Monografia de Los Llanos en Venezuela
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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICO EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO PEDAGÓGICO DE MATURÍN
PROFE: BACHILLERES:
JUAN HORIHUELA YUDITH SOLEDAD
KARIN ZAPATA
MATURIN, FEBRERO DEL 2012
INTRODUCCION
La diversidad y diferenciación del espacio ha sido un tema central del
pensamiento geográfico, desde las antiguas tradiciones corográficas hasta los
recientes pensamientos críticos y humanistas (Ortega, 2000). En consecuencia, la
geodiversidad acepta varias lecturas, algunas veces encadenadas, las cuales
pueden clasificarse en cinco categorías: heterogeneidad natural, diversidad
geocultural, sistemismo estructural, regionalización geográfica y nueva
territorialidad. Lugares, regiones, paisajes, complejos territoriales, sistemas
espaciales y zonas geográficas, a diferentes escalas espacio-temporales. En
términos de políticas públicas territoriales, la mayor atención se le ha dedicado al
problema del desarrollo desigual de las regiones y a la necesidad de reducir
dichas desigualdades, con el propósito de mejorar el grado de equidad
socioeconómica de los países. Especialmente la economía se ha preocupado por
descifrar por qué el desarrollo económico se manifiesta es-pacialmente de manera
desigual. Disponibilidad y movilidad de los factores de producción, dotación de
recursos naturales y demanda externa, economías de localización y aglomeración,
son los factores que prevalecen en la mayoría de las explicaciones, las cuales, en
todo caso, sostienen implícita o explícitamente que en el largo plazo las mismas
fuerzas económicas y las regulaciones directas del Estado propenderían a
disminuir las diferencias regionales.
Es decir, el desarrollo regional podría equilibrarse mediante una corrección
de los mecanismos de mercado, que optimice la movilidad territorial del capital y el
trabajo, o a través de una participación directa del Estado, que evite la
profundización de las brechas regionales (Lloyd y Dicken, 1972; Rózga, 1994). En
líneas generales, los equilibrios espaciales de la población y la economía son
aceptados como condiciones deseables de los procesos de desarrollo, aunque
son menos consistentes fuera del ámbito teórico, dada la conformación y
perdurabilidad histórica de la heterogeneidad territorial.
CAPITULO I
Explicar el proceso de ocupación del espacio venezolano (proceso
geohistorico del poblamiento venezolano)
Los Llanos son una región del norte de Sudamérica repartida entre
Venezuela y Colombia en la cuenca del río Orinoco. Es considerada como
uno de los ecosistemas más importantes del mundo1 con dos estaciones
marcadas, la estación de lluvia y la estación de sequía, se caracteriza por
sus extensas sabanas, su clima es intertropical de sabana (en la
clasificación climática de Köppen siendo húmedo y caluroso, exceptuando
en los llanos altos con clima más suave), con altas temperaturas en
general, la región por situarse al interior y por lo tanto de ausencia de
influencia marítima permite una mayor amplitud térmica diaria que en zonas
costeras, las temperaturas más bajas se registran en las épocas de lluvias,
por lo tanto en agosto suelen registrarse temperaturas más bajas que en
enero por ejemplo, pero la amplitud térmica anual es poco significativa en
general.
La importancia económica de los llanos se debe a que esta es una
región apta para la ganadería extensiva y para la agricultura. También
existe una importante actividad petrolera en los estados venezolanos de
Anzoátegui, Apure, Barinas, Guárico y Monagas, y en los departamentos
colombianos de Arauca, Casanare, Vichada y Meta.
Los habitantes de la región, los llaneros, son gente hospitalaria, excelentes
cabalgadores, los vaqueros originales. El principal ritmo musical de los
Llanos es el joropo, cuyo origen se lo disputan apasionadamente tanto
colombianos como venezolanos.
El proceso de poblamiento
Para comprender la interrelación existente entre las actividades económicas
y el proceso de poblamiento venezolano es necesario tener en cuenta dos
elementos fundamentales: primero, la continuidad existente en el tiempo en cuanto
al patrón de distribución espacial de la población en el territorio y, segundo, el
papel jugado por el petróleo en la modificación de la estructura económica
tradicional de Venezuela.
De manera general puede decirse que el proceso poblador del territorio que
hoy día conforma Venezuela se inició desde los remotos tiempos de la aparición
del hombre en el Noroeste (NO) del subcontinente suramericano. En ese
prolongado proceso, que tuvo su inicio hace más de 12.000 años, se distingue
claramente la etapa del predominio absoluto de los Indígenas en la ocupación del
espacio geográfico venezolano, de aquélla que comenzó la penetración de la
población hispánica.
Durante los milenios en que el poblamiento indígena fue el único que se
extendió sobre la superficie del país, quedó determinado el patrón que hasta ahora
ha regido la distribución espacial de los habitantes. La presencia indígena antes
de la llegada de los españoles se mostraba, en primer lugar, en el arco costero
montañoso que bordea de Noreste (NE) a Noroeste (NO) la extensa cuenca
orinoquense, en segundo lugar, en la amplia región de los Llanos y en tercer lugar,
en las riberas de los principales ríos de la Guayana. Es entonces sobre esta base
espacial prefijada por las poblaciones prehispánicas que se desenvolverá luego el
proceso de poblamiento, inclusive hasta el presente.
Indigenas cazando Economía y poblamiento en el periodo prehispánico: El
manejo simultáneo de evidencias arqueológicas, lingüísticas y etnohistóricas para
analizar las características del poblamiento prehispánico de Venezuela, muestra la
presencia de influencias culturales de múltiple procedencia que se aglutinaron
dentro del actual territorio nacional.
