Meyer Eugenia La Revolucion Un Hecho Historico 93-104

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La revolución: un hecho histórico Eugenia Meyer El siglo xx mexicano no empieza en 1900, empieza en 1894 Durante el apogeo del Porfiriato. Uno de los problemas que tenemos los historiadores es la cuestión de los tiempos. Los tiempos históricos no necesariamente coinciden con los tiempos de calendario y me parece que el siglo xx empieza realmente en el momento en que el país ya está inmerso en una economía moderna, hay una enorme cantidad de inver- siones, y un pequeño desarrollo industrial. El deseo de Porfirio Díaz, que lo lleva a la presidencia por tantos años, de acabar con las revueltas internas y con las amenazas de las invasio- nes, va a obligar a buena parte de la población mexicana a considerar al Porfiriato como una época dorada, la época de la paz en el sentido de que puede haber desarrollo económi- co. Hay un estancamiento político absoluto, pero también me parece importante señalar que durante todo el Porfiriato no hubo época en que no hubiese una rebelión campesina, un movimiento obrero o un levantamiento de carácter político; estas rebeliones indígenas y estos levantamientos campesi- nos y estas expresiones de rebeldía por parte de los obreros fueron constantes y permanentes, lo cual nos da cuenta de que lo que estaba sucediendo era que estábamos empezando a visualizar las grandes injusticias y los grandes problemas que derivan del Porfiriato; la expropiación de las tierras, el 93

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La Revolución Mexicana

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La revolución: un hecho histórico

Eugenia Meyer

El siglo xx mexicano no empieza en 1900, empieza en 1894Durante el apogeo del Porfiriato. Uno de los problemas quetenemos los historiadores es la cuestión de los tiempos.Los tiempos históricos no necesariamente coinciden con lostiempos de calendario y me parece que el siglo xx empiezarealmente en el momento en que el país ya está inmerso enuna economía moderna, hay una enorme cantidad de inver-siones, y un pequeño desarrollo industrial. El deseo de PorfirioDíaz, que lo lleva a la presidencia por tantos años, de acabarcon las revueltas internas y con las amenazas de las invasio-nes, va a obligar a buena parte de la población mexicana aconsiderar al Porfiriato como una época dorada, la época dela paz en el sentido de que puede haber desarrollo económi-co. Hay un estancamiento político absoluto, pero tambiénme parece importante señalar que durante todo el Porfiriatono hubo época en que no hubiese una rebelión campesina, unmovimiento obrero o un levantamiento de carácter político;estas rebeliones indígenas y estos levantamientos campesi-nos y estas expresiones de rebeldía por parte de los obrerosfueron constantes y permanentes, lo cual nos da cuenta deque lo que estaba sucediendo era que estábamos empezandoa visualizar las grandes injusticias y los grandes problemasque derivan del Porfiriato; la expropiación de las tierras, el

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estancamiento del desarrollo campesino, las grandes hacien-das, la incapacidad que van a tener los diferentes gobiernosporfiristas para poder permitir el desarrollo político.

También hay que señalar la necesidad de la paz y latranquilidad, la posibilidad del aire fresco era fundamentaldespués de casi 75 años de crisis del país. El Porfiriato, ade-más, permitió el surgimiento de varias generaciones que yapueden pensar en los cambios políticos, es decir, si bien nohabía una cultura democrática como la que vemos hoy, en elsentido de una sociedad civil que participa y se desarrolla, escierto también que buena parte de estos individuos seríaneventualmente los precursores de la Revolución o participa-rían en ella, pueden desarrollarse gracias a esa estabilidad—entre comillas— del Porfiriato.

La historiografía mexicana tiene sus altibajos, duranteeste siglo nos obligó a ver al Porfiriato como la época negrade la historia de México, pero eso ha empezado a cambiar, LaRevolución, a partir de todo lo malo que hizo Porfirio Díaz,sigue encontrando un vínculo y una línea, un lazo entre elPorfiriato y la Revolución. La Revolución llega en un mo-mento muy importante en el sentido de la toma de concien-cia de la mexicanidad frente a este intento por imitar primero

a España, luego a los Estados Unidos, luego a Europa y esteperiodo donde el positivismo tiene su apogeo, nos va a per-mitir observar a la distancia una serie de problemas y tam-bién estilos de vida, formas culturales de desarrollarse. Laidea de don Porfirio: "Tan cerca de los Estados Unidos y tanlejos de Dios", lo guía a mirar a Europa y eso beneficia a Mé-xico, porque vamos a tener un constante intercambio culturalen la medicina, en el arte, la moda, la arquitectura y cuandollega el proceso de la Revolución, me atrevería a decir que elpaís ya está preparado para uñ verdadero cambio.

