Modulo IV
-
Upload
corinanabel -
Category
Documents
-
view
564 -
download
1
description
Transcript of Modulo IV
TASACIÓN Y VENTA DE BIENESTASACIÓN Y VENTA DE BIENES
ESPECIALESESPECIALES
MÓDULO IVMÓDULO IV
Desarrollo de ContenidosDesarrollo de Contenidos
UNIDAD XUNIDAD X
TASACIÓN Y VENTA DE BIENES DETASACIÓN Y VENTA DE BIENES DE
COLECCIÓNCOLECCIÓN
UNIDAD XUNIDAD X
TASACIÓN Y VENTA DE BIENES DE COLECCIÓNTASACIÓN Y VENTA DE BIENES DE COLECCIÓN
1 Introducción
En esta última unidad del curso de tasación de bienes especiales se
desarrollarán contenidos que referirán al estudiante ejemplos de los llamados
universalmente bienes de colección. Puede decirse que este término incluye en
realidad a todos los objetos pasibles de ser coleccionados y que no están
necesariamente comprendidos entre los denominados bienes de arte. De
acuerdo con los expertos en la materia, todos los objetos pueden llegar a ser
de interés de algún coleccionista por lo que esta misma amplitud de conceptos
impide incluir en el texto la totalidad de los objetos coleccionables. Se han
seleccionado, tal como se procedió en la totalidad del curso, una serie de
objetos que una vez descritos actuarán como parámetros para la comprensión
de las técnicas de tasación que se aplican a los bienes de colección.
Será inestimable para un tasador conocer el perfil de un coleccionista. En
términos generales el coleccionista cuando comienza a adquirir objetos no
piensa en valores, precios ni ganancias; simplemente desarrolla una actividad
que disfruta y cuyo beneficio lo encuentra en la búsqueda de algún bien en
particular1. Sin embargo a medida que se va ampliando su colección y de
acuerdo con los objetos adquiridos el valor de la misma comenzará a aumentar
y en ese momento la colección se convertirá en una inversión. Aunque parezca
una obviedad un tasador deberá saber que no será lo mismo tasar un bien
individual y aislado que uno cuya demanda sea importante para los
coleccionistas porque su valor reside en que su presencia es imprescindible
para completar una colección. Una gran ventaja con respecto a otros tiempos
es la publicación de infinidad de catálogos, en su mayoría europeos y
norteamericanos, que describen colecciones de distintos rubros, con profusos
detalles que facilitan la datación y valoración de los objetos. Sin embargo al
tasador, a diferencia de lo que ocurre con los denominados bienes de arte que
tienden a mantener su valor intrínseco, se le presentará la dificultad en el
1 Miller, Judith; Miller’s Antiques & Collectables, The Fact at your Fingertips, Reed International Books Limited, 1993.
momento de la valuación, ya que deberá “predecir”, si es que puede utilizarse
este término, cuánto podría llegar a valer el objeto de “uso diario” en treinta
años, o si tan siquiera existirá demanda para el mismo. Resumiendo: presenta
menor dificultad tasar un juego de té de plata victoriano que un vestido que
Madonna utiliza en una película. Es menos complicado tasar un juego de living
Luis XV que la pelotita de golf utilizada por el ganador del último torneo
internacional. Esto no quiere decir que necesariamente los objetos de colección
alcancen valores inferiores a los de los bienes de arte. En realidad puede
suceder exactamente lo contrario. Buenos ejemplos de esta afirmación lo
constituyen, por un lado el valor que hace unos pocos años alcanzó un
impecable osito Teddy de Steiff en una subasta de Sotheby’s: casi U$S
100.000 y por otro el precio final de subasta de U$S 60.000 de una zamarreada
guitarra Fender, que alguna vez tocó Jimmy Hendrix. Existen innumerables
ejemplos similares a estos. No deben olvidarse las recientes subastas de
objetos, películas caseras y letras de canciones inéditas de John Lennon.
De hecho en la tasación de los bienes de colección se cumple el sabio y
antiguo adagio de que una pieza únicamente vale lo que dos personas están
dispuestas a pagar por ella.
Se analizarán a continuación los siguientes temas que ejemplifican el mercado
del coleccionismo y cuyo conocimiento brindarán al tasador los elementos
necesarios para su apreciación:
1. Armaduras, Armas y Objetos Militares2. Bronces Europeos y Orientales 2.1. Bronces Europeos 2.1.1. El Renacimiento 2.1.2. El Manierismo y Barroco 2.1.3. Los Siglos XVII y XVIII en Francia 2.1.4. El Siglo XIX 2.1.5. El Art Nouveau 2.2. Bronces Orientales 2.2.1. Bronces Chinos 2.2.2. Bronces Japoneses3. Cámaras Fotográficas 3.1. Descripción de las principales cámaras de colección4. Instrumentos Científicos 4.1. Instrumentos de Navegación 4.2. Barómetros y Meteorología 4.3. Relojes de Sol 4.4. Instrumentos Ópticos 4.5. Aparatos para pesar y medir
5. Instrumentos Musicales 5.1. Origen de los instrumentos musicales 5.2. Instrumentos de cuerda de colección 5.3. Instrumentos de viento de colección 5.4. Instrumentos de teclado de colección 5.5. Instrumentos de percusión de colección6. Juguetes 6.1. Muñecas 6.2. Ositos Teddy 6.3. Soldados 6.4. Trenes de Juguete7. Manuscritos, Libros y Mapas8. Numismática 8.1. Orígenes y normalización 8.2. Condecoraciones de Guerra9. Objetos de Jade Chino10. Plumas Estilográficas11. Relojes de Pared, Mesa y Bolsillo12. Bibliografía específica
Unidad X - Desarrollo de contenidos
2 1. Armaduras, Armas y Objetos Militares
Se ha descrito la coraza como una escultura en acero y, desde luego, un peto,
un yelmo o un par de guanteletes bien moldeados pueden tener gracia,
elegancia y belleza. Hasta el siglo XVII cada armadura era un producto de
artesanos hábiles. El constructor de armaduras se recreaba en su destreza
para cubrir el cuerpo de tal manera que quien la llevase pudiera moverse con
libertad y sin embargo, quedase protegido contra la
punta o el filo de un arma. La forma del cuerpo humano
y su grado de movimiento son tales que, para conseguir
su objetivo, el constructor se veía obligado a extremar
su habilidad hasta el límite. Uno de los mejores ejemplos
de tal habilidad es la armadura de Enrique VIII para
combatir a pie, que cubría por completo todo el cuerpo,
pero le permitía moverse con facilidad en el combate. El
armero también estaba preparado para decorar sus armaduras y, en el siglo
XVI, hizo copias en acero tejido de las ropas que entonces estaban de moda.
Para los coleccionistas, (y por lo tanto, para los
tasadores), que saben apreciar la destreza
artesanal, la armadura tiene un atractivo
inmenso. Para los que estén más interesados
en inversiones de buena calidad, la armadura
viene siendo un rubro que ha ido subiendo de
valor a lo largo de los años.
La guerra es una cuestión problemática, pero
produce objetos, conocidos como objetos
militares, tales como los uniformes, que han
inducido a numerosas personas a coleccionarlos. Desde la perspectiva de la
tasación debe estarse atento porque es éste un campo lleno de oportunidades
para los coleccionistas y uno de los pocos que todavía permiten a quienes
cuentan con medios moderados adquirir una gama de artículos a precios
razonables. Aparte de los uniformes, los objetos militares incluyen cascos,
insignias, cinturones y equipamiento, condecoraciones (que alcanzan valores
importantes), banderas, fotografías, documentos, sellos, etc. Los objetos
militares constituyen un campo de mucho futuro para los coleccionistas que
desean investigar un tema en particular ya que los archivos recuperan la
memoria histórica.
Las armas pueden parecer un
campo menos atractivo para el
coleccionismo puesto que están
asociadas
con el dolor
o la muerte. No obstante, el coleccionista de armas
antiguas suele verlas como el trabajo de artesanos
diestros; además en los siglos XVII y XVIII, había
muchas espadas que, más que armas, eran parte del
vestuario. Los metales preciosos y los grabados de
calidad, los cincelados y el aguafuerte, convertían
muchas espadas en obras de arte. Lo mismo puede
decirse de las armas deportivas, cuyo propietario solía
ser un hombre que alardeaba con la calidad y decoración de sus armas.
Decoración incrustada de marfil, hueso, maderas decorativas y metales
preciosos se utilizaban para embellecer la caja del arma, y las partes metálicas
se lustraban, empavonaban o cincelaban de diversas formas.
Para el coleccionista interesado por las curiosidades, muchas de las
modificaciones de las armas de fuego, para disparar más rápido o más lejos,
son fascinantes y llamativas. Las armas de gran calidad son caras, pero hay
muchos tipos, como las bayonetas de menor precio. En los últimos años se han
publicado numerosos libros inapreciables para el tasador, cuyo análisis merece
la pena, dada la amplitud de este mercado y la gran variedad de objetos
disponibles.
2. Bronces Europeos y Orientales
3 El bronce es simplemente una aleación de cobre y estaño. Generalmente la proporción de la aleación es de nueve a uno2. En ciertos casos, siempre deliberados, se dan aleaciones con zinc, plomo o plata. En términos generales cuanto mayor es el contenido de cobre, más blanda es la aleación y más fácil de trabajar. Los bronces antiguos se fundían en una aleación de cobre, eran casi macizos y casi siempre ejemplares únicos. Los bronces posteriores ya tenían paredes más finas y ligeras y se usaba una aleación con mayor cantidad de zinc. Esto permitió la producción en serie y ha llevado a un mercado mundial plagado de miles de objetos idénticos de valor inexistente para el coleccionismo.
Lo primero que debe considerar un tasador entonces son las aleaciones y la
rareza de las piezas. En segundo término deberá considerar las técnicas de
fundido. La más sencilla consiste en hacer, a partir de un modelo, un par de
moldes huecos en arena fina en dos cajas. Las cajas se unen, dejando
únicamente un canal de entrada o vertedero3 para poder colar por ella el metal
fundido. Después de enfriarse, se quitan las cajas y se separa el objeto macizo
de aleación; la chimenea (ahora de metal macizo) se cierra y se le limpia la
superficie.
La técnica conocida como de cera perdida, se utiliza en piezas artísticas ya que
le permite al artista modelar figuras más recortadas y de mayor movimiento y
amplitud. El escultor hace un modelo en arcilla y lo recubre con un cuerpo de
cera del espesor buscado en la escultura de bronce. En la cera blanda modela
los detalles que desea obtener en el fundido.
En los tiempos más antiguos llegado este punto el escultor entregaba el
modelo a un fundidor que sustituía el cuerpo de cera por uno de bronce. A
continuación el escultor recuperaba la obra para darle los toques finales y
obtener la textura deseada. Para ello se utilizaban, cinceles, punzones o limas
para pulir, cincelar o
martillear el material.
Cada artista solía tener su
técnica particular por
lo que resultará fácil
para el tasador
identificar una obra casi con
tanta seguridad
como si estuviera firmada.
2 Sin embargo dicha proporción puede variar de acuerdo con la fecha y el lugar de fabricación.3 Denominada técnicamente chimenea.
Una vez terminado el objeto de metal presenta un color brillante que si se deja
así, se oxida de forma natural. Para conservar el color dorado hay quien aplica
a las piezas ciertas lacas transparentes. El bronce puede ser tratado con
ácidos para darle diversos colores4. Los barnices que se aplicaban, oscurecían
la superficie y el metal expuesto al aire va tomando un color amarronado
natural conocido como pátina.
45 2.1. Bronces Europeos67 2.1.1. El RenacimientoEn Italia, entre 1400 y 1430 reaparecen las estatuillas sueltas de bronce, que
habían desaparecido durante la Edad Media y que se convirtieron en objetos
artísticos. Representaban, en pequeña escala, antigüedades famosas, santos o
animales favoritos. En términos generales se trataba de copias de estatuas
antiguas famosas. Los primeros ejemplares, casi todos de tono mitológico, que
pueden datarse fueron fabricados en Florencia por el eximio escultor Donatello,
que dio origen a una tradición de escultura en bronce. Entre sus seguidores se
encontraban los escultores: Filarete, Verrochio, Pollaiuolo y Bertoldo. Otro de
los más reconocidos de los escultores de estatuillas de bronce de la época fue
Andrea Riccio que produjo innumerables piezas de sátiros, ninfas, máscaras y
figuras de desnudos. También destacó Severo de Ravenna que recreaba
diversos objetos como estatuillas, candelabros, tinteros y lámparas colgantes.
89 2.1.2. El Manierismo y BarrocoDurante este período la producción se redujo debido a que los escultores
siguiendo al genio del manierismo renacentista, Miguel Angel, se dedicaron a la
escultura en mármol. Destacan sin embargo las producciones de Cellini,
Bernini, Giambologna, Antonio Susini, Jacopo Sansovino y Alejandro Vittoria.
Hacia fines del renacimiento el trabajo en bronce se trasladó a Francia donde
los broncistas se dedicaron a equipar los grandes palacios. Así se originó en
este país una gran tradición que ha continuado hasta la actualidad. También
algunos broncistas se establecieron en la ciudad de Munich.
10 2.1.3. Los siglos XVII y XVIII en FranciaEl escultor francés de estatuillas más
reconocido durante el siglo XVII fue
4 El ácido sulfúrico da verde al bronce.
Michel Anguier que reprodujo series completas de dioses y diosas clásicos. La
construcción del palacio de Versalles formentó la creación de una escuela de
escultores que produjo gran cantidad de estatuillas muy buscadas, empleando
una aleación rojiza5 realzada por un laqueado transparente rojizo o dorado. Fue
durante los períodos neoclásico e imperio que los broncistas franceses
produjeron soberbias estatuillas, candelabros y relojes.
1112 2.1.4. El siglo XIX
Con la aparición del Romanticismo, los escultores franceses popularizaron los
modelos de sus obras cuya temática presentó motivos exóticos y religiosos y
que se esmaltaban o doraban. Para abaratar el costo en algunos casos se
utilizaba peltre y no bronce. Las obras de bronce llevaban una inscripción
estampada que rezaba Vrai Bronce6. Otra de las representaciones favoritas del
Romanticismo fue la representación de animales en la que resaltaron: Antoine
Louis Barye, P. J. Méne y Moigniez. En el siglo XX los animalistas más
reconocidos por el coleccionismo son el italiano Rembrandt Bugatti y el
norteamericano Herbert Haseltine.