La evidencia arqueológica, Venezuela deja de ser una simple zona de
tránsito de las oleadas migratorias, y se convierte en un centro de agrupación de
un significativo número de grupos humanos, los cuales, por los procesos de
adaptación a los nuevos ambientes donde se asentaban, y el mestizaje de
culturas, produjeron formas económicas y sociales nuevas que sirvieron de
arquetipos a otras poblaciones de territorios vecinos.
Al estudiar las modalidades y evolución del proceso de poblamiento en la
Venezuela prehispánica, se han establecido 3 grandes períodos para el análisis de
las corrientes de población que contribuyeron a conformar la sociedad
precolombina venezolana:
Periodo I
Migraciones de cazadores: Las evidencias arqueológicas más antiguas
revelan que las primeras oleadas de población que ingresaron el territorio
venezolano por lo menos 15.000 años a. C., estuvieron constituidas por grupos
humanos que derivaban su subsistencia de la caza de mamíferos y de la
recolección de frutos y raíces silvestres. Los cazadores de ese período formaron
parte de la oleada migratoria que vino de Norteamérica, adonde habían llegado
desde Asia atravesando el estrecho de Behring en una fecha que podría estimarse
entre 28.000 y 40.000 años a. C. de los cazadores del NE de Venezuela.
Periodo II
Migraciones de recolectores: El fin de la sociedad de cazadores, parece
haber sido simultáneo con la culminación de los grandes cambios climáticos que
marcaron el desarrollo del Cuaternario. Estos cambios produjeron, por una parte,
la desaparición de la megafauna que hasta entonces parece haber estado
asociada con los cazadores y por la otra, que tuviera lugar una redistribución
general de la fauna terrestre, la cual pudo haber influido para que aquellas
poblaciones o parte de las mismas, buscaran su subsistencia en la fauna marina.
La abundancia y relativa estabilidad de los recursos marinos le dieron tanto a los
recolectores venezolanos como a los del resto del continente, la oportunidad de
formar comunidades más sedentarias. Hasta el presente, las evidencias
arqueológicas indican que el área de mayor concentración de estos grupos
recolectores era en el N de Venezuela, donde habitaron alrededor de los 4.000 a
5.000 años a. C... Es interesante destacar que ciertos hallazgos arqueológicos
permiten suponer el desarrollo de una sociedad especializada en la explotación
del ámbito marino.
Periodo III
Migraciones de agricultores: Los dos milenios finales antes del inicio de la
era cristiana constituyeron para los indígenas de Suramérica la fase final de la
experimentación con el cultivo de plantas el cual fue fundamento del desarrollo
subsiguiente de la agricultura. Este período fue asimismo de reajuste y
consolidación social para muchas etnias; el paso de una economía recolectora a
una economía agrícola implicaba igualmente la búsqueda de nuevas tierras que
permitiesen desplegar las tecnologías de una nueva forma de vida social. Fue
posiblemente en este contexto cuando tuvieron lugar los movimientos migratorios
en Suramérica que iban a determinar las características finales del poblamiento
prehispánico venezolano.
Antes del llamado “Descubrimiento” ocurría en Venezuela que las áreas con
una relativa densidad demográfica pero con aldeas estables, fueron aquéllas cuya
actividad económica primordial era la agricultura. Las áreas con escasa densidad
demográfica se vinculaban con una economía basada en la recolección, caza y
pesca y se localizaban en la periferia. La agricultura de los timoto-cuicas es la
actividad económica más avanzada de los primitivos pobladores en el país. Los
pobladores andinos mantenían comercio con las poblaciones del llano y del lago
de Maracaibo, y la agricultura del área andina influyó de manera significativa en la
concentración y estabilidad de la población indígena; posteriormente, estas
peculiares condiciones demográficas se ponen de manifiesto, en el período
colonial, ya que las primitivas aldeas indígenas facilitaron la fundación de pueblos
hispanos, como es el caso de los Aborígenes tostós, tomoni, jajáes y tiranjá, los
cuales fueron la base para el establecimiento de las poblaciones de Tostós,
Niquitao, Jajó y Tirandá. Venezuela comenzó a ser explorada por los españoles
después de 1498, año en que Cristóbal Colón navegó, por primera vez, las costas
de Macuro en el Estado Sucre. Muy pronto, se inició la exploración, la ocupación y
el poblamiento, a partir de dos núcleos fundamentales: en oriente, la isla de
Margarita y la tierra firme de Cumaná, sirvieron de asentamiento a la más
temprana actividad pobladora. Cubagua, fundada en 1500, fue la primera ciudad
europea de Venezuela. Pero el centro de las operaciones se trasladó hacia tierra
firme y Cumaná asumió el papel de núcleo de irradiación del proceso. En
occidente, las costas de Falcón se convirtieron en centros de penetración del
territorio a partir de 1527, año de la fundación de Coro.
Estos dos escenarios dieron lugar a las primeras unidades de organización
del territorio venezolano bajo el dominio español: La Provincia de Margarita creada
en 1525, la Provincia de Venezuela (capital Coro), establecida en 1528 y la
Provincia de Nueva Andalucía (capital Cumaná), creada en 1568. Una tercera
línea de penetración provino de la Nueva Granada, del territorio de la actual
República de Colombia, la cual culminó con la creación de la Provincia de La Grita
en 1570. Las operaciones procedentes de Coro dieron lugar al poblamiento del
área centro norte costera y del Estado Zulia, las procedentes de la Nueva
Andalucía; la poblaron el oriente y el sur, mientras que las expediciones de la
Nueva Granada dieron lugar al poblamiento de Los Andes y parte de los Llanos de
Apure y Barinas.
