Misioneros Jesuitas en el Wallmapu

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Universidad de Chile Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Antropología Cátedra: Etnohistoria André Menard – Xochitl Inostroza Constanza Becerra Varas Álvaro Lizama Catalán Ignacio Tobar Balcázar Loreto Watkins Montenegro Valeria Zamorano Negretti Buena revisión de antecedentes. Buen trabajo de trascripción. Hay que acotar los objetivos que parecen muy amplios y/o ambiciosos. Quizás fijarse objetivos más descriptivos (y de paso operacionalizar algo como los indicadores de una cosmovisión y de su cambio/permanencia), como identificar y describir prácticas (religiosas) cristianas/mapuche, por ejemplo. Nota 7 Avance Trabajo de Investigación 1. Elección del caso de estudio Misioneros en el Wallmapu: La expulsión de los Jesuitas y su impacto en el pueblo mapuche durante el siglo XVIII. 2. Definición de la muestra: a) Fondos y/o medio de prensa 1 : I. Archivo Nacional Histórico: Notarios Nombre del Fondo Tipo de Fondo N° Volúmenes Periodo Quirihue Notarios 32 1755 - 19022 Chillán Notarios 390 1749 - 1931 Concepción Notarios 710 1751 - 1932 Constitución Notarios 146 1784 - 1931 Coronel Notarios 74 1791 - 1883 La Unión Notarios 177 1795 - 1931 1 En este espacio mencionaremos los fondos que, según espacio y temporalidad, creemos que podrían llegar a ser útiles para nuestra investigación. Esto no implica necesariamente que vayan a ser utilizados. 1

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Un trabajo.

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UNIVERSIDAD DE CHILE

Universidad de Chile

Facultad de Ciencias SocialesDepartamento de AntropologaCtedra: Etnohistoria

Andr Menard Xochitl InostrozaConstanza Becerra Varaslvaro Lizama CatalnIgnacio Tobar BalczarLoreto Watkins Montenegro

Valeria Zamorano Negretti

Buena revisin de antecedentes. Buen trabajo de trascripcin. Hay que acotar los objetivos que parecen muy amplios y/o ambiciosos. Quizs fijarse objetivos ms descriptivos (y de paso operacionalizar algo como los indicadores de una cosmovisin y de su cambio/permanencia), como identificar y describir prcticas (religiosas) cristianas/mapuche, por ejemplo.Nota 7Avance Trabajo de Investigacin

1. Eleccin del caso de estudio Misioneros en el Wallmapu: La expulsin de los Jesuitas y su impacto en el pueblo mapuche durante el siglo XVIII.2. Definicin de la muestra:

a) Fondos y/o medio de prensa:

I. Archivo Nacional Histrico: NotariosNombre del FondoTipo de FondoN VolmenesPeriodo

QuirihueNotarios321755 - 19022

ChillnNotarios3901749 - 1931

ConcepcinNotarios7101751 - 1932

ConstitucinNotarios1461784 - 1931

CoronelNotarios741791 - 1883

La UninNotarios1771795 - 1931

Los ngelesNotarios2851694 - 1932

OsornoNotarios1351795 - 1899

PuchacayNotarios291727 - 1867

QuirihueNotarios2351668 - 1950

San CarlosNotarios2221665 - 1932

TomNotarios1381723 - 1905

ValdiviaNotarios911788 - 1898

II. Archivo Nacional Histrico: Fondos Administrativos Coloniales:FondosVolumenFechas Lmite

Documentos Jos Toribio Medina (Ex Archivo de Indias)24 libros1600 - 1799

Escribanos de Santiago973 libros1559 - 1800

Fondo Antiguo127 libros1493 - 1874

Fondos Varios1.143 volmenes1534 - 1960

Junta de Temporalidades Jesuitas de Chile y Amrica446 libros1580 - 1823

Real Audiencia3.253 libros1600 - 1830

Real Tribunal de Cuentas. Registro de Tomas de Razn42 libros1771 - 1826

Seminarios y Convictorios7 libros1707 - 1884

Tribunal del Consulado65 volmenes1676 - 1838

Tribunal de la Inquisicin de Lima512 libros1518 - 1822

III. Archivo Nacional Histrico: Colecciones Particulares y Productores Personales:ColeccionesVolumenFechas Lmite

Walter Hanisch E.S.J.31 Cajas1610 1996

Claudio Gay Mouret69 Libros1540 - 1868

IV. Fondos Ministeriales, de Servicios Pblicos Asociados, y de otras Instituciones (Siglos XIX y XX):FondosVolumenFechas lmite

Biblioteca Nacional124 libros

Ministerio de Guerra2.952 libros1773 - 1900

Ministerio de Justicia1.467 libros1774 - 1900

V. Fondos Procedentes de Gobernaciones:FondoVolumenFechas lmite

Gobernacin de Puchacay12 libros1773 - 1882

Fuente: Archivo Nacional de Chile: Cuadros Sinpticos de Fondos. En www.archivonacional.clb) Ubicacin y lmites geogrficos:

El caso de estudio de la presente investigacin posee como ubicacin parte del Wallmapu. Wallmapu hace referencia al nombre dado a la nacin mapuche que cultural, geogrfica e histricamente ha habitado en diversos grados los territorios del Cono Sur de Amrica: desde el ro Mapocho en Santiago de Chile, hasta el archipilago de Chilo por el sur, abarcando tambin territorios argentinos desde el sur de Buenos Aires hasta la Patagonia. Al referirnos como lmite geogrfico parte del Wallmapu queremos decir que acotaremos la investigacin exclusivamente a slo una parte de ste: abarcaremos el actual territorio chileno mapuche: desde el Ro Itata hasta el sur del archipilago de Chilo. Esto implicara abarcar las regiones VIII del Biobo hasta la X de Los Lagos.c) Perodo y lmites cronolgicos del estudio:

El perodo establecido del trabajo es el siglo XVIII, a partir de 1700 hasta el 1799, con especial nfasis en 1767 1768 con la expulsin de los Jesuitas del territorio por parte de la Corona Espaola.

3. Revisin de antecedentes: En nuestro tema de investigacin planteamos algunos conceptos que deben ser entendidos previamente para realizar una correcta comprensin del caso. Es por eso que se hace necesario clarificar algunos trminos y antecedentes que sean pertinentes a nuestra investigacin.

En una primera instancia definiremos qu entendemos por impacto. Para poder comprender este concepto, vamos a tener que en primer lugar mencionar las relaciones que se dieron entre los indgenas y jesuitas a lo largo del siglo XVIII, justo antes de su expulsin en 1767. Para esto, vamos a indagar la perspectiva de algunos autores que escribieron sobre el tema.En primer lugar nos gustara entender cmo los mapuche visualizaron el contacto que se dio con los Jesuitas; por qu estos ltimos generaron cambios en la cosmovisin mapuche y de qu forma los elementos culturales traspasados por los jesuitas fueron integrados a la cultura mapuche.Para poder realizar lo anterior, es necesario indagar sobre cmo los mapuche podan entender su identidad a partir del otro. Es as como lo abordaremos:Para los amerindios no se trataba de imponer maniacamente su identidad sobre el otro, o rechazar lo en nombre de la propia excelencia tnica; pero s de, actualizando una relacin con l (relacin desde siempre existente de un modo virtual), transformar la propia identidad

A partir del anlisis de Viveiros de Castro entendemos que la cultura indgena presenta una estructura de apertura, en donde el otro se hace indispensable al momento de generar identidad, por tanto no tendra sentido buscar el fundamento de la cultura en una reflexin limitada a sta, sino que en sus relaciones. Esto pondra al pueblo mapuche como una sociedad que depende de su contexto y del otro, as para poder reafirmarse, necesita de las relaciones que se dieron a partir de las interacciones con los jesuitas. As, el otro all no slo era pensable, sino indispensable. Mirar la cosmovisin indgena desde esta perspectiva nos permite entender por qu hubieron ciertos elementos, de los jesuitas, integrados a la cultura indgena. En este mismo sentido tenemos que entender cultura como un sistema abierto, que permita cambiar e integrar elementos forneos, al mismo tiempo adaptarse a su medio para as sobrevivir y no ser absorbida completamente por lo exterior. Nuevamente Viveiros de Castro nos da la base para poder entender la relacin cultural del pueblo mapuche y los jesuitas, y es que establece cultura como un conjunto de estructuraciones potenciales de la experiencia, en este sentido est siempre en movimiento y en constante cambio, pero al mismo tiempo conserva ciertos valores tradicionales, pero integrando nuevos conceptos. De esta manera: la cultura es un dispositivo culturante o constituyente de procesamiento de creencias. En este mismo sentido, Juan M. Ossio entender esta apertura hacia elementos forneos no tanto como una forma para entenderse la cultura as misma, sino como una necesidad para sobrevivir. A travs de su anlisis sobre la conquista espaola en territorios peruanos, caracteriza a los Incas, en funcin de una cultura que tena el Don de la apertura, as para que la cultura pudiera expandirse como un Imperio deba establecer relaciones asimtricas de dominacin con pueblos alrededor. Sin embargo a la llegada del espaol, los Incas debieron subyugarse a la cultura espaola para poder sobrevivir, de esta manera, a pesar de tener que integrar elementos espaoles, este tipo de relacin les permiti mantener ciertos valores y tradiciones de la cultura andina, que siguen vigentes hasta la fecha.Sin embargo, J.M Zabala va a entender este contacto de ambas partes, no como una aculturacin o una dominacin de parte de los jesuitas, sino que se establece como un espacio de intercambio de igual a igual en el que cada sujeto va a establecer cierta autonoma y a la vez permitiendo un dilogo entre ambos. As los mapuches van a transmitir a recibir elementos culturales o materiales, sin embargo no van a permitir que esta relacin disminuya su identidad o acabe con su independencia, as los jesuitas van a estar lo suficientemente cerca para poder dialogar con los mapuche pero al mismo tiempo se mantendrn en lmite impidiendo la subyugacin mapuche.A partir de los planteamientos expuestos, vamos a entender el impacto como los aspectos culturales que los mapuche consideraron necesarios incorporar para poder adaptarse a su contexto y no perder su autonoma, entendiendo la cultura mapuche como un sistema adaptativo y cambiante. No slo fueron modificaciones que se produjeron a partir de la influencia jesuita, sino que son aspectos necesarios hasta el da de hoy para mantener la identidad mapuche frente a los elementos extranjeros. De esta manera, el impacto, va a abordar modificaciones materiales y estructurales en diversos mbitos de la cultura mapuche. Ya sean comportamientos en torno a lo poltico, econmico o social, y adquisicin de objetos que permitieron un enriquecimiento del pueblo mapuche en su contexto y que se transform en prctica o en un objeto esencial en la identidad mapuche. Ahora bien, qu entenderemos por mapuche? Hemos encontrado que en diversos textos se afirma que la palabra mapuche no fue usada como nominativo para nuestro sujeto de estudio sino hasta pasada la mitad del siglo XVIII, y que en general los peninsulares se reducen a llamar a los mapuches como indios de la tierra o indios de Chile. El trmino araucano haca referencia al reducto de individuos del Wallmapu que habitaban la provincia de Arauco, por lo que no fue usado como un trmino genrico. Guillaume Boccara seala que hacia el perodo que estamos estudiando la palabra reche, que significa "hombre autntico o verdadero", aparece en los documentos refiriendo en forma general al conjunto de indgenas que componen el Wallmapu.

