MUSHKIL GUSHA

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THE STORY OF MOSHKEL GOSHA A Jungian Commentary by Llewellyn Vaughan-Lee 0

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THE STORY OF MOSHKEL GOSHA A Jungian Commentary

by Llewellyn Vaughan-Lee

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MUSHKIL GUSHA

INTRODUCCIÓN de Idries Shah en “Caravana de Sueños”

Cuando cierto número de personas se reúnen, y si estas

personas se armonizan de cierta manera, excluyendo a aquéllas que perturban la armonía, tenemos lo que llamamos un acontecimiento. Esto de ningún modo es lo que generalmente se entiende como acontecimiento en las culturas contemporáneas. Para esas culturas se denomina «acontecimiento» a algo que ocurre e impresiona a la gente por medio de impactos subjetivos. Es lo que algunos llaman un «acontecimiento inferior», ya que ocurre en el mundo inferior, el de las relaciones humanas fácilmente producidas, sintetizadas, conmemoradas.

El verdadero acontecimiento, del cual el acontecimiento inferior es una útil semejanza (ni más ni menos), es aquél que pertenece al dominio superior. No podemos interpretar adecuadamente un acontecimiento superior mediante una representación terrestre grandilocuente y conservar la exactitud. Algo de inmensa importancia en un dominio superior no se puede expresar por completo en términos de literatura, ciencia o drama, sin que pierda valor esencial. Sin embargo, ciertos relatos, siempre que contengan elementos del área del acontecimiento superior que puedan parecer absurdos, inverosímiles, improbables, o incluso defectuosos, pueden (junto con la presencia de ciertas personas) comunicar el acontecimiento superior al área apropiada de la mente.

¿Por qué es importante hacer esto? Porque la familiaridad con el «acontecimiento superior», como quiera que se produzca, capacita la mente del individuo para operar en el dominio superior.

El cuento de Mushkil Gusha es un ejemplo. La propia «ausencia de plenitud» en los acontecimientos, la «falta de nitidez» en el tema, la ausencia de ciertos factores que nos hemos acostumbrado a esperar en una historia, son en este caso indicaciones del paralelismo superior.

INTRODUCCIÓN de Llewellyn Vaughan-Lee en “Un Comentario Jungiano” La Historia de Moshkel Gosha también es una antigua historia Pérsa tan conocida en Persia como Cenicienta lo es en Europa, y tiene muchas versiones diferentes. La Historia de Moshkel Gosha también pertenece a la tradición Sufi. Tiene una asociación particular con Bahâ ad-dîn Naqshband (1318-1389), quién dio su nombre a la Orden SufiNaqshbandi. Esto involucra a una muy conocida historia sobre el nacimiento de Bahâ ad-dîn : Un maestro Sufi, Khwâja Babâ Samâsî, estaba atravesando un pueblo,mas tarde conocido como Arifan, cuando dijo a sus compañeros: "Esta tierra huele a héroe." Pasando de nuevo poco después dijo: "El olor es más fuerte, es seguro que el héroe ha nacido". De hecho, tres días antes Bahâ ad-dîn llegó al mundo. Un tiempo después, el abuelo del niño, según la costumbre de la época, puso un regalo sobre el corazón de Bahâ ad-dîn, y le pidió a Babâ Samâsî que lo bendijera. El Khwâja dijo: "Éste es el héroe de cuyo olor fuimos conscientes. Durante mucho tiempo el aroma extenderá a través del mundo y él se convertirá en el Moshkel Gosha de la gente de amor." 'Moshkel Gosha' significa en persa literalmente 'el quitador de obstáculos', y la historia trata sobre el permitir entrar en nuestras vidas la dimensión transpersonal, o espiritual, y así se produce un proceso de transformación. Sin embargo, esta historia sugiere que esta 'riqueza' que está dentro de nosotros no es tan fácil de reconocer, ni nosotros necesariamente sabemos cómo darle un uso apropiado. 'Moshkel Gosha' también trata sobre el peligro de la 'inflación', un peligro que siempre está presente al trabajar con lo transpersonal, especialmente si el individuo no tiene la humildad suficiente. Así 'Moshkel Gosha' es una historia que menciona algunos de los problemas más importantes que se relacionan con experimentar e integrar el potencial que el mundo interno tiene para ofrecernos. Es más, 'La Historia de Moshkel Gosha' no es sólo sobre lo que le pasa a un cortador-de-arbustos y a su hija, sino que es la historia de cualquiera que recibe ayuda desde el interior, bien a través de los sueños, meditación, o cualquier otra manera por la que lo transpersonal puede entrar en nuestras vidas. Una mujer, después de oír La Historia de Moshkel Gosha, quedó muy inquieta, pues sintió que ella realmente no entendió su mensaje. A la mañana siguiente mañana ella oyó una la voz que le decía que fuese a una pequeña capilla cercana. Al principio no escuchó la voz, pero después fue a la capilla, y encontró que estaba llena de una luz bermellón. Pensó, "Esta luz no puede ser para mí." En ese momento la luz desapareció, y entonces entendió La Historia de Moshkel Gosha. En esencia, Moshkel Gosha es la historia de nuestra propia e individual relación con el mundo interno. Y dado que estamos viviendo en un momento en el que hay una gran necesidad de comprender el poder curativo que hay dentro de nosotros, esta historia no debe ser olvidada, para que, en palabras de Moshkel Gosha, 'las personas que tengan verdadera necesidad podrán encontrar su camino.'

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LA HISTORIA DE MUSHKIL GUSHA

Érase una vez, a menos de mil millas de aquí, un pobre y viejo leñador, que era viudo y vivía con su pequeña hija. Solía ir todos los días a las montañas para cortar leña, la cual traía a casa y ataba en haces. Después de tomar el desayuno, caminaba hasta la ciudad más cercana, donde vendía su leña, y descansaba un rato antes de regresar a casa.

Un día, al volver a casa muy tarde, la niña le dijo: -Padre, algunas veces me gustaría tener mejor comida,

más cantidad y diferentes clases de cosas para comer. -Muy bien, hija mía -dijo el viejo-, mañana me

levantaré más temprano que de costumbre. Iré más lejos en las montañas, donde hay más leña, y traeré una mayor cantidad que la habitual. Llegaré a casa más temprano y así podré atar la leña más pronto, iré a la ciudad y la venderé de modo que tengamos más dinero, y de regreso te traeré toda clase de cosas deliciosas para comer.

A la mañana siguiente, el leñador se levantó antes del alba y se fue a las montañas. Trabajó duramente cortando leña y podándola, e hizo un enorme haz que acarreó sobre su espalda hasta la pequeña casa.

Cuando llegó a casa era aún muy temprano. Puso la carga de leña en el suelo y llamó a la puerta, diciendo:

-Hija, hija, abre la puerta, tengo hambre y sed y necesito comer antes de ir al mercado. Pero la puerta permaneció cerrada. El leñador estaba tan cansado que se acostó en el suelo y pronto se quedó dormido al lado de su haz de leña. La niña, habiendo olvidado por completo su conversación de la noche anterior, estaba profundamente dormida en la cama. Cuando el leñador se despertó unas horas más tarde, el sol estaba en lo alto. Golpeó de nuevo la puerta y dijo: -Hija, hija, date prisa. Debo comer algo e ir al mercado a vender la leña, pues es ya mucho más tarde que mi hora habitual de comenzar. Pero la niña, habiendo olvidado la conversación de la noche anterior, mientras tanto se había levantado, había limpiado la casa y había salido de paseo. Cerró la puerta, suponiendo en su olvido que su padre estaba aún en la ciudad.

De modo que el leñador pensó: -Es demasiado tarde para ir a la ciudad. Por lo tanto,

regresaré a las montañas y cortaré otro haz de leña, que traeré a casa, y mañana llevaré doble carga al mercado. El viejo leñador trabajó afanosamente todo el día en las montañas cortando leña y dando forma a las ramas. Ya era de noche cuando llegó a casa con la leña sobre los hombros.

Puso la carga en el suelo detrás de la casa, golpeó la puerta y dijo: -Hija, hija, abre la puerta, que estoy cansado y no he comido nada en todo el día. Tengo un doble haz de leña que espero llevar al mercado mañana. Esta noche tengo que dormir bien para estar fuerte mañana. Pero no hubo respuesta, pues la niña, al regresar a casa, se sintió con mucho sueño, se preparó la comida y se fue a la cama. Al principio estuvo preocupada por la ausencia de su padre, pero se tranquilizó al pensar que habría decidido pasar la noche en la ciudad.

LA HISTORIA DE MOSHKEL GOSHA Había una vez un Baba Kharkan, un cortador de

espinosos que vivía con su esposa e hija en una casa muy pequeña fuera del pueblo. Cada día él salía para cortar arbustos de espino para llevarlos al pueblo y venderlos como leña. Con los beneficios él compraba comida sencilla para su esposa e hija. Ellos siempre tenían suficiente para comer, y estaban agradecidos a Dios.

Sin embargo, llegó un día en que su hija se quejó de

que ella siempre se alimentaba con comida sencilla. Su hija preguntó "¿Por qué nosotros no podemos ser como algunos del pueblo y tener comidas diferentes para comer? " Tan insistentes eran su esposa e hija que el hombre pobre decidió intentarlo y agradarlas. Ese día él se introdujo más lejos en la tierra de los matorrales para encontrar más madera que la usual. Él cortó un gran número de arbustos y los acarreó, pero cuando volvió ya era bastante oscuro, y no había ninguna luz en su casa. Su esposa e hija pensaron que él estaba pasando la noche en el pueblo, y habían ido a dormir. Ellas tenían un sueño pesado y no se despertaron por sus golpes. Incapaz entrar en su propia casa, el cortador de espinos se tumbó afuera en el suelo, y, estaba tan cansado que pronto se durmió.

Pero el suelo era duro y frío, y con el primer rocío de

la mañana el cortador de espinos se despertó. De nuevo él golpeó en la puerta de su casa, y tampoco hubo ninguna respuesta. En ese momento él ya estaba helado y hambriento, pero decidió ir a trabajar muy temprano. Esta vez él fue más lejos aún, y encontró más madera que antes, pero habiendo ido tan lejos en la tierra de los matorrales, se hizo de nuevo tarde cuando volvió. Una vez más las dos mujeres se durmieron rápidamente, y no respondió a su llamada a la puerta. Su esposa e hija habían estado angustiadas por él, pero supusieron que se había encontrado a algunos amigos en el pueblo y se había quedado con ellos. Esto había pasado algunas veces antes, así que ellas habían comido su sencilla cena y se habían acostado.