En Inglaterra no existió una tradición de broncistas hasta fines del siglo XIX o
principios del siglo XX. Hacia 1870 se difunde la
escuela de la New Sculpture7 en paralelo con el
Art Nouveau. Su máximo exponente fue Alfred
Gilbert.
13 2.1.5. El Art NouveauEl arte de mediados del siglo XIX inicia una era
de individualismo y revolución tanto en el trabajo
de los metales preciosos como los denominados
de baja ley8 tales como el bronce, el latón, el
estaño y el cobre. En ocasiones los artesanos
del art nouveau combinaron distintas gamas de
metales y los mezclaron con esmaltes, marfil,
piedras semipreciosas o materiales que otorgaran color al metal. La versatilidad
5 Por su alto contenido de cobre.6 Bronce verdadero. Trad.7 Nueva Escultura. Trad.8 AAVV, Art Nouveau, Joyería y Metalistería, Edimat Libros, Madrid, 1999.
que permitía el trabajo en metal y la enorme variedad de los mismos alentó a
los arquitectos y decoradores de interiores de la época a utilizar el metal en
alguna obra. Podía aparecer en forma de candelabros, en la vajilla, los relojes,
decorativas esculturas, espejos y utensilios varios. Si bien el metal más
utilizado fue el hierro forjado no deben desconocerse las producciones de
bronce de la época que han constituido un mercado para el coleccionismo en sí
mismo.
Algunos diseñadores fabricaban sus artículos totalmente a mano, lo que
encarecía el producto, mientras que otros se adaptaron a la producción en
serie debida a las innovaciones de las técnicas de producción.
La escultura decorativa fue una rama artística que fue muy difundida en la
época. Estas pequeñas figuras desempeñaban variadas funciones, entre ellas
servir de soportes a las estructuras de lámparas o como meros objetos
decorativos en sí mismos. La escuela respondía a la moda francesa y en ella
se destacaron figuras tan importantes como: Eugene Feuillatre, Raoul Larche,
Theodore Riviere y Rupert Carabin, que solían crear figuras femeninas, cuyos
cabellos y vestimentas, en caso de llevarlas, se proyectaban en formas
irregulares y con amplios movimientos. La escultura francesa de la época se
hallaba dominada por la figura prominente de Auguste Rodin, cuya obra
presentaba influencias del Art Nouveau pero no puede ser considerada
decorativa.
Una de las principales fuentes de inspiración de los broncistas Art Nouveau
fueron las bailarinas9 debido a que sus figuras permitían trasladar al bronce
maravillosos efectos de movimiento.
Algunas de las esculturas decorativas más reconocidas del Art Nouveau se
deben a Maurice Bouval. Sus creaciones, abrecartas, platos, pomos y objetos
decorativos están fabricados en bronce dorado y en ellos siempre aparece la
figura símbolo del período: la llamada mujer-flor10. Este tipo se difundió luego
en Bélgica de la mano del joyero Philippe Wolfres.
Ya se ha mencionado al británico Alfred Gilbert que decidió trabajar en
pequeña escala, empleando materiales preciosos y semipreciosos.
9 Entre ellas sobresalió la figura de Loie Fuller, bailarina norteamericana que actuó en el Folies Bergére de París.10 En francés se la denomina femme fleur.
En Alemania y Austria la mayor parte de los escultores de los grupos llamados
secesionistas11 también trabajaban en metales preciosos y de baja ley. En
Alemania abundaron las obras de metal muy ornamentadas producidas
generalmente en peltre y no en bronce.
Los joyeros reconocidos del Art Nouveau tales como Fabergé y Tiffany and Co
prefirieron el uso de metales preciosos como el oro y la plata, los cristales, los
marfiles y los esmaltes, al tradicional bronce.
14 2.2. Bronces Orientales
2.2.1. Bronces Chinos
La edad del Bronce Chino se extendió aproximadamente desde el 1500 antes
de Cristo al 200 después de Cristo. Entre los objetos más extraordinarios de la
antigüedad que han perdurado hay ejemplares de bronces chinos; entre ellos,
artículos utilitarios tales como armas y elementos rituales. Los más reconocidos
y coleccionables objetos de bronce chino se produjeron durante la época
Shang (entre los siglos XVII y XI antes de Cristo). Lo notable es que estos
objetos eran tan apreciados que existen pruebas de que fueron coleccionados
desde el año 900 después de Cristo. La mayor parte de estos objetos fueron
fundidos utilizando la técnica de la cera perdida, en la que como se ha descrito
la cera se pierde en el proceso de fundición. Algunos otros se fundieron
utilizando moldes normales. La mayoría presentan decoraciones complejas en
forma de motivos que semejan
hojas, máscaras humanas y de
animales y volutas.
Los nombres técnicos con los que
se conocen estas piezas altamente
coleccionables son: el jue (vasija
para vino con cuerpo en forma de
U), el fang yi (cajas rectangulares)
y el gu (vasija en forma de
trompeta). Otros objetos reconocidos eran los espejos, los incensarios y
11 Denominación del estilo Art Nouveau en Austria.
pebeteros, sobre todo los de la dinastía Ming (1368-1644). Después de cientos
o incluso miles de años muchos bronces han adquirido una rica pátina de tonos
verdosos, grisáceos o rojizos. Para el coleccionista, el valor está dado por el
espesor y la delicadeza de la pátina.
2.2.2. Bronces Japoneses
Para los antiguos japoneses el bronce no era un metal demasiado apreciado,
excepto para la fabricación de estatuas budistas. El apogeo del bronce en
Japón se dio durante el siglo XIX y se debió mayoritariamente a la influencia
europea. A partir del conocimiento de la cultura japonesa hacia mediados del
siglo XIX, estos
comenzaron a producir
obras de arte para el
consumo occidental;
entre los que destacaban
enormes jarrones de
bronce. A fines de siglo y
dentro del movimiento de
la Escuela de Arte de
Tokio los escultores
crearon soberbias figuras humanas y de animales con decoraciones doradas y
finas pátinas rojizas. El más reconocido de estos artistas es Miyao o Miya-o,
conocido por sus trabajos con incrustaciones de oro y plata.
15 3. Cámaras Fotográficas3.1. Descripción de las principales
cámaras de colección
Las primeras cámaras de placa
(1840-1890) fueron de diseños
voluminosos e incómodos. Estaban
totalmente construidas en madera,
pero pronto los fabricantes necesitaron
fabricar el fuelle para facilitar los
movimientos con las cámaras. En 1850 aparecen los primeros, que
proporcionaban al fotógrafo la oscuridad necesaria (en esta época existía ya el
negativo de vidrio).
Las Cámaras de placa seca reemplazaron a las de placa húmeda hacia 1870, y
se evitó así la necesidad de un cuarto oscuro portátil. Los diseños no eran
demasiado diferentes. Aparecen dos modelos: el “frontal de fuelle” y el de
“tabla posterior”. Normalmente los fabricantes en esta época no ponían los
nombres en las cámaras, lo que presente a los tasadores la complicación para
identificarlas. Incluso cuando aparece algún nombre, puede ser el de la
empresa que vendió la cámara y no precisamente el fabricante, que
generalmente producía para minoristas. En el mercado del coleccionismo se
pagan muy buenos precios para estas cámaras aún sin identificación.
Las cámaras de placa posteriores (desde 1890) facilitaban el trabajo del
fotógrafo ya que las placas y películas se podían comprar ya hechas y
mandarse a revelar. A partir de este momento la fotografía comienza a
difundirse y a tener auge, y la competencia entre fabricantes se vuelve cada
vez más fuerte. Surgen las cámaras de mano (Pocket Wizard I – Pony Premo
Nr. 4), para fotos informales, que completan la oferta de las ya existentes
cámaras de pie. Un grave problema que las antiguas cámaras de placa
presentaban era que se podía cargar una placa cada vez. Sacar más de una
fotografía implicaba manipular bolsas con placas en sus respectivas fundas.
Sostiene Kate Rouse12 que con la introducción del carrete hacia fines de 1880
hizo que esta restricción que presentaban las cámaras de placa se hiciera más
notoria. Los fabricantes entonces ampliaron una zona de almacenaje dentro de
la misma cámara, tal como la Kodak Eureka que transportaba 6 placas.
Apareció también la cámara con caída de placas, que con un mecanismo de
muelles permitía que las usadas cayeran al fondo de la cámara y se preparara
una nueva para su exposición.
En la mayoría de las cámaras de placa la composición y enfoque de la
fotografía se hacía a través de un visor de cristal esmerilado colocado
directamente por sobre la placa. Sin embargo, el diseño de la réflex empleaba
un espejo en ángulo de 45° para desviar la imagen a una pantalla situada en la
parte superior de la cámara. Puede verse entonces la imagen hasta el
12Rouse, Kate; Cámaras Clásicas, Guía del Coleccionista, Edimat Libros, Madrid.
momento del disparo. Este sistema se difundió hacia fines del siglo XIX, sobre
todo entre los profesionales, tales como los fotógrafos de prensa, dada su
versatilidad.
Para Kate Rouse, la máquina de carrete que más destaca en la historia de la
fotografía es la Kodak. Su difusión se vio facilitada porque venía ya cargada y
cuando se habían sacado cien fotografías, se devolvía a la Kodak para cambiar
la película y revelar las fotografías. Por esto el fotógrafo no tenía que saber
nada técnico sobre fotografía, dando a la cámara un mercado muy amplio entre
el público en general. Al principio la película tenía una base de papel, pero en
1889 Eastman introdujo la primera película con base de celuloide transparente.
Estas cámaras originales alcanzan importantes valores en el mundo del
coleccionismo. En 1895 aparece el primer modelo pocket Kodak.
Viendo el éxito de las cámaras de cajón de carrete, aparecieron otros
fabricantes que difundieron el sistema con cámaras más baratas tales como la
Bull’s Eye diseñada por S. N. Turner, que enrolló la película en un soporte para
que pudiera cargarse a la luz del día y no necesariamente en un cuarto oscuro.
El nuevo diseño tuvo tanto éxito que la Eastman compró el invento y parte de la
empresa de Turner. La difusión de la fotografía en todo el mundo hizo que los
fabricantes europeos comenzaran a exportar cámaras.
El diseño de cajón presentaba el inconveniente de que no era posible plegarla
a un tamaño más compacto por lo que la Eastman Kodak produjo una serie de
cámaras de fuelle, muy estimadas por los coleccionistas, en las que el metal
fue poco a poco sustituido por el niquelado. Se las conoce como Folding
Pocket Kodak.
Entre 1914 y 1930 se fabricaron máquinas con el sistema Autographic, que
permitía escribir información por sobre la película.
Durante el período de entreguerras el fabricante británico Houghton-Butcher y
la Zeiss Ikon Alemana produjeron infinidad de modelos de cámaras de fuelle de
carrete para consumo local y para exportación.
Todas las cámaras llevaban un número, que facilita al tasador datarlas,
establecer el modelo y también el tipo de fotografía que tomaban. También
debe tenerse en cuenta el código del fabricante que hace posible la
identificación.
En lo que respecta a las cámaras reflex, conocidas como SLR, hacia 1948
aparece la Hasselblad 1600F con obturador plano focal y de una velocidad
máxima de 1/1600s.
Hacia 1930 comienzan a introducirse nuevos materiales como la baquelita, el
metal y el plástico.
Para 1968 aparecen los objetivos intercambiables fabricadas por la Kodak y la
Minolta.
Existe un modelo alternativo entre el SLR y el réflex de dos objetivos. Ese
modelo es el TLR. En lugar del
espejo colocado en la parte
posterior del objetivo hay un
segundo objetivo y espejo situados
sobre el objetivo. El diseño apareció
a fines del siglo XIX y se adaptó en
tamaño hacia 1930. La fábrica más
reconocida del sistema TLR es la
Franke & Heidecke, luego conocida
vulgarmente como Rollei. Sus
primeras cámaras aparecen en
1928. Esta cámara fue el comienzo
de una línea de más de treinta
modelos que de acuerdo con los
expertos, se han convertido en
altamente coleccionables: las
Rolleiflex. Constituyen un problema para tasadores y expertos debido a que
hasta 1960 las cámaras no presentaban números de modelo, sólo el nombre
de la cámara. Lo que debe entonces buscarse es el número de placa. Los
modelos más coleccionables son: el denominado Old Standard de 1932 y la
Rolleiflex Automat de 1937.
La película de 35 mm. se introdujo hacia la Primera Guerra Mundial. La más
reconocida de las cámaras pequeñas de 35 mm. es la Leica, muy en
particular, las Leicas I, II y III, que aparecieron entre 1924 y 1933. Su principal
competidora fue la Contax de Zeiss Ikon. Las primeras cámaras de 35 mm.
utilizaban un telémetro para enfocar, pero no pasó demasiado tiempo hasta
que los fabricantes comenzaran a estudiar la posibilidad de emplear el diseño
reflex de un solo objetivo. Las primeras SLR de 35 mm. fueron las Contax S de
Zeiss Ikon13.
Aunque los dos diseños más importantes de cámaras de 35 mm. fueron el de
telémetro y el SLR, se fabricaron muchas que tenían diseños menos comunes.
Siempre que una cámara tenga un diseño menos convencional o innovador,
será un coleccionable: cuestión que el tasador deberá tener en cuenta al
valorar cámaras nuevas hoy, como una inversión para el mañana. Ejemplo de
ello lo constituyen la cámara Robot I, producida en Alemania en 1934, las
norteamericanas conocidas como Ladrillos, fabricadas a partir de 1938, las
Kodak Retina y Retinette, las británicas Perfiles, la Zeiss Ikon Contaflex TLR o
la Werra.
Muchos coleccionistas deciden especializarse en un tema en particular para su
colección más que intentar coleccionar todos los tipos diferentes de cámara
que se han fabricado. Para facilitar a los tasadores la aproximación a este rubro
debe tenerse en cuenta que en general los temas más comunes que pueden
conformar la base de una colección, de acuerdo con Kate Rouse, son cuatro:
las cámaras instantáneas, las cámaras miniatura, las cámaras estereoscópicas
y las panorámicas.
La idea de cámara instantánea es aquella en la que el revelado de la
fotografía se hace en el interior de la cámara, sin necesidad de un cuarto
oscuro. Las cámaras más conocidas son las Polaroid, cuyos valores, dado la
cantidad producida, no son demasiado importantes, pero que constituyen una
base temática interesante.
