NIÑOS La ayuda del Padre Celestial NOTAS D - lds.org · ebido a que el Padre Celestial nos ama,...

1
6 La ayuda del Padre Celestial D ebido a que el Padre Celestial nos ama, nos ha dado muchas herramientas, o dones, para ayudarnos. A continuación, une cada don con la imagen que le corresponda. ¿Cómo puedes usar estos dones para bendecir tu vida y la de otras personas? El amor por los demás La oración Los apóstoles y profetas Las Escrituras El poder del sacerdocio NIÑOS Te quiero

Transcript of NIÑOS La ayuda del Padre Celestial NOTAS D - lds.org · ebido a que el Padre Celestial nos ama,...

Page 1: NIÑOS La ayuda del Padre Celestial NOTAS D - lds.org · ebido a que el Padre Celestial nos ama, nos ha dado muchas herramientas, o dones, para ayudarnos. A continuación, une cada

6 L i a h o n a

La ayuda del Padre Celestial

Debido a que el Padre Celestial nos ama, nos ha dado muchas herramientas, o dones, para ayudarnos.

A continuación, une cada don con la imagen que le corresponda. ¿Cómo puedes usar estos dones para bendecir tu vida y la de otras personas?

El amor por los demás

La oración

Los apóstoles y profetas

Las Escrituras

hijos afronten dificultades, sabiendo que quizás esa sea la mejor manera de que ellos aprendan.

Todos somos mentoresMientras que los padres terrenales hacen eso por sus

propios hijos, esa ayuda es algo que debemos ofrecer a todos los hijos de Dios, sin importar su edad, el lugar don-de vivan ni sus circunstancias. Recuerden: los hijos de Dios son nuestros hermanos y hermanas; todos pertenecemos a la misma familia eterna.

En ese sentido, todos debemos ser mentores, dispuestos a tender la mano y ayudarnos unos a otros para llegar a ser lo mejor que podamos. Dado que somos progenie de Dios, tenemos el potencial de llegar a ser como Él. Amar a Dios y a

nuestro prójimo, guardar los mandamientos de Dios y seguir el ejemplo de Cristo, son el sendero recto, estrecho y gozoso de regreso a la presencia de nuestros Padres Celestiales.

Si el Dios del universo se preocupa tanto por nosotros que Él mismo es nuestro Mentor, tal vez nosotros también podamos tender una mano de ayuda a nuestros seme-jantes, sin importar su color, su raza, sus circunstancias socioeconómicas, su idioma ni su religión. Procuremos ser mentores inspirados y bendigamos la vida de los demás, no solo la de nuestros hijos, sino también la de todos los hijos de Dios alrededor del mundo. ◼

NOTAS 1. Véanse Hechos 13:52; Filipenses 2:12. 2. Moisés 1:39.

El poder del sacerdocio

ILUST

RACI

ONE

S PO

R LA

URA

ZARR

IN.

NIÑOS

Te

quie

ro