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Una vez más, el leñador, al encontrarse con que no podía entrar en su casa, cansado, con hambre y sed, se acostó al lado de sus haces de leña y se quedó dormido. No pudo mantenerse despierto, a pesar de su temor por lo que pudiese haberle ocurrido a su hija.

El leñador, como tenía tanto frío y hambre y estaba tan cansado, se despertó muy temprano a la mañana siguiente, aun antes de que hubiese luz.

Se sentó y miró alrededor, pero no pudo ver nada. Enton-ces ocurrió un hecho extraño. El leñador creyó oír una voz que decía:

-¡Date prisa, rápido! Deja tu leña y ven hacia aquí. Si lo necesitas mucho y te conformas con lo suficiente, tendrás comida deliciosa.

El leñador se incorporó y caminó en dirección hacia donde procedía la voz. Anduvo y anduvo, pero no encontró nada. Entonces sintió más frío, hambre y cansancio que nunca, y además se había perdido. Había estado lleno de esperanza, pero esto no parecía haberle ayudado. Ahora se sentía triste, con ganas de llorar, pero se dio cuenta que llorar tampoco le ayudaría, de modo que se acostó y se durmió.

Poco después despertó nuevamente, hacía demasiado frío y tenía demasiada hambre para poder dormir. De modo que decidió contarse a sí mismo, como si fuese un cuento, todo lo que le había ocurrido desde que su hija le había dicho que deseaba diferentes clases de alimentos.

Cansado y aun más hambriento, el cortador de espinos se tumbó en el frío suelo. Justo cuando estaba durmiéndose él creyó oír una voz que dijo: "Despiértate, deja tu haz de arbustos y ven aquí. Si lo necesitas suficientemente y lo deseas poco, encontrarás una comida maravillosa".

Así pues el cortador de espinos se levantó, y siguió la dirección de la voz en la oscuridad. Pero no había nada allí, y tan oscura estaba la noche que comprendió que no podría encontrar su camino de regreso a su casa. No sólo estaba cansado y hambriento, sino que estaba perdido. Se tumbó en el suelo sintiéndose desdichado e intentó dormir. Pero él se sentía demasiado desdichado como para poder dormir. Así que él examinó todo lo que le había pasado desde que su hija había pedido algo más que su humilde dieta. Como si se contara una historia, él se relató los acontecimientos de los últimos dos días.

COMENTARIO jungiano de Llewellyn Vaughan-Lee 1. - LA HIJA DEL CORTADOR DE ESPINOS Y LAS NECESIDADES DEL ALMA La Historia de Moshkel Gosha es un cuento sobre un Baba Kharkan, un cortador de espinos, y su hija. Un

cortador de espinos es un equivalente Persa al leñador europeo que es una figura frecuente en los cuentos populares. Los dos representan a gente honrada, humilde que vive y trabaja en el mundo natural. En contraste con el ambiente civilizado de la ciudad, o el paisaje cultivado del granjero, el cortador de espinos trabaja en el campo de matorrales sin cultivar, un mundo que pertenece únicamente a las fuerzas de naturaleza. Así el cortador de espinos, viviendo y trabajando en una proximidad tan íntima al mundo natural, es más que probablemente que sea tocado por sus cualidades transformadoras.

El cortador de espinos vive fuera del pueblo con su esposa e hija. Él se ganaba la vida humildemente vendiendo su madera en la ciudad, y ellos siempre tenían suficiente para comer. Pero llegó un momento en el que su hija ya no estaba satisfecha con su dieta sencilla, y ella exigió clases diferentes de comida para comer. La hija del cortador de espinos puede leerse como su anima o figura del alma. Así su figura del alma exige ser nutrida de una manera diferente; la comida dada por las experiencias ordinarias de la vida del individuo no es, por más tiempo, suficiente.

La demanda del yo interior con respecto a una nueva forma de nutrición puede manifestarse en las vidas de las personas de muchas maneras diferentes. Puede aparecer como un descontento con el trabajo actual de uno o sus relaciones, un deseo de ser más creativo o incluso la necesidad de seguir un camino espiritual. Y las personas responden a esta llamada en modos muy variados. En esta historia, la respuesta del cortador de espinos es entrar más adentro en el campo de espinos y encontrar más madera, que él podrá vender entonces y así podrá comprarle a su hija lo que ella quiere. Y aún así, cuando él intenta hacer esto, encuentra la puerta de su casa cerrada con llave frente a él. Su esposa e hija están dormidas y no contestan a su llamada.

¿Por qué le pasa esto al trabajador cortador de espinos? ¿Qué está equivocado en su plan? Parecería que su respuesta a la demanda de su hija es muy racional, y posiblemente éste es el problema. Porque cuando el ser interno demanda más nutrición, ofrecer simplemente más de la misma forma de nutrición no es la respuesta. Esto es lo que el cortador de espinos hace, pero el ser interno pide una calidad diferente y no cantidad. Por ejemplo, si has trabajado duramente y acumulado riqueza material y entonces sientes un descontento interno, trabajar más duramente y acumular más no ayudarán; se requiere una calidad diferente de vida , posiblemente tiempo para ser reflexivo o artísticamente creativo. Así el cortador de espinos es cerrado con llave fuera, su respuesta no era la apropiada.

Es muy significativo que él golpee en la puerta tres veces antes de que los eventos empiecen a cambiar y encuentre a Moshkel Gosha. Hay una tradición esotérica que si usted golpea tres veces la puerta debe abrirse; si usted formula tres veces una pregunta, ésta debe contestarse. El ejemplo mejor conocido de esto está en el Katha Upanishad cuando el muchacho Nachiketas se encuentra con el Espíritu de la Muerte y tres veces pide que se le diga la verdad sobre la muerte antes de que a él se le conteste. El cortador de espinos golpea tres veces, y aún lo que se abre a él no es la puerta de su propia casa, sino el camino a otro mundo.

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Primero, el cortador de espinos oye una voz que dice: "¡Despiérta, despiérta! Deja tu atado de arbustos y ven por aquí. Si lo necesitas bastante y lo deseas poco, encontrarás una comida maravillosa". El primer paso para el cortador de espinos es dejar su madera que representa su propio acercamiento condicionado para sustentar y nutrirse él y su hija. Antes de que cualquiera pueda entrar en el mundo interno y pueda darle una forma diferente de nutrición, tanto si es en un sentido psicológico o espiritual, uno debe dejar atrás su acercamiento condicionado, los valores del mundo físico. Pero la segunda mitad de la declaración de la voz, comparando la necesidad y el deseo, también es muy profunda. Porque en el proceso de transformación interna la discriminación entre 'necesidad' y 'deseo' es de suma importancia. 'Necesidad' es lo que es necesario para el ser humano. Puede referirse a la necesidad física de comida, vestido, refugio, etc.; o puede ser una necesidad interna, de amor, seguridad, comprensión, etc. También puede ser una necesidad del alma, de creatividad o nutrición espiritual. Sin embargo, 'deseo' siempre se refiere a los deseos del ego que no necesitan ser cumplidos. De hecho, los deseos del ego ensordecen a menudo a un individuo a la llamada de sus verdaderas necesidades, sobre todo cuando éstas son necesidades del alma que pueden llevarlo más allá de los dominios del ego.

Pero la voz no sólo diferencia entre 'necesidad' y 'deseo', también dice que la 'necesidad' debe ser 'suficiente'. la necesidad interna de Uno, la necesidad del alma, sólo se contesta si es suficientemente grande, para entonces el ser humano invoca de tal manera que la llamada debe contestarse: siendo respondido esencialmente por el Sí Mismo más alto. Éste es el valor de la desesperación, porque cuando uno alcanza un punto de desesperación total entonces uno invoca desde una gran necesidad, y una llamada tal siempre es contestada. Pero aquí está la importancia de la segunda condición de la voz, de 'desearlo bastante poco'. Porque aun cuando la respuesta siempre está allí, una vez más las demandas del ego pueden ser tan fuertes que uno no la oiga.

Esta diferenciación entre la necesidad y el deseo también tiene una dimensión espiritual específica en la que puede verse la necesidad del alma como la taza vacía esperando, anhelando de verdad ser llenada; y aún a pesar de que la necesidad deba ser grande el discípulo no debe 'desear' nada, porque la taza siempre es llenada a través de la gracia de Dios en quien el discípulo debe poner su confianza total. 'Desear' algo es condicionar o definir la respuesta, y ¿Cómo puede el buscador definir la contestación de Dios? De hecho, ¿Cómo el ego puede saber bien la necesidad del alma o bien cómo Dios podría responder? Querer algo es cubrir la taza para que no haya ningún lugar para el vino del Amado. Así la actitud correcta, según el santo Sufi en "La Hija del Fuego", de Irina Tweedie, es esta del devoto:

"Si usted le pregunta lo que él desea al devoto, él contestará: ¡nada! " Al principio, el cortador de espinos 'siguió la dirección de la voz en la oscuridad. Pero no había nada allí... ' Y

ahora, no sólo estaba cansado y hambriento, sino que él estaba 'perdido'. Muy a menudo, antes de que uno pueda encontrar, o se muestre, una nueva dirección, uno tiene que estar totalmente perdido. Entonces, tumbado en el suelo, incapaz de dormir, el cortador de espinos se contó a sí mismo la historia de 'todo lo que le había pasado a él desde que su hija le había pedido algo más que su dieta sencilla', y estando contando esta historia es cuando él es finalmente respondido. El conjunto de la historia de Moshkel Gosha trata sobre la importancia de contar una historia, y que las ayudas vienen cuando uno ha contado su propia historia. ¿Por qué es esto así? Probablemente sólo al final del cuento de Moshkel Gosha llegue esto a ser puesto claro, pero una respuesta podría ser que constándose la propia historia alguna cosa se haga consciente, y haciéndolo así un espacio se crea entre la historia y uno mismo, y dentro de ese espacio la ayuda puede llegar. Éste es el valor de compartir los problemas o dificultades de uno, uno los saca de sí mismo, y los hace más fáciles de entender o aparece una nueva visión.