Hacia el siglo XVIII, lo que nosotros denominamos Wallmapu se extenda desde Los Andes, en la V regin, hasta el sur de Chilo, en la X regin, traspasando incluso hasta el actual territorio argentino. Este pueblo se caracterizaba por ser una sociedad acfala, ya que no posean un jefe permanente que ostentara las mismas atribuciones que las de un lder poltico hispano, aunque s presentaban un lder militar en caso de guerra. El conjunto que denominamos Mapuche no era un grupo homogneo, ya que entre los distintos grupos que conforman el Wallmapu presentaban distintas etapas de desarrollo de la agricultura y el sedentarismo. Boccara seala que dos caractersticas distintivas del pueblo mapuche son su dispersin y su organizacin blica.

Una caracterstica concerniente a la religiosidad mapuche, y que caus gran impacto en los espaoles, es la ausencia de un Dios nico y omnipotente semejante al Dios cristiano. Esto caus en los hispanos la sensacin de que los mapuche eran un pueblo sin nocin de orden, que no posean un lder que concentre el poder poltico ni una nica entidad divina que ordene el universo. Es en el mbito de la religiosidad donde se podra haber producido el mayor choque cultural al encuentro entre los jesuitas y los mapuche, por la diferencia en cuanto a la cosmovisin de cada cultura.Siguiendo con un contextualizacin de antecedentes, consideramos perentorio introducir al lector sobre el desenvolvimiento histrico de los misioneros en la Araucana.Desde temprano, ya con la conquista de Pedro de Valdivia, el territorio araucano se percibi con sumo inters y no con menos ambicin (el deseo de someter a los indgenas tuvo que ver justamente con la riqueza agrcola de las tierras, as como las posibles reservas aurferas). Al mismo tiempo, otro actor fij su mirada en los mapuche: la Iglesia, en un afn evangelizador, siguiendo claramente el espritu propio de su poca de marcado contrarreformismo, y a la luz del concilio de Trento ve en los indgenas americanos la oportunidad de diseminar la palabra de Dios y expandir las fronteras de la cristiandad; ganar sbditos para el papa.As, podemos constatar las intenciones previas que desde el Virreinato del Per, muchas rdenes religiosas tenan, en espera de iniciar procesos misionales. De este paradigma nacieron las famosas misiones paraguayas, fenmeno excepcional en la historia colonial de Amrica.

Antes de proseguir, es necesario introducir al lector en las distintas rdenes religiosas que establecieron misiones en el Wallmapu. En general podramos reducir las congregaciones a tres: Jesuitas, franciscanos y capuchinos, que son las que desempean papeles ms duraderos. Cabe destacar la gigantesca notoriedad que los jesuitas tuvieron; no por nada los historiadores han relegado a las dems rdenes de misioneros a un segundo plano.

Motivados por ciertas corrientes que se fueron imponiendo en Espaa y en el Per, los jesuitas encontraron en el indgena un nuevo sujeto de salvacin. En Per El padre Jos de Acosta defenda la plena capacidad del indgena para entender el evangelio y proclamaba la necesidad de predicarlo en un clima de paz. Fue as como se gest una primera etapa de esta Misin araucana a cargo de la compaa de Jess.

En 1593 llegan a Chile los primeros jesuitas entre ellos el Padre Luis de Valdivia y se abocan inmediatamente a la preparacin de las misiones, instalndose en Chilln. Caracterizada por su elevada formacin intelectual y su voto de obediencia al papa, la Orden de la Compaa de Jess se dedic a la educacin, fundando colegios y universidades en Europa y Amrica, e involucrndose en intensos debates teolgicos. Son justamente estas nuevas ideas las que influenciaron el cariz misional que la institucin adquiri, sobre todo en Amrica. Esta naturaleza misionera es, incluso, uno de los elementos fundacionales para la orden. El mismo San Francisco Javier, jesuita, compaero de San Ignacio y padre fundador, ha sido considerado santo patrono de las misiones, despus de haber emprendido un viaje a oriente, que lo llev misionando hasta las puertas del imperio chino.

Por lo anterior no es extrao que el historia de la Compaa de Jess Walter Hanisch afirme que Las misiones entre infieles le hicieron explorar vastos territorios, aprender lenguas indgenas, escribir historia y disear cartas geogrficas en medio de grandes penurias y trabajos hasta verlos interrumpidos, a veces, con la muerte violenta.

De esta manera, no bien llegados los jesuitas se propusieron preparar misiones en Arauco y en el archipilago de Chilo:

Para Arauco design al P. Horacio Vecchi, toscano; joven que a pesar de no haber terminado la teologa, tena buenos conocimientos, y sobre todo mucha religin, espritu magnnimo y ardentsimo celo; favorecido, ms de esto, con una estatura corpulenta y majestuosa; y al P. Martn de Aranda Valdivia, nada inferior su compaero en dotes de naturaleza, y superior en la pericia del idioma araucano en que era excelente lenguaraz; con el H. Santos Gavironda. Para Chilo seal al P. Melchor Venegas, natural de Santiago, que haba entrado en la Compaa con la particular esperanza de predicar el evangelio en aquel archipilago; aspiracin santa que cada da se avivaba mis en su alma, sin atreverse a comunicarla a nadie, por no faltar la total resignacin y entera indiferencia tan recomendadas en nuestro instituto; y al P. Juan Bautista Ferrufino, joven que siendo estudiante todava, mostraba gran talento y buena disposicin en su espritu.

Teniendo esto presente, corresponde dar un salto temporal hacia la expulsin de los jesuitas, sabiendo que algunos de los elementos comprendidos en este intersticio cronolgico son justamente el objeto de nuestra investigacin. Por lo mismo, nos parece relevante un breve esbozo sobre las Reformas Borbnicas, importante antecedente del extraamiento jesuita: Acerca de la nueva manera de manejar un imperio a un ocano y un continente de distancia.Las reformas Borbnicas surgen no slo con un cambio de dinasta en el trono de la Espaa Imperial, sino que tambin con un cambio de enfoque en cmo el regente europeo gobernara los tan extensos territorios que se adjudicaba. Por ms de dos siglos, los territorios imperiales de ultramar, en especial Amrica, no fueron ms que un dominio del qu obtener los metales necesarios para la prosperidad del territorio europeo; para fabricar las joyas de la nobleza, los caones del ejrcito, las monedas de la burguesa, los puales de los campesinos y las campanas de las iglesias. Con las reformas de esta nueva dinasta de ascendencia francesa, las colonias seran vistas con un nuevo lente, en donde se tendera a aumentar su produccin econmica en trminos de eficiencia para el imperio en s ms que para la metrpolis en especfico, debilitando el rgido monopolio comercial imperante, en base no a slo cambios reformistas en materias tributarias, sino que quizs las de mayor impacto para el tema a tratar en la presente investigacin, fueron las de reformulaciones polticas en tanto administracin, magistraturas, reestructuracin de las cadenas jerrquicas a la que deban responder los notables, aumentando el control de los representantes directos del sello borbnico de Anjou.

Las reformas polticas concretas fueron la creacin de intendencias como unidades macro respecto a la administracin colonial. Sus autoridades: los intendentes, responderan solo ante el Virrey del Per, y tuvieron importantes atribuciones de mando, entre las que se incluye el control militar.La situacin con los autctonos de la regin, se haba estado caracterizando por una vida de frontera en la que, al contrario de lo que asegura Villalobos; nunca habran quedado fuera de una Historia que nunca fue de ellos; que los anula como sujetos de cultura y cosmovisin propia. Los parajes salvajes al sur del ro Biobo estaban siendo cada vez ms penetrados por la cultura colonizadora y Misiones Jesuitas como las de Santa Juana y Angol como se puede observar en el siguiente mapa: (Fig. A1)Figura A1. Mapa del reyno de Chile hecho por el gobernador Ambrosio Ohiggins, 1768.

Leyenda:

1. Ro Itata

2. Ro Bio-Bio / Ciudad de Concepcin.

3. Ro Imperial / Terrenalidad perteneciente a la compaa de Jess

4. Ciudad de Baldivia

5. Los Angeles, villa y guarnicin.

6. Ro Bueno

7. Ciudad de Castro, Chilo.

(Los cuadrados rojos simbolizan las ubicaciones de las terrenalidades pertenecientes a la Compaa de Jess para hasta entonces, 1768.)

Adems, desde la administracin colonial, bajo el alero borbnico, se promovi la creacin de nuevos enclaves urbanos que afianzaran la presencia espaola en esta zona, donde no slo los fuertes avanzaban y se instalaban, sino que ciudades como la de Los ngeles seran instauradas bajo fines estratgicos; as como tambin lo fue la refundacin de Osorno, que como enclave militarizado por su situacin de frontera, respondera por breve tiempo a la an ms breve intendencia de Chilo (1784 -1789), y posteriormente rendira cuentas directas al Virreinato del Per por dicha importancia estratgica; hasta ser derivada a la intendencia de Concepcin en 1796. Chilo como gobernacin militar tambin sera un apartado bajo dependencia directa del Virreinato hasta su anexin por el Gobierno Chileno en 1826.En este nuevo orden colonial impuesto por los borbones, se percibe una cierta apertura econmica y cambios a nivel social. Nos valdremos de algunos de estos elementos para proseguir y explicar la Expulsin de los Jesuitas.

Este recordado evento no est libre de polmicas en el ambiente historiogrfico. Se argumentan distintas motivaciones por parte de la Corona, y lo cierto es que a la luz de los sucesos que acaecan en los dominios espaoles, ninguno es descartable.

Ciertamente una probabilidad es que el nuevo orden borbn fuera incompatible con el peligroso podero econmico de los jesuitas. Se afirma que la Compaa de Jess lleg a ser propietaria de enormes cantidades de territorios y bienes, y que era tanto o ms competitiva que los ms importantes comerciantes, por lo que la corona se habra visto amenazada por esta potencia econmica. Por otra parte, se puede considerar que la organizacin social jesutica implantada dentro de las reducciones, misiones y otros espacios convivi en constantes roces con la organizacin colonial. Claramente el comerciante y el conquistador apuntaban a objetivos distintos cuando se comparaban con los clrigos y misioneros. Un ejemplo claro es la temprana superacin de la esclavitud aunque ms adelante veremos que esto no fue constante y que el concepto merece una revisin. Al mismo, est la posibilidad cierta de que la produccin intelectual jesuita fuera percibida hostilmente por los borbones. En este punto ubicaramos algunas doctrinas pactistas y justificaciones del tiranicidio que la orden de San Ignacio produjo.Sea como sea, los acontecimientos se desarrollaron de la siguiente manera: el 26 de Agosto a las 03:00 a.m. se llev a cabo el decreto real de Carlos III que extraaba de todas las tierras de la corona a los padres y hermanos jesuitas, y adems confiscaba sus bienes. La medida est rodeada de misterio. De hecho se sabe que se mantuvo en secreto por varias semanas:El 24 de agosto, da de San Bartolom, en la tarde, comenz a esparcirse por la ciudad el rumor de que todo ese aparato de guerra se diriga contra los padres de la Compaa de Jess; a las tres, supe la noticia por medio de otro padre de un modo bastante seguro. Las religiosas carmelitas se pusieron al momento en oracin, no perdonando desvelos ni penitencias. El 25, los soldados estaban en el puesto que se les haba asignado: toda la ciudad esperaba; sin embargo, el gobernador no se present. Como el cielo estaba cargado de nubes y amenazaba lluvia, envi las tropas a comer, y lo posterg todo para el da siguiente. Pero de hora en hora el rumor de la vspera tomaba ms consistencia: se deca abiertamente que esos preparativos se dirigan contra nosotros. Se vi a un soldado recorrer las calles con lgrimas en los ojos, repitiendo que era deudor a los jesuitas de todo lo que saba de bueno, y que prefera hacerse matar antes que poner la mano sobre uno de ellos. Este mismo da, varias personas extraas fueron a ofrecernos a muchos padres y a m un asilo en sus casas si ramos expulsados de las nuestras

