    Perdf cuanto pose fa en un desdichado via-je a la tier ra de los brbaros, hasta mi 1 ibertqd. Con segur hu Ir Y desde entonces vagabundeo QOr los (la ses sin nombre.

    Nippu r, Nippur el errante. Nlppur, el hombre de ID-gash. Me llaman de muchas mane-

  • Nuestro vecino Garuth t*'e cuatro hijos fuer-tes y ms de ocho pas-\lres que trabajan con sus ganados. Qu le re tener ms ovejas. Quiere tener ms tie-

    I.Js mujeres deben te-ner hombres que las cuiden y las defien-dan. De lo contrario debern ser tomadas

    padre tiene muchas ovejas y adems 1 qran sacerdote de llr le c011cedl6 estas rras. '

  • 11,1Jrad estol El viejo Branae ha trafdo un hom-bre para proteger a sus hija si

    Una carcajada atronadora es tal Era el pastor que yo advirtiera silencioso. El viejo Branae, las j6venes y el pastorclllo l hicieron eco.

    Sabl'a que se vendrfan manera que me lncllrt' y aferr un largo y pesa-do ten o. El calor de la ho-guera era fuerte.

    ~o s4 quin salt6 primero. No estaban acostumbrados. a eS\jrlma que los is y cabezazos,y eran lnh,blles

    lucha

  • 189

  • 190

    Los hicimos retroce-der confusamente. los perrazos ex e ltados co-rrl'an de aqur para all morof6ndols las pier-nas y las manos. Joar arrojaba ~ledras que resonaban contra sus

    cabezas.

    Por li11 se fueron. En la oscuridad or sus maldiciones y sus In-

    sultos.

  • no se equ El sol lentamente cuando vlla silueta oscura y g 11 que llegaba caminando por sobre

    las rocas.

    (Tor~ r-------

    se acerc lo pude estud lar Era de aspecto recio y posl-

    tendrra mi edad; Su ar-era vieja y reparada efl va-

  • Esta vez ataqu4 yo.

    se lo que te ocurre, Torres. Sler1tes que ests envejeciendo y tus huesos te due ten al despertar en la mal\ana erwuelto tu mar1to de roe: ro. Y temes que tu vejez te tra lglla miseria y la

    soledad.

  • Deja el camino, amkjo. [leja tu fama de guerrero. El ant iaM arana e ne
  • Recordar' tu manera de hablar, extran-Jero, y te podrcfs considerar tellz de que no le arranque la lengua 1

    ron a una argona de hie-rro emotrada en la pared cas 1 al lado nro.

  • 1 No lo golpeen! Lo que recibir ser bastahte!

    --.az::IZ:!;J!III

  • W r a su al rededor y .or un segundo v1 ullol luz de desesera-cl6n en sus puAias.

    sin quitarme los

    junto al mar y mira dnde trafdo. t! tierra de y arena me hace ms

    que los grilletes y los lti-

    Hace corto tiempo que yo t!m-bli!n tul un prisionero y un esclavo. MI suerte fue buena pero no me ha lavado la me-

    moria.

    Nost!tgia? iO)l" pudiera dar un nom-bre 1a n sencillo a lo que siento! A la no-che pego mi oreja a ta \ierra tratando de or el rugir de las rompientes, pero na-

    da oigo. A las mai\anas aspl ro a rleno pulmn at11 tratlndo de sen \Ir sabor de sal. Pe-ro slo siento la de la arena.

  • Me a congo JO or rlo. Sus palabras me traran JI recuerdo latente de mi t.agash de blancas murallas, mi Lagash m.is all de las distancias.

  • Mocoso de tobillos sucios! No debes pegar a un guerrero veterano!

    Se arrodill, sucio de basura y sangre y grit y aull co'!lo un demen-

    te.

    Tal vez esto te sirva .ara es tudiar otra res AJes la que me agrade mils!

  • No ten fa tiempo da llegar hasta mi caballo donde estaban mis armas. de'manera que desenroll el lti-go que llevaba a la cintura.

  • S. Desde ~~ tron-co proteclor de una palmera lo vi. Tenra el ros-tro como una oolsa de carne cruda ..e ro rea y beba unto con varios que-rreros y muchas pvencltas.

    Lo coloqu como pude sobre rni caba-llo y me dirig al

    1

    J.li!SO lento. con la clera burbujean-~~ como una lava negra, hacia el viejo palacio de Ur.

  • Salr del janln con rapidez y trot hasta mi caballo. Lfmldes me mir. ..

    suje1arlo. r::ay6 lll!sadarnen-\8. Tal vez ya habr~ muerto antes de tocar la arena, con sus ojos llenos da mar y su piel ebria de sal.

  • Por ROBIII WOOD

    dlbuJu de LUCHO OLIVt:ltA

  • 206 Era bueno para mr pisar otra vez las tierras tlele nas. Marchaba a lo largo del camino, vestido co-mo cualquier caml nante, dlsfrutardo de mi sole-dad y de la paz del riiOmento. Un viento cal u roso mecra los olivares y acunaba mi satisfaccin.

    quedado un afio largo de cautiverio en manos o~ tos pira-tas, nuestra rl!Del in y la captura del barco sobre cuyo remo rechi-

    mis dientes.

    A que' otro lugar puede ir un gue-rrero?

  • Una nube de espuma y agua sala-da caa contnuamente sobre m. Deb envolverme en mi manto y continuar mi marcha trastabillan-do sobre la arena a la luz de los

    relmeagos.

    de sombras siluetas que hurgaban aqu y all, como buitres que picotearan un animal muerto.

  • Vete extranjero. En nuestra debilidad somos fuertes y nuestros dientes de perro pueden ma-

    n len. Vete.