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Tan pronto como hubo finalizado su historia, creyó oír otra voz en algún lugar por encima de él, como surgiendo del amanecer, que decía:

-Viejo hombre, ¿qué estás haciendo ahí sentado? -Estoy contándome mi propia historia -respondió. -¿Cuál es? -dijo la voz. El viejo leñador repitió su historia. -Muy bien -dijo la voz. A continuación, la voz le dijo

que cerrase los ojos y subiese un escalón. -Pero yo no veo ningún escalón -dijo el viejo. -No importa, pero haz lo que te indico -dijo la voz. El viejo hizo lo que se le indicaba. Tan pronto hubo

cerrado los ojos, descubrió que estaba erguido, y al levantar su pie derecho sintió que había algo así como un peldaño bajo él. Comenzó a ascender lo que parecía ser una escalera. De repente, los escalones empezaron a moverse muy rápidamente, y la voz dijo:

-No abras tus ojos hasta que te lo indique. Al poco tiempo, la voz le indicó que los abriera. Al

hacerlo se encontró en un lugar que se parecía a un desierto, con el sol batiendo sobre él. Estaba rodeado de ingentes cantidades de pequeñas piedras de todos los colores: rojas, verdes, azules y blancas. Parecía estar solo, miró a su alrededor y no pudo ver a nadie, pero la voz comenzó a hablar de nuevo:

-Recoge tantas piedras como puedas, luego cierra los ojos y baja los escalones nuevamente.

El leñador hizo lo que se le dijo y, cuando volvió a abrir los ojos por orden de la voz, se encontró delante de la puerta de su propia casa.

Llamó a la puerta y su hija le abrió. Ella le preguntó dónde había estado y el leñador se lo contó, aunque la hija difícilmente podía comprender lo que le estaba contando, parecía todo tan confuso.

Entraron en la casa y la niña y su padre compartieron el último alimento que les quedaba, un puñado de dátiles secos. Cuando hubieron finalizado, el viejo leñador creyó oír nuevamente una voz que le hablaba, una voz como la otra que le había indicado que subiese la escalera.

La voz dijo: -Aunque quizá aún no lo sepas, has sido salvado por Mush-kil Gusha. Recuerda que Mushkil Gusha está siempre aquí. Asegúrate de que cada jueves por la noche comes algunos dátiles y das otros a alguna persona necesitada, y cuentas la historia de Mushkil Gusha. O harás un regalo en nombre de Mushkil Gusha a alguien que ayudará a los necesitados. Asegúrate de que la historia de Mushkil Gusha nunca, nunca, se olvide. Si haces esto, y otro tanto hacen aquéllos a quienes cuentes la historia, las personas que tengan verdadera necesidad siempre encontrarán su camino.

En el momento en que él había terminado de contarse esta historia, él creyó oír otra voz. Esta voz que parecía venir de por encima de él le preguntó por qué él era tan desdichado. Una vez más el cortador de espinos contó su historia. Entonces la voz le dijo que cerrara sus ojos y subiera un escalón. "¿Qué escalón? " preguntó el pobre hombre, "yo no puedo ver ningún escalón." "Simplemente haz tal como se te dice", contestó la voz .

Así que el hombre cerró sus ojos y subió este escalón imaginario. Se sentía muy real, y entonces había otro escalón y otro. El hombre encontró que podía subir muy fácilmente, y subió y subió. Entonces los escalones acabaron y la voz dijo "Ahora puedes abrir los ojos." El cortador de espinos abrió sus ojos y vio que estaba en un gran desierto. El sol pegaba abrasador por encima de él, y alrededor de él, en el suelo, habían muchos diferentes guijarros coloreados que brillaban en la solana.

Una vez más la voz le habló, "Recoge tantas de estas piedras como puedas. Luego cierra tus ojos y vuelve a bajar los escalones."

El hombre miró alrededor para ver de donde venía la voz. Él no podía ver a nadie allí. Pero él hizo como se le dijo. Él llenó sus bolsillos con las piedras, cerró sus ojos y bajó los escalones invisibles. Cuando él llego al fondo de los escalones abrió los ojos y encontró que estaba delante de su propia casa. El día estaba rompiendo y oyó desde dentro de la casa los sonidos de su esposa e hija que se levantaban. Él llamó a la puerta, y su hija le abrió. Entró, y compartieron un poco de fruta seca juntos mientras él les contó lo que había pasado. Él vació sus bolsillos en la mesa y las piedras que había recogido del desierto rodaron, ante el asombro de su esposa e hija.

Cuando hubieron acabado su desayuno sencillo, una vez más el cortador de espinos oyó una voz que le hablaba. Sólo él podía oír la voz, pero le habló muy claramente, "Lo que te ha pasado ha sido por medio de la gracia de Moshkel Gosha. Debes recordar que Moshkel Gosha siempre está presente, aun cuando no lo comprendas. Cada jueves debes comer un poco de fruta seca, y dar algo a alguien necesitado. Entonces debes contar la historia de Moshkel Gosha. Si haces esto la historia de Moshkel Gosha siempre se recordará, y aquellos que están en una necesidad real podrán encontrar su camino."

2 - EL ESCALÓN EN LO DESCONOCIDO

En el momento en que el cortador de espinos terminó de contarse su historia la voz le habló de nuevo, y le preguntó por qué es tan desdichado. De nuevo el pobre hombre contó su historia, y la voz le dijo que cerrara los ojos y subiera un escalón. Cuando el cortador de espinos dice que él no ve ningún escalón la voz le responde 'Sólo haz como se te dijo.' El primer escalón siempre es un paso en la oscuridad y debe ser un acto de fe. Además, al cortador de espinos se le dice incluso que cierre los ojos, porque su modo normal de percepción ya no es apropiado. Esto es por qué, según Inayat Khan, la vida espiritual es tan difícil: es como disparar flechas en la oscuridad; ves la flecha y ves el arco pero no ves el blanco. Sin embargo, cuando el cortador de espinos da el primer paso, se encuentra en una escalera que puede subir muy fácilmente.

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Este primer escalón, un acto de fe, tiene una gran importancia espiritual, porque es lo que permite descender a la gracia de Dios y elevar al individuo a un nivel diferente de realidad. El primer paso en lo desconocido debe hacerse mediante el libre albedrío, porque en palabras de un Sufi: "es el consentimiento lo que permite que descienda la Gracia." Porque aunque Dios es omnipotente, Él dio libre albedrío a la humanidad, y Él no puede entrar en nuestra vida sin nuestro consentimiento.

Cuando el cortador de espinos finalmente abrió sus ojos, se encontró en otro mundo, un desierto con un sol abrasador sobre él. Esta experiencia puede entenderse como una visión de otro nivel de realidad, una dimensión que desde una perspectiva psicológica podría verse como el 'mundus imaginalis', el término de Henry Corbin para el mundo simbólico del alma. El 'mundus imaginalis', o mundo del imaginal, es una dimensión interior totalmente autónoma, análogo al 'inconsciente colectivo' de Jung. Se percibe a través de la facultad 'activa' o 'imaginación creadora'. Así, la experiencia del cortador de espinos podría describirse como una ascensión al imaginal en esta dimensión simbólica.

El escenario presentado al pobre hombre, el desierto y los montones de guijarros coloreados es reconocible como una experiencia del imaginal; porque aunque todas las experiencias del imaginal son individuales y únicas, las imágenes del desierto y las piedras tienen asociaciones simbólicas definidas sugestivas de esta dimensión. El desierto

... tiene un simbolismo profundo y bien definido... como el lugar más propicio para la revelación divina... Esto es porque el desierto, en cuanto es en cierto modo un paisaje negativo, es el 'reino de abstracción' localizado fuera de la esfera de existencia, susceptible sólo a las cosas transcendentes. Además, el desierto es el dominio del sol, no como el creador de energía en la tierra sino como puro resplandor celestial, deslumbrante en su manifestación.

La presencia del sol abrasador sobre el cortador de espinos refuerza esta lectura simbólica del desierto, mientras las cantidades de guijarros sugieren piedras como símbolos del Sí Mismo. El hecho de que los guijarros son muchos y de colores diferentes o bien podría ser para enfatizarlo, o bien como una expresión de las muchas y variadas manifestaciones del Sí Mismo; porque, 'más pequeño que lo pequeño, más grande que lo grande', el Sí Mismo puede verse como Uno y muchos:

Como, múltiples-formas, sostiene la tierra entera, Como, asociados, llega a ser sólo Uno. La revelación divina principal que puede darse al hombre es la de de su conciencia divina, su Sí Mismo

trascendente. Es así simbólicamente apropiado para el viejo hombre ser rodeado por los guijarros en el desierto.

La voz dice al cortador de espinos, 'Recoge tantas de estas piedras como puedas. Luego cierra los ojos y baja los escalones.' ¿Qué significa llevar estas piedras del mundo imaginal al mundo ordinario? Porque cuando el hombre abre los ojos se encuentra 'delante de su propia casa.'

En su visión, el cortador de espinos experimentó imágenes arquetípicas del Sí Mismo; aún Jung afirma continuamente que estas imágenes sólo tienen significado si ellas se integran en la vida ordinaria del individuo, si están 'vivas'. Si una imagen tal permanece únicamente como una experiencia del imaginal queda sin valor. El cortador de espinos debe llevar a casa tantas piedras 'como él pueda'; debe intentar integrar tanto del arquetipo de totalidad como sea capaz. Es este proceso de integración y los errores que comete lo que ocupa el resto del cuento.

Cuando el cortador de espinos llama esta vez a su puerta es, por supuesto, abierta por su hija. Entonces entró en la casa y 'compartieron un poco de frutos secos juntos mientras les contó lo que había pasado.' el compartir fruta seca forma una parte importante del ritual Persa Ajil-e Moshkel Gosha, como se ha practicado durante siglos y continua siendo practicado hoy. Moshkel Gosha es el quitador de obstáculos, y así este ritual es realizado por cualquiera que desea tener un problema resuelto.

La persona que realiza este ritual ata un poco de dinero, normalmente en monedas, en la esquina de un pañuelo y lo entrega al vendedor de frutos secos. El tendero o cuidador del puesto elaborarán entonces exactamente la combinación tradicional correcta de frutos secos y nueces. El tendero entrega este paquete al cliente, ninguno de ellos pronuncia una palabra durante el curso de la transacción. Debe hacerse notar que el 'Ajil' debe comprarse en una tienda que mire hacia La Meca. Las tomas rituales se realizan o el día primero de cada mes lunar o el último jueves de cada mes lunar.

El Ajil se lleva casa y es limpiado por varias personas. Las partes que son incomibles siempre son reunidas con cuidado y arrojadas en un arroyo corriente. Entonces la fruta y las nueces se ponen en una tela en cinco montones, uno en cada esquina y uno en el centro. El nombre de Moshkel Gosha será recordado y los problemas son discutidos mientras el 'Ajil' es compartido con los amigos. ( Otra aplicación del término 'Moshkel Gosha es un relativamente reciente desarrollo de la expresión en lo familiar qué de hecho manifiesta el uso mundano vis-a-vis el uso espiritual o místico. La connotación anterior es empleada cuando uno tropieza con algún obstáculo oficial o burocrático que no puede quitarse a menos que uno tenga la influencia o el dinero. En ausencia de influencia, uno normalmente frota el dedo pulgar contra el dedo del índice, y dice 'Moshkel Gosha', dando a entender en otros términos que ese soborno está disponible. ) La importancia simbólica de esta costumbre ritual no sólo está en el recuerdo de Moshkel Gosha, porque el pañuelo y sus

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cinco montones de 'Ajil' también forman un mandala, un símbolo de totalidad. Jung notó que un símbolo de mandala aparece a menudo en los sueños o pintando como la resolución de un conflicto psicológico.