La mayora de los jesuitas expulsos eran naturales de Chile o espaoles. Y para su expulsin eran 313, aunque muchos de ellos padecan enfermedades y murieron al poco tiempo. El destino preferente para los religiosos fue Imola en Italia, donde alguno de los jesuitas ms destacados como el Abate Molina o Martn Lacunza murieron.Los bienes de la Compaa fueron puestos a disposicin de la Junta Superior de Temporalidades Jesuitas que se encargara, segn lo dicta el decreto real, para ser repartidos, rematados o asignados a otras labores espirituales. En general se busc preservar las funciones espirituales de los inmuebles (convictorios, escuelas e iglesias).4. Planteamiento del problema: El Jesuita es un sujeto persistente que va a acompaar al indgena en varios procesos, produciendo as una relacin de intercambio cultural que va a perdurar, e incluso es probable que su ausencia provoque ciertos cambios en las dinmicas de los sujetos con los que entr en contacto. Habra que considerar que los jesuitas fueron, en aquella poca, grandes estudiosos de la filosofa, matemticas y otras ciencias, y que tal vez debido a la interaccin constante de ambos sectores, pudo haber transmisin de algunos de sus conocimientos.La presente investigacin se interesar en abordar el problema que surge luego de la expulsin de los jesuitas en Chile, enfocndonos en el sector del Wallmapu ya especificado anteriormente. A partir de esto nos cuestionamos cul y cmo fue el impacto en los mapuche al acontecer la expulsin de los jesuitas del actual territorio chileno en 1767, analizando el impacto como ya lo definimos previamente.

Entendiendo que la cultura mapuche debi, durante el contacto con los jesuitas, adquirir elementos culturales para poder conservar ciertos valores identitarios, se hace necesario y relevante no slo el estudio de aquellos elementos, sino que cmo stos, ya integrados en la cultura mapuche, perduraron o se modificaron luego de la expulsin de los jesuitas. Es decir, entender la reaccin de los mapuche frente a la expulsin de los jesuitas permitir la comprensin de la relacin dada entre dichos sujetos y adems, dar cuenta de aspectos fundamentales en la cosmovisin mapuche que fueron integrados a partir de la relacin con los jesuitas. 4.1. Justificacin:

Nos parece que una investigacin como la presente, se inscribe en la etnohistoria de manera relevante ya que nos da indicios sobre un aspecto tan central como lo es la religiosidad mapuche; sus distintos procesos de cambio y transformacin, los cuales reflejan los importantes cambios culturales que signific la llegada del espaol, un evento que vino a alterar inevitablemente el Wallmapu.

En esa misma lnea se nos presenta, en el caso de las misiones mapuche, la notable situacin del encuentro entre el castellano y el indgena; el tema de la otredad se hace patente. Y en ese sentido se presentan situaciones numerosas en la Araucana, que hacen interesantsimo el estudio de dichos acontecimientos. Al seguir este hilo conductor, no es difcil percatarse de los movimientos internos que afectaron al sujeto misionero y podramos llegar a relacionar sus esfuerzos con una labor protoantropolgica. Conceptos como el intercambio y el sincretismo, que podran ser desarrollados en la investigacin, tienen que ver con esas operaciones y mecanismos que se llevaron a cabo desde el mundo americano y desde lo europeo. En otras palabras, hay en estos eventos mucho de actividad antropolgica, que no slo fue relevante en trminos acadmicos entendiendo el estudio sistemtico que la Compaa de Jess realizaba sobre los indgenas sino que tambin se tradujo en acciones concretas que tomaron las distintas congregaciones religiosas y la corona espaola. De hecho podramos aventurarnos a decir que los jesuitas han sido los primeros en interesarse por la lengua de los indgenas.

Por otra parte, una pregunta como la que se busca responder nos ayuda a entender el estado actual en que se halla el sujeto mapuche, algunos de sus procesos polticos, y la significacin identitaria que viene realizando desde hace varios siglos.

De acuerdo con lo anterior, esta investigacin tambin nos permitira reflexionar en torno al tema de la Otredad. As, al dialogar diferentes perspectivas de lo que el Otro significa para el mismo y cmo el primero influye sobre el segundo, es posible problematizar cmo se estructuran las lgicas culturales en torno a un contexto forneo y qu relevancia tiene l la creacin de una identidad en torno al otro.4.2. Formulacin de una pregunta de investigacin:

A partir de la problematizacin surge la siguiente interrogante: Cmo impact la expulsin de los Jesuitas durante el siglo XVIII en la poblacin mapuche residente entre el Ro Itata hasta el sur del archipilago de Chilo?5. Objetivos:a) Objetivo general:

Describir el impacto producido por la expulsin de los Jesuitas durante el siglo XVIII, en la poblacin mapuche residente entre el Ro Itata hasta el sur del archipilago de Chilo.b) Objetivos especficos:

1. Caracterizar el proceso de expulsin de los jesuitas en las distintas comunidades mapuche residentes entre el Ro Itata hasta el sur del archipilago de Chilo.2. Describir las relaciones entre los misioneros y los mapuche antes y despus de la expulsin de los Jesuitas en la zona de estudio.3. Identificar los principales cambios culturales producidos a la luz de la expulsin de la Misin Jesuita en la poblacin mapuche que habita el territorio estudiado.relacin de intercambio cultural

6. Marco terico

En el presente trabajo ser necesario establecer un marco de referencias, teoras e ideologas que permitan situarnos en el contexto terico en el que la investigacin se enmarcar. En este espacio se intentar vincular los temas tratados en clases con nuestro respectivo trabajo y que nos permitirn posteriormente realizar un mejor anlisis, como tambin, pretenden tener pertinencia con los objetivos de sta. As a travs de la discusin de ciertos autores, se tratar de darle un lineamiento a esta investigacin; esbozaremos los principales prismas desde los cuales nos situaremos para ver y aproximarnos a la temtica investigada.En primer lugar, para poder entender la relacin que se estableci entre indgenas mapuche y extranjeros, es necesario dar cuenta de la reflexin que distintos autores han hecho en torno a esta relacin. Por un lado tenemos a Viveiros de Castro, quien plantea una teora interesante en relacin a la identidad indgena; realiza un anlisis de la evangelizacin jesuita en las comunidades indgenas Tupi de Brasil, en el que plantea que para los jesuitas fue bastante difcil desentraar qu entendan los indgenas por religin, ya que eran muy abiertos al momento de admitir la religin extranjera dentro de su cultura, sin embargo eran muy inconsistentes al momento de seguir el dogma de la iglesia catlica. En este sentido, segn los jesuitas, los indgenas aceptaran convertirse a la religin catlica pero no de manera permanente, sino que se caracterizaran por olvidarse del catolicismo cuando les convenga. Se destacan los elementos importantes de la cultura Tupi, como lo son las fiestas, borracheras, canibalismo y en especialmente la venganza. Aqu Vivieiros de Castro plantea su principal tesis, y es que si bien las sociedades indgenas se caracterizan por identificarse a travs del Otro, es decir, su identidad cultural est estrechamente relacionada con el Otro, hay elementos arraigados en la cultura Tupi que no van a ser transables. Estos son el canibalismo y la venganza. Y es que para los Tupi, el canibalismo va a ser la forma de mantener el contacto con el Otro, as el ingerirlo, se relaciona con tener su identidad dentro; pero no se ingiere a cualquiera, sino que al enemigo. As, las tribus van a estar en constante contacto; el que es canibalizado deja la promesa de que guerreros de su tribu lo vengarn, y vendrn por ellos. En este sentido, la venganza no slo sirve para mantener las relaciones, sino que, a travs de la venganza se determinan venganzas pasadas y futuras, por lo que la venganza es la construccin del tiempo Tupi, as es un elemento imprescindible, que va a generara la base de la cultura Tupi. En resumen para Viveiros de Castro, la cultura indgena se caracterizar por generar su identidad a travs del Otro, sin embargo nunca transar la venganza, la cual, es lo que permite la relacin con otros grupos y construye el tiempo pasado y futuro.