Las cámaras en miniatura y sub-miniatura fueron
fabricadas desde 1880 y sol altamente buscadas
por los coleccionistas, por lo que sus valores son
importantes. Tenían el tamaño de un reloj de
bolsillo y se fabricaban de diversas formas y
colores y con distintos materiales. Los modelos
13 Rouse, Kate; Cámaras Clásicas, Guía del Coleccionista, Edimat Libros, Madrid.
más conocidos son: la Kombi, la Stecky, la Tika, la Midget; y sobre todo las
Minox y las Konan. Un ejemplo de la valoración de estas cámaras en miniatura
lo constituye una cámara Hegelein tipo reloj (conocida como cámara espía por
su tamaño) fabricada en 1894 y vendida en aquellos tiempos en U$S 5,00. y
que hoy día en subastas especiales alcanza valores entre 30 y 35 mil dólares.
El principio de las cámaras estereoscópicas consiste en que si dos
fotografías se toman desde puntos de vista ligeramente distintos y vistos de tal
manera que cada ojo vea una sola fotografía, el cerebro “ve” una imagen
tridimensional. Este tipo de fotografía fue muy popular durante el siglo XIX. Uno
de los mejores modelos que surgieron tenía dos objetivos uno al lado del otro y
un obturador especial que tomaba la exposición simultáneamente a través de
cada objetivo. Los modelos más conocidos eran el Glyphoscope francés y la
Stereo Weno norteamericana.
Como una cámara convencional no puede registrar un panorama demasiado
amplio en 1896 se patentó la cámara panorámica en la cual el objetivo rotaba
según se hacía la exposición. Luego estos modelos comenzaron a utilizar el
gran angular y que se hicieron muy valoradas en 35 mm.
1617 4. Instrumentos Científicos
Hay un número relativamente pequeño de
personas muy informadas que coleccionan
instrumentos científicos primitivos. Aprecian en
ellos su excelente manufactura y los materiales:
caoba, latón, oro y plata o una combinación de
éstos. Los mejores ejemplares son los del siglo
XVIII: aún se pueden encontrar instrumentos de
esa época, aunque cada vez en menor número y
a precios más altos.
Los instrumentos científicos siempre han estado
subvaluados en comparación con los buenos cuadros o muebles. Por ejemplo,
un raro reloj de sol de bolsillo, hecho por un eminente fabricante del siglo XVII,
se puede conseguir por una pequeña parte de lo que cuesta un óleo de
segunda línea. Hay coleccionistas que se concentran en un campo
determinado como puede ser los primeros pesacartas, aparatos eléctricos
primitivos, instrumentos médicos con mangos de ébano o marfil o incluso
aparatos antiguos de rayos X.
A continuación se detallará un resumen de los instrumentos científicos más
coleccionables clasificados según su uso.
4.1. Instrumentos de navegación
El uso de la brújula, invento de los chinos, se
extendió rápidamente durante los siglos XI y
XII entre los árabes que lo introdujeron en
Europa. La brújula se fue perfeccionando poco
a poco, tomando la forma de una aguja
imantada que pivotaba sobre una especie de
chaveta; más tarde se colocó debajo de un
círculo de cartón que giraba, marcado con una serie de direcciones. Los
marinos franceses la mejoraron agregándole
un dispositivo de suspensión que mantenía la
brújula horizontal, fuese cual fuese el
movimiento del barco. Las grandes brújulas
de derrotero se montaban cercanas a la
ubicación del timonel en cajas de madera
conocidas como bitácoras.
El primer instrumento conocido para conocer
la latitud14 fue el astrolabio árabe que
determinaba la altura del sol a mediodía para
conocerla. Se dice que Magallanes llevó consigo en su vuelta al mundo 24
astrolabios. A pesar de la gran producción de astrolabios durante los siglos XVI
y XVII hoy día se conocen poco más de 60, casi todos en manos de los
museos y colecciones. Durante los siglos XVII y XVIII aparecieron los llamados
14 Distancia al Ecuador, desde el Norte o el Sur.
“visores posteriores”, que medía el ángulo de elevación del Sol a través de las
sombras que arrojaban dos elementos móviles sobre un círculo dividido en
grados. Casi todos están hechos de madera de palo santo y tienen una escala
grabada en madera de boj, aunque también aparecen algunos más valiosos de
marfil. Hacia 1750 aparece en Francia una versión avanzada denominada
sextante o cuadrante. Con este instrumento triangular, el observador podía
mirar directamente al sol, ya que tenía filtros que amortiguaban el efecto. A
fines del siglo XVIII, se empezaron a hacer de latón, en vez de caoba o ébano
como los anteriores. En este siglo se inventó la máquina divisora que permitía
grabar líneas muy finas, de plata y oro, en las graduaciones de los
instrumentos.
La longitud es la distancia al meridiano cero, que es una línea que va de polo
a polo y pasa por Greenwich, Londres. En el mar se calcula comparando la
hora del barco con la del meridiano mencionado, que lo marca un reloj que se
ha puesto en hora en el puerto de salida. Los cronómetros se fueron
perfeccionando para subsanar los efectos de los cambios de temperatura y el
movimiento del barco. En general funcionaban durante hasta 8 días y el
mecanismo se colocaba en una caja de caoba, coromandel o palo de rosa, que
se suspendía de un par de aros.
Otros instrumentos de navegación que se han
convertido en coleccionables son por ejemplo los
antiguos compases de latón o hierro, las reglas de
ébano, los transportadores de plata para marcar los
derroteros o los relojes de arena que se utilizaban para
medir las distancias recorridas por los barcos.
4.2. Barómetros y Meteorología
Evangelista Torricelli, que trabajó junto con
Galileo inventó un aparato para medir la presión
atmosférica (barómetro) que consistía en un tubo largo y fino lleno de agua que
se invertía poniendo el extremo abierto en un cubo de agua. Aunque el nivel de
agua bajaba, no lo hacía demasiado por el efecto de la presión atmosférica. Se
podía sostener una columna de agua de casi 9 metros. Torricelli reemplazó el
agua del tubo y la cisterna por mercurio y entonces bastaban 0.75 m. para
medir la presión atmosférica, pero sin embargo nunca llegó a incluir una
graduación en la parte alta del tubo, cosa que sí hizo René Descartes en el
siglo XVII. Fueron los ingleses los que desarrollaron la fabricación masiva de
barómetros. Los primeros eran como bastones largos con una curva en forma
de U en la parte de abajo del tuvo, en la que tenía lugar la variación del nivel de
mercurio. Casi todos eran de nogal macizo o enchapado de nogal. Tanto los
relojeros como los fabricantes de instrumentos encontraron un mercado para
los barómetros que poco a poco se fue difundiendo. Hubo fabricantes
franceses que utilizaron cajas ovaladas o circulares, de madera dorada y
elaboradamente labrada. Aparecieron las versiones de columna suspendidos, -
tal como los cronómetros- para llevarlos en los barcos; las versiones para llevar
a las montañas para medir la disminución de la presión de aire y los
barómetros para los viajes en globo, que se usaban como altímetros. La
complicación de movilizar el mercurio provocó la aparición de los barómetros
aneroides (sin líquidos) que podían llevarse en un bolsillo y que a partir del
siglo XIX fueron muy eficaces. Algunos eran muy pequeños y con caja de oro,
otros de plata. Sus medidas oscilaban entre los dos y ocho centímetros. Las
versiones más grandes se hicieron para colgar o montadas en pies de caoba o
roble tallado.
4.3. Relojes de sol
Los primeros relojes de sol horizontales
eran redondos o cuadrados; iban
grabados sobre piedra arenisca o
pizarra y, más tarde, sobre latón. En su
centro sobresalía una barra vertical,
llamada gnomon que proyectaba la
sombra del reloj según se iba
moviendo. El reloj de cañón o cañón de mediodía es una versión refinada del
reloj de sol horizontal. Aparece un pequeño cañón de latón y una lente
graduable sobre una especie de mecha que a mediodía concentra los rayos del
sol, prende la mecha y dispara el cañón. Como los relojes de bolsillo durante
los siglos XVII y XVIII no eran exactos había gente que llevaba relojes de sol de
bolsillo. El más popular se llamaba díptico y consistía en dos paneles de
madera o marfil que se abrían como un libro. El gnomon era un trozo de cuerda
que quedaba extendido cuando los dos paneles estaban en ángulo recto.
Algunos tenían pequeñas brújulas que permitían orientar el aparato y otros
llevaban la información necesaria para dar la latitud de las ciudades
importantes, junto con la rosa de los vientos. Los había de plata y de bronce
con cubiertas de cuero forradas de terciopelo. Hasta el siglo XIX también se
fabricaron los relojes de esfera o de anillos, que se pliegan y quedan planos y
se despliegan para usarlos.
4.4. Instrumentos Ópticos
El primer instrumento óptico moderno fue
el telescopio o anteojo, introducido a
principios del siglo XVII. Fue Galileo quien
lo perfeccionó. Era un telescopio de
refracción y se componía de tuvos de
papel de pergamino –en el exterior
decorados con adornos de oro- y unos
discos de asta torneada para sostener las
lentes. Más adelante Newton fabricó un
telescopio de reflexión en el que la luz se
recoge y se enfoca con un espejo y es desviada al ocular por otro espejo. Los
tubos de estos instrumentos se hacían de caoba y luego fueron sustituidos por
uno de latón extensible y más corto.
Hacia el siglo XVII, los italianos, además de fabricar anteojos monoculares,
desarrollaron una versión binocular compuesta de dos tubos paralelos, que se
mejoraron en el siglo XIX, con los binóculos en miniatura, ideales para el teatro.
Se hacían en marfil, latón dorado, cuero, plata y esmalte.
El microscopio fue un desarrollo natural del telescopio de refracción: no era
más que una versión de este instrumento con el foco más cerca. Los primeros
modelos se hacían en pergamino, cartón, asta o
madera. En el siglo XVII Inglaterra se convirtió en el
centro principal de fabricación de microscopios. Los
hubo de palo santo, latón y cuero recamado en oro.
En el siglo XVIII aumenta la demanda por el
desarrollo de la ciencia y comenzaron a fabricarse de
tipo portátil más pequeño, incluso se fabricaron
microscopios de bolsillo de una lente, que se llevaban
al campo; y de tipo binocular, con un pequeño prisma
que dividía la imagen del objeto observado.
Casi todos los juguetes ópticos se desarrollaron en los siglos XVIII y XIX, pero
hay algunos más antiguos. Por ejemplo el anamorfoscopio que era un
pequeño espejo cilíndrico vertical que, cando se colocaba con mucho cuidado
sobre un dibujo distorsionado, lo rectificaba, haciendo reconocible la imagen.
En 1818 se patentó el caleidoscopio; en el que hay unos trozos pequeños de
material de colores en el fondo de un visor, que se ven por triplicado mediante
la inclusión de dos espejos que forman un ángulo de 60 grados. A mediados
del siglo XIX apareció el zoótropo, que consistía en un tambor de hojalata con
unas delgadas rendijas para ver, cortadas a intervalos alrededor de él. Dentro
del tambor iba una tira ancha de papel, en la que iban dibujadas las fases
sucesivas de un movimiento hecho por una persona o un animal. Al hacer girar
el tambor, las fases del movimiento se veían como un movimiento continuo por
efecto de la persistencia de la visión. El segundo invento fue el praxinoscopio
que no era más que un zootropo mejorado. La linterna mágica e inventó en el
siglo XVIII y consistía en una fuente luminosa, velas o luego lámparas, que
proyectaban una imagen que iba en una diapositiva de cristal, a través de una
lente, sobre una pared o pantalla. Según el tamaño de la lente y la potencia de
la luz, la imagen podía ser muy pequeña o llenar una pared. Estos juguetes se
han convertido en objetos altamente demandados por el coleccionismo y
cuando se encuentran en perfectas condiciones alcanzan altos precios.
4.5. Aparatos para pesar y medir
Desde el momento en que el hombre empezó a comerciar se necesitaron
pesas y medidas precisas. Los dos tipos de balanza más comunes eran el de
brazos iguales, donde el eje de equilibrio está en el centro, el objeto a pesar se
pone en un platillo y las pesas en el otro y el de brazos desiguales, como la
romana; es ente último, el objeto a pesar se pone en el brazo más corto y sobre
el otro brazo que va graduando, se hace correr una pesa. Ambos tipos siguen
siendo de uso común, pero la romana tiene la ventaja de no tener que usar
pesas pequeñas que pueden perderse. Aún antiguamente existían balanzas
portátiles, necesarias para el comercio y el mercado del coleccionismo aprecia
particularmente aquellas fabricadas en Holanda y Alemania durante el siglo
XVII y XVIII y que presentan completo el juego de pesas. Existen ejemplares de
bolsillo cuyas cajas se fabricaban en caoba, marfil o madreperla. Con la
difusión del correo aumentó la fabricación de balanzas de gran variedad de
tamaño como pesacartas. Las pesas se fabricaban en juegos estándar.
Con referencia a los instrumentos científicos para el coleccionismo no deben
olvidarse ni los profusos globos terráqueos que hicieron su aparición entre los
griegos y luego durante el reinado de Carlomagno; el instrumental médico; los
instrumentos de agrimensura, entre los que destacan los teodolitos –
herramienta esencial de los topógrafos-, los odómetros y los niveles; los
instrumentos de dibujo y arquitectura, los instrumentos mecánicos (palancas,
poleas y aparejos) y los instrumentos de cálculo como los ábacos y las reglas
de cálculo.
18 5. Instrumentos Musicales
18.1.1 5.1. Origen de los instrumentos
musicales
18.1.2 La
mayoría de los instrumentos musicales
europeos puede distinguirse fácilmente
en una orquesta moderna aunque sus
orígenes pueden ubicarse hasta los
antiguos tiempos de las civilizaciones
griega y romana. En realidad debido a la
prohibición de la
iglesia de utilizar
instrumentos en el
desarrollo del culto
son pocos los que
han sobrevivido desde los siglos V al
XII. Es a través de la literatura que a
partir del siglo XIII se pueden rastrear
algunas descripciones de diversos
instrumentos de cuerda. Figuran el
dulcémele y el salterio15, el rebec de dos
cuerdas y la trompa de señal. En lo que
respecta a los instrumentos de viento
aparecieron dos tipos de flauta: la lateral
o traversa y la recta16. El origen de la
gaita17 puede ubicarse en esta época.
