Mujer Wayuu - Angela Silva
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Transcript of Mujer Wayuu - Angela Silva
La cultura Wayu es famosa en el mundo por sus artesanías, la fuerza de sus guerreros
que en otro tiempo lograra contener el avance español durante los tiempos de la
conquista, manteniendo así su hegemonía, lo que le permitió conservar sus tradiciones
y toda su parafernalia cosmogónica, pero una de las características por la que quizá es
más reconocida, es por ser una sociedad de orden matrilineal. La mujer se desenvuelve
dentro de los Wayúu como el símbolo de la perpetuidad. Como madres, hijas y esposas,
son las amas de la conexión espiritual que heredan a sus descendientes.
En la sociedad Wayúu la mujer es un ser sagrado desde su concepción, su educación y
trato se basan en el papel que desempeñarán en el mundo, pues son ellas responsables
del mas importante acto para una cultura que quiere perpetuarse en el tiempo, el de la
procreación, y de esta forma porta también una gran carga moral y debe saber legar a
sus descendientes sus costumbres y así no dar muerte al linaje de su familia.
Lo anterior implica un compromiso moral y espiritual con la familia, compromiso al que
por naturaleza y ley ninguna mujer Wayúu puede negarse, pues es su destino, es innato
en ella asumir su papel en sociedad. De ahí que la mujer Wayúu cobre mayor
importancia que los hombres, lo que resulta contradictorio en un mundo que apenas si
empieza reconocer en la mujer los mismos derechos del hombre. Por ello juega un papel
de gran trascendencia dentro del clan familiar, forjándose una sociedad matrilineal.
La Mujer Wayuú Por: Ángela Silva
La mujer Wayúu debe ser guía y mentora de sus hijas e hijos, así como ella fue discipula
de su madre y esta de su abuela, la abuela debe después de cumplir su misión inicial,
asumir un importante papel como consejera de la familia, en su sangre lleva el linaje de
un clan y debe mantener por medio de la oralidad toda la tradición que sus
antepasados le transmitieron y ahora ella transmitirá, pues es destino de ella, dirigir el
destino de los suyos.
La responsabilidad moral que recae sobre la mujer Wayúu proviene de su conocimiento
profundo de la estructura de su núcleo, conoce todas las historias, la genealogía, las
costumbres, las creencias, los detalles y traspasa este conocimiento con cuidado a su
descendencia, es por ello que es responsable de el rumbo que tomen las nuevas
generaciones.
En nuestra visita a la ranchería wayúu, tuvimos la oportunidad de observar a una mujer
Wayúu con conocimientos claros sobre su cultura, después de invitarnos a sentarnos en
una hamaca nos habló con detalle de su papel en la sociedad, del papel del hombre, de
los tíos como protectores de su nombre y reputación, la abuela como ejemplo sagrado
de los valores que la mujer Wayuú representa, de el encierro o tiempo en el que una
mujer Wayuú debe permanecer aislada según su linaje como forma de preparación
para su vida, como guía de su comunidad y representante de su familia, allí aprende las
labores que toda Majayu debe conocer antes de la llegada del que será su esposo, del
ofrecimiento que este debe hacer a la familia de la mujer, y de por qué este regalo que
hace no es considerado por ellos como un pago, sino como una demostración material
de que él la valorará , a ella y a su nueva familia.
No miento al decir que es difícil comprender sus preceptos, sin embargo libre de
cualquier prejuicio moral no deja de ser completamente atractivo ver una colonia
indígena aferrada a sus costumbres con tal vivacidad como puede verse en la cultura
Wayúu.
También tuvimos la oportunidad de conocer de la evolución de su cultura y como las
nuevas generaciones Wayúu siente curiosidad por la cultura occidental, lo que no
significa que se esté perdiendo su cultura o ideología, sino que ha dado inicio a una era
de aprendizaje y desarrollo, donde el Wayúu conoce su realidad, y al mismo tiempo es
consciente de la realidad del mundo.
Las colonias Wayuu están divididas en varios sectores que va desde la guajira hasta
Maracaibo en Venezuela, terreno por el cual pueden transitar sin importar divisiones de
orden territorial, o límites fronterizos, ellos están por encima de eso, son un País aparte.
Sin embargo no puedo afirmar que todos los Wayúus son igual de hospitalarios que
aquella mujer en la ranchería, puedo hablar someramente de los Wayúu de el cabo de
la vela, indígenas menos índígenas que intentan satisfacer la curiosidad del viajero a
cambio de dinero.
En un artículo leí sobre Antonia Durán, del clan Sapuana, una madre Wayúu que
considera que las virtudes de la mujer deben ser características fundamentales para
representar a la familia. “El papel de la mujer es protagónico, es por ello que debe ser
una mujer líder, que esté consciente de la responsabilidad que tiene dentro de la
cultura. La mujer Wayúu no teme salir adelante, es emprendedora pero a la vez
ecuánime”.
No puedo desconocer el papel del hombre en la cultura Wayúu, así la fama que tenga a
nivel nacional es de holgazán es vital para el desarrollo de la comunidad ya que como es
supuesto, trabaja en labores que pueden resultar dispendiosas para la mujer, en este
punto es evidente que la mujer empieza a jugar un rol crítico en la sociedad, tuvimos la
oportunidad de conversar con una de las mujeres que trabajaba cerca a Puerto Bolivar,
allí se hizo evidente su posición crítica frente a las costumbres de su cultura,
exactamente el papel del hombre en su familia, lo que deja en claro cómo la influencia
del llamado mundo occidental permea la convicción de los más jóvenes y los hace
cuestionarse frente a la veracidad de sus hábitos y costumbres.
La situación económica que enfrentan estas comunidades han alienado de cierta
manera la fuerza de sus tradiciones, de manera que mostrar los hábitos que antes
resultaría más íntimos para sus rancherías, hoy, son sinónimo de dinero y
oportunidades;
Aunque para ellos esto responda a una evolución de la cultura, no deja de
cuestionarme, si sea el aviso de una nueva era antes de la lenta desaparición de una
estirpe que si bien ha sobrevivido a los más grandes obstáculos a través de los años, no
deja de ser contaminada por el siempre presente e inquietante problema económico
que azota nuestro país, y tristemente hasta a nuestros más arraigados habitantes.
No obstante , resulta fascinante que, independientemente del costo, tengamos la
oportunidad de espiar por un momento el misticismo que encierra una pequeña
sociedad, ajena a las trivialidades de nuestro diario vivir, dándonos la oportunidad, de
cuestionar nuestro papel como guías en nuestra sociedad, y replantear la imagen que
como mujeres brindamos a quienes nos rodean, como algo de cierto modo mágico,
misterioso e irremplazable.