En un plano similar al de Viveiros de Castro, Michel de Certeau habla de una construccin identitaria mediante el encuentro y la traduccin de un otro. Como lo indica, su trabajo es una hermenutica del otro. Transporta al nuevo mundo el aparato exegtico cristiano, que, nacido de una relacin necesaria con la alteridad juda, se ha aplicado a su vez a la tradicin bblica, a la Antigedad griega o latina, y a muchas otras totalidades todava ms extraas. Ante el encuentro de Mapuche y Jesuitas, segn De Certeau; los jesuitas como representantes de la occidentalidad y controladores de la cultura, habran visto al indgena como un papel en blanco sobre el cual hay que construir una verdad: la evangelizacin.El viaje identitario del jesuita parte con la bsqueda de este otro Mapuche, y ante su encuentro se genera una suerte de extraamiento. Qu es este otro tan diferente a mi? Para responder esta pregunta el yo occidental debe generar un reconocimiento del otro y una traduccin del mismo. La traduccin hace pasar la realidad salvaje hasta el discurso occidental. Esto podramos decir que se relaciona con lo que plantea Viveiros de Castro, ya que los jesuitas creen que los Tupi adoptan rpidamente el cristianismo y luego lo desechan. Cuando esto sucede es porque, en realidad, los jesuitas supusieron que los Tupi posean una racionalidad similar a la occidental cuando sabemos que no tiene por qu ser as. Partamos porque en la religiosidad Tupi o Mapuche no es necesario que exista la nocin monotesta de un ente omnipotente, por lo que la traduccin a partir de un sustrato de naturaleza diferente se entorpece.El viaje identitario diseado por Lry contina con una incorporacin de la exterioridad, gracias a la traduccin, para poder generar y fortalecer una identidad propia. En este encuentro del otro-externo y el yo-interno, hay una parte de la otredad que se vuelve interior mientras que la otra parte de esa misma otredad es exterior: hay un comn denominador que permite entender las prcticas.Si interpretramos a partir de De Certeau, en este caso del encuentro del misionero con el Mapuche, el misionero domina al otro escribiendo una verdad sobre l, creando verdad, historia mediante el otro. En este ejercicio de traduccin del otro por parte del misionero, el autor indica que siempre queda un reducto, un algo que es intraducible y otra parte que es incorporada. El yo intraducible es la figura del Salvaje, esa que se construy como el mapuche inadaptado, belicoso, terco y flojo.Por otro lado va a estar Boccara, quien plantea una perspectiva diferente. Este nos habla que la relacin indgena con el extranjero agrave del intento de evangelizacin de los mapuches por parte de los jesuitas. Es as como, a diferencia de Viveiros de Castro, Boccara plantea que una de las grandes razones del fracaso de la evangelizacin fue debido al desprecio que tenan los mapuche por los espaoles; en cambio, el primer autor dice que los indgenas tenan una gran curiosidad por el otro, y por tanto, queran convertirse al catolicismo. Sin embargo, Boccara admite que los jesuitas eran distintos para los mapuche; de hecho se van a convertir en una especie de objeto que representa poder. Es as como los jesuitas, quienes en un principio fueron considerados chamanes y brujos, luego sern agentes polticos, ya que ayudarn a los mapuche.Otro elemento que nos parece de total relevancia para trabajar adecuadamente el tema en cuestin, es dotar esta investigacin de un conjunto de conceptos y bagaje que comprenda la situacin que caracteriz la relacin entre los misioneros y los mapuche. Esto requiere detener la mirada en los misioneros y su actitud misional. En ese sentido hay literatura suficiente que trabaja dicha dimensin.Nos gustara siguiendo con la bsqueda que se plante en el anterior prrafo tener en cuenta las principales conclusiones de Foerster en cuanto a lo relativo a la conquista bautismal, principal estrategia misional, estandarte jesuita. En este punto debemos adelantar que aunque existen tesis contrapuestas a nivel antropolgico acerca del xito o fracaso de la empresa misional jesuita, ciertamente es un hecho que la cultura por no decir religin mapuche se alter, y es justamente en esa transformacin que nos situamos para desde ah intentar desentraar los microprocesos que tuvieron lugar. Solo as podemos dar el paso siguiente segn nos hemos propuesto, que es ver cmo, una vez expulsados los jesuitas, este cuerpo con cierta forma que es lo mapuche se comporta, y si cambian aspectos interno, o de la relacin con los espaoles. En clave Tupi, buscamos observar si el mirto persisti en su rebelda cuando el podador jesuita fue expulsado. Si lo hizo, hacia dnde crecieron sus ramas, qu forma habra adquirido este pueblo... habr el trabajado esfuerzo evangelizador acaso logrado marmolizar la estatua mapuche?Con esto en mente corresponde exponer que para Foerster, la misin jesuita en la Araucana transform totalmente la cultura mapuche. En particular, alter con fuerza la su dimensin ritual. Esto configura justamente, dependiendo de dnde se mire, la razn el xito o fracaso de la Compaa de Jess en su misin evangelizadora.Retomando lo expuesto, tenemos que la carga mtica y las creencias que constituan al mapuche precolonial, y que giraban en torna a un equilibrio csmico, y oposiciones como bien/mal y la continuidad entre los vivos y los muertos. Y en este punto la tradicin, el Admapu es la forma conceptual que guiaba al mapuche, sobre todo en lo ritual. Por eso afirma Foerster, que este sistema se vio reafirmado con la presencia jesuita, pues la conquista bautismal signific una alteracin ritual que funda la identidad mapuche e incluso chilena que persiste hasta el da de hoy. Se debe destacar tambin que la doctrina que los padres jesuitas traan consigo a la Araucana quedaba circunscrita al Admapu; en la oposicin bien/mal parece evidente esta situacin, que de alguna manera tambin se dio en la cuestin de los vivos y muertos. Suponemos que la respuesta catlica satisfizo al mapuche.As, nos encontramos con que estas alteraciones no significaron de ninguna manera la destruccin del original sistema ritual (entendiendo esto como la eliminacin total del aparato, un smil de la aculturacin), sino ms bien, sucedi que la ritualidad mapuche se afianz con fuerza, a la luz de esta resignificacin. La conquista bautismal, sin embargo, instituy un nuevo rito, cuyo papel no puede soslayarse, ya que al hacer necesario al misionero en este rito sagrado, crea con l y con su mundo un vnculo insalvable.

En definitiva, es justamente esto lo que define el fracaso misional jesuita; no pudieron imponer creencias, sino ritos. Pero ac volvemos al inicio, y damos un giro importante; esta impotencia de hacer que el el alma salvaje crea lo que los cristianos creen, es para algunos misioneros el fracaso de la orden de San Ignacio, pero para estos ltimos es un hecho que no se condice con el xito misional. El enfoque ex opere operato de la evangelizacin jesutica, que quiere decir que el rito mismo es lo preponderante, que con el hecho del bautismo el mapuche salvara su nima; fue lo que constituy la identidad del proceso. Y esto choc con el enfoque ex opere operantis de las otras congregaciones religiosas, e incluso de algunos jesuitas de corte ilustrado. Por esto decimos que, tal como afirma Foerster, la misin de la Araucana, analizada con el primer enfoque puede verse como un xito parcial, mientras que si el lente es el segundo, fue un rotundo fracaso.Bajo estas lneas de reconocimiento entre sujetos distintos en una primera instancia, el aporte de una hegemonizacin en el pensamiento, tanto de los siglos pasados, as como en el actual, ha sido el de ilustrados pregoneros de verdades absolutas que con el prestigio que les precede logran imponer sus perspectivas. Caso es el de Sergio Villalobos y su desenvolvimiento en la articulacin de un concepto de vida fronteriza. Bajo una percepcin de anulacin hacia el sujeto Mapuche, autores como l deforman el imaginario a escala intercultural que se tiene de este pueblo por el de Araucano, potenciando un estereotipo por sobre otro con motivos nacionalistas entre otros. Antes del Real Extraamiento de los Jesuitas, stos haban logrado entablar relaciones de cercana, ayuda e incluso cooperacin con los nativos, aunque se les disfrazarse de un destino penitenciario para los nativos convictos, estos eran tratados bajo una doctrina del evangelio muy peculiar en comparacin con las de otras rdenes religiosas de su tiempo. A diferencia de franciscanos y teatinos; los jesuitas asimilaron que estos seres, aparentemente para el resto dejados de la mano de dios, sin rey, estado ni pagana estable; si posean un sustrato de cristiandad en s, en sus almas, por ser la supuesta creacin de su Dios del otro lado del ocano. Las estancias, segn La Corona, actuaban como distritos correccionales como se menciona en algunos documentos del Catlogo Jesuita del Archivo Nacional de Chile pero para los nativos que terminaban en estos lugares, eran refugios del ltigo del encomendero y del fusil del soldado. Estos colegios para naturales constituan un primitivo laboratorio; primitivo en el sentido de que se desarticularon las reglas de dominacin por algunos instantes, donde ms all de querer imponer una catequesis a un otro no tan extrao a como lo era doscientos aos atrs, pero segua siendo un Otro; se buscaba comprender la existencia de ste y el porqu de ambos en un mismo espacio y tiempo, con distintas razones, con distintos conceptos de los mismos. Rolf Foerster atae que en esta vida de frontera, no se estructura una oposicin dicotmica entre el criollo colonial y el aborigen escurridizo; sino que estos enunciados no son ms que una bsica compilacin de mltiples identidades coexistiendo no alrededor de una frontera hdrica como se sospech del Biobo, sino que esa frontera es la que cada relato fija entre un hroe favorecido y un villano que slo males provoca, segn las versiones ms radicadas en los extremos del imaginario. Un matiz multitnico que no queda delimitado por raza o credo; el criollo fronterizo probablemente sea ms distinto al criollo Santiaguino que a su vecino araucano. El espacio y las distancias cobran ms fuerza que el tiempo de residencia de un grupo u otro.