Los cornos o trompas eran utilizados
como instrumentos militares y
fabricados de cuernos de animales. Los
instrumentos de teclado recién aparecen
descritos hacia el siglo XV, cuando se
difunden el clavicémbalo18 y el
clavicordio. Las primeras referencias
sobre el organistrum19 se encuentran en
manuscritos del siglo XII y
15 Antecedentes de la cítara.16 Hoy conocida como flauta dulce.17 Instrumento que sigue en uso con algunas modificaciones.18 Conocido como clave.19 Mencionado también como zanfonía.
aparentemente era utilizado en la calle
por juglares y músicos callejeros. Los
instrumentos de percusión eran escasos
y se limitaban a pequeños címbalos,
panderetas y tambores largos que se
golpeaban con palillos.
Durante el Renacimiento comienzan las divisiones entre las diversas familias
de instrumentos musicales. Cuando el registro de algún instrumento se
consideraba limitado, aparecía entonces algún complementario, cuestión que
permitía obtener todos los registros20. Los instrumentos de cuerda más
difundidos durante el renacimiento fueron el laúd21, la guitarra22, la vihuela y la
fídula que dieron luego origen a las diversas violas23. La familia de los
instrumentos de viento evolucionó de manera similar. Se usaban varios tipos de
flauta dulce y los instrumentos derivados de las flautas tales como el flautín y la
flauta pastoril. Hacia el siglo XVI se desarrollan nuevas familias de
instrumentos, los más conocidos aquellos denominados de doble lengüeta
entre los que destacan los fagots, que darán
lugar a su propia familia. Mientras avanzaba
el Renacimiento los instrumentos de viento
de metal comenzaron a formar un grupo
independiente. El más difundido era el
cornetín, fabricado en aquel entonces aún
con cuerno o madera. El trombón de varas
aparece hacia fines del siglo XVI en Nuremberg, Alemania. Los instrumentos
20 Soprano, contralto, tenor, barítono, bajo y contrabajo.21 Instrumento que los árabes introdujeron en Europa.22 De origen español.23 La viola da gamba y la viola da braccio serán los antecedentes de los coleccionables violonchelo y violín.
de teclado, como el clave y el órgano, fueron evolucionando con el aumento del
número de cuerdas, para obtener mayores
registros. En lo que se refiere a los instrumentos
de percusión ya se conocen el xilófono y las
campanas tocadas a mano.
Desde el barroco, a mediados del siglo XVII, los
instrumentos fueron cambiando para satisfacer
las necesidades musicales. El laúd siguió en uso,
aunque sufrió algunas modificaciones. Se
difundió definitivamente la guitarra y apareció la
mandolina.
A mediados del siglo XVIII el violín comenzó a ser excluyente. En general, los
instrumentos de viento fueron considerados demasiado limitados por su
incapacidad para producir amplios registros. Sobreviven la flauta traversa, el
oboe y el fagot. Hacia el siglo XVIII el caramillo se convierte en clarinete. Los
trombones y trompetas se mantienen sin cambios. En lo que respecta a los
instrumentos de teclado, surgen los claves de dos o tres teclados y pedal, que
a su vez se amplían, así como el clavicordio, para aumentar los registros.
Hacia fines del siglo XVIII y comienzos del XIX el desarrollo musical obligó a los
fabricantes a mejorar sus técnicas para conseguir mayor calidad tonal. Los
instrumentos de cuerda se dividieron en dos
grupos: los de arco y los punteados. Al aparecer
la viola, el violonchelo y el contrabajo se
constituye la sección orquestal de las cuerdas.
El arpa se desarrolla con la adición de los
pedales. La guitarra y la mandolina se difunden
desde España e Italia hacia el resto de Europa.
A los instrumentos de viento se les incluyen
llaves mecánicas mientras que se van
mejorando la flauta, el oboe, el clarinete y el
fagot. A mediados del siglo XIX aparece un nuevo instrumento en Francia: el
saxofón. El grupo de instrumento de metal se conforma definitivamente hacia
mediados del siglo XIX cuando en su fabricación aparecen las válvulas,
mejorando su afinación y versatilidad. La última gran transformación fue la
preeminencia del piano por sobre el resto de los instrumentos de teclado. Los
pianos evolucionaron desde los primeros cuadrados y verticales, convirtiéndose
en el instrumento más difundido.
19 5.2. Instrumentos de cuerda de colección
Los instrumentos de cuerda son los que dentro del
rubro musical presentan un mercado de coleccionismo
más amplio y valorado. Por esto el tasador de bienes
de colección deberá considerar algunas
particularidades específicas. Aunque está clarísimo que
la preferencia de los coleccionistas estará dirigida a los
instrumentos que hayan sufrido poca o ninguna restauración y que se
encuentren en perfecto estado, la probabilidad de que se cumpla esta
circunstancia es mínima. Por tanto los tasadores deberán evaluar el grado de
restauración a que ha sido sometido el instrumento. Para ello deberá tenerse
en cuenta que la causa más comunes de deterioro es la hinchazón de la
madera que provoca la desviación de los mangos y grietas varias en el cuerpo
del instrumento. Las averías de las tallas de la tapa pueden afectar incluso la
difusión del sonido. Debe considerarse que en general muchos instrumentos
presentan en su interior las etiquetas de los fabricantes. Estas etiquetas están
pegadas en el fondo del instrumento y pueden leerse desde el exterior. Algunos
instrumentos presentan las marcas de los fabricantes en las bases de los
mangos.
En general las colecciones más valiosas se arman sobre la base de tres
opciones:
Colecciones que incluyen todo el muestrario de los instrumentos de cuerda,
marcando la evolución de los mismos desde tiempos antiguos. Estas
colecciones incluirán entonces: violas da gamba, violines, laúdes, guitarras,
mandolinas, cítaras, banjos, zanfonías y arpas. Para acotar estas
colecciones suelen dividirse en instrumentos de cuerda
y arco e instrumentos de cuerda pulsada.
Colecciones de un solo instrumento de
cuerda, que presentarán la evolución del mismo a
través del tiempo y de los diversos fabricantes, con expresiones de distintos
orígenes. La expresión máxima de estas colecciones es el coleccionismo de
violines. Los fabricantes más antiguos datan aproximadamente del año
1500.
Colecciones de un único instrumento, de una época determinada, o de un
fabricante en particular, tal como el coleccionismo de violines fabricados por
Antoni Stradivari en Cremona, Italia entre 1644 y 1737.
5.3. Instrumentos de viento de colección
Básicamente el coleccionismo de los instrumentos de viento depende en primer
término del material de fabricación. Generalmente se dividen entre los
instrumentos de madera y los de metal.
Los instrumentos de viento de madera, al igual que lo visto con los de cuerda,
pueden cuartearse debido a la expansión de la madera y, a causa de ello, hay
partes que pueden haber sido reparadas o substituidas. Igual que lo que ocurre
con los instrumentos de cuerda, este hecho puede no influir en la calidad del
sonido, pero debe tenerse en cuenta a la hora de tasar el instrumento para el
coleccionismo. Antes de la fabricación industrial o mecánica, los artesanos
imprimían su nombre o marcas en las ensambladuras. Luego del comienzo de
la fabricación mecánica, sólo lo hacían en la ensambladura superior. Otro factor
que el tasador debe tener en cuenta es la antigüedad de las substituciones. A
medida que la madera envejece con el uso, tal como se ha descrito en la
unidad correspondiente a los muebles, aparece una pátina. De esta forma
puede reconocerse una ensambladura que ha sido sustituida mucho después
de la fabricación del instrumento, ya que tendrá un color diferente y
probablemente la marca del fabricante habrá desaparecido.
En lo que respecta a los instrumentos de viento de metal, el problema principal
que se presenta para el coleccionismo, será que el metal se oxida, por lo que
muchas veces los instrumentos presentan averías o abolladuras. La mayoría
de los instrumentos de metal anteriores al siglo XVIII han sido afectados por
reparaciones, sobre todo remiendos tanto en los cuerpos como en las uniones.
En general la identificación del fabricante se ve facilitada, al igual que en el
resto de los instrumentos porque nombres y marcas se estampaban o
grababan en el cuerpo del instrumento.
El coleccionismo de instrumentos de viento de madera generalmente divide sus
preferencias entre los instrumentos sin lengüeta y aquellos con. Como los
valores de estos instrumentos no alcanzan la dimensión de los de cuerda, las
colecciones en general son más completas y numerosas. Para autentificar y
datar las piezas será muy importante conocer las técnicas de fabricación de las
mismas y los materiales empleados a través del tiempo.
5.4. Instrumentos de teclado de colección
La cuestión más importante a considerar por los tasadores de instrumentos de
teclado es que los mismos suelen presentar grietas en las cajas de resonancia,
generalmente producidas por la tensión excesiva de las cuerdas. Muchos
instrumentos antiguos han sido restaurados, a menudo mediante la sustitución
del mecanismo original con piezas modernas,
que permiten una ejecución satisfactoria.
Siempre que sea posible, la caja armónica debe
ser la original. La mayoría de los antiguos
fabricantes hacían inscripciones en un panel
ornamental que iba sobre el teclado y que
posteriormente se reduciría a una placa con el
nombre.
El mercado de los instrumentos de teclado
presenta un comportamiento diferente del
resto de los instrumentos musicales. Por su
tamaño, coleccionarlos y exhibirlos es más
complejo. En general los demandantes de
estos bienes pueden ubicarse entre los
museos públicos y privados, casonas y
palacios en manos gubernamentales y unos
pocos particulares. Generalmente las
colecciones se arman por épocas o por
fabricantes. Integran estas colecciones: el
clave, el virginal, los clavicordios, los órganos, las pianolas y los distintos tipos
de piano. En el caso de los pianos y órganos la importancia de los fabricantes
se combina con el origen del instrumento.
5.5. Instrumentos de percusión de colección
Para el coleccionismo en general se dividen entre aquellos con parche y
aquellos sin parche.
En lo que se refiere a los instrumentos de percusión con parche el tasador
deberá tener en cuenta que aunque los mismos pueden estropearse con
facilidad, también pueden ser sustituidos sin ningún problema. El peor
inconveniente para la valoración de estos instrumentos es el deterioro de la
decoración y la pintura de la caja de los tambores al dificultar su identificación.
Los primeros instrumentos de percusión importantes que hubo en Europa
fueron los llamados atabales, conocidos luego como timbales, que durante el
siglo XV se usaban en los regimientos de caballería y que, a principios del siglo
XVIII, acompañaban a las trompetas en las obras para orquesta. En realidad su
diseño no se ha modificado mucho. El tambor o bombo se conoce desde fines
del siglo XVIII y también se utilizaba en las bandas militares.
De los instrumentos sin parche los más conocidos son el xilófono y el carillón.
Ambos aparecen en el siglo XVIII.
El coleccionismo de estos instrumentos está limitado en general a los museos
específicos y a escasos particulares.
19.1.1
19.1.2 6. Juguetes y MuñecasColeccionar juguetes,
muñecas y juegos es
una actividad reciente
que ha evolucionado
mucho desde 1960.
Tras un rechazo inicial
por parte de muchos
negocios para
tomárselo en serio, hoy
ya se contempla como
un adecuado campo de
coleccionismo. Se han publicado muchos libros sobre el tema, hay salas
internacionales de subastas que han establecido departamentos especializados
para ocuparse de ositos Teddy, muñecas, juguetes de hojalata, trenes,
soldaditos y juegos, y algunos precios han alcanzado niveles que rivalizan con
los de otras antigüedades más tradicionales.
El último período de la época Victoriana y el Eduardiano, en Inglaterra, fueron
la edad de oro de los juguetes y las muñecas. Las familias ricas
proporcionaban a sus hijos trenes movidos a vapor, frágiles muñecas de
porcelana vestidas a la última moda francesa y otros juguetes caros y
elaborados. Incluso los juguetes baratos, producidos en serie con hojalata
estampada y litografiada, poseen una calidad y originalidad, que por desgracia,
no tienen los juguetes modernos. Sin embargo, como los juguetes, por su
propia naturaleza, están muy usados y averiados, es difícil encontrar los
antiguos en perfecto estado de conservación.
Todo tasador debe tener en cuenta que la condición es muy importante para
los coleccionistas. La fatiga del metal en un juguete, una grieta en la cara de
una muñeca de porcelana, la pintura descascarada de un soldadito, el óxido en
un viejo barco de juguete, el relleno deteriorado en un osito Teddy, bajan
considerablemente el valor del juguete. Además debe considerarse que la
restauración de todos estos daños es algo que sólo debe hacerse como último
recurso, y únicamente por un experto. Hay muchas piezas que se han
arruinado porque sus propietarios han sustituido la vestimenta original con
imitaciones de plástico o han pintado sus juguetes para avivar el colorido
original. Es mejor que tengan un poco de óxido que un acabado que destruya
por completo la calidad del original.
Parte de la atracción y encanto de los juguetes antiguos es que reflejan a
menudo los tiempos en que se hicieron. Las muñecas, por ejemplo, registran
con precisión los cambios en la moda, en el maquillaje y el peinado desde el
siglo XVIII que fue cuando se comenzaron a fabricar comercialmente, hasta
nuestros días. Es interesante comparar una muñeca de principios del siglo
XVIII, cuyas cabezas eran grandes y estucadas, con ojos negros fijos, la boca
pintada, el cuerpo de madera con articulaciones angulares y finas ropas, con
un bebé francés de biscuit24 del siglo XIX con su cara de colores rosados, ojos
vivos y en movimiento, de complexión rechoncha vestidos con terciopelos
bordeaux; es evidente que la estética se fue modificando a través de los siglos.
Los juguetes de hojalata y fundición incorporaron a menudo avances
tecnológicos no sólo en su diseño, sino también en su construcción: el vapor y
la electricidad, por ejemplo, fueron métodos comunes, aunque aventurados
para mover los trenes y otros juguetes hacia 1900.
La Revolución Industrial vio una enorme producción de juguetes y muñecas
cuando los nuevos procesos permitieron a las fábricas producir juguetes con
rapidez y eficacia. En el siglo XX la cadena de producción en serie, con
ejemplares fabricados, montados y empaquetados en un mismo lugar aumentó
notablemente la producción y por tal la demanda.
En los últimos años los precios de los juguetes antiguos se han puesto fuera
del alcance del bolsillo medio y algunos coleccionistas han puesto la vista en lo
mejor de la producción del siglo XX. Son muy buscados los juguetes
relacionados con el espacio y con la televisión de los ’60. Parece que los
juguetes modernos van a provocar cada vez más interés y el panorama es
ilimitado.
