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TESTAMENTO DE LA SARDINA.hil vosotras, de Murcia hab it adores

que ostentai.s con o rgul lo, por divisa, b r indar de vuestro ingénio los primores al Dios d é l a Locura y de la Risa; los que de a l g u n a fiesta á los rumores s iempre acudís en la ocasión precisa, y más cuando es el goce t an sencillo que afecta al corazón y no al bolsillo;

Los que con tiesos y anchos zaragüe l l e s , ju b ó n y m a nt a de morisca t raza, sois abogados sin saber de leyes y el l egón manejái s y la picaza; los que dejais las bu r ra s y los buey es por sufr i r t an ta b roma con cachaza, y escucháis sin chistar las asnerías que dicen las soflam as de estos dias;. Los que viniendo de lejar a t ierra pisáis la a l eg re mar gen del Se gu ra á celebrar el t érmino á la g u e r r a con los goces que Murcia os a segura , y á todo el oro que la bolsa encierra le dais aqu í ga lan te sepul tu ra ; á cuantos oyen la pa la b ra m ía sa lud el ¡ábio de un n o ta rio envía

Sabed; que ayer , después de anochecido, cediendo al duro mal y á sus pesares, en su a u g u s t o palacio ha fallecido la vi rgen mas salada de los mares.

Hizo su testamento y, concluido, ma ndóme leerlo en públicos lug ares .

Prestad, pues, a tención por un momento, Dice así el impor tan te documento ;

tEn nombre del g ra n Neptuno

dios de la región ma r in a , de quien soy, yo, la Sa rd ina , vasallo fiel cual n i n g u n o ;

Ha l l ándome tr is te y sola y por el ma l que rae m a ta p róx ima á est irar la pata que es en nosot ras la cola;

Con el sentido cabal como cump le á buen crist iano, doy en el suelo murc iano mi disposición final.

Yo dejé mis pátrios mares presa de at roz ca len tura , buscando j u n t o al S e g u r a un a t r é g u a á mis pesares.

Y t ambién con el intento de ver si h a l l a ba en la t ierra menos t r as to rnos y g u e r r a que en el l íquido elemento.

Vanos mis sueños h a n sido. Desde uno en otro Doctor, yo fui de mal en peor ha s ta á manos de Garr ido.

Tontos, mas que Pepe U nes, no me sup ieron cura r , y creo que, como en el mar, son los médicos a t u ne s .

Kn cuan to á la variación que esperaba cons egu i r

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ha s ido lo mismo que ir de Málaga á Malagon,

Pues es cosa de donáire que solo el demonio f r a g u a ver que se en cu en t r a en el áire cuan to dejé bajo el a g u a .

Aquí en ab u nda nc ia t a n ta que á un g r a n consumo se ajusta, hay cada m u jo l que asus ta , h a j cada m elva que espanta.

Aquí , s e g ú n rae lo explico, sin que la razón fo mande , sucede que el pez mas g r a n d e t a mbién se t r aga al mas chico.

Aquí como al lá en los mares , con matizados reflejos, hay políticos cangrejos h ay pu lp os , hay ca lam ares ,

Y en pasmosa confusión ricas d o ra d a s, m orenas, y jug u e t o n as siren as que incitan á perdición.

De todo vengo á sacar en lógica consecuencia, que es de muer te mi dolencia y en fin, que Murcia es .. la m a r.

Por todas estas razones resuelvo morirme presto, y a que la suer t e ha dispuesto da rme t an tas desazones.

Cedo t r anqu i l a al destino que impele á toda mi raza de estar en prensa en la p laza siendo un es t ímulo al vino;

- 4 —Y con a l ma bien en te ra ,

an te un notario y t est igos, hag o así, por mis amigos, mi disposición postrera.

Dejo por esta seüal pa ra cuando yo no viva á la j u n t a direct iva albacea ge ne ra l .

Galante rae recibió con ca b a l g a t a lucida cuando t r is t e y dolor ida pisar su t ier ra rae vió.

En médicos y en botica l leva gas tado u n caudal : pero ¡ay de mí! que, al final, bien su conduc ta se explica;

Porque, t e ngo pa ra mí,(Dios me perdone si miento) que cediendo al pensamiento y al popu la r frenesí,

Disfraza m a l su desden y t r a t a con g ra n f inura no t anto de hace r mi cura , como de en te r ra rm e bien;

Y por m u y diversos modos h a de en tender el mas lerdo que es mi m u er te la del cerdo que se hace á gu s to de todos.

Pues eso quieren, yo dejo lo que de mi hacienda bas te pa ra que en pomp a se gas te - de mi funeral cortejo.