'Ajil' viene de la tradición Sufi, porque el 'Ajil' original, y nueces en particular, es tradicionalmente la única fuente de alimento tomada por los Sufis que entran en retiro, que normalmente dura cuarenta días. Ellos no consumen nada más que, se dice, una sola nuez por día, privándose así de cualquier otro tipo de comida. Al final de los cuarenta días su deseo, el objeto de su ayuno, se concederá. También se dice que al final de los cuarenta-días de retiro 'Khidr' ('Khidr', o el 'Verde', es una figura Sufi muy importante. Él está asociado con la revelación directa del mundo divino. Él bebió el agua de la vida y por eso llegó a ser inmortal. El color verde se dice por los Sufi ser el color de la realización de Dios.) se aparecerá a aquellos que han completado el período del retiro con éxito y les concederá sus deseos.

Es evidente que 'Ajil' simboliza el alimento espiritual, y lo que es importante en La Historia de Moshkel Gosha es que este alimento se comparta. Al principio el cortador de espinos comparte la fruta seca con su esposa e hija y les cuenta su historia. Entonces él oye la misma voz que le dijo que subiera los escalones:

'Lo que te ha pasado ha sido mediante la gracia de Moshkel Gosha. Debes recordar que Moshkel Gosha siempre está presente, aun cuando no lo comprendas. Cada jueves debes comer un poco de fruta seca, y darle a alguien que esté en la necesidad. Luego tú debes contar la historia de Moshkel Gosha. Si tú haces esto la historia de Moshkel Gosha siempre se recordará y aquellos que están en real necesidad podrán encontrar su camino’.

3 - MOSHKEL GOSHA Y EL RECUERDO DE UN ACONTECIMIENTO ARQUETÍPICO

Ésta es la primera mención de Moshkel Gosha, el 'disipador de todas las dificultades'. Es Moshkel Gosha quien ha salvado al cortador de espinos, y el hombre debe 'Recordar que Moshkel Gosha siempre está presente'. Tal 'recuerdo' no sólo funciona como una llamada mental, también es un acto de re-memorar, o reconectar a un individuo con ese principio espiritual dentro de sí. Además, este recuerdo de una entidad omnipresente evoca la práctica espiritual más importante Sufi, la memoria constante de Dios, 'qué es el practicada en cada pensamiento, en cada paso, en cada y toda respiración.' Pero para el cortador de espinos el acto del recuerdo está enfocado en el jueves por la noche, cuando tiene que compartir un poco de fruta seca y contar la historia de Moshkel Gosha.

Mientras que el Domingo es el día Cristiano de culto, el Sábado el Sabát Judío, y las oraciones del Viernes lo más importante para el Musulmán, el día Sufi es tradicionalmente el Jueves. Lunes y Jueves eran días especiales de ayuno y observancia espiritual para el Sufi, pero a través del transcurso del tiempo esto se enfocó al Jueves. Así el recuerdo de Moshkel Gosha se sitúa firmemente dentro de un contexto Sufi. Al cortador de espinos se le dice que comparta un poco de fruta seca con 'alguien en la necesidad' y contar la historia de Moshkel Gosha. La importancia espiritual y psicológica de 'la necesidad' ya se ha discutido, y aquí está el necesitado que tiene que recibir.

Es de importancia suma que el cortador de espinos transmita lo que él ha recibido de Moshkel Gosha; porque es una ley espiritual que a uno nunca le es 'dado' para a sí mismo, sólo para otros:

Nosotros nunca damos para nosotros mismos, nunca; nosotros damos para otros. Y cuanto más dés, más recibirás; así es cómo la Esencia trabaja.

Este 'regalo' puede tomar la forma de compartir alimento espiritual o psicológico directamente (simbolizado por la fruta seca) con alguien que está necesitado. Además, el compartir la fruta seca será acompañado por la narración de la historia de Moshkel Gosha. El origen transpersonal de la nutrición debe reconocerse, pero ¿cual es la importancia de contar la historia de Moshkel Gosha?

En la introducción de Idries Shah a su versión de la historia de Moshkel Gosha, él distingue entre un 'acontecimiento superior', que tiene lugar en el reino espiritual, y su representación terrestre, o similitud, un 'acontecimiento inferior'. Además, a pesar de que cualquier descripción de un 'acontecimiento superior' no es sino una pobre paráfrasis, debido a las limitaciones del idioma, ciertos cuentos 'pueden comunicar al área necesaria de la mente el acontecimiento superior'. Así, en una terminología diferente, Idries Shah está describiendo la dinámica por medio de la cual un acontecimiento arquetípico, descrito en lenguaje simbólico, tiene la habilidad de reconectar al oyente con ese reino interno, el imaginal, e incluso activar un similar 'acontecimiento' arquetípico.

Tales historias simbólicas son muy evidentes en la forma de mitos o cuentos de hadas, y muchos trabajos Jungianos se han dirigido hacia explorar los eventos arquetípicos, o patrones, representados en estas historias. Y todavía parece que para la mayoría de las personas, con la excepción de niños, estas historias han perdido su 'magia'; ellos ya no evocan el mundo arquetípico dentro del oyente. Yo creo que dentro de nuestra cultura el lugar de los cuentos de hadas ha sido tomado en parte por ciertas obras de arte que tienen elpotencial de transportar a su público al imaginal. Las obras de Shakespeare y novelas como Moby Dick muestran esta cualidad, y más recientemente la popularidad de Tolkien en El Señor de los Anillos puede verse como el reflejo de la dimensión arquetípica de la historia (c.f. Helen Luke, 'la Chaqueta de Mitral de Frodo en El Señor de los Anillos’ en La Historia Interna, para un acercamiento arquetípico a esta trilogía.)

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Sin embargo, hay otra manera por la cual un acontecimiento arquetípico puede comunicarse con éxito, y es por un discernimiento individual de la propia experiencia arquetípica, ya sea como un sueño, visión o suceso sincrónico. Porque, como Jung notó, una experiencia arquetípica no necesariamente sólo es un acontecimiento interno, sino que también puede manifestarse en el mundo físico como el fenómeno de 'sincronicidad', 'coincidencia significante'. Y aquí debe recordarse que la historia de Moshkel Gosha es la propia historia del cortador de espinos, y así la historia de cualquiera que ha recibido la ayuda de una fuente inesperada dentro de ellos. Contar esta historia es el compartir de una experiencia interna o revelación; y el compartir tal experiencia siempre es más valioso que narrarla de los libros o contar las historias de otros. Esto es particularmente así en una experiencia arquetípica, que lleva una numinosidad que puede transmitirse en la narración. Esta numinosidad es la energía dinámica del propio arquetipo, porque los arquetipos son 'fuerzas psíquicas vivas'. Una energía del inconsciente colectivo, tiene el potencial para penetrar profundamente dentro del oyente. Esencialmente, el arquetipo experimentado por el narrador puede evocarse dentro de un oyente receptivo, o 'necesitado', ofreciendo la posibilidad de una similar profundidad, o cualidad, de alimento.

Además, aun cuando la propia experiencia arquetípica de uno no resuene directamente dentro de la psique del oyente, es de inmenso valor como una confirmación de que hay un mundo interno al que nosotros tenemos acceso, y del que la ayuda puede venir. Aquí de nuevo, dado que esto es contado, no como la historia de otro, sino como la propia experiencia directa de uno, llegará más profundamente dentro del oyente, y quizá le ayude a confiar en su propio Yo interno, siendo receptivo a la ayuda de Moshkel Gosha.

Así la experiencia visionaria del cortador de espinos es en sí misma una historia arquetípica que describe cómo alguien que tiene una real necesidad siempre recibirá desde el interior la ayuda, y es eso lo que no debe ser 'nunca, nunca olvidado.' Porque el peligro real en el hombre está en olvidar esta fuente de ayuda, como es tan evidente en muchas situaciones de nuestra sociedad Occidental actual, dónde hemos llegado a creer que la ayuda sólo viene de fuera de nosotros, normalmente en la forma de ayuda material; y ponemos a menudo esta carga en organizaciones o gobiernos. Pero mientras el hombre sea consciente de la guía y alimento que está dentro de sí, entonces 'aquellos que están en real necesidad podrán encontrar su camino.'

El leñador puso todas las piedras que había traído del desierto en un rincón de su pequeña casa. Parecían simples piedras y no supo qué hacer con ellas.

Al día siguiente llevó sus dos enormes haces de leña al mercado y los vendió fácilmente a un alto precio. Al regresar a casa trajo a su hija toda clase de alimentos exquisitos, los cuales ella jamás había probado. Cuando terminaron de comer, el viejo leñador dijo: -Ahora voy a contarte la historia de Mushkil Gusha. Mushkil Gusha es «el disipador de todas las dificultades». Nuestras difi-cultades han desaparecido a través de Mushkil Gusha y debemos recordarlo siempre.

A lo largo de la semana siguiente, el viejo leñador siguió como de costumbre. Fue a las montañas, trajo leña, comió, llevó la leña al mercado y la vendió. Siempre encontró un comprador sin dificultad.

Llegó el jueves siguiente y, como es común entre los hombres, el leñador olvidó contar la historia de Mushkil Gusha.

Ya muy entrada la noche, se apagó el fuego en casa de los vecinos del leñador. Los vecinos no tenían nada con qué volver a encender el fuego, fueron a la casa del leñador y dijeron:-Vecino, vecino, danos por favor un poco de fuego de esas maravillosas lámparas que vemos brillar a través de tu ventana. -¿Qué lámparas? -preguntó el leñador.

-Ven fuera y verás a lo que nos referimos -le dijeron. De modo que el leñador salió y vio claramente toda

clase de luces que brillaban desde el interior a través de la ventana. Entró de nuevo en la casa y comprobó que la luz procedía del montón de pequeñas piedras que había puesto en el rincón, pero los rayos de luz eran fríos, y era imposible usarlos para encender una hoguera. De modo que salió y les dijo:

-Vecinos, lo siento, no tengo fuego -y cerró la puerta en sus narices. Los vecinos se sintieron molestos y confusos, y regresaron a su casa refunfuñando. Ellos aquí abandonan nuestra historia.

