Michelle Chismechian y Victoria Eisler. Primero recuerde la responsabilidad de tener un vehículo....

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Michelle Chismechian y Victoria Eisler

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Primero recuerde la responsabilidad de tener un vehículo. Cuando usted tiene un vehículo no sólo tiene una forma de movilizarse que lo lleva a donde usted quiere, tiene el poder de decidirlo, de no depender de nadie más. Poder pensar que por fin es libre, que el camino al fin se acorta. Pero sepa que no es un amigo, es un pequeño monstruo que tiene como objetivo que (usted) se haga cargo de él, haciéndole pensar que lo está ayudando.

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No olvide ese minúsculo trozo de metal. Sin él no puede tener acceso a este perverso privilegio. Tiene que sacrificar su dinero para alimentarlo. De lo contario, lo abandonará. Cada tanto se le rompe algún zapato. Su destino estará cada vez más lejos. Y, para seguir agotando su paciencia, no querrá esforzarse para arreglarlos. Habrá que arrastrarlo, sin importar lo que cueste.

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Tiene que actualizar sus documentos y llevar con usted un insignificante cartón que le permita manejarlo. Un cartón que no puede perder: tiene tanto poder que puede quitarle su libertad. No podrá desatarse. Si alguien lo toca lo llamará con un alarido irritante. Exigirá su rescate. Y cuando usted este feliz porque finalmente está rumbo a su destino, se da cuenta que se encuentra atascado en el tránsito. Recuerde quien maneja. ¿El auto o usted?