    Estaba. tendido sobre la arena con los ops niuy abiertos. Las olas que llega-ban hasta l mojaban su cabeza y sus hombros. l-b estaba ensangrentado.

    Se volvieron como hienas en mi direc-cin. A la luz de los relmpagos pa-recfan demonios de la noche. Jo-

    cojls, tu-11 idos, tuertos ... Sus ops amari-llentos me mira-ban desde su masa de harapos y muletas.

    209

  • 210 Me despoj de m 1 manto y lo arroll en el brazo Izquier-do para defener los

    punaJes. Luego.:di un paso hacia ellos.

    Empu mi espada con dos manos y avanc~ descargando terribles golpes, pero mis ata-cantes saltaban de un lado a otro como pe-rros de caza, esquivndolos.

  • Sentr su Insoportable olor a aps, sudor y v1no ptri-do. Su jet~ su mano arma-

    da ..

    Eran dos solamente pero no queran huir. El botn era grande y la codicia venca en ellos a la prudencia.

  • 212 . El ltimo lue muy rpido y casi lo consigui. Ca-

    si ...

    Ms all los dioses darn cuenta de vosotros. Malo es el que roba a un vivo. Sin salvacin es el que roba a un muerto.

    Y de pronto. con una seca toma de lucha hltita le rom pla mui'leca.

    Me incln sobre ). Era muy joven en efecto y su piel estaba helada.

    mene el cuello roto ... La cafda del carro, sin duda. 1

  • Aspir hondament~y en mene a caminar.IAI PISO lenlo avanc ptr.la playa, dejanoo atrs el carro de guerra. los caballos muer1os y lo$ cuerpos negros con sus garras de mule-

    tJs y CUChillOS.

    ( 1Atenas.:i) o O

    El palacio tambin estab'!.a oscuras. En alguna parte o sol lozar a alguien. 1 n-trigado me I'Oivr al guardia.

    El camino era dilcl. La arena me tor-turaba absorbiendo mis pies corno si quisiera detenerme y el peso del cuer-po doblaba mis espaldas.

    -------

    flb preguntaron ms. Atenas estaba a oscuras. Apenas si algunas ant>rchas titilaban dbilmente.

    Hoy es un dra nelasto. No ves la luria de los dioses? la mujer del rf!j ha muer-to. Se dice que muri de reoordimlen-los por ai!J> muy grave . . .

    La mujer? Te relleres a la princesa Fedra~

  • Hubo un silencio muy largo y varias antorchas se ap39aron. Desde afue ra llegaba el rumor del trueno ...

  • Sabes que Hl~lito era hi )J de mi mujer an terlor, muerta hace muchos aos. luego me despos con Fedra que era casi una ni

    ~a. Ella se enamor de Hlp61ito y un da se lo confes. El, espantado, huy de ella. Era

    un hlp e,emp1ar. --- --""

    215

    Y ahora, hace pocas horas, antes de la tormenta, Fe dra mur i ... pero antes me di JO 1 a verdad ... Me haba mentido ... MI h 1 ): me fue siempre leal. . Mi hip ... MI hlp que aho ra est

  • 2 l6 .::: ::::::::::::::::::::::::u:uu1n:m::::::::::::m::::::::::::::::::: NIPPUA DE LAGA&H !!

    : ::u::::::::::::.::: ::::::::s::z::: :::::::::::n::1 u:uns:::::::::: :::::::: :::!!!

    L YE DA DEL EY E UE

    ! ~~ :~ :~

    Cuanclo yo era pven, los caminos hablaban para mr y su polvo y sus I'?CIS murmura ban al pasar las extra !las leyendu que se forjaron en ellos des de los tiempos lnmt morlales. Cutndo yo en j:lvtn .. .

  • .!hora es l!lleren es Id "e )el del

    Id qu~ me ha u~r.mruu smo la del

    Me si~nlo so y ~ ,x>lvo del ca-

    .,,no es tan solo poi .o para m y el es tamp1do d~ las rue-!l.IS de n11 carro de 9uerra ya no me sue-

    n~ a msca Aptmas si es ru1do.

    1/,alabil du r~nte el tll~ y 11u rante la noche descansaba y todo era IMl r1tertnle a aos ante no res. Cuando recostab-3 mi cal>e7a so-bre el petate a la noche mi rab; las estre-llas inmviles en el Cielo. Vo, inmvil en la 11erra. V tambin fro sin vida.

    Nad1e me res,oonolo. Rodearon m carro y se apoderaron de las bridas de mis ca b;lllos. Vagamente alarmado coloqu mi mano sobre el hacha de guerra que llevaba engan chada en el porta

    lanzas.

    Atrs queda Atenas, atrs que-Ja Teseo Via por mares pa ra visitar a mi am1go pero slo hall a un hombre desesperado ante la catstrofe que cayera sobre i.Et tu 10 llameaba en lds lo rres de su c1uaad y los tantasmas gr1ta ban junto a las rocds

    del 111dr.

    217

    Por eso v1ap en un carro de guerra ha coa atgund pJrte que no conozco llusco algn rmcn donde xder desean sar nu

    espfr~tu Me s1ento v1ep. Me s1erto so-

    to.

    (n ese rnstante vi a la multitud que cerraba ~~ As II4!9U 3 ldS rcg1ones oe Pa nalos. donde en o\! a poca dos ro busllS hombre Iones de ma f Cll y paso fuer te va~aron s 1n preocupaciones: UrEI y yo.t Ha ce tanto ... Cas1

    cam1no

    0Ptuve m1 carro al ver que naoie se apartaba y los contempl intrigado Eran gente de pueblo de asli!C to comn pero con un a~re sombro v dPCidldo en sus facciones:- Ou ocurre? Por que no me de-

    Pero nadie alz una manD conl r a m A d~Cir verdad,1ne Ira taron con casi thra aooracin. Como al

    jos p.sar7

    De pronto abandonamos el bosqu~ y nte no)()tros se extencll una ciudad blanca y vaca. Slo alguno que otro nu\o e cor ta edad deambulaba de iiQU para aii.