El hombre entonces puso las piedras en una esquina

cerca de la estufa. Ellas parecían muy ordinarios, y él no supo qué hacer con ellas. Después llevó toda la madera que había recogido al pueblo dónde la vendió a un buen precio. Así como su comida habitual, también compró algunos manjares que sabía les gustarían a su esposa e hija, y regresó a casa. Esa tarde ellos tuvieron una comida deliciosa juntos.

Así la vida del cortador de espinos pareció volver a la normalidad. Él salía cada día a cortar arbustos de espino que llevaba al pueblo para vender. Sin embargo, él siempre encontraba arbustos grandes que cortaba fácilmente, y así podía comprar diferentes tipos de comida.

Sin embargo, cuando llegó el jueves siguiente él se había olvidado por completo de Moshkel Gosha. Durante la tarde su vecino más cercano que vivía a media milla de distancia llamó a la puerta. Su fuego se había apagado, y él había venido a pedir un par de carbones calientes. Cuándo el cortador de espinos abrió la puerta el vecino dijo, "¿ puedo pedirte prestado uno de tus carbones que están resplandeciendo tan brillantemente?, Yo pude ver la luz a través de la ventana cuando estaba caminando hacia aquí."

Mirando a través de su propia ventana, el cortador de espinos vio que las piedras que él había dejado junto a la estufa estaban resplandeciendo brillantemente. Pero cuando fue dónde ellas estaban encontró que su luz era fría y no podría encender un fuego. Volvió junto a su vecino y dijo: "Me temo que estás equivocado. No tengo ningún carbón." Y cerró la puerta en la cara de su vecino y después también cerró las contraventanas de la ventana.

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4 - EL LAPIS: "LA COSA MÁS CORRIENTE" Éste, sin embargo, no es el fin de la historia del cortador de espinos, porque se olvidó de seguir las instrucciones dadas por Moshkel Gosha. Durante la primera semana todo fue bien. Él puso las piedras en una esquina de su casa, dónde 'parecían muy ordinarias y no supo qué hacer con ellas.' La consideración del cortador de espinos de la piedras como "ordinarias" resuenan a la descripción de los alquimistas del lapis como 'la cosa más corriente a ser recogía en cualquier lugar', que asociaron con la metáfora Judeo-Cristiana de 'la piedra angular que los constructores rechazaron' ( La historia del nacimiento de Cristo, nacido en un granero, dejado en un pesebre, puede leerse como simbolizando el mismo hecho psicológico, con el niño Cristo como un símbolo para el Yo). Como Jung comenta, el lapis, junto con otros símbolos del Sí Mismo, 'tiene un aspecto ordinario [qué es] no reconocido por la sabiduría mundana'. La explicación para la 'ordinariedad' del Sí Mismo está en el hecho de que no es ninguna otra que nuestra propia naturaleza esencial:

Una condición de simplicidad completa (Valiendo no menos que todas las cosas)

Y en la parábola Sufi de la búsqueda interna, La Conferencia de los Pájaros, cuando los treinta pájaros que han sobrevivido al viaje llegan a su meta, lo que ellos encuentran es un espejo en el que ellos, el Si-murgh (treinta pájaros), se reflejan. Además, el Sí Mismo y sus símbolos se rechazan a menudo como sin valor, porque de una perspectiva mundana, y también el de nuestra mente consciente que es condicionado por el mundo externo, las riquezas serán encontradas fuera de sí mismo. Y así, del mismo modo que el leñador no reconoció las piedras, nuestra mente consciente 'no sabe qué hacer' con estos símbolos. Jung era totalmente consciente de este dilema: 'Las actitudes conocidas de la mente consciente tienen objetivos definibles y propósitos. Pero la actitud de un hombre hacia el sí mismo es la única que no tiene ningún objetivo definible y ningún propósito visible. Es bastante fácil decir "sí mismo", ¿pero que queremos decir exactamente? Esto permanece envuelto en la oscuridad "metafísica." Yo puedo definir el "sí mismo" como la totalidad de la psique consciente e inconsciente, pero esto transciende nuestra visión; es un verdadero lapis invisibilitatis'. Paradójicamente, aunque el Sí Mismo personifica nuestra naturaleza humana esencial, su valor y propósito no pueden apreciarse desde la perspectiva de la mente consciente y nuestra existencia temporal diaria. Esto en sí mismo hace una declaración profunda sobre lo que realmente significa ser un ser humano. Así que, con las piedras abandonadas en una esquina de su pequeña casa, el cortador de espinos fue al mercado y vendió toda la madera que él había recogido, y con el dinero llevó a casa para su hija 'toda clase de manjares que él sabía que le gustarían'. Durante la próxima semana la vida del cortador de espinos volvió aparentemente a la normalidad. Y aún, aunque él no supo qué hacer con las piedras, la historia indicaba que ellas tenían un cierto efecto, mientras tanto encontró siempre 'arbustos grandes que cortaba fácilmente, y así podía comprar tipos diferentes de comida.' Así Moshkel Gosha continuó funcionando en su vida, quitando las dificultades silenciosamente e invisiblemente. Desde una posición psicológica, las piedras son los símbolos de totalidad que él ha traído a su ordinariedad, la vida cotidiana. Tales símbolos, trabajando silenciosamente dentro de sí, integran aspectos contradictorios de la psique y así traen orden y armonía en la vida del ser humano. Además, cuanto más integrado esté el individuo dentro de él, más se reflejará esto en su vida externa, y las dificultades anteriores dejarán de existir. Sin embargo, porque este proceso empieza en el inconsciente y lentamente se manifiesta desde el interior, la mente consciente del individuo es a menudo el último en notar cualquier cambio. Sólo después uno llega a ser consciente de que una cierta dificultad ya no existe. El peligro aquí es que aunque esto está en proceso el individuo piensa que nada está pasando y así no valora el todo dinámico. Aquí de nuevo nosotros estamos tan condicionados para valorar lo que es inmediatamente visible, que tales procesos internos lentos, se desechan fácilmente. En el caso del cortador de espinos, no notó ningún cambio y así llegó el siguiente jueves y se había olvidado de Moshkel Gosha. Es a estas alturas que algo les pasó a las piedras que quedaron en la esquina de su choza. El fuego en la casa del vecino del cortador de espinos se había apagado, y no teniendo nada para re-encender su fuego, él fue a la casa del cortador de espinos dónde vio luces brillantes que resplandecían a través de su ventana. Presumiendo que estas luces procedían de carbones, pidió fuego. El cortador de espinos fue fuera de su casa, y también vio las luces, que descubrió venían del montón de guijarros. Pero los rayos de luz eran fríos, y no podrían encender un fuego, y así él cerró la puerta en la cara de su vecino.

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5 - LA 'INFLACIÓN' DEL CORTADOR DE ESPINOS El cortador de espinos se puede haber olvidado de Moshkel Gosha, pero este regalo no era para él solo. Su vecino vino a él para re-encender el fuego, aludiendo simbólicamente a la necesidad del principio transformativo simbolizado en Moshkel Gosha. En respuesta a esta necesidad las piedras emiten una luz. Ellas empiezan a revelar su verdadera naturaleza, su resplandor. Todavía su luz es fría, y no podría encender un fuego. La frialdad de su luz es significativa, tal como es la dimensión humana que da calor a la energía del imaginal. Los arquetipos mismos son fuerzas impersonales que existen en las profundidades de la psique. Es mediante la relación entre la conciencia individual y el arquetipo que la energía del último puede integrarse y puede usarse creadoramente. Esto es por lo qué Jung enfatiza la importancia de la relación individual con el sentimiento-tono del arquetipo, y comprender lo que significa para él. Sin embargo, el cortador de espinos no hizo ninguna relación tal con sus piedras; de hecho él 'no sabe qué hacer con ellas.' Así, aunque las piedras revelaron su luz, su numinosidad, esta energía estaba fría, y no podría usarse para encender el fuego del vecino. No sólo era fria la luz de las piedras, sino que lo era el corazón del cortador de espinos, y él golpeó la puerta en la cara de su vecino, y celosamente escondió su 'tesoro'. Habiéndose olvidado de Moshkel Gosha, el ego del cortador de espinos ha tomado el control, y él cree ahora que las piedras le pertenecen. Ésta es esencialmente una actitud de arrogancia que puede, como veremos, tener resultados desastrosos. Jung era consciente de este peligro trabajando con las imágenes del inconsciente, y lo llamó 'inflación'. Si la dimensión transpersonal de una experiencia arquetípica no es recordada continuamente, entonces el ego se identifica con el arquetipo, y en el peor de los casos, el arquetipo puede, de hecho, asimilarse al ego. Edward Edinger escribe:

Éste es un desastre para la personalidad consciente. Sufre una represión y hace realidad inconscientemente el destino de la imagen mitológica particular con que se identifica. ( E. Edinger, el Moby Dick de Melville, Un Comentario Jungiano, pág. 77. Un ejemplo de vida-real en la que el ego se identifica con un arquetipo es Marilyn Monroe. Ella puede entenderse mejor como alguien invadida, de hecho poseída por, el arquetipo de la 'Diosa de Amor', Afrodita. El mundo relacionó a Marilyn de una manera arquetípica. Sin el conocimiento de la etiqueta mitológica de 'Afrodita', América la consideró simplemente como su símbolo del sexo y como una 'Diosa de Amor'. Sin embargo la tragedia de Marilyn Monroe fue que ella fue así poseída por el poder de este arquetipo, e inflada por él, por eso ella era incapaz de encontrar significado en su vida personal. 'Encarnando a Afrodita, ¿cómo podría esperarse que ella vea a los hombres en cualquier otra posición que postrados, en adoración? ' (E. Whitmont, La Demanda Simbólica, pág. 100) Y así, incumplida por las relaciones personales, ella pasó de un sórdido affair a otro, y... finalmente al suicidio.' )

El cortador de espinos no sufre este destino. Sin embargo, él cae presa al principio de poder del ego. Respondiendo negativamente a su vecino, y olvidándose del mandato de recordar a Moshkel Gosha, él no ha cumplido las obligaciones de su experiencia. Jung hace un comentario sobre el peligro de olvidarse de las obligaciones éticas de uno hacia las imágenes del inconsciente:

No hacer así [cumplir las obligaciones éticas de uno] es caer presa del principio de poder, y esto produce efectos peligrosos que no sólo son destructivo a otros sino incluso al conocedor. Las imágenes del inconsciente ponen una gran responsabilidad en un hombre. El fracaso en entenderlos, o un eludir la responsabilidad ética de uno, lo priva de su totalidad e impone una fragmentación dolorosa en su vida.

