MEMORIA DE LAS MAYORES · UNIVERSIDAD DE MEXICO 11 MEMORIA DE LAS MAYORES ESCRIBIR TRAICIONES nos...
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UNIVERSIDAD DE MEXICO 11
MEMORIA DE LAS MAYORES
ESCRIBIR
TRAICIONES
nos sacramentos y a dar gracías a Dios, yperdí la vista del ojo derecho, que era elque más me servía. Por tiempo de nuevemeses siempre me corrompía a la horaque me dió el mal; y después, gracias alSeñor, he quedado bueno de salud, perosin mi ojo derecho. Aquí es menester dec1aranne un poco. La primera fantasmatengo por cierto lo hizo mi maldita suegrapor darme la muerte, por cumplir su burdd y aumentar su in fiemo; pero la segunda tengo por cierto fué aquel mi malcapitán, que lo que ha estudiado en Salamanca todo lo emplea en maldades. Esto lo digo porque tenía la casa junto a lapropia donde yo me casé, y ya nochesantes me había hablado para saber mipensamiento si yo informaba al virrey.Pero yo no le in formé, y el demonio, comomi enemigo, le engañó para que me diesela muerte, y Dios me defendió. Y seguido este efecto, luego tomó casa a otraparte, lejos. Y un día, en Santiago, después de la prédíca, oyendo yo misa debajoel púlpito, oí y vi que me mostró a otroque debía de ser otro tal maestro como ély le dijo: "Veislo aquí." Y el otro memiró y dijo: "No puede ser, o ¿por quémodo?" Y luego hablaron más bajo, queyo no los pude entender, y cierto que estuve para dar voces y decír: "¡ Oh losherejes, que están delante de Dios y tratan herejías!"; pero por no escandalizarla iglesia, callé. Otra vez, el mal hombrede mi suegro me dijo: "Bien le quieremal el capitán"; y yo le respondí: "Porser otro tal como vos." Pero Dios es muyjusto, que promete tomar la venganza ylo hace, y aun lo hace en este mundo. Ycreo este mal hombre, por estas maldades y otras tales le han de quemar, puessiempre es obstinado y se fía de demonios, y cierto es mala bestia. Que Dios seapiade dél, pues le compró con su sagradasangre; pero ¿ de quién se quejará, pueses suya la culpa?
8. Tornando a mis suegros, digo que,viéndome afligido de lágrimas en algunasoraciones, una mañana salí muy desconsolado y me fuí a la guardia, y quedó mimujer llorando por verme ir ansí desconsolado. Y cuando volví me dijo que sumadre entró bailando y cantando en micámara, y la riñó porque lloraba. Y midesconsuelo era tanto por verme perdidoel mejor ojo, que creo Dios me tenía lasmanos a que no me vengase.
9. Estando un día Il1UY afligido a lamesa por verme sin dineros ni remediopara mudar casa, mí suegra, creyendo yono lo veía, hacía señas a su hija Maríanay se hacía burla de mí. Yo reventaba enver que si ponía las manos mi mujer Cjuedaba perdida.
10. Un domingo, viní('\1do de misa mimujer y yo, vimos que ellos salían a oilla;y como nos vió, hizo subir a su híja Mariana arriba. Y cuando estuvo arriba, medijo en presencia de mi mujer: "SeñorPasamonte, vuestra merced, por amor deDios, se vaya de esta casa, porque mi madre le entosiga en la comida y en la bebida."
