[NACIONAL-2 - 12] EL TIEMPO/PUBLICIDAD/PAGINAS … · 2013-03-14 · con el cerebro,delaeditorial...

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12 www.eltiempo.com - DOMINGO 2 DE DICIEMBRE DE 2012 - EL TIEMPO debes hacer salud 22 CURIOSIDAD Como a Pinocho, nariz delata a los mentirosos HALLAZGO ‘El autismo y la calidad del aire tienen relación’ Ese es el porcentaje de los colombianos entre los 18 y los 69 años que presentan cifras de presión arterial elevadas, según el Ministerio de Salud. Uno de los factores –agrega– es el alto consumo de sal. POR CIENTO EL AUTOR Francisco Javier Cudeiro. Archivo ESTUDIO Cigarrillo produciría deterioro cognitivo Tengo un cerebro femeni- no y me siento a gusto con él. Para nada quiero que se pa- rezca al de los señores, y no solo porque soy mujer, sino porque defiendo las diferen- cias que hay entre ellos y no- sotras. Me gusta mi cerebro, y par- ticularmente esas partes de su estructura que me permi- ten experimentar placer; lo bueno es que no es solo una, como ocurre con los varones. Aclaro: cuando hablo de “placer” no me refiero al que se produce ante un atardecer de verano, con pajaritos y to- do, sino al goce sexual, ese que se siente de verdad en to- do el cuerpo, así no haya paja- ritos en el entorno. Para que me entiendan: las mujeres podemos disfrutar el sexo de diferentes maneras, pero siempre con mucha in- tensidad gracias a que en nuestro cerebro hay una zo- na específicamente reserva- da para cada parte del cuerpo (erógenas, sí), que, al estimu- larla, nos pone a gozar. Por el contrario, a los machos todo les llega a un mismo sitio. Aclaro que esto no es in- vento mío, sino producto de sesudos estudios hechos en la Universidad de Rutgers (Estados Unidos). Al analizar con sofisticadas técnicas de imagen el cerebro de muje- res en todas las etapas de un polvo, los investigadores en- contraron que las primeras caricias encienden la corteza sensitiva y, si el asunto sigue las señales, viajan al territo- rio de las emociones, el com- portamiento y la memoria del largo plazo en el área lím- bica. Si el juego continúa, en- tran en escena el cerebelo y la corteza frontal, responsa- bles de que no paremos de movernos, que prometamos hasta ser codeudores y que ya no importa que los niños o los vecinos se despierten. Ahí ya no hay nada de razón, solo placer. En ese punto, to- do el cerebro se solidariza y nos deja sentir el mayor pla- cer del mundo en forma de or- gasmo, mientras automática- mente desconecta su hemisfe- rio izquierdo, para que la lógi- ca y la razón que habitan allí no entorpezcan esa delicia. Sí, tengo un cerebro femeni- no y me siento a gusto con él, tanto que creo que muchos se- ñores estarían dispuestos a reivindicar sus derechos de igualdad solo para poder ter- minar sus polvos como las mujeres, es decir, con verda- deros terremotos y no en sus calcados y simples orgasmos. ¡Que viva mi hemisferio dere- cho! Hasta luego. La contaminación y la calidad del aire tendrían relación con el autismo. Así lo revela un estudio del Instituto Keck School, de Los Ángeles. Los niños que nacieron en zonas más contaminadas tenían tres veces más riesgo, según el médico Heather Volk. Los restaurantes a ciegas consisten en un juego con los sentidos. Francisco Javier Cudeiro Cuando una persona miente, la temperatura de la punta de su nariz aumenta o disminuye y lo pone en evidencia. Así lo determinaron científicos españoles que bautizaron el hallazgo ‘el efecto Pinocho’. Agregan que la mentira se ve en la mirada, como se pensaba. Un estudio del Kings College del Reino Unido entre 9.000 personas concluyó que el consumo de tabaco daña la memoria, el aprendizaje y la capacidad de razonamiento. Alex Dregan, uno de sus autores, dijo que aumenta el riesgo de demencia. Zulma Sierra Para EL TIEMPO ¿Por qué, aunque estemos llenos, abrimos un huequito para el postre? ¿Por qué no po- demos parar frente a las comi- das rápidas? Estas preguntas cotidianas tienen respuesta en el cerebro, y para explicar- las de una manera didáctica, el neurólogo español Francis- co Javier Cudeiro Mazaira ha publicado el libro Paladear con el cerebro, de la editorial Los Libros de la Catarata. Amante de la buena mesa y apasionado por las neuronas, al doctor Cudeiro se lo consi- dera precursor de lo que se co- noce como neurogastrono- mía. Sus explicaciones sim- ples sobre temas complejos abarrotan auditorios. Se dice que la comida entra por los ojos. ¿Qué base científica tiene esta afirmación? Es una afirmación muy co- rrecta. Cuando nos ponen un plato delante, tenemos una primera impresión de lo que va a venir y al cerebro le gus- ta predecir lo que ocurrirá. A través de esa información vi- sual, el cerebro tiene un po- der predictivo que luego se puede alterar o no. Aparte de esto, se sabe que hay zonas de la corteza cerebral donde se integran varios tipos de infor- mación sensorial. Con el gus- to se integra