En 1777 se crea la Capitanía General de Venezuela por parte de la
Monarquía Hispánica, lo cual otorgaba la mayoría de los territorios que conocemos
como los Llanos a Venezuela. La consecuencia de que Venezuela no aceptara el
Tratado Michelena-Pombo ocasiona a la larga que Colombia anexara gran parte
de territorio venezolano perteneciente a los llanos, razón por la cual esta región se
encuentra ahora repartida entre los dos países, en la cual se reunieron, por
primera vez, las provincias de Caracas, Cumaná, Guayana, Margarita, Maracaibo
y Trinidad, territorios que, con la excepción de Trinidad, conformaría; la futura
República de Venezuela. Caracas fue designada capital. En 1811, en el marco del
alzamiento contra el Gobierno Español, fueron proclamadas las Provincias de
Barcelona, Barinas y Trujillo, las cuales se unieron a las de Caracas, Cumaná,
Margarita y Mérida, para declarar la Independencia. Se concedió a Coro, Guayana
y Maracaibo la posibilidad de unirse al movimiento, una vez liberadas. A partir de
la Independencia se estableció una nueva división territorial la cual se consolidó
con la formación de la nueva República de Colombia, integrada por los
departamentos de Cundinamarca, Quito y Venezuela. Los departamentos se
dividía en provincias, las provincias en cantones y los cantones en parroquias.
Un poco más tarde, en 1821, Venezuela fue subdividida en los
departamentos de Venezuela, formado por las Provincias de Caracas y Barinas
(con capital en Caracas); Zulia, formado por las Provincias de Coro, Maracaibo,
Mérida y Trujillo (con capital en Maracaibo); Orinoco, integrado por las Provincias
de Barcelona, Cumaná, Guayana y Margarita (con capital en Cumaná). La capital
de la República de Colombia fue establecida en Bogotá. En 1824, a expensas del
territorio del Departamento de Venezuela, se creó el de Apure, el cual
comprendíacute;a las provincias de Apure y Barinas. Un año después se le separó
otra sección para crear la Provincia de Carabobo y en 1830, luego de la
separación de Colombia, Venezuela recuperó su división en provincias, cantones y
parroquias. En 1864 se promulgó la Constitución Federal, la cual designaba al
paíacute;s como Estados Unidos de Venezuela. La nueva división políacute;tico
territorial estableció veinte Estados Federales y un Distrito Federal, en el cual se
encontraba Caracas como capital.
Unos años después, en 1881, los veinte estados fueron agrupados en 9
grandes estados. Venezuela quedó integrada por el Gran Estado de Oriente
(formado por las secciones de Barcelona, Cumaná y Maturín),asi formando los
espacios hacta convertirse en ciudades que actualmente vivimos en ellas.
La República Bolivariana de Venezuela se divide en 4 grandes regiones
naturales: la región caribeña, la región andina, la región de los llanos y la región
amazónica. Oficialmente se encuentra organizado en 9 regiones geográficas. El
criterio para la organización se basa en las características comunes que
comparten geográficamente, aunque pueden no ser totalmente homogéneas.
Región de los Llanos
Es una extensa superficie de relieve casi plano, ubicadas al centro del país.
No se trata de una planicie uniforme, puesto que presentan algunos accidentes
fisiográficos, como mesas, galeras, ondulaciones, médanos, bancos y esteros. Las
alturas oscilan entre los 50 y 500 metros sobre el nivel del mar. Abarca
aproximadamente 28 millones de hectáreas (30% de la superficie total del país) y
limita con las bocas del Orinoco por el Este, la Cordillera Andina por el Oeste, la
Cordillera de la Costa al Norte y el Orinoco por el Sur. En esta enorme región se
encuentran las cuencas sedimentarias petrolíferas de Venezuela.
Esta región se extiende como una amplia avenida entre las cordilleras de
los Andes y de la Costa y el Macizo Guayanés. Más de la cuarta parte del territorio
está constituido por esta clase de relieves. Se trata de las tierras más jóvenes del
país en su mayor parte formadas durante el Cuaternario y aún hoy, debido al
hundimiento de la Cuenca de Apure, se continúa depositando sedimentos
aportados por los ríos que descienden de la cordillera.
Los Llanos han sido clasificados en Altos y Bajos. Esta distinción se
establece a través de la curva de los 200 metros, la cual, de manera aproximada,
marca la separación entre los llanos que se inundan al sur, y los que están libres
de inundaciones al norte. Igualmente, esta clasificación tiene una connotación
topográfica puesto que en los Llanos Altos se presentan ondulaciones y los ríos se
encajan con riberas bien nítidas, en tanto en los Llanos Bajos se producen
inundaciones.
Región natural Sistema Deltaico
Es una extensión de 32.000 kilómetros cuadrados que está situada al Este
del país entre los Llanos bajos de Monagas, el Macizo Guayanés y el Delta del
Orinoco en el Océano Atlántico. Es una región que se encuentra en proceso de
consolidación de escasa altura y poco desnivel, por lo cual se encuentra
frecuentemente inundada e invadida por las mareas en las cercanías del mar, con
abundancia de lagunas, ciénagas, numerosas islas e innumerables brazos y
caños.
La Región de Los Llanos está conformada por los estados Apure, Barinas,
Guárico; cuenta con 34 municipios. Está ubicada en el centro-sur-oeste del país y
limita por el norte con los estados Miranda, Aragua y Carabobo; por el sur con los
estados Bolívar y Amazonas y la República de Colombia; por el este con el Estado
Anzoátegui; y por el oeste con los estados Cojedes, Portuguesa, Táchira y Mérida.
Tiene una superficie de 176.686 km2, que representa el 19,28% del territorio
nacional, aloja una población, estimada para 1998, de 1.606.806 habitantes, que
representa el 6,95% de la población nacional, y tiene una densidad poblacional de
9,09 Hab/Km2
Capítulo II
Periodizar el proceso histórico del poblamiento( en el periodo agro exportador, pre-
petrolero y actual)
La actividad económica agrícola y ganadera y sus modalidades de
poblamiento en el período Colonial:
A finales del siglo XV, al momento de producirse el llamado
“descubrimiento” de América, el territorio actual de Venezuela se encontraba
ocupado por una gran variedad de pueblos, con disímiles grados de cultura y
formas de vida. Estos pueblos comprendían desde el nomadismo recolector hasta
una organización social bajo un jefe y una agricultura experimentada.