11. Que una fiesta, viniendo yo de confesar y comulgar, hallé gran quistión encasa, y habiéndoles yo ~uesto el~. paz, d~spués de comer pregunte a su hl.J.a Marl~
na por qué había sido, y m~ d!Jo qu~ elhabía hallado un papel de VIdriO" moltdo,que por eso reñían. Y ya pregunté si su
QUE
PUEDANSE
lo puedo remediar, por no dejarte perdida." En estos trabajos llegué hasta los6 u 8 de noviembre, que a media noche oalgo mús vino sobre mí una fantasma enforma de húbito de clérigo (que lo miraha yo en visión, estando durmiendo); yantes que llegase a mí, no sé quién medaba golpes en el lado y me decía en latín: "Die : Conjuro te per individuan!Tri1'1itatem ut vadas ad profundum inferni", y yo lo decía con la propia prisa queme era advertido, y durmiendo. Y vi cómo aquella fantasma desapareció, perono vi la persona que me advertía, y tengopor fe en mí sea el ángel de la guardia. Ylo que me maravilla, que no desperté; antes luego una forma como gato me mordiódel lado derecho y con grandes uñas mequería asir por la tripa. Allí sentí hablarpersonas, pero no conocí a nadie. Oí unoque dijo: "No, no", y asió de las manosdel gato y lo tenía y me dijo a mí queno temiese (que ya me desmayaba): "Yáselo tú por la garganta." Yo me toméánimo y así de la garganta del gato, yapreté tanto que me soltó. Yo no vi lapersona que me dijo que no temiese. J úzguelo Dios, que creo fué buena, pues noperecí. Entonces me desperté, llamando elnombre de Jesús y haciéndome cruces enel corazón, y dije algunas oraciones. Enesto oí a mi suegra, que tenía la cámaramás afuera, que decía: "¡ Ay, ay!", comoespantada, y despertó a su marido y lehablaba bajo, no sé lo qué. Yo despertéa mi mujer, y mis ojos hechos dos fuentes, le dije rogase y diese gracias a Dioscomo no era muerto, porque si de Diosno hubiera sido defendido, me hubierahallado muerto en la cama. Y luego mevi corrompido y hasta el día fuí no sécuántas veces del cuerpo, como si hubieratomado purga violenta. Acudí a los divi-
1. A los 12 de septiembre 1599 saquémi mujer del monasterio de Santo Eligio,y a tres o cuatro días fuí a tomar el hábíto del Carmen con mi mujer, y cuandovolvimos hallamos los colchones de la cama mojados, dando ocasión con ello a partir el matrimonio y mi paga, por mea camas.
2. A los 21 del dicho mes, estando esperando el confesor a la puerta de la sa,cristía del monasterio de Santo Spirituscon mí mujer, por ser día de San Mateo,para reconciliar y comulgar, llegaron amí dos amigos y me dijeron qué hacíaallí, por qué no defendía mi honra, puesla madre de mi mujer y el padrastro estaban en casa de un notario preguntandocómo harían para parti r mi casamiento ymi paga, porque yo era impotente; ya mí
3. Que me comía la paga fuera de casay no les daba la despensa necesaria. Yorespondí al capitán Aleda, que me lo dijo: "Señor, son mala gente; vuestra merced lo pregunte a mi mujer, porque yo,como tomo la paga, les doy seis ducadosal mes, quedo a pagar la mítad del alquiler de la casa." Y preguntada mi mujer,se halló ser mentira lo que habían dichoellos.
4. A una hijuela suya pequeña le hacían decir a mi mujer que me había vistocomer a la taberna muy bien, para que mimujer no me tuviese amor; y a mí propio me lo dijo, inducida de la madre propia, no siendo verdad.
S. Que yo tenía parte con la mujer deun hombre honrado, con falsedad, parainducir a mi mujer que me quisiese mal.discordando con lo que primero habían dicho, que yo era impotente.
6. Que yo in formaba en Santo Eligiode algunas niñerías que mi, mujer ~~bíadicho en casa, para que a mI me qUIsIesemal mi mujer, siendo mentira.
7. Veíame yo tan aburrido que no sabía qué hacerme, porque ,conocía que meentosigaban. y yo le decta muchas vecesa mi mujer: "Luisa, yo muero por tí y no
propio me lo dijo el mal hombre, siendomentira.
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madre tenía sulimán en casa, y me dijoque tenía una garrafa dentro en el arca.
12. Que viéndome yo muy angustiadoy con solas tres horas de sueño, y en elpoco sueño perseguido de preguntas, despertándome una vez oí que mi suegracontaba a su marido 10 que yo había respondido durmiendo, y era que el dineroque me quedase de la paga 10 quería dara guardar fuera, viendo la poca lealtadsuya.
13. Oue habiendo sido hurtado e! díade mi boda un anillo de oro que traía mimujer emprestado, dijo su hija Marianaque su madre había hecho hacer el cedazo y después pareció el anillo porque mimujer hizo decir una misa a Sancto Antonio y se supo 10 tenía su madre.