  • .tv.urnn' Cll l10 \tlfOCIO SOia-rOIJ JYI' el retumbar d~ las rue-"'' carro sJbre las ptir su vtda con el pflme r loras tero que \~n,a por el Cdmtno, sea qu ren

    luere St vence vrvrr un ano m ~. \t no. n~ .

  • Avanc a su ~ncuentro. Va h~a deaOO d~ pensar Todo estaba d1cho y prepJrado y to-do haba esca-pado al control de m1s manos.

    ... .....

    ~omeh un error esta ve di at.Kar. Con segur engancharlo en una toma de lucha helena y lo derr~b al suelo

    Ya era m10.lo SLIJfle dtl cuello y doble 'l.Kid dt r cis su espalda tmpu jJndo Ctln la roo 11ta En ese momento odiaba a la gente qut nos rodeo ba. Esa gente que nos haba sacrificado a

    amt>os.

    No~ se par arnv~ nuen-tras nu .~dUdlllOS

    m1rdrnos Tenamos m1o:do ;,,n~na l~ hls 11os querJ mom y sola nenl po~ra sobrev1v1r ~ "o lla bia JI'! llvmbrc conde-

  • M1r 1 centro de la plil za . oonde el cuerJXI s1n v1da de un hombre a qu1en nunca con~ y que s1n ~mbargo du-

    rant~ un segundo fue mi amigo, ya

  • ~lard en comprender que en el pais de Panals el rey era sencillamente el depositario de la suerte y la desgracia de) pueblo. SI no llovra era culpa del rey, si los corderos no se reprodutran, si las vi-des no maduraban. era culpa del rey. Y entonces se esperaba con ansia la llegada de la fL'Cha en que un forastero eliminara a aquel que no era grato a

    los diOses.

    Mi nombre es N1p pur y una vez vi-

    v en mi ciudad de lagash.Mat hom-bres cuya memoria no conserw y des de~ coronas y mujeres. Y ahora no iba a dejar que h lcleran conmigo lo que quisieran. o

    .o

    {tNunU)J

    De esa manera vivan los re yes y de esa manera moran. Eran s1mptemente p1ezu de sacrilltiO para calmar a los dioses y a la cobarda del pueblo que no era. capaz de responder personalmente por sus culpas.

    ... su hermano Arta-mases era amo y se"or del ejrcito. tm hom -bre corpulento, de andar bamboleante y rrils ops de carni-

    cero.

  • 1-(1 s por qu~ me enfurec de pronto. Tal ~ez por el rec uerdo de aQUella snri ~a postrera. comprensiva, ~al erosa, aQuella sonrisa que compartaconmgo su despreciO h~ia la mul1ot" que olreca nu

    fn (i..ldol

  • Nippu r y d jale de a los demonios.

    Encerrado en mi prmci-pesca crcel, o el estruen do del ejrcito que se po-na en marcha.l'l dej de a~~ertir que los si r~ ientes que me rodeaban eran de herclea complexin

    que ban a

    t'l> le gu~l que lo desaf ior a pero tampoco 1 e 1m por t. Saba que lo hul>iera podido matar mcl uso con las manos desnu dds. Pero ldmbn saba que el tiem po se encargar a

    tle m

  • Pero decid oue haba llegado el mo-mento de actuar. Ellos habal'l olvida-
  • reconocer a los fugitivos y a la distdncia dislingu a la

    bamboleante que entraba la carrera ef1 la torre.

    lii las antorchas que corran como locas estrellas de fuego por fa ciudad. El viento me trap gritos alarma-dos y espantados.

  • No hubo crueldad tit. Eran hombres que queran terminar rpido para volver a sus chozas y a sus redc~.

    rre envuelta en amas, ne-~ra y roa mienlr

  • Dibles .. LUOIO OliYW

  • un guerrero debe El temblor de un matorral.-el

    .vuelo de un pjaro, todas son palabras que hablan de nuestro Instinto. Dedos que sealan a alguna parte diciendo: cul- Silencio. Pero yo sabfa que alguien

    estaba all.

  • ::uervo se \'OI~i peor de que era en carcter. Sus

    nn'""""< comenzaron a moles eran rpidos para ar todo con sus cu-

    can sus hachas. muertos.

    a murn" El Cuervo reclam tierras y m a a los que las ocupaban. En este wlle

    ramos gente de paz y no sabamos qu hacer. Por fin decidimos que el Cuervo deba morir.

  • ~~~:ntr;;ra~~~~s~us guerre-ros negros y por ello preparamos una em-ooscada. Enviamos un falso delator para que lo atrajera junto a unas grandes rocas, leps de sus viviendas. Habfamos preparado

    IYIIIncha.

    lo juro por los dioses malditos que viven en los campos estriles y en los mares enve nen800s: lo juro por los hips de la noche que r(en jvnto a los sepulcros. Por todos ellos: lo uro.

    sr se loor gritar mientras su horda apullalaba a los hombres y obligaba a las mu-)!res a entrar en las chozas Incendiadas. HuDO gritos es-pantosos. Y et .;uerw corrra de aqur para all! con su espa da chorreando sangre. Hilbfa sangre por todas partes. A ~e ces resbalaba en ella y cara y se 11!\'antaba ro p y gotean-te. Humeante como un carni-

    cero.