El poblamiento al inicio del período colonial estuvo íntimamente relacionado con
ciertos factores naturales, como la altitud, a fin de establecerse en sitios con
temperaturas más bajas y soportables, y la ubicación en relación al mar o algún
río. Asimismo, este proceso estuvo muy vinculado a las actividades económicas.
La economía de Venezuela a partir del arribo a sus costas y territorios insulares de
los primeros navegantes y exploradores europeos, tuvo un desarrollo en extremo
lento, por lo que el proceso de ocupación fue difícil. Los conquistadores debieron
luchar contra los diferentes grupos aborígenes.
A fines del siglo XVI, todavía había vastas extensiones del territorio sin
colonizar. La etapa iniciada por la incorporación del elemento demográfico
hispánico en el poblamiento de Venezuela estuvo fuertemente determinada por el
diseño geográfico que trazaron los pobladores prehispánicos. No obstante,
impusieron los europeos sobre ese diseño formas novedosas de ocupación del
espacio, las cuales respondían al modo de vida que con ellos trajeron. Dos
características fundamentales reflejó desde sus comienzos ese nuevo hábitat.
En primer lugar, los conquistadores implantaron unidades de poblamiento
que se constituyeron en centros de toda la vida social y por supuesto, en
núcleos necesariamente estables.
En segundo lugar, esas unidades sólo podían funcionar y desarrollarse en
estrecha y continua conexión, lo cual inició la formación de una verdadera
red de asentamientos humanos.
Los primeros contactos hispánicos con el territorio que más tarde sería
Venezuela, hicieron surgir pequeñas manchas de poblamiento europeo muy
periféricas. Este periferismo respondió, por un lado, a la necesidad de fundar
establecimientos de posición, que sirvieran de bases para explorar los espacios
desconocidos del interior, y por otro, al carácter comercial y expoliador de las
expediciones que realizaron, con la autorización de la Corona, empresas
españolas particulares. Este último rasgo predominó en los móviles de la creación
y en las características del funcionamiento de todos los núcleos que los
conquistadores establecieron durante las 4 décadas iniciales del siglo XVI.
En este mismo siglo comienza a llegar al territorio venezolano la población
de origen africano para trabajar en la explotación de perlas y oro y posteriormente,
para las actividades agropecuarias, tales como el cultivo de cacao y la ganadería.
Las plantaciones de cacao dieron origen a la población negra en 4 zonas
principalmente: en la costa Caribe entre Paraguaná y el golfo de Paria; en los
valles centrales del Tuy, de Aragua y Barlovento; en la depresión de Yaracuy y en
el S del lago de Maracaibo. Las actividades ganaderas en los llanos permitieron la
formación de numerosos poblados, bien sea en los mismos hatos o alrededor de
éstos.
La escasa capacidad para generar excedentes de las actividades agrícolas
del siglo XVI sólo amplió en forma limitada la presencia humana europea, puesto
que era difícil impulsar a través del comercio, el funcionamiento hacia afuera de la
economía que exigía la condición colonial. Esta situación adquirió en el siglo XVII
nuevas perspectivas con el desarrollo de la ganadería y los cultivos de tabaco y
cacao. Las exportaciones de los productos que provenían de esas labores
empezaron a constituir una base sólida para la acumulación de riquezas que
estimuló la explotación de nuevas tierras y estimuló el traslado de españoles a la,
hasta ese momento, poco atractiva colonia venezolana.
En la primera mitad del siglo XVII el proceso poblador se concentró todavía,
casi exclusivamente, en las áreas montañoso-costeras, donde la cría de ganado
mayor y menor, los cultivos de tabaco, algodón y caña de azúcar estimularon las
exportaciones de productos como cueros, tabaco, azúcar, lienzo de algodón, los
cuales procedían, principalmente, de las zonas de la costa, los valles de Aragua,
las feraces tierras regadas por los ríos Tocuyo, Turbio y Yaracuy, y los
alrededores de Maracaibo. En los Andes, el cultivo del trigo jugó en ese lapso un
gran papel en la expansión de su poblamiento.
En la segunda mitad del siglo XVII se amplió el esfuerzo poblador de los
españoles, particularmente a través de los misioneros franciscanos. Ese
dinamismo fue el efecto del apogeo de las exportaciones de cueros, cacao y
tabaco. El nuevo impulso de las actividades agropecuarias exigido por esas
exportaciones impulsó necesariamente el poblamiento de las zonas más aptas
para tales labores. Los llanos altos, sobre todo los occidentales y los centrales,
vieron nacer numerosos pueblos donde con cierta frecuencia coincidían la cría de
ganados y el cultivo del tabaco como fuentes económicas fundamentales.
Pese a que en el siglo XVII se fundaron más de 120 pueblos y ciudades, la
intensidad del poblamiento venezolano en ese siglo no revistió caracteres
sorprendentes, lo cual se explica porque el crecimiento demográfico fue muy lento
y la inmigración española se mantuvo en niveles muy moderados. Caracas, por
ejemplo, que en 1696 tenía más de medio siglo como capital de la gobernación de
su nombre, apenas presentaba unos 6.000 habitantes. Ninguna de las demás
ciudades venezolanas alcanzaba esa cifra. En esos núcleos de escasas
magnitudes poblacionales emergió, no obstante, un nuevo impulso económico
cuyo efecto poblador se haría sentir primordialmente entre 1700 y 1810.