14. Que estando yo una noche rezandoal candil unas oraciones v letanías deNuestra Señora en su apo~ento, estandoella en la cama con una hijuela suya pequeña, vi que soplaba a la niña dentro dela oreja y no sé qué palabras decía de secreto.
15. Que un día la nma se quejó a supadre, diciendo: "Señor, no sé qué mecamina por e! pecho y por e! lado, que mehace ma1." Y e! padre se alteró y dijo:"¿ Qué será, hija?" Respondió la madrede la cocina riñéndola y dijo que no eraninguna cosa.
16. Que estando el padre, después decena, tratando de un cierto casamientoque le salía a la niña, la madre respondióy dijo: "Dime el nombre y la casa, queantes de mañana te sabré decir 10 que es."
17. Que estando mi mujer afligida porverme malo, le dijo: "Hija mía, maridossiempre se hallan; mas madre y hermanasno se hallan", y su voluntad en tener burdel cumplido con las dos hijas; y por seryo hombre honrado y de honra, no mepodía ver.
18. Que otra vez le dijo a mi mujer:"Déjalo morir este bellacón, que yo tebuscaré un capitán que te tendrá por amiga; no tengas pena." Y esto 10 sabía Pietro Antonio de Sayas, y otras cosas, pordicho de mi muj er.
19. Que otra vez, riñiendo con su marido y habiéndoles yo puesto en paz (yél siempre se cubría de mí a la sombradel asador), saliéndose él fuera, le dijo:"No te curar, que yo te haré morir seco,sin que te puedas ayudar."
20. Que viéndome en tanta angustia,me abandoné por muerto, no pudiéndoloremediar, por no perder a mi mujer, yella con la otra su hija detrás del pabellónse hacían burla de mí; pero Dios la hizodellas, pues no morí.
21. Que viniéndome a ver un letradoamigo mío que sabía mis trabaj os y estaba a la guardia, ella, con mil embustesde palabras, no quería que subiese. Y haciéndole yo subi r, él se me allegó a la camay me protestó lo mejor que pudo en queyo me esforzase y luego buscase casa vsaliese de allí, a pena de condenarme. Yó,otro día, 10 mejor que pude me llevan téy busqué casa; y queriéndome yo salir,marido y mujer me 10 impidieron, diciendo que mi mujer estaba virgen. j Mirencuán ciertos estaban en sus bellaquerías!y yo me fuí a Pedro Antonio de Sayas,doctor de leyes y maestro de Santo Eli-
gio (que había tomado a mi mujer en lugar de hija) y le di parte y él me hizollevar mi mujer allá y se informó dellamuchas cosas que aquí están escritas, y asímudamos casa a su pesar. Y 10 que padezco 10 sabe mi Dios; pero siempre medefendió y defenderá de malas ánimas.
22. Si les preguntan qué motivo hantenido a tanta maldad, a esto respondo yoque me casé [con] su hija sólo informadode su virtud del presidente Vicencio deFranchis; y de cierto y cincuenta ducadosque le dieron de limosna para hacer t1l1a
cama y vestirse habiéndolos yo fiado, sequedaron con más de la mitad, y mas dán_dole yo seis ducados para la comida y pagalles la mitad del alquiler de la casa. Estees el motivo que yo les he dado, y el serdefensor de la honra de Dios y mías y demi mujer, a su pesar.
23. y más a la despedida me deshonraron a mi mujer con un falso testimonio,diciendo hacía el amor por la ventana, quepor esto se iba de su casa, 10 que ellostenían de costumbre; y más que callo poragora (porque 10 yo he visto), hasta quesus desvergüenzas me den ocasión a escribirlo; y ya es tiempo.
24. Que me dijo mi mujer que él dijoa ella: "Hija, di tú que no 10 quieres, queyo te casaré con un capitán amigo mío yle cerraremos la puerta"; como si el matrimonio que yo había hecho solemne enSanto Eligio no fuera matrimonio, y sería el capitán el que deseaba la madre.
