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Mindfulness. Histor ia, mitos “No hay otra cosa que el presente, y si no podemos vivir en él, no podemos vivir en ninguna parte”
Alan Watts Mindfulness o Atención plena se originó en la tradición budista de la meditación a lo largo de 2500 años. Durante los últimos 30 años la práctica de la Atención plena se ha simplificado para adaptarse al contexto occidental, quitando las connotaciones religiosas. A principios de los años 70 empezaron las evidencias acerca de los beneficios de Mindfulness en tratamiento de algunos síntomas psicológicos, esto llamó la atención de la comunidad médica. Fue Jon Kabat-‐Zinn, fundador de la Clínica para la Reducción de Estrés de la Universidad de Massachusetts, el que introdujo un primer programa de ocho semanas de entrenamiento en técnicas de Mindfulness para pacientes que experimentaban dolor intratable, originado por diferentes enfermedades y trastornos que no respondía a las terapias convencionales. Por tanto, Jon Kabat-‐Zinn acuña el término Mindfulness después de su experiencia utilizando estas técnicas de atención plena para aliviar el dolor y mejorar el bienestar físico y emocional de sus pacientes. Desde entonces, tanto las intervenciones en Mindfulness como la investigación científica, han proliferado por todo el mundo, cada vez surgen nuevas evidencias que apuntan que Mindfulness tiene un amplio potencial de aplicaciones.
La palabra "Mindfulness" ha sido traducida al español como Atención Plena o Presencia Mental y significa prestar atención de manera consciente al momento presente con una actitud de curiosidad, sin enjuiciar y desde la aceptación. De alguna manera es una manera consciente, intencionada de sintonizar con lo que está pasando dentro de nosotr@s y nuestro alrededor. Esto nos lleva a poder observar la realidad de una manera más nítida y transparente, al poder darnos cuenta de la interpretación subjetiva con la que percibimos nuestro día a día.
Nos permite “darnos cuenta” de lo que vivimos y no ser esclavos o esclavas de las emociones y pensamientos que surgen en nuestro cotidiano al vivir desde “el piloto automático”.
La mente habitualmente está dispersa llevándonos al pasado con el que muchas veces estamos resentidos o a un futuro que queremos proyectar, generando mucha ansiedad y frustración.
La práctica de Mindfulness reduce nuestra propia reactividad desactivando nuestro automatismo habitual y permitiendo manifestar
“respuestas” en lugar de “reacciones”. Posibilita también que nuestros patrones de personalidad y comportamiento no salten de manera automática y podamos darnos cuenta de éstos, pudiendo elegir una forma consciente e intencionada de cómo relacionarnos con nosotros y nuestras circunstancias.
Nos aporta un medio con el que poder reducir nuestro sufrimiento y aumentar el nivel de bienestar.
La atención plena no implica intentar llegar a ningún estado de conciencia, ni esforzarse en sentir algo especial. Consiste, sencillamente, en permitirnos estar conscientes, donde ya estamos.
Mindfulness implica ser consciente de lo que se ve, se oye, se huele, se saborea, se palpa… justo cuando está sucediendo, AHORA.
Se trata de vivirlo tal cual es, sin magnificarlo ni minimizarlo en función de nuestros gustos, expectativas o temores personales. Experimentar la realidad tal y como es, sin etiquetas, de manera fresca.
En realidad, es vivir de manera abierta en el presente, con una actitud de sorpresa y descubrimiento. Vivir con atención plena es una decisión personal que renovamos cada momento de nuestro día a día, disminuyendo el ruido mental y la esclavitud que supone el pensamiento constante y concatenación ininterrumpida de ideas.
Mitos del Mindfulness En torno al Mindfulness se han desarrollado un montón de falsas creencias, aquí vamos a desarrollar algunas de ellas con el objeto de desterrarlas de nuestra mente.
Mindfulness funciona en quince días Es verdad que la práctica de Mindfulness provoca cambios en el cerebro en el largo plazo. Cuando se empieza a practicar, comienzas a sentirte más tranquilo/a y a tomarte las cosas del cotidiano de otra manera. Pero como cualquier práctica o aprendizaje requiere su tiempo y constancia. Incluirlo en nuestra rutina diaria nos aportará grandes beneficios a medio y largo plazo.
No tengo tiempo Esta es la excusa más común, la mayor resistencia que nos ponemos para no parar. Se trata de respirar conscientemente y lo puedo hacer en cualquier sitio, en el autobús, metro, en el coche… antes de levantarme o acostarme. Tan sólo necesitamos 5-‐10 minutos cada día. Darnos un espacio al día para estar con nosotros/as mismos/as y conectar con nuestro interior.