El aumento de la actividad comercial exportadora que el cultivo del cacao
había venido estimulando el impuso en el siglo XVIII, en Venezuela de las formas
de producción directamente ligadas con las actividades económicas
internacionales. En ese siglo el valor retornado de las exportaciones de cacao a
Nueva España bastaba para garantizar la formación de fortunas capaces de
movilizar nuevas fuerzas productivas. En los centros poblados las transacciones
comerciales se volvieron más complejas y variadas gracias a la mayor capacidad
de importación adquirida. La población creció en esos núcleos a un ritmo
levemente más acelerado que los vistos anteriormente por la influencia de la
dinámica demográfica interna y de la inmigración española y africana.
El aliento adquirido por el quehacer económico de las ciudades del siglo
XVIII, amplió sus funciones administrativas políticas, culturales, religiosas y
militares, hasta el punto que la mayoría de los núcleos urbanos se convirtieron en
centros dominantes de las zonas vecinas. Aquel conjunto de circunstancias volcó
nuevamente hacia la región montañoso costera la energía pobladora, al propiciar
el aumento del número de habitantes de casi todas sus ciudades y al hacer
emerger numerosas localidades en las tierras cuyo aliento económico provenía
directamente del cacao (costa de Caracas, valles del Tuy, entrada de los llanos),
el algodón, el añil y el azúcar (valles de Aragua), el ganado y el contrabando
(valles y serranías de Coro). Por ello en el período del predominio del cacao, sobre
todo después de 1750, muchos núcleos urbanos de aquella zona sobrepasaron
los 5.000 habitantes y algunos llegaron por primera vez a tener más de 10.000,
como por ejemplo, la ciudad de Maracaibo, que en 1802 alcanzó la cifra de 22.000
habitantes.
En ese período que va desde la segunda mitad XVIII e inicios del XIX,
quedó decisivamente estructurado el poblamiento de la faja montañoso costera.
Los pueblos costeromontañosos formados bajo la nueva dimensión
agroexportadora venezolana se ubicaron fundamentalmente en las áreas que hoy
corresponden al Distrito Capital y a los estados Miranda, Vargas, Carabobo,
Falcón, Trujillo, Lara y Zulia. El cultivo del cacao estimuló en esos sitios, directa o
indirectamente, la formación entre 1750 y 1810, de asentamientos. Desde
entonces, serán los cambios en las dimensiones de las localidades ya existentes
los que reflejarán las nuevas realidades socioeconómicas. Sin embargo, luego de
1925, cuando por vez primera el valor de las exportaciones de petróleo sobrepasó
el de las agropecuarias, se inicia en Venezuela una modalidad de poblamiento
opuesto en muchos sentidos a las que prevalecieron en las etapas precedentes.
Esa modalidad, por responder a condiciones de producción basadas en el
trabajo no agrícola, reflejó fundamentalmente el ensanchamiento enorme de la
vida urbana a través de la expansión rápida de un gran número de pueblos y
ciudades. El mecanismo de ese proceso ha consistido en la orientación hacia los
principales centros poblados de los recursos económicos y financieros que se
derivan de la exportación petrolera. En esa evolución de las modalidades de
poblamiento posterior a 1925, se pueden distinguir 2 fases que se extienden antes
y después de 1945:
La aparición del petróleo y su influencia en los cambios en las modalidades
de poblamiento:
Durante los 3 siglos del período colonial y bajo la influencia de las actividades
económicas, se constituyó la población venezolana, producto del intenso proceso
de mestizaje étnico-cultural de europeos, indígenas y esclavos africanos; ese
proceso formativo ha incidido en la concentración, distribución e integración de
áreas demográficas hasta la Venezuela contemporánea.
En los primeros 20 años de amplio dominio de la renta petrolera, el nuevo
esquema de ocupación del espacio geográfico comenzó a operar tímidamente,
pues seguían actuando diversos obstáculos de la Venezuela anterior. En general,
el cuadro epidemiológico desfavorable persistía, al igual que la crónica ausencia
de medidas concretas para atraer la inmigración extranjera, por lo que el
incremento demográfico antes de 1945 se mantuvo en niveles modestos.
En la fase posterior a 1945 se profundizó la formación de grandes ciudades,
pero al mismo tiempo se multiplicaron las medianas y pequeñas, como
consecuencia de la elevación del crecimiento demográfico que fue consecuencia
de la desaparición del paludismo y otras endemias y epidemias, y de un aporte
significativo de inmigración europea y latinoamericana. El constante aumento de
los ingresos petroleros y la permanencia de altas tasas de natalidad, terminaron
por formar en este período un poblamiento bastante denso en algunas áreas de la
faja costero-montañosa, como la pequeña zona del centro-norte, la parte
noroccidental y la costa oriental del lago de Maracaibo, los Andes, la zona costero-
oriental y los valles de los ríos Tocuyo, Turbio y Yaracuy. En las demás zonas del
país la población se ha inclinado también a concentrarse en grandes centros
urbanos, sobre todo después de 1960.
Venezuela petrolera, al concentrar sus grandes recursos en las ciudades,
inauguró y consolidó la preponderancia de las modalidades de poblamiento
urbano por sobre la tradicional modalidad rural. Durante todas las etapas
económicas anteriores, el poblamiento rural ejerció un dominio absoluto en todo el
territorio, hasta el punto que todavía en 1926, cuando comenzó a prevalecer el
ingreso petrolero, los pobladores rurales representaban el 85% de la población
total. Aquellas nuevas situaciones no han logrado, sin embargo, introducir cambios
substanciales en la distribución geográfica del poblamiento, ya que la tendencia
tradicional de los habitantes a concentrarse en la franja costero-montañosa se ha
profundizado, lo cual tiene como consecuencia que, todavía hoy, vastas regiones
de Venezuela se encuentren casi despobladas. La evolución más reciente
observada en el tamaño de los centros urbanos de los llanos y la Guayana, parece
indicar que aquella tendencia en la ubicación del poblamiento venezolano se
modificará, si se intensifican las acciones económicas que están cambiando en
esas regiones las dimensiones de las ciudades.