  • ~ me agrada dejar a una mujer abandonada de esa ma-nera pero no tuve opcin. Fue intil preguntarle na-

    cerr su boCa y no a hablar de manera

    al amanecer sub a mi la salud y me tul,

    ldeimlola de pie junto a sus humeantes y al ba-

    rro rojizo y los buitres que bajaban en crculos.

  • que tr-.lciona una vez, traiciona dos ~eces . no le dar esa oportunidad.

    pi &na oscur idad llegamos junto a una mrsera choza de pastores, Hacfa frb y el pasb estaba empa-pado de rocb helado.

    Jl\hl Eres t , mi amor? Acrcate. Aqu tengo otro de estos h6roes que quieren ~_;....!.J;o, echarme del muncb de los vlws.

  • "

    El j:lVen aplastaoo m las rocas 'Cuervo frunci el ceo y asinti

    con la cabeza.

  • r al exterior y estupefacto vi a la horda que yo adiestraba a monta'a.escalando m u ros, luchal1do en los patios los techos ...

    1 '

  • en mi

    Es otro pecado de es-fiera, porque era bondado y tste y fue su padre el

    lo empuj al sendero en acab. Hace apenas una que muri, como sl h adivinado lo que sobre-

    y me envolv en una manta pues la noche iba a ser muy fa. En el momento de

    tomar las rieri -d as me pareci or un

    1..4Y

  • hambre y me los caballos ara que pastaran a gusto y abrr ml morral y saqu carne, pan, acettunas y queso. Me sent~apOyado en mi carro, dejando que el sol me quemara. -Ven, perro tonto. Tengo un

    ti tambin.

    Por ROBIN WOOD

    1171

  • hermano, y come. Hoy te carne en vez de un palo en el lomo y yo tendr un ladrido en vez del muqir de algn campesi no rabioso que me ve demasiado cerca de

    sus hijas.

  • Ten cuidado, an-ciano simptico. Puede ser que el cuchillo te quede corto.

    El anciano del ca-ballo pareci ~umamentc apesa-dumbrado de ver a sus dos criados despatarrados en el pasto.

    241

  • Puso una cara tan cmica de estupor que me hizo rerr hasta dolerme las costillas ,

    Por los diosesiTe sien tes feliz? Qu6 es lo que h.ac:es entonces en tus

  • La un sollozo antes de He observado que cuando la!r mujeres comprenden que los gritos no servirn de nada, de lnmedianto recurren alllan to. Arrak se volVi hacia m bufando fu

    rioso.

    maldito seas! Qu aquf algunos das!

    1Ma11!arla llegar ese im "'-' """"' . digo, el buen a

    Andros y yo quiero alguien con quien

    ar en esta casal !las res no me di rlgirn

    palabra y eri cuanto a Andros, su charla me converti rfa en vinagre

    el vino!

    Creo que a las muje res siempre les agra da el poder elegir a sus maridos.

  • Ahora tal vez podre-mos hablar con alqo de tranquilidad, sin cuchillos ni gritos. Por qu intentaste matarme, joven de mente de mono?

    No quise decirle al pobre chi quillo que dudaba de que el buen viejo Arrak fuera capaz ni de aplastar una mosca, a pesar de sus terribles gritos, porque el respeto es u na co-sa muy saludable entre 1 os siervos. Po:tr lo tanto ...

  • Pinsalo.joven Imprudente. Matar no es algo fcil. Una muerte tiene ecos como un grito en una caverna. Pin-

    salo.

    Sin embargo no me apar-t de all. Eran tan con-movedoramente jvenes,

    ":nor"'"' n tanto de la vi-Y de su amor que has-

    ta de una piedra hubie-ran hecho brotar ter.oura.

    No s qu deciros aho-ra. Hoy dorm r y ma-ana hablaremos.

    ~

  • La codicia lo como una rata. Yo sabra que su cere4ro estaba sopesando las monedas de plata con que cualquier reye-zuelo pagara por un carro como el m ro. U-na pequena fortuna ..

    Me sonrera con la rara ldad con la que un avezado hom-bre de mundo sonrre a un imb-cil campesino y estuve tentado de borrarle su excelente sonri-sa de una bofetada.

  • :r.' ... :. - ' . .. .-

    - . ~- ...

    Dibujos de LUCHO OLIVERA 53~

  • "Tendr que hablarte de Jan ix, el rey de toda la regin, el jefe de armas. Un hombre luerte y valeroso, un xco tonto como mu-chos val lentes. y ho-

    nesto."

    "Entre sus guar dias, habra un jefe de cien a quien Jan lx pre fera. Era un gua ~t.-po mozo, alto y t Ll rubio que sella t;.C maba, que an ....~~ hoy se llama, XI- w,~_.-

    romantes."

  • Deseo una esposa digna de un rey y aquf no la hay. Por ello te enviO a ti co-mo emisario m ropa-ra que me traigas

    una.

  • Mira, para ayudarte te permitir que te lleves a Heres, mi tesorero. Es astuto, mundno y te acon-sejar con mucha

  • dioses, excepto cuando solicit que el techo de la casa de mi vecino Acto se derrumbara sobre su esHpida cabeza despus que mat6 por error a uno de mis cerdos, pero juro por mi honestidad que hubiera pagado cualquier precio por ver a Xiromantes buscando mujer

    su " ....,,_,

  • rey va. rey viene. el caso es que Xiro-mantes. que era un moz~ muy corpulen-to, la empren -di a espadazos contra "

    vers .. Lucu sufri un acci-dente ... Mien-tras miraba des-de una torre tropez y ... y era muy al1ilf ... ,

  • romantes entr de esta manera en T runo. pisndole los talones al des-dichado Cinco que se las vio negras para no ser degollado. De pronto se hall de pie en la plaza del mercado

    del pueblo curioso."