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El leñador y su hija cubrieron rápidamente las brillantes luces con cuanto trapo pudieron encontrar, por temor a que alguien pudiese ver el valioso tesoro que poseían. A la mañana siguiente, al destapar las piedras, descubrieron que eran luminosas gemas preciosas. Una por una llevaron las joyas a las ciudades de los alrededores, donde las vendieron a un alto precio. Entonces, el leñador decidió construir un prodigioso palacio para él y su hija. El lugar que eligieron estaba justamente delante del castillo del Rey de su país. En poco tiempo surgió un maravilloso edificio. Ese rey tenía una hermosa hija que, al despertar una mañana, vio un castillo que parecía de cuento de hadas frente al de su padre, y se quedó asombrada. Preguntó a su servidumbre:

-¿Quién ha construido este castillo? ¿Qué derecho tiene esta gente para hacer algo así tan cerca de nuestro hogar?

Los sirvientes salieron a investigar y, al regresar, contaron a la princesa lo que habían podido averiguar de la historia. La princesa mandó llamar a la hija del leñador, pues estaba muy enojada con ella, pero cuando las dos jóvenes se encontraron y hablaron, pronto se hicieron buenas amigas. Se reunían todos los días e iban juntas a bañarse y a jugar al arroyo que el Rey había construido para su hija. Unos días después del primer encuentro, la princesa se quitó su hermoso y valioso collar y lo colgó en un árbol al lado del arroyo. Se olvidó de recogerlo al salir del agua y, cuando llegó a casa, pensó que debía haberse perdido. Posteriormente, la princesa reflexionó y llegó a la conclusión de que la hija del leñador le había robado el collar. Así lo dijo a su padre, y éste hizo arrestar al leñador, le confiscó el castillo y embargó todos los bienes que poseía. El viejo leñador fue arrojado a la prisión y su hija internada en un orfelinato.

Junto con su esposa e hija, fue a mirar las piedras de nuevo, y descubrió que eran joyas preciosas. "Ahora nosotros tenemos una razón real para celebrar", dijo. "poco a poco puedo llevar estas piedras a los pueblos vecinos y venderlas. Entonces nosotros podremos construirnos un palacio y vivir como reyes." Y esto precisamente es lo que hicieron.

Entonces, un día, sucedió que el rey, acompañado por su visires, estaba regresando a su palacio después de un día de caza. Por casualidad él pasó al lado del majestuoso nuevo palacio construido por el cortador de espinos, y, quedando sumamente sorprendido, él inquirió sobre el dueño. Sus cortesanos le informaron que había sido construido bastante recientemente, y que nadie sabía de quién era. Lo único que todos sabían era que el nombre del dueño era La 'el l-e Sowdagar (comerciante de gemas). Oyendo este el rey consultó con sus visires más cercanos (mano-izquierda, mano-derecha). Uno de ellos sugirió que ellos fueran al palacio y, bajo el pretexto de conseguir un poco de agua para el rey, intentar averiguar qué estaba pasando y quién era el dueño. Todos estuvieron de acuerdo y así ellos se acercaron el palacio, y cuando alguien vino a la puerta, uno de los cortesanos dijo, "Su Majestad Imperial, el Centro del Universo, está volviendo a su palacio de cazar y está sediento. Nosotros deseamos tener un poco de agua."

Sucedió que el cortador de espinos respondió a la puerta; así, habiendo oído la petición, hizo una reverencia, diciendo, "Pero claro, por supuesto; es un placer." Entonces entró rápidamente y lleno una copa dorada con gemas incrustadas con sorbete de cardamomo y agua de rosas y se lo entregó al rey. Después de beber el sorbete el rey miró la copa y dijo, " Qué copa tan hermosa. No hay ninguna como ella en todo mi tesoro".

El cortador de espinos hizo una reverencia una vez más y dijo, "¿Puedo regalárselo a su majestad? " El rey estaba complacido. Él preguntó entonces quién era el dueño del palacio. El cortador de espinos contestó, "Su majestad, pertenece a su sirviente y esclavo, La 'l-e Sowdagar." El rey se dirigió a casa sin esperar más. En su llegada él corrió hacia su hija que inquirió por qué regresaba tan temprano. El rey le contó la historia entera. No teniendo ningún compañero de juegos, la princesa dijo, "me gustaría que le hubiera preguntado si tenía una hija de mi edad, para que pudiera ser mi dama. " El rey envió inmediatamente a algunos de sus sirvientes a preguntar. A su regreso ellos informaron no sólo tenía La 'el l-e Sowdagar una hija, sino que era tan bonita que invocaba a la luna para que no surgiera, para que ella pudiera iluminar la noche por sí misma. Ellos concluyeron que era perfecta ser la dama de la princesa.

La princesa envió a sus sirvientes para traerla. La hija del cortador de espinos estaba encantada y partió para el palacio del rey. Al principio la princesa sintió celos de la belleza de la muchacha, pero pronto se hicieron buenas amigas. Se encontraban todos los días, e iban a menudo y nadaban y jugaban en un arroyo que el rey había constituido para su hija. Entonces, un día, la princesa llevaba un hermoso collar, y antes de bañarse, se lo quitó y lo colgó en un árbol al lado del arroyo. Cuando salió del agua se olvidó que lo había colgado en el árbol, y no pudiendo encontrarlo, decidió que su nueva dama lo había robado.

La princesa contó esto a su padre, que arrestó a la muchacha, su madre y padre. Las dos mujeres se vendieron como esclavas, y el hombre se envió a la prisión. Lo curioso, sin embargo, fue que cuando los soldados fueron a confiscar el palacio de La 'l-e Sowdagar y su mobiliario encontraron que todo se había esfumado y había desaparecido.

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Durante algún corto tiempo el cortador de espinos disfrutó los frutos de sus acciones. Él vendió las piedras en los pueblos vecinos a un gran precio, y construyó un palacio maravilloso para él y su hija. Esto describe simbólicamente su estado de inflación, en el que él usa la energía del inconsciente para los fines de poder del ego. La mundana o ego-céntrica dimensión de su actitud es representada en su deseo de 'vivir como reyes'. El rey es el gobernante de este mundo, y es en esta dirección en la que el cortador de espinos ha enfocado su atención. Él realmente se ha olvidado de la fuente de su recién encontrada riqueza. No pasó mucho tiempo hasta que el rey se encontró con el palacio del cortador de espinos, aunque el cortador de espinos, buscando olvidarse de sus orígenes humildes, ahora se llamaba comerciante de gemas, La 'l-e Sowdagar. El rey espeja al cortador de espinos en que él también tiene una hija. La princesa quiere una compañera de juegos, y la hija del cortador de espinos se convierte en su dama. Al principio la princesa tiene celos de la belleza de la muchacha, pero después llegan a ser 'rápidamente amigas'. El rey, como un principio masculino imperante, puede entenderse como símbolo de una civilización patriarcal, y su hija, la cultura de esta civilización. La cultura es la creadora, la descendencia femenina de una civilización, que en una sociedad patriarcal pertenece a la conciencia masculina. Esto es mitológicamente simbolizado por Atenea quien era diosa de las artes así como de la guerra, naciendo completamente armada de la cabeza de Zeus. Dentro de una sociedad matriarcal, las costumbres sociales están directamente relacionadas con el mundo instintivo de la Gran Madre, como, por ejemplo, rituales de fertilidad. Algunas de estas costumbres sobreviven en el mundo patriarcal, por ejemplo la Fiesta de Mayo inglesa, aunque fue en esencia suprimida por los Puritanos en el siglo diecisiete debido a su naturaleza orgiástica. Sin embargo, dentro de una sociedad patriarcal, cultura y moralidad a menudo controlan las tendencias instintivas del hombre en lugar de permitirles su libre expresión. El ejemplo más famoso de esto está en los Diez Mandamientos dados a Moisés por un Dios patriarcal. Tales códigos tienen una función positiva refrenando y encauzando fuerzas instintivas que podrían de otra manera agobiar al individuo y podrían ser socialmente destructivos. El peligro de la cultura patriarcal es que se divorcia demasiado fácilmente de lo femenino, de 'sus raíces en el inconsciente donde un ritmo diferente anterior a la civilización actual prevalece'. Así, nuestra tendencia cultural Occidental a controlar las fuerzas de la naturaleza, en lugar de trabajar en armonía con el ritmo profundo de la vida, ha producido un desastre ecológico. En la historia de Moshkel Gosha este divorcio del orden natural se refleja en que cuando la princesa va a nadar, no está en un arroyo natural, sino en uno 'qué había sido hecho para la princesa por su padre'. En lugar de pertenecer al flujo natural de vida de la Gran Madre, la cultura de un patriarcado pertenece al mundo definido del Padre. Y es en este arroyo, en este entorno masculino, que la princesa trata como amiga y juega con la hija del cortador de espinos. Si el cortador de espinos se ha inflado, ¿que significa esto para la hija? Ella requirió nutrición interna, que recibió en el regalo de las piedras, no obstante éstas se vendieron a favor de riquezas mundanas. Así el mundo interno se sacrifica en favor de la ganancia mundana. De la misma manera, por ejemplo, el artista que recibe el regalo de su creatividad desde la profundidad de su interior vende su talento por el éxito mundano, en lugar de permanecer fiel a la llamada más profunda de su arte. La historia está cubierta con figuras semejantes, como por ejemplo Scott Fitzgerald que en su propio trabajo reconoce esta tragedia. Sin embargo, es en esta amistad entre la princesa y la hija del cortador de espinos en la que yace el desastre, debido a la pérdida del collar de la princesa. La imagen de un collar tiene dos asociaciones primarias. La primera es como un símbolo de 'la diversidad en la unidad, siendo las cuentas o eslabones la multiplicidad de la manifestación, y los hilos y conexión lo no-manifiesto.' La segunda asociación se relaciona particularmente con África dónde el collar 'es un símbolo sumamente apreciado de la identidad de una mujer y de su valía como persona'. Estas dos asociaciones se enlazan en que una función central de lo femenino es 'la cohesión'; ella es Psique al Eros del hombre, y el collar puede entenderse por consiguiente como simbolizando la identidad de la princesa. Es significativo que la princesa cuelgue su collar en un árbol cuando va a nadar, porque aunque el arroyo esté hecho por su padre, éste todavía es un retorno a las aguas de la vida, en el que su identidad individual se fusiona en una unidad mayor. Además, puesto que el árbol es un símbolo del 'principio femenino, el nutriente, protector, el aspecto de sustento de la Gran Madre', ella deja su identidad femenina simbólicamente en los brazos de la Gran Madre. Es su collar su identidad femenina lo que la princesa acusa a la hija del cortador de espinos de robar. ¿Podría ser que la hija del hombre pobre, personificando los contenidos poco familiares del inconsciente, desconcierte a la princesa acerca de su propia identidad? Por ejemplo, cuando un nuevo estilo artístico aparece confunde la norma cultural del momento. Después el 'nuevo estilo' se integra y entonces es parte de la tradición. Así, por ejemplo, la pintura Impresionista deja de ser revolucionaria, y se vuelve una parte aceptada de la cultura. ¿Pero no hay un momento cuándo la cultura tradicional acusa al 'movimiento moderno' de corromper la forma de arte, de robar un collar y romper el hilo o identidad? Hasta ahora, he explorado a la princesa y a la hija del cortador de espinos desde una perspectiva principalmente colectiva, cultural. ¿Pero qué significa esta situación simbólica dentro de la psique del individuo? En un acto de inflación de los contenidos del inconsciente se identifica con el ego. De este modo pueden perturbar el equilibrio entre el ego y el