La Revolución que supuestamente se inicia en 1910, sisomos tan ingenuos como Francisco I. Madero, a las seis dela tarde del 20 de noviembre en todas las plazas del país, es

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un gran movimiento que marca definitivamente la vida deMéxico en el siglo xx. Es la primera gran revolución del sigloxx. Es una revolución eminentemente democrático-burgue-sa, pero también es una revolución campesina. Es una revo-lución que nace por una serie de situaciones dadas. Hoypodemos verlo y analizarlo con precisión, pero la verdad esque cuando el movimiento revolucionario surgió era un mo-vimiento con poco rumbo y también sin ideología, porquehabía diferentes grupos que querían diferentes cosas. Y co-mo siempre sucede, la revolución está planteada y va comopunta de lanza desde sectores de la burguesía —en este casola burguesía terrateniente— y va a derramar su influenciasobre la masa.

Fue una revolución muy violenta, muy dramática, fueuna revolución que llevó al país a una década de luchas sindestino, pero también es cierto que la Revolución, ni fue una,ni fue en todo el país. Se dieron muchos procesos revolucio-narios en diferentes momentos, en diferentes instancias, condiferentes propósitos y también es cierto que a lo largo deesta década, se dieron situaciones donde algunos estadosde la República no solamente no fueron a la Revolución, sinocontraatacaron y fueron movimientos contrarrevoluciona-rios, como en Chiapas o Oaxaca.

Las situaciones estaban muy particularizadas y no eslo mismo la zona Noroeste o Noreste que el Sur-Centro delpaís. Y eso explica también por qué cuando hablamos de quefue un gran movimiento campesino encontramos dos situa-ciones: los despojados de la parte Sur-Centro y los desarrai-gados del Norte. Y la situación del Norte también Ie permitióal país considerar un fenómeno fundamental, la RevoluciónMexicana fue siempre un movimiento del Norte hacia elCentro, en buena parte fue fraguada, financiada y vamos adecir que se proveyó de los recursos y de las armas desde losEstados Unidos. En el Porfiriato se consolidaron una serie deaspectos: exportábamos, teníamos un sistema bancario que

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funcionaba, se dieron una serie de legislaciones de caráctereconómico y comercial, la Ciudad de México creció, las gran-des haciendas tuvieron un éxito enorme. Por otro lado, nohabía democracia y la desigualdad crecía.

El problema fundamental del Porfiriato fue la testaru-dez del propio Porfirio Díaz de no soltar las riendas. Además,hay que entender que Porfirio Díaz salió de un sistema auto-ritario, sencillamente piramidal y ya había habido algunosvisos de eso antes, pero esa situación que le permitía tenercontrolado a todo el país a partir de sus concesiones, favo-res, compadrazgos, va a tener efectos muy positivos. Quizásuno de ellos es que logró la comunicación en el país. La pér-dida de Thxas y luego la mutilación del territorio, no se die-ron porque sí, se dieron por la falta de comunicación y lafalta de control. Había un sistema muy drástico, impositivo,represor, pero don Porfirio no tiene un divorcio con la clasedominante, lo que sucede es que no quiere permitir el ingre-so al poder de las nuevas generaciones y los burgueses mexi-canos empezaron a sentirse oprimidos e imposibilitados decrecer y desarrollarse. Si uno observa las primeras oposicio-nes, nos encontramos con que lo que estaban proponiendono era que don Porfirio se fuera, sino que les permitiera unaadecuación, una participación en la vida política y económi-ca del país.

Ricardo Flores Magón, que no es parte de la burguesíapero que representa una fuente fundamental de ideas parahacer la Revolución, no planteaba una revolución, él y susseguidores hablaban de la regeneración, de una reforma,peleaban por conseguirles a los mexicanos una serie de de-rechos, que no tenían antes. Se hablaba de marginar o delimitar la inmigración extranjera, de apoyar a los indígenas ya la burguesía nacional, pero lo que estaba pidiéndose eranmayores espacios para su desarrollo. No podemos olvidarque un hombre como Francisco I. Madero, incluso el propioVenustiano Carranza, son terratenientes. Ellos lo que quieren

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es la posibilidad de la participación y cuando Madero arran-có con su libro sobre la sucesión presidencial, en 1910, lo queestá tratando de hacer ante la supuesta invitación de Díazde que "Yo veré con placer la aparición de grupos de oposi-ción y sobre todo la posibilidad de la nueva elección de laPresidencia para 1910", y Madero le dice: "Bueno, muy bienSeñor, pues déjenos hacer".