  • iry tfsa fue la manera. IS. Un poco ms de vi-no. J La manera como Xi romantes repuso a Arslnoe en el trono de su abuelo. Arslnoe era la joven. Luego cuando sta, ruborosa y feliz, le pregunt qu recom-pensa solicitaba, el in-signe y leal Imbcil re-

    puso."

  • "XI romantes perdi el apetito y se puso tan insoportable como un asno sordo. Comenz a deshojar flores en los ja n!i nes y hasta se ol -vid de afilar su espada. Vagaba de aqui para all, suspl rancio y tropezan-do con todos los guija-rros del su e lo y empeo-tando a medida que el dia de la boda se acerca-

    ba. 11

    ....

    -' .

    - ~~

  • Y Janipo sentado en su trono te-nra la cara exac-ta que se puede esperar ~~ un hombre que en-contr a su pro-metida besndo-se con otro. habrra eleglc*l?

    hacha'/ La

    En el silencio total que sgul6 to dos volvimos la cabeza en dlrec cl6n al ruido repentino. Janpo se habra puesto de pie.

  • y yo mi~mo rne en contr rienoa hasta salrseme las lgri-mas mi~nlras el do-londo Xiromantes caminaba con dificul-tad hacia su flaman-tc 1nctida y su rey.

    Se acerc al inclinado mantes poco a poco. Sus sandalias resonaban sobre

    las piedras ...

    Por fin se detuvo. En el Si lencio total que reinaba slo se oan los sollozos de Arsi-noe. Un perro aull6 tristemente.

    Fin

  • ... sr. Nippur. Es dad Que me dio el nombre, Mis padres nacieron allr aun-que cuando yo vi la 1 uz haca ya mu-chos ai'los que vl-vran en lagash, la de las blancas murallas. En su nostalgia y recuer-do por la vieja ciu-dad me dieron su'

    nombre.

    Desde lejos 1 pudo distinguir '

    (El cielo esti limpio. Una nube. Una maravillosa suelta y sola en el cielo. Tan

    como yo. 1

    su cabeza afel- ' __ .... tada y relucien-te de Un

  • Oebl6 creer que era uno de sus perseguldorts cuando me vio surgir ante l. VI el terror re llejado en su rostro juvenil, pues )oven era.

  • Al instante se echa-ron atrs. Nombre conocido es el mo en Su merla y el Elam, aunque soy casi pros-criplo y casi lugitivo en tod~s partes. Una espada es ms e loe u en

    que muchas le119

  • No hay rey en Nippu r, co mo sabrs. El sacerdote es el jefe militar y relgioso de 1 a el udad. El es quien en tiempos de guerra diri ge el pueblo y en tiempos de paz le da Ja ley.~ __ .,

    Enrojeci hasta el cuello y me sent conmovido. Era tan joven, tan terri ble y magnficamente joven y crera de tal modO en la justicia y en la honradez que daban deseos de pro-tegerlo o de golpearlo con un palo.

    No. Fui al templo y protest ante losan-cianos sacerdotes. Ellos me escuch

  • Y ahora espera. Voy a uncir cabaUos al carro y te llevar tala clu::da::d:.. ----~

    Nlppur no habra cambiado mucho desde la ltima vez que yo la viera hacra de ello casi dez allos. Sus calles arenosas, sus cuadradas ca sas blancas, ~u gente pausada y morena, todo ello me pareci tan

    por un momento n " en mlv~~

    ~ { "

  • 267 Camin hacia el anciano, apenas una pequel\a momia viviente con ojos ln-creiblemente vivaces. Al llegar junto

    a 61 me detuve.

  • Un rumor sorpren-du!o corri entre la muchedumbre y un coro de excitados comentarios estall en todas partes. He- ~ ..... muldu, plido y sor- t prendido, dio un pa "'.1 so adelante. /

    rante un largo nstante, el ancla-no despeg sus ojos de los ojos Hemiddu, buceando en ellos. Por

    fin SUSpir.

    Se arrodill ante el anciano como un buey que se tiende, inquieto, alerta, nervioso. -,~:1!;,...-!1 Sus ojos, de crnea enrojecida, m1 raban

    huidizos.

  • 269 Balaim recorri con los ojos los rostros que lo rodeaban. Una expresin de a ni mal acorralado florecra en su semblan

  • 270

    1 \ 1

    \El patesi qu~d6 lnm6Yil en su sitio, hela do como si su carne se hubiera vuelto pie"' dra. LulgO baj los ojos con gesto atnito y los detuvo en el mango clet cuchillo que sobresa1r1 de su pecho.

  • 272 NIPPUR DE LAGASH

    EL ENVIADO Silencio es lo que siento en mis ordos. sr. Sllenclo. Esa extraa clase de sllencio hecha de rumo-res que nada significan al instin-to, ya sea el susurro del viento en-tne el ramaje de un rbol, o el can-to de un pjaro fingiendo ser cris-tal contra el oro del sol. A veces, desde las altas montanas ora el re-tumbar de una roca cayendo.

    Yo sry Nlppur de Lagash, hombre que ha visto mucho, mucho y que por ello mismo no Igno-ra su pcco valor y su gran valor. Suena esto como contrasentido? No

    lo es,

    En un ari'O)'Il me de-tuve y revis mis he-ridas, la mayoa de las cuales ya habran cicatrizado. Las que-maduras en mis h bros tardarfan a(Jn un cierto tiempo.

    Poco valemos, oh, hombres!,que tanto nos envanecemos de nuestras pequei'leces. Poco valemos por nuestros actos que tampoco significan na-da cuando el tiemf)() arroja sus pui'lados de arena contra ellos hacindolos deshacer-se en volutas.