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inconsciente. En los peores casos esto puede llevar a la conciencia individual a ser poseída por un arquetipo, y el hospital mental admite a un autoproclamado emperador o reina. Más frecuentemente lleva a la confusión psicológica, y a una pérdida de la relación estable de uno con el inconsciente. Para la mayoría de las personas su relación con el inconsciente es determinada por normas culturales o códigos morales, lo que Freud llama el super-ego. Estos códigos culturales y sociales definen los límites para expresar los impulsos inconscientes: por ejemplo, no puedes quitarte tu ropa en público si te place, y hay tabúes culturales profundos contra el incesto. Sin embargo, cuando hay inflación el super-ego no puede tan fácilmente contener las fuerzas inconscientes recientemente liberadas, sobre todo porque a estas alturas el propio ego tiende a sentirse que está por encima de tales restricciones. Y aun cuando uno no decide que es Napoleón, hay un sentido de inestabilidad y una pérdida de identidad interna. En tales circunstancias el super-ego intentaría reprimir ese aspecto de la psique que había causado este estado de desequilibrio, y así el rey, el símbolo del orden establecido, arresta al cortador de espinos y lo tiene arrojado en prisión. El mundo inflado de La 'l-e Sowdagar repentinamente se deshace por completo, y cuando los soldados van a confiscar su palacio 'encontraron que todo se había convertido en humo y desaparecido.' Como era costumbre en ese país, después de cierto tiempo, sacaron al leñador del calabozo y lo encadenaron a un poste en la plaza pública, con un letrero alrededor del cuello. En él se leía: «Esto es lo que les ocurre a aquellos que roban a los reyes».

Al principio, la gente se congregaba a su alrededor, se burlaba y le tiraba cosas. El leñador se sentía muy desdichado.

Al poco tiempo, como es común entre los humanos, se acostumbraron a ver al viejo sentado junto al poste, y le prestaban muy poca atención. Algunas veces le arrojaban restos de comida, otras veces no.

Un día escuchó decir a alguien que era jueves por la tarde. De repente, se acordó de que pronto sería la noche de Mushkil Gusha, «el disipador de todas las dificultades», y que había olvidado conmemorarlo desde hacía tiempo. Tan pronto como este pensamiento llegó a su mente, un hombre caritativo que pasaba le arrojó una pequeña moneda. El leñador le llamó: -Generoso amigo, me has dado dinero, el cual no me es de ninguna utilidad. Sin embargo, si tuvieses la amabilidad de comprar uno o dos dátiles y venir a sentarte para compartirlos conmigo, te estaría eternamente agradecido.

El hombre fue y compró algunos dátiles. Se sentaron y los comieron juntos. Cuando finalizaron, el leñador le contó la historia de Mushkil Gusha.

-Creo que debes estar loco -dijo el hombre generoso. Pero era una persona bondadosa, y a su vez tenía

bastantes dificultades. Al llegar a casa después de este incidente, encontró que todos sus problemas habían desaparecido, y esto hizo que comenzase a reflexionar mucho acerca de Mushkil Gusha. Pero él deja aquí nuestra historia.

La recién encontrada riqueza del cortador de espinos se había acabado. Fue tratado como un delincuente común. No más sorbetes o carnes delicadas en sus comidas. Tenía que vivir de pan y agua, y dormir sobre paja sucia. Entonces una noche de miércoles él tuvo un sueño: Un santo varón luminoso, que llevaba zapatillas, manto y turbante verdes, se le acercó y, referente a él con su bastón de caminante, dijo, "Oh, tu! interiormente ciego, usted se ha olvidado de recordar a Moshkel Gosha. Ahora, levántese; hay un penique escondido bajo el umbral de la puerta. Tómelo, compre un poco de fruta seca, y cumpla su promesa."

El hombre se despertó con un sobresalto, y entonces recordó su sueño. Al mismo tiempo comprendió que era jueves ahora. Buscó el penique y efectivamente allí estaba. Él recogió el dinero, y llamó a través del orificio de la llave al carcelero, diciendo, "Dios lo bendiga, hermano, por favor tome esta moneda y cómpreme un poco de fruta seca". El guardia dijo, "yo debo decir, que tiene usted valor. Usted quiere que yo siga un encargo tonto para que usted pueda escapar. No, nada haré."

Un par de minutos después el cortador de espinos repitió la misma demanda a un hombre a caballo que vio pasar fuera de la ventana de la cárcel; pero el hombre inventó alguna excusa y siguió su rumbo. Entonces él se dio cuenta de una mujer vieja que caminaba despacio. El hombre la llamó, "Dios la bendiga, señora. Por favor tome este penique y consígame un poco de fruta seca para que yo pueda cumplir mi promesa."

La vieja mujer contestó, "Estimado señor, mi hijo está moribundo, pero no importa yo le ayudaré." Así que la mujer vieja trajo la fruta, y el cortador de espinos le agradeció y le preguntó si ella la compartiría con él y simplemente escucharía su historia. Ella consintió, y apenas concluyó de narrar su historia alguien se apresuró y llamó a la mujer vieja, "Usted no puede creer esto, pero su hijo justo ha logrado escapar de las garras de Azra'il (El Ángel de Muerte). Él está requiriéndola."

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6 - "LA SABIDURÍA DE LA HUMILDAD" El estado de inflación del cortador de espinos acaba con él en un calabozo, siendo 'tratado como un

delincuente común'. Tal es la humillación sufrida después de un estado de inflación, cuando el individuo confronta el hecho de que él no es sino un ser humano ordinario. Y aunque el cortador de espinos no había robado nada, de hecho, del rey de ese país, él había robado de otro Rey. Porque las piedras no le correspondía a él ser vendidas en el mercado; como símbolos del Sí Mismo ellas no pertenecían al ego, sino a un reino más alto. Allí en la plaza el cortador de espinos fue humillado públicamente, porque la sumisión es la respuesta a la inflación. Es la humildad la que nos recuerda que somos humanos y no divinos.

Siempre está el peligro de inflación para cualquiera que explore sus profundidades internas y las fuerzas transpersonales que se encuentran allí. Jung era muy consciente de esto, y lo confrontó él mismo en el sueño de Siegfried que registró en Memorias, Sueños, Reflexiones. En este sueño Jung mató a Siegfried, que encarnaba un ideal heroico que se impone por la fuerza de la voluntad; y era la humildad de Jung la que lo salvó así del peligro de inflaccionar un ego:

Esta identidad [con Siegfried] y mi idealismo heroico tuvo que ser abandonada, porque hay cosas más altas que la voluntad del ego, y ante estas uno debe inclinarse. La inflación es aun más un peligro para aquellos en un camino espiritual, y en el extracto siguiente de la Hija

de Fuego, el Maestro Sufi muestra también cómo la respuesta a la inflación es la humildad: Su rostro era grave. Él estaba mitad escuchando, mitad en Samadhi. Yo tenía el sentimiento que yo estaba aburriéndolo. Él alzó su cabeza y me miró directo en los ojos:

"¿Por qué usted no se vuelve un ser humano? ¿Por qué usted no intenta volverse menos que el polvo a mis pies? " Yo lo miré fijamente; parecía como un ataque inesperado.

"¿Yo no soy un ser humano? " Yo estaba asombrada y me sentía abandonada.

"Qué es usted yo no lo sé, pero un ser humano usted no es", él pronunció con lentitud, y parecía un gruñido. "Sólo cuando usted se vuelva menos que el polvo a mis pies estará equilibrada, y sólo entonces podrá ser llamada un ser humano! "

¡C.G. Jung! relampagueó como iluminando a través de mi mente.

Irina Tweedie continúa:

Siempre estuve convencida de que el proceso de Individuación es un paso preliminar, un trampolín, por así decir, un punto de partida a algo más, qué yo pienso sería Yoga o la Misma Realización. El proceso de Individuación hace al ser humano entero, completo, para poder tener su lugar como un miembro equilibrado, absolutamente normal de la familia humana. Pero el Yoga es mucho más que eso. Y en el Yoga debe haber mucho más peligro, por consiguiente, de la llamada "inflación". Una vez durante el entrenamiento el discípulo es encerrado para empezar a comprender su origen divino, y entonces decir y creer: ¡Yo soy Dios! Es entonces que uno necesita a un Maestro. Y el Maestro dirá: ¡no, tenga cuidado, con esos labios no todavía puros, con el corazón no todavía tan límpido como las Aguas de Vida, es una blasfemia decir que usted es Dios! Pero un Gran Maestro no lo dice tan directamente él enseña la humildad simplemente: "vuélvase menos que el polvo a mis pies." ¡Cómo puede la inflación surgir si uno se hace tan humilde!

Así que el cortador de espinos permanecía en su celda de la prisión, viviendo de pan y agua, y durmiendo sobre paja

sucia, hasta una noche de Miércoles en que él tuvo un sueño. Cuando estamos dormidos estamos más abiertos a la influencia del inconsciente, y los sueños siempre han sido la forma más fácil de comunicación entre el mundo transpersonal y la conciencia del ego. En el sueño del cortador de espinos es abordado por 'un santo varón luminoso', vestido de verde. Este 'santo varón' es la importante figura espiritual llamada 'Khidr', o el 'Verde', quien, como he mencionado, se une con el ritual del Ajil-e Moshkel Gosha. Khidr es asociado con la revelación directa del mundo divino, y le dice al cortador de espinos que ha sido 'interiormente ciego' y se ha olvidado de Moshkel Gosha. Ésta es de hecho la verdadera causa del encarcelamiento del hombre pobre. Él sólo miraba hacia el mundo exterior, y se olvidó que la fuente de sus riquezas estaba dentro de sí. Desde una perspectiva psicológica y espiritual la libertad sólo será encontrada en el interior. Olvidarse del mundo interno es tirar la única llave que puede abrir la puerta de la prisión.