Es t ambién mi afan p ro fundo que á acom pa ñar me , cuán t o antes.

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ma nden sus representantes las cuat ro par t es del mundo.

Y Lil l iput sus enanos, sus patos, charcas y fuentes, y el al to Olimpo sus gen tes con sus t renes mas galanos .

A Vulcano, no mandar le e quela , que, con su f r ag u a , este año ha sido hombre al a g u a y es preciso dispensarle.

Vendrán ninfas vaporosas envuel tas en gasa y flores, y mil traviesos amores á flechar á las hermosas.

Plutüu el enamorado con su esposa Proserpina, que me g u s t a por lo fina, y porque es un buen bocado.

Con los marciale.^ arreos de otros t iempos y naciones cien vistosos escuadrones luc irán sus escarceos

Y músicas , luces, flores, locura, delirio ardiente ,y una mul t i tud hirviente can tando á Murcia loores,

Serán de mi cal idad p rueba g r a n d e y manifiesta, y, mi entierro, a l eg re fiesta pa ra esta noble ciudad.

Poniendo muchos pasquines , y aba ra tando los trenes, cubr i rán calleá y andenes gen tes de todos confines;

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Y gra to á mi corazón se rá saber que mi muer te en un potosí convier teá esta he rmosa población.

Dado el lucido paseo por mi hues te en g a l a n a d a , ser en eíigie q u em ad a es mi vehe me nte deseo.

Y mis cenizas g u ard ar ; pues, del m u n d o para pasmo, al calor del en tus iasmo, volveré á resuci tar .

Del sobran te de estos gas tos yo, que, de amor con exceso, por Múrcia y a me intereso, y pa ra honor de mis fastos,

Mando á cuan to abajo digo las convenientes par t idas , que á ser bien d is tr ibuidas á mi sucesor obligo.

Lego un fuer t e capi tal que se da rá al municipio pa ra que, en breve, principio se dé á u n a obra colosal;

Pues solo mi l lanto e n j ug a pensar que el Ayuntamien to alzará así el mo n u me nt o que Múrcia debe a Be lluga.

Item: para que un paseo se corrija como es jus to por las l eyes del buen gusto; que ahora se en cu en l r a m u y feo.

Item mas: de mi g ab e t a l ego una b u e n a pens ión

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al que enderece u n balcón que hay en la casa de E lg u e t a

Mas qu ien á hacerlo se l ance, b ag a que se le convide; que á poco que se descuide, puede su fr i r un percance .

De mi cuerpo. . . ¡ah! por mis ojos l á g r i m as siento ardorosas .Pa ra u nas mandas piadosas han de servir los despojos.

Lego en p ru eba de amis tad mi cabeza em ba l s am ad a á la s u n tu os a mo rada palacio de la ciudad,

Par a que, por mas bel leza, á siete cópias m u y monas ciña las siete coronas de su escudo de nobleza.

Itera: mis escamas todas, por si no t ienen bas tan tes , á t antos pollos tun an te s enemigos de las bodas.

Mi carne, á un marido ahi to de t e rn u ra empa lagosa; pues es cosa prodigiosa para abr i r el apet i to.

Mi sal , á nadie la mando; pues mi (Ion despreciar í an las murc ianas , que la cr i an y la de r ram an andando.

Y aquí , de un consejo sábio pido á cua lq u ie ra el servicio; que p a g a r un beneficio debo, y t ambién un agrav i o .

Como di y a has ta la caspa, sf'-lo me quedan dos cosas para estas déiidas premiosas: e! corazón, y’ la raspa.

K1corazón,es de ley prémie la ardiente l eal tad, toinariíio en esta c iudad e jemplo del Sábio Rey;

Para que en él mi amor vean cuantos, de mi g lo ri a amantes , l idiaron perseverantes porque ensalzada me vean

La raspa, dicho se queda para qué gen tes será; t r ág ue nse la entera ya, y que la arroje, quien pueda,.

Ya desfal lecer me miro .. ya siento á la horr ible muer te esperar que el cuerpo inerte lance su post rer suspiro

Puedo apenas respi rar .. mas mi úl t imo pensamiento quiero exhala r con mi al iento en un ¡viva! al espirar.

¡Viva la clá.sica broma!¡Viva Múrcia que se precia de em u l a r a.4 á Venecia, Nápoles, F lo rencia y Roma!

¡Viva su ge n te escogida! ¡Viva . la que le es ingra ta!Y basta el dolor que me ma ta porque dá á Múrcia la vida.

Eicardo Sanchez Madrigal.