    Vlemos, eso sr, por el soplo Hivlno que llevamos aden tro. Por alguna fuerza inSuflada desde el ms all, desde la regin sin llanuras ni fronteras donde los dioses moran. Valemos como hom~ bres por algo de Dios que te.nemos.

    Marchaba con sumo cuidado, pues marchaba en territorio bajo la Influencia de mi terri-ble enemigo, Luggai-Zagglzi, el usurpador que ocupaba el trono de mi ciudad natal, La-gash, la de las blancas mura-

  • Desde el dra en qlle'por la traicin y la sangre se hicieron con el tro-no, el miserable haba agotado los medios para acabar ton mi vida pe-ro todos habfan fracasa-do. De todas maneras siempre intent mante-nerme alejado de l y en esta ocasin, al ver-me obligado a pasar ter-ca de sus territorios extremaba las

    Por ello vi volar al buitre.

  • Me sonri otra vez, con slmpatra y buen humor, pero su ma-no acariciaba con suavidad el ltigo.

    encerraron en una bltacln y me hicieron gar carne. vino, frutas, miel y quesos. No podrra haber sido mejor tratado el ms grande ele los h pedes, pero toda esa cor-tesra tenra un sabor dul-zn y enfermizo. Sabor

    a

  • Olisque el vino y con un gesto astuto espi la entrada y al no ver a nadie.

    un ojo con ges-

  • Contempl6 un momento la hoja que se tei'lra de rojo con el reflejo de las hogue~

    ras.

    \

    scu lleg sin que yo me diera cuenta y una silue-ta se recort frente a mr.

  • '

    Entonces se ade-lantaron los sol-dados. Tenan un aire formida-ble y sombro cuando me rodea-ron. Un veterano canoso habl.

    Tard casi dos meses en po-nerme de pie otra vez y su-bl r a mi carro. Malik y su hermosa mujer me cuidaron durante todo ese tiempo y fueron ellos los que me des-

    pidieron.

  • Por fin detuve el ca-rro y solt el ltigo. No mir aquel despo jo sangriento. Slo dej caer el ltigo y tom nuevamente las

    riendas.

    !Es extrano pero todo. fue verdad. La san-gre de su crimen ca-y sobre su cabeza .. . El me llam enviado de tos dioses para cas-tigar el crimen ... y yo lo matL.)

    Alc los ojos hacia el cielo azul. El arroyuelo murmuraba cerca mro. El cielo azul, inlinito ...

    FIN

  • Si. He odo hablar de Ram y su des \reza nvero~mil. Ha recibido mucho oro por sus flechas, como un campe-

    sino lo recibe por sus cerdos. Es un vendedor de muerte.

  • El hombre gor-do call. Eviden temen te 1)a9Ciba a Ram por algo, pero le temra. Y Ram lo despre-ciaba con el he lado desprecio que sienten los mercenarios por el hombre intil que nece-sita de ellos.

    Vi a media doce-na de hombres de armas agrupa-dos a la sombra de un bosquecillo. No muy lejos se vean dos cuerpos cubiertos con sus mantas. Ram es-

    285 Cllate, inleliz tripu do, si quieres algn da poner las manos sobre la doncella. C-llate. Orte hablar me

    1\io es un simple pas tor, llam. Sac espa ca y cuchillo y luch con sab1durra, dando tiempo a la joven 1 rez para que huyera. Es hombre de armas.

  • cuida:lo s1 te topas con el joven. ~stando yo en busca de huellas tropez con estos ordefla-dores de vacas e hlol a uno y mat a otro. El herido es ese Ozor. del

    orste.

    m en i ncorrup tibie Nippur, pues si no eres esclavo

    d~l oro lo sers de algCrn suello, de al-gun hombre o de alguna mujer. Todos somos esclavos de

    Me alej del campamento de los per-seguidores y retom el sendero de ca-bra que llevaba al sitio donde dejara mi carro. Sentrzumbldo de abejas alrede-

    dor mro.

  • Por qui! hablas asi'? No creo que Sonqu Intente nada contra voso-tros ... S61o de

    sea que la joven

    ID s. Me tope con una partida de cinco guerreros encabezados por un tal Sonqar. a

    , Los dos jvenes se miraron y pude ver terror en los de el la y una llama rabiosa de coraje

    en los de l.

    1 nsult y voci !er y hasta me

    golpe. Me orde n que me casa ra con i..Yo ha- ~ ba ordo rumores de que codiciaba mi fortuna y com

    Fue providencial. Songar envt un asesino a mi

    ~rto esa noche. Thi s lo sorprendi y lo t6. Comprendimos e slo quedaba la tu.g~:

  • Ven. Subiremos a Thlnos al carro. Los caballos son fuertes y nos podrn ale jar un buen trecho antes

    No lo vuelvas a hacer nunca. No b

  • 292

    El sol perezoso y ardiente segura lamiendo las ro-cas y el sendero de polvo. Con un cuchillo, Ram cort mis ligadu-

    ras.

    T sabes cmo son las prome-sas de esta cla-se de gente, NiP-pur. Aire so-

    bre polvo. Todo te ofrecen cuan-do le necesitan. Luego te mezq ui narn hasta la ltima moneda de cobre. Prefer tomar solamen-te las joyas de Songar. Es tan-to como lo pro-metido.

  • . (!!.uW~~~liD 293 UN

    MIST O LAMA 0 '

    M RT I;LRW.!'U!I

    DIIUJOI DI LUCHO OUVIJIA

  • Qubellos son los dras cuan-do el desfile del sol se va alar-gando y su barca de oro demo-ra ms y ms sobre el e lelo y hace crecer flores y pastos y agota los 'rtoles bajo el pe-so de sus fru1Ds. los arroyos se ven limpios bajando a los llanos desde lejanas monta-nas que han sangrado su blanca sangre de nieve que luego correr cristalina entre piedras pulidas y he-lechos rumbo ala mar Inmen-

    sa.