Consiste en dejar la mente en blanco La actividad de la mente es pensar. Si nos mandamos el mensaje de que la tenemos que dejar en blanco, lo único que generamos es ansiedad y frustración porque la mente se va a resistir más, y dejarla en blanco va ser aún más complicado. Se trata de observar lo que ocurre en nuestra mente, observar los pensamientos, imágenes y situaciones… como si fueran una película, pero esta vez no voy a ser el/la protagonista sino el/la observador/a de lo que ocurre sin engancharme, tomando distancia con todo lo que esta ocurriendo en mi pantalla mental. Nos ayuda a ser más conscientes de lo que ocurre dentro y fuera de nosotros/as, pudiendo hacer elecciones que nos conduzcan a una vida más auténtica y enriquecedora.
Soy muy activo/a, no es para mi
Nos contamos que no podemos parar, vivimos reaccionando ante todo lo que nos pasa y a un ritmo muy acelerado. Lo peor es que
nos creemos que ésta es nuestra única forma de funcionar, salir de ahí nos produce miedo y nos genera muchas resistencias. Mindfulness nos va ayudar a ser más conscientes, a que nuestra mente esté a nuestro servicio y no al contrario, estar al servicio de nuestra mente, viviendo cada momento como si fuéramos con el piloto automático encendido.
Nos hace insensibles e imperturbables Nos ayuda a estar más calmados/as y no nos aleja de las emociones, todo lo contrario, nos ayuda a conectar con ellas, nombrarlas y aceptarlas. No reaccionamos ante lo que nos pasa, nos ayuda a tomar distancia de lo que vivimos en cada momento.
No se me da bien Meditar es una camino y aprendemos con la práctica que se va incorporando conforme más meditamos. Poco a poco se convierte en un hábito como puede ser la ducha diaria, esto sería nuestra diaria interna.
Mindfulness es una forma de religión Cualquier persona puede hacer prácticas meditativas, no hace falta pertenecer a ninguna religión. Practicar Mindfulness no significa que se pertenezca o se profese una religión.
Sólo se práctica en posturas concretas de yoga u orientales, no soy flexible No hace falta sentarse en posición de loto… puedes utilizar la postura que quieras semiloto, sentado en una silla… puedes utilizar todos los elementos que te ayuden a estar cómodo/a (cojines, mantas, banquitos…). Lo único que necesitas es tener la espalda erguida aunque no rígida.
Mindfulness es mirar el propio ombligo Practicar Mindfulness no es meterse dentro de un@ mism@ y perderse allí. Llevamos la atención al interior para serenar la mente y para tomar conciencia de quiénes somos y qué sucede a nuestro alrededor. Por eso, Mindfulness es tomar conciencia dentro y fuera de mí. Con la práctica, la separación de dentro y
fuera desparece, pudiendo percibir ambas realidades como una sola.
El Mindfulness para niños y niñas es igual que para adultos pero en dosis pequeñas La práctica de Mindfulness para niños y niñas no es que sea diferente que para adultos sino que se trata de que sea agradable y motivadora para ellos, utilizando cosas que ellos saben y pueden hacer. Cualquier actividad donde estén enfocando la atención y se mantenga en el tiempo, en la que haya permanencia, selección de estímulos y aceptación compasiva es Mindfulness.
Los niños y niñas no saben ni pueden estar en silencio Una vida sin silencio es una vida enloquecida, tanto el exceso de silencio como de ruido son nocivos. El gozo de estar tranquilo/a en casa realizando una actividad que requiera toda su atención es algo que se puede fomentar y aprender desde pequeños, las niñ@s necesitan silencio para su crecimiento personal.
Por qué pract icar Mindfulness y Benef ic ios
Por qué pract icar Mindfulness Nuestro día a día es agotador y necesitamos buscar momentos de tranquilidad tanto física como mental, vivimos en una época muy exigente en la que nos imponemos muchas obligaciones y tareas. Vivimos proyectándonos a lo que tenemos que hacer anticipándonos y quejándonos de lo que no nos ha dado tiempo a hacer, volviendo al pasado. No sabemos estar en el presente. Nos sentimos mal sino hacemos varias cosas a la vez y nos sentimos mal incluso si hacemos las cosas de forma pausada. El Mindfulness es un instrumento sencillo y poderoso es la aptitud para de la mente para prestar atención al aquí y ahora, a lo que ocurre en este momento que estamos viviendo.