Actualmente En lo referido a la explotación de hidrocarburos, ella produce
un alto ingreso y ocupa un espacio físico considerable en la eco región,
considerando principalmente al petróleo y al gas allí presentes. Respecto al
petróleo, los principales yacimientos y procesos de explotación, producción y
refinación se encuentran en la zona central y sur de los Llanos Orientales, en los
estados Anzoátegui y Monagas, concentrándose allí una de las dos regiones más
ricas del país en lo que corresponde a la industria petrolera. En el primero de ellos
los aspectos de la fase extractiva se encuentran en el eje Anaco-Aragua-El Tigre,
mientras que en Monagas sse ubican en Maturín y la zona de Barrancas-
Temblador. En lo referido a la refinación las actividades se realizan en ambos
estados en la zona de Puerto La Cruz y Anaco, respectivamente. En Anzoátegui
se encuentra el 70% de la producción oriental, mientras que el 30% restante se
encuentra en Monagas, concentrando reservas del recurso de aproximadamente
739.000 barriles, lo que permitiría mantener la producción por unos 200 años más.
Actividad petrolera también está presente en Apure, Barinas y Guárico,
aunque su potencial de explotación, producción y significado económico es mucho
menor que la del área oriental. general, el petróleo existente en la zona es muy
pesado y con alto contenido de azufre, lo que ha obligado a la aplicación de
nuevas tecnologías que conllevan altos riesgos de contaminación,. En
consecuencia, los efectos de las actividades petroleras sobre el ambiente han
generado impactos o deterioros importantes, en la eco región, presentando
diferente intensidad según la fase en que se encuentren dichas acciones; ello
incluye intervención de la vegetación natural, alteraciones en las redes de drenaje
ewxistentes, explosiones, incendios, así como contaminación de distinta índole por
vertidos en los cuerpos de agua y derrames de petróleo en los alrededores de los
campos petroleros, especialmente en los morichales.
En cuanto al gas natural se tiene que la producción neta de los Llanos
Orientales alcanza aproximadamente los 209 billones de pies cúbicos, lo que
representa casi el 40% de la producción nacional, constituyendo así una de las
principales actividades económicas de la región.
La actividad petrolera y de gas en los Llanos, específicamente en el área
oriental, ha generado el desarrollo de una vasta infraestructura de transporte y
almacenaje que se constituye en una forma de uso y ocupación de la tierra,
incluyendo en ello oleoductos, gasoductos, estaciones de tanques, puertos de
embarque y refinerías.
Por otra parte, debe tenerse en cuenta el impacto de la actividad petrolera
en las comunidades y la población en general. Aún cuando llegó a ser una de las
principales industrias empleadoras de la región, especialmente en cuanto a las
actividades de exploración y extracción, y en menor grado en las de tipo
administrativo y de servicios, en la actualidad confronta una situación laboral
delicada por los efectos de las políticas emprendidas para la reestructuración de la
industria petrolera nacional. Sector de hidrocarburos ha presentado delicados y
marcados altibajos en los últimos tiempos, debido a la inestabilidad en los
procesos de explotación, producción, refinación y comercialización, situación que
se encuentra estrechamente relacionada al actual escenario político del país.
Capítulo III
Interpretar el proceso de formación del espacio venezolano (proceso de
estructuración territorial y desequilibrios espaciales)
Desequilibrio Espacial De La Población Se inicia con esto un proceso de
formación y consolidación de desequilibrios y desigualdades espaciales que se
mantienen hasta la actualidad y que se manifiestan en una regresiva y desigual
distribución del ingreso, deficitaria y deficiente dotación de servicios de
infraestructura básica que impulsen y estimulen el desarrollo agrícola, industrial,
agroindustrial, etc. desiguales oportunidades de empleo y de inversión por las
escasas economías de escala y mercados existentes en algunas regiones;
desigual reparto de recursos financieros, tanto públicos como privados, necesarios
para impulsar un desarrollo equilibrado; ausencia y/o restricción de autonomía
financiera regional y municipal.
Todo ello se traduce en la coexistencia de regiones y/o ciudades prosperas,
dinámica, con altas tasas de crecimiento y elevados ingresos, altas tasas de
productividad, junto con regiones estancadas y deprimidas, que sustentan el
desarrollo económico de las primeras. Pero no son las consecuencias o
manifestaciones de estos desequilibrios lo más importante, son las causas que
dieron origen a éste proceso las que hay que convocar a la reflexión y el análisis,
para intentar reducirlos, disminuirlos o acabarlos.
La conformación del espacio venezolano ha sido el resultado de una
dinámica histórica la cual ha estado determinada por el capitalismo mundial; la
estructura del espacio geográfico es producto de una dinámica social, su forma y
contenido cambia con la Historia, “el espacio geográfico, dada su complejidad, no
puede captarse de manera homogénea, ni estática,…hay que definir con suficiente
precisión los parámetros cronológicos y espaciales que nos interesan” (Hurtado,
O. 1994 p.62). Teniendo como fundamento teórico metodológico la Geohistoria, se
propone estudiar el espacio venezolano, analizarlo y explicarlo desde nuestra
realidad histórica. La complejidad del espacio requiere de un abordaje inter y
trransdisciplinar ya que “…la realidad es compleja e integrada, multivariable y
altamente heterogénea” (Rojas, A. 1999, p. 57), al respecto Santos, M., señala “…
nunca es excesivo insistir en el riesgo que representa una ciencia social
monodisciplinar, sin interés por las relaciones globales entre los diferentes
vectores que constituyen la sociedad como un todo” (1996 p. 22)
Los desequilibrios espaciales en Venezuela tienen su origen en el propio
sistema capitalista de producción, (cuya tendencia es hacia la conformación de
grandes conglomerados industriales, en detrimento de la pequeña y mediana
industria), en el propio modelo de desarrollo económico adoptado y que se
fundamentó en la política de sustitución de importaciones, orientada hacia la
sustitución de bienes de consumo final, lo cual no genera encadenamientos
productivos, intersectoriales ni interregionales, ni por lo tanto, efectos
multiplicadores y aceleradores del crecimiento. Venezuela al igual que muchos
otros países, a pasado a través del tiempo por una serie de etapas históricas que
se han caracterizado por presentar determinados modelos de desarrollo.