7. Transcripcionesa) Fondo Jesuitas ChileI. PACHECO [Padre Lus].- Medios para mejor doctrinar los indios de las reducciones propuestas por el padre vice-provincial de la Compaa de Jess de Chile al seor gobernador don Martn de Mujica. [1650. Vol.93, p.31, pg.150, hojs. 3.]Por cumplir con la obligacin de mi oficio y porque los padres de las miciones puedan acudar mejor a la obligacin en que Dios y la obediencia les apunto* y por concernir en algo con lo mucho del sello cuidado y vijilancia con que es notorio de los yndios jentiles nuevamente reducidos, mas tambien de los antiguos yia christianos que para que los bengan a la dohuina anuestras () en Santiago y en la Concep. apuesto* penas desidimos* sino los envan y para aquellos me amandas* lescriba conpadres expeditos en la lengua para que los eynbuyan* denuevo en la fee seme aofrecido proponer a vd algunos medios para que mejor () frecuencia y prou() sean dominados.El primer medio sea que por lo que ami toca procurare que los padres misioneros acuedan con la satisfacion y penalidad que pide unempleo tan de la glora de Dios sexio* del Rey nuestro somos y descargo de su conciencia bien delos yndios como es de su conversion y espiritualidad enseana* Aqui acuden y an acudido hasta derramar su sangre en la demanda de que es buen testigo.Segundo que Nssa sesiba* denabdar que los indios amigos no se bayan de las reduciones adonde an hecho algo, ni se alejen astras* tierras y para que sesepa alguien se ban, asi otros (aquhayunhoyo) con vendra hacer padrones de cada reducion y que dellos aya dos copias, una para Vssa y otra para el padre superior de dicha mision notamos los que se mueren y los que nacen.Tercero que Vssa mande que se redugan en forma mal catecismo y poniendo de catequistas se ben a aquella nueba christiandad muy aprovechada.Otabo que Nssa seimbade mandan poner en sus titulos y proveymientos de los capitanes de los yndios clausula particular en que se les mande acudir con cuidado ahacer juntar dichos yndios a la dotrina y quepan la mision que enello biene y recurran a en alguna pena que les decela* y despierte a la vijilancia delo que tanto ymporta y es tandel servicio de Dios y del nuestro y buena enseanca de los yndios que tanto Vssa desea y procura aqu enque dios con los aumentos que le suplico deste colejio de la Concep. 28 de mayo de 1649.II. Real orden prohibiendo hablar, escribir disputar en pr o en contra de la expulsin de los jesuitas. Aranjuez, 25 de abril. 1776. Vol. 91, p.24, pg 50, hojs. 4.Rey: Entre las providencias, que tuve por conveniente tomar en mi Real Decreto de veinte y siete de marzo de mil setecientos y sesenta y siete, relativos al entrenamiento y ocupacion de temporalidades delos reguladores* dela compaia, fue una prohibir expresamente, que nadie pudiera escribir, declamar ni commover enpro niencontra compretexto de ellos, imponiendo sobre esta materia perpetivo* silencio, atodos mis vasallos, y mandando que alos contraventores, seles cortizare como a reos dela majestad, sin embargo delo qual, y de que el Papa Clemente Decimo quarto, () memoria, () de veinte y uno de Julio de mil setecientos y setenta tres, en que extinguio la religion dela Mision* Compania mand igualmente que nadie desatreviere, a escribir, hablar ni disputar de ningun modo, sobre extincion ni sobre las causas, que produjeron como algunas personas poco timoratas, y desobedientes alos preceptos dela Silla apostolica, hayan quebrantado elque selos impuso enel particular, ocasionando () de resultas divensiones, y escandalos, y perturbando la quietud dela Noblesia*, el Papa Pio Sexto, que actualmente la Vigue*, noticioso de semejante excesos, y impedido de Paternal amor atados* los fieles Christianos, mand a la Sagrada congregacin particular de cardenales, disputados para los asunptos dela extinguida Compaia, escrivir anuncio que () Corte la Carta, que con su traduccion es del themor siguiente: Ilustrisimo, y reverendisimo Seor como hermana: Aunque en el breve (mancha) dela extincin de la Compaia de Jesus, expedido aveinte y uno de Julio de mil setecientos y setenta y tres, se mando que nadie se atreviere a escribir, hablar, ni disputar de ningun modo sobre dicha extincin, ni sobre las causas que la produjeron, ni a zaherir, a otros con este motivo; sin embargo es tan grande la audacia delos Petulantes, que sus clamores, y murmuraziones no ceran aun; desuerte que con el pretexto de hablar afavor de o encontra de ducha extincin lo que de derecho no se debe permitir prosiguen como antes infuriandose, y maltratandose mutuamente depalabra, y porescrito perturvandose* entoda la par dela Iglesia, y la Publica tranquilidad. Por tanto, deseando engran manera nuestro santissimo Seor el Papa Pio Sexto evitar, y precaver estos perniciosos males, impone rigurosamente silencio sobre el expierado* asubto dela extinguida Compaia a entre ambas partes, assi los que hablan enfavor como los que hablan encontra de su extincion, y atodas y cualesquiera otras personas, aunque se requiere que dellas se hiciera especial mencion, bajo delas penas prescriptas enel mismo brebe deextincion*, alas cuales, como impuestas por el Supremo Pastror dela Iglesia deben saber todos los fieles Christianos, sin excepcion, deninguno, que estan sujetos encargo pues poresta carta a useoria Nuestrissima que consu zelo, y prudencia, sededique seriamente, y haga todo quanto convenga para que los sobredha* voluntad pontificia se execute no solo empleando () fin la autoridad propia de su oficio sino tambien excitando la delos respectivos ordinarios dela nunciatura, desuerte que en virtud del silencio impuesto tengan fin deuna vez los escandalos, las disensiones, y perturvaciones dela Iglesia, y si sobre este asumpto ocurrieren algunos casos que merezcan atencion, no seje de informar useoria y nuestrisima a su santidad detodo afin deque consu autoridad Pontificia, puedadar la conducente providencia. No dejara pues useoria Vuestrissima dexoecutarloassu*, y queda rogando de corazon al seor le conceda entera felicidad. Roma al veinte y tres de enero de mil setecientos setenta y seis: De Useoria Vuestrissima: su mas afecto como Hermano, A cardenal Corsimi: Yvistra* esta carta, que puso en mi Reales manos el anuncio referido, y remiti a mi consejo delas Yndias con Real orden de veinte y dos defebrero ultimo a fin deque dispusieran su puntual cumplimiento en mis Reynos dela America: deseando coadyuvar* en quanto dependa de mi catholico celo a que se logren completamente los santos Funes desu santidad, dirigidos ala mayor paz y quietud delos fieles y evitar disturbios, y controversias, que alteren sus animos: Ordeno, y mando a mis Virreyes de Nueba Espaa el Per y Nuestro Reyno de Granada, alos Presidentes, y Oydores delas Audiencias deaquellos. Distritos y elde Philipinas, alos Governadores, y Justicias dellos; y luego, y encargo alos muy reverendes Arzobispos, Reverendos Ovispos, y Cabildos delas Santas Iglesias Metropolitanas, y Cathedrales delas Diocesis comprehendidas en las demarcazion delos expresados Virreynatos, y Audiencias, hagan publicar en sus respectivas jurisdiciones el contenido dela carta premserta*, y cuiden, que ninguna persona, dequalquiera Estado, calidad Condicion, que sea, hable escriba, nidispute de ningun modo sobre la extincion dela Religion dela Compaia, nisobre las causas quela produjeron, pues es mi voluntad imponer como impongo parla presente mi Real Zedula / perpetuo silencio sobre el asumpto atodos mis Vasallos; en inteligencia, deque alos contraventores seles castigar por su desobediencia, y falta de respeto alos mandatos del sumo Pontifice, yndios como perturvadores dela par publica, y Reos deesa* Magestad, segn y como lo (), y mande por mi citado Real Decreto de veinte y siete de Marzo de mil setecientos y sesenta y siete. Fecha en () a veinte y cinco dias de Abril de mil setecientos y setenta y seis: YO EL REY por mandado del Rey Nro. Seor: Miguel de San Martin Gueto: Ay tres rubricas: Para que enlos Reynos delas Yndias se cumplan, y observe lo mandado enla carta que se inserta dela congregacion particular de cardenales disputada para los asumptos dela extinguida Religion dela Compaia, prohibiendo hablar, escribir, disputar sobre su extincion, ni sobre las causas, que la motibaron: En la ciudad de Santiago de Chile en treinta de Septiembre de mil setecientos setenta y seis, Su Muy Ylustre Seor Dn Agustin de Jauregui Cavallero del orden de Santiago del Consejo desu Magestad Mariscal de Campo de su Reales Expercitos, Governador y Capiitan General deste Reyno, y Presidente desu Real Audiencia; Haviendo visto la Real Zedula contenida enestas quatro formas, puesto en pie, y destocado la Ver, y pus sobre su Cabeza,, y dijo que la Obedecia, y obedeci como carta y mandato de Nuestro Rey, y seor Natural que Dios grande, y que para su execucion, y cumplimiento, devia dedar, y daba vusra al Seor Fiscal, sacandose con anticipacin testimonio della, y deste Auto, a efecto deque quede archibada con las demas originales. Yassi lo provey, mand, y firm deque doy fe: Don Agustin de Jauregui: Doctor Lopez: Pasqual de Silva Porquez Escrivano Sostituto de Gobierno:Copia dela Real Zedula Original aque me refiero Santo y obtubre doce de mil setecientos setenta y seis:III. GRAMTICAS INDIGENAS.- Nota del presidente de Chile participando quedar advertido de que ha de suspenderse la remisin de diccionarios y catecismos en lengua de indios que estaba mandada anteriormente, respecto haberse dado los colegios de Villa Garca y Loyola diverso destino que el de misiones que estaban aplicados. Santiago, Febrero 1. [1786. Vol.64 p.68 pg.147 hojs 2]El Presidente de chile propone el arbitrio de que se establezca un Colegio de hijos de Caciquez y descendientes de Indios nobles en el de Sn Pablo, que fue de los Regulares dela extinguida Compaia para la mayor seguridad delas pazes, y demas alos fines que funda, efecto de que se sirva V.d. ponerlo todo en noticia de S.U. para su Real aprobacion, lo que fuere de su soberano agrado.Ex.mo S.orConsecuente a lo que ofrec en carta de 31 de Marzo proximo pasado se exponen en otra el medio que pensaba mas proporcionado para el logro de las ventajas que se deven esperar del establecimiento de Caciques embaradores, personeros de los quatro Butalmapur de la tierra con perpetua residencia en esta Capital, hago presente Vd. que siendo el principal objeto mantener como en Rehenes a los Caciques para la mayor seguridad de la paz, y de el reyno, fuera muy congruente, y adecuado, a se propsito que se exigiesen en el Colegio de Sn Pablo, que fue de los Regulares de la extinguida Compaia, un Colegio Real destinado la educacin, y crianza poltica y christiana de los hijos de Caciques y descendientes de Indios nobles aplicandose para fondos de su subsistencia la hacienda de la Punta distante quatro leguas de esta Ciudad, que tambin fue de los mismos Regulares, cutos productos pueden ser muy bastantes la gatisfaccion de Rentas de Directores, y Maestros, Vestuario y mantencion de los Pupilos, alumnos.Con este arbitrio, y establecimiento en que se interesa conocidamente la Religion, se lograria tener mas prendas, fiadores de la Paz, por que estando los hijos de Caciques principales en esta Ciudad, y empleados en tan loable exercicio, ni remotamente podran pensar sus Padres, y Parientes en alzamientos, ni en causar el menor dao a los espaoles temerosos de que no padezcan estos pupilos, de cuya instruccion se puede igualmente esperar con fundamento que si se dedican a estado eclesiastico, ser copioso el fruto que hayan de sacar de los suyos, desengandoles de las supersticiones, y errores en que viven, lo que no han podido conseguir los Misioneros, y demas operarios evangelicos, causa de comprehender que el fin principal de su predicacin s subyugarlos, y pribarlos de la libertad heredada de sus mayores, que los espaoles tienen otro inters muy distante de lo que se les advierte: todo lo que fuera muy consiguiente que depusiesen oyendo las verdades de nuestra santa f, exortaciones , y consejos, de sus propios hijos, consanguneos, compatriotas, y solo de este modo conceptuo que se pueda verificar su convercion, pues han pasado siglos sin lograrse el menor aprovechamiento sin embargo delo mucho que se ha trabajado en las Misiones, que se podran destinar los que saliesen instruidos de conocida probidad, que ser consiguiente los rectos principios de su enseanza; y por todo me pareze que estas aplicaciones son las mas vtiles, y las mas conformes las beneficas Reales intenciones del Rey Nr. Seor, por que la verdad no puede darse establecimiento mas piadoso, ni de fines mas altos, pues conseguidos se habr propagado la f que se conspiran las Leyes, y que se dirijen las conquistas, y pacificaciones.No ay duda de que estos Indios han sido los mas reveldes y obstinados, y que los deel Preu han acreditado docilidad, y no dan el cuidado que los de este Reyno, y con todo siendo Virrey el Principe de Esquilache establecio en Lima un igual Colegio Real de Caciques, y descendientes de Indios nobles, formandoles sus peculiares ordenanzas para que con arreglo ellas se les ensearse leer, escrivir, y las de mas Instrucciones, y conociendo el actual Virrey Dn Manuel de Amatt la necesidad desu subsistencia, destin en Junta General de Aplicaciones para su translacin, y colocacin el recinto que se havia reservado del Colegio de Sn Pablo, que poseyeron en aquella Capital los Regulares dela antedicha extinguida Compaia, mandando se observasen las precitadas ordenanzas con aumento de algunas que form su zelo, y ese exemplo se puede aqu con mas necesidad executar lo mismo.Para ello no ay otro embarazo que haver ya aplicado esta Junta el predicho Colegio de Sn Pablo la fundacin de vn Convictorio Carolino, sealandole la propia hacienda de la Punta por fondo de su subsistencia, y haver dado cuenta de esta aplicacion a Consejo extraordinario, pero devo persuadirme que si al tiempo que mi antezesor Dn Franco Xavier de Morales la hizo en la expresada Junta, se hubiera prevenido esta importancia, y los Indios se hubiesen hallado en el estado que oy los tengo, y manifiesta su voluntaria prompta condescendencia denombrar, y remitir Caciquez embaradores que hayan de resibir en la Capital, hubiera pensado lo mismo que propongo, y espero sea de la Real aprobacion de S.U., pues nada se ha innobado, y se halla la materia en terminar (ilegible) que se mejore aquella aplicacion con el establecimiento se la que dejo propuesta.El Colegio Carolino se puede y aun se deve establecer no en Colegio de Sn Pablo, sino en el sitio sobrante de la Real Vniversidad, por que su Rector el Dn. Dn Franco Lopez me ha informado la absoluta falta de estudios que ay en la Capital, y en el Reyno, que las Cathedras se hallan enteramente sin exercicio por no haver oyentes, y que conferida esta gravedad con su claustro, se acord me representase ser el vnico medio, y arbitriopara que resucite la enseanza de la Jubentud, y se restablezcan ventajosamente los estudios, la execcion de Colegio en dho sitio sobrantes por que el antiguo convictorio de Sn Xavier, que corrio cargo de los enunciados Regulares, se halla, como es assi, sumamente ruinoso, y despoblado, sin que exista en el mucho tiempo ha Colegial alguno, y que aun quando los hubo no se pudo conseguir su asistencia las Aulas de la citada Real Vniversidad, que ha venido por esa causa a su vltima decadencia en perjuicio del publico y de los reiterados Reales y muy piadosos encargos, y ordenes de S.U. relativos que no [ilegible] la enseanza, instruccion de los Jobenes, y que no ve admitan grados sino aquellos que ganasen cursos con precisa indispensable asistencia las referidas Aulas, como lo havia mandado el mismo Dn Manuel de Amat en Auto que probey al tiempo que pasaba servir el Virreynato del Peru, y que ignorante havia acordado el Claustro se aplicase al coste de la fabrica material, el producto de la venta que se davia hazer de dho arruinado Convictorio de Sn Xavier, por que estando declarado por S.U. en varios lugares que se registran en la coleccion general de providencias, no pertenecen a temporalidades aquellas adquisiciones que hicieron los expulsos con abjeto la enseanza publica, siendo este Colegio de esa clase, y tratandose de mejorarla beneficio del comun del Reyno, y de las Provincias y vltramontanas, devia yo dar prompta providencia para que se sacase al hasta publica, y se rematase en el mejor postor, lo que hubiera executado conociendo la Justicia del Rector, y Claustro, no haver sido los demas vocales de la Junta de Aplicaciones donde se vi el expediente, de contario dictamen al mio, y resueltose en ella no haver lugar por aora la pretension del Rector por estar pendiente de la aprobacion de S.U. la del Auto en que la misma Junta, y mi antezesor havian aplicado e sobradicho Colegio de Sn Pablo para Colegio Carolino, y aadido los fondos propuestos, este arruinado Colegio de Sn Xavier, y por ese respeto he debilerado informar con dho expediente al mismo Consejo extraordinario apoyando la solicitud del Rector por ser la mas adaptable que revivan las letras y pueda haver progreso en la enseanza, y por que asi mismo conozco que de verificarse este Colegio de Espaoles en Sn Pablo, se sigue necesariamente la ruina de la Vniversidad, pues no pudiendo asistir los Colegiales a sus Aulas por estar dho colegio de Sn Pablo en un extremo de la Ciudad, y muy distante por lo propio de ellas, no podra haver jamas exercicio en las Cathedras, como no lo ay muchos tiempos ha por falta de Cursantes aun quando se estudiaba en el Convictorio, no abitante de ser su situacion en el promedio de esta Capital, fundandose los Rectores, y alumnos en la distraccion, incombenientes de calor en Verano, y se aguas en Invierno que imposibilitaron su asistencia, y cumplimiento de lo mandado por el Virrey en dho auto, confirmado y aprobado por Real Zedula de 4 de Marzo de 1764, concordante con las Leyes 51 y 52 titulo 22, libro primero de las Recopiladas de Indias, con mayor razon se excusarian por las mismas, si seles pudiese mas distantes en dho Colegio de Sn Pablo todo lo que representa el enunciado Rector con el citado expediente demonstrando que la Vniversidad se inutiliza si el Colegio no se funda en el sitio que propone, que el publico lo padeze, y que la Jubentud se pierde, y de aqui desciende que la aplicacion del Colegio de Sn Pablo, deve convertirse en la del Colegio de los hijos de Caciques que propongo, por que esta no perjudica la Vniversidad, y al beneficio general de los Infieles, como proporcionado medio para su voluntaria conversion en los terminos enunciados de que espero se sirva V.d. dar noticia S.U. para que en su inteligencia se digne su Catholica Real piedad de aprobar este pensamiento tan interesante de la Religion y vsando de sus soberanas facultades mandar que se ponga en practica lo expuesto, que har la mayor felicidad de estos sus Dominios.Hro. Sor (ilegible) Santiago de Chile, Abril de 1774Ex.mo SeorAgustin de Jaiureq ()Ex.mo S.or Baylio frey Dn Julian de ArriagaMadridIV. GRAMTICAS INDIGENAS.