Además, hay que recordar que buena parte de los gru-pos políticos no planteaban la caída ni la salida de Díaz, sinouna vicepresidencia libre y democrática. Entonces, no que-rían un divorcio, el divorcio se daría después. Y ademásme parece que el propio gobierno de Madero da cuenta deque no era un divorcio, Madero conservó el ejército, que fueobviamente su muerte, conservó una serie de mandos, ha-blaba de que iba a buscar soluciones y ponía un impuesto alas compañías petroleras extranjeras, que ocasionó el enojode buena parte de esas empresas. Hay un ojo muy vigilantepor parte de los Estados Unidos, que no tenían tanto dineroen ese momento invertido en petróleo, pero les preocupabaesta medida, porque era una especie de llamada de alerta delo que podía pasar después con las inversiones extranjeras; yMadero hablaba de que había que hacer una reforma agraria,pero también analizarlo y buscar soluciones que nunca lle-garon. Madero, sin duda, era un demócrata, era consciente-mente un demócrata y consideraba el derecho de todos y decada uno a expresar ideas distintas. La XXVII Legislaturaes un relajo absoluto y ahí se da cuenta de los bloques depoder que se están organizando y también se da uno cuentade cuál era el rumbo.

La Revolución marca dos pautas: primero hay un pe-riodo que es simplemente una especie de intento de cambiopolítico, no se mueve nada en las estructuras de poder, no semueve nada en la economía, no desaparecen los cuerposrepresores. Luego viene la época de 1913 a 1915, que es la

verdadera Revolución Social, donde se destruye el ejército,

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se lanzan a la Revolución buena parte de las fuerzas exis-tentes y de distintos niveles sociales; hay un intento detransformación que culmina con la Convención de Aguas-calientes, que ya está sentenciada a muerte desde tiempoatrás, y a partir de 1915 empieza el reacomodo de fuerzasque permitiría a los llamados constitucionalistas hacer laNueva Constitución.

Podríamos imaginarnos la Revolución como dos víasde ferrocarril: por un lado, el movimiento político que pro-porciona la estructura, la legitimidad, el aparato que va deMadero a Carranza y por el otro: el verdadero movimientosocial en el que están insertos los Villas, los Zapatas —ydigo "los", porque son diferentes movimientos y diferentesinstancias—, y que culminan con esa expresión magníficade democracia que fue la Convención de Aguascalientes—un ejercicio parlamentario, anárquico, pero que expresamuchas de las ideas que después serían retomadas en elCongreso Constituyente, al que no pueden asistir porqueestán vetados por haber participado en movimientos contrael Jefe máximo—. Carranza es el representante del viejoorden, había sido un hacendado, gobernador de su estado,había sido educado durante el Porfiriato y él sin tener lacapacidad de liderazgo que va a tener un hombre comoÁlvaro Obregón, logra llegar al poder. Lo que me parecemuy significativo es que desde 1910 hasta 1927, salvo elextraordinario caso de Plutarco Elías Calles, todos los líde-res de la Revolución morirían asesinados, defenestrados,y eso da cuenta del nivel de la violencia dentro de la socie-dad mexicana.

Los años veinte, fueron años de la llamada "recons-trucción", donde empezaron a surgir las nuevas institucio-nes, desapareció el ejército revolucionario. Para 1927 Calles—que fue el gran político— había logrado establecer ciertosparámetros, crear una infraestructura, fundar el Banco deMéxico, reformar el Colegio Militar y se creó en 1929, el

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Partido Nacional Revolucionario (PNR), que tenía como pro-pósito eliminar a los pequeños partidos electoreros y sobretodo tener control sobre la política, los políticos y las institu-ciones. Un fenómeno típico de los años veinte fue el caudi-llaje y el cacicazgo regional.

Calles era muy ingenioso, un gran político, y perma-neció en el poder de alguna manera desde su presidencia en1924 por lo menos hasta 1935, porque nadie puede olvidarque la primera etapa de gobierno de Cárdenas es Callista. Élera el promotor del plan sexenal. El periodo de Cárdenas fueun periodo corto, de autoridad, de 1935 hasta 1938. Y en esteperiodo surgió la llamada "reconquista de la Revolución", conla que se pretendió resolver el enorme problema del campe-sinado; creando soluciones que no serían tales, pero que sevisualizaron como una posibilidad de solución. El Banco deCrédito Agrario y los Bancos Ejidales se convertirían en unaespecie, como decía Luis Cabrera, de nuevas encomiendas,por la forma en que manipularon a los campesinos, y ade-más también es cierto que durante el cardenismo, al rompercon Calles, creó un presidencialismo muy fuerte y el corpo-rativismo mexicano.