6.1. Muñecas
Han sobrevivido muy pocas muñecas de madera anteriores al siglo XVII.
Seguramente, las más encantadoras que se hayan fabricado sean las
conocidas como muñecas Reina Ana, que son de dicha época. No pueden
atribuirse a ningún fabricante en particular, pero se cree que la mayoría
proceden de Inglaterra. Generalmente la cabeza y el torso se torneaban y las
mejores tenían articulaciones esféricas y miembros moldeados. Se cosía una
peluca de lino o cabello auténtico a la cabeza de pasta. Algunas piezas tenían
antebrazos y piernas de cuero. Los ojos eran negros o castaños muy
separados. Algunas poco usuales tenían ojos y lunares postizos negros
pintados en la cara. Las cejas se pintaban con línea de trazos. En general la
24 Ver Cerámica y Porcelana. Porcelana sin barniz.
nariz era un triángulo de madera y las mejillas se pintaban de rojo. Durante el
siglo XIX se fabricaron en Europa algunas muñecas de madera que se
denominaban Muñecas Grödnertal. Eran muy simples, de cuerpo robusto,
facciones talladas y cabeza en forma de cuchara. También en Estados Unidos
se fabricaron y tenían un estilo propio.
En Francia, aproximadamente de 1860 a 1880 apareció lo que allí se conoce
como parisina o pepona, muñecas con cabeza de biscuit que se hacían para
niñas acomodadas y que se vendían con ajuar. Son particularmente atractivas
y por tal muy apreciadas por los coleccionistas. La mayoría tenían cuello
giratorio, un cuerpo de cuero relleno, la cabeza con una peluca de pelo real
sobre una capa de corcho, los ojos de cristal, en colores azules y castaños y
los labios rosa pálido. Al igual que con el resto de las muñecas francesas y
alemanas con cabeza de biscuit, el número del molde y las iniciales del
fabricante solían ir grabadas en la parte posterior de la cabeza o en su defecto
estampadas en el cuerpo. Entre los fabricantes más coleccionables se
encuentran: Mme. Huret, Mme. Rohmer, León Bru, Jumeau, Terrene, Verry
Fils, Simonne, F. Gaultier, Guiton y Phenix. Desde entonces se han venido
haciendo reproducciones e imitaciones y la autentificación no siempre es fácil.
Muchas de estas firmas incorporaron en sus peponas mecanismos para hablar,
tirar besos o cantar. Hacia 1909 se comenzó en Francia y Alemania la
producción de las denominadas
“bebés realistas” (tomadas de niños
reales), había niños, niñas, bebés
y niños en edad de gatear. Una de las
más raras tenía tres cabezas
intercambiables con expresiones
diferentes.
A finales del siglo XIX, la fabricación
alemana de muñecas con
cabeza de biscuit había superado a
la francesa. Los primeros modelos
alemanes fueron copias pero
Armand Marseille, el más prolífico de
sus fabricantes, produjo varios modelos, el 370, el 300 (con cabeza adaptable)
una gama de muñecas de personajes y de pepones que son absolutamente
coleccionables. Al igual que con las muñecas francesas, las marcas están en la
parte posterior de la cabeza. Otra firma alemana, la Kammer y Reinhardt
fabricó no sólo muñecas normales, sino también a partir de 1909, una gama de
muñecas realistas cuyas cabezas fueron hechas por Simon & Halbig que hoy
son muy buscadas por su modelado realista. Se solían llamar según el nombre
del niño que sirvió de modelo para la muñeca, el cuerpo era de madera o
material compuesto y podía ser de niño, nene de primeros pasos o bebé. Los
números de modelo van desde el 100 (el Pepón Kaiser) al 120. J. D. Kestner
fabricó diversidad de muñecas, sus peponas realistas (modelo 200) son
demandadas por coleccionistas. Otros fabricantes alemanes conocidos fueron;
Gerbruder Heubach, Otto Dressel, Heirich Handwerk, Fritz Bartenstein y Carl
Bergner, cuya serie de Caperucita Roja es muy requerida.
En las subastas internacionales suelen aparecer también, dada su demanda,
muñecas de porcelana, fabricadas por los mismos fabricantes de porcelana
como Meissen, Dressel y Kister. Eran de pelo oscuro, de porcelana fina, de
color rosado, con ojos azules y castaños. El cuerpo era de cuero relleno de
aserrín con articulaciones de espiga o de trapo. También son reconocidas las
muñecas de Paros25, de biscuit blanco sin pintar, en su mayoría alemanas; las
muñecas de cera italiana de la firma Montanari y las de papier maché26, de
varios modelos como las Biedermeier o las Milliner.
Las casas de muñecas propiamente dichas del siglo XIX son el tipo que hoy
se colecciona más (aunque hay algunos modelos de principios de siglo XX que
también se cotizan mucho). Las líneas arquitectónicas largas y bajas de las
casas en miniatura de los siglos XVII y XVIII continuaron en los modelos de
principios del siglo XIX, pero cambiando las ventanas: 12 cristales de ventana
dieron paso a dos o cuatro, de acuerdo con el estilo arquitectónico del
momento.
25 Paros por Porcelana Parian.26 A fines del siglo XIX se sustituyó por compuesto: pulpa de madera y cola.
6.2. Ositos Teddy
El más popular de los juguetes de trapo coleccionables apareció a principios
del siglo XX. Quién lo inventó sigue siendo una cuestión que se discute.
Ciertos fabricantes de osos tienen sus
propias características
distintivas, pero aun así, atribuir y
datar los osos Teddy es, en
general, muy difícil. En Alemania, la
firma Steiff lanzó el primer diseño:
tenían cabeza triangular, las
orejas redondas muy separadas,
ojos de botón, un hocico salido con
pespuntes, boca y garras,
articulaciones giratorias, brazos
muy largos y patas troncocónicas con
plantas planas y alargadas, una cubierta de mohair, relleno de aserrín y
muchas veces con un dispositivo que lo hacían gruñir. Desde 1904, los osos
Steiff llevaban en la oreja un distintivo botón metálico, cuyo diseño actuaba
como marca y cambiaba cada año. Con el paso de los años apareció en el
botón de peltre el nombre de la fábrica en letras mayúsculas de tipo romano.
Luego aparecieron los botones cromados, siguieron los de latón y otros
pintados de gris. Sin embargo este cambio de material no es absolutamente
confiable con respecto a las fechas porque a veces se usaron existencias
anteriores de botones. Además de hecho, es muy fácil trasladar un botón de un
oso a otro para aumentar su valor. Debajo del botón también se encuentra una
etiqueta que cambia de colores de acuerdo con los años en la que aparecen
los datos del juguete. Los colores distintivos de los osos eran el dorado y el
beige, pero también se fabricaron: negros, blancos, canela, durazno, rojo, rosa,
gris, marrón oscuro y de dos tonos. A partir de 1920 la empresa comenzó a
utilizar ojos de cristal. Se considera que los osos Steiff son los mejores y son
especialmente coleccionables aquellos de los tipos mecánicos, que trepan,
caminan o dan vueltas. Estos llevaban una placa metálica, marcada con el
anagrama BGN o BW igual a los de la llave. Otros fabricantes alemanes
reconocidos eran la Gebruder Hermann KG y la Schereyer y Co. de
Nuremberg. Recientemente los osos Teddy ingleses han conseguido el
reconocimiento que merecen. La Chad Valley hizo osos desde 1920 en
adelante, en una gama de 13 tamaños y 6 calidades. Los más raros y valiosos
son los de colores inusuales. Los fabricados desde 1938 llevan la garantía real.
La Merrythought Toys produce osos desde 1930. También se marcaban con un
botón en la oreja. Los primeros osos fabricados por la Dean’s Rag Book Co.
son muy buscados por los coleccionistas. La empresa produjo osos de peluche
dorados con ojos de cristal y las plantas de las patas de paño, rellenos con
viruta de madera. Llevaban una etiqueta cocida al pie con el nombre de la
fábrica. En los Estados Unidos el mejor fabricante de osos Teddy fue la Ideal
Toy and Novelty C., de Nueva York. Sus primeros ejemplares no llevaban
marca, pero tenían orejas grandes y redondas y el cuerpo con articulaciones
giratorias.
6.3. Soldados
Para los coleccionistas de soldados de juguete, la antigüedad significa el siglo
XVIII. Toda la producción anterior es escasa, de piezas únicas y se encuentra
definitivamente en los museos y fuera de la posibilidad de un coleccionista. Los
soldados de juguete –sobre todo los fabricados comercialmente y que
constituyen el núcleo del coleccionismo- se han empezado a producir en
cantidades apreciables en una
época relativamente reciente. Los
coleccionistas reconocen varios
géneros principales, claramente
definidos, de soldados de juguete.
En primer lugar, los planos
(figuras de estaño) que son el
paradigma del soldadito de plomo. Son figuras aplastadas, casi de dos
dimensiones, que tienen su origen en la industria del peltre27 del siglo XVIII en
el sur de Alemania. Este tipo se fabrica todavía hoy día en pequeñas
cantidades para surtir el mercado del coleccionismo.
27 Aleación de estaño y plomo.
En segundo lugar, los macizos: figuras redondeadas, de aleación de plomo,
francesas y alemanas que se fabricaron entre mediados del siglo XIX y 1930.
Aparecen luego los modelos más livianos, de fundición vaciada de William
Britain (fabricante inglés) que ha dominado el mercado desde 1890 hasta 1960.
Están también las figuras animadas, hechas de compuesto (masilla), fabricadas
en Alemania entre 1904 y la Segunda Guerra Mundial. Entre las subdivisiones
de interés se encuentran las variantes francesa y austríaca de los soldados
planos, los macizos de Dinamarca y Suecia así como los imitadores belgas,
daneses y británicos. Sorprendentemente, los coleccionistas de los Estados
Unidos no tienen una fuente nacional de soldados de juguete, aparte de una
serie de fundiciones pesadas. La actual ola de interés por el coleccionismo
tiene su origen hacia 1965. Las consideraciones sobre la salud y el mercado
del juguete suprimieron el empleo de productos de plomo en la industria, que
se concentró cada vez más en los plásticos y metales fundidos a presión.
Como resultado, el modesto plomo, magnificado al caer en desuso, se equiparó
al oro.
Los moldes para los soldados de plomo se hacían normalmente con dos
bloques de pizarra. Cada una de las superficies se pulía finamente de forma
que las dos partes encajaran perfectamente al unirlas con una abrazadera para
verter el metal fundido.
El grabador hacía una imagen que
representaba una cara de su figura
de soldado y luego realizaba una
imagen complementaria de la otra
cara. Cuando los bloques se unían,
una apertura en la parte superior
abría un conducto en el que se
vertía el metal fundido hasta el interior del molde. Después de una
sedimentación instantánea, se abría el molde y se quitaba el metal sobrante de
la figura lijándolo. Como el estaño puro era caro y quebradizo, los fabricantes
usaban peltre. Algunos fabricantes usaban buenos pintores para decorar sus
soldados, otros los distribuían sin pintar o se los pintaba parcialmente. La
identificación de un fabricante suele ser complicada por las confusiones de la
época, a veces las cajas eran etiquetadas en las distribuidoras mientras que
algunos fabricantes los marcaban con sus iniciales pero estas eran modificadas
constantemente. Por todo esto los tasadores deben apoyarse necesariamente
en los antiguos catálogos y en su experiencia personal al manejar estas
figuras. Un nombre importante es Ernst Heinrichsen que normalizó el tamaño
de los ejércitos de juguete (figuras de 30 milímetros) permitiendo que se
mezclaran soldados de diferentes fabricantes. Esta medida se conoce como
“escala de Nuremberg”. En esta escala Aloys Ochel de Kiel (el mayor fabricante
del mundo) produjo sus figuras de plomo con las marcas comerciales Kilia (de
lujo) y Oki (inferiores).
Las figuras macizas requerían más metal en su fabricación que las planas así
que por una cuestión de costo el peltre se sustituyó por una aleación de plomo
y antimonio. Francia tuvo el mérito de introducir con éxito los primeros
ejemplares comerciales de la figura maciza verdaderamente tridimensional.
Fue el logro de una empresa llamada Lucotte, que luego se llamó Mignot,
cuyos archivos de propiedad y documentación sobre las prácticas de
fabricación están muy deteriorados, pero cuyos soldados, de 54 mm., son
conocidos y muy cotizados por los coleccionistas. Entre ellos los modelos de
los ejércitos napoleónicos son especialmente populares. Mientras tanto la firma
George Hiede dominaba la producción alemana. Sus productos abundaban en
errores e inexactitudes en tanto a ocupaciones, colores, etc.
Ninguna clase de soldados de juguete tiene mayor interés por parte de los
coleccionistas que los modelos de plomo completamente redondos de William
Britain de Londres, firma que sigue produciendo juguetes. Los soldados se
convirtieron en el centro del éxito de la fábrica, a fines del siglo XIX, gracias al
invento revolucionario: la figura de fundición hueca, método que abarataba
notablemente el costo de producción. Se volcaba el metal en el molde al que se
hacía rotar a gran velocidad lo que depositaba el metal en las paredes del
molde a modo de capa, mientras que el exceso salía por el orificio superior. Las
figuras de fundición hueca eran mucho más baratas y livianas. Los
coleccionistas reconocen dos épocas distintivas de fabricación de la empresa:
una antes de 1914, cuyos modelos se llaman ancient britains y los de 1930.
Los coleccionistas de soldados de juguetes fabricados con pasta mixta
(compuesto) de 70 mm., sienten una particular atracción por los productos de
Elastolin y Lineol, dos nombres que definen el material de fabricación; una
mezcla de aserrín, cola, caolín y aceite de linaza, especie de masilla que se
cocía en un molde hasta endurecer. Estos soldados de compuesto se imitaron
en toda Europa.
6.4. Trenes de Juguete
Los primeros trenes de juguete, a cuerda y sin rieles, aparecieron en Estados
Unidos hacia mediados del siglo XIX. A medida que avanzó el siglo, se utilizó el
vapor como energía motriz para los trenes de juguete, que se conocían como
“goteadores” dado que salpicaban agua. En esta época las medidas del ancho
de la vía no estaban normalizadas, por lo
que se hacían en muchos tamaños. En
1900 los alemanes se habían ubicado
muy bien en el mercado. Los mejores
fabricantes fueron Gebruder Bing,
Carette y el internacionalmente
reconocido y coleccionable Märklin.