el olfato y con el gusto y el olfato, la visión. Es decir, el funcionamiento de las neuronas que operan para el gusto está influenciado por lo que se ve. ¿Y qué opina de los restaurantes a ciegas? ¿Hay satisfacción comiendo así? Este tipo de experiencias consisten en un juego con los sentidos. Las personas que po- demos ver somos muy vulne- rables y limitadas cuando nos privan de la visión: solo nos queda la predicción de lo que comeremos a través del olfato o el gusto, y esto cambia la di- mensión del proceso percepti- vo. Hay experimentos muy cu- riosos, como el de dar de co- mer una carne muy sabrosa a un grupo de personas, pero sin que la puedan ver. Cuan- do se enciende la luz, se dan cuenta de que la carne es ver- de o azul, porque fue teñida. Muchos tienen náuseas por- que el cerebro predice que, por ese color, puede que la co- mida esté en mal estado. Mientras dormimos no tenemos hambre, pero si soñamos con comida, ¿se nos despierta el hambre? Sería un desastre tener que levantarnos cada tres horas para comer. Por eso existen mecanismos que hacen que la sensación de hambre durante el sueño quede muy mitigada o desaparezca. Uno de ellos es el equilibrio entre la secre- ción de leptina y ghrelina. La primera proporciona una se- ñal de saciedad y la segunda promociona la ingesta de ali- mento. Mientras dormimos, los niveles de la primera au- mentan, mientras que los de la segunda no. El resultado es descansar sin hambre. Pero ¿qué ocurre si uno sueña que está comiendo? No lo sé, pero podría despertarse con ham- bre, como muchas veces uno despierta aterrorizado tras una pesadilla. Está de moda el uso de nitrógeno líquido… ¿Estos cambios en la cocción confunden al cerebro? En realidad lo estimulan, tal vez porque lo confunden. El cerebro está diseñado pa- ra predecir el futuro. Es de- cir, en forma automática se anticipa. Cuando uno coge la llave de su casa y la mete en la cerradura está prediciendo una trayectoria muy compli- cada para un computador, pe- ro el cerebro lo hace fácilmen- te. Si en un plato te ponen al- go que crees conocer, pero al probarlo es distinto y sorpren- dente, el cerebro se sorprende también. Es una forma de esti- mularlo y de convertir la gas- tronomía en algo divertido. ¿Por qué seguimos comiendo cuando estamos saciados? El cerebro nos avisa que es- tamos saciados, pero con la evolución nos hemos vuelto primates glotones: comemos más de lo que necesitamos porque encontramos satisfac- ción. Se compara con una adicción a las drogas. Los cir- cuitos de placer se activan y seguimos comiendo como una adicción. ¿El placer de comer se puede comparar con el sexo? Son los mismos circuitos. No podría decir si un orgas- mo puede ser lo mismo que una gran satisfacción por co- mer cierta comida, pero los circuitos cerebrales que se re- lacionan para marcar el pla- cer y la recompensa (lo que nos hace repetir un acto por- que nos ha resultado placente- ro) son los mismos. ¿Por qué siempre tenemos lugar para el postre? Determinadas células ner- viosas, ubicadas en la corteza órbito-frontal, la que está enci- ma de los ojos, marcan un componente de saciedad para cada alimento. Entonces, si hemos comido mucho, estas neuronas disminuyen su acti- vidad y le dicen al cerebro que estamos saciados. Pero si ofrecemos algo distinto, como el postre, estas neuronas vuel- ven a funcionar. Es como si le dijéramos al cerebro: tene- mos el estómago bastante lleno, pero hay una cosa nueva que nos inte- resa probar. Archivo / EL TIEMPO ¡Que viva el placentero hemisferio derecho femenino! Las ventas del libro ‘Paladear con el cerebro’, del doctor Francisco Javier Cudeiro, han superado las expectativas de ventas de la editorial Los Libros de la Catarata. Tanto es así que ya se anuncia una segunda edición y el escritor ha sido invitado a dar una conferencia en Madrid Fusión 2013, la feria gastronómica más importante de España. Esther Balac Para EL TIEMPO La Alianza Europea Dana para el Cerebro (Edab, por sus iniciales en inglés) es una organización compuesta por los 212 mejores científicos del mundo dedicados al estudio del cerebro, incluidos cinco premios Nobel. El neurólogo Francisco Javier Cudeiro es uno de sus miembros; además, preside la Sociedad Española de Ciencias Fisiológicas y coordina el área de enfermedades neurológicas del Instituto Biomédico de La Coruña y el laboratorio de Neurociencia y Control Motor (NEUROcom). BREVES Científico reconocido Un libro del neurólogo español Francisco Javier Cudeiro indaga la relación entre lo que comemos y el cerebro. “Existen mecanismos que hacen que la sensación de hambre durante el sueño prácticamente desaparezca”. EDITORIAL ANUNCIA DESDE YA SEGUNDA EDICIÓN NEURÓLOGO ‘Nos hemos vuelto primates glotones’ Comemos más de lo que necesitamos porque encontramos satisfacción. Sexo con Esther El placer de comer activa los mismos circuitos en el cerebro que los que produce un orgasmo.