Los campesinos pelearon en la Revolución, siem-pre liderados por unos que no eran de su clase, salvo el casode Zapata y de Villa, pero a lo que me refiero es que la Revo-lución estaba dirigida primero por un hombre como Madero,después por un hombre como Carranza, que eran terrate-nientes, y el propio Obregón que no era un campesino, sinoun pequeño propietario. Ese es el problema que han mane-jado ahora en las definiciones tan delicadas entre si son cam-pesinos, rancheros o no. Pero Obregón no puede clasificarsecomo un campesino, campesino sin tierra, por eso hablo dedos tipos de campesinos, los despojados y los desarraigados,que no siempre es lo mismo. En el caso de los desarraiga-dos del Norte, los estudios han mostrado que toda esa ideade dotar de tierras a quienes fueron a resguardar la frontera

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Norte de los indios Apaches y que después de cinco años enlos poderes militares se quedaron con pedazos de tierra, esmuy distinta a la del campesinado del sur, que toda su vidahabía sido campesino, como el caso de los zapatistas, queademás se encontraban con que habían sido marginados, yde repente vienen y forman parte de la ganancia. Son ade-más dos formas diferentes de pelear, el campesino del Surhacía una lucha de guerrilla, de escaramuza porque al mismotiempo siguió siendo campesino y tenía que trabajar la tierrapara comer. En cambio, en el Norte el campesino era dife-rente, había sido obrero. trabajador minero, había viajado alos Estados Unidos, había tenido movilidad, iba y venía conmayor facilidad, no en balde el propio Villa les ofreció natu-ralmente la entrega de las tierras a sus "muchachitos", perono se las entregaba porque él sabía que si estaban en el cen-tro del país y les decía estas tierras son de ustedes, lo aban-donaban y se regresaban. La pelea ya no existía, entonces eramuy importante mantener una promesa que se haría reali-dad con el tiempo. No quiere decir que no había una ideolo-gía, tácita me refiero, y no quiere decir que no tenía un plande justicia social. Cuando fue gobernador de Chihuahualo demostró ampliamente.

La forma diversa en que esos dos grandes movimien-tos ocurren también da cuenta de las circunstancias, Zapatafue asesinado, jamás se plegó a la disposición del ejército ynunca reconoció autoridad en Carranza, y al ser asesinado semantuvo el movimiento de lucha hasta los años treinta enque hicieron el Pacto Federal. El Norte es distinto. Finalmen-te Villa, después de 1915 inició una especie de guerrilla, yanduvo de escaramuza en escaramuza, con apoyo popular,pero finalmente, después de la muerte de Carranza, firma lostratados y murió asesinado en 1923, pero ya para entonces,era un individuo que estaba viviendo en la Hacienda deCanutillo, reproduciendo el modelo tradicional; él fue elmodelo de la hacienda.

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Medio siglo de revolución

El proyecto de la Revolución Mexicana fue determinanteen los primeros cincuenta años del siglo. La RevoluciónMexicana se convirtió en ideología de Estado. La idea mar-xista de que ideología es la falta de conciencia y un poco lajustificación de la estadía en el poder nos hace entender muybien por qué le dan fuerza, le ponen oxígeno para revitali-zarla. Para 1960 más o menos, cuando la Revolución ya hacumplido el cincuentenario, es porque un gobierno decidióhacer toda una serie de actitudes y festividades por los cin-cuenta años de la Revolución Mexicana, lo que nosotrospodemos observar es una enorme preocupación por parte dela clase en el poder. A nosotros, lo que le sucede al mundosiempre parece llegarnos en momentos adecuados. La Se-gunda Guerra Mundial fue determinante y positiva para Mé-xico, no me imagino qué hubiera pasado con la expropiaciónpetrolera si no hay una guerra mundial. En los años sesenta,lo que sucedió a nivel global fue que la Revolución Mexicanaya estaba agotada, no podía ser una revolución con una vidapermanente, como no es posible pensar —visto desde el pun-to de vista de la semántica— que existiera un Partido Revo-lucionario Institucional; en los años sesenta hay un factorque determina también una mirada diferente hacia la revo-lución, y es el hecho de que nos convertimos, a partir de larevolución cubana, en la revolución preferida para los Esta-dos Unidos. La Revolución Mexicana les parece maravillosafrente a lo que está pasando en Cuba. Entonces, como yasomos la revolución preferida surgen los enterradores dela Revolución Mexicana, "la revolución es ya un hecho histó-rico", nos diría don Jesús Silva Herzog. El país empezó a to-mar cauces diferentes y me parece que 1968 es una demos-tración no solamente del autoritarismo imperante a partirdel planteamiento que hace el presidente Díaz Ordaz, sino decómo las cosas han ido cambiando.