Pero Khidr ofrece ayuda al cortador de espinos. Muchas veces el mundo interno intenta ayudarnos, mostrándonos el camino. Al cortador de espinos se le dice "Hay un penique escondido bajo el umbral de la puerta. Tómelo, compre un poco de fruta y cumpla su voto." Así como el lapis, el Sí Mismo, es la 'cosa más ordinaria' también el camino a la

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libertad yace a través de un simple 'penique'. Reconocer el valor del mundo interno, escuchar a la guía dada por los sueños, es algo que no requiere gran riqueza. Escuche dentro simplemente un momento y una puerta puede abrir lo que cambiará su vida entera.

Al principio del cuento, el cortador de espinos tenía que golpear en su propia puerta tres veces, antes de que

Moshkel Gosha le mostrara el camino. Esta vez él tiene que preguntar tres veces, antes de que a él se le responda. El guardia no comprará la fruta seca para él, ni querrá el hombre a caballo. Pero la vieja mujer cuyo hijo está moribundo, está de acuerdo en ayudarlo. Ella compra fruta por el valor de su penique, y está de acuerdo en compartirla con él y escuchar a su historia. Así una vez más la historia de Moshkel Gosha puede ser contada, y alguien que está en real necesidad puede ser ayudado. En cuanto el cortador de espinos acabó de contar su historia, alguien se apresuró y a gritos a la mujer vieja que su hijo 'acaba de escapar de las garras de Azra'il, el ángel de la muerte'. Si el oyente es de buen corazón, como lo era la vieja mujer, la historia puede llegar profundamente en el inconsciente, y traer ayuda y curación en su vida.

A la mañana siguiente, la princesa regresó al lugar

donde se bañaba. Cuando iba a entrar en el agua vio lo que parecía ser su collar en el fondo del arroyo. Al ir a zambullirse para tratar de recuperarlo, estornudó de repente. Su cabeza se alzó y vio que lo que había tomado por su collar era sólo su reflejo en el agua. Estaba colgado en la rama del árbol, donde lo había dejado hacía tanto tiempo. Tomando el collar, la princesa corrió emocionada a contarle a su padre lo que había sucedido. El Rey dio órdenes para que se liberase al leñador y se le diesen disculpas públicamente. Sacaron a la niña del orfelinato y todos vivieron felices para siempre. Éstos son algunos de los incidentes en la historia de Mushkil Gusha. Es un cuento muy largo y nunca termina. Tiene muchas formas: algunas de ellas ni tan siquiera se llaman «la historia de Mushkil Gusha», de modo que la gente no las reconoce. Pero a Mushkil Gusha se debe que esta historia, en cualquiera de sus formas, sea recordada por alguien, en algún lugar del mundo, día y noche, donde quiera que haya gente. Del mismo modo que siempre se ha relatado su historia, continuará siendo narrada para siempre. ¿Repetirás la historia de Mushkil Gusha los jueves por la noche para ayudar así al trabajo de Mushkil Gusha?

Una mano y un pie no aplauden juntos.

(proverbio)

Ahora bien, ese día, la princesa fue a bañarse en el arroyo de nuevo. Creyó ver su collar que yaciendo en el fondo del arroyo. Pero cuando miró de nuevo comprendió que era un reflejo de su collar lo que ella vio. Buscó, y allí estaba, aún esperando en la rama dónde ella le había dejado, era su collar. Ella se apresuró al rey y le contó las noticias. El rey ordenó entonces que el cortador de espinos y su familia fueran libertadas.

Después la princesa y la muchacha se hicieron amigas de nuevo, y aunque parezca extraño, cuando el cortador de espinos y su esposa regresaron a su casa ellos se dieron cuenta de que su palacio todavía estaba allí. Así que, una vez más, el cortador de espinos se volvió Al 'l-e Sowdagar, y todos vivieron felices por siempre.

Nosotros rogamos a Dios que cumpla vuestro deseo tal como Él cumplió los suyos. Dios lo quiera.

Para el cortador de espinos, una vez que él ha re-establecido el ritual de compartir la fruta seca y contar la historia

de Moshkel Gosha, la totalidad vuelve a su vida, porque él ha reconectado su conciencia individual con el Sí Mismo, el arquetipo de totalidad. La misma mañana siguiente la princesa regresó a su lugar de baño, y ella vio lo que se parecía a su collar en el fondo del arroyo, pero 'cuando ella miró de nuevo que comprendió que era un reflejo de su collar lo que vio. Ella buscó, y allí estaba, aún esperándola en la rama dónde ella le había dejado, era su collar'. Y así la princesa descubrió su error y al decírselo al rey él soltó al cortador de espinos y a su familia. La princesa y su hija se hicieron amigas de nuevo y en la mejor tradición de cuento de hadas, 'todos ellos vivieron felices.'

7 – LA "REFLEXIÓN" Y EL REGALO DE LA CONCIENCIA

La última resolución de esta historia viene de la princesa que ve la reflexión del collar. La importancia simbólica de esta imagen yace en el acto de la reflexión, porque reflexión implica conciencia:

La "reflexión" simplemente no debe entenderse como un acto de pensamiento, sino como una actitud. Es un privilegio nacido de la libertad humana por oposición a compulsión de la ley natural. Como la propia palabra atestigua (la "reflexión" significa "doblando atrás" literalmente), la reflexión es un acto espiritual que nos conduce oponiéndonos al proceso natural; como un acto mediante el cual nos detenemos, llamamos algo a la mente, formamos un cuadro, y tomamos una referencia y decidimos un arreglo con lo que hemos visto. Debe entenderse por consiguiente como un acto de volverse consciente.

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Los poderes reflexivos del hombre no sólo lo separan del mundo animal, también le permiten mirar en las profundidades del inconsciente a menos que sean asimilados retrocediendo a ese mundo primitivo. Este último proceso es representado mitológicamente en la figura de Perseus que evitó ser convertido en piedra por la cabeza de Gorgon mirándola en la reflexión de su escudo.

Para cualquiera que encuentre las fuerzas arquetípicas del inconsciente, la actitud reflexiva de la conciencia es una necesidad. Había una conciencia tan pequeña al principio de la historia de Moshkel Gosha; que el cortador de espinos no supo qué hacer con las piedras, y él se olvidó pronto de conmemorar a Moshkel Gosha, después de lo cual sus problemas comenzaron. Pero entonces, debido a su sueño, él recordó a Moshkel Gosha, que quitó sus dificultades a través de un acto de reflexión. La conciencia y la habilidad de reflexionar son un regalo divino: 'Dios se pone de manifiesto en el acto humano de la reflexión'.

Así, a través de la gracia de Dios, o Moshkel Gosha, la princesa encontró su collar y recuperó su identidad. El proceso interno que comenzó con el deseo de la hija de 'comidas diferentes' y la visión de las piedras en el desierto puede ahora integrarse en lo ordinario, la vida cotidiana. La energía de lo transpersonal, ya no exigida por el ego, no perturba el equilibrio, los modelos culturales de vivir en este mundo. Así que el cortador de espinos se vuelve de nuevo La 'l-e Sowdagar, y su palacio reaparece. Él ha aprendido la lección de humildad, y así las verdaderas riquezas del mundo interno se vuelven una parte de su vida, y como comerciante en piedras preciosas, él puede ayudar a otros a encontrar sus propias joyas internas, ayudándoles a recordar a Moshkel Gosha.

8 - NOTAS FINALES

La Historia de Moshkel Gosha es una historia que tiene muchas formas algunas de los cuales ni siquiera se conocen como Moshkel Gosha. La Historia de Moshkel Gosha es la historia de cualquiera que ha recibido ayuda desde dentro. Tal ayuda puede entrar de muchas guisas, un sueño, una visión, o un incidente extrañamente milagroso. En estas ocasiones la puerta al mundo arquetípico se abre, y su numinusidad y el poder ransformativo entra en el mundo de la conciencia. Y, cuando las personas cuentan sus propias historias de Moshkel Gosha, entonces, aun cuando él no sea mencionado por ese nombre, él es recordado, y puede así continuar su trabajo: ayudar a aquéllos que están en verdadera necesidad a encontrar su camino.

El acercamiento correcto a los símbolos del inconsciente simplemente es permitirles trabajar. Uno no 'hace' algo con ellos, sino permitirles ser, dándoles un lugar en la propia casa, su energía dinámica tiene su efecto. Como Moshkel Gosha, su energía resolverá las dificultades y traerá buena fortuna. Porque no sólo es verde el color del crecimiento y el llegar a ser, sino también, según el simbolismo Sufi, es el color de la realización de Dios. Esto se refleja en la figura del Khidr, el Hombre Verde, y su asociación con la revelación divina. Sin embargo, aunque el mundo simbólico tiene una función tan altamente transformativa, esto no se aprecia totalmente dentro de nuestra cultura occidental, que está condicionada para sólo valorar el 'hacer', una aproximación masculina. Los símbolos del inconsciente pertenecen a lo femenino; el suyo es el camino del Tao:

La cosa más suave en el universo Supera la cosa más dura en el universo. Lo sin sustancia puede entrar donde no hay ningún lugar. De ahí conozco el valor de la no-acción. Enseñar sin palabras y trabajar sin hacer Se entiende por muy pocos. En la historia del cortador de espinos, el viejo hombre no supo qué hacer con las piedras. Él no

comprendió que dejándolas simplemente en la esquina de su casa era suficiente. Entonces, olvidándose de Moshkel Gosha, él las vendió por el dinero. Las dificultades del cortador de espinos fueron finalmente resueltas por algo hecho consciente: él recordó a Moshkel Gosha y la princesa vio un reflejo.

Porque, aunque uno no 'hace' nada con estas imágenes, no es suficiente sólo con observarlas, debe haber una relación consciente con ellas, una participación consciente en el evento del imaginal. Jung aquí se refiere a Parsifal quien, como un muchacho no más, encuentra el castillo del rey del grial, pero 'se olvidó de hacer la pregunta vital porque él no era consciente de su participación en el evento'. El castillo desapareció entonces y Parsifal no encontró el grial hasta que él volvió muchos años después.

Moshkel Gosha es una historia arquetípica que aparece en muchas formas diferentes. En el centro de todas estas historias está la misma simple verdad: a través de recordar el mundo arquetípico nosotros permitimos a su dimensión transpersonal entrar en nuestras vidas.

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