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12 www.eltiempo.com - DOMINGO 2 DE DICIEMBRE DE 2012 - EL TIEMPO

debes hacer salud

22

CURIOSIDAD

Como a Pinocho, narizdelata a los mentirosos

HALLAZGO

‘El autismo y la calidaddel aire tienen relación’

Ese es el porcentaje de loscolombianos entre los 18 y los69 años que presentan cifrasde presión arterial elevadas,según el Ministerio de Salud.Uno de los factores –agrega–es el alto consumo de sal.

POR CIENTO

EL AUTOR

Francisco Javier Cudeiro.

Archivo

ESTUDIO

Cigarrillo produciríadeterioro cognitivo

Tengo un cerebro femeni-no y me siento a gusto con él.Para nada quiero que se pa-rezca al de los señores, y nosolo porque soy mujer, sinoporque defiendo las diferen-cias que hay entre ellos y no-sotras.

Me gusta mi cerebro, y par-

ticularmente esas partes desu estructura que me permi-ten experimentar placer; lobueno es que no es solo una,como ocurre con los varones.

Aclaro: cuando hablo de“placer” no me refiero al quese produce ante un atardecerde verano, con pajaritos y to-do, sino al goce sexual, eseque se siente de verdad en to-do el cuerpo, así no haya paja-ritos en el entorno.

Para que me entiendan: lasmujeres podemos disfrutar elsexo de diferentes maneras,pero siempre con mucha in-tensidad gracias a que en

nuestro cerebro hay una zo-na específicamente reserva-da para cada parte del cuerpo(erógenas, sí), que, al estimu-larla, nos pone a gozar. Por elcontrario, a los machos todoles llega a un mismo sitio.

Aclaro que esto no es in-vento mío, sino producto desesudos estudios hechos enla Universidad de Rutgers(Estados Unidos). Al analizarcon sofisticadas técnicas deimagen el cerebro de muje-res en todas las etapas de unpolvo, los investigadores en-contraron que las primerascaricias encienden la corteza

sensitiva y, si el asunto siguelas señales, viajan al territo-rio de las emociones, el com-portamiento y la memoriadel largo plazo en el área lím-bica.