Es cierto que la atención plena no es una panacea para los problemas que te aparecen en tu día a día… pero te va aportar recursos para trabajar directamente con tu realidad más inmediata. Puede que no seas capaz de cambiar determinados aspectos de tu vida, en tu trabajo, en tu familia, pero sí puedes cambiar tu forma de vivirlos. Es decir, un 20% es lo que nos pasa y un 80% es cómo vivimos lo que nos pasa. La práctica del Mindfulness te ayudará a estar presente, por lo tanto cuanto más presente estás más opciones tendrás para influir en cómo se desenvuelve la misma. Así ante una situación concreta que te resulta muy complicada, puedes dar un paso atrás mentalmente para ver con más perspectiva, para observar lo sucedido sin implicarte inmediatamente en emociones y reacciones intensas, de esta manera te estas protegiendo tener reacciones no constructivas y establecer juicios rápidos que te llevan a situaciones no deseadas. Pararse a respirar puede desacelerarte y dejarte ver la situación con una perspectiva más amplia y redirigir lo ocurrido, permitiendo que no haya discrepancia entre lo que quería conseguir y lo que he conseguido en realidad. Algunas razones:
Aprendes a respirar y parar Ayuda a observar lo que me pasa tomando distancia Diferencias la realidad respecto a mi vivencia de esa realidad Desarrollas la atención y la concentración Influye en tu mundo interior, es un darme cuenta de lo que me sucede sin negar o reprimir nada
Desarrollas la escucha Estas técnicas fomentan el responder más que el reaccionar permitiendo alienar tus emociones y actuaciones a tus necesidades
Benefic ios que obtengo con Mindfulness En esencia, Mindfulness supone una forma de vivir, practicando en nuestras actividades cotidianas el ser conscientes de lo que estamos haciendo.
La práctica de la atención plena nos permite fluir con la vida, aceptando lo que nos trae, soltando el control y los apegos que nacen de nuestra inseguridad y falta de confianza.
Mindfulness nos entrena para parar y observar. Detenemos la reacción automática para darnos cuenta de cuál es el estado de nuestra mente en ese momento, qué tensiones y sensaciones sentimos en nuestro cuerpo, cómo estamos respirando... en vez de dejarnos arrastrar por hábitos e impulsos automáticos, que nos llevan de forma inconsciente a generar situaciones no deseadas.
A través de la práctica de Mindfulness podemos aprender a reconocer y aceptar nuestras emociones más difíciles, aliviando la necesidad de huir de ellas, negándolas o proyectándolas en otras personas.
La práctica de la atención plena nos permite fluir con la vida, aceptando lo que nos trae, soltando controles innecesarios y apegos que nos que generan desconfianza e inseguridad. Al acceder a una visión y comprensión más global de las situaciones, en lugar de responder reaccionando de forma automática, ganamos un espacio de libertad para actuar de forma más centrada y sabia.
Mindfulness nos entrena para parar y observar. Detenemos la reacción automática cuando está surgiendo interiormente y aún no se ha expresado en forma de comportamiento. Desde ahí, podemos darnos cuenta de cuál es el estado de nuestra mente en ese momento, qué tensiones y sensaciones sentimos en nuestro cuerpo, cómo estamos respirando... en vez de dejarnos arrastrar por hábitos e impulsos automáticos, que una vez que se desencadenan, nos llevan de forma inconsciente a generar situaciones indeseadas.
La práctica de Mindfulness amplifica el nivel de comprensión de un@ mism@ y de la vida en general. La persona que vive con conciencia plena desarrolla la capacidad de observar y desidentificarse de los fenómenos que aparecen en el campo de la conciencia, bien sean pensamientos, emociones o sensaciones.
La práctica de Mindfulness favorece una autogestión emocional saludable, que surge del entrenamiento con el enfoque de la atención. A través de la práctica de Mindfulness podemos aprender a reconocer y aceptar nuestras emociones más difíciles, aliviando la necesidad de huir de ellas, negándolas o proyectándolas en otr@s.
Cada vez hay más estudios ponen de manifiesto que la práctica de la atención plena produce cambios físicos y psicológicos duraderos a corto, medio y largo plazo en la estructura interna del cerebro. Estos cambios permiten una mejor gestión del estrés y una reducción de las consecuencias negativas del mismo para nuestra salud física y emocional. Algunos beneficios que se podrían citar:
Reduce la dispersión y la inestabilidad emocional.
Reduce la impulsividad y la reactividad emocional, a la vez que se potencia la sensación de bienestar general.