- Nota del presidente de Chile participando quedar advertido de que ha de suspenderse la remisin de diccionarios y catecismos en lengua de indios que estaba mandada anteriormente, respecto haberse dado los colegios de Villa Garca y Loyola diverso destino que el de misiones que estaban aplicados. Santiago, Febrero 1. [1786. Vol.64 p.68 pg.147 hojs 2]SeorPor el Real Orden de 12 de septiembre ultimo, que V.E. me comunica, quedo prevenido de que hade suspenderse la remisin de Diccionarios, y Catecismo en Lengua de Indios, que estaba mandada anteriormente, respecto a haberse dado a los colegiales de Villa garcia y Loyola diverso destino, que el de Misiones a que estaban aplicados; y lo aviso a V.E. en contestacin para su superior noticia.Nuestro Seor guarde la importante vida de V.E. muchos aos. Santiago de Chile 1 de Febrero de 1786Ex.mo SeorEximio Seor Don Jose de GalvezV. FRANCISCO, indio, y su hermano Cristbal, piden se les deje sirviendo los padres de la Compaa de Jess en vez de entregarlos un encomendero. [1640. Vol. 73 p.61, pg.130, hoj.1.] Sello Tercero Real, Aos de Mil Seifcientos y Quarenta, y Mil Seifcientos y Quarenta y Uno. Francisco Indio, y su Herm, Christoval naturales de Toquigua dicen, que por quanto han sabido, que por nueva encomienda han venido en poder de otro encomendero temen de que contra las Reales ordenancas les hanse llevar de una parte a otra sin gozar quietamente de sus tierras, donde nacieron, y donde han estado y actualmente estn sirviendo a los Padres del Collehio de la Compaa de Jesus muy contentos, bien tratados y pagados.A vuestra santidad piden, y suplican sea servido concedelles, que gozando de la R. ta[ca y ordenanca y [ilegible] con la puntualidad que se requiere, sus pedidos [ilegible] al encomentero, queden bacigcamente en su tierra, y sirvan a los Padres en lo qual recibiran mercedVI. FRANCISCO, indio, y su hermano Cristbal, piden se les deje sirviendo los padres de la Compaa de Jess en vez de entregarlos un encomendero. [1640. Vol. 73 p.61, pg.130, hoj.2.] El Padre Marcos del Castillo Rector del colegio de Buena esperanza dela Compaa de Jesus, dice que amastiempo de treinta aos que el sargento mayor de Francisco Rodriguez difunto hizo donacin adicho colegio de la Estancia, que posea y gozaba el susodicho con todos los indios que tena a esclavos en aquel tiempo y delos quales algunos dellos se fueron ala tierra dentro en tiempo del alsamiento general, y despues de pasado esto fueron bolviendo de su voluntad adicha estancia, que son Ignacio Antemanar consu familia, Juan Antonio Guenicaguin, que oy se halla con quatro hijos nombrados Ignacio, Lorenzo, Juan y Pedro - Francisco Fanagueo asi mismo conquatro hijos nombrados Juan, Melchor, Francisco, y Martin Domingo Liempi con dos hijos Josef, y Domingo y Juan Luis su hermano, que oy se conservan en dicha estancia con sus hijos, y familias [ilegible]. Otros siete indios nombrados Josef Meliman condos hijos Nicolas y Fernando- Alonso Millago Josef Neyalemu Juan Colerum con un hijo llamado Juan, y un sobrino llamado Bernardo. Juan Millananco Juan Lincoin con dos hijos Franco y Agustin Andres Guaguitaro venidos asimismo [ilegible] dela herradentro a morar en dicha estancia assi por ser parientes de los de arriba, como por el ahasajo, y buena doctrina, que ham experimentado en dicho tiempo que unos y otros estan visitados, y matriculados porlos corregidores del partido del [ilegible] indios pertenecientes a dicho Colegio, en cuyo [ilegible] (nombre) A S santidad pide, y suplica sesirva de amparar, depositar los dichos indios arriba expresados con sus hijos y familias a dicho Colegio, para que ninguna persona los inquiete asi por herbe con el beneficio dello s mantener dicha estancia para el sustento delos Padres de dicho Colegio, que con mandarlo assi, recibir la merced, que espera de su Christiano.VII. PAILALEUBU [Diego].- Cacique de la reduccin de Quiapn, pide se haga salir de sus tierras al mayordomo de los padres Teatinos, Ignacio Balaga. [1759. Vol. 73, p.84, pg. 172, hojs. 2]Muy y su presidente y gobernador:Don diego Pailaleubu, puesto a los tres a vuestra seora en el maior Rendimiento (): Dcendo a vuestra seora que soi casiche de la rreduccin de Quiapen y medistetoa unastierras quetienen Los rreberendos Padres teatinos a quienes me querello y su maiordomo Inacio Sabalaga de quen rrecibido Notable dao, yo ms basallos sobre aber alquilado una uerta, lo destierro por un costo estipendio por seis meses, para poner unas gordas () y me dio un sombrero y un ponchillo y desde ese tiempo negocia la renta de mis tierras la gosa el maiordomo sea distanciado a todas mis tierras ya pensaba yo lo querra dejando las tierras de los padres xesuitas mas () adecuadas siendo yo padre de mis basallos ocurren a estos que no tienen donde amarrar una bestia por lo que ocurra al hostificado cosa de vuestra seora para que me dege en mis tierras libres yo les enbarasadas y que el maiordomo Inacio sabalaga no se meta con mis vasallos que reciben notable marca de palos y arrebatarles lo que tienen en si por tanto = Pido y suplco se sirva mi causa con cardad y justca, en aser como yo lo sentencie a claridad de vuestra seora.Don Diego Pailaleubu.Corrigo y henvio. 15 X 1759Remitase al Jues mas inmediato a la reduccin del suplicante y que se le administre justicia sobre lo que el presenta:VIII. EXTRAAMIENTO. Copia de una nota de don Antonio Guill y Gonzaga proponiendo algunas medidas para llevar efecto el extraamiento dlos jesuas. [1767. Vol. 62, p.3, pg. 16] Seor:En carta de 12 de Agosto di cuenta a VS del Reino de las Reales Ordenes que se sirvi comunicarme relativas el extraamiento de los individuos de la Religion de a Compaa de Jesus, y ocupacin de todas sus temporalidades, segn lo resuelto por S. U. En Real Decreto de 27 e febrero y en los trminos, y circunstancias que me previno V.S. en si Orden de 1ero. De Marzo, Instruccin, y Adiccion de la misma fecha, y ahora tengo el honaor de participar V.S que habviendo tomado con la maior precaucion ms medidas para no aventurar el Golpe con el secreto y disimulo que correspondia, tom el pretexto de manifestar una Carta del Gobernador de Buenos Ayres, en que me avisara haver atacado los portugueses nuestros puestos avanzaron de Rio-grande y que recelava algn rompimiento, con cuio motivo aument la Compaa de Dragones de esta Ciudad que hra de Ciento y treinta, aprompte para reuista las Milicis de esta Capital, y esas inmediaciones, y dispuse que en todas las Ciudades, Villas, y lugares del distrito donde havia colegio, Casa resdencia, Hacienda de la expresada Religion, estuviesen sobre las Armas para el 25 asittado agosto, en que los Receptivos Gobernadores, Corregidores y Comisionados tenan Orden de abrir los pliegos que a todas partes encamin con proporciones de anticipacin, mediante lo qual se logra en efecto la madrugada del 26 poner en execucion en todo el Reino de la Real deliveracion que fue en su convergencia ciegamente obedecida en todas partes con la maior resignacin no solo de los Religiosos estraados, sino es tambin del Publico, aiormente en esta Ciudad donde hacia tres colegios y una Casa de Crercicion por cuio motivo, y para atender a todo, y serenar al menor rumor en el Vecindario (que es Populosos) tuve por conveniente Comisionar a los quatro Oydores mas antiguos para cada uno de ellos con el auxilio suficiente de Tropa exagerada, y de milicias, quedando Yo en observacin con el Resto de ella, en el Quartes que tiene Puerta la casa de Gobierno, para ocurria donde la necesidad lo pidiese.Enel mismo instante fueron todos Reducidos al Colegio grande que seal para una de las Casa de Deposito causa de la imposibilidad de que se acomodasen por muchos das en el Puerto de Valparaiso por falta de habitaciones, y lo mismo se executo en todas las dems Ciudades, valiendo las dems Casas de Deposito que seal, y con la de dicho Valparaiso Mochita, Puerto de Valdivia, Buenos Ayres y Chilo, quedando los Procuradores por el tiempo, y para los fines que expresa la Real instruccin.Luego que amanecio el citado dia, se repartieron los oficios correspondientes ls Reales Obispos, Venerables Dean, y Cabildos, Prelador de las dems religiones, Cabildos seculares, Universidad, Comercio, y personas de Respeto seun me lo previene V.C todos contestarion con el maior rendimiento sumisio, y obediencia, ofreciendo contributo por su parte, y persuadir todos la resignacin con que deven ser obedecidos los Decretos de la Majestad que se han de suponer fundadores en Justas, graves, urgentes y necesarioas causas.En el mismo dia fueron ocupadas todas las Haciendas por comisionados de mi satisfaccin que a este fin presume haziendolos salir con anticipacin segn la distancia de cada una, con las ordenes mas estrechas, y eficaces para su puntual execucion y consercavion, de todo lo que secuestrasen, las quales han seguido a proporcin de la necesidad que se ha Representado de cada parage.Con esta mira he mandado generalmente conducir a esta Real Casa de todos los destinos, el Dinero, Alharaes de plata, y Basos sagrados ocupados, disponiendo a este Fin pieza separada y casa de tres Llaves, donde segn vienen aun de los parages mas Remotos (por contastre desde chiloe Copiapo cerca de ocho cientas Leguas) se va depositando con la Cuenta y Razon que corresponde, presumiendo a mismo tiempo se sacasen, subastasasen en Remate publico, todos aquellos vienes, calaon Frutos, y efecto es sugeto corrupcin y deterioro, fin de evitar su perdida asegurando en Casa su importe como se va felizmente practicamdo.Por lo mismo dispuse sin tardanza se fuesen sacando en arrendamiento por remate y son las fianzas mas seguras sattifaccion de Oficiales reales por el termino de un ao hasta que S. M. Otra cosa se digne determinar, todas las Cutancias. Chacarasm Hacienda Mlinos, Causas, y dems vienes raizes, a fu de preseriolos de los frecuentes robos que s experimentan en la pleve de este Reyno, y conservan las por eeste medio en el florido estado en que se han encontrado, bien presedido de la dificultad de conseguirlo por Administracion de cuenta de la real hacienda, ;a causa de que cada comisionado tratara antes de su utilidad, prefirion de esta la obligacin en eque se le constituye por mas que mi desvelo de empearse en la eleccin de sujetos de toda confianza que seguramente no encontrara cono quiere el asumpto, y lo tiene aqu acreditado la experiencia, que nunca producen a S, M, por mucho sus reales Derechos en Administracion lo que por arrendamiento; y en estos trminos se van logrando ventajosos Remates l mismo tiempo que se consigue tenerla siempre qual oy estn, que es la obligacin el los Arrendatarios- para quando S. M resuelva, lo que fuere de su Real DesignacionPara las misiones reducidas de esta parte del Rio de Biobio, nombre en virtud del capitulo 5 de la Real Adiccion l Capitan de Ynfonteria Dn Diengo Freyre de Andreade que ocup las temporalidades y diriga los religiosos l Deposito de la Mochita, y fueron encargados lod respectivos Curas de atender dichas Misiones por la dificultad de encontrar Clerigos, Regulares para subrogar los Jesuitas, como se va haciendo despus con propuesta, informe de los Prelados Drocevanos, y lo mismo previno por respecto Valdivia y para en verificadores la salida de los Jesuitas se abran las Escuelas, como hir dando cuenta VE, con los autos correspondientes.La maior parte de dichos Religiosos se halla ya en el mencionado Puerto de Valaparaiso y de las Ciudades de la otra vanda de la Cordillera, estn encaminados l Gobernado de Buenos Ayres que me ha contestado queda en encaminarlos por aquella Via, restando soo el corto numero de los del Puerto de Valdivia y Privincia de Chiloe, que siguieran al Puerto del Callao en los Navios de la Carrera para dirigirlos despus Europa desde ally como ofrece el Sr. Virrey.Es materia imposible la que aspiraba mi puntualidad de remitir VE en la ocacion de los autos originales d todo lo actuado; por que a maior de que los respectivos a los Colegios de esta ciudad y hacienda inmediatas se hallan sin concluir, no han llegado los de los parages distantes, asi me veo preciso encaminar solo V. E, los de mis Providencias generales en el asumpto, y la Lista de todos los colegios, Residencias y Orisas que tenan los jesuitas en este reyno, Haciendas, Chacaras, Molinos, y dems vienes Raizes, por lo que pudiera importar de promto es noticioa, nterin que substanciadose, y conducindose los expedientes, pueda hir dando cuenta V.E en todas ocasiones, para que en su vista se sirva prevenirme lo que fuere de su Superior agrado.Nstro. Seor que la importante vida de VE los muchos aos que deseo, Santiago de Chile 23 de Octubre de 1767.b) Fondo Claudio GayI. Conuemn de la nacin pegenche ordena istruir a los nios en la doctrina cristiana y la lectura. Volumen 44. f. 418Conuemn de la nacin Pehuenche que se hablan instuidor en los misteriosde nuestra santa Fe Catholica, yaprendiendo a leer y escrivir, dando la nueva de ver el memorial de () de dicha Phe y obligndose a exercer los oficios de sacristanes, fiscales, y escoleros para instruir diariamente a los nios, sirviendo enlas Iglesias, docrinando* alos parbulos y enseando a leer, y escrivir alos que se aplicaren; se les concede el salario vuelto de seis pesos cada mes, assi al dicho Phe como a () por tiempo de dos aos en que se podr reconocer el fruto que prometen en los demas nios, y reducirse pueblos los adultos, y grandes; ms salarios se les continuar de mi proden, llegando el caso de haverse cumplido con la reduccin a Pubelos, yenseamza insruccion de los nios en la Doctrina, y lectura, y perteneciendo este pasto del de poblaciones, se har del hamo* devillar por las personas acuio cargo entr el caudal, y () deeste ramo, tomandose rezon deeste Decreto en su respectivo libro para su inteligencia, yobservancia, y los doce pesos de cada mes se remitirn () y havilitado del Pueente de Sta. Barbara para que su Comandante en presencia del Padre Superior, misionero entregue en mano propia adichos Phelipe y Antonio los seis pesos acado uno cada mes, sacando para su resguardoel Comandante cortificacion del padre superior misionero que se hallare enag. Revidencia de haver entregado la mesada d cada uno de los expresados Phelipe, y Antonio las obligaciones aque sedixeran* de sacristanes, fiscales y escoleros.II. Miguel Guillipagi pide subsidio para la escuela de indios mantenida por misioneros. Volumen 44. f. 424. Muy Iltre Supremo Governador y Cap. Gral. Miguel Guillipagi dela Purisima Concep. despues de agradecer a ambas Magestades a V.S. yalos Peraphecos misioneros el verse influidos en los misterios de N. Sta Fee, yen los primeros () y dice qe suponiendo en V.S. especial complacencia pr ver tambien logrado su Catholico zelo pone () ny de V.S. suplicando se sirva continuas el formato de esta escuela medio el mas aproposito page en brebe tpo se erija un Pueblo del agrado del Sor a fin de que muchos qe carecen de esta instruccion* no dejen de lograr tal dicha pr falta del precisso susto en casa de los P.P. Misioneros qe hasta aora privandose sus P.P de lo mas necero. nos han socorrido con () cuya continuidad sera dificil y () impetu si V.S coon larga mano no provee se conceda a dichos P.P. mas del girado regular por el dicho efto* y pide a V.S. se sirva concede algun () p.a proveerle de lo nezesario yapto al cultivo de la tierra. Espera de V.S. favorMiguel Guillipagi de la Purisima Concep. III. Sobre costumbres de los indios y asuntos religiosos, etc. Volumen 39. fjs. 275-284.No hay muchacho que salga de la casa de su padre sin sus flechas y su arco. Tienen platos de madera. Su [ilegible] sustento con menestres, habas, frijoles (que ala llaman Yndios), lentejas, arbejas y mais, etc. y sobre todo papas y mais. Las vacas y carneros () les sirven para comprar mujeres. Ritos tienen muchos y largos cabellos ([ilegible] mucho cuidado) trabajadoras, alagueas y bien inclinadas. Quejanse en la labranza de sus campos y en hilar y tejer y hacer vino (que llaman chicha) de muchas- frutas y granos de gusto. Vivien en casa de maderas cubiertas de paja y puertas en los lugares altos para ver sus sementeras-y ganados y serudiles () de castillo para defenderse. Las armas ofensivas son la lanza, la amazona que es un madero de 4 varas de largo, 2 de grueso y 4 de ancho; tiene al extremo otros quatro dedos de madera que sobresalen de hueco hacia abajo con la cual dan a dos manos con tanta fuerza que no hierran golpe y donde le dan sea en la cabeza cuerpos aun que esten armados de futa y espaldar meta al que la recibe; usan tambien arcos y flechas que por ser de poca fuerza solo daan en las partes descubiertas. Las armas defensivas solo usan de un peto y espaldar de piel de vaca cruda secada al sol y ajustado al cuerpo a que solo aprovechan contra un mediano colpe de lanza.No tienen juez ni ministros de justicia ni reconocen superior; cada uno es el juez de su familia y de su casa a su arbitrio para muerte y para vida y se reduce al que mas puede con la [ilegible] determinacion de tres latigos y derechos porque aunque tienen caciques en las provincias (que son como [ilegible] de [ilegible]) y otros superiores a estos como Gobernadores que le llaman Toqui solo obedecen a uno y a otro en las juntas y llamamientos que hacen para tratar de las materias de guerra y defensa de su libertad no para juzgar las causas de manera alguna ni es que el que tiene valor [ilegible] resistir y no hay quien media a su satisfaccion de lo que demanda autoriza a su enemigo en los commites que se hacen, llevando el veneno en lo crecido de la ua del pulgar de la mano derecha, metiendolo dentro del vaso que esta lleno de licor y vinos que usan y para asegurarse de este recelo acostumbran beber primero del vaso el que brinda al otro. Tienen veinticinco venenos y otros templados que matan al tiempo que determinan en los 6 en 8 [ilegible] 1 en 2 aos y esto es tan usado que el que no muere en la guerra (aunque su edad sea mucha) siempre esta persuadido [ilegible] fatiga y asi en las militas de guerra que hacen para disponer faccion o para celebrar los [ilegible] de ella (en que es todo su festin tener mucho que beber y espaoles que matar) hacen memoria de sus sospechas y causas de disgusto y tomando las lanzas (que en ninguna manera les aportan de si) se mantan muchos y los [ilegible] de esta calidad son siempre en campaa masa, a la clemencia de los cielos, de suerte que habiendo empezado a beber aunque lluevan lanzas no se mueven en tres o mas dias y en 15 leguas lo que llevan de bebida de las cuales beben tambien sus mujeres, hijos y hijas cantando y bailando hasta caher.c) Documentos Jos Toribio Medina (Ex Archivo de Indias)I. Arte y gramtca del reyno de chile Luis De Valdivia. [6], 75, [30], p.31Qvatro cosas tiene esta Lengua de Chile que la facilitan mucho. Y dan animo para aprendella.La primera es, que en todo el Reyno de Chile no ay mas desta lengua que corre desde la Ciudad de Coquimbo, y sus trminos, hasta las Islas de Chilue, y mas adelante, por espacio de casi quatrocieentas leguas, de Norte Sur, que es la longitud del Reyno de Chile, y desde el pie de la cordillera grande nevada, hasta la mar, que es el ancho de aquel Reyno, por espacio de veinte leguas: porque aunque diversas Provincias destos Indios ay algunos vocables diferentes, pero no son todos los nombres verbos, y adverbios divevrsos, y asi los preceptos, y reglas desta Arte son generales para todas las provincias.La Segunda es, que es muy regular, y uniforme esta lengua en las formaciones de los tiempos, y personas, que casi no ay verbo irregular, y lo conrario desto haze difciles otras lenguas, como se vee en la Latina. La tercera es, que para todo genero de verbos, substantivos, transitivos, y Neutros, no ay mas de una conjungacio, y esta tan abundante de tiemps, que excede la Latina: la qual abundancia facilita mucho el aprender una lengua, porque halla el que la aprende, como explicar sus conceptos. Y quando los tiempos son tan pocos, que vno ha de servir, y suplir por muchos, las haze difcil la lengua. La quarta, que toda la dificultas desta lengua no consiste en mas que en saber pronunciar una vocal umperfectaa, y una consonante que frequentan mucho estos Indios: a las quales en breves das se haze el odo, y se aprenden, y con solas las reglas que se ponen en el capitulo primer desta arte, donde se trata de la pronunciacin, y ortographia, se acertarn pronunciar, aun sin averlas odo. Otras tres consonantes que estos pronuncian algo diferentementee que nosotros, son muy facilees, como se ver. Confiesso que avr muhs faltas een esta Arte, por professar brevedad como quien sabe queanto anima esta a los que de nuevo se ponen a aprender una lengua, pero las reglas generales suficientes pata la congruidad del hablar, entiendo estan aqu: y sobre este fundamento podrn despus otros sacar a luz la propiedad, y frases della, y enmendar las faltas que en este Arte se hallaren. Mi desseo es, que aya algn principio impresso, por donde los que desseoso de la honra de nuestro Seor, y zelo de la conversin destos Indios de Chile, quieren aprender su lengua, puedan alcanar su fin. Plega al Seor sea el fin, y el efecto deste pequeo trabajo su mayor honra, y gloria. Amen