A este fabricante se le atribuye la
normalización de todos los anchos de
vía.28 La firma norteamericana adoptó el
ancho de vía 0 y los fabricantes
franceses, Radiguet y JEP adoptaron los
anchos de vía 0 y 1. Los anchos de vía
más usados en 1900 fueron los 2 y 3,
que daban lugar a enormes trenes, por
supuesto dedicados a un mercado rico y
con amplios espacios disponibles. Poco a poco los trenes de juguete fueron
haciéndose más pequeños y baratos y por tal más masivos. A comienzos del
siglo XX aparecen los modelos de trenes movidos por electricidad. La Primera
Guerra Mundial provocó un alto en la fabricación de trenes de juguete. Hacia
28 Ancho de vía: 0:32 mm, ancho de vía: 1:45 mm., ancho de vía: 2:51 mm..
1920 se retoma con nuevos nombres de fabricantes como Hornby, la Lionel
Company en Estados Unidos, con ancho de vía propio (54 mm.), la Ives y la
American Flyer. En Europa cambia el ancho de vías preferido, aparece el 00,
de escala menor, fabricado por Bing, dado el cambio en el tamaño de las
habitaciones y casas. En 1935 Basset Lowke introduce el Twin Train Railway,
donde dos trenes se movían en las mismas líneas pero a diferentes
velocidades.
20 7. Manuscritos, Libros y MapasEn la antigüedad existían importantes
bibliotecas y también un difundido comercio
de libros. Esto desapareció cuando el
acceso a la lectura se vio limitado a
reducidos sectores de la sociedad. Durante
el medioevo los textos clásicos se
preservaron y reprodujeron en las abadías
y monasterios. Allí se produjeron los libros
más notables de la historia, tales como el
manuscrito anglosajón conocido como
Book of Kells o los Lindisfarne Gospels,
joya de la Biblioteca de Londres. Los devocionarios o Libros de las Horas que
se custodian en las grandes bibliotecas se produjeron en aquellos tiempos
tanto para laicos como para religiosos.
El paso de los manuscritos a los libros impresos no es fácil de detectar. Aún
después de la invención de la imprenta era común que los libros impresos,
sobre todo los de poesía, se copiaran a mano. La producción de manuscritos
se mantuvo en Europa hasta por lo menos el siglo XVII.
Cuando se inventa el tipo móvil de la imprenta29 se revoluciona la producción,
ya que se facilita la corrección y se aumenta considerablemente la velocidad de
para producir gran número de textos idénticos. El primer libro impreso con esta
técnica fue la Biblia de Gutenberg, en 1457.
29 Método de fabricación en serie de letras sueltas de metal que podían formar cualquier combinación y usarse ilimitadamente.
Los libros editados durante los primeros cincuenta años de la imprenta se
conocen en el mundo del coleccionismo como incunables30 y que constituyen
la aspiración máxima del coleccionismo de libros antiguos. La característica
peculiar de los mismos es que casi no pueden ser distinguidos de los
manuscritos. Los tipos y composición se copiaban de la letra de los
manuscritos, lo que los hacía casi idénticos. Lo que puede facilitar al tasador la
identificación de estos textos es que algunos editores colocaban un dibujo o
una marca de fábrica propia que los identificaba. Debe quedar en claro que las
portadas de los textos, en donde aparecen los datos como título, autor, lugar y
fecha de la impresión, no se difundieron hasta después del año 1500.
La transformación de la imprenta afectó también el cambio de material. Como
el pergamino era un material demasiado caro, hacia el 1500 el papel ya se
difundía masivamente.
Las técnicas de las imprentas se mantuvieron inmutables hasta fines del siglo
XVIII. Para esta época aparece una organización más compleja constituida por:
el fundidor de tipos, el impresor, el redactor, el editor y el librero que
desarrollaban cada uno una tarea particular. Poco a poco el editor se convirtió
en el protagonista máximo junto con el autor.
Con esta evolución cambian los temas de los libros. De la teología imperante
hasta mediados del siglo XVII se pasa a libros históricos, de ficción o
científicos.
Estos tiempos vieron también la constitución de las grandes colecciones
privadas de libros que ahora constituyen el centro de las bibliotecas nacionales
europeas.
Con los inicios del siglo XIX la mecanización llega a la edición de libros. El
número de títulos se multiplica exponencialmente y las reimpresiones se hacen
más y más baratas dado que aumenta la alfabetización y por tanto la demanda
popular. En Inglaterra las ediciones masivas de precio muy bajo llegan en 1935
con la aparición de Penguin.
En lo que respecta al coleccionismo de manuscritos y libros uno de los
parámetros principales considerados por los coleccionistas es el tema. El
ejemplo más notorio es por ejemplo: el coleccionismo de Biblias. Estas se
30 Este término significa literalmente: en pañales. Trad.
ordenarán por fechas y lugares de edición y alcanzan valores extremadamente
altos por la escasez de ejemplares supervivientes.
El segundo tema muy demandado por los coleccionistas de libros es el de las
publicaciones de historia natural, debido a la antigüedad de las publicaciones
de los herbarios botánicos y la precisión y belleza de las ilustraciones de los
mismos. Algunas de las ilustraciones botánicas más bellas que se hayan
impreso nunca, fueron hechas en Francia, a comienzos del siglo XIX por Pierre
Joseph Redouté. También destacan las obras de ornitología, sobre todo las del
naturalista norteamericano John James Audubon con maravillosas aguatintas
de Robert Havell. De este libro se editaron únicamente doscientos ejemplares y
por eso sigue siendo uno de los libros de historia natural más caros del mundo.
Un tercer tema altamente coleccionado hoy día es el de los libros de viaje que
se editaron desde fines del siglo XVII debido a que estos textos presentaban
los progresos en las técnicas de ilustración para reproducir mapas y paisajes
precisos.
El siglo XVIII fue el siglo de las
exploraciones que pueden
ejemplificarse en los relatos de
los viajes del Capitán Cook
editados en 1773 en 8
volúmenes que recientemente
fueron subastados en U$S
20.000, cuando su precio inicial
de venta había sido de 4 libras
esterlinas.
A finales del siglo XIX y comienzos del XX se hicieron populares los libros para
el viajero normal, con la publicación de la extensa serie de guías de Baedecker,
Murria y A. & C. Black.
Los libros topográficos y geográficos que se editaron a principios del siglo XVIII
presentan notables ilustraciones obra de artistas y coloristas por lo que son
ampliamente coleccionados.
Un rubro que comenzó a difundirse hacia
el siglo XVIII y que constituye hoy uno de
los items más coleccionados es el de los
libros infantiles. Entre ellos se destaca
Alicia en el País de las Maravillas de Lewis
Carroll, ilustrado por Sir John Teniel en
1865. En los libros infantiles siempre ha
sido importante la ilustración para su
valoración. A principios del siglo XX los
textos de Beatriz Potter impresos en color
revolucionaron el mercado.
Dentro del coleccionismo deben
destacarse las publicaciones de William Morris líder del Movimiento de Artes y
Oficios, que diseñó sus propios tipos, góticos simplificados, a través de la
imprenta Kemscott Press.
A la par del coleccionismo de manuscritos y libros se desarrolló un mercado
importante de mapas antiguos. A lo largo de los siglos y a medida que
mejoraban las técnicas para transmitir información, la confección de mapas
cambió de estilo de manera extraordinaria y hoy día ofrece a los coleccionistas
un muestrario fascinante de alternativas visuales para representar no sólo la
configuración de la tierra, sino también del mar y las estrellas. Aunque antes de
que se imprimieran los primeros atlas ya existían mapas, el coleccionista se
concentra en los mapas editados en atlas y ocasionalmente en separatas de
grandes láminas. Los manuscritos suelan ser extremadamente buscados pero
muy difíciles de encontrar.
Resumiendo: una colección de mapas puede consistir en la obra de un
determinado cartógrafo, en mapas de una época concreta o en un tipo
específico de impresión, como el grabado en madera o con plancha de cobre.
Sin embargo, el tipo de colección que más se practica son los mapas de una
sola zona reunidos en forma secuencial. Al concentrarse así, el coleccionista
puede ver cómo se van ampliando los conocimientos sobre la zona, cómo se
desarrollan sus asentamientos y sus comunicaciones y cómo van cambiando
los estilos cartográficos para representar todas estas transformaciones.
2122 8. Numismática
Durante más de 2500 años, prácticamente todas las sociedades avanzadas
han hecho uso de monedas y medallas, estando éstas presentes en muchos
más lugares y épocas que las antigüedades de otro tipo. Cuando están en
buen estado, podemos verlas tal y como lo hacían las sociedades que las
usaban y los dibujos que contienen pueden decirnos muchas cosas acerca de
aquellas sociedades y sus formas de organización política. Además, el análisis
de los metales y de los yacimientos donde se encontraron pueden proporcionar
una información acerca de la historia política, militar, social y artística que de
otra forma se hubiese perdido.
Ya desde el siglo III antes de
Cristo, las monedas eran de uso
corriente en China, en la cuenca
mediterránea y en Medio
Oriente, incluso entre los
humildes y además se
producían en grandes
cantidades. Las monedas
clásicas y medievales de oro y
plata que han llegado hasta
nosotros, originalmente, se
perdieron o fueron enterradas
en el suelo, por lo general con el fin de recuperarlas cuando mejorara la
situación política. Las monedas de cobre pueden ser monedas que se han
perdido o que se desecharon cuando dejaron de ser útiles. Por ello han
sobrevivido muchas, para satisfacción de los coleccionistas de hoy.
A diferencia de otros objetos, las monedas suelen tener una ventaja para el
tasador: llevan escrito lo que son y a qué año pertenecen. Es cierto que las
inscripciones pueden estar en un lenguaje que no resulte familiar pero casi
siempre se puede descifrar de una u otra manera, identificando así la moneda.
El tasador que pueda desalentarse ante la perspectiva de manejar monedas
aparentemente misteriosas, debe recordar que nunca ha habido nada
intrínsecamente oculto en sus inscripciones. Al contrario, quienes las acuñaron
en cada época debían asegurarse de que, para que el pueblo las aceptara,
fueran claramente reconocibles. Y lo siguen siendo en nuestros días para los
expertos.
La medalla es una derivación natural de la moneda. Se han usado como trofeo
en acontecimientos deportivos, como recompensa al valor en el campo de
batalla o como muestra del aprecio del gobernante hacia una persona... o hacia
sí mismo. También se han acuñado para conmemorar acontecimientos
históricos, como la derrota de la Armada Invencible española por parte de
Inglaterra. Mientras que las monedas nos dan indicios acerca de la historia
económica de un pueblo, las medallas pueden mostrarle al coleccionista qué
acontecimientos o logros eran importantes en las anteriores generaciones.
El análisis de los yacimientos de monedas es crucial para la numismática y por
lo tanto para la tasación o el estudio de las monedas y las medallas. Los
modernos métodos estadísticos de análisis han llegado a ser muy sofisticados.
Cuanto más grande sea el yacimiento que se analiza, más precisas son las
conclusiones a las que se puede llegar. Hay tres tipos de yacimientos: los
cofres de guerra, los ahorros personales y los “pozos de los deseos”. En los del
primer tipo, la mayoría de las monedas serán más o menos de la misma época
y su estado de conservación habrá empeorado proporcionalmente al tiempo
que estuvieran en circulación. También puede haber algunas monedas sueltas,
de fecha distinta, que pueden incluso ser extranjeras. Los tesoros o
yacimientos de este tipo suelen ser muy grandes y probablemente
pertenecieron a ejércitos que se retiraban o a ejércitos derrotados. Los
yacimientos de ahorros personales son, obviamente, mucho más pequeños. Si
las monedas son de la misma fecha puede tratarse de un mismo pago, pero si
las monedas son de varios años puede que el dinero haya sido acumulado
lentamente. En este último caso, las monedas tenderán a estar todas en el
mismo estado, al ser ahorradas cuando eran nuevas o debido a su buen estado
y, por tanto, con su peso completo. Las características típicas de las monedas
que se encuentran en los “pozos de los deseos” son su bajo valor y su gran
variedad en cuanto a fecha y lugar de acuñación. Los yacimientos de este tipo
indican por lo general la presencia de un santuario religioso o cultural (la
Fontana de Trevi, por ejemplo. Otros yacimientos similares son los depósitos
en los cimientos de un edificio público o una tumba real. Este tipo de monedas
suelen enterrarse sin circular, por lo que sirven para calcular con precisión la
fecha del edificio o tumba. Cuando se encuentra una moneda suelta, debe
suponerse que alguien la ha perdido.
8.1 Orígenes y normalización
En un principio las transacciones comerciales se efectuaban con lingotes.
Estos fueron reemplazados alrededor del año 700 antes de Cristo, cuando
algunos mercaderes acuñaron sus propias monedas. Esto se supone por la
gran variedad de imágenes que en ellas se han encontrado. Algunas de ellas
son hoy día ejemplares únicos. Poco después se acuñaron monedas de oro
argentífero31. A la muerte de Alejandro Magno, la mancomunidad helénica
(Grecia, Egipto, Asia) produjo la normalización de la moneda, cuestión que
facilitó el comercio ya que no se negociaba más con las monedas locales.
Aparecieron los tetradracmas, cada uno con una efigie diferente mientras que
el dracma de plata era la base de cambio32. Las monedas eran fichas de cobre
sin valor intrínseco, por lo que su uso dependía exclusivamente de la gente en
la autoridad emisora. Otro detalle a tener en cuenta por los tasadores debe ser
que el desarrollo de las monedas dio a los falsificadores una oportunidad de
demostrar su pericia. Por esta causa, las monedas de oro y plata incorporaron
a su diseño señas o símbolos alfabéticos que indicaban quién era el
responsable de su acuñación. El análisis detallado de estos símbolos permite
determinar el orden cronológico en el que se acuñaron las monedas de algunas
ciudades. Debe recordarse que en aquel entonces se acuñaba moneda sólo
cuando era necesario, a lo mejor una vez cada diez años. Cuando aparecen
monedas griegas con nombres “arañados” en ellas debe suponerse que fueron
empeñadas.
31 Oro bajo, producto de la aleación de oro y plata.32 Poco después de la aparición de la moneda, con un dracma de plata se podía comprar una oveja y a fines del siglo del siglo V, un dracma de plata era el salario diario de un arquitecto. Esto recuerda la premisa de que es imposible comparar salarios y precios a lo largo de los siglos.