25. Que el primer hijo que tuve dijeron que no era mi hijo y que yo habíahecho empreñar a mi mujer por encubrirel impotente. Y e! niño fué muerto demalas ánimas, gracias a Nuestro Señor, yotro que tengo de dos años han dicho tarnbién que yo había hecho emprei:ar a mimujer de otra persona. Y esto dijo el marido de la mala a Juan Nieto de Figueroa, y en la Semana Santa, y su mala mu~
jer, en Santiago, señoras de Castil Nuova le oyeron decir 10 mesmo; y agora queestá mi mujer preñada; no sé de quién dirán.
26. Yo confieso en juramento como este mal hombre. estando en Túnez cincomil y más soldados de guarnición (y sellama Martín Trigueros) y el capitán D.Diego de Osario, que era su capitán, secasó allí solemnemente, y este mal hombre
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se casó allí también con Ana de Rojas.y Ana de Rojas es viva y dicen está enPuerto de Hércules, y él ha doce y másaños que está casado con esta segundamujer, viviendo la primera, y dice por suboca que cierto obispo le dispensó. Mirencómo puede ser.
27. Que la hija Mariana que tienen encasa han hecho muchos burdeles con ellaporque estando en los gardones en cas~de Isabel Palmier, habían hecho conciertopor no sé qué suma de dineros, y fué ungran ruido en aquel barrio, porque losgalanes sin el dinero quisieron hacer elhecho.
28. Que su hija Mariana anduvo algunos días de venta en venta perdida y sequiso recoger en mi casa y mi mujer 110
osó por temor mío, y la recogió una vecina mía que se llama Ana Sabia y sumarido Bartolomé, allí en e! monte, eil lascasas de Figueroa, donde contó que suspadres se 10 hacían hacer y no se 10 guardaban, y que todo se 10 comían, y que noosaba volver a casa, porque la alcahuetano había vuelto antes de! día. Y andándala ellos buscando, la hallaron allí y sela llevaron a su casa.
29. Que fueron a pedir al conde deLemas, que esté en gloria, diciendo queD. Juan de Figueroa le había quitado elvirgo a su hija, que su excelencia mandase se casase con ella. Y el virrey, informado de la verdad, los quiso castigar.y por ruegos 10 dejó de hacer por serespañoles. Y esto 10 sabe el secretarioLezcano.
30. Que tentaron casamiento con dichaMariana con un griego que tenía seis escudos muertos, y había no sé qué días qL:eel griego dormía en casa en la calle de lasCampanas, y hechas las tres amonestaciones en Sancta Ana, estando que queríancomer, subió un enamorado por la escalera y abrazó y besó la esposa y se sentóen una silla, y estando un poco, se fue.Después de ido, preguntó el griego a J;-¡madre si le era hermano o pariente. Elbdijo que no, y el griego, alborotado, Sé'
salió de casa e hizo romper los capítulos,que los tenía un notario, cerca de palacio, que se llama Juan Dominico.
31. Después de deshecho el casamien tooparió la señora desposada, y habiendoellos echado fama que estaba preñada deD. Juan de Figueroa, parió una hija deun doctor de Leyes, y le llevaban la seliara en su casa muchas veces v dormíacon él, y la volvían secretament~ en os:!ce sus padres; y esto se sabe cierto V Sé'
puede probar. -
32. Que este letrado procedió como C:l
ballero y casó la moza honradamente.prometiendo favorecer al marido, comocreo lo hiciera. Pero hicieron un error.que fue casalla por vi rgen; dicen quelos paños de la sangre, por ponellos entre las piernas, se hallaron a la mañanaen la cabecera de la cama, por habérse1es olvidado. Pero la tramera de la madre ganó de tretas, que fue da r voces ydecir que el yerno era bujarrón y que había intentado el pecado nefando con snhija, y la hija confirmólo como hija detal madre. De manera que tocio el barrio10 sintió y acudió a las voces.
33. Que por hacer su maldad verdadera, dió memorial al señor conde de Lemas. acnsando al yerno por bujarrón, y el
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letrado a quien fué remitido el memorialno le quiso dar audiencia como a personatal. Dieron orden al capuano, su yerno,se llevase su mujer a Capua, y la llevó.y siendo llamado de Nápoles el doctorque en ella había habido la hija, a no séqué negocios de Roma, no pudo asistira los acuerdos; y en este medio la buenade la madre le hizo en creyente al mozopor cartas que le tenía buscado un cargomuy bueno, que viniese con su mujer aNápoles. El se lo creyó y vino, y estabaen su casa con ellos.