Si el juego continúa, en-tran en escena el cerebelo yla corteza frontal, responsa-bles de que no paremos demovernos, que prometamoshasta ser codeudores y queya no importa que los niños olos vecinos se despierten.Ahí ya no hay nada de razón,solo placer. En ese punto, to-do el cerebro se solidariza ynos deja sentir el mayor pla-

cer del mundo en forma de or-gasmo, mientras automática-mente desconecta su hemisfe-rio izquierdo, para que la lógi-ca y la razón que habitan allíno entorpezcan esa delicia.

Sí, tengo un cerebro femeni-no y me siento a gusto con él,tanto que creo que muchos se-ñores estarían dispuestos areivindicar sus derechos deigualdad solo para poder ter-minar sus polvos como lasmujeres, es decir, con verda-deros terremotos y no en suscalcados y simples orgasmos.¡Que viva mi hemisferio dere-cho! Hasta luego.

La contaminación y lacalidad del aire tendríanrelación con el autismo. Asílo revela un estudio delInstituto Keck School, deLos Ángeles. Los niños quenacieron en zonas máscontaminadas tenían tresveces más riesgo, según elmédico Heather Volk.

Los restaurantesa ciegasconsisten en unjuego con lossentidos.

Francisco Javier Cudeiro

Cuando una persona miente,la temperatura de la puntade su nariz aumenta odisminuye y lo pone enevidencia. Así lodeterminaron científicosespañoles que bautizaron elhallazgo ‘el efecto Pinocho’.Agregan que la mentira se veen la mirada, como sepensaba.

Un estudio del Kings Collegedel Reino Unido entre 9.000personas concluyó que elconsumo de tabaco daña lamemoria, el aprendizaje y lacapacidad de razonamiento.Alex Dregan, uno de susautores, dijo que aumenta elriesgo de demencia.

Zulma SierraPara EL TIEMPO

¿Por qué, aunque estemosllenos, abrimos un huequitopara el postre? ¿Por qué no po-demos parar frente a las comi-das rápidas? Estas preguntascotidianas tienen respuestaen el cerebro, y para explicar-las de una manera didáctica,el neurólogo español Francis-co Javier Cudeiro Mazaira hapublicado el libro Paladearcon el cerebro, de la editorialLos Libros de la Catarata.

Amante de la buena mesa yapasionado por las neuronas,al doctor Cudeiro se lo consi-dera precursor de lo que se co-noce como neurogastrono-mía. Sus explicaciones sim-ples sobre temas complejosabarrotan auditorios.

Se dice que la comida entra porlos ojos. ¿Qué base científicatiene esta afirmación?

Es una afirmación muy co-rrecta. Cuando nos ponen unplato delante, tenemos unaprimera impresión de lo queva a venir y al cerebro le gus-ta predecir lo que ocurrirá. Através de esa información vi-sual, el cerebro tiene un po-der predictivo que luego sepuede alterar o no. Aparte deesto, se sabe que hay zonas dela corteza cerebral donde seintegran varios tipos de infor-mación sensorial. Con el gus-to se integra el olfato y con elgusto y el olfato, la visión. Esdecir, el funcionamiento delas neuronas que operan parael gusto está influenciado porlo que se ve.

¿Y qué opina de losrestaurantes a ciegas? ¿Haysatisfacción comiendo así?

Este tipo de experienciasconsisten en un juego con lossentidos. Las personas que po-demos ver somos muy vulne-rables y limitadas cuando nosprivan de la visión: solo nosqueda la predicción de lo quecomeremos a través del olfatoo el gusto, y esto cambia la di-mensión del proceso percepti-vo. Hay experimentos muy cu-riosos, como el de dar de co-mer una carne muy sabrosa aun grupo de personas, perosin que la puedan ver. Cuan-do se enciende la luz, se dancuenta de que la carne es ver-de o azul, porque fue teñida.Muchos tienen náuseas por-que el cerebro predice que,por ese color, puede que la co-mida esté en mal estado.

Mientras dormimos notenemos hambre, pero sisoñamos con comida, ¿se nosdespierta el hambre?