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La llegada de Miguel Alemán al gobierno, quien yano era un revolucionario, él ya no se subió al caballo ni alferrocarril, marcó el inicio de la modernidad en el gobierno.Se hablaba de una perspectiva distinta, el fantasma de la mo-dernidad siempre nos está afectando, son los años en quenos empezamos a plantear con enorme preocupación —enlos cincuenta o sesenta— ¿quiénes somos los mexicanos? Serecupera la preocupación por el indigenismo. Y así como sur-gen actitudes introspectivas, se me ocurre pensar en la ideade Octavio Paz, a quien ya no le interesa tanto qué le pasóa la Revolución y qué le pasó a Zapata y los campesinos, y có-mo quedaron y qué tan injustos hemos sido sino ¿Quiénessomos los mexicanos? El nacionalismo eufórico empieza aamainar y el movimiento del 68, que se da al mismo tiempo enotros lados, pone en jaque y en crisis al modelo del sistemaautoritario. De ahí vamos a derivar a un populismo como el deLuis Echeverría y luego entramos ya en esta fase tan com-pleja de los tecnócratas. Entonces la Revolución Mexicanaya no cuenta. La Revolución Mexicana es un hecho histórico.

Cultura democrática

El año 2000 va a empezar a las 0.1 minuto del 2001 que escuando acaba de entrar, pero eso no tiene importancia. Elsiglo XXI mexicano ya empezó. Ahora no solamente hay unreclamo sobre la democracia. En 1910 se hablaba de "Sufragioefectivo no reelección" y del proceso democrático, ahoraestamos empezando a generar una cultura democrática. Amí me parece muy significativo que un país como el nuestrotenga que gastar lo que se gasta, y voy a poner el ejemplo delInstituto Federal Electoral, no porque esté en contra, a míme parece espléndida la idea de que existan institucionesautónomas, sino lo que nos cuesta a nosotros, por la falta deconfianza en las elecciones. Porque hemos desarrollado una

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cultura política del fraude, de la simulación y de la corrup-ción; entonces de cara al nuevo milenio, lo que nos estápasando es que tenemos que hacer enormes esfuerzos paraceder a la democracia y es una democracia que le vá a costarmuy cara a México. El Estado está compuesto por el territo-rio, el gobierno y su población, entonces nosotros somosparte del Estado mexicano. Hay una serie de manías y decuestiones ideológicas que se expresan muy confusamente yme parece que la necesidad de la democracia en México nose refiere nada más a agresiones. Una sociedad más justa,más equilibrada frente al estado de descomposición que esta-mos viviendo. El problema de la Universidad Nacional dacuenta de algo muy serio y es que nosotros, todos, somos res-ponsables de haber propiciado un futuro tan negativo paralas próximas generaciones. Yo creo que estos muchachos notienen prisa porque no tienen tampoco futuro, es un mundodesesperante. Tú sales a la calle y hay una absoluta falta deeducación cívica, a todos los niveles, el tráfico, la corrupciónde las fuerzas policiacas, la falta de credibilidad en las insti-tuciones y en las personas. .

El fracaso del siglo

No vivimos lo mismo que en 1910, simplemente porque lahistoria no se repite. Estamos enfrentados a un reto muchomás complejo, vivimos otro mundo, toda esta cuestión de laglobalización nos coloca en una situación muy dificil. Pode-mos decir que es tan complejo como el de 1910, en el con-

texto de la realidad mexicana y el gran reto es, sin duda, quela democracia se implante, que tengamos una sociedad másjusta, porque me parece que las desigualdades sociales delnuevo milenio son terribles. No solamente en cuanto a can-tidades a principios de siglo teníamos una población de alre-dedor de quince millones, ahora somos 97.4, en un creci-

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miento bastante anárquico, donde las estructuras del poderdespués de la revolución se han consolidado. Y donde hayuna enorme población de gente joven. A finales del siglo xxmás del cincuenta por ciento de los mexicanos son pobres yla mitad de estos viven en lo que llaman pobreza extrema, amí me parece que esta situación demuestra el enorme fraca-so del siglo xx mexicano.

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