34. El demonio, que gusta de embustesy de engaños a todos los que dél confíany creen, debió de ordenar que el mozo viniese a saber todas sus bellaquerías y loque conmigo habían hecho, y se halló burlado y sin oficio, aunque yo siempre losalargué de mi casa como el fuego, amenazando a mi mujer la echaría por laventana si yo sabía que entraban en micasa. Dijo la niña pequeña que estaba conellos, que la moza se puso a la ventana yel marido le dijo que se quitase de allí:y replicando ella, el demonio encendió elfuego, y que metíó mano a la espada yle dió no sé qué hrídas y la dejó pormuerta, y diciendo Requiescat in pace sehuyó, y los padres no estaban en casa,que de esta calle de las Campanas habíanido a mirar a otro barrio otra casa a dose querían mudar.
35. Cuanto habían ganado y embustido,todo se acabó con las heridas y gasto, yfué Dios servido no haya muerto por dalles lugar a enmienda; pero sicut erat. Vinieron los padres de fuera y hallaron elbuen recaudo; comenzaron a dar vocesque el traidor, por no habelle querido dartodo el dote, por eso la había muerto; había en la calle dos mil ánimas y la callellena. Sanó la señora con discurso detiempo, pero quedó manca de una pierna,y tan galana y más que primero. Supo conuna silleta visitar jueces y letrados, yprendieron al marido, y dicen lo han echado por seis u ocho años en galeras; y sila matara, no hubiera sido nada y cesaban muchos males.
36. Cuando yo estaba en su casa, la hija Mariana y la madre estaban hablandoen la cocina, y la hija dio una voz diciendo: "Madre, dejémoslo estar a éste, queno haremos nada con él."
37. Que dijo el mal hombre en un corrillo (y hay testigos) que yo había sobornado con dineros al confesor (que er;lel maestro de novicios de Sancto Spiritusy agora es prior de Santo Domingo deSoma) para que indujiese a mi mujer yno dijese que yo era impotente.
38. Que diciendo Juan Nieto de Figueroa: "Martín Trigueros, vos habéis sidomi camarada en la batalla naval y habéissido buen soldado; ¿por qué no castigáisvuestra hijastra Mariana, que no se digalaque se dice?" Y respondió: "¡ Oh, señor!, los enamorados de palacio me haname~azado; ¿cómo queréis que lo haga?"y estblb sabela mujer de Figueroa, sibien élés múetto.
39. Que estando yo en su casa, un día,uespués de comer, la buena de su mujerprincipió a decir que por qué hulana ycitana habían de ser más ricas que' ella, ycomenzó a amenazar a Dios que había'dehacer y acontecer contra elSeñor~ y estooecía llorando y con los ojos encarniza.,.
dos, y yo le respondí: Señora, ¿ 110 tiel1l'vergüenza de decir esto? ¿ No sabe queN uestro Señor es muy justo y da a cadauno lo que le es necesario? Si vuestramerced juzga a todos siendo pobre, siendo rica, ¿qué hiciera y qué soberbia tuviera? Y así, me alcé de la tabla enojado.
40. Que estando yo en su casa, no sóloestos malos y perversos me buscaron lamuerte del cuerpo, por perder y vendera mi mujer como tienen la otra perdida yvendida, digo su hija Mariana, pero lamuerte del ánimo. Muchas desvergüenzaspodría contar; pero es vergüenza ponellas con la pluma, y una sola diré. Era porlos últimos días de agosto, y acabando decomer me reposaba un poco, y como mereposaba, me ponía a decir el oficio deN uestra Señora. Y una vez, estando du 1'
miendo, él me despertó a prisa y me dijo:"Señor Pasamonte, vuestra merced se vaya, que queremos ir fuera." ¡ Oh! ¡ Diosnos libre ele traidores! Yo lo ví con sucapa puesta y su mujer con el manto, )'no sea tal en fin de sus días como su concierto. Yo, muy enojado, respondí: "Señor Trigueros, cuando su casa toda fueraoro, ¿no estaba segura estando yo enella ? Yo he dejado mi posada y los tengopor padres. ¿ Dónde tengo de ir con estesol?" Y su mujer respondió: "¿No tedije yo que lo dejases estar ? Vámonos."y así se fueron, y yo me senté a decir eloficio de la Madre de Dios. Lo que suhija Mariana intentó y su falsa intencióndellos, lo sabe Dios y le doy inmortalesgracias porque me libró ele ella y elcHossin ser virtud mía.Otras maldades podría contar despuésde haber sacado mimujer del monasterio, pero mejor escallallas por s e l'
deshonestas.