8. Lista de fondos, volmenes y medios de prensa revisados a) Jesuitas Chile Real orden prohibiendo hablar, escribir disputar en pr o en contra de la expulsin de los jesuitas. Aranjuez, 25 de abril. 1776. Vol. 91, p.24, pg 50, hojs. 4.AYALA [P. Pedro de].- Pide se d un decreto para que don Juan Henrquez ponga en libertad la india Nicolasa y sus hijas que ha sacado violentamente para su servicio. [1747. Vol. 73, p.38, pg. 86, hojs 4.]BUENA ESPERANZA.- Copia del expediente seguido sobre algunos indios encomendados los padres de la compaa. [1692. Vol. 73, p. 109, pg. 220, hojs. 4.]EXTRAAMIENTO. Copia de una nota de don Antonio Guill y Gonzaga proponiendo algunas medidas para llevar efecto el extraamiento dlos jesuas. [1767. Vol. 62, p.3, pg. 16] GARCA [Isidro].- Pide se ordene la india Rosa que regrese al lado de su esposo Francisco Manquelab [Vol. 73. P.47, pg.105, hojs 2.]GRAMTICAS INDIGENAS.- Nota del presidente de Chile participando quedar advertido de que ha de suspenderse la remisin de diccionarios y catecismos en lengua de indios que estaba mandada anteriormente, respecto haberse dado los colegios de Villa Garca y Loyola diverso destino que el de misiones que estaban aplicados. Santiago, Febrero 1. [1786. Vol.64 p.68 pg.147 hojs 2]FRANCISCO, indio, y su hermano Cristbal, piden se les deje sirviendo los padres de la Compaa de Jess en vez de entregarlos un encomendero. [1640. Vol. 73 p.61, pg.130, hoj.1.]PACHECO [Padre Lus].- Medios para mejor doctrinar los indios de las reducciones propuestas por el padre vice-provincial de la Compaa de Jess de Chile al seor gobernador don Martn de Mujica. [1650. Vol.93, p.31, pg.150, hojs. 3.]PAILALEUBU [Diego].- Cacique de la reduccin de Quiapn, pide se haga salir de sus tierras al mayordomo de los padres Teatinos, Ignacio Balaga. [1759. Vol. 73, p.84, pg. 172, hojs. 2]ZUMETA [P. Alonso].- Pide se ordene los soldados que estn de guarnicin en el paso de Alico se contengan y no usen de los tiles y cabalgaduras existentes en la hacienda de Cato, perteneciente la compaa. [1741 Vol.73, p. 105, pg. 213, hojs. 2.]b) Fondo Claudio GayI. Volumen 39.33. Sobre costumbres de los indios y asuntos religiosos, etc. fjs. 275-284.II. Volumen 42.2. Sobre Las misiones. Vida y costumbres de los indios. Fjs. 3-38.III. Volumen 44.1. Diario sobre los acontecimientos en los pueblos de indios (27-XI-1766). Fjs. 1-16.92. El cacique-gobernador de la jurisdiccin de Arauco, Juan Lebulabaquen pide Licencia para construir 9 pueblos y que se le den los implementos necesarios (13-I-1766) f. 32696. Razn de los nuevos misioneros que se necesitan de la Compaa de Jess para los nuevos pueblos de la costa (7-II-1766) f. 331.113. Conuemn de la nacin pegenche ordena istruir a los nios en la doctrina cristiana y la lectura. f. 418118. Miguel Guillipagi pide subsidio para la escuela de indios mantenida por misioneros. f. 424.c) Documentos Jos Toribio Medina (Ex Archivo de Indias)Arte y gramtca del reyno de chile Luis De Valdivia. [6], 75, [30], p.31. En este espacio mencionaremos los fondos que, segn espacio y temporalidad, creemos que podran llegar a ser tiles para nuestra investigacin. Esto no implica necesariamente que vayan a ser utilizados.