    Sobre cabeza cruzaban las blancas saetas de plumas y tantos ,ebrios de sol y efluvios de aromas, volando locamente y cantando y piando sin cesar .

    (Mira esas flores ... Cada una de ellas es una obra de arte tal que no hay joyero ni artista hombre que sea capaz nl si-quiera de aproximar-se a "SU belleza .. 1

    ( Es que le haban matado los cam.inos ~ las guerras? Es que su sangre se habla Ido enfriando ante la falsedad de los hom-bres y la Inconstancia de las muleres?l

  • 11:n momento ... Ou ocurre aqu? Ou hay de exlra"o en el a.re? 1

    o o

    Aguard tenso como la e uerda de un arco. ~n el momenlll de atacarme, quien tuera mi ene migo tendrra que hacer un ruido dela

    lEn el

    o o

    armas , jinetes y carros ... Cincuenta al menos ... 1

  • 296 lD aferr de tos cabellos cuando pas6 junto a m. ..

    \

    .. y le mi rodilla en las costillas con tal fuena que las sentr retumbar como un

    lambot-

    Creste que era uno de los que exterminaron a tu gen-te? -sr ... Ellos tambin llegaron

    ;,:;..:..;..;..;;.;...;.._.c_ ___ ..Jcon carros, escudos y lanzas. Pi-dieron ganado y forraje. El an-

    ,_ __ .....,ciano de la aldea comenz a expli-carles que no podan darle nada sin correr el riesgo de pasar ha bre nosotros. Un hombre acaba-llo se adelant. Ln hombre muy hermoso de cabellos amarillos muy largos. Llevaba un buitre sobre el hombro. Sonrea. Yo

    que estaba oculto tras un ma-torra 1 creque serra un ~ uise matarte. Sabes? Mis

    tres hermanas fueron lleva-das con los invasores. Mis

    ahora dime quin eres y de dnde has salido. Me en tris tece descubrir que he golpea do a un nll'io aunque ese ni-l'io haya intentado sepa rme los hu esos de la espalda con

    Me inclin sobre ese cuerpo flaco y oob lado por el dolor y lo ende rec. Vi una carita gnscea y los dientes desnu-dos en la boca nim,in t

  • Yo me estaba arries-gando, pero.. me arriesgaba sabien-do con la clase de hombre con la que tena que tratar y cmo deba tratar la. Escup despec-tivamente al sue-

    lo ...

    Cuando Turmo se hubo afirma do con fuerza en el carro, s;a -cudlas riendas salvajemente y g rilando en el estilo de los aurigas helenos la nd mis caballos en una loca carrera por el camino de tierra.

    Detuve mi carro no muy e s de ellos y descendr. Turmo,ate-rrorizado, se peg a mis talones mientras yo avanzaba hacia los mercenarios. Ven/intentaremos algo contra esta caterva de perros de mala

    1 Vamos en direccin a los ase-

    sinos! Mi carro volaba y rebota-ba en los pozos y desnl~eles de la tiern lanzando piedras y polvo en nubes a nuestro paso. El viento atronaba en mis ordos y poda sentir el salvaje vl-go r de mis ca baltos lle-gar a mis manos a Ira -vs de las riendas como si stas fueran venas que nos unieran en un so lo

    ser.

    Eres t el jefe de esta tropa?

    Yo he hetho la pregunta, foras-tero. Cont{stam que no tengo m u-eh a paciencia .

  • Realmente parecra un dios, con su ~ hermosa cabellera //~ _, _ , . .&;:.. rubia, larga hasta 'tf ~~ la cintura y su ros Y fh tro perfec:1D, casi femenino en sus acc lo nes. Sobre su hombro, el b ul re, repugnante e

    Informe pa recra Java r en mr sus

    pupilas rojizas.

  • El ~campamento era un caos. No habra nada en l de orden militar ni cosa parecida. Se oran gritos de ebrios y maldiciones.

    pero recuerda que quien ingresa en mi tropa debe olvidar al mundo que deja a sus espaldas. Slo forman en mis filas aquellos que han si-do malditos por los dioses y xr los hom-bres. Solo se llcen-

    a los muertos.

    2911 Ahora encabezo esta horda con la cual me alquilo a los reyes durante las gue-rras y CA>n la cual saqueo durante la paz. llevo fuego y lanzas en misma nos y mi sfmbolo es el buitre, el CA>medor de ca roe muerta.

    , ..,t:nlrlnt:mida en cualquiera de los fuegos, pero ten cuidado. En

    '

    lll ... r#A ... trflt; da campamento siempre de cadveres por rll\as.

  • El valle donde acamp do los mercenarios formaba una especie de tosa 1 imitada de un lado po r un precipicio y del otro por el cami-no. A los costados se alzaban rocosldades ~~~-;.~~

    escalar ~

    Haba uno, ebrio y maldiCiente a Qu1en mi cuchillo cort6 sus mald

    (Por all actua-r ... 1

    Haz lo que yo te digo y nada ms. Ves aquellos barriles en aquel cerro?

    s alaridos de los borrachos eran cada vez , ms ~tent reos y en alguna parte escuch el estrpito de espadas chocando. las hogueras chisporroteaban atestadas de lea vomitando lluvias de chispas rojas hacia lo alto. Un aire ttrico y loco y demonaco

    mento. Infierno ... Un in

    lleno de demonios y en que se odian y

    embargo estn obli-vivir uno junto al

    la muerte ... 1

  • Pude or con lusos murmu-llos de 110ees y luego silen CID. laS IIe nes eran pas toras y monta sa s acostumbra-das a moverse en silencio.