Los romanos adoptaron una serie de monedas de bronce basadas en el
sistema duodecimal. Hacia el año 200 antes de Cristo introducen el denario,
nombre cuya abreviatura “d” se usó para denominar el penique del sistema
inglés anterior al decimal33. Con esta moneda los romanos pasaron de la
acuñación de cobre a la plata. Poco después por causa de las guerras pasaron
a acuñar monedas de oro, la relación entre las de oro y plata era de 1 a 9 y
entre las de plata y bronce de 1 a 120. Cuando Roma se expande, su moneda
llega hasta los confines de su Imperio. Fueron los Celtas los que introdujeron la
costumbre de hacer muescas alrededor de las monedas para evitar que se
recortaran los bordes de las monedas de oro y plata para fundir lo obtenido en
lingotes. A partir de Sila y Julio César se acuñaron monedas con el nombre y la
efigie de los gobernantes. Luego estas efigies se hicieron más simbólicas y con
el correr de los años aparecieron diseños para los reversos de las monedas
tales como figuras de dioses o leyendas que reflejaban la situación del imperio.
Cuando Constantino se convirtió en emperador y adoptó el Cristianismo en el
año 324 en las monedas comenzaron a aparecer motivos de contenido
cristiano tales como ángeles, cruces y báculos. La moneda bizantina por
excelencia era el sueldo que se difundió rápidamente con la imagen barbada
de Cristo y que también tuvo influencias islámicas. Esta moneda fue
depreciándose hacia el final del imperio bizantino.
En la Europa Medieval hacia el reinado
de Carlomagno (800) se acuñaba muy
poca moneda de oro mientras que el
denario de plata carolingio se produjo
en grandes cantidades convirtiéndose
en la moneda de cambio de Occidente
por casi 500 años. Luis IX de Francia
acuñó el primer escudo de oro hacia el siglo XIII y produjo una serie de
monedas de espectacular diseño que reflejan la arquitectura gótica. Luego
produjo algunas monedas especiales después de la Revolución Francesas.
Poco a poco en el continente se fue imponiendo el sistema decimal, salvo en
Inglaterra. Con la Primera Guerra Mundial se termina la acuñación de monedas
de oro.
33 Abandonado en 1971.
Las antiguas culturas de Medio Oriente produjeron monedas, que al principio,
fueron de gran calidad, pero que a lo largo de los siglos llegaron a ser toscas
imitaciones. Las monedas islámicas son superadas sólo por las chinas en lo
referente a la continuidad en los diseños. Después de la muerte de Mahoma se
prohibió la representación de imágenes por lo que se modificaron
inmediatamente las monedas: se incluyó la profesión de fe islámica tanto en las
de oro como en las de plata, la fecha de acuñación, el nombre de la ceca y los
nombres de los gobernantes locales y de los califas. En China después de
utilizar bienes y fichas se acuñaron monedas hacia el siglo III antes de Cristo.
Eran redondas, de bronce y con un agujero cuadrado en el centro, modelo que
se mantuvo por casi 2000 años. Las monedas hindúes imitaban a las romanas
pero con iconografía hindú. En el siglo XVII se les impusieron las de estilo
europeo.
Las primeras medallas fueron griegas y se utilizaron para conmemorar
acontecimientos deportivos y eran entregadas como premio. Estas medallas
han soportado mucho mejor el paso del tiempo, lo que indica que no se
atesoraban para comercial, sino por su valor intrínseco. Los romanos emitieron
medallas, que hoy en día son muy escasas, que no eran más que monedas
acuñadas a la perfección que se entregaban como premio. La costumbre
reapareció en el Renacimiento. Muchas medallas antiguas han sobrevivido
casi en estado de flor de cuño y los lugares donde fueron halladas indican que
pudieron ser utilizadas para entregar a los enemigos del Imperio. Las medallas
italianas del Renacimiento se hicieron muy populares. Hoy día no quedan más
de 30 ejemplares de las mismas. Se fundían mediante el procedimiento de la
cera perdida, método que fue usado también para obtener copias. A causa de
esto, es imposible saber si una moneda es auténtica o si se trata de una copia
hecha a partir de un original. Sin embargo, se sabe que el molde de las copias
era aproximadamente un uno por ciento más pequeño que el original, por lo
que las medidas son importantísimas a la hora de evaluar estas primeras
medallas. A falta de firma del autor, los tasadores deben conformarse con
evaluar la calidad de la moneda y el resultado final. Luego los grandes artistas
del Renacimiento34 comenzaron a diseñar medallas. Sin embargo las más
conocidas fueron las acuñadas por el orfebre Benvenuto Cellini en Italia para
los Papas o príncipes. Las Alemanas corresponden a las diversas regiones y
principados. En Inglaterra se supone que Enrique VIII fue el primero en acuñar
medallas cuando fue proclamado jefe de la Iglesia Anglicana.
8.2. Condecoraciones de guerra
Las recompensas por heroísmo en el combate o por años de servicio se
conocen desde los tiempos romanos, en los que solían tener la forma de la
máscara de Medusa y estaban hechas de ágata.
Se han encontrado en todo lo que era el Imperio
Romano, especialmente a lo largo del curso del Rin.
En el norte de Inglaterra se hallaron unos pocos
ejemplares, hechos de azabache. Todos los
indicios parecen indicar que fueron concedidas
informalmente. Las condecoraciones militares
empezaron a parecerse a las que hoy se conocen
durante la Guerra de los Treinta Años y la Guerra
Civil Inglesa (siglo XVII). A partir de ese momento, adquirieron la forma de las
medallas que se conocen hoy, a menudo formadas por un disco macizo que va
colgado de una cinta.
En los tiempos de las guerras napoleónicas fue cuando las condecoraciones
quedaron estrictamente reglamentadas por el protocolo militar.
23 9. Objetos de Jade Chino
El término jade se usa para describir dos piedras distintas desde el punto de
vista de la mineralogía: la nefrita y la jadeíta. En la larga historia del arte chino,
la más importante es la nefrita, un tanto más blanda que la jadeíta. Se empleó
en China desde el 4000 antes de Cristo y constituye más del 90 por ciento de
todo el jade que se conoce. Por otra parte, parece que la jadeíta no fue
introducida en China hasta el siglo XVIII.
34 Como Lucas Cranach y Alberto Durero.
En su forma más común, la nefrita es
de un verde pálido y traslúcido,
normalmente con zonas más
oscuras en su interior, pero puede
variar en color desde casi blanco
hasta un verde espinaca, castaño o
negro. A veces, junto al verde
traslúcido, hay otro más opaco,
dando lugar a una piedra que parece mármol. El color de la jadeíta, cuando es
buena, es un brillante verde esmeralda, bañado a veces en un tono casi
púrpura amatista. A veces aparece un pardo oxidado en los objetos de jadeíta
cuando se ha conservado algo de la superficie exterior de la piedra.
El jade es un mineral extremadamente duro. La prueba que se hace par
comprobar si es auténtico es usar un cortaplumas con él: al contrario que otros
minerales más blandos, no se puede rayar.
Al ser tan duro no se puede tallar y hay que ir lijándolo y desbastándolo para
lograr la forma deseada. Antiguamente se tallaba con una piedra caliza de
cuarzo, luego se empleó el corindón, mineral
apenas menos duro que el diamante.
Desde el año 4000 antes de Cristo los Chinos
usaron el jade para hacer utensilios, máscaras y
otros objetos. Algunos de ellos iban adornados de
dibujos tallados con un arte consumado. A lo
largo de los siglos, las antiguas técnicas de
trabajo del jade fueron mejorando mediante el
desarrollo de recursos tales como hacer agujeros
perpendiculares a la superficie.
Desde tiempos muy remotos fueron corrientes los diseños que representaban
pájaros. Pero casi todos los motivos decorativos se basaban en el
conocimiento de la vida animal. Mientras los motivos decorativos se iban
haciendo más complejos, los medios de llevarlos a cabo se fueron
simplificando.
En los dos últimos milenios de la talla de jade en China, las formas naturalistas
rivalizan con la nostalgia del pasado. Los animales, tanto los reales como los
míticos, se representan jocosamente, especialmente durante el período Tang.
Durante el período Song (960-1279) la flora se une a la fauna como motivo
decorativo. Para un tasador que trate de fechar las piezas aisladas de jade
antiguo, el problema es que el tema decorativo
no es una guía del período ya que, a pesar de
que, de vez en cuando, aparecen temas
nuevos, los viejos nunca se desechan (tal
como ocurre con la cerámica y la porcelana).
En las eras históricas, la principal fuente de
jade parece haber sido Sinkiang (el Turquestán Chino). La nefrita se
encontraba en varios tamaños, desde piedras pequeñas hasta grandes rocas,
cuestión que condicionaba el trabajo a realizar.
A partir del siglo XVII parece ser que aumentó la disponibilidad del jade, porque
mejoraron los métodos de extracción, por tanto existen algunas piezas de gran
tamaño de temas complejos en un plano único.
En la era moderna, se ha conservado la habilidad de los antiguos artesanos
Chinos, al disponer de sofisticados medios modernos para lijar y pulir, se
producen jades excelentes que pueden rivalizar perfectamente con los de otras
épocas. Hasta el experto más perspicaz puede encontrar difícil demostrar que
no son las antigüedades que parecen ser.
24 10. Plumas Estilográficas
Estos instrumentos de la escritura sobre papel, las plumas, eran, antes de ser
estilográficas o bolígrafos, plumas de oca. En la antigüedad no se conocía, en
realidad el papel y las personas
utilizaban cualquier material,
algunos piedras, otros tablillas
de arcilla o papiros y
pergaminos. La escritura se
grababa con punzón o se
escribía con tinta dependiendo
del soporte.
Las características de las
plumas de oca les permitían que
una vez hecha la punta con un
cortaplumas, retuviera pequeñas
cantidades de tinta que se
distribuían sobre el papel
siguiendo los rasgos de la
escritura.
Este sistema era simple y eficaz pero el hombre siguió investigando sobre
instrumentos para la escritura para obtener dureza y flexibilidad. En primer
lugar se intentó sustituir a las plumas de oca por plumines metálicos, éstos se
desarrollaron cuando se le realizó al plumín un corte longitudinal que terminaba
en un orificio. Con esto se uniformaba el flujo de tinta. Este plumín hizo
desaparecer la pluma de oca y creó un camino hacia la pluma estilográfica.
Luego los fabricantes se abocaron a resolver la cuestión de insertar un
recipiente de tinta que asegurara un eficaz flujo de líquidos.
En 1884, Lewis Edison Waterman patentó un sencillo pero eficaz sistema que
consistía en una pluma depósito, cuyo plumín contaba con un alimentador, un
cuerpo cilíndrico que se le adhería, con canales microscópicos que permitían el
flujo de tinta continuo en cantidades limitadas, que se activaba cuando se
establecía el contacto con el papel. Así nació el concepto de pluma estilográfica
o pluma fuente35. Este modelo fue evolucionando con mejoras técnicas y
estéticas.
Así las estilográficas se han convertido en uno de los objetos más difundidos y
apreciados de la vida moderna, además de, en ciertos casos, en objetos de
gran lujo y por todo esto en un objeto propio de los coleccionistas.
Si Inglaterra inventó y difundió el plumín, Estados Unidos es la cuna de la
pluma fuente. Se creó una industria y una tradición que durante mucho tiempo
fue casi exclusivo de dicho país. De hecho se produjo una fusión trascendente
cuando Waterman se unió con Parker. Otras fábricas conocidas fueron Lincoln,
Post, Sterling y Conklin. Esta última se convirtió en muy demandada por ser la
primera que presentó el sistema de tinta por absorción, automático, con un
depósito de goma que podía presionarse y liberarse con una palanca. En
Estados Unidos no sólo se patentaron las estilográficas sino también se
contribuyó a su difusión y por tal al coleccionismo. A partir de la Primera
Guerra Mundial se difundieron masivamente en Europa.
Más adelante aparecieron nuevos diseños y aditamentos como los clips y los
capuchones a la par de fábricas cada vez más prestigiosas, que hacían todo lo
posible por diferenciarse de los competidores dando a sus productos
características propias que permitían su identificación.
A partir de esta etapa se perdió el
monopolio del color negro, único que
podía utilizarse por la ebanita36 con la
que se fabricaban. El modelo Doufold
de Parker y el Ripple de Waterman
fueron los primeros disponibles en
varios colores. Comenzaron entonces a utilizarse materiales sintéticos como la
galatita, la baquelita o el celuloide, combinados con incrustaciones de metales
preciosos. Las transformaciones culminan con el modelo Parker 51 que era de
plexiglas y fue diseñada por Moholy-Nagy, uno de los padres de la Bauhaus.37
35 Fountain pen. Trad.36 Material semi-sintético con el cual se fabricaban las estilográficas.37 Importante centro y escuela de diseño Alemana de principios de siglo XX.
El desarrollo de la industria culmina con la invención
del bolígrafo38, comercializado en los Estados
Unidos por la Eversharp.
Los grandes fabricantes europeos se resumen en
nombres como Dunhill en Inglaterra, Pilot en Japón,
Bayard y La Météore en Francia, y Mont Blanc y
Pelikan en Italia.
25 11. Relojes de Pared, Mesa y Bolsillo
Los relojes mecánicos no fueron de uso general hasta, aproximadamente 1350.
Al principio se hicieron en los monasterios, con el fin de reunir a los monjes
para las oraciones diarias.
Hacia mediados del siglo XVI, casi todas las ciudades europeas tenían relojes
públicos, generalmente en torres. A partir de éstos aparecieron los relojes en
los ayuntamientos, iglesias y casas de campo
que se conocen en general con el nombre de
relojes de torre.
Los relojes domésticos para las casas aparecen a
fines del siglo XV. En un comienzo eran de gran
tamaño, movidos por pesas y sólo funcionaban
12 horas si no se les daba cuerda. Hasta el siglo
XVI no fue posible encontrar resortes capaces de
hacer andar un reloj para satisfacer la demanda
de relojes portátiles. Los primeros relojes
portátiles se hicieron en el sur de Alemania y eran los llamados relojes de
mesa. Un reloj de mesa es un reloj movido por un muelle, portátil y que puede
colocarse sobre un mueble. A mediados del siglo XVI y también en el sur de
Alemania, se fabricaron relojes de bolsillo, que se distinguían de aquellos que
38 Fue inventado por el Húngaro Ladislao Biró.
se llevaban colgados de un cordón alrededor del cuello. La dificultad para
decorarlos llevó a la adopción de los relojes de dos cajas, una interna que
protegía el mecanismo y otra externa que se decoraba con grabados, esmaltes
o piedras.