41. Cuando su hi,ja Mariana anduvoperdida y. ellos habían pedido porjusticia al conde deLemas el virgo elesu hija, imputándolo con falsedad aD. Juan de Figueroa, y o entoncesacudí pnr su remedio y fuí al virreyle, ,dije; "I1u!;trísi.~
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mo y excelentisimo señor, hame tocadopor lo que Dios a sido sen'ido que aquella mozuela (por quien a vuestra excelencia han pedido el virgo por D. Juan deFigueroa) sea hermana de mi mujer,puesto que a mi mujer la señora dU9uesade Osuna la puso en el monasteno deSanto Eligio con otra hermanilla suyaque allí está. Lo qut.: pido ele merced avuestra excelencia es que, pues los díaspasados mandó de poder absoluto arrebatar la hija de Benavides y ponella enel munasll'rio ele las Arrcpl'lltldas porotra tal cosa como el de esta mozuela,que se use del propio poder y se ponga ésta, pues es hija de honrado }Jaclre." Y por la honra de nuestra nacióny por ser hermana de mi mujer, que yolo recibiría en gracia particular de su excelencia, pues ya era informado dello, yque yo le informaba de wrdad se condenaban con ella y conclenaban a muchos.Hubo muchas demandas y respuestas, ydos veces me hizo llamar el virrey, ycuando yo me salía por la sala y en aquella audiencia pública, me escribió mi 110mbre y sobrenombre y dónde era, en el libro ele su memoria. que traía en sus calzas. Fué Dios servicio que cayó malo y semurió, que para gt.:nte tan maliciosa comohay en estos reinos no convendría virreyde tan buenas entrañas. Dióscme el billete, pero fue con exploración de voluntad,y yo no lo quería llevar, y díjome el secretario Chávez que tenía miedo. Lo queyo le respondía él lo sabe, y tamhién medijeron que picaba en la sartén. Yo llevéel billete al auditor general, y me arrebataron la moza en una silleta y la llevarona explorar la voluntad, y no hubo menester maestro, que dijo que quien dijese queera puta mentía, y que para ser monjamonasterios había en N ávoles muy honrados, que 110 quería entrar ell monasterios de putas. Y ansi la I'olvieroll en cas;1de su madre y han seguido tantos daños,sin los que se seguirán. Y el Illal nombredió memorial que yo le quitaba su honra:él sabe lo que le respondieron. Esto hiceyo por ellos, cuando los pudiera destruirpor justicia: a quien Jo estorbó se lo detuande Dios.
42. Que su hija :'ifariana dijo a donJuan de Figuero;t " a otras personas conquien Se había rel'llelto, que su madre mehabía en tosigado cun "id rio molido )' solimán en la bebida y comida. Y tambiénnle dijo Juan Nieto de Figueroa y Sl\
1111\ ¡er que a ella propia se 10 había dicho1:1 !\Iariana,
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-f3. Que el mal hombre dijo que yo erafraile y que lo probaría; y esto y el haberdicho yo soborné al confesor con dineros,bastaría a echallo en una galera.