Ceballos, B. en su trabajo La Formación del Espacio Venezolano (1982),
identifica las estructuras espaciales dominantes en el país, al respecto señala “la
conformación de la estructura espacial de Venezuela reproduce los intereses del
sistema capitalista dentro de la cual se han localizado tres manifestaciones
históricas esenciales: mercantilista, de libre comercio y monopolista” Para el
período de la Venezuela Agraria (desde la Colonia Siglo XVI hasta finales del
Siglo XIX), la estructura espacial dominante era la Regionalizada o Seccionada, el
dominio de la producción agrícola se sustentaba en el café y cacao, son los
principales elementos estructuradores de la ocupación territorial, en estrecha
relación con la demanda del mercado europeo, estableciéndose una articulación
entre productores y las casas comerciales. Para la autora antes mencionada, esta
estructura está definida por la conformación de las áreas de producción y su
relativa cercanía a los puertos de exportación, las áreas presentaban relativa
interdependencia “…o autonomía entre ellas, organizadas desde sus respectivos
puertos para satisfacer la demanda de un mercado exterior”. (Ceballos, B. 2003).
El espacio venezolano, caracterizado por lo rural con relaciones de producción
pre capitalistas, respondía a las exigencias del mercado mundial.
El espacio de la Venezuela del Petróleo (principios del Siglo XIX hasta
mediados del Siglo XX), es el paso de la Estructura Espacial Regionalizada a la
Estructura Espacial Centralizada, se plantea como el proceso de
desestructuración, el paso de una estructura a otra, como consecuencia de la
aparición del petróleo, se pasa de una economía agro exportadora, a una minero
exportadora, el petróleo es el producto que interesa al mercado internacional, se
inicia entonces, la incursión de las trasnacionales petroleras. El cambio se genera
a un ritmo tan violento que “evidencia un proceso de distorsión más que de
transición, se cambia radicalmente la economía agraria por la petrolera”.
En el espacio de la Venezuela Petrolera (mediados del Siglo XX hasta
nuestros días) la Estructura espacial dominante es la Centralizada, el país
consolidó su integración al capitalismo mundial en su fase Imperialista. La
inversión extranjera se acentúa y se localiza en las áreas que presentan mejores
ventajas, su cercanía a los puertos de importación. El espacio “El Centro Norte”
del país, conformado por las entidades federales Dtto Federal (hoy Dtto Capital),
Aragua, Carabobo y Miranda se convierte en el espacio dominante de inversión,
quedando el resto del país prácticamente en situación de estancamiento. La
región centro norte del país no es de producción petrolera, pero constituye el
espacio administrativo de la estructura geográfica (Centralizada), los beneficios del
ingreso petrolero son trasladados a Caracas (capital de la República) y al no ser
ya actividad agrícola el sustento para la población, ésta emigra de los espacios
rurales a los urbanos, generando un crecimiento anárquico y descontrolado de la
ciudad. Al respecto señala Ceballos, B., citada por Aponte, E. (1996) “…el éxodo
rural es masivo como respuesta a las condiciones precarias del campo frente a la
concentración de beneficios petroleros de dichas áreas pobladas…” (p.36). Desde
el punto de vista geográfico, el desarrollo desigual se expresa a través de los
desequilibrios espaciales, el espacio venezolano se ha organizado respondiendo a
los intereses de las inversiones extranjeras bajo las exigencias del capitalismo
mundial.
La población venezolana se encuentra distribuida a lo largo y ancho del
territorio nacional en forma desigual. Las características geográficas y económicas
han sido determinantes en la concentración de la población en la región Costera y
Montañosa que se caracteriza por la presencia de valles y piedemontes de la
Cordillera de la Costa y de Los Andes
Las razones de esta desigual distribución geográfica hay que buscarlas en
la evolución histórica y económica de las distintas regiones de Venezuela.
En efecto, ya desde el período prehispánico, la zona más densamente
poblada era la del norte del país, conformada por la cordillera de los Andes
y la de la Costa. Ello se debía a que era la región en la que los indígenas
tenían una tecnología agrícola mucho más desarrollada, En cambio, la zona
de los Llanos estaba escasamente poblada ya que los recursos, desde el
punto de vista de los indígenas, eran relativamente escasos: terrenos
inundables y demasiado secos el resto del año. Venezuela tiene una
población de 26.814.843 habitantes para julio de 2009 (estimado).
En relación al orden, lo que corresponde a la región es un conjunto de
centros poblados que no llega a 15 mil habitantes en promedio. Esta situación
plantea una debilidad en la estructura urbana regional que limita la prestación de
servicios públicos y de apoyo a las actividades económicas y la integración de
comunidades rurales de menor orden. Las grandes distancias entre las ciudades
capitales y otros centros mayores tienen influencia significativa en los costos de
movilización de personas y bienes. La carencia de un centro de primacía regional
e importancia nacional, permite que centros extra regionales se manifiesten como
áreas de influencia dentro de la región.