Ayuda a desarrollar la calma, la empatía, la amabilidad, la aceptación y la compasión. De alguna manera la percepción de la realidad cambia así como la forma de ver al otro y por lo tanto, la forma de relacionarnos.
Mejora el estado psicofísico general permitiendo vivir de otra manera ante lo que nos ocurre, siendo más comprensivas y tranquilas ante lo que nos acontece.
Mindfulness también se está utilizando en otros ámbitos muy diversos con resultados satisfactorios, entre los que destacan el contexto familiar, deportivo, empresarial y sanitario.
En lo que se refiere al trabajo con niñ@s y adolescentes, hay muchos trabajos y estudios que revelan los siguiente beneficios:
Fís icos ü Combate dolor, algunos estudios sugieren que el dolor
puede reducirse hasta 93% ü Estimula sistema inmunológico. Casos de cáncer, patologías
de corazón o enfermedades contagiosas son menores en meditadores habituales
ü Ayuda a regular la cantidad de azúcar en sangre ü Reduce comportamiento adictivo y autodestructivo ü Reduce presión arterial y previene depresión ü Mejora de forma general la salud y el bienestar
Psicológicos
ü Ayudan a expresar su mundo interior ü Reducen pensamientos negativos y agresividad ü Ayuda a empatizar y convivir con los demás ü Proporciona sensación de unidad con uno mismo ü Mejora inteligencia emocional y capacidad de gestionar
emociones, mayor conexión con sus emociones y su cuerpo ü Aporta herramienta para reducir stress y ansiedad ü Desarrolla habilidades naturales de resolución de conflictos
Desarrol la diferentes capacidades
ü Mejora la memoria ü Mejora la atención y la capacidad concentración ü Mejora el autocontrol ü Mejora la creatividad y las posibilidades de enfocar la
realidad ü Aumenta la capacidad de darse cuenta o ser consciente
Al entender Mindfulness como una forma de vida, el trabajo con nuestr@s hij@s cobra un sentido muy especial, ya que es en estas primeras etapas donde se cimentarán las actitudes y los recursos que tendrá como adulto.
Personalmente lo que más me gusta de los múltiples estudios es que revelan que la práctica Mindfulness desarrollada en el tiempo contribuye a que aprendamos a identificar y a gestionar de forma más consciente sus diferentes estados emocionales.
Les proporcionan herramientas sencillas que les permiten ir aprendiendo a conectar con sus emociones, sin avergonzarse o sentirse culpables de lo que sienten. Al no taparlas, tampoco se sentirán desbordados por ellas.
Así por ejemplo: Un niño o niña que aprende que sentir cualquier emoción es algo natural, y disfruta del espacio para expresarlas, siendo escuchado por un adulto consciente y también por sus compañeras, desarrolla asimismo la capacidad de escuchar con atención y presencia cómo otros las expresan.
La práctica sostenida de Mindfulness nos familiariza además con el silencio, lo que nos hace ganar espacios para observar y no perdernos en el otro, en ese conocido juego de búsqueda de aprobación y protección ante el rechazo. Desarrollar la escucha favorece la empatía y la posibilidad de ver al otro
La práctica de Mindfulness fortalece también la perseverancia. Aprendemos que al enfocar nuestra atención en la respiración o en la técnica elegida, nos distraemos a los pocos segundos, y gracias a ello tenemos la oportunidad de ejercitar la atención de nuevo. La perseverancia nos ayuda a comprender que una y otra vez aparecerán retos y junto con ellos, formas de superarlos y seguir creciendo y madurando.
También se aprende con la práctica del Mindfulness que no es lo mismo lo que te va sucediendo en tu día con la percepción y juicio sobre lo que está sucediendo. De alguna manera ayuda a desarrollar la aceptación y compasión hacia un@ mismo, lo cual fortalecerá su autoestima y abrirá su mente a otras formas de visión e interpretación de la realidad.
En resumen, podríamos nombrar cuatro grandes beneficios:
Desarrolla la percepción en los niños y niñas Mejora la gestión de la adversidad, el dolor y las vivencias, abriendo su conciencia en general.
Aprenden a no juzgar y tener compasión con ellas y su entorno
Les ayuda a contactar con la trascendencia y el misterio de la vida con naturalidad
El Mindfulness nos puede ayudar a todo lo nombrado pero sobre todo a adquirir más humanidad, no convertirnos sólo en trabajador@s y consumidoras sino a cultivar la presencia, mayor conciencia de mi misma y de mi entorno.