44. Que la mala 111Ujer hizo un caso,estand;)'o en casa suya, que sólo el demonio lo pudiera hacer, y fue .que un díatomó su manto y su hijuela pequeña porla mano y se salió de su casa. Mi mujerprincipió a llorar y a decirme: "Señor.a Santo Eligio ciertamente, a decir mal demí a la abadesa." Yo acallé a mi mujer yle dije: "No tengas pena, que más valdr:tmi palabra que la suya", y me puse a decir el oficio de Nuestra Señora, y estandodiciéndolo, no sé si fué un ángel malo, sibueno, que me dijo al oído: "Agora tedeshonra por las iglesias." Yo tuve portentación aquel dicho y me salí de mi cámara y me fuí a otra ventana. v allí mefué d¡"cho otra vez: "Tú no m~ quierescreer, pues lo verás." 'Yo no hice caso ylo tuve por tentación. )' acabé de decir eloficio de Nuestra Señora. A la ta rde tornó mi mujer a la niña apartadamcnte conmigo, y le preguntó dónde había ido laseñ~ra I~adre: La muchacha dijo: HA latal IgleSia en tal parte y a la tal en talpar~e", y nínguna e:a Santo Eligio. Min~uJer entonces quedo contenta, y las iglesIas donde había sido son de una mesmareligión y donde yo tenia mis confesores..Y en verdad quc el uno en Roma me lohabían advertido por mi confesor, y comoyo .estaba en. tanta necesidad de consejo ypeh.gro .de VI?a, acudí a mi confesor y ala I~lesla mas cerca y dije al portero:"~Iámeme al Padre tal", y el portero meelIJO no estaba en casa. "Pues llámemcotro Cünfesor cualquiera." Díjome: "Nohay ninguno", y dióme con la puerta en la~ara'y yo quedé espantado. Fuí a la otraIg~sla, donde estaba el que mc habiansenalado en Roma, aunque estaba lejosy me sucedió lo propio. Entonces cre[ l~qU.e. se me había dicho cuando decía elOfICIO de Nuestra Señora, y de verdadque no .tu~ieron razón, porque si acasoen Jos vIsaJes de lT~i cara conocieron algo(ie lo que la maldIta hab!a informado yhe~ho con sus venenos e Infernales artes.?y~ranll1e y. miraran las potencias de m~a~llma;. y cIerto. aunque indigno. 110 po~lta. decIr lo del apóstol San Pablo: "CU111mttnt~or, tune potens sum." Di g-racias a!'TU .l?IOS y acudí a la iglesia de SanctoSpmtl!S, r.eligión de Santo Domingo, ado tema mI otro confesor. y frecuenté miss~c.ramentos, que son el remedio de catol~c?~, y tomé consejo. Miren si havt,ralcl.on que .se pueda. igualar a ésta: j pró~u:al de qUItarla VIda elel cuerpo y elelanlma!
45. Tanto yue pasó lo Cjue en estos cua.renta y cuatro artículos he escrito hanpasa?o tres años y más meses. y este añode cIento ~ tres, a ruego de algunos amigos y porfIa de mi mujer, que me decíanque, pues yo no les tenía odio, por qué noI~s. tratab~ ~ hablaba, y el día ele la Santtsl~a Tnl11dad oí vísperas en el monasten? de la Trinidad, y comimos en unacapIlla mi ~1Ujer y yo, y con deseo yo des~ber sus VIdas. Duró la amistad dos mes~s, porque ellos se habían retirado a lacalle de los Tres Reyes, donde agora vive,n, y me decían que vivían bien. DigomI culpa que yo merecía mil muertes porhaberme fiado de Judas otra vez. Dos veces me acompañé con ellos en una carrozay ..o,tr¡LJ;~ll.1l.la. f~lJ,lg'!,hac;,iénd.oll1~ qeer
que el doctor que había habido la hija enla dama enviaba la faluga y la merienda,y descubrí tres enamorados con harta vergüenza mía.
46. La madre y la hija fueron a Anagno a que la hija tomase las estufas por sisanase de la pierna manca, y yo había deir con una carroza por ellas; y ellas enviaron a decir que no fuese la carroza porotros tres días. Y yo aquel día, no sé dequé tirado, di conmigo en Anagno al hiloele medio día, que se asaban los pájaros,y alié la dama con un enamorado en lacama y la madre asentada en el propioaposento. i Miren que maldad! Y el buenesnarigado hace muestras de no consentirpor temor del virrey y no de Dios.