La vialidad rural presenta un gran deterioro, situación que se convierte en
uno de los principales problemas para el desarrollo de las actividades agrícolas y
pecuarias, pues el aparato productivo de los estados llaneros depende
considerablemente de la infraestructura vial, la cual permite la extracción de los
productos y su colocación en los centros de consumo. La problemática regional en
materia de transporte puede resumirse en una accesibilidad reducida y no
permanente en casi toda la región, principalmente en la zona sur del Estado
Apure, la zona sur oriental del Estado Guárico y la zona oriental del Estado
Barinas. Las instalaciones aeroportuarias instaladas allí permiten un flujo muy
limitado de pasajeros. De hecho las rutas aéreas comerciales enlazan sólo tres de
las ciudades de la región con otras ciudades del país
Con respecto a la infraestructura para la navegación fluvial, los puertos
construidos en el marco del Programa Orinoco-Apure y los pequeños centros de
abastecimiento de combustible y lubricantes para las embarcaciones que
movilizan pasajeros y producción de origen campesino, presentan insuficiencias
en la dotación y equipamiento para la prestación de servicio.
El patrón de distribución de la población urbana sigue, en forma general, el
patrón de distribución de la población total, dado el predominio de la población
urbana del país en la mayoría de sus entidades federales y municipios: un área de
concentración demográfica (altas densidades de población) en el arco costero-
montañoso que se extiende desde el estado Zulia hasta el estado Sucre –e incluso
el estado Nueva Esparta-; un área de presencia demográfica (densidades medias
de población) localizada entre los piedemontes andino-llanero y caribe-llanero y
los ríos Apure y Orinoco; y un área de vacío demográfico (bajas densidades de
población) al sur de dichos ríos.
Esta distribución geográfica permite distinguir distintas áreas de
poblamiento urbano. Destaca, dentro del arco costero montañoso, áreas de
concentración urbana en los Andes, en la región centro-occidental, en el centro
norte y en la región nororiental; igualmente, en la costa occidental y oriental del
Lago de Maracaibo y en la península de Paraguaná. Resalta, además, una
concentración urbana en los piedemontes, en el oriente del país, especialmente en
la isla de Margarita y en el estado Anzoátegui, y en algunas áreas inmediatamente
al sur del río Orinoco.
La distribución geográfica de la población urbana permite, adicionalmente,
distinguir áreas de presencia urbana en los llanos, en las zonas áridas y
semiáridas del estado Falcón y de la Península de la Guajira; y áreas de escaso
poblamiento urbano en el resto del país, especialmente en los extremos sur y
oriental . En estas áreas de poblamiento el impacto socio-ambiental, causado por
las formas espaciales de urbanización y de organización del sistema de ciudades
es más reducido que en las áreas de concentración demográfica.
La existencia de centros urbanos mayores con 50.000 o más habitantes es
considerada, en este caso, como indicador de concentración de la población en
aglomeraciones urbanas. Su importancia radica, adicionalmente, en que a este
tamaño de población, las ciudades adquieren, por lo general, un estatus
metropolitano y, en la mayoría de los casos se convierten en organizadoras de
territorios locales y o regionales
REFERENCIAS:
Aguilera, J. (1980). La población de Venezuela: dinámica histórica,
socioeconómica y geográfica. Caracas: Universidad Central de
Venezuela, 2ª ed.
Bolívar, M. (1994). Población y sociedad en la Venezuela del siglo
XX.
Caracas: Fondo Editorial Tropykos.
CEBALLOS, B. La Formación del Espacio Venezolano. Una
propuesta para la investigación y enseñanza de la Geografía
Nacional. 2da edición, Caracas: 1999.
Internet
www.voltairenet.org/Venezuela-Equilibrio-territorial
www.wuikipedia/regiondelosllanosvenezolano.org
Conclusión
Existen varias ideas generales muy sencillas con respecto a la existencia de
las desigualdades o desequilibrios geográficos o sociales. La primera de estas
desigualdades, de tipo geográfico, es que la población urbana suele tener una
mejor provisión de servicios de todo tipo en comparación con la rural. La población
de las ciudades mas grandes también está mejor provista que la de las más
pequeñas. Además, la diversidad de los servicios aumenta con el tamaño de las
ciudades. Las razones de esta desigualdad son variadas. Por una parte, la mayor
densidad de la población hace que en las ciudades exista una mayor diversidad de
ocupaciones específicas. Por otra parte, existen muchos servicios, como sucede
con un gran hospital, una gran biblioteca, etc., que están dirigidos a las grandes
concentraciones de población y no tendría mucho sentido establecerlo en áreas de
baja densidad.
Las desigualdades geográficas generan desequilibrio espaciales en cuanto
al nivel de vida (constituye una síntesis de las condiciones de vida con respecto a
muchos elementos básicos de la existencia humana: alimentación, vivienda,
vestido, acceso a la educación y a la asistencia medico-sanitaria, posibilidades de
acceder a los servicios recreativos y culturales, facilidades para desarrollar al
máximo las potencialidades de la personalidad.) En Venezuela, las diferencias
espaciales en cuanto al nivel de vida han sido tradicionalmente muy marcadas por
el hacho de nacer en lugares diferentes del territorio nacional, las condiciones de
vida pueden ser completamente diferentes.
A la existencia de desigualdades geográficas en cuanto al nivel de vida, se
unen otras desigualdades originadas por las diferencias sociales y
socioeconómicas de la población. Estas desigualdades dan origen a distintas
oportunidades en todos los aspectos de la vida (educación, asistencia medico-
sanitaria y otros aspectos sociales y económicos). Afortunadamente la movilidad
social y geográfica de la población venezolana es bastante grande, lo cual tiende a
eliminar o, al menos, limitar las desigualdades existentes. Las migraciones
internas aceleran los procesos de cambio y de homogenización de la población en
lo que se refiere a nivel de vida. Por otra parte, la crisis económica tiende a reducir
movilidad social de la población. La disminución de la clase media y el aumento
proporcional de la clase de menos recursos económicos significa que la dirección
de esa movilidad social de la población se ha invertido y progresa, pero hacia
abajo.