Sería un desastre tener quelevantarnos cada tres horaspara comer. Por eso existenmecanismos que hacen que lasensación de hambre duranteel sueño quede muy mitigadao desaparezca. Uno de ellos esel equilibrio entre la secre-ción de leptina y ghrelina. Laprimera proporciona una se-ñal de saciedad y la segundapromociona la ingesta de ali-mento. Mientras dormimos,los niveles de la primera au-mentan, mientras que los dela segunda no. El resultado esdescansar sin hambre. Pero¿qué ocurre si uno sueña queestá comiendo? No lo sé, peropodría despertarse con ham-bre, como muchas veces unodespierta aterrorizado trasuna pesadilla.

Está de moda el uso denitrógenolíquido…

¿Estos cambios en la cocciónconfunden al cerebro?

En realidad lo estimulan,tal vez porque lo confunden.El cerebro está diseñado pa-ra predecir el futuro. Es de-cir, en forma automática seanticipa. Cuando uno coge lallave de su casa y la mete en lacerradura está prediciendouna trayectoria muy compli-cada para un computador, pe-ro el cerebro lo hace fácilmen-te. Si en un plato te ponen al-go que crees conocer, pero alprobarlo es distinto y sorpren-dente, el cerebro se sorprendetambién. Es una forma de esti-mularlo y de convertir la gas-tronomía en algo divertido.

¿Por qué seguimos comiendocuando estamos saciados?

El cerebro nos avisa que es-tamos saciados, pero con laevolución nos hemos vueltoprimates glotones: comemosmás de lo que necesitamosporque encontramos satisfac-ción. Se compara con unaadicción a las drogas. Los cir-cuitos de placer se activan yseguimos comiendo comouna adicción.

¿El placer de comer se puedecomparar con el sexo?

Son los mismos circuitos.No podría decir si un orgas-mo puede ser lo mismo queuna gran satisfacción por co-mer cierta comida, pero loscircuitos cerebrales que se re-lacionan para marcar el pla-cer y la recompensa (lo quenos hace repetir un acto por-que nos ha resultado placente-ro) son los mismos.

¿Por qué siempre tenemoslugar para el postre?

Determinadas células ner-viosas, ubicadas en la cortezaórbito-frontal, la que está enci-ma de los ojos, marcan uncomponente de saciedad paracada alimento. Entonces, sihemos comido mucho, estasneuronas disminuyen su acti-vidad y le dicen al cerebroque estamos saciados. Pero siofrecemos algo distinto, comoel postre, estas neuronas vuel-ven a funcionar. Es como si ledijéramos al cerebro: tene-mos el estómago bastantelleno, pero hay una cosanueva que nos inte-resa probar.

Archivo / EL TIEMPO

¡Que viva el placentero hemisferio derecho femenino!

Las ventas dellibro ‘Paladearcon el cerebro’,del doctorFrancisco JavierCudeiro, hansuperado lasexpectativas deventas de la

editorial Los Librosde la Catarata. Tanto es asíque ya se anuncia una segundaedición y el escritor ha sidoinvitado a dar una conferenciaen Madrid Fusión 2013, la feriagastronómica más importantede España.

Esther BalacPara EL TIEMPO

La Alianza Europea Danapara el Cerebro (Edab, porsus iniciales en inglés) esuna organizacióncompuesta por los 212mejores científicos delmundo dedicados al estudiodel cerebro, incluidos cincopremios Nobel. El neurólogoFrancisco Javier Cudeiro esuno de sus miembros;además, preside laSociedad Española deCiencias Fisiológicas ycoordina el área deenfermedades neurológicas

del Instituto Biomédico deLa Coruña y el laboratoriode Neurociencia y ControlMotor (NEUROcom).

BREVES

Científico reconocido

Un libro del neurólogo español Francisco Javier Cudeiroindaga la relación entre lo que comemos y el cerebro.

“Existen mecanismos quehacen que la sensación dehambre durante el sueñoprácticamente desaparezca”.

EDITORIALANUNCIA DESDE YASEGUNDA EDICIÓN

NEURÓLOGO

‘Nos hemos vueltoprimates glotones’

Comemos másde lo que

necesitamosporque

encontramossatisfacción.

Sexocon Esther

El placer de comeractiva los mismoscircuitos enel cerebro quelos que produceun orgasmo.