VIVEIROS DE CASTRO, EDUARDO. 2002. El mrmol y el mirto: sobre la inconstancia del alma salvaje. Cosac y Naify, Sao Paulo. p.13.

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VIVEIROS DE CASTRO, EDUARDO. 2002. El mrmol y el mirto: sobre la inconstancia del alma salvaje. Cosac y Naify, Sao Paulo. p.14.

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ZAVALA CEPEDA, JOS MANUEL. 2008. "Los mapuches del siglo XVIII: Dinmica intertnica y estrategias de resistencia" Editorial Universidad Bolivariana S.A., Santiago de Chile.

ZAVALA, MANUEL. 2008. Los Mapuches del Siglo XVII: Dinmica Intertnica y Estrategias de Resistencia. Editorial Universidad Bolivariana S.A., Santiago. p. 23

BOCCARA, GUILLAUME. 1999. Etnognesis mapuche: resistencia y restructuracin entre los indgenas del centro-sur de Chile (Siglos XVI- XVII). Hispanic American Historical Review, Vol. 9, No. 3. Estados Unidos. p. 426-427

ZAVALA, MANUEL. 2008. Los Mapuches del Siglo XVII: Dinmica Intertnica y Estrategias de Resistencia. Editorial Universidad Bolivariana S.A., Santiago. p. 24

BOCCARA, GUILLAUME. 1999. Etnognesis mapuche: resistencia y restructuracin entre los indgenas del centro-sur de Chile (Siglos XVI- XVII). Hispanic American Historical Review, Vol. 9, No. 3. Estados Unidos. p. 429

BOCCARA, GUILLAUME. 1999. Etnognesis mapuche: resistencia y restructuracin entre los indgenas del centro-sur de Chile (Siglos XVI- XVII). Hispanic American Historical Review, Vol. 9, No. 3. Estados Unidos. p. 428

Varias peticiones precedieron a la llegada de ' los jesuitas a Chile. Felipe JI dio primero la Real C- dula de 1577 con este fin , pero no se pudo cumplir. Slo el 12 de septiembre de 1590, partan de Espaa al Per con destino a Chile el P. Juan Ramn con siete compaeros, todos recin ordenados y des- conocedores de la lengua de los indgenas (HANISCH SJ, W. 1974. Historia de la Compaa de Jess en Chile. Ediciones Francisco de Aguirre. Buenos Aires p.7)

PINTO, JORGE. Jesuitas, franciscanos y capuchino italianos en la Araucana (1600-1900). Universidad de la Frontera. p.113

San Ignacio de Loyola fund la Compaa de Jess y obtuvo la aprobacin del Papa Paulo III en 1540 y de Julio III en 1550. Extendi se la orden por Europa y Asia antes de llegar a Amrica. Se estableci primero en Bra sil en 1553, luego en Florida en 1566, pas al Per en 1568 y a Mxico en 1572. Estos dos virreinatos fueron el foco desde donde se difundir su irradiacin apostlica. Lima fue el centro para Amrica del Sur. Cuatro chilenos acudieron al Per para ingresar a la Compaa de Jess, antes de que sta llegara al pas. El trabajo de la orden consiste en emplearse en la difusin, propagacin y conservacin de la fe, bUSCQ1'!do la salvacin propia y la de los prjimos. En cuanto a los medios tiene libertad para escoger entre todos los lcitos y santos, mirando siempre el mayor servicio y la mayor gloria de Dios. Segn las pocas, cambia sus mtodos, pero algunos le son ms peculiares y a ellos debe sus triunfos ms sealados. (HANISCH SJ, W. 1974. Historia de la Compaa de Jess en Chile. Ediciones Francisco de Aguirre. Buenos Aires. Introduccin p. XI )

HANISCH SJ, W. 1974. Historia de la Compaa de Jess en Chile. Ediciones Francisco de Aguirre. Buenos Aires p.23

ENRICH SJ, F. 1893.Historia de la Compaa de Jess en Chile. Barcelona. p.142

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VILLALOBOS, SERGIO. 1997. El avance de la historia fronteriza. Revista de Historia Indigena N2, Santiago de Chile. pp.1-16.

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LACOSTE, PABLO. 2002. La guerra de los mapas entre Argentina y Chile: Una mirada desde Chile. Historia, Santiago, vol.35. pp.211-249.

Sobre esto se revis CAVIERES, EDUARDO. El impacto de la expulsin de los jesuitas en Chile.

Padre Pedro Weingartner, S. J., Carta dirigida al padre Jos Erhard, provincial de la Compaa en la Provincia de Germania. Baviera, 23 de enero de 1770. Publicada en Anales de la Universidad, Santiago, julio de 1869., pp. 107- 130. Se encuentra tambin en Archivo Vicua Makenna, Vol. 2, fjs. 89-100v.

Los miembros de la congregacin chilena, en su gran mayora, eran naturales de Santiago o de Espaa (27.5% y 24.3% del total respectivamente); como criollos chilenos significaban el 48.4% del total, porcentaje que aumenta al 55.8% si se consideran aquellos nacidos en Mendoza, San Juan o, en trminos ms generales, en Cuyo. De los extranjeros, destacaban los religiosos alemanes o de esa rea europea (particularmente de Baviera) que en su conjunto significaban un 11.1% seguidos por naturales de Italia o del rea con un 3.7%. En mucho ms corto nmero, haba tambin individuos procedentes de Buenos Aires, Per, ciudades de Nueva Granada, de Buena Esperanza, Francia, Hungra y Austria. CAVIERES, EDUARDO. El impacto de la expulsin de los jesuitas en Chile. P. 19

TORIBIO MEDINA, JOS. Notic