En el siglo XVII se introdujo el péndulo en los relojes de pie y el volante de
muelle en los relojes de bolsillo. Estos dos inventos mejoraron la precisión para
medir el tiempo: los adelantos o retrasos horarios, pasaron de casi media hora
al día a sólo 3 minutos. Como resultado de esto se hicieron comunes las agujas
del minutero.
Los años comprendidos entre 1660 y 1720 fueron la edad de oro de la relojería
británica, que llegó a imponerse en Europa. En este período se fabricaron tres
tipos de relojes: los de mesa (de péndulo movidos por un muelle, que a veces
iban provistos de soportes para colgarlos en la pared); los de pie ( apoyados en
el suelo, con el péndulo y las pesas colgando del mecanismo, metido en una
caja en la parte de arriba) y los relojes con caja doble (o de caja completa).
Estos tres tipos fueron perfeccionados por Joseph Knibb y Thomas Tompion.
En 1704, se registró en Inglaterra el sistema que utilizaba rubíes para asiento
de los ejes, invento importante en la fabricación de relojes.
Mientras tanto, en Francia, aparecen los
denominados relojes de repisa, altamente
decorativos. El desarrollo del diseño francés se
debió tanto a la familia Le Roy como a A. L.
Breguet, quien perfeccionó el reloj de poco grosor y
que a partir de 1800 comenzó a fabricar relojes
portátiles. Anteriormente los relojes de viaje tenían
el aspecto de un reloj de bolsillo muy grande y se
les llamaba relojes de carruaje. Bajo la era de
Breguet la industria francesa creció y se organizó.
También en Inglaterra se fabricaron relojes de carruaje pero éstos solían ser
más grandes que los franceses.
Después de 1800 los fabricantes suizos empezaron a competir en la
fabricación de relojes europeos. El éxito de los suizos se debía a la fabricación
mecánica de las piezas a través de operarios que trabajaban en sus casas. Las
piezas luego se ensamblaban en las fábricas.
En Estados Unidos la industria de fabricación de
los relojes no fue importante hasta el siglo XIX
cuando esta se mecanizó tanto para los de pie y
repisa como para los de bolsillo. Hacia la mitad del
siglo se llegó a la producción en serie. Sin
embargo no lograban competir con la eficiencia de
la industria suiza que se hizo notable por su
calidad durante el siglo XX.
El reloj de pie inglés fue desapareciendo hacia 1830 ya que no podía competir
con los norteamericanos o europeos, fabricados en serie y mucho más baratos.
La producción inglesa artesanal se mantuvo con gran calidad hasta la Primera
Guerra Mundial.
La industria francesa de relojes portátiles también desapareció con la Primera
Guerra Mundial. En el período de entreguerras se fabricaron una serie de
costosos relojes de tocador de plata y esmalte con cajas hechas de piedras
semi-preciosas. Estos son los últimos relojes de calidad de interés para los
coleccionistas. También son coleccionables algunos relojes Art Decó de las
décadas del 20 y del 30.
26 12. Tasación de los Bienes de Colección
Este breve resumen acerca de seleccionados bienes de colección permite
establecer ciertas variables que pueden ser consideradas “universales” para la
tasación de los mismos, los dos primeros se explican por sí mismos:
Condición o Estado
Rareza o Escasez
Coleccionabilidad de la pieza: Si la misma está catalogada como referente
de alguna colección determinada, ya sea pública o privada o si la misma ha
pertenecido a un personaje o locación notable, valorada por los
coleccionistas particularmente.
Antigüedad: Aumenta el valor sólo en caso de requerirlo el rubro.
En esta Unidad se han descrito diez u once bienes especiales cuyo mercado
actual se encuentra ampliamente desarrollado para el coleccionismo. Sin
embargo los tasadores deben tener en cuenta, como se ha sostenido en la
introducción de la misma que el número de bienes de colección es infinito.
Debe establecerse que uno de los principales items del coleccionismo
internacional lo constituyen los Sellos Postales. Dado lo amplio que sería el
análisis de dicho tema y lo técnico del mismo se ha considerado pertinente no
incluirlo en este trabajo. Presenta la ventaja de que la catalogación es mucho
más simple que en otros rubros. Es un tema interesante para destinarlo a una
investigación profunda y que debe particularizarse por tema o por país.
Entre los infinitos artículos coleccionables que no se han analizado en este
estudio pueden mencionarse: los artículos deportivos, (sobre todo los del golf y
el baseball en los Estados Unidos y de fútbol en el resto del mundo); los
posters y el merchandising de películas consideradas clásicos como La Guerra
de las Galaxias o Casablanca, (es indudable que ocurrirá a futuro con la saga
de El Señor de los Anillos); la ropa y vestuario de personajes conocidos del
mundo del cine o musical; los Autógrafos; las Pertenencias de Personajes
Históricos o Reconocidos tales como Napoleón, George Washington o John
Lennon; los Fósiles y minerales varios, (ejemplo de esto lo constituyen los
restos de dinosaurios de la Patagonia, entre los cuales los nidos con huevos
alcanzan valoraciones francamente sorprendentes: millones de dólares). Se
han difundido también los coleccionistas de fotografías antiguas, de discos de
pasta o de envases antiguos y modernos de Coca Cola.
Es importante para un tasador considerar que muchos de los bienes de
colección se comercializan fuera del circuito tradicional de la subasta, en algún
caso porque el origen de los bienes no es muy claro. La web se ha convertido
en una importante fuente de información sobre valores y de transacción rápida
para coleccionistas que se encuentran en diferentes partes del planeta.
En general la duda que se le genera al tasador es siempre la misma, tanto para
los bienes de colección como para los bienes de arte, descritos anteriormente:
¿Cuánto o más bien cómo se deben cobrar las tasaciones?.
Aquí debe hacerse un análisis preciso pero necesario, que puede parecer
reiterativo pero que resulta una conclusión interesante para el curso: Las
tasaciones siempre deben cobrarse. La mala costumbre del tasador
inmobiliario argentino no debe difundirse en estos rubros. Se trata de una
profesión, de por sí muy calificada y no debe desprestigiarse
convirtiéndola en un asesoramiento amistoso.
Volviendo al tema que interesa, en el mercado internacional un tasador de
arte y de bienes de colección independiente (que no trabaja para una
subastadora) evalúa, aunque parezca sorprendente para nuestro
mercado, entre cien y trescientas piezas diarias. En términos generales el
valor de una tasación se establece a través de un porcentaje del valor del
objeto: se considera entre un ½ y 1 ½%; o en su defecto directamente se
establece un valor único para la tasación, sobre todo cuando se trata de
gran cantidad de objetos o de una colección. Siempre debe establecerse
el mismo, antes de proceder a la tasación y si es posible el cliente debe
manifestar su conocimiento y conformidad.
Debe considerarse que el tasador independiente del mercado
internacional ha logrado competir con el renombre y el poder económico
de las Casas Subastadoras que generalmente se permiten limitar el valor
de la tasación a la comisión de venta, para garantizarse la misma.
En el caso del mercado local se presentan varios problemas: la profesión
no está consolidada, se confunden los roles del tasador, el experto, el
martillero y el dealer de arte, existen muy pocas Casas Subastadoras, que
se reparten el mercado, y que muchas veces como se ha visto,
simplemente actúan como un negocio de antigüedades; resumiendo: el
mercado es pequeño, acotado y monopólico. Por todo esto, la figura del
tasador independiente en dicho mercado casi no existe.
Por lo tanto la tarea pendiente es ímproba: profesionalizar la profesión es
el tema, aunque parezca un juego de palabras y como consecuencia
clarificar el mercado, dignificando el prestigio, el conocimiento, la
responsabilidad y la ética como respaldo para su crecimiento.
Unidad X – Resumen
Tasación de los Bienes de Colección
Este breve resumen acerca de seleccionados bienes de colección permite
establecer ciertas variables que pueden ser consideradas “universales” para la
tasación de los mismos, los dos primeros se explican por sí mismos:
Condición o Estado
Rareza o Escasez
Coleccionabilidad de la pieza: Si la misma está catalogada como referente
de alguna colección determinada, ya sea pública o privada o si la misma ha
pertenecido a un personaje o locación notable, valorada por los
coleccionistas particularmente.
Antigüedad: Aumenta el valor sólo en caso de requerirlo el rubro.
En esta Unidad se han descrito diez u once bienes especiales cuyo mercado
actual se encuentra ampliamente desarrollado para el coleccionismo. Sin
embargo los tasadores deben tener en cuenta, como se ha sostenido en la
introducción de la misma que el número de bienes de colección es infinito.
Debe establecerse que uno de los principales items del coleccionismo
internacional lo constituyen los Sellos Postales. Dado lo amplio que sería el
análisis de dicho tema y lo técnico del mismo se ha considerado pertinente no
incluirlo en este trabajo. Presenta la ventaja de que la catalogación es mucho
más simple que en otros rubros. Es un tema interesante para destinarlo a una
investigación profunda y que debe particularizarse por tema o por país.
Entre los infinitos artículos coleccionables que no se han analizado en este
estudio pueden mencionarse: los artículos deportivos, (sobre todo los del golf y
el baseball en los Estados Unidos y de fútbol en el resto del mundo); los
posters y el merchandising de películas consideradas clásicos como La Guerra
de las Galaxias o Casablanca, (es indudable que ocurrirá a futuro con la saga
de El Señor de los Anillos); la ropa y vestuario de personajes conocidos del
mundo del cine o musical; los Autógrafos; las Pertenencias de Personajes
Históricos o Reconocidos tales como Napoleón, George Washington o John
Lennon; los Fósiles y minerales varios, (ejemplo de esto lo constituyen los
restos de dinosaurios de la Patagonia, entre los cuales los nidos con huevos
alcanzan valoraciones francamente sorprendentes: millones de dólares). Se
han difundido también los coleccionistas de fotografías antiguas, de discos de
pasta o de envases antiguos y modernos de Coca Cola.
Es importante para un tasador considerar que muchos de los bienes de
colección se comercializan fuera del circuito tradicional de la subasta, en algún
caso porque el origen de los bienes no es muy claro. La web se ha convertido
en una importante fuente de información sobre valores y de transacción rápida
para coleccionistas que se encuentran en diferentes partes del planeta.
En general la duda que se le genera al tasador es siempre la misma, tanto para
los bienes de colección como para los bienes de arte, descritos anteriormente:
¿Cuánto o más bien cómo se deben cobrar las tasaciones?.
Aquí debe hacerse un análisis preciso pero necesario, que puede parecer
reiterativo pero que resulta una conclusión interesante para el curso: Las
tasaciones siempre deben cobrarse. La mala costumbre del tasador
inmobiliario argentino no debe difundirse en estos rubros. Se trata de una
profesión, de por sí muy calificada y no debe desprestigiarse
convirtiéndola en un asesoramiento amistoso.
Volviendo al tema que interesa, en el mercado internacional un tasador de
arte y de bienes de colección independiente (que no trabaja para una
subastadora) evalúa, aunque parezca sorprendente para nuestro
mercado, entre cien y trescientas piezas diarias. En términos generales el
valor de una tasación se establece a través de un porcentaje del valor del
objeto: se considera entre un ½ y 1 ½%; o en su defecto directamente se
establece un valor único para la tasación, sobre todo cuando se trata de
gran cantidad de objetos o de una colección. Siempre debe establecerse
el mismo, antes de proceder a la tasación y si es posible el cliente debe
manifestar su conocimiento y conformidad.
Debe considerarse que el tasador independiente del mercado
internacional ha logrado competir con el renombre y el poder económico
de las Casas Subastadoras que generalmente se permiten limitar el valor
de la tasación a la comisión de venta, para garantizarse la misma.
En el caso del mercado local se presentan varios problemas: la profesión
no está consolidada, se confunden los roles del tasador, el experto, el
martillero y el dealer de arte, existen muy pocas Casas Subastadoras, que
se reparten el mercado, y que muchas veces como se ha visto,
simplemente actúan como un negocio de antigüedades; resumiendo: el
mercado es pequeño, acotado y monopólico. Por todo esto, la figura del
tasador independiente en dicho mercado casi no existe.
Por lo tanto la tarea pendiente es ímproba: profesionalizar la profesión es
el tema, aunque parezca un juego de palabras y como consecuencia
clarificar el mercado, dignificando el prestigio, el conocimiento, la
responsabilidad y la ética como respaldo para su crecimiento.
Unidad X – Bibliografía Específica
AAVV; Armas Antiguas, Editorial Libsa, Madrid, 1989.
Atterbury, Paul, Tharp, Lars; Enciclopedia de las Antigüedades, Editorial
Libsa, Madrid, 1999.
Baines, Anthony; Musical, Woodwind and Brass Instruments, Their History
and Development, 1978.
Brewster, K. y Waugh, R., The Official Price Guide to Antique and Modern
Teddy Bears, Londres, 1988.
Bruton, Eric, Antique Clocks and Clock Collecting, Londres, 1974.
Coe, Brian, Kodak Cameras, The First Hundred Years, Hove Foto Books,
1988.
Connelly, Sean; Enciclopedia de fusiles y armas cortas, Editorial Libsa,
Madrid, 1999.
Doty, Richard; The Encyclopaedia Dictionary of Numismatics, Londres,
1982.
George Gilbert; Collecting Photographica, 1976.
Knowles, Eric; Descubriendo antigüedades, Editorial Agata, Madrid, 1999.
Lloyd, H. A.; Collector’s Dictionary of Clocks, Londres, 1994.
McKeown James y Mckeown Joan; McKeown’s Price Guide to Antique
and Classic Cameras, Centennial Photo, Grantsburg, 2002.
Miller , Judith and Martin, Miller’s Antique Checklist – Clocks, Reed
International Books Limited, Londres, 1992.
Miller Judith and Martin, Antiques & Collectables, The Fact at your
Fingertips, Reed International Books Limited, Londres, 1996.
Miller, Judith and Martin, Miller’s Collectable Price Guide, Reed
International Books Limited, Londres, 1994.
Room, Adrian; A Dictionary of Coin Names, Londres, 1987.
Rouse, Kate; Cámaras Clásicas, Guía para el Coleccionista, Edimat Libros,
Madrid.
Wynter, Harriet y Turner, Anthony; Scientific Instruments, Londres, 1975.