    Muy bien. Vayamos hacia el camino. He de-jado mi carro cerca de l. Debemos sacrlo junto con los caballo;s'---------1

  • Desenvainf mi espada pensando que en efec-to e~e hombre cuya negra silueta se recor-taba contra el luego no deba tour bebidas. Sus ebriedades proven-drran de otras fuentes. De las recnditas y pon zoozas fuentes de su esp(rilu carbonizado por el mal.

    Sonri6 diab61icamente y el fuego tenra de ro-jo sangrento sus ma-nos, su espada, sus dientes y sus ojos y el viento haca flamear sus cabellos de oro.

    fuego continuaba rugiendo y el buitre reYOioteaba locamente

    nosotros.

    Algo que puede rra lar o dar vida a cualquier cosa.

  • 1 \ 1

    303

    \\L----------------------------------------------------------------------J Cry6 de rodillas sobre el suelo y la espada se hundi hasta la em-punadura. Cemra ron cemente y sus ojos le giraban incridula mente en las rbitas.

    Me mir un instante y lodo su rostro hablaba de terror y sorpresa sin lfmites. Luec:p murmur:

    ..JI,, (( rjil'\. '~\

    Entonces m ir~ otra vez el cuerpo de La-ro y sentr un escalotrro al ver sus ma-nos ... Sus manos que instantes antes eran fuertes y jvenes ... -Se estn arrugando, sei'lor ... Como si enveecie-

    ran ...

    Cuando ya leas ormos el trueno y el aire se llen de olor a tormenta. El viento comenz6 a soplar con fuerza, helado. Me di vuelta hacia el valle. Todo estaba oscuro y slo los re lmpagos iluminaban con su luz el escenario. -~

    Y yo, hombre que me es-cuchas, yo, Nlppur de La-gash,comprend( que a pe-sar de no haberme asoma-do al terrible ralsterio igual mente habra perdido el sueno de muchas no-

    ches.

  • ----

  • Esta edicin esta compuesta por las siguientes novelas puhlicadas con anterioridad en la revista D'artagnan:

    "' Historia para Lagash . ......... . . . ... ... .. .. ... . .... . ... . (D'artagnan 151)....... . .. 7 Nofretamon . .. .. ... .................................... (D' artagnan 158) .......... 31 Las lanzas y la arena ................................... (D'artagnan 163) .......... 51 Minotauro . . . . . ....... ................... . ............... (D'artagnan 169) ........ 65 El mirlo vol primero .................... . .... .. ........ (D'artagnan 171) .. . .... . .. 79 La fugitiva de los hititas ... .. ..... . ... . ... . . . ... .. ... (D' artagnan 177) . . ..... . .. 90 La flecha sobre las hogueras ... .... . . .. .. ... .. ... . ..... (D' artagnan 182) . ... . .... 104 El Viejo ...... . . ........................... . . . .. . ....... (D' artagnan 184) . .... . . . 116 El hombre que vino de Akad .. . ............. ............. (D' artagnan 189) . ... . ..... 128 En r..a.rth,al ataroecer ... . .. .. ...... . ... .. ........ . ... .. . (D' artagnan 190) ......... . 140 La doncella de la tierra de 'Merem ..... . ......... .... . . . (D' artagnan 195) .......... 151 Mi nombre ent re los brbaros .... ... . ....... . .. ...... . . (D' artagnan 196) .......... 161 Un ro llamado L6nemer .............. ...... .... .... . .. .... (D' artagnan 203) .. .. . . .. .. 171 1 Bajo un ciel o de estrellas y pastores .... . .......... ... (D' artagnan 204) . . .. .... . 183 Hacia el mar .. .. .. . . . .. .. .. ... .. ... .. . . .... .. .. . .. . , ... . (D' artagnan 205) . , . . . .. .. 194 La furia de l os dioses . .. . ......... ... ...... . .......... (D' artagnan 210) . .. ... . . 205 Leyenda del rey que muere ...... .. .. .... .. .. .. .. ... .. .... (D' artagnan 211) ... . .. .... 216 El Cuervo .... .. . ... . .... ...... . ..... . ... ...... .... .. .... (D'artagnan 214) ....... . . 227 Un da en que yo era feliz .. .... ... .. . .... . .. . -.. .. .... .. (D'artagnan 216) ...... .. .. 239 La justicia de Janipo .. ............... .. ................ (D'artagnan 220) .......... 250 El carro de estrellas ....... . ..... . . .... .. .. .. . .. ....... (D' artagnan 221) . ... . . _. . . 261 El enviado . .. . ...... . .. .. .... . . .. .. .. ... .. . ... . .. (D'artagnan 224) ....... . . 272 Ram ,el a::quer o ..... ........ . ... . . . . ... . .... .. .. . . .. (D'artagnan 225) . . ..... . . 283 ' Un misterio llamado muert e .. . . . . . .. . . . .. . .. . . .. (D' artagnan 229) . . ... .... . 293

  • \

    . ..

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    ESTE LIBRO SE TERMINO DE TIMPRIMIR EN A.G.G,S. INDUSTRIAS GRAFICAS S.A. RIO DE JANEIRO BRASIL PRINTED IN BRAZIL ABRIL de 1981

  • l ~PPURoo~ ~~ ~YYDI~i~ Y MSi~Yiosb ~~YSO~DI;~ ~1 ~~ l01s M.if DIV~~i~YDIS y ~~~~o ~~ io~DIS ID~s r~y~~~DIS'. P~YO os s~s