47. Considerando el grande yerro queyo había hecho en tornar a su amistad,no osaba romper por temor no me fuesemuerto estotro niño como el primero. Pero al fin me determiné, o viva o muera, síDios no lo quiere guardar, y con ciertaocasión aporré a mi mujer, y a la cojaque estaba en mi casa la quise romper laotra pierna y la eché en malhora. Y cierto se creyó hacer sus mangas en mi casa;pero yo acabara el resto sin tal atrevimiento osaran.
48. Yo comí en su casa dellos cntre esta amistad algunas veces, pero con grandísima sospecha, estando alerta por la experiencia si conocería en mi cuerpo lasseñales de algún mal malo o de veneno'y cierto que son perversísimos, que lueg~que rompí con ellos me vi perdido el sueño y gran gana de vomitar y no podercomer, y otras malas señales que son ver-
tINIYERSIDAD DE MExtco
daderas. Y de la mitad de agosto hastalos últimos, no diera por la seguridad demi vida un real. Y con frecuentar los san'amentos espeso y algunas oraciones, estoy bueno, gracias a Nuestro Señor, queyo merecía la muerte. Y el mal hombre,cn la Iglesia de Sancto Spiritus, debajoel púlpito, me amenazó que mi niño mepodría ser muerto y yo perder el otro ojo,y yo le juré informar a su excelencia vél fué luego a Melchior Mexía de Figuéroa y a otros señores me tomasen la mano.
49. AClIérdome que la segunda romería que yo hice con mi mu jer vellos, fuéir a Nuestra Señora del Arcó para confesar y comulgar. Y llegados, yo dije quería ir a buscar un confesor, y ellos se pusieron a reñir que no $e podía confesar nicomulgar, que habíamos venido a holgarnos. Yo consentí, y comimos en la carroza, quc no quisieron que tomásemos unacámara. Allí, con señas, hizo la putillaburdel a ciertos señores, y si mi mujer nose hallara conmigo, o yo matara a Trigueros o él a mí. i Miren qué traidores!
50, Loóse la traidora de mi suegra quesi ella podía haber un pañuelo de la abadesa de Santo Eligio, que ella la haría tornar loca, y tengo por cierto que por esome quitó a mí una camisa que me habíahecho (que no valía siete reales) para suscncantos. Pero Dios me guarde de vencno, que lo más no lo estimo en nada.
Todo lo que está aquí escrito en esto~
cincuenta artículos es verdad, y si las hijas quieren jurar verdad, está probado.y el secretario Lezcano y su mujer sabenparte, y la mujer de Juan Gerónimo Salinas, y el capitán Aleda, y su mujer, Vel abbadesa de Santo Eligio, y otras mOI;jas de allí, y la mujer de Pietro Antoniode Sayas, que su marido, que esté en gloria, tuvo a mi mujer por hija y era maestro de Santo Eligio; )' D\l Anna de Liñón sabe mucha parte, y un letrado amigomío, que Se llama Domingo Machado, vun aventajado que se llama Alonso Ga;fía, y si el presidente Vicencio de Franchis fuera vivo, él lo hubiera remediado.
Todo lo que contra eIJos está escrito sereduce a .cuatro cabos, por donde merecenharto castigo; conviene a saber: l. QueTrig-ueros es casado segunda vez, viviendo la primera mujer. 2. Que venden lahija y comen (le su pecado. 3. Que mehan lIevantado y lIevantan muchos .falsostestimonios y ofendídome notablemente enmi honra y procurado divorcio entre míy mi mujer para vendeIJa como a la otra.4. Que con hechizos y venenos me hanprocurado y procuran matar a mí y a mishijos muchas veces. Yo no pido justicia,sino misericordia, y es que pues viventan mal y buscan de perder a tantos, yserán causa que yo haga algún homicidio(porque con malos consejos amonestan ami mujer que antes haga por su madreque por mí) y mi casa y hijos se perderán; que le mandasen al mal Trigueros sefuese con toda su casa a un presidio dePuglia y aIlí se le pague su intretenimiento, que por ventura allá no tendrán la comodidad que hay en este aby~so;de NapoIes. Y es servicio de Dios, pues yo vivobien y soy conocido y sustento honra, seafavorecido, pues los muchos y honrososservicios y trabajos. en serv.icio de mi reylo ·merecen,·y certifico se. hará gran .servici¡:¡ 'a Dios y se. excusarán muchos .da'~'
ños.· ...