Mis tres muertes

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MIS TRES MUERTESPor: Francisco Antonio Vargas Vaca Soldado del Arma de Ingeniería del Ejército del Perú. Después de asistir al sepelio de un Oficial joven compañero de mi promoción de la Escuela Militar de Chorrillos, mi padre, quien también es militar, me dijo: Un militar muere tres veces: la primera sucede cuando le dan de baja, la segunda es su muerte física y la tercera es cuando lo olvidan”. Inicialmente, como todo joven escuché a mi padre y me dije, ¡Me falta mucho para morir!; pero, posteriormente, con el paso de los años, sus palabras fueron haciéndose más presentes en mi pensamiento, y ahora en la tranquilidad de mi hogar, creo que es el momento de escribir al respecto, y decirle lo mismo a los jóvenes militares: Un militar muere tres veces, la primera muerte sucede cuando le dan de baja”, cuando uno es un militar joven cree que el momento en que será dado de baja está muy lejos, pero la vida militar es tan intensa y siempre estamos preocupados por algo que, demasiado rápido y de pronto nos encontramos en una simpática ceremonia en la que somos protagonistas, y donde nos entregan una Resolución que nos hace pasar al retiro y un Plato Recordatorio; algunos bromean y dicen que están “pasando a mejor vida” y es que esta es una forma de referirse a lo que sienten: la misma muerte, aún sin conocer que se trataba de su primera defunción. De hecho, el autor ya murió por primera vez, en mi caso fui asesinado en enero del 2009 fecha en que fui dado de baja por renovación, en represalia por las investigaciones de casos de corrupción que realice siendo Inspector General del Ejército; particularmente, por el caso de irregularidades en la administración de combustible en el Ejército. Al menos, me queda el consuelo que esas investigaciones concluyeron, entre otras cosas, en medidas para evitar que continúen cometiéndose excesos en contra de nuestro Ejército. “La segunda muerte de un militar es su muerte física”, algún día me sobrevendrá la muerte física; como muchos militares en retiro, por ahora me encuentro gozando de mi segunda vida y manteniéndome como una persona activa y útil. En esta etapa, he notado que muchos militares en retiro añoran su vida de uniformados, recuerdan con alegría los buenos momentos que pasaron en los cuarteles, y con cólera por los abusos e injusticias que pudieron presenciar; se vanaglorian de sus triunfos y se lamentan de lo que dejaron de hacer; pero eso

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MIS TRES MUERTES… Por: Francisco Antonio Vargas Vaca

Soldado del Arma de Ingeniería del Ejército del Perú. Después de asistir al sepelio de un Oficial joven compañero de mi promoción de la

Escuela Militar de Chorrillos, mi padre, quien también es militar, me dijo: “Un

militar muere tres veces: la primera sucede cuando le dan de baja, la

segunda es su muerte física y la tercera es cuando lo olvidan”.

Inicialmente, como todo joven escuché a mi padre y me dije, ¡Me falta mucho para

morir!; pero, posteriormente, con el paso de los años, sus palabras fueron

haciéndose más presentes en mi pensamiento, y ahora en la tranquilidad de mi

hogar, creo que es el momento de escribir al respecto, y decirle lo mismo a los

jóvenes militares:

“Un militar muere tres veces, la primera muerte sucede cuando le dan de

baja”, cuando uno es un militar joven cree que el momento en que será dado de

baja está muy lejos, pero la vida militar es tan intensa y siempre estamos

preocupados por algo que, demasiado rápido y de pronto nos encontramos en una

simpática ceremonia en la que somos protagonistas, y donde nos entregan una

Resolución que nos hace pasar al retiro y un Plato Recordatorio; algunos bromean

y dicen que están “pasando a mejor vida” y es que esta es una forma de referirse

a lo que sienten: la misma muerte, aún sin conocer que se trataba de su primera

defunción.

De hecho, el autor ya murió por primera vez, en mi caso fui asesinado en enero

del 2009 fecha en que fui dado de baja por renovación, en represalia por las

investigaciones de casos de corrupción que realice siendo Inspector General del

Ejército; particularmente, por el caso de irregularidades en la administración de

combustible en el Ejército. Al menos, me queda el consuelo que esas

investigaciones concluyeron, entre otras cosas, en medidas para evitar que

continúen cometiéndose excesos en contra de nuestro Ejército.

“La segunda muerte de un militar es su muerte física”, algún día me

sobrevendrá la muerte física; como muchos militares en retiro, por ahora me

encuentro gozando de mi segunda vida y manteniéndome como una persona

activa y útil. En esta etapa, he notado que muchos militares en retiro añoran su

vida de uniformados, recuerdan con alegría los buenos momentos que pasaron en

los cuarteles, y con cólera por los abusos e injusticias que pudieron presenciar; se

vanaglorian de sus triunfos y se lamentan de lo que dejaron de hacer; pero eso

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pertenece al pasado que no podemos modificar; el asunto concreto es que pasó

su momento, actualmente están en otra vida y debemos aprender a vivirla,

mirando adelante, hasta que nos sobrevenga la segunda muerte, la muerte física.

“La tercera muerte de un militar sucede cuando lo olvidan”, por ello, decimos

que el Coronel Francisco Bolognesi nunca morirá, pues vive en nuestros mentes y

corazones; muchos militares han muerto y han sido olvidados, considero que han

muerto definitivamente; pero otros militares han muerto y jamás serán olvidados,

muchos son recordados como héroes; las estatuas, bustos y placas contribuyen a

perennizar su recuerdo.

En mi tercer año en una Zona de Emergencia, un compañero Oficial, señalando a

sus subordinados, me dijo “Si quieres que te recuerden, tienes que hacer algo muy

bueno o muy malo”, yo le contesté que sólo hay una opción: “hacer algo muy

bueno”; y creo que esa es una buena manera de que te recuerden y no morir por

tercera vez.

Creo que si un Oficial es dedicado, esforzado y está lleno de virtudes; sus

subordinados lo tomaran como ejemplo, lo recordaran y de esa manera no morirá

por tercera vez. Por ejemplo, cuando mi Promoción ingresó a la Escuela Militar de

Chorrillos, los cadetes de año superior nos hablaron del Coronel Echegoyen, y lo

describían como un Oficial disciplinado y pegado al Reglamento en forma

exagerada; durante nuestra estadía en la Escuela Militar fue considerado como

nuestro modelo de Oficial, y creo que ninguno de mis compañeros lo podrá olvidar

nunca; mientras el Coronel Echegoyen permanezca en el recuerdo no morirá por

tercera vez.

Algún avispado Oficial pensará: “Si hago algo muy malo, también me recordarán”,

pero está equivocado; se acordaran de lo malo que hizo, pero no de él como

persona.

Al final y como mensaje a los jóvenes Oficiales, sólo me que decirles: No podemos

evitar la primera o la segunda muerte; pero si podemos evitar o al menos alejar la

tercera muerte, mediante nuestro comportamiento diario y nuestras buenas

acciones.